CS 3643-2010 Precario, Contra Dda Reconven Procede Alegar Existencia Accesion Mueble a Inmueble

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Fallo: 3.643-10.- SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: Santiago, cinco de septiembre de dos mil once. VISTO: En estos autos Rol Nº 19.474-2006 del Vigésimo Segundo Juzgado Civil de Santiago, sobre juicio ordinario de restitución de mejoras, don Guillermo Páez Ortega dedujo demanda en contra de Sociedad Agrícola San Francisco de Chiñihue Limitada, representada por don Hernán Ovalle Pérez. Expuso el actor que la demandada accionó de precario en su contra, en causa Rol Nº 2219-1999 substanciada ante el Décimo Octavo Juzgado Civil de Santiago, respecto del inmueble ubicado en calle Sazié Nº 2196 de la comuna de Santiago y, por sentencia definitiva ejecutoriada, se acogió la demanda, ordenándose a su parte la restitución del bien raíz dentro del término de veinte días, contados desde la fecha de notificación de la sentencia. Con relación a ese litigio anterior, el demandante manifestó haber salido del país en la década de 1980, dejando un mandato amplio de administración a su cónyuge, quien traspasó el inmueble en mención a un cuñado y éste, a su vez, lo transfirió a la demandada. De esa forma -añadió-, al volver a Chile, de haber sido dueño, pasó a ser simple comodatario. El demandante señaló que, no obstante la enajenación del inmueble, nunca dejó de ser tenedor del mismo junto a su familia, habiendo efectuado diversas mejoras en esa propiedad con una inversión que supera los $40.000.000, consistentes en la construcción de un muro divisorio con el inmueble colindante, también, de una caseta para balones de gas y diversos muebles; instalación de red de gas licuado con diversas conexiones; instalación de cerámica, entre otros. Afirmó que las mejoras con las que cuenta en la actualidad, el inmueble tiene un avalúo fiscal de $50.281.547, mientras que su valor comercial asciende, aproximadamente, a $150.000.000. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 2191 del Código Civil, solicitó que se declare que el demandado debe restituir a su parte el valor de las mejoras en referencia, ascendente a la suma de $40.000.000 o aquélla que determine el tribunal, con costas. La demandada, contestando, solicitó el rechazo de la acción dirigida en su contra, argumentando al efecto, en primer término, que la demanda es improcedente e infundada, por tener fundamentos que no son efectivos, toda vez que la contra parte ocupa el inmueble como simple precarista, por lo que carece de derecho y acción en lo pertinente a los artículos 2191 y 2193 del Código Civil, pues precisan de una fuente que no concurre en este caso: un contrato de comodato o de comodato precario. Seguidamente, alega que las mejoras de cuya restitución tratan los autos son inexistentes y, en subsidio, para el caso que se determine que las obras existieren, adujo que la demanda debe ser, igualmente, rechazada, debido a que ninguna de aquéllas tuvo ni tiene el carácter de mejoras necesarias y urgentes, pues no se requería de ninguna de ellas para el uso normal del inmueble. Sostuvo que el de marras es un caso de accesión de mueble a inmueble, efectuada sin conocimiento del dueño, aún más, a sabiendas de su oposición, por lo que se aplican al demandante las normas del poseed de mala fe vencido. Todavía en subsidio de esta última defensa, la demandada negó que las obras referidas por el actor tengan un valor de $40.000.000. Por sentencia de uno de abril de dos mil nueve, escrita a fojas 135, dictada por la señora Juez titular del tribunal aludido en el primer párrafo, se acogió la demanda principal, sólo en cuanto se declaró la obligación de la demandada de pagar a su contra parte la suma de $20.000.000, por concepto de mejoras. Apelado ese fallo por ambos litigantes, una de las Salas de la Corte de Apelaciones de esta ciudad, en sentencia de cinco de abril del año pasado, escrita a fojas 197, lo revocó, en cuanto se había acogido parcialmente la demanda principal, rechazándola, en cambio, en su totalidad. En contra de esta última decisión, la parte demandante ha deducido recurso de casación en el fondo. Se ordenó traer los autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que la nulidad sustancial que se postula se sustenta en la vulneración que en concepto de quien recurre se ha producido en la sentencia impugnada de lo dispuesto en los artículos 13, 908, 911 y 2191, todos del Código Civil. Explicando cómo se habrían producido las infracciones normativas que denuncia, el actor expone que la norma aplicable a la controversia planteada en la litis es aquélla del artículo 2191 del Código sustantivo, dado que su parte fue constituida en precarista, en cambio, los sentenciadores estiman aplicable el artículo 669 de dicho ordenamiento, relativo a la accesión de cosas muebles a inmuebles, pero que en nada se aviene con el caso de marras, lo mismo que tampoco se condicen con éste las normas de los artículos 889 y 915 del mismo Código, puesto que de haberlo sido, entonces, se infringe lo normado en el artículo 908 relativo al poseedor 3643-2010 Suprema, sentencia de la corte 01-05-2015 http://iura.cl/jp/suprema/2010/3643.html 1 / 4

