Cuadernos Color 80

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 22   c   u   a    d   e   r   n   o   s     d   e     b   u     d    i   s   m   o  .    P   r    i   m   a   v   e   r   a    2    0    1    2 Las navidades pasadas, la  Asociación Española de  Meditación Vipassana , cuya sede se encuentra localiza- da en Madrid, organizó un viaje a Camboya, Laos y T ailandia, países de gran tradición en el budismo tera- vada, junto con Myanmar, Sri Lanka y resto del sures- te asiático. El objetivo del viaje era doble: combinar un recorrido por lugares representativos de la historia y la cultura del país y conocer de primera mano algu- no de sus “monasterios del bosque”, permaneciendo en ellos en retiro ( Wat Suan Mokkh) o como residen- tes laicos (Wat Pah Nanachat ); este último pertene- ciente a la Tradición del Bosque Tailandesa. La Tradición del Bosque Tailandesa contemporánea se desarrolla a lo largo del siglo XX y es un movimiento de “vuelta a las raíces” que se inspira en las enseñanzas del Canon Pali y tiene como modelo la práctica y estilo de vida del Buda y su primera generación de discípulos. Esta tradición conoce una revitalización a principios de siglo de la mano de los renombrados maestros Phra  Ajahn Sao Kanta silo y s u pr incipa l d iscíp ulo Phra Ajahn Mun, y posteriormente, del que quizá sea la figura más conocida, Venerable Ajahn Chah (Bodhinyana Thera). El estilo de enseñanza de Ajahn Chah, simple y profundo al mismo tiempo, interesó especialmente a laicos occidentales; muchos de ellos fueron a estudiar y practicar con él, incluso durante años, a Wat Nong Pah Pong , el primer monasterio que fundó en 1954. Desde entonces, la Tradición del Bosque Tailande- sa se ha convertido en una de las principales órdenes monásticas del budismo teravada en Occidente, esta- bleciendo monasterios en Reino Unido, Canadá, Es- tados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Suiza, Ale- mania, Francia e Italia. Los monasterios de esta tradición se ubican en bosques aislados, y en ellos se sigue con t odo detalle el Patimokkha –código de disciplina monástico de 227 reglas– y la práctica de meditación. La disciplina es es- tricta, permitiendo al mismo tiempo llevar una vida sencilla en comunidad donde la virtud, la meditación y la sabiduría pueden ser cultivadas con continuidad. En 1966, acude a estudiar a Wat Nong Pah Pong el primer occidental, Ajahn Sumedho, monje de nacio- nalidad norteamericana que años después, en 1975, fundaría a petición de Ajahn Chah, Wat Pah Nana- chat , el primer monasterio para la formación de mon-  jes occidentales. El monasterio se encuentra ubicado en un bosque en el noreste de T ailandia, en la provin- cia de Ubon Ratchathani. Su principal propósito es facilitar un entorno de formación de monjes de habla inglesa en el estilo de vida y práctica de Ajahn Chah, permitiendo a los extranjeros practicar el dhamma si- guiendo las enseñanzas de los maestros de la T radición del Bosque. El centro de la vida monástica en Wat Pah Nana- chat incluye todos los aspectos ordinarios de la vida diaria al objeto de servir a la comunidad desarrollan- do atención plena, generosidad, alegría, fe y paci encia. Los monjes cosen y tiñen sus propios hábitos, hacen trabajos manuales y mantienen el monasterio en per- fecto estado. Viven de una forma extremadamente simple, haciendo una comida al día con las limosnas que obtienen de los aldeanos de los pueblos de alrede- dor. Cada monje habita una pequeña cabaña indivi- dual en medio del bosque, llamada “kuti” , donde se dedican a la meditación en soledad y al estudio del dhamma . Cerca de cada kuti hay un estrecho camino, despejado entre los árboles, donde practican medita- ción caminando. La práctica individual se alterna con períodos de reuniones de grupos y trabajo para la co- munidad. Además, periódicamente, realizan retiros formales en silencio durante siete o diez días. Durante el retiro de la temporada de lluvias, (thai:  pansah, pali: vassa ) que transcurre desde la luna llena de julio hasta la luna llena del mes de octubre, la co- munidad se reúne todos los días por la mañana, tarde y noche. En este período de retiro de tres meses los monjes realizan un estudio intensivo del Vinaya , el có- digo de disciplina monástica . Nuestra estancia de cuatro días en el monasterio coincidió con las celebraciones organizadas por el 20º aniversario del fallecimiento de Ajahn Chah. Con es- te motivo, se reunieron monjes llegados de distintos monasterios de la Tradición en Occidente: Luang Por Liem, Luang Por Sumedho, Ajahn Succito, Ajahn  Amaro, Ajahn Kevali, Ajahn Pasanno y Ajahn Sona fueron algunos de ellos. Extracto del “Dhamma talk” que impartió Ajahn Sona, abad del monasterio en Canadá, a los monjes residentes  y laicos reunidos esos días en W at Pah Nanachat.  W at Pah Nanachat EL MONASTERIO DE MEDITACIÓN VIPÁSANA DE Texto y fotos*: Pablo Urbina y Ximena Vera  V olviendo al monasterio de la ronda de limosnas

