Cuentos 2

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Cuentos, historias y demás yerbas Eres Una Zanahoria, Huevo O Caf é ? El Elefante Semillas El Santo Rosario: Mas Poderoso Que La Bomba At ó mica La Cruz Abrazada... EL Poder De La Oraci ó n El Bordado De Dios El Amor Maduro ¡ Corta La Cuerda! La Carga Que Se Hizo Dulce ¿ Cuanto Vales? Los Clavos Del Mal Car á cter El C í rculo Del 99 Cicatrices De Amor Un Ni ñ o Abortado Escribe A Su Mam á Las Siete Maravillas Del Mundo No te parece extra ñ o... Los cuentos del P. Mamerto ERES UNA ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ? Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"

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Cuentos, historias y demás yerbas

Eres Una Zanahoria, Huevo O Caf é ? El ElefanteSemillasEl Santo Rosario: Mas Poderoso Que La Bomba At ó mica La Cruz Abrazada...EL Poder De La Oraci ó n El Bordado De DiosEl Amor Maduro¡ Corta La Cuerda! La Carga Que Se Hizo Dulce¿ Cuanto Vales? Los Clavos Del Mal Car á cter El C í rculo Del 99 Cicatrices De AmorUn Ni ñ o Abortado Escribe A Su Mam á Las Siete Maravillas Del MundoNo te parece extra ñ o... Los cuentos del P. Mamerto

 

 

ERES UNA ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ?

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por

vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba

hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato.Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"

-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba desu rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?"

El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil

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de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado alagua.

"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?

¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Y tú,¿cual de los tres eres?

Los cristianos somos un granito que le damos al mundo sabor a Cristo.

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal sedesvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada másque para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.   Mateo 5,13

Pero debemos ser purificados por las pruebas para que nuestro sabor impregneal mundo.

 

EL ELEFANTE

Cuando yo era chico me encantaba ir al circo, especialmente para ver al elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal ... pero

después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era minúscula, me parecía insuficiente para atar un elefante.  Aquel animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad,

arrancar la estaca y huir. 

El misterio: ¿Que lo mantiene entonces?, ¿Por que no huye? Pregunte a muchas personas y me daban razones insuficientes. Uno me dijo que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado. Entonces la pregunta obvia:-Si esta amaestrado, ¿por que lo atan a la estaca? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo aquella incógnita se quedó guardada en los recesos de mi memoria sin darle mas atención.  

Un día encontré la explicación: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño". Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente

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muy fuerte para el. Al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que NO PUEDE. El tiene registrada en su memoria el recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia y jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás ... Jamás ... intentó poner a prueba su fuerza contra la estaca otra vez. 

 ... Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo: No puedo ... No puedo y nunca podré. Crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca mas lo volvimos a intentar. La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO TU CORAZON.

-Autor desconocido

San Pablo enseña: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" Filipenses 4,13

En Cristo tenemos la capacidad para actuar plenamente según el amor con los dones que El nos ha dado. Cristo nos libera del pecado que es la "estaca" que nos amarra a una existencia sin sentido.  

Hay, sin embargo, quienes creen que el cristianismo es como la estaca del elefante, que nos prohíbe tomar libertades.  ¿Que nos prohíbe el Cristianismo? Lo que es pecado, es decir lo que es indigno del ser humano porque es contrario al amor.  El pecado y no el cristianismo es la estaca del hombre.

«Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.»  Juan 8,31-32

 

 

SEMILLAS

Anoche tuve un sueño raro: En la plaza mayor de la ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía: "Regalos de Dios". Entré: Un ángel atendía a los clientes. Yo, asombrado, le pregunté:- ¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor?- Ofrezco cualquier don de Dios.- ¿Cobras muy caro?- No, los dones de Dios son gratis. Miré los grandes estantes; estaban llenos de ánforas de amor, frascos de fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más. Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas. Cobré valor y le dije al ángel:- Dame, por favor, bastante amor a Dios; dame perdón de Dios; un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación. Mucho me sorprendí cuando vi que el ángel, de todo lo que yo le había pedido, me había hecho un solo paquete; y el paquete allí estaba en el mostrador, un paquete tan pequeño como el tamaño de mi corazón.- ¿Será posible? - pregunté - ¿Esto es todo? El ángel me explicó:- Es todo, Dios nunca da frutos maduros; El sólo da pequeñas semillas, que cada quien debe cultivar.

