CRONICA ARTURO CALLE.doc

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Arturo Calle La historia de un hombre feliz Por: El caballero de la noche Me miró con severidad mientras yo me sentaba y él terminaba de atender el David, el encargado de comunicaciones en la empresa, nos presentó formalm demora la entrevista, me preguntó don !rturo Calle, con una vo" de truen Di#e $ue iba a ser breve. Le ment%, en verdad llevaba en mi agenda una em y un propósito básicamente ruin( encontrar, uno a uno, cual$uier )istoria. Comen"aba a llover y los cerros de *uba se ve%an espléndidos de gigantescos de esa oficina. Los )ombres como !rturo Calle están encriptados en dos barreras más o men $uien $uiera conocerlos. +rimero, tienen dinero. *egundo, tienen poder. Muc)asde las conversaciones con ellos terminan asfi iadas en un libreto de mar-eting. *uelen impone respuestas programadas a preguntas predecibles. todos tan contentos. Cuando uno )abla con don !rturo está )ablando con una leyenda del mundo e una reputación a toda prueba y su prestigio, como empresario y como perso del mito. 0s un )ombre $ue al d%a de )oy no tiene una sola deuda. 1ampoco paga o )a arriendo. Más a2n, sólo una ve" en su vida )a pedido dinero prestado. 3oy n2mero uno en la confección y comerciali"ación de ropa masculina. tamb Colombia $ue puede seguir funcionando durante un a4o sin problemas, aun c sola prenda( tiene a)orrados los recursos suficientes para )acerlo. Lo un a)orra, no tiene por $ué endeudarse5 y como no se endeuda, a)orra. 0sa pa empresa contradice las teor%as económicas vigentes, $ue aconse#an traba#a a)orro tiene un lugar marginal en la administración moderna, pero don !rt $uintaescencia de su é ito. Muc)os se preguntan en vo" ba#a si seme#ante disciplina financiera es res e presión de una monumental taca4er%a. Me lo preguntaba yo también mientras conversaba con él. Me desconcertaba es propia de la mayor%a de )ombres de negocios, muc)o menos cuando están Le pregunté por su infancia. 6Manri$ue7 mis primeros a4os7 8me respondió, con algo $ue parec%a estar convirtiéndose en una sonrisa8. Me acuerdo de la casa, es empinada. Me acuerdo $ue nos fascinaban las velitas con coco. coger ta donde estaba la l%nea del tranv%a y poner encima de la carrilera las tapa las espic)ara. Después nosotros #ugábamos con esos c%rculos $ue $uedaban

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Arturo CalleLa historia de un hombre felizPor: El caballero de la noche

Me mir con severidad mientras yo me sentaba y l terminaba de atender el telfono. Luego Juan David, el encargado de comunicaciones en la empresa, nos present formalmente. Cunto tiempo demora la entrevista?, me pregunt don Arturo Calle, con una voz de trueno envuelta en algodn. Dije que iba a ser breve. Le ment, en verdad llevaba en mi agenda una emboscada con 85 preguntas y un propsito bsicamente ruin: encontrar, uno a uno, cualquier remiendo en el tejido de su historia. Comenzaba a llover y los cerros de Suba se vean esplndidos desde los ventanales gigantescos de esa oficina.

Los hombres como Arturo Calle estn encriptados en dos barreras ms o menos infranqueables para quien quiera conocerlos. Primero, tienen dinero. Segundo, tienen poder. Muchas de las conversaciones con ellos terminan asfixiadas en un libreto de marketing. Suelen imponerse las respuestas programadas a preguntas predecibles. Y todos tan contentos.Cuando uno habla con don Arturo est hablando con una leyenda del mundo empresarial. l tiene una reputacin a toda prueba y su prestigio, como empresario y como persona, ronda los linderos del mito.Es un hombre que al da de hoy no tiene una sola deuda. Tampoco paga o ha pagado jams un arriendo. Ms an, slo una vez en su vida ha pedido dinero prestado. Hoy en da su compaa es la nmero uno en la confeccin y comercializacin de ropa masculina. Y tambin es quizs la nica en Colombia que puede seguir funcionando durante un ao sin problemas, aun cuando no venda una sola prenda: tiene ahorrados los recursos suficientes para hacerlo. Lo uno va unido a lo otro: como ahorra, no tiene por qu endeudarse; y como no se endeuda, ahorra. Esa particular manera de hacer empresa contradice las teoras econmicas vigentes, que aconsejan trabajar con la plata de otros; el ahorro tiene un lugar marginal en la administracin moderna, pero don Arturo lo define como la quintaescencia de su xito.

Muchos se preguntan en voz baja si semejante disciplina financiera es resultado de la previsin o la expresin de una monumental tacaera.

