CRONICA

TOMA DE POSESION DEL NUEVO DIRECTOR DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA,

DR. HECTOR R. ACURA

Un acontecimiento de relevancia ocupa hoy nuestras páginas; se trata de la toma de pose- sión al cargo de Director de la Oficina Sani- taria Panamericana por parte del Dr. Héctor R. Acuña.

Todo hecho trascendental abre un parén- tesis en el cual tienen cabida las expectativas, las esperanzas, los esfuerzos renovados, la expresión de anhelos vitales.

La Organización toda ha asistido a esta ceremonia, con la que inicia una nueva etapa en su vida jalonada de luchas y éxitos.

El Dr. Héctor R. Acuña ha sido electo Director de la OSP, y tiene ante sí la difícil tarea que conlleva toda conducción, cual es regir los destinos de una institución de la talla de la OSP y convertirla en paradigma de los demás organismos internacionales.

La ceremonia de asunción del cargo tuvo lugar en el Salón de Conferencias bajo la presidencia del Dr. Enrique Aguilar Paz, Minis- tro de Salud Pública y Asistencia Social de Honduras y Presidente de la XIX Conferencia Sanitaria Panamericana. Contó con la pre- sencia de autoridades internacionales y funcio- narios de la Organización.

Ocuparon la Mesa de Honor los siguientes oradores, quienes hicieron uso de la palabra en este orden: el Dr. Aguilar Paz; el Dr. David Tejada de Rivero, Subdirector General de la Organización Mundial de la Salud; el Sr. Galo Plaza, Secretario General de la Organización de los Estados Americanos; el Dr. Abraham Horwitz, Director saliente de la Oficina Sani- taria Panamericana, y el Dr. Héctor R. Acuña, Director Electo de la Oficina Sanitaria Paname- ricana. Se encontraban presentes asimismo el Dr. Renaldo Guzmán Orozco, Subsecretario de Salubridad de México; el Dr. Roberto Pereda Chávez, Presidente del Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud; el Sr. Casper Weinberger, Secretario de Salud, Educa- ción y Bienestar de los Estados Unidos de América; el Sr. Antonio Ortíz Mena, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo; el Excelentísimo Sr. Rafael de la Colina, Embaja- dor de México ante la OEA; el Dr. Charles L. Williams, Jr., Director Adjunto de la OSP, y el Dr. Alfredo Arreaza Guzmán, Subdirector de la OSP. Pusieron una nota cálida a la ceremonia la presencia de la Sra. de Acuña, la Sra. Elena García de Guerrero, la Sra. de Horwitz, la Sra.

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de Williams, y la Sra. de Plaza. “que en la vida de un hombre no vale ser Asistieron además el Cuerpo Diplomático de

América Latina, el Caribe, Reino Unido, Reino Director de una institución, no vale ser polí-

de los Países Bajos, Francia, Canadá y una tico, ni artista, ni fdósofo; lo que cuenta en la

Delegación de Funcionarios de Salud Pública vida de un hombre es la acción de su trabajo,

de México. la conciencia de su trabajo, la fe que tenga en su trabajo”, y continuó con una paráfrasis de

La ceremonia también se vio honrada con lo que dijera su maestro chileno antes de la presencia del Dr. Fred L. Soper, Director morir: “debes aplicarte al trabajo y al estudio, Emérito, quien, en su paso por la Organi- porque ellos otorgan los frutos de la auténtica zación al frente de la Oficina Sanitaria satisfacción y bienestar. Disciplina una volun- Panamericana desde 1947 a 1959, ha marcado tad firme, porque con ello, te harás dueño de rumbos a través de su contribución tesonera, tus actos. Debes ser un hombre más de acción disciplinada y ejemplificadora. que locuaz, porque las palabras son bien o mal

El Dr. Aguilar Paz manifestó en su discurso interpretadas, según la intención del que las

El Dr. Héctor R. Acuña en momentos de prestar juramento, el 31 de enero de 197.5

Yo, Héctor Rubén Acuña, prometo solemnemente ejercer con toda lealtad, discreción y conciencia las funciones que se me han confiado como Director de la Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud; desempeñar esas funciones y regular mi conducta guiado solamen te por los intereses de la Organización, y no solicitar ni aceptar instrucciones, en lo que respecta al cumplimiento de mis deberes, de ningún gobierno ni de o tm autoridad que le sea ajena.

