Cuentos Con Moraleja

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El plato de madera El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente". "Derrama la leche hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos su comida se la servían en un plato de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le pregunto dulcemente: "¿Que estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos." Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomo gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupo un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse mas, cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel. Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitaran esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir. He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito enredadas. He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. He aprendido que aun cuando me duela, no debo estar solo.

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El plato de maderaEl viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil.Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente". "Derrama la leche hace ruido al comer y tira la comida al suelo".Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos su comida se la servían en un plato de madera.De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le pregunto dulcemente: "¿Que estás haciendo?"Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.Esa tarde el esposo tomo gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupo un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse mas, cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos

un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitaran esa actitud por el resto de sus vidas.

Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.

He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito enredadas.

He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo.

He aprendido que aun cuando me duela, no debo estar solo.He aprendido que aun tengo mucho que aprender y que debes pasar esto a todos los que

te importan.Yo acabo de hacerlo.

La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca como los hiciste sentir. No olvidemos nunca de donde venimos ni a donde vamos, Dios no hace acepciones de

persona, el hace llover sobre buenos y malos, hace salir un sol sobre buenos y malos, por lo tanto valorémonos unos a otros no importando nuestras condiciones, social,

económica, física y mental sino mirándonos siempre con ojos de misericordia y amor, respetándonos unos a otros.

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El cofre de vidrios rotosÉrase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar.

Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana.

El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos. — No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga. Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.

A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.

El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies. — ¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa.— Oh, nada -respondió el anciano-, sólo algunas cosillas que he ahorrado.

Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo. — Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años -susurraron.

Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y lo cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.

Al fin el anciano padre enfermó y falleció. Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.

— ¿Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia sus hijos!

— Pero, ¿qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días.

— Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños.

Pero el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre.Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción que el padre les había dejado en el fondo: “Honrarás a tu padre y a tu madre”.

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La otra mujerDespués de 21 años de matrimonio, descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.

-Tú sabes que la amas- me dijo un día, tomándome por sorpresa-. La vida es demasiado corta debes dedicarle tiempo.

- Pero yo te amo a ti- protesté. Lo sé. Pero también la amas a ella.

La otra mujer, a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi madre, quien era viuda desde hacía 19 años, pero las exigencias de mi trabajo y mis 3 hijos hacían que solo la visitara ocasionalmente. Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.

-¿Qué te ocurre? ¿Estás bien? me preguntó. Mi madre es el tipo de mujer para quien una llamada tarde en la noche, o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.

- Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo –les respondí- Los dos solos. Reflexionó sobre ello un momento. - Me agradaría muchísimo.-dijo.

Ese viernes mientras conducía para recogerla después del trabajo, me encontraba algo nervioso, era el nerviosismo que antecede a una cita... y ¡por Dios, cuando llegué a su casa, advertí que ella también estaba muy emocionada con nuestra cita. Me esperaba en la puerta con su abrigo puesto, se había rizado el cabello y usaba el vestido con que celebró su último aniversario de boda Su rostro sonreía e irradiaba luz como un ángel.

- Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo, y se mostraron muy impresionadas -me comentó mientras subía a mi auto-. No pueden esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada. Fuimos a un restaurante no muy elegante pero sí acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera "La primera dama". Cuando nos sentamos, tuve que leerle el menú. Sus ojos solo veían grandes figuras. Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista; mamá estaba sentada al otro lado de la mesa, y me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaban en los labios. - Era yo quien leía el menú cuando eras pequeño - me dijo. - Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor. respondí.

Durante la cena tuvimos una agradable conversación; nada extraordinario, sólo ponernos al día con la vida del otro. Hablamos tanto que nos perdimos el cine.- Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar - dijo mi madre cuando la llevé a casa. Asentí.

-¿Cómo estuvo tu cita? - quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.

- Muy agradable...mucho más de lo que imaginé.. -Contesté.

Días más tarde mi madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre con copia de un cheque del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, y una nota que decía: " La cena la pagué por anticipado, estaba casi segura, de que no podría estar allí, pero igual pagué 2 platos uno para ti y el otro para tu esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí. Te amo ".

En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo: "TE AMO" y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu familia. Dadles tiempo, porque ellos no pueden esperar.

Alégrate si amas; porque eres más semejante a Dios. ...

Mañana puede ser demasiado tarde.

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Encerrados- ¡Cuánta oscuridad…! - Sí… es verdad. Te oigo, pero no te veo ni te toco ¿Dónde estás?- No sé… eso mismo me pregunto yo a veces. ¿Qué lugar es éste de tanta niebla? - No lo sé… Apenas puedo moverme… me doy algunas vueltas ¿Y tú? - Yo también, pero tengo como una especie de muralla que no me deja ir a donde estás tú.- ¿No oyes el ruido exterior? Claro que sí… siento voces… ¡Escucha! ¿Qué dicen?

Apoyaron el oído a la pared intentando saber qué pasaba en el exterior. No entendían muy bien lo que decían… o quizás no querían entender…- No deben vivir. Tienen que desaparecer… Nos traerán problemas.

- Nunca haré eso. Ya sabíamos cuando los hicimos traer a lo que nos exponíamos. Ahora no los abandonaré a su suerte… y menos matarlos.- Ya te convenceré. Yo no los quiero con nosotros. Nos complicarán la vida.

Desde el otro lado de la pared oyeron todo lo que decían y temblando de miedo hablaban entre ellos:

- Pero… ¿Qué pretenden hacer? - ¿Es que no lo has oído bien? Pues clarito han hablado… Se quieren deshacer de nosotros.- Yo estoy bien aquí. No les causaré problemas. - Yo también. Nos alimentan a través de esa ventanita y tengo tu compañía. - Sí… pero no pondrán tenernos escondidos siempre. Por eso nos quieren matar.- No les he hecho nada… Ni siquiera quise que me trajesen.- Yo tampoco ¿Por qué lo harían?- Recuerdo aquel día en que decían que venían de una fiesta... y que habían bebido ¿Cuántas copas se tomarían? - Yo también me acuerdo. Decían que estaban muy bebidos… Puede que si hubiesen estado serenos no nos hubiesen traído aquí.- Escucha… calla… siguen hablando.

- A ver… ¿Quién se va a dar cuenta que nos deshacemos de ellos? Nadie sabe que los tenemos escondidos.- Lo sé yo… Todos los días le doy el alimento y los siento a través de las paredes… Les he tomado cariño.- Se te pasará pronto. Ni te enterarás… Un día que te haré dormir, vendrán a por ellos y desaparecerán para siempre.- No… que he visto cómo esos salvajes a los que tú vas a contratar les harán sufrir. Sé que antes de sacarlos de donde están, los matarán de forma cruel.- Eres cabezona… La culpa la tuvieron aquellas copas… Nunca debimos encontrarlos y menos dejarlos con nosotros. Desde el primer momento debimos haberlos liquidados.

Desde dentro escuchaban aterrados lo que decían. Uno de ellos se puso a dar porrazos sobre la pared gritando:

- Por favor, déjanos vivir… Abandónanos en cualquier parte. Alguien nos recogerá. Nada diremos.

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- Queremos vivir - decía el otro - déjanos salir…

Allá afuera seguían discutiendo:

- Se quedarán conmigo - decía ella - Cuando llegue el verano, entonces veremos la forma de deshacernos de ellos… Mientras, seguiré alimentándolos.- Como quieras… pero te arrepentirás. Acuérdate siempre de lo que te he dicho.

Al otro lado de la pared, suspiraron más tranquilos. Sus corazones dejaron el ritmo acelerado que tenían. Ya no temían lo peor. El peligro inminente había pasado.

- Por ahora estamos a salvo… Creo que lo convencerá- Yo también lo espero. Ella es la que nos trae la comida y nos cuida. Confío en que su corazón se ablande.

Seguían en la oscuridad, pero estaban felices. No les faltaban alimentos y a través de las paredes nunca más volvieron a escuchar nada que amenazara sus vidas.Una tarde de verano, sintieron que las puertas se estaban abriendo. Pero… ¿Por qué no las abrían de par en par? Les costaba trabajo ir tras esa luz que se veía allá al fondo de aquel túnel…

- Pasa tú primero… Tengo miedo. - ¿Qué crees que nos van a hacer?- No lo sé… Nunca vi la cara de nuestros secuestradores.- Pasaré yo… pero sígueme tú de cerca…

Cuando pudo salir, abrió los ojos… Aquella luz le cegaba. De pronto se vio que lo cogían por los pies y comenzaron a azotarlos… Aquellos hombres vestidos de verde le estaban haciendo lo mismo a su hermano. Pensó que había llegado su fin y se echó a llorar. Mas algo ocurrió… A los dos los ponían sobre el pecho desnudo de alguien que los besaba con ternura. Sintieron el calor de unos brazos que los abrazaban y la dulzura de unos susurros que le decían:

- Mis hijos… mis queridos pequeños… Ya estáis a salvo…

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fabricando a un padreEn el taller mas extraño y sublime conocido... se reunieron los grandes arquitectos.. los afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto.

- "Debe ser fuerte".. comentó uno. - "También debe ser dulce".. comentó otro experto. - "Debe tener firmeza y mansedumbre, tiene que saber dar buenos consejos y tener momentos tiernos en un solo cuerpo". - "Es fácil".. contestó el ingeniero.. "Solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo" .

Todos rieron ante la ocurrencia.. cuando se escuchó una voz.. era el Maestro.. dueño del taller del cielo..."Veo que al fin comienzan" ... comentó sonriendo. - "No es fácil la tarea.. es cierto.. pero no es imposible si ponen interés y amor en ello".

Y tomando en sus manos un puñado de tierra comenzó a darle forma.. - ¿Tierra?.. preguntó sorprendido uno de los arquitectos. - "Pensé que lo fabricaríamos de mármol.. o marfil.. o piedras preciosas". - "Este material es necesario para que sea humilde"... contestó el Maestro.

Y extendiendo sus manos sacó de las estrellas oro... y lo añadió a la masa... "Esto es para que en las pruebas brille y se mantenga firme". Agregó a todo aquello.. amor.. sabiduría.. le dio forma.. le sopló de su aliento y cobró vida.. pero... faltaba algo... pues en su pecho quedaba un hueco. - "¿Y que pondrás ahí?" preguntó uno de los obreros.

Y abriendo su propio pecho.. y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos.. sacó su corazón.. le arrancó un pedazo... y lo puso en el centro de aquel hueco. Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su lugar su corazón.

- "¿Por qué hiciste tal cosa?".. le interrogó un ángel obrero.. y le contestó el Maestro: - "Esto hará que me busque en momentos de angustia.. que sea justo y recto.. que perdone y corrija con paciencia.. y sobre todo.. que esté dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo.. por que al final de su largo trabajo.. cuando haya terminado su tarea de padre allá en la tierra... regresará hasta mí...

Y satisfecho por su buena labor.. yo le daré un lugar aquí... en mi reino.. Le extenderé mi mano... descansará en mi pecho y tendrá Vida Eterna... Pues yo también soy Padre... y por él... por su bien... para otorgarle vida... me arranque del corazón un pedazo de amor y lo puse en su pecho... para darle perdón... para mostrarle que aunque es duro ser padre... cuando extiendes tus brazos y perdonas... la recompensa es vida... gozo y amor eterno.

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¿Donde está Dios?Había llegado la noche del veinticuatro de diciembre.Papá y mamá habían leído la carta de Carlitos a Santa Claus; Pedía un cachorrito. Papá lo consiguió fácilmente. Una vez que se cercioraron de que Carlitos estaba ya bien dormido en su cama, depositaron el cachorrito en una canasta llena de paja, entre el árbol de Navidad y la escena del Belén. Se retiraron a dormir soñando en la alegría que experimentaría su hijo al despertarse en pocas horas.

Llegada la mañana y todavía en pijama, despertaron a Carlitos y lo acompañaron para que viera su regalo. Y cuál no fue su asombro cuando encontraron la canasta vacía. Pero Carlitos comprendió inmediatamente que Santa Claus; le había traído su cachorrito. Entre gritos de alegría lo buscó detrás de las puertas, debajo de los sillones y entre los demás muebles hasta que lo encontró. Lo levantó del suelo y lo abrazó. Luego dijo a sus papás:¡Qué bueno es Santa Claus! Además de traerme mi perrito, me hizo divertirme mucho buscándolo.

 

La Biblia afirma que Dios es un Dios escondido. No es que Él se esconda de nosotros para que no le hallemos, sino que busca acrecentar nuestro deseo de

hallarle para que lo valoremos una vez que lo hayamos encontrado.

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¿Donde está Dios?Había llegado la noche del veinticuatro de diciembre.Papá y mamá habían leído la carta de Carlitos a Santa Claus; Pedía un cachorrito. Papá lo consiguió fácilmente. Una vez que se cercioraron de que Carlitos estaba ya bien dormido en su cama, depositaron el cachorrito en una canasta llena de paja, entre el árbol de Navidad y la escena del Belén. Se retiraron a dormir soñando en la alegría que experimentaría su hijo al despertarse en pocas horas.

Llegada la mañana y todavía en pijama, despertaron a Carlitos y lo acompañaron para que viera su regalo. Y cuál no fue su asombro cuando encontraron la canasta vacía. Pero Carlitos comprendió inmediatamente que Santa Claus; le había traído su cachorrito. Entre gritos de alegría lo buscó detrás de las puertas, debajo de los sillones y entre los demás muebles hasta que lo encontró. Lo levantó del suelo y lo abrazó. Luego dijo a sus papás:¡Qué bueno es Santa Claus! Además de traerme mi perrito, me hizo divertirme mucho buscándolo.

 

La Biblia afirma que Dios es un Dios escondido. No es que Él se esconda de nosotros para que no le hallemos, sino que busca acrecentar nuestro deseo de

hallarle para que lo valoremos una vez que lo hayamos encontrado.

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Las piedrecitas azulesHabían dos piedrecitas que vivían en medio de otras en el lecho de un torrente. Se distinguían entre todas porque eran de un intenso color azul. Cuando les llegaba el sol, brillaban como dos pedacitos de cielo caídos al agua. Ellas conversaban en lo que serían cuando alguien las descubriera: "Acabaremos en la corona de una reina" se decían.

Un día por fin fueron recogidas por una mano humana. Varios días estuvieron sofocándose en diversas cajas, hasta que alguien las tomo y oprimió contra una pared, igual que otras, introduciéndolas en un lecho de cemento pegajoso, lloraron, suplicaron, insultaron, amenazaron, pero dos golpes de martillo las hundieron todavía más en aquel cemento. A partir de entonces solo pensaban en huir.

Trabaron amistad con un hilo de agua que de cuando en cuando corría por encima de ellas y le decían: - "Fíltrate por debajo de nosotras y arráncanos de está maldita pared".Así lo hizo el hilo de agua y al cabo de unos meses las piedrecitas ya bailaban un poco en su lecho. Finalmente en una noche húmeda las dos piedrecitas cayeron al suelo y yaciendo por tierra echaron una mirada a lo que había sido su prisión. La luz de la luna iluminaba un espléndido mosaico. Miles de piedrecitas de oro y de colores formaban la figura de Cristo.

Pero en el rostro del Señor había algo raro, estaba ciego. Sus ojos carecían de pupilas. Las dos piedrecitas comprendieron. Eran ellas las pupilas de Cristo. Por la mañana un sacristán distraído tropezó con algo extraño en el suelo. En la penumbra pasó la escoba y las echó al cubo de basura.

Cristo tiene un plan maravilloso para cada uno de ustedes, y a veces no lo entendemos y por hacer nuestra propia obra malogramos lo que él había trazado.

Son ustedes las pupilas de Cristo. Él los necesita para que a través de ustedes pueda llevar el amor al mundo.

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el muroDicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que el se encontraba.Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera: " Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".

En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que el se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.

El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez mas angustiado: "Señor te pedí ángeles,no una araña."Y continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña.

Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y este quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escucho esta conversación:

Primer hombre: Vamos, entremos a esta cueva.Segundo hombre: No. No ves que hasta hay telarañas, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás cuevas.

"La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo imposible"

Hay una frase muy bella que dice:" Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".

Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy

sencillas, el puede hacer mucho mas.Como en esta lectura, a veces pedimos muros para estar seguros,pero no tendría

ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos, Dios en cambio nos pide además confianza en El, para dejarlo que su Gloria se

manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una muralla. Si has pedido un muro y no ves mas que una telaraña, recuerda que Dios

puede convertir las cosas... y confía en El.

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el joven aventureroEn una ocasión un joven tuvo el deseo de subir a la cumbre de una montaña pues pensaba que ahí podría ver el rostro del Señor.

Preparó todo lo necesario, y un día al amanecer empezó su gran aventura; al llegar a las faldas de la inmensa montaña se topó con un anciano que vivía en una pequeña y vieja cabaña; éste al verlo le preguntó: ¿dónde te diriges con tanta prisa y entusiasmo?. El joven contestó: A la cumbre de ésta montaña, pues en ella esperover el rostro del Señor. El anciano le dijo:Porque no te quedas un momento conmigo y me ayudas a reparar mi cabaña pues se está cayendo y como ves yo ya soy muy viejo y no puedo solo, y al terminar reanudas tu aventura. El joven contestó: Disculpe, anciano, pero no puedo, se me hace tarde, pero al bajar con gusto le ayudaré;.

Después de un par de horas el joven llegó a la cumbre de la montaña, y con gran ánimo gritó: Señor, ¿dónde estás? ¿quiero verte? ¿dónde estás?;, una y mil veces repitió las mismas preguntas pero no hubo respuesta alguna. El joven al ver su fracaso se retiró del lugar tristemente. En su camino de regreso pasó de nuevo junto a la cabaña, que estaba completamente deshecha y el anciano ya no se encontraba en ella. Él sin darle mucha importancia, continuó su camino.

Al poco rato, encontró una iglesia y decidió entrar en ella y dialogar lo sucedido con el Señor. Ya frente al Sagrario exclamó: ;Señor, esta mañana he buscado tu rostro y no lo encontré.

Y el Señor contestó: Hoy, yo también te pedí ayuda...y no la encontré.

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ReportandoseUna vez un sacerdote estaba dando un recorrido por la Iglesia al mediodía. Al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quién había venido a rezar. En ese momento se abría la puerta, el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días,vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes habían comenzado a deshilacharse. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza,luego se levantó y se fué.Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía,estaba en la Iglesia cargando una maleta, se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El sacerdote, un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó: "¿Qué haces aquí?" El hombre dijo que trabajaba en una fábrica camino de la iglesia y tenía media hora libre para comer y aprovechaba ese momento para rezar, "Solo me quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco lejos, así que solo me arrodillo y digo: "Señor, solo vine nuevamente para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados, no se muy bien rezar, pero pienso en ti todos los dias, así que Jesús, este es Juan reportándose".

El sacerdote, sintiéndose un tonto, le dijo a Juan que estaba bien y que era bienvenido a la Iglesia cuando quisiera. El sacerdote se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a Jesús.

Mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón repetíala plegaria de Juan: "SOLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUAN FELIZ FUI DESDE QUE TE ENCONTRE A TRAVES DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS PECADOS, NO SE MUY BIEN COMO REZAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DIAS, ASI QUE JESUS, SOY YO REPORTANDOME".

Cierto día el sacerdote notó que el viejo Juan no había venido. Los días siguieron pasando sin que Juan volviese para rezar.Continuaba ausente, por lo que el sacerdote comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que Juan estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía una posibilidad de sobrevivir. La semana que Juan estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa. La Jefe de enfermeras no podía entender por qué Juan estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas.

El sacerdote se acercó al lecho de Juan con la enfermera y ésta le dijo, mientras Juan escuchaba: "Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a dónde recurrir". Sorprendido, el viejo Juan dijo con una sonrisa: La enfermera está equivocada, pero ella no puede saber que todos los días, desde que llegue aquí, al mediodía, un querido amigo mío viene, se sienta aquí en la cama, me agarra de las manos, se inclina sobre mí y me dice: "SOLO VINE PARA DECIRTE, JUAN, CUAN FELIZ SOY DESDE QUE ENCONTRE TU AMISTAD Y TE LIBERE DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTO OIR TUS PLEGARIAS, PIENSO EN TI CADA DIA, ASI QUE JUAN, ESTE ES JESUS REPORTANDOSE".

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Los regalos de DiosUn hombre soñó que estaba en una bodega inmensa, y notó que había miles de cajas grandes colocadas unas sobre otras y que apenas algunas habían sido abiertas.

Empezó a andar, pero era tan grande la bodega, que el hombre no podía ver el final.

Notó entonces que todas las cajas tenían la misma etiqueta. Las revisó una por una y vio que en todas las etiquetas estaba escrito su nombre. Estaba atónito, cuando entonces vió que una figura aparecía en la bodega y notó que era Jesús.

Entonces se dijo: " Pues a quien mejor que Jesús para preguntarle acerca de estas cajas". Y lo hizo.

Le preguntó a Jesús que significaba todo aquello.

A lo que Jesús respondió: "Estas son todas las promesas de mi padre para ti…

¿Que has hecho con ellas?…". Y dicho esto desapareció.Nuestro hombre despertó sobresaltado, ¡había sido tan real!, que durante todo el día no dejó de repetirse a una vez tras otra la pregunta de Jesús: ¿Qué has hecho con ellas?, mientras se hacía también una y otra vez la misma reflexión, profundamente avergonzado "Creo que nunca me ha preocupado por saber nada de eso. Cuantos al igual que yo, deben pasar por esta vida sin "abrir", sin apreciar realmente todos los regalos que Dios nos ha ofrecido ya y nos sigue ofreciendo por Jesucristo… Y cuantos me dirían si se lo preguntara, ¿cuáles son?…

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¿Dejas huellas?Un hombre que acababa de encontrarse con Jesus Resucitado, iba a toda prisa por el Camino de la Vida, mirando por todas partes y buscando. Se acerco a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le pregunto: “Por favor, senor, ¿ha visto pasar por aquí a algun cristiano?”

El anciano, encogiendose de hombros le contesto: “Depende del tipo de cristiano que ande buscando”. “Perdone”, dijo contrariado el hombre, “pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Solo conozco a Jesus”.

Y el anciano anadio: “Pues si, amigo; hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los gustos:

"Hay cristianos por cumplimiento, cristianos por tradicion, cristianos por costumbres, cristianos por supersticion, cristianos por obligacion, cristianos por conveniencia, cristianos autenticos...”

“¡Los autenticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!”, exclamo el hombre emocionado. “¡Vaya!”, dijo el anciano con voz grave. “Esos son los mas dificiles de ver. Hace ya mucho tiempo que paso uno de esos por aqui, y precisamente me pregunto lo mismo que usted”.

“¿Como podre reconocerle?”

Y el anciano contesto tranquilamente: “No se preocupe amigo. No tendra dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en este mundo de sabios y engreidos. Lo reconocera por sus obras. Alli donde van, siempre dejan huellas."

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Un par de huellasCierta noche un hombre tuvo un sueño.

Soñó que estaba sentado en la playa con Jesucristo. A través del espacio pasaban escenas de su vida

En cada escena se dejaban ver dos pares de huellas sobre la arena...

Un par de huellas eran las suyas, el otro par eran las de Cristo...

Cuando la última escena de su vida hubo pasado ante sus ojos, volvió la vista a las huellas sobre la arena...

Notó que muchas veces en la senda de su vida había solo un par de huellas. ..

Notó además, que esto sucedía en los momentos más tristes, mas dolorosos y más dificiles de su vida... y se propuso preguntarle al Maestro :

"Señor, cuando decidí seguirte, Tu me prometiste caminar conmigo todo el camino; pero he notado que en los momentos más dificiles de mi vida, solo se ven un par de huellas... , no comprendo... , ¿ por qué en los momentos en que más te necesitaba me abandonaste? ...".

