Cuarto Domingo de Adviento Preparación Espiritual · 2019-11-25 · omingo 23 de iciembre de 21...

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Domingo 23 de Diciembre de 2018 Cuarto Domingo de Adviento “...devuélvenos la vida e invocaremos Tu Nombre” Sal. 79 Pag.1 Preparación Espiritual Espíritu Santo ilumíname para que, junto a María y a José, pueda acoger la Palabra. Espíritu Santo, hazme dócil para recibir el mensaje que me tienes preparado. Espíritu Santo, ayúdame en este tiempo de gracia, para poder encarnar la Buena Noticia y compartirla con los demás. Amén. 39En esos días, María partió y se fue rápidamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá, 40entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, Isabel quedó llena del Espíritu Santo 42y, exclamando con voz fuerte. dijo: «¡Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! 43¿Cómo es que viene a mí la madre de mi Señor? 44Porque apenas oí la voz de tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. 45¡Dichosa tú que has creído, porque ahora se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor!». Lc 1,39-45 Texto Biblíco

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Domingo 23 de Diciembre de 2018

Cuarto Domingo de Adviento

“...devuélvenos la vida e invocaremos Tu

Nombre”

Sal. 79

Pag.1

Preparación Espiritual

Espíritu Santo ilumíname para que, junto a María y a José, pueda acoger la Palabra.

Espíritu Santo, hazme dócil para recibir el mensaje que me tienes preparado.Espíritu Santo, ayúdame en este tiempo de gracia,

para poder encarnar la Buena Noticia y compartirla con los demás.

Amén.

39En esos días, María partió y se fue rápidamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá, 40entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, Isabel quedó llena del Espíritu Santo 42y, exclamando con voz fuerte. dijo: «¡Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! 43¿Cómo es que viene a mí la madre de mi Señor? 44Porque apenas oí la voz de tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. 45¡Dichosa tú que has creído, porque ahora se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor!».

Lc 1,39-45Texto Biblíco

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Domingo 23 de Diciembre de 2018

Cuarto Domingo de Adviento

“...devuélvenos la vida e invocaremos Tu

Nombre”

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Algunas preguntas para una lectura atenta1. ¿Por qué María parte presurosa a visitar a su parienta Isabel?2. ¿Qué le sucede a Isabel cuando oye el saludo de María?3. ¿Qué exclama Isabel sobre María?4. ¿Qué le sucede al niño en el seno de Isabel?5. ¿Por qué María es dichosa?

Algunas pistas para comprender el texto:Mons. Damian Nannini

María, después de haber recibido la visita de Dios en la anunciación, sale presurosa a visitar a su parienta Isabel.

María entra en la casa de Zacarías y saluda a Isabel: “el saludo de María a Isabel fue sin duda el clásico saludo ritual hebreo («La paz contigo») y el beso en la frente. Bíblicamente, la paz es mucho más que la ausencia de guerra o de enfrentamientos: es el conjunto de bienes que pueden hacer feliz al que recibe el saludo. En contexto mesiánico, como el de ahora, dar la paz es desear u ofrecer al oyente los bienes que el Mesías aporta a la Humanidad, y el primero de todos, su presencia, que había de realizar el anuncio profético: se llamará Dios con nosotros. Por ello el saludo cristiano ha terminado por ser: «El Señor esté con vosotros»” (S. Muñoz Iglesias).

Este saludo provoca una catarata de reacciones. El niño que estaba en el vientre salta de alegría e Isabel queda llena del Espíritu Santo. La venida de Jesús trae la plenitud del Espíritu y la alegría. La visitación es una con rmación de ello. Jesús, desde el seno de María, puede ya comunicar la alegría al niño que está en el seno de Isabel (1,44).La exclamación inspirada de Isabel nos enseña en primer lugar que María es bendita porque bendito es el fruto de su vientre. Es bendita y portadora de la Bendición de Dios, como Abraham (Gn 12,2-4).

La exclamación de Isabel termina con una declaración de bienaventuranza de María por su fe. La visita de María a la casa de Zacarías e Isabel está motivada por su fe en la Palabra del Señor, pues va allí a veri car el signo de la promesa, que es el embarazo de Isabel (1,36), porque cree que Dios salva en la historia. María creyó en lo increíble, en que sería madre virgen del Hijo de Dios, del Señor. Y es Feliz, Bienaventurada, por haber creído y contagia esta felicidad. Es una auténtica misionera. Está tan llena de Cristo que evangeliza con su presencia y el mero saludo.

