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Cuaderno 20

¿Cuáles son los deberes y la responsabilidad de los Consejeros?


NORGESTION viene prestando desde su fundación, a inicios de la década de los 70, sus servicios profesionales deasesoramiento integral a empresarios y directivos en cuatro áreas diferenciadas:

• El Corporate Finance o asesoramiento sobre las estructuras corporativas y la consultoría estratégica.• El Asesoramiento Jurídico y Tributario.• El Asesoramiento Patrimonial.• El Asesoramiento y la Gestión en situaciones especiales y de cambio.

Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de este texto. Este cuaderno es titularidad de NORGESTION.

Títulos de la Colección “Cuadernos NORGESTION”

1 - ¿Cómo comprar o vender una empresa? 2 - ¿Qué es el Capital Riesgo? 3 - ¿Qué es un “Management Buy Out” (MBO)? 4 - ¿Qué es una “Due Diligence”? 5 - ¿Cómo funciona un Consejo de Administración? 6 - ¿Cómo se gestiona una Empresa Familiar? 7 - ¿En qué consiste el “Protocolo Familiar”? 8 - ¿Cómo se valora una empresa? 9 - ¿En qué consiste una fusión de empresas?10 - ¿Cómo realizar una reestructuración financiera?

Estos "Cuadernos NORGESTION" pretenden sintetizar y divulgar parte de nuestro conocimiento y experiencia endiferentes temas que consideramos de interés.

11 - ¿Qué es un Chief Restructuring Officer (CRO)?12 - ¿Qué es un Gestor Temporal de Empresas? 13 - ¿Qué es el MAB?14 - ¿Cómo abordar el reto de la internacionalización?15 - ¿Qué impacto tiene la actividad internacional en la fiscalidad?16 - ¿Existe financiación alternativa para la Pyme?17 - ¿Cómo participan las personas trabajadoras en la empresa?18 - ¿Cómo enfocar un proceso de integración entre empresas?19 - ¿Cómo instrumentar la financiación no bancaria a largo plazo?20 - ¿Cuáles son los deberes y la responsabilidad de los Consejeros?

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Cuadernos NORGESTION


Índice¿Cuáles son los deberes esenciales de los Consejeros? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5¿Qué es el deber de diligencia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5¿Qué significa la regla de la protección de la discrecionalidad empresarial o “business judgment rule”? . . . . . . . . . . . . 6¿Qué es el deber de lealtad y qué obligaciones comporta para los Consejeros? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7¿Qué significa el deber de evitar conflictos de intereses, como expresión del deber de lealtad? . . . . . . . . . . . . . . . . . 8¿Cómo actuar ante posibles conflictos de interés: deberes de comunicación y abstención? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10¿Cabe la dispensa o autorización en determinados supuestos de conflicto de intereses? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11¿Cuál es el alcance de la responsabilidad mercantil de los Consejeros? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

• Régimen general: responsabilidad por daños• Regímenes específicos de responsabilidad por deudas sociales:

- por pérdidas que supongan causa de disolución, y- por no instar la declaración de concurso de acreedores en plazo

Epílogo esperanzador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

Objetivo de este CuadernoEl objetivo del presente Cuaderno es definir cuáles son los deberes esenciales del Consejero y la responsabilidad delos Consejeros en caso de su incumplimiento, y ello desde la perspectiva del Derecho Mercantil.

Pretende ser un esbozo general de la materia, apor tando ideas simples, a la par que sólidas, transmitiendo un men-saje tranquilizador para quienes asuman la condición de administradores sociales de compañías. Cualquier análisismás exhaustivo debería ser objeto del asesoramiento preciso y detallado por par te de abogados mercantilistas expe-rimentados.

¿Cuáles son los deberes esenciales de losConsejeros?

Diligencia y lealtad, estos dos son los deberes esen-ciales exigibles a los Consejeros. Lo que se pide delos administradores sociales es que actúen en eldesempeño de su cargo de forma diligente y lealcon los objetivos e intereses de la empresa.

