CRÓNICA DE LAS ÚLTIMAS OBRAS PARA LA RESTAURACIÓN …les, así como la cúpula y brazos del...

201

CRÓNICA DE LAS ÚLTIMAS OBRAS PARA LA RESTAURACIÓN DEL ANTIGUO CONVENTO DE SAN FRANCISCO EN LORCA

Juan de Dios de la HozArquitecto

RESUMENEl objeto de este artículo es la completa descripción del proyecto de recuperación arquitectónica del �� S.L.P. En él se abordan de modo exhaustivo las acciones llevadas a cabo en iglesia, claustros, escalera de la Tota Pulchra�!��"��#��$��%��&�� '��Azul de la Semana Santa. La restauración del inmueble, con técnicas tradicionales de construcción, ha contemplado además la puesta en valor de aquellos elementos de interés que han aparecido en las exca-vaciones arqueológicas y en el análisis profundo de la arquitectura, sobre todo pinturas murales. Entre éstas últimas destacan antiguas decoraciones de espacios singulares y una excepcional aula de gnomónica.

Palabras clave: Arquitectura franciscana. Provincia Franciscana de Cartagena. Convento de San Fran-cisco de la Puerta de Nogalte. Proyecto arquitectónico de restauración. Museo Azul de la Semana Santa (MASS). Excavación arqueológica. Pintura mural. Gnomónica.

ABSTRACTThe aim of this article is to provide a full description of the architectural conservation project for the Monastery of San Francisco de la Puerta de Nogalte, conducted by Lavila Arquitectos SLP throughout ��*�+/�� 3/��!�� /�� /��/� �/"�� "�+��/ ��staircase and convent’s rooms. It also comments on the building adequacy to house the Museo Azul de la Semana Santa (Easter Museum of the Blue Brotherhood). The building restoration used traditional building techniques. Restoration was focused on the highlighting of those interesting elements that were found during the archaeological excavations, and after an in-depth analysis of architecture. Wall paintings restoration has been of particular relevance. Wall paintings include ancient designs for unique spaces and an exceptional gnomonic classroom.

Keywords: Franciscan architecture. Franciscan Province of Cartagena. Convento de San Francisco de la Puerta de Nogalte. Architectural conservation project. Easter museum of the Blue Brotherhood (MASS). Archaeological excavation. Wall painting. Gnomonic.

propiedad de la Hermandad de Labradores-Paso Azul y su futura exposición en el Museo Azul de la Semana Santa —MASS—. El encargo del � �!�� & $%� �� &�� 4�� "� ��vez ya se habían ejecutado las primeras emer-��&��1"�� 5��&��-mente el mismo en Abril de 2013 tanto al Paso Azul como a la dirección General de Bienes Culturales de la Región de Murcia, si bien el

INTRODUCCIÓN

El presente artículo trata sobre los procesos de diseño en la redacción de los proyectos, la di-rección de las obras y las conclusiones obteni-das tras todos estos trabajos realizados por el �� *�*�*�� &-cio del antiguo Convento de San Francisco en Lorca, así como sobre la colección de bienes

1 Dirigidas por los arquitectos Agustín Ancosta Benavent, Nicolás Carazo García y Juan García Pedrero.

202

visado del Colegio de Arquitectos de Murcia no se produjo hasta terminar el proyecto con las � �� !�$�� 7#�"� ��5��&��-$��$�!��8$� ��3��9�9�:;�<:9�*

Las obras que vamos a describir se iniciaron en Julio del año 2013, tras la primera licencia muni-cipal, que autorizaba los trabajos para consolidar los principales elementos en estructuras, facha-das y cubiertas, dañados durante los terremotos del mes de Mayo de 2011. Posteriormente (mayo ��=�� >� �� el resto de las fábricas, los cerramientos, sola-dos, vidriería, carpintería, etc., hasta la completa �� %�� &��"� ��#� ��$�� %��de todas las medidas de seguridad y confort, que �� $�� %�� $�� 5&��permanente del denominado Museo Azul de la Semana Santa MASS (el plano adjunto indica la �� &�� %�=*

Por tanto, vamos a desarrollar la secuencia de �?��%�� ?�� &��"� �� 5��-nos en los aspectos constructivos, arquitectóni-cos y los propios de la instalación del Museo del Paso Azul, incluyendo en el mismo una sala para exposiciones temporales o actos, la Casa del Paso, la Comisión de San Francisco, la Asocia-ción Nuestra Señora de los Dolores, etc. Como es lógico, se describen sobre todo aquellas obras que fueron imprescindibles e inaplazables tras los sismos, pero también aquellas otras capaces de preservar el Templo y el resto del Conjunto '��$�� 7 �� $�� !"� &��-mente, aquellas destinadas a poner en uso y en valor el inmueble, casi siempre con el empleo de materiales y técnicas tradicionales2.

Tipológicamente, nos encontramos tres grandes elementos sobre los que se ha centrado la in-�� %�@� ��"�� !�� !"�&��-$��"� �� ?#�� K��*� �� &��

Planta completa zona de actuación.

2 Tanto las teorías actuales de la Restauración, como los postulados doctrinales del Consejo de Europa, aconsejan este empleo de materiales y �O�� /�!��4�� $5�"�� #�� &�� !�� $��"�se debieron a la utilización indebida de materiales modernos (hormigón armado fundamentalmente).

203

de planta longitudinal, con una espaciosa nave central alargada, cubierta por bóveda de cañón entre los arcos fajones, con lunetos para la ilu-$��%��!�Q�� a cada lado, abiertas entre los contrafuertes y cubiertas con bóvedas de arista y rematado todo ello por un crucero donde resalta, por su mayor dimensión, la capilla mayor y el camarín de la Virgen. Sobre las capillas, unas estrechas tribu-nas y un gran coro en alto a los pies.

El claustro y la escalera ocupan en planta una dimensión similar y contigua al crucero, más la primera capilla adosada a éste. El otro claustro, más antiguo y del que hablaremos más tarde por su relación con las pinturas aparecidas en el carrerón, no se ha intervenido en el proyecto, si bien es más noble y rico (tanto por el em-pleo de la piedra, como por la ejecución de sus arcos, molduras, impostas…) y probablemente albergó los primeros dormitorios de la comu-nidad franciscana. Sí hemos intervenido en el segundo claustro o claustro nuevo (denomina-do popularmente “de los perros”), construido seguramente más de cien años después que el

de piedra que alberga la Virgen de Lourdes. Se trata de un espacio cuadrado, con dos cuerpos y tres alturas, todo él ejecutado en ladrillo, alter-�� $�� &�� !� � ��de medio punto, separados horizontalmente por una cornisa que distingue los dos pisos del nivel superior de la única planta en el inferior.

La escalera de acceso a las plantas superiores del convento tiene una planta central inscrita en un cuadrado y cubierta con cúpula de media naranja rematada al exterior en una pequeña to-rre octogonal, apoyada sobre falsas pechinas. La escalera es de tres tramos, uno central y dos laterales, que solo acceden desde la planta baja a la primera. Es un espacio muy luminoso, al que contribuyen los óculos abiertos sobre la cú-��!��Q�� planta primera (si bien algunos de ellos están tapados por la ubicación en los espacios tras ellos de distintas aulas del Colegio). Casi con toda seguridad se trataba de zancas a base de bóvedas tabicadas de ladrillo, pero las mismas se sustituyeron por vigas metálicas empotradas en los muros. La escalera actualmente está pre-

Planta baja del estado actual.

��

sidida por un escudo de mediados del s. XX, realizado en madera policromada, mientras que el águila está pintada directamente sobre el en-lucido. Más adelante nos detendremos más en esta escalera, pero avanzamos ahora que ha per-dido parte de su carácter, debido a la presencia tan importante del escudo, que prácticamente domina todo el espacio, a pesar de tratarse de un elemento moderno y con materiales modestos, principalmente pinturas al temple de ejecución poco elaborada y colores planos, que en algu-nos casos transparentan la base, ya que sobre el muro aparece un enfoscado de gran dureza y grosor cubierto por una capa de yeso subyacen-te de forma muy irregular (probablemente antes de acometer la realización del escudo actual, se picaron todos los paramentos, ya que pre-sentan múltiples grietas que posiblemente pu-

dieron producir desprendimientos del enlucido �� =� !"� ��$�"� �� &�� -trato pictórico de espesor muy ligero. Incluso, la pintura gris del fondo es un repinte que bordea el águila, a la vez que en el perímetro e interior de la hornacina oculta parte de la decoración.

La fachada principal es lisa, de sillería, ocu-pando el ancho de la nave y en ella se abre una $��#&�� $�� 7��con columnas pareadas y hornacinas en los in-tercolumnios, entablamento muy sencillo y con muy pocos elementos decorativos, salvo los es-cudos, la hornacina para la imagen de la Virgen y la ventana superior recercada. A su izquierda se levanta la esbelta torre, con refuerzos de can-tería en las esquinas y rematada con un chapitel que corona la típica esfera con veleta y cruz.

Alzado principal. Estado de proyecto.

205

Solo nos queda reseñar la que probablemente 7�� 8��$�� &��"� ��-rrespondiente a la actual crujía que mira hacia el Este y que hoy da fachada al patio del cole-gio y a la plaza de Colón. Se trata de una gran � �?#�"� &��>�� 99�"� �� propone el cierre de todo el conjunto conventual por este lado con un nuevo cuerpo arquitec-tónico, capaz de albergar los usos que hacían �� "� �� 4�� &�� XVIII, uno de los más importantes de la región y la provincia Franciscana (en torno a sesenta miembros permanentemente) y en sus celdas y aulas se formaban quienes deseaban adquirir ��$�� #�"� � ��"� &��7#�� Y$5��adelante veremos uno de los descubrimientos en el claustro nuevo, que nos indica que también se explicaba la ciencia gnomónica de los relojes de sol).

En cuanto a la historia del inmueble, como quiera que ha sido ampliamente desarrollada en otros artículos de esta publicación, no nos

detendremos en exceso, si bien dejamos cons-tancia de que la mayor parte de los datos que &�� 5��/��$�-dos de lo escrito por Manuel Muñoz Clares y, en muchos de los datos por él facilitados, hemos apoyado algunas de las propuestas de actuación que se han llevado a cabo en distintas zonas del inmueble (escalera y carrerón principalmente).

Sin embargo, por la proximidad en el tiempo y por ser un importante referente para la historia �� &�� Y�� Z��="� �� $��dejar constancia, aunque sea brevemente, del proyecto y las obras entre 1985 y 1987, cuando el Ministerio de Cultura encarga un proyecto al arquitecto Ignacio Mendaro Corsini.

Este proyecto pretendía detener los graves de-�� &��"� �� %�en la ejecución de zunchos de hormigón en la coronación de los muros del templo (tanto de la nave central, como de las tribunas del primer piso, sobre las capillas laterales y en el tambor

Restauración S. Francisco. Plano de Ignacio Mendaro Corsini.

��^

del crucero) además de la reconstrucción de las tres bóvedas de la nave más cercanas al crucero y los dos arcos entre ellas. También se ejecutó el levantado de la totalidad de la cubierta (supone-mos que se trató de la teja, no de la estructura de madera) y entablado de la nave central y latera-les, así como la cúpula y brazos del crucero para ejecutar, a continuación, un nuevo entablado de tablero machihembrado, impermeabilización de base asfáltica, capa de compresión y la recolo-cación de la teja. En las inspecciones que hemos llevado a cabo durante la redacción del proyecto y la obra, hemos comprobado que se trata de una capa de aproximadamente entre 8 y 10 cm ��/� $��%�"�� $��$��>��^�$$�de diámetro. En las capillas laterales se realizó el desmontaje de sus cubiertas (que eran de ro-llizos y caña), sustituyéndolas por forjados in-clinados de viguetas de hormigón pretensadas, bovedillas cerámicas, mallazo, capa de compre-sión también de hormigón, impermeabilización asfáltica, protección de ésta y recolocación de la teja. Finalmente, la obra contempló otros apar-tados, quizá no tan importantes estructuralmen-��"�� #��&��"��$�� %��!��"�Q� ��!�� $��-tos de la nave, la apertura de algunos huecos ��"�� !�&�� metálicas, encalado completo de la Iglesia, de-rribo de un muro deteriorado en la parte trasera del brazo del crucero, etc.

Finalizamos estas notas introductorias, insis-tiendo en la gravedad del terremoto acaecido en Lorca en mayo del año 2011 y sus conse-�� &��"� �� ->� �� %�� #�$�� ":^��Y��8��"��="��partir de la aceleración básica establecida en la Norma NCSE-02 para Lorca de 0,12g y una vez �� &�� 7��-ción del tipo de suelo, uso y periodo de retorno, la aceleración sísmica de cálculo que se ha con-�� %��"�^�"�� $��"�� 7�� &��y otros muchos de los antiguos de Lorca, sin llegar a colapsar.

