Crímenes de Mormones

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1 LOS ASESINATOS MORMONES VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS Por Sandra Tanner y Rocky Hulse SALT LAKE CITY MESSENGER, Octubre 2010, Edición No. 115 Han sido veinticinco años desde que Mark Hofmann, un ex misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD), falsificó numerosos documentos históricos, hizo estallar a dos personas inocentes con bombas caseras y tuvo una ventajosa negociación legal en vez de ir a juicio. ¿Por qué los fiscales ofrecieron una negociación, cuando Hofmann había sido acusado de treinta y dos cargos de delitos graves y dos asesinatos? 1 Se vuelve más claro si usted entiende el poder tremendo que la Iglesia SUD tiene sobre el estado de Utah. Llamar a juicio a Mark Hofmann habría significado llamar a los Profetas y Apóstoles SUD al estrado como testigos. Estas autoridades de la Iglesia SUD habían sido totalmente engañadas por él en la compra de miles de dólares en documentos falsos relacionados con la historia mormona temprana. 1 Linda Sillitoe and Allen Roberts, Salamander: the Story of the Mormon Forgery Murders (Salt Lake City: Signature Books, 1988), p. 361. Nada en el pasado de Mark Hofmann indicaba un lado siniestro. Nació y fue educado como mormón y fue a su misión de dos años al suroeste de Inglaterra, regresando en 1976. Se casó en 1979 en el templo SUD de Salt Lake, exteriormente Mark aparentaba ser un mormón fiel. Sin embargo, a medida que se enteraba más sobre los problemas en la historia SUD temprana, encontró un objetivo fácil para explotar en la desesperada necesidad de la Iglesia SUD de controlar su historia. Desde el inicio del mormonismo, el fundador José Smith ha sido acusado de fraude, engaño, tradicionalismo, magia y misticismo. En 1834 E. D. Howe publicó la primera denuncia del mormonismo titulada Mormonismo Develado, que contenía un número de declaraciones de los vecinos de los Smith, acusándoles de engaño y buscar tesoros enterrados por medio del uso de la magia. Un vecino de los Smith acusó que él acompañó a José Smith, hijo, y a su padre, José Smith, Sr., en una cacería nocturna de tesoros, donde se le aseguró

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Un relato de las andanzas y falsificaciones de Mark Hofmann, con las que engañó y estafó a los líderes de la iglesia mormona.

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Page 1: Crímenes de Mormones

1

LOS ASESINATOS MORMONES

VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS

Por Sandra Tanner y Rocky Hulse

SALT LAKE CITY MESSENGER, Octubre 2010, Edición No. 115

Han sido veinticinco años desde que

Mark Hofmann, un ex misionero de la

Iglesia de Jesucristo de los Santos de los

Últimos Días (SUD),

falsificó numerosos

documentos

históricos, hizo

estallar a dos

personas inocentes

con bombas caseras

y tuvo una ventajosa

negociación legal en

vez de ir a juicio.

¿Por qué los

fiscales ofrecieron

una negociación,

cuando Hofmann

había sido acusado

de treinta y dos cargos de delitos graves y

dos asesinatos?1 Se vuelve más claro si

usted entiende el poder tremendo que la

Iglesia SUD tiene sobre el estado de

Utah. Llamar a juicio a Mark Hofmann

habría significado llamar a los Profetas y

Apóstoles SUD al estrado como testigos.

Estas autoridades de la Iglesia SUD

habían sido totalmente engañadas por él

en la compra de miles de dólares en

documentos falsos relacionados con la

historia mormona temprana.

1 Linda Sillitoe and Allen Roberts, Salamander: the

Story of the Mormon Forgery Murders (Salt Lake City: Signature Books, 1988), p. 361.

Nada en el pasado de Mark Hofmann

indicaba un lado siniestro. Nació y fue

educado como mormón y fue a su misión

de dos años al suroeste de Inglaterra,

regresando en

1976. Se casó en

1979 en el templo

SUD de Salt Lake,

exteriormente

Mark aparentaba

ser un mormón

fiel. Sin embargo,

a medida que se

enteraba más sobre

los problemas en la

historia SUD

temprana, encontró

un objetivo fácil

para explotar en la

desesperada necesidad de la Iglesia SUD

de controlar su historia.

Desde el inicio del mormonismo, el

fundador José Smith ha sido acusado de

fraude, engaño, tradicionalismo, magia y

misticismo. En 1834 E. D. Howe publicó

la primera denuncia del mormonismo

titulada Mormonismo Develado, que

contenía un número de declaraciones de

los vecinos de los Smith, acusándoles de

engaño y buscar tesoros enterrados por

medio del uso de la magia.

Un vecino de los Smith acusó que él

acompañó a José Smith, hijo, y a su

padre, José Smith, Sr., en una cacería

nocturna de tesoros, donde se le aseguró

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2

que encontrarían “dos o tres barriles de

oro y plata, unos cuantos pies bajo la

superficie de la tierra.” Pero después de

dibujar dos círculos mágicos, delinear

uno con una fila de palos de hamamelis,

dirigir una varilla de acero en el centro,

excavar una zanja de cinco pies alrededor

de la barra, un espíritu maligno “hizo que

el dinero se hundiera.” José Smith, padre,

le informó que “habíamos cometido un

error al principio de la operación; si no

hubiera sido por eso, dijo, habríamos

obtenido el dinero.”2 El granjero siguió

diciendo: “Cuando ellos [los Smith]

encontraron que la gente de su vecindario

ya no tendrían ninguna fe en sus

esquemas para buscar dinero, entonces

pretendieron encontrar una biblia de oro,

de la cual, decían, el libro de Mormón

solo era la introducción.”3

Antes que contara a sus vecinos acerca

de las planchas de oro, José Smith fue

arrestado en 1826 por un cargo de delito

menor relacionada con su búsqueda de

dinero. En los documentos del Juez

Albert Neeley describía a Smith como el

“observador del cristal,” haciendo

referencia a su utilización de una piedra

en su sombrero para descubrir la

ubicación de los tesoros enterrados. En la

audiencia, José informó al Juez Neeley

que había renunciado a la búsqueda de

dinero:

[José Smith declaró] que tenía cierta

piedra, la que ocasionalmente miraba para

determinar dónde estaban escondidos los

tesoros en la entrañas de la tierra… que en

Palmira pretendió decir, mirando en esta

piedra, dónde estaba enterrado el dinero

en monedas en Pennsylvania, y al mismo

tiempo en Palmira había determinado

frecuentemente de esa manera dónde

estaba la propiedad perdida, de diversos

2 E. D. Howe, Mormonism Unvailed (Painesville,

Ohio, 1834), pp. 238-239. 3 Howe, Mormonism Unvailed, p. 239.

