Cruz, el respaldado

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Cruz, el respaldado Un día con... ¡¿Ya está lista la camiseta de ASI?! Fue lo primero que dijo Álvaro Cruz cuando entró en la camioneta. Estaba agitado. El helicóptero que lo trasladaría a Villeta desde Fusagasuga, llevaba varios minutos aguardándolo y el otro acto de campaña no se hacía esperar. El retraso era inminente y herir sensibilidades era fácil. El peso de los cuatro avales: Conservador, Liberal, de la U y de Cambio Radical; y el de las dos alianzas: ASI y MIO se sentía sobre sus hombros. Los compromisos con los colores y las banderas de cada uno eran más notorios a cada segundo. - ¡Está arrugada! – respondió el escolta – ¿Le paso la morada?, esa es la neutral - continuó. El candidato a la Gobernación de Cundinamarca asintió mientras luchaba para quitarse la camisa de la U que llevaba puesta; ahora el asiento del copiloto de la Toyota Prado color beige que lo movilizaba era un improvisado vestier. Este domingo de correría, la camioneta se movía a toda marcha escoltada por una patrulla de la policía. Pero los cinco minutos que existían desde el Club de Comercio de Fusagasugá al estadio municipal parecían eternos. El clima era húmedo y existían

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Un día con el candidato Álvaro Cruz.

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Cruz, el respaldado

Un día con...

¡¿Ya está lista la camiseta de ASI?! Fue lo primero que dijo Álvaro Cruz cuando entró en la camioneta. Estaba agitado. El helicóptero que lo trasladaría a Villeta desde Fusagasuga, l l e v a b a v a r i o s m i n u t o s aguardándolo y el otro acto de campaña no se hacía esperar. El retraso era inminente y herir sensibilidades era fácil.

El peso de los cuatro avales: Conservador, Liberal, de la U y

de Cambio Radical; y el de las dos alianzas: ASI y MIO se sentía sobre sus hombros. Los compromisos con los colores y las banderas de cada uno eran más notorios a cada segundo.

- ¡Está arrugada! – respondió el escolta – ¿Le paso la morada?, esa es la neutral - continuó.

El candidato a la Gobernación de Cundinamarca asint ió mientras luchaba para quitarse

la camisa de la U que llevaba puesta; ahora el asiento del copiloto de la Toyota Prado color beige que lo movilizaba era un improvisado vestier.

Este domingo de correría, la camioneta se movía a toda marcha escoltada por una patrulla de la policía. Pero los cinco minutos que existían desde el Club de Comercio de Fusagasugá a l estadio municipal parecían eternos. El clima era húmedo y existían

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probabilidades de que el helicóptero no pudiera despegar.

– Páseme la camiseta así esté arrugada. Me voy a poner encima la morada – dijo Cruz cuando sólo restaban una cuadras para llegar al estadio. El escolta atendió la solicitud y se apresuró a planchar la prenda con las manos.

Cruz tenía claro que cualquier error era sinónimo de discordia y que ese era un lujo que uno de los candidatos con más avales en el tarjetón, no se podía dar. “Los colores son un detalle celosamente cuidado en la campaña, nadie debe sentirse opacado, desplazado y mucho menos ofendido. Cada lugar tiene su candidato y cada candidato su color”, diría horas después.

Cuando la camioneta se detuvo el capitán de la aeronave alzó las manos en señal de aprobación. Eran las 4:30 de la tarde, hora de abordar. El cielo despejado no podía desaprovecharse.

“Uribe no va a llegar”

El domingo 18 de septiembre, el día de campaña de Álvaro Cruz había comenzado pasadas las 11 de la mañana en Bogotá. A esa hora, el aspirante recibió la noticia de que la comitiva encabezada por el ex presidente Álvaro Uribe y que incluía a los senadores Juan Lozano y Carlos Ferro, iba camino a Fusagasugá.

La llamada apresuró la agenda, la camioneta que lo esperaba a la entrada de la iglesia del Colegio Santa Clara junto a sus dos escoltas y la jefe de prensa, recibió la orden de salida. Como tenían solo una hora y media para llegar a Fusagasugá, decidieron tomar camino por Sibaté.

Durante la primera mitad del trayecto, Cruz saludó a través de Todelar a los deportistas de Soacha, habló vía telefónica en un acto de género que lideraba Cambio Radical en Chía y le hizo campaña al candidato a la

3 millones y medio

es el precio promedio del alquiler por hora de un helicóptero.

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alcaldía del municipio por esa colectividad.

