Cuentos de Hadas

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t J.R.R. Tolkien Cuentos de hadas

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Estudio sobre Tolkien y los cuentos de hadas

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    J.R.R. Tolkien Cuentos de hadas

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    1--

  • J.R.R. TOLKIEN CUENTOS

    DE !-IADAS LA POETICA TOLKINIANA COMO CLAVE PARA UNA HERMENEUTICA SAPIENCIAL

    DE LA LITERATURA DE FICCION

    Jos MiguelOdcro

    PAMPLONA

  • (i) Copyright 1987. Jos Miguel Odero Ediciones Universidad de Navarra, S. A. (EUNSA) Plaza de los Sauces. 1 y 2. Barain-Pamplona (Espaa) Telfono: (948) 25 6850

    ISBN: 84-313-1006-5 Depsito Leg:!l: NA. 1.463-1987 Cubierta: Alejandro Pardo Fotocomposicin: FONASA. Pamplona Impreso en: Grf. Lizarra, S. L. Ctra. de Tnfalla, Km. 1. Este11a Prinled in Spain - Impreso en Espaa

  • Indice

    Prlogo . ~ ,. ,. . " " " " .. " .. " " .......... " " " " .. " " ..... " .... " " ....... "

    I. INTRODUCCION A TOLKIEN ........... .

    Algunos rasgos biogrficos .................. . ObrtlS ....... " ........ " .. """ .......... " .... "" ...... " .. " ............ ..

    "El Hobbit" (1937) ..................... .. "El Sci\or de los Anillos" (1954-1955) ..... . "Los tres cuentos breves" (1945-1967) ..... . "Las cartas de Pap Noel" (1976) y "Mr. Bliss" (1982) ..................... .. "El Silmarillion" (1977) .................. . "Unfinishcd Tales of Nmenor and M idJle-earth" (1980) .................... . "The Letters of J .R.R. Tolkicn " ( (981) ..... . "The Book of Lost Tales" (1983-1984) ..... .

    El escritor ...... " ........................................................ .. La magia de la palabra ................... . La aventura de hacer mitos ................ . Metafisica literaria ....................... . El l "h bb' -, eco oglsmo O It ................... . U n escritor cristiano ..................... . T oIkien y Lewis ......................... . N ada de alegoras ........................ . Haciendo literatura ....................... .

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  • 11. LOS CUENTOS DE HADAS DE J.R.R. TOLKIEN ......................... .

    Introduccin: "On Fairy-SLOries" (1939) ..... . En Fairyland ............ , ..... , ....... , ... . La magia del adjetivo ..................... " " . e ucn tos de nios .......................... . El subcreador ............................. .

    "

    Deseo de dragones .................... " " " . " . La fantasa .... ............................ . El encantamiento de ia F antasia ............. . El derecho a fantasear ...................... . Dl.!scubrir el mundo real ........ " ....... " ... . La fug.:~ lcita . ............................. . La gran evasin .......... "" .. "." ... " ... "" .. E l

    "u" .. llL'i.l lS '0 e .............................. . Creacin y realidad ................... " .... . Epilogo. , ................................... .

    1ll. LA MITOLOGIA TOLKINIANA .......... .

    l ..... a Creacin ............................... . La Jl1ucrte ................................ . El bien y el 111al ........................... . Dios y la religin .......................... . La hU111ildad o

    IV. EL SENTIDO DEL MITO EN TOLKIEN ... Escapismo .............. ,. ....... lO ,. ,. ,. ,. ,. Mito y verdad .. ,. .. ,. ...... ,. ..... ,.,. .. ,.,..,. ... ,. Mito y alegora ............................ . Aplicabilidad del mito ...................... . El mito como apelacin ............ " ........ . El mito de la mitopoisis .................... . Subcreacin y Creacin ......... " ........... . La fe del poe ta .......... .................. . La eficacia de los mitos de un CrIstiano ....... .

    V. BlllLIOGRAFlA TOLKINIANA SELECTA ...

    Obras de Tolkien en castellano .............. . Otros libros y grabaciones de T olkien ......... . Monografias selectas sobre Tolkien ........... .

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  • Prlogo

    "Son obras literarias aqullas en que el mensaje crea imaginariamente su propia realidad, en que la palabra da vida a un universo de ficcin". Estas palabras del profesor portugus Aguiar e Silva I como cualesquiera otras que aspiran a definir esa realidad tan rica, compleja y variada que es la creacin literaria, pueden ser sometidas a discusin. Tienen sin embargo la ventaja de colocarnos a un dato que cabe tal vez calificar de bsico o incluso elemental: la obra literaria no se define por la adecuacin a una realidad dada tal cual en el acontecer concreto, sino por su belleza formal, por su valor esttico, por su coherencia interior, por su capacidad de evocacin.

    Hace pues referencia a cualidades y preocupa-ciones distintas de las que caracterizan la profesin del autor de esta introduccin a Tolkien, Jos Miguel Odero, y del que firma este prlogo. Ambos

    1. V.M. DE AOUIAR E SILVA, Teora de la literatura. Madrid 1975, p. 33.

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    somos en efecto telogos o, al menos para no abusar de tan honroso ttulo ,profesores de teolo-ga; y la teologa nos habla no tanto de creacin intelectual y de belleza, cuanto de rigor cientfico, de apertura a la verdad, de adecuacin y servicio a la Palabra de Dios.

    Literatura y teologa son, ciertamente, activida-des diversas, pero no opuestas. Ms an no faltan los puntos de contacto. Cmo podra ser de otra forma, si Dios es a la ve'! la Suma Verdad y la Suprema Belleza; el funeamento del ser, al que remite toda bsqueda de ".~.mtido, y la fuente de la vida, que subyace en toda actividad y a la que se ordena toda accin y toda obra creadora?

    Hay una esttica teolgica, no slo por la belleza formal, literaria, que puedan revestir los escritos del telogo, sino, ms radicalmente, por la magnificen-cia misma de aquello sobre lo que versa. Por eso, como declaraba no hace mucho el Cardenal Ratzin-ger, "un telogo que no ama el arte, la poesa, la msica, la naturaleza, puede ser peligroso. Esa ceguera y sordera para lo bello no es cosa secunda-ria; se refleja necesariamente tambin en su teolo-

    , "2 gta . y hay tambin una verdad del arte, entendiendo

    aqu por verdad no slo coherencia, sino adecuacin a la realidad de las cosas. Toda obra de arte, incluso la ms puramente imaginativa, la que ms honda y radicalmente es fruto de la capacidad creadora de su autor, dice relacin, a su modo, al mundo de lo real, al mundo en el que el hombre vive, y, de una forma o

    2. J. RATZINGER y V. MESSORI, Illforme sobre la fe, Madrid ]985, p. 143.

  • Prlogo 11

    de otra, remite a l y compromete con l. Incluso los ms radicales defensores del arte por el arte, como un Oscar Wilde y, sobre todo, un Baudelaire, no dejaron de vincular el arte al valor; y el rechazo de toda subordinacin del arte a la moral ha acabado por reclamar, ms pronto o ms tarde, la apertura a una moralidad, al menos supuestamente de orden

    supenor. Tolkien, en todo caso, lo percibi y vivi con

    particular agudeza. La creacin literaria se presenta a sus ojos como empresa que trasmite un sentido profundo del hombre y del vivir. "Si la literatura -escribe en una de sus cartas ensea algo es esto: que hay en nosotros un algo eterno, libre de miedo y de cuidado, y que puede por tanto mirar las cosas que en esta vida llamamos malas con serenidad (es decir, no sin dejar de apreciar su condicin, pero sin que puedan perturbar nuestro equilibrio mental)"3. y la literatura trasmite ese mensaje porque, al situarnos ante lo bello, permite captar la almona profunda de lo real; una armona que no excluye los contrastes la experiencia del mal ,pero que los asume al mostrar su sentido en la obra de conjunto.

    Llegamos as al sentido cristiano de la obra de Tolkien, que Jos Miguel Odero pone de manifiesto, con tino y agudeza en el largo ensayo conclusivo destinado a hablar de la mitologa tolkiniana, yen el que nos ofrece una eficaz clave para su lectura. En la produccin literaria de Tolkien el cristianismo est

    constantemente presente, aunque nunca, o caSI nunca, es nombrado. Ajeno a todo moralismo, ms

    3. H. CARPENTER, The Leftas o/ J.R.R. Talkien.94. Londres 1981, p. 106.

  • J. R. R. T olkien. Cuentos de Hadas

    .jeal ~d"::>LanJI.) profundamente lodo intento de nJJu~ir fUi"i.iva y forzadamente cualquier dimen-31dil IIIvral no reclamada por la narracin misma, Tt)lkl..:n supo, en cambio, incorporar el sentido ~.-isti(tl1o de las cosas a todas y cada una de sus creaciones. Las obras literarias fueron para l eso: creaciones, obras de su fantasa, mundos de los 4ue el mismo era el autor. No hay ~n sus libros rt:krt'l1cias nominalmente cristianas. Pero la idea e~lruClural que preside sus crcacine . .;; literarias reneja, transportada a un univ~r:::o distinto, el esp-ritll que rige la Creacin en el ~entido fu('rte de la palabra, es decir la oora realizada por Dios mismo. Quien lea a Toikien no encontrar el nombre de Cristo. pero, si se ha compenetrado con lo que lea habr adquirido una visin, un esvritu o un talante que k ayudar a mirar con ojos cristianos la realidad concrda en que vive. El mito tolkiniano no era, a fin de cuentas, otra cosa que una reproduccin en el universo propio de la creacin literaria, del sentido presente en las cosas mismas, en cuanto reflejo y cfecto del desiguio salvador y amoroso de Dios Padre.

    J OS LUIS ILLANES MAESTRE

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    Introduccin a Tolkien

    A /glJllOs rasgos biogrficos

    El 3 de enero de 1892 naCa en Bloemfontein (Surfrica) John Ronald Reuel Tolkien. Su padre Arthur Tolkien haba ernigrado de Inglaterra y trabajaba como empleado de banca; falleci cuatro aos despus a consecuencia de unas fiebres reum-ticas, mientras su mujer Mabel y sus dos hijos, Ronald y Hillary, se encontraban de vuelta en el Reino U nido.

    La pequea familia Tolkien, con graves dificul-tades econmicas, se establece en un pueblecito cercano a Birmingham. Ronald aorarla siempre esos aos infantiles en la campia inglesa. Su madre le ensea, entre tanto, dibujo; tambin le da clases de msica y de latino A l le encanta or cuentos e inventar lenguajes "nuevos".

    Mabel ToJkien se convierte al catolicismo en el ao 1900, a pesar de la fuerte oposicin de parientes y amigos. Cuando en medio de estas contrariedades muere de diabetes, Mabel Tolkien slo tena 34 aos y su hijo Ronald doce. El ejemplo cristiano de

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    su madre y la impresin de esta tragedia le mover desde entonces a ser un catlico practicante, fuerte y lleno del realismo de la fe: un hombre optimista, pero que no espera demasiadas satisfacciones de esta vida.

    Un sacerdote amigo de la familia, Francis Morgan, se hace cargo de la educacin de los dos hermanos Tolkien a costa de su propio patrimonio familiar.

    Ronald ingresa en la escuela King Edward y enfoca su inters hacia las lenguas antiguas: Latn, Griego, Middle English y Anglo-saxon.

