Cuadernícolas Nº6

36

description

Revista Literaria de distribución gratuita Cuadernícolas, Medellín Colombia, 2014, Nº6 Año 4 . ISSN 2216-0469

Transcript of Cuadernícolas Nº6

Page 1: Cuadernícolas Nº6
Page 2: Cuadernícolas Nº6
Page 3: Cuadernícolas Nº6

Los Ilustrados

Page 4: Cuadernícolas Nº6

Darse Tiempo Nerön Navarrete

Al tiempo no se le puede señalar sólo como el inclemente porta-dor de la vejez y la muerte; en los brazos del tiempo se acumula el conocimiento, se perfecciona el reflejo material del mundo de las ideas, se añejan los vinos y los recuerdos impregnan valor en objetos que, salidos de su empaque, posiblemente no tengan mayor sentido.

Y en la piel del tiempo, con las palabras, se escribe la memoria de la historia, los pasos acertados, fallidos, el pensamiento sobre los actos, y las reflexiones en el camino. Este número de Cuadernícolas comienza a circular luego de un receso que leemos como acertado, mas no planeado; unos meses para, en primer lugar, replantear los modelos y permitirnos el lujo cada vez más concentrado de sostener un medio impreso. Segundo, conocer otras ideas, que al cabo, es la forma más práctica de viaje junto con la lectura. De cada uno aprendemos.

Pero más esencial que el receso, es la consideración global de que, si en nuestro examen propio se hace perentorio detenerse para reordenar las tenencias, es labor ineludible. No se debe postergar, porque en juego está la existencia misma del proyecto, y la velocidad sin rumbo es desgaste y poco avance. Quem portum petat, nullus suus ventus est, decía Séneca; ningún viento es favorable para el que no sabe a qué puerto va.

Ahora, sigue la filosofía intacta, cosa que se anota a favor de Cuadernícolas. Bien sabido es que mucha iniciativa, luego de alguna dilación mínima o prolongada, cambia por completo de visión y rumbo (eso no se juzga), y termina tras un par de meses o años en el obituario de publicaciones porque los antiguos sienten una leve nota de traición, y los nuevos le reciben con cierta resistencia.

Los que inician sus experimentos literarios son el objetivo primordial de Cuadernícolas; con ese credo abrimos otra entrega que a su vez cierra un intervalo justo de calibración y líneas que, según la causa, nos aboquen a la piel del tiempo con palabras inmunes al envejecimiento, mas no a la madurez.

Editorial

Page 5: Cuadernícolas Nº6

Tararara 5 por DaniEl Guajiro

Carne de Cerdo 6 por Yair Angarita Herrera

Efectos Secundarios de la Soledad 7 por Daniela Andrea Cañas Jaramillo

ENE O. 10 por LizCaro

ATRAPA BESOS 11 por Sore Snid

Créditos 13 por @mateitoh

Sin título 15 por Álvaro Narváez

Gris y Naranja 18 por Claudia Y

El embu(do)ste 22 por Andrés Del Castillo

Retratos 25 por Henry Díaz Vargas

Descuido 27 por Altais

Tu piel en la tarde 27 por Eloisa

Sin título 28 por Jeimy Mesa

Ratas 30 por Guille Naveira

POMPA DE JABÓN 32 por Sore Snid

Contenido

Page 6: Cuadernícolas Nº6

Director:Momo [email protected]

Editor:Nerön [email protected]

Diseño y Diagramación:Daniel [email protected]

Mercadeo y Ventas:300 782 [email protected]

AcompañamientoPlaneación Local y Presupuesto Participativo:Elena Lozano GonzálezSecretaría de ComunicacionesAlcaldía de Medellín

Impresión:DIVEGRAFICAS Ltda.Cr 53 N° 54 30PBX: 511 [email protected]

Foto en portada:Decimonónica - Momo Suheskun

Caricatura:Altais

Escritores en este número:@mateitohAltais Álvaro Narváez Andrés Del CastilloClaudia YDaniEl GuajiroDaniela Andrea Cañas JaramilloEloisaGuille NaveiraHenry Díaz VargasJeimy MesaLizCaroSore SnidYair Angarita Herrera

Colaboradores:Juan Pablo Ana Cristina Vélez BunzlAndrés SánchezLuisa Valencia

CuadernícolasRevista literaria

[email protected]

También nos puede leer desde cualquier máquina de escribir con acceso a internet. Estamos en Facebook y en http://issuu.com/cuadernicolas

Page 7: Cuadernícolas Nº6

5

Cuadernícolas

Tararara DanieEl Guajiro

—Hola, quería decirte que… tarararararara

Un movimiento involuntario y un sonido común para mí aparece en un momento inesperado, como si el sonido tratara de callar la confesión que pienso hacer, siento la sangre correr por mi cabeza y el calor me sonroja.

—Sí, dime —me responde ella.

No lo dudo más y continúo: lo que pasa es que… tarararararara

El sonido vuelve a interrumpir mis ganas de contarle lo mucho que me gusta, seguido por un silencio constante.

—¿Hola? ¿Sigues ahí?

Las palabras empiezan a complicarse y a volverse crucigramas en mandarín, dificultando cada vez la manera de encontrar respuestas de lo que quiero expresar y sólo digo: sí, sí.

Comienzo a pensar y pienso ¿por qué pienso? No debería pensar, sólo hablar y explotar. “Shhhhh” le digo a mi corazón, mientras él hace un esfuerzo sobrenatural por explotar y ordenar a mis dedos que escriban sentimientos cargados de amor y deseo.

Mi cerebro envía el trabajo sucio al dedo anular y en ese preciso instante todo se anula.

Tararararara…

Lo que había sido espontáneo con complicidad del lóbulo frontal y el corazón se suprime, el córtex se ríe y consuela al corazón haciéndole creer que si se guarda las palabras quizá sea mejor para no quedar en evidencia con tu mejor amiga y no perderla para siempre.

“Tarararararara” es el sonido del backspace que me hace recordar todos los días que es mejor callar que perder.