El Señor "habiendo escuchado" su pregunta contestó:

"Mi amada y preciosa criatura, te amo infinitamente y nunca te dejé en tiempos de tribulación y de sufrimiento. Donde ves en tu senda solo un par de huellas, son las mías cuando 'te llevaba' en mis brazos ..."

Y añadió: " ¿ Ves la parte que siempre he tomado en tu vida ? . No creas en ningún azar. Siempre soy Yo...

Cuando te crees desamparada y olvidada, estoy en ti viviendo, vigilando, amando..., y cuando tu no puedes "caminar" , Yo "te llevo"...

Haz a menudo ejercicios de confianza, permanece cerca de mí, implora... Hállame en todo lo dichoso que te acontece.

Dame las gracias por las cosas menos dichosas, ellas son también maneras de mi amor para modelarte, para atraerte, para unirte más a Mí ...

Que ninguno de mis procedimientos te escandalice, siempre soy Yo...

No dudes nunca de tu Salvador, que nada venga a limitar tu confianza. Cree en Mí, espera en Mí, ámaMe mucho."

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La história de PablitoPablo, un niño de seis años que una mañana, decidió prepararles unas tortitas a sus papás para desayunar... Llegó a la cocina y encontró un grán tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa, y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo. Pero la mitad del paquete quedó desparramada entre la mesa, la silla y el suelo.

Tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, y después le puso un poco de leche y azúcar, haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordes. Además habían ya pequeñas huellas de harina por toda la cocina, dejadas por él y por su gatito.

Pablo estaba totalmente cubierto con harina, y estaba empezando a frustrarse. El quería darles una sorpresa a sus papas haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía qué más había que agregar a su pasta, o si había que hornear las tortitas y además ni siquiera sabía como usar el horno.

Cuando levantó su mirada, vió a su gatito sobre la mesa lamiendo el tazón, por lo que corrió a apartarlo , pero por accidente se volcó el cartón de la leche y además se quebraron unos huevos que habían sobre la mesa al caer al suelo. Intentó agacharse para limpiarlo pero se resbaló y quedó con todo su pijamo pegajoso, lleno de harina y huevo.

Levantó su cabecita y en ese momento vio a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas entonces se asomaron a sus ojos. El solo quería hacer algo bueno, pero en realidad lo que había causado era un gran desastre.

Estaba seguro de que su papá le iba a regañar y muy posiblemente le iba castigar.

Pero su papá sólo lo miraba en medio de aquel desorden... Entonces, caminando encima de todo aquello, sin decirle ni una sola palabra, tomó en sus brazos a su hijo que no cesaba de llorar,sin importarle llenarse el mismo de harina y huevo y apretándolo contra su pecho, lo abrazó con un amor infinito...

También Dios nos trata así.

A veces tratamos de hacer las cosas bien, pero sin quererlo terminamos haciendo un desastre. Acaba en una pelea familiar, en una discusión con un amigo, deshacemos los resultados de un día de trabajo, herimos sin querer a alguien, cumplimos mal nuestras obligaciones, desordenamos nuestra vida y al final acabamos llorando, porque ya no sabemos qué más hacer.

Entonces es cuando Dios nos toma en brazos, sin importarle si puede ensuciarse con nuestra suciedad y nos envuelve en un abrazo de amor, y así nos demuestra que nos perdona y que nos ama.

Recuerda, por el simple hecho de habernos equivocado, no debemos dejar de “preparar tortitas” para Dios o para alguien especial...

Tarde o temprano lo lograremos, y Dios estará orgulloso de nosotros, porque no

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nos dimos por vencidos.

Los tres arbolesHabía una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas. El primero dijo:- "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza".

El segundo árbol dijo: - "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mí fortaleza, destreza sobre las aguas y mi poderoso casco".

Finalmente el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y en cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará."

Después de unos años de que los árboles oraran para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde ellos estaban.

Cuando uno vio al primer árbol dijo: - "Este parece un árbol fuerte, creo que podré vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo.El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: - "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto". El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación.El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: - "No necesito que el árbol que corte tenga alguna característica especial, así que tomaré este". Y cortó al tercer árbol.

Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final. El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.

Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebe, pero esta cumplía su labor y protegió al bebé. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca.

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Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar alos hombres. Los hombres despertaron al que dormía, este se levantó y dijo: - "Calma! Quédate quieto!", y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento El segundo árbol se dio cuenta de que llevaba al Rey de reyes y Señor de señores navegando sobre él.

Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue llevado un viernes por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir crucificado allí. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.

Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza

en él, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, sólo sabemos que sus caminos no son nuestros caminos pero... siempre son los

mejores

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el alpinistaDesesperado por conquistar el Aconcagua un alpinista inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo. Sin darse cuenta la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada, todo era negro, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.Subiendo por un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas oscuras que pasaban a su lado y tener la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de su vida, él pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

-Ayúdame Señor...De repente una voz grave y profunda le contestó:-¿Qué quieres que haga?-Sálvame Dios mío.-¿Realmente crees que te pueda salvar?-Por supuesto Señor.-Entonces, suelta la cuerda que te sostiene.Hubo un momento de silencio y quietud.El hombre se aferró más a la cuerda...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista, congelado, muerto, agarrado con fuerza a una cuerda... a sólo dos metros del suelo.

¿Y tú? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas? Siempre hay que mantener nuestra fe, aunque nuestra mente y

nuestra logica nos lleven a pensar lo contrario .. confiar en nuestro corazon y en las acciones que creamos que son correctas ..

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El joven y el ángelEstaba una vez un joven preguntando a Dios el motivo por el que habían tantas injusticias y la gente sufría tanto.

En tanto pensaba se durmió y Dios le regaló un sueño. Le apareció un ángel y le dijo: Dios ha escuchado tus oraciones y me ha enviado a mostrarte algunas cosas sobre los caminos de Dios.

Le cogió de la mano y le llevó a una casa de un hombre muy pobre quién se había encontrado una copa de oro que lo iba a sacar de su pobreza, estaba contento con su copa y la iba a usar para beber agua cuando de pronto el ángel tomó la copa y la hechó en una bolsa , el joven reaccionó y le dijo: Pero como le vas a hacer esto?. El angel le dijo: Estos son los caminos de Dios...

Luego llegaron a la casa de un hombre injusto, avaro y muy rico, el ángel sacó la copa y se la entregó, entonces el joven reaccionó y dijo: ¿Pero qué es lo que te pasa? Esto es injusto. El ángel le dijo: Estos son los caminos de Dios.

Luego lo llevó a la casa de un hombre muy pobre, quién tenía varios hijos y apenas tenían para comer. Su pobreza era demasiado grande, entonces el ángel prendió fuego a la casa y rápidamente se consumió. El joven no podía creer lo que veía y dijo que lo que habia hecho estaba muy mal. Pero el ángel le apaciguó diciendo: Estos son los caminos de Dios.

Llegaron entonces a casa de un hombre que tenía un sólo hijo y planeaban salir esa noche por lo que se estaban preparando, el ángel le pidió al padre que le dejara a su hijo y que mas tarde se lo devolvería. Cuando pasaban por un puente, tomó al muchacho de la mano y lo arrojó al río.

El joven no soportó más y le dijo, ¿Son estos los caminos de Dios que me dices?, ¿Tantas injusticias son acaso el camino de Dios?.... El ángel el dijo: Estos son los caminos de Dios.

He venido para mostrarte muchas cosas y te lo voy a explicar: La copa que encontró el hombre pobre estaba envenenada, y se la quité para protegerlo, en cambio el otro con su avaricia y maldad tendrá su merecido.

El hombre que era muy pobre, no tenía nada, pero es un hombre valiente y cuando decida levantar otra vez su casa, removerá las bases y encontrará un gran tesoro bajo su antigua casa que lo sacará de su pobreza y tendrá un buen futuro para su familia.

El padre del niño estaba planenando en medio de su problema económico hacer esa noche un gran robo y pensaba usar al niño. Se convertiría en un delincuente después, así fué salvada su alma inocente y su padre reflexionará y buscará una manera honrada de salir adelante.

Has preguntado muchas veces acerca de injusticia y he sido enviado para enseñarte estas cosas y que entiendas mejor sobre los caminos de Dios. Estos

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son los caminos de Dios..

Oración confiada"Hoy en día, la mayoría de la gente conoce el precio de todo

y el valor de nada".

Una noche yo había trabajado mucho ayudando a una madre en su parto; pero a pesar de todo lo que hicimos, murió dejándonos un bebé prematuro y una hija de dos años.

Nos iba a resultar difícil mantener el bebé con vida porque no teníamos incubadora (¡no había electricidad para hacerla funcionar!), ni facilidades especiales para alimentarlo.

Aunque vivíamos en el ecuador africano, las noches frecuentemente eran frías y con vientos traicioneros. Una estudiante de partera fue a buscar una cuna que teníamos para tales bebés, y la manta de lana con la que lo arroparíamos.

Otra fue a llenar la bolsa de agua caliente. Volvió enseguida diciéndome irritada que al llenar la bolsa, había reventado. La goma se deteriora fácilmente en el clima tropical. "¡Y era la última bolsa que nos quedaba!", exclamó, y no hay farmacias en los senderos del bosque".

"Muy bien", dije, "pongan al bebé lo más cerca posible del fuego y duerman entre él y el viento para protegerlo de éste. Su trabajo es mantener al bebé abrigado".

Al mediodía siguiente, como hago muchas veces, fui a orar con los niños del orfanato que se querían reunir conmigo. Les hice a los niños varias sugerencias de motivos para orar y les conté del bebé prematuro. Les dije el problema que teníamos para mantenerlo abrigado y les mencioné que se había roto la bolsa de agua caliente y el bebé se podía morir fácilmente si tomaba frío. También les dije que su hermanita de dos años estaba llorando porque su mamá había muerto.

Durante el tiempo de oración, Ruth, una niña de 10 años oró con la acostumbrada seguridad consciente de los niños africanos: "Por favor Dios", oró, "mándanos una bolsa de agua caliente. Mañana no servirá porque el bebé ya estará muerto. Por eso, Dios, mándala esta tarde". Mientras yo contenía el aliento por la audacia de su oración la niña agregó: "Y mientras te encargas de ello, ¿podrías mandar una muñeca para la pequeña, y así pueda ver que tu le amas realmente?"

Frecuentemente las oraciones de los chicos me ponen en evidencia. ¿Podría decir honestamente "Amén" a esa oración? No creía que Dios pudiese hacerlo.

Sí, claro, sé que El puede hacer cualquier cosa. Pero hay límites, ¿no? Y yo tenía algunos grandes "peros". La única forma en la que Dios podía contestar esta oración en particular, era enviándome un paquete de mi tierra natal. Había ya estado en Africa casi cuatro años y nunca jamás recibí un paquete de mi casa.

De todas maneras, si alguien llegara a mandar alguno, ¿quién iba a poner una bolsa de agua caliente? A media tarde cuando estaba enseñando en la escuela de enfermeras, me avisaron que había llegado un auto en la puerta de mi casa. Cuando llegué el auto ya se había ido, pero en la puerta había un enorme paquete

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de once kilos. Se me llenaron los ojos de lágrimas.

Por supuesto no iba abrir el paquete yo sola, así que invité a los chicos del orfanato a que juntos lo abriéramos. La emoción iba en aumento. Treinta o cuarenta pares de ojos estaban enfocados en la gran caja.

Había vendas para los pacientes del leprosario y los chicos pues un poco aburridos. Luego saqué una caja con pasas de uvas variadas, lo que serviría para hacer una buena tanda de panecitos el fin de semana.

Volví a meter la mano y sentí... ¿sería posible? La agarré y la saqué... ¡Sí, ra una bolsa de agua caliente nueva! Lloré... Yo no le había pedido a Dios que mandase una bolsa de agua caliente, ni siquiera creía que El podía hacerlo. Ruth estaba sentada en la primera fila, y se abalanzó gritando: "¡Si Dios mandó la bolsa, también tuvo que mandar la muñeca!"

Escarbé el fondo de la caja y saqué una hermosa muñequita. A Ruth le brillaban los ojos. Ella nunca había dudado. Me miró y dijo: "¿Puedo ir contigo a entregarle la muñeca a la niñita para que sepa que Dios la ama en verdad?

Ese paquete había estado en camino por cinco meses. La había preparado mi antigua profesora de religión, quien había escuchado y obedecido la voz de Dios que la impulsó a mandarme la bolsa de agua caliente, a pesar de estar en el ecuador africano.

Y una de las niñas había puesto una muñequita para alguna niñita africana cinco meses antes en respuesta a la oración de fe de una niña de diez años que la había pedido para esa misma tarde.

Esto nos habla de la fuerza que tiene la oración que se hace con fe y confianza. Y tú, ¿tienes esa confianza?... ¿Tienes esa actitud cuando oras?

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¿Cuanto pesa una oración?Poco después de la Segunda Guerra Mundial una mujer entró en una tienda de alimentación y pidio comida suficiente para una comida de Navidad para sus hijos. Cuando el dueño preguntó cuánto podria pagar, ella respondió: " Mi marido murió en la guerra. La verdad es que no tengo nada que ofrecer mas que una pequeña oración."

El hombre, un incrédulo inmutado ante la necesidad de la mujer, dijo sarcásticamente: " Escriba su oración en un trozo de papel, y le daré su peso en artículos de alimentación." Para su sorpresa, ella sacó una nota doblada del bolsillo, y se la dio. " Ya la escribi anoche, mientras velaba a mi hijo enfermo," contestó de inmediato. Sin siquiera leerla, la puso en un platillo de sus anticuadas balanzas.

"Bueno, veremos para cuánta comida vale masculló." Para sobresalto suyo, no sucedió nada cuando puso una hogaza de pan en el otro platillo. Pero se sobresaltó más cuando añadió otros artículos y seguía sin suceder nada. Finalmente dijo malhumorado: " Bueno, ya no cabe más, de todas maneras. Aqui tiene la bolsa. Tendrá que ponerse las cosas usted misma. ¡ Estoy ocupado! " Con un sollozante " gracias" la mujer salió feliz.

El tendero descubrió poco después que tenía las balanzas averiadas. Con el paso de los años, seguía preguntándose si aquello habia sido una mera coincidencia. ¿ Por qué la mujer tenía la oración ya escrita antes de que él se la pidiera? ¿ Cómo es que vino justo en el momento en que el mecanismo se había roto?

Siempre que mira a aquella hoja de papel con su petición, se asombra, porque dice: " Por favor, amado Señor, ¡ danos hoy nuestro pan de cada día !

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El juicioDespués de haber vivido "decentemente" en la tierra, mi vida llegó a su fin.

Lo primero que recuerdo es que estaba sentado sobre una banca, en la sala de espera de lo que imaginaba era una Sala de Jurados.La puerta se abrió y se me ordenó entrar y sentarme en la banca de los acusados.Cuando miré a mi alrededor vi al "Fiscal", quien tenía una apariencia de villano y me miraba fijamente, era la persona mas demoníaca que había visto en mi vida.Me senté, miré hacia la izquierda y allí estaba mi abogado, un caballero con una mirada bondadosa cuya apariencia me era familiar.

La puerta de la esquina se abrió, Su presencia demandaba admiración y respeto. Yo no podía quitar mis ojos de Él; se sentó y dijo: "Comencemos".El Fiscal se levantó y dijo: " Mi nombre es Satanás y estoy aquí para emostrar por qué este individuo debe ir al Infierno".Comenzó a hablar de las mentiras que yo había dicho, de cosas que había robado en el pasado, cuando engañaba a otras personas.Satanás habló de otras horribles cosas y perversiones cometidas por mi persona y, entre mas hablaba, mas me hundía en mi silla de acusado.Me sentía tan avergonzado que no podía mirar a nadie, ni siquiera a mi Abogado, a medida que Satanás mencionaba pecadosque hasta había totalmente olvidado.Estaba tan molesto con Satanás por todas las cosas que estaba diciendo de mí, e, igualmente, molesto con mi abogado, quien estaba sentado en silencio.

Yo sabía que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había hecho algunas cosas buenas en mi vida, ¿no podrían esas cosas buenas por lo menos equilibrar lo malo que había hecho?Satanás terminó con furia su acusación y dijo: "Este individuo debe ir al Infierno, es culpable de todos los pecados y actos que he acusado, y no hay ninguna persona que pueda probar lo contrario. Por fin se hará justicia este día".

Cuando llegó su turno, mi Abogado se levantó y solicitó acercarse al juez, quien se lo permitió, haciéndole señas para que se acercara, pese a las fuertes protestas de Satanás.Cuando se levantó y empezó a caminar, lo pude ver en todo su Esplendor y Majestad.Hasta entonces me di cuenta por qué me había parecido tan familiar era Jesús quien me representaba, Mi Señor y Salvador.Se paró frente al Juez, suavemente le dijo: "Hola Padre", y se volvió para dirigirse al Jurado "Satanás está en lo correcto, al decir que este hombre ha pecado, no voy a negar esas acusaciones. Reconozco que el castigo para el pecado es muerte y este hombre merece ser castigado."Respiró Jesús fuertemente, se volteó hacia su "Padre" y con los brazos extendidos proclamó: "Sin embargo, yo di mi vida en la cruz para que esta persona pudiera tener vida eterna y el me ha aceptado como su Salvador, por lo tanto, es mío".Mi Salvador continuó diciendo: "Su nombre está escrito en el libro de la vida y

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nadie me lo puede quitar.Satanás todavía no comprende que este hombre no merece justicia, sino misericordia.Cuando Jesús se iba a sentar," hizo una pausa, miró a su Padre y suavemente dijo: "No se necesita hacer nada mas, lo he hecho todo".

El Juez levantó su poderosa mano y, golpeando la mesa fuertemente, las siguientes palabras salieron de sus labios:"Este hombre es libre, el castigo para él ha sido pagado en su totalidad, caso concluido".

Cuando mi Salvador me conducía fuera de la Corte, pude oír a Satanás protestando enfurecido: "No me rendiré jamás, ganaré el próximo juicio".

Cuando Jesús me daba instrucciones hacia donde me debía dirigir, le pregunté: "¿Ha perdido algún caso?".

Jesús sonrió amorosamente y dijo: "Todo aquel que ha recurrido a mí para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto tuyo..... Pagado en su totalidad".

¡Que bendición! No hay mandamiento mas grande que amar a tu prójimo como a ti mismo.

Por eso te pido Señor que bendigas a mis familiares y amigos que están leyendo esto ahora mismo, transmíteles confianza y fortaleza, atrayéndolos a una mayor

intimidad contigo.

¿Por qué quedarnos con los brazos cruzados... cuando el hombre más grande del mundo murió con los brazos abiertos?

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Saco de plumasCuentan que una vez hubo un hombre, que roido por la envidia ante los éxitos de su amigo, le calumnió grandemente.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que había ocasionado a su amigo con sus calumnias, y fue a confesarse.

Ya una vez en el confesionario y despues de haber confesado su pecado, -pecado grave contra el séptimo Mandamiento, como le dijo el confesor, pues Usted le ha robado a su amigo, el valor más grande que una persona tiene ante la Sociedad, como son su dignidad, su reputación, su derecho a la buena fama, y contra el octavo Mandamiento, pues lo que Usted dijo de él son solo calumnias-, le preguntó al sacerdote: "¿Como puedo reparar todo el mal que he hecho a mi amigo?. ¿Que puedo hacer?". A lo que el sacerdote le respondió: "Tome un saco llena de plumas y suéltelas por donde quiera que vaya.

Y una vez que lo haya hecho, vuelva.Y que Dios le acompañe.

El hombre, muy contento ante aquel mandato tan fácil, salió rapido fuera de la Ciudad en busca de una granja, y una vez que hubo conseguido el saco lleno de plumas, regresó a ella, y sin esperar ni un minuto más, empezó a pasearse por las calles lanzando al aire , en todas direcciones las plumas que llevaba en el saco. Y una vez que lo hubo vaciado del todo, volvió a la Iglesia en busca del sacerdote con el que se había confesado y lleno de satifacción le dijo: "Padre: ya he hecho lo que me mandó esta mañana". Pero cual no fue su sorpresa, cuando el sacerdote le dijo:

"No hijo, esa es la parte más fácil. Ahora debe volver a las mismas calles en las que las soltó, e ir recogiéndolas una por una, hasta que vuelva a tener el saco lleno, y luego vuelva a verme". Y que Dios le acompañe.

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba. Y por más empeño que puso no pudo juntar casi ninguna.

Al volver a la Iglesia al día siguiente, se lo explicó al sacerdote con una profunda pena y un verdadero arrepentimiento, pero éste le dijo: "Así como no pudo juntar las plumas que Usted soltó porque se las llevó el viento, así mismo la calumnia que Usted lanzo contra su amigo, voló de boca en boca y su amigo jamás podrá recuperar del todo la fama , la reputación que Usted le quitó".

Lo único que Usted puede hacer es pedirle perdón a su amigo, y hablar de nuevo con todas aquellas personas ante las que lo calumnió, diciéndoles las verdad, para reparar así en la medida de lo posible el daño que le ha causado a su amigo y para tratar de restituirle en la medida que pueda su fama , su reputación".

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La foto de JesúsHabía una pareja de ateos que tenían una niña, los padres jamás le hablaron de Dios. Una noche, cuando la niña tenia 5 años, sus padres pelearon y el papá le disparó a la mamá. Luego el papá se suicidó. Todo esto delante de la niña. Ella fue enviada a un hogar adoptivo. Su nueva mamá, Christina, la llevó a la iglesia. Ese día la mamá le explicó a la maestra de la escuela dominical que la niña jamás había escuchado hablar de Jesús y que por favor le tuvieran paciencia. La maestra tomó una figura de Jesus y preguntó al salón: "Alguno de ustedes sabe quien es esta persona?"La pequeña niña respondió: "- Yo sé, ese es el hombre que estuvo tomando mi mano la noche en que mis padres murieron"

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La tienda del cieloHace mucho tiempo, caminaba por el sendero de la vida y encontré un letrero que decía: "La Tienda del Cielo". Me acerqué y la puerta se abrió lentamente. Cuando me dí cuenta; yo, ya estaba dentro.

Vi muchos ángeles parados en todas partes. Uno de ellos me entregó una canasta, y me dijo: Ten... compra con cuidado, todo lo que un cristiano necesita de la tienda.

Primero compré Paciencia, el Amor estaba en la misma fila. Más abajo había Comprensión que se necesita por donde yo vaya. Compré dos cajas de Sabiduría y dos bolsas de Fe. Me encantó el paquete del Perdón.

Me detuve a comprar Fuerza y Coraje para ayudarme en esta carrera que es la vida. Ya tenía casi lista la canasta cuando recordé que necesitaba Gracia y que no podía olvidar la Salvación, que la ofrecían gratis. Entonces tomé bastante para salvarme y salvarte a ti.

Caminé hacia el cajero para pagar la cuenta; pues creí que tenía todo lo que el cristiano necesita. Pero cuando iba a llegar a la caja, vi la Oración y la puse en mi canasta repleta porque sabía que cuando saliera, la iba a usar... La Paz y la Felicidad estaban en los estantes pequeños, al lado de la caja y aproveché, para tomarlas.

La Alegría colgaba del techo y, arranqué una para mí. Al fin llegué al cajero y le pregunté:

¿Cuánto le debo?

El sonrió y me contestó: Lleva tu canasta a donde vayas.

¿Si, pero cuánto le debo?, - le repliqué

El otra vez me sonrió y me dijo: No te preocupes JESUS pagó tu deuda hace mucho tiempo.