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-Aportado por Syldia Diaz

 

 

El Santo Rosario: Mas poderoso que la bomba atómicaTestimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.

 

Ver también: Rosario

Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba atómica fue detonada sobre dos ciudades japonesas: Hiroshima y Nagasaki.

Una cosa extraordinaria sucedió en Hiroshima: Una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía cerca de la Iglesia Parroquial, a solamente ocho cuadras del epicentro del estallido de la bomba.  

A pesar de que Hiroshima fue destruida por la bomba atómica y toda persona dentro de un radio de 1.5 kilómetros falleció, los ocho miembros de la pequeña comunidad jesuita escaparon ilesos. La casa de los Jesuitas quedó en pie.

El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía vivos.

El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido en medio de miles de muertos. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: "Yo estaba en medio de la explosión atómica... y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción." 

Además, el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: "En esa casa el Santo Rosario era rezado por todos juntos cada día".

 

Una joven le pidió al sacerdote que fuera a su casa para orar por su padre que estaba muy enfermo.Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró al enfermo en su cama con la cabeza calzada por un par de almohadas.

Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo. -   -Supongo que me estaba esperando?, le dijo.

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-No, ¿quién es usted?, le dijo el hombre.-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.-Oh, sí, la silla, dijo el hombre enfermo, ¿le importa cerrar la puerta?

El sacerdote sorprendido la cerró. El enfermó comenzó a explicar:

Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre, al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae..., pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.

Esto ha sido así en mí, hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con un buen amigo me dijo: "José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas: te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo; luego con fe miras a Jesús sentado delante de tí. No es algo alocado. ÉL nos dijo: "Yo estaré siempre con ustedes". Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora.

Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija...pues me internaría de inmediato en el manicomio.

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que estaba haciendo, y que no cesara de hacerlo. Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: ¿Falleció en paz? Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo en su cama. Me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras, una hora más tarde, ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?

El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió: 'Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera'."

La silla no estaba vacía.

Mateo 11:28«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso

 

 

LA CRUZ ABRAZADA...

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Un joven sentía que no podía más con sus problemas. Cayó entonces de rodillas rezando: "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada"

El Señor le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdaladentro de esa habitación. Después escoge la cruz que tu quieras".

El joven suspiró aliviado: "Gracias Señor". Luego dio muchas vueltas por la habitación observando las cruces, había de todos los tamaños. Finalmente fijó sus ojos en una pequeña cruz apoyada junto a la puerta y susurró: "Señor, quisiera esa cruz". El Señor le contestó: "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar"

-Desconocemos el autor

Ya decía Sta. Teresa de Ávila: "La cruz abrazada es la menos pesada". Podríamos también decir: "La cruz rechazada queda multiplicada

 

EL PODER DE LA ORACIÓN

Con tres días de oración y ayuno decretados por el Rey de Inglaterra salieron 800.000 soldados del cerco Nazi en Dunquerque.

¿Alguna vez has sentido la urgencia de orar por alguien y lo has dejado para mañana?. Lee este testimonio:

Un misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba su Iglesia local en Michigan, EU. :  "Como misionero en un pequeño hospital en el área rural de Africa, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos. El viaje era de dos días y debía atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje, me era necesario acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al siguiente día. En uno de estos viajes, llegué a la ciudad donde planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas y los víveres, y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital.

Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleándose, uno de los cuales estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le hablé de Nuestro Señor Jesucristo. Después de esto, reanudé mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana siguiente reanudé mi viaje y llegué al hospital sin ningún incidente.

Dos semanas mas tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acercó el hombre al cual yo había atendido en mi viaje anterior y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, él se dio cuenta de que yo traía dinero y medicinas. El agregó : "Unos amigos y yo te seguimos en tu viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar. Planeábamos matarte y tomar tu dinero y medicinas. Pero en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados".