Tomo impulso y me decido a escribir, esta vez comienzo y no pienso nada para no perder el impulso, mi mente está nublada y ciega para no arrepentirme y es cuando me sale:

Page 8: Cuadernícolas Nº6

Carne de Cerdo Yair Angarita Herrera

Fue allí, justo en esa esquina, cuando tus manos bruscas por sorpresa tomaron mi frágil cuerpo para envolverlo en tu sudor; tu respiración fuerte atormentaba cada palmo de mi ser, las hojas, la fría noche y el blando césped se hicieron cómplices de tu infamia y acompañaron mi desgracia; así ella, la naturaleza, cubrió tu pérfida maldad y se deleitó con la sangre que lentamente brotaba de mi ser, me entregaste a ti sólo para reír mientras yo sufría y divagaba en sombríos pensamientos. La voz de mi madre anunciando por dónde debía caminar y qué ropa ponerme, me hacían notar justo ahora, cuando sufro el dolor de las fuertes embestidas propias de un bastardo, que este mundo es una suave y dulce porquería, donde todos de manera insistente te dicen qué hacer para evitar morir; pero ya era tarde, el demonio había terminado, mi sangre bañaba la naturaleza de su mal, su vergüenza languidecía, un trozo más de carne, la misma que no quise usar con Jorgito, mi novio, hasta que nos casáramos. Una fuerte pedrada terminó por apagar mi dolor, a la fuerza cerré los ojos, a la fuerza evité morirme y odiar a los hombres, y mi sangre bañó su destino.

[email protected]

6

Cuadernícolas

—Quiero que sepas que me encantas y que no hay nada en el mundo que me parezca más especial que estar contigo y disfrutar momentos cargados de felicidad, en resumen: TE AMO.

Le doy enviar y se escucha un sonido computarizado seguido de un mensaje:

Letrero: El mensaje “Quiero que sepas que me encantas y que no hay nada en el mundo que me parezca más especial que estar contigo y disfrutar momentos cargados de felicidad, en resumen: TE AMO”, no ha podido ser entregado a los siguientes destinatarios (tu mejor amiga); por favor inténtelo de nuevo más tarde.

[email protected]

Page 9: Cuadernícolas Nº6

7

Cuadernícolas

Efectos Secundarios de la Soledad Daniela Andrea Cañas Jaramillo

Era martes, y mi semblante cada vez más decadente; este verde ochentero no ayuda mucho, aquí huele a olvido, huele a encierro. Pienso que este no es el mejor lugar para estar; vengo cada mes con tentativas de quedarme pero no porque el lugar me guste, más bien busco la manera de escapar de mí misma e instalar mis miedos en otras paredes, en las de la clínica psiquiátrica Nuestra Señora del Sagrado Corazón en Prado Centro. Irónico que una clínica religiosa trate pacientes con problemas mentales, pero la religión es cosa de contradicciones.

A diario enfrento conflictos conmigo misma acerca de mi supuesta locura, he llegado a varias conclusiones, pero la que más me gusta es la de que no estoy tan loca; creo más bien que soy demasiado receptiva ante el mundo y que no dejo pasar las cosas sin antes darles un tratamiento de análisis intenso y eso sí que no lo hace nadie; esos son los realmente locos.

Sentada en la sala de espera de la clínica decido refrescar los instantes. Miro a mi lado derecho, pienso que sólo me acompaña por obligación; mi lado izquierdo: ese tal vez no sabe que es mi lado izquierdo. Los recuerdos son tan palpables que se me hace difícil distinguir qué es real y qué es sueño. Cuando pienso en él, creo que no soy apta para permanecer en este mundo ni un segundo más y al mismo tiempo, siento que soy inmortal. Él es todo lo que temo y todo lo que amo.

Sus labios, total e irrefutable dosis del más sublime dolor. Él casi me mata o más bien, yo casi muero por él. Recuerdo cuando salíamos juntos, el mundo era nuestro y lo recorríamos a nuestro antojo. Su vestimenta de mil colores, despertaba en mí las más frenéticas fantasías mientras el viento me rozaba las ganas.

En las baldosas gastadas de una calle cerca al parque del periodista, plantamos por última vez nuestros besos, nuestras miradas y nuestras mentiras:

—Te amo. —Quiero alejarme.—Estoy amarrado a ti.—Me duelen los recuerdos.

Él se convirtió en mi todo, en mi amor nocivo; vivía por él y moría por la misma razón. Amaba cada parte de él y por eso mismo es que cada mes gasto dinero en drogas que indiscutiblemente podrían decir en su composición: “Solución concentrada apta para olvidar a Sebastián”, pero lo único que veo son los evidentes efectos colaterales: en las noches ya no sueño; las pastillas para dormir matan todo intento de encontrarlo cuando duermo; en los días, el vértigo me llega hasta las pestañas y mis manos no paran de

Page 10: Cuadernícolas Nº6

8

Cuadernícolas

temblar; pero su aroma y su energía se las ingenian para llegar a mí. Él es la interminable condena, el interminable castigo y la debilidad completa.

Sus labios son todo lo que me mantiene firme en la decisión de olvidarlo, él es como una droga. Tal vez los efectos colaterales de las pastillas no existan, tal vez sea la clara muestra del síndrome de abstinencia al sentirlo lejos; sé que es lo mejor pero también sé que no es fácil salir de esto. Sé que si salgo viva y no me entrego al vértigo, iré a vivir fuera de la ciudad, aunque el viento me traiga recuerdos de Medellín, de él. Creo que seré más feliz si me alejo de las calles citadinas, de los rostros que sin saberlo constantemente juzgan, y de sus ojos, que sin ser creyente, podría jurar que guardan a dios y al demonio. En esos ojos donde siempre me veo hundida en un perpetuo dolor, en un eterno deseo de separación de este mundo y viajar infinitamente entre sus poros, ser parte de su circuito y beber de sus pensamientos.

Suelo preguntarme si lo que siento es real, si cuando me toca es real, si cuando me hiere es real, a veces me cuestiono y pienso que si lo que siento ahora no es real, me hundiría en un sinfín de abismos color ámbar; para mí, nada es tan real como lo que pasa cuando lo recuerdo y no quiero que se vaya, pero mi psiquiatra dice que es lo mejor, dice que Sebastián es el detonante natural de todas mis angustias, y tal vez tenga razón, pero mi psiquiatra no tiene respuesta cuando le digo que si Sebastián se va de mí, mi mundo colapsa pues es algo que no es controlable, mi adicción al dolor es lo que me mantiene viva.

¿Qué es esto?