tipos; que ocasionalmente durante tres

años ha tenido el hábito de mirar a través

de esta piedra para encontrar objetos

perdidos, pero en los últimos tiempos

había prácticamente renunciado a ella a

causa de su lesionar su salud,

especialmente sus ojos - ocasionándole

dolor; que él no solicitó negocios de este

tipo, y siempre había disminuido más

bien, no teniendo nada que ver con este

negocio.4

Smith pudo haberse apartado de su

ocupación de excavación de tesoros pero

continuó utilizando su piedra vidente. La

primera vez que afirmó que adquirió las

planchas de oro del Libro de Mormón

utilizó el divinamente preparado “Urim y

Tumim,” supuestamente preservado con

las planchas, para el trabajo de traducir la

escritura desconocida. Sin embargo,

después de la pérdida de las primeras 116

páginas de la transcripción, cambió a la

utilización de su piedra de excavar dinero

para completar el trabajo. David

Whitmer, testigo del Libro de Mormón,

escribió:

4 “Mormonism,” New Schaff-Herzog Encyclopedia

of Religious Knowledge (New York, 1883), vol. 2, p. 1576, citado en Joseph Smith and Money Digging, Jerald and Sandra Tanner (Salt lake City: Utah Lighthouse Ministry, 1970), p. 21.

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3

Les daré ahora una descripción de la

manera en que se tradujo el Libro de

Mormón. José pondría la piedra vidente en

un sombrero, y pondría su rostro en el

sombrero, ajustándolo alrededor de su cara

para evitar la luz; y en la oscuridad

brillaría la luz espiritual. Una pieza de

algo parecido a un pergamino aparecería,

y sobre eso aparecería la escritura.5

Desde sus inicios, la Iglesia SUD ha

tratado de distanciarse de las primeras

prácticas mágicas de José Smith y

proporcionar una explicación legítima de

sus orígenes. Por ejemplo, las obras de

arte oficiales de SUD nunca representan a

Smith traduciendo con la cabeza en su

sombrero, mirando su piedra vidente. Más

bien, lo muestran sentado en una mesa

examinando las planchas de oro. En este

caldo de cultivo de la protección, a toda

costa, de la historia de la iglesia, Mark

Hofmann cultivó su esquema de

falsificación para hacer dinero y poner a

la iglesia mormona en ridículo, tuvo éxito

en ambos casos.

La Transcripción Anthon

El primer gran golpe de Hofmann fue

la “Transcripción Anthon.” Martin Harris,

el financiero de la primera edición del

Libro de Mormón en 1830, al principio

estaba escéptico de hipotecar su granja

para pagar la impresión, sin alguna

prueba, de la Biblia de Oro. José Smith

sólo le permitía sopesar la caja que

supuestamente contenía las “Planchas de

Oro” de las que el Libro de Mormón se

iba a traducir, pero esto no era suficiente

para satisfacer al rico agricultor; quería

confirmación. Así que, José

supuestamente copió caracteres de las

plancha de oro y Harris las llevó a Nueva

York para hacer que los eruditos del

momento validaran los caracteres. Los

5 David Whitmer, An Address To All Believers In

Christ (Richmond, Missouri, 1887), p. 12.

caracteres no eran de ningún lenguaje

conocido, explicó Smith a Harris, sino de

un idioma desconocido llamado “Egipcio

Reformado.”

Harris finalmente llegó con Charles

Anthon, un profesor de griego y latín en

el Columbia College en Nueva York.

Nadie sabe de seguro qué sucedió en esta

reunión, pero Harris regresó declarando

que el Profesor Anthon había identificado

los caracteres como egipcios, caldeos,

asirios y árabes.6 Cuando posteriormente

el Profesor Anthon supo que los

mormones decían que él había validado

los caracteres, escribió una negativa

abrasadora: “Toda la historia de haber

dictaminado que la inscripción

mormonita fueran „jeroglíficos egipcios

reformados‟ es perfectamente falsa.”7

Aunque una copia temprana de la

transcripción Anthon ha sido preservada

en la Biblioteca de la Comunidad de

Cristo (anteriormente la Iglesia

Reorganizada de Jesucristo de los Santos

de los Últimos Días) en Independence,

Missouri, el original de la Transcripción

Anthon que Martin Harris había llevado

en su viaje se creía perdida. El Profesor

Anthon la había descrito como un

documento con columnas verticales de

caracteres extraños con un círculo de

caracteres en la parte inferior. De manera

sorprendente, Hofmann afirmó que

6 Joseph Smith, History of the Church (Salt Lake

City: Deseret Book, 1976), vol. 1, p. 20. 7 Carta de Charles Anthon, Feb. 17, 1834, como se

cita en Mormonism Unvailed, pp. 270-272.

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4

encontró el documento, tanto tiempo

desaparecido, en 1980.

Con el propósito de hacer parecer más

creíble este fraude, Hofmann tomó una

antigua Biblia del siglo XVII y pegó su

documento entre las páginas. Luego fue a

la Universidad Estatal de Utah en Logan,

Utah, para preguntar a Jeff Simmons, jefe

de Colecciones Especiales, cómo extraer

un documento que parecía estar pegado

entre dos páginas. Cuando las páginas

fueron despegadas, encontraron lo que

parecía ser la copia original de la

Transcripción Anthon. El 3 de mayo de

1980, el Deseret News publicó un artículo

sobre el hallazgo de Hofmann, junto con

una foto de Mark de pie junto a los más

altos líderes de la Iglesia SUD estudiando

su “Transcripción Anthon” (falsificada)

recientemente descubierta.8 (Vea la foto

en la primera página de este boletín).

Este documento increíble puso a Mark

Hoffman en círculo interior con el

8 “Utahn Finds 1828 Writing by Prophet,” Church

News, Deseret News (May 3, 1980): p. 3.

liderazgo de la Iglesia SUD. Mark engañó

a cada líder de alto rango de la Iglesia

SUD y llegó a un acuerdo para

intercambiar el documento por artículos

de los archivos de la Iglesia SUD “por

valor de alrededor de $20,000.”9

La Bendición de José Smith III

Al momento de la muerte de José

Smith en 1844, no había designado a un

sucesor para dirigir la iglesia. Se había

dicho que Smith había conferido una

bendición sobre su hijo de once años,

José Smith III, indicando que él iba a ser

el sucesor de Smith. Pero debido a la edad

del hijo, los líderes lo habían saltado en

favor de un liderazgo maduro. Esto dio

lugar a reclamaciones irreconciliables

entre Brigham Young y Sidney Rigdon.

