Crisis de Los Misiles y Definición de Guerra Fría

download Crisis de Los Misiles y Definición de Guerra Fría

of 25

Transcript of Crisis de Los Misiles y Definición de Guerra Fría

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    1/25

    82

    Universidad de Los Andes. Procesos Histricos. Revista de Historia y Ciencias Sociales. 2009. N 16. pags. 82-106.

    Lo que revelan los archivos desclasificados sobre la crisis de los misiles en Cuba y la

    definicin de la Guerra Fra1

    Por Aurilivi Linares Martnez2

    Programa de Doctorado Universidad Complutense de Madrid.

    [[email protected]]

    ResumenEn este trabajo se analiza la Crisis de los Misiles en Cuba a la luz de los datos que, sobre losacontecimientos histricos ocurridos en octubre de 1962 en el contexto de la Guerra Fra, ofrecenlos documentos secretos desclasificados por la Unin Sovitica y Estados Unidos, con el

    propsito de determinar la naturaleza de este conflicto que ambas superpotencias y susrespectivos bloques protagonizaron. La nocin de la Guerra Fra sufre un giro importante tras laCrisis de los Misiles en Cuba, pues se muestra cmo un enfrentamiento directo, no blico, entredos modos de ser en el mundo que determin, en un clima de tensin permanente condicionadopor el temor a la destruccin mutua y el uso de los respectivos arsenales atmicos, el choque dedos bloques bien cohesionados que desplegaron sendas estrategias: la guerra revolucionaria y lacontencin.Palabras clave: Guerra Fra. Crisis de los Misiles en Cuba. Archivos secretos. John F. Kennedy.Nikita Khrushchev. Fidel Castro.

    AbstractWhat reveal the declassified files on the Cuban missile crisis and the definition of Cold WarThis article analyzes the Cuban Missile Crisis making use of the data about the historical eventswhich were taking place during October of 1962 within the context of the Cold War, provided bysecret documents declassified by the Soviet Union and the United States, in the aim of definingthe nature of this conflict dominated by the superpowers and their respective blocks. The conceptof the Cold War suffered an important transformation because of the Cuban Missile Crisis. Theincident visualized the direct conflict without warfare between two antagonistic ways of worldunderstanding within a tense atmosphere made permanent because of the fear of mutualdestruction by the use of atomic weapons and the evolution of two main strategies: revolutionarywar and contention.

    Key words: Cold War. Cuban Missile Crisis. Secret files. John F. Kennedy. Nikita Khrushchev.Fidel Castro.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    2/25

    83

    I. Introduccin

    Algunos detalles ocultos acerca de la historia de la Guerra Fra lentamente salen a la luz, envirtud de la paulatina apertura de los archivos secretos norteamericanos y soviticos. En efecto,los historiadores descubrieron nuevas fuentes de informacin cuando el gobierno de EstadosUnidos desclasific los ltimos fragmentos de las cintas confidenciales que tienen grabadas todaslas discusiones en las que particip el Presidente John F. Kennedy durante las casi dos semanasde la llamada crisis de los misiles en Cuba3. Pero casi simultneamente se desclasificarondocumentos que contienen datos an ms reveladores: las minutas de las reuniones y decisionestomadas por el Bur Poltico de la Unin Sovitica (el llamado Presidium del Comit Centraldel Partido Comunista Sovitico) y los archivos secretos relacionados con Cuba, inclusoanteriores a la crisis de los misiles, pertenecientes a los servicios de inteligencia soviticos.4

    A partir de las recientes fuentes de informacin que se podan consultar libremente, y sobre labase de una nueva metodologa que permitiera interpretar en su totalidad el evento histrico, loshistoriadores han ido redefiniendo la Guerra Fra. Quizs sin proponrselo, han puesto enentredicho la mayora de las obras que racionalizaron, desde diversos puntos de vista, los graveshechos acaecidos en octubre de 1962, en los que, esencialmente, estuvieron involucrados trespases: Estados Unidos, Cuba y la Unin Sovitica. De este modo, se profundiz mucho ms enel anlisis de la Guerra Fra al comprobarse que sta ya no constitua un conflicto coyunturalsurgido despus de la Segunda Guerra Mundial, ni que simplemente se deba al choqueideolgico entre el comunismo y el capitalismo, sino que se trataba de un conflicto general,permanente, que se manifiesta de muy diversas maneras y que se inscriba en un contexto msamplio que el puramente militar o ideolgico5. En consecuencia, se superaron gradualmentealgunos de los planteamientos iniciales de la llamada tesis tradicional que sobre la Guerra Frasiguieron la mayora de los autores, que comenzaron a estudiar con rigor el tema desde 1947. 6

    El reexamen de esta tesis, especialmente despus que finalizara la crisis de los misiles en Cuba,llev a muy diversas interpretaciones cada vez ms cientficas, profundas y menos tendenciosas-de la Guerra Fra. stas se agruparon, bsicamente, en funcin a tres corrientes de pensamiento:en primer lugar, los historiadores seguidores del realismo poltico, tales como M. D. Sheelman,H. J. Morgenthau, A. M. Schlesinger o L. J. Halle, analizaron el conflicto como el resultado deuna lucha por el poder entre las dos grandes potencias, en beneficio de lo que cada unadenominaba inters nacional, que se identifica con la propia seguridad del Estado; en segundolugar, para los revisionistas como Fleming, G. Alperovitz, G. Kalko, W. Williams, L. Gadner, laresponsabilidad principal en el desencadenamiento de la Guerra Fra recaa en los EstadosUnidos, debido a la poltica ms doctrinaria y agresiva que llev a cabo el presidente Truman,producto de la aspiracin capitalista de dominar el mundo; en tercer lugar, los autores post-revisionistas como J. L. Gaddis, G. Herring o G. Lundestad, ofrecen una visin ms completa,rechazando el determinismo econmico establecido por otras escuelas.

    Junto a tales escuelas, otros trabajos ofrecieron tambin aportaciones relevantes sobre la GuerraFra. En este sentido, nos interesa destacar la contribucin efectuada por el periodista francs A.Fontaine en su obra titulada Histoire de la detente 1962-1981, publicada en 1982, cuandoafirm que la Guerra Fra constitua un proceso cclico: enfrentamiento, prueba de fuerza y

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    3/25

    84

    distensin. Segn este autor, las dos superpotencias tenan la pretensin de perpetuarse por los

    medios de los que disponan, estaban condenadas a vivir juntas y, por ello, eran solidarias yrivales, pero haban tenido que actuar para resistir las corrientes centrfugas que las carcoman7.A partir de estas ideas, y con independencia del debate sobre los orgenes y finalizacin de laGuerra Fra, J. C. Pereira distingue varios ciclos o etapas a lo largo de las poco ms de cuatrodcadas de duracin de dicho enfrentamiento -poltico, ideolgico, econmico, tecnolgico ymilitar- que tuvo lugar durante el siglo XX entre los bloques occidental-capitalista, liderado porEstados Unidos, y oriental-comunista, liderado por la Unin Sovitica. Cada ciclo se caracteriza,segn este autor8, por las siguientes fases: un primer perodo de distensin, moderacin en elenfrentamiento, disminucin de los conflictos y lenguaje sereno y constructivo; un segundomomento en que aparecen alarmantes signos de tensin, un lenguaje ms duro en los polticos ymilitares de los dos bloques, aumento de conflictos y de los presupuestos militares, rupturas de

    negociaciones y acuerdos; un tercer perodo se caracteriza por el estallido de un conflicto tipo,momento de mxima tensin en el que se est al borde del enfrentamiento blico directo y laquiebra del sistema bipolar.

    Otras interpretaciones, incluso anteriores a la de A. Fontaine, descansan fundamentalmente en laimportancia del factor psicolgico basado en la teora de la frustracin, relegando otros factores.Al respecto, en el trabajo que K. D. Kerning, H. Lades y J. H. Pfister publican enMarxismo yDemocracia. Enciclopedia de Conceptos Bsicos, a mediados de los aos sesenta, se expresa quela Guerra Fra designa una poltica de hostilidad que viene motivada por un mecanismo quedenominan como de agresin-frustracin y que determina el proceder de norteamericanos ysoviticos9. La frustracin se producira porque en ambas partes no se cumplieron una serie deesperanzas debido a las ideas y dogmas ideolgicos ficticios que tenan del otro; ello provocaraun miedo porque el otro pudiera tener ms poder e imponerse, que les obligar a adoptar unaactitud agresiva, considerando al contrario como el enemigo al que hay que combatir y vencer.De este modo, las relaciones entre Estados Unidos y la Unin Sovitica evolucionan en dosetapas: a) relaciones conflictivas, desarrolladas en plena Guerra Fra, caracterizadas porque lastensiones entre las ideologas se manifiestan ms latentes y contrapuestas; b) coexistencia con lacontroversia, en la que los dos bloques tienen que aceptar la convivencia con el otro, en tanto encuanto no variaran las condiciones que haban hecho posible dicha coexistencia.

    R. Mesa, en su intento de ordenar la comprensin de la Guerra Fra, establece algunos rasgosdefinitorios no slo de su esencia, sino tambin de su comportamiento tctico10. En primer lugar,plantea que durante el conflicto exista una renuncia a la guerra generalizada que, por lautilizacin de las armas nucleares, equivaldra a la extincin de la existencia de parteconsiderable del gnero humano. Esta tensin generaba una poltica de riesgos calculados conla disuasin nuclear como eje bsico, pues cualquier provocacin estratgica de una de lassuperpotencias poda ser respondida por la otra con armas nucleares, inicindose as un conflictoatmico que supondra el fin de la humanidad. La idea fundamental de las potencias era igualar aladversario en armamento nuclear o superarlo con un lmite nico: la imposibilidad de destruccinmutua. La sospecha de una ventaja del contrario generaba, por lo tanto, una carrera dearmamentos por lograr de nuevo el equilibrio del terror como garante de la paz; de modo que,una nueva iniciativa o un nuevo armamento generaba en el contrario la necesidad de restablecerdicho equilibrio.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    4/25

    85

    En segundo lugar, dicho autor aduce que la Guerra Fra necesitaba -para su persistencia- ser

    retroalimentada por tensiones continuas: un estado de alerta permanente, de desconfianzarecproca, donde desempea un papel bsico la llamada guerra de propaganda o ideolgica. As,se confirma, como materializacin de la rivalidad, la hegemona de cada superpotencia en el senode sus respectivos bloques, puesto que uno de los frutos tcticos de la Guerra Fra es labipolaridad y la instrumentalizacin de las alianzas. Y, en tercer lugar, se argumenta que lastensiones continuas se enlazan con la aparicin, unas veces espontneas y otras provocadas, deconflictos armados en la periferia del sistema, pues recurdese que el perodo de la Guerra Fracoincide con el de la descolonizacin, donde surgen numerosas guerras de liberacin nacional.Situaciones como la del Sudeste Asitico o el Cercano Oriente son ilustraciones de estosconflictos rigurosamente localizados, en los que tambin abundan conflictos armados imbuidospor las propuestas ideolgicas enfrentadas en la Guerra Fra. Pero, la presencia de las

    superpotencias no es slo ideolgica, sino tambin econmica y militar, lo que no era obstculopara que, en situaciones lmites, tambin estuviesen presentes con sus propias fuerzas armadas,cuidando siempre que nunca coincidiesen en un mismo conflicto armado los ejrcitos de EstadosUnidos y la Unin Sovitica.