JESUS dice:

"he aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo". Apocalipsis 3:2

"TODO LO QUE PIDAS EN ORACIÓN CON FÉ LO RECIBIRÁS". MT. 21:22

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Iglesia en decadenciaLe pidieron una vez a un pintor que pintara un cuadro representando a una iglesia decadente, y presentó, luego de un tiempo, una pintura en la que se veía por la puerta abierta de la iglesia un hermoso salón, un púlpito bien puesto, un hermoso órgano y otras cosas que no hacían pensar que esa fuera una iglesia en decadencia.Cuando le dijeron que esa pintura no representaba lo que le habían pedido, el autor señaló la caja en la que se ponían las ofrendas y dijo: "Miren bien este detalle". Sobre la tapa de la caja se había formado una espesa telaraña. "La señal de la decadencia -dijo el pintor- es el desagradecimiento, y esto se manifiesta de un modo vivo en las ofrendas de los miembros".P.D. Para aquellos que no tienen Iglesia, también, recuerden que todos nuestra casa y cuerpo es nuestra Iglesia.

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¿a donde corres?Mi amigo cuenta la historia de algo que sucedió mientras su papa estaba cazando venados en los bosques de Oregon.

Con el rifle acunado en el hueco de sus brazos, su padre iba por un antiguo camino de leñadores casi borrado por la exuberante espesura. Caía la tarde y estaba pensando en regresar al campamento cuando oyó un ruido en los arbustos cerca de él. Antes de que tuviera oportunidad de levantar el rifle, un bultito castaño y blanco corrió hacia él a toda velocidad.

Todo sucedió tan rápido, que papa apenas tuvo tiempo de pensar. Miró hacia abajo y allí estaba un conejillo castaño (en extremo agotado) acurrucado contra sus piernas entre sus botas. La cosita temblaba como una hoja, pero allí estaba sin moverse. Esto era sumamente raro, los conejos silvestrestienen miedo de la gente, y ni siquiera es fácil llega a ver alguno... mucho menos uno que venga y se siente en nuestros pies.

Mientras papa trataba de encontrarle explicación a aquello, otro actor entró en la escena: Mas abajo en el camino una comadreja saltó al camino, cuando vio a mi padre (y a la que consideraba su presa, sentada a sus pies) el predador quedó congelado, el hocico jadeante, los ojos con un brillo rojo.Entonces comprendió papá que había irrumpido en medio de un pequeño drama de vida y muerte en el bosque. El conejillo, exhausto por la persecución, estaba a solo minutos de la muerte. Papá era su última esperanza de refugio.Olvidando su natural recelo y miedo, el animalito instintivamente se había pegado a el buscando protección de los afilados dientes de su implacable enemigo".

El padre de mi amigo no lo decepcionó: alzó su rifle, apuntó y disparó al suelo justo debajo de la comadreja. El animal pareció saltar casi recto al aire un par de pies y entró disparado hacia el bosque de nuevo, a toda velocidad que sus patas se lo permitían.

Durante un rato el conejillo no se movió. Siguió echadito allí, acurrucado entre los pies del hombre, en la tarde que caía poco a poco, mientras él le hablaba suavemente.

¿A donde fue, chiquitín?. No pienso que te molestara por un tiempo. Parece que esta noche te has librado de la trampa. Pronto el conejillo se fue saltando, alejándose de su protector para entrar en el bosque.

¿A dónde corres en momentos de necesidad; a dónde corres cuando te persiguen predadores como los problemas, las preocupaciones y los temores; dónde te escondes cuando tu pasado te persigue como un lobo implacable tratando de ,destruirte; dónde buscas protección cuando las comadrejas

de la tentación, la corrupción y la maldad amenazan con vencerte; a dónde te vuelves cuando tu energía se agota... cuando la debilidad te embarga y sientes que no puedes huir por mas tiempo; te

vuelves a tu protector, aquel que está firme con los brazos abiertos, esperando que vuelvas y te refugies en la seguridad de todo lo que Él es?.

"Desde el cabo de la tierra clamaré a ti,cuando mi corazón desmayare.

Llévame a la roca que es más alta que yo,porque tú has sido mi refugio,

y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu casa para siempre;

estaré bajo la cubierta de tus alas" Salmo 61:2-4

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Bajo las alas del omnipotenteUn artículo que apareció en "National Geographic" algunos años atrás nos presenta una profunda imagen de las Alas de DIOS.

Después de un incendio forestal en el Yellowstone National Park, los guardabosques empezaron a ascender por la ladera de una montaña para medir cuánto daño había causado el fuego infernal. Uno de los guardabosques encontró a un pájaro petrificado en ceniza, esculturalmente posado en el suelo justo frente a la base de un árbol.

Un tanto mistificado por la extraña visión, movió el pájaro con una rama. Cuando levantó el pájaro del suelo, tres pequeños polluelos salieron corriendo de su escondite bajo las alas de su madre muerta. La amorosa madre, consciente del desastre inminente, había llevado a sus hijos a la base del árbol y los había reunido bajo sus alas, sabiendo por instinto que el humo tóxico se elevaría.

Ella pudo haber volado a un lugar seguro para salvar su vida, pero rehusó abandonar a sus polluelos.

Cuando la ráfaga de fuego la sorprendió y el calor abrasó su pequeño cuerpo, la madre se mantuvo en su lugar. Aquellos polluelos pudieron vivir, porque su madre los cubrio bajo sus alas y estuvo dispuesta a morir por ellos.

¡Cuán grande es ÉL, que en su infinita sabiduría, nos ha estado reafirmando su pacto de amor y protección desde el principio de la vida humana y su infinita

misericordia! Su Palabra es viva y eficaz. Todo pasa, pero Su Palabra permanece para siempre.

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el pan de cada diaPasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol escaldarte invitaba a todos a un refresco... Ricardito no aguanto el olor rico del pan y dijo:

- Papa, tengo hambre!!! El padre, Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco mas de paciencia... - Pero papa, desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papa!!!

Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pidió al hijo que esperara en la vereda y entró en la panadería que estaba en frente... Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador: - Señor, estoy con mi hijo de tan solo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me de un pan para que yo pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.

Amaro, el dueño de la panadería se extrañó de aquel hombre de semblante calmo y sufrido, que pide comida a cambio de trabajo y le dijo que llamara al hijo... Agenor tomo al hijo de la mano y lo presento a Amaro, quien inmediatamente les pidió que los dos se sentaran junto al mostrador, donde mando servir dos platos de comida del famoso PH (Plato Hecho) - arroz, poroto, bife y huevo.. Para Ricardito era un sueño comer después de tantas horas en la calle... Para Agenor, un dolor mas, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacia recordar a la esposa y a dos hijos que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz...

Gruesas lagrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado... La satisfaccion de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar, y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de mas de dos años de desempleo, humillaciones y necesidades... Amaro se aproximo a Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajar:

- !Oh, Martha!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo, ¡hasta esta llorando de tristeza de ese bistec!, sera que es suela de zapato?!?!

Inmediatamente, Agenor sonrio y dijo que nunca comio comida tan apetitosa, y que agradecía a Dios por tener ese placer... Amaro le pidió entonces que se tranquilice, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo...

Mas confiado, Agenor seco las lagrimas y empiezo a almorzar, ya que su hambre ya estaba en las espaldas... Después del almuerzo, Amaro invito a Agenor para conversar en los fondos de la panadería, donde había un pequeño escritorio... Agenor contó entonces que hacia mas de dos años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequenas "chapuzas aquí y allí", pero que desde hacia semanas no conseguía nada...

Amaro resolvió entonces contratar a Agenor para servicios generales en la panadería, y apenado, le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 dias... Agenor con lagrimas en los ojos agradeció la confianza de

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aquel hombre y marco para el día siguiente su inicio en el trabajo.

Al llegar en casa con toda aquella "cantidad", Agenor es un nuevo hombre. Sentia esperanzas, sentia que su vida tomaria nuevo impulso... Dios le estaba abriendo mas que una puerta, era toda una esperanza de dias mejores..

Al dia siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panaderia ansioso para iniciar su nuevo trabajo... Amaro llego luego y sonrio a aquel hombre que ni el sabia porque, estaba ayudando... Tenian la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de el lo llamaba para ayudar a aquella persona...

Y, no se equivoco. Durante un año, Agenor fue el mas dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes... Cierto dia, Amaro llamo a Agenor para una charla y le hablo de una escuela que abrio lugares para la alfabetizacion de adultos a una cuadra arriba de la panaderia, y que el tenia interes que Agenor estudiara.. Agenor nunca se olvido de su primer dia de clase: la mano tremula en las primeras letras y la emocion de la primera carta... Doce años pasaron desde aquel primer dia de clases...

Vamos a encontrar al Dr. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su oficina a su cliente, y despues a otro, y despues a otro mas... Al medio dia baja para un cafe en la panaderia del amigo Amaro, que queda impresionado en ver al "antiguo empleado" tan elegante en su primer traje... Diez años pasan, y el Dr. Agenor Baptista, con una clientela en la que mezcla los mas necesitados que no pueden pagar con los mas adinerados que pagan muy bien; decidio crear una institucion que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y carenciados de todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo... Mas de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista... Todo cambio, todo paso, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocian un poco de la historia de cada uno...

Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo dia, casi que en la misma hora, muriendo placidamente con una sonrisa del deber cumplido... Ricardito, el hijo, mando grabar delante de la "Casa del Camino", que su padre fundó con tanto carino:

Un dia yo tuve hambre, y me alimentaste.Un dia yo estaba sin esperanzas y me diste un camino. Un dia me desperte solo, y me diste a Dios, y eso no tiene precio. Que Dios habite en tu corazon y alimente tu alma. !!! Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien necesita!!!"

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cartas a un amigoEnero 15

Cómo te fue en Navidad y Año Nuevo? Llame para saludarte pero no te encontré, que lastima. Quería contarte lo bien que la pase y todos los propósitos que espero cumplir este año. Imagino que ya iniciaste clases y que agobio con el trabajo, a todos nos pasa a veces. Ojalá pronto podamos hablar. Tengo que contarte muchas cosas!!

Marzo 27

Aun no se de ti.. y aunque te mando muchos emails, nunca me respondes. Es posible que tengas muchas ocupaciones..Ya sé!! ...Lo mas probable es que te hayas tomado las merecidas vacaciones de las que me hablaste hace 5 meses.Recuerdas que te dije que la playa era genial?.. Y ese hotel del que me contaste ha de ser hermoso. Ojalá la estes pasando bien.

 

Mayo 8

Ayer me sucedió algo terrible ... y no tengo nadie a quien contarle. Te llamé pero solo escuché tu voz en el contestador ... deje un pequeño mensaje, ojalá y no se borre.Me gustaría mucho poder contarte el gran problema que tengo, aunque ya sé que es imposible encontrarte en tu casa a esta hora. Pero como tú decías, Yo siempre hago una tormenta en un vaso de agua. Tal vez mis problemas no son tan agobiantes como los que tú debes tener... debo ser mas fuerte.

 

Julio 27

Feliz Cumpleaños!!..Te he llamado 2 veces. Tu mamá y hermanos ya me alucinan!! Me dicen que aún no llegas de la escuela y que por la tarde tienes tu trabajo y pues.. hasta en la noche te puedo encontrar. Solo quiero decirte que te deseo lo mejor y que me gustaría seguir siendo parte de tu vida por muchos años más.

 

Septiembre 17

Recibí tu email. El chiste estaba gracioso. No sé si te enteraste, pero estuve unos días en el hospital. Nada grave, un pequeño dolor de cabeza. Algo así como la migraña que siempre has padecido. El doctor quiere hacerme unos estudios para estar seguros que todo me "funcione bien". Y yo le digo que "Mala hierba nunca muere". Aunque en el fondo siento una profunda tristeza.

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Octubre 12

Ayer fue mi cumpleaños. Comprendo que lo hayas olvidado, hace tiempo que no hablamos y bueno ..... tu tienes mucho que hacer. Esperaba que llamaras para decirme "te estas haciendo viejo!!", pero por mas que el teléfono sonó no eras tú!.. Sabes, desde mis días en el hospital me he sentido algo débil, tal vez sea que no he estado comiendo bien.Ahora recuerdo que es época de exámenes. Lo más seguro es que estés batallando con Algebra y por eso no llamaste.... siempre fuiste malísimo en álgebra.

 

Octubre 20

Algo me funciona mal, está en mi cabeza, el doctor dice que necesito quimioterapia antes de

que avance más mi problema. Yo digo que saldré adelante, confío en Dios, pero mis papás se ven muy preocupados. Ojalá tuvieras tiempo de llamarme. Siempre sabes decir las palabras exactas cuando la depresión embarga mi alma.

 

Noviembre 30

Quimioterapia ... es lo peor. Mi cabello se empieza a caer, tengo muchas nauseas y casi ni me levanto de la cama. Mis uñas se caen en pedazos. Mis uñas!! Si me vieras ahora, creo que no me reconocerías, bajé de peso y casi he perdido la mitad de mi cabellera. Sé que ayer fue el primer día de tu trabajo. Tu no me lo has dicho, pero me enteré por otra persona que me dijo que habló contigo ... y ... bueno él me lo contó. Ojalá que en este trabajo todo te salga excelente.

 

Enero 11

Al fin, ahora estoy descansando de todo. Recuperé mi cabellera y mis uñas volvieron.No mas nauseas ni dolores. Aquí hay mucha paz y tranquilidad aunque a veces me mortifica saber que mis papás siguen llorando por mí. Desde aquí puedo ver lo que haces. Sé que no te has enterado de lo que sucedió conmigo. Hoy conociste a alguien que lleva el que era mi nombre... Curioso no?... recuerdo que siempre dijiste que mi nombre era extraño y tú pensaste: "Hace cuánto que no le hablo?".

 

4 Marzo

Hace 1 mes que te enteraste. Trágico no?. Y hoy visitaste mi tumba y me llevaste tulipanes, mis flores favoritas. Estuviste platicando con la placa que lleva mi nombre y, mientras recordabas nuestras aventuras... te vi llorar. Me hubiera gustado estar ahí para abrazarte, consolarte y limpiar tus lágrimas, sin embargo, ya no estoy. Hey! Pero lo importante es que yo estoy feliz, solo me entristece saber que tú no lo estas. Y no es cierto eso que dices!!... S iempre fuiste un buen

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Amigo!!

 

Abril 7

No te culpes por eso. A veces uno esta tan agobiado que se le olvida respirar. Es cierto lo que dices mientras aprietas esa foto nuestra cuando íbamos juntos a la escuela. Cuantas cosas vivimos juntos y cuantas quisiste contarme. Perdiste la oportunidad. Si, es cierto... desperdiciaste el tiempo en cosas que tal vez no eran tan importantes como pensabas. Yo no te culpo.. aun aprecio el tiempo en el que fuimos amigos y, si volviera a tener la oportunidad de repetir todo, no lo pensaría dos veces, pues sabría que al final todo sucedió para que mi amigo reaccionara y viviera su vida, sin preocuparse por cosas sin importancia, Para mi siempre serás mi Amigo... mi mejor Amigo...

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¿Con que ojos miramos?Dos hombres, ambos seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse en su cama por una hora cada tarde para ayudar a drenar los fluidos de sus pulmones. Su cama estaba junto a la única ventana del cuarto. El otro hombre debía permanecer todo el tiempo en su cama tendido sobre su espalda. Los hombres hablaban por horas y horas. Hablaban acerca de sus esposas y familias, de sus hogares, sus trabajos, su servicio militar, de cuando ellos han estado de vacaciones.

Y cada tarde en la cama cercana a la ventana podía sentarse, se pasaba el tiempo describiéndole a su compañero de cuarto las cosas que él podía ver desde allí. El hombre en la otra cama, comenzaba a vivir, en esos pequeños espacios de una hora, como si su mundo se agrandara y reviviera por toda la actividad y el color del mundo exterior. Se divisaba desde la ventana un hermoso lago, cisnes, personas, nadando y niños jugando con sus pequeños barcos de papel. Jóvenes enamorados caminaban abrazados entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes y viejos árboles adornaban el paisaje y una ligera de horizonte en la ciudad podía divisarse a la distancia.

Como el hombre de la ventana describía todo esto con exquisitez de detalle, el hombre de la otra cama podía cerrar sus ojos e imaginar tan pintorescas escenas. Una cálida tarde de verano, el hombre de la ventana le describió un desfile que pasaba por ahí. A pesar de que el otro hombre no podía escuchar a la banda, él podía ver todo en su mente, pues el caballero de la ventana representaba todo con palabras tan descriptivas.

Días y semanas pasaron. Un día, la enfermera de la mañana llegó a la habitación llevando agua para el baño de cada uno de ellos. Únicamente para descubrir el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, el mismo que había muerto tranquilamente en la noche mientras dormía. Ella se entristeció mucho y llamó a los dependientes del hospital para sacar el cuerpo. Tan pronto como creyó conveniente, el otro hombre preguntó si podría ser trasladado cerca de la ventana. La enfermera estaba feliz de realizar el cambio. Luego de estar segura de que estaba confortable entristeció ella y lo dejo solo.

Lenta y dolorosamente se incorporó apoyado en uno de sus codos para tener su primera visión del mundo exterior. Finalmente tendría la dicha de verlo por sí mismo.

Se estiró para mirar por ella. Lentamente giro su cabeza y miró por la ventana. Él vio una pared blanca. El hombre preguntó a la enfermera que pudo haber obligado a su compañero de cuarto a describir tantas cosas maravillosas a través de la ventana.

La enfermera le contestó que ese hombre era ciego y que por ningún motivo él podía ver esa pared. Ella dijo, "Quizá el solamente quería darle ánimo."

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El bomberitoLa madre de 26 años se quedó absorbida mirando a su hijo que moría de leucemia terminal. Aunque su corazón estaba agobiado por la tristeza, también tenía ella un fuerte sentido de determinación.Como cualquier madre deseaba que su hijo creciera y realizara todos sus sueños.

Pero ahora eso no era posible para su hijo.La leucemia no se lo permitiría. Pero aún así, ella todavía quería que los sueños de su hijo se realizaran. Ella tomó la mano de su hijo y le pregunto: Billy, ¿alguna vez pensaste en lo que querías ser cuando crecieras?, ¿Soñaste alguna vez y pensaste en lo que harías con tu vida?.Mami, siempre quise ser un bombero cuando creciera.

La madre se sonrió y dijo: - Veamos si podemos hacer realidad tu sueño. Ese día, mas tarde, ella se dirigió a la Estación de bomberos de Phoenix, Arizona. Allí conoció al bombero Bob, un hombre con un corazón grande como Phoenix.

Ella le explicó el deseo último de su hijo y le preguntó si era posible darle a su hijo de seis años un paseo alrededor de la cuadra en Un camión bombero. El bombero Bob dijo: Mire, podemos hacer algo mejor que eso.

Tenga a su hijo listo mañana miércoles a las 7 en punto de la mañana y lo haremos un "Bombero honorario" durante todo el día. El puede venir con nosotros aquí a la Estación, comer con nosotros, salir con nosotros cuando recibamos llamadas de incendios, por todo lo ancho.

Y si usted nos da sus medidas, le conseguiremos un verdadero uniforme de bombero, con un sombrero verdadero que lleve el emblema de la Estación de Bombero de Phoenix, no uno de juguete, sino el emblema amarillo que nosotros llevamos y sus botas de hule. Todo eso es hecho aquí en Phoenix, así que nos es fácil conseguirlo bastante rápido

Tres días mas tarde el bombero Bob recogió a Billy, le puso su uniforme de bombero y lo condujo desde la cama del hospital hasta el camión de bombero. Billy tuvo que sentarse en la parte de atrás del camión y ayudar a conducirlo de regreso a la estación. El se sentía como en el cielo.

Hubo tres llamadas en Phoenix ese día Willy tuvo que salir en las tres llamadas. El fue en tres camiones diferentes. Fue en el microbús paramédico y también en el carro del Jefe de Bomberos. También le tomaron vídeos para las noticias locales de televisión. Habiendo hecho realidad su sueño y con todo el amor y la atención que Le fue dada, Billy fue tocado tan profundamente en su corazón, que logró Vivir tres meses mas de lo que cualquier médico pensó que viviría.

Una noche todas sus señales vitales comenzaron a decaer dramáticamente Y el Jefe de Enfermería, que creía en el concepto hospicial que nadie Debe morir solo, comenzó a llamar a los miembros de la familia para que vinieran al hospital. Luego, recordó el día en que Billy había pasado como si fuera un bombero, así que llamó al Jefe de la Estación y le preguntó si era posible que enviara a un "bombero" uniformado al hospital para que estuviera con Billy mientras entregaba su alma.

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El Jefe le dijo:Haremos algo mejor. Estaremos allí en cinco minutos. ¿Me hará un favor? Cuando oigan las sirenas sonando y las luces centelleando, ¿podría anunciar por los altoparlantes que no hay ningún incendio?Sino que es el Departamento de Bomberos que va a ver a uno de sus mas finos miembros una vez mas?. Y por favor, podría abrir la ventana de su cuarto?.

Como cinco minutos mas tarde, un gancho y la escalera del carro bombero, llegaron al hospital, y se extendieron hasta el tercer piso donde estaba La ventana abierta del cuarto de Billy y 16 "bomberos" subieron por ella y entraron al cuarto.

Con el permiso de su mamá, cada uno de ellos lo abrazaron y lo arrullaban diciéndole cuánto lo amaban.

Con su aliento agonizante, Billy miró al Jefe de los Bomberos y dijo:JEFE, ¿SOY VERDADERAMENTE UN BOMBERO AHORA? El Jefe le respondió: SI, BILLY, LO ERES. Con esas palabras, Billy sonrió y cerró sus ojos por última vez.

Recordemos que lo que los seres humanos necesitamos es el conocimiento. Y el amor de Dios manifestados a través de nuestros semejantes.

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La ciudad de los pozosEsa ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esa ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... pero pozos al fin.Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar donde estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.

La comunicación entre los habitantes de la ciudad sólo era de brocal a brocal.Con la idea de tener lo mejor, los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte, y fueron llenándose de pinturas, pianos, y sofisticadas esculturas.Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas. Pasó el tiempo.

La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto, que ya no podían incorporar nada más, entonces pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...

A uno se le ocurrió aumentar su capacidad, ensanchándose. Muy pronto muchos pozos lo imitaron.Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver lo que hacían sus camaradas y pensó que si seguían haciéndolo, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad...

A partir de esa idea se le ocurrió que la otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho, sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo. Entonces se dio cuenta de que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...

Al principio tuvo miedo al vacío, pero cuando vio que no tenía otra posibilidad, lo hizo. Vació de posesiones el pozo y empezó a volverse más profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...

Un día el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: Adentro, muy adentro, y muy en el fondo ¡¡¡encontró agua!!! Nunca antes otro pozo había encontrado agua... El pozo superó la sorpresa y empezó a humedecer las paredes, a salpicar los bordes y por último la sacó hacia afuera.

La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra de alrededor del pozo, revitalizada, empezó a despertar. La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel"

Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro. -Ningún milagro, contestaba, hay que buscar en el interior, hacia lo profundo...Muchos quisieron seguir el ejemplo de "El Vergel", pero desecharon la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse.

Entonces siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más

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cosas...

En la otra punta de la ciudad, otro pozo decidió correr también el riesgo del vacío... Y empezó a profundizar... Y también llegó al agua... Y también salpicó hacia afuera creando un segundo oasis verde en el pueblo... -¿Qué harás cuando se termine el agua?-le preguntaban. -No sé lo que pasará, contestaba, pero por ahora cuanto más agua saco, más agua hay.

Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento. Un día, casi por casualidad los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma... Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro. Se abrió para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse de brocal a brocal, superficialmente, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:

La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tiene el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar...