El 15 de diciembre 1844, la edición de

Times and Seasons, el periódico SUD,

tenía un artículo denunciando la

reclamación del liderazgo de Rigdon.10

Young pronto se ganó el favor de la

mayoría de los Santos y asumió el

liderazgo.

Después que el grupo principal de

mormones dejó Illinois y se mudó al

oeste, un número de aquellos que se

quedaron atrás, que denunciaron la

poligamia y se negaron a seguir el

liderazgo de Brigham Young, formaron

una iglesia nueva. Se llamó la Iglesia

Reorganizada de Jesucristo de los Santos

de los Últimos Días.11

Insistían que el

hijo de José Smith debería asumir su

legítimo lugar como presidente de la

iglesia. José Smith III fue persuadido para

9 Steven Naifeh and Gregory White Smith, The

Mormon Murders (New York: St. Martins Press, 2005), p. 110. 10

Amasa Lyman, “The Saints Scattered Abroad,” Times and Seasons, vol. 5, pp. 740-742. 11

Mencionada algunas veces como la Iglesia RSUD, ahora es conocida como la Comunidad de Cristo.

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5

asumir el liderazgo de la nueva iglesia en

1860.

Así comenzó la larga disputa sobre

quién era el sucesor legítimo de José

Smith, Brigham Young o José Smith III,

y cuál iglesia era el verdadero cuerpo de

los seguidores de José Smith.

En 1891 la Iglesia RSUD presentó una

demanda en contra de la Iglesia de Cristo

(Templo Lot), otro grupo escindido,

reclamando el título de la parcela de

terreno en Independence, Missouri, que

José Smith había designado como el lugar

de un templo futuro. Durante este juicio

se discutió la cuestión del legítimo

sucesor de Smith. James Whitehead,

secretario personal de Joseph Smith en

Nauvoo, testificó que “fue declarado por

el propio José Smith que la selección y

ordenación de su hijo José como su

sucesor en el oficio había sido hecha, y la

gente estuvo de acuerdo con ello, por el

voto de la manera acostumbrada, votando

con la mano levantada.”12

José Smith III

testificó también que recordaba “ser

llamado a su oficina [la de José Smith], o

a un salón adyacente a su oficina, y

recibir la imposición de manos, y una

bendición profética o apartamiento, como

sea que se llame.” Luego relató dos

eventos más donde José Smith puso sus

manos sobre su cabeza y le nombró para

ser su sucesor.13

Cuando Hofmann supo que se había

dado una bendición designando al hijo de

José como su sucesor, pero que no quedó

ninguna copia, se dedicó a llenar ese

12

The Temple Lot Case, photocopy by Utah Lighthouse Ministry of “United States Circuit Court (8th Circuit)… The Reorganized Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, complainant, vs. the Church of Christ at Independence, Missouri… Complainant’s abstract of pleading and evidence” (Lamoni, Iowa, 1893), p. 37. 13

Ibid., pp. 40-41.

vacío. En febrero de 1981 Hofmann

mencionó a Michael Marquardt, un

compañero investigador, que había visto

el documento original de la bendición de

Smith. Los autores Linda Sillitoe y Allen

Roberts escribieron:

El documento, fechado el 14 de enero

de 1844, comienza: “Bendito del Señor es

mi hijo José, que es llamado el tercero…”

Más abajo, la frase clave se lee, “Porque

será mi sucesor a la Presidencia del Sumo

Sacerdocio; un Vidente, y un Revelador, y

un Profeta, para la Iglesia; nombramiento

que le pertenece por bendición, y también

por derecho…”

Buscando un comprador, Hofmann

mostró al archivista de la Iglesia SUD

Don Schmidt una fotocopia de la

bendición el 16 de febrero. Schmidt de

inmediato reconoció la importancia y la

controversia potencial, pero mantuvo un

rostro de jugador de póker. “Tendría que

ver el original.”14

Hofmann le explicó a Schmidt que

“venía en una colección que compré de la

familia Bullock en Coalville [Utah], de

Allen Bullock para ser específico.”15

Cuando la Iglesia SUD no saltó ante la

oportunidad de comprarlo, Mark contactó

14

Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 247. 15

Ibid., p. 248.

Page 6: Crímenes de Mormones

6

a la Iglesia RSUD. Sus historiadores

expresaron interés, pero necesitaban

tiempo para hacer los arreglos. Les

prometió el documento y estuvo de

acuerdo en esperar hasta que la iglesia

pudiera hacer la compra. Sin embargo, él

no cumplió con su promesa y se lo vendió

a la Iglesia SUD “por $20,000 en

intercambio, de nuevo aceptando diversas

formas de las primeras monedas y

circulante mormones.”16

Cuando Richard P. Howard,

historiador RSUD, escuchó que el

documento había sido vendido a la iglesia

de Utah se impactó. Esto creó un

bochorno público cuando se dio a conocer

que las dos iglesias luchaban sobre quién

debería poseer el documento. Finalmente

la Iglesia SUD estuvo de acuerdo en

entregar el documento de la bendición a

la Iglesia RSUD a cambio de una copia

del raro Book of Commandments de 1833.

La carrera de Hofmann estaba en pleno

apogeo. “Durante los primeros meses de

1981, Mark Hofmann había hecho

$52,000 en efectivo e intercambio solo

por los documentos mormones.”17

Siguió

“encontrando” más documentos, muchos

de los cuales fueron vendidos a diferentes

coleccionistas pero no se hizo público. En

enero de 1983 Mark se reunió con

Gordon B. Hinckley, miembro de la

Primera Presidencia SUD, para ofrecerle

un nuevo hallazgo, una carta de 1825 de

José Smith a Josiah Stowell, el hombre

que había contratado a José para que

utilizara su piedra para buscar tesoros

enterrados. En la carta Smith

supuestamente decía a Stowell “…ya que

no puede determinar ningún detalle, usted

no debe cavar más hasta que primero

descubra si quedan algunos objetos de

valor, ustedes saben que el tesoro debe

16

Ibid., p. 249. 17

Ibid., p. 251.

estar custodiado por algún espíritu

inteligente…” La carta iba a apoyar la

acusación de la participación de José

Smith en el ocultismo. Hinckley le

entregó a Mark un cheque por $15,000

por el documento.18

En marzo, Hofmann

le mostró a Hinckley otro documento, el

supuesto original del contrato de 1829

entre José Smith, Martin Harris y E. B.