    En 1911 gana una plaza en el Exeter College de Oxford. Su posterior titulacin como Bachelor 01 Arts casi coincidir con el inicio de la Guerra Mundial. Contrae matrimonio con una joven aficio-nada al piano Edith Bratt, que era novia suya desde los 18 aos , pero enseguida es militarizado. Destinado como oficial de infantera al frente de Somme (Francia), enfel'ma y debe ser repatriado a los seis meses. Ha tenido tiempo para experimentar los horrores de una guerra de trincheras y tierra devastada; una guerra que le arrebatar adems sus mejores amigos. Durante su convalecencia en Ingla-terra comienza a pergear el proyecto de una "mito-loga britnica": algo de 10 que luego sera publicado en El Silmarillion. En 191810s Tolkien se instalan en Oxford porque Ronald est colaborando en el New English Dictionary; 'a a comenzar tambin su labor docente.

    La Universidad de Leed~ le confiere la ctedra de Lengua Inglesa; pero en 1925 Oxford le llama de nuevo como Profesor de Anglo-saxol1. All desa-rrollar el resto de su vida familiar, acadmica y literaria.

  • Introduccin a Tolkien 15

    El inicio de su obra narrativa est vinculado a la inversin de tiempo e imaginacin que dedicaba Tolkien a la educacin de sus cuatro hijos; exponen-tes de ello son El Hobbit, Mr. Bliss y las Cartas de Pap Noel.

    En Oxford se reuna semanalmente con e.s. Lewis, Charles Williams y otros profesores, para charlar de literatura y comentar sus respectivas obras. Ellos se denominaban The Inklings.

    Ante el xito comercial de El Hobbit (1937), los editores pidieron una continuacin ms extensa, que seria El Seor de los Anillos (1954-1955).

    Jubilado desde 1 959, Tolkien se dedic ya slo a escribir. En los aos sesenta El Seor de los Anillos llega a ser un best-seller mundial; T,' kien recibe un Doctorado honon's causa y una condeco-racin nacional (Commander 01 the Order 01 the British Empire). Su esposa fallece en 1971 y l mismo poco despus, el 28 de agosto de 1973. En la sepultura de ambos quiso grabar los nombres de los dos enamorados que protagonizan su mejor poema de amor: Beren y Lthien.

    Obras

    Slo describiremos a continuacin las principa-les obras tolkinianas de creacin literaria narrativa que, hasta la fecha, se han publicado. El profesor Tolkien cuenta adems con una copiosa produccin cientifica: estudios filolgicos y ediciones crticas de obras anglosajonas arcaicas, como la de Sir Ga wa in and lhe Green Kniglzt (1925) y la de Ancrene Wisse (1962). Adems, desde 1911 public con asiduidad poemas y articulos varios.

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    ".t'/ H obbi(' ( 1937) Desde ni'lo Tolkien gust l1luchu ck bs cUentos,

    de los relatos "de dragones verdes". Cuando form su propia familia, hall la oportunidad de convertirse en relator oral del mismo tipo de narraciones. Adems, para su club literario, The lllklilZgs. sola componer poemas de rima fcil. llenos de comicidad y jller,ns de palabras; en otras ocasion,;s pfcparaba relalos "de tono arcaico".

    En 1930 ya haba escrito gran parte de un cuento: The f!obbit. Su protagonista, Blibo Bag-gins, es un cmico personajillo que se ve obligado muy a su pesar a realizar un largo viaje para rescatar el tesoro que custodia un dragn. Las mltiples peripecias de la aventura van creando un coherente "universo ficticio" que, poco a poco. se sita en cuanto a geografa, cronologa y personajes dentro del graIl cuadro mitolgico que Tolkien vena traba-jando Jesde 1917. El tono cmico conque se inicia el relato tambin deja paso a elementos picos: el infeliz Bilbo va fortalecindose al comps de las peripecias que debe afrontar; la narracin S:: puebla de elementos heroicos.

    En Tlle Hobbit Tolkien caracteriza y perfila varias razas que seran incorporadas a su mitologa: los Hobbits, los enanos (Dwarves), los elfos (E/ves), los homores (morlal AJen) y los orcos (Ores).

    (lEI Seior de los Anillos" (1954-1955) Los editores, ante el xito de E/ Hobbit,

    solicitaron a Tolkien "un nuevo Hobbit", ms extenso, con personajes semejantes y, a ser posible, que fuera continuacin del anterior relato.

  • Introduccin a Tolki~, 17

    T olkien comienza a pergear la nueva narracin en ratos perdidos. Cuando est en curso la 2. a Guerra l\lunJial es ya capaz de leer algunos captu-los en The Ink/ings. Pero la gnesis de su obra magna se prolongar hasta 1955, debido en parte a su consiLlerablc extensin un millar de pginas, distribuLlas en tres volmenes .

    A partir de la figura de los Hobbits sntesis de la vulgaridad y del herosmo pot~ncial que caracte-rizan al pueblo ingls y alrededor del Anillo mgico que haba hallado Bilbo en sus correras, Tolkien construye un relato de gran porte, deci-didamente pico y plenamente inserto en la historia y en la geografa de su mundo mitolgico.

    Sobre Frodo Baggins, sobrino de Bilbo, recae la misin de transportar un Anillo de Poder, una peligrosa arma que debe ser destruida. La raza de los Elfos y la de los Hombres Mortales se suman al reparto de esta cancin de gesta. El viaje de Frodo por la Tierra 1--fedia es una sucesin de aventuras emocionantes, narradas con increble verosimilitud. Todos los elementos narrativos parecen tener "su historia", que es slo aludida de pa~o en el relato, pero cuya coherencia engendra una fuerte impresin de credibilidad. Por otra parte, la antropologa de Tolkien es sumamente slida y acie11a una y otra vez al caracterizar cmo las pasiones y actitudes -temor, esperanza, orgullo, prudencia, ambicin-desembocan en la fortuna o en la perdicin de sus

    perSOIUljes.

    Los tres cuento:, breves (1945-1967) LOS tres cuento, breves publicados en espaol

    son los nicos yU ', Tolkien escribi para el gran

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    pblico y que luego dio a la imprenta: Leaf by Niggle (1945); Farmer Giles of Ham (1949); y Smith of Wootton Major (1967).

    Egidio, el granjero de Ham es un ejemplo caracterstico de los relatos humorstico-arcaicos que Toikien gustaba leer en las veladas de los jueves en el club The Inklings: la astucia de un dragn medieval fracasa ante la b11ena suerte de un granjero cazurro, pero que sabe SfT ladino y prosperar.

    Hoja de Niggle y El herrero de WoottOll Afajor tienen, por el contrario, un marcado carcter lrico y, muy posiblemente, autobiogrfico. En el primero, Tolkien desarrolla lo que podra denominarse una "escatologa potica": el "ltimo viaje" de un artista modesto, que ha sido pintor de un solo cuadro. Tolkien no es esteticista: la actitud artstica es para l slo una dimensin de la vida humana; la sublimidad de la inspiracin no exime al artista de sus deberes ticos, ni justifica que se considere superior a los dems. Pero es difcil que el poeta pueda evitar la vanidad, y la vanidnd ensombrece el brillo "divino" de la obra artstica. Esa vanidad debe ser curada, purgada. Niggle dedic su vida a pintar su ideal: una hennosa hoja de rbol, que fue enriqueciendo progresivamente con el resto del rbol, su entorno y paisaje. Con el repen-tino viaje que se le anuncia debe abandonarlo todo y tomar el tren hasta llegar a un hospital-crcel. All escucha cmo los mdicos discuten sobre su posible curacin y el tratamiento adecuado. Este tratamien-to es muy duro para l: trabajar como pintor de brocha gorda. Pero un da aquello llega a su fin y otro tren lo lleva a una estacin insJita que tjc~Ie su propio nombre: NIGG LE. Y all dcscl!br~

  • Introduccin a Tolkien 19

    ms inslito: en aquel lugar existe el rbol, la hoja y el paisaje que l pintara. Das y das Niggle se entretiene feliz en descubrir detalles nuevos de aquel lugar e incluso se atreve a embellecer aquel jardn ayudado por un vecino; luego comenzarn a atraerle las montaas lejanas ...

    Hoja de Niggle es, en palabras de Tolkien. un cuento "de purgatorio", que expresa admirable-mente una de sus intuiciones de artista cristiano: la belleza imaginada hoy, ser, por don de Dios, belleza realizada y perfeccionable en los "nuevos cielos y la nueva tierra" que Dios recrear tras el Juicio Final.

    El herrero de Wootton !l1ajor es un joven que, comiendo un pastel, traga la "estrella mgica" escondida por el Cocinero. La estrella iluminar sus ojos y le abrir las puertas del mundo nuevo y bellsjmo de Fantasa. Tolkien concibi siempre como un don la capacidad escapista que engendra y propaga la buena literatura de ficcin. De ese don, de esa sensibilidad para la belleza, dir que l mismo lo haba recibido en estrecha conexin con su fe cristiana. Cristo fue para l quien le abri las puertas de la Verdad salvadora y de la Belleza. Cristo es tambin el Rey de Fantasa, que en este cuento aparece disfrazado de "Cocinero" y escondido en la humildad del Pan eucarstico.

    En este cuento Tolkien, cuatro aos antes de morir, plantea la esperanza de una continuidad en su labor creadora a travs de una providencial trans-misin del/licero, una luz misteriosa que es llave de belleza suprasensible.

  • ':'u J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    "Las Carlas de Pap lvoel" (1976) y "/111'. Bliss" (1982)

    Se trata de obras menores, pero muy ilustrativas del hondn de su personalidad. N ada ms ajeno a Tolkien que el mito del "arte por el arte" o el culto al mito del artista-divo. Magnfico exponente de ello E)Jl estas Cartas esplndidamente editadas , que T olkien escribi para sus hijos menores, desde 1920 hasta 1940, asumiendo ficticiarnente la perso-nalidad de Father ClzriSi'lIlas y dl!rrochando fanta-sa, humor y cario.

    Mr. Bliss es un brevsimo cuento, de lneas muy tradicionales y de tono suavemente humorstico, escrito e ilustrado tambin para los hijos pequeos del escritor.

    Ambas obras estn editadas primorosamente como facsmiles, recogiendo la caligrafa y los dibujos del autor.

    "El Silmarillioll" (1977)

    Los primeros apuntes para este libro se re-montan a 1917, cuando Tolkien esboza algunos hitos de una "historia" mitolgica de tono anglo-sajn. As va redactando el llamado Tlze Book 01 Los! Tales.

    Como atestigua Christopher Tolkien en el pr-logo a esta obra, su padre trabaj en ella hasta el da de su muerte, aadiendo nuevos relatos, coordinan-do cuidadosamente toda la cronologa, la geografa y las genealogas; y enrqueciendo la trama histrica al hilo de sus reflexiones filosficas y teolgicas.

  • Introduccin a 'Tolkien 21

    Esta mitologa constituye la "prehistoria" de El Se:lor de los Anillos y su escenario. Por eso Tolkien hubiera deseado publicar unidas ambas obras. El Silmarillion es una antologa de los relatos y poemas rns significativos de The Book 01 Lost Tales.

    La apariencia histrica de El Silmarillion reside en su estructura misma, pues se presenta como un conjunto de cinco relatos diversos e independienles, debidos a plumas supuestamente dil~rentes que recogeran, a su vez, otras tradiciones orales y escritas. "Mi padre aclara Christopher Tolkien en el Prlogo habia llegado a entender The Si/madI/ion como una recopilacin, un com-pendio narrativo ... ; es una concepcin que encuen-tra un exacto paralelismo en la historia efectiva del libro", confeccionado a 10 largo de medio siglo y peridicamente retoca"'''O. De modo que 'esas viejas leyendas llegaron a sel el vehculo y el depsito de sus ms profundas m;ditaciones. En sus ltimos escritos, mitologa y poesa han dejado paso a intereses de orden teologico y filosfico".

