CUENTOS INFANTILES JACKELINE

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CUENTOS INFANTILESLA GRANJA DE SEBASTIN La granja de Sebastin era una granja como todas las granjas; es decir, muy normal.Pero un da todo cambi porque a Sebastin se 1e ocurri tomar un ayudante.La idea no era mala, ya que en la granja haba mucho trabajo y el pobre Sebastin se senta un poco cansado.El ayudante se llamaba Juanito; pareca muy bueno y trabajador; pero como siempre haba vivido en la ciudad, era algo torpe a pesar de su buena voluntad.El da que lleg, Sebastin le recomend que se fuera a dormir temprano porque en la granja haba que levantarse a la madrugada, junto con el sol, cuando cantaba el gallo."Vaya despertador ms raro!", pens Juanito mientras iba en busca del gallo para po-nerlo sobre su mesa de luz.Y eso no fue nada; lo peor fue cuando intent darle cuerda... tuvo que correrlo por todo el dormitorio porque el gallo no se dejaba retorcer la cola!"Este debe ser un gallo automtico, de sos que tienen pilas", pens por fin y, cansa-do, se acost en su cama.El pobre gallo, que no entenda lo que suceda, se qued dormido junto a Juanito y, como la cama era muy cmoda, los dos durmieron y durmieron hasta que el sol estuvo muy alto.El problema fue que como el gallo no cant, todos en la granja se quedaron dormi-dos.El primero en despertarse fue el ternero y, como tena mucha hambre, despert a su mam, la vaca, para que le diera la leche.Despus de alimentar a su hijito, mam vaca esper en vano que Sebastin le llevara su comida. Entonces, muy hambrienta, se meti en la cocina de la casa y se tom todo el caf que encontr.Los cerdos, que ya se haban despertado y tambin tenan hambre, vieron entrar a la vaca en la cocina y decidieron imitarla. Pero camino de la casa, pasaron por el gallinero y despertaron a las gallinas para invitarlas a desayunar con ellos en la cocina de Sebastin.Para entonces, ya no se poda decir que la granja de Sebastin fuera como todas las granjas... porque de normal no le quedaba nada.Tanto alboroto en la cocina, despert por fin al granjero, que al mirar su reloj, com-prob desesperado que eran... las diez de la maana!Se puso las botas y corri al dormitorio de Juanito y, una vez all, no pudo creer lo que estaba viendo: Juanito y el gallo dorman plcidamente, uno junto al otro!Cuando Sebastin se repuso del asombro, corri escaleras abajo y, al entrar en la co-cina, se encontr con que los animales de la granja se haban comido todo lo que encontraron.El desorden era total y era tan increble lo que estaba viendo, que Sebastin pens que era una pesadilla y que an no se haba despertado.A Sebastin, ayudado por Juanito, les llev el resto del da a poner en orden la granja hasta lograr que pareciera normal otra vezPero al da siguiente, cuando Sebastin orde a la vaca, la vaca le llen un tarro ente-ro con caf con leche.Cuando Juanito vio esto dijo:-Qu lstima que ayer la vaca se tomara el caf en lugar de comerse el chocolate...!Pero lo que Juanito no saba, era que el chocolate se lo haban comido las gallinas que, en ese momento, estaban poniendo, "Huevos de Pascua"!LA SOMBRA

Cierta noche una sombra le dijo a otra:

- Cuntos secuaces tiene? - Porque lo pregunta? debiera saberlo, soy el general de las sombras, soy la

sombra numero uno.- Que te hace pensar que siempre ser la sombra numero uno? Somos treinta y tres sombras.

- Claro que somos treinta y tres, pero nadie como yo en este mundo, soy la mejor de todas, soy la mas avanzada, soy la nica que merece tal lugar. - Ere egosta. - Egosta!! No eres tu quien esta interesado en ser la sombra numero uno?

No eres tu quien esta interesado en ser el general de las sombras?- Ya vera lo fcil que voy a conseguir ese lugar. Y la sombra numero uno se convirti en una culebra y salio volando por los cielos. La otra sombra se quedo mirando aquella grandeza, luego se puso triste porque siempre ha deseado ser la sombra nmero uno.Fin E. Batista

EL VIAJE DE LOS GRILLOS Una tarde de mucho sol y calor, los grillos salieron de paseo por los rastrojos que bordean el pie de monte de Cerro Grande. Ellos queran pasar la noche bien lejos, en un lugar fresco, y olvidarse de una vez por todas, del ruiiiii-ruiiiii-ruiiiii de sus violines. As, que caminaron y caminaron sin descanso por los hilos delgados del atardecer, que, como lminas de cobre, se arremolinaban al pie de los rboles.Al tropezar con un bosque poblado de apamates, Grillo Sabio ote fijamente el terreno, observ cuidadosamente cada rincn; luego, dirigindose a los otros grillos, les dijo: "Aqu pasaremos la noche porque este es el mejor sitio para descansar. Desde esos rboles que ven ah, observaremos cmo se columpia el roco en los granados y cmo acuna la araa el sueo de otros insectos en su colcha de soles.... Adems, veremos el lucero del alba antes de que aclare el da". Dicho esto, guard silencio....... largo y profundo silencio....Como si hubiera enmudecido para siempre.Esa noche, las horas caminaron perezosamente y, cuando rompi la maana, un viento ensordecedor se col como una tromba por las cortinas silvestres. Entonces, Grillo Sabio -que no se equivocaba- y que todo lo escuchaba con un odo extraordinario de buen msico, dijo, curiosamente: "Oyen...?, esa es la sonata de las chicharras, recojan sus violines y permanezcan callados....totalmente callados! Que desde este momento en adelante, no suene una sola nota de violn trasnochado". Al escuchar la orden, los grillos obedecieron y, de repente, una msica que nadie sabe de dnde vena, se ensart en las ramas de los rboles..... Era la aurora que comenzaba a entonar:

En las posadas de dael viento canta sus nanasy las estrellas se asomanpara mirar la maanaLos grillos duermen la siestasobre una fronda lejanamientras corren sus cortinaslas ventanillas del albaCuando termin la cancin de la aurora, todos quedaron boquiabiertos....El cielo se haba llenado de aureolas fosforescentes y acelofanadas. Entonces, los grillos, que eran tan inteligentes como Grillo Sabio, comprendieron que haba llegado la hora de cobijarse en su casita de hojas, para esperar un nuevo amanecer al pie de los apamates.Desde esa maana, los grillos pasaron muy felices sus horas, a pesar de que solamente escuchaban el ruiiii-ruiiii-ruiiii de sus violines.