Me lo preguntaba yo tambin mientras conversaba con l. Me desconcertaba su naturalidad, que no es propia de la mayora de hombres de negocios, mucho menos cuando estn en la cima de la cima.

Le pregunt por su infancia. Manrique mis primeros aos -me respondi, con algo que pareca estar convirtindose en una sonrisa-. Me acuerdo de la casa, estaba en una calle ligeramente empinada. Me acuerdo que nos fascinaban las velitas con coco. Y coger tapas de gaseosa, irnos a donde estaba la lnea del tranva y poner encima de la carrilera las tapas, para que el tranva pasara y las espichara. Despus nosotros jugbamos con esos crculos que quedaban totalmente planos....

Hablaba de una manera pausada, como degustando el sabor de cada palabra. Sent con nitidez que la infancia era un lugar iluminado en la vida de este hombre, que ahora esperaba con expectativa mi siguiente pregunta. Cuando se la formulaba, el se explayaba en las respuestas, se aferraba a esos primeros recuerdos como un nio a una golosina.Arturo Calle naci en Medelln, un da trece y 18 das antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Su padre era un abogado, juez de la repblica en un tiempo en que, los jueces no tenan mucho trabajo porque era una sociedad demasiado sana. Su madre, de Jardn, Antioquia, una seora dedicada al hogar y a dar mucho amor, provena de una familia de agricultores y ganaderos.

A medida que avanzbamos en sus recuerdos not que la expresin de sus ojos cambiaba decididamente. La mirada severa del comienzo se fue ahogando en un brillo insistente.

Por qu se mudaron de Manrique a Robledo? le pregunt, buscando la pista de algn hecho que hubiera marcado su infancia. Tal vez un rastro que me permitiera inferir de dnde vena su temperamento de ahorrador inclaudicable. Porque en esa poca ya ramos nueve hijos y mi mam quera vivir en un sitio ms amplio, ms generoso, que tuviera ms tierra. Ella, al fin y al cabo, siempre haba visto a sus padres dedicados a la agricultura y la ganadera; entonces consigui una casa con unas 3 4 hectreas de tierra. Ah ella sembr rboles frutales, muchos tipos de flores, entre ellas orqudeas Sembr verduras Produca mucha comida para la casa. Y tena una vaca para obtener leche para la familia La misma vaca que usted ordeaba a escondidas?

La misma! me responde entre carcajadas-. Con mucha frecuencia ordeaba esa vaca a medio da. Con esa leche haca unas panelitas exquisitas, pero no le contaba a mi mam. Mi mam, pobrecita, al otro da deca que se mam el ternero, o sea que el ternero le haba quitado la leche a la vaca. Y nada. El ternero era Arturo Calle que le haba sacado la leche y nadie saba.Habl entonces de sus negocios de infancia. Era un monito muy avispado al que le gustaba el dinero. Vendi Misicu (cido tartrico con azcar). Vendi naranjas, uvas, flores, todo lo que produjera la huerta de su casa. Los vecinos lo llamaban y le decan mono, tengo una gallina pa vender y l se iba a la plaza de mercado y venda la gallina. Me encantaba la plata, de la manera ms impresionante, dice.

Y qu haca con el dinero que ganaba en esos negocios?

Parte la ahorraba y otra parte me la gastaba en dulces.

Muy ahorrativo desde siempre

Yo siempre guardaba. Yo vea que mi mam era muy ahorrativa. Era as para podernos dar educacin y un mejor modo de vivir.

Y por qu le gustaba tanto el dinero siendo tan pequeo? le pregunt con segundas intenciones. En el fondo la pregunta era: Es usted el buen hombre que algunos ya santifican en vida, o un empresario corriente con la imagen mejor cuidada que otros? l lo not. Por eso me respondi con la agudeza afilada y algunas lneas de la cartilla de marketing.

El dinero me gustaba y me sigue gustando para hacer el bien. Para ser recto en mis actitudes econmicas, para dar empleo, para vivir bien, para compartir con el prjimo, para pagar impuestos, como los pago. Tal vez eso fue algo innato. El dinero es fabuloso para irrigarlo. Mal utilizado es un papel impreso en las tipografas y lo nico que le trae al ser humano son desgracias. Yo en l he visto un medio... A m el dinero no me quita el sueo, desde ningn punto de vista, ni me lo va a quitar. Yo no soy apegado al dinero. Antes de cumplir la mayora de edad, entr a trabajar en Hilanderas Pepalfa como mecnico industrial. Me fascinaba la grasa, a veces trabajaba hasta dos turnos, porque mi deseo era trabajar un corto tiempo, ahorrar todo ese dinero y, despus ya, pasar a la vida independiente. Tambin le prestaba plata a inters a los compaeros de trabajo. Dos aos dur trabajando all.

