Cuatro medio verdades de los bosques

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RE V I S T A F O R E S TA L C E N T R O A M E R I C A N A FORO 6 Cuatro medio verdades: la relacin bosques y agua en Centroamrica Los bosques, sobretodo los bosques naturales, generan servicios ambientales im- portantes, incluso servicios hidrolgicos. Pero si real- mente queremos conseguir y mejorar esos servicios te- nemos que entenderlos, ya que nadie sabe a ciencia cierta cules son. David Kaimowitz n los ltimos das de oc- tubre de 1998 el Huracn Mitch provoc un diluvio de inundaciones y desla- ves, cuya furia desat el caos en Honduras, Nicaragua,Guate- mala y El Salvador; caus alrededor de nueve mil muertes y seis mil millo- nes de dlares en daos. Una vez que las aguas bajaron,en toda la regin la gente comenz a preguntarse porqu la tormenta haba causado una des- truccin tan grande y cmo se po- dran evitar desastres similares. Se- gn los medios de comunicacin, los oficiales pblicos,los ambientalistas y las agencias internacionales la defo- restacin haba fortalecido el impac- to del huracn, y, para reducir los riesgos de desastres similares, era ne- cesario reforestar y conservar mejor los suelos. El Huracn Mitch coloc la degra- dacin de las cuencas en la agenda poltica centroamericana de forma definitiva.Sin embargo, ya exista una preocupacin por el tema que haba crecido paulatinamente a partir de los aos setenta. Reportajes de prensa e informes de consultores aduciendo que los embalses, ros y costas de la regin estaban siendo sedimentados de forma acelerada causaron conster- nacin entre ciertos oficiales de go- bierno. Las ONG«s y los medios de comunicacin convencieron al pbli- co que la deforestacin agravaba las sequas y la prdida de fuentes de agua en la poca seca. E

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Cuatro medio verdades:

la relación bosques y

agua en Centroamérica

Los bosques, sobretodo losbosques naturales, generanservicios ambientales im-portantes, incluso servicioshidrológicos. Pero si real-mente queremos conseguiry mejorar esos servicios te-nemos que entenderlos, yaque nadie sabe a cienciacierta cuáles son.

David Kaimowitz

n los últimos días de oc-tubre de 1998 el HuracánMitch provocó un diluviode inundaciones y desla-v e s, cuya furia desató el

caos en Honduras, N i c a r a g u a ,G u a t e-mala y El Salvador; causó alrededorde nueve mil muertes y seis mil millo-nes de dólares en daños. Una vez quelas aguas bajaron,en toda la región lagente comenzó a preguntarse porquéla tormenta había causado una des-trucción tan grande y cómo se po-

drían evitar desastres similares. S e-gún los medios de comunicación, l o soficiales públicos,los ambientalistas ylas agencias internacionales la defo-restación había fortalecido el impac-to del huracán, y, para reducir losriesgos de desastres similares, era ne-cesario reforestar y conservar mejorlos suelos.

El Huracán Mitch colocó la degra-dación de las cuencas en la agendapolítica centroamericana de formadefinitiva.Sin embargo, ya existía una

preocupación por el tema que habíacrecido paulatinamente a partir de losaños setenta. Reportajes de prensa einformes de consultores aduciendoque los embalses, ríos y costas de laregión estaban siendo sedimentadosde forma acelerada causaron conster-nación entre ciertos oficiales de go-bierno. Las ONG´s y los medios decomunicación convencieron al públi-co que la deforestación agravaba lassequías y la pérdida de fuentes deagua en la época seca.

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La angustia por la degradación delas cuencas es bien intencionada y tie-ne fundamento. Sin embargo, a menu-do uno escucha cosas sobre las rela-ciones entre cobertura forestal yp r e c i p i t a c i ó n , abastecimiento deagua, inundaciones y sedimentaciónque son apenas medio verdades.