El Dr. Acuña, habiendo ya pl el juramento de Director de 1

se dirige a la concurre pronuncia el primer d

de su ma

El Dr. David Tejada de Rivero en los momentos de pronunciar su discurso. Los demás miembros de la Mesa de Honor (de izquierda a derecha): el Dr. Guzmán Orozco; el Sr. Galo Plaza; el Dr. Acuña; el Dr. Aguilar Paz; el Dr. Horwitz, y el Dr. Pereda.

Recepción en la Rotonda. El nuevo Director, acompañado de su señora esposa, recibe felicitaciones de distinguidas personalidades que asistieron a la ceremonia.

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escuche. Debes saber tomar una determinación sin elegir aquella que alague a tu vanidad, porque ello te inducirá a cometer un error. Debes cultivar la paciencia y el orden, pues de ellos emanan la fuerza creadora, la armonía y la belleza. Aprende a dominar el miedo y habrás derrotado a la inseguridad y a la angus- tia; no seas egoísta pretendiéndolo hacerlo todo, trabaja con tu equipo y con tu comuni- dad y así aprenderás a ayudar a educar y a amar a la criatura humana que participa per- pleja del drama de la vida”. Instituyéndose en portador de la voz de los pueblos de América, exhortó al Dr. Acuña diciendo, “sólo hay un camino, triunfar en su cargo”, y dirigiéndose al Dr. Horwitz expresó “nuestra más profunda gratitud por lo mucho que ha hecho por nosotros”.

El Dr. David Tejada de Rivero pronunció una alocución en la que saludó y formuló votos de éxito en la gestión que inicia el nuevo Director de la Oficina.

A continuación el Dr. Tejada puntualizó la circunstancia especial que vivimos en las Amé- ricas y en el mundo, a la que asistimos no sólo como testigos de un proceso de cambio, sino como actores, y por lo tanto estamos sujetos a la responsabilidad de nuestra partici- pación. Lo que buscamos es “en última instan- cia, la conformación de un nuevo hombre, más humano, más digno, más capaz de utilizar la naturaleza y su inteligencia para su propio perfeccionamiento y no para su propia des- trucción”. Luego se refirió a la significación que dio origen a los organismos internacio- nales, los que deben redoblar sus esfuerzos para acortar la brecha que divide a la huma- nidad entre “ricos y pobres, desarrollados y subdesarrollados, privilegiados y abando- nados”. Esa lucha, dijo, debe “traducirse en acciones concretas”; he ahí “el reto de la Organización Mundial de la Salud”. Reconoció en el Dr. Acuña todos los atributos esenciales para “cumplir exitosamente esta nueva etapa en la vida de la Organización”. Por último fue el portador del encargo especial del Sr. Direc- tor General de la Organización Mundial de la Salud quien, por su intermedio, ofrece todo

“su apoyo para que su gestión sea más exitosa”.

Acto seguido, el Sr. Galo Plaza felicitó al Director Electo de la OSP y manifestó que el Dr. Horwitz deja en manos del Dr. Acuña un “organismo vigoroso y dinámico”. Asimismo puntualizó que con la nueva administración de la OSP se iniciará el examen del acuerdo vigente entre dicha Organización y la OEA. Manifestó el deseo que el nuevo acuerdo dé oportunidad para “explorar otros caminos que puedan contribuir a fortalecer aún más la ya excelente colaboración entre nuestros dos organismos”. Y finalizó sus palabras haciendo “votos por el buen éxito de la administración que se inicia” ofreciendo la plena colaboración de la Secretaría General a su cargo.

Todos los oradores mencionaron la labor señera que había llevado a cabo el Dr. Horwitz y dejaron testimonio de su agrade- cimiento.

El Dr. Horwitz se dirigió al auditorio hacien- do mención al objetivo que se había propuesto, “humanizar el desarrollo económico”. Su lucha por reafirmar ese nuevo humanismo en el que “domine la libertad de pensar, de sentir y de actuar” y que “reconozca genuinamente la igualdad de los seres humanos ante las oportu- nidades que cada sociedad ofrece en su evolu- ción”, parecía difícil de llevar a un plano de realidades. Despertar una conciencia de planifi- cación en escala nacional y continental, promo- ver la participación comunitaria, movilizar a habitantes, instituciones y gobiernos para dar solución al problema del agua, estimular el origen y la dinámica de nuestros propios proble- mas continentales, activar la participación del estudiante universitario en la observación y el análisis, en el hospital y en el medio social, otorgarle prioridad a los objetivos de salud por lo que toca a la restricción del crecimiento demográfico, son todas conquistas que dimanan del esfuerzo y la constancia con que se enca- raron los problemas.