Cmo era su vida, si ahorraba prcticamente todo su sueldo?

Como todo lo ahorraba y no gastaba nada, entonces yo me iba a un cine un domingo, cine continuo: comenzaba a las 11 de la maana, terminaba a las 5 de la tarde. El almuerzo era una mogolla con una gaseosa que llamaba Carta Roja, o si no Freskola, que era algo similar a la Colombiana. No tena novia, puesto que una novia implicaba tener que gastar algo, entonces, en ese sentido, era un nio muy amarrado. Me pona la ropa de dotacin que le compraba a los compaeros; a m no me daban porque tena un sueldo ms alto. Y ese era el vestuario que yo usaba entre semana. El fin de semana, yo tena unas dos o tres mudas muy elegantes, muy lujosas, me las pona para ir a misa, para que las muchachas vieran el mono, que era crespo, de pelo largo y medio pecoso; que lo vieran muy lindo, como decan ahora aos. Ellas me vean, yo las vea. Luego volva a mi casa y nuevamente me quitaba esa ropa, la doblaba, la pona en lo que llamaban en esa poca el escaparate, que hoy en da se le dice clset, y ah la dejaba quieta. dice don Arturo, muerto de la risa.De pronto interrumpe su carcajada, golpea su escritorio con suavidad y me mira con ojos de luntico dulce. Oiga, pues -me dice en puro paisa- Usted quiere escuchar una ancdota?... S La mejor del mundo?

Hgale

Vea Esto rara vez lo cuento Resulta que en Jardn Antioquia las nias eran divinas. Era uno de los pueblos que ms fama tena en esa poca, de las mujeres ms lindas. Pero los noviazgos, ahora aos, no era de conversar ni nada, sino de versen de lejos porque los paps eran muy bravos. Esos seores eran demasiado bravos, horribles. Entonces haba una nia, de nombre Doris Mesa, que me gustaba y ella me haca caritas. Yo tambin le haca caritas. Y en esa nos la pasbamos, pero de lejos; yo decir que le cog una mano, o sal con ella, no, nada de eso Todo era un noviazgo de lejos, a la vista no ms. Y a escondidas, porque si no la mataban los paps, as de sencillo. Un da no s si fue en Navidad o qu, yo le mand una canasta pequeita que traa seis botellas en miniatura de Coca-Cola, divinas eran esas canasticas, espectaculares; y una billetera de plstico, llena de compartimentos que tenan fotos de artistas de toda esa poca. Eso era muy barato Usted se imagina una billetera de plstico?... Lo ms ordinario. Yo creo que yo era un chino de 13 14 aos mximo y era demasiado, demasiado sano. Entonces qu pas: le mand con mi hermana el regalo. El tiempo pas y despus hubo otra nia que tambin me gustaba, pero con esa s hablaba yo porque perteneca a algo como a la familia; no s por qu, pero ella supo que yo a Doris Mesa le haba dado ese regalo. Entonces me dijo Cmo sos de bobo!, en vez de habrmelo regalado a m!. Yo le dije seguro?, y ella me dijo s Entonces con mi hermana Olga le mand decir a Doris que me devolviera lo que yo le haba regalado. En esa poca se usaba que las novias, las amigas, devolvan lo que les haban regalado cuando ya se acababa el noviazgo o la amistad. Entonces me devolvi eso y se lo di a esta nia. Eso indica lo sano que era uno en esa poca. Demasiado, demasiado sano.

Le cost trabajo terminar de contarme. Llor de la risa. En un momento dado pens que se iba a tirar al piso a zapatear. Pens entonces que Arturo Calle es una mezcla impensable entre algo as como el Augusto Romano que edific el imperio y un Tom Sawyer a lo paisa.Me cont luego de sus primeros das en Bogot. Hctor Correa, un pariente de su familia materna, tena varios almacenes y lo trajo para que trabajara con l en una tienda de la Estacin de la Sabana, Las mil camisas. Despus, lo nombr administrador en un local de San Victorino llamado La Camisita; se fue el almacn que Arturo Calle compr por 17 mil pesos y quebrantando por primera y ltima vez en la vida su decisin de no contraer deudas. En esa ocasin tuvo que acudir a su madre para que le prestara los cuatro mil pesos que le hacan falta para concretar la compra. Con los ahorros y ese prstamo, don Arturo compr su primer local en pleno San Victorino: en el corazn de la selva. Es un comercio muy popular de Bogot que, segn dicen, puede ser el punto de Latinoamrica, junto con Corabastos, en donde ms transacciones se hacen por hora y ms dinero en efectivo circula por da. Qu aprendi en San Victorino?