I. EL PROYECTO

No nos detendremos en consideraciones de uso o funciones de los distintos espacios, sino en la relación entre las propuestas y la historia del edi-&��*�K�� $� �� "��>� ��$� �$��mecanismos que utilizaron los constructores del �� &��fueran sometidos a las fuerzas que induce sobre ellos un terremoto, de forma que los inmuebles se agrietasen, pero no llegaran a colapsar, pues son unos recursos muy inteligentes y que, por ��"� �� $�� &�� obras. Es cierto que estos maestros antiguos no � �� &�� -sistencia de las estructuras o materiales, pero su experiencia en la construcción con materiales masivos tradicionales, les aseguraba que eran apropiados frente a los temblores por su poca ri-gidez y, por tanto, capaces de resistir los sismos. Por tanto, la presencia de materiales como la sillería de piedra, ladrillos cerámicos, cal, yeso, etc., de grandes dimensiones y de buena cali-dad, así como ingeniosas técnicas constructivas (bóvedas tabicadas construidas sin cimbra, mu-ros de mampostería de piedra con verdugadas o cadenas de ladrillo, cubiertas de madera a base de cerchas o de estructuras de par e hilera, a la molinera, a base de pares o con correas apoya-das sobre los muros transversales —la propia de San Francisco es una cubierta de par y nudillo, con unos extraordinarios tirantes—, cadenas de atado, llaves entre muros perpendiculares…) son buena muestra de estructuras capaces de enormes deformaciones, e incluso roturas par-ciales, sin llegar a colapsar, lo que ha asegurado su resistencia en el tiempo, aún a pesar de sufrir muchos terremotos.

En segundo término, consideramos que puede ser interesante exponer la cronología de las ac-tuaciones del proyecto, de forma que se pueda seguir la secuencia de los distintos documen-tos. En cualquier caso, este proyecto estaba muy $��>�� /�� &��y por los eventos sísmicos, pero no por ello se proponían sustituciones masivas, ni cambios es-tructurales sino que, en la medida de lo posible,

207

se mantendrían estrictamente todos aquellos elementos que hubieran soportado el paso de los trenes de ondas, sin cambiarlos o alterarlos más que de forma absolutamente excepcional o en puntos muy concretos. Tampoco se ha plan-teado la introducción generalizada de modernos materiales o tecnologías punteras, capaces de resistir tracciones, de incrementar los módulos de resistencia, e incluso de variar su forma de trabajo, ya que es probable que no puedan nun-ca llegar a ser compatibles con los antiguos, durante los momentos de la máxima solicitación que provoca un movimiento sísmico. Creemos que es muy importante detenernos a pensar en los valores de nuestro pasado y reconocer su solidez y estabilidad aunque no sean capaces �� *�_� ��>��$��$��O�� &�� /�� de resistir, mucho mejor en la mayor parte de los casos que los que ejecutamos hoy en día, el paso del tiempo y, en mucha mayor medida, de este tipo de catástrofes. Afortunadamente se trata de luces muy pequeñas y los contrarrestos que proporcionan los muros del claustro y la iglesia, hacen que por ejemplo la escalera y el claustro se mantengan incluso con aceleracio-nes altas de la gravedad. Por tanto, el eje de nuestra propuesta se basa en asegurar los forja-

dos, cubiertas y bóvedas que se han mantenido en pie, reparándolas aun a pesar de encontrarse gravemente agrietadas e incluso desplomadas.

El primer documento básico y de ejecución se entregó el 5 de diciembre de 2012 (nº registro ��^�<<^�=�!�!��$�$��-cluía la realización de las obras en la parte no �� &��"�$5�� %��>��`�!� �!��4��*�k��fue revisado por las distintas administraciones autonómicas y locales, que solicitaron distintas �� "� �� $� >�� :� Y�{� �� :��^��<=�en distintos planos, parte de los cuales repro-ducimos ahora, y con respuestas a todos los re-paros. Un primer plano 00 con indicación de las propuestas, para cada una de las plantas del ��&��"��#��$��!�7� $�� -jo para la recuperación de los niveles originales, mediante la propuesta de retirada de las losas de hormigón existentes y de las vigas de acero em-potradas en los muros perimetrales del claustro. Unos planos con numeración G-30 y C-22 de secciones por el claustro y plantas de cubierta, �� Q�?�� y disposición geométrica de la nueva cobertura del claustro, ejecutada a base de vigas de ma-

Levantado de losas armadas del claustro.

208

Alzado Este patio. Estado Proyecto.

Sección C-C' por el claustro. Estado Proyecto.

209

dera con cerramiento de vidrio, así como las pendientes de cada uno de los faldones de vidrio y el sistema de recogida y evacuación de las aguas.

Planos G-10 y G-28, con la ubicación que en aquel momento tenían las rejas en los huecos de la fachada de la crujía Este al patio y Plaza de Colón, así como la propuesta de mantenimiento de las mismas (de los treinta y cuatro huecos �� /�� 7��/��"� �� $��&�� acceso al museo por planta sótano, el central del primer piso y el del extremo Sur de planta segunda, quedando los treinta y uno restantes ��$��&�� $��"�� -jas que presentan, proporción, etc.). Finalmente, �� Z��:� �� Z��:"� �� Q�?��la propuesta para la ubicación de las instala-ciones de climatización y contra incendios, los patinillos para el paso de todas ellas (siempre en lugares de mínima afección y sin necesidad de alterar de ninguna forma la estructura, pues únicamente era necesaria la apertura de algunos

revoltones para permitir el paso de los conduc-tos, sin afectar a las viguetas), la terraza “técni-��}"�� &��o del exterior del mismo, donde poder albergar ��!"�&��$��"� ��%��-ductos solo por dos zonas: El espacio de relleno entre el trasdós de las bóvedas y el solado de los pisos, o bien por la capa de compresión so-bre los forjados, o por las soleras ventiladas de planta baja. Tal y como solicitaba el Servicio de Patrimonio Histórico, se planteó una nueva ubi-cación para la Comisión de San Francisco junto al núcleo de comunicación vertical, ya que era $5�� &�� !�tenía una afección menor.

El análisis de toda esta nueva documentación, más las reuniones con los técnicos de la Di-rección General de Bienes culturales, generó �� ^� �� :� Y�� {� �� :��9��=� �� dar respuesta a los aspectos que se plantearon en dichas reuniones, de forma que quedaran in-

Planta Segunda. Estado Actual.

210

corporados al expediente. En concreto, se entre-�� :��^� Y��"��la izquierda), correspondientes a cada una de las �� &��"��%��niveles de cota de forjados en el estado previo (que se correspondía con las intervenciones de emergencia realizadas a raíz de los terremotos y el aumento general que se produjo en los cantos de los forjados). También se entregaron los pla-nos C-18 a C-21, con las mismas plantas, pero con las actuaciones propuestas y los niveles de-&��>� �� -das, de forma que pudieran también compararse con el plano 00 anterior, en el que se indicaba la propuesta de retirada de dichas losas super-puestas, tanto por las diferencias de cotas que se generaban en las distintas plantas del claustro

con respecto al resto de crujías, como por los esfuerzos por el incremento de peso, grado de empotramiento y rigidez a que daban lugar. La retirada se proponía tras apuntalar el cien por cien de las pandas y, a continuación, cortar en piezas aproximadas de 100 x 50 cm x 20 cm de media de espesor, mediante radial industrial de disco de diamante y retirarlos mediante la grúa. Sin ánimo de extendernos demasiado en consi-deraciones técnicas, fundamentalmente estruc-turales y ligadas a los movimientos sísmicos, sí �� $��$��"�?��&�� más objetivos posibles, el porqué de la decisión de proponer la retirada de las losas del claustro. �%��$��"�� $� ��?��&��%�� #��la propia materialidad constructiva, pues se han incrementado las cotas de nivel de las plantas, �� &�� -perior (las puertas no abren, hay diferencias de cotas entre las salas, etc.), como por la inferior, pues es necesario “colgar” las bóvedas de las losas, actuando las primeras a modo de falso te-cho, en vez de resistir los forjados de piso como /��#�� $��*��?��&��-ción, está más ligada a la propia resistencia del ��&�� !� �� /��/�� '�!�� 2011, con la posibilidad que se repitan eventos sísmicos similares a los de entonces. Intentando explicarlo con razonamientos, en vez de con cálculos complejos, diremos que, durante el sis-mo, el grueso de las afectaciones estructurales �� /�� 7 �� &�� (antiguos o contemporáneos) ha sido el fallo de la cabeza de los soportes, en su encuentro con los forjados y a veces también combinados con fallos en el pie cuando el inmueble ha intenta-do el vuelco. Cuando el terremoto ha inducido movimientos horizontales a la estructura, los soportes verticales se han visto afectados bien por cortante, bien por momento, o por ambas cosas, provocándose su cizalladura en la cabeza del mismo. Es evidente que, cuanto más pesado y rígido sea el forjado, más cizalla va a imponer a los soportes (que, además, nunca estuvieron pensados para ello, pues apenas soportaban una carga —la de las bóvedas portantes— inferior al 50% de la que genera la losa).

Apeo de las bóvedas (1ª planta).

211

Planos de drenaje.

Sección E-E'. Estado Proyecto.

212

apenas daban restos y, por ejemplo, en la planta �%��"��3��#�� &�� los paramentos, ya que gran parte de los mismos estaban muy alterados, o bien con armarios, anaqueles, estanterías y almacenaje de distintos tipos de materiales. En la planta baja tampoco aparecieron, siendo simples revocos en ocre sin decoración alguna o estratos de yeso en hasta un total de cuatro capas. En la planta primera y en la escalera monumental sí aparecieron algunos restos pictóricos de enlucido sutil sobre estra-tos inferiores de tono almagra, e incluso hasta cinco estratos diferentes. En la segunda planta aparecieron restos pictóricos correspondientes a algún zócalo pintado en época moderna.

Por último, señalar también algunos reparos municipales, con fecha 19 de Mayo de 2013 Y�� 8$� �� :��:^�=� ��!�� -nido repite gran parte de los anteriores, pero que añadía todo lo relativo al cumplimiento del �%��+O�� K�&��%�"��#� ��$�� %�� &�� !� :� �� $��-zana nº 78, de acuerdo con lo indicado por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior PEPRI del Casco Histórico, con las Fichas y Normativa urbanística correspondiente, estable-ciendo para todo ello una Fase II del proyecto. Además, también se indicaba que la Hermandad debía solicitar el reconocimiento de museo y ��%�� $�� 5&�� '�-��!��'�� 5&��%��de Murcia, requisito ya solicitado a través del Servicio de Museos de la Región de Murcia.

Con todo lo prescrito en el proyecto, considera-mos que se ha conseguido no sólo mantener el ��&�� Z�� !� �� las adecuadas condiciones sino que, además, se ��$�� &�� piezas de las procesiones que se celebran en la Semana Santa lorquina “con el mayor lucimien-��"��$��!� �� /��% ��}*�K��&�� -habilitado será capaz de exponer gran cantidad de piezas de todo tipo (bordados, armaduras, cruces, trajes, penitencias, calzados, aperos, carros, tronos, imágenes, velones, así como al propio ajuar de la Virgen de los Dolores) que

El resto de la documentación no presenta el mismo grado de interés, pero aunque sea so-meramente, indicamos que se adjuntaron los ��Z��"��>��excavación para poder proceder a la ejecución de los drenajes o del saneamiento; un nuevo plano G-28, donde se suprimía la intervención propuesta inicialmente sobre el hueco central de la fachada Este; el plano G-22’ que mostra-ba aquellos muros, tabiques, forjados, etc. que, bien por su estado ruinoso, o bien por la nece-sidad de colocación de escalera, refuerzos, etc. debían ser retirados; el plano I-03 de ilumina-ción en la planta baja, por la diferenciación del tratamiento de la crujía norte del claustro, don-de prima la circulación de las personas, respecto del resto de partes de dicho claustro, donde sólo hay iluminación para poder percibir adecuada-$�� >�� 3�� ^� con indicación de las salas donde se proponía recu-perar los solados de baldosa hidráulica, asegu-rando el mantenimiento de las recuperadas; el ��9��%��3��arqueológicas que se proponían y un resumen textual de las ejecutadas hasta la fecha en el interior del conjunto monumental; los planos C-22, G-30 y G-31 con disposición en planta, sección y todos los detalles constructivos nece-sarios para la construcción de la nueva cubierta del claustro, y la indicación de la propuesta y ubicación del ascensor para la menor afección �� &��"� �� $��$��de las condiciones de accesibilidad; el plano G-10, con los daños de la fachada al patio y Plaza de Colón, procurando el mantenimiento de las carpinterías de madera originales y en la estricta conservación de todas las rejas de forja; !"�&��$��"�� %�� 5&�� $��realizadas hasta aquella fecha.