De camino, el clima se opacó. La neblina cubría las calles de la carretera y las dudas sobre la llegada de Uribe al municipio empezaron a salir a flote. - El helicóptero de Uribe no va entrar así, todo se va a retrasar- especulaba el candidato.

Faltaban 10 minutos para la una de la tarde cuando la camioneta de Cruz llegó a la entrada del Club del Comercio en Fusagasugá. Las patrullas de la policía que la escoltaban se parquearon para hacerle paso, pero los seguidores de Uribe que hacían fila impacientes, no dieron espacio. A pesar de que casi dos mil personas se habían inscrito en la sede de la U para lograr un cupo, sólo 900 lo obtuvieron.

De no haber sido por sus escoltas y su séquito de asistentes, Cruz habría pasado desapercibido en medio de la multitud que opacaba los pendones de los candidatos de la U a la entrada del club.

Mientras la papayera competía inútilmente con los bafles que a todo volumen reproducían las cuñas electorales, la policía intentaba mantener calmados a los espectadores, cuando la prensa se abalanzó sobre los políticos.

- Ya llegó Uribe, Ya llegó Uribe- se escuchó varias veces. La gente se alborotaba en vano pues a esa hora, 1:30 pm, el helicóptero que traería al ex mandatario aún estaba en Bogotá, peleando con el clima para despegar. Alfonso Ortiz, era uno de los entusiastas. Con 78 años se aventuró a asistir a la reunión para contarle al ex presidente su desgracia. “Llevo 15 años sin recibir pensión, el Estado no me paga y ahora vivo en un ancianato. ¿Será que si hablo con ellos, le dicen a Uribe que lo estoy buscando para que me ayude?”

Así como Alfonso Ortiz,decenas de fusgasugueñosasistieron a la reunión políticapara perdirle a Uribe que los ayudara con sus problemas.

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En la foto: Carlos Ferro, Juan Lozano,

Álvaro Cruz y algunos entusiastas de la

campaña.

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micrófono animaba a la gente para que con aplausos recibiera a los líderes de la colectividad y al candidato a la gobernación.

Antes de subir a la tarima Álvaro Cruz se detuvo para registrar el clásico momento proselitista: saludar a una anciana en silla de ruedas. La fotografía se realizó tres veces porque el Blackberry de la encargada de las redes sociales funcionaba torpemente. El camarógrafo de la campaña también capturó el momento.

El anuncio de la llegada de Uribe desató más euforia que la de Cruz. Los asistentes querían sí o sí estrechar la mano del ex mandatario y se fueron en masa contra las bardas de contención que la policía había puesto en el camino que dirigía a la tarima.

Los guardias de seguridad se abrían paso bruscamente: empujones a la prensa, a los seguidores del político y a uno que otro policía, marcaron la llegada del 'Padre de la U' al auditorio del Club. Hasta dos mujeres que habían ingresado desde las 10 de la mañana, se pelearon con un camarógrafo local, e indignadas gritaban que se quitara para ver y saludar a “nuestro presidente”.

Una vez Uribe subió a la plataforma inició la ceremonia. El himno nacional, los saludos de rigor y las palabras del maestro de ceremonias le dieron paso a los candidatos, quienes en cada frase se deshacían en halagos hacía el ex presidente.

Uribe sentando en la mitad de la mesa se limitaba a devorar un pedazo de pastel y a intercambiar una que otra frase con Juan Lozano, siempre a su derecha. A la izquierda, Carlos Daza no detuvo su atención.

Por eso cuando el aspirante a la Alcaldía habló, aprovechó para contarle a Uribe que en el anterior acto de campaña le robaron el celular a él y al mismo Cruz. El

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candidato a la gobernación a su turno, en su rápida intervención y luego de las adulaciones uribistas, habló de los problemas de segur idad que aquejan al municipio y les prometió a los fusagasugueños atenderlos.

Y es que en Fusagasugá, el 30% de sus habitantes según estudios de la Cámara de Comercio de Bogotá, sienten que su barrio es inseguro. El raponeo y las pandillas, son una problemática en crecimiento.

Ya eran las 4:00 p.m. y faltaban solo 15 minutos para que aterrizara el helicóptero que llevaría a Cruz hacia Villeta,

municipio en el que lo esperaban para apoyar al candidato de la Alcaldía por la Alianza Social Independiente, ASI, Jhon Morera. Era un deber más, pues esa colectividad se unió a su campaña hace pocas semanas. Cruz no ocultaba su afán, miraba el reloj muy seguido.