En otras palabras, al Consejero se le exige, por unlado, la actuación diligente en su cometido, lo queimplica que adopte las decisiones de manera infor-mada (con conocimiento lo más adecuado yexhaustivo posible en cada asunto sometido a sudecisión).

Por otro lado, se le exige al Consejero que sea lealen el desempeño de su cargo, actuando sin fraudeo conflicto de intereses (entre los intereses de laempresa y los personales del propio administrador).

¿Qué es el deber de diligencia?

Los Consejeros deben desempeñar su cargo con ladiligencia de un ordenado empresar io, actuandosiempre a favor del interés de la sociedad y estoimplica:

• Deber de ejercer efectivamente el cargo. LosConsejeros son nombrados para llevar a cabo laadministración y representación de la sociedady por tanto, tienen que estar implicados en elcumplimiento de las funciones que les corres-pondan. Así, deben dedicar tiempo y esfuerzopara atender regularmente las cuestiones de lacompañía, asistir personalmente, colaborar ydebatir activamente en las reuniones sobre lascuestiones que afecten a la empresa, así comoseguir los acuerdos que se hayan adoptado garan-tizando su ejecución.

• Deber de vigilancia y control. Los Consejerostienen que tener la vigilancia y supervisión activade la compañía. El deber de vigilancia exige cono-cer los riesgos de la sociedad con el objetivo deproponer las correspondientes medidas y estra-

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tegias para velar a favor de los intereses de laempresa y estar al tanto de las cuestiones quemás preocupan a la compañía.

• Deber de informarse. Los Consejeros tienen eldeber de exigir y el derecho a solicitar a la com-pañía toda la información sobre la empresa ysobre todo aquello que consideren sea de interéspara el cumplimiento de su deber de la diligenciadebida, así como para adoptar las medidas yacuerdos adecuados para el buen gobierno dela sociedad.

¿Qué significa la regla de la protección dela discrecionalidad empresarial?

La regla de protección de la discrecionalidad empre-sarial (la famosa “business judgment rule” de lajurisprudencia nor teamericana) significa que en elámbito de las decisiones estratégicas y de negocio,sujetas a la discrecionalidad empresarial, el estándarde diligencia de un ordenado empresario se entenderácumplido cuando el Consejero haya actuado de buena

fe, sin interés personal en el asunto objeto de decisión,con información suficiente y con arreglo a un proce-dimiento de decisión adecuado.

La función de esta regla es que, al enjuiciar la exis-tencia o no de responsabilidad por negligencia delos Consejeros de las sociedades, las decisiones deestos últimos no terminen por ser sustituidos porla de los jueces. Es decir, se trata de limitar el alcancedel control judicial en materia de responsabilidadpor daños al dejar fuera de éste las decisiones genui-namente empresariales, ya que la gestión empresarialimplica inevitablemente un cier to riesgo que derivade la incer tidumbre acerca de las consecuencias oresultados de las decisiones adoptadas.

Aun cuando las decisiones adoptadas se hayan reve-lado equivocadas a posteriori, no debe hacerse a losConsejeros responsables de los resultados lesivossi dichas decisiones se han adoptado cumpliendolos parámetros señalados de buena fe, ausencia de

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interés personal del Consejero, con informaciónsuficiente y siguiendo el procedimiento (legal, esta-tutario o reglamentario) previsto.

¿Qué es el deber de lealtad y qué obligacio-nes comporta para los Consejeros?

El deber de lealtad exige del Consejero el desem-peño del cargo como un fiel representante, obrandocon buena fe y en interés de la compañía, ejerciendolas facultades que se le han atribuido expresamentepara los fines establecidos.

El deber de lealtad obliga a los Consejeros a atenersea unas obligaciones básicas de compor tamiento, queincluye entre otros lo siguiente

• Actuar anteponiendo los intereses de la Compañíaque representa a los suyos personales.

• Actuar con honestidad de intención de lo quecabría esperarse de él.