Mons. Damián Nannini: Obispo de la Diócesis de San Miguel (Argentina); Licenciado en Sagrada

Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico.

¿Qué dice el texto?Lectura

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Domingo 23 de Diciembre de 2018

Cuarto Domingo de Adviento

“...devuélvenos la vida e invocaremos Tu

Nombre”

Sal. 79

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En el cuarto domingo de Adviento la liturgia nos presenta a la Madre del Señor embarazada, dándole un fuerte realismo a la expectativa del nacimiento del Salvador:

La liturgia nos presenta entonces a María como modelo - ejemplo de fe y esperanza “por haber creído que se cumplirá lo que le fue anunciado de parte del Señor”.

En María se concentra y se resume toda la espera milenaria de Israel. Pero al mismo tiempo la trasciende porque el cumplimiento va a superar la promesa con rmando que los caminos de Dios no son nuestros caminos (¡se dará lo inaudito!): María nos enseña a esperar la sorpresa de Dios y a recibirla con fe.

María nos enseña a buscar y a encontrar a Dios en lo pequeño, en lo sencillo, en lo cotidiano. Como dice hermosamente el Papa Francisco: “María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura” (EG n° 286).

María nos enseña a tener esperanza a pesar de nuestra pobreza de méritos para recibir al Señor:María vivió de modo único y supremo la Encarnación y por su fe se entregó a la acción del Espíritu Santo y se convirtió en templo de Dios. Si toda la Iglesia es la nueva Jerusalén donde Dios viene a habitar en medio de ella, María lo es de modo excelso.

María recibe al Verbo y lo hace presente mediante su presencia servidora. María, una vez que concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo, sintió un gran deseo de llevarlo a otros. De inmediato fue a visitar a su prima Isabel. La sola presencia de Jesús en el seno de María, puri có y santi có a Juan el Bautista, antes de que naciera. Así Jesús, por mediación de maría, pudo empezar a realizar su misión salvadora.

Este encuentro de las dos “madres embarazadas” es un modelo de todo encuentro creyente y evangelizador, obra del Espíritu Santo en ellas.

“María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización” (EG n° 288).

En n, María nos enseña a ser misioneros e Isabel nos enseña a recibir con alegría la visita del Señor. Dos actitudes destacadas para vivir en esta última semana de adviento (y siempre): la acogida cordial y la iniciativa misionera.

Continuamos la meditación con las siguientes preguntas:1. ¿Creo en la Palabra de Dios y encuentro la felicidad en practicarla?2. ¿Trato de tener la misma disponibilidad para cumplir la Voluntad de Dios en mi vida

como la tuvo María?3. ¿Comparto las gracias recibidas del Señor y doy testimonio de las mismas?4. ¿Acepto que la fe crece cuando se da y no cuando se la guarda?5. ¿Mi encuentro personal con el Señor me lleva al encuentro de mis hermanos con

actitud de servicio?

¿Qué me dice el Señoren el texto?Meditación

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Domingo 23 de Diciembre de 2018

Cuarto Domingo de Adviento

“...devuélvenos la vida e invocaremos Tu

Nombre”

Sal. 79

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“Mi espejo ha de ser María. Puesto que soy su hija, debo parecerme a Ella y así me pareceré a Jesús”

Santa Teresa de los Andes.

Durante esta semana me propongo visitar a algún amigo o familiar y ayudarlo en lo que esté necesitando.

Acción ¿A qué me comprometo parademostrar el cambio?

¿Qué le respondo al Señor que me hablaen el texto?Oración

Gracias María por tu prontitud en ir a ayudar a Isabel.Que aprenda a superar mis montañas de prejuicios y miedos a la hora de servirRegálame una fe madura, para aceptar lo que Dios quiera aunque no entienda. Que pueda sentirte mi mamá y compañera en el camino de anunciar y vivir la

Palabra.Que acoja en el corazón a quienes anuncian el Reino y a quienes están perdidos y

solos.Hazme, como Vos, misionera y servicial.

María, que pueda vivir a tu lado, la venida de Jesús.

Amén

Contemplación ¿Cómo hago propias en mi vidalas enseñanzas del texto?

María ayúdame a ir sin demora a ayudar a mis hermanos

Bitácora de grandes Lectionautas