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Ante esto no pude más que reir a carcajadas, y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y agregó: "no señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos".

En ese momento, uno de los hombres en la Iglesia se puso de pie y le pidió al misionero que por favor le dijera la fecha exacta de cuando sucedió ese hecho. El misionero les dijo la fecha y el mismo hombre le dijo la siguiente historia: "en la noche de tu incidente en Africa, era de mañana en esta parte del mundo, y yo me encontraba con unos amigos. Estábamos a punto de comenzar un juego de golf, cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por ti, de hecho, el llamado que el Señor hacia era tan fuerte, que llamé a algunas personas de nuestra iglesia para que se reunieran conmigo lo mas pronto posible." Entonces, dirigiéndose a la congregación dijo : "todos los hombres que vinieron en esa ocasión a orar, ¿podrían por favor ponerse de pie?". todos los hombres que habían acudido a orar por él se pusieron de pie, el misionero no estaba tan preocupado por saber quienes eran, mas bien se dedicó a contarlos . . . en total eran 26 .....

 

EL BORDADO DE DIOS

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: “Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba”.  Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba.  Mas tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: “Hijo, ven y siéntate en mi regazo.”  Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía hilos enredados. Entonces mi mamá me decía: “Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba.  Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, que bello. ” 

Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho: “Padre, ¿qué estás haciendo?".  Él responde: “Estoy bordando tu vida.” Entonces yo le replico: “Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más brillantes?” El Padre parecía decirme: “Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en Mi  y un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás...”

Autor desconocidoAportado por Eduardo Quesada

 

EL AMOR MADURO ANTE LOS PADRES ANCIANOS

Hoy te desesperas porque tus padres están viejos y achacosos. Se han convertido en una intromisión en tu apretada agenda, en una vergüenza cuando estas con tus amigos.  

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Comprende. Ahora tus padres están viejos. Es tu oportunidad de reflexionar y crecer en el amor. Los he puesto en tus manos para que aprendas a amar. El problema no son ellos. Eres tu que has olvidado de lo que es amar. Se te ha endurecido el corazón y ahora es el momento de recapacitar. Ahora te llamo al amor para con ellos.  El amor todo lo vence. 

Si ellos derraman su comida sobre su ropa, si les cuesta atarse los zapatos. Así fuiste tu y ellos te amaron.

Si les cuesta hablar y repiten lo mismo. Así fuiste tu y ellos te amaron.

Si tienen sus manías y sus achaques. Recuerda, así fuiste tu y te amaron.

Si te parecen inútiles y si no comprenden las nuevas tecnologías. Recuerda así fuiste tu y ellos te amaron.

Si caminan muy despacio y sacarlos a pasear requiere de tu paciencia. Recuerda, así fuiste tu y ellos te amaron.

Si se hacen las necesidades en la cama. Recuerda así fuiste tu y te amaron.

Si te gritan y se incomodan sin razón, recuerda los lloriqueos que ellos soportaron de ti. Todo por amor.

Si te dicen que no quieren vivir. Comprende. Solo te están demostrando su dolor y frustración porque sienten ser una molestia en tu vida. Es tu oportunidad para demostrarles con tu amor que ellos son mas bien un don porque los amas. Ellos te están enseñando a amar. 

Recuerda, no hace mucho fuiste pequeño y ellos estuvieron a tu lado. Las mismas cosas de que te quejas las hiciste tu y ellos lo comprendieron todo. ¿sabes por qué? porque te amaron.

La misión de tus padres contigo no ha terminado. Yo me serví de ellos para darte vida y formarte en un hombre adulto, ahora te los pongo en tus manos para que te liberes de ti mismo y entres en la madurez del amor.

No temas. Yo estoy a tu lado. Aprende a interpretar lo que te digan a la luz de mis enseñanzas y tendrás paz.

Tu Señor y Salvador,

Jesucristo

 

¡CORTA LA CUERDA!

Un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió

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sin compañeros.

Su afán por subir lo llevó a continuar cuando ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las

nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire. El alpinista solo podía sentir la terrible sensación de la caída en

medio de la total oscuridad. En esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. De repente, sintió el

fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.