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Fallo: 3.643-10.-SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:

Santiago, cinco de septiembre de dos mil once.

VISTO:

En estos autos Rol Nº 19.474-2006 del Vigésimo Segundo Juzgado Civil de Santiago, sobre juicio ordinario de restitución de mejoras,don Guillermo Páez Ortega dedujo demanda en contra de Sociedad Agrícola San Francisco de Chiñihue Limitada, representada por donHernán Ovalle Pérez.

Expuso el actor que la demandada accionó de precario en su contra, en causa Rol Nº 2219-1999 substanciada ante el Décimo OctavoJuzgado Civil de Santiago, respecto del inmueble ubicado en calle Sazié Nº 2196 de la comuna de Santiago y, por sentencia definitivaejecutoriada, se acogió la demanda, ordenándose a su parte la restitución del bien raíz dentro del término de veinte días, contadosdesde la fecha de notificación de la sentencia.

Con relación a ese litigio anterior, el demandante manifestó haber salido del país en la década de 1980, dejando un mandato amplio deadministración a su cónyuge, quien traspasó el inmueble en mención a un cuñado y éste, a su vez, lo transfirió a la demandada. De esaforma -añadió-, al volver a Chile, de haber sido dueño, pasó a ser simple comodatario.

El demandante señaló que, no obstante la enajenación del inmueble, nunca dejó de ser tenedor del mismo junto a su familia, habiendoefectuado diversas mejoras en esa propiedad con una inversión que supera los $40.000.000, consistentes en la construcción de un murodivisorio con el inmueble colindante, también, de una caseta para balones de gas y diversos muebles; instalación de red de gas licuadocon diversas conexiones; instalación de cerámica, entre otros.

Afirmó que las mejoras con las que cuenta en la actualidad, el inmueble tiene un avalúo fiscal de $50.281.547, mientras que su valorcomercial asciende, aproximadamente, a $150.000.000.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 2191 del Código Civil, solicitó que se declare que el demandado debe restituir a su parteel valor de las mejoras en referencia, ascendente a la suma de $40.000.000 o aquélla que determine el tribunal, con costas.

La demandada, contestando, solicitó el rechazo de la acción dirigida en su contra, argumentando al efecto, en primer término, que lademanda es improcedente e infundada, por tener fundamentos que no son efectivos, toda vez que la contra parte ocupa el inmueblecomo simple precarista, por lo que carece de derecho y acción en lo pertinente a los artículos 2191 y 2193 del Código Civil, puesprecisan de una fuente que no concurre en este caso: un contrato de comodato o de comodato precario.

