Crímenes de Mormones
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1
LOS ASESINATOS MORMONES
VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS
Por Sandra Tanner y Rocky Hulse
SALT LAKE CITY MESSENGER, Octubre 2010, Edición No. 115
Han sido veinticinco años desde que
Mark Hofmann, un ex misionero de la
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días (SUD),
falsificó numerosos
documentos
históricos, hizo
estallar a dos
personas inocentes
con bombas caseras
y tuvo una ventajosa
negociación legal en
vez de ir a juicio.
¿Por qué los
fiscales ofrecieron
una negociación,
cuando Hofmann
había sido acusado
de treinta y dos cargos de delitos graves y
dos asesinatos?1 Se vuelve más claro si
usted entiende el poder tremendo que la
Iglesia SUD tiene sobre el estado de
Utah. Llamar a juicio a Mark Hofmann
habría significado llamar a los Profetas y
Apóstoles SUD al estrado como testigos.
Estas autoridades de la Iglesia SUD
habían sido totalmente engañadas por él
en la compra de miles de dólares en
documentos falsos relacionados con la
historia mormona temprana.
1 Linda Sillitoe and Allen Roberts, Salamander: the
Story of the Mormon Forgery Murders (Salt Lake City: Signature Books, 1988), p. 361.
Nada en el pasado de Mark Hofmann
indicaba un lado siniestro. Nació y fue
educado como mormón y fue a su misión
de dos años al suroeste de Inglaterra,
regresando en
1976. Se casó en
1979 en el templo
SUD de Salt Lake,
exteriormente
Mark aparentaba
ser un mormón
fiel. Sin embargo,
a medida que se
enteraba más sobre
los problemas en la
historia SUD
temprana, encontró
un objetivo fácil
para explotar en la
desesperada necesidad de la Iglesia SUD
de controlar su historia.
Desde el inicio del mormonismo, el
fundador José Smith ha sido acusado de
fraude, engaño, tradicionalismo, magia y
misticismo. En 1834 E. D. Howe publicó
la primera denuncia del mormonismo
titulada Mormonismo Develado, que
contenía un número de declaraciones de
los vecinos de los Smith, acusándoles de
engaño y buscar tesoros enterrados por
medio del uso de la magia.
Un vecino de los Smith acusó que él
acompañó a José Smith, hijo, y a su
padre, José Smith, Sr., en una cacería
nocturna de tesoros, donde se le aseguró
2
que encontrarían “dos o tres barriles de
oro y plata, unos cuantos pies bajo la
superficie de la tierra.” Pero después de
dibujar dos círculos mágicos, delinear
uno con una fila de palos de hamamelis,
dirigir una varilla de acero en el centro,
excavar una zanja de cinco pies alrededor
de la barra, un espíritu maligno “hizo que
el dinero se hundiera.” José Smith, padre,
le informó que “habíamos cometido un
error al principio de la operación; si no
hubiera sido por eso, dijo, habríamos
obtenido el dinero.”2 El granjero siguió
diciendo: “Cuando ellos [los Smith]
encontraron que la gente de su vecindario
ya no tendrían ninguna fe en sus
esquemas para buscar dinero, entonces
pretendieron encontrar una biblia de oro,
de la cual, decían, el libro de Mormón
solo era la introducción.”3
Antes que contara a sus vecinos acerca
de las planchas de oro, José Smith fue
arrestado en 1826 por un cargo de delito
menor relacionada con su búsqueda de
dinero. En los documentos del Juez
Albert Neeley describía a Smith como el
“observador del cristal,” haciendo
referencia a su utilización de una piedra
en su sombrero para descubrir la
ubicación de los tesoros enterrados. En la
audiencia, José informó al Juez Neeley
que había renunciado a la búsqueda de
dinero:
[José Smith declaró] que tenía cierta
piedra, la que ocasionalmente miraba para
determinar dónde estaban escondidos los
tesoros en la entrañas de la tierra… que en
Palmira pretendió decir, mirando en esta
piedra, dónde estaba enterrado el dinero
en monedas en Pennsylvania, y al mismo
tiempo en Palmira había determinado
frecuentemente de esa manera dónde
estaba la propiedad perdida, de diversos
2 E. D. Howe, Mormonism Unvailed (Painesville,
Ohio, 1834), pp. 238-239. 3 Howe, Mormonism Unvailed, p. 239.
tipos; que ocasionalmente durante tres
años ha tenido el hábito de mirar a través
de esta piedra para encontrar objetos
perdidos, pero en los últimos tiempos
había prácticamente renunciado a ella a
causa de su lesionar su salud,
especialmente sus ojos - ocasionándole
dolor; que él no solicitó negocios de este
tipo, y siempre había disminuido más
bien, no teniendo nada que ver con este
negocio.4
Smith pudo haberse apartado de su
ocupación de excavación de tesoros pero
continuó utilizando su piedra vidente. La
primera vez que afirmó que adquirió las
planchas de oro del Libro de Mormón
utilizó el divinamente preparado “Urim y
Tumim,” supuestamente preservado con
las planchas, para el trabajo de traducir la
escritura desconocida. Sin embargo,
después de la pérdida de las primeras 116
páginas de la transcripción, cambió a la
utilización de su piedra de excavar dinero
para completar el trabajo. David
Whitmer, testigo del Libro de Mormón,
escribió:
4 “Mormonism,” New Schaff-Herzog Encyclopedia
of Religious Knowledge (New York, 1883), vol. 2, p. 1576, citado en Joseph Smith and Money Digging, Jerald and Sandra Tanner (Salt lake City: Utah Lighthouse Ministry, 1970), p. 21.