En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: ¡¡¡AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡

De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

- ¿QUE QUIERES MI HIJO?- Sálvame Dios mío

- ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?- Por supuesto Señor

- ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...

Aquel alpinista, aterrorizado, se aferró más aún a la cuerda. 

Al siguiente día el equipo de rescate encontró al alpinista muerto, colgado de la soga ... A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tu? ¿Confías en Dios cuando te pide lo que parece contrario a tus intereses?, ¿Cortarías la cuerda?

LA PALABRA DE DIOS:

¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho,sin compadecerse del hijo de sus entrañas?

Pues aunque ésas llegasen a olvidar,yo no te olvido.  -Isaías 49, 15

Pues hemos tenido sobre nosotros mismos la sentencia demuerte, para que no pongamos nuestra confianza en nosotros

mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. -II Corintios 1, 9

 

 

LA CARGA QUE SE HIZO DULCE

Cuento de Carlos de Sagarra

Después de crear la luz, las estrellas, el sol, la luna, el agua, las nubes y la tierra; Dios quiso crear los seres vivos, y empezó con las plantas. Y así creó la hierba que la hizo verde, fresca y suave. Viendo que era buena se animó y creó las flores dando rienda suelta a su imaginación

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(figuraos lo que puede dar de sí la imaginación de Dios) y las hizo de todos los colores tamaños y formas. Aquí también quedó satisfecho, así que pensó en avanzar un poco más y formó los arbustos y matorrales más duros y resistentes. Y cuando ya había ensayado con el herbaje las flores y los arbustos, decidió culminarlo todo con la obra maestra de los vegetales e hizo los árboles. Uno alto, espigado, con hojas pequeñas y gruesas, y el tronco resinoso. Era bonito, pero Dios quiso hacer otro mejor aún, así que puso todo su amor e hizo otro con tronco mucho más grueso, con unas ramas que se abrían y bifurcaban infinitas veces formando ramas inmensas llenas de hojas. ¡Y qué hojas! Grandes, con forma de estrella, y de un verde, que al soplar el viento producían unos brillos de lentejuelas y un susurrar que calmaba al más espírico. Y todo ello sustentado por raíces tan grandes y fuertes que sobresalían de la tierra. Y tal era el aspecto del nuevo árbol que daba la impresión de que si no estuvieran ahí,  todo el árbol subiría a los cielos. Era, con mucho, el más bonito de todo el Jardín del Edén. Tanto era así que los pájaros, cuando todo estuvo creado, buscaban sus ramas para anidar, las ardillas buscaban las rugosidades de su corteza para cobijarse, todo tipo de animales buscaban sombra bajo sus ramas, se rascaban en su tronco. Todos estaban muy felices con ese árbol tan bonito. Todos... menos él. Siempre estaba refunfuñando y de mal humor. Un día Dios le preguntó el motivo de su enfurecimiento y él le dijo -¿Por qué me has maldecido así? ¿Qué he hecho yo? No comprendo que afrenta te habré causado para que me pongas estas ramas tan grandes y pesadas, que encima tienen que soportar estas infinitas y enormes hojas que son muchas más de las que puedo cargar. ¡¿No ves que pesan mucho?! El otro árbol lleva con ligereza esas hojitas minúsculas que le has dado, pero yo debo cargar con semejante lastre. Me has hecho mal. ¡No quiero estas hojas! Dios, al ver su cerrazón le dijo: - De acuerdo, si crees que es lo mejor así sea. A partir de mañana no tendrás hojas. El árbol se quedó encantado ante la idea y esa noche durmió feliz y esperanzado. Por la mañana se llenó de júbilo al ver que todas sus hojas estaban secas en el suelo. Pero pronto su alegría se tornó en tristeza. Ya nadie iba a acogerse bajo su sombra, las ardillas ya no correteaban por él, los pájaros ya no anidaban sobre sus ramas... Bien es cierto que antes eran un incordio con sus piares, sus arañazos, su continua presencia no le dejaba descansar, pero... estaba ahora tan solo, y pasaba tanto frío que empezó a llorar. Tanto lloró que Dios se apiadó de él y le dijo: -Ahora te das cuenta de tu gran soberbia y comprendes que no hay nadie más sabio que Yo. Esas hojas que te di eran precisamente lo que te hacía el ser el más deseado. ¿No compensaba eso con creces el peso de las hojas? ¿No te das cuenta de que ya te había dado yo fuertes ramas para sujetar semejante follaje? Voy a devolverte tus hojas, pero para que no se te olvide tu osadía, todos los años, en invierno te quitaré tus hojas, y para que compruebes Mi misericordia te las devolveré en primavera, y así el resto de los animales podrán volver a disfrutar de tu sombra. Y así fue. Y el árbol, cada vez que apreciaba el peso de sus hojas se alegraba al pensar en la gran suerte que tenía al llevar semejante peso. Y esto se transmitió de generación en generación entre todas las familias de los árboles descendientes de aquel árbol. Y es por eso que aún hoy hay árboles a los que se les caen las hojas

