Crisis de percepción

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Este libro trata de una nueva comprensión científica de la vida en todos los niveles de los sistemas vivientes: organismos, sistemas sociales y ecosistemas. Se basa en una nueva percep- ción de la realidad con profundas implicaciones no sólo para la ciencia y la filosofía, sino también para los negocios, la política, la sanidad, la educación y la vida cotidiana. Parece por lo tanto apropiado empezar con una descripción del amplio contexto so- cial y cultural en el que se inscribe esta nueva concepción de la vida. CRISIS DE PERCEPCIÓN A medida que el siglo se acerca a su fin, los temas medioam- bientales han adquirido una importancia primordial. Nos enfren- tamos a una serie de problemas globales que dañan la biosfera y la vida humana de modo alarmante y que podrían convertirse en irreversibles en breve. Disponemos ya de amplia documentación sobre la extensión y el significado de dichos problemas. 1 Cuanto más estudiamos los principales problemas de nuestro tiempo, más nos percatamos de que no pueden ser entendidos aisladamente. Se trata de problemas sistémicos, lo que significa que están interconectados y son interdependientes. Por ejemplo, sólo se podrá estabilizar la población del globo cuando la pobre- za se reduzca planetariamente. La extinción en gran escala de especies de animales y plantas continuará mientras el hemisferio sur siga bajo el peso de deudas masivas. La escasez de recursos y el deterioro medioambiental se combinan con poblaciones en rápido crecimiento, llevando al co- lapso a las comunidades locales así como a la violencia étnica y 25 tribal, que se ha convertido en la principal característica de la posguerra fría. En última instancia estos problemas deben ser contemplados como distintas facetas de una misma crisis, que es en gran parte una crisis de percepción. Deriva del hecho de que la mayoría de nosotros, y especialmente nuestras grandes instituciones socia- les, suscriben los conceptos de una visión desfasada del mundo, una percepción de la realidad inadecuada para tratar con nuestro superpoblado y global mente interconectado mundo. Hay soluciones para los principales problemas de nuestro tiempo,

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Primera parte del libro de crisis y percepción######

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Este libro trata de una nueva comprensin cientfca de la vida en todos los niveles de los sistemas vivientes: organismos, sistemas sociales y ecosistemas. Se basa en una nueva percep- cin de la realidad con profundas implicaciones no slo para la ciencia y la flosofa, sino tambin para los negocios, la poltica, la sanidad, la educacin y la vida cotidiana. Parece por lo tanto apropiado empezar con una descripcin del amplio contexto so- cial y cultural en el que se inscribe esta nueva concepcin de la vida. CRISIS DE PERCEPCIN A medida que el siglo se acerca a su fn, los temas medioam- bientales han adquirido una importancia primordial. Nos enfren- tamos a una serie de problemas globales que daan la biosfera y la vida humana de modo alarmante y que podran convertirse en irreversibles en breve. Disponemos ya de amplia documentacin sobre la extensin y el signifcado de dichos problemas.1 Cuanto ms estudiamos los principales problemas de nuestro tiempo, ms nos percatamos de que no pueden ser entendidos aisladamente. Se trata de problemas sistmicos, lo que signifca que estn interconectados y son interdependientes. Por ejemplo, slo se podr estabilizar la poblacin del globo cuando la pobre- za se reduzca planetariamente. La extincin en gran escala de especies de animales y plantas continuar mientras el hemisferio sur siga bajo el peso de deudas masivas. La escasez de recursos y el deterioromedioambiental se combinan con poblaciones en rpido crecimiento, llevando al co- lapsoa las comunidades locales as como a la violencia tnica y 25 tribal, que se ha convertido en la principal caracterstica de la posguerra fra. En ltima instancia estos problemas deben ser contemplados como distintas facetas de una misma crisis, que es en gran