3
Les daré ahora una descripción de la
manera en que se tradujo el Libro de
Mormón. José pondría la piedra vidente en
un sombrero, y pondría su rostro en el
sombrero, ajustándolo alrededor de su cara
para evitar la luz; y en la oscuridad
brillaría la luz espiritual. Una pieza de
algo parecido a un pergamino aparecería,
y sobre eso aparecería la escritura.5
Desde sus inicios, la Iglesia SUD ha
tratado de distanciarse de las primeras
prácticas mágicas de José Smith y
proporcionar una explicación legítima de
sus orígenes. Por ejemplo, las obras de
arte oficiales de SUD nunca representan a
Smith traduciendo con la cabeza en su
sombrero, mirando su piedra vidente. Más
bien, lo muestran sentado en una mesa
examinando las planchas de oro. En este
caldo de cultivo de la protección, a toda
costa, de la historia de la iglesia, Mark
Hofmann cultivó su esquema de
falsificación para hacer dinero y poner a
la iglesia mormona en ridículo, tuvo éxito
en ambos casos.
La Transcripción Anthon
El primer gran golpe de Hofmann fue
la “Transcripción Anthon.” Martin Harris,
el financiero de la primera edición del
Libro de Mormón en 1830, al principio
estaba escéptico de hipotecar su granja
para pagar la impresión, sin alguna
prueba, de la Biblia de Oro. José Smith
sólo le permitía sopesar la caja que
supuestamente contenía las “Planchas de
Oro” de las que el Libro de Mormón se
iba a traducir, pero esto no era suficiente
para satisfacer al rico agricultor; quería
confirmación. Así que, José
supuestamente copió caracteres de las
plancha de oro y Harris las llevó a Nueva
York para hacer que los eruditos del
momento validaran los caracteres. Los
5 David Whitmer, An Address To All Believers In
Christ (Richmond, Missouri, 1887), p. 12.
caracteres no eran de ningún lenguaje
conocido, explicó Smith a Harris, sino de
un idioma desconocido llamado “Egipcio
Reformado.”
Harris finalmente llegó con Charles
Anthon, un profesor de griego y latín en
el Columbia College en Nueva York.
Nadie sabe de seguro qué sucedió en esta
reunión, pero Harris regresó declarando
que el Profesor Anthon había identificado
los caracteres como egipcios, caldeos,
asirios y árabes.6 Cuando posteriormente
el Profesor Anthon supo que los
mormones decían que él había validado
los caracteres, escribió una negativa
abrasadora: “Toda la historia de haber
dictaminado que la inscripción
mormonita fueran „jeroglíficos egipcios
reformados‟ es perfectamente falsa.”7
Aunque una copia temprana de la
transcripción Anthon ha sido preservada
en la Biblioteca de la Comunidad de
Cristo (anteriormente la Iglesia
Reorganizada de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días) en Independence,
Missouri, el original de la Transcripción
Anthon que Martin Harris había llevado
en su viaje se creía perdida. El Profesor
Anthon la había descrito como un
documento con columnas verticales de
caracteres extraños con un círculo de
caracteres en la parte inferior. De manera
sorprendente, Hofmann afirmó que
6 Joseph Smith, History of the Church (Salt Lake
City: Deseret Book, 1976), vol. 1, p. 20. 7 Carta de Charles Anthon, Feb. 17, 1834, como se
cita en Mormonism Unvailed, pp. 270-272.
4
encontró el documento, tanto tiempo
desaparecido, en 1980.
Con el propósito de hacer parecer más
creíble este fraude, Hofmann tomó una
antigua Biblia del siglo XVII y pegó su
documento entre las páginas. Luego fue a
la Universidad Estatal de Utah en Logan,
Utah, para preguntar a Jeff Simmons, jefe
de Colecciones Especiales, cómo extraer
un documento que parecía estar pegado
entre dos páginas. Cuando las páginas
fueron despegadas, encontraron lo que
parecía ser la copia original de la
Transcripción Anthon. El 3 de mayo de
1980, el Deseret News publicó un artículo
sobre el hallazgo de Hofmann, junto con
una foto de Mark de pie junto a los más
altos líderes de la Iglesia SUD estudiando
su “Transcripción Anthon” (falsificada)
recientemente descubierta.8 (Vea la foto
en la primera página de este boletín).
Este documento increíble puso a Mark
Hoffman en círculo interior con el
8 “Utahn Finds 1828 Writing by Prophet,” Church
News, Deseret News (May 3, 1980): p. 3.
liderazgo de la Iglesia SUD. Mark engañó
a cada líder de alto rango de la Iglesia
SUD y llegó a un acuerdo para
intercambiar el documento por artículos
de los archivos de la Iglesia SUD “por
valor de alrededor de $20,000.”9
La Bendición de José Smith III
Al momento de la muerte de José
Smith en 1844, no había designado a un
sucesor para dirigir la iglesia. Se había
dicho que Smith había conferido una
bendición sobre su hijo de once años,
José Smith III, indicando que él iba a ser
el sucesor de Smith. Pero debido a la edad
del hijo, los líderes lo habían saltado en
favor de un liderazgo maduro. Esto dio
lugar a reclamaciones irreconciliables
entre Brigham Young y Sidney Rigdon.
El 15 de diciembre 1844, la edición de
Times and Seasons, el periódico SUD,
tenía un artículo denunciando la
reclamación del liderazgo de Rigdon.10
Young pronto se ganó el favor de la
mayoría de los Santos y asumió el
liderazgo.
Después que el grupo principal de
mormones dejó Illinois y se mudó al
oeste, un número de aquellos que se
quedaron atrás, que denunciaron la
poligamia y se negaron a seguir el
liderazgo de Brigham Young, formaron
una iglesia nueva. Se llamó la Iglesia
Reorganizada de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días.11
Insistían que el
hijo de José Smith debería asumir su
legítimo lugar como presidente de la
iglesia. José Smith III fue persuadido para
9 Steven Naifeh and Gregory White Smith, The
Mormon Murders (New York: St. Martins Press, 2005), p. 110. 10
Amasa Lyman, “The Saints Scattered Abroad,” Times and Seasons, vol. 5, pp. 740-742. 11
Mencionada algunas veces como la Iglesia RSUD, ahora es conocida como la Comunidad de Cristo.
5
asumir el liderazgo de la nueva iglesia en
1860.
Así comenzó la larga disputa sobre
quién era el sucesor legítimo de José
Smith, Brigham Young o José Smith III,
y cuál iglesia era el verdadero cuerpo de
los seguidores de José Smith.