 

¿CUANTO VALES?

Alfredo, con el rostro abatido de pesar, se reúne con su amigo José a tomar un café.  Deprimido, descargó en el sus angustias ... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación ... todo parecía estar mal en su vida. 

José sacó entonces de su bolsillo un billete de 100 dólares y le dijo:  -"Alfredo, ¿quieres este billete?"

Alfredo, un poco confundido, le dijo: -"Claro ... son 100 dólares, ¿quién no los querría?"  Entonces José tomó el billete, lo apretujó entre sus puños, lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bulto de papel. Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo,

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volvió a preguntarle: -"Y ahora igual lo quieres?" 

-"No sé qué pretendes con esto", dijo Alfredo, "pero siguen siendo 100 dólares, claro que los tomaré si me lo entregas."

Entonces José desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado.  -"¿Lo sigues queriendo?"

-"Mira José, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 100 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor..."

-"Entonces, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, SIGUES siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo

importante es saber cuanto vales y eso ya Jesucristo te lo demostró muriendo por ti en la cruz. El crucifijo nos lo recuerda: tu vales el precio de Su Sangre derramada

para salvarte. Así nos amó. 

Entonces, lo que importa es saber CUANTO VALES y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado".

Alfredo se quedó mirando a José sin atinar con palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.  José puso el arrugado billete en la mesa cerca de Alfredo y con una sonrisa cómplice agregó:  -"Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal ... ¡pero me debes un billete nuevo de 100 dólares para poder usarlo con el próximo amigo que lo necesite!"  

Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada esperanza llamó al mesero para pagar la cuenta.

Mateo 12,12Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja!

Lucas 12,22-24Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido; fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!

I Pedro 1,18-19sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo, 

Gálatas 2, 20y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.

I Corintios 6,19-20¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.

 

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-Autor anónimo, adaptado por el Padre Jordi Rivero

 

LOS CLAVOS DEL MAL CARÁCTER

Esta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. Pronto la puerta se llenaba de clavos. Pero, a medida que aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que podía controlar su genio, pues el clavar le hacia pensar sobre su mala actitud.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter y ya no tenía razón de clavar. Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Era ciertamente un gran logro, pero su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero la herida permanece y el mal se propaga. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Ahora hace falta trabajar mucho mas para que la puerta quede como nueva. Hay que reparar cada agujero y muy difícilmente lograrás que quede como nueva.

No es suficiente dejar de pecar. Hay que reparar. Todo se sana con la gracia de Dios, pero requiere mucho sacrificio y reparación. Las heridas que deja el pecado requieren como remedio la cruz.

Autor desconocido

 

EL CÍRCULO DEL 99 

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar. Paje -le dijo- ¿Cuál es el secreto?¿Qué secreto, Majestad?¿Cuál es el secreto de tu alegría? ¡No hay ningún secreto, Alteza!. No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.

No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. ¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿Por qué? Majestad, no tengo razones para estar triste. Amo a Dios sobre todo, su Alteza me honra permitiéndome atenderlo, tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz? Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar, dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado!!!!  Pero, Majestad, no hay otro secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...Vete, ¡Vete antes de que llame al verdugo! 