    El primer y segundo relato tienen un tono estrictamente mitolgico y revelativo, pues narran los inicios mismos de la historia. Son el Ainu/indale (La Msica de los Ainur) y el Valaquenta. Pero las tres cuartas partes del volumen recogen los Quenta Si/maril/ion; poemas, crnicas y relatos sobre la historia de los linajes de elfos y de algunos hombres heroicos: Thingel y Melian; F eanor, el artfice orgulloso de los tres Silmarilli y fautor del trgico destino de su estirpe, los Noldor; las intrigas de Melkor que determinan la desolacin y ocultamiento de Valinor; la suerte de los reinos de elfos y hombres en las primitivas "tierras medias" del Beleriand; la

  • 22 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    historia de Beren y Lthien, en quienes se emparen-tan los elfos y los hombres; las grandes batallas contra Melkor y la cada de Doriath y Gondolin; los grandes reinos lficos. Por ltimo, el viaje de Earendil a Valinory la intervencin apocalptica de los Valar al final de la Primera Edad.

    Los dos restantes relatos del libro son el Akalla-bellz (La cada de Nmenor) y un memorial "Sobre los anillos de poder y la Tercera edad".

    Adems de mapas e ndices onomsticos, el editor incluye en el volumen un pequeo dicciona-rio de Quenya y Sindarin (los dos idiomas lficos) junto a algunos apndices sobre pronunciacin.

    "Unfinished Tales 01 Nmenor and Aliddle-eartlz" (1980) Christopher Tolkien es tambin el editor de esta

    obra pstuma que rene diversas narraciones ms o menos elaboradas, muy diversas entre s, que no forman un todo uniforme, ni pretenden ser como The Silmarillion la historia de la Tierra Media en sus eventos ms importantes. El libro es tambin una antologa de The Book 01 Los! Tales.

    Estos relatos tolkinianos desarrollan algunas historias aludidas ya en The Silmarillion y en The Lord ollhe Rings; historia:' correspondientes a las tres Edades all contemplacas: la llegada de Tuor a Gondolin, la lucha de I rin contra el dragn Glaurung, los reyes de la isla de Nmenor, la historia de Galadriel y Celeborn, los inicios de los reinos de Gondor y Rohan, los viajes de GandalL el origen de los Dredain, de los Istari (Gand~lf. Saruman, etc.) y de los Palantiri (]a~ pi('drfls de

    tclccomuni~acin).

  • Introduccin a T oIkien 23

    tlThe Letters oi J.R.R. Tolkien" (1981)

    Su bigrafo, H. Carpenter, ha reunido en este volumen 354 cartas de Tolkien dirigidas a familiares, amigos, lectores y editores desde 1914 hasta 1973, seleccionando las que son ms relevantes para explicar la gnesis de la obra tolkiniana y para interpretarla.

    "The Book oi Lost Tales" (1983-1984)

    Aunque El Silmarillion recoga los relatos ms importantes de la mitolgica historia de la Tierra Media, se trataba indudablemente de una antologa de textos, realizada por Christopher Tolkien entre un material literario mucho ms rico. El mismo ha emprendido ahora la tarea de editar todo ese material escrito por su padre, bajo el ttulo Tlze History 01 Middle-earth.

    Los dos primeros volmenes de esa historia han aparecido ya y se titulan El libro de los cuentos perdidos. Recogen las primeras redacciones de los temas mitolgicos que Tolkien comenz a crear en 1916. Tienen un hilo narrativo: el viaje de Eriol, un hombre que arriva a la isla donde habitan los elfos y escucha de sus labios la historia del mundo.

    A estos volmenes seguirn pronto otros dos: La;s 01 Belen'and y 17ze Shapping 01 Middle-earth.

    La edicin contiene las diversas versiones que Tolkien fue redactando sobre los mismos temas. Los comentarios de ChristopherTolkien sitan con toda precisin cada relato en su contexto v lo relacionan

    con El Silmarillioll.

  • 24

    El escrilOr

    "1'vlaiana de un da primaveral de 19 7 ... Aparco mi coche, abro la puerta del jardn, recorro un pCljUCO camino entre rosales y toco el timbre de la puelta. Abre el profesor Tolk;n. Es ligeramente ms bajo de lo que pensab"'.. En cuanto llle pfcsento, su mirada algo defensiva deja paso a una sonrisa. 1'vle cstrecha la mano con firmeza. Una vez en su despacho, extrae la pipa del bolsillo de s chaqueta de mezclilla y comienza a hablarme de la carta de un lector que seilalaba una aparente contradiccin en El Selior de los Anillos. Explica la cucstin con gran detalle, hablando de su libro corno si fuera una crnica de acontecimientos de actualidad y no una obra de ficcin; parece un historiador que debe esclarecer el pasaje oscuro de algn documento histrico. No puedo entender todo lo que est diciendo. Tiene una voz extraa, profunda, entera-mente inglesa, pero con algo indctinible, que parece provenir de otra era o de otra civilizacin. Adems, durante un buen rato no habla con claridad, porque las palabras fluyen en oleadas vehementes ... Mien-tras est hablando se mueve continuamente, con una energa incansable... Con los ojos fijos en algn objeto distante parece haber olvidado que yo estoy all, mueve su pipa y habla a travs de la boquilla. Se me ocurre que por toda su apariencia. Tolkien se asemeja al tpico 'don' (catedrtico) de Oxford; a veces casi parece estar dramatizando su caricatura. Pero eso es precisamente lo que l no es. Sucede ms bien como si algn extrao espritu hubiese adoptnoo el disfraz de viejo pro-fesor. El cuerpo bien puede estar en este cuar-tito de Oxford, pero la mente est muy lejos,

  • Introduccin a Tolkien 25

    vagando ~or las llanuras y montaas de la Tierra tvedia" l.

    Estas fueron las impresiones de H. Carpenter en su primer encuentro con Tolkien, descrito en las primeras pginas de su biografa. Para escribirla Carpenter pudo acceder a una documentacin ex-cepcional: los papeles personales de Tolkien y los recuerdos directos de sus familiares y amigos. Por eso titula su obra Una biografa autorizada.

    Divide la vida de Tolki(;i1 en seis periodos: los aos que preparan su obra literaria (1892-1916); el pmyecto de su mitologa (1917 -1925); la gestacin de El .liobbit y de El Seor de los Anillos (1925-1949); la etapa del ~,:to (1949-1966); Y sus ltimos aos (1969-1973).

    Tolkien tenia cie:ta prevencin contra las bio-grafas: "investigar l~ vida de un autor es un modo enteramente intil y falso para aproximarse a sus obras" deca ,y aada luego: "probablemente nunca escribir ninguna autobiografa, porque va contra mi temperamento, que se expresa sobre las cosas ms profundamente sentidas mediante cuen-tos y mitos". Sin embargo, esta y otras muchas opiniones tolkinianas recogidas en el libro de Car-penter son indudablemente muy valiosas para los lectores de sus ficciones.

    La magia de la palabra La "garra" de la obra tolkiniana se explica

    objetivamente por la feliz fusin de elementos mitolgicos y poticos sobre un hilo argumental

    l. CARPENTER, H.: J.R.R. Tolkien: The Authorised Biography. ABen & Unwin, Londres 1977, pp. 11-14 passim.

  • 26 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    narrativo. Tolkien era, a la vez, poeta y narrador. La vena mitolgica apareci en l como consecuencia de su vocacin filolgica. Sra un enamorado de la palabra y de las lenguas. lleg a dominar multitud de dialectos antiguos sajO'fleS, alemanes yescandi-navos. Una palabra ancestral le sugestionaba ms que la msica; despertaba en l una fuerte excitacin emocional que a menudo se prolongaba en la creacin de un relato.

    La creacin literaria tolkiniana se apoya en la creacin filolgica. Tolkien desarroll a lo largo de sus obras dos sistemas lingsticos originales: el Quenya, muy influido por el finlands, y el Sindan'n, fundado en la fonologa galesa.

    Al hilo de las nuevas palabras surgan en su mente los mitos, que se entrelazaban luego en una original mitologa. El intento ms ambicioso de Tolkien fue completar la obra que dejara inconclusa un gran amigo suyo, G .B, Smith: crear una mitolo-ga de la lengua inglesa que desentraara las races ms hondas de la nacin britnica, su paisaje y el carcter de sus gentes. Tolkien llam la atencin en varias ocasiones sobre el aire "familiar" de sus personajes y de los ambientes rurales de su mundo fantstico: "La Tierra Media es nuestro mundo", "Yo soy de hecho un hobbit en todo, menos en el tamao, Porque me encantan los jardines, los r-boles y las antiguas tierras de labor; fumo en pipa y prefiero la buena comida casera (no congelada), me gustan las setas, tengo un sentido del humor muy socarrn, me acuesto tarde y me levanto tarde, y no viajo demasiado" 2,

    2. hid., pp. 98; 179-180.

  • Introduccin a T oIkien 27

    Las historias o mitos surgieron de su pluma espontneamente. Tolkien hablar de un "creci-miento vegetal" de su obra, porque las semillas de las palabras se desarrollaron por s mismas "en el sustrato de lo olvidado", en la cultura inglesa (sajona, europea y cristiana) que puebla la imagina-cin del autor. El slo actu como un jardinero, seleccionando, encauzando, para guardar la arqui-tectura y la coherencia interna.

    En ese sustrato es donde hay que buscar la identidad anglosajona y cristiana de la obra tolki-niana y no en un proyecto a prion', ni en inten-cionados paralelismos: "Me disgusta la alegora all donde la husmeo", sola repetir con fuerza.

    La aventura de hacer mitos

    Tolkien comienza a escribir relatos de comn acuerdo con C.S. Lewis "encontrbamos !Y1.uy poco de 10 que nos gusta en los relatos que uno poda leer". As decidieron repartirse el trabajo de crear una nueva literatura de ficcin: Lewis operaria sobre la base de un alejamiento espacial de la realidad inmediata (space-travel), mientras Tol-kien ensayara el modelo del time-travel, es decir, situara sus narraciones en una Inglaterra pre-histrica, anterior a la actual configuracin de continentes y tierras.

    En cualquier caso, la forma del relato deba ser enteramente inventada y creada; no as la materia, el sustrato, los elementos culturales que lo integran. No se trataba de una fantasa arbitraria, porque los cuentos "aparecieron en mi mente confiesa Tol-kien como cosas dadas. Siempre tuve la impre-si:'n de estar rcgistn~ndo lo que ya cstaba all de

  • J. R.R. Tolkien. e ueillo~ de Hadas

    algn modo, y no de estarlo inventando" 3. De ah el trabajo ir::,~ente del ~utor para dar forma "hist-rica" al relato, cUlislruir una cronologa coherente y una geograna detallada en mapas minuciosos.

    La tOl,i. "histrica" historia simulada es la (iJlutcsis de la alegora, porque el sentido del relato nunca es impl'esto por el autor. La aplicabilidad de la historia narrada a ia realidad puede resultar muy variada en funcin de la mentalidad y de la expe-riencia de los posibles lectores, ya que "se funda -dice T olkien en la libertad del lector".

    La real "aplicabilidad" que siempre debe ser libre distingue los relatos de Tolkicll de otros cuentos y ficciones; l siempre dcfendi que sus relatos eran "algo ms que una stOI)'''. Charl mucho con C.S. Lewis sobre la naturaleza de la creacin litcraria, la "mythopoiesis", la produccin de cuentos. Ambos se denominaban a s mismos philomylhs, mitfilos o cuentfilos.