Noto como la sala de espera sufre bruscos desenfoques, veo a la recepcionista, tan frígida. Ahora resulta que el lugar se encoje. Qué decoración tan miserable, pasar de un verde ochentero a un pálido beige enfermo. Me gustaría que Sebastián estuviera aquí, él seguramente tendría un chiste para este tétrico lugar. Odio estas pastillas, todas tienen ese aspecto aburrido y ese efecto de nostalgia que hacen más insoportables las horas en este psiquiátrico, no me gusta la comida que sirven acá, detesto la ropa que debo usar, me siento sólo parte de la decoración de este cuarto, tan frío y tan delirante como mis deseos de salir de aquí, aunque no tenga nada.

Sé que mi psiquiatra piensa que no tengo cura, que mis ganas se aferran a un letargo de amor insuperable, que mi destino es permanecer en esta habitación por el resto de mis días y vivir del frenesí, soñar que amo, que viajo y que mi rutina no cambia de estar sentada en la sala de espera que poco a poco se convierte en mi cuarto, en mi cuarto beige depresión, e imaginar mientras acaricio mis instantes que todo es real.

-Violeta Venegas, paciente diagnosticada con esquizofrenia tipo paranoide-

[email protected]

Page 11: Cuadernícolas Nº6
Page 12: Cuadernícolas Nº6

10

Cuadernícolas

ENE O.

En mi NO cumpleaños me intenté NO embriagar.

Me enloquece tu NO compromiso; sin embargo, de mi NO borrachera

desperté NO asustada a tu lado. Tus NO llamadas (literal) me fascinan.

Mi NO sexo, y tu NO deseo

desataron la más sublime NO pasión, distorsionando la realidad del

NO tiempo que dejamos de vernos, y expulsando NO eternidades de fantasías insólitas.

En mis NO sueños de NO dormida, ¡aparecías!

Y con mi NO madurez, a otros enloquecía; ellos pretenden NO persuadirme, y en

estas NO pláticas que escucho a medias, sólo NO me defiendo, sólo NO te defiendo.

No quedan a gusto... ... Pero en mi NO gusto por la NO implacable

seguridad de riesgo absurdo, me declaro NO dispuesta a disfrutar

de tu NO arrebatador deleite.

Y vos con tus NO entiendo. Y yo con mis NO celos.

Compartiendo un NO dormir. Un insomnio que en tu NO compañía

se disuelve en un camuflaje de NO satisfacción, saboreando sinónimos de NO júbilo.

¿Cuál es tu NO intensión? ¿Cuál es mi NO deseo? ¿Qué clase de preguntas NO capciosas son estas?

-El NO hacer el amor con NO seducción. -El NO hacer el amor con NO amor.

Y asumir esta NO relación

como inicialmente NO comenzó, con un jueguito de NO miradas

que a nada llevan, que en nada acaban; despertando NO asustada de un cuento más de sabanas.

………………..

Page 13: Cuadernícolas Nº6

11

Cuadernícolas

Saliendo de la estación del metro, el azul insondable del firmamento paisa me invadió terriblemente de temor, un temor absurdo... Es una locura...

...Pensando en esto.¡Pum! Me caí para arriba. (Siendo éste, un trayecto inclemente de

la fobia al vacío que me provocan las alturas).¡Tas! No terminaba para mí, ¡qué angustia sentía! Y contra la nube

más voluminosa, más corpulenta y de un tono grisáceo me choqué.

[email protected]

ATRAPA BESOSSore Snid

Centro la marea conspirando con la tintaPara erigir una torre visionaria.

Un atrapa sueños reconoce imágenes carnosasEntonces

Se convierte en atrapa besosY duerme la siesta para recolectar un espasmo rojo:

Besos cósmicosBesos acaramelados

Besos juguetonesEncriptados

EsperanzadosJadeantes

Gatunos, cantantesLetrados

Epidérmicos, risueños, cadenciososBesos sonoros

Beso que se cuela en un “¡Ve- eso!”

Queda un resquicio de duermevelaPara escaparse por un halo del sol

Pertenecer al legado del viento,Descubrir constelaciones uniendo tus lunares

Y sobre el párpado del deseo ver un amanecer de respuestas

Entre luces rutilantesUn compás adherido al ritmo de tu lengua.

[email protected]

Page 14: Cuadernícolas Nº6
Page 15: Cuadernícolas Nº6

13

Cuadernícolas

Créditos @mateitoh

EXTERIOR. DÍA. MONTAÑAPanorámica de la ciudad (paneo).

RODOLFO (OFF)Hasta aquí llego, no queda nada más, ya no puedo hacer y menos deshacer, a quienes herí, a quienes alegré, a todos les hice el mismo daño. Yo me voy de aquí en este justo momen... DISPARO (OFF).

Rodolfo cae en la tierra. Su cabeza sangra y sus ojos todavía se mueven errantes. Con su dedo índice comienza a dibujar en la tierra muy lentamente. Poco a poco la figura se vislumbra: es el logotipo del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

FUNDE A NEGRO

FIN

Una película dirigida porJAIRO PINILLA

Escrita y producida porMICHAEL HANEKE

CASTING(Por orden de aparición)

Don Efraín Castañeda .......................................... TERRY GILLIAMCosiaca ............................................................ SIR SEAN CONNERYProstituta ............................................................. ANGELINA JOLIEDon Darío Gómez ................................................ POR ÉL MISMOGreen Alien (voz) ............................................. WHOOPI GOLDBERGEl zorro del Principito (voz) ............................................. XZIBITPeriodista ............................................................. JESSICA CEDIELPatrullera ................................................................. JESSICA BIELPresidente de Antioquia Federal .................... RUDOLPH GIULLIANISoldado 1 ................................................................ OSCAR BORDASoldado 2 ................................................................ JUAN TAMARIZJosé Luis Perales .................................................... POR ÉL MISMOGuerrera Medieval ........................ AURA CRISTINA GEITHNEREl Perro de la Esperanza (voz) ....................... WBEIMAR MUÑOZVendedor de lotería ................................ STEPHEN HAWKING

