Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

258

Transcript of Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    1/258

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    2/258

    Da 1, mircoles

    A m no me engaas mascull Jack,pululando a mi alrededor como una mosca.Ests huyendo.

    Me lo dijo despacio y al odo, como si quisiehacerme saber que poda contar con l para

    cualquier locura. Haba rebasado la barrera delos dieciocho haca muy poco y estaba felizcon su nuevo estatus de adulto dentro de lacasa, aunque no tanto mis padres, que vean

    cada vez ms lejano su acceso a Harvarddespus de llevar los exmenes a remolquedurante todo el curso. Por otro lado, yo,Majlies Sullivan, a mis veintiocho aos reci

    cumplidos, estaba permitiendo que los nerviodel viaje me dominasen; todo porque la ciudade Nueva York siempre me produca esainevitable sensacin de pequeez queterminaba causndome dolor de cabeza.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    3/258

    Acaba de llegar tu vestido de novia anunci mi madre con entusiasmo. Estcolgado en la sala.

    Lo ver cuando vuelva contest casi condescuido. Ahora no tengo tiempo.

    Repas mentalmente el contenido de mi bols

    de mano mientras ella terminaba de irritarse.

    Todava no comprendo-por qu tienes queirte precisamente ahora se quej por

    centsima vez. A falta de tan pocos das.No voy a volver a hablar de esto contigo'alegu, anticipndome a sus ganas dediscutir. En.- tiende que solamente quieropasar unos das con Cate antes de la boda.

    Has pensado en Tony? contraatac. Ncreo que le agrade que te vayas sola.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    4/258

    No le parece mal, pero, en cualquier caso, necesito su permiso.

    Es complaciente gru. Pero noestpido. Y dejar solo a un hombre que est apunto de casarse no es muy inteligente.

    Por Dios, mam, si quiere hacer algo a mis

    espaldas lo har de todas formas suspirAdems, soy yo la que me marcho.

    Sabes bien que no me gustan las compaas

    de tu prima sermone. Es libre de hacer que quiera siempre que yo no tenga quepresenciarlo ni conocerlo. Lo que s espero eque las cosas sigan tal y como estn.

    Estn bien tal y como estn?

    Estn de la nica manera posible.

    Le gustan las mujeres me enfad. E

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    5/258

    sa una buena razn para no poder venir a miboda? Es siquiera razn de algo?

    Cada quien hace su propio camino concluy muy seria. Y el suyo hace muchoaos que se separ del de la familia.

    Mi madre, Catherine Sullivan, se relama con

    sus propias sentencias y no poda evitarllenarse de razn contra la que, en otrostiempos, fuese mi mejor amiga. Cate y yohabamos sido como hermanas, criadas y

    educadas juntas desde la infancia. AdamSullivan, hermano menor de mi padre y agentediplomtico en el este de Europa, habadelegado en favor de mis progenitores la

    tutora de su nica hija, de modo que, durantemuchos aos y hasta su escisin familiarinexplicable, Cate haba formado parte denuestras vidas. No

    deseaba volver a batallar sobre mi prima as q

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    6/258

    esper pacientemente la llegada de mi padre,diligente desde su despacho de la primeraplanta en cuanto supo que haba llegado la hor

    de despedirse de m. A diferencia de mi madrGeorge Sullivan no necesitaba amonestar a suhijos con vanas disquisiciones; le bastaba conmirarnos para que nuestras piernas temblasende incertidumbre, tal y como sola manejar asus socios en las reuniones de trabajo.Afortunadamente, mi posicin de primognity un currculo intachable como asistentecontable en la constructora de la familia, la

    Sullivan Brick Company, me aseguraban sueterna indulgencia y toda clase deconsentimientos paternos, de los cuales yosiempre haba sabido sacar el mayor partido.

    llegar a mi lado me bes, alzando las cejas amodo de advertencia.

    Divirtete me dijo. Y cuida de tu prim

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    7/258

    Volvers a tiempo para la boda? insisti Jack con intencin de atormentar a mmadre. No vayas a olvidarte. Manhattan

    puede ser muy entretenido.El inconfundible claxon del 911 Carrera,recin aparcado en la entrada de la mansin,libr a mi hermano de otra reprimenda. Me

    apresur a abrazarlos a los tres antes de cruzael jardn de la finca y luego, mientras cargabami equipaje, sub a bordo del deportivo azul dAnthony Van Horton, mi prometido.

    Tengo que decirte algo empez una vezdejamos atrs la verja de la entrada. Iba a seuna sorpresa, pero quiero que te vayas

    mentalizando.Adelante contest, adivinando otraconfrontacin de las nuestras.

    He reservado billetes para Hawai asegur

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    8/258

    . Es un hotel increble. Antes de protestar,quiero que me escuches. Estaremos all dossemanas y, despus, Pars y Roma. Ser el

    mejor mes de nuestra vida.No puedo creerlo exclam indignada.Sabes que an no puedo subir a un

    avin.

    Vamos, Maj replic en tonocondescendiente. He hablado con Jim. Dic

    que has mejorado mucho. Me ha asegurado quests preparada.

    Has hablado con mi terapeuta? gritEsto es increble.

    Es mi amigo y lo sabes.

    Tambin es mi terapeuta insist. Te pe

    explcitamente que no hablases con l sobre m

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    9/258

    problema. Bajo esa condicin acept ir a suconsulta.

    Slo me he interesado por ti, por conocertus avances se defendi l. No hagas undrama de todo.

    Lo que s es un drama es que hagas cosas a

    mis espaldas contest furiosa. Y tomesdecisiones sobre mi vida.

    Quiero una luna de miel normal, como la d

    la gente normal me grit.Quiero subir a un avin e ir a algn lugar msall de mis narices.

    Pues no pienso pedir perdn por ser comosoy desafi.

    Es una buena actitud mascull con irona

    . Que se jodan los dems.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    10/258

    Crees que lo hago para fastidiarte?

    Haba acelerado mientras apretaba los dientescomo si un secreto que estaba a punto deconfesar le quemase por dentro.

    Jim me ha asegurado que tu fobia es unaespecie de disfraz explic lleno de cinismo

    . Problemas de autocontrol arraigados. Teaferras al miedo para no tener que enfrentartelas frustraciones de tu vida.

    Jim es un bocazas y t un cerdo espetCmo te atreves a fisgar en mi perfil clnicodespus echrmelo en cara?

    Es por tu bien contest. Necesitas unempujn.

    Mentira exclam. Eres t quien tieneprisa por curarme antes de la boda. No lo hac

    por m, sino por ti. Es puro egosmo.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    11/258

    No es cierto.

    Si yo te importase tanto como dices, nohablaramos de este tema subidos en un cochecamino de la estacin.

    os callamos los dos dejando que el vientosobre el descapotable nos enfriase el calor de

    la frente.

    Como buen abogado de empresa, Tony volviataque contra su desalentada vctima cuando

    entrbamos en la South Station.De alta velocidad o no, los trenes siguenresultndome igual de deprimentes.

    Ignor sus comentarios mientras nosmezclbamos entre los pasajeros del AcelaExpress, esperando en el andn su salidainminente.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    12/258

    La lista de los preparativos est en mi casale record, sin nimo de hablar.

    Llamar a tu madre si tengo alguna duda aleg. Es como el genio de la lmpara; lopuede todo.

    Slo quiere que la ceremonia salga bien

    defend. Es su forma de ayudar.

    Es una dominadora se ri l. Te apueslo que quieras a que sabe manejar el ltigo.

    Cuando estemos casados sonsacar a tu padreDespus de una botella de whisky con elpatriarca de la construccin bostoniana, losSullivan ya no tendrn secretos para m.

    Resopl con desnimo mientras Tony mantenla misma expresin sarcstica que, aos atrstanto me haba atrado de l, cuando en launiversidad era algo ms que un lder entre la

    venes promesas del derecho. Hoy

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    13/258

    nicamente vea a un hombre de estatura medy trajes caros que nunca hablaba en serio, amenos, claro, que se tratase de trabajo;

    entonces se converta en un vulgar tiburn,agresivo y descarado, maleducado si el litigiolo precisaba. Posea esa esencia desagradableesa actitud vanidosa de los que creen tener biamarrado el futuro, y ahora, casi diez aosdespus de un largo noviazgo, apenas podareconocerlo.

    Ah llegan tus tres horas y media de viaje

    insisti, indolente frente a m.

    Por fin respir aliviada.

    Subi mi maleta y apenas rozamos los labiosantes de separarnos.

    Cuando Nueva York apareci en el horizonte no pude continuar leyendo; la perspectiva

    mgica de la ciudad siempre me hipnotizaba

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    14/258

    hasta hacerme sentir diminuta, casiinsignificante. Descend del vagn en PennStation, mirando a un lado y a otro del andn

    busca de un rostro conocido hasta que divis,lo lejos, el saludo de mi prima Cate, sonrienty vivaracha agitando los brazos en el aire. Tenel pelo negro, gafas de pasta color turquesacubriendo sus bonitos ojos verdes y una vozchillona que lo inundaba todo, como untorrente inesperado. Su aspecto debibliotecaria en la Jefferson MarketCourthouse era diametralmente opuesto al qu

    presentaba fuera del trabajo; docenas de trenzpor el pelo, cachivaches en las muecas,vestidos cortos muy coloridos y botas detacn.

    Increble! grit. Sigue Boston en susitio?

    os abrazamos intensamente, con un cario

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    15/258

    que haba permanecido intacto con el

    tiempo.

    Han pasado casi dos aos exclam.Ests muy bien.

    T ests guapsima; ms elegante? Dios

    mo, nos estamos haciendo tan mayores!

    Lstima que no pueda quedarme -mucho expliqu. Tengo que volver el viernes por l

    tarde o, apurando, el sbado temprano. Esanoche tengo la despedida de soltera.

    Abri mucho los ojos llena de curiosidad.

    Ser una reunin de mujeres excitadas,alcohol, seores con msculos hipertrofiadoy mucho sudor, o la tpica tarde almidonada dt y pastas donde nadie te regala el nico

    aparato que puede que s necesites con

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    16/258

    urgencia?

    Me re; con Cate era muy fcil hacerloconstantemente.

    Si lo pintas as, puede que me quede hasta edomingo.

    Perfecto! Por cierto. Qu tal tu costillHice una mueca que no pude disimular.

    Veo que el entusiasmo fluye a flor de piel

    advirti ella con irona.Despus de tantos aos de novios, es unacuestin de trmite.

    Claro asinti. Un bonito trmite de50.000 dlares. El seor Van Horton y subufete van a tener que chupar mucha sangredespus de cunto falta para la boda?

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    17/258

    Diez das contest, como si fuesetotalmente ajena a aquella cifra.

    Cogimos un taxi hasta el apartamento de Cateen el mismo barrio del Village y, una vez all,me puso al da sobre su vida amorosa mientrayo deshaca la maleta.