En la realidad, es probable que ladeforestación sólo tenga un pequeñoefecto sobre la precipitación en la re-g i ó n . Despalar aumenta la escorrentía,cuando los usos que reemplazan elbosque reducen la infiltración delagua en el suelo.A la vez,puede redu-cir los flujos superficiales y agua sub-terráneas en la época seca. Pero tam-b i é n , es posible que la deforestacióntenga el efecto contrario, ya que losbosques pierden más agua a través dela evapotranspiración que la vegeta-ción corta. El efecto neto depende delpeso relativo de estos dos factores(menor infiltración y menor evapo-t r a n s p i r a c i ó n ) . Más importante aún, e sprobable que la reforestación no vayaa revertir los posibles efectos negati-vos de la deforestación sobre los flujosh i d r o l ó g i c o s, por lo menos en el me-diano plazo. La deforestación sí au-menta la intensidad de las inundacio-n e s, pero en cuencas grandes dichoefecto tiende a ser más pequeño de loque se suele creer.A mediano plazo, l asedimentación no es una fuerte ame-naza económica en los embalses de lasrepresas hidroeléctricas de la región oen los lagos,que aportan agua al Canalde Panamá, aunque sí constituye unfuerte peligro a largo plazo y tieneotras consecuencias negativas.

Cuando uno hace este tipo deplanteamiento alguna gente respondecon argumentos para desmentirlo.Muchos admiten que las afirmacionespueden ser verdades pero aducen queno conviene decirlas, porque restaríaapoyo a la conservación de los bos-ques y los suelos. No cabe duda, lasafirmaciones simplistas y alarmistassobre la relación entre los bosques yel agua han ayudado a promover unamayor conciencia ambientalista, y,porlo tanto, su impacto ha sido sumamen-te positivo.Además, es cierto que con-servar el suelo tiene un efecto positi-vo en su fertilidad y capacidad pararetener el agua y que la mejor formade evitar posibles cambios negativos

en los flujos hidrológicos es mantenerintacto el bosque natural donde toda-vía existe.

El problema es que, al no enten-der bien las relaciones entre los bos-ques y el agua, no se pueden definirlas estrategias eficaces y eficientespara resolver los problemas realmen-te alarmantes. En lugar de tomar me-didas serias, se termina reforestandoy consevando los suelos en pequeñasá r e a s, que generalmente no se esco-

g e n , para tener el mayor impacto po-sible sobre los efectos hidrológicosn e g a t i v o s.

Con eso en mente, este artículoanaliza cuatro medio verdades sobrela relación entre bosques y agua enCentroamérica: 1) llueve menos por-que hay menos bosque;2) los bosquesevitan que se sequen las fuentes deagua en el verano; 3) la deforestaciónhace más intensas las inundaciones; y4) los embalses se sedimentan de for-ma acelerada.

Se habla de medio verdades por-que cada caso tiene elementos verda-deros. No obstante, tienen otros queno lo son o que, por lo menos, no hansido comprobados.

L l u eve menos porque hay menosbosques en ciertas regiones de Cen-t r o a m é r i c a

El uso del suelo afecta el clima ylas precipitaciones. El uso del suelotiene una influencia directa sobre laevapotranspiración, el albedo y losvientos. Un estudio reciente por Nairy sus colegas (2000) demuestra que laforma de las nubes en Costa Rica yNicaragua difiere si están encima deáreas forestadas o deforestadas. Otras

investigaciones señalan que, el humopuede hacer que el agua en las nubesno precipite (Rosenfeld 1999) y que elpolvo en el aire, a menudo asociadocon una escasa cobertura vegetativa,reduce el tamaño de las gotas de llu-via y por lo tanto, el porcentaje delagua se evapora antes de caer al sue-lo. (Bruijnzeel 1999). Esto reduce lahumedad relativa y causa mayor es-trés hídrico a las plantas.

Los modelos climáticos de circula-ción general, que son grandes mode-los de simulación usados para analizarel clima mundial,pronostican que unadeforestación masiva reduciría la pre-cipitación en algunos lados y la au-mentaría en otros (Bruijnzeel, e n

Centroamérica ha sido afectada históricamente por situaciones de desastre que pro-fundizan la difícil situación socioeconómica de sus pobladores. Encaminar inves-tigaciones que analicen las formas de mitigar amenazas naturales son herramientasque también ayudan a asegurar la calidad de vida de las familias del istmo.