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Las navidades pasadas, la  Asociación Española de  Meditación Vipassana, cuya sede se encuentra localiza-da en Madrid, organizó un viaje a Camboya, Laos y Tailandia, países de gran tradición en el budismo tera-vada, junto con Myanmar, Sri Lanka y resto del sures-te asiático. El objetivo del viaje era doble: combinarun recorrido por lugares representativos de la historiay la cultura del país y conocer de primera mano algu-no de sus “monasterios del bosque”, permaneciendo

en ellos en retiro (Wat Suan Mokkh) o como residen-tes laicos (Wat Pah Nanachat ); este último pertene-ciente a la Tradición del Bosque Tailandesa.

La Tradición del Bosque Tailandesa contemporánease desarrolla a lo largo del siglo XX y es un movimientode “vuelta a las raíces” que se inspira en las enseñanzasdel Canon Pali y tiene como modelo la práctica y estilode vida del Buda y su primera generación de discípulos.Esta tradición conoce una revitalización a principios desiglo de la mano de los renombrados maestros Phra

 Ajahn Sao Kantasilo y su principal discípulo Phra AjahnMun, y posteriormente, del que quizá sea la figura más

conocida, Venerable Ajahn Chah (Bodhinyana Thera).El estilo de enseñanza de Ajahn Chah, simple y profundo al mismo tiempo, interesó especialmente alaicos occidentales; muchos de ellos fueron a estudiary practicar con él, incluso durante años, a Wat Nong Pah Pong , el primer monasterio que fundó en 1954.

Desde entonces, la Tradición del Bosque Tailande-sa se ha convertido en una de las principales órdenesmonásticas del budismo teravada en Occidente, esta-bleciendo monasterios en Reino Unido, Canadá, Es-tados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Suiza, Ale-mania, Francia e Italia.

Los monasterios de esta tradición se ubican en

bosques aislados, y en ellos se sigue con todo detalle elPatimokkha –código de disciplina monástico de 227reglas– y la práctica de meditación. La disciplina es es-tricta, permitiendo al mismo tiempo llevar una vida

sencilla en comunidad donde la virtud, la meditacióny la sabiduría pueden ser cultivadas con continuidad.

En 1966, acude a estudiar a Wat Nong Pah Pong elprimer occidental, Ajahn Sumedho, monje de nacio-nalidad norteamericana que años después, en 1975,fundaría a petición de Ajahn Chah, Wat Pah Nana-chat , el primer monasterio para la formación de mon-

 jes occidentales. El monasterio se encuentra ubicadoen un bosque en el noreste de Tailandia, en la provin-

cia de Ubon Ratchathani. Su principal propósito esfacilitar un entorno de formación de monjes de hablainglesa en el estilo de vida y práctica de Ajahn Chah,permitiendo a los extranjeros practicar el dhamma si-guiendo las enseñanzas de los maestros de la Tradicióndel Bosque.