En 1891 la Iglesia RSUD presentó una
demanda en contra de la Iglesia de Cristo
(Templo Lot), otro grupo escindido,
reclamando el título de la parcela de
terreno en Independence, Missouri, que
José Smith había designado como el lugar
de un templo futuro. Durante este juicio
se discutió la cuestión del legítimo
sucesor de Smith. James Whitehead,
secretario personal de Joseph Smith en
Nauvoo, testificó que “fue declarado por
el propio José Smith que la selección y
ordenación de su hijo José como su
sucesor en el oficio había sido hecha, y la
gente estuvo de acuerdo con ello, por el
voto de la manera acostumbrada, votando
con la mano levantada.”12
José Smith III
testificó también que recordaba “ser
llamado a su oficina [la de José Smith], o
a un salón adyacente a su oficina, y
recibir la imposición de manos, y una
bendición profética o apartamiento, como
sea que se llame.” Luego relató dos
eventos más donde José Smith puso sus
manos sobre su cabeza y le nombró para
ser su sucesor.13
Cuando Hofmann supo que se había
dado una bendición designando al hijo de
José como su sucesor, pero que no quedó
ninguna copia, se dedicó a llenar ese
12
The Temple Lot Case, photocopy by Utah Lighthouse Ministry of “United States Circuit Court (8th Circuit)… The Reorganized Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, complainant, vs. the Church of Christ at Independence, Missouri… Complainant’s abstract of pleading and evidence” (Lamoni, Iowa, 1893), p. 37. 13
Ibid., pp. 40-41.
vacío. En febrero de 1981 Hofmann
mencionó a Michael Marquardt, un
compañero investigador, que había visto
el documento original de la bendición de
Smith. Los autores Linda Sillitoe y Allen
Roberts escribieron:
El documento, fechado el 14 de enero
de 1844, comienza: “Bendito del Señor es
mi hijo José, que es llamado el tercero…”
Más abajo, la frase clave se lee, “Porque
será mi sucesor a la Presidencia del Sumo
Sacerdocio; un Vidente, y un Revelador, y
un Profeta, para la Iglesia; nombramiento
que le pertenece por bendición, y también
por derecho…”
Buscando un comprador, Hofmann
mostró al archivista de la Iglesia SUD
Don Schmidt una fotocopia de la
bendición el 16 de febrero. Schmidt de
inmediato reconoció la importancia y la
controversia potencial, pero mantuvo un
rostro de jugador de póker. “Tendría que
ver el original.”14
Hofmann le explicó a Schmidt que
“venía en una colección que compré de la
familia Bullock en Coalville [Utah], de
Allen Bullock para ser específico.”15
Cuando la Iglesia SUD no saltó ante la
oportunidad de comprarlo, Mark contactó
14
Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 247. 15
Ibid., p. 248.
6
a la Iglesia RSUD. Sus historiadores
expresaron interés, pero necesitaban
tiempo para hacer los arreglos. Les
prometió el documento y estuvo de
acuerdo en esperar hasta que la iglesia
pudiera hacer la compra. Sin embargo, él
no cumplió con su promesa y se lo vendió
a la Iglesia SUD “por $20,000 en
intercambio, de nuevo aceptando diversas
formas de las primeras monedas y
circulante mormones.”16
Cuando Richard P. Howard,
historiador RSUD, escuchó que el
documento había sido vendido a la iglesia
de Utah se impactó. Esto creó un
bochorno público cuando se dio a conocer
que las dos iglesias luchaban sobre quién
debería poseer el documento. Finalmente
la Iglesia SUD estuvo de acuerdo en
entregar el documento de la bendición a
la Iglesia RSUD a cambio de una copia
del raro Book of Commandments de 1833.
La carrera de Hofmann estaba en pleno
apogeo. “Durante los primeros meses de
1981, Mark Hofmann había hecho
$52,000 en efectivo e intercambio solo
por los documentos mormones.”17
Siguió
“encontrando” más documentos, muchos
de los cuales fueron vendidos a diferentes
coleccionistas pero no se hizo público. En
enero de 1983 Mark se reunió con
Gordon B. Hinckley, miembro de la
Primera Presidencia SUD, para ofrecerle
un nuevo hallazgo, una carta de 1825 de
José Smith a Josiah Stowell, el hombre
que había contratado a José para que
utilizara su piedra para buscar tesoros
enterrados. En la carta Smith
supuestamente decía a Stowell “…ya que
no puede determinar ningún detalle, usted
no debe cavar más hasta que primero
descubra si quedan algunos objetos de
valor, ustedes saben que el tesoro debe
16
Ibid., p. 249. 17
Ibid., p. 251.
estar custodiado por algún espíritu
inteligente…” La carta iba a apoyar la
acusación de la participación de José
Smith en el ocultismo. Hinckley le
entregó a Mark un cheque por $15,000
por el documento.18
En marzo, Hofmann
le mostró a Hinckley otro documento, el
supuesto original del contrato de 1829
entre José Smith, Martin Harris y E. B.
Grandin, relativo a la impresión del Libro
de Mormón de 1830. Este a su vez fue
comprado por Hinckley a nombre de la
Iglesia SUD por $25,000.19
Por desgracia
para todos los interesados, estos
documentos finalmente serían expuestos
como falsificaciones.
La Carta Salamandra y la Magia
En 1983 Hofmann comenzó a contar a
algunos amigos que había descubierto una
carta, que después fue conocida como la
“Carta Salamandra,” supuestamente
escrita por el Testigo del Libro de
Mormón Martin Harris en 1830.
Creyendo que toda la traducción del
Libro de Mormón estaba impregnada de
misticismo y fraude, Hofmann inventó
una carta que rivalizaba perfectamente
con las afirmaciones de magia en el libro
de 1834 de E. D. Howe. Cuando Mark
leyó la Carta Salamandra a Michael
Marquardt, su reacción fue que sonaba
“más como un cuento de hadas de los
Grimm que como una lección de la
Escuela Dominical: hoyas de dinero
custodiadas por espíritus, piedras
videntes, conjuros encantados, „anteojos‟
mágicos, visitas fantasmales. ¡Y en lugar
de un ángel benévolo, un „espíritu viejo‟
irascible y tramposo que se transforma en
una salamandra blanca!”20 La Carta
Salamandra desafiaría el marco religioso
de los inicios del mormonismo,
18
Sillitoe and Roberts, Salamander, pp. 269-270. 19
Ibid., pp. 270-271. 20
Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 154.