Grandin, relativo a la impresión del Libro

de Mormón de 1830. Este a su vez fue

comprado por Hinckley a nombre de la

Iglesia SUD por $25,000.19

Por desgracia

para todos los interesados, estos

documentos finalmente serían expuestos

como falsificaciones.

La Carta Salamandra y la Magia

En 1983 Hofmann comenzó a contar a

algunos amigos que había descubierto una

carta, que después fue conocida como la

“Carta Salamandra,” supuestamente

escrita por el Testigo del Libro de

Mormón Martin Harris en 1830.

Creyendo que toda la traducción del

Libro de Mormón estaba impregnada de

misticismo y fraude, Hofmann inventó

una carta que rivalizaba perfectamente

con las afirmaciones de magia en el libro

de 1834 de E. D. Howe. Cuando Mark

leyó la Carta Salamandra a Michael

Marquardt, su reacción fue que sonaba

“más como un cuento de hadas de los

Grimm que como una lección de la

Escuela Dominical: hoyas de dinero

custodiadas por espíritus, piedras

videntes, conjuros encantados, „anteojos‟

mágicos, visitas fantasmales. ¡Y en lugar

de un ángel benévolo, un „espíritu viejo‟

irascible y tramposo que se transforma en

una salamandra blanca!”20 La Carta

Salamandra desafiaría el marco religioso

de los inicios del mormonismo,

18

Sillitoe and Roberts, Salamander, pp. 269-270. 19

Ibid., pp. 270-271. 20

Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 154.

Page 7: Crímenes de Mormones

7

lanzándolo en la categoría de la magia

popular en lugar de la revelación divina.

Hofmann, posiblemente preocupado

que estuviera “descubriendo” demasiados

documentos, pidió a su socio, Lyn Jacobs,

que ofreciera el documento a la iglesia

mormona, a cambio de una moneda de

oro acuñada por Brigham Young o una

copia del raro Libro de Mandamientos de

1833. Pero Hinckley estaba receloso de

hacer negocios con Jacobs, alguien a

quien acababa de conocer, y no estaba

seguro si Jacobs mantendría el documento

y la transacción en secreto.21

A fin de evitar el involucrar de manera

directa a la Iglesia SUD en la procuración

de este documento (demasiado

publicitado), Hofmann trabajo mucho con

un miembro SUD fiel, un acaudalado

hombre de negocios llamado Steve

Christensen, para comprar el documento

por $40,000 a fin de impedir que cayera

en “manos equivocadas.” La idea era dar

tiempo para disminuir el interés por el

documento y luego Steve podría donarlo

a la Iglesia SUD.22

Los historiadores y los

investigadores habían oído fragmentos de

la carta recién descubierta y ansiaban ver

el original. Poco tardó la iglesia en darse

cuenta que Mark era la fuga deliberada de

las noticias de sus hallazgos.

Tan pronto como Jerald Tanner pudo

obtener una transcripción mecanografiada

de la Carta Salamandra, comenzó a

investigar el contenido. Pronto comenzó a

preocuparse que fuera una falsificación;

demasiados conceptos y frases parecieran

ser tomados del libro de E.D. Howe y una

carta de Joseph Knight, amigo de José

21

Ibid., p. 159. 22

Ibid., p. 169.

Smith, publicada recientemente en un

artículo de BYU Studies.23

En la edición de marzo de 1984 de su

boletín, el Salt Lake City Messenger,

Jerald esbozó sus dudas. Al mismo

tiempo, los historiadores SUD

investigaban en secreto

si la carta salamandra era

históricamente consistente con su tiempo

y circunstancias aparentes. Llevó a

[Ronald] Walker, [Dean] Jessee and

[Brent] Metcalfe por un camino que en su

mayor parte había sido tabú para los

estudiosos mormones en el pasado, el

estudio de la participación de José Smith

en el ocultismo y desenterrar dinero.

Durante los meses de la investigación,

encontraron abundante material,

extendiéndose desde archivos del juzgado

de sus juicios en Baindridge, Nueva York,

hasta escritos oscuros de los primeros

discípulos. Esta información indicaba que

durante el mismo periodo Smith afirmó

que había sido llevado a un escondite

enterrado de planchas de oro del ángel

Moroni, que trataba de ganarse la vida con

afirmaciones de poderes sobrenaturales

que le permitían localizar tesoros

enterrados de oro y plata con una piedra

vidente y otras prácticas ocultistas

supersticiosas.

A fines de agosto [1984], casi

ochocientas personas se reunieron en un

hotel de Salt Lake City para el Simposio

Teológico Anual de Sunstone. Incluso

antes que se abriera formalmente la

conferencia, el lobby del hotel estaba

repleto de especulación acerca de la

secreta carta salamandra y los reportes de

otra carta secreta que supuestamente

relacionaba a José Smith con la magia

tradicional…

A medida que los aficionados a la

historia de la iglesia se presentaban a la

23

Dean Jessee, “Joseph Knight’s Recollection of Early Mormon History,” BYU Studies (Autumn 1976): pp. 29-39.

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8

reunión, Sandra Tanner se paró en el

vestíbulo del hotel, distribuyendo un

folleto titulado “Las Cartas de Excavación

de Dinero,” en la que su marido expresaba

fuertes reservas sobre la carta de Martin

Harris.24

Jerald amplió su folleto cuestionando

la autenticidad del hallazgo de Hofmann

en octubre de 1984 y reiteró sus dudas en

las ediciones de enero y junio de 1985,

del Salt Lake City Messenger. Pero

Hofmann tenía poco que temer. Los

argumentos de Jerald Tanner, como

mormón apóstata, no fueron tomados en

serio.

Juramento de un Hombre Libre

Para 1985 Hofmann había estado

ocupado creando un número de

falsificaciones históricas, además de sus

documentos relacionados con el

mormonismo. Muchos de estos habían

sido vendidos a coleccionistas privados,

no apareciendo así en las noticias. A

pesar de todas sus ventas de documentos,

Mark estaba en problemas financieros.