Page 16: Cuadernícolas Nº6

14

Cuadernícolas

Espíritu del Payaso Ojo Pelao (voz) ......................... MIKE MYERSEspíritu del Payaso Bebé (voz) ............................. VERNE TROYERDios 1 ........................................................... MORGAN FREEMANAlcalde de Tokyo2 ........................................................ JET LIGral. Dwight D. “Ike” Eisenhower ......................... RÓBINSON DÍAZCarrangueros de Ráquira ............................................. ZZ TOPDon Hildebrando ................................................... WILLEM DAFOEEspíritu de Juan Salvador Gaviota .................... DON IVÁN MEJÍALars Von Trier ........................................................ POR ÉL MISMODios 2 .............................................................. DANIEL DOS SANTOSShenlong ............................................................ DENNIS RODMANDr. Juan Manuel Santos .................................... WILLIAM SHATNERDios 3 .................................................................. SIR ELTON JOHNCaballero Dorado .............................................. FREDDY GRISALESDetective Alighieri .................................. LUIS ALFONSO FAJARDOEspíritu de Simón Bolívar ...................................... JAIRO PINILLARodolfo ............................................................... MADS MICKELSEN

AGRADECIMIENTOSGrupo EMI, Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Comidas Rápidas Los Verdes, Arquidiócesis de Medellín, COOPERCOLT, Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), Grupo Bancolombia, Árbol de Opinión.

NINGÚN ANIMAL O PERSONA FUE LASTIMADO DURANTE EL RODAJE.

FUNDE A NEGRO

EXTERIOR. DÍA. MONTAÑA.Lars Von Trier mira fijamente el cadáver de Rodolfo, el logo del SENA en la tierra y luego a su propia mano (la derecha) sosteniendo la Colt 45 azul aguamarina humeante (la misma que le regaló José Luis Perales en sus años de guerra). De sus ojos se desprende una lágrima y deja escapar un sollozo. Desenfunda su puñal de campaña y mientras llora amargamente cercena su propio brazo, el que sostiene la pistola. La extremidad cae pesada, ensangrentada y aún sosteniendo el arma sobre la tierra junto a la cara de Rodolfo. Luego serrucha con su cuchillo el brazo izquierdo del cadáver y lo separa del cuerpo. Con el cordón de cuero (que le regaló la prostituta en sus años de desenfreno) y la aguja capotera (que le proporcionó Cosiaca en sus épocas de malviviente), Lars Von Trier se cose a sí mismo el brazo izquierdo de Rodolfo, y luego cose el brazo que sostiene la Colt al cuerpo de Rodolfo. Lars Von Trier se sube a su helicóptero solar y se va brincando de montaña en montaña al ritmo del sonido característico de esta máquina.

Page 17: Cuadernícolas Nº6

15

Cuadernícolas

Medellín, centro incierto, carnes de ratón, piedras de arrabal, parques de pueblo, domingos de silencio; Medellín centro incierto, abandonado hace años, querido arrebatado, centro periferia, noche eterna, centro de los miedos, sueños derruidos, centro periferia, periferia centro, mulas y cajitas, sexo, ardor sudor de pueblo, sudor enfermo.

Centro de calles cerradas, centro de abusos callados, centro del arte, centro del tiempo... Centro sueños de América, centro de nombres, de amores invisibles, por donde va Miranda sin mirarme, por Argentina, Cuba. Perú de muerte, Perú asesino, por las batallas de la vida. Por la frontera de los besos (comisuras).

Medellín centro corregido, números que deambulan, playa donde los próceres toman su descanso.

Qué besos los que se han dado, besos perdidos, archivados, y estos andenes que me excomulgan, paredes que me han tragado, centro sin centro, desquiciado, esquizofrénico, centro de taza cafeínica, donde no hay más que sedimentos de un aroma agotado... Centro de miedo, no de esperanzas porque se desplazaron hace tiempo, centro pliegue infinito.

Álvaro Narváez

Los dedos empolvados que sostienen la Colt 45 comienzan a moverse lentamente, el movimiento va llegando al codo y luego al hombro de Rodolfo; el pecho desnudo comienza a moverse gracias a una débil respiración. El rostro de Rodolfo, los ojos cerrados de Rodolfo. De repente sus ojos se abren de golpe, y por ellos se comienza a derramar aquel líquido verde fosforescente (que era la misma bebida de Don Hildebrando, y la sangre de la Guerrera Medieval).

CORTE A NEGRO

[email protected]

elamoreslacausa.blogspot.com

Page 18: Cuadernícolas Nº6
Page 19: Cuadernícolas Nº6
Page 20: Cuadernícolas Nº6

Gris y Naranja Claudia Y

Cuando sus ojos se abrieron a un nuevo día, en un día cualquiera, fue un amanecer matizado en gris y naranja, enmarcado por una pequeña ventana hecha a mano con maderos rojos y colocada estratégicamente frente a una vieja cama, fabricada en madera de Palo Santo y con olor a cotidianidad; Allí fue donde estos se asieron.

Menudas gotas de rocío, color plata, bañaban el verde exuberante que definía las paredes al rededor de aquella ventana.

Un horizonte coloreado en un intenso azul cristalino, con pinceladas de un verde impúdicamente libre y un azul de tal profundidad que cegaba, al fondo, daban paso a la vida en todo su esplendor.

Esta fue la visión que apareció ante los ojos de Minerva, al levantarse de aquel lecho que había compartido con él durante casi 50 años, en esa mañana de octubre en que las hojas estaban a medio caer.

Con nostalgia miró por el cristal inexistente frente a ella...

La mañana le recordó el olor del café recién molido, de la canela en flor y las orquídeas de vainilla, que su madre y abuela acostumbraban comprar en el mercado cada tercer jueves del mes, para decorar la mesa y condimentar los alimentos que se prepararían; olores de infancia que se mezclaban con otros a tierra húmeda y tartas de pan recién horneadas. Olor a la cocina de su infancia, donde tejió tantos recuerdos bajo el mesón, y aprendió la sencillez de la grandeza de Dios, a través de las flores silvestres que ella solía recoger durante sus largas caminatas al atardecer junto a su padre, y que eran colocadas en un jarrón viejo, en el centro de la mesa del comedor.

Cocina donde su madre le enseñó qué era, a su criterio, lo más importante de la vida.