parte una crisis de percepcin. Deriva del hecho de que la mayora de nosotros, y especialmente nuestras grandes instituciones socia- les, suscriben los conceptos de una visin desfasada del mundo, una percepcin de la realidad inadecuada para tratar con nuestro superpoblado y global mente interconectado mundo. Hay soluciones para los principales problemas de nuestro tiempo, algunas muy sencillas, pero requieren un cambio radical en nuestra percepcin, en nuestro pensamiento, en nuestros valo- res. Nos hallamos sin duda en el inicio de este cambio fundamental de visin en la ciencia y la sociedad, un cambio de paradigmas tan radical como la revolucincopernicana. Pero esta constatacin no ha llegado an a la mayora de nuestros lderes polticos. El reco- nocimiento de la necesidad de un profundo cambio de percepcin y pensamiento capaz de garantizar nuestra supervivencia, no ha alcanzado todava a los responsables de las corporaciones ni a los administradores y profesores de nuestras grandes universidades. Nuestros lderes no slo son incapaces de percibir la intercone- xin de los distintos problemas sino que adems se niegan a reco- nocer hasta qu punto lo que ellos llaman sus soluciones compro- meten el futuro de generaciones venideras. Desde la perspectiva sistmica, las nicas soluciones viables son aquellas que resulten sostenibles. El concepto de sostenibilidad se ha convertido en un elemento clave en el movimiento ecolgico y es sin duda cru- cial. Lester Brown, del Worldwatch Institute, ha dado una simple, clara y hermosa defnicin: Una sociedad sostenible es aquella capaz de satisfacer sus necesidades sin disminuir las oportunida- des de generaciones futuras.2 ste, en pocas palabras, es el gran desafo de nuestro tiempo: crear comunidades sostenibles, es de- cir, entornos sociales y culturales en los que podamos satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones sin comprometer el futuro de las generaciones que han de seguirnos. EL CAMBIO DE PARADIGMA En mi trayectoria como fsico, me ha interesado principal- mente el dramtico cambio de conceptos e ideas que tuvo lugar en la fsica a lo largo de las tres primeras dcadas del siglo y que sigue 26 teniendo consecuencias en nuestras teoras actuales sobre la ma- teria. Los nuevos conceptos en fsica han signifcado un cambio profundo en nuestra visin del mundo: desde la perspectiva me- -anicista de Descartes y Newton hasta una visin ecolgica y ho- lis tica. La nueva visin de la realidad no result en absoluto fcil de aceptar a los fsicos de principios de siglo. La exploracin del mundo atmico y subatmico les puso en contacto con una extra- a e inesperada realidad. En su esfuerzo por comprenderla, los cientfcos Rieron dndose cuenta penosamente de que sus con- ceptos bsicos, su lenguaje cientfco y su misma manera de pen- sar resultaban inadecuados para describir los fenmenos atmi- cos. Sus problemas no se limitaban a lo estrictamente intelectual, sino que alcanzaban la dimensin de una intensa crisis emocional o hasta podramos decir existencial. Necesitaron mucho tiempo para superar esta crisis, pero al fnal se vieron recompensados con profundas revelaciones sobre la naturaleza de la materia y su rela- cin con la mente humana.3 Los dramticos cambios de pensamiento que tuvieron lugar en la fsica a principios de siglo han sido ampliamente discutidos por fsicos y flsofos a lo largo de ms de cincuenta aos. Lleva- ron a Thomas Kuhn a la nocin de paradigma cientfco, def- nido como una constelacin de logros -conceptos, valores, tc- nicas, etc.