Volaba y regresaba a la ciudad de Nueva

York y otros lugares, supuestamente en

busca de documentos antiguos, y

gastando dinero como si su fuente no

tuviera fin. También trataba de comprarse

una casa muy costosa en uno de los

vecindarios más opulentos en Salt Lake

City. Necesitando un documento que le

asegurara financieramente, en marzo de

1985 aseguró haber encontrado una copia

del “Juramento de un Hombre Libre.”25

Históricamente, el Juramento de un

Hombre Libre se creía que era el primer

documento impreso en Estados Unidos en

1647. Solamente se sabía que existía una

24

Robert Lindsey, A Gathering of Saints: A True Story of Money, Murder and Deceit (New York: Simon and Schuster, 1988), p. 135. 25

Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 196-199.

copia, haciendo valer a una segunda copia

cuando menos un millón de dólares. Al

comentar sobre las posibilidades

increíbles que Hofmann encontrara tal

documento por pura casualidad, después

de todos los demás documentos que

afirmó descubrir, un investigador de la

policía comentó:

“Era como si nunca hubieras oído del

Santo Grial. Entonces un domingo vas a

una venta de garaje y encuentras un

pequeño cáliz de plata o copa de estaño y

dices: „¡Oigan, aléjense!‟ Y lo recoges,

también recoges un antiguo catálogo de

Sotheby´s. Luego, en tu camino a casa,

lees el catálogo y encuentras una nota que

indica que el Santo Grial se perdió del

todo después de Cristo. Y básicamente se

ve exactamente igual que el artículo que

acabas de recoger. Dices: „¡Maldición!

¡Acabo de comprarlo esta mañana en la

venta de garaje!‟”26

Pero la Biblioteca del Congreso no fue

rápida para aceptar la autenticidad del

26

Ibid., p. 198.

Page 9: Crímenes de Mormones

9

“Juramento” de Hofmann. Necesitaba

tiempo para investigar y examinar el

documento, tiempo que Hofmann no

tenía. Incapaz de esperar por la venta del

“Juramento de un Hombre Libre,” con

deudas crecientes y acreedores en sus

talones, Mark se regresó a falsificar

documentos.

La Colección McLellin

La Colección McLellin fue el fraude

que finalmente traería la destrucción de

Mark Hofmann. William E. McLellin fue

ordenado apóstol SUD en 1835, pero fue

excomulgado en 1838, volviéndose un

ardiente crítico de la iglesia.

Aunque conservando la creencia en el

Libro de Mormón, McLellin sentía que

José Smith había traído falsas enseñanzas

a la iglesia, como el sacerdocio y la

poligamia. Los líderes de la Iglesia SUD

habían conocido durante mucho tiempo

que McLellin tenía cartas y papeles que

tratan de temas polémicos de la vida de

José Smith. En 1879 la Iglesia RSUD

había publicado una carta de McLellin al

presidente José Smith III, el hijo de José

Smith, en su periódico, The Saints’

Herald, en la que insistía que Emma sabía

del adulterio de su marido.27

En 1878 el

Apóstol Joseph F. Smith, que después

llegaría a ser el sexto presidente de la

Iglesia SUD, visitó a McLellin. Esta

entrevista se registra en el libro de 1838,

Life of Joseph F. Smith. En esta reunión

McLellin aseguró: “Emma Smith [la

viuda de José Smith] le dijo [a McLellin]

que José era tanto un polígamo como un

adúltero… También dijo que José había

dado una revelación falsa en 1829…”28

debido a tales relatos, se esparció el

27

Richard L. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Alfred A. Knopf, 2005), p. 624. 28

Joseph Fielding Smith, Life of Joseph F. Smith (Salt Lake City: Deseret News Press, 1938), pp. 238-240.

rumor que sus diarios y papeles habían

sido preservados y contenían muchos

documentos incriminadores que

avergonzarían a la Iglesia SUD. Pero

nadie parecía saber quién poseía la mítica

colección. Hasta ahora.

Un mes después que Hofmann reportó

haber encontrado el “Juramento de un

Hombre Libre," la noticia en la calle era

que la colección McLellin había sido

localizada. Para que Mark Hoffman

consiguiera el mejor precio para la

colección, tuvo que decir que incluía una

larga lista de elementos. Él le dijo a un

amigo que contenía parte de los papiros

de José Smith,29

otros fueron informados

que la Colección McLellin contenía “las

revelaciones y cartas de José Smith –

realmente un huacal para naranjas repleto

de cartas y documentos –incluyendo seis

pequeños diarios manuscritos de

McLellin de 1831 a 1836, uno por cada

año.30

Sin embargo, Hofmann no pudo

falsificar suficientes documentos antes de

la fecha límite para la venta. El precio de

venta se estableció en $185,000 y

trabajaba simultáneamente con diferentes

personas, así como con la Iglesia SUD, en

la estafa.

Con el Presidente Hinckley fuera del

país en ese momento, Hofmann tuvo que

buscar a alguien más como comprador.

Buscó a su amigo Steve Christensen, el

comprador de la Carta Salamandra, y le

dijo que necesitaba $185,000 para

adquirir la Colección McLellin. Steve

contactó al Élder Hugh Pinnock, antiguo

miembro del Quórum de los Setenta (una

Autoridad General SUD, justo debajo de

la posición de Apóstol), quien a su vez, el

28 de junio de 1985, hizo una llamada

telefónica al First Interstate Bank y

arregló el préstamo. Mark simplemente

29

Sillitoe and Roberts, Salamander, pp. 340-341. 30

Ibid., p. 342.

Page 10: Crímenes de Mormones

10

tuvo que ir a recoger el cheque.31

Por lo

visto, tales transacciones se habían hecho

con anterioridad. Durante la investigación

policiaca de los asesinatos, Harvey

Tanner, jefe de la oficina de préstamos en

el First Interstate Bank, dijo a los

detectives que le “habían asegurado que

no había problema con el dinero para

Hofmann, la iglesia le apoyaba, no se

preocupe.” Luego declaró que “hemos

hecho negocios antes con Pinnock,

obteniendo dinero para la Iglesia sin que

la iglesia sea involucrada.”32

Hofmann también había pedido dinero

prestado a varios otros mormones con

promesas de proporcionar la Colección

McLellin. Jugando con ambos bandos, el

tiempo se agotaba. Hofmann estaba bajo

mucha presión para cumplir con sus

diversas obligaciones. Steve Christensen

había entrado de nuevo en el cuadro ya

que Mark estaba atrasado en su préstamo

de $ 185,000 organizado por Hugh

Pinnock. “Los Hermanos” habían

provocado la ayuda de Steve para

completar la transacción McLellin través

de un acaudalado presidente de Misión

SUD en Nueva Escocia, Canadá.33

Pero Hofmann se fue desesperando

cada vez más en la situación de una olla a

presión que él había creado. Sintiendo la

necesidad de desviar la atención de sus

crecientes deudas y su incapacidad para

producir los documentos ficticios,

Hofmann comenzó a formular un plan

retorcido. Si pudiera sacar a Christensen

de la escena, entonces no sólo sería

liberado de cierta presión financiera

inmediata, pero el drama resultante de la

muerte de Christensen podría reorientar la

31

Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 225-228. 32

Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 43. 33

Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 260.

atención y le compraría tiempo para

producir más documentos.