    Las anteriores aproximaciones a una caracterizacin de la Guerra Fra, nos colocan, sin embargo,ante un problema de contradiccin respecto de las reglas de la lgica formal, as como latradicin intelectual que ha recorrido el pensamiento poltico, estratgico y militar frente alfenmeno guerra, cuyas definiciones incluyen el choque violento como componente internoinsustituible. Por ello, a los fines de profundizar en la interpretacin de la Guerra Fra, en esteensayo nos proponemos estudiar la crisis de los misiles en Cuba, dada su trascendencia en eldesarrollo del conflicto entre Estados Unidos y la Unin Sovitica en las casi tres dcadasulteriores a 1962, con el propsito de dar respuesta a la siguiente interrogante: Qu nos dice lacrisis de los misiles en Cuba acerca de la naturaleza de la Guerra Fra?

    De este modo, determinaremos qu carcter podra darse al estado de tensin permanente entrelas dos superpotencias y los bloques liderados por ellas, a la luz del anlisis que se ha hecho delos datos que ofrecen las nuevas fuentes primarias sobre los acontecimientos histricos ocurridosen Cuba en octubre de 1962. El reto es grande, pero la experiencia de proyectarnos a otra poca,ms de cuatro dcadas atrs, y de relatar y analizar los eventos pasados resulta, con seguridad,muy enriquecedora.

    II. La crisis de los misiles en el contexto de la Guerra Fra

    La crisis de los misiles en Cuba, considerada por J. C. Pereira como un conflicto tipo11, seinscribe dentro de un agitado contexto internacional caracterizado por una verdadera disputaglobal, que histricamente se denomin Guerra Fra12. No solamente porque las contiendas porpoderes que se libraron enfrentaron a combatientes de las regiones ms dispares, sino tambindebido a que la dinmica bipolar de ideologas antagnicas -comunista y capitalista- indujoimportantes transformaciones polticas, econmicas y sociales, tendencias culturales y avancescientficos a lo largo y ancho del planeta.Es en este significativo contexto general que la referidacrisis de octubre de 1962, encuentra sus antecedentes histricos ms inmediatos.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    5/25

    86

    Ahora bien, el primer perodo de la postguerra mundial se haba caracterizado, en opinin de J.

    A. Nathan y J. K. Oliver

    13

    , por duras negociaciones y a veces amargos intercambiosdiplomticos. Luego, los sucesos estaban adquiriendo un giro ms sombro, puesto que lasrelaciones EsteOeste haban comenzado a asumir las proporciones de una lucha entre dosteologas competitivas. Esto llev, segn apuntan estos autores, a que Estados Unidos y la UninSovitica adoptaran el ms crudo y peligroso de los medios para comunicarse con el otro: laamenaza, la contraamenaza, la confrontacin y la escalada de la confrontacin. Por otra parte,destaca R. Powaskique la nueva carrera de armamentos aument las tensiones internacionalesentre las superpotencias y esto lleg a ser motivo de gran preocupacin para sus dirigentes, algrado de interesarse en un acercamiento diplomtico para establecer un acuerdo que pudieraasegurar la paz, sin sacrificar las zonas de influencia de cada bloque.14

    La consolidacin de Nikita Khrushchev

    15

    favoreci ese acercamiento tras el proceso dedesestalinizacin16, que tendi hacia una mayor apertura en las relaciones internacionales,aunque mantena la lucha por la competencia hegemnica de los soviticos con Occidente. Sinembargo, la bsqueda de un acercamiento entre las dos superpotencias en un ambiente dedistensin enfrent otras dificultades, principalmente debido a las desavenencias entre los dosbloques respecto de la particular situacin de Berln, donde el sector occidental mostraba undesarrollo econmico que contrastaba con el sector oriental sometido a la poltica sovitica.Berln se haba constituido en la nica puerta abierta del teln de acero a travs de la cualhaban pasado de Oriente a Occidente, en un periodo de diez aos, ms de tres millones depersonas. Se lleg incluso a plantear la posibilidad de reunificar las dos Alemania, posibilidadque fue rechazada categricamente por ambas superpotencias.

    Se crea as una situacin de conflicto que hizo temer un nuevo bloqueo de Berln, encircunstancias ms peligrosas que el anterior. El gobierno de Mosc amenazaba con firmar untratado de paz con la Repblica Democrtica Alemana y traspasar, de esta forma, la soberana dela ciudad a los alemanes; algo que, sin duda, incomodaba a los occidentales. Tras un proceso detira y afloja, la tensin se redujo cuando la Unin Sovitica retir la amenaza. Berln volva aser el barmetro que meda la tensin o el entendimiento entre las dos superpotencias. Con todo,el problema no se haba arreglado, slo se haba pospuesto, pues, posteriormente, volvera asurgir con toda su crudeza en 1961 con la construccin del muro de Berln.

    Ante esta nueva tensin en las relaciones Este-Oeste, la negociacin diplomtica se converta enun asunto de suma urgencia, por lo que los gobiernos de Washington y Mosc acordaron celebraruna cumbre. En septiembre de 1959, Khrushchev visitaba Estados Unidos para entrevistarse conel Presidente Eisenhower en Camp David, Maryland. Los resultados de esa reunin fueronpositivos para la paz y establecieron las bases de una mutua cooperacin entre ambas potencias,dentro de lo que se llam Espritu de Camp David, aunque no se lleg a ningn acuerdoconcreto. Con base en el Espritu de Camp David, los gobiernos de Estados Unidos y la UninSovitica inauguraban un nuevo tipo de relaciones internacionales enmarcadas en un propsito decoexistencia pacfica, que signific una tendencia hacia un mejor entendimiento entre ambaspartes. Se supona que cada superpotencia tratara de mantener, e incluso fortalecer, su propiobloque en una especie de hegemona compartida basada en el respeto mutuo. La coexistencia

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    6/25

    87

    pacfica se entenda tambin como el compromiso de evitar un conflicto mundial y consolidar

    una situacin de equilibrio en las fuerzas armadas, tanto convencionales como atmicas.La intencin expresada por las superpotencias a favor del desarme y la paz abri grandesesperanzas en el mundo atemorizado por la amenaza de una guerra nuclear. Pero, una vez ms,los avances tecnolgicos se impusieron. En mayo de 1960, un avin espa norteamericano U-2fue derribado cuando sobrevolaba el territorio de la Unin Sovitica. Hasta entonces, lascaractersticas de vuelo de estos aviones los haban hecho tericamente invulnerables a cualquierataque sovitico, pues fabricados casi artesanalmente y con una enorme superficie alar, los U-2eran capaces de volar a gran altura (su techo de servicio era de 25.900 m) durante horas y horas,fotografiando de una vez enormes extensiones de terreno (3.450 x 200 km) y captando lastransmisiones terrestres. Los U-2 de la CIA despegaban de sus bases en Alemania y Turqua, y

    atravesaban el territorio de la Unin Sovitica impunemente. Pero, en 1960, los soviticos habandesarrollado los misiles tierra-aire SA-2 Guideline, siendo uno de estos cohetes antiareos el quederrib el avin espa; sin embargo, de acuerdo con otras versiones ms recientes, el protagonistafue un avin de caza sovitico que logr desestabilizar al aparato norteamericano con un golpe desuerte y audacia. En cualquier caso, Gary Powers, el piloto del U-2, sobrevivi y confes supertenencia a los servicios de inteligencia norteamericanos.

    El incidente se haba producido en vsperas de la cumbre de Pars que deba reunir a losdirigentes soviticos y norteamericanos. Eisenhower se neg a presentar excusas a Khrushchev,por lo que este ltimo abandon la capital francesa el 16 de mayo. Dicho suceso termin desocavar la imagen del Presidente de Estados Unidos, para entonces un hombre de avanzada edad,en una poca en la que los norteamericanos pedan ya sangre joven para la Casa Blanca. Tambinera un momento especialmente malo para Khrushchev17.

    El incidente del U-2 derribado sobre la Unin Sovitica no slo arruin la cumbre de Pars entreKhrushchev y Eisenhower, sino que tambin conllev la decisin de los soviticos a interesarsepor la posibilidad de extender la revolucin a tierras de Amrica Latina. Khrushchev pareca estarrealmente interesado en una poltica de afianzamiento de posiciones y una cierta distensin. Sibien Cuba no representaba, a primera vista, un escenario tan apetitoso como para poner ladistensin en peligro, lo cierto es que Mosc tampoco poda quedarse de brazos cruzados frente alas insistentes peticiones de ayuda procedentes de La Habana.

    Al respecto, el libroOne Hell of a Gamble. Khrushchev, Castro and Kennedy, 1958-1964, de A.Fursenko y T. Naftali, demuestra, a partir de documentos y entrevistas, el sistemtico rolconspirativo de Fidel Castro, Ral Castro y Che Guevara que, sin lugar a dudas, apuntaba a latoma del poder en Cuba y la imposicin del comunismo desde arriba, descartando la hiptesis deque el proceso de radicalizacin cubano fue una consecuencia inevitable ante presiones osanciones de Washington. En efecto, el anlisis de las evidencias que dichos autores manejan,conduce a travs de sinuosos senderos a una alianza de intereses que, luego de que Fidel Castroasumiera el poder en sustitucin del dictador Fulgencio Batista, comenz a gestarse en secretodesde abril de 1959, cuando una delegacin del Partido Socialista Popular se reuni en Mosccon miembros del Secretariado del Partido Comunista Sovitico y con el Mariscal Sokolovskypara solicitar el envo de armas y de personal militar a Cuba18. La Unin Sovitica tambin

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    7/25

    88

    comenz a otorgar dinero a Fidel Castro a partir de 1960, bajo el acpite de personalidad

    progresista internacional, como consecuencia no slo de una valoracin espontnea por parte delKremlin de su nuevo aliado, sino tambin como una respuesta a los, al aparecer, cada vez msapremiantes pedidos de dinero por parte del mximo dirigente cubano.

    Esta relacin se mantendra a diversos niveles durante los primeros 24 meses, incluso despus deque tanto Fidel como Ral Castro prescindieran del papel intermediario de los cuadrosprofesionales del Partido Socialista Popular. Los documentos de la KGB archivan mensajes que,desde Cuba y Mxico, avisaban de las futuras intervenciones de propiedades norteamericanas ocubanas, textos de declaraciones de marcado tono antinorteamericano, supresin de los mediosindependientes de prensa, olas de arrestos a figuras relevantes de la insurreccin peroobstaculizadoras de la instauracin comunista, aniquilamiento del sindicalismo libre. La KGB

    tambin conoci, con varias semanas de antelacin, el plan de establecer un sistema de vigilanciaentre la poblacin civil, lo que luego se present como una idea espontnea de Fidel Castro, el 28de septiembre de 1960, cuando anunci la creacin de los denominados Comits de Defensa dela Revolucin, como consecuencia de una respuesta a varios artefactos dinamiteros queestallaron esa noche en La Habana mientras pronunciaba un discurso. De manera que, en agostode 1960, la direccin poltica suprema de la Unin Sovitica y Khrushchev en particular- nonecesitaba ms pruebas de Fidel Castro.

