Cuentos infantiles (varios)

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~ 1 ~ BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS En un lugar muy lejano vivía una hermosa princesa que se llamaba Blancanieves. Vivía en un castillo con su madrastra, una mujer muy mala y vanidosa, que lo único que quería era ser la mujer más hermosa del reino. Todos los días preguntaba a su espejo mágico quién era la más bella del reino, al que el espejo contestaba: - Tú eres la más hermosa de todas las mujeres, reina mía. El tiempo fue pasando hasta que un día el espejo mágico contestó que la más bella del reino era Blancanieves. La reina, llena de furia y de rabia, ordenó a un cazador que llevase a Blancanieves al bosque y que la matara. Y como prueba traería su corazón en un cofre. El cazador llevó a Blancanieves al bosque pero cuando allí llegaron él sintió lástima de la joven y le aconsejó que se marchara para muy lejos del castillo, llevando en el cofre el corazón de un jabalí. Blancanieves, al verse sola, sintió mucho miedo porque tuvo que pasar la noche andando por la oscuridad del bosque. Al amanecer, descubrió una preciosa casita. Entró sin pensarlo dos veces. Los muebles y objetos de la casita eran pequeñísimos. Había siete platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba, dónde Blancanieves, después de juntarlas, se acostó quedando profundamente dormida durante todo el día. Al atardecer, llegaron los dueños de la casa. Eran siete enanitos que trabajaban en unas minas. Se quedaron admirados al

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Cuentos infantiles varios

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  • ~ 1 ~

    BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS

    En un lugar muy lejano viva una hermosa princesa que se llamaba

    Blancanieves. Viva en un castillo con su madrastra, una mujer

    muy mala y vanidosa, que lo nico que quera era ser la mujer ms

    hermosa del reino. Todos los das preguntaba a su espejo mgico

    quin era la ms bella del reino, al que el espejo contestaba:

    - T eres la ms hermosa de

    todas las mujeres, reina ma. El

    tiempo fue pasando hasta que

    un da el espejo mgico

    contest que la ms bella del

    reino era Blancanieves. La

    reina, llena de furia y de rabia,

    orden a un cazador que llevase

    a Blancanieves al bosque y que

    la matara. Y como prueba

    traera su corazn en un cofre.

    El cazador llev a Blancanieves

    al bosque pero cuando all

    llegaron l sinti lstima de la

    joven y le aconsej que se

    marchara para muy lejos del

    castillo, llevando en el cofre el

    corazn de un jabal.

    Blancanieves, al verse sola, sinti mucho miedo porque tuvo que

    pasar la noche andando por la oscuridad del bosque. Al amanecer,

    descubri una preciosa casita. Entr sin pensarlo dos veces. Los

    muebles y objetos de la casita eran pequesimos. Haba siete

    platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba,

    dnde Blancanieves, despus de juntarlas, se acost quedando

    profundamente dormida durante todo el da.

    Al atardecer, llegaron los dueos de la casa. Eran siete enanitos

    que trabajaban en unas minas. Se quedaron admirados al

  • ~ 2 ~

    descubrir a Blancanieves. Ella les cont toda su triste historia y

    los enanitos la abrazaron y suplicaron a la nia que se quedase

    con ellos. Blancanieves acept y se qued a vivir con ellos. Eran

    felices.

    Mientras tanto, en el castillo, la reina se puso otra vez muy

    furiosa al descubrir, a travs de su espejo mgico, que

    Blancanieves todava viva y que an era la ms bella del reino.

    Furiosa y vengativa, la cruel madrastra se disfraz de una

    inocente viejecita y parti hacia la casita del bosque.

    All, cuando Blancanieves estaba sola, la malvada se acerc y

    hacindose pasar por buena ofreci a la nia una manzana

    envenenada. Cuando Blancanieves dio el primer bocado, cay

    desmayada, para felicidad de la reina mala. Por la tarde, cuando

    los enanitos volvieron del trabajo, encontraron a Blancanieves

    tendida en el suelo, plida y quieta, y creyeron que estaba

    muerta.

    Tristes, los enanitos construyeron una urna de cristal para que

    todos los animalitos del bosque pudiesen despedirse de

    Blancanieves. Unos das despus, apareci por all un prncipe a

    lomos de un caballo. Y nada ms contemplar a Blancanieves, qued

    prendado de ella.

    Al despedirse besndola en la mejilla, Blancanieves volvi a la

    vida, pues el beso de amor que le haba dado el prncipe rompi el

    hechizo de la malvada reina. Blancanieves se cas con el prncipe

    y expulsaron a la cruel reina del palacio, y desde entonces todos

    pudieron vivir felices.

    FIN

  • ~ 3 ~

    CAPERUCITA ROJA

    En un bosque muy lejos de aqu, viva una alegre y bonita nia a la

    que todos queran mucho. Para su cumpleaos, su mam le prepar

    una gran fiesta. Con sus amigos, la nia jug, bail, sopl las

    velitas, comi tarta y caramelos. Y como era buena, recibi un

    montn de regalos. Pero su abuela tena una sorpresa: le regal

    una capa roja de la que la nia jams se separ.

    Todos los das sala vestida con la caperuza. Y desde entonces,

    todos la llamaban de Caperucita Roja. Un da su mam le llam y

    le dijo: - Caperucita, maana quiero que vayas a visitar a la abuela

    porque est enferma. Llvale esta cesta con frutas, pasteles, y

    una botella de vino dulce.