Las Explosiones

El martes 15 de octubre de 1985, dos

bombas separadas cobraron la vida de

Steve Christensen and Kathy Sheets. La

bomba fijada para Steve Christensen,

dejada en la puerta de su oficina en el

centro de Salt Lake City, fue

especialmente brutal, estaba lleno de

clavos destinados a destruir a su víctima. Gary Sheets era el objetivo previsto para

la bomba número dos; Sin embargo, su

esposa, Kathy, encontró el paquete que

contenía la bomba fuera de su casa y se

convirtió en la víctima de su poder letal.

Mark Hofmann comento posteriormente:

“En el momento que hice esa bomba mis

pensamientos fueron que no importaba si

era el Sr. Sheets, un niño, un perro.”34

Nadie sabe con certeza quién era la

víctima de la bomba número tres. Mark

Hoffman estaba en el centro de Salt Lake

City en el proceso de entregar la bomba

cuando estalló antes de tiempo en su

coche aparcado. Gravemente herido, pero

no muerto, inicialmente se creyó que

Mark fuera otra víctima inocente; Sin

embargo, la investigación se desplazó

rápidamente hacia él como el supuesto

atacante.

34

Sillitoe and Roberts, Salamander, p. 513.

Page 11: Crímenes de Mormones

11

Mentir para el Señor

Poco después que estallara la primera

bomba, Hofmann llamó a Hugh Pinnock

para informarle de la muerte de

Christensen y asegurar a Pinnock que

todavía estaba dispuesto a proseguir con

el negocio McLellin y hacía arreglos para

liquidar el préstamo del banco. Después

que estallara la segunda bomba, Mark

tranquilamente se reunió con el Apóstol

SUD Dallin Oaks en su oficina de la

iglesia y le informó que los estallidos

debían relacionarse con los fallidos tratos

de negocios de Christensen y Sheets y

que no había conexión con los

documentos de Mark. Posteriormente

Pinnock y Oaks se reunieron con Gordon

B. Hinckley para discutir cómo proceder

con la transacción McLellin.35

Al día

siguiente de la explosión que hirió a Mark

Hofmann, el Élder Pinnock fue

entrevistado sobre los crímenes:

El Detective de la policía Don Bell le

entrevistó a la 1:12 de la tarde el 17 de

octubre, el día siguiente que explotara la

bomba en el coche de Hofmann.

“Élder Pinnock, este es el asunto,”

comenzó Bell, libreta en mano. “Esta es

una investigación de homicidios. ¿Conoce

usted al Sr. Hofmann?”

Pinnock hizo una pausa y reflexionó un

momento. “No, no lo creo.”36

Cuando KSL-TV, la estación local de

noticias, propiedad de la Iglesia SUD,

reportó de manera precisa que la Iglesia

SUD estuvo involucrada en la

organización de tratos de documentos y

préstamos ilegales, los líderes de la

iglesia exigieron una retractación. El

reportero Jack Ford se quejó con su jefe:

35

Naifeh and Smith, Mormon Murders, pp. 286-289. 36

Ibid., pp. 300-301.

“La Iglesia está molesta porque

nosotros [KSL-TV] que ellos ayudaron a

arreglar un préstamo. Bueno, ¡lo hicieron!

Dicen que fue un individuo, no la Iglesia,

pero eso es una tontería. Puede haber sido

una persona la que hizo la llamada, pero

era un oficial de la Iglesia, sentado en su

oficina de la Iglesia, en el tiempo de la

Iglesia, usando un teléfono de la Iglesia, y

lo hizo para el… beneficio de la Iglesia.

Nadie más quería esa Colección McLellin

excepto la Iglesia. Y el presidente de la

misión de Nova Scotia no colecciona

documentos. Solo era el tipo de muchos

pesos que dijo „Si necesitan ayuda, les

ayudaré.‟ Si la Iglesia dice que no estaban

ayudando a organizar a ningunos

compradores para nada, ¿cómo se explica

el hecho de que la Iglesia se ofreció para

conseguir un vehículo blindado para ir a

Texas y recoger la Colección?”37

Cuando el Apóstol SUD Gordon B.

Hinckley fue entrevistado por los Fiscales

del Condado Bob Stott y David Biggs

sobre sus múltiples tratos con Mark

Hofmann, trató de ocultar su asociación

con Mark:

Stott y Biggs se movieron inquietos en

sus sillas. Con todo el tiempo de por

medio para recordar esas reuniones, él

todavía no podía recordar nada.

“¿Alguna vez estuvo en su oficina?”

preguntó Stott.

“Probablemente,” dijo Hinckley.

“¡Probablemente!” pensó Biggs. Ahora

incluso olvidaba que lo había aceptado en

la conferencia de prensa…

¿Seguramente recordaba la mañana,

tan solo días antes de las explosiones,

cuando Hofmann vino a decirle que las

planchas Kinderhook “podrían estar

disponibles por el precio adecuado”?

¿Recordaba las planchas Kinderhook?

“No sé mucho acerca de ellas,” dijo

secamente Hinckley.

37

Ibid., p. 475.

Page 12: Crímenes de Mormones

12

Biggs pensaba, Este es Hinckley. Nos

dice que no sabe mucho sobre las planchas

Kinderhook. Dios mío, incluso yo me he

enterado algo sobre ellas en esta

investigación. Tiene que saber lo que

son…

Stott y Biggs presionaron.

¿Seguramente sabía que Steve Christensen

había sido llamado por oficiales de la

Iglesia a todas horas de la noche para que

saliera y se encontrara con Hofmann y le

hiciera que pagara el préstamo del First

Interstate?

Hinckley encogió sus hombros…

Hinckley no podía recordar nada…

Después de otra hora de evasivas,

lapsus de memoria, y sermones, Biggs

perdió la paciencia. “Presidente Hinckley.

Esto ha estado en las noticias, personas

han muerto, ¿no hay ninguna manera que

podamos conseguir un poco de

información sobre sus reuniones con

Hofmann?”38

La entrevista se centró entonces en la

próxima audiencia preliminar.