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prensa).Se anticipa que los efectos se-rían más grandes en regiones dondeun alto porcentaje del agua cae comolluvia de la evapotranspiración dentrode una misma región, eso aplica a laAmazonía y en menor grado al áreacentroamericana y a las regiones delSur-este asiático. Casi todos los mode-los han analizado escenarios extre-mos, como la conversión de todos losbosques de la región a potreros. No sesabe cuáles serían los resultados si si-mularan escenarios más realistas,donde se mantienen grandes áreas debosques secundarios, vegetación ar-bustiva y cultivos perennes. Además,el clima es un fenómeno sumamentecomplejo y estos modelos no logranreflejar toda esa complejidad.

En Centroamérica, varios estu-dios muestran haber encontrado unareducción de lluvia,sobre todo en lastierras bajas. Gutiérrez y Rapidel(1999) afirman que entre 1895 y 1995la precipitación promedio en Nicara-gua bajo en un 10% en el IngenioSan Antonio en Chichigalpa y en un6% en Granada. Fleming (1988) ana-lizó datos para 11 estaciones pluvio-métricas en Costa Rica que teníanentre 28 y 90 años de datos cada una,y concluyó que la precipitación se ha-bía reducido en las zonas bajas y ha-bía aumentado en las altas.Windsor yRand (1985) reportaron que la preci-pitación había disminuido entre 1925y 1980 cerca del Lago de Gatún enP a n a m á .

A pesar de esto, no es tan claroque la deforestación ha causado unamerma de la precipitación en Cen-t r o a m é r i c a . La mayoría de los me-teorólogos e hidrólogos -con los quehe hablado o leído- afirman comoprobable que la deforestación notenga efecto significativo sobre lasl l u v i a s, debido a que en esta regiónel clima tiene una fuerte influenciam a r í t i m a .

Existen otras posibles explicacio-nes para estas reducciones señaladasen la literatura. Podrían ser resultadode las fluctuaciones naturales del cli-ma o de cambios climáticos en el esce-nario mundial, o ser ocasionadas porcambios en las formas de medir laprecipitación. Para el caso de Pana-má, Hart (1992) volvió a trabajar losdatos de Rand y Windsor; concluyó

que probablemente el cambio obser-vado fue por variantes de este últimotipo.

Es importante notar que los bos-ques nublados son una excepción par-cial al hecho de que la deforestaciónen Centroamérica probablemente noha reducido la precipitación. Se sabeque estos bosques captan parte delagua disponible en las nubes y la ne-blina y la canalizan hacia el suelo. Asíque eliminarlos tal vez no reduzca lalluvia, pero sí podría reducir la canti-dad de agua que pasa de las nubes ha-cia el suelo y por lo tanto disminuir lacantidad de agua disponible para dis-tintos propósitos (Bruijnzeel 1999).Los bosques evitan que se sequen lasfuentes de agua en el verano

El uso de la tierra determina, e np a r t e, cuál es el porcentaje de lluviaque cae y se infiltra en el suelo (don-de puede permanecer bastante tiem-po) y qué porcentaje se pierde, f l u-yendo rápidamente para abajo comoe s c o r r e n t í a . Los bosques naturalessuelen tener una buena infiltración;su amplia estructura de raíces abremuchos poros en el suelo y la vegeta-ción lo protege de la compactación.También dentro de los bosques exis-ten muchos obstáculos (ramas, d e t r i-t u s, troncos caídos, e t c.) que disminu-yen la velocidad de la escorrentía,favorecen la infiltración y reducen elpoder erosivo del agua. Por esto, s esupone que los bosques recargan losacuíferos y aseguran que no se se-quen los ríos,los arroyos y los manan-tiales en el verano.

Lo que normalmente se pierde devista en estas discusiones es que, con-trario a la creencia popular, la evapo-transpiración anual de un área de bos-ques tiende a ser bastante mayor queun área de vegetación baja, sobre to-do porque los bosques tienen una ma-yor área foliar que puede interceptarel agua de lluvia y que transpira. Esohace que la presencia de cobertura ar-bórea tienda a disminuir la cantidadtotal de agua disponible en el área du-rante el año (Bruijnzeel 1990; Calder1999).