Al recordarla, a ella, a su madre, sentía que era una mujer con tristeza en sus ojos, acompañada por una insondable melancolía, que apenas y podía ser contenida por un cuerpo tan frágil con una gran capacidad para amar y entregar lo mejor de sí en cada momento compartido, en cada sonrisa, en cada platillo preparado, en cada receta gastronómica enseñada, y con una fuerza que la hacía capaz de enfrentar dragones mitológicos, si era preciso. Y de quien también aprendió que era posible presentir a aquel hombre a quien tanto amaba, su compañero por mucho más de la mitad de su vida.

Un día, en una mañana como la de hoy, su madre de pronto

18

Cuadernícolas

Page 21: Cuadernícolas Nº6

comenzó a hablarle. Al final, que es lo único que en verdad recuerda Minerva con claridad, le dijo:

“... Un día, después de una noche de fuerte tormenta, al alba te levantarás, y al mirar hacia atrás solo te encontrarás contigo misma, quizá con una desconocida o quizá con la mejor compañera que hayas podido tener. Lo importante, entonces, será que hayas encontrado un buen amigo, tu mejor amigo, un fiel compañero, un buen amor, que ame entrañablemente a la desconocida y que conozca a la otra mejor que ella misma, porque ambas habitarán en ti.

... Y hablo de alguien que habita dentro de ti desde que el universo te concibió y no simplemente de un amante; porque él será la mitad de ti misma, al amarte y permanecer a tu lado propiciará el balance necesario para que logres reconciliar aquello que habita dentro de tu cuerpo y alma.

Aunque tal vez sea la vida misma la que coloque junto a ti un ser que se encargue de reconciliarte por dentro, de encender la luz necesaria que tus rincones oscuros requieren...”

Otras palabras tan sólo permanecieron como un vago aleteo de mariposas azules, que la brisa de esa mañana se llevó a otras tierras.

Una voz que parecía venir de adentro, interrumpió sus pensamientos:

—¿Qué buscas pequeña? —Preguntó él, pues, su cuerpo había palidecido.

—Sólo a mi fiel compañero, a la mitad de mí, que al principio de los tiempos me fue arrebatada. Aquello de lo que mi madre me habló una mañana. Aquel que me reconciliaría por dentro... —Respondió ella.

“... Prepararé tu desayuno...” Fue lo que Minerva dijo antes de salir del cuarto y de que él respondiese a lo que creyó, tenía tono de reproche.

Un rato más tarde este hombre de estilizada figura, hombros anchos, manos cálidas con gruesos, alargados y redondeados dedos, piel tersa, ojos redondos y pronunciadas cejas, con un pequeño lunar en el lóbulo de la oreja derecha, largas y contorneadas piernas, una cicatriz que demarcaba su mentón, producto de la caída de una Ceiba que escaló cuando tenía unos 7 años, se levantó, se dio un baño, tomó del closet, que sus manos habían fabricado a la medida de las paredes de la alcoba que compartiría con su compañera, sus jeans viejos y una camisa de pequeños cuadros color añil y blanco, obsequio de ella.

Con total desenfado en la totalidad de su ser, encaminó sus pasos hacia la misma ventana junto a la cual había estado parada hacía pocos minutos Minerva. Tomó de un macetero vino tinto la más hermosa de las flores amarillas que allí encontró: un lirio... Lirios que Minerva

19

Cuadernícolas

Page 22: Cuadernícolas Nº6

20

Cuadernícolas

sembró en medio de lágrimas, tiempo después de que llegaron a vivir allí, hace ya mucho.

Tomó esa flor aquel día, motivado por una certeza, porque sin que ella se lo contara, él lo sentía, en aquel lugar de su ser donde sólo habitaba el amor que le profesaba. Sabía que esa delicada flor era lo que ella había pedido al cielo como muestra de que el hombre al que uniera su vida, era el que había buscado por muchas vidas antes. Petición en extremo simple, quizá insulsa, ruego silencioso que habitaba en el fondo de su corazón, pedido extraño a la vida..., esperanza oculta que le había permitido creer...

Al colocarla sobre el mesón de la cocina, en el mismo viejo y ajado jarrón de la infancia de Minerva, sin pronunciar ninguna palabra y con su afecto intacto, tomó una taza amarillo mostaza y se sirvió un poco de café con sal..., y él simplemente esperó, con paciencia en la espera, a que ella se reconciliara consigo y volviera a él.

El corazón de Minerva sólo pudo llenarse de angustia. Supo, entonces, que lo que su madre le había querido decir era que no hay que buscar fuera, afuera, lo que ya traemos con nosotros, en nuestra pequeña maleta de viaje cuando arribamos, de manera temporal, a esta tierra...

Supo también que las palabras y actos de su madre, que ella recordaba siempre, habían estado referidos a su padre..., a pesar de ser más un espectro que una presencia real en su vida y memorias...

... Es sólo que a veces se hace necesario levantar nuestros ojos de la tierra, para ver que a pesar de la bruma y las nubes grises, que tanto le gustaban, la luna y el sol aun están allí. Como ese hombre lo había hecho desde el momento en que se conocieron.

La tristeza que Minerva había heredado de los ojos de su madre, ahora sólo parecía uno de tantos sentimientos que acompañan la vida de los seres humanos, pero que no la definen, y que hacen que los días de lluvia sean los perfectos para amar y que sea el frío de éstos lo que entibie el alma.

Ese día llovió como nunca en aquel hogar, en aquella morada, pero esta era una lluvia de colores tierra que calentó la noche, con un olor a tarta de pan, a vino tinto semiseco, madurado en toneles de fuerte y centenaria madera de roble, a manzanas conservadas en el más excelso almíbar, a geranios..., que recorrió pasillos y pasajes oscuros...

[email protected]

Page 23: Cuadernícolas Nº6
Page 24: Cuadernícolas Nº6

22

Cuadernícolas

El embu(do)ste Andrés Del Castillo

El Balón rebotaba contra el muro de letras negras, rojas y doradas de la marca de ron Caña. A cada impacto un pedazo de pintura se caía, dejando vislumbrar la publicidad del candidato a la gobernación: Rodrigo Álvarez Palomino, quien luego reemplazaría a Rodrigo de Bastidas.

Al otro lado del muro, en los camerinos del Estadio se escuchaban los golpes del balón como los pálpitos del corazón de una ballena azul. “Si no ganamos no comemos” repetía el Turco Deibe caminando de lado a lado y repasando la planilla con la lista de paraguayos y samarios que jugarían. Jaricho quien sería titular con Toto, Palacios y Arango, se acordaba de su padre cuando le gritaba “si no pescamos, no comemos”, entonces las frases de presión del entrenador tenían sentido.