- compartidos por una comunidad cientfca y usados por sta para defnir problemas y soluciones legtimos.4 Los dis- tintos paradigmas, segn Kuhn, se suceden tras rupturas discon- tinuas y revolucionarias llamadas cambios de paradigma. Hoy, veinticinco aos despus del anlisis de Kuhn, reconoce- mos el cambio de paradigma en la fsica como parte integrante de una transformacin cultural mucho ms amplia. Actualmente re- vivimos la crisis intelectual de los fsicos cunticos de los aos vein- te, en forma de una crisis cultural similar pero de proporciones mucho ms amplias. Consecuentemente, asistimos a un cambio de paradigmas, no slo en la ciencia, sino tambin en el ms amplio contexto social.5 Para analizar esta transformacin cultural, he ge- neralizado la defnicin de K u h n del paradigma cientfco a la del paradigma social, que describo como una constelacin de con- ceptos, valores, percepciones y prcticas compartidos por una co- munidad, que conforman una particular visin de la realidad que, a su vez, es la base del modo en que dicha comunidad se organiza.6 El paradigma ahora en recesin ha dominado nuestra cultura a lo largo de varios centenares de aos, durante los que ha con- 27 formado nuestra sociedad occidental e infuenciado considera- blemente el resto del mundo. Dicho paradigma consiste en una enquistada serie de ideas y valores, entre los que podemos citar la visin del universo como un sistema mecnico compuesto de pie- zas, la del cuerpo humano como una mquina, la de la vida en so- ciedad como una luchacompetitiva por la existencia, la creencia en el progreso material ilimitado a travs del crecimiento econ- mico y tecnolgico y, no menos importante, la conviccin de que una sociedad en la que la mujer est por doquier sometida al hombre, no hace sino seguir las leyes naturales. Todas estas pre- sunciones se han visto seriamente cuestionadas por los aconteci- mientos recientes, hasta el punto de que su reconsideracin radi- cal est ocurriendo en nuestros das. ECOLOGA PROFUNDA El nuevo paradigma podra denominarse una visin holstica del mundo, ya que lo ve como un todo integrado ms que como una discontinua coleccin de partes. Tambin podra llamarse una visin ecolgica, usando el trmino ecolgica en un senti- do mucho ms amplio y profundo de lo habitual. La percepcin desde la ecologa profunda reconoce la interdependencia funda- mental entre todos los fenmenos y el hecho de que,como indivi- duos y como sociedades, estamos todos inmersos en (y fnalmen- te dependientes de) los procesos cclicos de la naturaleza. Los trminos holstico y ecolgico diferen ligeramente en sus signifcados y parecera que el primero de ellos resulta me- nos apropiado que el segundo para describirel nuevo paradigma. Una visin holstica de, por ejemplo, una bicicleta signifca verla como un todo funcional y entender consecuentemente la interde- pendencia de sus partes. Una visin ecolgica incluira esto, pero aadira la percepcin de cmo la bicicletase inserta en su entor- no natural y social: de dnde provienen sus materias primas, cmo se construy, cmo su utilizacin afecta al entorno natural y a la comunidad en que se usa, etc. Esta distincin entre holsti- co y ecolgico es an ms importante cuando hablamos de sistemas vivos, para los que las conexiones con el entorno son mucho ms vitales. El sentido en que uso el trmino ecolgico est asociado con una escuela flosfca especfca, es ms, con un movimiento de base conocido como ecologa profunda, que est ganando 28 prominencia rpidamente.7 Esta escuela fue fundada por el fl- sofo noruego Arne Naess a principios de los setenta al distinguir la ecologa superfcial y la profunda. Esta distincin est am- pliamente aceptada en la actualidad como referencia muy til en el discernimiento entre las lneas de pensamiento ecolgico con- temporneas. La ecologa superfcial es antropocntrica, es decir, est cen- trada en el ser humano. Ve a ste por encima o aparte de la natu- raleza, como fuente de todo valor, y le da a aqulla un valor ni- camente instrumental, de uso. La ecologa profunda no separa a los humanos -ni a ninguna otra cosa- del entorno natural. Ve el mundo, no como una coleccin de objetos aislados, sino como una red de fenmenos fundamentalmente interconectados e n- terdependientes. La ecologa profunda reconoce el valor intrnse- co de todos los seres vivos y ve a los humanos como una mera he- bra de la trama de la vida. En ltima instancia, la percepcin ecolgica es una percep- cin espiritual o religiosa. Cuando el concepto de espritu es en- tendido como el modo de consciencia en el que el individuo expe- rimenta un sentimiento de pertenencia y de conexin con el cosmos como un todo, queda claro que la percepcin ecolgica es espiritual en su ms profunda esencia. No es