En esa poca, con toda modestia, aprend a ser quizs el segundo mejor vendedor que hubo en Bogot. El primero era un seor de apellido Jaramillo. Ver vender a ese seor era una delicia, una dicha. Era un espectculo, porque era una persona muy agradable en su conversacin y en su modo de ir llevando al cliente. En vez de venderle una unidad, terminaba vendindole 6 12 unidades. Trataba al cliente como a su mejor amigo, como a un pap o a un hermano, y ah lo iba llevando y lo iba llevando hasta llevarlo pero a la registradora. Yo, primero, aprend a ser muy sagaz, a utilizar muy bien mi inteligencia. Aprend a tratar muy bien al cliente y a respetarlo, a mostrar las ventajas de un producto y por qu haban similitudes costando menos. Aprend tambin esa parte textil, a saber cmo se produca un hilo, o un estampado, o un tejido. Aprend a ser el primero que abra en el sector y el ltimo que cerraba. Aprend que uno debe tener unas utilidades justas y normales En esa poca se vea mucho, y todava se ve, que de acuerdo al cliente se fija el precio hay una frase, que es la ms directa, pero no me gusta usar ninguna frase incmoda o que sea inculta (depende del marrano)

Entonces era muy usual, de acuerdo al cliente, le pedan un precio. Y despus vena esa negociacin: entonces se lo dejo en menos, pero ofrezca... El regateo Yo toda la vida he credo que el que ofrece lleva las de perder, porque si ofrece poco, le dicen no; y si ofrece mucho, le dicen s. Entonces ese comprador nunca va a saber si pag lo justo por el producto. Yo siempre obr con ese concepto de obtener unas utilidades, medianamente justas, pero no utilizar al cliente para el engao. Me parece deshonesto.

Empec a juntar las piezas para ver a Arturo Calle de cuerpo entero. Comenc a comprenderlo.***

Das antes haba estado hablando con varios de sus empleados. Era obvio que ninguno de ellos iba a atreverse a hacer crticas directas a la empresa que le paga el sueldo. Por eso tom un camino tangencial y les pregunt: Qu le cambiara a la empresa si lo nombran administrador general de la misma? As me revelaran, sin darse cuenta, lo que desaprueban de la compaa. La respuesta fue unnime y desconcertante: Todos queran ver con ms frecuencia a don Arturo; eso era lo que queran cambiar: el encierro de su jefe. Sacarlo de su oficina para poder hablar con l como lo hacan en el pasado, cuando estaba al frente hasta de la compra de los alfileres. El asunto me preocup. Si me descuido, termino haciendo un publirreportaje, me dije.Para salir del plano de lo personal, me dediqu entonces a buscar los rastros objetivos de la poltica laboral de la empresa. Datos verificables que me permitieran concluir qu tan protegidos estn los empleados y si las condiciones les garantizan calidad de vida. Pero fue imposible separar la ecuacin laboral y la figura de Arturo Calle.

Claudia, cajera en uno de los almacenes ms grandes de Bogot, me dijo que el da ms feliz de su vida laboral fue cuando Don Arturo se gan un premio como el mejor empresario. Hasta ah todo estaba dentro de lo predecible: una empleada exaltando al jefe del que dependen sus ingresos. Lo que no me imaginaba era levantar la mirada de mi libreta y verla a ella secndose las lgrimas. Se excus: es que uno siente a don Arturo como si fuera el pap. Y yo sent como si ese premio me lo hubieran dado a m. Me cont luego que era divorciada y que al momento de su separacin se qued sin apoyo y se aterr por la suerte de su hija, que entonces era una nia pequea. Por eso trabaj con mayor empeo y a fin de ao se postul para uno de los cientos de subsidios de vivienda que dan en la empresa. Clasific y pudo comprar su apartamento en Ciudadela Colsubsidio. Su vida tom un nuevo rumbo desde entonces.Beatriz, una vendedora, recordaba que en la poca de las bombas, cuando Pablo Escobar nos tena con el alma en un hilo a todos los colombianos, explot uno de esos artefactos cerca de su casa y la destroz; La empresa me dio la mitad de lo que costaban todas las reparaciones. Era un montn de plata. Ella tambin tiene casa gracias a un subsidio de la compaa y habla feliz de los kits para el colegio que a lo largo de muchos aos recibi su hija. Beatriz concluy con una peticin inusual: Como ahora todo est en manos de los hijos, ojal don Arturo les ensee a ser como l.La empresa genera 4.500 empleos que en temporada alta llegan a 6.000. Tiene un Departamento de Bienestar gigantesco y promueve un conjunto de beneficios para los empleados que incluyen subsidios de vivienda, de educacin y salud. Si alguien llega a tener una calamidad, as sea mnima, que se le rompan las gafas o algo as, la empresa siempre colabora para que las recupere, me dice uno de los empleados como si fuera lo ms normal del mundo.