EL REGALO MAGICO DEL CONEJITO POBREHubo una vez en un lugar una poca de muchsima sequa y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareci un mago que le entreg un saco con varias ramitas."Son mgicas, y sern an ms mgicas si sabes usarlas" El conejito se mora de hambre, pero decidi no morder las ramitas pensando en darles buen uso. Al volver a casa, encontr una ovejita muy viejita y pobre que casi no poda caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tena nada salvo las ramitas, pero como eran mgicas se resista a drselas. Sin embarg, record como sus padres le ensearon desde pequeo a compartirlo todo, as que sac una ramita del saco y se la di a la oveja. Al instante, la rama brill con mil colores, mostrando su magia. El conejito sigui contrariado y contento a la vez, pensando que haba dejado escapar una ramita mgica, pero que la ovejita la necesitaba ms que l. Lo mismo le ocurri con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa slo le quedaba una de las ramitas.Al llegar a casa, cont la historia y su encuentro con el mago a sus paps, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, lleg su hermanito pequeo, llorando por el hambre, y tambin se la di a l. En ese momento apareci el mago con gran estruendo, y pregunt al conejito Dnde estn las ramitas mgicas que te entregu? qu es lo que has hecho con ellas? El conejito se asust y comenz a excusarse, pero el mago le cort diciendo No te dije que si las usabas bien seran ms mgicas?. Pues sal fuera y mira lo que has hecho!Y el conejito sali temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas, todos los campos de alrededor se haban convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los animales!!Y el conejito se sinti muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegra a todos

EL HADA FEAHaba una vez una aprendiz de hada madrina, mgica y maravillosa, la ms lista y amable de las hadas. Pero era tambin una hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, pareca que todos estaban empeados en que lo ms importante de una hada tena que ser su belleza. En la escuela de hadas no le hacan caso, y cada vez que volaba a una misin para ayudar a un nio o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya la estaban chillando y gritando:- fea! bicho!, lrgate de aqu!.Aunque pequea, su magia era muy poderosa, y ms de una vez haba pensado hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le contaba su mam de pequea: - tu eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es as por alguna razn especial... Pero un da, las brujas del pas vecino arrasaron el pas, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechiz sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. As, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez all, con su magia prepar una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murcilagos, sapos y araas, y msica de lobos aullando.Durante la fiesta, corri a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaa durante los siguientes 100 aos.Y durante esos 100 aos, y muchos ms, todos recordaron la valenta y la inteligencia del hada fea. Nunca ms se volvi a considerar en aquel pas la fealdad una desgracia, y cada vez que naca alguien feo, todos se llenaban de alegra sabiendo que tendra grandes cosas por hacer.

LEYENDAS

El sol y la lunaAntes de que hubiera da en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.-Quin alumbrar al mundo?- preguntaron.Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztcatl, dijo:-Yo me encargar de alumbrar al mundo.Despus los dioses preguntaron:-Y quin ms? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atreva a ofrecerse para aquel oficio.-S t el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y l obedeci de buena voluntad.Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Despus de cuatro das, los dioses se reunieron alrededor del fuego.Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztcatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:-Ea pues, Tecuciztcatl! Entra t en el fuego! y l hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevi.Cuatro veces prob, pero no pudo arrojarseLuego los dioses dijeron:-Ea pues Nanahuatzin! Ahora prueba t! -Y este dios, cerrando los ojos, se arroj al fuego.Cuando Tecuciztcatl vio que Nanahuatzin se haba echado al fuego, se avergonz de su cobarda y tambin se avent.Despus los dioses miraron hacia el Este y dijeron:-Por ah aparecer Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.Nadie lo poda mirar porque lastimaba los ojos.Resplandeca y derramaba rayos por dondequiera. Despus apareci Tecuciztcatl hecho Luna.En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.Desde entonces hay da y noche en el mundo.

La Leyenda del Murcilago

Cuenta la leyenda que el murcilago una vez fue el ave ms bella de la Creacin.

El murcilago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre vena a significar algo as como mariposa desnuda). Un da fro subi al cielo y le pidi plumas al creador, como haba visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tena plumas, as que le recomend bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y as lo hizo el murcilago, eso s, recurriendo solamente a las aves con plumas ms vistosas y de ms colores. Cuando acab su recorrido, el murcilago se haba hecho con un gran nmero de plumas que envolvan su cuerpo.

Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrndola orgulloso a todos los pjaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, cre el arco iris. Era todo belleza.Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transform en un ser cada vez ms ofensivo para con las aves.

Con su continuo pavoneo, haca sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibr le reprochaba no llegar a ser dueo de una dcima parte de su belleza.

Cuando el Creador vio que el murcilago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los dems, le pidi que subiera al cielo, donde tambin se pavone y alete feliz. Alete y alete mientras sus plumas se desprendan una a una, descubrindose de nuevo desnudo como al principio.

Durante todo el da llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murcilago ha permanecido desnudo, retirndose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdi.

La mujer del saco de oro:

Cuenta la leyenda, que cuando habitaban los moros el alto de Pea Castriello, se encontraba una joven doneyana lavando la ropa a orillas del Ro Negro. Cuando termin, se dispuso a amamantar a su hijo, cuando de repente, aparece otra joven mora que llevaba a su hijo hambriento entre sus brazos.

La mora, pidi a la joven doneyana que si por favor poda amamantar a su hambriento hijo. La joven acept de mala gana y amamant al hijo de la mora.

Cuando termin de amamantar al nio, la mora entreg a la doneyana un pequeo saco. Cuando se march la mora, la joven doneyana se dispuso a mirar lo que haba en el interior de aquel saco. Aparentemente, parecan trozos de carbn. Entonces, la joven doneyana tir el saco.

Cuando lleg a casa, y se lav las manos, se dio cuenta cmo los restos de aquellas pedrecitas no eran carbn, sino oro. Cuando regres por el saco no lo encontr pero se vio de nuevo con la mora a la que le pidi otro saco, y la mora respondi: -"No desprecies un regalo por su apariencia, que tu por arrogancia y desprecio tu arrojaste".

La mora se march y la doneyana se qued sin su oro.