    Ahora bien, la inminencia de las elecciones norteamericanas posiblemente oblig a Eisenhower amostrarse duro y enmendar errores y debilidades. As, en julio de 1960, el Presidentenorteamericano resolvi eliminar drsticamente los cupos de azcar que Estados Unidoscompraba anualmente a Cuba con un precio subvencionado. Fue entonces cuando la situacin dioun vuelco definitivo: la estructura econmica cubana se basaba en el monocultivo del azcar, y lamedida norteamericana era un golpe decisivo que slo se poda paliar a corto plazo contando conla Unin Sovitica como nuevo cliente. Luego, Mosc firm un convenio econmico con LaHabana por el que se comprometa a adquirir el 10% de la cosecha de azcar y suministrarcantidades limitadas de petrleo19. A partir del verano, Cuba avanz decididamente hacia lasatelizacin respecto de la Unin Sovitica, desde donde Khrushchev incluso se mostr dispuestoa defenderla militarmente.

    En Estados Unidos, los jvenes candidatos a la presidencia comenzaron a incluir la cuestincubana en sus discursos electorales: haba que hacer algo. En realidad, ya desde marzo de1960, el Presidente Eisenhower haba autorizado el entrenamiento clandestino de exiliadoscubanos anticastristas. Desde la Guerra de Corea, la CIA se haba mostrado crecientementeagresiva en diversas operaciones en Irn, Tibet, Laos o Indonesia y haba organizado, de formaimpecable, la cada del Presidente Jacobo Arbenz en Guatemala. Cuando el candidato del PartidoDemcrata, John F. Kennedy, era proclamado Presidente de Estados Unidos, el 1 de enero de1961, ya estaba en marcha la operacin para desembarcar fuerzas regulares, integradas porexiliados cubanos, en Baha de Cochinos.

    En abril de 1961, utilizando las mismas tcnicas y aviones trados de las operaciones enIndonesia, la CIA organiz el desembarco de la anticastrista Brigada 2506 en Baha de Cochinos.El hecho presentaba grandes similitudes con la operacin en Guatemala siete aos antes, incluso

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    8/25

    89

    en la utilizacin de Nicaragua como base. Pero el ataque termin en un fracaso total.

    Polticamente, el ataque de Baha de Cochinos result para Fidel Castro mucho ms exitoso quesu triunfo militar. El gobierno de Kennedy se encontr en una posicin diplomticamente muydifcil; y el propio Presidente norteamericano apareci como el responsable de la derrota, a causade su negativa de prestar apoyo areo a los invasores. Fidel Castro, totalmente enardecido,explot al mximo la situacin resultante. Proclam a Cuba repblica socialista y realiz unexpreso reconocimiento de que era marxista-leninista y de que siempre lo haba sido.

    C. Leante destaca que, como consecuencia del episodio de Baha de Cochinos, no haba, por elmomento, alguna posibilidad de accin directa de Estados Unidos contra Cuba, excepto unaoperacin encubierta de la CIA que tena muy poca o ninguna importancia, que bajo el nombrede Mangosta aparece descrita en documentos recientemente desclasificados por esta agencia de

    inteligencia, as como un plan (igualmente de la CIA, en absoluto del Gobierno norteamericano)de asesinato del lder cubano, que Castro conoca tal vez mejor que quienes lo fraguaban20. Sinembargo, Castro no se confiaba y quera fortalecerse militarmente para, fundamentalmente,disuadir a Estados Unidos de una accin directa y constituir potencialmente una amenaza a laseguridad norteamericana; proseguir su poltica de exportacin de la revolucin al continenteamericano; y solidificar su rgimen y mantener el control absoluto de la poblacin cubana,mediante la adquisicin de un armamento tan contundente que lo hiciera imbatible.Consiguientemente, inici un abierto acercamiento a la Unin Sovitica en busca de apoyomilitar, invocando la posibilidad de que finalmente los norteamericanos decidieran invadir Cubapara destituirlo y poner trmino a su rgimen comunista. Este hecho provoc un gran nerviosismoen el gobierno norteamericano, pues con un satlite ubicado muy cerca de las costasnorteamericanas, los soviticos haban logrado saltarse el cinturn aislante de grandes pactos yalianzas polticas y militares, con los que el Secretario de Defensa de Eisenhower, Foster Dulles,pretenda rodear a la Unin Sovitica. Evidentemente la sovietizacin de Cuba tuvo un enormesignificado como episodio crtico de la Guerra Fra.

    La llegada de Kennedy a la Casa Blanca supuso un cambio importante en relacin con laadministracin republicana de Eisenhower. Al emprender su presidencia, los soviticosmanifestaron su disposicin de mejorar las relaciones con Estados Unidos. Khrushchev felicitcon efusin al nuevo Presidente norteamericano al tomar ste posesin del cargo, y puso enlibertad a dos oficiales de las fuerzas areas norteamericanas cuyo avin de reconocimiento RB-47 haba sido derribado, cuando sobrevolaba territorio sovitico en julio de 1960. Kennedyrespondi a estos gestos levantando las restricciones a la importacin de carne de cangrejosovitica y proponiendo un incremento mutuo del nmero de consulados y de intercambioscientficos y culturales. Aunque la capacidad de Kennedy para tomar medidas que mejoraran lasrelaciones entre Estados Unidos y la Unin Sovitica se vio restringida ante su decisin deaparecer duro respecto del comunismo. En efecto, durante la campaa para las eleccionespresidenciales lleg a sostener, lo siguiente: El enemigo es el sistema comunista en s,implacable, insaciable, inquieto en su apetito de dominacin mundial. Quiz declaraciones deesta clase no fueron ms que ejemplos de la retrica electoral de Kennedy, pero lo cierto es queimpidieron cultivar el apoyo de los ciudadanos a un deshielo de la Guerra Fra en los comienzosde su presidencia.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    9/25

    90

    Tambin la retrica de Khrushchev hizo que la reconciliacin fuese difcil, cuando no imposible,

    en los primeros tiempos de la presidencia de Kennedy. El 6 de enero de 1961 el dirigentesovitico declar que su pas apoyara las guerras de liberacin nacional en el mundosubdesarrollado. Arthur Schlesinger, confidente de Kennedy e historiador, escribi que laspalabras de Khrushchev alarmaron al presidente ms de lo que le aliviaron las seales amistosasde Mosc. Aunque Kennedy estaba dispuesto a negociar para poner fin a la Guerra Fra, primerotendra que ocuparse del desafo sobre el Tercer Mundo que le lanz Khrushchev. En opinin deotro historiador, Bruce Miroff, la reaccin de Kennedy a las bravatas de Khrushchev revel unagudo complejo de inferioridad que el Presidente norteamericano manifest por medio de unamalsana necesidad de demostrar sus capacidades como lder. Debido a ello, en vez de hacer casoomiso de las amenazas de Khrushchev o restarles importancia, como sola hacer Eisenhower,Kennedy se las tom como algo personal y las convirti en pruebas de voluntad que le empujaron

    a fabricar crisis innecesarias. Por las razones que fuesen, principalmente ideolgicas, polticas opsicolgicas y todas fueron importantes-, al formular su respuesta inicial a la Unin Sovitica,Kennedy opt por dar mayor importancia a los actos belicosos de Khrushchev que a sus gestosamistosos. Slo despus de que Kennedy demostrara al dirigente sovitico que no era blando conel comunismo, avanzara la diplomacia durante su presidencia.

    En la cumbre de Viena del 3 y 4 de junio de 1961, Khrushchev pidi el consentimiento deKennedy a un tratado de paz con Alemania que, de forma definitiva y oficial, pusiera fin a laSegunda Guerra Mundial, para obtener as el reconocimiento occidental de las fronterasexistentes en la Europa del Este. El tratado de paz que Khrushchev propuso en Viena era, enesencia, el mismo que Eisenhower haba rechazado en 1958, principalmente porque pona fin a lapresencia militar occidental en Berln y daba el control de las rutas de acceso a la ciudad algobierno de la Alemania oriental. En Viena, Khrushchev amenaz de nuevo con firmar un tratadode paz por separado con la Alemania oriental, antes de finales de 1961, si las potenciasoccidentales se negaban a cooperar. Kennedy reaccion advirtiendo a Khrushchev que si cumplasu amenaza, las relaciones entre la Unin Sovitica y Estados Unidos experimentaran un froinvierno.

    Khrushchev respald con hechos su amenaza relativa a Berln. El 8 de julio de 1961 suspendi lareduccin de los efectivos del ejrcito sovitico y orden un incremento de un tercio en los gastosmilitares. Para detener la fuga de alemanes orientales a Occidente (que en agosto se calcul en1.000 personas diarias), Khrushchev permiti que el gobierno de la Repblica DemocrticaAlemana empezara a construir el Muro de Berln, el 13 de agosto de 1961.

    Kennedy consider que las medidas que acababa de tomar Khrushchev no eran slo una amenazaa la libertad de Berln occidental, sino que tambin ponan a prueba el compromisonorteamericano con la defensa de todo el mundo libre. Sin embargo, a diferencia de Eisenhower,la primera respuesta de Kennedy fue de naturaleza militar en lugar de diplomtica: 1.500soldados norteamericanos en vehculos blindados bajaron por la autobahn hasta Berln, a la vezque 150.000 reservistas del ejrcito eran llamados al servicio activo. Kennedy estaba dispuesto air ms lejos si era necesario. Dijo a Schlesinger que crea que haba una probabilidad entre cincode un choque nuclear.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    10/25

    91

    Por suerte, el enfrentamiento en Berln se calm despus de que Kennedy se negara a derribar el

    muro, como algunos le aconsejaron que hiciera y, en su lugar, aceptara las propuestas deKhrushchev para encontrar una solucin negociada de la crisis. Aunque las conversaciones sobreBerln, que empezaron en septiembre, no fueron fructferas, dieron a Khrushchev la posibilidadde retirar el plazo que haba fijado para la firma de un tratado de paz con Alemania, lo quepermiti que la crisis se extinguiera.

    Para cubrir su retirada en Berln, as como para responder al incremento del arsenal nuclearnorteamericano, el 30 de agosto de 1961 Khrushchev anunci que la Unin Sovitica iba areanudar las pruebas de armas nucleares, con lo que rompi la moratoria que haban declarado lassuperpotencias treinta y cuatro meses antes. Durante los siguientes sesenta das, los soviticosllevaron a cabo ms de cincuenta pruebas nucleares en la atmsfera, entre ellas una con una

    potencia de cincuenta y ocho megatones, el artefacto nuclear ms potente que se haba hechoestallar hasta entonces. El 5 de septiembre, Kennedy respondi a la accin de Khrushchevordenando la reanudacin de las pruebas nucleares norteamericanas.

    Mientras Kennedy cambiaba la postura norteamericana ante las pruebas de armas nucleares, susconsejeros preparaban una revisin importante de la doctrina estratgica de Estados Unidos.Kennedy pensaba igual que los que consideraban que la estrategia del gobierno de Eisenhower,que se basaba en las represalias masivas, era suicida. En vista de ello, insisti en que EstadosUnidos deba poseer la capacidad de hacer frente a la agresin comunista en todos los niveles sinprovocar automticamente un holocausto nuclear. Crea que para esto sera necesario dar mayorimportancia a la diplomacia, la accin encubierta, las operaciones contra las guerrillas, y lasfuerzas convencionales.