El centro de la vida monástica en Wat Pah Nana-chat  incluye todos los aspectos ordinarios de la vidadiaria al objeto de servir a la comunidad desarrollan-do atención plena, generosidad, alegría, fe y paciencia.Los monjes cosen y tiñen sus propios hábitos, hacentrabajos manuales y mantienen el monasterio en per-

fecto estado. Viven de una forma extremadamentesimple, haciendo una comida al día con las limosnasque obtienen de los aldeanos de los pueblos de alrede-dor. Cada monje habita una pequeña cabaña indivi-dual en medio del bosque, llamada “kuti” , donde sededican a la meditación en soledad y al estudio deldhamma. Cerca de cada kuti hay un estrecho camino,despejado entre los árboles, donde practican medita-ción caminando. La práctica individual se alterna conperíodos de reuniones de grupos y trabajo para la co-munidad. Además, periódicamente, realizan retirosformales en silencio durante siete o diez días.

Durante el retiro de la temporada de lluvias, (thai:

 pansah, pali: vassa) que transcurre desde la luna llenade julio hasta la luna llena del mes de octubre, la co-munidad se reúne todos los días por la mañana, tardey noche. En este período de retiro de tres meses losmonjes realizan un estudio intensivo del Vinaya, el có-digo de disciplina monástica.

Nuestra estancia de cuatro días en el monasteriocoincidió con las celebraciones organizadas por el 20ºaniversario del fallecimiento de Ajahn Chah. Con es-te motivo, se reunieron monjes llegados de distintosmonasterios de la Tradición en Occidente: Luang PorLiem, Luang Por Sumedho, Ajahn Succito, Ajahn

 Amaro, Ajahn Kevali, Ajahn Pasanno y Ajahn Sonafueron algunos de ellos.Extracto del “Dhamma talk” que impartió Ajahn Sona,abad del monasterio en Canadá, a los monjes residentes 

 y laicos reunidos esos días en Wat Pah Nanachat.

 Wat Pah Nanachat 

EL MONASTERIODE MEDITACIÓN VIPÁSANA DE

Texto y fotos*: Pablo Urbina y Ximena Vera

 Volviendo al monasterio de la ronda de limosnas

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Las cinco facultades por Ajahn Sona 

“Me llamo Sona, soy de Canadá y hace más de 20 añosme preparé como monje aquí, en Wat Pah Nanachat; hevuelto en un par de ocasiones y ahora me han pedido queos dé una charla. Los Suttas normalmente terminan con-cluyendo con una frase que dice: “Y él infundió a todos 

energía y ánimo”. Del mismo modo, mi charla será para da-ros energía y animaros. Otras veces, la forma de levantar elánimo era a base de regañinas, pero hoy no lo haré; he no-tado en muchos occidentales que no las necesitáis porqueya tenéis, fluyendo, vuestra propia regañina interior. Esparte de la psique occidental; la psique occidental necesitaser motivada, no regañada. Esto es lo que he descubiertoen los últimos 17 años, de vuelta en Occidente, como pro-fesor budista de monjes y laicos.

En la época actual vivimos una cultura única, con unmontón de cosas interesantes; una época muy aceleradatecnológica y culturalmente hablando, donde la educaciónes universal y el intercambio global. Pero a pesar de todo,yo diría que en Occidente hay una pérdida de visión. Elsistema educativo occidental potencia el aprendizaje del“pensamiento crítico”, y eso está muy bien, es una de lascinco facultades (pali: indriyas ), pero desafortunadamentees solamente una de las cinco, y las cuatro restantes no seenseñan. No obstante, algunos de vosotros las habéis des-arrollado gracias a vuestro entorno familiar, vuestro propiodiscernimiento, o incluso por vuestro karma.