LEYENDA DE LA LLORONA

la leyenda de La Llorona es hermosa. Ella es una mujer bonita, que tiene el pelo negro y largo y llev un vestido blanco. Creemos todos hombres pensar, La llorona fue magnfico. Los hombres siempre trataron de conseguir su atencin. Sin embargo, La Llorona slo quiso a un hombre, Jacob. Obviamente, l la quiso tambin, porque se casaron. La boda pas muy rpidamente.Los dos pjaros de amor tuvieron tres nios, Joseph, Benjamin y John. La Llorona los ador a sus nios mucho. Ella fue muy feliz. Hasta un da, La Llorona no pudo encontrar su esposo (Jacob). Ella les puso a sus nios a la cama y decidi ir a buscar lo. Ella buscaba por la noche y todava no encontr nada. Hasta que La Llorona oy rer la mujer joven. Ella escuch ms. Jacob dijo a la mujer joven, Yo siempre te adorar.La Llorona fue furiosa. Sin pensar, ella regres a casa y agarr sus tres nios. Los tres nios estuvieron preocupados porque saban que su mam fue enojada. Ellos gritaban y lloraban para su padre rescatar los. Pero l no podra or. Por ser egosta y desobediente, La Llorona tom sus tres nios a el lago cerca de su casa. Rpidamente, ella tuvo a nio bajo el agua y los se ahog. Cundo ella mir, ella vio a su eposo. Su esposo corri para ayudar. La mirada de su esposo, La Llorona se siente culpable que ella decid matarse. Ahora, el espritu de La Llorona vive en el lago cerca de su casa, dnde ella llorar eternamente.

LEYENDA DEL ROBO DEL FUEGO

Hace mucho tiempo, no se conoca el fuego, y los hombres deban comer sus alimentos crudos.Los Tabaosimoa, los Ancianos, se reunieron y discutieron sobre la manera de obtener alguna cosa que les procurara el calor y les permitira cocer sus alimentos.Ayunaron y discutieron... y vieron pasar por encima de sus cabezas una bola de fuego que se sumergi en el mar pero que ellos no pudieron alcanzar.Entonces, fatigados, los Ancianos reunieron personas y animales para preguntarles si alguno de ellos poda aportarles el fuego.Un hombre propuso traer un rayo de sol a condicin de que sean cinco para ir al lugar donde sala el sol. Los Tabaosimoa aprobaron la proposicin y pidieron que los cinco hombres se dirigieran hacia el oriente mientras que ellos, llenos de esperanza, continuaran suplicando y ayunando.Los cinco partieron y llegaron a la montaa donde naca el fuego.

Esperaron la llegada del da y se dieron cuenta que el fuego naca sobre otra montaa, ms alejada. Retomaron entonces su camino.Llegados a la montaa, en un nuevo amanecer, vieron el fuego nacer sobre una tercera montaa, an ms alejada. Prosiguieron as hasta la cuarta, despus la quinta montaa donde, desalentados, decidieron regresar, tristes y fatigados.Contaron esto a los Ancianos quienes pensaron que jams podran alcanzar el Sol. Los Tabaosimoa les agradecieron y se volvieron a poner a reflexionar sobre lo que podran hacer.

Es entonces que apareci Yaushu, un Tlacuache sabio, y l les relat un viaje que haba hecho hacia el oriente. Haba percibido una luz lejana y quiso verificar lo que era. Se puso a marchar durante noches y das, durmiendo y comiendo apenas.La noche del quinto da pudo ver que en la entrada de una gruta arda un fuego de madera de donde se elevaban grandes llamas y un torbellino de chispas.Sentado sobre un banco un hombre viejo miraba el fuego. Era grande y llevaba un taparrabo de piel, los cabellos blancos y los ojos horriblemente brillantes. De tanto en tanto alimentaba esta "rueda" de luz con leos.El Tlacuache cont cmo l permaneci escondido detrs de un rbol y que, espantado, l hizo marcha atrs con precaucin. Se dio cuenta que se trataba de alguna cosa caliente y peligrosa.

Cuando l hubo acabado su relato, los Tabaosimoa pidieron a Yaushu si l poda volver y traerles un poquito. El Tlacuache acept, pero los Ancianos y su gente deban ayunar y orar a los dioses haciendo ofrendas. Ellos consintieron pero le amenazaron de muerte si ste los engaaba. Yaushu sonri sin decir una palabra.Los Tabaosimoa ayunaron durante cinco das y llenaron cinco sacos de pinole que dieron al Tlacuache. Yaushu les anunci que estara de regreso en otros cinco das; deban esperarlo despiertos hasta medianoche y si l mora, les recomend de no lamentarse por l.

Portando su pinole, l lleg al lugar donde el viejo hombre contemplaba el fuego.Yaushu lo salud y fue solamente a la segunda vez que l obtuvo una respuesta. El viejo le pregunt lo que haca tan tarde en ese lugar.Yaushu respondi que era el emisario de Tabaosimoa y que buscaba agua sagrada para ellos. Estaba muy fatigado y pregunt si poda dormir antes de retomar su camino la maana siguiente.Debi suplicarle mucho pero al fin el viejo le permiti quedarse a condicin de que no toque nada. Yaushu se sent cerca del fuego e invit al viejo a compartir su pinole.Este verti un poco sobre el leo, tir algunas gotas por encima de su hombro, despus bebi el resto. El viejo le agradeci y se durmi.

Moribundo les dio el tizn. Los Ancianos encendieron los leos.El Tlacuach Lo vemos an hoy marchar penosamente por los caminos con su cola pelada.