    La estrategia de la respuesta flexible que adopt el gobierno de Kennedy permitira a EstadosUnidos, como dijo el General Maxwell Taylor, Presidente de los Jefes del Estado MayorConjunto, responder en cualquier parte, en cualquier momento, con armas y fuerzas apropiadasa la situacin. Con el fin de que Estados Unidos tuviera fuerzas convencionales suficientes parahacer frente a una agresin no nuclear, el gobierno de Kennedy dobl el nmero de barcos de laarmada e increment los efectivos del ejrcito de once a diecisis divisiones. Adems, el nmerode escuadrillas areas se ampli de las diecisis que existan en 1961 a veintitrs a mediados delos aos sesenta, al tiempo que la capacidad de transporte areo se aumentaba en un 75 por 100.

    Para luchar contra las guerrillas comunistas, Kennedy aprob la creacin de una nueva fuerzaantisubversiva cuyo nombre, los boinas verdes, escogi l personalmente. En enero de 1962,Kennedy tambin cre un grupo especial integrado por quince miembros y presidido por elgeneral Taylor, cuya misin sera coordinar las actividades antisubversivas de Estados Unidos entodo el mundo, pero especialmente en Amrica Latina y el sudeste de Asia. Sin embargo, pese adepender ms de las fuerzas convencionales y antisubversivas el gobierno de Kennedy, comotambin lo hara despus su sucesor Lyndon Johnson, aument mucho el arsenal nuclearnorteamericano21. Robert S. McNamara, Ministro de Defensa del gobierno de Kennedy, arguyque el incremento del arsenal nuclear fue necesario para dar a Estados Unidos mayor flexibilidadde ataque. McNamara esperaba que limitar los ataques de represalia a las instalaciones militaressoviticas, en vez de lanzarlos contra ciudades (estrategia de contrafuerza), permitira a Estados

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    11/25

    92

    Unidos evitar la guerra nuclear total que la estrategia de represalia masiva hubiese hecho

    prcticamente inevitable; asimismo, crea que el aumento del nmero de armas nuclearesgarantizara que Estados Unidos tendra suficientes cabezas nucleares para responder eficazmentea un primer ataque sovitico.

    Este aumento del podero militar estadounidense elimin toda posibilidad de limitar la carrera dearmamentos nucleares durante la presidencia de Kennedy. Asimismo, hizo que los militaressoviticos se dieran cuenta de que exista una disparidad en el nmero de misiles que eradecididamente favorable a Estados Unidos y, por tanto, contribuy a que presionaran aKhrushchev con el objeto de que incrementar el arsenal nuclear sovitico o, al menos, ofrecer laapariencia de paridad con los norteamericanos como un arreglo rpido del problema soviticode la inferioridad estratgica. En el contexto de la Guerra Fra se inscribe, a nuestro entender, la

    crisis de los misiles en Cuba y ello nos ayudar a comprender muchos de sus rasgos, as comogran parte de los acontecimientos que se desarrollaron a lo largo de este conflicto tipo.

    III. La presencia militar sovitica en Cuba

    Bajo la poltica de Nikita Khrushchev de enfrentar fuertemente a Estados Unidos y propiciar laexpansin mundial del comunismo, los soviticos intensificaron enormemente su apoyo poltico,militar y econmico a Fidel Castro. La existencia de un rgimen declaradamente comunista ypro-sovitico en Cuba, representaba el punto ms avanzado de penetracin en la zona deinfluencia norteamericana y una importante base para expandir el comunismo hacia el resto deAmrica Latina. En este sentido, R. Dallek, en su artculo biogrfico sobre John F. Kennedy,

    expresa que Khrushchev tena la sensacin de que el apoyo de Castro a la subversin finalmenteconvencera a Kennedy de actuar contra l, a travs de una nueva invasin norteamericana aCuba22. As, envueltas en el misterio ms completo, empiezan las negociaciones entre Cuba y laUnin Sovitica. Segn apunta C. Leante, luego de un encuentro clandestino entre Castro yKhrushchev en el Kremlin23, empezaron las idas y venidas de personajes diplomticos -como elembajador de Cuba en la Unin Sovitica, Carlos Olivares, o el de la Unin Sovitica en Cuba,Dmitri Alexeiev-, y de delegaciones militares cubanas a la Unin Sovitica -dirigidas stas porRal Castro y el Che Guevara- y viceversa.

    Fortalecidas las relaciones sovitico-cubanas, se acuerda convertir a Cuba en una base de misilesdesde la cual poder amenazar, de modo directo, a Estados Unidos, pues con qu facilidad un

    misil disparado desde Cuba poda alcanzar los centros vitales de Norteamrica!24

    . A tal efecto,Khrushchev accedi, junto con los jefes militares y polticos soviticos, a desplazar en la islacaribea veinticuatro misiles R-12 de alcance medio, que podan llegar hasta 1.690 kilmetros, ydiecisis misiles intermedios R-14, con un alcance 3.380 kilmetros. El plan tambin requeraaproximadamente cuarenta y cuatro mil efectivos de apoyo y trece mil trabajadores civiles enconstruccin, as como una base naval sovitica que albergase buques de superficie y submarinosequipados con misiles nucleares. De esta forma, Khrushchev aspiraba lograr de un golpe que laUnin Sovitica duplicara su capacidad de bombardear nuclearmente el territorio norteamericano.Esta pretensin se evidencia claramente de las citas que realizan A. Fursenko y T. Naftali, de lastranscripciones de la intervencin del entonces primer ministro sovitico cuando explicaba, ante

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    12/25

    93

    los miembros del Bur Poltico, la racionalidad del plan de situar en el traspatio de Estados

    Unidos esas armas estratgicas.

    25

    A travs de este plan, Khrushchev tena la esperanza de recuperar la influencia poltica perdida acausa de ciertos contratiempos, tanto internos como externos26; pero principalmente considerabaque el despliegue de misiles soviticos en Cuba, impedira un ataque directo contra sta deEstado Unidos, mantendra la isla caribea en la rbita de Mosc y le permitira negociar conWashington sobre el tema de Berln desde una posicin con fuerza. Al respecto, Gaddis parecedemostrar de forma fehaciente que Krushchev realmente coloc los misiles en Cuba para protegera Castro y a la revolucin cubana contra las amenazas de invasin de Estados Unidos, dada sudebilidad emocional por la isla y sus firmes convicciones polticas e ideolgicas27. En otraspalabras, Cuba estaba amenazada y tena derecho a solicitar ayuda, y a su vez la Unin Sovitica

    tena derecho a proporcionrsela. De manera que, si bien Khrushchev saba que,estratgicamente, la Unin Sovitica estaba en condiciones inferiores a Estados Unidos, lapretensin de alcanzar un equilibro de poder era importante, pero secundaria respecto de lanecesidad de frenar cualquier accin militar norteamericana contra el gobierno de Castro yconservar, en consecuencia, el nico enclave marxista-leninista en Amrica Latina.28

    Khrushchev se convenci de que Kennedy no provocara el estallido de una guerra nuclear si lascabezas nucleares soviticas eran ubicadas en Cuba, al igual que los norteamericanos habanpuesto las suyas en los misiles situados en Turqua. Los quince mil misiles Jpiter de alcanceintermedio bajo control de Estados Unidos, que pasaron a ser operativos en 1962, habanasustado mucho a Mosc, pero Khrushchev no prevea su uso. El lder del Kremlin, segndestaca Gaddis, procedi a examinar el panorama y tomar una postura: Los norteamericanos hanrodeado nuestro pas con bases militares y nos han amenazado con armas nucleares, y ahoraaprendern qu se siente teniendo misiles enemigos apuntando hacia ti; no podamos hacer nadamenos que darles algo de su propia medicina29. En este sentido, cabe preguntarse si Khrushchevpoda creer en serio que Estados Unidos, ante la posible pulverizacin de sus tropas dedesembarco mediante armas nucleares tcticas, no iba a responder con una rplica devastadoracontra Cuba o la Unin Sovitica.

    El objeto de Khrushchev era ocultar el despliegue de misiles en Cuba hasta despus de laselecciones al Congreso norteamericano, a pesar de haber considerado utilizar como unajustificacin pblica el precedente creado por Estados Unidos de fijar sus misiles en algunospases alrededor de la Unin Sovitica, una vez que se anunciara la presencia de los misilessoviticos en la isla caribea. De esta manera, planeaba asistir a la Asamblea General de laOrganizacin de las Naciones Unidas (ONU), reunirse con Kennedy y revelarle la existencia deuna base de misiles a pocos kilmetros del territorio de Estados Unidos, consiguiendo as delpresidente norteamericano concesiones sobre Berln y Cuba.

    Aunque el transporte de misiles desde la Unin Sovitica hasta Cuba era difcil de ocultar,Khrushchev crea lgicamente que si los norteamericanos notaban el aumento de envo dehombres y armas a Cuba, lo veran simplemente como un fortalecimiento de las defensas cubanascon vistas a otra invasin. Ya desde mediados de 1962, el servicio de inteligencia norteamericanahaba detectado la presencia militar sovitica en Cuba y se sospechaba que tambin el ejrcito

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    13/25

    94

    cubano estaba siendo abundantemente aprovisionado con el ms moderno armamento sovitico e

    instruido respecto de su uso. Con todo, las declaraciones soviticas, tanto pblicas comoprivadas, le dieron a los norteamericanos la seguridad de que los preparativos militarespresentaban un cambio de grado, pero no de tipo. En efecto, despus de la invasin de Baha deCochinos, Khrushchev le haba dicho a Kennedy: No tenemos bases en Cuba, y no nosproponemos establecer ninguna; y a principios de septiembre de 1962, envi un mensaje aKennedy a travs del embajador Anatoli Dobrynin, en el que prometa que nada se har antes delas elecciones al Congreso de Estados Unidos que pudiera complicar la situacin internacional oagravar la tensin en las relaciones entre nuestros dos pases. Sin embargo, por mucho queKennedy deseara creer en las promesas de moderacin de los soviticos, no poda evitarsospechar de todas sus aseveraciones.

    La amenaza que la movilizacin de equipamiento militar significaba para la seguridad militar deEstados Unidos, detectada por la inteligencia norteamericana, haba determinado que seestableciera un sistema muy intenso de vigilancia de todos los movimientos militares en Cuba; yespecialmente del trfico naval sovitico militar y mercante hacia la isla y en la zona del Caribe.Los medios de que dispona la inteligencia militar norteamericana para vigilar las actividadessoviticas en Cuba, estaban constituidos fundamentalmente por la captacin del trfico de radiode las unidades navales soviticas en las aguas del Atlntico norte y el Mar Caribe; y por losvuelos de los aviones U-2, capaces de alcanzar alturas casi estratosfricas y fotografiar elterritorio cubano con enorme precisin. Asimismo, como parte de las medidas de respuesta antela intensificacin de la presencia militar sovitica en Cuba, en septiembre de 1962, el gobiernonorteamericano haba reforzado de manera importante sus guarniciones militares, areas ynavales en la pennsula de Florida.