Queremos señalar de forma expresa, que los restos de pinturas murales han variado mucho a lo largo de la obra, pues al principio parecían no aparecer ni muchos, ni de mucha calidad aunque, afortunadamente, catas posteriores han dado resultados más positivos que más tarde ex-plicaremos. De hecho las primeras conclusiones

213

podrán seguir usándose durante las procesio-nes y, además, se conservarán el resto del año en las mejores condiciones posibles. El Museo del Paso Azul, en nuestra opinión, va a per-mitir continuar con ese “fomento del bordado lorquino, en lo que su aportación a la Semana Santa supone, vigilando que el mismo no pierda su sentido original y su visión artística”, pues contará con talleres propios, así como almace-nes y, por supuesto, exposición en las óptimas condiciones de las piezas más representativas de la colección.

II. LAS OBRAS

Vamos a distinguir en este apartado, entre la ejecución de las obras que estaban prescritas en el proyecto de ejecución, de aquellos apar-

tados nuevos que han surgido en el transcurso de los trabajos, principalmente en lo relativo a los descubrimientos y pinturas murales ocultas. En el primer grupo, por un lado las relativas a la consolidación estructural del inmueble y, por otro, a los acabados, instalaciones, etc. Por tanto, iniciamos el relato con la descripción de los daños en elementos estructurales (cubiertas, muros, forjados, pilares, bóvedas…) en los que era necesario intervenir. Se trata fundamental-mente de la rotura de las bóvedas del claustro, la entrada de agua al interior del claustro (en planta baja), el agrietamiento de gran parte de los arcos de dicho claustro y de todas las bó-vedas, con separación de algunas de ellas de los arcos formeros, grietas generalizadas en los paramentos, disgregación de la zona superior de ��$� ��!�&�� %�� hojas, rotura de los tabiques de todas las plan-tas, rotura de diversos elementos de la escalera, caída de revestimientos en paredes, techos y bó-vedas, caída de elementos, como por ejemplo el remate de la torre, grandes pérdidas de pintura, �O �� !��&��$�!�importantes en las instalaciones. Sin embargo, afortunadamente, se realizó una toma de datos con una estación total TCRP 1201+ Leica, de 1cc de precisión angular y 1mm en la medi-ción de distancias, realizando un barrido por �� $5�� &�� $��estructurales, obteniendo una serie de bases �� !� �� &?�� $�� mantener un control continuo y exacto de las posibles deformaciones que pudieran sufrir esos elementos, llegando a la conclusión de la estabi-��$��&��&��>��%��de las obras de emergencia.

Claustro “de los perros” en su estado previo. Sala “del monje” en su estado previo.

��

Establecido todo ello, las intervenciones han seguido un orden similar, iniciándose con la ejecución de apuntalamientos en el interior de los forjados y/o bóvedas, actuando sobre ellos y sobre los muros que los soportan.

FORJADOS: Se ha propuesto su conservación en prácticamente el cien por cien de los que se

conservaban tras los terremotos, reforzando por su cara superior mediante láminas de madera encoladas con resorcina, a lo que se ha sumado una nueva capa de compresión con arlita, don-de los conectores se ejecutan mediante tornillos barraqueros y un mallazo de reparto. En planta baja, se han previsto soleras ventiladas sobre casetones perdidos tipo cavitti, conectadas con

Refuerzo de forjado de planta segunda.

Solera ventilada con casetones perdidos, en el claustro.

215

canaletas perimetrales de ladrillo perforado y tapa de bardo, así como con el resto de los espa-cios de esa planta, a base de rejillas y taladros.

BÓVEDAS: Igualmente, se propuso su mante-nimiento estricto, ejecutando la retirada exclu-sivamente de las hojas / roscas / sardineles que estuvieran deteriorados y la ejecución de nuevas con los mismos materiales que en origen, lo-grando la solidarización entre las caras de los sardineles de ladrillo (a veces solo con mortero bastardo y a veces con ayuda de cuñas de ma-dera), así como con ejecución de una o las dos roscas que conforman las bóvedas donde éstas �� &�� "�� !��intradós.

MUROS: Al igual que las bóvedas y los forja-dos, la actuación mayoritariamente prevista es la de consolidar los muros existentes. Para ello, se ha prescrito la colocación de berenjenos de ��Q�3��"�� /� 5��(uno de ellos cada metro cuadrado aproxima-

damente) con carga de árido impalpable y, en aquellos casos que se considere necesario, una pequeña adición de resina acrílica en emulsión �� 7�� /� �� &�� grietas, de manera que se colmaten las oque-dades o espacios vacíos en el interior de dichos muros. Tras la inyección, se procede al cosido �� &� �� !��%�� ?��&��"�� !��-gro y enlucido de yeso blanco o cal. En los casos en los que se ha producido la separación entre hojas de muros, además de las actuaciones anteriores, se han ejecutado también nuevos en-jarjes donde se haya perdido la traba, mediante el levantado de mechinales en ambas caras de los muros y colocación de ladrillo de tejar a modo de llaves, (tres llaves cada metro lineal de encuentro).

��$�� &�� muy afectado por humedades de capilaridad, se han previsto varios sistemas, a sumar a la propia ventilación que supone la ejecución de soleras

Bóvedas de la planta primera en su estado tras el sismo y detalle de los trabajos de albañilería para su recuperación.

��^

ventiladas. El primero son los trasdosados, bien de piedra, bien de tabiquería de cartón yeso y, el segundo consiste en la ejecución de morte-ros especiales draining de 2,5 cm. de espesor, acabado fratasado, en una altura aproximada de 1,20 metros desde el suelo.

Todas estas actuaciones que se proponían en el � �!��"��/��& $��$5�� "�$��&�5��3��-vamente en aquellos puntos donde así lo exigían los resultados de las catas en paramentos o ar-queológicas, o bien por debilidad excesiva de los elementos preexistentes, o porque su estado fuera irrecuperable. La premisa fundamental en todos los casos ha sido la recuperación de la mayor cantidad posible de elementos originales ��&��"�� $��estilo ni de diseño, por lo que se ha procurado en la mayor parte de las actuaciones usar en lo posible materiales y técnicas tradicionales, similares a los con que se construyó. En aque-llas zonas de nueva ubicación de espacios (la cubrición del claustro fundamentalmente), se trata de un elemento absolutamente reversible y que, a pesar del posible impacto visual, permita la conservación de dicho claustro, su utiliza-ción en toda fecha del año y horario, así como asegurar las condiciones higrotérmicas para los visitantes y para la exposición de las piezas.

Sólo nos resta dar un barrido por los principales acabados propuestos para cada una de las zonas y salas del inmueble, tanto para suelos como para paredes y techos.

SOLADOS: La mayor parte de los nuevos son de piedra, por lo que en estos casos, se ha pro-puesto sobre el forjado o solera, una capa de regularización, más las correspondientes capas aislantes (en su caso), más capa de reposo, capa de adherencia y el solado de piedra, incluyendo rodapié del mismo material, en la mayor par-te de los casos enrasado con el paramento. En otros muchos casos se ha propuesto el manteni-miento de los solados antiguos, sobre todo las salas con baldosas hidráulicas. En estos casos, se han retirado y siglado todas las piezas, proce-

diendo a la limpieza y reparación de las que es-taban en buen estado, para colocarlas después, incluyendo su protección y capas de acabado &��*� �� >��"� 7��$��$�� del Paso, comisión de San Francisco…, se han solado con baldosas de terrazo microchina ocre �� 3�� %�"� �� 7��perimetral de piedra caliza apomazada. El resto, serán solados de distintas piedras, predominan-do la piedra de Cenia en el claustro, de espesor ��$�!�� %�"� �� ?�� Y�� =�y cenefa perimetral y en los intercolumnios de piedra de Boñar, en anchos iguales a los de las �� $5 $�� $�� $� &�� aseos, granito silvestre dorado y encintados del $��$��$�� "� ��$��O�� $��-bado pulido o apomazado, en la nueva escale-ra; mármol blanco de Macael, con encintado de Macael gris en la planta sótano, zona de tienda y acceso, parqué industrial en la segunda planta en la sala de bordadoras; tarima de madera de haya en la sala del ajuar de la Virgen y solados de terraza en gres catalán.

PARAMENTOS. La mayor parte de los para-mentos se proponen en el mismo material que existía anteriormente, es decir, yeso pintado al temple liso. En aquellos casos donde se ha pro-puesto su recuperación (no nueva ejecución), ésta se ha basado en una previa ejecución de catas y ensayos de limpieza y, en su caso, elimi-nación de sales y relleno matérico en lagunas. Los revestimientos del claustro se han previsto con morteros de trabadillo de cal y yeso con

Sala de exposiciones temporales, con el solado de baldosa hidráulica ya recuperada.

217

árido de mármol macael triturado de 0,1 mm, extendidos sobre el ladrillo y sobre las corni-sas. El resto de acabados de paramentos intenta distinguir zonas donde se instalan nuevos usos del museo, como el panel acústico rechapado ��/�!��"�� !�&�� "�colocado sobre enrastrelado y tablero de DM, o los forrados de DM sobre los paramentos de la escalera. Igualmente, se han previsto varias ta-biquerías de vidrio templado, con sujeciones de acero inoxidable y puertas (en su caso) también de vidrio templado y frenos empotrados. Tam-bién se han previsto distintos muros trasdosados con planchas de cartón yeso sobre enrastrelado, y acabado pintado al temple, o bien planchas DM pintado colocado sobre rastreles. Final-mente, los alicatados de los aseos se acaban ��$��$��>��$5 $�� $��$� &��que sus suelos.

TECHOS: Son los elementos con menos inter-��%�� &��"� !�� totalidad de los casos, se propone por un lado la recuperación de las bóvedas y sus acabados en yeso pintado, con avivadores en arcos y mol-duras. Por otro, los forjados mantienen tanto las viguetas de madera pintadas como los revolto-nes de yeso, también pintados. Únicamente al-gunas estancias como los aseos, la nueva esca-lera o algún almacén, presentarán falsos techos de escayola lisa, adosada a los muros o con

un foseado perimetral para evitar roturas en los casos de mayor dimensión. Otro caso especial es el de los techos del sótano, donde se propone eliminar todas las vigas y forjados de hormigón, $��$��#&�� #��8��subsisten y ejecutando un nuevo forjado de vi-guetas de madera, con entrevigado de bardos cerámicos acabados en yeso por su cara inferior. Las últimas excepciones son el mantenimien-to del techo actual de la sala de bordadoras a base de cerchas y panel sándwich y el techo del claustro a base de vigas de madera laminada formando una cuadrícula coincidente con los �?�� !"�� "�� &��muro cortina “horizontal” ligera, realizados con �� &�� #�� %�� $�� !� �� -miento con sellado exterior y juntas de EPDM interiores, estables a la acción de los UVA.

Vamos a proponer la transición de las obras pro-yectadas a la realidad de las mismas (estén ya ejecutadas o a punto de iniciarse), mediante los aspectos arqueológicos, ya que este capítulo, de enorme importancia en el desarrollo del pro-yecto, también tiene parte previa (coincidente con la redacción) y parte posterior, en paralelo con la propia excavación llevada a cabo. Como datos previos, queremos señalar las prospeccio-��7�� !��&��convento de San Francisco (o en zonas muy próximas o cercanas a la calle Nogalte), la ma-

Intradós y trasdós de las bóvedas cerámicas tabicadas ya reparadas.