Y en el mundo de los hombres se repite la historia de los pozos. Siempre habrá una persona que espera a otra. Y cuando estas personas se encuentran, todo el

pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia. Han encontrado el secreto de saber vaciarse para entregarse el uno al otro.

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El perroSe cuenta que un hombre, reducido a la mendicidad, abandonó su gente y se fue a la aventura. Extenuado por el hambre y el cansancio, llegó a una ciudad de grandiosos palacios, y se encontró siguiendo a un grupo de altos personajes, todos encaminados en la misma dirección.La comitiva entró en una especie de palacio real, donde un anfitrión de aspecto imponente recibía a los visitantes rodeados de pajes. Se les ofreció un suntuoso banquete; pero nuestro hombre se mantuvo apartado, escondido y todo confundido, con la esperanza de que nadie lo descubriera.Mientras el mendigo permanecía escondido y todos comían, he aquí que llega un paje con cuatro perros de caza, vestidos con una gualdrapa de brocados, collares de oro y frenos de plata.El lacayo amarró cada perro al puesto que le estaba reservado, y puso delante de cada uno de ellos un plato de oro colmado de exquisitos manjares.Afligido por el hambre, el hombre contemplaba aquella comida, y hubiera deseado acercarse a uno de aquellos perros para comer con él, pero el miedo se lo impedía.Cuando he aquí que uno de los perros levantó los ojos del plato y lo miró: El Altísimo le inspiraba el conocimiento de las condiciones de aquel desgraciado. El perro se apartó del plato, haciendo una señal al hombre para que se acercara.El mendigo se acercó y comió; después hizo ademán de irse, pero el perro le hizo una señal para que se llevara también el plato, con la comida que había quedado; y con la pata lo empujaba hacia él. Entonces el hombre recogió el plato que era de oro macizo, y huyó del palacio sin que nadie lo advirtiese.

Atontado por lo sucedido, estaba pensando para sí: «¿Pero cómo es posible que un perro, criatura inferior y privado de inteligencia, se haya dado cuenta de un hecho que escapaba a la mirada del hombre, y haya sido capaz de cumplir con una acción tan noble?».Entonces le respondió el Espíritu de Dios que habla al corazón: «Yo me sirvo de cualquier criatura mía para mis fines de misericordia. Estaba hablando a cada uno de aquellos comensales, pero ninguno prestaba atención a mis palabras. Todos estaban muy ocupados en sus asuntos. Solamente aquel perro la oyó, y ,haciéndome caso, ha llegando a ser el vehículo de mi providencia para ayudarte».

El Señor puede servirse hasta de un insecto ¿es para meditarlo, no?

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¡Dios no existe!Cuando el astronauta ruso Yuri Gagarin fue interrogado sobre si había visto a Dios allá en las alturas, respondió: "No lo he visto; Dios no existe".Algo mas tarde subió también a la estratosfera Gordon Cooper y cuando le hicieron la misma pregunta, replicó: "Para ver a Dios no necesito subir a las alturas: lo llevo dentro de mí mismo".

Tántos pretenden encontrar a Dios lejos de sí, cuando lo tienen tan cerca! Dios sonríe en el juego del niño; Dios gime en el dolor del enfermo; Dios sufre en la miseria del que no tiene pan; Dios muere en el niño desnutrido; Dios huye en el hombre perseguido; Dios alarga la mano en el mendigo; Dios grita en el reclamo de justicia para el pobre obrero explotado.Dios está en todas partes y en todos; no es preciso ir muy lejos para encontrarlo; basta con que abramos los ojos para poder verlo. ¡Qué triste sería pasar a su lado, sin reconocerlo!

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¿Tu que harias?El 14 de Octubre de 1998, en un vuelo trasatlántico de la línea aérea British Airways tuvo lugar el siguiente suceso.

A una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable. La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar a primera clase a ver por si acaso podría encontrar algún lugar libre. Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no solo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca deaquella persona.

Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora: "Discúlpeme señora, efectivamente todo el vuelo está lleno.... pero afortunadamente encontré un lugar vacío en primera clase. Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. Él me indicó que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable."

La señora con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se voltea y le dice al hombre de raza negra: "¿Señor, sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?". Todos los pasajeros del avión se pararon y ovacionaron la acción de la azafata. Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados y gracias a esa actitud, la empresa British Airways se dio cuenta que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente, la empresa hizo cambios de inmediato; desde ese momento en todas las oficinas de British Airways se lee el siguiente mensaje: "Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán como los hiciste sentir."

Page 46: Cuentos Con Moraleja

Depende de la formaUn Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño. -¡Qué desgracia Mi Señor!, exclamó el Sabio. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad. -¡Qué insolencia!, gritó el Sultán enfurecido.¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: -¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.

Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: -¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. -Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo Sabio, que todo depende de la forma en el decir.. uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos,

grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la

ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado.

Page 47: Cuentos Con Moraleja

Los límites del respetoHabía una vez una planta muy joven que tenía exactamente cuatro hojas, y el jardinero ponía en ella grandes esperanzas.Un día las cuatro hojas -según la moda- tuvieron una reunión de equipo y una de ellas dijo a las demás: "De hoy en adelante yo quiero prescindir del agua. Les pido que estudien mi plan, respeten mi libertad y me dejen vivir mi vida".

Las tres hojas, llenas de buenas intenciones, decidieron respetar lo que su compañera les pedía.

Así, gracias a un curioso mecanismo, la planta quedó con un paraguas que libraba del agua a la hoja cuando llovía. Con el paso del tiempo la joven planta empezó a languidecer, pero las tres hojas no hicieron nada porque había que respetar a la cuarta. Al fin la planta se marchitó y murió; las cuatro hojas se secaron y el viento las dispersó. Todavía se están preguntando si el respeto es elprincipal valor de la vida o si tiene sus límites.

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Sabiduria japonesaUn sabio japonés, conocido por la sabiduría de sus doctrinas, recibió la visita de un profesor universitario que iba a verlo para preguntarle sobre su pensamiento. El profesor universitario tenía fama de ser creído y orgulloso, de que no prestaba nunca atención a las sugerencias de los demás, y se creía siempre en posesión de la verdad. El sabio quiso enseñarle algo. Para ello comenzó por servirle una taza de té. Comenzó echando el té poco a poco. Primero la taza se llenó. El sabio, aparentando no percatarse de que la taza estaba yallena, siguió echando té y más té, hasta que la taza rebosó y el líquido comenzó a manchar el mantel. El anciano mantenía su expresión serena y sonriente.El profesor de universidad miró desbordarse el té, tan estupefacto que no lograba explicarse una distracción tan contraria a las normas de la buena urbanidad; pero, a un cierto punto, no pudo contenerse más y dijo al anciano sabio: «¡Está llena! ¡Ya no cabe más!».

El sabio imperturbable y sin inmutarse, le dijo:«Tú también estás lleno de tu cultura, de tus opiniones y conjeturas eruditas y completas, igual que le ocurre a esta taza. ¿Cómo puedo hablarte de la sabiduría, que sólo es comprensible a los ánimos sencillos y abiertos, si antes no vacías la taza?».El profesor comprendió la lección y desde aquel día se esforzó en escuchar las opiniones de los demás, sin despreciar ninguna de ellas.

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El bambú amado

Había una vez, un maravilloso jardín, situado en el centro de un campo. El dueño acostumbraba pasear por él al sol de mediodía.

Un esbelto bambú era el más bello y estimado de todos los árboles de su jardín. Este bambú crecía y se hacía cada vez más hermoso. El sabía que su Señor lo amaba y que él era su alegría.

Un día, su dueño pensativo, se aproximó a su amado bambú y, con sentimiento de profunda veneración el bambú inclinó su imponente cabeza. El Señor le dijo: -"Querido bambú, Yo necesito de ti."

El bambú respondió: -"Señor, estoy dispuesto; haz de mí lo que quieras."

El bambú estaba feliz. Parecía haber llegado la gran hora de su vida: su dueño necesitaba de él y él iría a servirle.

Con su voz grave, el Señor le dijo: -"Bambú, sólo podré usarte podándote."

-"¿Podar? ¿Podarme a mí, Señor?...¡Por favor, no hagas eso! Deja mi bella figura. Tú vez cómo todos me admiran."

-"Mi amado bambú," -la voz del Señor se volvió más grave todavía.- "No importa que te admiren o no te admiren... si yo no te podara, no podría usarte."

En el jardín, todo quedó en silencio... el viento contuvo la respiración.

Finalmente el bello bambú se inclinó y susurró: -"Señor, si no me puedes usar sin podar, entonces haz conmigo lo que quieras."

-"Mi querido bambú, también debo cortar tus hojas..."

El sol se escondió detrás de las nubes... unas mariposas volaron asustadas...

El bambú temblando y a media voz dijo: -"Señor, córtalas..."

Dijo el Señor nuevamente: -"Todavía no es suficiente, mi querido bambú, debo además cortarte por el medio y sacarte el corazón. Si no hago esto, no podré usarte."

-"Por favor Señor" -dijo el bambú- "yo no podré vivir más... ¿Cómo podré vivir sin corazón?"

-"Debo sacarte el corazón, de lo contrario no podré usarte."

Hubo un profundo silencio... algunos sollozos y lágrimas cayeron. Después el bambú se inclinó hasta el suelo y dijo: -"Señor, poda, corta, parte, divide, saca mi corazón... tómame por entero."

El Señor deshojó, el Señor arrancó, el Señor partió, el Señor sacó el corazón.

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Después llevó al bambú y lo puso en medio de un árido campo y cerca de una fuente donde brotaba agua fresca. Ahí el Señor acostó cuidadosamente en el suelo a su querido bambú; ató una de las extremidades de su tallo a la fuente y la otra la orientó hacia el campo.

La fuente cantó dando la bienvenida al bambú. Las aguas cristalinas se precipitaron alegres a través del cuerpo despedazado del bambú... corrieron sobre los campos resecos que tanto habían suplicado por ellas. Ahí se sembró trigo, maíz, soya y se cultivó una huerta. Los días pasaron y los sembradíos brotaron, crecieron y todo se volvió verde... y vino el tiempo de cosecha.

Así, el tan maravilloso bambú de antes, en su despojo, en su aniquilamiento y en su humildad, se transformó en una gran bendición para toda aquella región.

Cuando él era grande y bello, crecía solamente para sí y se alegraba con su propia imagen y belleza.

En su despojo, en su aniquilamiento, en su entrega, él se volvió un canal del cual el Señor se sirvió para hacer fecundas sus tierras. Y muchos, muchos hombres y mujeres encontraron la vida y vivieron de este tallo de bambú podado, cortado, arrancado y partido.

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La ventanaDos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde,durante una hora, para ayudarle a drenar el liquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenia que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas.

Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana.

El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas,en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades, colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad.

El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito,el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílicaescena.Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile queestaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podíaverlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras. Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía.

Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse elcuerpo.Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió sertrasladado a la cama al lado de la ventana.

La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estabacómodo, salió de la habitación. Lentamente, y con dificultad, el hombre seirguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; porfin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para girarse despacio ymirar por la ventana al lado de la cama... y se encontró con una pared blanca.

El hombre preguntó a la enfermera que podría haber motivado a sucompañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de laventana.La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido verni la pared, y le indico: "Quizás sólo quería animarle a usted". epilogo

Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se

comparte, es doble. Si quiere sentirse rico, solo cuente todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar.

"Hoy es un regalo, por eso se le llama el presente".

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El buscadorEsta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador.

Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días demarcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos.

Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada. Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.

De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción . "Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días". Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía "Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas". El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No ningún familiar - dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?. El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre.

Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado., a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?.¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?. Y después. la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? . ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? ., ¿Y el casamiento de los amigos.?, ¿Y el viaje más deseado.?,¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano.?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?.¿horas?, ¿días?.

Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

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¿Quién es pobre?Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:

- ¿Que te pareció el viaje? - ¡Muy bonito papá!- ¿Viste que tan pobre puede ser la gente? - ¡Si!- ¿Y que aprendiste? - Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.

Nosotros tenemos una alberca que llega de una barda a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin.

Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.

El patio llega hasta la barda de la casa, ellos tienen todo un horizonte de patio.

Ellos tienen tiempo de platicar y convivir en familia; tu y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre se quedo mudo… y su hijo agrego:

- ¡Gracias papá por enseñarme lo rico que podemos llegar a ser!

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El pescadorUn banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos? El pescador respondió que sólo un poco de tiempo. El americano luego le preguntó por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado? El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El americano luego preguntó, ¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo? El pescador dijo, "duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María. Caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida bien chévere y ocupada." El americano replicó, "mira, tengo un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador, eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este mísero pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión."El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el americano, "well, entre 15 y 20 años".

"¿Y luego qué?" El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte.

"Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.

"Millones .y ¿luego qué?"

Dijo el americano: "Luego te puedes retirar. Te mueves a un pequeño pueblo en la costa donde podrás dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus nietos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas licor y tocas guitarra con tus amigos". El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"

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Los dos gatitosHabía una vez un gatito que vivía en una cueva del bosque. Un buen día, recibio una carta de un pariente suyo que residía en la ciudad; en ella, le anunciaba su proxima visita. Muy contento de poder ver a dicho pariente, empezó a buscar comida, con el fin de agradar a su visitante. Sus amiguitos le ayudaron a encontrarla.Llegó el pariente, orgulloso y condescendiente. Acostumbrado a los refinados manjares de la ciudad, no estimó lo suficiente la comida que su anfitrión le ofreció. Antes de marcharse, el pariente de nuestro gatito le invitó a devolverle la visita.Ya en la ciudad, el gatito del bosque se las vió y se las deseó para encontrar el domicilio de su pariente. Ruidos, sobresaltos, pisotones de la gente, amenazas contínuas de los coches ... todo esto le puso muy nervioso.

Su pariente le recibió amablemente y le obsequió con un formidable banquete; una larga mesa repleta de los mas exquisitos manjares, llenaba el comedor. En plena comida, el ama de llaves del gato ciudadano, entró chillando y agitando una escoba; un perro callejero la perseguía, lleno de rabia.

Muy nervioso y atemorizado, nuestro gatito regresó a su casa del bosque. Pensó que no valía la pena rodearse de tanto lujo y riqueza, a costa de perder la tranquilidad y la paz interior. Prefería seguir viviendo como hasta ahora. Probablemente, su pariente de la ciudad acabaría enfermo de los nervios, o con úlcera de estomago. El, en cambio, seguiría tan contento y saludable como siempre.

Estamos rodeados de comodidades; por eso no apreciamos a quienes viven con austeridad. Quizá empezamos a comprender que los bienes materiales no dan la

felicidad

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el árbol de los problemasEl carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó, lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió una puerta, ocurrió sorprendentemente una transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el carro.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes. " Oh, ese es mi árbol de problemas ", contestó. " Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez ".

" Lo divertido es ", dijo sonriendo, " que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior ".

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Yo queria nacer

Cuenta la historia que un niño que estaba en el cielo junto con otros niños, transbordaron un avión junto con otros niños, con destino al mundo.

 

Este niño ansioso por nacer, por venir a la tierra y amar a sus padres, un día se encuentra en el mismo vuelo a un niño que sufría mucho, porque no quería nacer. Entonces el niño entusiasmado y ansioso por nacer le pregunta al niño triste: -¿por qué estás tan triste?-

El niño triste le responde: - es que no quiero nacer, porque voy a nacer en una familia pobre y voy a sufrir mucho y voy a padecer hambre y prefiero quedarme aquí en vez de irme a sufrir allá-.

Y el niño entusiasmado por nacer lo alienta y le dice que no se preocupe, que el va a nacer en una familia de mucho dinero, de buena posición -...y cuando nazca me voy a hacer tu amigo para ayudarte y le voy a decir a mis papitos que te ayudemos..., pero ya no estés triste que tus papás ansían tu llegada. -

Entonces el niño triste se pone contento con la esperanza que el niño entusiasmado le dió.

Más tarde, el niño entusiasmado se encuentra a un niño de piel negrita llorando y le pregunta: -¿por qué lloras?- Y el niño de piel negrita le contesta: -...Porque mi papá nos va a abandonar a mi mamita y a mi..- - Pero por que?- pregunta el niño entusiasmado.

Entonces el niño de piel negrita le contesta: - porque mis papitos son de piel blanca y yo voy a nacer negrito y cuando mi papi me vea golpeará a mi mamita pensando que le fue infiel por haber nacido negrito y voy a ser muy infeliz...

- No te preocupes,- dice el niño entusiasmado. - Mira que yo voy a nacer en una familia de buena posición, mis papitos van a tener mucho dinero, además ellos me van a querer mucho y todo lo que yo les pida me lo darán y lo que les voy a pedir es que los ayudemos a que hagan una investigación y prueba de sangre para que tu papito se de cuenta de que tú eres de él y que tu mamita nunca lo engañó.-

Entonces el niño de piel negrita se quedó muy contento al ver que había encontrado solución para que no sufrieran él y su mamita.

 

Más tarde el niño entusiasmado, andando por el avión caminando, encuentra otro niño decepcionado y cansado de sufrir y llorar, el niño ansioso y entusiasmado le pregunta: -que te sucede, por qué estás tan afligido?-

Entonces el tercer niño le responde: - Es que no quiero nacer. -Pero, por qué?- pregunta el niño entusiasmado; y responde el niño afligido: - es que al momento de nacer mi mamita morirá, ya que será muy difícil el parto y escogerán entre la vida de mi mamita y la mía, ella

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decidirá por mi vida y ella morirá y será un gran dolor para mi papito y por la desesperación y el gran dolor de su muerte él se suicidará y yo iré a parar a un lugar a donde llevan a los niños desamparados y no voy a poder estar con mis papitos y es por eso que no quiero nacer todavía. -

Entonces, el niño entusiasmado le dice: - no te preocupes, mira que cuando yo nazca voy a tener mucho dinero y mis papitos serán tan buenos que les voy a pedir que ayudemos a tu papá para salir adelante y comprenda que Dios se llevó a tu mamita para que no sufriera y te dió a cambio a ti para que no estuviera solito y en ti vea el recuerdo de ella y verás que tu papito saldrá adelante y te va a querer tanto como me van a querer a mi ,mis papitos..-

Entonces el niño afligido ahora esperaba con ansias por su llegada al mundo y por poder tener un amigo tan especial como él...

Cuando la hora llegó de su partida para venir al mundo, "el piloto" encargado de enviar a los niños a su destino empezó a llamarlos y el primero que fue al mundo fue el niño de piel negrita, entonces el niño entusiasmado le grita antes de nacer: -no te preocupes que allá nos veremos y recuerda que te quiero...-

El segundo en partir a venir al mundo fue el niño que nacería pobre, pero él iba contento porque tenía una esperanza y la promesa del niño entusiasmado y el niño entusiasmado al igual que al otro niño le dijo que allá se verían en la tierra, que no estuviera más triste.

El tercer niño fue el que se le moriría su madre, pero su actitud era positiva ya que el niño entusiasmado iba a ayudar a su papito a reponerse pronto del dolor y al igual que a los demás, el niño entusiasmado le dijo que se verían en la tierra y que serián los mejores amigos del mundo los cuatro.

Después de haber mandado a los tres niños, el piloto cierra las puertas; entonces el niño entusiasmado grita: -¡Espere Señor, falto yo, falto yo!!! Yo también quiero ir al mundo para decirle a mi papito cuánto lo amo y agradecerle a mi mamita todo el amor que me dará cuando yo nazca y para que vean que soy tan bonito como ellos...!, ¡Espere Señor... falto yo!!...-

Entonces hubo un gran silencio... Y el piloto le responde: -lo siento, pero hoy tus padres decidieron no tenerte...-

-Pero es que yo tenía tantas ilusiones de conocer a mis papitos y vieran lo chiquito que soy y que soy parte de ellos, además quería ayudar a mis amigos, porque no quiero que sufran, es que yo... quería nacer....-.

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El conejo en la LunaRyokan es un monje japonés, famoso por su humor en las cosas del espíritu y por la sencillez de su pobreza. Narra este hermoso cuento, en el que nos recuerda que nuestros mayores sabían ver mas allá de los simples fenómenos naturales y miraban el mundo y la realidad con ojos de fantasía.

Hace muchísimo tiempo, había un mono una zorra y un conejo que vivían juntos como buenos amigos. Durante el día se divertían en los campos y en los prados y por la noche regresaban al monte.

Así transcurrieron varios años. Pero un día el Señor del cielo oyó hablar de ellos y queriendo comprobarlo con sus propios ojos, se disfrazó de viejo vagabundo y se acercó por aquellas tierras.

“He viajado por valles y montañas, estoy cansado y me faltan fuerzas. ¿Me podrían dar algo de comer?…. dijo, dejando caer su bastón y sentándose a descansar”

El monito, aprovechando su agilidad, salió enseguida a buscar frutos de los árboles y se los trajo. La zorra aprovechando su astucia le trajo peces del río. El conejo corrió por los campos en todas direcciones pero no consiguió encontrar nada. Cuando los tres volvieron, el mono y la zorra se burlaban de el.

“ NO SIRVES PARA NADA “

El conejo se quedó triste y pensativo. Al cabo de un rato, pidió que el mono fuese a recoger leña y a la zorra que encendiese un gran fuego lo que hicieron sin tardanza.

Entonces el conejo le dijo al anciano: “Cómeme, por favor”, y arrojándose al fuego se ofreció en holocausto.

Al ver esto el “viejo vagabundo” experimentó un profundo dolor, y lloró copiosamente mirando al cielo. Luego, golpeando el suelo con su bastón exclamó:

“Todos merecéis mis alabanzas, pues habéis sido buenos y valientes. No hay ni vencedores ni vencidos, pero la prueba de AMOR del conejo ha sido excepcional”

Y volviendo el conejo a su forma original, llevó su cadáver consigo al cielo y lo enterró en el Palacio de la Luna”

Y en las noches de luna llena se ve un conejito.

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Reflexiones para papáRelataba aquél hombre todavía joven:

Quise darle a mis hijos lo que yo nunca tuve. Entonces comencé a trabajar catorce horas diarias. No había para mí sábados ni domingo; consideraba que tomar vacaciones era locura o sacrilegio. Trabajaba día y noche. Mi único fin era el dinero, y no me paraba en nada para conseguirlo.

Quería darle a mis hijos lo que yo nunca tuve.

Lo interrumpió alguien:

- ¿ Y lograste lo que te propusiste?

- Claro que sí- Contestó el hombre.

Yo nunca tuve un padre agobiado, hosco, siempre de mal humor, preocupado, lleno de angustias y ansiedades, sin tiempo para jugar conmigo y entenderme. Ese es el padre que yo les dí a mis hijos. Ahora ellos tienen lo que yo nunca tuve.

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La florHabía una joven muy rica que tenía de todo, un marido maravillos, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una família unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio le dio un regalo. Una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo.

Y le dijo: Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡más de lo que imaginas! Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.

La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas, perfumadas. Entonces ella pasaba de largo. Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió.Ella llegó a casa y se llevó un susto, La flor estaba completamenta muerta, su raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas.La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido.Su padre entonces respondió:Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor,porque no existe otra flor igual a esa, ella erá única al igual que tus hijos, tu marido y tu familia.

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Gotitas de amorHabía un incendio en un gran bosque de bambú; el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fué al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo; y volvía a regresar y volvía a ir una y otra vez; y los dioses que la observaban, sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:

- Oye, por qué estás haciendo eso? Cómo es posible? Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta: No lo vas a lograr.

Y el ave humildemente contestó: - El bosque me ha dado tanto, le amo tanto, yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza. Este bosque me ha dado todo mi ser.

Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar.

Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio.