7
lanzándolo en la categoría de la magia
popular en lugar de la revelación divina.
Hofmann, posiblemente preocupado
que estuviera “descubriendo” demasiados
documentos, pidió a su socio, Lyn Jacobs,
que ofreciera el documento a la iglesia
mormona, a cambio de una moneda de
oro acuñada por Brigham Young o una
copia del raro Libro de Mandamientos de
1833. Pero Hinckley estaba receloso de
hacer negocios con Jacobs, alguien a
quien acababa de conocer, y no estaba
seguro si Jacobs mantendría el documento
y la transacción en secreto.21
A fin de evitar el involucrar de manera
directa a la Iglesia SUD en la procuración
de este documento (demasiado
publicitado), Hofmann trabajo mucho con
un miembro SUD fiel, un acaudalado
hombre de negocios llamado Steve
Christensen, para comprar el documento
por $40,000 a fin de impedir que cayera
en “manos equivocadas.” La idea era dar
tiempo para disminuir el interés por el
documento y luego Steve podría donarlo
a la Iglesia SUD.22
Los historiadores y los
investigadores habían oído fragmentos de
la carta recién descubierta y ansiaban ver
el original. Poco tardó la iglesia en darse
cuenta que Mark era la fuga deliberada de
las noticias de sus hallazgos.
Tan pronto como Jerald Tanner pudo
obtener una transcripción mecanografiada
de la Carta Salamandra, comenzó a
investigar el contenido. Pronto comenzó a
preocuparse que fuera una falsificación;
demasiados conceptos y frases parecieran
ser tomados del libro de E.D. Howe y una
carta de Joseph Knight, amigo de José
21
Ibid., p. 159. 22
Ibid., p. 169.
Smith, publicada recientemente en un
artículo de BYU Studies.23
En la edición de marzo de 1984 de su
boletín, el Salt Lake City Messenger,
Jerald esbozó sus dudas. Al mismo
tiempo, los historiadores SUD
investigaban en secreto
si la carta salamandra era
históricamente consistente con su tiempo
y circunstancias aparentes. Llevó a
[Ronald] Walker, [Dean] Jessee and
[Brent] Metcalfe por un camino que en su
mayor parte había sido tabú para los
estudiosos mormones en el pasado, el
estudio de la participación de José Smith
en el ocultismo y desenterrar dinero.
Durante los meses de la investigación,
encontraron abundante material,
extendiéndose desde archivos del juzgado
de sus juicios en Baindridge, Nueva York,
hasta escritos oscuros de los primeros
discípulos. Esta información indicaba que
durante el mismo periodo Smith afirmó
que había sido llevado a un escondite
enterrado de planchas de oro del ángel
Moroni, que trataba de ganarse la vida con
afirmaciones de poderes sobrenaturales
que le permitían localizar tesoros
enterrados de oro y plata con una piedra
vidente y otras prácticas ocultistas
supersticiosas.
A fines de agosto [1984], casi
ochocientas personas se reunieron en un
hotel de Salt Lake City para el Simposio
Teológico Anual de Sunstone. Incluso
antes que se abriera formalmente la
conferencia, el lobby del hotel estaba
repleto de especulación acerca de la
secreta carta salamandra y los reportes de
otra carta secreta que supuestamente
relacionaba a José Smith con la magia
tradicional…
A medida que los aficionados a la
historia de la iglesia se presentaban a la
23
Dean Jessee, “Joseph Knight’s Recollection of Early Mormon History,” BYU Studies (Autumn 1976): pp. 29-39.
8
reunión, Sandra Tanner se paró en el
vestíbulo del hotel, distribuyendo un
folleto titulado “Las Cartas de Excavación
de Dinero,” en la que su marido expresaba
fuertes reservas sobre la carta de Martin
Harris.24
Jerald amplió su folleto cuestionando
la autenticidad del hallazgo de Hofmann
en octubre de 1984 y reiteró sus dudas en
las ediciones de enero y junio de 1985,
del Salt Lake City Messenger. Pero
Hofmann tenía poco que temer. Los
argumentos de Jerald Tanner, como
mormón apóstata, no fueron tomados en
serio.
Juramento de un Hombre Libre
Para 1985 Hofmann había estado
ocupado creando un número de
falsificaciones históricas, además de sus
documentos relacionados con el
mormonismo. Muchos de estos habían
sido vendidos a coleccionistas privados,
no apareciendo así en las noticias. A
pesar de todas sus ventas de documentos,
Mark estaba en problemas financieros.
Volaba y regresaba a la ciudad de Nueva
York y otros lugares, supuestamente en
busca de documentos antiguos, y
gastando dinero como si su fuente no
tuviera fin. También trataba de comprarse
una casa muy costosa en uno de los
vecindarios más opulentos en Salt Lake
City. Necesitando un documento que le
asegurara financieramente, en marzo de
1985 aseguró haber encontrado una copia
del “Juramento de un Hombre Libre.”25
Históricamente, el Juramento de un
Hombre Libre se creía que era el primer
documento impreso en Estados Unidos en
1647. Solamente se sabía que existía una
24
Robert Lindsey, A Gathering of Saints: A True Story of Money, Murder and Deceit (New York: Simon and Schuster, 1988), p. 135. 25
Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 196-199.
copia, haciendo valer a una segunda copia
cuando menos un millón de dólares. Al
comentar sobre las posibilidades
increíbles que Hofmann encontrara tal
documento por pura casualidad, después
de todos los demás documentos que
afirmó descubrir, un investigador de la
policía comentó:
“Era como si nunca hubieras oído del
Santo Grial. Entonces un domingo vas a
una venta de garaje y encuentras un
pequeño cáliz de plata o copa de estaño y
dices: „¡Oigan, aléjense!‟ Y lo recoges,
también recoges un antiguo catálogo de
Sotheby´s. Luego, en tu camino a casa,
lees el catálogo y encuentras una nota que
indica que el Santo Grial se perdió del
todo después de Cristo. Y básicamente se
ve exactamente igual que el artículo que
acabas de recoger. Dices: „¡Maldición!