    JvJptq(sica literaria Tolkien desarroll una autntica "mdfisica de

    la literatura" muy en contacto con la teologa cristiana de la Creacin. Si las palabras son inventos

    humanos que nos conducen hacia conceptos e ideas acerca de la realidad, los mitos son igualmente humanas invenciones para aproximamos a In ver-dad. Porque venimos de Dios, inevitablemente nos surcan las olas de los mitos, ya que, construyendo mitos, convirtindose en un subcreador, imitando al Creador mediante la creacin artstica, el hombre

    3. bid., p. 180.

  • Introduccin a T olkien 29

    puede aspirar al estado de perfeccin natural que COHoc lites de la Cada.

    Los mitos no son simplemente "mentiras", ficciones. Aunque los mitos contengan errores, reflejarn siempre algn fragmento de la eterna

    verd~!d, de la verdadera luz que est junto a Dios. Aunque vengan descaminados, aspiran arribar siem-pre al verdadtro puerto de la existencia humana.

    Tolkien entenda que, por esta razn, deban privilegiarse los estudios humansticos, pues el peligro fundamental de nuestra civilizacin no se centraba ya de hecho en la fascinacin de una alternativa esttica o intelectual frente al Cristia-nismo, sino en el culto a un "progreso" deshumani-zado ajeno al valor de la belleza contemplada; una idea materialista del progreso capaz de arrollar a las personas individuales, propicio a destruir la Naturaleza, eljardn que Dios regalara al hombre, al socaire de la plullficacin econmica.

    El ecologismo "hobbit"

    Resulta interesante rastrear en El Seor de los Anillos el pccuiiar "ecologismo" de Tolkien; sobre todo en la forma rebelde y crtica que adopta cuando canta patticamente la belleza perdida de las tierras devastadas de Mordor. Hay, naturalmente, elemen-tos autobiogrficos en .asas estupendas descripcio-nes de tierras calcinvdas: hay recuerdos de su experiencia en las trir cheras durante la Primera Guerra Mundial y tambin la nostalgia. de los paisajes it.gleses arruinados por un industrialismo ciego e inexorable. A veces su disgusto alcanza notas mayores. El carcter de Tolkien pareca, en este punto, poco britnico: "Nunca afirma Car-

  • 30 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    penter fue moderado: el amor, el entusiasmo intelectual, el disgusto, la angustia, la incertidum-bre, la culpabilidad, la risa, cada una de estas emociones era vivida en su alma con exclusividad y plenitud, y no permita que de momento fueran modificadas por otras. Por eso era un hombre de profundos contrastes" 4.

    As se explica su aversin pasional al industria-lismo que desnaturaliza el medio ambiente, y a la tcnica irresponsable que lo hace posible, encar-nada por Tolkien en el personaje del mago Saruman. En 1958 pronunci un brindis en el curso de un banquete "hobbit" ofrecido por sus admiradores holandeses: "He buscado ya por el Este, el Oeste, el Norte y el Sur, pero no he visto a Sauron; sin embargo, he comprobado que Saruman tiene mu-chos descendientes. Los,:lobbits como nosotros no tenemos armas mgicas contra ellos. Entonces, mis queridos hobbits, propo,.~go este brindis: Por los Hobbits. Que puedan superar a los Sarumans y que vean nacer de nuevo los rboles" 5.

    Un escritor cristiano Desde la temprana muerte de su madre en 1904

    -cuando ya era hurfano de padre ,Tolkien conoci un profundo sentido de la provisionalidad y contingencia de todo acontecimiento de la vida presente. "Nada comenta Carpenter estaba a salvo. Nada quedara. Ninguna batalla estara ga-nada para siempre" 6. Un cierto sentimiento de

    4. bid., p. 133. 5. hid .. p. 228. {j. bid .. p. 39.

  • Introduccin a Tolkien 31

    tensjn debe acompaar siempre la vida humana sobre la tierra. Las profundas convicciones cristia-nas de Tolkien sobre todo el dogma del pecado original y la Redencin le llevaban a una actitud esperanzada que anidaba en un pesimismo relativo: si la imperfeccin y el acabse son el estigma .. ,.,! la vida presente, toda imperfecdn es pas~.jera, y tampoco el mal podr imponerse definitivamente. Pero la victoria definitiva sobre el mal nunca es la victoria de los hombres.

    Un crtico tan perspicaz como C.S. Lewis no dej de sealar la importancia capital que posee para el sentido de El Seor de los Anillos la larga coda final: "deja una impresin de profunda melan-cola. Despus de la eucatstrofe, tiene el cfecto de recordarnos que la victoria es tan pasajera como el conflicto y que (como deca Byron) no hay mora-lista ms severo que el placer" 7.

    Su fe cristiana le permita adoptarfundadamente un cierto escepticismo antc los dolos del progreso tcnico, ante la utopa de un cercano paraso terrcnal, ante la prepotencia de los superhombrcs; pero su escepticismo se desbordaba muy britni-camcnte en sentido del humor, un humor amable y no acre. El humor de Tolkien conclua siempre reflexivamente, es decir, rindose de s mismo; de este modo, actuaba como termostato de su impe-tuosidad: "Era realmente muy humilde reconoce

    Carpcnter . Esto no significa que no fuera cons-ciente de sus propios talentos, porque tena una idea pcrfcct?mcntc adecuada de lo que era capaz de h

  • " , ... /' . -

    J.R.R. Tolkiell. Cuentos de Hadas

    proksor y escritor. Pero no consideraba que t!::>tos talentos fucs~n especialmente importantes y no tcna un personal orgullo en su propio modo de ser. Lejos de esto, adopt un punto de vista cas trgico sobre si mismo, como hombre dbil. Pero su huma-nidad tambin produca otro efecto: un profundo sentido de comedia, que naca de su propio autorre-trato como uno ms entre los miembros dbiles del gnero humano. Poda rerse de todo el mundo, pero sobre todo de s mismo y la completa ausencia de sentido del ridculo le hacan parecerse a menudo a un chiquillo revoltoso" 8.

    Indudablemente, en la gnesis de estas actitudes ha de encontrarse decididamente su profunda viven-cia del cristianismo. "La religin afirma Carpen-ter cra el elemento ms profundo de su personali-dad" 9. Cuando contaba con muy pocos aos de edad, pudo contemplar el ejemplo heroico de su madre viuda que, por convertirse al catolicsmo, tuvo que sufrir el aislamiento y la incomprensin de su nropia familia. Tolkien pens siempre que la muerte temprana de su madre habia sido conse-

    ;.encia de esos su'imientos morales a causa de la fe. Desde entonces Ronald nunca abandonara la Ivlisa diaria y los Sacramentos.

    Tolkiell y Lewis

    Resulta tremendamente interesante la influencia de T olkien en el descubrimiento del cristianismo

    8. /bid., p. 134. 9. bid., p. 133.

  • InttuJucci011 a '[0Ikicn 33

    que realiz, ya maduro, su amigo C.S. Lewis. Desde el agnosticismo, Lcwis fue acercndose a la fe por una va literaria.

    La aficin de Lewis a la mitologa le llev a un nuevo modo de considerar los misterios cristianos superando sus anteriores prejuicios. Descubri en los arios veinte the llew look ,que los "mitos" cristianos contenan ms verdad que la humana-mente comprensible y explicable. En 1926 conclua reconociendo que su bsqueda de la Alegra (the .Toy) era. en el fondo, una bsqueda a tientas de Dios. Desde 1929, cuando ya se reuna semanal-mente con Tolkien y otros profesores de Oxford en tertulias literarias, llega a verse a s mismo como testa. Pero Lewis no saba sortear un ltimo obstculo: qu influencia puede tener la Cruz sobre nosotros, si es algo que aconteci irrepetiblemente hace 2.000 aos? Tolkien dirigi su atencin hacia una analoga que Lewis conoca muy bien: los mitos. El Evangelio est lleno de poesa, pero en este caso la poesa de Dios ha sido hecha realidad.

    -Entonces, concluy Lewis jla historia de Cristo es el milO verdadero, que ha acontencido realmente!

    Doce das despus poda ya escribir: "Creo en Cristo". Y Tolkien consignaba con emocin en su diario: "La amistad con Lewis vale la pena, y auems de proporcionarme constantes alegras y consuelos me ha hecho mucho bien, por estar en contacto con un hombre honrado, valiente, inteli-gente maestro, poeta y filsofo y, tras una larga peregrinacin, amante por fin de nuestro Seor" 10.

    10, bid" p, 152.

  • 34 J .R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    Nada de alegoras

    El hondn cristiano de Tolkien no se compagi-naba, sin embargo, con etiquetas superficiales de catolicismo. Su profundo pudor, tan britnico, tena un fundamento ms serio lue un capricho psicol-gico: su conviccin de qu.. la fe es algo sagrado y trascendente. Le disgustaban los mitos del Ciclo del rey Arturo, precisamente por sus referencias expl-citas al cristianismo. Lo crstiano es demasiado real e importante para que pueda confundirse, siquiera sea formalmente, con elementos mticos, a veces poco ejemplares.

    La religiosidad y el cristianismo no pueden aparecer temticamente en el gnero que Tolkien cultiva: el cuento, el mito. Pero la gnesis "vegetal" del mito determina que todos los elementos de la experiencia intelectual y vital del escritor queden incorporados a su obra, que recibe inevitablemente la impronta de su autor. Por eso no es de extraar que Tolkien reconozca en El Seor de los Anillos, una vez salido de su pluma, el espritu del catoli-cismo, en cuanto l mismo lo llevaba vivo en su alma.

    En todas sus obras se pueden rastrear las huellas de los dogmas cristianos, las virtudes cristianas y las instituciones cristianas, pero siempre mediatizadas por el espritu del subcreador de un mundo fants-tico. La eficaca caracterstica de un buen cuento o relato de creacin fantstica reside en la capacidad de atraer al lector e introducirle en el "mundo" recreado por el autor.

    No sera lcito establecer paralelismos int.encio-nados entre person~jes o situaciones del mundo de la ficcin y la historia real de la Iglesia o los

  • Introduccin a Tolkien 35

    misterios de la fe. Las luces de lo cristiano slo aparecen en la obra literaria tolkiniana despus de reflejarse en muchos espejos.

    Se adivina, por ejemplo, una mente sabia y bondadosa que dispone estupendamente las aven-turas de Frodo; el lector inteligente la intuye en medio de las "casualidades" providenciales del relato, aun cuando el texto jams haga referencia a ella. Pero esa Providencia de El Seor de los Anillos no quiere ser ms que ... la providencia de Tolkien. El "dios" providente de esa obra se llama J.R.R. Tolkien y nada ms. A veces, Tolkien parece sonrerse y amaar demasiado evidentemente una situacin; todo cuadra demasiado bien: es la ironia del prestidigitador que sabe mejor que nadie que su magia tiene troco y puede permitirse la humorada de desvelar por un instante el encantamiento y la fascinacin del espectador, dejando vislumbrar los ases en la manga. Pero se trata tan slo de un fulgor instantneo, apenas una alusin, que no corta el hilo de la narracin. Esta es una diferencia fundamental entre los relatos de Tolkien y el estilo deLa histon'a interminable de Michael Ende.

    Sin embargo el subcreador Tolkien est conven-cido de que nunca se manifiesta ms plenamente como imago Dei como cuando imita a su Creador, "subcreando" a su vez un universo maravilloso y una historia emocionante:

    "El corazn humano no est mezclado con mentiras sino que arrastra cierta sabidura que proviene del Unico Sabio y que todava hace p:.'1sar en E1. A travs del hombre subcreador se refracta refulgente en mltiples matices una luz que proviene del nico foco Blanco y se comhina indcfinid:l.mente

    C" d " en lormas Vivas que se mueven e mente en mente .