Cada gotita de agua apacigua un incendio. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, un mejor mañana será su reflejo. No subestime sus

gotas: millones de ellas forman un océano.Todo acto que con amor realizamos, regresa a nosotros multiplicado

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La prueba finalJohn X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón el conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa..

Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección.Ella vivía en Nueva York. El le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle.

Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a el de verdad le importaba, no importaría como ella luciera.

Cuando por fin llego el día en que él regresaría de Europa, ellos arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 pm en la Gran Estación Central de Nueva York. "Tu me reconocerás" ella dijo, "por la rosa que llevaré en la solapa".

Asi que a las 7 John estaba en la estación buscándola.Dejaré que el señor X les diga lo que sucedió: "Una joven mujer vino hacia mi, su figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su menton tenían una gentil firmeza y en su traje verde pálido era como la primavera en vida. Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa. Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios: "¿Vas por mi vía, marinero?" Murmuró ella.

Casi incontrolablemente dí un paso hacia ella y entonces ví a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era más que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja.

La chica en el traje verde se iba rapidamente. Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado, y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacilé.Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella. Esto no sería amor, pero sería algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido.

Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción.

Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento que me pudiera conocer; ¿la puedo llevar a cenar?

La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante. "No se de que se trata esto hijo" ella respondió, "pero la señorita en el traje verde que se acaba de ir,me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le diría que lo está esperando en el restaurante de frente. Ella dijo que era una clase de prueba!" No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta.Maynell.La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no atractivo

."Dime a quien amas" escribió Houssaye, "Y te diré quien eres"

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Opinión de los niños sobre el amorUn grupo de profesionales le propuso a varios niños, con edades de 4 a 8 años, la pregunta ¿qué significa amor?, y las respuestas obtenidas fueron más amplias y profundas de lo que cualquiera pudo imaginar:

Amor es el primer sentimiento que hay antes de que todas las cosas malas aparezcan.

Cuando mi abuelita empezó a padecer artritis no podía pintarse las uñas de los pies; así que mi abuelito se las pintaba todo el tiempo aún cuando el también empezó a padecer artritis en sus manos, eso es amor.

Cuando alguien te ama, la forma en que esa persona dice tu nombre es diferente. Sabes que tu nombre está seguro en su boca.

Amor es cuando una muchacha se pone perfume y un muchacho se pone colonia, salen juntos y se huelen mutuamente.

El amor es cuando sales con alguien a comer y le das la mayoría de tus papitas fritas sin hacer que esa otra persona te dé de las suyas.

Una vez mi hermana mayor enfermó, se le llenó todo su cuerpo de ronchitas, y su novio venía todos los días a verla y no le daba miedo enfermarse, él la acariciaba en las noches en su cama hasta que se dormía y luego se iba, eso es amor.

Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado.

Amor es cuando mi mamá hace café para mi papá y ella prueba un poquito primero antes de dárselo, para estar segura de que sabe bien.

Amor es cuando besas todo el tiempo, luego te cansas de besar, pero aún quieres estar junto a esa persona y entonces se hablan más.

Amor es cuando le dices a un muchacho que te gusta su camisa y él la usa todos los días.

Amor es como una viejita y un viejito que son amigos aún después de conocerse muy, pero muy bien.

Durante mi primer recital, yo estaba en el escenario muy asustada, miré a toda la gente que me estaba viendo y vi a mi papá saludándome y sonriéndome; él era el único haciendo eso y entonces ya no sentí miedo.

Mi mamá me ama más que nadie, nunca verás a nadie más besarme por las noches antes de irme a dormir.

Amor es cuando mami le da a papi el pedazo de pollo más grande.

Amor es cuando mami ve a papi sudoroso y oloroso y aún así dice que es más guapo que Robert Redford.

Amor es cuando tu perrito te chupa la cara aún cuando lo has dejado todo el día solo. Yo sé que mi hermana mayor me ama porque ella me da toda su ropa que no usa y después ella tiene que ir a comprar otra. Por favor, comparte las sonrisas y la ternura que sentiste al leer éstas líneas, mándalo a toda la gente que quieres ver sonreír... Puede que este mensaje les ayude a reflexionar y recordar algunas cosas que quizá, con el tiempo, ya estén olvidando. Hay momentos en que perdemos al niño que fuimos, y dejamos de utilizar la imaginación y nos volvemos torpes, pues dejamos escapar momentos que al final son los que más valen.

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El cantaroCuentan que una vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al río, y le dijo que volviera lo antes posible. El joven obedeció y fue hacia el río mientras su padre le observaba de lejos.

Entonces éste vio a su hijo poniendo el cántaro debajo de una cascada, y la fuerza del agua fue tal y la cantidad tan grande que el líquido no logró entrar al recipiente pues su cuello era demasiado delgado. Cuando el hijo llegó con el cántaro, le mostró como el cuello del mismo había sido roto por el fuerte y constante golpear del agua. Además, este hecho provocó que el agua llegara turbia y sucia.

El padre preguntó entonces: - "¿Por qué simplemente no sumergiste el cántaro en el río? No veías que el agua de la cascada era demasiada para el cuello del cántaro?".

El hijo contestó: "Sí, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible".

Muchas veces en nuestras vidas tratamos de "llenarnos" a nuestro tiempo en un mundo acelerado y convulsionado. Dios conoce nuestra capacidad, y sabe que si hacemos las cosas como nosotros queremos podemos hacernos daño pues no

estamos capacitados para hacerlo en ese momento, por eso logramos las cosas a medias y el agua que conseguimos no es pura ni cristalina, sino turbia.

Queremos tener todo "ya" y en el proceso muchas veces nos lastimamos por no dejar que Dios nos sumerja poco a poco en la corriente calmada del río.

¿Sabes ? Dios conoce tu capacidad, no quieras hacer las cosas en tu momento, pues Dios desea llenar tu cántaro hasta el tope, pero en SU momento y según TU

capacidad.

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Cuestón de actitudTropece con un extraño que pasaba y le dije: "....perdon". El contesto: "disculpeme por favor, no la vi". Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino, nos despedimos.

Pero en casa es otra historia al tratar a los nuestros. Mas tarde, al estar cocinando, estaba mi hijo muy cerca de mi. Al voltear casi le pego. "Quitate" le conteste. El se retiro sentido, sin que yo notara lo duro que le hable. Estando despierta al acostarme Dios me dijo suavemente:-"Trataste al extraño cortesmente, pero abusaste del niño que amas. Ve a la cocina y encontraras unas flores en el piso, cerca de la puerta. Son las flores que corto y te trajo rosas amarillas y azul. Estaba calladito para darte la sorpresa, por eso no hizo ningun ruido y no viste las lagrimas que llenaron sus ojos" Me senti miserable y empece a llorar. Suavemente me acerque y me arrodille junto a su cama y le dije: "despierta pequeño, despierta. Son estas las flores que cortaste para mi?" El sonrio. "Las encontre junto al arbol, las tome porque son bonitas como tu, en especial la azul" "Hijo, siento mucho lo que hice, no te debi gritar". El contesto. "Esta bien mami, yo te quiero de todos modos". "Yo tambien te quiero hijito y me gustan las flores, especialmente la azul".

Toma en cuenta que si morimos mañana, en cosa de dias la empresa cubre el puesto. Pero la familia que dejamos sentira la perdida por el resto de su vida. Piensa en ello, nos entregamos más al trabajo que a nuestra familia....no crees que es una inversion poco inteligente? Entonces.......

Que hay detras de esta historia? Sabes lo que significa familia en ingles? Family= (F)ather (A)nd (M)other (I) (L)ove (Y)ou

(Papa y mama yo los amo).

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¿Como instalar el programa amor?Cliente: ¿Si? ¿Estoy llamando al departamento de Atención a Clientes?Empleado: Así es. Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?Cliente: Estuve revisando mi equipo y encontré un sistema que se llama AMOR pero no funciona. ¿Me puedes ayudar con eso?Empleado: Seguro que sí. Pero yo no puedo instalárselo; tendrá que instalarlo usted mismo, yo lo oriento por teléfono, ¿le parece?Cliente: Sí, puedo intentarlo. No se mucho de estas cosas, pero creo que estoy listo para instalarlo ahora. ¿Por dónde empiezoEmpleado: El primer paso es abrir tu CORAZON. ¿Ya lo localizaste?Cliente: Sí, ya. Pero hay varios programas ejecutándose en este momento ¿No hay problema para instalar mientras siguen ejecutándose?Empleado: ¿Cuáles son esos programas?Cliente: Déjame ver... Tengo DOLORPASADO.EXE, BAJAESTIMA.EXE, CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM ejecutándose en este momento.Empleado: No hay problema. AMOR borrará automáticamente DOLORPASADO.EXE de tu sistema operativo actual. Puede que se quede grabado en tu memoria permanente, pero ya no afectará otros programas. AMOR eventualmente reemplazará BAJAESTIMA.EXE con un módulo propietario del sistema llamado ALTAESTIMA.EXE. Sin embargo, tienes que apagar completamente los programasCORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM. Estos programas evitan que AMOR se instale adecuadamente. ¿Los puedes apagar?Cliente: No se cómo apagarlos. ¿Me puedes decir cómo?Empleado: Con gusto. Ve al menú INICIO e invoca PERDON.EXE. Ejecútalo tantas veces como sea necesario hasta que CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM hayan sido borrados completamente.Cliente: Ok... listo. AMOR ha empezado a instalarse automáticamente. ¿Es esto normal?Empleado: Si. En breve recibirás un mensaje que dice que AMOR estará activo mientras CORAZON esté vigente. ¿Puedes ver ese mensaje?Cliente: Si, si lo veo. ¿Ya se terminó la instalación?Empleado: Si, pero recuerda que sólo tienes el programa base. Necesitas Empezar a conectarte con otros CORAZONES para poder recibir actualizacionesCliente: Oh, oh... Ya me apareció un mensaje de error. ¿Qué hago?Empleado: ¿Qué dice el mensaje de error?Cliente: Dice "ERROR 412 - PROGRAMA NO ACTIVO EN COMPONENTES INTERNOS". ¿Qué significa eso?Empleado: No te preocupes, ese es un problema común. Significa que AMOR está configurado para ejecutarse en CORAZONES externos, pero no ha sido ejecutado en tu CORAZON. Es una de esas cosas técnicas complicadas de la programación, pero en términos no técnicos significa que tienes que "AMAR" tu propio equipo antes de poder "AMAR" a otros.Cliente: Entonces, ¿qué hago?Empleado: ¿Puedes localizar el directorio llamado "AUTOACEPTACION"?Cliente: Si, aquí lo tengo.Empleado: Excelente, aprendes rápidoCliente: Gracias.Empleado: De nada. Haz "click" en los siguientes archivos para copiarlos al directorio MICORAZON: AUTOPERDON.DOC, AUTOESTIMA.TXT, VALOR.INF y REALIZACION.HTM. El sistema reemplazará cualquier archivo que haga conflicto y entrará en un modo de reparación para cualquier programa dañado.

Empleado: De nada. Haz "click" en los siguientes archivos para copiarlos al

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directorio MICORAZON: AUTOPERDON.DOC, AUTOESTIMA.TXT, VALOR.INF y REALIZACION.HTM. El sistema reemplazará cualquier archivo que haga conflicto y entrará en un modo de reparación para cualquier programa dañado. También, debes eliminar AUTOCRITICA.EXE de todos los directorios, y después borrar todos Los archivos temporales y la papelera de reciclaje, para asegurar que se borre completamente y nunca se active.

Cliente: Entendido. ¡Hey! Mi CORAZON se está llenando con unos archivos muy bonitos. SONRISA.MPG se está desplegando en mi monitor e indica que CALOR.COM, PAZ.EXE y FELICIDAD.COM se está replicando en todo mi CORAZON.Empleado: Eso indica que AMOR está instalado y ejecutándose. Ya lo puedes manejar de aquí. Una cosa más antes de irme...

Cliente: ¿Si?Empleado: AMOR es un software sin costo. Asegúrate de dárselo, junto con sus diferentes módulos, a todos los que conozcas y te encuentres

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Los tres viejos barbudosUna mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín.

Ella no los conocía y les dijo: "No creo conocerlos, pero deben tener hambre". "Por favor entren a mi casa para que coman algo".

Ellos preguntaron: "¿Está el hombre de la casa?"

"No" - respondió ella -, "no está".

"Entonces no podemos entrar" - dijeron ellos

Al atardecer, cuando el marido llego, ella le contó lo sucedido. "¡Entonces diles que ya llegue e invítalos a pasar!"

La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa."No podemos entrar a una casa los tres juntos " - explicaron los viejitos.

"¿Por qué? "- quiso saber ella.

Uno de los hombres apunto hacia otro de sus amigos y explico:"Su nombre es Riqueza." - Luego indico hacia el otro - "Su nombre es éxito y yo me llamo Amor"."Ahora ve adentro y decidan con tu marido a cual de nosotros tres ustedes desean invitar a vuestra casa."

La mujer entra a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron.

El hombre se puso feliz: "¡Que bueno! y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que entre y llene nuestra casa de riqueza."

Su esposa no estuvo de acuerdo: "Querido, ¿por qué no invitamos a éxito?"

La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo con una idea: "¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor." "Hagamos caso del consejo de nuestra hija" - dijo el esposo a su mujer.

"Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped." La esposa salió afuera y les pregunto a los tres viejos:"¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga para que sea nuestro invitado."

Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la dama les pregunto a Riqueza y Éxito:"Yo solo invite a Amor, ¿por qué ustedes también vienen?"

Los viejos respondieron juntos:"Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos con él."

"Donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito."

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Las cosas no son siemprelo que parecen

Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los Ángeles le dieron un espacio pequeño en el frió sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel mas viejo vio un hueco en la pared y lo reparo. Cuando el Ángel mas joven pregunto por que, el Ángel mas viejo le respondió, "Las Cosas no siempre son lo que parecen." La siguiente noche, el par de Ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios.Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso. Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al Señor y a su Esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo.

El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo, ¿cómo pudiste permitir que esto hubiera pasado? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste;

El Ángel más joven le acusaba. La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.

"Las Cosas no siempre son lo que parecen," le replicó el Angel más viejo. "Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría." "Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. "Las Cosas no siempre son lo que parecen."

Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que

cualesquiera que fueran las cosas que vengan, serán siempre para tu ventaja. Y podrías no saber esto hasta un poco más tarde .

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El árbol muertoRecuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos.Mi padre dijo:

"Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Pero se ve que hacía tanto frío que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco".

Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:

"Nunca olvides esta lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes decisiones importantes cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá".

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Conserva tu tenedorEsta era una mujer a la que se le había diagnosticado un padecimiento terminal y sólo se le daban tres meses de vida. Mientras ponía todas sus cosas “en orden” se puso en contacto con su pastor y le pidió que viniera a su casa para discutir algunos de sus deseos finales.

Le dijo qué himnos quería que se cantaran durante el servicio funeral, qué pasaje bíblico debía leerse y qué atuendo quería que le pusieran al ser enterrada.La mujer también le pidió al pastor ser enterrada con su biblia favorita.Todo estaba en orden y el pastor se preparaba para retirarse cuando la mujer recordó de repente algo muy especial para ella.

“Hay algo más” dijo emocionada a su pastor.“¿De qué se trata?.” Respondió el pastor.“Es algo muy especial” repitió la mujer “quiero ser enterrada con un tenedor en la mano derecha.”El pastor miró a la mujer no sabiendo qué decir.“Le sorprende ¿verdad?.” Preguntó la mujer.“Honestamente estoy perplejo por su petición” dijo el pastor.

La mujer explicó “durante todos los año que serví los alimentos en reuniones sociales y cenas, recuerdo que siempre cuando los platos del platillo principal iban a ser retirados de la mesa, alguien se inclinaba y susurraba “conserve su tenedor”. Era mi parte favorita porque sabía que algo mejor venía … como pastel de chocolate o pay de manzana. Algo delicioso y sustancioso! Así que quiero que la gente me vea en mi ataúd con un tenedor en la mano y se pregunten: ‘¿Qué significa el tenedor?’Quiero que Usted les diga: “Conserve su tenedor ... lo mejor está por venir.”

Los ojos del pastor se llenaron de lágrimas de gozo mientras daba a la mujer un abrazo de despedida. Él sabía que esta sería una de las últimas veces que la vería antes de su muerte, pero también sabía que ella tenía en ese momento una mejor percepción de la gloria que él. Ella sabía que algo mejor se aproximaba.

Durante el funeral la gente pasaba junto al ataúd de la mujer, veían el hermoso vestido que le habían puesto, su biblia favorita y el tenedorcolocado en su mano derecha. Una vez tras otra el pastor oía la pregunta “¿Qué significa el tenedor”. Y una vez tras otra sonreía.

Durante su sermón el pastor platicó a las personas de la conversación que había tenido con la mujer poco antes de su muerte. También les platicó acerca del tenedor y el significado que para ella tenía. Les platicó cómo después de la conversación no podía dejar de pensar en el tenedor y les dijo que probablemente ellos no podrían dejar de pensar en eso tampoco.

Él tenía razón. La próxima vez que extiendas tu mano para alcanzar tu tenedor, permítele recordarte, de una manera muy sutil, que todavía falta LO MEJOR. "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 8:38-39).

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cachorros en ventaEl dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: "Cachorritos en venta".

Esta clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando cual era el precio de los perritos.

El dueño contesto que oscilaba entre $30 y $50. El niño metió la mano en su bolsillo, sacó unas monedas y dijo: "Sólo tengo $2.37, ¿puedo verlos?".

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niño inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba y preguntó que le pasaba.

El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.

El niño se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".

Pero el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo".

El niño entonces se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo". "Le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".

El hombre insistió contestando: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".

El niño se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".

El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

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¿Donde está la perfecciónde Dios en mi?

Alguna vez escuché decir que Dios es perfecto y toda su creación también lo es; en especial el hombre que fue hecho a su imagen y semejanza , ¡¡ese eres tú..!!Hoy después de que he vivido varios años de mi vida viendo lo que soy y lo que he hecho, me pregunto: ¿Dónde está la perfección de Dios en mí?

Si mi figura es deforme y diferente; si tal vez en el momento de mi nacimiento, cuando mi Madre supo la noticia de que nací con una enfermedad llamada enanismo, se rompieron muchos de sus sueños de tener una hija normal. Y mi Padre se preocupó demasiado pensado cómo sería mi futuro siendo así...

¿Dónde está la perfección de Dios en mi?, si en mi niñez muchas veces no pude jugar como cualquier niña, porque no era ágil para correr, me agitaba rápido y se me dificultaba realizar ejercicios físicos, por tanto en ocasiones mis amigas no me querían en sus equipos deportivos porque las hacía perder y no era tan ágil como ellas.

¿Dónde está la perfección de Dios en mi? Si a pesar de ir creciendo en edad, en estatura seguía siendo una niña, y cuando adolescente, no pude dar la medida como mujer, porque no tenía un par de piernas largas como las demás chicas, por lo tanto, jamás tuve la oportunidad de conocer el Amor.

¿Dónde está la perfección de Dios en mí? Si cuando me miro al espejo, me encuentro con una criatura diferente a las demás, a la cual todos miran por la calle con curiosidad y con variedad de sentimientos.

¿Dónde está la perfección de Dios en mí? Si mi mayor tiempo en el colegio no fui muy buena estudiante y muchos dudaron de mis capacidades no solo físicas sino intelectuales.

¿Dónde está la perfección de Dios en mí, si mi interior es demasiado frágil, en mi corazón existen vacíos y a diario sin quererlo cometo errores.

¿Dónde está la perfección de Dios en mí, si no soy como todos los demás seres creados y a veces me siento como una extra terrestre en un mundo de gigantes. Cualquiera que no tuviera Fe, jamás podría encontrar la perfección de Dios en mí o en aquellas personas que por ser algo diferentes, llaman "anormales".

Pero hoy, después de todo lo que he luchado, quiero contarle a todos dónde está la perfección de Dios en mí: Es cierto que el hecho de haber nacido diferente pudo haber sido difícil para mis padres; pero hoy, soy la esperanza de mi Madre, su apoyo, su compañía, quien vela por ella. Mi padre vivió repitiendo a cada instante con el corazón hinchado de orgullo, que yo era su hija amada; le di muchas satisfacciones con cada logro y meta que alcanzaba, y murió con la certeza de que lucharía siempre por hacer realidad sus sueños y los míos.

Mis amigas, aprendieron a soñar con cada uno de mis sueños y mis fantasías, siempre que estaban conmigo sonrían, porque luché por hacer de cada acontecimiento un chiste; si no podía jugar con ellas las aplaudía y les hacía barra para que ganaran.

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En mi juventud, quizá nunca pude salir con un chico ni experimentar el amor, tal vez físicamente no era atractivapara nadie; pero fui siempre la consejera, la mejor amiga de todos, la que buscaban para desahogarse y encontrar consuelo o paz.

En el colegio no fui muy buena estudiante, pero estoy inundada de dones y talentos que sorprenden a muchos, y soy capaz de hacer muchas cosas que los que se llaman así mismo normales no pueden hacer como yo.

Y quienes me miran en la calle, reciben a cambio una sonrisa, una broma, y los invito a ser mis amigos.

Y cuando me sentía extraterrestre, alguien me dijo: Pequeña Gigante.

Cuando creí que jamás sería Madre, se me confiaron 33 niñas que crecen y se forman en mis manos y me llaman Maestra así como llamaron sus discípulos a Jesús.

Al mirar mis pequeñas manos, veo todo lo grande que puedo hacer con ellas, letras que dan vida, música que alaba a Dios.

Y con mis piernas pequeñas y débiles, puedo llegar muy lejos, traspasar fronteras y penetrar en el corazón humano. Y cuando me sentía sola, encontré al Amigazo

Y hoy con ese deseo de dar lo mejor de mí a los demás, de querer ver dibujado una sonrisa en cada rostro, de soñar con regala paz, ya hasta muchos me consideran su Angelito terrenal..

Y cada caída de la que me levanto, cada lágrima que enjugo en mi rostro, cada experiencia difícil que logro superar, cada vacío que lleno con el amor de Dios, se convierte en testimonio de superación, que alguien escucha o lee y se alimenta de él como una vitamina que le devuelve la fe en un Dios que es amor y que todo lo ha hecho perfecto.

Entonces, comprendí que el dolor asumido con paz, no deforma, sino que transforma; que el Amigazo está conmigo, me amó así, me pensó así y así mismo me creó, a su imagen y semejanza.

Por tanto, la perfección de Dios en mí, está en todo lo que a través de mi vida logra transformar en los demás, en mi superación, en las sonrisas que dibujo en cada rostro, en lo que a diario transmito a mis niñas, en la esperanza que siembro en el corazón de aquel que lee mis escritos o escucha mi testimonio, en mi oración de acción de gracias en medio de las dificultades, en la fe que mueve montaña, en aprender a morir a mí misma para dar vida a otros.

Tal vez en algún momento tu también te habrás sentido demasiado imperfecto, porque las cosas andan mal, porque sientes que has fallado o que has caído y que muchos errores has cometido; mírame quizá soy demasiado imperfecta ante tus ojos, pero el plan de Dios es diferente

Eres perfecto, hecho a su imagen y semejanza, y tu perfección consiste en transformar todo lo que está a tu alrededor, morir a ti mismo para dar vida a otros,

ser agente de cambio que transforme al mundo con su vivir.

Ahora piensa en un instante, ¿dónde está la perfección de Dios en ti? Este es un nuevo día que se te regala para que la descubras y la transformes en oración.

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El lobo no tan felozEl bosque era mi casa. Allí vivía y me gustaba mucho. Siempre intentaba mantenerlo limpio y ordenado cuando…Un día muy soleado, mientras estaba recogiendo la basura que habían dejado unos excursionistas, sentí unos pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi acercarse a una niña vestida de una forma muy divertida, toda de rojo y con la cabeza cubierta, como si no quisiera que la viesen.