El Dr. Horwitz finalizó diciendo que las instituciones son el producto del esfuerzo de muchos, tanto los que se destacan como los que labran silenciosamente el presente y el porvenir.

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Después de prestar juramento, el Dr. Acuña pronunció un discurso en los siguientes términos.

“Considero mi deber, en este momento solemne en que acepto ante ustedes la delicada encomienda de dirigir, en los venideros cuatro años, los complejos destinos de la Oficina Sanitaria Panamericana, dar fe que estoy consciente, y por ello lo declaro sin ambages, de que mi nominación, producto de una elección limpia y democrática, no sólo se debe a los méritos que pudiera tener mi modesta persona, sino en proporción muy alta, a los innegables que posee mi país natal quien, con base en una lucha permanente de superación, venciendo día a día obstáculos que en ocasiones se antojarían insuperables, ha ido conquistando objetivos preciosos para el bienestar de su pueblo, entre ellos los que a la salud individual y colectiva directamente se refieren. En efecto, y para citar sólo los logrados en estos últimos cuatro años bajo el gobierno del Presidente Lic. Luis Echeverria-sin olvidar de ninguna manera los alcanzados en épocas anteriores, que no señalaremos para no hacer demasiado larga esta exposición- nos complace recordar la primera Convención Nacional de Salud, de la que se derivó el Plan Nacional de Salud del que se esperan muchos y muy buenos resultados para la superación del mexicano; la creación de la Subsecretaría para el Mejoramiento del Ambiente; la redacción y promulgación del nuevo Código Sanitario; la producción y distribución de vacunas y otros productos biológicos; las campañas masivas de inmunización, y para no cansarlos a ustedes con una enumeración que pudiera parecer excesiva, debemos citar también, con agradecimiento, la distinción que a México han conferido la mayoría de los países civilizados del mundo, al seleccionarlo para celebrar en él, en sus instalaciones y bajo el amparo de su libertad democrática, la mayor parte de los congresos internacionales que, en todas las ramas del extenso campo de la medicina, se han celebrado en los últimos años.

“Todo lo enumerado, sentimos que ha influido en el ánimo de las naciones que nos han dado la distinción de su voto favorable, para llevarnos hasta este alto sitial de honor y a la vez de responsabilidad suma en el que, ya desde un plano absolutamente internacional, un médico mexicano pugnará con todo lo que tiene y vale, para servir con limpieza, con efectividad y con todo el humanismo que sea menester, a la salud de las personas que viviendo en cada uno de los países que se unen dentro de la Oficina Sanitaria Panamericana, requieren de continuos procedimientos adecuados para conservar y recuperar ese bien inmarcesible que es la salud, paso obligado sin el cual esa productividad que los Gobiernos piden para redondear la prosperidad integral de los pueblos y del mundo seguirá siendo sólo eso, simplemente una utopía inalcanzable y peligrosa.

“Entendemos que es de nuestro deber citar, para agradecerla muy sinceramente, la satisfacción íntima y muy sentida que nos da esta designación, una de las más altas para los que por muchos años hemos dedicado todos nuestros afanes e ilusiones a luchar contra la insalubridad, designación que nos permitirá rematar dignamente nuestra carrera sanitarista de 27 años al servicio de la salud de México, de la Organización Mundial de la Salud y de la Oficina Sanitaria Panamericana.

“El contacto permanente que hemos tenido durante ese tiempo con los problemas del Continente, que nos ha permitido el conocimiento de los intereses y las necesidades de los Gobiernos de nuestra América, permitirá que nuestra gestión contribuya a dar ese paso adelante que será para todos esos Gobiernos Miembros de la Organización

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Panamericana de la Salud, un punto de partida para conseguir en forma efectiva y sobre terreno seguro, esa infraestructura indispensable sobre la cual pueda construirse la felicidad del hombre americano.