por tanto sorpren- dente que la nueva visin de la realidad emergente, basada en la percepcin ecolgica, sea consecuente con la llamada flosofa perenne de las tradiciones espirituales, tanto si hablamos de la espiritualidad de los msticos cristianos, como de la de los budis- tas, o de la flosofa y cosmologa subyacentes en las tradiciones nativas americanas.8 Hay otra manera en que Arne Naess ha caracterizado la ecolo- ga profunda. La esencia de la ecologa profunda, dice, es plantear cuestiones cada vez ms profundas.9 sta es asimismo la esencia de un cambio de paradigma. Necesitamos estar preparados para cuestionar cada aspecto del viejo paradigma. Quizs no resultar necesario desdearlos en su totalidad, pero, antes de saberlo, deberemos tener la volun- tad de cuestionarlos en su totalidad. As pues, la ecologa profun- da plantea profundas cuestiones sobre los propios fundamentos de nuestra moderna, cientfca, industrial, desarrollista y mate- rialista visin del mundo y manera de vivir. Cuestiona su paradig- ma completo desde una perspectiva ecolgica, desde la perspecti- va de nuestras relaciones con los dems, con las generaciones venideras y con la trama de la vida de la que formamos parte. 29 ECOLOGA SOCIAL Y ECOFEMINISMO Adems de la ecologa profunda, hay otras dos escuelas flo- sfcas de ecologa: la ecologa social y la ecologa feminista o ecofeminismo. En publicaciones flosfcas de los ltimos aos se ha establecido un vivo debate sobre los mritos relativos de la ecologa profunda, la ecologa social y el ecofeminismo.10 Pienso que cada una de las tresaborda aspectos importantes del para- digma ecolgico y que, lejos de competir entre ellos, sus defenso- res deberan integrar sus planteamientos en una visin ecolgica coherente. La percepcin desde la ecologa profunda parece ofrecer la base flosfca y espiritual idnea para un estilo de vida ecolgico y para el activismo medioambiental. No obstante, no nos dice mucho acerca de las caractersticas culturales y los patrones de organizacin social que han acarreado la presente crisis ecolgi- ca. ste es el objetivo de la ecologa social.11 El terreno comn de varias escuelas dentro de la ecologa so- cial es el reconocimiento deque la naturaleza fundamentalmente antiecolgica de muchas de nuestras estructuras sociales y eco- nmicas y de sus tecnologas, tiene sus races en lo que Riane Eis- ler ha denominado el sistema dominador de la organizacin social.12 Patriarcado, imperialismo, capitalismo y racismo son al- gunos ejemplos de la dominacin social que son en s mismos ex- plotadores y antiecolgicos. Entre las distintas escuelas de ecolo- ga social se cuentan varios grupos anarquistas y marxistas que utilizan sus respectivos marcos conceptuales para analizar dis- tintos patrones de dominacin social. El ecofeminismo podra verse como una escuela especfca dentro de la ecologa social, ya que se dirige a la dinmica bsica de la dominacin social en el contexto del patriarcado. No obstan- te, su anlisis cultural de mltiples facetas del patriarcado y de losvnculos entre feminismo y ecologa va mucho ms all del marco conceptual de la ecologa social. Los ecof eministas ven la domina- cin patriarcal del hombre sobre la mujer como el prototipo de toda dominacin y explotacin en sus variadas formas de jerar-qua, militarismo, capitalismo e industrializacin. Sealan que la explotacin de la naturaleza en particular ha ido de la mano con la de la mujer, que ha sido identifcada con la naturaleza a travs de los tiempos. Esta antigua asociacin entre mujer y naturaleza vin- cula la historia de la mujer con la del medio ambiente y es el origen de la afnidad natural entre feminismo y ecologa.13 Consecuente- 30 mente, el ecofeminismo ve el conocimiento vivencial femenino como la principal fuente para una visin ecolgica de la realidad.14 NUEVOS VALORES En esta breve descripcin del paradigma ecolgico emergen- te, he enfatizado hasta ahora los cambios de percepciones y mo- dos de pensamiento. Si ello fuese todo lo que necesitsemos, la transicin hacia el nuevo paradigma resultara relativamente f- cil. Hay pensadores sufcientemente elocuentes y convincentes en el movimiento