  • J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    A~I se ~xprcsa el poema lvJytlzopoieLcs que Tolkiell Jed ,:0 n Lc\vis 11.

    En su cuento Hoja de Niggle, Tolkien plantea el sentido lleno de esperanza que la creacin artstica posee para un cristiano: el hombre puede completar la Creacin, contribuir a embellecerla, trabajando casi "codo l c'Qdo" con Dios; con la seguridad de que su trabajo, si es verdaderamente humano (ticamente), puede alcanzar de Dios el don de una sobrenatural pervivencia, la eternidad que forma parte de la ms honda aspiracin del artista.

    Buscar alegoras y paralelismos religiosos en las obras de Tolkien ser siempre forzarlas, violentar-las: '"No hay que sospechar la existencia de Alego-ra escriba Tolkien . Habr, supongo, una moral, como en cualquier cuento bien narrado. Pero no es lo mismo. Incluso la lucha entre la oscuri-dad y la luz (como algunos dicen, y no yo) es para m tan slo una fase particular del relato, un ejemplo de sus constantes, quizs, pero no la constante; y los actores son individuos que, naturalmente, con-tienen elementos universales, si no no estanan vivos del todo, pero nunca representan esos elementos como tales" 12. Comentando su cuento Smith oF

    Woof.lOIl !vIajor, aclaraba: "Como de costumbre no hay religin en el cuento pero, como resulta evidente, el Cocinero y la Gran Sala son una alegora (algo satrica) de una iglesia de pueblo y de un prroco rural, cuyos cometidos van decayendo rpidamente hasta perder cualquier contacto con las

    11. 1 bid., p. 194. 12. 1 bid., p. 206.

  • Introducin a Tolkien 37

    artes y quedarse lan slo en el mero comer y beber; la ultima sci1al de algo distinto pervive en un nio" 13. El dominio de la alegora comienza cuando algo se deja de concebir como teniendo real existencia extramental. Por eso Tolkien slo da cabida a la alegora en las hisLOrias protagonizadas por hombres.

    laciendo literatura

    La potica de Tolkien se fue perfilando a lo largo de sesenta aos, escrib~endo poemas, charlando por las noches sobre litertmra con otros "dons" (cate-drticos) de Oxford, '-nbando horas al sueo para sus historias y mitos despus de una jornada de trabajo en la Universidad, leyendo incansablemente la ms antigua literatura sajona, germana y escan-dinava.

    Un da de verano en 1930 la fuente comenz a brotar y Tolkien inici su obra. Correga exmenes de bachillerato para reforzar con unas libras ms su ajustado sueldo universitario. "Uno de los alumnos haba dejado misericordiosamente en blanco uno de los folios (es lo mejor que posiblemente puede ocurrirle a un examinador) y yo escrib en l: "In a Izole in the ground there lived a hobbit. (En un agujero en el suelo viva un hobbit). Los nombres siempre engendran historias en mi mente. Desde el principio pens que haba que encontrar a qu se parecan los hobbits. Pero era slo el comienzo" 14.

    13. bid., p. 245. 14. bid., p. 175.

  • 11

    Los cuentos de hac: ~s de J.R.R. Tolkien

    Introduccin: HOn Fairy-Stories" (1939) O" Fairy-Stories es el nico ensayo de Tolkien

    publicado hasta ahora donde reflexiona largamente sobre el sentido del gnero literario que le hizo famoso: los cuentos de hadas 1.

    El8 de marzo de 1939 pronunci una conferen-cia sobre este tema (The Andrew Lang Lecture) en la Universidad de St. Andrews. El texto, revisado, integr luego los Essays Presenfed fo Charles Williams editados por C.S. Lewis en 1947 (Oxford University Press, London; pp. 38-89). Nuevamente retocado por el autor, se reedit en 1964 dentro del volumen Tree and Leal, que inclua tambin algu-nos de los cuentos breves de Tolkien 2.

    l. Algunas sugerencias pueden hallarse tambi:::~ en Beo-wulf Tlle MOllsters and lhe Criries; es una conferencia suya recogida en An Amhology of Beowulf Criticism, L.E. Nichol-son (ed.), Notre Dame, Indiana 1963, pp. 51-103.

    2. Las referencias que se harn a continuacin estn tomadas d~ la edicin: Unwin Papcrha..:k, Londres 1 '17 S, pp. 11-79.

  • 1 ' J .1Z.R.loikic.;l1. CUt,;illU~ dI.! Hadas

    El ~nsavo como el mismo Tolkicll alluncia -desdl..: Ia-; prim'I':i::' lineas trata de respondel a tres

    cuestiones: ;,Qu son los cuentos d; hadas UIty-SlOril',) r. cul es su origen'?; para qu sirven'! 'llo

    ha~c a io largo de los seis epgrafes que integran su discurso.

    Ei primer epgrafe (Cuentos de hadas) es una introduccin lilolgica e histrica a este gnero literario, tratando de precisar qu elementos deben ser incluidos o desechados en su definicin.

    Luego Tolkicn pasa a la cuestin de sus Ol'lje-/les. En este punto, aclara que su inters no es la arqueologa de los temas y elementos literarios del gnero, sino la fundamentacin antropolgica del mismo, en cuanto el origen de estos relatos se inserta en el fenmeno del pensamiento y del lenguaje humano. Tolkien afimlar que la fantasa literaria gira alrededor de la invencin del adjetivo, que permite al hombre ser un "subcreador" y otorgar ciert~ ~onsistencia a los Universos Secundarios que finge. El cuento de hadas se relaciona espontnea-mente con tres grandes temas: el Hombre y su vida, la Naturaleza y Dios.

    Tasar el real valor literario de los cuentos de hadas exige de Tolkien una cierta apologa, aclaran-do un tpico dominante: si son o no "cosas de Ni/ios". Enseguida definir la esencia de la Fanta-sa y pasar a defender el profundo sentido humano de las tres grandes funciones de los gneros de fantasa: una cierta Restauracin o terapia, una sana Evasin y el Consuelo de la alegra.

    Cierra este ensayo un breve Eplogo sobre esa peculiar alegra que pueden producir los mejores cuentos de hadas. Tolkien sostiene que no es un gozo evasivo, sino un eco de la vida real; as esboza,

  • L~ ~u;;;nt0s de hadas de J .R.R. "1 vlJ\.i'::i1 41

    por ltimo, una cierta "teologa" cristiana de la literatura dl2: ficcin.

    La lectura del texto original viene dificultada, no slo por la acumulacin de matices eruditos, irni-cos o delibe-radamente arcaizantes que caracterizan el discurso de Tolkien, sino tambin por las conti-nuas referencias a ciertos autores y obras de la literatura anglosajona, nrdica y germnica.

    Pero habra que adelantar ya una aclaracin sobre el objeto mismo de este ensayo y la terminolo-ga empleada. Tolkien utiliza casi indistintamente las expresiones fairy-story y fairy-tale; a lo largo de su discurso va precisando cul es el significado y el sentido que a su juicio deben otorgarse a estas expresiones. Para su traduccin castellana hemos optado por la expresin "cuento de hadas", pero debe advertirse que el significado de esta expresin debe tomarse en sentido amplio, como "'relato verosmil de sucesos inventados, fingidos, fautsticos, que consisten slo en la imaginacin", o "historia inventada o fabulosa". Tambin podra denominarse "fbula" en cuanto narra sucesos ficticios representados para deleitar, pero teniendo en cuenta que no incluye necesariamente personifi-caciones, alegoras, n~ moralejas. Por lo que respec-ta a las "hadas", el mismo Tolkien aclara en su ensayo que este tnlHlO no designa cules sean los protagonistas de los cuentos o relatos, sino slo menta el carcter fantastico, "mgico" o "lfico" de los mismos.

    Las faby-stories son las historias fantsticas, los "cuentos de hadas" (fairy-tale) o los relatos fabulosos. Narraciones que se sitan en un Mundo Fantstico (Faerie, Fairyland), el mundo hermoso (fair) de Andersen y de Hoffmann o la isla donde

  • 42 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    vive Peter Pan: "El Mundo de los Cuentos es profundo y eminente, lleno de muchas cosas: pue-den hallarse all animales terrestres y alados de todo gnero; all existen mares recnditos y miradas de estrellas, una belleza encantadora y peligros siem-pre al acecho; la alegria y el dolor all son afilados como espadas. Un hombre puede tenerse por dichoso de haber vagado por ese M undo, pero su misma riqueza y bizarra traban la lengua al viajero que quiere describirlo. Y, mientras se encuentra dentro de l, es peligroso hacer demasiadas preguntas, no sea que se cierren sus puertas y las llaves se pierdan" (p. 11).

    En Fairyland

    Los autnticos Cuentos de Hadas no se recono-cen principalmente porque hablen dc hadas, de seres inexistentes o de situaciones imposibles, de ani-males que hablan o pequeos personajilJos; por eso no pertenecen a este gnero las fbulas de Iriarte, ni el Gulliver, a pesar de sus liliputienses. Tampoco el mundo de Alicia en el pa de las maravillas se sita plenamente en ese Universo, pues se presenta ms que como un sueo, un! pesadilla de Alicia, y pierde as lamentablemente aquella consistencia que busca y desea el lector en estos relatos de fantasa.

    El Mundo Fantstico no se nos revela por el mero artificio de idear seres fantsticos. Es ms: generalmente sern hombres de carne y hueso los protagonistas de estas historias del Mundo Peligro-so y no principalmente elfos ni duendes ni ~nanos. Para Tolkien, los inci'.:;rlos confines de este gnero

  • Los cuentos de hadas de J.R.R. Tolkien 43

    literario han de buscarse "en la satisfaccin de algunos deseos humanos primordiales. Y uno de estos deseos es sondear la profundidad del espacio y del tiempo; otro, corno se ver, es el de comunicarse con otros seres vivientes ( ... ). En la medida en que una narracin se demuestre eficaz para satisfacer estos deseos, se aproximar al genero del cuento de hadas y tendr el sabor de ste" (p. 20).

    La magia del adjetivo El origen de esta actividadJabuladora hay que

    buscarlo en la misma esencia de la mente y del lenguaje. La mitologa, en sentido amplio, l

  • 44 J.!< .. i\.. luikien. Cuentos de Hadas

    Los l:uentos fabulosos revelan as una diml.!l1sin insospechada del hombre: que el hombre es un sub-creador, un creador con ciertos lmites.

    Los cuentos de hadas podran asemejarse, pues, en arte culinario a un complejo plato de menestra, cuyos ingredientes se extraen de la realidad que percibimos. En un tiempo, se acentu su relacin con las fuerzas de la Naturaleza,persollificadas en mitos. Tolkien entiende que el horizonte a que se abren esos mitos o cuentos, es ms amplio: "los cuentos de hadas, entendidos como una totalidad, tienen tres caras: la Mstica dirigida a lo sobrena-tural; la kfgica dirigida a la Naturaleza; y la que es Espejo de crueldad y de piedad dirigida hacia el hombre" (p. 31).

    En lo mgico est el aspecto caracterstico de la fbula, aunque "Jo mgico puede ser usado a modo de Espejo del hombre; y se puede hacer de l, aunque no sin dificultad, un vehculo del Misterio" (p. 32).

    Quedan as apuntadas vetas riqusimas de sabi-dura antropolgica y quiz teolgica que pue-den albergarse en las mgicas colinas del Mundo fabuloso, y explican el encanto y comn aprecio hacia este tipo de relatos: "Narraciones del g~nero producen hoy un efecto mtico o total (no analizable), un efecto que es del todo independiente de los descubrimientos del Folklore Comparado, y que ste no est en condiciones de descalificar ni de explicar; porque abren un acceso a otro tiempo, y si por un instante somos capaces de superar ese umbral, nos hallamos fuera del tiempo que es nuestro, y quizs tambin fuera del Tiempo en s" (p. 36).