• Deber de guardar secreto sobre la información,datos o antecedentes que haya tenido accesoen el desempeño de su cargo, y cuya divulgaciónpudiera tener consecuencias perjudiciales parael interés social.

• Deber de desempeñar sus funciones bajo el prin-cipio de responsabilidad personal, es decir,actuando con criterio o juicio propios, e inde-pendencia respecto a instrucciones de terceros.

• Evitar cualquier situación en la que sus interesespuedan verse contrapuestos o puedan entrar enconflicto con los intereses de la Compañía, y consus deberes para con la empresa. Este aspecto,por su importancia, lo desarrollamos en el apar-tado siguiente.

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¿Qué significa el deber de evitar situacionesde conflicto de intereses, como expresióndel deber de lealtad?

El Consejero, como toda persona, tiene un interéspropio que normalmente coincide con la búsquedade la máxima satisfacción de sus propias necesidadeso anhelos. El problema únicamente aparece en elmomento en que la búsqueda de esos interesespersonales se contraponen a los intereses socialesde la Compañía. Así, los conflictos de intereses delos Consejeros constituyen el supuesto más impor-tante de transgresión al deber de lealtad.

Se transgrede el deber de lealtad por una situaciónde conflicto de intereses del Consejero cuando sepresente una posible situación bajo la cual quedencontrapuestos el interés de la compañía y el interésdel Consejero (o el de un tercero vinculado a éste)y el Consejero no se abstenga de realizar el acto uoperación en conflicto, o bien, lo realice sin mediar

el proceso de autorización singular y anticipada porel órgano social competente, o sin estricto apegoa los deberes de comunicación y abstención quepreceptúan las leyes.

Como expresiones del deber de evitar conflictosde interés podemos enunciar, entre otras, las siguien-tes prohibiciones básicas:

• Realizar transacciones con la Compañía, exceptoque se trate de operaciones ordinarias, hechasen condiciones estándar para los clientes y deescasa relevancia.

• Utilizar el nombre de la compañía o de invocar lacondición de Consejero para influir indebidamenteen la realización de operaciones personales.

• Hacer uso de los activos de la Compañía (incluidasu información confidencial) con fines privados.

• Aprovecharse en beneficio propio de las opor-tunidades de negocio de la Compañía.

• Obtener ventajas o remuneraciones de ter-ceros asociadas al ejercicio de su cargo de

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Consejero, salvo que se trate de atencionesde mera cor tesía.

• Desarrollar actividades que entrañen una com-petencia efectiva, actual o potencial, con laCompañía.

Estas prohibiciones son meramente enunciativas yno excluyentes, por lo que se podrán incluir nuevasobligaciones pero nunca excluir la aplicabilidad deestas básicas.

En este punto conviene subrayar que las prohibi-ciones no sólo afectan a los Consejeros sinotambién a las personas vinculadas al Consejerocuando éstas obtengan algún beneficio por las actua-ciones llevadas a cabo por el administrador. Tendránla consideración de personas vinculadas a losConsejeros las siguientes:

- el cónyuge (o personas con análoga relaciónde afectividad);

- los ascendientes, descendientes y hermanosdel Consejero o de su cónyuge;

- los cónyuges de los ascendientes, de los descen-dientes y de los hermanos del Consejero, y

- las compañías en las que el Consejero, por sí o porpersona interpuesta, posea una mayoría de control(vía derechos o acuerdos de voto o de nombra-miento de los restantes Consejeros).

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¿Cómo actuar ante posibles conflictosde interés: deberes de comunicación yabstención?

Dentro del contenido del deber de lealtad se encuen-tran, además, dos deberes que le son implícitos, enla medida que siempre están presentes cuando existauna situación de conflicto de intereses del adminis-trador. Nos refer imos al deber de comunicarcualquier situación de conflicto de interés y el deberde abstención en la deliberación y votación respectode una operación donde el Consejero se encuentreen conflicto de intereses con la compañía.