El sirviente sonrió un poco asustado, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de

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sus asesores y le contó su conversación de la mañana. ¿Por qué él es feliz? Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo..¿Fuera del círculo? Así es. ¿Y eso es lo que lo hace feliz? No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.

-A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz. -Así es. -¿Y cómo salió?-Nunca entró-¿Qué circulo es ese?-El círculo del 99.-Verdaderamente, no te entiendo nada.-La única manera para que entendiera, sería mostrártelo en los hechos.-¿Cómo?-Haciendo entrar a tu paje en el círculo.-Eso, obliguémoslo a entrar.-No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.-Entonces habrá que engañarlo.-No hace falta, Su Majestad. -Si le damos la oportunidad, él entrará solito, solito. Son pocos los hombres tan grandes que sean capaces de resistir.-¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?-No, al contrario. Pensará que es su fortuna.-Y después, cuando se sienta infeliz, ¿no podrá salir?-Si podría, pero muy pocos hombres son capaces de lograrlo. Les llamamos "santos". -Que esperas, hagamos la prueba.-Majestad, ¿Está dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?-Sí-Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!-¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso? Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.-Hasta la noche. 

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo encontraste.”Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver la escena. 

El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido de la bolsa sobre la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían, ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60 hasta que formó la última pila: 9 monedas !!!Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa.“No puede ser”, pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.¡Me robaron -gritó- me robaron, malditos!!Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que

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buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99”. “99 monedas. Es mucho dinero”, pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo, pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no. 

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguno de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña.  Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?.Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. “Doce años es mucho tiempo”, pensó. Quizás pudiera decirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡¡¡Era demasiado tiempo!!! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.... vender.... Vender.... estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno?¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99... Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando y amargado.¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. Nada me pasa, nada me pasa.

Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo. Hago mi trabajo, ¿No? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje del círculo del 99. 

Solo hay una ambición que es santa: 

I Tesalonicenses 4, 9-11En cuanto al amor mutuo, no necesitáis que os escriba... Pero os exhortamos, hermanos, a que continuéis practicándolo más y más, y a que ambicionéis vivir en tranquilidad, ocupándoos en vuestros asuntos, y trabajando con vuestras manos, como os lo tenemos ordenado,

I Corintios 12,31-13,1¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente. Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.

Mateo 6, 25«Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el

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cuerpo más que el vestido?

El siervo del rey no repudió directamente a Dios y a su familia por el dinero, pero si los relegó a un segundo plano. Suficiente para perderse. Quizás pensó que su amor al dinero era para el bien de su familia, pero no era verdad. La avaricia lo cegó. 

 

 

CICATRICES DE AMOR

En un día caluroso de verano en el sur de la Florida un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba.

Su mamá desde la casa miraba por la ventana, vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndole, el niño se alarmó y viró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo más fuerte pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no lo abandonaba.

Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. 

El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aun pudo llegar a caminar. Cuando salió del trauma un periodista le preguntó si le quería enseñar las cicatrices de sus pies. El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo se remango las mangas y señalando hacia las cicatrices en sus brazos le dijo: "Pero las que usted debe ver son estas".  Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza. "las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida". 

Nosotros también tenemos las cicatrices de un pasado doloroso. Algunas son causadas por nuestros pecados, pero algunas son la huella de Dios que nos ha sostenido con fuerza para que no caigamos en las garras del enemigo asesino.

Algunas veces nos conducimos tontamente en algunas situaciones peligrosas. La vida está repleta de riesgos y nos olvidamos que el enemigo nos espera para atacarnos. Ahí es cuando empieza la lucha de halar y tirar. Si tienes las cicatrices de Su amor en tus brazos, se muy, pero muy agradecido. El no te dejó y no te dejará ir.

-Autor desconocido

 

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UN NIÑO ABORTADO ESCRIBE A SU MAMÁ

Querida mamá:

Soy tu hijo. ¿recuerdas?.  No he desaparecido, pues Dios me infundió un alma eterna en el momento en que fuí concebido.  No ví nunca la luz del día pero vivo para siempre.