    El 5 de setiembre de 1962, en uno de sus frecuentes discursos, el Presidente Kennedy manifiestaque Estados Unidos no tolerara una presencia militar sovitica en Cuba, y que para evitarlopodra considerar el empleo de todo tipo de armas, lo cual era una clara referencia al armamentonuclear. Por su parte, Khrushchev y sus generales no dudaban de que se llegara al punto en que laoperacin sera descubierta por los norteamericanos, por lo que, como medida de respaldo a esaoperacin, se dispuso enviar submarinos equipados con torpedos nucleares, y desplegarlos entorno a la eventual zona de operaciones navales contra Cuba.

    IV. Desarrollo y solucin del conflicto

    El despliegue militar sovitico hacia Cuba constituy, sin lugar a dudas, una hazaa de logsticanotable que los norteamericanos parecieron apenas notarlo30. Pero la operacin secreta fuedescubierta antes de tiempo. El 14 de octubre de 1962 uno de los aviones espas norteamericanosU-2 tom fotografas cuando haca vuelos rutinarios de inspeccin del territorio cubano, paraverificar la actividad militar sovitica en la isla; estas fotografas mostraron, segn los analistasde la CIA, la presencia de armas ofensivas y plataformas de lanzamiento que estaban siendoconstruidas en San Cristbal, al oeste de La Habana. A partir de ese momento, el mundo asisti asu crisis ms aguda al borde del holocausto nuclear. Las dos superpotencias estaban frente afrente.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    14/25

    95

    La gravedad de la situacin suscit en Washington enorme estupor y profunda alarma,

    especialmente debido a que, como explica Gaddis, Khrushchev haba prometido repetidamente-no enviar armas ofensivas a Cuba a travs de los canales oficiales y del agente secreto de la KGB,Georgi Bolchakov31; sin embargo, las fotografas del U-2 dejaron ver que el Primer Ministrosovitico haba estado mintiendo. El 17 de octubre, otro vuelo similar dio como resultado unnuevo descubrimiento de plataformas de lanzamiento para misiles de alcance intermedio enGuanajuay, al este de San Cristbal, lo que aument el arco de la amenaza a 1.850 kilmetrosms sobre el territorio continental estadounidense. El estudio fotogrfico revel la existencia de16 a 32 instalaciones en condiciones de entrar en accin en un plazo de tiempo no superior a unasemana.

    As, una vez establecido en forma definitiva que los soviticos estaban instalando proyectiles

    nucleares en Cuba capaces de bombardear todo Estados Unidos, Kennedy actu con rapidez ycongreg a un grupo de consultores jerarquizados que lleg a ser llamado Comit Ejecutivo delConsejo de Seguridad Nacional (ExComm)32, para debatir, acelerada e intensamente, cul habrade ser su respuesta ante ello.

    Indudablemente, Kennedy estuvo sometido esos das a tensiones que difcilmente experimentaronotros gobernantes antes que l para que cambiara sus puntos de vista33. En efecto, en la edicinhecha por E. May y P. Zelikow de las cintas que tienen grabadas todas las discusiones en las queparticip Kennedy durante los trece das de la crisis de los misiles en Cuba34, se puede apreciarmejor cmo el Presidente norteamericano fue presionado por los ms connotados pacifistas talescomo el senador William Fullbringht-, palomas por excelencia segn la conocida divisinconceptual, que abogaron, junto con una inmensa mayora de su estirpe, por una rpida ycontundente intervencin militar en Cuba. Por su parte, los halcones -como John McCone,entonces jefe de la CIA, o el general Maxwell Taylor, Jefe del estado mayor conjunto-, si bienformaban parte del grupo que consideraba imprescindible una intervencin militar, a la hora deofrecer a Kennedy una opinin que podra ser definitoria, siempre insistan en dos elementos: nopodan garantizar la eliminacin de todos los misiles en territorio cubano y tampoco prever, entodo su alcance, la magnitud de la respuesta sovitica ante los llamados ataques quirrgicosareos para la destruccin de todo armamento ofensivo, o la intervencin general a fin de ocuparla isla y neutralizar esas armas.

    Las cintas editadas de E. May y P. Zelikow, junto con la reconstruccin minuciosa de A.Fursenko y T. Naftali, y el valiossimo libro de Robert Kennedy, titulado Thirteen Days: AMemoir of the Cuban Missile Crisis (1969), ofrecen -de una forma muy elocuente- cmopaulatinamente, frente a un amplio abanico de posibilidades -que inclua desde un ataque areopreventivo hasta un desembarco masivo de tropas norteamericanas-, la idea del bloqueo naval35de Cuba para impedir el envo de los misiles soviticos y forzar el desmantelamiento de las basesde lanzamiento, deja de convertirse en una opcin marginal para devenir a medida queavanzaban las discusiones- en la estrategia de respuesta al reto de la Unin Sovitica. Las otrasopciones tcticas previstas, obviamente, no habran dejado indiferente a la Unin Sovitica, nosolamente por la forma en que alteraran los preexistentes equilibrios militares, sino,esencialmente, por la importante repercusin que ello tendra para el prestigio sovitico en

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    15/25

    96

    momentos en que al objetivo de expansin militar se una el de expansin del rgimen poltico y

    econmico del comunismo en todo el mundo.Segn R. Dallek, se predeca que una arremetida contra Cuba tendra por consecuenciarepresalias soviticas en Turqua o Berln, y que supondra el riesgo de desencadenar una guerranuclear que, en el mejor de los casos, producira graves divisiones, y el juicio de la historia raravez coincide con el espritu del momento36. En definitiva, un ataque a la referida isla caribeaexiga tener un potencial significativo para que, al menos, permitiera a los norteamericanosasegurarse un xito verdaderamente fulminante, antes de que los soviticos pudieran reaccionarefectivamente a la agresin, lo cual era muy improbable.

    En la noche del 22 de octubre de 1962, el Presidente Kennedy se dirigi a los norteamericanos y

    al mundo entero en un mensaje -de diecisiete minutos- transmitido por radio y televisin. Subreve mensaje para explicar la crisis y su decisin del bloqueo era crucial no solamente para unira Estados Unidos, sino, tambin, para presionar a Khrushchev y conseguir que accediera a suspeticiones. Kennedy dej bien clara la gravedad de los hechos a los que se enfrentaban EstadosUnidos y la Unin Sovitica y, en realidad, el mundo entero. Explic que, tal como se habaanunciado antes, el gobierno de Estados Unidos haba establecido una estrecha vigilancia sobrelos movimientos militares soviticos en Cuba y que, como resultado de ello, se habadeterminado, sin lugar a dudas, que la Unin Sovitica estaba desplegando en territorio cubanorampas de lanzamiento y misiles nucleares. Asimismo, conden rotundamente a los soviticospor mentir: el despliegue representaba una completa traicin de la fe en las repetidas promesassoviticas de suministrar a Cuba solamente armas defensivas. Estados Unidos, segn anunciKennedy, no podan tolerar aquella amenaza a su seguridad y, por lo tanto, a partir de esemomento se pona a Cuba en cuarentena para bloquear los envos de armas ofensivas e impedirque llegaran a la isla37. Si los soviticos no daban marcha atrs, quedaran justificadasposteriormente cualquier accin de Estados Unidos, y el uso de los misiles que ya se encontrabanen Cuba llevara consigo ataques contra la Unin Sovitica a modo de represalia. Finalmente, elPresidente norteamericano exigi el rpido desmantelamiento y la retirada de todas las armasofensivas de Cuba bajo la supervisin de la ONU, y prometi impedir cualquier amenaza a losaliados de Estados Unidos, incluido el valiente pueblo de Berln occidental.

    Tras esta declaracin y el desarrollo ya efectivo de la crisis, que ataa fundamentalmente aEstados Unidos y la Unin Sovitica, el protagonismo de Castro declin y fue rpidamenteignorado por ambas partes38. Estados Unidos comenz de inmediato a recibir el apoyo de losmiembros del Pacto de Ro o Tratado Interamericano de Asistencia Recproca (TIAR) y de laOrganizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN), as como otros Estados pro-occidentales,por la firmeza mostrada ante la Unin Sovitica. Asimismo, la ONU manifiesta su conformidaddespus de la excelente presentacin del caso hecha por Adlai E. Stevenson, quien puso en gravesaprietos al delegado sovitico que intentaba negar la existencia de los envos de armamentonuclear en Cuba.

    La respuesta de la Unin Sovitica fue tambin importante. La decisin del bloqueo naval tomtotalmente por sorpresa a Khrushchev, que estaba convencido, por muy diversas seales quereciba de las ms altas esferas de Washington, de que la instalacin de misiles estratgicos en el

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    16/25

    97

    Caribe no representaba un acontecimiento que iba a ser impugnado con violencia. En efecto, de la

    misma manera que Khrushchev crey firmemente en sus posibilidades de victoria en el proyectode instalar misiles en Cuba, fue notable su cambio de actitud ante la firmeza de Kennedy, unafaceta desconocida y hasta entonces menospreciada por l. El lder sovitico se percatrpidamente del error que haba cometido, tanto as que cuando an no era evidente que podallegar a un acuerdo con el gobierno de Washington, instruy de urgencia la orden de cancelar elposible empleo de armas nucleares tcticas en territorio cubano, en caso de una invasin directa ala isla por Estados Unidos, colocando dichas armas bajo el estricto control de Mosc.

    Sin embargo, el 23 de octubre, Khrushchev declar que la Unin Sovitica no reconoca derechoa los norteamericanos para establecer un cerco naval alrededor de Cuba y vea al bloqueo comouna agresin, por lo que advirti que los barcos soviticos no tenan por qu respetarlo.

    Asimismo, declar que si los barcos norteamericanos intentaban acciones de bloqueo contra losbuques soviticos, aqullos seran hundidos; pero nunca inform que tena en la zona submarinosequipados con torpedos nucleares. Pero, el 24 de octubre, informes de prensa anunciaron que, enlas primeras horas de la maana, los barcos soviticos que estaban ms cerca del borde de la zonade exclusin, se haban detenido.

    A medida que pasaban las horas aumentaba la tensin en el mundo entero. El enorme riesgo deque en cualquier momento estallara una guerra nuclear devastadora era claramente percibido entodas partes. Sin duda, los contactos diplomticos en el marco de la ONU y en otros niveles, sellevaban a cabo minuto a minuto durante los tres das en que la expectativa ominosa de unaTercera Guerra Mundial asuma creciente posibilidad. Kennedy estaba decidido a esperar y ver, ylos soviticos obligados a asumir el riesgo del estallido de una guerra si decidan que sus barcosmercantes atravesaran la lnea de bloqueo.

    En alta mar las tripulaciones de los submarinos soviticos -movidos por motores diesel-soportaban condiciones extremas. El calor rondaba los 39 grados centgrados, se agotaban lasexistencias de agua potable y el aire se enviciaba tornndose irrespirable. Por ello, el 25 deoctubre, el capitn del submarino B130 decidi emerger brevemente; pero fue rpidamentedetectado por el destructor antisubmarino norteamericano Blandy, el cual inici unapersecucin lanzando cargas de profundidad de advertencia. Los norteamericanos supieron, deesta forma, que los soviticos tenan submarinos en la zona, pero nunca sospecharon con qu tipode armamento estaban equipados.