En Arturo Calle los contratos son de trabajo y cuentan con todas las garantas legales, adems de beneficios adicionales. Valga la aclaracin porque en la actualidad muchas empresas han inventado opciones inverosmiles para no pagar el trabajo como trabajo y as ahorrar costos, al punto en que se han encontrado incluso contratos de arrendamiento para vincular laboralmente a las personas.

No en vano la empresa Arturo Calle est entre las veinte mejores del pas para trabajar, segn una encuesta independiente.

Julio Robayo es uno de los empleados ms antiguos. Lleva 26 aos en la empresa y administra el punto de venta de Salitre Plaza, la segunda tienda Arturo Calle ms grande en Bogot. Tiene pinta de lord ingls y una amabilidad contagiosa. Es un fan de Don Carlos Arturo, el hijo mayor de don Arturo Calle, y gerente general de la empresa desde hace ms de 10 aos. Su vida se parti en dos cuando entr a trabajar como auxiliar de ventas en la compaa, porque esta fue la primera vez que encontr estabilidad. De auxiliar temporal pas a vendedor de planta y en pocos aos lleg al cargo de administrador. En Arturo Calle jams se contratan administradores de punto de venta que vengan de fuera; siempre son elegidos del grupo de vendedores que est laborando en ese momento.

Julio recuerda que cuando entr el salario mnimo estaba en unos dos mil y pico de pesos. Y en Arturo Calle llegu a ganarme 40 mil por mes. Aprendi lo que sabe a travs de capacitaciones que sigue recibiendo peridicamente. Dicho sea de paso, hace poco ms de un ao se inaugur la Universidad Arturo Calle, que funciona dentro de la misma empresa y canaliza la formacin de todos los empleados.Mara es sastre. En todos los almacenes hay un grupo de sastres que hacen los ajustes a la ropa a peticin de los clientes. Y lo hacen en tiempo rcord, mximo una hora cuando los cambios son muy grandes. Mara tiene tres hijos y estudia Derecho. La empresa le colabora con un subsidio de estudios y tambin le acomodaron el horario de trabajo para que no tenga problemas. Es una mujer simptica y divertida que exhala entusiasmo. Como sastre, varias veces le hizo ajustes a la ropa del ex presidente lvaro Uribe, uno de los clientes fieles a la marca. A l le gusta que todo le quede holgado, porque dice que si no, no puede moverse bien. Era muy querido con todos nosotros. El presidente Santos tambin ha pasado por la aguja de Mara: Es ms serio, ms parco. A l le gusta un ajuste perfecto. El vestido que us en su posesin como primer mandatario llevaba la marca Arturo Calle y es asiduo de su ropa. Ha dicho que "Hace aos, cuando viva en Londres compraba mis vestidos en esa ciudad y sacaba pecho vistiendo paos ingleses; hoy me siento mucho ms elegante con Arthur Street, la ropa de nuestro querido Arturo Calle, que es de calidad de exportacin".Son muchos los personajes que visten la marca: Jos Gabriel Ortiz, actual embajador en Mxico; el ministro de trabajo, Rafael Pardo; Germn Vargas Lleras, Fabio Valencia Cossio, Daniel Samper Ospina... Y varios futbolistas el arquero de Santaf viene mucho aqu, dice Mara.Una de las figuras ms queridas en la empresa es Rogelio Gmez, el director de costos, que inici su carrera siendo vendedor. Se muestra feliz de trabajar para Arturo Calle y dice que cada jornada de trabajo la vive como si estuviera en periodo de prueba.