Seguidamente, alega que las mejoras de cuya restitución tratan los autos son inexistentes y, en subsidio, para el caso que se determineque las obras existieren, adujo que la demanda debe ser, igualmente, rechazada, debido a que ninguna de aquéllas tuvo ni tiene elcarácter de mejoras necesarias y urgentes, pues no se requería de ninguna de ellas para el uso normal del inmueble. Sostuvo que el demarras es un caso de accesión de mueble a inmueble, efectuada sin conocimiento del dueño, aún más, a sabiendas de su oposición,por lo que se aplican al demandante las normas del poseed de mala fe vencido.

Todavía en subsidio de esta última defensa, la demandada negó que las obras referidas por el actor tengan un valor de $40.000.000.

Por sentencia de uno de abril de dos mil nueve, escrita a fojas 135, dictada por la señora Juez titular del tribunal aludido en el primerpárrafo, se acogió la demanda principal, sólo en cuanto se declaró la obligación de la demandada de pagar a su contra parte la suma de$20.000.000, por concepto de mejoras.

Apelado ese fallo por ambos litigantes, una de las Salas de la Corte de Apelaciones de esta ciudad, en sentencia de cinco de abril delaño pasado, escrita a fojas 197, lo revocó, en cuanto se había acogido parcialmente la demanda principal, rechazándola, en cambio, ensu totalidad.

En contra de esta última decisión, la parte demandante ha deducido recurso de casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que la nulidad sustancial que se postula se sustenta en la vulneración que en concepto de quien recurre se ha producido en lasentencia impugnada de lo dispuesto en los artículos 13, 908, 911 y 2191, todos del Código Civil.

Explicando cómo se habrían producido las infracciones normativas que denuncia, el actor expone que la norma aplicable a lacontroversia planteada en la litis es aquélla del artículo 2191 del Código sustantivo, dado que su parte fue constituida en precarista, encambio, los sentenciadores estiman aplicable el artículo 669 de dicho ordenamiento, relativo a la accesión de cosas muebles ainmuebles, pero que en nada se aviene con el caso de marras, lo mismo que tampoco se condicen con éste las normas de los artículos889 y 915 del mismo Código, puesto que de haberlo sido, entonces, se infringe lo normado en el artículo 908 relativo al poseedor

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vencido a quien se le reconoce el derecho a que se le abonen las expensas necesarias invertidas en la conservación de la cosa,dependiendo si se invirtieron en obras permanentes o no. En el caso sub lite -continúa exponiendo quien recurre-, tratándose de mejorasnecesarias, el legislador no ha distinguido entre el poseedor de mala o buena fe, limitándose a dicha distinción respecto de las mejorasútiles y voluptuarias, que no son las que ha demandado su parte, pero que lo sentenciadores de la Corte de Apelaciones, con error,califican como tales. Esto último pues, como lo determinaba el juez de primer grado, la mayor parte de las mejoras en comentario sonnecesarias, porque se realizaron para impedir el deterioro o ruina de la vivienda y no con la finalidad de acrecentar su valor comercial; dehecho -sostiene- el informe pericial evacuado en la causa consigna al respecto que "todas ellas responden a alguna necesidad real porsatisfacer y lo hacen adecuadamente, mejorando la habitabilidad", las que luego se describen como "convenientes", estableciendo suvalor en $28.782.000, diferenciándolas expresamente de las que califica como "dudosas" y conceptúa como mejoras útiles, pero de lasque podría haberse prescindido sin perjudicar la habitabilidad del inmueble.

Respecto a la vulneración de lo dispuesto en el artículo 13 del Código Civil, el impugnante expresa que ello ha ocurrido toda vez que lanorma del citado artículo 2191, referida al comodato o préstamo de uso, tiene el carácter de especial respecto de aquéllas contenidasen los artículos 908, 910 y 911 del Código de Bello, de manera que su aplicación al caso de autos implica una infracción a lo dispuestoen el primero de los preceptos en mención.

Se enfatiza en el recurso que la calidad de comodatario del demandante fue determinada por sentencia firme en causa Rol Nº 2219-1999 del Décimo Octavo Juzgado Civil de Santiago.