¡Acabo de comprarlo esta mañana en la
venta de garaje!‟”26
Pero la Biblioteca del Congreso no fue
rápida para aceptar la autenticidad del
26
Ibid., p. 198.
9
“Juramento” de Hofmann. Necesitaba
tiempo para investigar y examinar el
documento, tiempo que Hofmann no
tenía. Incapaz de esperar por la venta del
“Juramento de un Hombre Libre,” con
deudas crecientes y acreedores en sus
talones, Mark se regresó a falsificar
documentos.
La Colección McLellin
La Colección McLellin fue el fraude
que finalmente traería la destrucción de
Mark Hofmann. William E. McLellin fue
ordenado apóstol SUD en 1835, pero fue
excomulgado en 1838, volviéndose un
ardiente crítico de la iglesia.
Aunque conservando la creencia en el
Libro de Mormón, McLellin sentía que
José Smith había traído falsas enseñanzas
a la iglesia, como el sacerdocio y la
poligamia. Los líderes de la Iglesia SUD
habían conocido durante mucho tiempo
que McLellin tenía cartas y papeles que
tratan de temas polémicos de la vida de
José Smith. En 1879 la Iglesia RSUD
había publicado una carta de McLellin al
presidente José Smith III, el hijo de José
Smith, en su periódico, The Saints’
Herald, en la que insistía que Emma sabía
del adulterio de su marido.27
En 1878 el
Apóstol Joseph F. Smith, que después
llegaría a ser el sexto presidente de la
Iglesia SUD, visitó a McLellin. Esta
entrevista se registra en el libro de 1838,
Life of Joseph F. Smith. En esta reunión
McLellin aseguró: “Emma Smith [la
viuda de José Smith] le dijo [a McLellin]
que José era tanto un polígamo como un
adúltero… También dijo que José había
dado una revelación falsa en 1829…”28
debido a tales relatos, se esparció el
27
Richard L. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Alfred A. Knopf, 2005), p. 624. 28
Joseph Fielding Smith, Life of Joseph F. Smith (Salt Lake City: Deseret News Press, 1938), pp. 238-240.
rumor que sus diarios y papeles habían
sido preservados y contenían muchos
documentos incriminadores que
avergonzarían a la Iglesia SUD. Pero
nadie parecía saber quién poseía la mítica
colección. Hasta ahora.
Un mes después que Hofmann reportó
haber encontrado el “Juramento de un
Hombre Libre," la noticia en la calle era
que la colección McLellin había sido
localizada. Para que Mark Hoffman
consiguiera el mejor precio para la
colección, tuvo que decir que incluía una
larga lista de elementos. Él le dijo a un
amigo que contenía parte de los papiros
de José Smith,29
otros fueron informados
que la Colección McLellin contenía “las
revelaciones y cartas de José Smith –
realmente un huacal para naranjas repleto
de cartas y documentos –incluyendo seis
pequeños diarios manuscritos de
McLellin de 1831 a 1836, uno por cada
año.30
Sin embargo, Hofmann no pudo
falsificar suficientes documentos antes de
la fecha límite para la venta. El precio de
venta se estableció en $185,000 y
trabajaba simultáneamente con diferentes
personas, así como con la Iglesia SUD, en
la estafa.
Con el Presidente Hinckley fuera del
país en ese momento, Hofmann tuvo que
buscar a alguien más como comprador.
Buscó a su amigo Steve Christensen, el
comprador de la Carta Salamandra, y le
dijo que necesitaba $185,000 para
adquirir la Colección McLellin. Steve
contactó al Élder Hugh Pinnock, antiguo
miembro del Quórum de los Setenta (una
Autoridad General SUD, justo debajo de
la posición de Apóstol), quien a su vez, el
28 de junio de 1985, hizo una llamada
telefónica al First Interstate Bank y
arregló el préstamo. Mark simplemente
29
Sillitoe and Roberts, Salamander, pp. 340-341. 30
Ibid., p. 342.
10
tuvo que ir a recoger el cheque.31
Por lo
visto, tales transacciones se habían hecho
con anterioridad. Durante la investigación
policiaca de los asesinatos, Harvey
Tanner, jefe de la oficina de préstamos en
el First Interstate Bank, dijo a los
detectives que le “habían asegurado que
no había problema con el dinero para
Hofmann, la iglesia le apoyaba, no se
preocupe.” Luego declaró que “hemos
hecho negocios antes con Pinnock,
obteniendo dinero para la Iglesia sin que
la iglesia sea involucrada.”32
Hofmann también había pedido dinero
prestado a varios otros mormones con
promesas de proporcionar la Colección
McLellin. Jugando con ambos bandos, el
tiempo se agotaba. Hofmann estaba bajo
mucha presión para cumplir con sus
diversas obligaciones. Steve Christensen
había entrado de nuevo en el cuadro ya
que Mark estaba atrasado en su préstamo
de $ 185,000 organizado por Hugh
Pinnock. “Los Hermanos” habían
provocado la ayuda de Steve para
completar la transacción McLellin través
de un acaudalado presidente de Misión
SUD en Nueva Escocia, Canadá.33
Pero Hofmann se fue desesperando
cada vez más en la situación de una olla a
presión que él había creado. Sintiendo la
necesidad de desviar la atención de sus
crecientes deudas y su incapacidad para
producir los documentos ficticios,
Hofmann comenzó a formular un plan
retorcido. Si pudiera sacar a Christensen
de la escena, entonces no sólo sería
liberado de cierta presión financiera
inmediata, pero el drama resultante de la
muerte de Christensen podría reorientar la
31
Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 225-228. 32
Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 43. 33
Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 260.
atención y le compraría tiempo para
producir más documentos.