En alguna ocasin, don Arturo Calle relat pblicamente una situacin que da la medida del clima laboral: Una vez llam un cliente a mi oficina y me dijo: Don Arturo, ese seor Rogelio lo est robando. A m me vendi un producto y no lo registr, se qued con la plata. Yo llam a Rogelio y le dije: Hombre, est pasando esto. Yo lo siento mucho, pero tengo que pedirle su renuncia. Y l me contest: Mire don Arturo, a m en mi casa me ensearon a ser honrado. Si lo que dijo ese seor es cierto, que venga aqu y lo diga personalmente, no por telfono. Si usted considera que debe prescindir de mis servicios, retreme usted, pero yo no renuncio, porque yo soy un hombre honrado. Si yo me retiro, le estara demostrando a usted que no soy una persona correcta. Tome su decisin, pero yo no voy a renunciar Qu enseanza tan grande la que me dio Rogelio ese da. Eso es muy admirable. l defendi sus derechos y yo entend esa defensa. Y la he admirado toda la vida. Resulta que Rogelio ya lleva treinta y pico de aos trabajando aqu***Actualmente los almacenes Arturo Calle son de gran formato, con reas que van de los 700 a los 2.000 metros cuadrados. Son 65 en total y a finales de 2012 se inaugurarn tambin en el exterior, bajo el modelo de franquicias. Todos son espacios hermosos, con excelente iluminacin, impecable decorado y una msica de fondo que le agrega personalidad al ambiente. De dnde sali esa idea de demoler cada almacn y volverlo a construir, despus de pasados algunos aos? Ojal se pudiera cada seis meses, o da de por medio. Yo tengo un concepto de que todo lo que se va envejeciendo para m es aburridor, comenzando por Arturo Calle. Es que mire, los empleados, uno mismo, los clientes, viendo lo mismo, durante 8, 10, 15, 20 aos, quedan demasiado saciados, demasiado aburridos lo mismo de lo mismo siempre Eso es muy feo. Hay que renovarse. El aseo se requiere permanentemente y las cosas viejas, en mi concepto, no imprimen aseo. Lo viejo es viejo. Nosotros estamos enseados no a remodelar, sino a tumbar. Ojal eso se pudiera hacer cada seis meses. No se puede hacer por una razn: porque entonces los almacenes viviran permanentemente cerrados y ah s la quiebra sera de campeonato. Pero nosotros tumbamos y hacemos cada 4 aos. Y yo soy feliz tumbando, ah, eso s es una dicha! Me encanta tumbar y volver a ver las cosas nuevas!

Arturo Calle parece tener una sensibilidad muy desarrollada en materia de espacios. El mismo progreso de la compaa suele expresarse no en trminos de dinero, sino de rea construida: De 8 a 150.000 metros cuadrados.El edificio donde funciona la sede administrativa y el almacn ms grande de la firma, que tambin es el ms grande de ropa masculina en Latinoamrica, es verdaderamente hermoso. Su fachada tiene una malla que simula una tela y que por ejemplo, un da se podra iluminar de rojo para indicar que se lanz una nueva coleccin, o de verde cuando se presente un desfile", segn dice el arquitecto Gabriel Arango, autor del proyecto. Es uno de esos edificios inteligentes en donde uno tiene que andar con una tajetita electrnica para todas partes, si no quiere quedar atrapado en alguna dependencia. Cada piso est decorado con un color particular, con unos esplndidos paneles textiles. Hay luz por todas partes y por momentos se siente uno caminando entre un castillo de cristal.La oficina de don Arturo queda en el ltimo de los once pisos del edificio. Desde que uno entra siente el mismo concepto esttico que encuentra en la ropa: sobriedad y elegancia, con un toque bien definido de modernidad. En el caso de la oficina, esa pincelada de modernidad se aprecia en varias obras de arte contemporneo, distribuidas con precisin en el espacio. Pinturas y esculturas. El asunto me llama la atencin: en muchas oficinas de hombres de negocios es frecuente encontrar alguna obra de arte con mayor valor comercial que esttico; es una seal inocultable de arribismo cultural. Pero las obras en la oficina de don Arturo son para mirar y pensar, no para decorar. Como debe ser.Le pregunto por esas piezas y me ratifica lo que ya presenta: se haba asesorado de una galerista y un curador para adquirirlas. Le gustaron porque piensa que se ajustan a lo que l es. Me confiesa que le gusta el arte, pero no se muere por l.

Qu tipo de arte le gusta?

A m me gusta el arte en donde yo me sienta a gusto mirando. Pero no me gusta el arte que me cueste cientos de millones, por una razn muy sencilla: yo no estoy en capacidad de gastarme en una sola obra de arte 300 400 millones de pesos Habiendo tanto prjimo que no tiene dnde dormir?... No, yo prefiero, parte de eso, destinrselo al que lo necesita; y comprar arte lindo, pero no con esos costos. Con toda modestia le digo: para m el arte del prjimo es ms hermoso. Por ejemplo, en estos das me ofrecieron un tapete de 6 metros cuadrados en total; 20 millones de pesos. Yo dije: con eso le ayudo casi con una casa a los pobres Para darlos por un tapete? Nooo! Ni de riesgos! Yo me gasto la plata, pero no la boto, que son dos cosas muy distintas.