Sé porqué me mataste. El que debió haber sido mi padre andaba lejos del país.  Tu te sentías sola porque el andaba muy ocupado en sus negocios.  En su ausencia, surgió otro hombre. De ese romance fuí engendrado yo.

Nunca olvidaré los meses que me acunaste en tu vientre, ¡me sentí tan seguro y amado!. ¡Comprendo que no me desearas; pues que pensaría papá a su regreso! Había que blanquear al desliz matando al delator, y ese era YO. Por entonces no supe de las discusiones con tu amante, pues él quería verme nacido y tú no. ¡Qué peleas, hasta que le arrancaste el dinero que costó mi defunción! A todo le ponen precio, hasta el asesinato de un inocente. "¡Que caros son lo abortos!" comentaste. 

No justifico tu crimen, pero te perdono. Perdono a papá por haber sido tan irresponsable.  También perdono al que, vestido de blanco, se manchó con mi sangre. ¡Que dolor cuando me punzó con aquella enorme aguja y después me despedazó a sangre fría!.  Se que tú nunca olvidarás el ruido de aquella aspiradora que se tragó mi cuerpecito a pedazos.  Se que te causó un trauma que llevas en silencio tratando de pensar que no fue nada.  Si era algo. Era alguien, era yo, tu hijo. 

Conozco mamá, tus largas noches en vela y tus sobresaltos. Se que luchaste mucho en tu interior sobre tu decisión de abortarme. En el fondo me amabas pero pudo mas en ti el miedo. Sé que me amabas, pues aun sueñas conmigo y más de una vez te haz preguntado, con remordimientos, si soy niña o niño, piensas como sería hoy día y que alegrías te hubiera traído...  

¡Soy niño! Me parezco mas a ti que al seductor con que andabas. ¡como me vas a olvidar, si yo a cada momento pido a Papá Dios que borre esas pesadillas que turban tu descanso y te dan muerte en vida! Por eso, ¡que alegría cuando buscaste al sacerdote que te inspiro confianza, y te reconciliaste con el señor de la vida! 

Querida mamá, quiero verte feliz. Recuerda los consejos que te dio el sacerdote al despedirte: "¡hija, Dios padre ya ha hecho su obra de amor en ti y a su tiempo iras sanando.

Mientras te estoy escribiendo, tengo a mi lado a mi amigo Antonio. Lo mató su mamá porque ella decía ser demasiado joven para ocuparse con ser madre. Tampoco el recibió nombre alguno de sus padres pero si de Dios quien nos ama infinitamente.  Tengo muchísimos amigos que corrieron la misma suerte.  A Carlitos lo abortaron porque su madre fue violada. El odio y el dolor resultante lo descargaron sobre el pobre inocente. El se pregunta: "¿Por qué si mi mamá no amaba al hombre que la violó, me mato a mi, que la hubiera amado siempre y jamás me hubiera avergonzado de ella?" Aquí en el reino del amor, solo entendemos el lenguaje del amor; por eso, no comprendemos esos "argumentos" acerca del aborto; por mala conformación del

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feto, por violación, por dificultades económicas de los padres, por no querer más hijos, "que la familia pequeña vive mejor", etc. 

Me cuentan que ni las guerras, ni Hitler con sus cámaras de gas letal han realizado tan brutal y desmedida masacre. Con los abortos se ha privado a la humanidad de brillantes poetas, sacerdotes, médicos, filósofos, músicos, pilotos, estadistas, pintores, arquitectos, santos y santas. A mí todos me dicen que quizá hubiera sido un habilidoso cirujano o un pianista a la Mozart. Cuando nos reunamos, mami, ¡ya veras que manos tengo! Lo que mas me agrada es cuando me dicen "¡tu mamá tiene que ser muy hermosa!"

No llores mami.  Confía en Dios hasta que nos volvamos a ver.  ¡ah!, se me olvidaba, aunque me consumo por verte, no te des prisa en venir, pues mis hermanos te necesitan. Hazle a ellos lo que nunca pudiste hacerme a mí. Fíjate que cuando bañas a mis hermanitos o lo amamantas, no sé, me entra un poquito de añoranza de todo lo que pudo ser y no fue. Me hubiera gustado ser amamantado con la leche de tus pechos; ser acariciado por esas manos tuyas tan lindas y tan semejantes a las mías, manos de cirujano malogrado.

