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    Las cuatro direcciones

    Daan van Kampenhout

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    Primera edicinMarzo 2015

    2004Daan van Kampenhout

    2015 de esta edicinLa Liebre de Marzo, S. L.

    TraduccinIrene Goikolea

    Adaptacin grfica y maquetacinXavier Vidal y Laia Pascual

    Impresin y encuadernacinService Point F. M. I., S. A.

    Impreso en Espaa

    Depsito legalB-7358-2015

    ISBN978-84-92470-33-4

    La Liebre de Marzo, S. L.Apartado de Correos 2215, E-08080 Barcelona

    [email protected]

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    ndice

    Prlogo .......................................................................................................... 7Introduccin .................................................................................................. 9

    1. El sol .................................................................................................... 132. La luna ................................................................................................. 193. Uniendo el interior y el exterior ........................................................... 254. El tiempo cclico .................................................................................. 315. El ciclo de la vida ................................................................................. 356. Encarnacin ......................................................................................... 417. Fundamentos ....................................................................................... 498. El Este ................................................................................................. 559. El Sur ................................................................................................... 5910. El Oeste ............................................................................................... 63

    11. El Norte ............................................................................................... 6912. Cuatro maneras de mirar ...................................................................... 7513. Invitaciones .......................................................................................... 8314. Diferencias y colores ............................................................................ 8915. Los elementos ...................................................................................... 9516. Animales ............................................................................................ 10317. Oracin .............................................................................................. 11318. Movindonos a lo largo del eje ........................................................... 12119. A contrarreloj ..................................................................................... 13120. La personalidad .................................................................................. 135

    21. Patologas ........................................................................................... 14522. Caminos individuales ......................................................................... 15323. Rezando por los dems ....................................................................... 15924. El centro ............................................................................................. 165

    Unas palabras de agradecimiento .............................................................. 169

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    Prlogo

    Los psiquiatras, psiclogos y psicoterapeutas de nuestro tiempo siguen reali-zando una actividad milenaria de sanacin del alma que anteriormente solofue ejercida por sanadores, chamanes y sacerdotes, ocupndose de la necesidadfundamental del ser humano de sanar sus heridas anmicas. Hago hincapien esto porque en algunos psiclogos o en general en el mundo occidental sepercibe un menosprecio cuando se trata de los mtodos de sanacin tradicio-nales de otras culturas. En algunos aspectos, sin embargo, su comprensin espsicologa punta, y ms avanzada que los conocimientos modernos y recientes

    de Occidente. Como ya indica la etimologa de la palabra, el psicoterapeutapresta un servicio, a saber: sanar (therapeein) el alma (psich) de su cliente. Elterapeuta se pone al servicio de la sanacin. Un chamn dira exactamente lomismo de su trabajo.

    Daan van Kampenhout trabaja desde hace un cuarto de siglo como cha-mn, lo que no es lo ms comn al ser holands de nacimiento. Su vida le haconducido por este camino, y seguramente fue incluso ms que una mera vo-cacin, personalmente tengo la impresin que no tuvo otra eleccin. En con-secuencia, tanto en su trabajo como en sus libros se hace obvio que son frutode un intenso encuentro entre una tradicin milenaria y una mente moderna y

    analtica, incluso cientfica. En lugar de simplemente copiar e imitar lo que leensearon sus maestros de otras culturas, procedentes de tribus indgenas deNorteamrica y de Finlandia, l senta la necesidad de integrar en s mismo,a travs de un proceso de aos de experimentacin, investigacin y reflexin,esta sabidura antigua junto con los conocimientos y el mundo de una personaoccidental nacida en la segunda mitad del siglo XX.

    Un ejemplo de esta integracin es lo que l denomina el ritual sistmicoy que es una integracin de dos enfoques a primera vista muy diferentes: elchamanismo y las constelaciones familiares. Su trabajo resultante del ritualsistmico es todo un logro personal y fruto de su incansable esfuerzo por inte-

    grar las diferentes fuentes e inquietudes de su propio ser. En otro de sus libros,Chamanismo y Constelaciones Familiares, la sanacin viene de afuera plasmasus reflexiones al respecto.