La primera de las cinco facultades es saddha, la fe, quees más bien una “convicción razonada”, por lo que mejorpodemos traducirla por convicción; tiene la connotación deuna poderosa motivación. Las otras son energía, atención

 plena, concentración y por último, pero no por ello la me-nos importante, sabiduría, que no es sino una forma depensamiento crítico; es la sabiduría que ve a través de lascosas. Y necesitamos de estas cinco facultades, aunquenuestra cultura, el sistema educativo en Occidente, se haapoyado casi exclusivamente en el pensamiento crítico. Sihaces las cosas bien en el colegio y en la universidad serásrecompensado con notables y sobresalientes, pero si tienesun tipo de personalidad basado en la fe, la energía o la con-centración, puede que suspendas; a pesar de que esas otrasfacultades son increíblemente valiosas.

No obstante, el foco en nuestro sistema educativo está

puesto exclusivamente en desarrollar una cierta y exclusivaárea del circuito neuronal: el córtex situado en la partefrontal. En desarrollarlo durante 15 o 16 años hasta conse-guir un título universitario; este es un tema importanteque debe ser abordado. Yo mismo, como laico, tuve que ir

a la escuela durante diecinueve años para acabar con uncórtex cerebral duro como una piedra. Lo cual es muy in-satisfactorio: la primera Noble Verdad del Buda. El propó-sito de la educación es enseñarte el “botón de arranque” detu córtex. No te enseñan a desactivar; el botón de apaga-do. ¡Estás obligado a ir con la lengua fuera a todas partes!Estando ansioso y cargado de energía te conviertes en un

¡buen comprador!, lo cual favorece mucho a la economía.La ansiedad es el origen del consumismo, ¡de las comprascompulsivas!

 Y con esto es con lo que nos dejan. No sé si veis la te-levisión, pero si prestáis atención a los anuncios veréis quehay una estrecha conexión entre ellos y las noticias que danantes o a continuación. Las noticias son siempre una cri-sis interminable, todo son problemas, todo está a punto deirse al infierno… y entremedias: ¡un anuncio de McDo-nald!, por ejemplo. Esto queda anclado en el córtex en elmismo circuito neuronal, de modo que cuando tienes an-siedad, vas a ir a McDonalds o a Starbucks… Así es la psi-que occidental; nuestra gran herencia cultural. A Gandhile preguntaron una vez: “¿Qué opina de la civilización occi-dental? ” y él respondió: “¡Creo que sería una buena idea! ”;por tanto, si Gandhi pudo, yo también puedo bromear so-bre el tema: la civilización occidental ¡sería una buena idea!De hecho, su origen fue alrededor de la misma época quelas raíces de la civilización asiática, el siglo V a.C. Ese fueun siglo memorable: Platón, Sócrates, Aristóteles, el Buda,Confucio en China y Lao Tsé, el fundador del Taoísmo–que es lo más cercano a un budismo chino–. Y desde en-tonces, de alguna forma, no hemos avanzado mucho.

Gran parte del pensamiento occidental está basado enPlatón, pero nos faltan algunas de sus partes más esencia-

les. Ellos entendían la sabiduría, no como un mero sabercientífico o tecnológico, sino como el único estudio apro-piado para un ser humano que, constituido por lo que lla-mamos los cinco khandhas , es quien verdaderamente pue-de desarrollar en su interior las cinco facultades de convic-ción, energía, atención plena, concentración y sabiduría. Es-ta es la esencia de la sabiduría en el pensamiento occiden-tal, y coincide también con la naturaleza de lo que en bu-dismo se llama “investigación de la realidad”. A menudooímos sobre investigar con atención plena y cosas así; senos dice: “Todo a tu alrededor es impermanente ”, así que,miras alrededor y dices: ¡ Ah, impermanente, no tiene sustan-

cia, no tiene esencia! Aquí sois una audiencia mixta y pue-de que alguno de vosotros no lo haya oído, pero los mon- jes repetimos constantemente las tres características de laexistencia que enseñó el Buda: dukkha, anicca y anatta (in-satisfactoriedad, impermanencia e insubstancialidad).