Quizás te preguntas donde estoy.  No te preocupes, estoy en los brazos de Jesús que me amó hasta derramar su sangre por mí.  En El todos encontramos la Vida.

Y termino pidiéndote un favor. No para mí, comprenderás, sino para otros niños. ¡no los maten como a mí!, si conoces a una joven que quiera abortar o a un sujeto que monta campañas a favor del aborto o un médico asesino que se burla de Hipócrates, o una enfermera que se presta a ese crimen, extiéndeles el amor de Dios, nuestro Padre.  Entonces recuérdate de nosotros y dile que no mate más.  Que los niños le pertenecen a Dios.  Grítales a todos que tenemos derecho a vivir como ellos, y que aunque nadie nos ame tenemos derecho a vivir y amar.

¡Te espero con la boca aún sin estrenar, rebosante de besos que tengo guardados solamente para ti!

 

 

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO

El maestro pide a los alumnos que compongan una lista de las 7 maravillas del mundo.

Mas tarde pidió lean su lista. A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:

1. Las Pirámides de Egipto2. El Taj Mahal

3. El Canal de Panamá4. El Empire State

5. La Basílica de San Pedro6. La Muralla China

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El maestro buscaba consenso para la séptima maravilla cuando notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección.

La muchacha tímidamente respondió: "Si, un poco" no podía decidirme, pues son tantas las maravillas.....El maestro le dijo: "Dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte"

La muchaca, titubeó un poco y finalmente leyó:"Creo que las siete maravillas del Mundo son:1. Poder pensar2. Poder hablar3. Poder actuar4. Poder escuchar5. Poder servir6. Poder rezar7. Y la mas importante de todas..... poder amar

Después de leído esto, el salón quedó en absoluto silencio.... Es muy sencillo para nosotros poder ver las obras del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hace en nosotros con su gracia y que cada uno debe desarrollar.

¡Usted fue creado por Dios para ser una maravilla!

 

 

NO TE PARECE EXTRAÑO..

-Desconocemos el autor

... como un billete de $10 parece tan grande cuando lo llevas a la Iglesia y tan pequeño cuando lo llevas a las tiendas.

.... cuán larga parece una hora cuando servimos a Dios, pero qué corta cuando vemos nuestro programa favorito.

.... qué difícil nos vienen las palabras al rezar y cuán fácil cuando platicamos con un amigo.

.... cuánto nos emocionamos cuando un juego de béisbol se extiende a entradas extras y cuánto nos quejamos cuando una misa es mas larga de lo usual.

 .... lo difícil que es leer un capítulo de la Biblia, pero qué fácil leemos100 páginas de una novela popular o de un periódico deportivo.

.... cómo las personas desean los asientos del frente en cualquier juego o concierto, pero cómo hasta se esfuerzan para buscar asientos en la parte de atrás de la Iglesia.

... qué necesitemos 2 ó 3 semanas de aviso para responder a un evento de la Iglesia pero ajustamos nuestros compromisos sin previo aviso para otros eventos aunque

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sea en el último momento.

.... lo difícil que es aprender una verdad simple del Evangelio para compartirla con otros, pero qué fácil que es para la misma persona entender y repetir un chisme.

.... cómo creemos lo que dicen los periódicos pero cuestionamos lo que dice la Biblia.

... cómo podemos enviar miles de chistes por correo electrónico y se esparcen como reguero de pólvora, pero cuando empezamos a enviar mensajes acerca de Dios, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos.

...que en nuestros países cristianos los sitios mas visitados en el internet son los que ofenden al Señor.

... que muchos sean tan cuidadosos para escoger lo que entra en su estómago pero no se preocupan de lo que entra en su mente o en su corazón.

.... que todos quieran ir al cielo y pocos se preocupan de vivir las exigencias del evangelio necesarias para lograrlo.

Es extraño, ¿no te parece?