Las Explosiones
El martes 15 de octubre de 1985, dos
bombas separadas cobraron la vida de
Steve Christensen and Kathy Sheets. La
bomba fijada para Steve Christensen,
dejada en la puerta de su oficina en el
centro de Salt Lake City, fue
especialmente brutal, estaba lleno de
clavos destinados a destruir a su víctima. Gary Sheets era el objetivo previsto para
la bomba número dos; Sin embargo, su
esposa, Kathy, encontró el paquete que
contenía la bomba fuera de su casa y se
convirtió en la víctima de su poder letal.
Mark Hofmann comento posteriormente:
“En el momento que hice esa bomba mis
pensamientos fueron que no importaba si
era el Sr. Sheets, un niño, un perro.”34
Nadie sabe con certeza quién era la
víctima de la bomba número tres. Mark
Hoffman estaba en el centro de Salt Lake
City en el proceso de entregar la bomba
cuando estalló antes de tiempo en su
coche aparcado. Gravemente herido, pero
no muerto, inicialmente se creyó que
Mark fuera otra víctima inocente; Sin
embargo, la investigación se desplazó
rápidamente hacia él como el supuesto
atacante.
34
Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 513.
11
Mentir para el Señor
Poco después que estallara la primera
bomba, Hofmann llamó a Hugh Pinnock
para informarle de la muerte de
Christensen y asegurar a Pinnock que
todavía estaba dispuesto a proseguir con
el negocio McLellin y hacía arreglos para
liquidar el préstamo del banco. Después
que estallara la segunda bomba, Mark
tranquilamente se reunió con el Apóstol
SUD Dallin Oaks en su oficina de la
iglesia y le informó que los estallidos
debían relacionarse con los fallidos tratos
de negocios de Christensen y Sheets y
que no había conexión con los
documentos de Mark. Posteriormente
Pinnock y Oaks se reunieron con Gordon
B. Hinckley para discutir cómo proceder
con la transacción McLellin.35
Al día
siguiente de la explosión que hirió a Mark
Hofmann, el Élder Pinnock fue
entrevistado sobre los crímenes:
El Detective de la policía Don Bell le
entrevistó a la 1:12 de la tarde el 17 de
octubre, el día siguiente que explotara la
bomba en el coche de Hofmann.
“Élder Pinnock, este es el asunto,”
comenzó Bell, libreta en mano. “Esta es
una investigación de homicidios. ¿Conoce
usted al Sr. Hofmann?”
Pinnock hizo una pausa y reflexionó un
momento. “No, no lo creo.”36
Cuando KSL-TV, la estación local de
noticias, propiedad de la Iglesia SUD,
reportó de manera precisa que la Iglesia
SUD estuvo involucrada en la
organización de tratos de documentos y
préstamos ilegales, los líderes de la
iglesia exigieron una retractación. El
reportero Jack Ford se quejó con su jefe:
35
Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 286-289. 36
Ibid., pp. 300-301.
“La Iglesia está molesta porque
nosotros [KSL-TV] que ellos ayudaron a
arreglar un préstamo. Bueno, ¡lo hicieron!
Dicen que fue un individuo, no la Iglesia,
pero eso es una tontería. Puede haber sido
una persona la que hizo la llamada, pero
era un oficial de la Iglesia, sentado en su
oficina de la Iglesia, en el tiempo de la
Iglesia, usando un teléfono de la Iglesia, y
lo hizo para el… beneficio de la Iglesia.
Nadie más quería esa Colección McLellin
excepto la Iglesia. Y el presidente de la
misión de Nova Scotia no colecciona
documentos. Solo era el tipo de muchos
pesos que dijo „Si necesitan ayuda, les
ayudaré.‟ Si la Iglesia dice que no estaban
ayudando a organizar a ningunos
compradores para nada, ¿cómo se explica
el hecho de que la Iglesia se ofreció para
conseguir un vehículo blindado para ir a
Texas y recoger la Colección?”37
Cuando el Apóstol SUD Gordon B.
Hinckley fue entrevistado por los Fiscales
del Condado Bob Stott y David Biggs
sobre sus múltiples tratos con Mark
Hofmann, trató de ocultar su asociación
con Mark:
Stott y Biggs se movieron inquietos en
sus sillas. Con todo el tiempo de por
medio para recordar esas reuniones, él
todavía no podía recordar nada.
“¿Alguna vez estuvo en su oficina?”
preguntó Stott.
“Probablemente,” dijo Hinckley.
“¡Probablemente!” pensó Biggs. Ahora
incluso olvidaba que lo había aceptado en
la conferencia de prensa…
¿Seguramente recordaba la mañana,
tan solo días antes de las explosiones,
cuando Hofmann vino a decirle que las
planchas Kinderhook “podrían estar
disponibles por el precio adecuado”?
¿Recordaba las planchas Kinderhook?
“No sé mucho acerca de ellas,” dijo
secamente Hinckley.
37
Ibid., p. 475.
12
Biggs pensaba, Este es Hinckley. Nos
dice que no sabe mucho sobre las planchas
Kinderhook. Dios mío, incluso yo me he
enterado algo sobre ellas en esta
investigación. Tiene que saber lo que
son…
Stott y Biggs presionaron.
¿Seguramente sabía que Steve Christensen
había sido llamado por oficiales de la
Iglesia a todas horas de la noche para que
saliera y se encontrara con Hofmann y le
hiciera que pagara el préstamo del First
Interstate?
Hinckley encogió sus hombros…
Hinckley no podía recordar nada…
Después de otra hora de evasivas,
lapsus de memoria, y sermones, Biggs
perdió la paciencia. “Presidente Hinckley.
Esto ha estado en las noticias, personas
han muerto, ¿no hay ninguna manera que
podamos conseguir un poco de
información sobre sus reuniones con
Hofmann?”38
La entrevista se centró entonces en la
próxima audiencia preliminar.
Cuando Bob Stott finalmente se armó
de valor para hablar sobre el testimonio de
Hinckley en la próxima audiencia
preliminar, [el abogado SUD] Wilford
Kirton saltó.
“El Presidente Hinckley no desea
testificar en la audiencia. Creemos que
sería en el mejor interés de todos no
hacerle testificar.”
Alguien sugirió que tendría que
testificar en el juicio.