Naturalmente decidí investigar. Le pregunté quién era, de dóndevenía… Ella me dijo, cantando y bailando, que iba a casa de su abuela con una cesta donde le llevaba la comida.Me pareció honesta pero estaba en MI bosque, y era muy sospechoso que hubiera entrado vestida de ese modo tan extraño. Así que decidí darle una lección para que entendiese la importancia de adentrarse en el bosque con esa ropa tan extraña y sin avisar.

Dejé que siguiera su camino y yo fui corriendo hacia casa de la abuela por un atajo secreto. Cuando llegué me encontré con una vieja muy simpática y le expliqué el problema. Ella estuvo de acuerdo conmigo sobre que su nieta debía recibir esta lección.

La abuela estaba de acuerdo en esconderse hasta que yo le llamara. Y se escondió debajo de la cama.Cuando llegó la niña, le invité a entrar en el dormitorio donde estaba metido en la cama, vestido con la ropa de la abuela. La niña me miró fijamente y me dijo algo sobre mis grandes orejas. Ya alguna otra vez me habían insultado, así que intenté ser amable y contesté que mis orejas eran tan grandes para poder oírla mejor. Aquella niña me gustaba, e intenté ser atento con ella, pero entonces hizo otra observación insultante sobre mis ojos, que los tengo un poco salidos. Comprenderéis que empecé a sentirme molesto; la niña con apariencia agradable, era un poco antipática. A pesar de todo, seguí mi política de poner la otra cara y le dije que mis ojos me ayudaban a verla mejor.

Su último insulto me hizo entrar en cólera. Siempre he tenido muchos complejos y problemas con mis dientes, que son muy grandes, y aquella niña hizo un comentario muy desagradable. Se que me tendría que haber controlado, pero salté de la cama, le enseñé los dientes y les expliqué que ¡eran para masticarla mejor!

Ahora seamos serios: ningún lobo se comería a una niña. Todos lo sabemos. Pero esa niña loca empezó a correr alrededor de la habitación gritando, y yo también corría detrás de ella intentando que se calmara. La ropa de la abuela no me dejaba moverme con libertad y me la quité. Y fue peor. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con unhacha enorme. Al verle entendí que corría peligro y salté por la ventana para poder huir.

Me gustaría deciros que este es el final de aventura, pero desgraciadamente no es así. La abuela no explicó nunca su parte de la historia. No pasó mucho tiempo antes de que se corriese la voz de yo era un lobo malo, y todos empezaron a evitarme.

No sé lo que le paso a aquella niña tan antipática y vestida de esa manera tan extraña, pero yo ya nunca más pude ser feliz.

Page 78: Cuentos Con Moraleja

un cuento judioHace mucho tiempo un viejo rabino pidió a sus alumnos como se podía saber en que momento se acaba la noche y empieza la jornada.‘¿Es cuando se puede distinguir sin dificultad, de lejos, un perro y un carnero?’‘No’ – dice el rabino.

‘¿Es cuando podemos distinguir una palmera de una higuera?’‘No, no’ – dice el rabino.

‘Entonces, ¿cuándo es?’ – pidieron los alumnos.Y el rabino respondió:‘Es cuando mirando el rostro de cualquier hombre o mujer reconoces a tu hermano o hermana. Hasta entonces aún es de noche dentro de tu corazón’.

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El vuelo del halcónUn rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara.

Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave.

Encargó, entonces, la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aún continuaba inmóvil.

Entonces, decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.

A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.

El rey le dijo a su corte, "Traedme al autor de ese milagro".

Su corte rápidamente le presentó a un campesino.

El rey le preguntó:- ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?

Intimidado el campesino le dijo al rey:

- Fue fácil mi rey. Sólo corte la rama, y el halcón voló.

- Se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.

¿A que estás agarrado que te impide volar? ¿De qué no te puedes soltar?

Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos, y creemos que eso es lo único que existe. Dentro de esa zona está todo lo que sabemos, y todo lo que creemos. Convivimos con nuestros valores, nuestros miedos y nuestras limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia. Todo lo conocido, cotidiano y fácil...

Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos. No siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles. Deja de aferrarte a tu propia rama y corre el riesgo de volar más alto y quizás en tu vida como en la mía, podamos descubrir que las palabras del gran apóstol Pablo hoy más que nunca están vigentes: "Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman". (1ª Corintios 2:9) Dios nos ha dado alas para volar alto, tan alto como las águilas y descubrir que sus pensamientos al igual que sus caminos, son mas altos que los nuestros.

Atrévete a volar...

Page 80: Cuentos Con Moraleja

La lucha de la mariposaUn hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir de capullo.

El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo , hasta que llego un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y así fue que por fin la mariposa pudo salir.

Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podrán llegar después de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud. Algunas veces las luchas son lo

que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podíamos haberlo sido. ¡Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el

esfuerzo para poder ser libres.

No pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado.

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Y Dios exclamó...Cuentan que un cierto día una mujer que llevaba a su pequeño hijo en sus brazos, escuchó al pasar por delante de una cueva, una misteriosa voz que le decía: "Entra y coje todo lo que desees. Pero recuerda que después de que hayas salido la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha esta oportunidad, pero no te olvides de lo principal..."

La mujer entró en la cueva y encontró mucho oro y piedras preciosas de todas clases y dejando a su hijo en el suelo empezó a llenar ávidamente su bolso y su delantal con todo cuanto veía. Cuando de repente escuchó nuevamente aquella misma voz que parecía salida de ultratumba y que le dijo:" Se te acaba el tiempo, estate atenta porque cuando menos lo esperes se te dará una señal para que la abandones. Sal de prisa en cuanto la oigas, pero no te olvides que una vez que hayas salido de la cueva no podrás volver a entrar, así es que no te olvides de lo principal...".

Al cabo de unos pocos minutos, tal como le había dicho la voz, escuchó un ruido estruendoso que sacudió toda la cueva y con el bolso y el delantal cargados hasta rebosar corrió a toda prisa hacia fuera de la misma y solo un segundo después la puerta se cerró tras ella.

Fue entonces, cuando se dio cuenta de que con las prisas se había olvidado de su hijo que quedaría encerrado allí dentro para siempre, pues aquella puerta jamás volvería a abrirse. Toda aquella riqueza le desapareció con la misma facilidad con que había llegado a su poder; sin embargo la desesperación de haber perdido a aquel ser al que tanto amaba le duró siempre.Lo mismo suele ocurrirnos a nosotros. Nos dejamos seducir por los llamados placeres de la vida... Acumulamos con avidez las riquezas, el dinero, los llamados bienes materiales, todo lo que consideramos tesoros en la tierra, en lugar de preocuparnos de la salvación de nuestra alma que dejamos abandonada en un rincón como hizo esa mujer con su hijo, y de acumular tesoros para el cielo (Mt 6,19-21).

Que no es otra cosa a mi entender que llenar nuestra alma del "oro" de seguir a Jesús viviendo en gracia de Dios; en su amor, amando, cumpliendo su Voluntad, confiando en Él, cumpliendo los Mandamientos. Y de "joyas preciosas" como la oración, los valores espirituales; la vocación que Él nos ha elegido para servirle y servir a los demás, del desprendimiento de todo aquello que nos separa de Él, de la generosidad y la caridad con los hermanos... Pero con que facilidad lo dejamos abandonado todo en un rincón como hizo esa mujer con su hijo... ¡Con que facilidad nos olvidamos de lo principal…!

Obsesionados buscando la felicidad en esta vida, agotamos el tiempo de nuestra existencia sin pararnos a pensar que no somos eternos, que estamos aquí de paso… y que cuando se "cierre" la puerta de esta vida será para siempre . Y entonces de nada nos van a servir ante Dios nuestros bienes materiales, nuestros logros ni éxitos, ni los cargos, los títulos, ni ningún tipo de lamentación.

Por esto deberíamos "escuchar" la voz de Jesús que también "hoy" nos habla a través de su Palabra advirtiéndonos: "De que le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida...";"Velad pues, porque no sabéis que día vendrá vuestro Señor..."; "Velad y orad porque no sabéis ni el día ni la hora..." ( Mt 16,24-27;24,42-44; 25,13)

Por lo tanto, estemos vigilantes y vivamos sin olvidarnos de LO PRINCIPAL (6,19-21; 19,16-22; 25, 34-36; Lc 7,21; y muchísimas citas más del Evangelio…)

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El anilloVengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo, le, dijo: Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después... -y haciendo una pausa agregó: si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

- E...encantado,- maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas-, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación. -Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡58 MONEDAS!!!!!!!!!!!!!!!!! Exclamó el joven. Sí, replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé...si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede revaluarte verdaderamente un experto.

¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño. Todos somos como esta joya, valiosos y únicos, y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que gente inexperta nos valore.

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Las tres rejas-El joven discípulo de un sabio filósofo llega a casa de éste y le dice: Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...

-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

-¿Las tres rejas?

-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

-No. Lo oí comentar a unos vecinos.

-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

-No, en realidad no. Al contrario...

-¡Ah, vaya!

-La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

-A decir verdad, no.

-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.

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Como templar el aceroDurante muchos años un herrero trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida; muy por el contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.Una tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado".El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero:"En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente. "

El herrero hizo una larga pausa, y siguió: "A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería".

Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: "Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas".

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El billetePablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!... Todo parecía estar mal en su vida.

Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 EUR y le dijo: ¿Quieres este billete?

Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: Claro, Laura... son 50 EUR, ¿quién no los querría?

Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: Y ahora, ¿lo quieres también?

Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 EUR. Claro que lo cogeré si me lo das.

Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. ¿Lo sigues queriendo?

Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 50 EUR, y mientras no lo rompas, conserva su valor...

Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido... Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.

Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 EUR para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite. Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.

Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguirlo si nos lo proponemos?

Claro que no basta con el mero propósito... Se requiere acción y existen muchos caminos.

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El portero de la farmaciaNo había en el pueblo peor oficio que el de portero de la farmacia. Pero ¿qué otra cosa podría hacer Juan? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.

Un día se hizo cargo de la farmacia un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones. Al portero, le dijo: A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entran día por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.

Juan tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero....."Me encantaría satisfacerlo, señor" balbuceo "pero yo... yo no sé leer ni escribir."

"¡Ah! ¡Cuanto lo siento!""Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida."

No lo dejó terminar..."-Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte." Y sin más, se dio vuelta y se fue.

Juan sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué hacer? Recordó que en la farmacia, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa. Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Que más da? Pensó, y emprendió la marcha.

A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino llamo a la puerta de su casa. "Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme".

" Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo...""Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.""Está bien."

A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta."-Mire, Juan, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?""-No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula.""Hagamos un trato" -dijo el vecino- "Yo le pagaré los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Que le parece?."

Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Acepto. Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.

"-Hola, Juan. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?" "-Sí....""-Necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje,

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más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje. "

El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. "...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que el viajara a traer herramientas. En el siguiente viaje arriesgó un poco más del dinero trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.

Una vez por semana, Juan, ahora corredor de herramientas, viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.

Alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el galpón se transformo en la primer ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Los fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en en la ferretería de Juan y evitarse dos días de marcha.

Un día se le ocurrió a Juan que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no?, las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Más tarde fueron los clavos y los tornillos....

Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años Juan se transformó, con honestidad y trabajo, en un millonario fabricante de herramientas.

Un día, Juan decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo: " - Juan, es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primer hoja del libro de actas de la nueva escuela... "" - El honor sería para mí" - dijo Juan-. "Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto."" - ¿Usted?" dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo "-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?"" Yo se lo puedo contestar" - respondió Juan con calma -. "Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero de la farmacia."

Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Las adversidades encierran bendiciones. Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar y adaptarse al cambio siempre será la opción más segura.

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ObstáculosCuentan que hace mucho tiempo, un rey colocó una serie de rocas diseminadas a lo largo de un camino, obstaculizando de este modo el acceso al reino.

Luego se escondió, esperando a ver si llegaba alguien que las de quitara. Por descontado que un hecho así no respondía a un mero capricho del rey...

A lo largo de todo el día, fueron llegando a aquel lugar, algunos de los comerciantes más adinerados y varios cortesanos del reino.

Algunos sacaron las primeras rocas, pero al ir avanzando e ir encontrandose con otras más grandes y pesadas, colocadas en medio del camino, prefirieron buscar otro cámino más comodo para entrar en el reino pero eso sí, muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados.

El rey constante en su propósito, iba colocando una vez trás otra aquellas rocas más o menos en el mismo lugar del que habían sido apartadas, esperando la llegada del siguiente viajero...

Hacia el atardecer llegó hasta allí, un hombre sencillo que llevaba sobre sus hombros un bulto que por las dimensiones que tenía debía de ser bastante pesado. Regresaba al reino con poco dinero en las alforjas. Al aproximarse a la primera roca, dejó su carga en el suelo, y trató de moverla a fin de apartarla a un lado del camino. Después de intentarlo durante un largo rato agotado por el esfuerzo, finalmente pudo lograrlo. Continuó su camino y fue haciendo lo mismo con cada una de las rocas que iba encontrando y ni las más grandes le hicieron desistir de su empeño. Su meta era llegar al reino...y en eso tenía puesto todo su corazón. Sabía que ese era el mejor cámino y que si seguía por él no se perdería...

Cuando hubo sacado la última roca y mientras recogía su carga para ponerla nuevamente sobre sus hombros, vió, justo en el lugar en el que ésta había estado, una cartera, y al abrirla, vió, con profunda sorpresa, que contenía muchas monedas de oro, una por cada una de las rocas que había apartado y entre ellas encontró una nota escrita de puño y letra por el mismo rey en la que se indicaba que, aquellas monedas eran para la persona que habiendo superado todos los obstáculos que el había puesto a lo largo del camino, la hubiera encontrado y que dicha persona sería recibida por él mismo en su castillo, fuera la hora que fuere que llegase al reino, para entrar a formar parte del circulo de sus colaboradores mas próximos, independientemente de su categoria social, de su condición económica o de su cultura y que el mismo le haría entrega de un gran regalo.

Cuando este hombre sencillo empezó su regreso hacia el reino del cual había salido y del cual por tanto era ciudadano, apenas si llevaba pocas monedas en su alforja, al llegar a su destino su alforja estaba a rebosar e iba a ser recibido y premiado por su rey...

También nosotros los cristianos tenemos un Rey y estamos llamados a entrar en su Reino. Él nos marcó el Camino y allí nos espera. Es un camino "estrecho", en el que encontramos todo tipo de pruebas...

Pero, ¿como actuamos ante ellas, ante estas "piedras grandes y pequeñas" que encontramos a lo largo de nuestra vida?. ¿Actuamos como los cortesanos y comerciantes, o como este sencillo viajero?.

¿Nos hemos parado a pensar alguna vez que, cada prueba superada aumenta la gracia en nuestra alma, aumenta nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor "acercandonos y uniendonos" mas y mas a nuestra patria definitiva y a nuestro rey?.

¿Tenemos claro quién es nuestro Rey y cual es nuestra meta?...

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Estrella solaI

Nos habíamos perdido en el monte tropical, cuando aún no había entrado nadie después de las lluvias. De noche.Atravesábamos la selva en la oscuridad más absoluta, no sólo por la ausencia total de luna, sino por la sombra de los árboles, bajo cuyo follaje avanzábamos. Por él, a veces, lograban asomarse brillantes estrellas. Sin veredas, sin huellas anteriores, sin rastro de ningún género, caminábamos por los quebrados lechos secos de los arroyos, únicas vías penetrables, con el afán de salir de aquel laberinto de sombras.Plena advertencia de nuestra desorientación. Sombras gigantescas de montes insospechados. Cansancio, horas y horas de andar. Indecisas vertientes que no saben decir si suben o bajan. Frío.. El grito del búho que rasga: el silencio.Por fin, ya avanzada la noche, salimos al llano. La tenue luna, que se había levantado por donde no esperábamos, durante nuestro andar errante, nos enseñó pronto las veredas.

II

Con la seguridad del camino encontrado nos sentamos para recobrar fuerzas. Me sorprendió ver toda esa inmensa zona oriental del cielo, ahora vacía de estrellas.Era un cielo negro, profundo, terso. Barrido de estrellas.Silenciosa e inalterada oscuridad que recortaba en su parte inferior la silueta aún más negra de los montes. Sin que nada rompiera su limpia y extensa negrura.Comenzó a salir en ella la estrella de la mañana.Sola.Terriblemente sola.Como si brotara de las cimas lejanas.Brillante, luminosa, gigantesca. Parecía que alumbraba suavemente la Tierra.Cristalina, pura, virginal.Terriblemente sola.Así inició su ascenso por el cielo. Internándose sola, absolutamente sola, en la oscuridad.Mayestática, insinuante, silenciosa.Sola.¡Cómo destacaba su hermosura en la negra y vacía ausencia, amplia y profunda!En aquella madrugada, cuando en la Tierra todo dormía, el cielo daba una lección a los hombres. Yo tuve la suerte de estar despierto.Así voy yo por la vida.Solo. Así vas tú.Todas las cosas que te hacen compañía forman un cortejo meramente aparente. Por debajo y por encima de esa apariencia, vas solo.Terriblemente solo. Absolutamente solo.Tú tendrás muchos amigos que se preocupan por ti, que por ti harían cualquier cosa. Agradéceles mucho que te quieran. Pero en el compromiso de tu vida no pueden reemplazarte. Eres tú el que vives. Es un viaje personal.Nadie por ti podrá vivir tu vida. Nadie por ti podrá morir tu muerte.Vas solo.Como el lucero de la mañana internándose solo en la noche, en aquella noche desierta y despojada de estrellas.

Advierte esta verdad. Haz un esfuerzo por palpar el fondo de esa fingida y bulliciosa compañía que te rodea en la vida. Contempla tu personal y silenciosa soledad.Siente el consuelo de saber que los ojos de Dios están atentos a tu marcha, como estaban los míos a aquel lucero solitario, como si no tuviera otra cosa que mirar. Ni

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un afecto del alma, ni un latido del corazón escapa a su atención, mientras viajas solo, absolutamente solo, en ese firmamento siempre inexplorado de tu vida, en esa silenciosa oscuridad sin compañía, y siempre nueva, de tu muerte.Consuelo y responsabilidad. No le ocultas nada. Sus ojos están atentos, como si no tuvieran más que mirar.

III

Comenzamos a andar de nuevo, ahora con el lucero a las espaldas. Estábamos más lejos de lo que imaginábamos. Larguísima caminata por las veredas del llano.Me paraba de vez en cuando y me volvía para contemplar la estrella.Cada vez que la miraba, más alta la encontraba, más desprendida del suelo, más subida en el cielo.Volvía a andar y, mientras andaba, pensaba, cómo aprovechaba el tiempo la estrella. Para ella no pasaba en balde.No se entretenía, no se desviaba.Me acordé, por contraste, de los ríos de polvo, de las lejanas cenizas de muertos remotos.Nunca faltan pretextos nobles que, aunque nobles, nos hacen olvidar la subida.Yo sé, amigo, estrella solitaria, que tienes muchos problemas. Problemas que te entretienen, que te distraen... Pero siempre tendrás sólo un problema:Subir y subir, con afán de altura.Es posible que estas letras te encuentren parado, varado, anclado en la subida. Quizá bajando, como los astros en el ocaso, con las espaldas vueltas al cielo, cayendo sobre el suelo.Nunca sorprendí detenido al lucero en la subida.Todas las cosas -todas las cosas son tiempo- le servían para subir y subir. Si alguna vez le hubiese hallado quieto, me hubiera impresionado por recordarme los parones de mi vida, las estúpidas distracciones por los problemas que me salen al paso y me dejan después.Avanzaba la madrugada y el lucero subía sin cesar.

IV

Poco a poco fue apareciendo la aurora, tímida al principio, clara más tarde. Como si siguiera al lucero, como si éste la arrastrara tras de sí.Pensé en los hombres de nuestros días, que son de noche. En los que tienen la gallardía de ponerse en camino, solos, hacia Dios. Ellos, al subir, traerán consigo la aurora. Ya está comenzando a apuntar.

V

Se hizo de día.La estrella se perdió en el cielo.Había cumplido su misión.Un nuevo día alumbró la Tierra. Todo lo que eran sombras cobró su sentido, su color y su forma. Los campos se llenaron de luz y de alegría.Y en el cielo se perdió la estrella.Desapareció ante la nueva luz que ayudó a traer al mundo.No era ella misma el fin de su viaje.No esperó aplausos humanos. Ya estaba en el cielo.

VI

Un nuevo día. Ya apunta la aurora. La noche va a quedar atrás.Por delante van, internándose en el cielo, los hombres de las avanzadillas.En estas páginas, querido amigo, estrella solitaria, quiero insinuarte el Camino.

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La adoración de los tres mendigosLos reyes magos apenas salían del pesebre de Belén, donde habían ofrecido al niño Dios oro, incienso y mirra; se fueron por otro camino al regresar a su país, como lo había pedido el Ángel. Entonces se presentaron tres personas... Extraños, solos sin cortejo, no había parecer en ellos, ni hermosura: enfermos, fatigados, cubiertos de tanto barro y polvo que nadie podía decir de qué raza y país eran.

El primero tenía harapos, parecía sediento y hambriento, la mirada cansada por las privaciones. El segundo caminaba torcido, trayendo cadenas pesadas en sus pies y en sus brazos. Llevaba en su cuerpo heridas profundas y marcas de su cárcel. El último tenía el un cabello largo y sucio, ojos desfallecidos, buscando alivio.

Los vecinos del pesebre habían visto varios visitantes, pero estos les asustaban. En verdad, cada uno se sentía pobre y miserable, pero estos extranjeros mucho más.¡¡Nos dan miedo!!...¡¡Que no entren y se presenten al niño!! No!! Hay que impedir eso!!... Y se postraron delante de la puerta como para protegerla. Además. No llevaban consigo ningún regalo. Tal vez querían mendigar o quien sabe, robar!!! Todos habían oído hablar del oro, y se sabe que el oro atrae ladrones...¡¡Cuidado!!

Entonces se abrió la puerta y apareció San José afuera. - ¡Hola José!... Ten cuidado, aquí esta mala gente que quiere entrar. No les dejes penetrar en el pesebre de la Navidad!!... Eso no se puede imaginar!

-¡¡Callad!! Cada hombre puede presentarse delante del niño, sea pobre o rico, necesitado o magnífico, feo o hermoso, digno de confianza o de mala apariencia. El niño no pertenece a nadie en particular, ni siquiera a sus padres. Dejen entrar a estos viajeros... Entonces abrieron un camino estrecho. José les acogió y dejó la puerta abierta. Todos empujaban uno al otro para ver lo que habría de suceder. Unos se dijeron: pues, nosotros tampoco somos brillantes...

Los tres necesitados estaban inmóviles, callados delante del niño Dios. Y de verdad, nadie podía decir cuál de los cuatro era más pobre: el niño acostado en la paja del pesebre o los tres contemplándolo. El hambriento, el prisionero o el extraviado, todos vivían en la misma pobreza.

Luego José se dirigió hacia un lugar donde había colocado los regalos ricos de los reyes magos. La gente afuera empezó a murmurar de indignación: ...No va a hacerlo! No tiene derecho! El oro, el perfume y el bálsamo pertenecen al niño!...

José no se dejó impresionar: le está ofreciendo el oro al hambriento desnudo, la mirra al prisionero herido, el incienso al tercero tan triste y tan desviado.

Dijo al primero: -Tu necesitas oro; cómprate vestidos decentes y comida. Yo soy carpintero, puedo sostener a mi familia con mi trabajo.... Al segundo dijo: -No puedo romper tus cadenas, pero toma el bálsamo para aliviar tus heridas... Y al tercero le dijo: -Para ti, el incienso. Cuando suba el humo oloroso, estarás menos triste y desamparado. Ese incienso aliviará tu espíritu entristecido...