CUENTOS DE AVENTURAS DE NIOS

LA EXCURSION

Susana era una nia lista y tmida. Pero como no vea muy bien, llevaba gafas desde que poda recordar; y tambin desde que poda recordarlo, algunos de sus compaeros de clase se metan con ella y se burlaban de sus gafas de grandes cristales; y haba sido el insoportable Luis el que empez a llamarla Cuatro Ojos, y como era un chico muy popular en la clase, todo el mundo termin conocindola por Susana Cuatro Ojos. Ella haca como que no le importaba, pero realmente no le gustaba nada.Cierto da hicieron una excursin con el colegio para visitar unas cuevas muy famosas. Todos caminaban en fila india, cuando Luis resbal y meti el pie en un agujero. En su caida slo pudo agarrarse a Susana, que caminaba a su lado, y ambos resbalaron durante un buen rato hasta que fueron a parar a una gran caverna. Estaba muy oscuro, y slo se vea un rayito de luz procedente del techo de la caverna, muchos metros por encima, y algunas races y troncos que habran caido por aquella apertura. Llamaron a voces y gritos, pero nadie acudi. Agazapados y muertos de fro, pasaron una noche oscursima dentro de la cueva.A la maana siguiente, seguan sin haberles encontrado, y slo el pequeo rayo de luz les dej ver algo. Luis aprovech para gritar con ms fuerza y tratar de buscar alguna salida, pero no consigui nada en horas, y empez a sentir miedo. Deba ser medioda, porque entonces Susana vio que el rayo entraba recto, directamente hasta el suelo. Rpidamente fue hacia l tomando uno de los troncos, y haciendo una lupa con sus gafas, convirti aquel rayito en una pequea llama que encendi la antorcha. Luis, sorprendidsimo y emocionado, tom algunos troncos y juntos comenzaron a explorar la cueva. Tardaron algn tiempo y quemaron unos cuantos troncos, pero finalmente encontraron una salida. Entre abrazos y gritos de alegra, Luis le dio mil gracias a Susana. l saba que no le gustaba nada que le llamara "Cuatro Ojos", y ahora se arrepenta de haberla llamado as, sobre todo despus de que gracias a aquellas gafas hubieran podido salir de all...As que cuando por fin vieron a todos los que les buscaban, incluida la polica, y los periodistas les abordaron con preguntas, Luis se adelant y dijo:- Qu suerte he tenido! No poda tener mejor compaera de aventuras que Susana Rayo Lser!As comenz a contar la historia, y desde aquel da, no hubo ningn otro "cuatro ojos" en aquel colegio. Eso s, no preguntes por los "Rayo Lser", porque hay unos cuantos.

LIO EN LA CLASE DE CIENCIAS En profesor de ciencias, Don Estudiete, haba pedido a sus alumnos que estudiaran algn animal, hicieran una pequea redaccin, y contaran sus conclusiones al resto de la clase. Unos hablaron de los perros, otros de los caballos o los peces, pero el descubrimiento ms interesante fue el de la pequea Sofa:- He descubierto que las moscas son unas gruonas histricas - dijo segursimaTodos sonrieron, esperando que continuara. Entonces Sofa sigui contando:- Estuve observado una mosca en mi casa durante dos horas. Cuando volaba tranquilamente, todo iba bien, pero en cuanto encontraba algn cristal, la mosca empezaba a zumbar. Siempre haba creido que ese ruido lo hacan con las alas, pero no. Con los prismticos de mi pap mir de cerca y vi que lo que haca era gruir y protestar: se pona tan histrica, que era incapaz de cruzar una ventana, y se daba de golpes una y otra vez; pom!, pom!, pom!. Si slo hubiera mirado a la mariposa que pasaba a su lado, habra visto que haba un hueco en la ventana... la mariposa incluso trat de hablarle y ayudarle, pero nada, all segua protestando y gruendo.Don Estudiete les explic divertido que aquella forma de actuar no tena tanto que ver con los enfados, sino que era un ejemplo de los distintos niveles de inteligencia y reflexin que tenan los animales, y acordaron llevar al da siguiente una lista con los animales ordenados por su nivel de inteligencia...Y as fue como se arm el gran lo de la clase de ciencias, cuando un montn de paps protestaron porque sus hijos.. les haban puesto entre los menos inteligentes de los animales!! segn los nios, porque no hacan ms que protestar, y no escuchaban a nadie.Y aunque Don Estudiete tuvo que hacer muchas aclaraciones y calmar unos cuantos padres, aquello sirvi para que algunos se dieran cuenta de que por muy listos que fueran, muchas veces se comportaban de forma bastante poco inteligente.

LA COLA DEL LEON

En una pequea aldea viva un nio llamado Leo. Era un chico delgado y bajito, y viva siempre con el miedo en el cuerpo, pues algunos chicos de un pueblo vecino acosaban del pobre Leo y trataban de divertirse a su costa.Un da, un joven mago que estaba de paso por la aldea vio las burlas. Cuando los chicos se marcharon, se acerc a Leo y le regal una preciosa cola de len, con una pequea cinta que permita sujetarla a la cintura.- Es una cola mgica. Cuando la persona que la lleva acta valientemente, esa persona se convierte en un fiersimo len.Habiendo visto los poderes de aquel joven mago algunos das antes durante sus actuaciones, Leo no dud de sus palabras, y desde aquel momento llevaba la cola de len colgando de su cintura, esperando que aparecieran los chicos malos para darles un buen escarmiento.Pero cuando llegaron los chicos, Leo tuvo miedo y trat de salir corriendo. Sin embargo, pronto lo alcanzaron y lo rodearon. Ya iban a comenzar las bromas y empujones de siempre, cuando Leo sinti la cola de len colgando de su cintura. Entonces el nio, juntando todo su coraje, tens el cuerpo, cerr los puos, se estir, levant la cabeza, mir fijamente a los ojos a cada uno de ellos, y con toda la calma y fiereza del mundo, prometi que si no le dejaban tranquilo en ese instante, uno de ellos, aunque slo fuera uno, se arrepentira para siempre, hoy, maana, o cualquier otro da... y sigui mirndolos a los ojos, con la ms dura de sus miradas, dispuesto a cumplir lo que deca.Leo sinti un gran escalofro. Deba ser la seal de que se estaba transformando en un len, porque las caras de los chicos cambiaron su gesto. Todos dieron un paso atrs, se miraron unos a otros, y finalmente se marcharon de all corriendo. Leo tuvo ganas de salir tras ellos y destrozarlos con su nueva figura, pero cuando intent moverse, sinti sus piernas cortas y normales, y tuvo que abandonar esa idea.No muy lejos, el mago observaba sonriente, y corri a felicitar a Leo. El nio estaba muy contento, aunque algo desilusionado porque su nueva forma de len hubiera durado tan poco, y no le hubiera permitido luchar con aquellos chicos.- No hubieras podido, de todas formas- le dijo el mago- Nadie lucha contra los leones, pues slo con verlos, y saber lo fieros y valientes que son, todo el mundo huye. Has visto alguna vez un len luchando?Era verdad. No recordaba haber visto nunca un len luchando. Entonces Leo se qued pensativo, mirando la cola de len. Y lo comprendi todo. No haba magia, ni transformaciones, ni nada. Slo un buen amigo que le haba enseado que los abusones y dems animalejos cobardes nunca se atreven a enfrentarse con un chico valiente de verdad.