“Usted no entiende,” dijo Kirton de
manera imperativa. “El Presidente
Hinckley no desea testificar en la
audiencia, en el juicio, en nada.”39
Enseguida Hinckley le explicó a Stott:
“Esto no es tan importante, en lo que
respecta a los asuntos de la Iglesia,” dijo
38
Ibid., pp. 434-435. 39
Ibid., p. 436.
en voz baja. “Es la Iglesia la que importa.
Usted tiene que considerar primero a la
Iglesia. No deseo testificar.”
“Creo que sería en el mejor interés de
la Iglesia,” añadió con la misma voz
melosa, “si usted simplemente desestimara
el cargo.”
¿Desestimar la acusación? Biggs estaba
consternado. Les tomó un momento darse
cuenta que se refería solo a que Stott
debería desestimar el cargo sobre la carta
Stowell, lo cual permitiría a Hinckley
salirse con la suya en cuanto a testificar en
la audiencia preliminar…
Pero Bob Stott no estaba listo para
hacer eso. “No vamos a desechar el
cargo,” dijo después que recuperó la
compostura. Pero tenía un compromiso de
sugerencia. “Si podemos conseguir que la
defensa establezca su testimonio, no
tendremos que llamarle.”40
Al comparar las notas de los
investigadores de los crímenes de
Hofmann, no hay duda que Gordon B.
Hinckley les mintió.
En Utah Usted no Abochorna a la
Iglesia Mormona
En febrero de 1986 Mark Hofmann fue
arrestado. El caso contra Hofmann era
abrumador. Además de los dos asesinatos,
había falsificado docenas de documentos
y defraudado a muchas personas, incluso
a la Iglesia SUD, posiblemente por dos
millones de dólares.41
En enero de 1987,
se declaró culpable de asesinato en
segundo grado y robo por engaño para
evitar la pena de muerte. Todos habían
estado esperando un juicio donde sería
declarado culpable de asesinato en primer
grado y recibiría la pena de muerte por
sus crímenes despreciables; sin embargo,
sólo recibió una sentencia de por vida,
para ser cumplida en la prisión estatal de
40
Ibid., p. 437. 41
Lindsey, A Gathering of Saints, p. 378.
13
Utah. La pregunta en las calles de Salt
Lake City era “¿Por qué?”
Estaba claro para todos a estas alturas
que Bob Stott [fiscal] estaba decidido a
evitar un juicio a como diera lugar. Dijo
un policía, cuando la noticia del acuerdo
se extendido por el departamento como el
olor de una fuga de gas, “Incluso si
tuviéramos una confesión, Stott le habría
dado a Yengich [el abogado de Hofmann]
todo lo que quisiera.”
Después, cuando un reportero de Los
Angeles Times voló a Salt Lake City para
cubrir la noticia de última hora de la
defensa-acuerdo, le dijo a Dawn Tracy
[reportera del Salt Lake Tribune] que el
aspecto más sorprendente de todo el caso
era la actitud de la fiscalía. “El fiscal
típico,” dijo el reportero, “sale y agarra a
los chicos malos. Sale y agita las cosas.
Aquí son tan agradables y cooperativos.
Qué bonito acuerdo con el fiscal. En
cualquier otro estado verías que esto va a
juicio, porque así es como se hacen las
reputaciones de los fiscales. El ir a juicio y
conseguirles a los chicos malos grandes
salpicaduras, mucha exposición. Aquí
tienes un bonito acuerdo con el fiscal.”
“Mira,” dijo Tracy, “No asciendes en
este estado avergonzando a la Iglesia
Mormona o haciendo que se vea mal.”42
El manejo del caso de Mark Hofmann
es un ejemplo de la actitud del
mormonismo hacia la verdad: “¡la fe
antes que los hechos!”43
La Iglesia SUD Ya Tenía los Diarios de
McLellin
Como consecuencia de toda la
publicidad negativa y los libros que
exploran el caso Hofmann y la historia
SUD temprana, la iglesia mormona
anunció que sus historiadores se habían
“embarcado en un estudio masivo de los
libros y artículos de prensa en un intento
42
Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 514. 43
Ibid., p. 536.
de armar una lista maestra de errores,
citas erróneas y exageraciones. „Nuestra
respuesta a todas las argumentaciones
formuladas contra la iglesia se hará
pública en unos 60 días,‟ dijo [Richard P.]
Lindsay.”44
Sin embargo, pasarían otros
cuatro años antes que el libro de Richard
Turley, Victims: The LDS Church and the
Mark Hofmann Case, apareciera. Aunque
el libro fue visto como un esfuerzo inútil
para controlar el daño, había un punto de
interés sepultado en medio del libro. En la
página 248 del libro de Turley declara
que “marzo de 1986 trajo un
descubrimiento asombroso,” y procede a
explicar que en ese tiempo los oficiales de
la iglesia se dieron cuenta que ellos ya
tenían una parte importante de la
colección McLellin. Los diarios de
McLellin de 1831 a 1836 habían estado
acumulando polvo en la bóveda de la
Primera Presidencia SUD. De hecho, la
iglesia tenía los documentos desde 1908,
pero no habían sido catalogados, habían
sido hechos a un lado y olvidados.45
Estos diarios fueron descubiertos antes
de la audiencia preliminar de Hofmann y
sin embargo esta información no fue
trasmitida a los investigadores. Por lo
tanto la iglesia suprimió un elemento
clave que habría ido a probar que Mark
no tenía la colección McLellin, lo que
habría contribuido a establecer el motivo
de los asesinatos. Los investigadores, sin
duda habrían citado los diarios de
44
Los Angeles Times, September 18, 1988, como se cita en The Mormon Church and The McLellin Collection, Jerald and Sandra Tanner (Salt lake City: Utah Lighthouse Ministry, 1993), p. 2. Esto ahora se publica como parte del libro de los Tanner, Tracking the White Salamander. 45
Tanner and Tanner, Tracking, pp. 5-6. Para mayor información sobre McLellin, vea William E. McLellin Papers 1854-1880, ed. Stan Larson and Samuel J. Passey (Salt Lake City: Signature Books, 2007).