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Barriendo alrededor del “kuti” de Ajahn Sumedho “Kuti” o cabaña individual actual, en el bosque del monasterio

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Únicamente repetimos estas tres cosas; la iluminaciónsurge de la investigación de estas tres características,que no son entidades separadas. Pensad en ellas comoen los lados de un triángulo donde cada uno está enrelación con los otros dos y de los que no puede ser se-parado.

Los fenómenos, todas las cosas, son transitorias, semueven, están en constante cambio, por lo que en símismas son insubstanciales. Y en medio de todo estála insatisfacción, que es la naturaleza de la conscienciaconfusa. Nuestro sistema educativo en Occidente nonos enseña sobre este aspecto fundamental porque esun sistema basado en la “clasificación”, la base de laciencia. En un curso de Vipásana, donde te enseñan allegar hasta la unidad más pequeña de contemplación,puede ser útil este sistema, pero en la Tradición del

Bosque no es eso lo que hacemos. La nuestra es unaorientación birmana clásica.

Lo que me gusta de la enseñanza de Ajahn Chahes que se basa en una aproximación natural, donde lasimple observación de las cosas prevalece sobre unanálisis absorbente de las mismas. El Buda enseñaba adespertar a la gente ordinaria a través de charlas dediez minutos de duración que pudieran ser compren-didas y retenidas en la memoria, sin muchos tecnicis-mos. Por eso mismo, es importante recordar que enuna charla de quince o veinte minutos puede estarcontenido lo esencial para “calmar” el cortex; en ellapuede haber suficiente material para practicar e inte-riorizar en la vida. Y a propósito de “enseñanzas esen-ciales”, lo que vengo diciendo los últimos años es queel budismo es exclusivamente una enseñanza sobre lasemociones; sobre la experiencia emocional de la exis-tencia. ¿Cuál es la primera Noble Verdad?: la existen-cia de sufrimiento; por consiguiente, es un problemarelacionado con las emociones.

El Buda decía que sólo enseñaba dos cosas: que hay 

sufrimiento, (es decir, que hay un problema con lasemociones) y que ese sufrimiento tiene fin. Todo lo de-más en su enseñanza, relativo a la estructura o cosmo-logía del mundo, al tamaño del universo, o desde hacecuánto tiempo existe, etc., son sólo aspectos secunda-rios; no son importantes. La enseñanza trata de cuálesson tus sentimientos, del contenido de tus emociones,de si habitualmente estás atento a tu consciencia; esoes exclusivamente de lo que trata. Todas esas charlas so-bre la impermanencia, la insatisfacción, el vacío, estánestrictamente dirigidas a ese sentimiento que tienescuando aparcas el coche y cruzas el aparcamiento; a ex-

periencias tan sencillas como esas en la que puedes per-cibir tu sufrimiento, que es insubstancial. De esto es delo que tratan las charlas budistas, la enseñanza del Bu-da. Tenéis que volver siempre allí, al mundo interior. Y es la sabiduría la que puede traspasar esa experiencia.

Monje meditando en medio del bosque bajo la tienda mosquitera Monje meditando en el interior de su “kuti”

Charla de dhamma 

 Ajahn Chah meditando en su “kuti”

Reunión de monjes en la sala exterior

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Una de las cosas que comprendes cuando estudiasel Noble Camino Óctuple es que los factores sexto, sép-timo y octavo, (recto esfuerzo, recta atención y recta con-centración), que son los últimos y más sofisticados, des-criben una progresiva claridad, lucidez y serenidad dela plena experiencia de ser; y todo tu cuerpo y tu men-te está involucrado en ello. Aunque creas que tu men-te está en tu cuerpo, es tu cuerpo lo que está en tu