de la ecologa profunda como para convencer a nuestros lderes polticos y econmicos de los mritos del nuevo pensamiento. Pero sta es slo una parte del problema. El cambio de paradigmas requiere una expansin no slo de nuestras per- cepciones y modos de pensar, sino tambin de nuestros valores. Resulta aqu interesante sealar la sorprendente conexin en- tre los cambios de pensamiento y de valores. Ambos pueden ser contemplados como cambios desde la asertividad a la integra- cin. Ambas tendencias -la asertiva y la integrativa- son aspectos esenciales de todos los sistemas vivos.15 Ninguna es intrnseca- mente buena o mala. Lo bueno o saludable es un equilibrio din- mico entre ambas y lo malo o insalubre es su desequilibrio, el en- fatizar desproporcionadamente una en detrimento de la otra. Si contemplamos desde esta perspectiva nuestra cultura industrial occidental, veremos que hemos enfatizado las tendencias aserti- vas a costa de las integrativas. Ello resulta evidente al mismo tiempo en maestro pensamiento y en nuestros valores y resulta muy instructivo emparejar estas tendencias opuestas: Asertivo racional analtico reduccionista lineal Integrativo intuitivo sinttico holstico no-lineal Asertivo expansin competicin cantidad dominacin Integrativo conservacin cooperacin Calidad asociacin Pensamiento Valores Los valores asertivos -competicin, expansin, dominacin- estn generalmente asociados a los hombres. Efectivamente, en una sociedad patriarcal stos no slo se ven favorecidos, sino tambin recompensados econmicamente y dotados de poder 31 poltico. sta es una de las razones por las que el cambio hacia un sistema de valores ms equilibrado resulta tan difcil para la ma- yora de personas y especialmente para los hombres. El poder, en el sentido de dominacin sobre los dems, es asertividad excesiva. La estructura social en que se ejerce con mayor efcacia es la jerarqua. Si duda, nuestras estructuras pol- ticas, militares y corporativas estn ordenadas jerrquicamente, con hombres generalmente situados en los niveles superiores y mujeres en los inferiores. La mayora de estos hombres y al- gunas de las mujeres han llegado a identifcar su posicin en la jerarqua como parte de s mismos, por lo que el cambio a un sistema de valores distinto representa para ellos un temor exis- tencial. Existe, no obstante, otra clase de poder ms apropiada para el nuevo paradigma: el podercomo infuencia sobre otros. La es- tructura ideal para el ejercicio de esta clase de poder no es la je- rarqua, sino la red que, como veremos, es la metfora central de la ecologa.16El cambio de paradigma incluye por tanto el cam- bio de jerarquas a redes en la organizacin social. ETICA Toda la cuestin de los valores es crucial en la ecologa pro- funda, es en realidad su caracterstica defnitoiia central. Mien- tras que el viejo paradigma se basa en valores antropocntricos (centrados en el hombre), la ecologa profunda tiene sus bases en valores ecocntricos (centrados en la tierra). Es una visin del mundo que reconoce el valor inherente de la vida no humana. To- dos los seres vivos son miembros de comunidades ecolgicas vin- culados por una red de interdependencias. Cuando esta profunda percepcin ecolgica se vuelve parte de nuestra vida cotidiana, emerge un sistema tico radicalmente nuevo. Dicha tica, profundamente ecolgica, se necesita urgente- mente hoy en da y muy especialmente en la ciencia, puesto que mucho de lo que los cientfcos estn haciendo noes constructivo y respetuoso con la vida, sino todo lo contrario. Con fsicos dise- ando sistemas de armas capaces de borrar la vida de la faz de la tierra, con qumicos contaminando el planeta, con bilogos sol- tando nuevos y desconocidos microorganismos sin conocer sus consecuencias, con psiclogos y otros cientfcos torturando ani- males en nombre del progreso cientfco, con todo ello en mar- 32 cha, la introduccin de unos estndares ecoticos en el mundo cientfco parece de la mxima urgencia. Generalmente no est admitido que los valores no son algo externo a la ciencia y a la tecnologa, sino que constituyen su mis- ma base y motivacin. Durante la revolucin cientfca del siglo