El efecto neto de la cobertura fo-restal sobre la disponibilidad del aguaen la época seca depende del balanceentre el efecto positivo de la mayorinfiltración y el efecto negativo de la

mayor evapotranspiración. De ante-mano, no se sabe cuál de los efectos vaa ser mayor. Dependerá del tipo exac-to de vegetación y de factores geoló-gicos, edafológicos y climáticos. EnCentroamérica prácticamente noexisten estudios empíricos al respecto,estudios que son bastante caros y re-quieren años de datos para obtenerresultados confiables.

Sin embargo,no podemos esperarque la plantación de árboles en áreaserosionadas vayan a tener el mismoefecto que un bosque natural, s o b r etodo en los primeros años y más aúnsi se trata de plantaciones de espe-cies exóticas. Durante los primerosaños las plantaciones tienen estruc-turas de raíces con escaso desarrolloque contribuyen poco a mejorar lainfiltración del agua, y debido a surápido crecimiento utilizan muchaagua (Gilmour et al. 1 9 8 7 ) . Es decir,tienen menor probabilidad de ayu-dar a mantener la disponibilidad deagua en la época seca que el bosquen a t u r a l .

Las quemas, el sobrepastoreo y laeliminación total de la vegetación ar-bustiva tienden hacia un impacto no-civo para la infiltración de agua,mien-tras que algunas prácticas deconservación de suelos son efectivas.La urbanización y pavimentación delas áreas de recarga de agua constitu-yen una amenaza seria, pero esto aveces se pierde de vista por el énfasisque se da en la deforestación de bos-ques naturales.

Para el caso especial de los bos-ques nublados, sí se sabe que su con-versión a usos agropecuarios reducela disponibilidad de agua en la épocaseca;sin embargo, aún se desconoce sise debe a una menor infiltración deagua o a la pérdida de agua que captael bosque de las nubes (Bruijnzeel1999).La deforestación hace más intensaslas inundaciones

Se refuerza en principio que elefecto de menor infiltración y menorevapotranspiración ocasionado por ladeforestación produce inundacionesmás intensas. Cuando se elimina elbosque merma la evapotranspiracióndejando más agua disponible quepuede causar inundaciones. Al mismotiempo, como se reduce la infiltración

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el suelo pierde su capacidad de servircomo ‘esponja’, hay mayor escorren-tía y más agua corre rápidamente pa-ra abajo.

La pregunta clave aquí no es si ladeforestación hace más intensas lasinundaciones, sino cuánto más vigoro-sas las hace. Estudios empíricos -deotros lados del mundo- sugieren queen cuencas grandes el efecto no esmuy significativo (Bruijnzeel, e nprensa; Calder 1999). Cuando se tratade escalas grandes, los efectos localessuelen contraponerse y cualquier tor-menta,lo suficientemente prolongadae intensiva para causar grandes inun-daciones, probablemente saturará lossuelos en poco tiempo; una vez satu-rados, el uso del suelo ya no influyensobre la cantidad de agua que baja enun determinado tiempo durante lasinundaciones.

No queda duda que mantener elsuelo cubierto con bosque ayuda aprotegerlo de la erosión y la forma-ción de cárcavas. El investigadorErick Holt, en un estudio que realizódel impacto del Huracán Mitch sobrela agricultura,demostró que en parce-las agroforestales que también se tra-bajan en conservación de suelostuvieron menos pérdidas. Sin embar-go, ha sido ampliamente demostradoque la vegetación no tiene mayor re-lación con los grandes deslaves, comolos causados por Mitch. En este últi-mo caso la geología, topografía yeventos naturales extremos son deter-minantes (Cassells et. al. 1985).Los embalses se sedimentan de formaacelerada

Los embalses de las represas hi-d r o e l é t r i c a s,como Chixoy en Guate-m a l a , Cerrón Grande en El Salva-d o r, El Cajón en Honduras, Cachí enCosta Rica, y los lagos Alajuela yGatún que alimentan al Canal de Pa-n a m á , tienen una enorme importan-cia para las economías de la región.En los años setenta y ochenta salie-ron muchos estudios y reportajespronosticando que la sedimentaciónde estos embalses y lagos, p r o d u c t ode la erosión de suelos por la agri-c u l t u r a , estaba causando cientos demillones de dólares en pérdidas ymenguaría la vida útil de estas obrasen pocas décadas.