    En Las cuatro direcciones Daan van Kampenhout nos introduce en unacomprensin cclica de los fenmenos de la vida, tanto en el mundo exteriorcomo en el mundo interior de cada persona. Siguiendo las diferentes cualidadesdel Este, del Sur, del Oeste y del Norte y la rueda resultante, crea una brjulaespiritual que puede guiar al lector. En sus palabras:La rueda nos conecta con

    patrones temporales cclicos y nos puede ayudar a penetrar en las regiones internas dela psique y del alma en las que los ciclos de la naturaleza son una parte de nuestro ser.

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    Es de mucho agradecer que en este libro no solo explica la rueda con suscuatro direcciones como una fuente de sabidura chamnica, sino que tambinofrece una variedad de ejercicios para que el lector pueda experimentarla ydesarrollar de esta manera su propia comprensin. De nuevo se muestra en sulibro que esta visin chamnica coincide en numerosos aspectos con la visinpsicolgica de nuestro tiempo: pensar en procesos, en ciclos y en equilibrarpolaridades aparentemente opuestas, todos ellos son conceptos nada ajenos adiferentes ramas y escuelas dentro del mundo de la psicologa.

    Se podra decir que Daan van Kampenhout adems de ser un buen escri-tor que se comunica de forma clara y amena es un traductor nato que sabetransmitir la esencia de la visin chamnica, en lugar de poner el nfasis en elaspecto ms bien folclrico de sus rituales como hacen unos cuantos chamanesoccidentales. Gracias a su profunda comprensin l abre una puerta al moder-no hombre occidental, para que pueda adentrarse en esta antigua sabidura, yas enriquecer nuestra vida.

    Peter Bourquin

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    Introduccin

    Muchos occidentales oyeron hablar por primera vez de las cuatro direcciones amaestros procedentes de diversas culturas nativas americanas. Aunque fueronlos maestros nativos americanos los que presentaron la rueda a los occidenta-les, hay otros muchos pueblos que conocen, o han conocido, la naturaleza delas direcciones. Todas las tribus chamnicas de Siberia y Mongolia han tenidosus propias versiones de la rueda. En Europa, los chamanes del pueblo Sami deLaponia pintaban las cuatro direcciones en sus tambores sagrados y los druidasde las tribus celtas conocan las cuatro direcciones que las modernas escuelas

    de druidas an, al menos parcialmente, recuerdan. Si miramos con deteni-miento, pronto nos daremos cuenta de que todas las culturas pre-industrialesy pre-cristianas asociaban a las direcciones con poderes espirituales. Incluso,despus de que se pierda la mayor parte o incluso todo el conocimiento prcti-co sobre la naturaleza de los poderes de las direcciones, puede que permanezcael recuerdo de su importancia espiritual.

    Por ejemplo, el chal que los religiosos judos se ponen cada maana mien-tras recitan sus oraciones matutinas tiene agujeros en las cuatro esquinas. Decada esquina se saca un hilo que se pasa por cada agujero y esas cuatro hebrasse unen en una serie de nudos especiales. Cada vez que un judo ve las borlas,

    se acuerda de los mandamientos que nos dio el Creador. Estas leyes son leyesespirituales que mantienen a la tribu y a las personas sanas y en sintona con lacreacin. Las borlas cuelgan de las cuatro esquinas del mundo, como a vecesse les llaman a las esquinas del chal de oracin, recordando que, si prestamosatencin a las cuatro esquinas, las cuatro direcciones, encontraremos las leyessagradas que gobiernan nuestras vidas. Quizs, como el conocimiento de lascuatro direcciones era algo comn a varios pueblos, muchos occidentales hanrecibido con entusiasmo las enseanzas de la rueda de medicina de las culturasnativas americanas.