La comunicación se ha de producir antes de que segenere la situación de conflicto de interés, y tienepor finalidad informar al órgano social competentepara autorizar, en su caso, el acto o la operaciónanalizada. En todo caso, esta comunicación no puedelimitarse a indicar la existencia del conflicto, sinoque debe hacerse una descripción detallada de los

términos del conflicto por par te del Consejero, ypara ello, debe revelar toda la información relativaal conflicto de intereses.

En cuanto al deber de abstención, los Consejerosafectados no pueden par ticipar ni en la deliberaciónni en la votación de los acuerdos o decisiones en loscuales tengan un conflicto de interés. Además, estedeber de abstención se predica no sólo de sus situa-ciones personales, sino también respecto de lapersona en conflicto a ellos vinculada. Ello implicaque el Consejero interesado no podrá intervenir enforma alguna -esto es, no podrá par ticipar con vozni voto- en las decisiones o acuerdos del órgano com-petente relativas al acto u operación en conflicto.

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¿Cabe la dispensa o autorización endeterminados supuestos de conflicto deintereses?

Aunque el deber de lealtad de los Consejeros esimperativo y de obligatorio cumplimiento (no siendoválidas, por tanto, las disposiciones estatutarias quelo limiten o le sean contrarias), la nueva normativaha introducido, sin embargo, un régimen de dispensaaplicable a la mayoría de conflictos de intereses.

La concesión de la dispensa, que sólo podrá tenerlugar en casos singulares -lo que elimina la posibilidadde emitir dispensas generales al administrador parapoder incurrir en conflictos de intereses-, implica laautorización para que el Consejero interesado puedarealizar una actuación de las consideradas de conflictode intereses.

Los órganos sociales competentes para concederla dispensa o autorización para que el Consejeropueda realizar en casos singulares una actuación

sujeta en principio a una prohibición son:• El Consejo de Administración, en los supues-tos siguientes:- el uso de bienes sociales para fines privados,- el aprovechamiento de las opor tunidadesde negocio, y

- transacciones con la Compañía que tengan unvalor inferior al 10% de los activos sociales.

El Consejo de Administración no podrá gene-rar u otorgar dispensas en supuestos distintosde conflictos de intereses a los anteriormentemencionados.En todo caso, la Ley ha querido ser más res-trictiva colocando dos exigencias sustancialesen el proceso de dispensa o autorización porpar te del Consejo de Administración:

(I) De una par te, que se garantice la inde-pendencia de los administradores queconceden la autorización respecto delConsejero dispensado, esto es queaquéllos no se encuentren condiciona-dos por el Consejero en confl icto o

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puedan resultar beneficiados directa oindirectamente por conceder la autori-zación del acto u operación en conflictode interés.

(II) De otra par te, que el acto u la opera-ción en conflicto sea “inocuo frente alpatrimonio social”, esto es que no afectela situación financiera y los resultadosde la entidad, o bien, aunque lo afecte,el acto u operación se realice “en con-diciones de mercado”, que podríaentenderse como condiciones estándarpara operaciones de la misma natura-leza, y bajo un proceso transparente.

• La Junta General de socios o accionistas,tendrán competencia exclusiva para dispen-sar los casos de confl icto de interesessiguientes:- la obtención de una ventaja o remunera-ción de terceros;

- la competencia con la Compañía (supuestoen el cual se exige autorización expresa yseparada, requiriéndose que del acto de

competencia objeto de la dispensa de laprohibición no quepa esperar daño parala Compañía, o que de producirse algúndaño esperado, éste sea compensado porlos beneficios o ventajas que prevén obte-nerse de ser autorizada);

- las transacciones con la sociedad por unvalor super ior al 10% de los activossociales, y

- en el caso del tipo de compañías SociedadesLimitada (S.L.) cuando se trate de la pres-tación de cualquier asistencia financiera alConsejero o del establecimiento de unarelación de servicios u obra.

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¿Cuál es el alcance de la responsabilidadmercantil de los Consejeros?