“De la más alta justicia, cuya omisión invahdaría la solemnidad de este acto y opacaría la buena fe y la sinceridad del que habla, es el recordar la gigantesca labor desempeñada a lo largo de 16 años por nuestro predecesor, el gran sanitarista y administrador emérito, el Dr. Abraham Horwitz; su dedicación con visos a veces de heroica entrega, su visión clara, certera y oportuna para aplicar la solución correcta y posible a los problemas numerosos que encaró en su dilatada gestión, hacen de este hombre singular un verdadero adalid de la salud del Continente y hacen el título de Director Emérito, que por unanimidad le fue otorgado, una de las preseas más merecidas que funcionario alguno haya obtenido. Permítaseme que en este momento para mí inolvidable y, desde esta tribuna, una de las más prestigiadas de la medicina contemporánea, yo le asegure al Dr. Horwitz, que uno de mis anhelos más fervientes es el de merecer, cuando me llegue la hora de abandonar el puesto, los mismos parabienes y elogios que a él, por el recto cumplimiento de sus deberes, se le han otorgado. La actuación del Dr. Horwitz se convierte así en un estímulo que nos hará poner todo nuestro esfuerzo, y aún más si es posible, para superar el reto que él nos deja. Pero, y aquí acude a nosotros una reflexión que nos preocupa: ¿Podrá el trabajo que se haga en el futuro alcanzar la eficacia de la gestión pasada con el fin de igualar y aún, que eso sería lo ideal, de superar su capacidad laboral y sus realizaciones?

“Entendemos que, de acuerdo con la cada vez más complicada problemática sanitario-asistencia1 de nuestros y de los futuros tiempos es necesario para lograrlo, pensar, con la mesura y el sentido de la realidad que ello exige, en la estructuración de un equipo que, rodeando a la Dirección, ayude a esta a idear objetivos y a suplir y mejorar procedimientos para que a través de un proceso de investigación primero y de ejecución después, hagan posible que tales objetivos sean a la vez los verdaderamente necesarios y los que encuentren posibilidades reales para ser alcanzados. A conseguir, mediante un esmerado y desapasionado proceso de selección, la conjunción de ese equipo docto y equilibrado, nos dedicaremos sin descanso, constituyendo tal labor uno de nuestros primeros pasos en el largo camino que nos queda por recorrer como Director de la Oficina Sanitaria Panamericana.

“Repetimos aquí por procedente, 10 que ya en alguna otra ocasión hemos asentado, que nuestro propósito es crear un clima de tal manera organizado que permita, a la luz de la sensatez y del estudio, introducir cambios en consonancia con los tiempos en que vivimos, cambios que comprendan, en escala de ascendencia constructiva, estudios y estrategias para reducir la morbilidad y la mortalidad de las infecciones entéricas, que refuercen el Plan Decenal de Salud y que, si es posible, resuelvan problemas ancestrales, tan antiguos como el suministro de agua, el saneamiento del medio, el control de la fauna nociva, los programas para la fabricación, manejo, distribución y consumo higiénico de alimentos, y programas coordinados para prevenir y tratar eficientemente ese viejo problema que entre nosotros constituye la presencia de las infecciones entéricas.

“Estamos de acuerdo enteramente con las palabras del Dr. Mahler, de que se deben introducir en el trabajo de la Oficina Sanitaria Panamericana fórmulas innovadoras a lo bueno que ya se ha hecho y aún otras que, siendo nuevas, conduzcan las acciones hacia problemas vitales cuya solución es en extremo urgente-la salud permanente del campesino y la acción sensata y respetuosa, para introducir por cauces convenientes y humanos, medidas para refrenar el crecimiento de la población.

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“Lo que se ha hecho, importante y básico, debe servir y desde luego ya nos está sirviendo, como permanente estímulo para pensar y ponernos a trabajar en lo que queda, en lo mucho que queda por hacer, y sólo así en ese sentido camino de superación y de apego a la línea realista del deber podremos obtener lo que esperamos sea nuestro logro máximo: hacer de la Oficina Sanitaria Panamericana, empresa modesta en sus principios, una gran organización compleja y eficiente, que a permanencia y utilizando procedimientos científicos y humanísticos constantemente perfeccionados, se dedique a resolver, en la amplia medida de lo posible, los problemas resultantes de esa lucha inacabable, la más importante para la historia del hombre, que está para siempre planteada entre la vida y la muerte.

“Con ustedes, compañeros, con su ayuda y con su simpatía, seguros estamos de lograr tales propósitos.

“Muchas gracias.”