    En una carta recibida el 26 de octubre, Khrushchev propona a Kennedy el desmantelamiento delas bases sovitica de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la garanta de que Estados Unidosno invadiera a Cuba ni apoyara operaciones con ese fin. Antes que el Presidente Kennedy tuvieratiempo de contestar tal propuesta, el 27 de octubre recibi otra carta, ya no redactada porKhrushchev, sino por el Ministro del Exterior sovitico, en la que sorprendentemente secambiaba el trato, recogiendo la idea lanzada por The Times de Londres, y repetida por WalterLippman en el New York Herald Tribune, de que Estados Unidos evacuara sus bases de misilesen Turqua; adems, se aseguraba a Kennedy que los cohetes soviticos que se encontraban enCuba estaban completamente bajo control de Mosc. Por primera vez, la Unin Soviticareconoca formalmente que haba misiles nucleares en Cuba. Sin embargo, Kennedy vacil,

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    17/25

    98

    aunque desde haca tiempo desconfianza de la rentabilidad de los misiles Jpiter emplazados en

    los territorios de Turqua e Italia; incluso haba solicitado del Departamento de Estado queentablara negociaciones para su remocin.

    Tras la segunda carta, lleg la noticia de que un avin U-2 haba sido derribado sobre Cuba porun cohete SAM39 y de que otro U-2, de modo accidental, se haba desviado de su ruta ysobrevolado el territorio sovitico, corriendo el riesgo, como dijo ms tarde Khrushchev, de quelo confundieran con un bombardero nuclear. El nerviosismo se desat entre el PresidenteKennedy y sus consejeros ms inmediatos. Al conocerse la noticia, haba casi unanimidad en laopinin de que Norteamrica deba atacar por la maana con bombarderos y cazas, y destruir lasbases de los SAM. El incidente deba tener una respuesta, pero tras largas discusiones, Kennedyvolvi a decidir no atacar, al menos, por el momento.

    Finalmente, Kennedy acept una de las dos cartas de Khrushchev. La contraofertanorteamericana quedara establecida en los siguientes trminos: la Unin Sovitica retirara deCuba los misiles y las armas ofensivas bajo la inspeccin y comprobacin de una delegacin dela ONU y de Estados Unidos, y todo el hemisferio occidental se comprometan a no invadirCuba. La jugada dio resultado. Despus de continuas negociaciones secretas, de las que estuvoexcluido siempre Fidel Castro, el 28 de octubre el Kremlin manifest su disposicin de retirar losmisiles de Cuba, tan pronto como Estados Unidos se comprometiera a desmovilizar sus fuerzasde invasin y admita la supervisin de la ONU. Mucho ms tarde se supo que, a cambio delretiro, Kennedy acept retirar los obsoletos misiles de mediano alcance que Estados Unidos tenadesplegados en Turqua y a no invadir Cuba; pero con la condicin de que esa parte del acuerdono llegara a ser de pblico conocimiento en, al menos, seis meses.

    Los soviticos, en efecto, retiraron sus bases de misiles y sus asesores militares de Cuba, puesaunque Fidel Castro se neg a permitir la prometida inspeccin de la ONU, el reconocimientoareo de Estados Unidos revel que las bases se haban desmotado. Por su lado, losnorteamericanos se limitaron a adoptar una ley que estableci la prohibicin a las empresasnorteamericanas de comercializar con Cuba, y como parte de los acuerdos diplomticosalcanzados con la Unin Sovitica, Estados Unidos retir tambin algunos misiles instalados enbases situadas en territorio turco. Por consiguiente, los objetivos de Khrushchev haban sidocubiertos, pero ello le cost la humillacin pblica: en el pulso de fuerza, los soviticos sehaban retirado y la responsabilidad haba sido de su dirigente40; Kennedy, en cambio, aparecacomo vencedor, aunque Castro, a pesar de haber sido excluido de las negociaciones, logr conxito consolidar su rgimen en virtud de la promesa arrancada al Presidente norteamericano deque no invadira Cuba. De esta forma, se pone trmino al conflicto tipo, sin que lassuperpotencias dieran muestras de debilidad, ni de derrota, ya que el marcador dentro delcontexto de la Guerra Fra quedaba as igualado. Se vuelve a evitar el enfrentamiento directoentre Estados Unidos y la Unin Sovitica, algo que los gobiernos de Washington y de Mosc noqueran ni imaginar, por mucho que la publicidad blica de la poca expresase lo contrario, pueslos enfrentamientos se traspasaran a terceros pases, como ocurri en Corea y volvera a ocurrir,posteriormente, en Vietnam.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    18/25

    99

    Tras conocerse la manera como John F. Kennedy abord el tema de la presencia de proyectiles

    soviticos en territorio cubano y su perseverancia de dar una respuesta flexible a la amenaza deun ataque nuclear, es necesario dar crdito a la intuicin y sentido democrtico del Presidentenorteamericano, algo que ya ha sido puesto de manifiesto por los historiadores con ocasin a lasediciones de las cintas que tienen grabadas las intervenciones de Kennedy durante la crisis de losmisiles en Cuba. Particularmente, Gaddis dibuja con eficiencia los nuevos materiales que se hanpodido consultar para presentar un nuevo enfoque acerca de la competencia entre Estados Unidosy la Unin Sovitica con ocasin a la crisis de los misiles en Cuba, y determina que el resultadode sta constituy ms un compromiso de evitar una conflagracin, que una victoria para laspartes en conflicto41. En este sentido, se afirma que Kennedy demostr su valor frente a la crisisno con su agresividad -a pesar de la persistencia de algunos miembros del ExComm de utilizar lafuerza militar-, sino con su deseo al compromiso y a una solucin no militar; lo cual

    representaba, naturalmente, una postura contraria a la firmeza asumida por otros lderesnorteamericanos que sufrieron las presiones soviticas durante la Guerra Fra.

    Lo curioso de esto es que la imagen de debilidad o de estadista inseguro que Kennedy ofreci aKhrushchev, se revel como la paradoja que evit una nueva guerra mundial, pues lejos decolocar a Estados Unidos y al resto del mundo en riesgo para proteger su propia reputacin por sutozudez, el Presidente norteamericano demostr ser pacificador, un lder democrtico preocupadopor las consecuencias que sus decisiones podan generar. Es posible pensar que, en los brevesdas de la crisis de los misiles en Cuba, Kennedy reflexion que una vez desatado el demoniomilitar nadie poda asegurar cundo se le volvera a controlar, ni cul sera el alcance destructivoque su furia iba a dejar sobre la tierra. Sin embargo, no debe olvidarse que la suerte del mundo enesos momentos no dependi solamente de Kennedy.

    En efecto, segn varios ex jefes militares soviticos, es cierto que, en los peores instantes de lacrisis sus fuerzas en Cuba posean 162 cabezas nucleares, entre ellas -al menos- 90 cabezastcticas. En ese mismo perodo, Fidel Castro pidi al embajador sovitico en La Habana queenviara un cable a Khrushchev para informarle que el mximo lder cubano le instaba a que, encaso de un ataque de Estados Unidos, contraatacara con una respuesta nuclear. Esto permiti ver,desde luego, que existi un autntico peligro de que, ante semejante ataque que muchosmiembros del gobierno estadounidense estaban dispuestos a recomendar al Presidente Kennedy-,las fuerzas soviticas en la isla caribea habran podido decidir emplear sus armas nucleares antesque perderlas; pues es necesario distinguir aqu entre la retrica habitual del gobierno cubano y elhecho, desconocido entonces, de que las tropas soviticas acantonadas en la isla tenan desde unprincipio la autorizacin de emplear las armas nucleares tcticas para repeler un desembarconorteamericano.

    Hasta hace pocos aos tambin se conoci que los cuatro submarinos soviticos que seguan losbuques de la Marina estadounidense en las proximidades de Cuba, llevaban torpedos dotados decabezas nucleares. El jefe de cada submarino tena autoridad para lanzar sus torpedos en caso deser atacados; y lo que haca la situacin ms temible, era que los submarinos no podancomunicarse con sus bases, y siguieron patrullando durante cuatro das despus de queKhrushchev anunciara la retirada de los misiles soviticos en Cuba. Sin duda, hubiera bastado

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    19/25

    100

    que slo uno de esos torpedos fuese lanzado y alcanzara a un barco norteamericano, para que

    estallara una guerra nuclear.V. Consecuencias de la crisis

    Las consecuencias de la crisis de los misiles en Cuba seran muchas y muy importantes. Laprincipal, a nuestro juicio, es que como conflicto tipo supone la culminacin de una nueva faseen la evolucin de la Guerra Fra, en la que se haba rozado la posibilidad del estallido de unaguerra nuclear. Esto hace ver a los mximos dirigentes de las dos superpotencias, la necesidad deuna comunicacin directa y, aunque no gustara, de una intensificacin de los contactos entreellos. As, el espritu de la confrontacin abierta dio paso a la apertura de unos canales de relacininstitucionalizados entre Estados Unidos y la Unin Sovitica, cuyo smbolo ms clebre fue el

    telfono rojo, inaugurado en julio de 1963, que pona en comunicacin directa al Kremlin con laCasa Blanca en los momentos de crisis aguda. Paralelamente, a mediados de la dcada, en laOTAN se desterr la doctrina de la represalia masiva en caso de un ataque nuclear por la derespuesta flexible, en virtud de la revisin que, a partir de la crisis de los misiles en Cuba, sehizo de la poltica de defensa a la vista de las nuevas circunstancias militares y polticas, as comola aparicin de nuevas armas nucleares.

    Asimismo, examinada en la perspectiva de los hechos ulteriores, la crisis de los misiles en Cubapuede considerarse como el punto de inflexin del proceso de expansin sovitica y de lairradiacin del comunismo a escala mundial. La Unin Sovitica, tras la crisis de los misiles,obtuvo garantas para el futuro de Cuba, pero sta qued aislada y vigilada en su espacio naturaly, lo que era ms importante, se limitaron enormemente sus posibilidades para expandir su idealrevolucionario en Amrica Latina. La Unin Sovitica trat de capitalizar esta nica o, al menos,ms notable conquista efectiva, porque en alusin a una fbula narrada por Khrushchev losnorteamericanos no se adaptaron del todo al olor de la cabra, es decir, a vivir bajo la cercanaamenaza de los cohetes rusos, tal como los propios soviticos vivan en su territorio respecto a lasbases estadounidenses en suelo europeo, incluidas las de Espaa.