218

yor parte de las cuales las hemos tomado de la publicación de las conclusiones de diversas Jor-nadas de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia, en lo relativo a Intervenciones en el Pa-trimonio Arquitectónico, Arqueológico y Etno-� 5&��"��#��$��7�� arqueólogo director Clemente López Sánchez. En primer lugar, citar una prospección llevada a cabo dentro del recinto del colegio de San � �� 4�� ^"� � �� González Ballesteros y Juan Gallardo Carrillo, donde se documentaron tres niveles diferentes: el primero de ellos relacionado con el s. XIX, con estructuras asociadas, las cuales formaban cuatro espacios, uno de ellos con un pavimento de cal asociado a un muro. El segundo del s. XVII-XVIII, asociado al momento de fundación ��$��?�� "��&��%��tres espacios (uno de ellos con un potente pa-vimento de 20 cm. de espesor y un gran muro central enlucido por ambas caras). La tercera fase de los siglos V-VII, con el hallazgo de una sepultura de época tardoantigua, que hace am-pliar la necrópolis de la ciudad desde las inme-diaciones de la calle Padre Morote y Granero a la calle Nogalte. En concreto, se trataba de un enterramiento en inhumación, cuya fosa se en-cuentra excavada en el terreno geológico y los restos se hallan en posición decúbito supino. La existencia de madera y clavos indican la presen-cia de algún tipo de caja y la cubierta, desapare-cida en su mayor parte, se componía de lajas de piedra. La mano derecha adquiere una postura Q�3��"��?��$��$��5�� &�� Y�� %�� muro superpuesto a este enterramiento destruyó la mayor parte de la cubierta de la fosa). Ade-más, relacionado con este tipo de inhumaciones, podemos señalar la cercana intervención reali-zada por María Chávet Lozoya y Rubén Sán-chez Gallego, en el solar donde estuvo ubicado el claustro de la actual iglesia del Carmen, la cual permitió documentar una maqbara de la ciudad de Lorca, de los s. VIII-IX, es decir, el periodo siguiente al que ya fue documentado en el colegio San Francisco, mostrando así la presencia de posteriores necrópolis en la calle

Nogalte. Otras intervenciones en el entorno de San Francisco fueron la llevada a cabo en el año 2007, por Juan Gallardo Carrillo en un solar de la esquina de las calles Nogalte y Campoamor, �� "��{�:��$��-ma calle Nogalte, dirigida por Benjamín Rubio Egea y Jesús Bellón Aguilera, con el hallazgo de tres pozos ciegos que evidencian la ocupa-ción de la zona en época moderna, y la ejecu-tada en la calle Alfonso X el Sabio esquina con la calle Echegaray por los arqueólogos Paula Paredes Ruano y Jesús Bellón Aguilera, donde ��&�� 7�� %-gicas diferentes: una primera fase vinculada a ��&��%��&��s. XVII o comienzos del XVIII, con aljibes, es-tructuras adyacentes y pavimentos asociados; la �� &�� 7��O��islámica donde se extrajo arcilla para produc-ción alfarera; y la cuarta y última fase que se corresponde con una necrópolis tardoantigua de los s. IV al VI. Finalmente, mencionaré otra intervención arqueológica en el solar de la calle ��"� �� _��"� �� -queólogo director Bienvenido Mas Belén, en la que se documentó una bodega en el sótano de la casa señorial que allí había y restos óseos huma-nos pertenecientes posiblemente a la necrópolis �� &�� >�� intervenciones.

�� 8��$�� %�� >�� &��(además de la propia excavación que ahora de-tallaremos, ejecutada en el claustro nuevo y só-tano de la crujía Este), es la que llevó a cabo Clemente López Sánchez en el mes de julio del �4�� "� �� &�� 7��constructivas del convento, acordes cronológi-camente con los datos obtenidos del inventario de materiales. Así, los arqueólogos documenta-ron un momento en el que hubo un complejo artesano de fundición de metal, principalmente cobre, fundado sobre lo que muy posiblemen-te era una fonda (por su cercanía a la antigua puerta de Nogalte). Estas dos fases utilizarían un patio de cantos rodados localizado parcial-mente, aproximadamente un metro por debajo del nivel actual de la plaza del Negrito.

219

Es evidente por todo cuanto acabamos de men-cionar, que había muchas posibilidades de docu-mentar estructuras desde época moderna, hasta depósitos de materiales medievales y zonas de necrópolis de época tardoantigua o medieval, además de las lógicas del propio convento entre la mitad de s. XV hasta el s. XVIII. Por ello, se plantearon varias catas, cuyos resultados adjun-tamos en los siguientes párrafos, con un sondeo inicial en la zona del hueco del ascensor y caja de la escalera con unas dimensiones de 1,5 por 1,5 m. En el transcurso de la realización del sondeo, las necesidades del mismo aconsejaron ampliarlo a un cuadrante de excavación abierta ��9"�� ^"��$�!�� 7��$53�$��>��":��$�Y��:��"��$=*�La segunda cata se llevó a cabo en la panda oes-te del claustro nuevo, con dimensiones de 3,00 por 3,25 m. con el principal objetivo de obtener datos sobre la construcción del claustro y el pro-��&��*��%��$��"�� ello, se ha realizado la supervisión arqueológica de todos los trabajos que implicaran retirada de tierras, levantado de pavimentos, rebajes para soleras, zanjas…

En todos los casos, alcanzados los diferentes niveles arqueológicos, se ha procedido a su do-cumentación exhaustiva a través de fotografía, croquis y dibujo, todo acompañado de un diario �� $�� Q�?�� incidencias, procesos y detalles más relevantes, ��#� ��$�� &�/�� 5&�� &��*�También se han tomado cotas de profundidad �� !��"��&�� 5��#�� &�� %�� 5-&�� "��caso de niveles de relleno o su altura-profundi-dad en caso de ser una estructura. Todas estas cotas están georreferenciadas a partir de la cota cero de la obra, correspondiente por el acceso �� %�� :��"�� $�� -��$� *�+ ��&��>��%�� ?��de campo, ya en gabinete, se procesó toda la información y materiales, siendo estos inventa-riados en la base de datos proporcionada por el servicio de patrimonio de la Comunidad Autó-

noma de la Región de Murcia, con el siguiente �� %�@��'}��"��'��}�� '��4��"�!��que es el año de realización de la intervención. ��}��8$� ��&��K��la que pertenece el material, y por último, el “0” es el número de inventario asignado a la pieza en concreto. Con este sistema se asegura la co- �� &��%�� $�� una de las intervenciones, evitando que puedan producirse duplicidades entre fases.

Describimos a continuación los resultados más importantes de cada uno de los sondeos, de acuerdo con el informe redactado por los ar-queólogos Clemente López Sánchez y Alicia Soler López, al cual remitimos al lector que quiera profundizar sobre ello, pues contiene la descripción de la totalidad de las Unidades Ar-queológicas (UA), Unidades constructivas (UC)

Detalle del siglado de una de las piezas cerámicas.

Vista general del sondeo I.

220

!� �� K�� 5&�� Y�K="� ��#� ��$�� $��!�� &�� !"�&��$��"�� $�� -perados. El Sondeo 1 comenzó en principio en una sola área por sus reducidas dimensiones. Sin embargo, la aparición de estructuras aconse-jó su ampliación y la consiguiente división de la �� &��3��%�� 5 ��@

Espacio 1, delimitada por las UC 101 y 115. Espacio 2, delimitada por las UC 101, 102, 111, ��!��:*�Espacio 3, delimitada por las UC 101, 102, 111, 113 y 105.

Han sido documentados los diferentes niveles en orden de localización asignándose números �� *K*� Y�� K�� 5&��=�y U.C. (Unidad Constructiva) partiendo de la U.C. 100 (nivel de relleno). Las unidades, en este caso, comenzaron a darse en la fase de excavación del primer sondeo, pero en vista de

que por necesidad de la obra, como antes se ha mencionado, hubo que ampliar el mismo has-ta una cuadrícula de excavación de 7,50 por ^"��$*"��&�� "��"�� ejemplo, la UE 100 del sondeo el mismo nivel de relleno que la UE 100 en la cuadrícula de �3��%��&��$�� >%*�� del proceso de excavación se fueron recogiendo distintos materiales, en su mayoría cerámicos, almacenándose en bolsas de plástico etiquetan-do la unidad. Además, fue necesaria la conso-��%�� !� �� &?��(Paraoid), para poder extraer completas algunas piezas, como por ejemplo dos de las piezas de una de las tuberías documentadas en el área dos, en concreto, dos atanores de la UC 128.

La propia extensión de este artículo impide re-��4� � �� &��"� �� que únicamente vamos a seleccionar algunas, con criterios de representatividad, peculiari-dad, constructivas y/o históricas, comenzando

Ubicación del Sondeo 1.

221

�� *�k�� $� �� >��en mampostería de tamaño medio, irregular, y mortero muy pobre en cal, de 2,12 m de lon-��"� �"�� $� �� !� �"^�� $� �� >��máximo conservado. A ella se adosan la UC 102 (recrecimiento posterior que se construye completamente apoyado sobre esta unidad) y, por su lado Este, aparece cortado por la UC 113 y en su lado Oeste se construye apoyado sobre la UC 132, mientras que la UC 122 está construida contra ella.

La UC 122, se corresponde con una unidad constructiva donde se ubica una estructura en el Espacio 3, en concreto una chimenea, realizada completamente en mortero de cal de granulo-$�� #��&��"��"�!��4��piedras. La estructura está apoyada contra las UC 118, y relacionada con un suelo de ladrillo cocido, la UC 125 que sería el correspondien-te a la habitación y un pavimento en losas de �� Y��^=�� #�� chimenea y que, además, aparece quemado y endurecido por la acción del fuego. La estruc-tura tiene unas dimensiones máximas documen-��"�:�$��>��!��"^��$��

máxima conservada, ya que además, y como el resto de estructuras de los Espacios 2 y 3, aparece cortada en su lado Este por la UC 113.

Finalizamos esta selección correspondiente al sondeo 1, con la UE 131, que se corresponde con un nivel de tierra donde se ubica un enterra-miento removido e incompleto, cuya fosa pre-

3 imágenes correspondientes al Sondeo 1.

222

senta orientación Norte-Sur y medidas máximas ��"9��3��"��$"��:��"<<�metros snm. Esta fosa está excavada sobre la �K��^*�� %��incompleto, mujer, menor de 23 años (clavícula sin soldar), faltan el cráneo, gran parte de las costillas y vértebras, y huesos largos del lado izquierdo a excepción del húmero y el peroné que sí aparecen. Curiosamente si se documenta el hioides. Las vértebras y costillas documenta-das, así como los huesos y falanges de la mano izquierda y pie izquierdo, aparecen removidos, incluso fuera de la fosa de enterramiento. Ade-más, hay restos de la madera del ataúd y clavos, tanto de la tapa del mismo como de su armazón. Como elemento de ajuar se documenta un pen-diente, un arete de oro.

Las primeras conclusiones que extraemos de este sondeo, donde hemos diferenciado las tres fases, es que aparece inmediatamente por de-bajo de los suelos de uso actual, un resto de pavimento sobre el recrecido de un muro y la cimentación de un tabique (UC 102, 103 y 108), así como la parte más alta del muro transversal que divide toda la cuadrícula en dos la UC 101. Asociamos estos elementos a la fase en la que ��&��7��>��$��/��"�� &-nales del siglo XIX y principios del XX. La cota a la que aparecen y la composición de los morteros han sido claves para esta conclusión. En cuanto a la cerámica y las unidades estrati-� 5&�� $��"� �� 4�� mayoría aparecen materiales de muy distintas épocas, lo que nos da una amplitud cronológica que sólo nos indica una cosa: la zona ha esta-do expuesta a distintas remociones, lo que casi anula la representatividad del material cerámico como resto conductor para la datación. A ma-yor profundidad, al aparecer la UE 100 como la unidad más grande y con cantidad de restos hallados en ella, podemos concluir que se tra-te de un nivel de basurero, con abundantísima presencia de restos óseos de fauna, sobretodo cánidos y équidos, aunque aparecen también cerdos, ovicápridos, algún félido y pequeños mamíferos, como ratas y ratones. Además esta unidad contiene numerosos restos de fragmen-

tos cerámicos, todos ellos muy fracturados y como hemos señalado antes, con una amplitud cronológica que va desde fragmentos de factura islámica sin determinar, a piezas del s. XX. Esta hipótesis queda reforzada por su localización extramuros de la ciudad, hasta la construcción en el s. XVIII de esta parte del convento, con el abandono que conlleva y la amortización de unas estructuras más antiguas. A mayor profun-didad, debajo de las fases documentadas para el hospital, se ha documentado un pequeño con-junto formado por dos espacios habitacionales de ámbito doméstico y un tercer espacio que en cierto momento tuvo uso de zona de paso. Se trata de una habitación con un pavimento de barro cocido, y los restos de la estructura de una chimenea, y con cerámica para los niveles que están directamente sobre el pavimento, datada �� &�� *� �� XVI. Al Norte de ésta, otro espacio más con-fuso, con mucha más presencia de cal suelta y escombros en todos los niveles circunscritos a él, por lo que es muy probable que haya sufrido más remociones a lo largo del tiempo, amén de estar situado sobre dos canalizaciones. En cuanto al enterramiento, lo suponemos en la fase más antigua en la que aparece el muro de tapial, ya que la construcción de las canaliza-ciones supone su remoción y provoca la falta de las partes del individuo que están directamente bajo éstas y que, según la cerámica asociada, la chimenea, y el suelo de la habitación contigua, sería inmediatamente anterior, pleno siglo XV, ya que no hemos localizado ningún nivel de derrumbe o abandono entre ambas fases. Las características del enterramiento son poco usua-les, pues está enterrada con ataúd, en posición cristiana con las manos entrelazadas sobre el vientre, y con ajuar y, sin embargo, está en-terrada sola, fuera de sagrado, extramuros de la ciudad, por lo que es posible que se trate de una morisca, hija o pareja no reconocida o no autorizada por su condición de morisca a ser enterrada en sagrado. En cuanto a la “casa” en sí, por las fechas, podríamos estar frente a una de las primeras viviendas extramuros de la ��"��$��>��O��&-cación en la que vivir fuera de las murallas ya

223

no era tan peligroso. Otra opción es que la casa perteneciera desde siempre al convento, ya que los franciscanos adquieren todo el terreno a me-diados del siglo XVI, aunque para esas fechas sólo construyen la iglesia. Así pues, tal vez esa fase más antigua, representada por el tapial y el enterramiento, nos hable de una estructura no sabemos si de ámbito doméstico, que ya es-taba allí cuando los franciscanos adquieren el terreno, y que ellos aprovechan para construir una casa, posiblemente de uso de personal del propio convento, personal no religioso, como puede ser un guardés o un labriego.