    Qu pas con Lisa?

    Se march a Roma suspir. Queraaprender italiano.

    Llevabais mucho tiempo juntas. exclamsorprendida.

    Bueno, lo nuestro siempre camin sobre e

    alambre confes ella. En fin; intent salicon una compaera de trabajo, pero fue unfiasco. Despus tuve una relacin medio largacon una estudiante de matemticas alemana; s

    llamaba Theresa. Algn encuentro espordico

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    18/258

    un par de citas por Internet, pero nadainteresante. Bueno, s, hay algo.

    Sus ojos se encendieron como antorchas.

    Me apunt a un gimnasio para tratar de salvmis flccidas posaderas de la vida sedentaria he conocido a la mujer ms impresionante de

    la tierra.

    Sonre tratando de imaginrmela.

    Y qu?Nada. La veo cada da en el gimnasio. Yya est?

    Es como un milagro de la naturaleza exclam en tono teatral. Es tan perfecta quno he conseguido acercarme a menos de cincmetros de ella sin que me fallen las piernas.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    19/258

    T, incapaz de hablar? me re. Eso es extraordinario.

    Pues preprate, porque he pedido das libreesta semana y vas a escucharme durante muchhoras.

    Resopl recordando en ese preciso momento

    por qu mereca la pena aquel viaje.

    Salimos a comer a un pequeo restaurante deestilo francs llamado Beautiful Tate, donde

    nos encontramos con las mejores amigas deCate; Susan y Hanako. Susan era publicista,tena novia formal y una larga melena pelirrojadems de muchas pecas en la cara que

    detestaba profundamente. Hanako era auxiliarde chef en un restaurante japons de Tribeca,luca una imagen ligeramente estrafalaria conel pelo cortado a trasquilones, pero resultabaencantadora por su inalterable buen humor. Ninvitaron a acompaarlas a la

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    20/258

    mesa y, al comienzo de la segunda botella devino, ya podamos hablar con soltura deprcticamente cualquier cosa.

    Cada tarde, puntual como un reloj, apareceen el tatami de kick-boxing relataba mi primsobre su amor platnico. A veces, tambin

    en la sauna.

    Por qu no entras a buscarla? lepregunt, extraada.

    Ests loca? Con la pinta que tengo enchndal? Y adems, qu podra decirle? Tehacen unos puetazos?

    Todas remos. Luego esper unos segundoscon la esperanza de que me estuviera tomandoel pelo.

    De verdad no has intentado hablar con

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    21/258

    ella? insist.

    Las otras sonrieron ms comprensivas.

    Mientras slo miramos, an hay esperanzaexplic Hanako con resignacin.

    Si gimote Cate. Soar es barato. A

    veces imagino que tenemos un encuentrosalvaje en el vestuario, como en las pelculas

    Los milagros existen intervino Susan

    incrdula. Pero me da en la nariz que esatiene un pasado oscuro. Parece muy seria, no he visto sonrer nunca y siempre llega y semarcha sola, casi no hablar con nadie.

    S, te entiendo suspir Cate con ungracioso rubor en las mejillas. A m tambime pone que sea tan misteriosa.

    os remos otra vez cuando percibimos que l

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    22/258

    bebida nos haba sonrojado a todas.

    Pues yo estoy convencida de que es unapersona completamente normal, que aceptarasalir a tomar una copa sin ningn inconvenienasegur con determinacin. La clave esmostrarse natural.

    Las tres se volvieron hacia m como siquisieran arrastrarme por el suelo hasta que mprima, de pronto, pareci inspirada por unaocurrencia genial.

    T eres hetero exclam, emocionada.T puedes acercarte a ella sin mojar las bragaSers nuestra mensajera natural.

    Brindaron emocionadas mientras yo,especialmente eufrica, aceptaba el desafo.

    Paseamos un rato tratando de mitigar los

    efectos del vino y despus nos acercamos al

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    23/258

    Gymset Park, el gimnasio al que acudan Catesus amigas desde haca pocas semanas. Setrataba de un local espacioso y recin

    inaugurado en el Village, relativamente caroaunque muy bien equipado para todo tipo dedemandas; musculacin, yoga, artes marcialesolarium, circuito spa, piscina climatizada ysauna, entre los diversos salones de racquetbaque tanto me recordaban a Tony. Recorr lasinstalaciones en solitario y, con intencin debuscar a la extraa mujer que tan exactamenteme haban descrito las otras, me desnud y

    enroll una toalla sobre el cuerpo antes deinvadir tmidamente los habitculoslujosamente forrados de madera y piedra queconformaban las salas de vapor. En el ltimo

    recinto examin al detalle a sus ocupantes, domujeres de mediana edad que conversaban enun rincn mientras otra persona, de espaldas, mantena inmvil; posea hombros anchos y l

    brazos fuertes, levemente contorneados,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    24/258

    adems de rasurada la nuca. Me acerqu paracontemplarla de frente y reconoc el peculiarcorte de pelo en forma de tazn, con un

    flequillo largo y liso apenas enganchado traslas orejas, intensos ojos azules y el cabellorubio demarcando un rostro excepcionalmenthermoso. Me qued unos segundos quietaadmirando su imagen, ms propia del estilo dun joven de los aos cincuenta; delgado, guapy con ese malicioso espritu de ambigedadque, en este caso, resolva el modo de anudarla toalla.

    De repente aquella mujer alz la vista y memir fijamente pero, sin darme cuenta, yo habquedado atrapada por mis pensamientos, tanto

    que no supe qu decir ni cmo reaccionar.Resist como pude el embate y me di la vueltaincapaz de soportar sus ojos, aunque mesorprendi llevarme conmigo una

    extraordinaria sensacin de calor y ahogo,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    25/258

    como si me hubiesen sacudido las entraas.

    a de regreso en el apartamento, Cate no dejde interrogarme acerca de los pasos que, sinduda, yo no haba dado para no llegar siquieracruzarme con su anhelada desconocida.

    Debiste verla repeta, una y otra vez.

    Pero tu radar de hembras no funciona en esecerebro tuyo.

    Sonre tratando de evitar sus preguntas.

    Charlamos sobre el trabajo, vimos un rato latelevisin y, apenas cenamos, culp alcansancio de mis ganas de dormir y me fui a lhabitacin. Tumbada sobre la cama me sent

    doblemente culpable; primero; por habermentido a Cate y, segundo, por la confusinque me estaba causando el recuerdo persistende aquella mujer.

    Da 2, jueves

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    26/258

    Despert con sensacin de pesadez, como si aire se hubiese vuelto ms denso aunque slose tratase del trfico ruidoso de la ciudad. La

    ducha logr espabilarme por completo ademde traerme a la memoria el extrao suceso degimnasio que, a la luz del da, me pareci unincidente convencional al que yo habaotorgado, sin duda, demasiada importancia,quizs porque el vino de la comida habaresultado excesivo para m.

    Consider tambin la posibilidad de que los

    vapores de la sauna hubiesen influenciado mispensamientos y, regandome a m misma,sonre mientras entraba en la cocina parasaludar a Cate antes del desayuno.

    Tengo que salir me inform con aire deresignacin. Tienen un problema paralocalizar no s qu archivos en no s quordenador. Tardar una hora, dos a lo sumo.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    27/258

    Quedamos para comer?

    a se haba disfrazado con su uniforme debibliotecaria; camisa impecable, zapatosplanos, pantaln de loneta y una impagableexpresin de aburrimiento.

    Claro respond apenas sin pensar.

    Psatelo bien sin m exclam alzando lascejas. Te llamar al mvil.

    Gui un ojo y luego desapareci por la puer

    dejndome sola.Casi de inmediato sal corriendo a vestirme.Me arregl el pelo y me maquill tratando demejorar los buenos resultados habituales. Mesenta nerviosa y tan naturalmente feliz que, apesar de no saber muy bien por qu, supuse quhaba echado de menos poder disfrutar a fondde la autntica libertad, esa que slo se

    experimenta cuando todas las opciones se te

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    28/258

    muestran a solas en un lugar desconocido.Escrib varios mensajes a Cate ofrecindole lexcusa de las compras y me dirig hacia la

    Quinta Avenida, donde pase un buen ratodejndome llevar por los escaparates; luegoagot el transcurso del tiempo enBloomingdales para, una vez llegada la tarde,desembarazarme de todas las bolsas a travs dservicio a domicilio y escaparme, en unimpulso premeditado, cogiendo un taxi devuelta.

    Haban pasado seis horas y yo estababajndome frente al Gymset Park como unaestpida indecisa.

    Me qued all plantada, mirando la puerta desla otra acera durante un buen rato, tan excitadque apenas poda permanecer quieta. No eracapaz de pensar con claridad y tampoco sabamuy bien qu estaba haciendo, pero, al mismo

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    29/258

    tiempo, presenta que aquel era el nicomotivo, la nica causa suficientementeimportante con la que justificar mi inquietud.

    La mujer del da anterior sali del gimnasio ahora de siempre. Era la primera vez que la vede pie, caminando y vestida; llevaba unospantalones, vaqueros cados, una camiseta

    blanca de manga muy corta y cargaba unamochila deportiva oscura. El cabello seco se haba vuelto ms rubio y ella me pareci anms esbelta, ms andrgina, ms alta. Intu qu

    deba de practicar algn deporte que habadesarrollado su espalda hasta dotarla de unaspecto masculino, con el pecho apenaspronunciado. Me pareci joven, no mucho m

    de veinticinco, pero necesit comenzar acaminar tras ella para ver bien su rostro, que sescapaba huidizo bajo los mechones delflequillo. Empec a seguirla.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    30/258

    Avanzaba rpido, as que tuve que apresurar elpaso. Al principio tem que subiese a algnautobs, pero luego, a medida que cruzaba

    calles y recorra aceras, comprend queseguramente estaba regresando a casa. Animapor aquel renovado optimismo, prosegu, cadvez ms cerca, cada vez menos escondida

    afrontando una persecucin inevitable hasta qsubi de un salto tres escalones y desaparecitras un portal, tan fugazmente que me sentdecepcionada. Me detuve para tomar aliento y

    me aproxim despacio, alzando la vista hacia fachada con la esperanza de descubrir algunapista, pero, despus de un breve vistazo, prefearriesgarme en el vestbulo del edificio. Iba

    pensando en los buzones de correos cuandoempuje la puerta de entrada y,sorprendentemente la encontr abierta.

    Sonre y avanc, felicitndome por mi buena

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    31/258

    suerte, tan despreocupada que ni siquieraadvert la presencia de quien me empuj contla pared y luego se me ech encima,

    encarndose conmigo en actitud desafiante: Por qu me sigues?

    Su voz era clida y profunda, prescindiendo d

    modulaciones forzadas, tan ambigua como elresto de su anatoma. Me miraba directamenta los ojos, igual que el da anterior, pero estavez tan cerca que me sent frgil, vulnerable.