Por lo que se refiere al régimen de la responsabili-dad mercantil de los administradores sociales, suspropósitos principales son:

(I) controlar la gestión de los Consejeros en sucargo y prevenir perjuicios patrimoniales, y

(II) resarcir al potencial perjudicado (la propiaCompañía, sus socios o accionistas y terceros acre-edores sociales) mediante la posibilidad deinterponer acciones judiciales contra losConsejeros.

• Régimen general: responsabilidad por daños

Los Consejeros deben cumplir con la Ley, losEstatutos Sociales de la compañía y los deberesinherentes al cargo de administrador social (diligen-cia y lealtad) de los que venimos tratando en elpresente Cuaderno.

Así, los Consejeros tendrán que responder frentea la Compañía, frente a los socios o accionistas yfrente a los acreedores sociales, de los daños cau-sados por sus actos u omisiones contrarios a la Ley,a los Estatutos Sociales o incumpliendo los deberesinherentes a su cargo, siempre y cuando haya inter-venido dolo o culpa.

Por tanto, es una responsabilidad por culpa: requierede una actuación u omisión dolosa o, al menos, negli-gente, del Consejero.

La responsabilidad mercantil de los Consejeros serásolidaria entre todos los miembros del Consejo deAdministración teniendo en cuenta su dedicacióny funciones. Por lo demás, cabe prueba en contrariopara la exoneración de esta responsabilidad, acre-ditando los Consejeros:

(I) que no han intervenido en la adopción y eje-cución del acuerdo o realizado el acto lesivo oque desconocía de su existencia (adver tencia:

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dicho desconocimiento debería tener su origenen una causa no imputable a la propia desidia onegligencia del Consejero en el desempeño desus funciones, puesto que como hemos indicadocon anterioridad, el deber de diligencia le obligaa exigir y recabar de la Compañía la informaciónadecuada y necesaria para cumplir sus obliga-ciones, y no sería por tanto una causa deexoneración el mero hecho de desconocer lamedida sin una causa que lo justificara), (I I) y, en caso de conocer la existencia delacuerdo o acto lesivo, probando que hicierontodo lo conveniente para evitar el daño o, almenos, se opusieron expresamente a la adop-ción y ejecución de dicho acuerdo.

Entre las diversas acciones judiciales que puedeninterponer quienes se consideren perjudicados, lalegislación distingue entre la acción social y la acciónindividual de responsabilidad, en función del patri-monio que directamente haya sufr ido el dañocausado por la acción u omisión negligente delConsejero: el patrimonio social o el patrimonio indi-vidual de un socio o de un tercero.

Ambas acciones de responsabilidad, social e indivi-dual, prescriben a los cuatro años a contar desdeel día en que hubiera podido ejercitarse.• Regímenes específicos de responsabilidad pordeudas sociales:

- por pérdidas que supongan causa de diso-lución, y

- por no instar la declaración de concursode acreedores en plazo.

Tal y como se ha expuesto con anterioridad, la reglageneral consiste en que la responsabilidad individualdel Consejero con su propio patrimonio personalno alcanza a cualquier incumplimiento contractualde la compañía frente a sus acreedores, ya que, ellosupondría contrariar los principios fundamentalesde las sociedades de capital, como son la persona-lidad jurídica de las mismas, su autonomíapatrimonial y su exclusiva responsabilidad por lasdeudas sociales, u olvidar el principio de que loscontratos sólo producen efecto entre las par tes

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que los otorgan. La jur isprudencia del Tr ibunalSupremo reitera con claridad que “la responsabilidad

de los administradores sociales (Consejeros) en ningún

caso se puede conectar al hecho objetivo del incum-

plimiento o defectuoso cumplimiento de las relaciones

contractuales, convirtiéndolos en garantes de las deu-

das sociales.”