  • Los cuentos de hadas de J.R.R. Tolkien 45

    Cu.entos de nitlos

    Es un tpico para muchos calificar los relatos de fantasa, si no como perniciosos, al menos, como infantiles: son cuentos para niiios, a los que puede agradar cualquier exhuberancia de imgenes. Pero un adulto qu inters puede tener en esa literatura de iIllaginacin sino el mero descanso y evasin? Los cuentos de hadas se situaran a priori al margen de la inteligencia y del saber, en el puro ejercicio de la imaginacin irracional, y slo se mostrarn tiles para los adultos como .. istraccin y pasatiempo.

    "Sostengo atirm .. Tolkien de esta mentali-dad- que se trata de un error, debido en el mejor de los casos a un sentimiento mal interpretado; por ello incurren mximamente en l quienes por algn motivo personal, por ejemplo no tener hijos , tcl:len a considerar que los nios pertenecen a una especie propia, como a una raza diversa, o que son miembros normales pero inmaduros de una familia en particular y de la familia humana en general" (p. 38).

    Por el contrario muchas personas experimentan que su aficin por la ficcin "no disminuye con la edad, sino que aumenta" (p. 39). Ciertamente, esa aficin se encuentra en los nios, pero coexistiendo con otras tantas: el gusto por la historia, las ciencias naturales, la experimentacin ... El nio siente, tanto o ms que el atractivo de Faerie, el aprecio por la belleza de las cosas reales y concretas.

    Ciertamente, en los cuentos de nios se encuen-tra a menudo un contenido catico, "un revoltijo de elementos, fines y gustos dispares; pero a veces acontece hallar entre ellos algo verdaderamcnte

  • 46 J .R.R. Tolkicn. Cucntos dc Hadas

    valioso: una antigua obra de arte demasiado estro-peada, que slo la estupidez podra arrinconar" (p. 39).

    El subcreador Aludir a los nios y a su proverbial credulidad

    -i.De verdad?, es la pregunta obligada de este auditorio infantil ,no explica adecuadamente el aprecio por los cuentos ni el estado anmico de quien disfruta con tales narraciones: "no me parece una descripcin vlida de lo que sucede en realidad, y es que el inventor de un cuento se revela como un feliz subcreador, que construye un Mundo Secundario al que puede acceder la mente del que disfruta.

    Dentro de ese mundo es donde tiene cabida ese de verdad, en el sentido de lo que concuerda con las leyes que all rigen. En consecuencia, creen mien-tras estn por decirlo as dentro. En el mismo momento en que se manifiesta la incredulidad, ya se ha roto el encantamiento; y la magia, es ms, el arte, ha fracasado. Y entonces estamos de nuevo en el Mundo Primario, para contemplar desde fuera al pequeo y Hbortado A1undo Secundario" (pp. 40-41).

    Este estado de "Creencia Secundaria" es una experiencia muy comn, y la posee cualquiera que se haya "metido" en un juego, con sus particulares reglas: en un partido de ftbol o en una mano de bridge.

    Deseo de dragones Por tanto, Tolkien opina que no ha de buscarse

    la esencia de los cuentos en las cate1~oras de ~-

    realidad y de posibilidad, sino en h de deseabili-

  • Los cuentos de hadas de J .R.R. Tolkicn 47

    dad: "Si despiertan el deseo, satisfacindolo y a veces estimulndolo de modo insoportable, habrn alcanzado su objetivo". Ese deseo de otro Mundo, se puede presentar por ejemplo como "deseo de dragones", seres que llevan un inconfundible M ade in Faerie, como genuino producto de la fantasa, en el corazn de F eeria. Y cuando el nio pregunta: Pero los dragones son de verdad?, en realidad estn diciendo: "Esto me gusta, pero est suce-diendo ahora? Estoy seguro en mi cama?" De modo que todo lo que esperan que se les responda es esto: "Hoy da ya no tenemos dragones por aqu".

    No hay que relacionar los cuentos con los nios, a no ser que destaquemos en los nios la capacidad de maravillarse, de admiracin, de saber. Eso que Aristteles situaba, s, en el principio del saber: el aprecio por los mitos.

    La fantasa Qu pueden proporcionar a un adulto los

    cuentos de Tolkien u otros parecidos? "En primer lugar responde el autor ingls ,si estn escritos con arte, el primordial valor de los cuentos ser sendllamente aquel que, en cuanto literatura, COnt-parten con otras formas literarias. Pero los cuentos ofrecen adems, con modo y en cantidad peculiares, otras cosas: Fantasa, Restauracin, Evasin y Consuelo; cosas todas que normalmente necesitan menos los nios que los adultos" (p. 48).

    El encantamiento de la Fantasa Fantasa se refiere aqu a algo ms elev;.ido que

    la mera produccin de imgenes: en sentido estricto quiere significar "la capacidad de conferir a crea-

  • J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    ciones ideales la ntima consistencia de la reaiidad" (p. 49). Pero actualizar esta capacidad requiere algo ms que pura imaginacin, precisa del Arte.

    Lo fantstico es la imagen, en cuanto que:: el Arte destaca su funcin expresiva natural fuera del Mundo Primario de las cosas reales, liberndola de la esclavitud del aqu y ahora del "hecho observado".

    La irrealidad de estas imgenes fantsticas en cuanto l!xtrafiacin del Mundo Primario consti-tuye una virtud y no un vicio. "La Fantasa en este sentido es, a nlijuicio, no ya una forma inferior, :lino la ms elevada del Arte: y la ms pura ... y por eso, cuando est bien lograda, es la ms fccund:!" (p. 50).

    La gran ventaja de la Fantasa sobre 10 inmedia-to real es "la extraeza que atrae". Aunque este ..ttractivo est quiz tambin en el origen de su mala fama, porque "muchas personas no desean ser atradas y a stas no les agrada la invasin del lv1undo Primario o de aquellos mnimos fragmentos del Mundo Primario con los que se han familiari-zado" (p. 50). Son los que confunden (maliciosa-mente?) la fantasa con el Sueo que ya no es arte ,o con distracciones mentales incontroladas: con la ilusin y la alucinacin.

    Pero no es as: "Construir un Mundo Secundario en el cual resulte creble un sol verde imponiendo Creencia Secundaria, requerir probablemente fati-ga y reilexin, y ciertamente exigir una especial habilidad, una suerte de facultad mgica" (p. 51).

    El arte, dir Tolkien, es tambin particularmente encantamiento: "El encantamiento genera un Mun-do Secundario en el que pueden penetrar artfice y espectador para su satisfaccin ... ; pero eso. en su pureza, es artstico en cuanto a deseo y a finalidad" (p. 54).

  • Los cuentos de hadas de j .R.R. Toikien 49

    El derecho a jan/asear

    Es injusto, pues, suponer que la Fantasa anula o destruye la razn y el deseo de verdad cientfica. "Al contrario: cuanto ms aguda y clara sea la razon, mejores fantasas producir" (p. 56), porque sin verdades percibidas con la razn, la fantasa languidecera sumergida en la enfermedad de la Ilusin. "La Fantasa creadora se funda de hecho sobre la dura admisin de que las cosas existen en el mundo, ui como aparecen bajo el sol; sobre un cOl1oclniento de los hechos, pero /lO sobre la esclavitud de los hechos. ( ... ) Si los hombres no supiesen distinguir de verdad entre las ranas y nuestros semejantes, no hubieran surgido fbulas sobre prncipes trocados en sapos" (p. 56).

    En conclusin hay que reivindicar el derecho a fantasear, un derecho fundado en lo profundo del ser humano, que no es slo naturaleza y tiene as un inters por la eternidad: "La Fantasa queda como un derecho humano: creamos a nuestra medida y en nuestro modo derivativo porque nosotros mismos hemos sido creados; y no slo creados, sino hechos a imagen y semejanza de un Creador" (p. 57).

    Nuestra poca, heredera de un copiossimo acervo cultural, busca sin embargo su propio rostro por los caminos de la originalidad, lo cual es ya una evasin respecto a lo dado, a lo recibido, y es ya huir de un cierto tedio. Tolkien propone encauzar esa evasin en un sentido constructivo, como redes-cubrimiento y restaur'Jcin que rehace y recupera las cosas reales COi" una nueva luz, limpiando nuestras ventanas pf:ra percibir el mundo con mayor claridad.

  • 50 J.R.!.. Tolkien. Cuentos de Hadas

    Descubrir el mundo real La Fantasa que combina originalmente las

    cosas se muestra como Instrumento catartlco capaz de destacar lo extrao de seres que nos resultan familiares, pero que son observados de repente desde otro punto de vista: "Debemos mirar el verue, y quedar nuevamente aturdidos (pero no cegados) por el azul, el amari1lo, el rojo: debemos encontrar-nos con el centauro y el dragn, para quiz divisar luego tambin de improviso, ovejas, perros, caba-llos y lobos con los ojos de los ms primitivos pastores" (p. 58).

    El artista que con su fantasa juega con los seres del mundo tiene necesariamente una singular sensi-bilidad para conocerlos profundamente, al igual que "un artesano amante del uso de sus materiales, conoce y tiene una sensibilidad para la arciUa, la piedra y la madera que slo puede proporcionar el arte de crear" (p. 60). Por eso en las fbulas, donde se encuentra excepcionalmente desarrollado el po-der creador de la palabra humana, se revelnn las maravillas que son la piedra. la madera, el hierro, la casa y el fuego, el pan y el vino. Cualquier lector de Tolkien ha podido constatar el redescubrimiento de estas realidades elementales y de otras tantas: los amigos leales, la oscuridad, las flores, el aire, las canciones, la mentira ...

    La fuga lcita "He afirmado que la Evasin constituye una de

    las funciones principales de la fbula, y como no la desapruebo, es evidente que rechazo el tono despre-ciativo o compaslvo que ho y connota tantas veces el trmino (. .. ) Por qu ha de ser desprcciaJo el

  • Los cuentos de hadas de J .R.R. Tolkicn 51

    hombre que, estando encarcelado, intenta fugarse y volver a casa? O bien, si no es posible 'aquello, piensa y habla de otros temas que no sean los carccleros y los muros de la prisin'! El mundo externo no resulta ser menos real por el hecho de que el prisionero no pueda verlo" (pp. 61-62).

    Tolkien legitima esa fuga hacia la verdadera realidad, que va ms all de la visin chata, mostrenca y convencional que algunos puedan tener del mundo. Por eso dir no se debe confundir arteramente la Evasin del Prisionero con la Fuga de un Desertor.

    Por qu ha de reducirse lo real verdadero nI mundo artificial que la tcnica nos ha crcndo en el siglo XX, a las fbricas, al trfico, a los rascacielos y el asfalto?

    "Por lo que a m respecta. no he llegado a convencerme de que el techo de la estacin de Bletchley sea ms real que las nubes; y. en cuanto manufactura, me inspira menos que la legendaria cpula del ciclo" (p. 63).

    Al fin y al cabo esos artefactos que hoy son reales, no 10 sern ms de cien aos, luego global-mente resultan ser poco reales. Cierto realismo, que algunos "definiran como literatura seria, no se reduce a otra cosa ms que ajugar bajo un tejado de vidrio al borde de una piscina municipal. Las fbull.S pueden inventar monstruos que vuelan por los aires o moran en los abismos. pero por lo menos no tratan de evadirse del cielo o del mar" (p. 63).