mente. Cuando realizas el dhamma de la manera co-rrecta, lo percibes como una experiencia física. No hay percepción del cuerpo si no es a través del cerebro o dela mente; la percepción de la forma del cuerpo, de supeso, de su temperatura, se realiza a través de la cons-ciencia, de las sensaciones. Y cuando tu percepción delmundo y de tu identidad cambia, todo tu cuerpo te loindica. El sufrimiento es experimentado no solo a tra-vés de la mente, sino del cuerpo y de la mente; todo elser lo experimenta. Y este es el mejor indicador de tuevolución en el dhamma: la escucha de la esencia de tuser en tu cuerpo, en tu mente, en tus entrañas, en tucorazón, en tu garganta, en tu cabeza, en ti… Todo tuser es transformado por la visión correcta de las cosas.La descripción del octavo factor del camino –la con-centración o samadhi – es de una gran belleza; tu cuer-po se siente transparente y tu mente lúcida. Cuando loalcanzamos correctamente, lo percibimos a través delcuerpo y de la mente. Es algo tangible, que puede sersentido. Cualquier otro interés por el dhamma, sea es-colástico, histórico, o cultural, si no nos conduce a es-to, no forma parte del camino.

 A menudo cuando meditamos nos preguntamos:“Mi experiencia del dhamma, ¿es verdadera?, ¿es sufi-ciente?”. Si todavía te haces esas preguntas, es que no

es suficiente. Es como cuando una persona pesa 100kg., y adelgaza hasta 65 kg., ¡se da cuenta! El efectoque produce el dhamma en la obesidad existencial deoccidente –la obesidad no es solo física– es como el deuna dieta: una sensación de pérdida de peso existen-

cial y emocional. Físicamente hablando, el cuerpo es-tá en la mente (de nuevo lo repetimos), por lo que in-cluso aunque tengas sobrepeso tu mente se puede sen-tir ligera; de igual forma, la mente de una persona conanorexia, puede sentirse muy pesada. En este aspecto,ejercitar el cuerpo no es importante, lo es ejercitar lacomprensión de la mente.

La enseñanza que os podéis llevar de esta charla es

la de las cinco facultades. La primera de ellas, comodecíamos, es saddha: la fe o convicción. En la era mo-derna tenemos opiniones, mientras que nuestros ante-pasados tenían convicciones. Hace falta algo más queuna opinión para construir una catedral gótica; hacefalta algo más que una opinión para liberarte. De esotrata la primera facultad. No es sólo un punto de vis-ta o una opinión, es algo más parecido a la firma de

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El bosque de Wat Pah Nanachat

 Ajahn Sumedho con su cuenco y hábitos bajo la tradicional tienda mosquitera 

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un contrato. Y un contrato se puede firmar de muchasformas y con distintos bolígrafos, pero para nosotros noes fácil firmar los papeles. ¡Solo para aquellos que estáncomprometidos! Y esta es la gran diferencia entre los es-

colásticos o académicos y los que están enfocados en lapráctica.En relación al mundo académico, es muy interesan-

te el paralelismo entre el Buda y Platón. El Buda ense-ñaba sentado en uno de los bosques más bonitos de laIndia –el bosque de Jetavana– mientras que, en la mis-ma época, en Grecia, Platón enseñaba en el bosque deolivos de la  Academia. Nuestra enseñanza es “ jetaváni-ca”, mientras que la de Platón es “académica”; la diferen-cia entre las dos no es simplemente académica. En la en-señanza “jetavánica”, el corazón, la fe o “convicción” tie-ne una importancia especial. Hoy en día, en Occidente,estos factores tienen menos peso, y la sabiduría, –cuyo

origen etimológico procede de la palabra sophia–, se haconvertido en algo más peyorativo, como la palabra “so-fisticado”. Hemos transformado algo muy bello, que tie-ne la capacidad de liberarnos del sufrimiento a través delestudio correcto de nuestros corazones, en la habilidadpara discutir, para hacer cambiar de opinión, para sacarbuenas notas en la universidad y conseguir un buen tra-bajo. La diferencia de aproximación es sustancial, por loque al mirar en nuestro interior será bueno que nos pre-guntemos en qué lugar nos encontramos, si vivimos enun bosque “académico” o en un bosque “jetavánico”; siel énfasis está en la fe, en la convicción, o por el contra-