    Ante la humillacin sufrida, la Unin Sovitica extrajo una leccin, perfectamente a tono con elclima de la Guerra Fra existente: era necesario lograr la paridad estratgica con Estados Unidosal costo que fuese necesario. En este empeo tuvo xito, como lo atestiguan los acuerdos sobrecontrol de armamentos firmados con Estados Unidos a lo largo de la dcada de los setenta, conlos llamados SALT-1 y SALT-11. Pero, quizs la Unin Sovitica sac la conclusin equivocada,y el camino del fortalecimiento nuclear del bloque socialista en su enfrentamiento bipolar no erauna carrera armamentista ilimitada, sacrificando en tal proceso al resto de los elementos tangiblesdel poder, como lo es ante todo el factor econmico.42

    Por otra parte, Estados Unidos mantuvo su superioridad militar en todos los mbitos, lo quealcanz con una ventaja polticamente rentable, la que surgi del fortalecimiento de su prestigioinstitucional en el seno del llamado mundo libre -su imagen de virtual vencedor al poderpresentarse como el agredido y lograr imponer sus condiciones en el proceso negociador-, almargen de su mayor o menor arrogancia a la hora de afrontar los acontecimientos43. Amrica, portanto, sigui siendo para los norteamericanos -fundamentalmente, en trminos de dependencia

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    20/25

    101

    econmica-, y muchos gobiernos de Amrica Latina se convencieron, adems, de que el rgimen

    cubano protegido por los soviticos era una amenaza contra la estabilidad y la paz del continente.El gobierno norteamericano, sin embargo, sigui ejerciendo presiones directas e indirectas contraCuba en forma continua, para provocar el desplome de Fidel Castro.

    Todo ello se tradujo en un largo perodo de distensin conocido como coexistencia pacfica ylo que, incluso durante la crisis de los misiles en Cuba, haba sido un proceso crecientementeexpansivo de la influencia sovitica y comunista en el mundo, se invirti definitivamente hastaacarrear la disolucin militar y poltica de la Unin Sovitica. Tal como observaron J. Nathan y J.Oliver, Cuba aparece como una divisoria de las aguas en la Guerra Fra y en la historia delsistema internacional44. No obstante, se le concibe apropiadamente como parte y producto de laGuerra Fra, pues, en definitiva, la crisis de Cuba fue en muchos aspectos el punto culminante de

    la Guerra Fra. La crisis de los misiles en Cuba refleja la constante tensin entre lassuperpotencias durante la Guerra Fra, dado que simboliza otro eslabn ms de la cadena deagresiones y represalias propias de este peculiar proceso enmarcado por la contencin, unarplica del reto lanzado por el contrario: Estados Unidos, en respuesta a la construccin del Murode Berln, instal misiles Jpiter en Turqua, y ante la revolucin cubana que impondra elrgimen socialista a pocos kilmetros del territorio norteamericano, su reaccin, en esta ocasin,consisti en apoyar a los exiliados cubanos en su intento fallido de invadir la isla desde Baha deCochinos; la Unin Sovitica, por su parte, respondi con la instalacin de misiles nucleares enCuba.

    Este conflicto tambin demostr, de forma ostensible, que poda resultar muy peligroso jugar conciertos desafos. En efecto, la crisis de los misiles revel el verdadero significado del equilibrioatmico alcanzado entre Estados Unidos y la Unin Sovitica, y la posibilidad cierta de que, poruna decisin incidental de uno de los tantos hombres que estaban en condiciones de hacerlo, sedisparara un proyectil atmico y se desatara la destruccin general. Sin embargo, la estrategia dela disuasin basada en los efectos psicolgicos de las armas nucleares, que tan buenos resultadosdio durante la Guerra Fra, funcion de nuevo cuando el temor a las represalias del adversario fuetan intenso que ninguna de las superpotencias se atrevi a golpear primero. As, se lleg alacuerdo tcito de mostrarse ms cauto y renunciar a forzar cambios dramticos. Finalmente, laresolucin de la amenaza de misiles soviticos ubicados en Cuba dej ver la necesidad de unadistensin o de que la Guerra Fra se mantuviera cuidadosamente como una guerra limitada.

    La crisis de los misiles en Cuba supuso, desde luego, uno de los momentos ms lgidos de latensin mundial que estuvo a punto de desembocar en una nueva guerra mundial basada enarmamento de destruccin masiva y de consecuencias inimaginables. Se consigui evitar lacatstrofe y se abri una nueva etapa en el curso de la Guerra Fra, que se caracterizara por laaparicin de fisuras en el podero de las dos superpotencias.

    VI. Conclusin

    A partir de los datos que ofrecen los archivos secretos que han sido desclasificados, podemosafirmar que, en la dcada de los aos sesenta, el gobierno de Fidel Castro representaba una claraamenaza a los intereses de Estados Unidos: Cuba era, sin duda, un pas comunista apoyado por el

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    21/25

    102

    rgimen sovitico, situado muy cerca del territorio norteamericano. La crisis de los misiles en

    Cuba desvel dicho peligro, porque la alianza incondicional con Cuba le permiti a la UninSovitica tener presencia militar en el continente americano. Siendo as, dicho conflictorepresent el momento de la Guerra Fra en que ms cerca se estuvo del enfrentamiento directoentre las superpotencias mundiales; no obstante, la rpida solucin de la crisis de los misilesmuestra la eficacia de la estrategia de la disuasin (la amenaza del holocausto nuclear frenaacciones desmesuradas del contrario) y la importancia del dilogo ente las dos superpotencias.Tras la crisis de octubre de 1962, la coexistencia pacfica entre los bloques, que se compatibilizacon la cohesin interna en ellos, adquiere carta de realidad incuestionable.

    En conclusin, el estudio sobre la crisis de los misiles en Cuba arroja luz, ciertamente, acerca dela naturaleza de la Guerra Fra:

    1. Dicha crisis refleja la existencia, en ese tiempo, de un enfrentamiento no blico entre distintosmodos de ser en el mundo que, condicionados por el temor a la destruccin mutua, asegurada porel uso de los respectivos arsenales atmicos, determin el desarrollo y el choque de dosvoluntades que desplegaron frmulas estratgicas indirectas -la guerra revolucionaria y lacontencin-, una de las cuales vencera finalmente a la otra.

    2. En esta fase de la Guerra Fra se puso de manifiesto la existencia de un mundo bipolar divididoen dos bloques de signos polticos contrarios, cuyos lderes -la Unin Sovitica y EstadosUnidos- mantenan un clima de tensin permanente. De este modo, cada una de lassuperpotencias actuaba, a menudo, en respuesta de lo que haba hecho la otra. Utilizaban nadamejor que las estrategias de contencin, a travs de la creacin de sus respectivos sistemas deseguridad militar que les permitieran, primero, disuadir al contrario de cualquier accin,especialmente mediante la posesin -cada vez mayor- de armas de destruccin masiva; ysegundo, en caso de que la disuasin fallara, responder rpidamente a una agresin armada seacual fuese su envergadura, a travs de una gama flexible de respuestas.

    3. El papel de la carrera armamentista en el contexto de la Guerra Fra se aprecia durante la crisisde los misiles en Cuba, especialmente relacionado no slo a las estrategias militares, sino a laatencin que se presta al equilibrio o desequilibrio tanto de fuerzas y armas convencionales,como de armas nucleares entre la Unin Sovitica y Estados Unidos, y los dos bloques dealianzas ms importantes. Sin embargo, las tres dcadas siguientes a la crisis de los misiles enCuba mostrarn como la concepcin monodimensional del poder, centrada en la capacidadmilitar y animada por las armas nucleares, perder protagonismo respecto de los efectos que ladiversificacin del poder producir en el curso de la Guerra Fra y, por ende, en el equilibrio de lafuerza.

    4. Por ltimo, la crisis de los misiles en Cuba demuestra que en la Guerra Fra las superpotenciastenan presente, desde una perspectiva ideolgica contrapuesta, la necesidad de expansin y elestablecimiento de los sistemas de alianzas, as como de la inclusin de otros Estados en susrespectivos bloques que, tras su adhesin, quedaban comprometidos firmemente con los objetivosy los valores que defendan cada uno.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    22/25

    103

    Notas documentales y bibliohemerogrficas

    1 Versin actualizada del trabajo presentado en el curso Introduccin a la Historia MundialContempornea, impartido por el Prof. Charles Powell, en el Curso de Especializacin en DerechoConstitucional y Ciencia Poltica, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, 2006 (Madrid, Espaa).2Abogada con mencin Magna Cum Laude (1995) y Especialista en Derecho Administrativo (2003) porla Universidad Central de Venezuela. Especialista en Derecho Constitucional y Ciencia Poltica (2006)por el Centro de Estudios Polticos y Constitucionales (Madrid, Espaa). Diploma de Estudios Avanzados(DEA) del Programa de Doctorado Problemas actuales de Derecho Administrativo (2007) y Aspirante alttulo de Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Miembro de MethoIusConsultora Jurdica Internacional.3Otros documentos que revelan las operaciones secretas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) deEstados Unidos en relacin con el gobierno de Fidel Castro, han sido tambin desclasificados en 2007, a

    pesar de que ya se conocan y estaban disponibles al pblico en los archivos oficiales.4El ms conocido de ellos era el Comit para la Seguridad del Estado, conocido como KGB (1954-1991),sucesor de la Checa (1917-1922), GPU (1922-1923), OGPU (1923-1934), NKVD (1934-1946) y MGB(1946-1954).5Cfr. Juan Carlos Pereira Castaares, Historia y Presente de la Guerra Fra,Editorial Istmo, Madrid,1997, p. 34.6Estos trabajos slo continuaron la perspectiva que se impuso desde Estados Unidos y que fue seguida pormuchos europeos, a la cual se ha denominado como tesis tradicional y de la que forman parten autorescomo H. Feis, A. Ulam o L. Davis. La definicin tradicional es muy precisa, pues nos habla del choqueentre dos ideologas antagnicas: de un agresivo comunismo mundial, de la confrontacin poltico-espiritual y psicolgico-propagandstica con el mundo no comunista. As, segn dicha tesis, la metasuprema de la Guerra Fra radica en el completo dominio, descubierto u oculto, del mundo no comunista atravs de medios militares y no militares del comunismo.7Cfr. Andre Fontaine,Historia de la Guerra Fra, Editorial Luis Carlt, Barcelona, 1970, pp. 8 y ss.8Cfr. Pereira Castaares, ob. cit., pp. 89 y 90.9Cfr. Klaus D. Kerning (Dir.), Hans Lades y Jos H. Pfister,Marxismo y Democracia, Enciclopedia deConceptos Bsicos, Seccin Poltica, vol. 4, Editorial Rioduero, Madrid, 1975, in totum.10Cfr. Roberto Mesa, Guerra Fra, Distensin y Solucin de Conflictos,Revista del Centro de EstudiosConstitucionales, n 3, 1989, pp. 252-254.11Cfr. Pereira Castaares, ob. cit., p. 35.12La expresin Guerra Fra no aparece en virtud de una circunstancia o factor determinado, sino comoresultado directo de un estado de opinin o de una percepcin particular de la realidad internacional, luegode culminada la Segunda Guerra Mundial. Los historiadores han atribuido al lenguaje periodstico elorigen del trmino. Se seala, en este sentido, que tal expresin la acu, en 1946, el periodista Herbert B.Swope; y, en 1947, el poltico norteamericano Bernard Baruch, consejero del Presidente Roosevelt, us ladenominacin Guerra Fra en un discurso en Washington para describir, en general, la situacininternacional, y en particular, el estado en que se encontraban las relaciones sovitico-norteamericanas.Sin embargo, poco despus el trmino Guerra Fra se populariza a partir de la polmica entre eldiplomtico George F. Kennan y el periodista Walter Lippmann, en virtud de las publicaciones de susrespectivos artculos en las revistasForeing Affairsy The New York Herald Tribuneen 1947.13Cfr. James A. Nathan y James K. Oliver,Efectos de la poltica exterior norteamericana en el ordenmundial(traduccin de Mirta Rosenberg), Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1991, p. 79.14 Cfr. Ronald Powaski, La Guerra Fra. Estados Unidos y la Unin Sovitica, 1917-1991, EditorialCrtica, Barcelona, 2000, p. 9.