    Cmo aprend yo acerca de la rueda? Fue un amigo nativo americano el

    que me puso sobre la pista. l me recibi en su temascal para rezar y escucharlos cantos, pero sin darme ninguna explicacin. l no me ense los nom-bres de las direcciones en su idioma. Ni siquiera s qu fuerzas espiritualesencarnan las direcciones segn su conocimiento. Tampoco s qu color usa supueblo para cada direccin. Yo nunca pregunt, y no porque no estuviera in-teresado sino porque si hay algo que se aprende muy rpido cuando se est encontacto con lderes espirituales nativos americanos es dejar de hacer pregun-tas. Este maestro me dijo que mejor sera que prestara atencin a la naturalezay ver qu poda aprender de esa manera. l no me iba a introducir en su propiacultura, pero me dio la bienvenida a algunas de sus ceremonias para que algo

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    en mi propia alma se pudiera despertar. De ese modo pude empezar a aprenderde mis propios ancestros, de las piedras, de los rboles, de mi propia tierra. Siquera aprender de las cuatro direcciones, por qu preguntarle a l? Era mejorque rezara y les preguntara directamente a las cuatro direcciones. As que esoes lo que hice.

    Llevo quince aos pidiendo a las direcciones que me enseen y me guen.Las he ido conociendo poco a poco y, lentamente, he llegado a apreciar larueda. Todava tengo mucho que aprender. Sin embargo, creo que poseo elconocimiento suficiente sobre los aspectos bsicos de la rueda de las cuatrodirecciones como para escribir una introduccin sobre ellas.

    Durante aos he escuchado y ledo muchas opiniones diferentes sobre lanaturaleza de las cuatro direcciones y las relaciones entre ellas. Algunas per-sonas intentaron convencerme de que su comprensin personal o tribal era lanica manera vlida de mirar a la rueda. Poco a poco me di cuenta de que cadaversin tradicional de la rueda de cada una de las diferentes culturas es verda-dera y completa en s misma. Cada enseanza tradicional sobre las direccio-nes se ha modelado lenta y gradualmente y ha sido comprobada por sucesivasgeneraciones. Los poderes que se ven en la naturaleza, los poderes del mundode los espritus y los poderes de las propias personas revelaron el lugar queocupaban en la rueda. Muchas observaciones, visiones y percepciones indivi-duales se tradujeron a smbolos y conceptos comprensibles para personas de uncontexto cultural y un tiempo especficos. A causa de esto, las ruedas de variasculturas antiguas difieren mucho. Sin embargo, todas las ruedas son autnticas.

    En este libro doy muy poca informacin sobre las ruedas tradicionales. Laspocas veces que lo hago, menciono la cultura o tribu especficas de las queproviene este conocimiento. Conscientemente, evito las descripciones e im-genes tradicionales de las cuatro direcciones. Estudiar una versin antigua dela rueda slo es til cuando tambin dedicas tiempo a absorber la visin tradi-cional del mundo, el lenguaje y la cultura de los cuales esa versin particular dela rueda es slo una pequea parte. A todos los representantes de las culturastradicionales que conoc personalmente les resulta doloroso ver que los occi-dentales proclaman que comprenden su conocimiento tradicional. No quierodar la impresin de que yo entiendo, utilizo o vendo un conocimiento que no

    es el mo propio. El hecho de no mencionar las ruedas tradicionales es para muna manera de mostrar respeto.

    A medida que iba conociendo las cuatro direcciones, me di cuenta de queno importaba cunto poda aprender de otras personas. Slo mis propias ob-servaciones y experiencias personales me llevaban a una comprensin verdade-ra. He tenido en cuenta que cualquier cosa que diga o escriba debe estar basadaen la experiencia personal y debe estar viva y ser verdad para m. Sin embargo,tambin reconozco que las propias direcciones son los nicos maestros verda-deros. Animo a la gente no slo a leer mi libro, sino tambin a experimentar

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    Introduccin

    directamente con las direcciones. Por lo tanto, cada pequea porcin de teoraque presento est vinculada a rituales y ejercicios prcticos. Este es un verda-dero libro de ejercicios, no slo un libro de lectura!

    La rueda es un mapa muy apropiado: un crculo con cuatro puntos a la mis-ma distancia el uno del otro. Cada direccin tiene su papel especfico propioy cada una apoya a las otras tres a travs de sus propias caractersticas indivi-duales. Las cuatro direcciones forman un todo. Llegar a conocer la rueda y lascuatro direcciones te ayudar a determinar cul es tu propio lugar una y otravez. No importa en qu fase de tu vida te encuentres, ni cul sea tu estado denimo, si ests intentando empezar algo o si ests terminando un proyecto,siempre puedes volverte a encontrar en la rueda. Y cuando has encontradoese lugar, las direcciones te muestran cul puede ser tu siguiente paso y cmopuedes avanzar. La rueda te estimula a pensar y a filosofar y de esta manerapuede propiciar comprensiones muy valiosas. La rueda es una herramientaprctica que te puede ayudar a comprender, dirigir y modelar tu vida cotidianay tu desarrollo espiritual.

