Cuando La Casa Cuna Se Instalaba en El Barrio en La Avenida Montes de Oca 40 Donde Se Encuentra...
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Cuando la Casa Cuna se instalaba en el barrio en la Avenida Montes de Oca 40 donde se encuentra
actualmente,el barriocomenzaba a modificarse debido a varios hechos.
El 1873la Casa Cuna se traslada de Moreno y Balcarce a su actual residencia, en 1865 se tendió el Ferrocarril Sud,
desde la Vieja Plaza de Carretas (hoy Plaza Constitución), dividiendo al barrio.
En 1870, el primer tranvía a caballo recorrió la Calle Santa Lucía (hoy Avda. Montes de Oca).En 1871a raíz de la
epidemia de Fiebre Amarilla, en la que murió el 10% de la población de la ciudad, por considerarlos focos de la
enfermedad, se cerraron los mataderos y saladeros de Barracas. La Fiebre terminó también con la mayoría de las
familias pudientes que se mudaros del barrio hacia el norte en busca de lugares sanos.
En el mismo año 1871, se reemplazó el puente de madera por uno de hierro para cruzar el Riachuelo, con el
nombre de Prelidiano Pueyrredón, ingeniero que lo diseñó y que murió sin verlo terminado.
En 1869la Capilla de Santa Lucía fue elevada a parroquia y declarada santuario en 1871, durante una prolongada
sequía se llevó en procesión a la virgen Santa Lucía para que cambiara el clima, si bien la ceremonia empezó con
el cielo despejado, terminó con una lluvia esperada. Por ese motivolos 13 de diciembre se celebra a la Santa,
patrona de la vistay miles de fieles de todos los barrios de Buenos Aires y sobre todo de Barracas, acuden al
Santuario de la calle Montes de Oca y Martín García, llevando en procesión a la Santa por las calles del barrio,
mientras los vecinos saludan a la virgen con una lluvia de jazmines. Ese día la Iglesia está abierta desde las 8 de
la mañana hasta las 12 de la noche y miles de fieles la visitan, pasando sus lentes, pañuelos, jazmines, por el
manto de la virgen. Unos días antes se instalan alrededor de la Iglesia los puestos con las tradicionales galletas de
miel, rosquitas, estampitas con la imagen de Santa Lucía, con espigas y medallitas. Desde temprano ese día las
calles del barrio están perfumadas con el olor tan característico de los jazmines de los vendedores ambulantes
que se encuentran a lo largo de la Avda. Montes de Oca y la Avda. Martín García, para que los concurrentes al
Santuario puedan ofrecerle a la Virgen la flor.
Otro hecho que ocurrióen 1873fue el adoquinado de la calle que se pagó con el peaje que se cobraba.
Algunos datos extraídos del libre de Enrique H. Puccia (historiados de Barracas)
El “Café” un lugar de encuentros, de citas, de charlas con amigos, un lugar de Buenos Aires para verse y al compás
de la cucharita girando dentro del pocillo de café, decirle a alguien que lo extrañas, que lo amás, o que deben
separarse.
Cultura y costumbre que cruzó el océano, vino de Europa y se quedó a vivir enamorada de vos Buenos Aires,
tierra hospitalaria, hermosa, amiga, que supiste dar la mano al desamparado y consolar al desesperado.
El artista, el científico, el bohemio, el estudiante, el obrero, todos, te visitaron alguna vez, y vos, siempre allí, con
los brazos abiertos, viendo pasar los siglos, siempre actual, firme, esperando al tomador de ginebra, o
simplemente esperando.
El café “El Pensamiento” siempre ocupò un lugar de encuentros en este barrio Barracas, primero estuvo en la
calle Vieytes entre Suárez y Olavaria, en épocas en que los payadores, los cuarteadores, criollos que trabajaban
en las barracas, en los saladeros de las orillas del Riachuelo, hacían un alto para jugar un truquito o para tomar
una caña. Hoy estás en la esquina de la avenida Montes de Oca y Brandsen, moderno, pujante, visitado por los
porteños del barrio que se dan cita en tu casa para charlar, hacer una pausa en su trabajo, para reuniones de
negocios, para hablar del partido de fútbol. Si habrán pasado porteños por tu casa, cuántas letras de tango se
habrán gestado en tus mesas, cuántas declaraciones de amor habrás presenciado. Hablando de amor, desde tus
ventanas justo frente a la que fuera la quinta de la familia Guerrero, hoy Placita Colombia, puede verse la Iglesia
de Santa Felicita, que la familia hizo construir después de la trágica muerte de su hija Felicita Guerrero asesinada
por su pretendiente.
A pesar que la sociedad fue cambiando tanto y tan vertiginosamente, vos estás igual, sensible, acogedor,
invitando a tus hijos al encuentro.