TITIN EL NIO AVISPA

Titn volva otra vez a casa sin merienda. Como casi siempre, uno de los chicos mayores se la haba quitado, amenazndole con pegarle una buena zurra. De camino, Titn par en el parque y se sent en un banco tratando de controlar su enfado y su rabia. Como era un chico sensible e inteligente, al poco rato lo haba olvidado y estaba disfrutando de las plantas y las flores. Entonces, revoloteando por los rosales, vio una avispa y se asust. Al quitarse de all, un pensamiento pas por su cabeza. Cmo poda ser que alguien muchsimo ms pequeo pudiera hacerle frente y asustarle? Pero si eso era justo lo que l mismo necesitaba para poder enfrentarse a los nios mayores!Estuvo un ratito mirando los insectos, y cuando lleg a casa, ya tena claro el truco de la avispa: el miedo. Nunca podra luchar con una persona, pero todos tenan tanto miedo a su picadura, que la dejaban en paz. As que Titn pas la noche pensando cul sera su "picadura", buscando las cosas que asustaban a aquellos grandullones.Al da siguiente, Titn pareca otro. Ya no caminaba cabizbajo ni apartaba los ojos. Estaba confiado, dispuesto a enfrentarse a quien fuera, pensando en su nuevo trabajo de asustador, y llevaba su mochila cargada de "picaduras". As, el nio que le quit el bocadillo se comi un sandwich de chorizo picantsimo, tan picante que acab llorando y tosiendo, y nunca ms volvi a querer comer nada de Titn. Otro nio mayor quiso pegarle, pero Titn no sali corriendo: simplemente le dijo de memoria los telfonos de sus padres, de su profesor, y de la madre del propio nio; "si me pegas, todos se van a enterar y te llevars un buen castigo", le dijo, y vindole tan decidido y valiente, el chico mayor le dej en paz. Y a otro abusn que quiso quitarle uno de sus juguetes, en lugar de entregarle el juguete con miedo, le di una tarjetita escrita por un polica amigo suyo, donde se lea "si robas a este nio, te perseguir hasta meterte en la crcel". La tctica di resultado. Igual que Titn tena miedo de sus palizas, aquellos grandullones tambin tenan miedo de muchas cosas. Una sola vez se llev un par de golpes y tuvo que ser valiente y cumplir su amenaza: el abusn recibi tal escarmiento que desde aquel da prefiri proteger a Titn, que as lleg a ser como la valiente avispita que asustaba a quienes se metan con ella sin siquiera tener que picarles.

EL MIEDO ES BLANDITO Y SUAVE Marina era una nia que tena mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecan los ms temibles monstruos. Y aunque sus paps le explicaban cada da con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entenda, no dejaba de sentir un miedo atroz. Un da recibieron en casa la visita de la ta Valeria. Era una mujer increble, famossima por su valenta y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso haban hecho libros y pelculas. Marina, con ganas de vencer el miedo, le pregunt a su ta cmo era tan valiente, y si alguna vez haba se haba asustado.- Muchsimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequea y tena un miedo terrible a la oscuridad. No poda quedarme a oscuras ni un momento.La nia se emocion muchsimo; cmo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?- Te contar un secreto, Marina. Quienes me ensaaron a ser valiente fueron unos nios ciegos. Ellos no pueden ver, as que si no hubieran descubierto el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estaran siempre asustadsimos. - Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- me cuentas ese secreto?- Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo nico que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te d miedo cierra los ojos, levntete con cuidado, y trata de ver qu es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y maana me cuentas cmo es el miedo.Marina acept, algo preocupada. Saba que tendra que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor, as que no protest ni un peln cuando sus padres la acostaron, y ella misma apag la luz. Al poco rato, sinti miedo de una de las sombras en la habitacin, y haciendo caso del consejo de la ta Valeria, cerr los ojos de la cara y abri los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...A la maana siguiente, Marina lleg corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando. "el miedo es blandito y suave!... es mi osito de peluche!"

CUENTOS GRACIOSOSEL TESORO DE MADIMadi era una medusa curiosa que durante uno de sus paseos por el fondo del mar, descubri una cueva muy escondida, en cuyo interior haba un cofre brillante y misterioso. A su lado, un cartel deca "no podrs llevar joyas ms valiosas". Aunque el cofre era pesadsimo, Madi lo llev a su casa, convencida de haber encontrado un gran tesoro.Una vez en casa, lo abri llena de nervios y emocin. Pero no contena joya alguna. Tan slo un bonito y sencillo vestido que brillaba con ese tono especial que tienen las cosas mgicas. Cuando se recuper de la desilusin, Madi decidi probarse el vestido y salir a dar un paseo.No era el vestido ms bonito que haba visto, y era un poco pesado y difcil de vestir, pero le sentaba muy bien, y al momento se sinti ms alegre y animada que nunca. Senta ganas de hablar y saludar a todos, de gastar bromas y contar chistes, y todos cuantos se cruzaban con ella la encontraban realmente encantadora...Pero Molvorn, el terrible y gigantesco pulpo malvado, tena que fastidiarla, y slo unos dias despus, en el fondo del mar todos corran a esconderse al enterarse de su llegada. Madi se qued all sola, tan contenta, pues con su vestido mgico slo senta alegra.- Hola, pulpito ! - dijo alegre y divertida - quieres jugar conmigo?Molvorn se sinti bastante contrariado al ver que la pequea medusa no hua como los dems- es que no tienes miedo? - dijo con una voz terrible- Por qu iba a tenerlo, si te tengo a ti para defenderme? - respondi confiada. - Venga, vamos a jugar!El malvado pulpo mostr sus tentculos amenazadores, movindolos ligeramente a un lado y otro. A Madi aquello, ms que asustarle, le record una danza india.- Qu buena idea! Vamos a bailar! - GRRRR!!Molvorn, furioso al ver que la nia no haca caso de sus amenazas, se inclin hacia adelante sobre la nia, con su gran boca abierta, los ojos rojos de sangre y las ventosas echando burbujas de ira... Era el aspecto ms fiero que nadie recordaba haber visto en aquel pulpo malvado, cuyo nombre bastaba para sembrar el terror en aquellos mares. Un gran silencio se hizo mientras Madi observaba el terrible aspecto del pulpo.- Guapo! Ms que guapo! Anda que no tendrs novias! - respondi finalmente.Molvorn, deprimido por la falta de miedo de la pequea, no dijo nada. Slo se qued escuchando sus palabras, palabras y palabras. Era tanta la alegra de aquella pequea, que se contagiaba; y el pulpo comenz a sentir, por primera vez en su vida, ganas de estar alegre. Y se march de all, dispuesto a conseguir que dejaran de llamarle "pulpo malvado".Cuando el pulpo se haba alejado, todos salieron de sus escondites y fueron a felicitar a Madi por su valenta. Ella, comprendiendo lo que haba pasado, cont los poderes que tena aquel vestido para alegrar a quien lo llevaba... y pens que era el vestido quien la haba salvado. Pero entonces varios peces saltaron a la vez.- Pero si hoy no llevas tu vestido nuevo!!...Y era verdad. No lo llevaba; estaba tan alegre que se le haba olvidado en casa. As que Madi, la pequea medusa, se haba enfrentado a Molvorn llevando nicamente su sonrisa y su alegra. Y ya nunca ms necesit aquel vestido, al comprender que una sonrisa tena tanto poder como su vestido mgico, pero... era mucho ms cmoda y fcil de llevar!!LOS ULTIMOS MIL DRAGONES