Pero faltaba la intervención de Uribe que se tomó el trabajo de saludar uno a uno a los 116 candidatos de la U a los respectivos municipios de Cundinamarca. Cruz no pudo esperar a que se terminara lo que pintaba como un extenso consejo comunitario. Salió fugazmente del recinto.

“El candidato también es Conservador”

Cuando el piloto del helicóptero extendió las manos en señal de aprobación, Cruz corrió hacia la a e r o n a v e j u n t o a s u camarógrafo. Se ajustaba rápidamente su camisa morada. Sabía que el equipo de campaña que lo apoyaría en Villeta, ya lo estaba esperando allí.

20 minutos duró el vuelo hacia el municipio, que desde hace varios años espera la construcción del acueducto. Allí las plantas de agua no dan abasto y mientras la población crece, el problema sanitario es mayor.

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En la rivera del río Villeta ya estaba organizado el mitin del aspirante de ASI a la Alcaldía, John Morera. Mientras el joven candidato impaciente aguardaba la llegada de Cruz, los cerca de tres mil asistentes que lucían sombreros y ponchos con su nombre, disfrutaban de la música y del ambiente festivo.

El aterrizaje del helicóptero en el estadio municipal fue recibido con pólvora y agasajos.

-Póngase el chaleco por el lado Conservador, no olvide que también tiene el apoyo de ese partido – le dijo la asistente personal antes de que Cruz pasara en medio de la multitud.

Ser el candidato que más respaldo tiene no solo ha hecho que entre su indumentaria cotidiana cargue camisetas de todos los colores y hasta chalecos de doble faz. También ha provocado que sus contendores en Cundinamarca hayan decidido unirse: Everth Bustamante del movimiento c i u d a d a n o " Ú n e t e p o r Cundinamarca", y Carlos Delgado del PIN, anunciaron que pondrán en marchan una encuesta para definir un aspirante único que le haga verdadero peso a todos los respaldos que Cruz consiguió. Sienten que pueden vencer la maquinaria de la mentada Unidad N a c i o n a l . Ta m b i é n u n movimiento por el Voto en blanco , i m p u l s a d o p o r e l P o l o Democrático está haciendo lo propio.

En la campaña de Cruz se sienten tan sobrados, que las estrategias para aminalar a la competencia, no son un tema de discusión. Es más, dicen que el candidato Bustamante será demandado por

hacer uso del logo del partido de la U en sus vallas, aunque lo haya modificado ligeramente.

Promesa: el acueducto

La pólvora estallaba mientras Cruz avanzaba en medio de la multitud, todos querían saludarlo o tomarse una foto con él. Por fin era dueño del protagonismo que Uribe le quitó en Fusagasuga.

- Un saludo fraternal para el próximo gobernador de Cundinamarca- dijo

entusiasta e l maestro de ceremonias.

El discurso cambió en esta ocasión. Los halagos a la seguridad democrática y a las dos administraciones de Uribe, cambiaron por una verborrea dedicada a la independencia a la hora de gobernar y a la impor tanc ia de la nueva generación de dirigentes a la alcaldía.

La promesa de la construcción del acueducto fue el tema que despertó la euforia de los asistentes, quienes levantaban sus cervezas para brindar. Después de varias horas de reunión pocos conservaban la sobriedad. De hecho, uno de los asistentes se cayó al río, pero solo los de la última fila de la empedrada calle, se percataron. La Defensa Civil llegó una hora después.

En la tarima Cruz aguardaba el

Hay días de campaña en los que Cruz tiene

que realizar hasta nueve cambios de

camisa.

El acto de campaña en Villeta

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discurso de Morera, quien recibiría su espaldarazo como acto final de la reunión de campaña. La agenda era lenta, cada aspirante al concejo quería tomar la palabra y hacerse notar.Cuando finalmente el candidato de la ASI a la alcaldía de Villeta, se apropió del micrófono, ya eran las 7 p.m. Su discurso fue corto. Ya algunas personas se habían ido y otras tantas no podían mantener el equilibrio, así que lo importante era agradecer a su invitado.

- Gobernador, con mi administración Villeta va a ser un nuevo municipio. Siempre será bienvenido- concluyó Morera mientras le daba a Cruz un abrazo y un apretón de manos.

Cruz bajó de la tarima y se montó esta vez en una Toyota Prado gris con destino a Bogotá. El lunes le esperaría una jornada igual: una correría por otros dos municipios y múltiples cambios de camiseta. Al fin y al cabo en su campaña, su misión multipartidista es agradarle a todos.