SEGUNDO: Que el fallo objeto del recurso asienta, como hechos de la causa, que el demandante fue poseedor inscrito del bien sub lite,sin embargo, desde el año 1983, es sólo un mero tenedor del mismo, habiendo construido mejoras entre los años 1999 y 2000 y,finalmente, que fue notificado de la demanda de precario interpuesta en causa Rol Nº 2219-1999 ante el Décimo Octavo Juzgado Civilde Santiago, con fecha 14 de junio de 1999.

Con esos antecedentes, los sentenciadores del tribunal de alzada determinan que el sub lite consiste en un caso regulado en el incisoprimero del artículo 669 del Código Civil, en virtud del cual el demandado está obligado sólo a indemnizar al actor de acuerdo a loprescrito en el título "De la Reivindicación", debiendo considerarse al demandante como poseedor de mala fe y aplicar lo dispuesto enlos artículos 908, 910 y 911 del mismo cuerpo normativo.

Consignan los jueces de segunda instancia que el actor es poseedor de mala fe, por cuanto, las mejoras fueron construidas en años1999 y 2000, en circunstancias que ya el 14 de junio de 1999, el demandante sabía de la existencia de un juicio de precario en su contra,razón por la que definen que este litigante sólo tiene derecho a que se le resarzan las mejoras necesarias, no así las voluptuarias y, encuanto a las útiles, sólo le asiste el derecho previsto en el artículo 910 del Código Civil, esto es, para retirar los materiales de estasmejoras, siempre que pueda separarlos sin detrimento de la cosa.

Del examen del peritaje de autos, apreciado conforme a las reglas de la sana crítica, los magistrados de alzada determinan que,conforme a lo normado en el artículo 911 del Código Civil, las mejoras introducidas por el actor y que el informe describe tienen elcarácter de voluptuarias, dado que no incrementaron el valor venal de la cosa o lo aumentaron, únicamente, en una proporcióninsignificante y, aun cuando fueran entendidas en el carácter de mejoras útiles, el derecho del demandante sólo consiste en el indicadoen el inciso segundo del referido artículo 910.

TERCERO: Que la cita de las disposiciones legales denunciadas por el recurrente, expuestas en el motivo primero y los argumentosesgrimidos en apoyo de sus afirmaciones en tal sentido, tienen por objeto sustentar, en lo medular: 1º.- que, por su especialidad, elprecepto aplicable al presente caso es el artículo 2191 del Código Civil; 2º.- que, en cambio, lo normado con relación al modo de adquirirde la accesión de mueble a inmueble resulta un ámbito ajeno al conflicto sub lite; 3º.- que se han calificado incorrectamente devoluptuarias las mejoras cuya restitución se pide, susceptibles de ser catalogadas de necesarias.

CUARTO: Que lo reseñado en los fundamentos que preceden, pone de manifiesto que el quid de la crítica de ilegalidad dirigida contra lasentencia que se impugna en el recurso estriba en la errónea determinación del estatuto legal aplicable al asunto sub judice que habríanefectuado los jueces del fondo, faltando a la preeminencia que debió asignarse a lo prevenido en materia de mejoras a propósito delcontrato de comodato o préstamo de uso.

QUINTO: Que, como ya se adelantara en la primera parte de esta sentencia, al esbozar el mérito de los antecedentes, el actor encaminóel ejercicio de su acción restitutoria expresando que fue demandado de simple precario en juicio que se zanjó por sentencia,actualmente firme o ejecutoriada, que resultó favorable a las pretensiones de su contra parte -la misma sociedad ahora demandada- y,no obstante ello, apoyó su petición de compensación en dinero por las mejoras introducidas en el inmueble del pleito en lo dispuesto enel artículo 2191 del Código sustantivo, norma atinente al contrato de comodato; tesis que, como también ya se ha visto, mantiene alenderezar el recurso de casación que se analiza.