Pasamos ahora al segundo sondeo, ejecutado en la panda Oeste del claustro, con dimensio-nes 3,25 x 3,00 m y una profundidad máxima ��"��$"�� :^�"��$�� $*�!��7� �� :^�"��$�� $*�Todo el sondeo presentaba un nivel de tierra marrón oscuro, muy suelta y húmeda, que apa-

Ubicación del Sondeo 2.

Vista general del Sondeo 2.

��

recía muy mezclada con fragmentos de tejas, escombro, trozos de mortero de cal y algunos fragmentos de cerámica fechados entre los s. XVII y XVIII.

�� $� �� &�� "�al ser una unidad constructiva correspondiente con los restos de un suelo o preparado de suelo realizado en mortero de cal de granulometría media, algo pobre en cal. Aunque por la cota a la que aparece, podría estar asociado a la UC 201, el estado de conservación de ambas unida-des no nos permite asegurarlo con certeza. Esta unidad presenta unas medidas máximas docu-$��:"��$�� "<��$��/� ��!��*^��$�� *�K��$�!��$�� "�llegados a este punto, señalar por qué todas las unidades de esta cata se encontraban en tan mal estado y absolutamente empapadas. De hecho, la tierra no estaba empapada de agua, sino que presentaba un color pardo negruzco, aunque sin olor (salvo la propia de la descomposición del agua). Esta circunstancia nos hizo seguir a la inversa la escorrentía natural de las aguas, que directamente daban al claustro de la Virgen de Lourdes y, allí, intentar comprobar porqué había tal concentración de humedad en la siguiente panda del claustro. La investigación no pudo ser más sencilla; meter una manguera por el sumidero del patio y ver salir el agua por la tie-rra del sondeo fue todo uno, lo que nos permi-tía asegurar que la canalización de desagüe del mismo llevaba rota muchos años y las aguas de lluvia iban directamente al terreno, no a la red

de alcantarillado. Lógicamente, se ha colocado una nueva red de salida de las aguas desde el su-midero del claustro hasta el entronque general, lo cual ha hecho mejorar, de forma visible, la cantidad de humedad en esos muros y en todo el claustro en general. Bajo este suelo apareció la ��^"�� %��cuadrada, realizado en piedra pequeña tomada con mortero de cal y enlucido en cal. Aparecía adosado a la UC 205 con unas dimensiones de :�3�� $�!�� >��$53�$��"��$*�K��claro que esta unidad formaba parte de un um-bral, del que sólo se conversa un leve rastro, pero cuyo vano sí se aprecia fácilmente entre esta unidad constructiva y la UC 215.

Diversos detalles del Sondeo 2.

Unidades constructivas del Sondeo 2.

225

Aparentemente este pilar está rematado, y aun-que durante la excavación llegó a descalzarse, dando estas medidas máximas, es de suponer, por la altura que presenta, que sustentara algún otro elemento que cerrara el vano, bien fuera un dintel o un arco, posiblemente en madera o ladrillo. En torno a ella, un nivel de tierra arci-llosa marrón oscuro, muy húmeda y plástica y bastante limpia (apenas mezclada con algunos fragmentos cerámicos). Este nivel de tierra apa-rece rellenando a la UC 209, donde el inventa-rio cerámico de los materiales documentados ha dado piezas con una cronología que va desde fragmentos de factura islámica sin determinar, a otros datados en el S.XVIII pasando por algu-nos situados en el S. XV-XVI.

La última que señalamos es la UC 215, corres-pondiente a los restos del umbral (restos de cal �� =� ��>�� !� ��"�aunque desgraciadamente sólo quedan los res-tos de cal en la solera de lo que fue el umbral.

Finalizamos diciendo que, este sondeo, a di-ferencia del número 1 (que no se rellenó por haberse ejecutado en el lugar donde va a insta-larse el foso del ascensor), se volvió a rellenar, protegiendo antes las estructuras con geotextil y una capa de gravilla estéril.

El último gran apartado que vamos a relatar en el presente artículo, es el que se desprende de las catas murarías, realizadas distintas plantas y >�� &��"� !� �� !� ��-siones de las mismas. Estas catas se realizaron a la búsqueda de posibles pinturas y decoraciones subyacentes, ocultas por intervenciones poste-riores, así como para intentar documentar el nú-mero de intervenciones que han tenido lugar en las estancias seleccionadas a través del número de estratos hallados.

Es importante recordar que se trata, en todos los casos, de pinturas cubiertas por varias capas de yeso, parte de las cuales se desprendieron duran-

Planta Segunda: zona de ejecución de catas (A a la E).

��^

Planta Baja: zona de ejecución de catas (G).

Planta Primera: zona de ejecución de catas (F).

228

te el terremoto dejando restos de policromía a la vista. Si bien es cierto que se trata de restos de muy diferente calidad y probablemente ejecuta-dos en diferentes momentos, el criterio que ha prevalecido a lo largo de todo el proceso restau- �� &�� aportaciones que se incorporaron al inmueble en distintas épocas, sin hacer prevalecer unas sobre otras y, en lo posible, sin hacer desapa-recer ningún estrato con restos pictóricos. Por tanto, la decisión sobre estos estratos consistía

en seleccionar los puntos mejor conservados o zonas de mayor interés (histórico, artístico o documental) y proceder en ellos a la retirada cuidadosa de los yesos superpuestos, hasta dejar completamente a la vista la pintura subyacente y, con posterioridad, proceder a su restauración (A, B, C y D del plano adjunto correspondiente a la planta segunda). Sin embargo, en las plantas baja y primera, la mayor parte de los restos ca-recían de interés, o se encontraban en muy mal estado, por lo que la decisión tomada ha sido

229

la de su mantenimiento (zonas E —en planta segunda—, F —en planta primera— y G —en planta baja—), pero dejándolas ocultas bajo las ��"��$5��&��o bien un trasdosado de tabique de cartón-yeso en esta fase de obras. En las siguientes pági-nas vamos a describir la intervención propuesta (algunas ya llevadas a cabo) para cada una de ��>��&��"�/��O�� las catas ejecutadas en los paramentos de cada una de las plantas y crujías del inmueble. Es muy importante hacer constar que, debido al � �� $�4�� &��"� �� $�� que ha tenido y la propia edad del mismo, los restos subyacentes son muy heterogéneos, lo

que nos ha obligado a realizar un gran número de catas, muy superior al habitual en este tipo de inmuebles, además de ser muy concienzudos y ordenados en cuanto a la ubicación de las mismas. Por ello, se elaboraron por el equipo del restaurador Manuel Sánchez Rodríguez, de la empresa contratista Lorquimur, una serie de &�/�� &�� !� ��

230

�� &�� !"� �� "� �� %�� catas y resultado de las mismas. Reproducimos más adelante algunas de ellas, así como varios de los esquemas de superposición de estratos obtenidos.

Hemos seleccionado en esta página, precisa-$�� $5�� &�� esta planta, por ser las que han arrojado más restos de pintura y sobre las que se ha propuesto una mayor intervención para su recuperación. El resumen de ellas sería que, de las siete efec-tuadas, todas ellas presentan estratos estriados (preparados para una nueva capa superior), va- ��8$� �� Y��=�!�siete (cata 21). En cuanto a la policromía, todas ellas la presentaban, variando los estratos en los que se hallaban los restos pictóricos entre el tercero (catas 23, 28, 31 y 32) y el cuarto (catas 20 y 22). En todos los casos se trata de pinturas al temple. Predominan los pigmentos de tipo mineral, en colores tierras, grises y ne-gros, para decorar textos o símbolos (catas 23 y

��=��$��&�� &�� /�$��(catas 31 y 32).

Estas mismas lecturas se han llevado a cabo so-bre la fachada de la crujía Este y sobre los para-mentos del claustro, dando como resultado en el primer caso, algunos restos de jambas y dinteles de ladrillo (más abajo hemos reproducido las ��:�!��^="��#��$��$��O-treos, fundamentalmente verticales. En cuanto al claustro del siglo XVIII adjuntamos a con-tinuación diversas fotografías de las muestras efectuadas sobre sus paramentos, hasta llegar a ��&��Y�5��="��/��&-nalmente ejecutada, de forma que pudiera recu-perarse el acabado encalado del claustro, con los paños con el aparejo de ladrillo visto, mientras que en las cornisas queda cubierto, si bien, en general, con toda la fábrica de ladrillo quedando insinuada en llagas, tendeles y las propias sogas y/o tizones de la cerámica, parcialmente sugeri-dos bajo la capa de cal, tal y como se muestra en ��7�� 7#�� &��*

231

Diversas pruebas de morteros de cal empleados en las fachadas del claustro.

232

Claustro de la Virgen de Lourdes, en el propio Monasterio de San Francisco de Lorca.

Claustro del Monasterio de San Ginés de la Jara.

Claustro del Convento de San Francis-co en Mula.

Convento de Nuestra Señora del Car-men en Lorca.

Claustro del Convento de San Joaquín y San Pascual en Cieza

Claustro del Monasterio de San Antonio en Murcia (derruido).

Convento de Nuestra Señora del Carmen en Caravaca.

siguientes en cinco grandes grupos: crujía Este, pandas del claustro, sala del monje (Oeste en segunda planta), escalera imperial y carrerón.

CRUJÍA ESTE. En esta zona se han ejecutado diecisiete catas, con resultados heterogéneos, si bien en ninguna de ellas aparece ningún resto representativo de pintura mural, siendo la mayor parte de los casos un soporte de ladrillo (o muro de mampostería tomado con cal), un enfoscado de cal y dos capas de yeso (una de tendido y otra de enlucido, esta última pintada al temple liso). Sin embargo, la cata número tres, efectua-da en uno de los revoltones del techo de la sala de la planta baja, presenta restos de pintura de color ocre (temple), por lo que se ha propuesto (para su valoración), ejecutar muestras pareci-das para el acabado de dicho tono ocre, para los espacios entrevigados de esta sala.

El resto de catas dio como resultado unos mor-teros de yeso (muy debilitados en su mayor par-te) pintados en ocre y algunas zonas en colores almagra y blanco, tonalidades que van a tras-ladarse al acabado de los paramentos de estas salas, pero sin retirar las capas superpuestas,

�� $�� ?��&��%�"� �?��$��algunas imágenes de claustros similares (todos de la Región de Murcia y la mayor parte de ellos de órdenes religiosas), que nos han servido de referente a la hora de la toma de decisiones.

Tras el análisis de los restos que acabamos de indicar, se redactó una propuesta, que ya hemos señalado, consistente en seleccionar los puntos o zonas de mayor interés y restaurar los restos �� *��?��&��%��-tintas decisiones la adjuntamos en las páginas

233

ni llegar a los estratos subyacentes, ya que los muros se encuentra en muy mal estado, amén de proponerse un acabado con trasdosado de pla-cas de yeso, absolutamente inocuas para cual-quier pintura o resto que pudiese quedar bajo las capas de acabado. Esta decisión está tomada fundamentalmente por el pésimo estado de los distintos estratos, la mayoría de ellos comple-tamente picados, con incisiones, generalmente muy debilitados y disgregados. De esta forma, no se elimina ninguno de los estratos, sino que todos ellos mantienen su carácter subyacente actual, quedando protegidos por el nuevo tras-dosado. Sin embargo, hay dos zonas de esta crujía Este que queremos singularizar: los restos de los huecos existentes en las salas de los en-fermos o celdas de los monjes y el paramento Este de la planta sótano.

Los “huecos” en los muros presentan distribu-ción y tamaño irregulares, pero dado que que-dan algunas unidades, se ha propuesto mantener los que se encuentran en buen estado y que, además, permitan la compresión histórica y ti-pológica de su existencia, en concreto tres de los huecos existentes en la pared Oeste de la 2ª planta de la crujía Este, de forma que se pueda interpretar visualmente la distancia que origi-nariamente existía entre los “tabiques” de sepa-ración de las celdas o camaretas o enfermerías. Aunque en un principio se propuso esta misma actuación para la futura sala de exposiciones temporales, la necesidad de disponer tableros verticales para la colocación de las obras hace que no se hayan quedado visibles los huecos. Sin embargo, sí quedan vistos en la sala de plan-

ta primera correspondiente a la Casa del Paso y no así en la Sala de Señoras, ni en la Comisión de San Francisco.