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    23/25

    104

    15

    Luego de la muerte de Stalin y de los forcejeos ocurridos para ocupar su lugar, Nikita Khrushchev,quien era Secretario General del Partido Comunista, logr emerger al frente del poder, siendo nombradoPresidente delPresidiumSupremo de la Unin Sovitica.16Recibi este nombre la fase que se da a la muerte de Stalin, el 5 de marzo de 1953.17En 1960, slo haca dos aos que Khrushchev se haba afianzado definitivamente en el poder, tras unturbio perodo de pugna enrevesada entre camarillas de difcil definicin poltica con toda suerte de golpesbajos y traiciones. Tras el famoso informe del XX Congreso del PCUS, el argumento decisivo a favor deKhrushchev frente a sus adversarios haba sido la decidida intervencin militar en Hungra, culminadaevitando la intervencin de las potencias occidentales. Pero el pulso final en el interior del Kremlin logan Khrushchev gracias a la concurrencia de sectores simpatizantes del Ejrcito y la KGB.18Cfr. Aleksander Fursenko & Timothy Naftali, One Hell of a Gamble. Khrushchev, Castro and Kennedy,1958-1964, WW Norton & Co., New York, 2000, pp. 24 y ss.19Fidel Castro conoca las desfavorables condiciones del trueque de azcar por petrleo, pero considerabaque esa diferencia de precio respecto al subsidio norteamericano e incluso a los precios del azcar en elmercado mundial- estaba compensada por el factor poltico de que podra provocar una reaccin por partedel gobierno de Eisenhower, en el caso muy probable de que las plantas gasolineras de La Habana senegaran a procesar el crudo ruso, tal como ocurri con el argumento de que el gobierno cubano les debauna gruesa suma de dinero y no aceptara ningn otro encargo hasta que esa deuda quedara saldada. Lareaccin de Washington, explic Fidel Castro, sera un magnfico pretexto para la nacionalizacin de lascompaas norteamericanas en Cuba.20Csar Leante, Cuba: Cuarenta Aos de la Crisis de los Misiles, Claves de Razn Prctica, n 126,octubre, 2002, pp. 42-49.21Al finalizar la dcada de los sesenta, Estados Unidos ya tena 1.059 misiles balsticos intercontinentales(ICBM), 700 misiles balsticos lanzados desde submarinos (SLBM) y ms de 500 bombarderos B-52,cuya autonoma de vuelo era muy grande.22Cfr. Robert Dallek, John Kennedy. La Crisis de Cuba, Revista Claves: De Razn Prctica, n 142,mayo, 2004, pp. 54-63.23Cfr. Leante, ob. cit., p. 44. Este autor relata que, el 15 de junio de 1962, la prensa cubana anuncia queFidel Castro parte hacia la Sierra Maestra a levantar de nuevo el estandarte de la rebelin, llevandoconsigo su histrico fusil con mirilla telescpica, y al cabo de ocho das presuntamente desciende de lamontaa y regresa a La Habana. Sin embargo, a partir de las confesiones que Khrushchev hace en susMemorias, se ha avanzado en la hiptesis de que es posible que, cuando el pueblo cubano imaginaba aCastro con su uniforme de campaa subiendo y bajando la montaa, en realidad estaba visitandosecretamente a Khrushchev en la Unin Sovitica. En este sentido, vase Nikita Khrushchev, KhrushchevRemembers. The last testament, Andre Deutsch, Londres, 1974, pp. 513 y ss.24Leante, ob. cit., p. 43.25 Cfr. Fursenko y Naftali, ob. cit., pp. 52 y ss. Explican estos autores que, bajo las rdenes deKhrushchev, la Unin Sovitica haba alcanzado algunas hazaas tecnolgicas, tales como la explosin deuna bomba de hidrgeno en 1955 y la puesta en rbita de una nave espacial alrededor de la tierra en 1957.Esto hizo posible en ese momento, al menos tericamente, que los soviticos pudieran colocar una cabezanuclear en un cohete intercontinental y alcanzar cualquier zona de los Estados Unidos, sin que existieradefensa frente a tal eventualidad.26Khrushchev, a travs de su modelo poltico, econmico y social de la Unin Sovitica, no haba logradoalcanzar los niveles pronosticados de produccin de alimentos en el ndice de precios al consumo, nisobrepasar los estndares de vida de las personas con respecto al modelo capitalista. Tampoco habaconseguido progresos apreciables a la hora de forzar un acuerdo final sobre Berln, o de garantizar laseguridad de Castro ante un ataque extranjero, o de aplastar el desafo chino al liderazgo del mundo

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    24/25

    105

    comunista por parte de Mosc. Y, sobre todo, no haba conseguido eliminar el desfase en materia demisiles entre la Unin Sovitica y Estados Unidos.27Cfr. John L. Gaddis, We Now Know. Rethinking Cold War History,Oxford University Press, New Cork,1997, pp. 260-280.28 Personalmente, en numerosas ocasiones, Fidel Castro contribuy a esta campaa justificativa deldespliegue de los misiles nucleares en Cuba. Fursenko y Naftali no se detienen en estos aspectos, pero sresultan muy instructivos por la manera en que vinculan la suerte tanto de Nikita Khrushchev como deJohn F, Kennedy a la aparicin de la figura de Fidel Castro. La obsesin con Castro fue decisiva en la faseesencial de las vidas de cada uno de ellos, y el nombre del cubano se cita de forma indisoluble a la trgicasuerte que ambos corrieron luego de la crisis de los misiles. Sobre este tema, vase Fursenko y Naftali, ob.cit., pp. 24 y ss.29Gaddis, ob. cit., p. 264.30El libro de Fursenko y Naftali es minucioso en los detalles sobre la manera en que se realiz el trasladosecreto de los proyectiles a Cuba, la cantidad de armas nucleares y su poder destructivo, los nombres y lasresponsabilidades de los jefes militares encargados de esa misin y no deja espacio para otras muchashistorias apcrifas o imprecisas que han circulado sobre la Crisis de los Misiles en Cuba.31Cfr. Gaddis, ob. cit., pp. 266-267.32 Aunque el ExComm -como se autodesign este comit ad hoc- cre la impresin de que Kennedygobernaba por medio de un comit de hecho era una excepcin. Este gabinete estaba compuesto en unprincipio por catorce personajes clave, entre los que contaba Dean Rusk, secretario de Estado; Robert McNamara, secretario de Defensa; Robert F. Kennedy, fiscal general; John Mc Cone, director de la AgenciaCentral de Inteligencia (CIA); Dougles Dillon, secretario del Tesoro; Mc George Bundy, consejero delpresidente Kennedy para Asuntos de Seguridad Nacional; Theodore C. Sorensen, asesor de la Presidencia;George Ball, subsecretario de Estado; U. Alexis Johnson, subsecretario delegado de Estado; el generalMaxwell Taylor, presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor; Edward Martin, secretario ayudante deEstado para Amrica Latina; Charles Bohlen, slo el primer da, pues parti a Francia a desempear elcargo de embajador y fue sustituido por Lewelyn Thompson como asesor en asuntos rusos; RoswellGilpatric, secretario delegado de Defensa; Paul Nitze, secretario ayudante de Defensa, y, de modointermitente, en diversas reuniones, el vicepresidente Lyndon B. Johnson; Adlai Stevenson, embajadorante las Naciones Unidas; Kenneth O'Donnell, ayudante particular del presidente, y Donald Wilson,director delegado de la Agencia de Informacin de Estados Unidos.33Los miembros del ExComm se mostraron divididos desde el comienzo de las deliberaciones, en las queno siempre participaba el presidente Kennedy. Ya desde el principio se baraj la idea del bloqueo. Elsecretario Mc Namara era el ms decidido defensor de aquella postura, en contraposicin a la del generalCurts LeMay, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Areas, que, como portavoz de los miembros de laJunta de Jefes del Estado Mayor, insista en la necesidad de un ataque militar o, en su defecto, un ataqueareo preventivo que destruyese en una sola incursin los emplazamientos de los misiles.Kennedy, sinembargo, insisti en evitar la accin militar directa contra las bases de misiles soviticas en Cuba.34Cfr. Ernest R. May & Philip D. Zelikow, The Kennedy Tapes. Inside de White Hause during the CubanMissile Crisis,The Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge, 1997, in totum.35El bloqueo constituye uno de los instrumentos militares de poltica y de Derecho Internacional msdelicados. Como medida de aislamiento de un rea geogrfica determinada, es reconocidamente un actoinmediatamente anterior a la guerra misma; y se requiere, para que se le atribuyan efectos vlidos sobretodo respecto de terceros no involucrados directamente en un conflicto internacional que quien lodeclara cuente con medios efectivos de ponerlo en prctica.36Dallek, ob. cit., p. 59.37Los trminos del bloqueo establecan una zona de exclusin alrededor de la isla de Cuba, dentro de lacual, a partir de la hora 10 GMT del da 24 de octubre, la Armada de los Estados Unidos procedera a

  • 7/25/2019 Crisis de Los Misiles y Definicin de Guerra Fra

    25/25

    106

    inspeccionar todo barco mercante o de guerra que se dirigiera a Cuba, a fin de determinar si conducaequipos o fuerzas militares. En caso afirmativo, el barco sera intimado a retornar y, de no hacerlo, serahundido.38Cfr. Leante, ob. cit., pp. 46 y 47. No obstante, Fidel Castro tendra oportunidad de hacer una ltimaaparicin en la escena mundial al comentar el discurso de Kennedy. Lo hizo -segn apuntan algunoshistoriadores-, ridiculizndolo, burlndose de l y provocando la risa de su obsecuente auditorio entelevisin, en contraste con el tono mesurado del discurso de Kennedy, e incluso la respuesta sovitica.Pero lo ms importante de estas rplicas no fueron las bufonadas o el duro sarcasmo de Castro, sino sutcita asuncin de que haba misiles soviticos en Cuba. Al respecto, vase Herbert Dinerstein, TheMaking of a Missile Crisis: October 1962, Baltimore, 1976, pp. 175 y ss.39En el que muri la nica vctima de esta guerra no declarada, el mayor Rudolph Henderson.40Francisco Veiga, Enrique Da Cal y ngel Duarte, La Paz Simulada: Una Historia de la Guerra Fra,1941-1991,Editorial Alianza, Madrid, 1997, p. 181.41Cfr. Gaddis, ob. cit., pp. 260-280.42A la larga el derrumbe del bloque socialista y la desaparicin de la Unin Sovitica no sobrevinieron deun ataque nuclear, y ni siquiera de una confrontacin militar con armas convencionales, sino comoconsecuencia de sus dificultades internas, poltico-ideolgicas en primer lugar, proceso dentro del cual lasdebilidades en su economa desempearon un papel nada despreciable.43Sin embargo, Estados Unidos extrajo sus propias lecciones de la crisis de los misiles en Cu