Ello no obstante, la legislación mercantil preceptúaunos deberes muy específicos y concretos a losConsejeros, estableciendo como sanción de suincumplimiento la responsabilidad del Consejeropor deudas sociales. Estos supuestos específicos sonlos dos siguientes:

(I) el deber de impulsar la disolución de laCompañía cuando esté incursa en causa legalpara ello, y, muy en par ticular, cuando las pérdi-das dejen reducido el patrimonio neto a menosde la mitad (50%) del capital social y siempreque no sea procedente solicitar la declaraciónde concurso, y (II) el deber de solicitar al Juzgado de lo

Mercantil la declaración de concurso de laCompañía dentro de los dos meses siguientesa la fecha en que hubiera conocido o debidoconocer su situación de insolvencia.

En el primer caso, el presupuesto objetivo es quese produzcan pérdidas que dejen reducido el patri-monio neto de la Compañía a menos de la mitad

del capital social (es decir, que la cifra de FondosPropios -que incluye el capital social, las reservas ylos resultados de ejercicios anteriores- sea inferioral 50% de la cifra del Capital Social), en cuyo casoel deber legal específico de los Consejeros es unaobligación que se puede desdoblar en dos faseseventualmente consecutivas:

• En pr imer lugar, el deber de convocar unaJunta General en el plazo de dos meses (desdeque los Consejeros conocieran o “debieranhaber” tenido conocimiento de la existenciade dicha causa de disolución) para que adoptealguno de los siguientes acuerdos:- el aumento o la reducción del capital social

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en la medida suficiente para superar el des-equilibrio patrimonial, o

- el acuerdo de disolución social (o si fuerainsolvente, inste el concurso).

• En una segunda fase, si la Junta debidamenteconvocada no se hubiera constituido o si elacuerdo de la Junta hubiera sido contrario ala disolución (a falta de un acuerdo deaumento o reducción de capital en la medidasuficiente), los Consejeros deben solicitar ladisolución judicial o, si procediere, el concursode la Sociedad.

La consecuencia patr imonial negativa para losConsejeros del incumplimiento de éste deber legalespecífico de impulsar la superación de la causa dedisolución por pérdidas o la petición judicial dedisolución o declaración de concurso de laCompañía, es que responderán solidar iamente -todos y cualquiera de ellos por la totalidad- de lasobligaciones sociales posteriores al acaecimientode la causa legal de disolución. Es lo que se deno-

mina una responsabilidad “objetiva”: si ocurren loshechos, no cabe prueba en contrario para moderarla responsabilidad de los Consejeros. Los adminis-tradores sociales tan solo podrán oponerse a quese les reclamen deudas sociales de fecha anterioral momento en que acontezca la causa de disolu-ción, si bien les corresponderá a ellos la carga dedicha prueba.

En cuanto a la eventual responsabil idad de losConsejeros por no instar la declaración de con-curso de acreedores, el deber legal específico delos Consejeros es solicitar al Juzgado de lo Mercantilla declaración de concurso dentro de los dos mesessiguientes a la fecha en que hubiera conocido odebido conocer su situación de insolvencia.

La legislación mercantil concursal define al estadode “insolvencia” de la Compañía como el presu-puesto objetivo del concurso, entendiéndose lainsolvencia como la imposibilidad de poder cumplir

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regularmente sus obligaciones exigibles (un con-cepto de tesorería, por tanto, y no patrimonial) yestableciéndose legalmente una serie de presuncio-nes indicativas de que una empresa se halla en dichoestado de insolvencia, a saber :

- cuando se produce el sobreseimiento generalen el pago corriente de las deudas;

- la existencia de embargos que afecten de unamanera general al patrimonio de la Compañía,

- el incumplimiento generalizado de pago de lasobligaciones tributarias, cuotas de la SeguridadSocial o salarios a los trabajadores durante lostres últimos meses.

La potencial consecuencia patrimonial negativa paralos Consejeros del incumplimiento del deber deinstar el concurso en plazo es que podría acarrearla calificación del concurso como “culpable” (cabeprueba en contrario de los Consejeros), y la posiblecondena de los Consejeros de la empresa cuyo con-curso se califique como culpable a la sanción de la

inhabil itación para administrar bienes ajenos(durante un plazo de 2 a 15 años, según la gravedadde los hechos), así como a pagar a los acreedoresconcursales el impor te de sus créditos concursalesque no perciban de la liquidación de la compañía.