    Fue en ese instante cuando se acord de m.

    Ayer estabas en la sauna.

    Se retir tratando de comprender una situacique ni yo misma poda explicar y, antes deparecer una chiflada, me decid a hablar.

    Pens que eras otra persona. ment en es

    tono de inocencia que siempre me resultaba

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    32/258

    con Tony.

    Seguro respondi ella suspicaz. Pues ves. No lo soy.

    Recogi la bolsa del suelo e hizo ademn demarcharse, pero un impulso me oblig ainventar una nueva excusa.

    Espera exclam. Me llamo Maj. MajliSullivan. Soy de Boston y apenas conozco

    ueva York; acabo de llegar.

    Suaviz la mirada y pude percibir cmo susojos me perdonaban, apiadndose con unafuerza desconocida para m.

    Me acompaas a cenar? supliqu,recurriendo al tono de nia malcriada que misdilatados recursos me permitan.

    Debi de sonar tan patticamente sincero y

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    33/258

    descalabrado que acept.

    Consinti solamente si bamos a un restaurancercano llamado John's Country, cuyaespecialidad era la hamburguesa de carne depavo; el local se encontraba, al igual que suapartamento, ubicado en el barrio de ChelseaMientras me guiaba hasta all pude conseguir

    que me dijese su nombre, Gretchen Hollowa Gretch, y que, tena veinticuatro aos. Tambime cont que acuda al Gymset a diario parapracticar full contact, deporte. del que hablab

    con verdadero entusiasmo despus de haberdejado su verdadera vocacin, la natacinprofesional. Cuando llegamos me llev haciauna mesa situada junto a una ventana y all nos

    sentamos la una frente a la otra, en medio delsilencio.

    Coloc los codos en la mesa mientras meobservaba fijamente con la cara apoyada sobr

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    34/258

    las manos. Yo cruc los brazos ligeramente,alc la barbilla y, aunque tem salir perdiendodej que nos examinsemos sin ms, tratando

    al menos de parecer confiada pese a llevar unrato tambalendome por dentro. La cercaname permiti escudriar cada uno de los rasgode su bello rostro; perfectamente ovalado, denariz recta y ojos almendrados, extraamenteazules sobre una boca armoniosa, no demasiagrande pero alargada, con los labios sencillosuna esplndida sonrisa. Jugaba a veces con eltazn de pelo de su cabeza queriendo arrastra

    los mechones de la frente tras sus orejas comen un gesto de

    concentracin, ganando tiempo antes de tensa

    y abrir la espalda en un movimiento querecordaba a los pavos reales; tambin le gustaecharse hacia atrs y volver a atacar conmpetu, estirando el cuello, entrechocando lo

    nudillos dulcemente. Supuse un enigma

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    35/258

    extraordinario que una mujer tan genuinamenhermosa pudiese mostrar posturas de naturalmasculinas sin alterar un pice su atractivo.

    _ Qu hacas ayer en el gimnasio? preguntde pronto anticipndose al hombre que tomabla nota.

    Mi prima Cate es asidua alegu. Mealojo en su apartamento.

    Pens que estabas sola se extra.

    Cuando el camarero se acerc, pedimos un pade mens completos. Luego respond tratandde resultar convincente.

    Cate trabaja en la biblioteca Jefferson afirm. No quiero que mi estancia afecte asu ritmo laboral

    Asinti y luego comenz a comer patatas frit

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    36/258

    De pronto me di cuenta de que, por primeravez, haba bajado la guardia conmigo.

    Tienes un nombre peculiar sealpensativa. De dnde viene?

    Saqu un bolgrafo del bolso y lo escrib en upauelo de papel. Desde mi infancia estaba

    habituada a aquel proceso de identificacin.

    Es un recuerdo de la luna de miel de mispadres expliqu ms animada de lo

    acostumbrado. Estuvieron en Europa, en lopases nrdicos. Al cabo de unos meses,cuando descubrieron que me haban concebidall, mi madre se empe en buscar un nombr

    que le recordase a aquel viaje. Y fue Majlies.Majlies pronunci ella despacio. Esextrao, pero tiene su encanto. Y qu haces Manhattan?

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    37/258

    Vacaciones ataj con una sonrisa. Lasnecesitaba.

    En qu trabajas?

    Soy asistente de cuentas en una constructocoment en un tono inconscientementeaburrido que nos hizo rer a las dos.

    No pareces encantada sonri ella. Persuena muy bien.

    En aquel momento record el rostro de TonyJunto a mi padre el da que comenc a trabajaen el negocio; a ellos les pareci que aquelinicio era un verdadero triunfo.

    No est mal para una estudiante de Historiadel Arte dije sin pensar.

    Historia del Arte?! exclam Gretch

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    38/258

    soltando el tenedor mientras arqueabagraciosamente las cejas. Y qu haces en uconstructora? Era tan buena pregunta que no

    supe qu contestar. Acabamos de cenarhablando sobre cine. Comentbamos laspelculas de estreno en la cartelera de esasemana y, cuando casi nos habamos puesto dacuerdo, ella se levant de repente.

    Es tardsimo advirti Y tengo turno demaana en el Tambourine.

    Es donde trabajas? indagu.

    Asinti con la cabeza tratando de imitar mianterior gesto de aburrimiento.

    Es un buen sitio? Prosegu intentandoson sacarle.

    No est mal suspir ella. Pero mientr

    tanto.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    39/258

    Mientras qu? repet con curiosidad.

    Mientras encuentro lo que quiero de verdadresolvi al fin.

    Pagu la cuenta y luego me apresur a seguirlcalle abajo tratando de averiguar ms, peroGretch se despidi de m y ech a correr.

    Estaba a punto de desaparecer de mi

    vista cuando regres de nuevo para hacermeentrega de un pequeo papel.

    Psate cuando quieras me indic con unguio. Te devolver la invitacin. Entoncesse march de verdad depositando la tarjeta deuna cafetera sobre mis desconcertadas mano

    DIA 3, viernes

    Cate posea razones ms que suficientes para

    continuar enfadada conmigo despus de mi

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    40/258

    desaparicin. Por ese motivo la noche anteriome haba hecho prometer que le dara unaexplicacin, entre mis reiteradas y poco

    aceptables disculpas, nada ms cruzar la puertdel piso. Ya a las nueve de la maana comenca escuchar sus pisadas barruntando entre lassartenes de la cocina, as que me relaj tratande no parecer excesivamente nerviosa. Cate elista y conoca tan bien mis tcticas evasivasque cada paso de mi plan deba ser ejecutado manera indiscutible y brillante o, al menos, losuficiente como para acabar con sus sospecha

    una vez sentadas frente a las tazas de cereales

    Es Tony mencion, preparando el terren. Ha venido.

    De qu hablas? respondi ellasirvindome una tostada en el plato.

    o trat de parecer ausente, reservada. Hemos tenido problemas sorte. Fue hac

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    41/258

    tiempo, pero an sigue algo celoso.

    Celoso? exclam sin entender. Poqu?

    Volv a callar unos segundos. Era como cuanden mi poca universitaria, sola echar partidasde pquer; para que el farol resultase

    convincente haba que tensar la situacin almximo antes de mostrar las cartas,confundiendo tras una cortina de humo lo mdeterminante de la jugada.

    Hace un par de aos atravesamos una malapoca relat bajando la mirada. Tuve unarelacin espordica con un amigo suyo aunqu

    lo arreglamos y aquello acab, nunca ha podidolvidarlo. Ese amigo vive aqu, en un tico deSoho.

    Alc la vista lentamente para observar cmo s

    mirada inquisitiva registraba cada uno de mis

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    42/258

    gestos. Cate no me hubiese perdonado que lasustituyera por otra persona, pero, si se tratabde purgar culpas, mi prima era la primera que

    sufragaba el empeo. Te ha seguido para vigilarte? exclamindignada. Por Dios, Maj. Ests segura deque quieres casarte con un hombre que no se

    fa de ti?

    Suspir aliviada intentando un efecto final.

    Tengo que intentar que esto salga bien supliqu con la contundencia del queentremezcla verdades y mentiras. Vas aayudarme?

    Analiz vertiginosamente mi exposicin de lohechos. Haba picado el anzuelo aunquepresent que su cabeza continuaba midiendocada una de mis palabras, examinando al

    milmetro cada posibilidad.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    43/258

    No hay problema declar al fin asintiendcon un gesto. Puedes hacer lo que quieras slo necesitas.

    Ambas adivinamos que se estaba dejandoengaar y, sin embargo, no insisti; quizssupuso que todo llegara a su debido tiempo.

    Media hora ms tarde sal del apartamento ycog un taxi en direccin al Tambourine, unaselecta cafetera del Soho muy famosa por sucasi exclusiva clientela gay. Al llegar

    comprob que se trataba de un enorme localacristalado con una decoracin muy barroca ela sala y una terraza, cerrada por un vallado demadera y plantas en mitad de la acera, cuya

    extensin cubra hasta media manzana de lacalle. Me acerqu despacio para poder observa placer los detalles; el lugar estabaprcticamente lleno de gente tomandoaperitivos, casi todos hombres jvenes y de

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    44/258

    mediana edad.

    Varios camareros entraban y salan consincronizada rapidez del interior cargando enbandejas toda clase de bebidas y refrigerios.Sent un golpe en el pecho cuando entre

    ellos descubr a Gretchen paseando con

    maestra entre las mesas meticulosamenteuniformada. Vesta pantalones negros y chalesobre camisa blanca y corbata. Se haba peinahacia atrs y el pelo le brillaba, otorgndole u

    aspecto ms viril, aunque algunos cabellos sele escapaban por el rostro jugando con suexpresin reservada de velocidad. Me asombrdarme cuenta de que, mezclada con los otros,

    formaba parte de una plantilla masculina yparticularmente atractiva.

    Tom asiento en una de las pocas mesas libredejndome caer sobre una de las excelentesbutacas de mimbre acolchadas. Cruc las

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    45/258

    piernas y esper poder camuflarme leyendo eperidico, pero, cuando ms a salvo de miradindiscretas me crea, sucedi; Gretchen me

    haba localizado y se diriga hacia m con unasonrisa, expresin que no pas inadvertidaentre algunos de los incondicionales quecuadraban aquellas poltronas. Alcanz mi sitiy, sin perder la horizontalidad de la bandeja, sinclin con un porte absolutamenteirreprochable.

    Has llegado a mis dominios. brome en

    susurro. Qu puedo servirte? Hoy invito y

    En aquel momento me sent la mujer msenvidiada del mundo.

    Una botella de agua, por favor le peddevolvindole la sonrisa.

    Por cierto susurr nuevamente con un

    guio. Aqu me llamo Steven.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    46/258

    , entonces, comprend.