SEXTO: Que el contrato de comodato o préstamo de uso se encuentra definido en el artículo 2174 del Código Civil, como "el contrato enque una de las partes entrega a la otra gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y con cargo de restituir lamisma especie después de terminado el uso".

Con arreglo a lo prevenido en los artículos 2194 y 2195, inciso primero, del referido ordenamiento, el comodato toma el título de"precario", si el comodante se reserva la facultad de pedir la restitución de la cosa prestada en cualquier tiempo o bien, cuando no sepresta la cosa para un servicio particular, no se fija tiempo para su restitución.

De esta manera, entonces, al acudir a lo dispuesto en el artículo 2191 del citado cuerpo normativo, el actor plantea como una premisa desu acción la existencia de un contrato celebrado con la contraria, en virtud del cual, el primero tendría la calidad de comodatario y esta

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última de comodante con respecto al bien raíz sub lite.

SÉPTIMO: Que, sin embargo y de nuevo volviendo sobre lo ya anotado, del mérito de causa Rol Nº 2219-1999, seguida ante el DécimoOctavo Juzgado Civil de Santiago, que los jueces del fondo tuvieron a la vista al resolver la presente litis, se hizo constar que el ahorademandante fue designado por la poseedora inscrita del bien raíz en mención como simple precarista del mismo, en conformidad a lodispuesto en el inciso segundo del artículo 2195 del Código de Bello, y así lo determinó, a su vez, el fallo firme que resolvió esacontienda; vale decir, como un mero ocupante, sin título que justifique la tenencia, que sólo obedece a la ignorancia o mera tolerancia deldueño. Se trató, entonces, de una hipótesis de conflicto entre el derecho de dominio del actor y una situación material o fáctica en que seencontraba la contra parte.

Empero, como se ha visto, para fundar su pretensión restitutoria de mejoras, el actor -ya calificado de simple precarista- impetra laaplicación del estatuto del comodatario en la materia, figura que, según se desprende de lo apuntado en la sexta motivación, requiere dela existencia de un acuerdo de voluntades formativo de un contrato que, contrariamente, ya se definió en causa Rol Nº 2219-1999 que noexiste, amén que el demandante señor Páez tampoco sustenta en modo alguno. En otras palabras, el actor intenta regirse por lasnormas atinentes al contrato de comodato, pero sin brindar antecedentes concretos del mismo, sin que conste en autos su celebración oque la demandada de alguna manera lo hubiere reconocido.

OCTAVO: Que habida cuenta de esa inexistencia de vinculación jurídica entre los litigantes, constatada en causa previamentesubstanciada y concluida por sentencia ejecutoriada, el fallo impugnado de casación determinó que el de la especie es un caso quedebe resolverse con arreglo al artículo 669 del Código Civil, norma tocante a la accesión de mueble a inmueble y que comprende dosórdenes de situaciones: la primera, referente a la construcción en sitio ajeno, sin conocimiento del dueño del terreno, mientras que la otratrata de la construcción en sitio ajeno a ciencia y paciencia del dueño del terreno. En el primer caso, "se otorga al dueño del suelo underecho de opción entre hacerse dueño de lo construido, previo pago de las indemnizaciones prescritas a favor de los poseedores debuena o mala fe en el título De la Reivindicación, o obligar al que edificó a pagarle el justo precio del terreno con los intereses legales portodo el tiempo que lo haya tenido en su poder. En cambio, cuando se construye en sitio ajeno a ciencia y paciencia del dueño del terreno,éste no tiene opción sino que está obligado para recobrar el terreno, a pagar el valor de la edificación" (René Ramos Pazos,"Edificación en suelo ajeno sin previo contrato"; Revista de Derecho de la Universidad de Concepción, noviembre de 1986, pág. 414).

Desde luego, sin el ánimo de profundizar en cuestiones de hecho, valga dejar expresado que la sentencia recurrida parte de la base quela situación acaecida en la especie, fue que el demandante llevó a efecto las refacciones de las que habla su libelo pretensor sinconocimiento de la contraria.