El tema del prjimo es recurrente en el discurso de don Arturo. De hecho, a travs de la Fundacin Arturo Calle contribuye con cerca de 200 instituciones haciendo aportes que suman ms de dos mil millones de pesos anuales. El banco con el que mejor se entiende es el Banco Arquidiocesano de alimentos, del cual es fundador; en la ceremonia de su inauguracin comenz su discurso con un apunte clsico: Hasta ahora no he visto un entierro con trasteo. Ha recibido 17 medallas al mrito por su actividad en favor de los ms necesitados, entre ellas, la Orden de San Carlos.Las empresas suelen abrir un frente de responsabilidad social, en muchos casos, como una estrategia para el manejo de su imagen. En otros, siguen juiciosamente los parmetros de lo polticamente correcto en la administracin moderna. En el caso de don Arturo Calle la responsabilidad social es un asunto que toca los principios ms entraables de su formacin humana. Tiene unas races claramente catlicas y es por eso que en sus intervenciones, ms que menos, cita pasajes bblicos o alude a principios religiosos. No poda dejar de preguntarle por esa faceta suya. Usted es muy creyente, cierto?

No muy. Lo normal, nada ms. Es que uno no debe ser ni muy para arriba, ni muy para abajo. Uno debe ser normal. La gente normal vive muy bueno, porque mire, si es muy creyente, se vuelve mstico, y eso rezo va y rezo viene. Y no muy creyente, yo creo que uno se est uno fallando a uno mismo, no a Dios. Es que Dios no necesita que uno vaya a misa todos los das, Dios no necesita que uno rece todos los das. Dios necesita que uno sea normal, que cumpla con sus deberes, que respete a los dems, que vaya a su misa, pero no tanto por el rezo, sino por la disciplina de saber que uno tiene un deber y una obligacin que cumplir, por eso voy a misa cada ocho das.

Y se confiesa mucho? No. Me confieso conmigo mismo. No acostumbro mucho la confesin. Vea algo muy simptico me dice, entre risas-. Resulta que, ahora aos, a los nios los acostaban muy temprano, casi a las 6 tenan que estar en la cama. La comida paisa en esa poca, y todava mucho, era frjoles todos los das, o con coles, o con pezua, o con pata de res picada y quedaban ricos. Uno jugaba todo el da en el colegio, pues, todo el da no, pero parte; despus, a hacer las tareas; y despus, ya cansado, pues la comida. Y una comida a las 5 y media o 20 para las 6, eso ya lo dorma a uno, lo funda. Despus de la comida tocaba rezar el Rosario, entonces mis hermanos y este servidor comenzbamos a cerrar los ojos, a cabecear, y mi mam nos deca Eso es el diablo; nos pasaba el dedo as por los ojos, y nos deca se es el diablo que le est pasando la cola por los ojos para que no recen! Si yo no los educo, si no los corrijo, ustedes se van a ir conmigo para el infierno, todos colgados de mi cuello. Me hacen el favor y se me arrodillan todos! Hombre y nos arrodillaban a todos hombre Uno bien chiquito, fundido despus de esa comida, y de rodillas Yo ya adulto le deca a mi mam Mam y por qu no cambiabas de programa, por qu te tenas que ir para el infierno y nos tenas que llevar a nosotros tambin, en vez de escoger ese paseo t sola. Ella se totiaba de la risa... Es que era una gente tan sana, tan sana, tan sana; tan buena, tan buena que ese era su modo de vivir y de actuar y de corregir a sus hijos.

Est muerto de la risa. Cuando pasea por su memoria es como si visitara un carnaval.

A qu santo se le encomienda, don Arturo? Yo me le encomendaba mucho a San Martn de Porres, un santo de color moreno, peruano. l est ah en la Carrera 13 con calle cincuenta y pico Yo quera y quiero mucho al santo, pero con el correr del tiempo dej de visitarlo. Lo que l haca era la labor social y esa s la he practicado, en eso no le he sido infiel al santo. Pero en el rezo, con esa frecuencia que yo tuve ahora aos, s tengo que decir la verdad: me he olvidado mucho del moreno, cosa que no est bien porque la gratitud es lo ms hermoso que debe tener el ser humano.

As me enter de que don Arturo Calle, un colombiano que ha obtenido ms de 30 reconocimientos por su labor empresarial y que maneja el emporio ms exitoso de la moda masculina en Colombia, encomienda su suerte al primer santo negro de Amrica, patrono de los pobres y de los ms humildes de la tierra.

Ya adentrados en temas divinos le pregunto por el tema del que nadie quiere hablar: la muerte. Qu piensa de la muerte?