    Me dijo que su turno acababa en media hora, aque aguard pacientemente y, cuando ya habapasado casi cuarenta minutos, lleg de nuevohasta m.

    Puedes hacerme un favor? me pidi de

    nuevo en voz baja. Esprame a la vuelta, enboca del metro. Ir en seguida.

    Apareci con sus vaqueros habituales, una

    cazadora verde abrochada hasta el cuello y lagorra azul de los Yankees. Me agarr del brazy tir de m hacia el interior de los tnelescomo si alguien nos persiguiera; entonces, al

    llegar al andn, comenzamos a rernos sin parmientras trataba de explicarme en pocaspalabras lo que estaba sucediendo.

    Ayer no lo mencion, pero yo tambin llev

    poco tiempo en Manhattan me confes.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    47/258

    Hace un ao empec a buscar trabajo parapoder quedarme, as que dej mi currculo entodos los restaurantes y cafeteras de la ciuda

    incluido el Tambourine. Tuve suerte de queAlfred, el encargado, estuviera all el da queme present y me entrevistara al momento. Aprincipio me dijo que slo contrataba ahombres, pero luego coment que podamosarreglarlo siempre y cuando te llames Steveclaro.

    Volvi a rerse y yo aproveche para admirarla

    bien; era la primera vez que la vea tan conten

    No sabes cuntas propuestas he recibidodesde que trabajo aqu confes

    encogindose de hombros. Pero no se llevmal. Slo tengo que hacerme el duro. Ademlas propinas son geniales.

    Intu que el sonido de su risa, ahora tanpresente entre las dos, era infrecuente en ella

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    48/258

    por alguna malfica razn. Como me empeen invitarla de nuevo a comer fuimos a unrestaurante de platos tradicionales que Gretch

    conoca en Little Italy y all, en una pequeamesa con manteles ajedrezados, al fin me habde ella.

    Gretchen Holioway haba nacido en un pueblo

    del condado de Buffalo, en el estado de Nuevork, donde sus padres, Hanna y Jason, tenan

    una granja. Tena tres hermanos mayores, PauBrian y Michael, todos ellos de edades muy

    similares y que ahora se

    dedicaban de una manera u otra a la reparacinde vehculos; dos de ellos, en un taller

    particular, y el tercero, en una empresa decamiones de gran tonelaje en Chicago. Elfallecimiento de la madre meses despus delnacimiento de la nia haba hecho recaer la

    crianza de los cuatro hijos sobre el padre y,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    49/258

    aunque al principio Jason Holloway habamantenido ciertas diferencias en el trato hacisu hija, al poco tiempo Gretchen se cortaba e

    pelo en el barbero y vesta la ropa heredada desus hermanos. En el instituto siempre destaccomo una alumna esforzada, y despus de ganvarias competiciones de natacin a nivelestatal, termin logrando una beca en unaprestigiosa escuela de formacin dedeportistas en Richmond, Virginia, de la que nquiso dar muchos detalles.

    Prefiero no hablar de aquel sitio aclar

    Abandon a mitad del segundo curso y acabalistndome en el ejrcito.

    Abr los ojos con asombro. Haba imaginadomuchas posibilidades dentro del pasado deGretchen, pero el traje militar ni siquiera se mhaba pasado por la cabeza.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    50/258

    Tu padre se sentir orgulloso mencion,sin saber qu decir.

    El viejo Holioway est solo respondi,apenada. Lo nico que quiere es quevayamos a visitarlo; lo dems no le importademasiado.

    De pronto se mostr triste, apagada. Desvi lmirada hacia un reloj que colgaba en una de laparedes del local y resopl.

    No llego al Gymset lament. Pero haestado bien conversar contigo. Yo tampocotengo muchos amigos aqu.

    Me pregunt por qu y despus pude notarcmo se me adelantaba demostrando uninusitado inters.

    Y t? indag muy seria. Qu pasa

    en tu vida?

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    51/258

    Respir hondo; hablar de m frente a Gretchese me antojaba un acto de vanidadimperdonable.

    Vivo con mi familia en Boston abreviTengo un hermano pequeo, Jack, en el ltimcurso del instituto. Mi padre es el dueo de laSullivan Brick Company, la constructora dond

    trabajo desde que me gradu en Harvard y nohay mucho ms.

    Ella observ con atencin mi rostro como si

    sospechase que la verdad de las cosas era, cassiempre, mucho ms oscura.

    Pareces un contestador automtico brom

    . No hay nada que te entusiasme?En aquel momento me di cuenta de lo aburridque haba sido mi existencia hasta la llegada dGretch.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    52/258

    El arte, supongo descubr de formainconsciente. Y, hace tiempo, la fotografaMe haca sentir libre. Pero tambin me

    aterrorizaba llegar a implicarme demasiado,apasionarme con un trabajo tan subjetivo. Escomo montar en un coche sin frenos; disfrutaaunque sabes que no puede durar mucho.

    Se qued callada, meditando sobre mis palabrmientras me estudiaba con curiosidad.

    Miedo al riesgo. Miedo a la vida.

    Profundic, con pesadumbre, en la respuesta.Supongo que me han enseado a noconsiderarlo entre mis objetivos vitales.

    De pronto se levant sonriendo asaltada poruna gran idea.

    Ven conmigo, quiero ensearte algunas

    fotografas me dijo nuevamente animada.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    53/258

    Dnde vamos? pregunt dispuesta aseguirla de todas formas.

    A mi apartamento contest con su habitunaturalidad.

    Tuve que pararme a respirar hondo antes deempezar a caminar tras ella. Aproximarme

    hacia el piso de Gretchen encendi mismejillas como cuando era adolescente, ydurante varios minutos me esforc por no decnada, como si las palabras pudiesen romper la

    magia del momento. Subimos hasta un sextopiso, traspasamos la puerta A y nos adentramoen una buhardilla pequea aunque luminosa codos enormes ventanales presidiendo la estanc

    principal. Alrededor se disponan unahabitacin y un bao diminuto, ambos con laspuertas abiertas, y la cocina apareca empotraen una de las esquinas de la sala, donde unaalacena, un microondas y una nevera cercaban

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    54/258

    una pila de acero. Algunas ropas salpicaban lodos sofs frente a la televisin, apoyada sobreuna mesa con ruedas, y una biblioteca

    rudimentaria sostena un ordenador rodeado dpapeles, revistas y libros, nicos efectospersonales que se hallaban a la vista. No habacuadros en las paredes, ni alfombras, nicojines, ni cortinas; slo una provocadoralmina de Gwen Stefani decorando un rincn un plano de corcho clavado entre los marcos las dos ventanas, atiborrado de postales yfotografas.

    Lo tengo un poco desordenado se excus. Pero mientras tanto.

    S, ya s repliqu haciendo memoria.Mientras encuentras lo que quieres.

    Asinti con un guio al mismo tiempo quearrojaba la mochila al suelo y se desprenda dla cazadora y la gorra. Luego fue a la habitaci

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    55/258

    para rebuscar algo en una caja de maderalabrada.

    Sintate donde quieras indic, al volver ami lado. Aqu estn; fotos profesionales pauna revista deportiva.

    Me alarg un libro grande de recias pastas

    negras.

    chale un vistazo mientras me ducho declar. No tardo un minuto.

    Entonces desapareci tras la puerta del bao.En realidad fueron diez los minutos de tensaespera, a lo largo de los cuales experimenttemblores y escalofros debidos, en granmedida, a mi sensacin de estar actuando malla falta de coherencia entre mi comportamieny mis ideas, como si me hubiese reencontradcon una parte de m misma a la que no me hab

    enfrentado nunca. Mir a mi alrededor con

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    56/258

    preocupacin; estaba en un lugar extrao conuna persona a la que apenas conoca y que, derepente, haba ocupado un espacio inmenso

    dentro de m mientras yo insista en negarlo oignorarlo. Su presencia tan cercana al otro ladde la puerta me hizo sentir que haba cado enuna trampa, una encerrona construida paso apaso de la que quise librarme encontrandootros culpables cuando mi principal deseo eraquedarme con ella, a su lado, el mximotiempo posible. En vano intent destruiraquellos pensamientos a travs de sus fotos,

    una impresionante coleccin de imgenes entorno a una piscina olmpica que revis, una yotra vez, con la esperanza de ahuyentar misverdaderas intenciones.

    Te gustan? pregunt vestida con ropainformal y el pelo hmedo pegado a la

    cabeza.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    57/258

    Mis ensayadas defensas cayeron al verla denuevo, sonriente y feliz, acercndose a m coolor a gel de bao.

    Son geniales afirm. Eres una modeloexcepcional.

    Las hizo Joe Bradford, un fotgrafo de

    deportes de riesgo me inform. Son lasnicas que tengo.

    Por qu? pregunt sin pensar.

    Despus slo me llamaba para proponermecosas extravagantes. Supongo que mi anatomtiene la culpa ri.

    A m me pareces perfecta tal cual eres declar dejando que las palabras se meescapasen de los labios.

    Ambas quedamos atrapadas en un incmodo

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    58/258

    silencio. Yo busqu por toda la habitacin unflotador de salvacin y, finalmente, lo hallclavado en el corcho de las ventanas.

    Y eso? exclam huyendo del silln a todaprisa.

    Permaneci callada mientras yo examinaba la

    instantnea, una foto ampliada de un grupo desoldados vestidos con el uniforme decamuflaje y saludando a la cmara en un paisadesrtico; uno de ellos era Gretchen.

    Casi dos aos en una unidad mecanizada enAfganistn confes. Justo antes de veniraqu, pero tambin escap de eso. An llevaba

    las botas militares cuando comenc en elTambourjne. El resto, ya lo sabes.

    Su semblante triste pareca guardar un secretodoloroso que no deseaba contar y que yo

    procur evadir.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    59/258

    Parecen buenos compaeros comenttratando de suavizar su gesto.

    Lo son asinti. Antes nos veamos ma menudo. Solamos jugar al vley playa cuanestuvimos destinados all. Entre las chicas, Gy yo ramos las mejores.

    Hace dos aos que participamos en el maratde Santa Mnica, pero este ao no he podido

    Por qu? pregunt intentando animar

    No tengo dinero confes ella. Elalquiler, el gimnasio, las visitas a mi padre. Npuedo permitirme California.

    Suspir y yo sent un malestar en el estmagocomo si la pesadumbre de ella me atravesaselas entraas.

    Cundo es el torneo? insist incapaz

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    60/258

    dejarme vencer.

    Maana anunci ella con una mueca deimpotencia. El sbado son los clasificatoriy el domingo, las finales.

    Entonces una ola de energa me atraves elcuerpo encendiendo todos mis sentidos.

    Todava puedes ir exclam. Teacompao.

    Gretch abri la boca como un pez fuera delagua mientras yo segua planificando en vozalta.