XVII se separaron los valores de los hechos y, desde entonces, ten- demos a creer que los hechos cientfcos son independientes de lo que hacemos y por lo tanto de nuestros valores. En realidad, el hecho cientfco surge de una constelacin completa de percep- ciones, valores y acciones humanas, es decir, de un paradigma del que no puede ser desvinculado. Si bien gran parte de la inves- tigacin detallada puede no depender explcitamente del sistema de valores del cientfco que la efecta, el paradigma ms amplio en el que su investigacin tiene lugar nunca estar desprovisto de un determinado sistema de valores. Los cientfcos, por lo tanto, son responsables de su trabajo no slo intelectualmente, sino tambin moralmente.Dentro del contexto de la ecologa profunda, el reconocimien- to de valores inherentes a toda naturaleza viviente est basado en la experiencia profundamente ecolgica o espiritual de que natu- raleza y uno mismo son uno. Esta expansin del uno mismo has- ta su identifcacin con la naturaleza es el fundamento de la eco- loga profunda, como Arne Naess manifesta claramente : El cuidado* fuye naturalmente cuando el s mismo se am- pla y profundiza hasta el punto de sentir y concebir la protec- cin de la Naturaleza libre como la de nosotros mismos... Al igual que no precisamos de la moral para respirar (...) [igual- mente] si nuestro s mismo, en el sentido ms amplio, abarca a otro ser, no precisamos de ninguna exhortacin moral para evidenciar cuidado (...). Cuidamos por nosotros mismos, sin pre- cisar ninguna presin moral (...). Si la realidad es como la que experimenta nuestro ser ecolgico, nuestro comportamiento si- gue natural y perfectamente normas de estricta tica medioam- biental.17 Lo que esto implica es que la conexin entre la percepcin ecolgica del mundo y el correspondiente comportamiento no es * En ingls care, cuidado, esmero, atencin, delicadeza, precaucin. Tr- minos todos ellos adecuados para lo que se mienta transmitir: una respetuo- sa, cuasirreverencial, relacin del ser humano con la naturaleza. (N. del T.) 33 una conexin lgica, sino psicolgica.18 La lgica no nos conduce desde el hecho de que somos parte integrante de la trama de la vida a ciertas normas sobre cmo deberamos vivir. En cambio, desde la percepcin o experiencia ecolgica de ser parte de la tra- ma dela vida, eslaremos (en oposicin a deberamos estar) incli- nados al cuidado de toda naturaleza viviente. En realidad, difcil- mente podramos reprimirnos de responder de tal modo. El vnculo entre ecologa y psicologa establecido desde el concepto del s mismo ecolgico ha sido explorado reciente- mente por varios autores. La ecloga profunda Joanna Macy es- cribe sobre el reverdecimiento del s mismo,19 el flsofo War- wick Foxha acuado el trmino ecologa transpersonal20 y el historiador cultural Theodore Roszak utiliza el trmino ecopsi- cologa21 para expresar la profunda conexin entre ambos cam- pos, que hasta hace poco se vean completamente separados. EL CAMBIO DE LA FSICA A LAS CIENCIAS DE LA VIDA Al llamar ecolgica, en el sentido de la ecologa profunda, a la nueva visin de la realidad, enfatizamos que la vida est en su mismo centro. ste es un punto importante para la ciencia ya que en el viejo paradigma, la fsica ha sido el modelo y la fuente de metforas para las dems ciencias. Toda la flosofa es como un rbol, escriba Descartes. Las races son la metafsica, el tronco la fsica y las ramas todas las otras ciencias.22 La ecologa profunda ha sobrepasado la metfora cartesiana. Si bien el cambio de paradigma en la fsica sigue siendo de inte- rs por haber sido el primero en producirse dentro de la ciencia moderna, la fsica ha perdido su rol como principal ciencia pro- veedora de la descripcin fundamental de la realidad. Esto, no obstante, an no est ampliamente reconocido; con frecuencia, cientfcos y no cientfcos mantienen la creencia popular de que si buscas realmente la explicacin defnitiva, debes preguntar a un fsico, lo cual constituye verdaderamente una falacia carte- siana. Hoy, el cambio de paradigma en la ciencia, en su nivel ms profundo, implica un cambio desde la fsica a las ciencias de la vida.