NOVENO: Que en la resolución de conflictos de entidad jurídica sometidos a la decisión del órgano jurisdiccional, junto con exponer losbasamentos de las acciones interpuestas, las excepciones planteadas, sus argumentos y defensas, éste despliega su quehacer fijandolos hechos comprobados, para abocarse, luego, a su interpretación, lo mismo que la de los actos, contratos o convenciones a los querefiere el proceso, cuya calificación jurídica discierne y, a continuación, definir las disposiciones legales aplicables a los mismos,declarando los efectos que esta preceptiva dicta para el caso concreto.

En el asentamiento de los hechos, el tribunal constata los aspectos que se encuentran reconocidos por las partes, en tanto que, loscontrovertidos son analizados conforme a la prueba aparejada válidamente a la causa y acorde a las reglas de valoración individual yconjunta de cada probanza, igual que su ponderación comparativa.

El ámbito de la calificación jurídica se concentra en la aplicación del "derecho a los hechos, con el fin de determinar su naturalezajurídica, o sea, la denominación atribuida por la ley a una situación de hecho determinada, especialmente en lo referente a los actos ycontratos, en los cuales ella ha dado reglas que deben ser observadas, toda vez que no hayan sido derogadas por acuerdo de laspartes, en cuyo silencio entra a suplirlas" (José Florencio Infante Díaz, "Causales de Casación de Fondo en materia civil", Ed. So.Imprenta y Litografía Universo, pág. 98). Se trata, en consecuencia, de una labor orientada a esclarecer la naturaleza jurídica de unarelación jurídica, a efectos de sentar los efectos que le corresponden en derecho.

De allí es que la determinación de las disposiciones legales aplicables al caso constituye una labor que sigue a los pasos previos y cuyoacometimiento es consustancial a la tarea jurisdiccional, reflejada en la máxima jurídica iura novit curia -el juez conoce el derecho-, conarreglo a la cual corresponde al juez decidir de acuerdo al ordenamiento jurídico, aun cuando las partes no hayan indicado las leyes enque fundan sus derechos o hayan invocado otras distintas de las que el tribunal considera aplicables en la especie, de acuerdo a susalegaciones, a los hechos expuestos y las pruebas tendientes a comprobarlos en el proceso.

Sobre el particular, esta Corte ha dicho: "los efectos jurídicos que de tales normas derivan para el caso concreto, son las consecuenciasen los derechos de las partes que genera la aplicación de las disposiciones legales, los que serán decididos y declarados por el tribunalcomo la culminación de la actividad jurisdiccional" (causas Nº 204-04, Nº 1824-06, Nº 7104-07, Nº 1297-08, Nº 249-10).

DÉCIMO: Que relacionando lo expresado a lo exigido por el principio de congruencia que todo fallo judicial debe observar, so pena deameritar su invalidación por el vicio de ultra petita, cabe resaltar que, aun cuando el sentenciador haga primar una norma diversa aaquélla invocada por el demandante para zanjar la contienda -como en este caso ha hecho la Corte de Apelaciones-, no se incurre en eldefecto de forma en mención, siempre y cuando no se haya alterado los hechos que son el objeto de la demanda ni la naturaleza de ésta,ateniéndose al mismo tiempo a los antecedentes emanados de la prueba aportada a la causa, pues en tales condiciones, no podráreprocharse a los jueces el otorgamiento en su fallo más allá de lo pedido o la extensión de lo decidido a materias no sometidas a suconocimiento.

UNDÉCIMO: Que en ese contexto, atendida la falta de fundamento y constatación en la causa de la existencia de un contrato decomodato -o cualquier otro- entre las partes, circunstancia que no hacía viable la aplicación a su respecto de lo normado

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específicamente para ese caso en el artículo 2191 del Código Civil, es dable concluir que los jueces de segundo grado han hecho unacorrecta aplicación de la normativa que sí resultaba pertinente en la especie, esto es, haciendo prevalecer lo reglado por ese mismolegislador a propósito del modo de adquirir el dominio de la accesión de mueble a inmueble, figura preceptiva que, atendida sunaturaleza y particularidades -derecho del dueño para hacer suyo lo que la cosa produce, se une o se incorpora a ella, sea natural oartificialmente- no precisa de un acuerdo de voluntades que haya generado las consecuencias jurídicas que de ella se siguen.