    Si cogemos un avin esta noche, maana

    temprano estars en Santa Mnica.

    Espera se detuvo. Ests hablando enserio?

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    61/258

    Claro asent emocionada por el sonidoirracional de mis palabras. Ser una especide patrocinadora. Adems, me apetece ir a la

    playa.Ella se mordi los labios incrdula.

    No puedo aceptar renunci. Apenas no

    conocemos y, adems, probablemente no puedevolverte el dinero.

    Me detuve. Qu puedes perder?

    Se qued callada, meditando. Parecaentusiasmada, pero, al mismo tiempo, noentenda lo que estaba sucediendo.

    No lo s exclam buscando una respuesten mis ojos.

    Desvi la vista, incapaz de sostenerle la mirad

    entonces repar en que mis manos, de forma

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    62/258

    espontnea, estaban pasando las pginas dellibro de Joe Bradford.

    Tendr la oportunidad de volver a hacer fotse me ocurri al fin. Te ayudar a renovael lbum. T tendrs tu viaje y yo, una modelogratis.

    Un sincero hilo de credibilidad en mi voz hizoque aquello no sonara como una excusa, aunqan tuvo que reflexionar durante algunossegundos ms.

    Supongo que tienes razn decidiemocionada. Entonces, nos vamos.

    A las dos nos abrum una alegra inconteniblecomo si hubisemos logrado una victoria acontrarreloj.

    Voy a hacer la maleta me desped mientr

    buscaba el mvil en el bolso. En cuanto hag

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    63/258

    la reserva en el primer vuelo con plazas libreste llamar para coger el taxi al aeropuerto.

    Maj. me interrumpi con el rostroresplandeciente. Gracias.

    Sal por la puerta a toda velocidad tratando decomprender por qu ni siquiera un avin me

    asustaba ms que Gretchen Holioway.

    Cate apareci en el apartamento mientras yoterminaba de componer un equipaje de fin de

    semana en una de mis bolsas de mano. Qu est pasando? me pregunt contono de preocupacin. Vuelves a Boston savisarme?

    Alc la cabeza sorprendida; el torbellino en eque estaba sumergida me haba hecho olvidarmi repertorio de salidas ingeniosas.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    64/258

    Tengo que irme. titube.

    Cate percibi mis nervios y se adelant.

    Por favor, no me mientas pidi casiofendida. Me haces sentir como una delatoo algo as.

    Agach la cabeza ligeramente avergonzada.

    Me voy a Santa Mnica expliqu dispuesa decir la verdad. El avin sale dentro de tr

    horas. Cmo se llama? me interrumpi depronto. Yo vacil, presintiendo que aquel era peor momento para conversar.

    No pensars que me he credo ese cuentosobre Tony se quej. Te escapas con suamigo, no? An sigues con l.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    65/258

    Asent muy despacio, aprovechando ese otroplazo de tiempo que Cate me ofreca antes dedescubrirme.

    Jrame que, a pesar de todo, no te enfadarle supliqu. Prometo confesar a la vuelta

    Cate torci el morro y despus me abraz

    como siempre.

    El taxi atraves Queens antes de dejarnos en eaeropuerto de La Guardia pasadas las ocho de

    la noche. Todo fue tan rpido que apenas pudeapreciar lo que suceda a mi alrededor; lasluces de las salas de espera brillaban ante mcomo fogonazos hipnticos, marendome has

    bloquear por completo los sentidos de micuerpo. Mi estado de trance empeor cuandoatravesamos la puerta de embarque y comenca caminar embotada, casi sonmbula,acrecentndose en mi garganta una horriblesensacin de ahogo. Gretch haba notado mi

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    66/258

    tensin desde el principio, pero mantuvosilencio; se limit a permanecer muy cerca dm, atenta a cada uno de mis movimientos,

    velando por mis fuerzas a mi lado. Yo presentsu mirada a cada momento y tal vez ese cuidame proporcion la voluntad suficiente paraentrar en el avin y desplomarme sobre labutaca; el corazn me palpitaba a tantavelocidad contra el pecho que me asaltaronunas ganas terribles de gritar. Entonces,Gretch, sentada a mi lado, me susurrdulcemente al odo.

    Otra vez el miedo? adivin. Dame mano. Y cierra los ojos.

    Obedec. Me aferr a su brazo y lo sent tibiotranquilo, relajado; ella me sonrea y

    yo retuve su imagen antes de bajar losprpados, como un salvavidas en mi cabeza.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    67/258

    Respir profundamente y el aparato despegconmigo dentro, pero, mgicamente, miespritu ya se haba liberado de todas las

    cadenas. Da 4, sbado

    Apenas solt la mano de Gretchen hasta

    aterrizar en el aeropuerto de Los ngeles,pasada la una de la madrugada. Un extraosndrome de abstinencia me asalt entonces,como si la euforia de haber superado el reto d

    cruzar el pas entero en avin no fuese siquiecomparable al hecho de habernos mantenidoJuntas tanto tiempo. Cogimos el equipaje ycaminamos en direccin a las puertas

    acristaladas de la salida donde, a lo lejos,divisamos a un grupo de cuatro personas quecomenzaron a gritar y a hacer aspavientos encuanto divisaron a Gretchen; ella los saludcon el brazo y luego se volvi hacia m,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    68/258

    confirmando a sus antiguos compaeros deunidad.

    Avanzamos hacia ellos mientras yo losexaminaba con detenimiento. Dos eranhombres, y de las dos mujeres una era menudpero la otra deba de superarconsiderablemente el metro ochenta;

    desgarbada y de largusimas extremidades tenla piel oscura, caramelizada por sus orgenessudamericanos, con la cabeza alineada detrenzas y el rostro dulce, pacfico. Gretchen

    me haba hablado de ella durante el trayecto yenseguida supuse que se trataba de Gail, que sadelant para recibirnos.

    Qu pasa contigo, Ligi? exclamentusiasmada. Ya sabemos que te gustahacerte notar, pero con esto te has superado.

    Gretchen se ruboriz ligeramente mientras seabrazaban con fuerza. Parecan compartir una

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    69/258

    alegra particular, esa que se fabrica a base derecuerdos comunes.

    Qu hay, Biggi replic Gretch. Hascrecido?

    Se rieron; luego todos intercambiaron besos abrazos mientras nos presentbamos.

    Afortunadamente has podido venir agradeci Jane, la segunda mujer. Porquellevamos das sin ponernos de acuerdo con la

    seas.

    Le echa la culpa a las seas brome Gail. Pero es muy bajita para la red.

    Oye, yo puedo saltar con mucho estilo squej la otra.

    Eso es cierto, Bradley intervino uno de

    los hombres, llamado Will, pero apodado

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    70/258

    Coyote. Con la prtiga eres la mejor.

    A su lado, un pelirrojo llamado TeddyThompson estaba tan ebrio que slo alcanzabahipar y a canturrear entre risas.

    Cllate, McNeill buf Jane sonriente.Maana esa pareja de macizos alemanes os va

    apalear.

    No creas, Bradley se burl Will.osotros tambin sabemos utilizar la

    prtiga.

    Los dos hombres estallaron en carcajadasmientras Gretchen, acostumbrada a ignorarlo

    en estado de embriaguez, interrogaba a sucompaera.

    Cmo has conseguido que pueda jugar?

    indag sorprendida. Estoy fuera del plaz

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    71/258

    de inscripcin.

    Te apunt como suplente desde el primer dconfes Gail. Algo me deca queapareceras a ltima hora. Ha sido la suerte.

    Gretch me lanz una mirada fugaz, como si enm hubiese descubierto una alianza secreta co

    su destino.

    Hemos abandonado la fiesta de apertura pavenir a buscaros continu Gail colgndose

    de nuestros hombros. Es en el muelle.Queris venir? Apuramos otro barril yvolvemos todos juntos al Apricot, palabra.

    Traz con el pulgar una seal de la cruz sobrelos labios a modo de promesa.

    Conozco esa cara de embustera beoda y yonecesito descansar para maana se excus

    Gretch sin perder la sonrisa. Maj., t qu

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    72/258

    quieres hacer?

    Ambas se volvieron hacia m y yo me sentabrumada, quizs porque con Tony misrespuestas siempre parecan darse porsobreentendidas.

    Creo que tambin prefiero descansar

    alegu tmidamente.

    Entonces, decidido declar Gretch.osotras nos vamos a dormir.

    Cuando salimos del aeropuerto, el cieloestrellado de Los ngeles me pareci, a pesade su famoso smog, el ms hermoso de latierra.

    Montamos en un jeep propiedad de WillCoyote McNeill, el menos borracho denuestros acompaantes, y arrancamos en

    direccin a Santa Mnica. Bromearon durante

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    73/258

    todo el viaje sin parar de contar historiasreferidas al maratn del ao pasado, cuando,tras varios partidos de clasificacin, Morriso

    y Rodrguez perdieron la semifinal contra lapareja brasilea, y Jackson y Holioway, larepresentacin femenina de la unidad 27,tampoco lograron abatir a la pareja de LosAngeles, perteneciente a un equipo profesionde voleibol. Las peripecias fueron llegandonarradas por boca de la alegre Gail, Jane y undesenfrenado Teddy, cuya indisposicinalcohlica no haba disminuido con la brisa d

    viaje a pesar de la parada de urgencia quetuvimos que realizar para que aliviase suestmago. Por fortuna haba poco trfico en lcarretera y no tardamos casi nada en llegar a

    Apricot's Lane, un pequeo y antiguo hotel bisituado en primera lnea de playa donde slonos quedamos nosotras. En cuanto bajamos dcoche, los cuatro se despidieron y volvieron a

    marcharse en direccin a la fiesta.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    74/258

    Es aqu afirm Gretch guindome hasta puerta 16 del segundo piso.

    Entramos. Era un cuarto pequeo con unadiscreta ventana que daba al mar y un baocompleto.

    Solemos hospedarnos en estas habitacione

    porque los dueos son los padres de Teddy explic refirindose a su compaero pelirroj. Lo llamamos "Casa Thompson". Casi todomis amigos estn aqu. Toma la llave.

    o supe cmo reaccionar frente a suresolucin, con la que yo no haba contado, asque me qued callada sin saber bien qu decir

    Qu pasa? se sorprendi ella.

    Es que no quiero que mi estancia sea unproblema para ti. dije tmidamente

    mordindome los labios.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    75/258

    Gretch sonri comprendiendo.

    Aqu estamos invitadas seal. Son lanormas de la casa.

    Se acerc a m hasta que estuvimos la unafrente a la otra bajo la luz encendida de unfluorescente.

    Vers comenz seleccionando laspalabras. Cuando perteneces a una unidadcomo la nuestra, desplazada en un pas tan

    peligroso durante meses interminables, teacostumbras a velar por las espaldas de losotros. All es lo nico que tienes y, al final, elo nico que te importa.