rio en un excesivo pensamiento crítico.Necesitamos también de la atención plena, especial-mente hoy en día, en que una de las grandes epidemias esla excesiva estimulación sensorial y el déficit de atenciónque produce la sobreexposición a los medios de comuni-cación, principalmente en los niños; incluso a los profe-sores les cuesta mantenerlos sentados en sus sitios. Estasobreestimulación debilita nuestra capacidad de mante-ner la facultad de atención plena, que no es una atenciónsimple, sino plena. Es como la analogía del vigilante enuna ciudad fortificada: no se limita a mirar a todo el queentra y sale de la ciudad; no es una cuestión solamente deatención, les pide la documentación y les pregunta:“¿Quién eres tú?”. Del mismo modo, la atención plena nosinforma de quién entra y quién sale. Tienes que estar aler-ta de todo lo que ocurre en tu mente, de las emociones;tienes que saber qué es, clasificarlo, qué hacer con ello.Hay gente que paga aduana, a otros no se les permite laentrada, otros entran por la puerta VIP, como todos losmonjes saben aquí, en Tailandia; vosotros aquí soisVIPs… Es gracioso que un monje al llegar a un país bu-dista automáticamente tiene un estatus, un reconoci-miento diferente; en cambio en tu país de origen esto noes importante, porque no tienen sabiduría, no saben re-conocer lo que tiene valor. Así pues, debo estar atento:

“¿Estoy en un país budista?”, “¿soy capaz de reconocer lo que es importante y tiene valor?”, “¿qué entra en mi mente?”, “¿es importante?”, “¿debo darle la bienvenida y dejarlo entrar?”,“¿debo conservarlo y apoyarlo para mi propio bienestar y el de otros?”. Ese es el papel de la atención plena.

Por otro lado, hay algo con lo que nosotros, losmonjes, estamos continuamente luchando: la energía;tratando de estimularla –levantándonos a las 3 a.m.–tratando de mantenerla correctamente equilibrada. Re-almente lleva toda una vida su práctica y cultivo. Aquí

la mayoría sois monjes junior, ¿no? ¡No os preocupéis!,¡irá mejorando! La energía se puede cultivar, y debe ha-cerse hábilmente. El problema surge cuando la energíase transforma en agitación; no puedes dormir, vas de unlado a otro sin descanso. Ese es el peligro de la energíacuando no se entiende correctamente.

 Y lo que es muy difícil para la mente occidental, y supongo que para la mente asiática, que cada vez estámás expuesta a los medios, es la concentración. Esta ca-pacidad de experimentar la belleza, la serenidad, la cal-ma, la amplitud… En el colegio no te enseñan a con-centrarte, simplemente te dicen ¡hazlo! Algunos niñosse fijan en el empollón de la clase que entrecierra losojos para mirar a la pizarra y piensan: “¿Será porque en-trecierra los ojos?”; “si lo hago, ¿entenderé las matemáti-cas? ”. ¿Cómo concentrarse? ¿Es un músculo que ejerci-tas o algo así? Ajahn Chah decía algo muy bello: “El cuerpo se ejercita por el movimiento; incrementas su fuer-za y capacidad moviéndolo. En cambio, la fuerza y la ca-

 pacidad de la mente se desarrolla por el opuesto; al man-tenerla quieta” . Por tanto, para ejercitarla tienes que re-ducir su excesivo movimiento natural; eso la fortalece.Es el movimiento hacia la calma; la concentración nodebe comprenderse como una tensión, sino como suopuesto: una clase de quietud. Concentración es espa-

cio, quietud, serenidad, belleza… Y aquí terminaré lacharla de hoy sobre las cinco facultades”.

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*Gracias a Aj Siripañño por permitirnos usar las fotos de la página web del monasterio tailandés de Wat Pah Nanachat.

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Cartel en el bosque:“Si tienes tiempo para respirar, tienes tiempo para meditar”.

 Ajahn Chah