El Pana, vendedor de refrescos en el polideportivo, había hecho un voto de silencio como los monjes de la Chartreuse. En su entierro, tiempo después, contaría su padre que aquel día habló más de lo normal e invocó la muerte, acto de mal presagio para su abuela, pues la muerte ebria no le hace caso sino a los que respetan el silencio.

En el discurso de despedida el Gobernador, cuyas esquirlas de culpabilidad no afectaban, sacó un trozo de papel del bolsillo de su camisa y citó el poema Zentrouka de Viktoria Tokareua, y finalizó con un sonido gutural para aclarar la voz y diciendo: “(…)la vida es un descanso entre dos eternidades, y es puramente personal decidir cuánto tiempo dura esta pausa.”

Durante toda la mañana, los bucaneros franceses bajo las ordenes de Roberto Baal, venían de otras latitudes para presenciar el juego en el estadio Eduardo Santos, tomaban las carrozas desde la bahía, pasando por la calle 22 hacia la villa olímpica donde se encontraba el muro más caro de la historia, y que poco después segase la vida del Pana. Según el testimonio de Bolívar días después del encuentro y pocas lunas antes de su muerte cerca de la Avenida del Libertador, el entonces difunto Gobernador de la Nueva Andalucía, Doctor Rodrigo de Bastidas, había invertido mil florines de oro de Navarra para la construcción de un velódromo, pero con el dinero sólo se construyó un muro ascendiente que daba menos sombra y fresco que el árbol mataratón que se había derribado en su lugar.

Allí, donde el albero de las tierras andaluzas era reemplazado por el de los atardeceres, un motín se planeaba en tierra firme el mismo día de las celebraciones por el triunfo del equipo local. Asonada como aquella contra Henri Hudson en Canadá, cuyo cuerpo se encontraría en Bocas de Ceniza, el delta del río Magdalena, agarrando de la mano

Page 25: Cuadernícolas Nº6

23

Cuadernícolas

al difunto Bastidas, después de haber sido acuchillado y lanzado a la bahía de Gaira por sus propios servidores.

Lo único que quedó del Gobernador de la Nueva Andalucía son sus recuerdos materializados en una emulación de su barrio Triana en Sevilla con sus colores ocres y blancos en las fachadas de las casas, junto al legado de un mal gobierno.

En el estadero cerca al estadio don Joaquín de Mier, llamado Joaquín de Miel por las damas y Joaquín de Mierda por sus peones, preguntó al tiempo que soltaba una ficha de dominó:

—Compadre Rodrigo, Si la demencia es un conjunto de enfermedades y el amor un conjunto de sentimientos ¿los dos pertenecen a un conjunto mayor llamado eternidad?

Rodrigo, que regresaba de una charla con algunos indígenas taironas sobre la homosexualidad y el divorcio, respondió en su auténtico sevillano al mismo tiempo que pedía con la mano cuatro cervezas más:

—Yo en verdá entiendo lo que tú dice ’ompare pueh er matrimonio pa loh capillitah no asehta er tema der divorsio que é una cosa mu normá por aquí, sabonó? y aquí, donde no hay má amó, la gente ta má loca1.

Ese día volvería borracho a casa tarareando una cumbia y con el soporífero del ron que se producía en los dominios de su compadre, las puñaladas no se sintieron.

Al final ¿dónde estaban los cartógrafos de la Escuela de Mallorca? Quizás siguieron eternamente jugando dominó y tomando ron Caña en cualquier esquina que se pareciera a un golfo, pues el error de su cálculo hizo que Santa Marta se encontrara más cerca del Perú que Panamá. Por inverosímil que parezca, desde allí arrancó la expedición hacia tierras incas y poco a poco el norte, tan importante, se fue olvidando en la medida que se iba descubriendo el sur.

Por su parte el Pana sería la muela que se le calló a la dentadura de la victoria. Ya la gravedad acumulada de los años le cobraba los pasos, por lo que prefería quedarse muy cerca al muro del velódromo, que el día de la celebración se derrumbó en sus espaldas de Atlas sin fuerza. Desde aquel entonces el Unión Magdalena no volvió a ganar, y la zapatilla con la que Arango hizo el gol está esperando un Rey Arturo que la saque de la piedra.

[email protected]

1 Traducción a Sevillano por Fernan Camacho: @FernanCamacho.

Page 26: Cuadernícolas Nº6
Page 27: Cuadernícolas Nº6

25

Cuadernícolas

Retratos Henry Díaz Vargas

ESCENA ÚNICA

LA ACCIÓN EN LA MENTE DEL ESPECTADOR.El amor se fabricó a caballo, en desfile con aclamación y bandas de

guerra. Luego entre alborozos, vinos, danzas y miradas de provocación. La gente es injusta y malpensada, odian cuando un Libertador encuentra una amada y cuando una amada ama un Libertador. Todas las gentes censuran y traicionan al que nunca han conocido porque no han sido observadas. Así nacen las pasiones que nos sumergen en las batallas furtivas más hilarantes. El amor es una batalla y una victoria, otra batalla y otra derrota, otra batalla y momentos de gloria. Se ganan naciones sin territorio, se pierden ejércitos sin enemigos. Afuera se padece la envidia y el rencor que son más dolorosos que el propio dolor. Busquemos refugio en la historia que nadie nos encontrará. Solo el tiempo es testigo porque el viento ha de pasar. ¡Vivan las pasiones sin territorio! ¡Viva el amor sin constitución ni ejército libertador! ¡Viva la Patria del amor con la Constitución de la pasión!

CANCIÓN DE LA SEPARACIÓN

Letra de Simón Bolívar

“Yo veo que nada en el mundo puede unirnos Bajo los auspicios de la inocencia y del honor.Lo veo bien y gimo de tan horrible situación,Para ti porque te debes reconciliarCon quien no amabas,¡Y yo porque debo separarme de quien idolatro!!!En lo futuro,Tú estarás sola aunque al lado de tu marido.Yo estaré solo, en medio del mundo.Sólo la gloria de habernos vencidoSerá nuestro consuelo”.