Hay muchas leyendas que hablan sobre la extincin de los dragones, pero slo una cuenta la historia de Sir Esmile, el valiente caballero que acab con los ltimos mil dragones. Sir Esmile estudi durante aos los crueles y malvados comportamientos de los dragones de su tiempo, como muchos otros, pero sus conclusiones fueron nicas e increbles: los dragones vivan en un enfado constante, tan grande, que les hacia echar fuergo por la boca.As que cuando se decidi a acabar con los dragones, cambi las armaduras y espadas de los dems caballeros por algo inslito: un chiste y un carrito de helados. Cuando el primer dragn se acercaba a devorarle, Sir Esmile cont su chiste a voz en grito. Era un chiste tan bueno, que hasta el dragn sonri, apagndose al momento su fuego, tal y como haba previsto el valiente caballero. En ese instante, mientras el dragn rea, le ofreci tambin el helado... qu fresquito tan agradable sinti el dragn!, despus de aos y aos de llevar el fuego en la garganta. Y aprovechando la tranquilidad de aquel dragn que minutos antes pareca de lo ms feroz, Sir Esmile le ofreci a probar un poco de fruta, que al dragn le supo a gloria.Y es que los dragones no coman ni fruta ni verdura, porque el fuego de sus bocas las quemaba de tal forma que no tenan ningn sabor, as que preferan comer vacas y personas, que aunque chamuscadillas, al menos les saban a algo... pero claro, cuando el dragn prob frutas frescas, sinti tanta alegra y felicidad, que incluso su terrible aspecto fue cambiando, pues tambin tenan tan mala pinta por comer tan mal, y en slo unos das de vida alegre y sana, una noche el dragn desapareci, y el nico rastro que qued de l fue una linda mariposa de grandes alas de colores...Y as cuanta la historia que Sir Esmile, con la nica ayuda de sus buenos chistes y un carrito de helados, hizo desaparecer los ltimos mil dragones, a quienes una nueva vida, alegre y sana, desembruj para siempre, convirtindolos en bellas y adorables mariposas

TIERRA TRAGAMEDicen que una vez alguien confundi sus colorados mofletes con dos tomates, y que al ir a arrancarlos, se quem la mano. Y es que no era para menos, porque lvaro era el nio con ms vergenza y miedo al ridculo que uno pueda imaginarse; bastaba con que ocurriera cualquier pequea contrariedad para que se pusiera rojo como una guindilla. As que el da que le ocurri algo ridculo de verdad, pareca que iba a estallar de vergenza.lvaro estaba con su amigo Jaime preparando la obra de teatro de "Los tres cerditos", en la que Jaime participaba. Estuvieron jugando un rato hasta que lvaro record que haba invitado esa tarde a Dora, la nia ms dulce, guapa y lista de la clase, a merendar a su casa, as que sali corriendo hacia el patio, donde encontr a Dora, y le dijo:- Qu, vamos a mi casa? puedo darte un bocata de chorizo...Y justo cuando estaba acabando la frase se di cuenta de que haba olvidado quitarse la careta y el disfraz de cerdito! Dora qued petrificada, todos a su alrededor comenzaron a reir, y el pobre lvaro, incapaz de reaccionar, slo pens: tierra, trgame!Al instante, desapareci bajo la tierra y se encontr en un lugar increble: all estaban todos los que alguna vez haban deseado que les tragara la tierra! y no era raro , porque casi todos tenan un aspecto verdaderamente ridculo y divertido. As conoci al atleta que empez a correr en direccin contraria y crey haber ganado por mucho, a la seorita calva que perdi la peluca en un estornudo o a la novia que se pis el vestido y acab rodando como una albndiga. Pronto se enter de que la nica forma de escapar de aquel lugar era a travs de la risa, pero no de una risa cualquiera: tena que aprender a reirse de s mismo. Y era difcil, porque algunos llevaban aos all encerrados, negndose a encontrar divertidos sus momentos de mayor ridculo; pero lvaro se super y supo encontrar en aquellos momentos de tanta vergenza una forma de hacer rer a los dems y darles un poco de alegra. Y cuando se vio a s mismo con la careta de cerdo, hablando de chorizo con Dora, no pudo dejar de rerse de la situacin.Al momento volvi a estar en el colegio, delante de Dora, justo donde haba dejado su frase. Pero esta vez, lejos de ponerse colorado sin saber qu decir, sonri, se quit la careta y meneando su traserito de cerdo dijo: - Venga anmate, que hoy tengo buenos jamones! Dora y todos los dems encontraron divertidsima la broma, y desde aquel da, lvaro se convirti en uno de lo chicos ms divertidos del colegio, capaz de rerse y hacer chistes de cualquier cosa que le ocurriera.

CUENTOS BURLESCOSEL MURCIEPAJAROHaba una vez un murcilago para quien salir a cazar insectos era un esfuerzo terrible. Era tan comodn, que cuando un da por casualidad vio un pjaro en su jaula a travs de una ventana, y vio que tena agua y comida sin tener que hacer ningn esfuerzo, decidi que l tambin se convirtira en la mascota de un nio.Empez a madrugar, levantndose cuando an era de da para ir a algn parque y dejarse ver por algn nio que lo adoptase como mascota. Pero como los murcilagos son bastante feuchos, la verdad, poco caso le hacan. Entonces, decidi mejorar su aspecto. Se fabric un pico, se peg un montn de plumas alrededor del cuerpo, y se hizo con un pequeisimo silbato, con el que consigui que sus cantos de murcipjaro fueran un poco menos horribles. Y as, y con mucha suerte, se encontr con un nio bastante miope que casi nunca llevaba sus gafas, a quien no import el ridculo aspecto de aquel pjaro negro y pequeajo.El murcilago fue feliz a su jaula, dentro de una casa cmoda y calentita, donde se sinti el rey de todos los murcilagos, y el ms listo. Pero aquella sensacin dur tanto como su hambre, pues cuando quiso comer algo, all no haba ni mosquitos ni insectos, sino abundante alpiste y otros cereales por los que el muercilago senta el mayor de los ascos. Tanto, que estaba decidido a morir de hambre antes que probar aquella comida de pjaros. Pero su nuevo dueo, al notar que comenzaba a adelgazar, decidi que no iba a dejar morir de hambre a su pajarito, y con una jeringuilla y una cuchara, consigui que el aquel fuera el primer murcilago en darse un atracn de alpiste...Algunos das despus, el murcipjaro consigui escapar de aquella jaula y volver a casa. Estaba tan avergonzado que no cont a nadie lo que le haba ocurrido, pero no pudo evitar que todos comentaran lo mucho que se esforzaba ahora cuando sala de caza, y lo duro y resistente que se haba vuelto, sin que desde entonces volvieran a preocuparle las molestias o incomodidades de la vida en libertad.