PANDAS DEL CLAUSTRO. En estas cuatro pandas se han ejecutado catorce catas con resul-tados también bastantes heterogéneos, pero que nos permiten proponer un criterio de actuación diferente según los paños de los que se trate. Así, los resultados más importantes están en la planta segunda (desgraciadamente, los paramentos de las pandas del claustro en planta baja y primera fueron picados hace años y revestidos con un mortero de cemento, por lo que no hay resulta-do alguno de restos en la mayor parte de esos paramentos), correspondiéndose con las catas nº 22 (aparece lo que se intuye como un roleo o un

Algunos de los huecos en los muros de planta primera y segunda.

Proceso de recuperación de la pintura mural de los gue-rreros con los pendones.

�:�

La pintura del soldado (planta 2ª) antes y después de la intervención.

Detalle de dos de los relojes de sol encontrados en la planta segunda.

235

��="��:�Y�� 5&-cas) y 31 (dibujo de un soldado ¿napoleónico?), mientras que en el resto vuelven a aparecer yesos en muy mal estado, pintados en tonos blancos u ocres que también se encuentran completamente picoteados y disgregados. La respuesta que se ha dado a estos condicionantes es la misma que en el caso anterior, es decir, dejar a la vista, conso-lidados y protegidos, aquellos restos de pintura mural de mayor calidad en 2ª planta (paramento Este de esta panda Este —las fotografías a la iz-�� $�� !�&��"�$5��las inscripciones y relojes de sol del lado Oeste —fotos en la página siguiente— y el soldado del muro Sur en la panda Norte —fotografías a la derecha—), trasdosando el resto de paramentos, sin destruir cualquier resto que pudiera existir y que no se haya descubierto en la campaña de catas. En este caso, la recuperación de estas zonas, su limpieza, consolidación y puesta en valor, incluye el tratamiento de las lagunas con tintas planas en sottotono, si bien incorporando únicamente aquellos elementos que impidan una correcta lectura del dibujo/pintura.

Los relojes de sol merecen unas líneas, aunque sean muy breves, pues se trata de elementos muy singulares, por su antigüedad, su dispo-sición en un interior y por la propia enseñanza gnomónica que nos pueden facilitar. De hecho, al descubrirlos, contactamos con la Asociación de Amigos de los Relojes de Sol, con sede en Madrid, la cual envió a D. Antonio Cañones, experto en este tipo de relojes, de quien he-mos obtenido toda la información que ahora se aporta. Antes de nada, debe tenerse en cuenta el momento histórico y el estado de las obras �� &��"� �� 7��/�� >�� relojes (uno de ellos tiene la fecha de 1799). Es importante recordar de nuevo los datos que faci-lita Manuel Muñoz Clares, sobre que la capilla mayor de la Iglesia debe acabarse en torno a �^�<�!�� $� ��O��ZZZ��-ramente se levantaba la caja de la escalera que daba servicio a los dos claustros, así como parte de éste donde están las pinturas, incluyendo su techumbre. Por ello, es probable que hubiera novicios en el segundo piso del nuevo claustro,

e incluso estancias para la enseñanza destinadas no solo a los frailes, sino también a los hijos de la alta sociedad lorquina que recibían clases de � �$5��"� &��7#�"� $��$5�� !"� �� "�también de gnomónica.

Este conjunto de pinturas aparecidas en el claustro, en opinión de D. Antonio Cañones, tiene un carácter excepcional, pues se podría decir que nos encontramos ante un tratado de Gnomónica del siglo XVIII pintado en la pared con la siguiente descripción:

� Pared exterior, entre las dos ventanas:�� 3�� $��3��#��

y signos del reloj de sol.�� ?��'� ��7��/��9<<�

!�& $�� !�'��/��>�� Y��presuntamente hizo el resto de trazados y era el profesor de gnomónica). Este es particularmente excepcional pues incluye �#��/� � �� ^��$�4�� ^� �� $� ��%�� 5��"�líneas de horas itálicas, líneas de horas babilónicas, líneas de azimut del sol y líneas de entrada del Sol en los diferentes signos del zodiaco durante todo el año con indicación de los mismos.

�� + #�� ?��

��%��/� �� de la mañana.

�� $� �� ?��bien podía ser o un Vertical Lateral Oc-cidental o un reloj de sol Horizontal que son los que faltan y que debían estar en el hueco actual de una de las ventanas.

� Pared interior junto a la puerta de acceso al claustro:�� -

do de 0º a 90º con tres sectores.�� ?� ��

grados a Poniente, con líneas horarias sagitas, numeración arábiga y línea equi-noccial con los signos zodiacales Aries y Libra.

�:^

ña, que tiene las trazas de las líneas horarias civiles, históricas itálicas y babilónicas, y las azimutales, todas ellas en un mismo cuadrante, lo que indica que la persona que los trazó era un gran experto en la materia. En el momento de escribir el presente artículo, se está a la es-�� 7� $�� &�� $�� !� �� autorización para restaurarlos, una vez hechos los estudios y cálculos de todos los trazados de los relojes para determinar diferentes factores como la latitud utilizada en los que están tra-zados, cálculos y medidas de los gnómones a utilizar, etc., así como la posibilidad de trazado completo de los dos relojes que faltan, el Hori-zontal y el Vertical Lateral Occidental, pues se está a la espera de realizar los trazados a escala 1/1 de cada uno de los relojes y otros elementos auxiliares en AutoCAD para que sirvan de guía y ayuda a una perfecta restauración.

SALA OESTE (2ª PLANTA). La hemos deno-minado “Habitación del Monje” pues la grie-ta que el terremoto causó en ella ha permitido descubrir una pintura de grandes dimensiones, representando a un monje que, a pesar de en-

El que existan estos relojes de sol, que no fun-cionaron nunca como tales por estar en un lugar cubierto, nos indica que estamos en un espacio dedicado a la enseñanza del arte de la Gnomóni-ca —que consiste en el cálculo y diseño de todo tipo de relojes de Sol—, espacio único y de gran importancia ya que no se conoce otro igual en España ni en el extranjero.

El profesor, fray Michael Rizo, transcribió a las paredes las láminas que solemos encontrar en los tratados de gnomónica y que muestran y complementan las explicaciones sobre los cálcu-los necesarios para realizar los diferentes tipos de relojes de sol. Se trata de un descubrimiento de primer nivel para los expertos gnomonistas, pues se trata del único lugar de este tipo que ha sobrevivido al paso del tiempo y podemos contemplar en la actualidad. No solo eso, sino que para aquellos que desconozcan la geometría utilizada en los relojes de sol, también les será interesante observar que, gracias a la sombra del sol sobre estos relojes, correctamente tra-zados, es posible conocer no sólo la hora, sino también otros datos como la altura del sol, su azimut, el orto, el ocaso, la estación del año… Otros datos excepcionales sobre el hallazgo son los versos nemotécnicos que explican, mediante el color, cómo interpretar las diferentes líneas horarias. Además, el reloj meridional (fechado en una inscripción en el año 1799) es el único de la Región de Murcia, y puede que de Espa-

Aparición de las pinturas en la sala del monje.

Cúpula de la escalera principal y el escudo que la preside.

237

contrarse totalmente picoteada, rota en las grie-tas e incluso con grandes accesos de agua por la cubierta y a través del ventanuco, creemos que debe ser recuperada y puesta en valor, que-dando vista, consolidada y protegida, una vez se retiren los yesos superpuestos y se restauren completamente por el equipo de especialistas.

ESCALERA IMPERIAL. En esta zona se han ejecutado ocho catas, sin resultados de impor-tancia, salvo un pequeño repinte de color gris que oculta la decoración perimetral de la horna-cina central que se encuentra bajo el escudo. El resto de las catas no ha dado resultados positi-vos y prácticamente en todos los casos se trata de yesos sin policromía o con capas de temple color blanco. Tampoco se apreciaban restos de capas de pinturas recientes ni antiguas en los otros paramentos no ocupados por el escudo, ni en la cornisa de arranque de la cúpula, ni en ésta. Sin ánimo de entrar en ninguna polémica sobre el escudo que hoy en día preside la escale-ra, pues sabemos a ciencia cierta que cualquier propuesta que se haga sobre el mismo, con total

238

seguridad, tendrá opinión negativa desde distin-tos ámbitos, ya sean unos u otros partidarios o detractores del mismo, sí queremos dejar cons-tancia de algunos datos artísticos o históricos �� &�� 7� $� �� -�� 7��!�� ?��&�� %�"��en gustos políticos, personales o sentimentales, �� #&�� !� ��%��*� �� 5�� -talidad de los datos que se aportan proceden de las indicaciones y textos facilitados por Ma-nuel Muñoz Clares, añadiendo por nuestra parte apenas unas leves notas sueltas relativas a la arquitectura o a la propia materialidad de los elementos constructivos.

Comienza este trabajo con el acercamiento a las escaleras denominadas Tota Pulchra y dedica-das a la Inmaculada Concepción de María. Por ��"� �� $�� &�� !� � ��-tes casi siempre en los conventos franciscanos, donde servían no solo al obligado tránsito entre plantas, sino también (y de manera en muchos casos principal) al rezo de la comunidad de monjes por la noche3, lo que lo convierte en un ��$��&�� "�� $� ��O��comprensión de lo que muestran sus muros (que ya hemos indicado que no es otra cosa que un cántico a la Concepción Inmaculada de María�). Si bien no presenta la riqueza de la escalera existente en la convento de las Huertas (donde el motivo principal que preside el conjunto es �� &��%�� Z�$�� la Ciudad de Dios), sí queremos señalar algu-nos aspectos concordantes o, cuanto menos, ��&�� "�como por ejemplo, la misma forma de cúpula, ��&��>�� celeste. En este ámbito ascético concebido para el rezo, el escudo que presenta actualmente la escalera es un elemento espurio y ciertamente

moderno, pues aunque es probable que existiese un escudo republicano anterior en ese mismo �� Y�� 4��<:^5), de lo que no hay duda es que en 1939 se en-cargó a D. Emiliano Rojo un escudo nacional ��5��"��!��!��Q��/��"��!��$��&�� *�Si las escaleras franciscanas se caracterizaban por dedicarse a la Virgen, parece lógico que sea la presencia de una escultura de la Inmaculada Concepción quien domine el espacio y no el escudo que actualmente presenta.

Es cierto que las leyes de patrimonio prescriben el mantenimiento de todas las huellas de la evo-��%��&��!�� $�-nar ninguna de ellas. Ahora bien, en el caso que nos ocupa, el mantenimiento supone una grave �&�� $�� -� ��!"�� "��&��"�� %�� 5&�� "� ��que en toda la escalera están presentes, de forma inequívoca y absolutamente visibles, los atribu-tos de la Virgen en la letanía lauretana, o bien otras alusiones al dogma de la Inmaculada. Para ello se utilizan de forma especialísima las pe-chinas, incrementando visualmente su función sustentadora y, en consecuencia, incrementando notablemente la importancia de los elementos simbólicos que se sitúen sobre o alrededor de ellas. Así, encima de los roleos ovalados se van �� $��&�� >��la concepción de María (según los teólogos del momento, su pureza provenía del mismo ins-tante en que su alma cobró vida y, por tanto, la pureza con la que el alma de María cobró vida encuentra su mejor representación en la imagen de la Virgen Tota Pulchra). Desde el siglo XVI se rodea a la Virgen de diversos atributos, segu-ramente repetidos aquí. Remitimos de nuevo a

3 Aún hoy suena en los Conventos la antífona Tota Pulchra est Maria mientras los monjes se dirigen a acostarse.� Las composiciones artísticas y literarias en honor de la Virgen podían tomar ya en el siglo XVIII (basándose en toda la teología mariológica anterior) multitud de formas en función de las preferencias personales del promotor o autor de la iconografía. Aunque todas deberían basarse en una serie de citas conocidas y de símbolos habituales, sus combinaciones podían ser múltiples, yendo desde la sencilla formulación de las letanías, ��$�� "�/��$5�� $�� %��#��"��$��$��#&��la escalera del Convento de la Virgen de las Huertas, también en Lorca.5�_��7��/��/�� "��$��#�� $��O��escuelas públicas para sustituir a la educación primaria que daban las hermanas de San Vicente de Paul.