Este mundo es muy hermoso. Yo soy apegado a la vida, pero entiendo que nos tenemos que morir, as de sencillo. Entonces a m no me da miedo de la muerte, yo he sido feliz ac. Lo nico que no me gustara a m es estar en un hospital o tener una enfermedad prolongada, sufriendo en una cama, viendo la pared del frente Eso me parece muy duro, muy horrible y yo creo que esa no es la finalidad del ser humano. Tampoco estoy muy de acuerdo, aunque respeto, cuando dicen es que esa es la voluntad de Dios que una persona lleve 3, 4 aos sufriendo en una cama, con unos dolores brutales Es que Dios no es se! Dios es un hombre justo! Dios a nadie lo est buscando para ver cmo le pone un castigo y un sufrimiento; y la gente llega y tiene un accidente y dice Ah no, es que esa es la voluntad de Dios. Entonces, hombre, a Dios lo ponen como uno de los seres ms malos Dios no es feliz viendo sufrir a los dems. Yo s le pido a mi Dios, primero, una muerte sin sufrimiento; dos, me encantara un infarto. Tres, me encantara acostarme y el hombre no volvi a respirar por la maana, no se dio ni cuenta. Me encantan las cirugas y me han hecho como quince me dice con una carcajada que ilumina toda la tarde- Cmo? Le gustan las cirugas? le respondo yo, preparndome para recibir alguna de las revelaciones de su filosofa, de su sabidura.

Sabe por qu? Porque en la ciruga, con la anestesia, o usted se muere y no supo, o lo aliviaron y qued bien. Qu dicha! Yo a todo el mundo le digo: Hombre, qu dicha que te van a operar, o queds bien, o te vas y no supiste, eso es una delicia me dice mientras se retuerce de la risa en su silla de presidente-.

A quin cree que le va a hacer ms falta cuando ya no est? le pregunto, mientras le doy tiempo para que se recupere de su ltimo ataque de risa-. Bueno, a los hijos, pues, eso es lgico cuando uno ha sido buen padre; a la esposa, pues lgico tambin. Pero yo creo que a los que ms falta les voy a hacer es a los empleados A ellos se les respeta, viven muy bien, se les ha ayudado mucho en el aspecto de vivienda, de salud, de todo, para que vivan con dignidad. Por eso yo creo que este servidor les va a hacer falta, por el afecto que me han tenido y que me han demostrado siempre. Y al resto tambin le voy a hacer falta.

Y qu va a hacer cuando se jubile? siento gran curiosidad; no logro imaginar una respuesta posible-. Pues nada, porque no me voy a jubilar nunca. No pienso jubilarme ni a la hora de la muerte, porque pienso levantarme a espantar Como dicen los nios: me espant el chucho -otro ataque de risa-.Cuando sal de su oficina me senta desconcertada. Esa impresin de haber encontrado reunidos el poder del dinero y la frescura de una sensibilidad genuina en el mismo hombre. Record un pasaje de Garca Mrquez: no haba nadie con ms sentido prctico, ni picapedreros ms empecinados, ni gerentes ms lcidos y peligrosos que los poetas.***

Como lo dijo en su momento el escritor Roberto Palacio: De alguna manera que no puedo explicar, Arturo Calle es lo ms noble que ha producido el colombiano de a pie.. Tiene toda la razn. Su modelo empresarial, que algunos consideran de la vieja escuela, resulta incomprensible para muchos, e imposible para otros, slo por una razn: no est guiado por la ley salvaje del mximo beneficio al menor costo. Increble que lo llamen de vieja escuela, si corresponde a principios ultramodernos como la teora de juegos y el equilibrio de Nash. Don Arturo, con su modelo, ha combinado a su modo la aritmtica con la bondad.Como no se endeuda con nadie, ni paga ningn tipo de arriendo, y como todo lo paga de contado, ha logrado rebajar costos y trasladarle ese beneficio al cliente. Por eso puede ofrecer una ropa de calidad internacional a un precio que buena parte de los colombianos puede pagar. Toma de esa transaccin una utilidad razonable y reinvierte en su compaa; con eso asegura la continuidad del modelo. Tan eficaz es el esquema, que Arturo Calle es una de las pocas empresas que ha pasado por en medio de las crisis financieras ms graves de nuestra historia, sin que se le desacomode un pelo.El ahorro para l no es obra del clculo, ni expresin de un carcter constreido, sino la declaracin de una tica inquebrantable. El ahorro es una virtud en su forma de ser y hacer, una prueba de fuego para templar el carcter y condimentar el sabor de los logros. As se lo ensearon y as lo aprendi.

Indudablemente Arturo Calle es una de las reservas morales de Colombia. Un hombre ntegro que se forj a s mismo a punta de conviccin y de trabajo. Un hombre que le ha dejado al pas una huella donde ms se siente: en la dignidad. Un hombre que se queda en el corazn, no por sus xitos empresariales, sino por su particular manera de hacer pas. Y por esa risa que disipa cualquier duda sobre su grandeza. Esa risa que marca: la firma de un hombre feliz.