LA RANA SALTAVENTANAS

Haba una vez una rana que viva en un estanque junto a un palacio abandonado, habitado de vez en cuando por alguna bruja viajera. Un da decidi visitarlo, y de salto en salto lleg junto a una ventana que en lugar de cristales tena una pompa de jabn. La rana, divertida, quiso explotarla de un salto, pero aquello no era jabn, sino restos de una pocin mgica, y al momento se vio entrando en un sitio muy diferente.Pareca la casa de alguien muy rico: ola bien y se estaba calentito. Pero aquello dur muy poco: un perro la descubri y a punto estuvo de atraparla. Por suerte, en tres grandes saltos la rana consigui salir de nuevo por la ventana... para aparecer en una charca maravillosa, llena de ranas y sapos de gran belleza, con abundantes moscas, donde todos croaban felices durante horas y horas. La rana, ni bonita ni fea, sino ms bien normal, no fue muy bien acogida por las presumidas habitantes de la charca, pero estaba tan a gusto que poco le import. Vivi en aquel lugar bastantes das, pero una noche, unos cuantos sapos hartos de su vulgar aspecto, la agarraron mientras dorma, y la devolvieron a la ventana por donde haba entrado.La rana despert en una habitacin oscura y estropeado, bastante fra e incmoda, donde un pobre nio la recibi con muchsima alegra, convirtindola desde el primer momento en su inseparable compaera. La atenda lo mejor que poda y hasta cazaba moscas para ella, pero la rana no dejaba de pensar en las comodidades de la anterior charca, y cuando el fro se hizo ms intenso, y la lea se termin, corri una noche a la ventana y dio un gran salto en busca de ... el Polo Norte!!La rana se sinti morir de fro, y volvi a saltar por donde haba llegado. Esta vez apareci en el desierto, y cuando quiso dar marcha atrs volvi a ver las nieves del Polo. No import cuntas veces salt adelante y atrs: ya no apareci en ningn lugar distinto del hielo del polo o la arena del desierto. Y mientras cambiaba de uno a otro se acordaba de su buen amo, el nio pobre, y de cmo por haber sido tan desagradecida y cmoda, haba acabado as, medio muerta de hambre, saltando continuamente del peor de los fros al ms abrasador de los calores.

EL SARTENAZO

La rana Renata era la mejor cocinera de los pantanos y a su selecto restuaurante acudan todas las ranas y sapos de los alrededores. Sus "moscas en salsa de bicho picante" o sus "alitas de liblula caramelizadas con miel de abeja" eran delicias que ninguna rana deba dejar de probar, y aquello haca sentirse a Renata verdaderamente orgullosa.Un da, apareci en su restaurante Sopn dispuesto a cenar. Sopn era un sapo grandn y un poco bruto, y en cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata, comenz a protestar diciendo que aquello no era comida, y que lo que l quera era una buena hamburguesa de moscardn. Renata acudi a ver cul era la queja de Sopn con sus platos, y cuando este dijo que todas aquellas cosas eran "pichijiminadas", se sinti tan furiosa y ofendida, que sin mediar palabra le arre un buen sartenazo.Menuda trifulca se arm. A pesar de que Renata enseguida se dio cuenta de que tena que haber controlado sus nervios, y no dejaba de pedir disculpas a Sopn, ste estaba tan enfadado, que deca que slo sera capaz de perdonarla si l mismo le devolva el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que con la fuerza del sapo y la pequeez de la rana, el sartenazo le partira la cabeza. Y como Sopn no aceptaba las disculpas, y Renata se senta fatal por haberle dado el sartenazo, Renata comenz a hacer de todo para que le perdonara: le dio una pomada especial para golpes, le sirvi un exquisito licor de agua de charca e incluso le prepar.. una estupenda hamburguesa de moscardn!Pero Sopn quera devolver el porrazo como fuera para quedar en paz. Y ya estaban a punto de no poder controlarle, cuando aparecio un anciano sapo caminando con ayuda de unas muletas.- Espera Sopn-dijo el anciano- podrs darle el sartenazo cuando yo te rompa la pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.Sopn se qued paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar. Era Sapiencio, su viejo profesor que un da le haba salvado de unos nios gamberros cuando era pequeo, y que al hacerlo se dej una de sus patas. Recordaba que todo aquello ocurri porque Sopn haba sido muy desobediente, pero Sapiencio nunca se lo haba recordado hasta ahora...Entonces Sopn se dio cuenta de que estaba siendo muy injusto con Renata. Todos, incluso l mismo, cometemos errores alguna vez, y devolver golpe por golpe y dao por dao, no haca sino ms dao . As que, aunque an le dola la cabeza y pensaba que a Renata se le haba ido la mano con el sartenazo, al verla tan arrepentida y haciendo de todo para que le perdonase, decidi perdonarle. Y entonces pudieron dedicar el resto del tiempo a reirse de la historia y saborear la rica hamburguesa de moscardn, y todos estuvieron de acuerdo en que aquello fue mucho mejor que liarse a sartenazos.