    Asent, tan asombrada por la contundencia desus palabras como por la expresin desolada su rostro.

    Escucha record de repente. Para

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    76/258

    dejarte ms espacio yo dormir con Gail; tienuna doble en el piso de abajo.

    Entonces quise decir algo, pero no me dej.

    En serio, tienes que estar aqu insistialejndose hacia la puerta. Siempre hacemouna fiesta despus de los partidos, en la playa

    o puedes perdrtela.

    os miramos en silencio unos segundos,intentando despedirnos de un da

    vertiginoso para las dos. Oye. dije derepente.

    Si. respondi ella.

    Por qu Ligi? pregunt incapaz deaguantarme.

    Porque soy little G explic con una

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    77/258

    graciosa mueca. Y Gail es big.

    Estuvimos bromeando durante un rato hasta qse march, dejndome a solas con el sonidodel ocano.

    Me despert a las once de la maana, agitadapor un gritero incontenible a pocos metros d

    la puerta de la habitacin. Abr la persiana yasom la cara por el cristal; all, frente a m,una marabunta de gente haba invadido porcompleto kilmetros y kilmetros de playa,

    despejando el espacio para los cuadrilterosque definan un buen nmero de campos devley. Me sacud las ganas de seguir durmieny me met en la ducha; cinco minutos de agua

    despus me puse mi bikini ms cmodo, unospantalones cortos, una camiseta anudada alcuello, unas sandalias compradas durante unviaje a Espaa y luego sal, animada por elruido, oculta tras las gafas de sol.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    78/258

    Dej atrs las escaleras que bajaban a la playamientras escuchaba aplausos recurrentes entrel gento; varias pancartas gigantescas

    anunciaban el comienzo del maratn sobre 20campos de arena y 520 participantes, venidosdesde todos los estados del pas y desde elextranjero. Me dirig hacia el paseo paracomenzar mi recorrido, donde una visin mspanormica de la playa facilitaba laidentificacin de alguna cara conocida. Compun zumo y una barra de cereales para desayuny sorte despacio la muchedumbre que

    transitaba por el pavimento sobre patines,bicicletas o, simplemente, a toda velocidad. Ynecesitaba pararme, examinar con cuidado,aunque saba bien que Gretchen no pasara

    inadvertida ante mis ojos.

    a haba superado la mitad de los camposcuando descubr un cartel clasificatorio con l

    fichas de los jugadores, sus caractersticas

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    79/258

    fsicas y la hora de los partidos: Gail Jackson1,85; 73, y Gretchen Holloway, 1,74; 62.Acababan de comenzar su primer encuentro

    haca escasos minutos en el penltimocuadriltero de la playa. Aceler el pasomientras senta cmo mis nervios comenzabaa descontrolarse y, una vez en el lugar indicadbusqu por dnde asomarme hasta que al finpude verla, inconfundible, elevando el balnpor el aire antes de golpear el saque.

    Vesta un bikini deportivo azul, la fiel gorra d

    los Yankees ocultando su flequillo y unaspeculiares gafas de sol con el cristal alargadosujeto por una goma alrededor de la cabeza.Resoplaba, jadeaba, se arrojaba sobre la arena

    volva a levantarse mientras Gail rematabacontra la red; entonces cerraba los puos yabra la poderosa espalda, recuperando laposicin atrs antes del siguiente punto.

    Flexionaba ligeramente las rodillas y se

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    80/258

    apoyaba sobre ellas con las manos, asintiendolas seales de su compaera mientras el sudole caa por las sienes y, entonces, volva a

    moverse con rapidez, alcanzando un balnalejado y salvando otro punto desde el suelo,sonriente, mordindose los labios en elsiguiente saque. Gritaba, apuntaba con el dedoagachaba la cabeza y hunda los pies en la arencuando filiaba para luego estirar el cuello y dpequeos empellones al caminar antes devolver a prepararse. As una y otra vez, comouna exhibicin interminable de poder.

    Durante varios minutos no fui capaz de apartalos ojos de ella. Era la primera vez que podaadmirar tan plcidamente su anatoma, las

    caderas rectas y las piernas firmes heredadasde una prctica deportiva continuada duranteaos. Adems, la perspectiva general bajo elsol ardiente del medioda acentuaba la fuerza

    muscular de las jugadoras y me incomod

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    81/258

    comprobar que era Gretchen quien despertabamayor inters entre el pblico, tanto enhombres como en mujeres. Todos parecan

    haber notado su brillo sobre elhorizonte del Pacfico, igual que la insignia duna bandera, permitiendo, quizs, que ganasenel primer set con ayuda de la simpata general

    de los asistentes. Se aproximaron entonces a grada para sentarse a beber lquido mientrasintercambiaban algunos monoslabos. Entre loespectadores que aplaudan pude reconocer a

    Jane junto a otros muchos animadores de lapareja con el dorsal libre U27. En mitad deldescanso hubo un instante en que Gretch girel rostro hacia mi posicin, pero yo ya haba

    retrocedido, alentada por una idea genial queme alejaba de su lado unos minutos. Tardara poco aunque, sin duda, mereca la pena.

    Me dirig rpidamente hacia una calle prxim

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    82/258

    atestada de comercios y busqu, incesante,hasta descubrir una tienda de fotografa; mearm de valor y sal de all con una rflex

    digital oscilando en mi regazo. Comencmanipulndola despacio, presa de un miedoantiguo que conoca bien, como si mi destrezcasi olvidada pudiese quebrar la cmara, peroluego, al asomarme por el objetivo, consegudomarla al mismo tiempo que anticipaba elplacer de rescatar algunas imgenes a mialrededor. Me apresur hacia el campo; habacomenzado a jugar de nuevo y una vez all no

    pude evitar descender hasta la arena, a pocosmetros de Gretchen. Mi entusiasmo y misrecuerdos me llevaron, en un principio, a haceenfoques extremos, capturando sus

    movimientos con largos tiempos de obturadoa partir de los cuales llegaron la concentraciy una especie de calma intranquila, donde ladecisin del momento del disparo pareci

    concentrarse en el esfuerzo de Gretch. En cad

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    83/258

    estiramiento, encada golpe, en cada gestoagresivo de ella, mi pulso no temblaba ycomenzamos a comunicarnos en un lenguaje d

    matices que traspasaba la cmara; yosimplemente recoga su fascinante presenciaconvencida de que no haba en el mundo nadietan hermoso como Gretchen Holioway, y ellase limitaba a mirarme, a travs de los cristaleoscuros, regalndome innumerables sonrisasen cada parada del juego.

    Finalmente, tambin ganaron el segundo set y

    con l, el partido.

    Muchos amigos e integrantes de la unidad 27se adentraron en el campo para felicitar a las

    ugadoras, entusiasmados tras una primeravictoria. En medio de los abrazos y gritos decelebracin yo continu disparando,manteniendo una posicin de convenidaretirada; entonces Gretch, descolgndose las

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    84/258

    gafas sobre el cuello, me busc con la miradaentre el bullicio y se acerc exultante dealegra.

    Ganamos! exclam entre la confusin dcientos de voces.

    Se ech sobre m, incapaz de contenerse; me

    sujet por las mejillas y me bes los labiosdurante un instante fugaz. Luego se alejsonriente, sin darle la menor importancia,mientras yo notaba cmo mi cuerpo se

    descompona en miles de granos de arena.

    La continuidad frentica de los partidospropici que compartiese el resto del da con

    algunos de los compaeros de Gretch noparticipantes en el maratn; la ya conocida JaBradley, de Alabama, activa entelecomunicaciones; Eric T. Owens, de Floridcon das de permiso y destinado en Irak;Marlon Westley, de Nevada, recientemente

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    85/258

    ascendido a sargento, y Edgard Mendoza, deLuisiana, instructor especialista. Todos, sinexcepcin, haban pasado al menos un ao de

    su vida en algn destacamento de OrienteMedio y de all narraban experienciasparticularmente desagradables en un tono dehumor funesto slo asequible para ellos. Pudintuir cmo la piel curtida asomaba desde susentraas para hacerlos ms fuertes o, tal vez,para hacerlos menos capaces de sentir cuandoen algunos momentos, asomaba en laconversacin el nombre de algn mutilado; a

    los muertos ni siquiera se atrevan amencionarlos, porque entonces la voz se lesvolva trmula, y el empeo por no mostrarsedbiles prevaleca entre compaeros como un

    hbito de guerra

    imposible de borrar. Procedan de hogares mo menos desfavorecidos, nada en comn con

    residencia Sullivan que me haba criado y,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    86/258

    quizs por ello, me pareci que haban vivido mayor velocidad sus das y sus noches,confirmando el viejo lema de mi padre de que

    la edad de un hombre se mide por la cantidad riesgos asumidos. Record haber visto, enalgunas ocasiones, la misma crudeza en elrostro de Gretchen, escondida en su alma enforma de recuerdo; un reflejo del tormento qle haba tocado vivir y que yo, muy a pesar mignoraba del todo.

    Muchos se acercaron a lo largo de la tarde pa

    posar en fotos que promet hacerles llegar atravs de su antigua compaera, afanada en ladisputa de los encuentros previos a laclasificacin. Aunque competa con muchas

    ganas y entrega, la 27 careca de entrenamienprofesional y, a medida que los partidosavanzaban, el grado de inexperiencia iba,restando posibilidades; Gail y Gretchen

    lucharon sin tregua en el ltimo partido de la

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    87/258

    tarde, pero acabaron perdiendo frente a unaexperimentada pareja procedente de Sydneyjusto antes de poder confirmar su presencia en

    semifinales. Hubo momentos de recuperacibromas, abrazos, una improvisada cenaalrededor de un puesto de la playa y luego unnutrido grupo de simpatizantes regresamos alApricot's Lane, donde pude descansar un ratoantes de volver a entrar en la ducha.

    A las nueve de la noche slo una persona podtocar a mi puerta.

    Hola salud Gretch. Ha empezado lafiesta en la planta baja. Vengo a invitarte.

    El bronceado embelleca an ms su sonrisa me impresion verla de nuevo en camiseta, cosus eternos pantalones cados y el flequillorebelde sobre los ojos.

    Claro respond vacilante. Me arreglo y

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    88/258

    bajo en seguida.

    Ella se qued clavada en el umbral, indecisa,mientras nos mirbamos en silencio.

    Hoy te he echado de menos se atrevi alfin. Hablar contigo.

    Yo tambin confes. Me ha faltadoalgo. Entonces Gretch suspir, adoptando elgesto ms inocente que jams he visto.

    Vale asinti. Pues te espero abajo.Se march mientras yo intua cmo, porprimera vez, la emocin no nos haba dejadoalternativa.