239

Quasi Stella Matutina Quasi Aurora Consurgens

Quasi Cipressus Quasi Palma

Pulcra ut luna Electa ut Sol

Quasi TerebintusQuasi platanus

Muñoz Clares en los textos descriptivos de los atributos y símbolos de la pureza tomados, entre otros libros bíblicos, del Cantar de los Cantares, con inscripciones basadas en los versículos que él cita en su artículo. Veamos un párrafo de la glosa inmaculista de Diego de la Vega:

Porró sicut Canticorum Liber reste applicatur Beatae Virgini: sis etiam suavis adimentionis est ea Virginis Imago, in qua ei appinguntur, Sol, Stella, Luna, Porta caeli, Lilium ínter spi-

nas, Speculum sine macula, Hortus conclusus, Fons signatus, Civitas Dei, et smilia, adscriptus etiam verbis: ‘”Tota pulchra es amica mea, et macula non est in te: Elena ut sol: Pulcra ut luna: Stella maris: Porta caeli: Sicut lilium ín-ter spinas, etc...^

_��/��/�"�$��/��#�� -cen en la escalera de San Francisco (fotografías a la izquierda) y son las siguientes: Quasi Stella Matutina; Quasi Aurora Consurgens; Quasi Ci-

^ Diego de la Vega incluyó una explicación de pulchra ut luna, electa ut sol en su “Parayso de la gloria de los Santos”, una colección de �� $��!��%��%��^��*

��

pressus; Quasi Palma; Electa ut Sol; Pulcra ut luna; Quasi Terebintus; Quasi platanus; Tu Ho-�� -rum; Tu Gloria Hierusalem; Tu letitia Israel.

Los símbolos que aparecen provienen de una fuente literaria (no pictórica), con seguridad de ��#��$� ��Y�� $��$��&��los atributos de la Virgen con los que aparecen en la Letanía de Loreto o Letanía Loretana) y directamente relacionados con versículos del Cantar de los Cantares —Tota pulchra es, ami-ca mea, et macula non est in te7—, ya que el número de atributos de la Virgen basados en el Cantar no es constante en todas las represen-taciones. Se incluyen normalmente el sol y la luna porque ella es electa ut sol y pulchra ut luna, frases que también se encuentran en el Cantar de los Cantares. La Virgen como ste-lla maris —estrella del mar—, se toma de un himno litúrgico medieval. También en muchas representaciones aparecen la Ciudad de Dios, la Escalera de Jacob, el Templo del Espíritu Santo, la Ciudad del Refugio o, como en San Francis-co, el Ciprés de Sión. Finalmente indicar que, aparte del texto revelador, aparecen también motivos vegetales en las líneas de cambio de plano también relacionados con citas bíblicas. Parece evidente que cada uno de los atributos tenga el color que le liga a su propia iconogra-fía (nunca se policroma igual el sol que la luna, por ejemplo), por lo que cualquier decisión pasa por documentar algún tipo de resto (que hasta el momento no ha aparecido). La propuesta que presentamos propone la recuperación de los to-nos de color (o si hubiera restos de dorados, corlas, etc.) de todos estos atributos y que sea una imagen o cuadro de la Virgen Inmaculada (y no el propio escudo) quien sea el protagonis-ta del espacio, no como actualmente, pues un símbolo no religioso supone una enorme con-tradicción con las escaleras Tota Pulchra de los conventos franciscanos. El resto de los para-mentos se ha pintado en un color blanco suave (manchado), resaltando las cornisas y molduras en ocres o grises. Insistimos de nuevo que en las

catas efectuadas apenas aparecieron restos de pinturas murales (salvo un pequeño repinte de color gris que ocultaba la decoración perimetral de la hornacina central que se encuentra bajo el escudo), pues bajo la capa de pintura aparecen yesos sin policromía o capas con temple color blanco. Tampoco se apreciaron restos de capas de pintura recientes ni antiguas en los otros pa-ramentos no ocupados por el escudo, ni en la cornisa de arranque de la cúpula, ni en ésta, lo que refuerza la propuesta de pintar los paramen-tos y cúpula con colores claros y planos, muy similares a los que presentan otras escaleras de la Orden Franciscana, sin más resalto que la recuperación de la decoración perimetral de la hornacina, que ha surgido como policromía sub-yacente al ejecutar las catas.

CARRERÓN. Se trata de la panda Norte del claustro de la Virgen de Lourdes, que comunica ambos patios entre sí y con la calle Nogalte. Durante la ejecución de las catas en esta zona, han aparecido multitud de restos de pintura mu-ral sobre los muros del claustro de la Virgen de Lourdes, así como los restos (en este caso no de pintura sino arquitectónicos, con huellas de an-tiguas puertas y capillas) en ese mismo claustro, pero en el muro que comparte con la iglesia de San Francisco. Se trata, en todos los casos, de restos de pinturas que han subsistido tras quedar ocultas durante décadas por distintas manos de yesos y otras pinturas. En este caso, su descu-brimiento no está ligado a los desprendimien-tos que se produjeron a raíz del terremoto, sino que han surgido al retirar el zócalo de cemento que cubría prácticamente el cien por cien de �� >%�� Y/��^�� $�� $��=� ��la planta baja del inmueble. Estas pinturas es-tán ejecutadas con materiales poco aglutinantes Y�� &�� !� �� /�$�=� !� ��poca adherencia al soporte, lo que las hace muy deleznables y con grave riesgo de deteriorarse si no se actúa sobre ellos. No cabe duda que se trata de unos restos que no coinciden con el pe-riodo original de construcción del claustro, pero es indudable también que se trata de aportacio-

7 Eres completamente bella, amiga mía, y estás preservada de toda mancha.

��

nes que se incorporaron al inmueble durante el transcurso de su vida y que, por tanto, deben mantenerse y ponerse en valor y, por supuesto, no hacerlos desaparecer por el hecho de no ser contemporáneos con la construcción material de dicho claustro. Por tanto, la propuesta que en estos momentos se desarrolla es la intervención en todas estas pinturas, más las propias pinturas !� /�� $�� !"� &��$��-te, la capilla junto a la escalera, procurando su inserción en el uso actual, además de hacerlo compatible con los nuevos solados, acabados, huecos, etc.

Vamos a describir los hallazgos encontrados y las propuestas para intervenir sobre ellos, di-vidiéndolo en dos grandes grupos: la parte co-rrespondiente al muro Sur del carrerón, en su fachada al claustro de la Virgen de Lourdes y, en segundo lugar, el opuesto, es decir, el muro Norte del carrerón, entre la calle Nogalte y el acceso a la iglesia por el brazo del crucero. Se han retirado hasta la fecha todos los morteros de cemento que cubrían estas zonas, así como multitud de catas con resultados bastante homo-

géneos, pues el paramento que comparte con la iglesia es un muro preferentemente de mampos-tería, que presenta sillares en puntos concretos que ahora analizaremos, mientras que el para-mento del claustro ha deparado la existencia de sillares escuadrados y tallados para formar pi-lastras de lo que debía ser un primitivo claustro abierto, con arcos hacia el patio (no adintelado como en la actualidad).

Comenzando por esta zona, señalar que dichas pilastras fueron posteriormente amortizadas mediante una fábrica de ladrillo, que cerró los arcos, dejando únicamente una ventana en cada uno de los huecos. Es en este periodo cuando se llevan a cabo dos intervenciones: la primera fue cercenar las molduras del zócalo de las pi-lastras, para poder ejecutar un enlucido de yeso a plomo con todo el paramento; la segunda con-sistió en la ejecución de las pinturas murales que ahora analizaremos.

Desgraciadamente, el estado de los distintos �� &��-te y la mayoría de ellos están completamente

Ubicación de parte de las pinturas murales en la planta baja del claustro de la Virgen de Lourdes.

��

raspados (para favorecer el agarre del yeso de las capas que se superpusieron posteriormen-te), picados, con incisiones y, en general, muy disgregados. No obstante y a pesar de este mal estado, el interés que presentan nos ha hecho proponer su recuperación. Partimos de la ima-gen general del carrerón (fotografía anterior), contando con la pilastra de esquina (en la foto a la derecha) y las tres siguientes (la cuarta vuel-ve a ser la esquina y no se ha descubierto pues coincide con la puerta que cierra dicha panda con el Colegio). Se trata de cuatro pilastras, con restos de pintura de dimensiones aproximadas

�"^:�3��"9��$�� "�� $� �"�� esquina, también presenta un resto más pequeño en la cara que mira al Oeste. Sus principales características técnicas y físicas se han podido comprobar una vez retiradas las capas super-puestas, las cuales hemos tomado del estudio realizado por el restaurador Manuel Sánchez �� #��>"��& $5��5�� >��sobre una base de yeso, ejecutado a su vez sobre un enfoscado que se aplicó sobre un soporte, �� #�� Y�� &��con las pilastras del claustro), bien de ladrillo (a ambos lados de las pilastras, una vez que se amortizaron las arcadas). Las pinturas están rea-lizadas al temple, con un aspecto magro, pues los pigmentos utilizados son de origen mineral y los colores utilizados el negro y el blanco a modo de grisalla. Los fondos de la decoración vegetal, están pintados en color negro, al igual que las inscripciones y las líneas compositivas del dibujo, mientras que en las zonas interiores, �� $�� &�-ren volumen. Presenta varias alteraciones, liga-das a procesos fundamentalmente de humedad, tanto por capilaridad (migración de la humedad desde las capas inferiores del terreno), como

Ubicación de las pinturas en este lado del claustro.

Restos (A y B) en la primera pilastra del claustro.

��:

Diversos detalles de las pinturas murales aparecidas en el claustro de la Virgen de Lourdes.

�� &�� %�� 3�� *� +�$��O�� -ños estructurales que afectan tanto a la capa de preparación que sirve de base a la policromía, como a los estratos más internos que conforman la propia estructura muraria. El resto de patolo-gías se centra sobre todo en desprendimientos y pérdidas de soporte, que llevan consigo la consecuente eliminación de cualquier capa de preparación y la película pictórica, que siempre son irrecuperables. También se aprecian gran cantidad de grietas localizadas, sobre todo, en las zonas de unión entre las pilastras de sille-ría y el muro de ladrillo adosado para cerrar el hueco de los arcos del claustro. La mayoría de estas grietas se abrieron con anterioridad a los últimos enlucidos de estos paramentos, ya que están rellenas de revoco. Aunque de menor entidad, señalamos también otros desperfectos que sufren estas pinturas, como por ejemplo la descohesión entre las capas de revoco y el muro (estas dos capas se despegan entre sí) o los im-pactos recibidos para el picado de agarre de la �� &��% ��"��#��$�� -puestos, que también han favorecido el debilita-miento de estas capas. Se aprecian alteraciones

en la película pictórica, no tanto por la suciedad acumulada en los paramentos o la degradación de los aglutinantes utilizados originalmente, sino fundamentalmente por los daños ocasio-nados por la acción humana directamente en las decoraciones, con la consecuente pérdida de sus correspondientes pinturas y decoraciones en grandes lagunas o abrasiones (arrastre de pintu-ra como consecuencia de limpiezas inadecuadas ��$�� &��-tórica), manchas, pulverulencias o concreciones y restos de yeso de los enlucidos superpuestos. Acercándonos un poco más a cada una de ellas, podremos describirlas con más detalle, comen-zando por la primera pilastra, en sus caras A y B donde, desgraciadamente, apenas quedan res-tos de la leyenda. La cara norte presenta mayor empaque y calidad en las decoraciones (pero la cartela es ilegible), mientras que en la Oeste ha mantenido algo de la leyenda.

Los caracteres que pueden leerse son:“___edra solador___e_piritu___Amantes__est_o de Estudiantes”

��

Detalle del interior de la pilastra tallada.

moldura y plinto sin haber quedado mutilados, sino también se observa (y al palparlo con la mano se puede comprobar que se trata de una �� $�!� &��=� �� $�/�� "� ��muy probablemente se conserve en las caras amortizadas por los muros de ladrillo que se adosaron posteriormente. Por esta razón, se ha propuesto dejar vista esta zona, de forma que se pueda interpretar la imagen que inicialmente debió tener este claustro, completamente tallado en sillería y sin huecos adintelados, sino única-mente con arcadas.

Queremos insistir en este caso, pues sin más que retirar con la mano alguno de los mam-puestos adosados a la pilastra en su lateral sur, ya se aprecia que la misma en su parte inferior no es recta, sino que mantiene la moldura que originalmente la rodeaba por completo. Son muy evidentes, también, las marcas de cantero efectuadas en las caras Norte y Oeste, para pre-cisamente desbastar esta moldura y obtener un paramento recto alineado en el mismo plomo �� *� Z�� &?�-mos, esta cara Sur presenta no solo el baquetón,

Restos (C) en el paramento del claustro.

��

Pasamos a la segunda de las pilastras, en su cara hacia el Norte (mirando al carrerón) que hemos señalado con la letra C y que, igualmente, pre-senta la fábrica de ladrillo y mampuesto adosa-da en sus dos laterales, así como la mutilación de la moldura que separaba la basa del fuste. En la leyenda parece leerse:

“..España _ Gedeon Valien____ga ni el Bast_n del_.._n hasta el Sol lo___”

Detalles de la pintura con la leyenda relativa a Gedeon.

Restos (D) en el paramento del Claustro.