    Aquellos que no tienen experiencia prctica con rituales, estados de tran-ce y espritus vern que la rueda es un fundamento concreto y estable queproporciona estructura y enraizamiento. La rueda tiene muchas ventajas paralas personas que quieran comenzar a practicar tcnicas chamnicas, porqueencarna los procesos fsicos, emocionales, psicolgicos y espirituales que todosexperimentamos. Lo que la rueda aade a lo que ya es familiar es orden y pro-fundidad, y crea una estructura. Adems de esto, la rueda nos ensea qu es elprogreso natural y nos ensea tambin cmo movernos de un lugar al siguien-te. Para empezar a conocer las cuatro direcciones, tienes que entender cmolas diferentes fases de cualquier proceso se apoyan y se complementan. Lascuatro direcciones no se pueden modificar y son parte del mundo natural quedio lugar a nuestro cuerpo, mente y alma. Por ello, desde el primer momento,nos resultan familiares y cercanas.

    Todo ello convierte a las cuatro direcciones en la mejor ayuda espiritual paraquien est empezando el camino chamnico. Muchas enseanzas chamnicasoccidentales contemporneas enfatizan la importancia del ligero trance que secrea con los tambores para establecer un contacto individual con animales de

    poder. Esto no siempre es fcil. Hay que aprender a percibir al animal. Por eso,primero hay que aprender a entrar en trance con un tambor o una sonaja. Des-pus de aprender esto, puede que al principio no entiendas qu est intentandodecirte el animal de poder. Como para la mayora de la gente el intercambiode informacin es importante, tienes que encontrar o desarrollar un lenguajecomn que os permita a ti y a tu ayudante comunicaros con claridad. Ese len-guaje ser sobre todo una combinacin de imgenes simblicas, experienciaskinestsicas y emocionales e impresiones intuitivas. Incluso, aunque todo estofuncione bien, hay que interpretar la experiencia. Puede que suene un poco

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    complicado. Algunas personas que estn aprendiendo viajes chamnicos mehan dicho que la comunicacin con los animales que les ayudan es a vecestorpe y no siempre produce resultados claros o concretos.

    Las cuatro direcciones nunca estn tan lejos de la simple experiencia di-recta. Son parte de tu cuerpo; las puedes reconocer en cada paso del camino.Cuando cocinas, cuando tienes miedo de hundirte emocionalmente, cuandoests reorganizando tu casa, siempre eres parte del crculo de las cuatro di-recciones, en cada momento del da o de la noche. No hace falta entrar entrance para experimentarlas. Las ests experimentando ahora mismo. Las cua-tro direcciones son y siempre sern los poderes ms concretos y cercanos queencontrars en el chamanismo. Son fciles de reconocer, asequibles y siempreestn presentes.

    Adems, las cuatro direcciones representan un ancla importante paraaquellos que ya tienen experiencia en rituales y prcticas chamnicas. La sen-cilla apariencia de la rueda nos puede conducir a engao. Sin embargo, en susencillez, sigue revelando inesperados detalles y capas ms profundas. Cadauna de las direcciones tiene muchos aspectos distintos y juntos se puedencombinar de multitud de maneras sobre el crculo. Tienen una naturalezaestable, pero son dinmicas cuando interactan entre ellas. Siempre hay mspor descubrir y experimentar.

    Para m, personalmente, la rueda es siempre una fuente de asombro y reco-nocimiento. Cada descubrimiento, cada paso ms all en la rueda fortalece mirelacin con otras personas y con el mundo en s mismo. Espero y deseo queeste libro ofrezca a cada lector el marco necesario para empezar a conocer lasdirecciones, y que deje suficiente terreno inexplorado para estimular a las per-sonas a realizar sus propios descubrimientos. Ojal que todos vosotros tengisun buen viaje a medida que os movis alrededor del crculo.

    Daan van Kampenhout