    Me apresur cuanto pude y pocos minutosdespus baj las escaleras. Muchas de lashabitaciones permanecan con las puertas

    abiertas y las baeras, llenas de hielo, servan

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    89/258

    de almacn para el alcohol que discurra porlos pasillos a toda velocidad; numerososgrupos se amontonaban por los rincones para

    fumar sustancias diversas, beber, jugar a lascartas o, en las habitaciones ms retiradas,tener sexo ms o menos disimulado sobre lascamas deshechas. La planta baja estaba casi aoscuras, repleta de gente bailando de todas laformas y maneras al son de un trance extremoque estallaba contra los tmpanos. En la salareconoc a muchos militares, pero tambinskaters, surferos, animadoras, turistas y otras

    variantes autctonas que iban y venan, subanbajaban, se desparramaban intoxicados contrapared profiriendo gritos y exhalaciones.Record mis primeras fiestas universitarias y

    me abati, por momentos, la nostalgia de otrotiempos, hasta que una cara conocida se cruzen mi camino; era Will Coyote McNeill, elconductor de la noche anterior, quien se detu

    para saludarme.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    90/258

    Ven conmigo insisti. Djame invitart

    o quise dejarle as que lo acompa hasta labarra, un lugar an ms oscuro donde slobrillaban dos focos. Mientras hablbamosdivis a lo lejos a Gretchen; la gente a sualrededor se deshaca en felicitaciones, besosabrazos, persiguiendo la estela de magnetism

    que ella siempre desprenda. Comenz a bailay me gust verla moverse con la msica; eraagresiva e imparable, como una mquina deprecisin. Me encontr, de repente, con sus

    ojos cuando an estaba tratando de rehuir a macompaante; se haba quedado quieta y tanslo me observaba fijamente, con unaexpresin definitiva que pareca querer decir

    millones de palabras. Yo me sent atrapada,paralizada, sin atreverme a cerrar los prpadopor si la perda para siempre, y as continuamvarios segundos en los que un teln a nuestro

    alrededor hizo desaparecer el resto del mund

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    91/258

    Me alej de McNll escurrindome hacia lapuerta y sin retirar la vista de ella, huyendo deaquel espacio donde me costaba pensar con

    claridad. Gretch me sigui hasta la arena de laplaya, frente al ocano, y all nos paramos tancerca la una de la otra que pude sentir el olorde su piel, su respiracin mezclndose con lama; entonces acercamos an ms los rostrosun impulso nos empuj a un beso clido, tanelctrico que su sabor me traspas las entra

    Agarradas de la mano subimos las escaleras

    hasta el nmero 16 del segundo piso; la msiy el escndalo ensordecedor de los pasillosnos aislaba de cuanto all suceda, pendientessolamente del contacto de nuestra piel. En la

    habitacin comenzamos a besarnosdesenfrenadamente, con ansia desordenada,fundidas en un abrazo que nos permititocarnos sin condiciones mientras, a tirones,

    nos quitbamos la ropa; intentamos dominar

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    92/258

    nuestras ganas para mordernos con suavidad,pero la necesidad me apresur a devorarla,recorriendo con la lengua todos los espacios

    de su cuerpo hasta percatarme de que, porprimera vez, haba tomado el control sobreGretchen. Ella inspiraba despacio, dejndosebeber durante un tiempo de caricias profundaun exceso que termin cuando sus ojos secerraron y su cuerpo entero se arque,doblando la espalda en una larga contorsininconfundible! Aguard que regresase a miboca y entonces fue ella quien me arroj sobr

    la cama; se recost de lado encima de m y mbes de nuevo, tan violentamente que cresentir dolor mientras notaba el calor bruscoque una de sus manos provocaba al adentrarse

    en mi cuerpo. Quise hablar, pero no me dej,obstinada en vigilar mi cara y mis gestos,satisfecha con cada aliento entrecortado quesala de mi garganta; cuando el ardor se

    convirti en fuego tuve que sujetarme a su nu

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    93/258

    y apretar los dientes, dejando escapar levesgemidos mientras ella me retena implacabletratando de que aguantase sus maniobras hasta

    el final. Su bello rostro a pocos centmetros dmi cara y su pelo, rozando mis mejillas,hicieron que me abandonase a sus empeos ycuando volv a sentir un nuevo forcejeo, la olade sensaciones fue casi insoportable. Me dejllevar y ced, vencida por su morbosa sonrisaentonces un aliento inesperado vaci de airemis pulmones mientras mi cuerpo seestremeca, incendiado como nunca antes lo

    haba estado. Fue en ese momento cuandoGretchen, por fin, me liber. Entrelac misdedos a su mano mojada y la bes de nuevo,entre risas y sudor, irremediablemente prdid

    por ella.

    Da 5, domingoDa 9, jueves

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    94/258

    Da 5, domingo

    Quiso mi inconsciente comprobar que no sehaba tratado de un sueo y me desperttemprano, casi al amanecer, cuando a travs dla veneciana se colaba una luz escasa. Gretchesegua junto a m, durmiendo de lado sobre lacama; poda ver el contorno de su espalda a

    medio cubrir por la sbana y su nuca recortadhacia la coronilla, donde el pelo comenzaba aser ms largo hasta culminar en la frente. Trade imaginarla con el cabello largo, pero no lo

    consegu; apenas poda creer que ya existieratal cual, libre de corazas y falsedades. A fin dcuentas, no era slo una cuestin de maquillael que parecisemos tan distintas.

    Un haz de sol interrumpi mis pensamientos ilumin su piel; entonces alcanc la cmara ycomenc a hacerle fotografas. Me fascinabatanto el resultado que me tom mi tiempo ent

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    95/258

    cada disparo, buscando ngulos, sombras,contraluces, encuadres oblicuos, primerosplanos, enfocados y desenfocados casi

    absurdos. No importaba el proceso; estaba enplena bsqueda y necesitaba respuestas quenadie poda darme, ni siquiera yo.

    Repasando todo lo que an no le haba contad

    sobre m y aadiendo algunas de mis mentirasconsegu sentirme mezquina, tanto que mederrumb sobre una silla; tuve miedo de estarocupando el lugar de alguien mejor, el destino

    de una persona que s mereciese a Gretchen.

    Buenos das salud de pronto estirandolos brazos. Cunto llevas ah?

    Un rato contest. Me gusta mirarte.

    Se incorpor sobre la cama, sonri y me hizouna sea para que me acercase; entonces me

    acost a su lado hasta alargar

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    96/258

    premeditadamente un beso.

    El avin de vuelta sale a las ocho susurr.

    As que tenemos doce horas para hacer lo quequeramos

    o asent en silencio.

    Bien exclam ella adoptando la posehabitual del Tambourine. En qu puedo

    servirte?os remos y despus le hice una peticin

    espontnea

    Esta vez era un baador rojo, blanco y azul.

    Prescindi del gorro aunque s se puso lasgafas de natacin, y me sobrecogi ms de lo

    que yo crea verla hacer estiramientos sobre e

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    97/258

    pedestal de salida, justo antes de arrojarse alagua de la piscina olmpica con la destreza deuna profesional. Comenz con el estilo

    mariposa, el ms espectacular de todos,completando un largo que yo persegu desde exterior, cmara en mano; tras el viraje camba posicin dorsal y nad de espaldas. Ms quenunca me pareci un delfn o una sirenamostrando su capacidad de hermosear el aguapor eso abandon la rflex y me introduje en piscina con una pequea cmara acutica.Gretch ya estaba con la braza, lo que me

    permiti un pequeo conato de buceo paratomar algunas instantneas debajo de lasuperficie; entonces cambio a crol y sent suvelocidad, en caminndose hacia a m con la

    fuerza de un animal marino. Al llegar a miposicin desapareci de mi vista y se hundinotaba como sus manos me empujaban haciaabajo y trate de escapar, pero no lo consegu.

    Tal y como imaginaba, Gretchen era aun ms

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    98/258

    poderosa metida en una piscina.

    Tienes miedo de muchas cosas dijoemergiendo de pronto a mi lado Tambin aagua...

    No es verdad me defendTu eresintimidante.

    En serio? -sonri quitndose las gafas degolpe.

    Jugamos un rato al acecho antes de vestirnos regresar al Aprocot's paseando juntas, porprimera vez, como dos amantes. Comprendentonces lo extraordinario que resulta cuandoun ser humano encuentra al fin su sitio, eselugar exacto que parece haber existido siemppor nosotros, aguardando para recibirnos, conlos brazos abiertos, junto a la persona destinaa rendir nuestro corazn tras el naufragio de l

    edades confusas. Gretchen me llevaba de la

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    99/258

    mano, pero tambin me equilibraba, como todla vida yo haba intuido que deba suceder alotro lado de mi cadera, ensendome que las

    dudas sufridas con otros son los rastrosdejados en nuestra intuicin por los falsoscaminos y no por el amor de verdad, esesentimiento inconfundible y derramado,malgastado por mi, en cada vistazo. Gretchensu espalda ascendiendo hasta la nuca,Gretechen y su elegante cadencia al caminar,Gretchen y su forma inspirada de volversehacia mi lado, Gretchen buscando impropia m

    labios, sujetando mi cintura, Gretchen y su mde ojos inmensos donde nada ms caba ni secomparaba, Gretchen y su sonrisa, tanarrolladora, entre mi alma y mi piel como los

    cataclismos, como una tragedia irrepetible deverdadero sentido de mis aos. Todo era ella desde sus races yo estaba creciendo porcompleto, renovando hasta el ltimo gramo d

    mi coleccin de sueos; aquellos tesones,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    100/258

    lejanos y absurdos, de mi anterior existencia.

    Al llegar a la habitacin, prolongamos durantevarias horas un beso intenso que no terminabanunca; a veces solamente abrazadas, pero otragiradas, manipulndonos con un hambre sexuintermitente. Haca mucho que habamosdejado de pensar para explorarnos en

    penumbras, entendernos con el ritmo de larespiracin y los silencios mantenidos en unaclave ntima y nica. Aprend a codiciar sucarne igual que haba codiciado su presencia

    mientras ella me enseaba a disfrutar de susefluvios, de sus caricias, todas diferentes, perefectivas, y aquella entrega tan pura me hizosentir an ms traidora. El tiempo haba

    agigantado la sensacin de culpa en miconciencia de tal modo que, al final, la angustse convirti en una carga demasiadoinsoportable.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    101/258

    Escog una pregunta al azar para comenzar unconversacin que no saba cmo afrontar y, sdarme cuenta, algunas de mis palabras

    removieron el alma de Gretch hasta el punto dque fue ella quien hizo una revelacin;seguramente, la ms dolorosa de su vida.

    Eres una nadadora increble reconoc

    Nunca llegaste a competir a mayor

    nivel?

    Me sent la peor culebra de la tierra cuando sentristeci y baj los ojos.

    Quiero contarte algo empez. Nunca hhablado de esto con nadie. Algunas personas lsaben, pero no por m.