    La grrUl evasin

    C~.h,:: an referirse a otra dimensin en los cuentos que tambin denuncia la dictndnra de c:,c

  • J.R.R. Tolkien. CUt:litO:'; Ji..: Ladas

    cierto rl!alismo: "no pienso que el lector o el inventor de cuentos fabulosos deball avergonzarse

    de la evasin que radica en la arcaicidad; de la preferencia decidida. no digo por dragones, sino por caballos, castillos. navos de vela, n1'COS y 1echas; no solo por elfos, sino tambin por caballeros, reyes y sacerdotes" (p. 63). Por qu va a negrsenos el dereclh) de condenar implcitamente, con el sih..:n-cio, "cosas progr-:sistas como las fbricas o como la ametralladora y las bombas que parecen ser sus Ills naturale~ e inevitables, digamos inexorables, pro-ductos'?" (p. 64).

    La tan universal denuncia de las enft:nnectadcs , escnciah~s de nuestra poca - el hecho de que seamos conscientes agudamente d~ la fealdad e injusticia de nuestras obras debe reCOl\ocer c.XHno natural "el deseo de evadir, no ya la vida, pero s nuestro tierilpo presente y la infelicidad de la que nosotros mismos somos autores" (p. 65). Pero, adcm~) de esa cvasiou de ]a mOJlotona de la vida contempornea, "existen tambin otras evasiones ms profundas ( ... ); existen antiguas limitaciones pafa las cuales los cuentos fabulosos ofrecen una especie de evasin, y existen viejas ambiciones y desbs (que tocan las mismas races de la fantasa) J,"i.ara las cuales las fbulas ofrecen una suerte de

    satisfaccin o cc-~olacin. Algunas son disculpa-bles debi lidades o curiosidades, como por ejemplo el deseo de visitar, libres como peces. las profundidades marinas, o la aspiracin de volar sin rumor ... como un pjaro ... ; y existen deseos ms profundos, como aqul de conversar con otros seres vivientes. En este deseo, antiguo como el pecado original, se fundan gran parte de los dilogos de los animales y de otras criaturas en los cuentos, y sobre todo la mgica

  • " " 53 ; J!l~!,'n

    compre11sin de su lenguaje ( ... ); y por ltimo, se da el ms antiguo y profundo deseo, la Gran Evasin: la Evasin de la Muerte" (pp. 65-67).

    Eucatstrofe

    Adt:ms de satisfacer estos deseos, Tolkien apunt3 para el cuento otra dimensin, a su juicio ms importante: la consolacin que se realiza en lo que es ncleo y parte esencial de este tipo de narracione~; y que l llama eucatstrofe o catstrofe benjlca. Se tlata de un "gozoso e improviso vuelco o darse la vuelta la situacin ( ... ): esta alegria, que es uno de lv~ t.:stados de nimo que los cuentos saben suscitar ejemplarmente, no es esencialmente esca-pista ni evasiva". (p. 68).

    Tras la experiencia del dolor y del hundimiento --la discat5:trofe se hace posible la intensa alegra de la salvacin, que revela definitivamente lo que en esa discatstrofe haba de pura apariencia.

    Esta alegra "es, por tanto, evangelliutn, bue-na noticia en cuanto permite una visin fugaz de la Alegra, Alcgtia que se sita ms all de los muros del mundo, aguda como un dolor" (p. 68).

    Los cuentos han de saber provocar por simpata ese momento de inversin o vuelco, en que se contiene el aliento y el corazn constreido por la pena est pronto al11anto. La alegra consecutiva es tan intensa y aguda que trasciende el evento descri-to, porque expresa una profunda aspiracin del

    ,

    corazon.

    Esa alegra es as el sello o el signo que caracteriza los autnticos cuentos de hadas.

  • 54 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    Creacin y realidad

    El subcreadorque es 1.:1 hombre dice Tolkien-desea verdaderamente crear, es decir. aknnzar de algn modo la realidad.

    y esa alegra a la que nos referimos, c:; un improviso surgir de la realidad o de la verdad implcitas en el cuento. La consistencia del relato no se limita al cumplimiento de sus le}'es interJ/as que alcanzan ante nuestros ojos todo un Mundo Secun-dario. La eucatstrofe nos revela, sbitament.e en el cuento "un lejano barrunto o un eco dcl cvangellium del mundo real" (p. 70).

    Por eso, "no es difcil imaginar la excitacin y la particular alegra que se experimentara al descubrir que un bellsimo cuento resulta primariamellte verdadero, si la narracin fuese historia sin perder por ello el significado mtico o alegrico que posea" (p. 71). Porque el cuento debe estar penetrado sustancialmente de las caractersticas trascend~ntales de la Historia. Entonces "el Arte adquiere el tono supremamente convincente del Arte Primario. es decir, de la Creacin" (p. 71) Y el subcrendor llega a ser extremamente semejante al Creador.

    Ciertamente el cristiano no debe ir a buscar su alegra en otros mundos, pues la Alegra mximn se da plenamente en la historia: El nacimiento de Cristo, su muerte y resurreccin constituyen la gran eucatstrofe de la historia del hombre. "Pero el hombre redimido dir Tolkien sigue siendo hombre. Aventura y fantasa. continan, y no pue-den dejar de continuar" (p. 72). La FJ.ntas

  • Los cuentos de hadas de J.R.R. Tolkicn 55

    es la liberalidad de la que ha sido objeto que ahora puede quiz permitirse sostener que con la Fantasa puede efectivamente asistir al desplegarse de la creacin y a su mltiple enriquecimiento" (p. 72).

    Eploao b

    Qu puede encontrar una persona seria en El Seiior de los Anillos? Pienso que la pregunta ha quedado suficientemente respondida. Puede encon-trar diremos brevemente una muy elaborada labor artstica en un gnero literario ciertamente caracterstico, el cuento de hadas C(nil}'-tale).

    -Pero, ,esos relatos no son cuentos de niilos'! -Son cuentos de fantasa, pero contienen una

    potic; recuperacin de tantas realidades elemen-tales humanas y csmicas en ntima conexin con deseos ftlndamentales del hombre.

    y tienen algo de verdad? Tiene tanto de verdad como verdaderas y perdurables son esas realidades fundamentales. Entre ellas, un sentido mistrico del elemento providencial de la historia, que se mani-fiesta ~n los momentos eucatastrficos inequvoca-mente coinciden con los puntos de tensin---. cuando cn el conunto de la accin v ms all de los

    . -

    actores inmediatos que obran libremente, es dado percibir una mente unitaria que dirige toda la representacin. Y lo casual deviene Providencia, cuando el dolor y la apariencia de catstrofe ceden paso a l:'\ alegra del feliz final nunca sospechado. Una llegtia que podemos experimentar realmente casi c;Hh da: porque la vida es realmente as.

  • III

    La mitologa tolkiniana

    l .. a obra literaria de Tolkien tiene una gran unidad temtica y de sentido. Desde la Primera Guerra Mundial haba comenzado a trabajar en un vasto proyecto: crear una mitologa de la cultura anglosajona, integrando poemas y relatos en un amplio entramado csmico e "histrico" por l imaginado.

    Hasta su muerte, medio siglo despus, conti-nuar perfeccionando el gran fresco mtico de una ficticia prehistoria del mundo, ambientada en el paisajl: ingls. La tranv fundamental de esta pica fue editada pstuman ente en el volumen The Si/marlillon (1976) Y completada ms tarde con Unfinished Tales (1981). En esta trama Tolkien insert The l-Iobbit (1936); continuado luego, como relato de grandes proporciones y estilo seme-jante. en The Lord oftlie Rillgs (1954-1955), su Oblll UlU':; conocida l.

    l. Entre las obras de Tolkien citaremos con siglas a pie de pgina: OFS (el ensayo On Fa iry-Stories. 1939); LR (The Lord 01 he Rings, 1954-1956); S (The Silmarilloll, 1977); y

  • 58 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    Para comprender el sentido de todas estas obras resulta imprescindible analizar los temas ms pro-fundos y reiterativos de la mitologa tolkiniana, es decir, sus "mitos" fundamentales: Esta mitologa, muy elaborada por el autor, es sumamente rica, consistente y profunda en sus contenidos 2. El volumen de Cartas citado por Carpenter, permite aquilatar con precisin sus pormenores y su sentido 3.

    A continuacin se analizarn algunos de estos mitos, los que poseen un mayor inters filosfico y teolgico.

    La Creacin La mitologa tolkiniana comienza con un "mito

    de origen" 4 que se encuentra dc~;,;rito principul-

    L (Letters, editadas por H. CARPENTER, 1980). T0das cstn publicadas por ABcn & Unwin, Londres.

    2. Tolkien haba recibido una notable formacin filosfica e incluso teolgica, que no se deja ocultar en su literatura. AJcms, su trabajo como Profesor de Lingstica y Literatura en Oxford le pctmiti desarrollar considerablemellte su taiante teortico y critico.

    3. Las cartas ms importantes para este estudio son: L 109 (1947), dirigida a su editor, sobre el sentido general de LR;L 1 31 (1951) -a un posible editor- es una extensa justificacin del sentido mitolgico que encierra LR y su engarce con S; L 142, 153 Y 156 (1 Y53-1954), a dos amigos catlicos, respondiendo a algunas crticas teolgicas; L 165, 181 Y 215 (1955-1959), aclaraciones a periodistas. TamHn son muy tiles L 73. 154. 155,183,186,192.200,203, :'08, 211, 213. 234, 245, 24(j, 247, 257, 325 y 338; muchas de .,;1Ias responden a consultas de lectores.

    4. Refirindose a LR afirmaba: "todo el :1S11nto. dC5de el comienzo hasta el fin, tiene que ver principalmente. con la relacin entre la Creacin, la fabricacin y la slI!J-creaC'if; (y dc: muJ" subsidiario con el tema dc la morlalidad)"ll, 1:) _;" p. 1 SS).

  • La mitologa tolkiniana

    mente en el "Ainulindale" y en el "Valaquenta" 5. El autor supuest de estos relatos cosmognicos trasmite el conocimiento de la creacin dc las cosas que habra sido revelado a su raza, aunque slo parcialmente. En este mito el origen del cosmos es descrito por analoga con la "creacin artstica"; concretamente, Tolkien utiliza una analoga mu~ sic al 6.

    En el principio de la historia, Eru (el Uno), que es llamado tambin llvatar (Padre de todos) y que haba sido ya autor de los Ainur (espritus), propone a stos un "tema musical". Luego, cada Ainur lo interpretar, acentundolo y desarrollndolo de modo diverso; el tema resuena as por doquier con mltiples "variaciones armnicas", que quedan integradas en una gran sinfona total.

    Sin embargo, uno de los Ainur, t-.1clkor, se aparta de este comn concierto y, cantando solitario en el vaco, desea introducir motivos musk "les totalmente "suyos", absolutamente novedosos, que sc apatien netamente de la mente de Eru. El

    5. Son los dos primeros poemas o cantos que integran The Si Imarillioll.

    6. El autor de estos cantos pertenecera supuestamente l la raza de los Eh-es, sabios y artistas. Esto es tanto como decir que los intereses y puntos de vista de quien en este relato narra la Creacin son los caracteristicos de un artista; por eso este mito -dice Tolkien- "est relacionado -supongo yo- fundamen-talmente con el problema de la relacin entre el Arte (una sub-creacin) y la Realidad primaria" (L 131, p. 145).

    Esta misma analoga sinfnica utilizada por Tolkien haba intcrcsildo mucho a S. Agustn para su filosofa de 1:1 historia: cfr. E:'p. l38. 1 Y J 66. 5; De cil'Uate Dei, X, 18. Sobre su concepcin mnsic;,l de la ]i:;tDl'i~. ~rr. H. MARROlJ, Teologa de fa hisfO/in, c. 19, Rialp, Madnd 19~2, pp. 130 ss.