RIMAS

Santa Mara pari a MaraSanta Isabel pari a San JuanCon estas tres palabrasLos perros se callarn

El gato sin botas

De puro golosoAmaneci enfermoDe un mal doloroso

La gata afligidaNo duda el motivoDe alguna comidaO de un salto furtivo

El gato asustadoConfiesa su culpaDevor confiadoCinco ratas juntas

Melindrosa

Es la melindrosaDe tal condicinQue le dio un insultoAl ver un ratn

Al estar cosiendoEn el pasadizoCon el aire el hiloLe dio un romadizo

Al tomar un libroSe le cay una hojaLe peg en el pieY la dej coja

Ella est en la camaMuy de gravedadPor haberse puestoUn botn helado

Ella sigue enfermaDe muchos dasPor haberse puestoLa sortija fra

Los mesesTreinta das trae septiembreCon abril junio y noviembreDe veintiocho slo hay unoY los dems treinta y uno

CANCIONES DE CUNA

Tengo una muecavestida de azul,con su camisita y su canes.La saqu a paseo ,y se me enfermla tengo en la camacon mucho dolor.Esta maanitame ha dicho el doctorque le d jarabecon un tenedor.Dos y dos son cuatrocuatro y dos son seis,seis y dos son ochoy ocho diecisisy ocho veinticuatroy ocho treinta y dos. Animas venditas ,me arrodillo yo!

NANA

A la nana, nanaque hoy quiero vera un nio niitollamado MiguelCon agua romeroyo lo baarpara que la lunalo acune despusCon soles y floreslo recibircuando el da lleguepara mi Miguel.A la nana, nanaque tu infancia va,de la mano niojunto a tu mam.

DUERMETE MI NIODurmete, mi nioDurmete, mi sol,Durmete, pedazode mi corazn.San Jos y la Virgeny Santa IsabelAndan por las callesde Jerusaln,preguntando a todospor el nio Diosy todos respondenque saben de l.

DINDAN

Din dan, din don dan,Campanitas sonarn.Din dan, din don dan,que a los nios dormirnDindiln dandalan dandalan dan,las estrellas brillarnCierra los ojos y durmete ya,porque la noche muy pronto vendrDan, dan, dan.

TODOS LOS PATITOS

DOS PATITOS EN EL AGUA MENEABAN SU COLITA, Y LE DIJO UNO A OTRO! HAY QUE AGUA MAS FRESQUITA!

TODOS LOS PATITOS SE FUERON A NADARY EL MAS CHIQUIITITO SE PUDO AHOGARSU MAMI ENFADADA LE QUISO PEGARY EL POBRE PATITO SE PUSO A LLORAR.CUA , CUA, CUA, CUA, CUA,

RONDAS

ARROZ CON LECHE

Arroz con lecheMe quiero casarCon una seoritaDe San NicolsQue sepa coserQue sepa bailarQue sepa abrir la puertaPara ir a jugar.H, I, J, K, L, M, , ASi usted no me quiere otra nia me querrH, I, J, K, L, M, , ASi usted no me quiere otra nia me querr

EL LOBO

Juguemos en el bosqueHasta que el lobo esteSi el lobo aparece entero nos comerQue estas haciendo lobito?Estoy bandomeJuguemos en el bosque Hasta que el lobo esteSi el lobo aparece entero nos comerQue estas haciendo lobito?Estoy desayunandoJuguemos en el bosqueHasta que el bosque esteSi el lobo aparece entero nos comer

JUAN PILRULEROJuan Pirulero Avena avena En el agua clara Los maderos de san juan Don Piruli La pajara pinta Matarile rile ron Los numeros El milano Mambru Los perritos Un gato cayo en un plato A la una como tuna Veinte ratones Que llueva que llueva Luna luna Que pase el rey Cuanto me das marinero El piojo y la pulga Mi mano

A la vbora de la marA la vbora de la mar,de la mar,por aqu pueden pasar;los de adelante corren mucho,los de atrs se quedarn,tras, trasUna mexicanaque fruta venda,ciruela, chabacano,meln o sanda,da, da,ser la viejadel otro da.Campanita de oro,djame pasar,con todos mis hijos,menos el de atrs,tras, trasVerbena, verbena,jardn de matatena,verbena, verbena,la fruta est muy buena.Campanita de oro,djame pasar,con todos mis hijos,menos el de atrs,tras, trasser meln,ser sanda,ser la viejadel otro da.Campanita de oro,djame pasar,con todos mis hijos,menos el de atrs,tras, tras!

El zapaterozapatero, zapateroque trabajas sin cesarcon la lezna y el martillotipi tipi tipi tase me ha roto el zapatitome lo puedes remendarle hace falta suela nuevaporque as no puedo andartipi tipi tipi tipitipi tipi tipi tatipi tipi tipi tipitip tipi tipi tatipi tipi todo el diatipi tipi sin cesartipi tipi tipi tipitipi tipi tipi t

Aserrn, aserrnAserrn,aserrnlos maderosde San Juan,piden pan,no les dan;piden queso,les dan hueso,que se atoraen el pescuezo;y se echana llorar,en el quiciodel zahun;riqui,riqui,riqui,ran!

Nmero uno es divertido

El nmero uno es divertidoUno, uno, uno Un nio juega yaUno, uno, unoUn pjaro que vuelaUno, uno, uno

El uno si que es divertidoUno, uno, unoUn esquiador en el marUno, uno, unoEl uno se dice fcil Uno, uno, unoPara ti y para miUno, uno, unoUn paracaidista Uno, uno, unoUn caballo en la pistaUno, uno, uno

El uno si que es divertidoUno, uno, unoUn helicptero volandoUno, uno, unoUn beb andandoUno, uno, unoEl uno si que es divertidoUno, uno, unoUn carro muy velozUno, uno, unoUn cometa vuela ahUno, uno, unoUn beb bailando asUno, uno, unoEl uno si que es divertido

Al olivo, al olivo

Al olivo, al olivo,al olivo sub.Por coger una ramadel olivo ca.Del olivo ca,quin me levantar?Una nia morenaque la mano me da.Que la mano me da,que la mano me dio,una nia morenaque es la que quiero yo.Que es la que he de querer,una nia morena,que ha de ser mi mujer.Que ha de ser y seresta nia morenaque la mano me da.

Al pasar la barca

Al pasar la barca,me dijo el barquero:las nias bonitasno pagan dinero.

Al volver la barcame volvi a decir:las nias bonitasno pagan aqu.

Yo no soy bonitani lo quiero ser.Las nias bonitasse echan a perder.

Como soy tan feayo lo pagar.Arriba la barcade Santa Isabel

El Barquito Chiquitito

Haba una vez un barquito chiquitito, (bis)que no sabia, que no poda, que no poda navegar,pasaron un, dos, tres,cuatro , cinco, seis semanas,pasaron un, dos, tres,cuatro, cinco, seis semanas,y aquel barquito y aquel barquitoy aquel barquito naveg.

y si esta historia, parece corta,volveremos, volveremos, a empezar,haba una vez un barquito chiquitito (bis)que no sabia, que no poda, que no podio, navegar.....etc.