RETRATO UNO

¿Qué camino no recorrido? No hay caballo no montado ni viento que no me haya refrescado. No hay valle que no haya vadeado ni nube que no haya tocado. Qué agua no he bebido, qué bocado no he comido. Qué persecución no he sufrido, qué traición no padecido, qué alabanza no he recibido, qué juramento falso no me han hecho y de qué espada, puñal o disparo no me he escapado. Qué venganza no he vengado y qué cuenta no he cobrado… Qué injusticia no he cometido y qué pecado no he pecado… Qué batalla no he batallado. Qué derrota no he sufrido y qué victoria no he alcanzado que borre todo lo pasado en el momento

Page 28: Cuadernícolas Nº6

26

Cuadernícolas

de la gloria. Vivo la gloria y la veo pasar como la neblina en los Andes. Gloria efímera como el amor del héroe trashumante o el artista juglar, o simplemente del soldado anónimo cuyos huesos sucumben a la intemperie en los campos de batalla… O en los senderos de la marcha en la búsqueda del sustento libertario. No hay amor que me quebrante tanto como el de la bella mujer que le pertenece a otro y me acuna en la crisálida de su regazo. Siempre después soy otro. Como a redentor me unge con sus lágrimas de amor y las palabras húmedas de su boca me alivian el corazón.

“Mi bella y buena Manuela: cada momento pienso en ti y en el destino que te ha tocado. Sí, ¡te idolatro, hoy más que nunca jamás! Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón divino, de ese corazón sin modelo. Cuando tú eras mía yo te amaba más por tu genio encantador que por tus atractivos deliciosos. Pero ahora ya me parece que una eternidad nos separa porque mi propia determinación me ha puesto en el tormento de decirte que mi destino cruel, pero justo, nos separa de nosotros mismos: sí, de nosotros mismos, puesto que nos arrancamos el alma que nos daba existencia dándonos el placer de vivir. El deber nos dice que ya no somos más culpables. No, ¡No lo seremos MÁS!”

RETRATO DOS

Nunca tiré una flor desde lo alto del balcón. Fui yo quien se lanzó a abrazar el unicornio hijo de las nubes y el cóndor, bajado de los Andes despojado de abrigo. Yo soy su abrigo. Mis labios ansiosos sobre su frente seca y fría. Mis dedos blancos entre sus cabellos negros y rizos por los vientos surcados. Mi aliento cálido en sus oídos aturdidos por la emoción. Mis senos erectos en sus labios convulsos, lamidos por la lengua sin palabras ni canciones de cuna… No hay carpa de campaña que no refleje el genio en la batalla ni el fulgor de los amantes. Antes de la batalla. Toda batalla es final. Final de la guerra, final del amor. Final de la existencia, final del dolor… No se puede ser fiel por la conciencia, hay que ser leal por la confianza, la entereza, el honor y la patria… ¿Cuál patria? Yo nunca tuve Patria. Yo tuve un Libertador, yo soy una nación sin territorio y sin Constitución. Mi piel es la frontera y el corazón mi Constitución. Sólo vine, como el rocío, a brillar y refrescar una mañana el alma del Libertador…

Pues no, mi querido y adorado general. Puede usted marchar con su glorioso ejército a Santafé de Bogotá en busca de la cima de la gloria o el fondo miserable de la condición humana que yo lo seguiré muy de cerca haciéndole sombra. Lo ampararé de todo mal y peligro. Esos que tanto lo acechan a pesar del brillo de los sables que coronan su cabeza. Marche usted tranquilo que caminar dos mil millas desde este Perú no es nada para un corazón ardiente y un alma apasionada por la libertad de América y el amor de un hombre como usted, Mi general Libertador Simón Bolívar. Yo sabré componérmelas para alcanzarlo en la capital de

Page 29: Cuadernícolas Nº6

27

Cuadernícolas

la Gran Colombia, que no en vano he recorrido los Andes y la costa entre españoles asesinos, militares patriotas ladrones, traidores, corruptos y malandrines bravucones de todos los países, y llevo estas charreteras de generala. Ya lo verá, ya lo verá. Vaya en paz mi Libertador General que la guerra la sufro yo.

LUCES

Tu piel en la tarde Eloisa

Repaso en silencio tu cuerpo desnudo,y encuentro tu piel otra vez en la tarde.Y cierras los ojos para que yo puedaBesarte la boca… rozarte el deseo.Palpitas conmigo y juegas al beso,Te entregas callado al calor de mi abrazo,Y gimes conmigo cuando nuestras manos, Inquietas, encuentran el sitio perfecto,Que desborda en ríos el placer de amarnos.

[email protected]

Descuido Altais

Como tantas veces antes, alzó la mirada al cielo buscando en el profundo azul nocturno la respuesta a su prolongado dilema. Observó una a una las estrellas y constelaciones que la galaxia en expansión paseaba por aquel hemisferio de su planeta. Pero por más que esforzó sus globos oculares, no halló la respuesta a la pregunta que por eones lo había atormentado.

¿Dónde demonios había dejado la Tierra? Tanto esfuerzo invertido en crearla, y ahora no podía encontrarla.

[email protected]

Page 30: Cuadernícolas Nº6

28

Cuadernícolas

Te dejaré ser una sola vez, Sí, Decidí que sería una sola vez, ¿Ves acaso la clase de mujer que soy? Entonces elijo el momento de condenarme, en sueños, silencios, letras, licor, un papel y vos. Una vez lo serás todo, aunque esa vez sea un instante, y aunque ese instante haya pasado. Y entonces pienso que amarás a alguien, e imagino a una de esas mujeres niñas con ternura desbordada que hará juego con lo grato que pones en tu boca cuando quieres. Y entonces imagino que sonríes al espejo, Desnudo, Y detrás una sombra, que sólo yo recuerdo, Acto a seguir, yo rio, Aquí. En la oscuridad, ya no hay luz, no la quiero. Un vals de fondo, de esos que rasguñan los huesos y hacen de uno tanto o lo deshacen a uno tanto. Y entonces hablo, como si escucharas cosas que tengo para decir,A todo y a todos. Y recuerdo que hoy me otorgo el permiso de hacerlo, de cerrar los ojos y estrechar las manos y disolverme. Cuando caduca el tiempo que otorgo para “ser”, Me doy cuenta de que escribo, Una pésima letra, Un instante delirante, Un día, Y Me burlo una vez mas de mí, De la eternidad fantasiosa, Del deseo, Del grito, Y recuerdo por qué estoy aquí, Y me voy yendo, De a poco, Con esa precaución del que huye, Con esas extrañas maneras de ser, Y entonces me pregunto: Cómo una mujer como yo podría decirte, Tantas letras encerradas en mis manos, Una mujer como yo que se esconde tras las callecitas pintadas en papel. Una mujer como yo que desgasta los recuerdos, para no perderse instantes que pasarán contigo.