  • 60 J.R.R. Tolkien. Cl!cnto:; de Hadas

    resultado de este ensayo es ".lna g.an confusin y la produccin de crecientes disacordes.

    Eru, en cierto momento, impone H todo:. sit~l1cio y vuelve a proponer el mismo tema rnus.:ai del inicio, aunque ahora aparece enriquecido con toda la variedad de posibilidades que haba desarrollado el anterior concierto. Paradjicamente, incluso los desatinos de Ivlelkor han sido incorporados en el seno de una nueva y reforzada unidad de sentido.

    Adems mientras escuchan el Canto de Eru, los Ainur reciben ahora, integradas en la rneioda, im;'genes visuales: y llegan a percibir que illlgenes y sonidos constituyen un relato (story), una historia, una ficcin. Cuando las lneas maestras de esa historia se haH JibujaJo en las mentes de Jos Ainur, viene de improviso una palabra de Eru: "Que sea!" 7; y el cuento se transforma en la Ilistara del cusmos, desapareciendo su anterior (;aiidad interna relato narrado por Eru/rdato oido por los Ainur en unitaria realidad, unvoca para todos. El narrador divino ha podido transformar la "r~alidad secundaria" de su pensamiento en "reaiidaJ prima-

    ria" del ser, es decir, ha podido "realizar" lo que concibi, hacerlo ser: aproximar lo ideado a su propio estatuto ontolgico (el estatuto del Primero es la "realidad primaria") 8.

    Al comenzar as la Historia real, algunos Aillur se apasionan tanto con la belleza del cosmos, que desean "entrar en la Historia", colaborando nue-vamente con Ero en su desarrollo y armonizacin, ya no en el plano del mero diseo sino en el de la

    7. "Oc ah que los Elfos denominen al Mundo, al Universo, Ea, que signilica es" (L 212, p. 284).

    8. Cfr. L 200, p. 259.

  • La m itoiogl a tvikiniana 61

    redizacin efectiva: son los Valar. Estas potencias son, pues, seres espirituales que interpretan y com-pletan en detalle el Designio que Eru les propuso, primero en forma musical o abstracta y luego "histricamente", visiblemente, como actores de la Historia. Los Valar son subcreadores. Al entrar en la historia son envuelto. r'n el Tiempo, en las series de eventos que complet:: n el cuento de Eru.

    I....,os Valar desemp,'' an en el mito tolkiniano funciones parejas a las q'.:. desempean los "dioses" en las milolugas antiguas. Para eso aparecen "en-camados', es decir, asociados a formas materiales que son "su vestido", expresin

  • 62 J.R.R. Tolkien. Cuentos de Hadas

    teniente de Eru y Supremo moderador del cosmos. Entre los Valar que deciden intervenir en la Historia tambin se encuentra Melkor, "el inevitable Rebel-de y auto adorador de las mitologas que comienzan con un Creador nico trascendente" 10.

    Junto a los Valar, otros Ainur menores tambin se introducen en la historia para colaborar con ellos. De este gnero son, por ejemplo, Sauron lugarte-niente de Melkor Gandalf y Saruman; estos dos ltimos pertenecen al orden de los "magos" (Wi-zards: Tolkien adopta este trmino por su parentes-co etimolgico con wise, sabio). Todos ellos son seres espirituales enviados al mundo (ngeles, mensajeros) donde se revisten tambin de formas materiales. La mitologa tolkiniana imagina que esa cierta encarnacin tambin determina en ellos la posibilidad del dolor 11.

    La "construccin" y el mantenimiento de esas formas corpreas supone un desgaste de la energa de la voluntad, que es el lazo que une a cada Ainur con la corporalizacin por l imaginada y confor-mada 12. Precisamente por eso los Ainur slo apare-cern "encarnados" en las primeras edades del mundo prehistricas : Sauron y G andalf aban-donan finalmente la tierra.

    Los Valar adoptan formas materiales antropo-mrficas y no teriomrficas porque prestan especial atencin a los "Nios de Dios" las criaturas humanas . La creacin de los seres humanos es el gran secreto de Eru, una parte desconocida del lema

    10. Cfr. L 200, p. 259. 11. Cfr. L 181, p. 237 Y L 131, p. 159. Litcr:1!"i:',,1I'nk

    rcsnltn inevitable antropomorfizar a los pc.son:~ics ocl mito. 12. Cfr. L 200, p. 260.

  • La mitologa tolkiniana 63

    musical originario, pues Eru slo lo hal1a uesarro-liado ante los Ainur parcialmente. Los "Nios de Dios" son seres espirituales de cuya naturaleza forma palte esencial un cuerpo; los Valar saben, pues, que no deben dominarlos, ya que tienen dignidad de personas, aunque su menor estatura ontolgica les haga especialmente susceptibles a esa sujecin.

    Los Children oJ God constituyen, en realidad, varios linajes. Los primeros nacidos son los E/ves (elfos), los "inmortales"; una raza de artistas-cientfi-cos quc en sus orgenes conviven con los Valar en el paraso de Aman, hasta que su soberbia les empuja a una guerra fratricida y al destierro. Los "Hombres mortales" otra de estas razas - suelen aliarse con los elfos y participan as de su sabidura. Los Dwarvcs son "enanos" laboriosos dedicados a la minera y a la industria 13.

    La muerte

    Pocos lectores dc El Seiior de los Anillos han lk~gado quiz a intuir lo que, en palabras de su autor J.R.R. Tolkien, constituye su "tema central" y "predominante": la reflexin sobre la !\1uerte y la Inmortalidad 14. En el universo mtico de Tolkien

    13. Otros personajes humanoides de sus mitos son: los /zohbils, campesinos de poca estatura, amantes de la Naturaleza; los En!s. reposados "pastores de rboles", de fonnas arbreas; los Trolls, salvajes de c0ntextura ptrea: y los Ores, seres dcfomlcs f1sica y moralmente -posiblemente elfos y hombres "tram:formados" y corrompidos por Mc1kor-, que se comportan eOfilO ;''.'::!Jticos op.ros.

    1 '1. Cfr. L 131, p. 145. "P,lfa mi. el vcrrlad,'ro tcm:l sobre el que versa es algo siempre actual y difcil: la Muerte y la

  • . ,

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    la mOltalicaJ es caracttristica definitoria t1~ la Raza Humana, le, del "Hombre mortal destinado a mo-rir" 15.

    El mensaje principal de los mitos tolkinianos es que la muerte no es pura negatividad, un lrance exclusivamente sombro.

    La situacin humana ante la muerte es compleja. El hombre mantiene una simpata paradjica con la nm-ortaiidad, relacionada con "el misterio del 7mor al mundo que existe en los corazones de una aza condenada a irse y a perder aparentemcnte ese mundo" 16. La repugnancia que despierta la muerte depende estrechamente piensa Tolkicn-de la naturaleza "creadora", laboral y artsti~a del hombre. El Arte, que no es una funcin biolgica, entra en cont1icto con la biologa, con el hecho del deterioro corporal, y desencadena el horror a la muerte. El deseo humano de crear ("subcrear", segn el vocabulario tolkiniano, lo cual quiere decir completar y prolongar la Creacin divina) est emparentado con el apasilmado amor de! hombre al

    Inmortalidad" (L 186, p. 246). "El relato no trata en realidad sobre el Poder y el Dominio: se es slo el hilo conductor; trata sobre la Muerte y el deseo de inmortalidad" (L 203. p. 262). "Releyendo yo mismo la obra, llegu a ser consciente del predominio del tema de la muerte" (L 208, p. 2(7). "Ticne que ver principalmente con la Muerte y la Inmortalidad; y con los modos dc escapar: la longevidad cclica y la memoria acumula-tiva" (L 211, p. 284).

    15. Esta expresin constituye para Tolkien casi un epteto caracterizador de la naturaleza humana. Aparece en elPoema del Anillo, :',icma central de LR: "Nine (Rings) ror Mortal Men dOIllCd to die", "Nuevc Anillos para los Hombres Mortales destinados a morir".

    16. L186,p.246.

  • La mitologa tolkiniana 65

    mundo r~al; ese deseo es truncado por la mortalidad biolgica y produce el profundo sentido de insatis-faccin que tS caracterstico en la imagen humana de ia muerte 17.

    Para analizar este conflicto Tolkien presenta nuestra naturaleza humana repartida en dos ficti-cias "razas": los "elfos" inmortales y los "hom-bres" destinados a morir. Los elfos representan el aspecto artstico esttico y puramente cientfico de la llaturaleza humana, quintaesenciado en toda su intensidad; seran indeterminadamente longevos.

    ,

    Hat.>lian recibido ese don de la "inmortalidad" para poder desarrollar en plenitud su amor al mundo, su deseo de observar y entender la realidad creada y de embellecerla segn amplias posibilidades 18.

    Tolkien subraya a travs de ellos el carcter imvcrfecto de la mera longevidad. La repugnancia humana a la muerte tiene un antittico correlato en los elfos que no mueren: la "angustia que va llenando los corazones de una raza condenada a no dejar el mundo hasta que se complete su desgraciada historia" 19. La longevidad "natural" de los elfos supone un encadenamiento a los ciclos del mundo y alIento transcurso de la historia; ese encadenamien-to llega a ser vivido como pesada carga: el deber de soportar la persistencia del mal en el mundo y las nuevas formas de presentarse ese mal.

    Esta cierta inmortalidad presenta tambin pecu-liares tentaciones: rec:azar la historia y el cambio; la utopa de parar el tiempo y crear un paraso

    17. Cfr. L 131, p. 145. En OFS, p. 57, se denomina al deseo de inmortalidad "la gran evasin" que el hombre anhela.

    18. Cfr. L 181, p. 236. 19. L 186, p. 246.

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    terrenal "esttico", un arte meramente "embalsa-mador" y "arqueolgico"; en suma la tentacin de un conservadurismo' espidtual que se opondra netamente a la misin sul:-creadora del hombre y acabara destruyndolo, agobiado bajo el peso de la Memoria y de la Melancola 20.

    As se entiende que la muerte de los "Hombres mortales" sea contemplada por los elfos como un gran Don divino: la posibilidad de escapar licga-do el momento oportuno al cansancio del tiempo, a las ruedas y cielos del cosmos. Y locura les parece la incontrolada pasin de algunos por la longevidad artificiosa, que es slo una mala caricatura de la verdadera inmortalidad. La muerte es una cierta "libertad" respecto del tiempo, una vicisitud miste-riosa designada en los planes de Dios como va de acceso al arcano de sus ltimos proyectos sobre el hombre 21.

    La tentacin tpicamente humana ante la muerte es no querer someterse a su "natural" inevjf~bili-

    20. crr. L 181. p. 236; L 208, p. 267. 21. "El Destino (o el Don) de los Hombres es la mortali-

    dad, libertad respecto a los ciclos del mundo. Como el punto de vista de la narracin es lfico, la mortalidad 110 se explica de modo mtico: es un misterio de Dios del que slo se sabe que lo que Dios ha dispuesto para el hombre est oculto: pena y mutivo de envidia para los Elfos inmortale:;" (L 131, p. 147).

    Naturalmente Tolkien sabe por el dogma catlico que la muerte es realmente una pena por el pecado original, pero conviene recordar que sus mitos no versan sobre "la autntica naturaleza del hombre en el mundo real", por eso no pueden ser ni herticos ni ortodoxos. "Desde el punto de vista mtico, la Muerte -la mera brevedad de la vida humana- no es un c(lstif'o p0r la cada, sino una parte inherente de la natllr Yl, t 1 n1.o biolgica com(; cspiritua