��^

En la tercera pilastra (cara D), como en las an-teriores, también se aprecia la fábrica de ladrillo y mampuesto, adosada en los dos laterales de la sillería labrada, así como la mutilación de la moldura que separaba la basa del fuste (además de los restos del mortero de cemento que ahora se ha retirado). Hacemos constar la pobreza de esta nueva fábrica que se adosa a la sillería de piedra y que ha generado grietas verticales por la evidente falta de traba.

“Habrá quien en Virtudes, Fama, Escritos,[Gra]cias, Glorias, y Dones te à igualado;[M]as nó ày Santo mas Bien âbenturado”

Finalizamos con la cuarta pilastra (la quinta de esquina no se ha descubierto, por estar en el ámbito del Colegio), correspondiente con la cara E, donde nuevamente se aprecia la fábrica de ladrillo y mampuesto, adosada a la sillería, mutilada sobre todo en la moldura de la basa.

“A estos Pájaros, estando ya guisados,Dio Andres bendición, más tan al pelo,Que se Animaron y tomaron buelo”

Detalles de la pintura con la leyenda relativa a un santo.

Detalles de la pintura con la leyenda relativa a San Andrés o al beato Hibernón.

��9

Restos (E) en el paramento del claustro.

Ubicación de los restos en el paramento de la Iglesia.

��

Pasamos al segundo grupo, correspondientes a la parte Norte del carrerón (muro sur de la iglesia), entre la calle Nogalte y el acceso a la iglesia por el brazo del crucero, donde tam-bién aparecen inscripciones y dibujos, si bien en ��/�!�� *��$5��&��-vas son como las de enfrente, presentando una inscripción centrada en un marco de hojarascas de acanto en forma de U, que queda abierto por su zona superior y decorado por la inferior con motivos vegetales, más o menos simétricos con-siderados para cada unidad, pero diferentes en cada motivo. También aparecen algunos restos de sillería e incluso huecos en las fábricas, que más adelante pasaremos a describir.

Gracias a los textos facilitados por Muñoz Cla-res, podemos establecer algunas hipótesis sobre los paramentos que cierran este claustro y la iglesia que nos ayuden a documentar y a poner en valor tanto los huecos y capillas como las pinturas aparecidas y, a continuación, recupe-rarlas con la mayor integridad posible. Por ello, extractaremos aquí algunas partes de su texto de forma que podamos ir insertando aquellos as-pectos que consideremos interesantes para com-prender tanto el espacio del claustro, como la ejecución de las pinturas que se van a recuperar.

Tras la documentación de los testamentos, do-��"� �� $��"� ��*"� �� %� �� &�� Y�� ^�=� �� ?�� Nogalte en el que promover las obras de cons-trucción del nuevo convento del que, al pare-�� "� ��^��&��>�� $� �� "� �� 7��/�� &��>�� $��/�� $�� $�� &�� hoy conocemos, sino solo una parte del templo, probablemente la más próxima al crucero, coin-cidiendo probablemente con lo que señalamos en el plano superior de la página siguiente. De /��/�� !� �� &�� trabajos, comienzan a venderse algunas de las capillas, como la de San Luis, Obispo de Tolosa Y�� ^�=� �� /�$�� Q�?�� # �� /��*�� 7��/��^��cuando comienzan a construirse las capillas del �� K�� !� �� 9�� $� ��

lado de la Epístola. En esos momentos, por tan-to, el altar mayor estaría constituido por las dos primeras capillas junto al arco toral del crucero, construidas por la comunidad y cerradas con reja para servir como presbiterio provisional. De esto se deduce que, las capillas que se anuncian en estos años como las primeras capillas de los lados del Evangelio y Epístola, pasarían a ser las segundas cuando se construyese el crucero !�� $�!� ��&��*�K��?��-$��7� �� 5��"� �Q�?��probablemente la marcha de las obras con las � �$� ��&��>�� *

Hay dos fechas importantes a tener en cuenta, pues la comunidad de monjes no dispuso de �� /��^"��%��la de las Huertas y aún pasaron al menos diez años para que se pudiera comenzar a plantear la obra de la nueva capilla mayor, incluyendo sus $� ��!�� &�� empuje de bóvedas, arcos y cúpula del crucero (lo que obligaba a los monjes a construir nue-vas capillas, para poder a continuación vender-�� =*�� 7��/��&��<^"�� comienza la relación entre San Francisco y la cofradía de la Santa Vera Cruz y Sangre de Cristo, que se instala en una de las capillas de la nueva iglesia (de nuevo la hemos señalamos con un círculo en el plano de la página siguien-te (inferior) y que se corresponde con la actual �� =*� _� ��en torno a estas fechas cuando debemos hacer mención a otro de los aspectos que queremos señalar en el presente artículo y que es el rela-tivo a los huecos que aparecen en el muro que separa el templo del claustro de la Virgen de Lourdes. En dicho muro, tras la retirada de las capas de mortero de cemento que presentaba, han aparecido, al menos, cuatro elementos sig-��&�� !� �� $�� tantas circunstancias históricas.

�� /�� Honda

�� }��$��con el covento

��<

Ubicación probables capillas en 1565.

Estado del templo en torno a 1580 y posible ubicación de la capilla de la Vera Cruz y Sangre de Cristo (círculo).

250

�� /�� "��$� ��>�� cierre del carrerón

�� $� �� $��

Pasamos a describir cada una de ellas, comen-zando por el relleno que ha aparecido en uno de los tramos de dicho muro, correspondiente con la que hemos indicado puede ser una puerta de la primigenia iglesia. En el tantas veces citado texto de Muñoz Clares, se indica que la capilla lindante con la de la cofradía de la Vera Cruz tenía dueño y que aún no se había adjudica-do la de enfrente de la nave de la Epístola, en cuyo muro había “…una puerta que daba a un solar frontero a la calle Honda” (actual calle Campoamor). Efectivamente, ese paramento tabicado oculta dicha puerta hacia la entonces calle Honda, ya que en aquel momento no se había construido aún la actual panda del claus-tro, pues los franciscanos no dispusieron desde el principio de la totalidad del solar en que hoy se encuentran convento e iglesia. Al retirar los panderetes de ladrillo, ha quedado visto el de-

rrame de dicha puerta, así como sus jambas en sillería de piedra, a diferencia de la mamposte-ría que predomina en todo este paramento. Ade-más, su situación coincide exactamente, con el hueco de muro entre los dos “contrafuertes” que limitan la citada capilla (aunque, sin embargo, al interior de la capilla no se aprecia).

Al analizar este momento y su traslación a los ��!�� &��"� �� planta un aspecto ciertamente curioso (es cierto que es menos visible desde el interior) y es la falta de alineación entre los pilares que delimi-tan cada una de las capillas. El esquema adjun-to muestra cómo son sensiblemente paralelas entre sí las tres primeras capillas más cercanas a la capilla mayor, mientras que las siguientes (construidas a partir de 1575 seguramente) se desvían de dicha línea y se descuadran cada vez

Dos imágenes con la ubicación de la antigua puerta hacia la calle Honda.

251

“…hacer de piedra franca, cuadrado, con cua-tro arcos cada uno cerrados por la parte de arriba y de arco a arco hasta el primero suelo del dormitorio del dicho convento, dejando per-feccionado y acabado hasta el dicho primero suelo y con sus cornisas ajustadas al enmade-ramiento que se ha de hacer en dicho primero suelo y arbotantes y todo de dicha piedra que han de ser ocho, dos en cada esquina, sin que intervenga obra de otros materiales más que sillares y piedras labradas”

más, hasta alcanzar lo que debía ser el trazado de la calle Nogalte.

Así, mientras el eje de la nave es prácticamente paralelo a la Cuesta de San Francisco, la facha-da del templo se “inclina” respecto de este eje, hasta alinearse con dicha calle, cosa que ocurre igualmente con los claustros. El actual claustro de la Virgen de Lourdes debió iniciarse en el úl-timo cuarto del siglo XVI y muy probablemente sería completamente de piedra en arcadas, tal y como lo vemos al retirar las capas de yeso que lo cubren en la panda del Carrerón. Una de las pilastras de este claustro quedará vista en su si-llería (la de la esquina señalada con un círculo) �� $�� 5� �� %�� &��entre los siglos XVI y XVII.

Continuamos esta secuencia histórica con el primer cuarto del siglo XVII, cuando se esta-ba acabando de construir otra cuarta parte del claustro —suponemos sería una de las perpen-diculares a la iglesia—, pero un documento de �� ^�� citan de esta forma:

Desvío de los ejes de las capillas, para hacerlos coincidir con la calle Nogalte y ubicación de la pilastra tallada.

Ubicación de la capilla aparecida en el muro de separa-ción del templo.

252

citada en algún documento, pensamos haberla localizado en el paramento del Carrerón, pues se aprecian claramente las jambas, no así el din-�� "�!�� &�� #�� $�� pinturas murales que son posteriores (no se ha propuesto la apertura completa del vano, sino únicamente la parte inferior, para que se aprecie desde el Carrerón el retranqueo del acabado del muro —nunca desde la Iglesia—).

De este claustro, que supuso una reforma to-tal de las partes existentes, es del que venimos hablando y en el que hemos encontrado esos elementos ocultos tras diferentes capas de ladri-llo o yeso y que se están recuperando en estos momentos.

El segundo de ellos es la denominada puerta re-glar, que permitía a los frailes un acceso direc-to al espacio de culto. Esta puerta que aparece

Ubicación y detalles de algunas catas aparecidas en el paramento del templo.

253

Diversas imágenes de algunas de las catas llevadas a cabo en el paramento del templo.

��

El cuarto y último descubrimiento, quizá el más llamativo por la cantidad, han sido las pintu-ras murales que aparecen en prácticamente el �� &��Y��-mos que, desgraciadamente, la ejecución de un zócalo de cemento hace algunos años, proba-blemente eliminó las pinturas que podía haber en esta parte inferior del paramento). En las páginas siguientes hacemos un breve recorrido 7�� 5&�� $�?� � �� "� �� queremos dejar constancia que, en todos los ca-sos, hemos propuesto su recuperación tras una �3/�� $��%�� 7�� 5&��"� $��de daños, localización de patologías, toma de muestras y preparación de las mismas, elimi-nando las capas de revoco o yeso con la ayuda de bisturís y escalpelos. Tras ello, se probarán distintos materiales y/o técnicas de restaura-ción, de consolidación de la película pictórica !� �� &?��%�� &�� penetre lo máximo posible, sin quedar en su-�� &��Y��>��$��$�� %-picos de la capa pictórica, por pérdida del poder adhesivo del aglutinante o formación de bolsas ínter estratos, ocasionadas por movimientos es-tructurales, se aplicará un adhesivo para unir �� &��$�� =*�K��casos en que aparezcan oquedades en la super-

El tercer elemento que queremos señalar es el hallazgo de una capilla-altar, amortizada en el interior del muro que separa el claustro de la Iglesia y que se ha podido localizar por la caída de un fragmento, lo que permitió descubrir el hueco. A la hora de redactar este artículo se está a la espera de la autorización para la interven-ción en la misma, ya que la propuesta es la de su recuperación, integrándola en el recorrido del �� %�� 5� ��&�� O��"� ��puerta reglar, la antigua puerta a la calle Honda y las pilastras del antiguo claustro con las pin-turas-leyenda de los santos que se representaban en este espacio seguramente mediante cuadros.

Detalle de una de las pilastras.

255

&��$� ��"�/�$�� !��%�"�� O��de perforaciones, de mortero de cal hidráulica, previa humectación con agua desmineralizada y alcohol. Igualmente, cuando aparezcan grietas, �� &� �� ^"��$$*"�$��- �� $� �"� &?�� 3��*�Tras todo ello, podrá procederse a la limpieza de todo el paramento (ya sea física, química o mecánica, dependiendo del estado de la base), para terminar con la reparación de las lagunas y, en su caso, la reintegración discernible.

El último motivo encontrado hasta la fecha, �� !� ��*� ��&�$��

presente artículo pueda ayudar a leer sobre los muros, forjados, bóvedas, etc. del convento de San Francisco de la puerta Nogalte, los aspectos más relevantes de su historia. No sólo aque-llos ya conocidos, sino otros también que han permanecido ocultos hasta las obras de restau- ��%�� &�� $�� a cabo para la instalación del Museo Azul de la Semana Santa MASS. El equipo de Lavila Arquitectos y la empresa contratista Lorquimur (algunos de los miembros de ambos, en la foto-grafía anterior), estaríamos muy satisfechos si �� /��% �� Q�?�� elementos constructivos y en el resto de ele-mentos decorativos, funcionales y de todo tipo.

CRÓNICA DE LAS ÚLTIMAS OBRAS PARA LA RESTAURACIÓN …les, así como la cúpula y brazos del...

Documents

Transcript of CRÓNICA DE LAS ÚLTIMAS OBRAS PARA LA RESTAURACIÓN …les, así como la cúpula y brazos del...