14
McLellin si tuvieran alguna idea de que la
iglesia los tenía. Evidentemente, los
líderes de la iglesia deliberadamente
mantuvieron a Hugh Pinnock en la
oscuridad acerca de los diarios para que,
cuando fue interrogado durante la
audiencia preliminar, él con sinceridad
pudiera decir, hasta donde él sabía, que la
iglesia no tenía parte alguna de los
documentos McLellin.46
Con el fin de
mantener a Gordon B. Hinckley fuera del
estrado durante la audiencia preliminar de
1986, la iglesia presentó una declaración
que Hinckley “nunca ha visto, ni poseía,
ni tiene conocimiento del paradero de un
documento o un grupo de documentos
conocidos como la Colección
McLellin.”47
Sin embargo, Hinckley,
Oaks, Turley, Dean Larsen, Dean Jessee,
Glenn Rowe y el personal en el
Departamento Histórico SUD, todos
sabían que la iglesia tenía los documentos
McLellin en la bóveda.48
El escritor Robert Lindsey observó:
“Independientemente de lo que habían
hecho, los documentos de Hofmann
habían estimulado una explosión de la
investigación histórica en relación con
entusiasmo juvenil de José Smith por la
magia y el ocultismo y no disminuyó
después de su condena… y era poco
probable que los del Edificio de
Administración de la Iglesia hubieran
podido nunca contener totalmente el
fuego de la curiosidad intelectual que
Hofmann había ayudado a atizar.”49
Hoy
la participación de José Smith en lo
oculto generalmente es reconocida. En los
últimos veinticinco años numerosos
estudios históricos se han publicado,
46
Tanner and Tanner, Tracking, pp. 10-11. 47
Richard E. Turley, Jr., Victims: The LDS Church and the Mark Hofmann Case (Urbana/Chicago: University of Illinois Press, 1992), p. 303. 48
Turley, Victims, pp. 248-251. 49
Lindsey, Gathering of Saints, pp. 372-373.
dejando la participación de Smith en lo
oculto como una parte incuestionable de
la historia.50
¿Alguna Vez Será Puesto en Libertad
Condicional?
Dos meses después de los treinta de
tres años que Mark Hoffman entrara a la
prisión estatal de Utah dos reclusos
informaron a los guardias que Hofmann
estaba planeando en hacer que varios
miembros de la Junta de Indultos fueran
asesinados. Se afirmó que ofrecía pagar
cuando menos $10,000 por el trabajo. Al
principio Hofmann insistió que los
prisioneros habían inventado la historia
para ganarse el favor en la prisión. Sin
embargo, una carta en clave de Mark a su
esposa, Dori, fue interceptada. ¿Contenía
esta instrucciones para más asesinatos? El
investigador Michael George, de la
Oficina del Fiscal del Condado de Salt
Lake, confrontó a Hofmann con la carta y
exigió una explicación:
Sí, finalmente aceptó, que podría haber
discutido con otros internos la posibilidad
de matar a miembros de la Junta de
Indultos. Luego admitió que lo había
hecho, pero rápidamente agregó que no
había sido idea suya: Otros internos le
habían propuesto la idea.51
Sin evidencia suficiente para
demostrar que Mark había tratado de
manera activa de contratar a alguien para
matar miembros de la Junta de Indultos,
no se hicieron acusaciones adicionales.
50
Vea Early Mormon Documents, edited by Dan Vogel, Vol. 1-5, Signature Books; Early Mormonism and the Magic World View, by D. Michael Quinn, Signature Books; The Rise of Mormonism: 1816-1844, by H. Michael Marquardt, Xulon Press; Insider’s View of Mormon Origins, by Grant Palmer, Signature Books; Joseph Smith: The Making of a Prophet, by Dan Vogel, Signature Books; Joseph Smith: Rough Stone Rolling, by Richard Lyman Bushman, Knopf. 51
Lindsey, Gathering of Saints, p. 376.
15
Con eso, sin embargo, toda esperanza de
recibir una libertad condicional se
desvaneció como humo en el viento.
Hofmann y la Masacre de Mountain
Meadows
Otro documento de Hofmann ha salido
a la luz este año. Un artículo en el Deseret
News del 7 de septiembre de 2010,
anunció “Durante los últimos 27 años, los
historiadores han identificado a William
Edwards como participante en la Masacre
de Mountain Meadows en 1857. Pero los
examinadores forenses de documentos
dicen ahora que la declaración jurada de
1924, que implicaba a Edwards, es una
falsificación vinculada al bombardero
Mark Hofmann.”52
La declaración jurada
ha sido citada en tres libros que tratan de
la masacre: Massacre at Mountain
Meadows de Ronald W. Walker, Richard
E. Turley, Jr., y Glen M. Leonard; Blood
of the Prophets de Will Bagley; e
Innocent Blood: Essential Narratives of
the Mountain Meadows Massacre de
David L. Bigler y Will Bagley.
¿Se Puede Confiar en los Documentos?
Los documentos de Hofmann han
llevado a algunas personas a desechar
todas las referencias negativas relativas a
los principios del mormonismo como
posibles falsificaciones. Sin embargo, los
que escriben sobre la historia SUD hoy
son cuidadosos al hacer referencia a los
documentos con una historia conocida. La
mayoría de las primeras cartas y diarios
relacionados con el mormonismo se han
adquirido de miembros de la familia o
conocidos, siempre han estado en
posesión de una institución bien
establecida. Por lo general, un número de
personas que han estado al tanto de los
52
Michael De Groote, “Mountain Meadows Massacre affidavit linked to Mark Hofmann,” Deseret News (September 7, 2010).
documentos durante años. Por ejemplo,
David Whitmer, Martin Harris, los
vecinos de los Smith, etc., formularon
declaraciones que fueron publicados
durante su vida. Por otra parte, Mark
Hofmann no pudo revelar quién había
sido el dueño anterior o donde se había
almacenado el documento. Dado que los
examinadores forenses de documentos
están hoy mejor preparados para poner a
prueba la autenticidad de los documentos
de lo que estaban hace veinticinco años,
sería muy difícil para que otra
falsificación tipo Hofmann tuviera éxito.
*******
Traducción:
Max ruiz m.
Octubre 2015