    Esper, preocupada por el tono de su voz,mientras ella pareca estar luchando contra s

    misma.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    102/258

    Mi primer novio se llamaba Kyle Wallace afirm nostlgica. Estuvimos juntos durantmi ltimo ao de instituto. Tena veintids

    aos y era uno de los mejores amigos de mishermanos as que, aunque yo no rebasaba losdiecisiete, todo quedaba en familia. Cadaviernes vena a buscarme a la salida de lasclases en un Chevrolet Camaro azul del 75; unbuen coche para casi todo, puedes creerlo. Noimaginas lo importante que me haca sentiraquello, en un lugar donde ni siquiera memiraban. Nunca he cumplido bien el perfil de

    novia convencional.

    Se detuvo un instante para mirarme con losojos brillantes y sonrer.

    Rompimos cuando me march a Virginia cla beca deportiva. No fue muy duro; al final,Kyle y yo ramos slo buenos amigos. Pero lresidencia en la escuela s result un castigo.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    103/258

    Tan lejos de mi padre, mis hermanos, misamigos. Aoraba mi casa. Todo era demasiadoelitista y competitivo, demasiado fro para m

    y, por alguna razn, no encaj. Los profesorepensaron que necesitaba ayuda profesional pasuperar los entrenamientos y comenc asistirla consulta de la psicloga, Rebecca Wation.Beck tena veinticinco aos y haba viajadodurante toda su vida acompaando a su padre,un gelogo marino; an recuerdo cmo meimpresionaba su manera de hablar del mundoque haba conocido, las diferentes personas

    con las que haba mantenido contacto.Alrededor de Beck todo resultaba fascinante.Pasados unos meses comenzamos una relacipero, cuando el consejo superior de la escuel

    se enter, la expulsaron. Y yo me march conella.

    De nuevo Gretch hizo una pausa, tratando de

    ser fiel a sus recuerdos.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    104/258

    Vivimos muy bien juntas durante un tiempohasta que, de repente, empez a cambiar. Sevolvi recelosa, arisca; pareca estar amargad

    a todas horas y siempre la pagaba conmigo. Lmolestaba que yo no encontrase trabajo, o qufuesen trabajos espordicos. Llegu a pensarque quera deshacerse de m. Un da llev acasa unos folletos publicitarios de alistamieny se entusiasm. Se empe en que sera mimejor oportunidad; podra viajar, tendra unsueldo fijo, una carrera profesional. Yo nuncalo hubiese considerado, pero ella insisti,

    incansable, durante semanas, hasta que meconvenci. Me march para recibir laformacin y, antes de que pudiera darmecuenta, estaba volando en un avin con destin

    a Afganistn. Utilizaba los das de permiso pavisitarlos, a ella y a mi padre, aunque nuncavolvi a ser la misma desde la separacin. Laltima vez que regres para verla, despus de

    dos aos de servicio, la encontr ingresada en

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    105/258

    el hospital, delirando. Muri a los pocos dascausa de un cncer terminal.

    Alz la cabeza para tomar aire. Pude notarcmo le dola hablar de aquello, el esfuerzocolosal que le supona.

    Nunca pude perdonarla se resinti.

    Sent tanta rabia que la odi durante muchotiempo. Prefiri manipularme y enviarme almismo infierno antes que ser sincera conmigMe sent tan idiota, tan ingenua y, al mismo

    tiempo, tan culpable por no haber estado a sulado. En la carta que dej para m aseguraba qlo haba hecho para no verme sufrir, pero nunme dijo una sola verdad., Cmo puede eso

    llamarse amor?Me miraba igual que una nia desengaada colos ojos hmedos, por una vez tan desvalidaante m que tuve que ampararla entre misbrazos.

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    106/258

    Los defectos humanos siempre parecen mterribles en las personas a las que queremos expliqu intentando consolarla. Quizs suafn por evitar que vivieses su tragedia no lepermiti valorar el alcance de sus propiasdecisiones. Quizs la medicacin, si la hubo; depresin, el miedo al abandono. Quizs fue e

    miedo a verte marchar, a perderte antes delfinal.

    La expresin de Gretch se relaj, como si en

    mis palabras hubiese encontrado, por fin, unatisbo de claridad.

    No me engaes nunca, Maj pidi de

    pronto suplicante. No podra con ello.Pareci atravesarme por la mitad el filo de unespada de hielo.

    Tardamos en reponemos y, mientras me

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    107/258

    esforzaba en desterrar todas mis faltas,

    volvimos a vestirnos ms dcilmente quenunca, emparejadas en idntico comps demovimiento. Luego salimos a recorrer callesque ahora no acertara a describir siquiera, apesar de recordar el sonido de nuestros pasossobre las aceras y cada una de sus preguntas, l

    cuales, de manera inexplicable, me tornaroncapaz de la mayor de las hazaas. Respondaaunque slo escuchaba su voz y esa pequeasinfona rtmica de sus hombros, semejante a

    aleteo de un ngel. Quise remontar desde miaturdimiento cuando entramos en unrestaurante que ella eligi al azar, cansada demi indecisin, aunque despus hablamos poco

    para lo acostumbrado entre nosotras. Acasoaquel da nos complaca ms leernos elpensamiento con un gesto de complicidad o,quizs, disfrutar del grato silencio que uno

    mantiene cuando alimenta ese lado insaciable

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    108/258

    del espritu con un igual. Dese preguntarlecmo se senta, pero de alguna forma saba qusus pupilas podan hablar mil veces mejor,

    solazando un smbolo infalible; un lenguaje qGretchen haba adoptado desde el principiocomo favorito porque, a pesar de laimprecisin, era ms fiel a la verdad que laspalabras o los juramentos.

    El deseo comn se cristaliz brevemente devuelta en la calle, donde aprovechamos pararegresar a la playa en busca de sus compaero

    La mayora estaba durmiendo la borrachera dela noche anterior, excepto los pocos que sehaban acercado hasta los campos de vley papresenciar las finales del maratn. All

    encontramos a Gail, con un nuevo acompaanconocido en la fiesta, Jane, Teddy y algunosotros de la unidad diseminados entre el pblicde la grada. Los saludamos y nos sentamos a s

    lado, compartiendo con ellos nuestras ltima

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    109/258

    horas californianas; despus, nos despedimoscon la solemne promesa de volver al aosiguiente.

    Cudala bien me susurr Gail antes dedejarme ir. Es demasiado buena; incluso pa

    ueva York.

    Saba que no le faltaba razn as que, usando sseal, le di mi palabra.

    El viaje al aeropuerto lo hicimos en taxi. Una

    vez all no pude resistir la tentacin deimprimir las fotos mientras esperbamos lasalida del avin. Muchas instantneas, 318, enlas que Gretch era la absoluta protagonista,

    confirmaron su previsible fotogenia, perotambin cierto grado de pericia que gustatribuirme, un vestigio de los aos que llevabexperimentando con las cmaras. Repasamoslas imgenes juntas, recordando cada momencomo una pieza nica cuyas sensaciones

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    110/258

    despertaron entre nosotras una complicidadnueva. Ya tenamos un pasado comn quepodamos revivir a cada momento, en cada

    mirada. Al despegar el aparato, agarre de nuevla mano de Gretch aunque, esta vez, no setrataba de miedo, sino de un probado desafo travs de la ventanilla, desde donde me atrev contemplar las nubes del atardecer sobre elocano, los precipicios de rocas, las montaaentre valles verdosos. A nuestros pies el munpareca haberse conjurado para favorecernos por algunos momentos, me pareci creer en

    una intervencin divina.

    Otro taxi nos condujo desde el aeropuerto JFhasta Chelsea. Era tarde, ms de las doce y

    media, cuando se detuvo ante la puerta deledificio de Gretehen. El conductor se baj paayudarnos y entonces, cuando tambin sac mbolsa del maletero, Gretch y yo nos miramos

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    111/258

    As est bien, gracias le dijo al hombre sdarme opcin. Aqu tiene.

    o continuaba mirndola o, en realidad,admirndola. Slo, ella tena esa capacidad;aturdirme e ilusionarme al mismo tiempo.

    Qudate esta noche me pidi en cuanto

    se fue. Ya pensaremos maana.

    Pensar? pregunt mientras volvamos arernos.

    Luego subimos el equipaje al sexto piso ycerramos la puerta.

    Da 6, lunes

    El despertador son a las cinco y cuarto de lamaana desde el interior de otra de las cajas dmadera que Gretchen tena esparcidas por la

    habitacin; extendi uno de los brazos fuera d

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    112/258

    las sbanas y lo par. Se levant de la cama deinmediato y, mientras buscaba con diligencia ropa del trabajo, yo me dediqu al placer de

    contemplarla.No tengo ganas de ir, pero Alfred puedematarme si no aparezco hoy bostezmientras sacuda los pantalones.

    Ir a buscarte asegur levantando la cabede la almohada.

    Eres la mejor contest sonriente endireccin al bao.

    Me acerqu tras ella y observ cmo seduchaba, se lavaba los dientes y se engominabel pelo. Luego me coloc una especie de fajaen el pecho antes de ponerse la camisa, elchaleco, el cinturn y los zapatos. Aquellossencillos pasos lograban una transformacin

    tan espectacular, tan cargada de ambigedad,

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    113/258

    que provocaban una atraccin enfermiza.

    A Steven le sienta bien el bronceado bromemientras se anudaba la corbata No crees?

    Tuve que besarla de nuevo para asegurarme deque Gretchen continuaba all.

    Antes de salir me invit a registrar el balguardado en el nico armario del saln, uncofre antiguo con el nombre de su dueatallado en la tapa que interpret como un rega

    paterno. Al abrirlo encontr un cmulo decosas amontonadas: medallas de natacin, unlibro de cuentos infantiles, un fajo de cartascon distintos remitentes, invitaciones, entrad

    de conciertos y teatros, retales de prendas deropa, botes de cristal con arena de distintasprocedencias y diversidad de artilugios, pero,sobre todo, tres grandes lbumes de fotos en fondo. Me sent en uno de los sofs e inspirantes de verlos; saba que entre mis manos

  • 5/26/2018 Cristina_Vigo_-_10_dias_para_G.pdf

    114/258

    sostena una combinacin de las dos mayorespasiones, de mi vida.

    Me impresion descubrir en la primera pgina Hanna Holloway, la madre de Gretch, quienapenas deba de rondar los veinte aos cuandose cas, siempre extremadamente joven yalegre sobre el fondo de un rancho. Era muy

    rubia y pecosa, con el pelo largusimo y, amenudo, recogido posando tmidamente en laserie de imgenes ms antigua. Jason, el padrapareca poco despus; era un hombre alto y

    enjuto, de una delgadez seductora, con laexpresin contenida, pero con unos profundoojos azules que reconoc en seguida. En todaslas instantneas llevaban ropa humilde, tpica

    del campo, y raramente se apreciabanescenarios distint