Estudios más recientes (Ay l w a r d1 9 9 8 ; Harza 1999; Heckadon et al.1999) sugieren que ese no es el caso.Sin duda, la sedimentación relaciona-da con la erosión de suelos agropecua-rios genera ciertos costos de manteni-miento adicionales y la reducción dela capacidad de almacenamiento deagua en las orillas del embalse tam-bién provoca pérdidas en el corto ymediano plazo. Pero estas pérdidasprobablemente son menores de lo quemucha gente dice. Si uno aplica méto-dos tradicionales de costo–beneficioque incluyen una tasa de descuentopara flujos del dinero en el futuro, ge-neralmente va a encontrar que loscostos de la sedimentación de los em-balses resultan ser muy pequeños;también, es probable que una buenaparte de la sedimentación de los em-balses y lagos venga de fuentes noagropecuarias, como las construccio-nes y los caminos.

Por otro lado, la sedimentación delos embalses y el lago sí puede ser unproblema grande en el largo plazo.Las pérdidas de capacidad de genera-ción eléctrica y de transporte en bar-cos aumentará con el tiempo y estasobras son tan grandes que puede re-sultar difícil para los países volver aconstruirlas una vez que dejen de fun-cionar. Por esto, y hay razones, puedeno tener sentido tomar ese tipo de de-cisión utilizando métodos tradiciona-les de costo - beneficio. Además, la se-dimentación causa otros problemaspara las zonas costeras, los sistemasde riego y la calidad de agua para con-sumo humano que han sido poco es-tudiados en Centroamérica.

Conclusión

Este artículo no argumenta que sehan exagerado los potenciales peli-gros de la deforestación,ni que asegu-rar la disponibilidad de agua en laépoca seca no sea importante;planteaque hay que ser más serio a la hora deentender esos peligros y problemas sise quiere desarrollar estrategias exito-sas para enfrentarlos. Circulan mu-chas medias verdades en la región queno ayudan a entender los fenómenos.En el peor de los casos, nos puedenllevar a realizar acciones que podríanser contraproducentes, como sembrarárboles de rápido crecimiento para

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mejorar la disponibilidad de agua du-rante la época seca. También nos pue-den llevar a subestimar la importanciade investigar más sobre las relacionesentre el uso del suelo y los flujos hi-drológicos, haciendo pensar que ya sesabe lo suficiente para implementarestrategias apropiadas.

Con el artículo tampoco quiero su-gerir que para actuar hay que esperarhasta entender mejor los vínculos entreel uso del suelo y la hidrología. Ya sesabe lo suficiente para argumentar queeliminar bosque nublado o pavimentar

un área importante para la recarga delos acuíferos tendrá un impacto negati-vo sobre los flujos hidrológicos.Se sabeque reducir la erosión de los suelos y lasedimentación tienen efectos positivos.Se sabe que los bosques generan unaserie de otros servicios ambientales co-mo conservación de la biodiversidad ysecuestro de carbono.Se sabe que cual-quier alteración de un ecosistema quefunciona bien, plantea serios riesgos,aún cuando no siempre se puede anti-cipar la probabilidad o magnitud de losefectos negativos.

Hay que actuar ahora, pero hayque actuar con base en una análisis se-rio y no de medias verdades. D e b e m o sprofundizar nuestro conocimiento so-bre estos fenómenos para actuar conbases firmes y seguras en el futuro.

David Kaimowitz

Centro de Investigaciones Forestales

Internacionales (CIFOR)

Tel:(506) 255-4011

Fax:(506)222-6556

E-mail:[email protected]

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Literatura citada

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Es cierto que los

bosques no van a

evitar inundaciones

en las partes bajas

después de

tormentas tropicales

fuertes. Sin

embargo, es

importante

reconocer el papel

eficaz de los bosques

en reducir la fuerza

de los impulsos del

agua después de

tempestades de

intesidad moderada.