cuento ejemplo

6
UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS Facultad: Facultad de Comunicaciones Carrera: Publicidad Curso: Taller de Técnicas de Expresión Escrita Sección: AV31 Evaluación y número de la evaluación: Tarea Académica 4 Tema evaluado: Descripción Nombre del alumno: Javier Emilio Gonzales Espinoza

description

ejemplo de texto de tecnicas de expresion escrita

Transcript of cuento ejemplo

Page 1: cuento ejemplo

UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS

Facultad: Facultad de Comunicaciones

Carrera: Publicidad

Curso: Taller de Técnicas de Expresión Escrita

Sección: AV31

Evaluación y número de la evaluación: Tarea Académica 4

Tema evaluado: Descripción

Nombre del alumno: Javier Emilio Gonzales Espinoza

Código del alumno: U201319880

Número de palabras empleadas: 299 y 300 palabras

Fecha de entrega: 18/06/2015

Page 2: cuento ejemplo

ÁNGEL CANELA

La foto parece estar retocada por sonrisas de papel y gestos practicados, como si

alguien detrás de cámara los hubiera ubicado estratégicamente. Las hebras almendradas

del cabello del niño pareciesen deslizarse por su rostro cual el rocío mañanero en las

verdes y sedientes hojas; extrañamente ordenado. Algo me dice que bajo ese lacio

chocolate se esconde un intelecto tormentoso, sin embargo, su rostro parece aceptarlo y

su cuerpo parece saberlo.

Pequeñas estrellas titilan irónicamente a la luz del día, faltaría luz en ese hogar. Los ojos

del pequeño casi cerrados me intrigan, parece que incluso Morfeo olvida visitarlo en la

penumbra. Su fría vista clavada en el suelo le daba ese toque de invierno neoyorquino a

una tórrida navidad peruana.

El niño del cabello chocolate viste un polo níveo, un poco manchado; la holgada tela

que cubre su torso trasluce la intención del pequeño de proteger su roja inocencia y lo

poco de pureza que bombeaba vida a través de su cuerpo. El pequeño de mirada

Page 3: cuento ejemplo

invernal cubría sus piernas con un pequeño short, holgado, al igual que su camiseta, la

comodidad de esta prenda le permitiría al infante huir tan rápido como la situación lo

demandara, pero solo años después comprendería lo que inconscientemente trataba de

proteger bajo esa prenda verde y delgada.

Algo me dice que el pequeño del rocío entiende las tristezas que lo rodean, su rostro se

esfuerza por esconderlo, pero su cuerpo lo sabe. Me he percatado que lo único que no

parece ensayado en la foto son las dos pequeñas manos entrelazadas, pareciera que

Emilio vaticinaba lo que persistiría aún después de haber sido tomada la foto. Su cuerpo

inconsciente y desesperado se salió del guion, e intempestivo tomo la mano de un

pequeño ángel canela; y supo entonces, que no estaba solo

Page 4: cuento ejemplo

TIEMPO

(PERPECTIVA DE UN SEÑOR OBSERVANDO LA ESTACIÓN POR FUERA)

Las frías y desordenadas calles de lima se hacen más transitadas mientras me acerco a

la estación; como el caudal de un rio en un día lluvioso, se incrementa mi desesperación

por escapar de la miseria. Manchas de historia salpican el negro asfalto de la

modernidad limeña, y aun así, los transeúntes encuentran la forma de pisotear no el

pavimento, sino la memoria de su país. Pocos son los pasos que me separan de la

esperanza de extraviarme en el olvido, perderme en el tiempo que transcurrirá cuando

no me encuentre ya aquí.

Comienzo a contemplar la majestuosidad de la estación; irónicamente, mi vista incolora

encontró reposo en el amarillo de las paredes que me alejaban de la libertad. Mi visión

comenzó a acariciar cada detalle del edificio. Las cinco puertas de frío metal prometían

indistintamente una salida, mientras que las pequeñas ventanas, que bailaban por

encima de las puertas, me ofrecían una vista omnisciente de lo que fue, alguna vez, mi

vida. La vista desamparada de este viejo hombre encontró confort en la blanquirroja

que flameaba desafiante. Al igual que yo, la casa de la literatura peruana, se sentía solo

acogida por el suelo que la vio nacer, más no por los que lo habitaban.

Después de un gélido suspiro, mi atención migro hacia la figura de dos siluetas níveas e

impávidas. Estas figuras sostenían mi reliquia más preciada, el tiempo. Un reloj se

pavoneaba sobre la amarilla pila de ladrillos, mientras mis pasos retrataban mis

últimos minutos en este lugar. Este lugar es perfecto, de alguna u otra manera me acoge,

hasta su nombre parece consumar mi ser. Al igual que yo, esta huérfana estación

conoce la verdad, y es que lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso un

desamparado como yo cuenta con eso.