Desde la caída de Rosas, en el barrio se fueron levantando varios hospitales:
- “La Convalecencia” 1854 destinado a alienadas, luego de la Guerra del Paraguay “La Casa de Dementes” solo
para varones, “El hospital de Inválidos” y finalmente “El Hospital Militar” que hasta 1883 estuvo frente de la Casa
Cuna. En 1880 se instala “El Instituto Frenopàtico Argentino” donde actuaron José Ingenieros y José María Ramos
Mejía, más al Sur de la Avenida Montes de Oca, sobre la calle Gral. Hornos al 600, de una vereda era de mujeres y
de la otra era de varones, unidos los dos pabellones por un puente, se derrumbó al construirse la Autopista 9 de
Julio Sur.
- Frente al Hospital Luís María Ferrer, a la vuelta de la Casa Cuna, sobre la calle Finochietto en la década de 1930,
funcionó la primera escuela bilingüe argentino-japonesa destinada a los niños de esa comunidad.
- Entre los años 1873 y1877 la Casa Cuna tuvo muchos problemas de enfermedades que provocaban la muerte
infantil. Las oftalmias purulentas, la gastroenteritis, el escorbuto, el raquitismo y la desnutrición. La distancia
entre los pabellones los mantenía aislados a fin de evitar infecciones intrahospitalarias... Cuando las nodrizas no
eran suficiente se complicó el sustituir la leche humana, se usaron leche de vaca, yegua, burra y cabra, pero al no
poder esterilizarla, no se podía conservar y se intentó colocar a los bebés directamente en las ubres de cabras
amaestradas. Por suerte comienza a elaborarse en Buenos Aires " la leche malteada" que se vendía en farmacias
y droguerías.
Información extraída de “La historia de la Casa Cuna” Una anécdota del barrio, en el año 1890, llegó a la Casa
Cuna del barrio de Barracas su más renombrado Expósito, bautizado con los nombres de Benito Martín y adoptado
6 años después por la familia Chinchilla, carboneros de los barcos de la Boca, gracias a los cuales pudo tener un
papá y una mamá.
Cuando comenzó su carrera de pintor, modificó su nombre a Benito Quinquela Martín.
Buena parte de su fortuna la usó para construir el Lactario, el Hospital Odontológico Infantil de la Boca y el Jardín
de Infantes, la escuela de la Vuelta de Rocha y la de Artes Gráficas de la Boca, el Teatro de la Rivera, todo esto en
agradecimiento a los años que pasó en Casa Cuna.
Datos extraídos del Libro de Oro de la Casa Cuna.
Del escritor del libro Histórico del Hospital Argerich Roberto Litvachkes
sobre Estampas del barrio
El barrio de Barracas en el siglo XIX, la actual Avda. Montes de Oca, en esa época llamada Calle Larga, era el lugar
de encuentro obligado para ir en busca del amor, el paseo de las novias, de las damas que iban a oir misa a la
Parroquia Santa Lucía con su famosa procesión el día 13 de diciembre. Los amores contrariados de Felicitas
Guerrero y Samuel Sáenz Valiente, de Amalia Sáenz de Olabarrieta y Eduardo Belgrano , de la hija del Almirante
Guillermo Brown, de la pulpera de Santa Lucía -
sobreEl paso de la Historia
La poesía recuerda al autor del Martín Fierro, José Hernandez,que vivió en Barracas. También tuvo su quinta sobre
la Avda. Martín García el marino irlandés Guillermo Brown con su hija que se enamoró de un marino de una de las
naves que desembarcaron en Quilmes durante la Invasión Inglesa, la pareja se enamoró y su amor se vio pasear a
través de las rejas de la quinta de la familia Brown .
Pero como sabemos este barrio está cubierto por numerosos episodios de amores truncados y trágicos, uno de
esos lo protagonizó está pareja .La muerte del novio en batalla, al enterarse, la hija del almirante Guillermo Brown
se enterró en las aguas del Río de la Plata muriendo ahogada.
En este barrio se alojaron las familias más pudientes de la sociedad de principios del siglo XIX y allí tenían sus
quintas de verano, pero una epidemia de fiebre amarilla se llevó las quintas y las familias hacia el norte.
Una fría mañana de 1930, cuando la niebla cubría el puente Bosch sobre el Riachuelo, un tranvía que venía de la
provincia repleto de obreras y obreros que trabajaban en las fábricas de Barracas, cayó a las frías y sucias aguas
del río. El conductor del tranvía no vió que el puente estaba levantado, y en ese accidente murieron muchos
trabajadores. La caida del tranvía fue tema de una película "Pasó en mi Barrio" con Tita Merello y Mario Fortuna
como protagonistas. Recuerdo triste del año 30, donde se ahogaron un montón de sueños en una madrugada del
mes de junio en las sucias y frías aguas del Riachuelo.
Historias extraidas del libro del historiador de Barracas Don Enrique Puccia. y de María D´Abate.