Cuando Bob Stott finalmente se armó

de valor para hablar sobre el testimonio de

Hinckley en la próxima audiencia

preliminar, [el abogado SUD] Wilford

Kirton saltó.

“El Presidente Hinckley no desea

testificar en la audiencia. Creemos que

sería en el mejor interés de todos no

hacerle testificar.”

Alguien sugirió que tendría que

testificar en el juicio.

“Usted no entiende,” dijo Kirton de

manera imperativa. “El Presidente

Hinckley no desea testificar en la

audiencia, en el juicio, en nada.”39

Enseguida Hinckley le explicó a Stott:

“Esto no es tan importante, en lo que

respecta a los asuntos de la Iglesia,” dijo

38

Ibid., pp. 434-435. 39

Ibid., p. 436.

en voz baja. “Es la Iglesia la que importa.

Usted tiene que considerar primero a la

Iglesia. No deseo testificar.”

“Creo que sería en el mejor interés de

la Iglesia,” añadió con la misma voz

melosa, “si usted simplemente desestimara

el cargo.”

¿Desestimar la acusación? Biggs estaba

consternado. Les tomó un momento darse

cuenta que se refería solo a que Stott

debería desestimar el cargo sobre la carta

Stowell, lo cual permitiría a Hinckley

salirse con la suya en cuanto a testificar en

la audiencia preliminar…

Pero Bob Stott no estaba listo para

hacer eso. “No vamos a desechar el

cargo,” dijo después que recuperó la

compostura. Pero tenía un compromiso de

sugerencia. “Si podemos conseguir que la

defensa establezca su testimonio, no

tendremos que llamarle.”40

Al comparar las notas de los

investigadores de los crímenes de

Hofmann, no hay duda que Gordon B.

Hinckley les mintió.

En Utah Usted no Abochorna a la

Iglesia Mormona

En febrero de 1986 Mark Hofmann fue

arrestado. El caso contra Hofmann era

abrumador. Además de los dos asesinatos,

había falsificado docenas de documentos

y defraudado a muchas personas, incluso

a la Iglesia SUD, posiblemente por dos

millones de dólares.41

En enero de 1987,

se declaró culpable de asesinato en

segundo grado y robo por engaño para

evitar la pena de muerte. Todos habían

estado esperando un juicio donde sería

declarado culpable de asesinato en primer

grado y recibiría la pena de muerte por

sus crímenes despreciables; sin embargo,

sólo recibió una sentencia de por vida,

para ser cumplida en la prisión estatal de

40

Ibid., p. 437. 41

Lindsey, A Gathering of Saints, p. 378.

Page 13: Crímenes de Mormones

13

Utah. La pregunta en las calles de Salt

Lake City era “¿Por qué?”

Estaba claro para todos a estas alturas

que Bob Stott [fiscal] estaba decidido a

evitar un juicio a como diera lugar. Dijo

un policía, cuando la noticia del acuerdo

se extendido por el departamento como el

olor de una fuga de gas, “Incluso si

tuviéramos una confesión, Stott le habría

dado a Yengich [el abogado de Hofmann]

todo lo que quisiera.”

Después, cuando un reportero de Los

Angeles Times voló a Salt Lake City para

cubrir la noticia de última hora de la

defensa-acuerdo, le dijo a Dawn Tracy

[reportera del Salt Lake Tribune] que el

aspecto más sorprendente de todo el caso

era la actitud de la fiscalía. “El fiscal

típico,” dijo el reportero, “sale y agarra a

los chicos malos. Sale y agita las cosas.

Aquí son tan agradables y cooperativos.

Qué bonito acuerdo con el fiscal. En

cualquier otro estado verías que esto va a

juicio, porque así es como se hacen las

reputaciones de los fiscales. El ir a juicio y

conseguirles a los chicos malos grandes

salpicaduras, mucha exposición. Aquí

tienes un bonito acuerdo con el fiscal.”

“Mira,” dijo Tracy, “No asciendes en

este estado avergonzando a la Iglesia

Mormona o haciendo que se vea mal.”42

El manejo del caso de Mark Hofmann

es un ejemplo de la actitud del

mormonismo hacia la verdad: “¡la fe

antes que los hechos!”43

La Iglesia SUD Ya Tenía los Diarios de

McLellin

Como consecuencia de toda la

publicidad negativa y los libros que

exploran el caso Hofmann y la historia

SUD temprana, la iglesia mormona

anunció que sus historiadores se habían

“embarcado en un estudio masivo de los

libros y artículos de prensa en un intento

42

Naifeh and Smith, Mormon Murders, p. 514. 43

Ibid., p. 536.

de armar una lista maestra de errores,

citas erróneas y exageraciones. „Nuestra

respuesta a todas las argumentaciones

formuladas contra la iglesia se hará

pública en unos 60 días,‟ dijo [Richard P.]

Lindsay.”44

Sin embargo, pasarían otros

cuatro años antes que el libro de Richard

Turley, Victims: The LDS Church and the

Mark Hofmann Case, apareciera. Aunque

el libro fue visto como un esfuerzo inútil

para controlar el daño, había un punto de

interés sepultado en medio del libro. En la

página 248 del libro de Turley declara

que “marzo de 1986 trajo un

descubrimiento asombroso,” y procede a

explicar que en ese tiempo los oficiales de

la iglesia se dieron cuenta que ellos ya

tenían una parte importante de la

colección McLellin. Los diarios de

McLellin de 1831 a 1836 habían estado

acumulando polvo en la bóveda de la

Primera Presidencia SUD. De hecho, la

iglesia tenía los documentos desde 1908,

pero no habían sido catalogados, habían

sido hechos a un lado y olvidados.45

Estos diarios fueron descubiertos antes

de la audiencia preliminar de Hofmann y

sin embargo esta información no fue

trasmitida a los investigadores. Por lo

tanto la iglesia suprimió un elemento

clave que habría ido a probar que Mark

no tenía la colección McLellin, lo que

habría contribuido a establecer el motivo

de los asesinatos. Los investigadores, sin

duda habrían citado los diarios de

44

Los Angeles Times, September 18, 1988, como se cita en The Mormon Church and The McLellin Collection, Jerald and Sandra Tanner (Salt lake City: Utah Lighthouse Ministry, 1993), p. 2. Esto ahora se publica como parte del libro de los Tanner, Tracking the White Salamander. 45

Tanner and Tanner, Tracking, pp. 5-6. Para mayor información sobre McLellin, vea William E. McLellin Papers 1854-1880, ed. Stan Larson and Samuel J. Passey (Salt Lake City: Signature Books, 2007).