La gente estaba furiosa. Todo lo regaló, lo gastó en esos mendigos. Despojó al

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niño. ¡¡ Es un escándalo!!

Pero el hambriento respondió: -Gracias por el oro. Pero mira. Si me voy a hacer compras con mis bolsillos llenos de oro, el comerciante creerá que soy un ladrón. Nunca he tenido riqueza. Quédate con el oro, te servirá.El segundo dijo: -Hace mucho tiempo que mis miembros me duelen. Ahora me acostumbré. Aprendí a soportar el dolor. Pero cuando el niño se hiera, podrás curarlo con la mirra. El tercero dijo: -Pertenezco al mundo de los pensamientos. He estudiado tantas filosofías y religiones. He pensado, buscado, preguntado, hablado. Ahora no sé dónde está Dios en medio de todo esto. ¿Qué puede para mí el humo del incienso?, Sería un pocito más de humo. Me perdí, no sé, no encuentro al Señor.

La gente y José estaban atónitos. Sólo el niño estaba tranquilo, con sus ojitos abiertos, mirando a todos, a sus padres, los mendigos y la gente.

Luego pasó una cosa extraña. El primero dejó su abrigo envejecido y remendado a los pies del recién nacido, el prisionero colocó sus cadenas, el desviado su mirada perdida, y dijeron a Jesús: -Tómalos. Acepta. Un día necesitarás un abrigo roto cuando estés desnudo. Un día necesitarás un bálsamo para curar tus heridas sangrientas. Necesitarás cadenas cuando te traigan deshonrado como un timador. Acuérdate de mi en ese día. Quita mi duda, mi terror, mi vergüenza, porque me encuentro alejado de Dios. No puedo llevarlo solo. Es demasiado pesado. Ayúdame. Grita conmigo nuestra común desesperación, que Dios lo oiga, que el mundo lo entienda, cuándo llegará la hora para ti?

José quiso proteger al niño, echar fuera los mendigos y sus malditos regalos. La gente gritaba. Pero no pudieron hacer nada. El abrigo, las cadenas, el terror estaban como pegados al niño Dios. Y Jesús estaba tranquilo y atento, con los ojos mirando a los pobres y sus regalos.

Se hizo un silencio largo, larguísimo. Por fin se levantaron; sacudieron sus miembros, como liberados de una carga.

Sabían entonces que en las manos de ese niño se puede colocar todo: la pobreza, los sufrimientos, la tristeza por estar lejos de Dios.

La mirada clara y firme esperanza, salieron del pesebre, consolados y fortalecidos en sus necesidades: la habían compartido con su Dios.

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El centinelaEstos días pasados de la Navidad, cada vez que uno hablaba con cualquier amigo

y comentaban cómo ha sido barrido Cristo de la Navidad visible (cómo en los escaparates de los comercios no ves un nacimiento ni por equivocación, sino todo

tipo de osos, osas, ositos, gnomos, ciervos y demás habitantes de los bosques; cómo en la tele ya es prácticamente imposible oír un villancico; cómo la gente te dice "felices fiestas", porque les da como corte decir "feliz Navidad", y etcétera),

yo siempre terminaba pensando dos cosas: una era el recuerdo de una vieja fábula y la otra un versículo del Evangelio de San Lucas, que es la frase más

terrible que yo haya oído jamás. La fábula es la siguiente:

Érase que se era un viejo pequeño pueblecito, presidido por un castillo aún más viejo, que estaban situados en la frontera de un país lejano, al lado de un gran desierto. Tanto el pueblo como el castillo eran muy aburridos, porque raramente pasaba alguien cerca de ellos. Alguna vez se detenían a pernoctar extrañas caravanas o caminantes solitarios, pero, en cuanto se alimentaban y descansaban, volvían a irse, dejando a los habitantes del pueblecito y del castillo con su diario aburrimiento.

Y así hasta que un día llegó un mensaje del rey de la nación informando de que, en la corte, se habían recibido noticias de que Dios en persona iba a venir a su país, si bien aún no se sabía qué ciudades y zonas visitaría. Pero era probable o, al menos, posible que pasara por nuestro pueblecito. Por lo cual, por si acaso, el pueblo y el castillo debían prepararse para recibirle tal y como Dios se merecía.

Esto trastornó de entusiasmo a las autoridades, que mandaron reparar las calles, limpiar las fachadas, construir arcos triunfales, llenar de colgaduras los balcones. Y, sobre todo, nombraron centinela al más noble habitante de la aldea. Este centinela tendría la obligación de irse a vivir a la torre más alta del castillo y desde allí avizorar constantemente el horizonte, para dar lo antes posible la noticia de la llegada de Dios.

El centinela recibió el encargo con orgullo: jamás en su vida había hecho algo tan importante. Y se dispuso a permanecer firme en la torre con los ojos abiertos como platos. "¿Cómo será Dios?", se preguntaba a sí mismo. "¿Y cómo vendrá? ¿Tal vez con un gran ejército? ¿Quizá con una corte de carros majestuosos?" En este caso, se decía, será fácil adivinar su llegada cuando aún esté lejos.

Y durante las veinticuatro horas del día y de la noche no pensaba en otra cosa y permanecía en pie y con los ojos abiertos. Pero, cuando hubieron pasado así algunos días y noches, el sueño comenzó a rendirle y pensó que tampoco pasaría nada si daba unas cabezadas, ya que Dios vendría precedido por sones de trompetas, que, en todo caso, le despertarían.

Y pasaron no sólo los días, sino también las semanas, y la gente del pequeño pueblo regresó a su vida de cada día y comenzó a olvidarse de la venida de Dios. Y hasta el propio centinela dormía ya tranquilo las noches enteras y él mismo se dedicaba a pensar en otras cosas, porque ya no era capaz de concentrarse sólo en aquella espera.

Y pasaron no sólo las semanas, sino también los meses e incluso los años y ya

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nadie en el pueblo se acordaba de aquel anuncio para nada. Incluso un año de gran hambre, la población fue desfilando, uno tras otro, hacia tierras más prósperas. Y se quedó solo el centinela, aún subido en su torre, esperando, aunque ya con una muy débil esperanza. Y pasaban ejércitos y caravanas que, por unos momentos, encendían sus sueños, pero ninguno era el ejército o la caravana del Dios anunciado.

Y el centinela comenzó a pensar: "¿Para qué va a venir Dios? Si este pueblo nunca tuvo interés alguno, y ahora, vacío, mucho menos. Y si viniera al país, ¿por qué iba a detenerse precisamente en este castillo tan insignificante?" Pero, como a él le habían dado esa orden y como esa orden le había levantado la esperanza, su decisión de permanecer era más fuerte que sus dudas.

Hasta que un día se dio cuenta de que, con el paso de los días y los años, se había vuelto viejo y sus piernas se resistían a subir la escalera de la torre. Sintió que sus ojos se iban cerrando, que ya apenas veía y que la muerte estaba acercándose. Y no pudo evitar que de su garganta saliera una especie de grito: "Me he pasado toda la vida esperando la visita de Dios y me voy a morir sin verle."

Y entonces, justamente en ese momento, oyó una voz muy tierna a sus espaldas. Una voz que decía: "Pero ¿es que no me conoces?" Entonces el centinela, aunque no veía a nadie, estalló de alegría y dijo: "¡Oh, ya estás aquí! ¿Por qué me has hecho esperar tanto? Y ¿por dónde has venido que yo no te he visto?" Y, aún con mayor dulzura, la voz respondió: "Siempre he estado cerca de ti, a tu lado, más aún: dentro de ti. Has necesitado muchos años para darte cuenta. Pero ahora ya lo sabes. Este es mi secreto: yo estoy siempre con los que me esperan y sólo los que me esperan, pueden verme."

Y entonces el alma del centinela se llenó de alegría. Y viejo y casi muerto, como estaba, volvió a abrir los ojos y se quedó mirando, amorosamente, al horizonte.

Esta es la fábula de la que hablé al principio. Y el texto que San Lucas escribió en el capítulo 18,8 de su evangelio, y que tanto me ha hecho temblar al ver la

paganización de las Navidades, es éste: "Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra?" Porque podría suceder que, cuando vuelva, no haya

nadie en la torre.

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cuento de Navidad 2003Mahmoud y Leila se ven obligados a cambiar de residencia porque la colonia israelí instalada hace unos años junto al pueblo vuelve a crecer y absorbe sus tierras. (Única fuente d’ingresos que tenían al haberse quedado los dos sin trabajo). También s’han apropiado de su casa.

Abandonan su viejo coche ante la imposibilidad de pagar todos los permisos necesarios por poderlo hacer circular hasta su lugar de destino y cogen un taxi para recorrer Palestina desde Nablús a Ramallah, dónde tienen familia. A la salida de Nablús tienen que cambiar de coche porque el vehículo que les traslada no supera el control militar . No disponen de lo suficiente dinero por pagar a alguno de los niños que se ofrecen por llevarles las pertenencias que cargan (todo los que les queda) con una carretilla. Tras tres horas de cola, calor y tensión, consiguen pasar el control.

Esto y el esfuerzo han provocado que Leila note dolores de parto. El pequeño Fàher ha decidido que también quiere cambiar de ambiente.

Una de las ambulancias de la Media Luna Roja que menudean por la zona a causa de los toques de queda, se ofrece por llevarles a l’hospital de Jerusalén. Los voluntarios de l’ambulancia se alegran de no transportar ningún herido, están contentos, son momentos dulces.

Atraviesan Palestina tan rápido como poden. Uno, dos, tres controles militares de carretera... Una, dos patrullas de policía... Y finalmente llegan a la cola por cruzar el muro.

Entre ellos y el hospital tan sólo hay 120 conductores, 8 metros de cemento armado o 2 metros de valla electrificada, unas 23 armas automáticas, 18 soldados israelíes y 4 vehículos militares. No será demasiado complicado. Los 120 conductores les dejan pasar, pero el resto no. Paso bloqueado.

Mientras el Mahmoud contempla el coche de un colono israelí cruzando el muro sin ni pararse, Fàher pulsa con fuerza por venir a este mundo. Parece que él pasará su primero muro antes de que sus padres crucen el último.

Mahmoud se pregunta el porqué de tantas prisas por venir a este mundo.

Leila no puede más, pide Mahmoud que la lleve a la parada de frutas al pie de la carretera, hecha con telas de saco y hierros, que la acoje entre higos, sandías y melones. La vendedora hace fuera los hombres y grita sus hijas que, ante la carencia de material proporcionado por la ambulancia y la ignorancia de los soldados, calientan agua con la omnipresente tetera y preparan un blando de ropa y sacos

La vendedora anuncia a Leila que se prepare por dar a luz.

Hace poco más de 2000 años y más o menos por esta época, Palestina era ocupada por los romanos. Debido al cambio de sistema, una pareja de judíos humildes se vieron obligados a ir de Nazaret a Belén (del norte al corazón de Palestina) para empadronarse según la nueva administración romana. La mujer

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estaba embarazada y al llegar A Belén dio a luz. Su hijo tenía que traer la paz al mundo de los humanos. Unos pastores avisados por un ángel y tres sabios llegados d’Oriente guiados por las estrellas adoraran el niño y le trajeran presentes.

Esta historia llegó a orejas del gobernador de la zona (Herodes, también de familia judía), que rápidamente ordenó a las tropas asesinar todos los menores de dos años de la población por evitar que el recién nacido pudiera llevar a término la causa que divinamente se le había encomendado. Murieron muchísimos niños pero Jesús, José y Maria avisados por el arcàngel, consiguieron huir a Egipto

Actualmente hay mucha más pobreza a Palestina (un 60% del paro). Hoy día hay muchos más niños que nacen en peores condiciones de las que puede ofrecer un establo. En estos momentos, nadie podría huir d’en ninguna parte porque hay un muro que les rodea.

Los soldados ocupantes no hablan árabe, pero sí inglés, hebreo, castellano, alemán... Los presentes que recibiría el niño serian "made in Israel", país que controla el comercio a Palestina (Por motivos de seguridad “” el 90% de los productos que se importan a Palestina provienen d’Israel, puesto que son más “seguros”). Y si, como en el pasado, unos extranjeros visitáran el niño, no serian bien recibidos por la fuerza ocupando, puesto que no interesa que vean lo que realmente pasa. (Hay un fuerte control de los medios por mantener desinformados a los turistas y el resto del mundo ).

Han pasado más de 2000 años y humanamente se ha ido tan atrás... Hace tiempo que no hay luces a seguir al cielo de Palestina, hace tiempo que se acallan los ángeles y que se acusa a los niños de formar parte d’un infierno impuesto.

Hace tiempo que se ha perdido el norte y que se consagran cosas que no se lo merecen.

Por las personas y por la paz te pedimos que este año, cuando hagas el pesebre, pienses en la Palestina del 2003 y lo manifiestes a tu gusto. (Lazos negras, figuras

giradas, muros, soldados...). Tengas presente Palestina, tengas Palestina al presente.

Muchas gracias y paz para todo el mundo, por Navidad y por todo el año.

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Sueños y esperanzasTodos los días se iban a la costa y fijaban sus ojos en ese horizonte lejano. Allí se llevaban mucho tiempo soñando con que algún día se vieran atravesando el estrecho de Gibraltar, que los llevaría a la liberación.Su país era hermoso, pero esa belleza no la podían disfrutar. Hambre… miseria… humillación… eran sus compañeras diariamente. Esas eran muchas de las cosas que les impedían ver ese paisaje de palmeras y esas costas de arenas rubias como el trigo en primavera. Playas que eran visitadas por esos turistas que venían de Europa, de España concretamente, de la tierra de sus sueños y esperanzas.Abdul y Fátima, hablaban de sus miedos. No tanto por ellos, sino por el fruto de su amor que llevaba ella en su vientre.

- Abdul, no quiero que nuestro hijo nazca en esta miseria… - Le decía ella - Quiero que vea el amanecer con la esperanza de que el día es hermoso.- - Sí Fátima, Alá está con nosotros y algún día nuestras ilusiones, Él las convertirá en realidad.

Y así día tras día miraban el horizonte… sobre todo esos días en que el sol lucía como nunca y el cielo estaba despejado y claro, dejando ver la costa europea que tanto ansiaban.Un día llegó Abdul más temprano que de costumbre. Se adivinaba la alegría en su rostro:

- Fátima… podemos hacerlo. Nos marcharemos y nuestro hijo nacerá allí donde la vida sonríe… Donde la miseria, no es miseria, porque no se pasa hambre ni frío… Donde siempre hay pan y un techo para cobijarse.Los ojos de ella brillaban… pero solo fue unos instantes, porque rápidamente se fijaron en su abultado vientre, que denotaba su avanzado estado de gestación.

- ¿ Lo pondremos en peligro? Le decía…

Llevaban tiempo tratando de reunir los suficientes "dirham" para comprar esas dos plazas en una de esas barcas clandestinas que los conducirían a la tierra de sus sueños.

- No temas Fátima, solo son unas horas y Alá velará por nosotros.

Llegó el día deseado. Se empezaba a vislumbrar la claridad por el orto, cuando vieron que allí estaba aquella barcaza grande esperándoles en la playa. La mayoría de los que emprendían este viaje eran hombres, algunos muy jóvenes y ella la única mujer y por demás embarazada. El patrón de la barca la miró con recelo…- Para cuando espera al chico? - Aún le quedan dos meses - Mintió Abdul -

Ocultó que a Fátima solo le quedaban días para que naciera su criatura.

- Podría traernos complicaciones si se pone de parto - Protestó el patrón - pero bueno si son dos meses no habrá problemas.

El mar estaba liso. Su color verde azulado les hacía sentirse tranquilos, transmitiéndoles esperanzas.Estaban de suerte. Ese día veinticuatro de Diciembre no había lanchas de vigilancias y desembarcaron en una playa. Las órdenes eran que procuraran permanecer ocultos hasta

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el anochecer donde se desperdigarían para no ser atrapados. Ya cada uno era responsable de su destino. Abdul y Fátima, así lo hicieron, permanecieron escondidos tras unos matorrales del bosque de pinos que estaba cerca de la playa donde habían desembarcado.Al llegar la noche se pusieron a caminar. Cuando llevaban una hora caminando, la cara se le contrajo a Fátima y se arrodilló en el suelo retorciéndose de dolor y sintió que algo se rompía en sus entrañas. Algo viscoso empapaba su túnica. Los dos comprendieron que el momento del parto había llegado y un miedo atroz se apoderó de ellos.Abdul miraba a su alrededor. Quería buscar un refugio. Hacía frío y Fátima temblaba de pánico y dolor. Eran dolores intermitentes que cada vez eran menos espaciados.De pronto se dio cuenta de que no muy lejos había luz… ¡Sí alguien había cerca, y como pudieron, se encaminaron hacia allá, parando cada vez que el dolor arreciaba. Conforme se iban acercando oían cantos con panderetas que salían de aquella casa:

Es noche de navidadUn niño nos va a nacerNo quiere oro ni mirraSolo cobijado ser…

Abdul sabía bien que si lo descubrían, lo podían apresar y devolverlos de nuevo a la miseria, pero miró a Fátima y no lo dudó. Llamó y la puerta se abrió, apareciendo la cara sorprendida de un hombre, que no sabía que hacer. Solo los gritos de dolor de Fátima le hicieron reaccionar:

- Ven Ana … ven rápido

Tras darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, recogieron a la mujer, casi una niña y la entraron en la casa, en una habitación cerca de la cocina. Abdul ayudaba en lo que podía a aquél hombre… agua caliente… sabanas… Todo lo que Ana les iba pidiendo.Sonaban las doce campanadas en el reloj del salón cuando se oyó el llanto de un niño.Abdul no pudo contener la emoción tantas horas contenidas y con los ojos llenos de lágrimas corrió hacia donde estaba ese nuevo ser junto con la mujer que amaba.Como en Belén hace dos mil años, un niño acababa de nacer. Ana y su marido se miraban orgullosos y desviando la vista hacia las figuras del portal que estaba en una mesita bajo el árbol, vio como el niño que estaba en la cuna les sonreía.Con alegría Abdul y Fátima escuchaban lo que les decía aquellas personas que Alá les había puesto en su camino:

Ese niño que acababa de nacer les traía la felicidad. Su hijo al nacer en España era ciudadano español y por lo tanto podían obtener ellos también la misma nacionalidad legalmente.Nunca olvidarían aquella madrugada fría en la costa española, donde el milagro soñado se había producido.Todos estaban felices. Mientras, en la TV sonaban esas canciones que Abdul y Fátima no entendían, pero sí Ana y su marido que se miraron llenos de satisfacción:

"Noche de paz…Noche de amorEn Belén nace Dios…Y los ángeles cantando están..Gloria a Dios… Gloria al rey celestial…

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El sueño de María"Tuve un sueño José. No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de Nuestro Hijo. Creo que sí, era acerca de eso.

La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación.

Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, y todo lo colocaban debajo de un árbol.

Sí, un árbol, José, dentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol. Me parecía ver un ángel. ¡Oh! era verdaderamente hermoso.

Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos, se los intercambiaban unos con otros. José, no quedó alguno para nuestro Hijo.

Sabes? creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su nombre. ¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?

Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera estado en la celebración hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso, José, y todo el mundo tan feliz; pero yo sentí enormes ganas de llorar. Qué tristeza para Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños.

Estoy contenta porque sólo fue un sueño. Pero qué terrible José, si eso hubiese sido realidad."

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El mejor regalo de Navidad

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.

Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.

Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.

Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.

Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha. Lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, pero dos bebés en el pesebre. Enseguida llame al traductor para que le preguntara al chico porque habían dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo, “ y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé que podría darle de regalo. Pensé que si lo pudiera mantener caliente, eso fuera un buen regalo.

Le pregunté a Jesús, “ Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?”

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Y Jesús me dijo, “Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado".

Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con El… para siempre.”

Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sobre su cara bajó su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba.

El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el… PARA SIEMPRE.

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quién uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de verdad le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño

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Navidad en el asilo de ancianosEsta historia sucedió en una capital centroamericana, donde mi esposo trabajaba como diplomático. Faltaba una semana para la Navidad y la Asociación de esposas de los diplomáticos había proyectado una fiesta de Navidad en el asilo de ancianos. En mi calidad de secretaria, tuve que telefonear a todas las asociadas para pedirles que prepararan algún plato y fueran a atender personalmente a los ancianos. La mayoría contestaba que encantada prepararía un pastel, pero que no tenían tiempo para asistir a la fiesta.

Me molestó constatar que tan solo ocho de treinta y cinco asociadas dijeron que vendrían a ayudar ¡y tenemos que servir a casi doscientos ancianos!

El día de la fiesta llegué al asilo a tiempo y Gladys la presidenta de la asociación ya se encontraba tras la larga mesa en la que cada una iba dejando su torta. La esposa del embajador americano estaba preparando el ponche y cortando pasteles. Las pocas señoras que se habían comprometido a ayudar colocaban los adornos de Navidad, organizaban las sillas y realizaban los diversos trabajitos necesarios para poner en marcha la fiesta.

-Qué lástima. Habría deseado que más señoras hubieran querido ayudar. ¿Por dónde quieres que empiece?

La cálida sonrisa de Gladys casi borró mi resentimiento. Me pidió que les llevara la merienda a los ancianos que no podían salir de su cuarto.

-Cómo no, dije, agarrando una bandeja. ¡Será mejor que comience pronto, pues voy a tardar un siglo en servirles a todos!

Empezó la música y no sé quién se puso a cantar villancicos con los ancianos, que estaban todos reunidos en el inmenso patio del establecimiento. Yo no tenía tiempo de escuchar ni disfrutar las canciones.

Me pasé la tarde corriendo de un lado a otro, llevando pasteles y ponche, sin mirar casi ni de reojo a los pacientes que servía. A cada uno le daba además una bolsa de caramelos y un regalo. Recorrí todas las alas del edificio, me dolían las piernas de subir las escaleras. Una de las tantas veces que subí, una viejita que llevaba un vestido estampado, rasgado y desteñido me tocó el brazo y me dijo tímidamente:

-Perdone, señorita. ¿Tendría la bondad de cambiarme el regalo?

Me volví hacia ella irritada y repliqué:

-¿Cambiarle el regalo? ¿Por qué? ¿Es que le tocó uno de hombre?

-No, no... dijo vacilante. Es que me tocaron perlas. Las perlas representan lágrimas y yo ya no quiero más lágrimas.

Pensé: ¡Qué superstición más tonta! ¡Hay que ver cómo está el mundo! ¡Deberían agradecer cualquier cosa que les dieran!

-Lo siento. Ahora estoy muy atareada. A lo mejor después se lo puedo cambiar.

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Me fui corriendo para llenar otra vez la bandeja y me olvidé al instante de la señora.

Con la bandeja llena de tortas llegué corriendo a la sección de mujeres, en la planta baja. Abrí la puerta del cuarto A-14 apoyándome de espaldas y una vez dentro, di la vuelta; cuando ví lo que había allí, me estremecí de tal modo que la bandeja me empezó a temblar en mis manos. ¡En aquel cuarto feo y deslucido, acostada en un camastro de sábanas grises y con un camisón raído, estaba mi madre! ¿Mamá? ¡No puede ser! ¡Mamá está muerta! y de estar viva, no se encontraría en un lugar así. Se trataba de un asilo para ancianos sin familia, gente pobre y enferma que no tenía donde estar ni quien la cuidara.