DUODÉCIMO: Que luego de lo explicado, surge con toda evidencia que al insistir el recurrente en su tesis de especialidad para regir lacontroversia suscitada en la litis de aquello reglamentado en el ámbito de las relaciones entre comodante y comodatario, no hace sinosostener una vez más la argumentación descartada por el tribunal de segunda instancia, sin abocarse a cuestionar, en cambio, aquéllaque se ha hecho predominar en definitiva, cuyos fundamentos fácticos tenía permitido atacar con miras a modificar lo determinado porlos jueces del mérito acerca de la naturaleza, características y fines de las mejoras que este litigante pretendía ver restituidas ocompensadas en dinero, circunstancias de hecho que esta Corte Suprema sólo tiene autorizado hacer variar en la medida que seesgrima error de derecho conformado por la vulneración de las leyes reguladoras de la prueba y, que así se constate.

Ya es sabido que tales normas regulatorias constituyen preceptos básicos de juzgamiento, que contienen deberes, limitaciones oprohibiciones a que deben sujetarse los sentenciadores y se entienden vulneradas, fundamentalmente, cuando los sentenciadoresinvierten el onus probandi, rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley rechaza, desconocen el valor probatorio de lasque se produjeron en el proceso cuando la ley le asigna uno determinado de carácter obligatorio o alteran el orden de precedencia quela ley le diere.

DECIMOTERCERO: Que, no obstante lo dicho, tras examinar el postulado de nulidad de fondo del recurrente, queda de manifiesto que,aun cuando éste rebate la designación de mejoras "voluptuarias" efectuada la Corte de Apelaciones, lo hace por la vía de alegar que lafinalidad e importancia de las mismas conducían a catalogarlas de "necesarias", conclusiones a las que llega por razoneseminentemente de hecho y que para los sentenciadores vienen reflejadas en el informe pericial de ingeniero civil evacuado en autos,probanza que, conforme se lee en el fallo, apreciaron conforme a las reglas de la sana crítica, probanza y ponderación a las que elrecurso no formula, derechamente, reparo o alegato de disconformidad con los dictados de la normativa que las rige.

Esa falta de cuestionamiento es la causa de que ninguna de las normas que se dicen transgredidas en el escrito de casación seencuentre ligada al ámbito probatorio del pleito, camino que necesariamente debió seguir quien recurre para lograr un nuevo análisis delos hechos que se encuentran en la base de la calificación jurídica llevada a efecto por los jueces del mérito y que, en tales condiciones,este tribunal de casación se encuentra impedido de rever.

DECIMOCUARTO: Que las reflexiones que anteceden, en forma ineludible, conducen a concluir que los errores de derecho en que sehace consistir en la infracción normativa atribuida a la sentencia objetada, no se han cometido en los términos señalados por elimpugnante y, consecuente con ello, su recurso de nulidad sustantiva deberá ser desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los artículos 764, 765 y 767 del Código deProcedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo interpuesto en la petición principal contenida en lapresentación de fojas 199, por el abogado don Gonzalo Mendoza Guiñez, en representación de don Guillermo Mario Páez Ortega,demandante de autos, contra la sentencia de cinco de abril de dos mil diez, escrita a fojas 197.

Regístrese y devuélvase, conjuntamente con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro señor Sergio Muñoz G.

Rol Nº 3.643-10.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Adalis Oyarzún M., Sergio Muñoz G., Juan Araya E.,Guillermo Silva G. y Abogado Integrante Sr. Rafael Gómez B.

Sentencia de la corte de apelaciones: 2777-2009

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