Page 14: Crímenes de Mormones

14

McLellin si tuvieran alguna idea de que la

iglesia los tenía. Evidentemente, los

líderes de la iglesia deliberadamente

mantuvieron a Hugh Pinnock en la

oscuridad acerca de los diarios para que,

cuando fue interrogado durante la

audiencia preliminar, él con sinceridad

pudiera decir, hasta donde él sabía, que la

iglesia no tenía parte alguna de los

documentos McLellin.46

Con el fin de

mantener a Gordon B. Hinckley fuera del

estrado durante la audiencia preliminar de

1986, la iglesia presentó una declaración

que Hinckley “nunca ha visto, ni poseía,

ni tiene conocimiento del paradero de un

documento o un grupo de documentos

conocidos como la Colección

McLellin.”47

Sin embargo, Hinckley,

Oaks, Turley, Dean Larsen, Dean Jessee,

Glenn Rowe y el personal en el

Departamento Histórico SUD, todos

sabían que la iglesia tenía los documentos

McLellin en la bóveda.48

El escritor Robert Lindsey observó:

“Independientemente de lo que habían

hecho, los documentos de Hofmann

habían estimulado una explosión de la

investigación histórica en relación con

entusiasmo juvenil de José Smith por la

magia y el ocultismo y no disminuyó

después de su condena… y era poco

probable que los del Edificio de

Administración de la Iglesia hubieran

podido nunca contener totalmente el

fuego de la curiosidad intelectual que

Hofmann había ayudado a atizar.”49

Hoy

la participación de José Smith en lo

oculto generalmente es reconocida. En los

últimos veinticinco años numerosos

estudios históricos se han publicado,

46

Tanner and Tanner, Tracking, pp. 10-11. 47

Richard E. Turley, Jr., Victims: The LDS Church and the Mark Hofmann Case (Urbana/Chicago: University of Illinois Press, 1992), p. 303. 48

Turley, Victims, pp. 248-251. 49

Lindsey, Gathering of Saints, pp. 372-373.

dejando la participación de Smith en lo

oculto como una parte incuestionable de

la historia.50

¿Alguna Vez Será Puesto en Libertad

Condicional?

Dos meses después de los treinta de

tres años que Mark Hoffman entrara a la

prisión estatal de Utah dos reclusos

informaron a los guardias que Hofmann

estaba planeando en hacer que varios

miembros de la Junta de Indultos fueran

asesinados. Se afirmó que ofrecía pagar

cuando menos $10,000 por el trabajo. Al

principio Hofmann insistió que los

prisioneros habían inventado la historia

para ganarse el favor en la prisión. Sin

embargo, una carta en clave de Mark a su

esposa, Dori, fue interceptada. ¿Contenía

esta instrucciones para más asesinatos? El

investigador Michael George, de la

Oficina del Fiscal del Condado de Salt

Lake, confrontó a Hofmann con la carta y

exigió una explicación:

Sí, finalmente aceptó, que podría haber

discutido con otros internos la posibilidad

de matar a miembros de la Junta de

Indultos. Luego admitió que lo había

hecho, pero rápidamente agregó que no

había sido idea suya: Otros internos le

habían propuesto la idea.51

Sin evidencia suficiente para

demostrar que Mark había tratado de

manera activa de contratar a alguien para

matar miembros de la Junta de Indultos,

no se hicieron acusaciones adicionales.

50

Vea Early Mormon Documents, edited by Dan Vogel, Vol. 1-5, Signature Books; Early Mormonism and the Magic World View, by D. Michael Quinn, Signature Books; The Rise of Mormonism: 1816-1844, by H. Michael Marquardt, Xulon Press; Insider’s View of Mormon Origins, by Grant Palmer, Signature Books; Joseph Smith: The Making of a Prophet, by Dan Vogel, Signature Books; Joseph Smith: Rough Stone Rolling, by Richard Lyman Bushman, Knopf. 51

Lindsey, Gathering of Saints, p. 376.

Page 15: Crímenes de Mormones

15

Con eso, sin embargo, toda esperanza de

recibir una libertad condicional se

desvaneció como humo en el viento.

Hofmann y la Masacre de Mountain

Meadows

Otro documento de Hofmann ha salido

a la luz este año. Un artículo en el Deseret

News del 7 de septiembre de 2010,

anunció “Durante los últimos 27 años, los

historiadores han identificado a William

Edwards como participante en la Masacre

de Mountain Meadows en 1857. Pero los

examinadores forenses de documentos

dicen ahora que la declaración jurada de

1924, que implicaba a Edwards, es una

falsificación vinculada al bombardero

Mark Hofmann.”52

La declaración jurada

ha sido citada en tres libros que tratan de

la masacre: Massacre at Mountain

Meadows de Ronald W. Walker, Richard

E. Turley, Jr., y Glen M. Leonard; Blood

of the Prophets de Will Bagley; e

Innocent Blood: Essential Narratives of

the Mountain Meadows Massacre de

David L. Bigler y Will Bagley.

¿Se Puede Confiar en los Documentos?

Los documentos de Hofmann han

llevado a algunas personas a desechar

todas las referencias negativas relativas a

los principios del mormonismo como

posibles falsificaciones. Sin embargo, los

que escriben sobre la historia SUD hoy

son cuidadosos al hacer referencia a los

documentos con una historia conocida. La

mayoría de las primeras cartas y diarios

relacionados con el mormonismo se han

adquirido de miembros de la familia o

conocidos, siempre han estado en

posesión de una institución bien

establecida. Por lo general, un número de

personas que han estado al tanto de los

52

Michael De Groote, “Mountain Meadows Massacre affidavit linked to Mark Hofmann,” Deseret News (September 7, 2010).

documentos durante años. Por ejemplo,

David Whitmer, Martin Harris, los

vecinos de los Smith, etc., formularon

declaraciones que fueron publicados

durante su vida. Por otra parte, Mark

Hofmann no pudo revelar quién había

sido el dueño anterior o donde se había

almacenado el documento. Dado que los

examinadores forenses de documentos

están hoy mejor preparados para poner a

prueba la autenticidad de los documentos

de lo que estaban hace veinticinco años,

sería muy difícil para que otra

falsificación tipo Hofmann tuviera éxito.

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Traducción:

Max ruiz m.

Octubre 2015