Page 31: Cuadernícolas Nº6

Yo, A vos, A un hombre como vos, que anda dejando huellas en tantas, en tantos y en todos, A un hombre sombra disfrazando miedos, A un hombre niño, Niño perdido, niño que juega, Niño que juega y sueña. Sí, Somos niños perdidos en el absurdo juego de las letras, Que quieren decir tanto y a veces no dicen nada. Por cierto, Después de todo, Concluyo que lejos estoy de escucharte decir… tanto.

Jeimy Mesa

[email protected]

Page 32: Cuadernícolas Nº6

30

Cuadernícolas

Ratas Guille Naveira

—¡Que no me toque! ¡Te pido que no me toque!

Ella se balanceaba de un lado para el otro, moviendo su cuerpo con un grado extremo de arrogancia y desparpajo, como si todo el mundo terminara detrás suyo. Roberto la corría desesperado con una chancleta en la mano, mientras los pocos pelos que tenía se descontrolaban y la presión le subía.

—Atrapala, atrapala.

—Pará un poco, ¿querés?

—Se te escapó, corré, matala.

—No me pongás histérico que se me sube la sangre a la cabeza.

Saltaba y se metía entre los muebles, luego retrocedía esquivando chancletazos, parecía burlarse de todos.

—Dioosssss, esto no puede estar pasándonos.

—Pero sólo es una ratita...

—Noooo, ¡es un ser inmundo y peludo!

—Carlos, has visto cosas más inmundas y peludas en tu vida.

—Ya saliste con tu homofobia... Te recuerdo que soy Carla.

El roedor parecía impune frente a la puerta de la cocina. Era un compadrito dispuesto a someter a la gente de la casa. Si hubiera habido un gato seguramente lo hubiera pateado.

Estaba demasiado confiada, hasta que un puntapié de Roberto la alcanzó de lleno.

—¡¡Mi héroe!! —Gritaba Carlos bajando de un salto de la mesa del comedor.

—No sé si es para tanto... Sólo soy tu hermano, Carlos; digo Carla.

A esa altura el animalito se arrastraba cerca del cuarto. Los dos hombres, con pasos sigilosos, se dirigían a su encuentro. Sin dudar, firmes y seguros, degustando lentamente el sabor de la victoria.

—Quiero saber una sola cosa...

—¿Qué?

—Vos presentiste, ¿no?

Page 33: Cuadernícolas Nº6

31

Cuadernícolas

—¿Qué cosa? —Respondió Roberto acomodándose la cacerola que llevaba en la cabeza.

—Que hoy iba a estar en peligro.

—¿De dónde sacas esas pelotudeces?, son creativas…

Se escuchaba el rechinar de las maderas del piso sosteniendo los cuerpos. La pequeña ratita herida aceleraba sus patas buscando refugio en las sombras. Roberto, a pesar de estar gordo, parecía un digno rival con su sartén en la mano.

—¿No te das cuenta?... ¡Somos mellizos!

—¿Cómo no me voy a dar cuenta si todos me piden descuento?

—Digo, que más allá de estar estos años separados, tenemos una conexión especial.

—Cortala con lo místico.

—No es eso, lo que pasó es algo maravilloso. Esa rata logró unirnos de vuelta. Mirate, estás sosteniendo una sartén y todo eso es por mí.

—Es por la rata...

Los ruidos del parque sobresalían, se asemejaban al gruñido de un burro cargando algo sumamente pesado.

La rata ya pisaba su terreno de protección, ni la cola se le asomaba.

—Detrás de esa imagen de egoísmo, se esconde un hermano protector. Imagino por qué viniste, no sientas vergüenza, todavía estamos a tiempo de arreglar las cosas. Por eso viniste, ¿no?

—Ehhh, algo así...

—¿Cómo algo así?

—See, vine por...

A Roberto le comenzaba a sudar con intensidad la frente, las manos, la espalda y los brazos. La sartén estaba al borde de resbalar de sus dedos y sólo podía sentir los ojos delineados de color azul de Carlos, que le apuntaban de manera dominante.

—¡¿Por qué viniste?!

—Porque...

—Hablá, sé hombreee... ¿por qué?

—Necesito guita, reventé toda la herencia que los viejos nos dejaron —respondió Roberto en un grito de súplica.

La cara de Carlos se transformó; ya el pobre roedor había desaparecido

Page 34: Cuadernícolas Nº6

32

Cuadernícolas

de su mente, sólo pensaba en matar a su hermano. Se tiró encima de él. Roberto trató de contenerlo, pero no pudo con el peso de ambos. Sus cuerpos cayeron estrepitosamente al suelo, y al sonido del impacto se le sumó el crujir de las maderas cediendo, resquebrajándose por debajo de ellos. De repente del piso roto comenzaron a salir millones de ratas, como un manantial desbordado, apropiándose de todo a su paso. Invadieron el cuarto, la cocina y el living. Mientras la ratita herida, simplemente observaba como los dos cuerpos humanos se perdían detrás de la maleza gris que sus hermanas formaban.

[email protected]

POMPA DE JABÓNSore Snid

Cúmulos altisonantesBurbuja en delirio volátil

Ante una zona metamórfica que amenaza.

Una mano infantil persigue la acción a baja alturaCondensa

Ojos-boca abierta-lengua-hombros-Codo-ventanas nasales-puntas de pie-

En la magia del prisma detenido-flotante-escurridizo-Esférico-a punto de

Pero como glacial abrazando el aireColgando de un lóbulo de eternidad

Al filo del desvanecimientoO efecto sorpresa del azar rompiente

Volumen aceitoso reclinándose en la corriente aéreaResiduo del agua vuelto al cielo

Arrullando intentoDescribiendo un horizonte de tiempo detenido

Dibuja una danza oscilante y a punto de…

Explotar.

[email protected]

Page 35: Cuadernícolas Nº6
Page 36: Cuadernícolas Nº6