No podía ser; los ojos me estaban haciendo una jugarreta. Cuando volví a abrirlos pude ver mejor a la mujer demacrada que ocupaba el cuarto. No era mi madre, sino una viejita de cabello gris y ojos azules, que ni se parecía mucho a ella. ¿Qué me habría pasado que pensé que esa pobre mujer era mi madre? Sería la madre de otro, no la mía. Entonces, ¿por qué no me sentí aliviada? Todo lo contrario, me embargó un dolor inmenso y se me hizo un nudo en la garganta.

Sin pronunciar palabra, volví a salir justo a tiempo para que no me viera llorar. Por el oscuro pasillo retorné a la mesa en la que se encontraba Gladys trabajando, muy animada. Se me debía notar lo mal que me sentía, porque su expresión cambió en cuanto me vio y me dijo:

-¿Qué te pasa, Betty? me preguntó, rodeándome con el brazo.

-Es que vi a mi madre... dije sollozando. ¡Acabo de ver a mi madre allí en un cuarto! No puedo seguir.

-Lo que te pasa es que estás agotada. Tómate un descanso.

Varias personas que se encontraban por allí cerca empezaron a mirarme. Agarré una servilleta y me fui corriendo para que no me vieran llorar.

Me dirigí a un descansillo de la escalera del ala masculina, donde no había luz y me senté en el rincón, sollozando. Señor recé, ¿qué me pasa? ¿Me estoy volviendo loca?, y casi al instante oí Su respuesta, que no me llegó con palabras audibles sino en mis pensamientos: «Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres... y no tengo amor, de nada me sirve.» (1Cor.13:3)

Caí en la cuenta de que esas palabras iban sin duda alguna dirigidas a mí. Ese día yo había preparado tortas, caminado kilómetros, llevado comida a muchas personas, pero, ¿para qué? ¿A quién había estado sirviendo? ¿A quién había tratado con cariño? ¡Ni siquiera me había molestado en mirar a nadie! Los ancianos no significaban nada para mí, ni veía sus rostros... hasta que vi en alguien que sufría el rostro amado de mi madre. Entonces cobraron vida para mí los ancianos.

-Perdóname, Señor dije en voz baja. Lo he hecho todo al revés. Tengo que volver a empezar.

Respiré profundamente, me enjugué las lágrimas y volví a la mesa de los pasteles. Gladys me miró desde donde estaba ocupada y me dijo:

-Ya has hecho bastante por hoy, Betty. ¿Por qué no te vas a casa a descansar? A

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partir de ahora nos las podremos arreglar con las que estamos.

-No me pidas que me vaya le respondí. En realidad recién voy a empezar como debe ser.

Cuando estaba a punto de irme cargando otra bandeja, de pronto me acordé:

-Gladys, ¿tienes otro regalo para señoras? Tengo que cambiar uno.

Ella me pasó una cajita que contenía un broche de piedras rojas con forma de corazón.

-Gracias, es ideal le dije, agarrándola y alejándome deprisa hacia el patio.

Haz que encuentre a esa mujer, oré para mis adentros. Ni me había molestado en mirarle la cara. Había estado demasiado ocupada para prestarle alguna atención y pasé de largo, como hicieron el levita y el sacerdote en la historia del buen samaritano. Busqué entre todos los ancianos, de fila en fila. A todos se les veía contentos, cantando villancicos mientras resonaba la música. Por primera vez en todo el día me empecé a sentir feliz.

Entonces vi el andrajoso vestido estampado. La señora estaba sentada contra la pared, sola, teniendo en su regazo los caramelos sin desenvolver y las perlas. Se veía muy triste y desdichada. Me acerqué corriendo.

La busqué por todas partes. Tome, le traje un regalo diferente.

Alzó la vista sorprendida y luego, casi como quien pide perdón, agarró la caja y la abrió. Los ojos se le iluminaron como un árbol de Navidad y sonrió de oreja a oreja encantada.

-Muchas gracias señorita, exclamó, es muy bonito.

De nuevo se me hizo un nudo en la garganta, pero esta vez no me importó.

Deje que se lo coloque le dije. Y deme esas perlas, que ninguna falta nos hacen las lágrimas en Navidad.

Cuando me fui, la dejé cantando en el patio con los demás y me dio la impresión de que se me quitaba un peso tremendo de encima.

Sólo me quedaba una cosa por hacer antes del fin de la fiesta: volver al cuarto A-14. De alguna forma tenía que darle las gracias a aquella paciente, pero no sabía cómo. Cuando empujé la puerta, me encontré a la señora sentada en la cama, comiéndose la torta y cuando entré sonrió.

-Feliz Navidad mamita, le dije.

Qué bueno que haya vuelto me contestó. Quería darles las gracias a todas las señoras por venir y hacernos la fiesta. Me gustaría hacerle un regalo, pero no tengo nada que le pueda dar. ¿Le puedo cantar una canción?

Ya no me podía contener más y asentí con la cabeza. Me senté en la cama mientras ella me interpretó, con voz chillona, tres estrofas de una canción de lo más triste y de lo menos navideña que he oído en la vida. Pero el resplandor de

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sus ojos pudo más que la letra y dejó bien claro el mensaje de la Navidad: ¡dichosa tierra!

Carta al Hombre de AdvientoQuerido hombre:

He escuchado tu grito de Adviento. Está delante de mí. Tu grito, hombre, golpea continuamente a mi puerta. Hoy quisiera hablar contigo para que repienses tu llamada. Hoy, hombre, te quiero decir: ¿Por qué “Dios” preguntas? ¿A qué “Dios” esperas? ¿Qué has salido a buscar y a ver en el desierto?

Escucha a tu Dios, hombre de Adviento:

“No llamés a la puerta de un ‘dios’ que no existe, de un ‘dios’ que vos te imaginás... Si esperás... abrite a la sorpresa del Dios que viene y no del ‘dios’ que vos te hacés... Vos, hombre, y todos los hombres, tienen siempre la misma tentación: hacer un ‘dios’ a la imagen de ustedes mismos. Yo te digo hombre, yo Dios de vivos, soy un Dios más allá de tus invenciones.

Vos, hombre, y tantos otros, salen a ver dónde está Dios... Se dicen: “aquí está” pero no lo ven, y se sienten desanimados porque Dios no está donde les dijeron...

Y Dios está vivo. Pero ustedes no tienen mentalidad de Reino: no descubren a Dios en lo sencillo. Les parece que lo sencillo es demasiado poco para que allí esté Dios. Sépanlo: Yo, el Señor Dios, estoy en lo sencillo y pequeño...

Hombre de hoy y de siempre: dejá espacio a tu Dios dentro de tu corazón. Sólo puedo nacer y crecer donde mi palabra es recibida y escuchada.

Qué tranquilo te quedás, hombre, haciendo “lo que hay que hacer” porque “haciendo las cosas de siempre” evitás la novedad del Evangelio. Pero yo te digo que tu corazón queda cerrado, y tus ojos incapaces de ver el camino por donde yo llego. No te defiendas, hombre, como hacés siempre. No te escondas bajo ritos vacíos. Salí a ver al Bautista en el Jordán. Allí vas a ver que los únicos no convertidos son siempre los que se saben justificar.

Hombre, si me esperás, dejá de hacerme vos el camino, y emprendé el camino que Yo te señalo por boca de los profetas. Abrí el corazón a mi Palabra.

Yo, tu Dios, hablé.

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Una estrella de luzFabián, siempre esperaba con gran entusiasmo que llegara el fin de semana. Los viernes, apenas salía del trabajo, iba hasta su casa, preparaba la mochila con las cosas necesarias para acampar y algunos alimentos, medicamentos y ropa que había juntado entre los amigos. Tomaba el colectivo hasta el Tigre, y llegaba con el tiempo justo para subir a la última lancha que lo llevaba hasta el camping. Sábado y domingo se dedicaba a recorrer la zona en un pequeño bote para conversar con las familias y compartir con ellas las cosas que había llevado. Al mismo tiempo, aprovechaba para hacer una lista de necesidades para tratar de resolverlas durante la semana. Ayudaba a los chicos en las tareas -porque muchos de los papás no sabían leer ni escribir- y los alentaba para que no dejaran de estudiar, aunque sabía lo difícil que era para ellos ir todos los días en lancha hasta la escuela.

Feliciano, el administrador del camping ya lo conocía y lo esperaba con un plato de sopa caliente los días de invierno, y una ensalada con algún fiambre cuando hacía calor. Fabián compartía la sencilla comida con él, y después armaba su carpa en el lugar más alejado, cerca del río. Amaba las noches despejadas, para tirarse boca arriba sobre el pasto y contemplar las estrellas. Se pasaba horas enteras contándolas, poniéndoles nombres e imaginando dibujos en el cielo.

Cierta noche estaba así tirado, disfrutando de un cielo maravilloso en el que podía distinguir hasta la estrella menos brillante (esas que no se pueden ver en la ciudad), sin nubes, con la temperatura ideal -ni frío ni calor- cuando, de pronto, le pareció que una estrella se movía. Él había oído muchas veces de estrellas fugaces y, en un primer momento, no se extrañó.

Pero, al seguir mirando descubrió que la estrella parecía dudar. Se movía para un lado y después para el otro. Como si fuera una persona que no sabe si cruzar una calle o no. Se mantuvo en ese juego durante unos minutos. Fabián se fue incorporando de a poco hasta quedar de pie, sin poder quitar la vista de esa estrella tan extraña. Quizá no sea una estrella, pensó. ¿Será un OVNI?

Después de unos instantes, la estrella, que realmente parecía dudar, se decidió y se precipitó hacia la tierra. Fabián se dio una gran susto, porque creyó que se le iba a caer encima, y se agachó. Le pareció que había caído muy cerca, detrás de unos árboles.

«No puede ser; las estrella no caen así, debe tratarse de otra cosa; esto es imposible, seguramente es una ilusión óptica por estar fijando tanto tiempo la vista...»

Fabián trataba de convencerse de que no había pasado nada y ni siquiera miraba hacia los árboles donde supuestamente había visto caer la luz. Sin embargo, su curiosidad fue más grande. «Si no fue nada, ¿qué pierdo con ir a ver?», se justificó.

Se dirigió, entonces, hacia ese lugar tratando de no hacer ruido.

Llegó hasta donde había varios árboles caídos que formaban un claro. Entonces, la vio.

No podía creerlo. Se frotaba los ojos, porque creía que estaba soñando; o hipnotizado; o sugestionado... Sentada en un tronco, con la cabeza apoyada en un brazo y una pierna doblada sobre la otra, se encontraba una estrella. Tenía una expresión de gran tristeza y a Fabián le pareció ver una pequeña lágrima que le caía por la mejilla.

Tuvo miedo, pero el temor fue desapareciendo al contemplarla tan desamparada y triste.

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Se acercó despacito y le dijo:

-Disculpe, no entiendo qué está pasando, pero me da mucha pena verla así. ¿Quién..., o qué es usted? ¿La puedo ayudar en algo?

La estrella levantó los hombros como diciendo que ya nada le importaba y giró hacia el otro lado.

-De verdad señora, no me gusta dejarla acá sola y tan triste; quizás pueda hacer algo para ayudarla (Fabián apenas se daba cuenta de lo asombroso de la situación. No todos los días se conversa con una estrella; pero no le quedaba más remedio que hacerlo).

Después de un rato, la estrella le dijo:

-Te agradezco, pero lo dudo. No creo que nadie pueda ayudarme. ¡Estoy tan cansada! Pero es muy largo de contar. Casi dos mil años de vida no se cuentan en un minuto.

Fabián se sentó en un tronco, a una distancia prudencial y dijo.

-No importa, no tengo nada que hacer. Tengo tiempo para charlar con usted.

La estrella comenzó a hablar lentamente y, en su voz, se percibía una gran tristeza.

-Hace dos mil años me encomendaron una tarea. La más importante, me dijeron. No importa que seas chiquita, ni que no tengas mucho brillo. En el momento oportuno, el brillo te llegará de afuera y llamarás la atención de todos los hombres. Era mi oportunidad. Ya no sería una estrella más; ya no pasaría inadvertida; los hombres me pondrían un nombre y figuraría en los catálogos. Fue así que acepté, y con mi luz señalé el camino a unos sabios hasta el pesebre donde había nacido un pequeño niño.

Desde ese momento, todos los años hago el mismo camino, para que nadie se olvide de ese gran acontecimiento que, según me contaron, cambió la historia de los hombres. Pero, con el paso del tiempo, me di cuenta de que ya no vale la pena; que los hombres no miran hacia el cielo; han perdido sus sueños; se matan en las guerras...

Interrumpió su conversación durante unos segundos y, con la mirada perdida, pareció estar buscando una palabra para completar la frase, un adjetivo para la palabra guerras.

-En guerras. Esta palabra es tan tremenda en sí misma, que no necesita nada que la acompañe. Si dijera en terribles o crueles guerras, alguien podría llegar a pensar que hay guerras que no son terribles o crueles. ¡Se matan entre hermanos! Vi torturas y desapariciones. También vi a mucha gente morirse de hambre, al mismo tiempo que otros despreciaban el plato que le ponían delante. Mujeres golpeadas, sometidas y esclavizadas. Chicos sin escuela y otros que la desaprovechan. Vi gente enriquecerse en forma desmedida y despiadada, mientras otros carecían de lo indispensable. Excluídos en un mundo globalizado; enfermos que podrían curarse; locos abandonados por sus familiares; personas viviendo sin techo; niños mendigando o robando o matando... Niños de la calle asesinados. Violencia engendrada por las desigualdades y por la injusticia.

Los que deberían servir porque tienen el poder, se preocupan por unos pocos.

Yo, que vi nacer al niño de Belén, que escuché lo que predicaba, que lo vi compartir la comida, echar a los mercaderes del templo, lavarle los pies a sus discípulos, creo que ya no tengo nada más que hacer. Los hombres se han olvidado de todo lo que él dijo. Ya no tienen arreglo. Ya no miran el cielo, ¿para qué voy a seguir recorriendo ese camino?

Fabián se había quedado mudo y paralizado. No sabía qué decir ni qué pensar. Todas las ideas se le mezclaban. La estrella parecía tener razón pero, sin embargo, Fabián se

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revelaba contra esta idea. ¿Ya no hay esperanzas? ¿Ya está todo perdido? No sabía que decir y comenzó a balbucear palabras incoherentes:

-Bueno, no todo es así, puede ser que... Yo creo que podríamos…

La estrella lo interrumpió.

-Está bien, no hace falta que intentes convencerme, yo ya decidí qué hacer. ¿Por qué no me contás qué hacés vos en este lugar tan apartado y alejado?

Fabián la invitó para que fuera hasta su carpa y le convidó un mate. Él se recostó en el pasto y la estrella a su lado. Así, comenzó a contarle a qué se dedicaba y qué hacía los fines de semana en esa isla.

-¡Qué suerte que te encontré!, dijo la estrella cuando Fabián terminó de hablar. Aunque este año no brille para todos, vos tuviste la oportunidad de tenerme bien cerca tuyo. Sos el único que merece verme...

Fabián que había entrado en confianza la interrumpió brúscamente y le dijo:

-Creo que está equivocada. En primer lugar, no soy el único que merece verla; y por otra parte, es cierto que el mundo parece encaminarse hacia la destrucción y que no hay nada que pueda detener lo que está pasando, pero, justamente por eso, creo que tiene que brillar más que antes. Hay muchas personas que sólo miran hacia abajo, que necesitan una luz fuerte para descubrir que pasan cosas más allá de sus narices. ¡Cómo se va a dar por vencida justo ahora que es cuando más la necesitamos!

Muchos hombres no van a reconocer su luz y ni siquiera se van a enterar de que usted hace un recorrido para llamarles la atención, para recordarles un gran acontecimiento, para anunciar que para Dios, los hombres somos importantes, porque él se hizo uno de nosotros. Pero quizás, alguno puede llegar a levantar la vista y verla ¡Aunque más no sea por casualidad! ¿Y a los otros? ¿Quién va a renovarles la esperanza?

Fabián dijo esta última frase gritando. La estrella permaneció callada. En la oscuridad, Fabián no pudo distinguir que esbozaba una sonrisa.

De golpe, sintió algo húmedo en su rostro. Era «Pirata», el perro del administrador del camping que le estaba lamiendo la cara.

-¡Eh, Fabián! ¿Cómo estás? ¿Te pasó algo?, preguntó Feliciano. Me asusté, porque vi una luz y te oí gritar como si estuvieras discutiendo con alguien. Pensé que te había pasado algo, pero seguramente te quedaste dormido. Metete dentro de la carpa que te vas a resfriar con el rocío. Fabián le hizo caso, entró en la carpa, pero tardó en dormirse, porque aunque estaba seguro de que todo había sido un sueño, sentía una extraña sensación.

Pasaron los días y llegó el tiempo de Navidad. Poco antes, Fabián organizó una fiesta con la gente de la isla y unos amigos de la ciudad .

Feliciano prestó el camping y armaron una gran mesa para la fiesta que comenzó bien temprano por la mañana y duró hasta la tardecita. Comieron lo que cada uno había llevado, bailaron y cantaron. Antes de irse, Fabián regaló a cada familia una pequeña estrella de madera para que la colocaran sobre el pesebre. El 24 a la noche, justito cuando daban las doce, todas las familias de la zona, vieron una gran luz que provenía del pesebre donde estaba la imagen del pequeño bebé.

Esa luz, para sorpresa de todos, venía de la pequeña estrella de madera. En el cielo, también brilló una estrella, aunque ya no señalaba el camino hacia el lugar donde hace dos mil años había estado el niño. En cambio, iluminaba a todos los que, como Fabián,

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hacen nacer a Dios en medio de los hombres y los conducen hacia él.

Y, para sorpresa de muchos, esa nochebuena, estuvo muy iluminada.

En el día de mi cumpleaños

Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo.

En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en el radio, en la televisión y por todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue el día.

La verdad, es agradable saber, que al menos, un día al año algunas personas piensan un poco en mi. Como tu sabes, hace muchos años que comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para que lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho pero no saben de que se trata.

Recuerdo el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor; pero sabes una cosa, ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme, la fiesta era para mí y cuando llego el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta.

Y yo quería compartir la mesa con ellos! (Apocalipsis 3,20).

La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años todos me cierran las puertas. Como no me invitaron, se me ocurrió estar sin hacer ruido, entré y me quedé en un rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos borrachos, contando chistes, riéndose a carcajadas. La estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo, vestido de rojo, de barba blanca y gritando: "JO JO JO JO", parecía que había bebido de mas, se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo " SANTA CLAUS" "SANTA CLAUS" como si la fiesta fuera en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara. Y ¿sabes?, nadie me abrazó. Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Tal vez crean que yo nunca lloro, pero esa noche lloré, me sentía destruido, como un ser abandonado, triste y olvidado.

Me llegó tan hondo que al pasar por tu casa, tú y tu familia me invitaron a pasar, además me trataron como a un rey, tú y tu familia realizaron una verdadera fiesta en la cual yo era el invitado de honor, además me cantaron las mañanitas; hacia tiempo que a nadie se le ocurría hacer eso. Que DIOS bendiga a todas las familias como la tuya, yo jamás dejo de estar en ellas en ese día y todos los días. También me conmovió el pesebre que pusieron en un rincón de tu casa. ¿Sabías que hay países que se esta prohibiendo poner nacimientos? Hasta lo consideran ilegal. ¿A donde ira a parar este mundo?

Otra cosa que me asombra es que el día de mi cumpleaños en lugar de hacerme regalos a mí, se regalan unos a otros. ¿Tú que sentirías si el día de tu cumpleaños, se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?.

Una vez alguien me dijo: ¿ Cómo te voy a regalar algo si a ti nunca te veo? Ya te imaginaras lo que le dije: Regala comida, ropa y ayuda a los pobres, visita a los enfermos a los que están solos y yo los contaré como si me lo hubieran hecho a mí (Mat.-25,34-40)

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Cada año que pasa es peor, la gente sólo piensa en las compras y los regalos, y de mí ni se acuerdan...

Probablemente así hablaría JESUCRISTO

Por eso, VIVE verdaderamente esta Navidad!!!

La Navidad no es cuentoSe dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.

-Acércate -le dijo Jesús- ¿Por qué tienes miedo?

-No me atrevo… no tengo nada para darte.

-Me gustaría que me des un regalo -dijo el recién nacido.

El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:

-De verdad no tengo nada… nada es mío; si tuviera algo, algo mío, te lo daría… mira.

Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.

-Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy…

-No -contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.

-Con gusto -dijo el muchacho- pero ¿qué?

-Ofréceme el último de tus dibujos.

El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:

-No puedo… mi dibujo es «remalo»… ¡nadie quiere mirarlo…!

-Justamente, por eso yo lo quiero… siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.

-Pero… ¡lo rompí esta mañana! - tartamudeó el chico.

-Por eso lo quiero… Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo… Y ahora - insistió Jesús- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.

El rostro del muchacho se ensombreció; bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:

-Les mentí… Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto… ¡Estaba enojado y lo tiré con rabia!

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-Eso es lo que quería oírte decir -dijo Jesús- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías y tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas… No tienes necesidad de guardarlas… Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa.

Una extraña ancianaPasó en Belén, aquella madrugada. La estrella acababa de desaparecer, el último peregrino había abandonado el establo, la Virgen había ya acomodado las pajas de la cuna, y el niño por fin había podido dormirse.

¿Pero puedo uno dormir en la noche de Navidad?

Dulcemente la puerta de la puerta se abrió, empujada, podría decirse, por un aliento más que por una mano, y una mujer apareció en el dintel, cubierta de harapos, tan vieja y tan arrugada que en su rostro color de tierra la boca parecía ser una arruga más. Al verla, María sintió miedo, como si hubiera entrado al establo alguna hada malvada. Felizmente Jesús dormía. El asno y el buey rumiaban apaciblemente su paja y miraban a la extraña mujer adelantarse sin dar muestra alguna de sorpresa como si la conocieran desde siempre.La Virgen, por su parte, no le quitaba los ojos de encima. Cada uno de los pasos que la anciana daba le parecía que duraban siglos. La vieja seguía avanzando hasta que se detuvo junto al pesebre. Gracias a Dios, Jesús seguía durmiendo.

¿Pero duerme uno la noche de Navidad?

De pronto el niño abrió los ojos, y su madre se sorprendió muchísimo al ver que los ojos de la mujer y los del niño eran exactamente iguales y brillaban con la misma esperanza. La vieja entonces se inclinó sobre el pesebre, mientras que su mano hurgaba entre sus harapos buscando alguna cosa que tardó siglos en encontrar. María seguía mirándola con la misma inquietud. Los animales la miraban también, pero siempre sin sorpresa, como si supieran por adelantado lo que iba a, suceder.Por fin, al cabo de un largo rato, la vieja logró sacar de sus harapos un objeto escondido en cuenco de su mano y lo entregó al niño.Tras todos los tesoros ofrendados por los magos y los regalos de los pastores, ¿qué sería aquel nuevo presente? Desde donde se encontraba María no podía verlo.Sólo percibía la espalda curvada por los años, y que se doblaba aún más al inclinarse sobre la cuna. Pero el asno y el buey seguían mirándola sininquietarse.

Esto duró un buen rato. Después la anciana mujer se enderezó, como liberada del terrible peso que la empujaba hacia el suelo. Sus espaldas ya no estaban gibadas, su cabeza tocaba casi el techo de la choza y su rostro había recuperado milagrosamente la juventud. Y cuando se apartó de la cuna para dirigirse de nuevo hacia la puerta y desaparecer en la noche de la que había venido, María pudo al fin ver el regalo misterioso. Eva, porque era ella, había venido a devolverle al niño la pequeña manzana, la manzana del primer pecado y de tantos otros que lo siguieron. Y la manzanita roja brillaba en las manos del recién nacido como el globo del mundo nuevo que con él acababa de nacer.

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