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Epílogo esperanzador

En esta materia concreta referida a la regulaciónjurídica de la responsabilidad por la actuación delos Consejeros (y de los administradores sociales,en general) se ha producido en nuestro entornoun movimiento pendular : desde una regulaciónesquemática, a una normativa abundante, excesiva-mente detall ista y r igor ista, con previsión desanciones severas. Y ello tanto en lo referente a lanormativa mercantil (societaria y concursal) objetode análisis en el presente Cuaderno, como en loconcerniente a las modificaciones en el CódigoPenal que contempla la figura novedosa de los deli-tos societarios y a diversas disposiciones en materiatributaria y de seguridad social, entre otras.

Nadie cuestiona la bondad de la intención de lapolítica legislativa que subyace en dichas reformas:otorgar protección y amparo adecuados a quienessean víctimas de los abusos que pudieran ser come-

tidos por Consejeros negligentes.

Siendo dicha finalidad loable, no lo es, por el con-trario, la inevitable percepción que desprende o sedivulga en los medios de comunicación social acercade la nueva legislación, frecuentemente promulgadade forma precipitada al albur de casos mediáticospoco edificantes, que hace planear una suer te depresunción de culpabilidad en la actuación de losadministradores sociales y que ahuyenta a profesio-nales competentes y experimentados del ejerciciodel cargo de Consejeros, con el consiguiente empo-brecimiento del liderazgo empresarial del país.

Conviene recordar, por tanto, que toda Compañía,en tanto que proyecto empresarial, compor ta pordefinición y esencia propias un componente deriesgo. Dicho riesgo consiste en que el negocio puedeir mal y los socios de la Compañía podrán perderíntegramente la inversión realizada y los proveedoresno cobrar el suministro de mercancías o servicios

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prestados a empresas con las que contratan.

Teniendo siempre en consideración dicho punto depar tida -el riesgo empresarial que compor ta la exis-tencia y vida mismas de toda Compañía-, hay quesubrayar que los Consejeros no responden perso-nalmente con su patrimonio personal de las pérdidasque pudieran producirse en la empresa en cuya admi-nistración par ticipan, ni de que la empresa no puedahacer frente puntualmente a los compromisos y obli-gaciones adquiridos con sus acreedores, siempre queno se superen determinados límites fijados por ley.

Por tanto, conviene subrayar que a los efectos deque los Consejeros respondan con su patrimoniopersonal de sus actuaciones, diligencia exigible ybeneficios no son términos idénticos e intercam-biables. Como tampoco lo son diligencia exigible ycumplimiento puntual de las obligaciones de laempresa con sus acreedores.

En definitiva, se impone una visión con sentidocomún en esta materia: lo único que se les exige alos Consejeros es que actúen en el desempeño de

su cargo de forma diligente y leal con los objetivos

e intereses de la empresa. No responden, sinembargo, del buen fin de todas las operaciones yproyectos empresariales.

Para ello, un conocimiento básico de los deberesesenciales de los Consejeros y de la legislación apli-cable configura un elemento indispensable paraalcanzar dos objetivos impor tantes:

- facilitar el ejercicio diligente y leal de la funciónde Consejero en cualquier compañía mercantil, y

- fomentar el acceso de profesionales competentesy experimentados a cargos de administradoressociales en empresas, lo que conlleva, a su vez,un enriquecimiento del liderazgo directivoempresarial.

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Confiamos que este Cuaderno contribuya a apor tardicho conocimiento mínimo acerca de los deberesy la responsabilidad de los Consejeros de las com-pañías mercantiles, sirviendo como herramienta paraincentivar y animar a empresarios y profesionalescompetentes a dar el paso adelante de asumir car-gos de administración social en nuestras compañíasmercantiles, que conforman el tejido fundamentalde la riqueza de todo país desarrollado.

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