    A la maana siguiente,

    Caperucita se levant muy

    temprano, se puso su capa y se

    despidi de su mam que le

    dijo: - Hija, ten mucho cuidado.

    No cruces el bosque ni hables

    con desconocidos. Pero

    Caperucita no hizo caso a su

    mam. Y como crea que no

    haba peligros, decidi cruzar

    el bosque para llegar ms

    temprano.

    Sigui feliz por el camino. Cantando y saludando a todos los

    animalitos que cruzaban su camino. Pero lo que ella no saba es

    que escondido detrs de los rboles, se encontraba el lobo que la

    segua y observaba. De repente, el lobo la alcanz y le dijo:

  • ~ 4 ~

    - Hola Caperucita!

    - Hola seor lobo!

    - A dnde vas as tan guapa y con tanta prisa?

    - Voy a visitar a mi abuela, que est enferma, y a la que llevo

    frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.

    - Y dnde vive su abuelita?

    - Vive del otro lado del bosque. Y ahora tengo que irme sino no

    llegar hoy. Adis seor lobo.

    El lobo sali disparado. Corri todo lo que pudo hasta llegar a la

    casa de la abuela. Llam a la puerta.

    - Quin es?

    Pregunt la abuelita. Y el lobo, imitando la voz de la nia le dijo:

    - Soy yo, Caperucita.

    La abuela abri la puerta y no tuvo tiempo de reaccionar. El lobo

    entr y se la trag de un solo bocado. Se puso el gorrito de

    dormir de la abuela y se meti en la su cama para esperar a

    Caperucita. Caperucita, despus de recoger algunas flores del

    campo para la abuela, finalmente lleg a la casa. Llam a la puerta

    y una voz le dijo que entrara. Cuando Caperucita entr y se

    acerc a la cama not que la abuela estaba muy cambiada. Y

    pregunt:

    - Abuelita, abuelita, qu ojos tan grandes tienes!

    Y el lobo, imitando la voz de la abuela, contest:

    - Son para verte mejor.

    - Abuelita, qu orejas ms grandes tienes!

    - Son para orte mejor.

    - Abuelita, qu nariz ms grande tienes!

    - Son para olerte mejor.

    Y ya asustada, sigui preguntando:

  • ~ 5 ~

    - Pero abuelita, qu dientes tan grandes tienes!

    - Son para comerte mejor!

    Y el lobo saltando sobre caperucita, se la comi tambin de un

    bocado. El lobo, con la tripa totalmente llena acab durmindose

    en la cama de abuela. Caperucita y su abuelita empezaron a dar

    gritos de auxilio desde dentro de la barriga del lobo. Los gritos

    fueron odos por un leador que pasaba por all y se acerc para

    ver lo que pasaba.

    Cuando entr en la casa y percibi todo lo que haba sucedido,

    abri la barriga del lobo, salvando la vida de Caperucita y de la

    abuela. Despus, llen piedras a la barriga del lobo y la cosi.

    Cuando el lobo se despert senta mucha sed. Y se fue a un pozo

    a beber agua. Pero al agacharse la tripa le pes y el lobo acab

    cayendo dentro del pozo del que jams consigui salir. Y as,

    todos pudieron vivir libres de preocupaciones en el bosque. Y

    Caperucita prometi a su mam que jams volvera a

    desobedecerla.

    FIN

  • ~ 6 ~

    EL PATITO FEO

    En una hermosa maana de verano, los huevos que haban

    empollado la mam Pata empezaban a romperse, uno a uno. Los

    patitos fueron saliendo poquito a poco, llenando de felicidad a los

    paps y a sus amigos. Estaban tan contentos que casi no se dieron

    cuenta de que un huevo, el ms grande de todos, an permaneca

    intacto.

    Todos, incluso los patitos recin nacidos, concentraron su

    atencin en el huevo, a ver cuando se rompera. Al cabo de

    algunos minutos, el huevo empez a moverse, y luego se pudo ver

    el pico, luego el cuerpo, y las patas del sonriente pato. Era el ms

    grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los dems. Y

    como era diferente, todos empezaron a llamarle el Patito Feo.

    La mam Pata, avergonzada por

    haber tenido un patito tan feo,

    le apart con el ala mientras

    daba atencin a los otros

    patitos. El patito feo empez a

    darse cuenta de que all no le

    queran. Y a medida que creca,

    se quedaba an ms feo, y tena

    que soportar las burlas de

    todos. Entonces, en la maana

    siguiente, muy temprano, el

    patito decidi irse de la granja.

    Triste y solo, el patito sigui un camino por el bosque hasta llegar

    a otra granja. All, una vieja granjera le recogi, le dio

    de comer y beber, y el patito crey que haba encontrado a

    alguien que le quera. Pero, al cabo de algunos das, l se dio

    cuenta de que la vieja era mala y slo quera engordarle para

    transformarlo en un segundo plato. El patito sali corriendo como

    pudo de all.

  • ~ 7 ~

    El invierno haba llegado, y con l, el fro, el hambre y la

    persecucin de los cazadores para el patito feo. Lo pas muy mal.

    Pero sobrevivi hasta la llegada de la primavera. Los das pasaron

    a ser ms calurosos y llenos de colores. Y el patito empez a

    animarse otra vez. Un da, al pasar por un estanque, vio las aves

    ms hermosas que jams haba visto. Eran elegantes, delicadas, y

    se movan como verdaderas bailarinas, por el agua. El patito, an

    acomplejado por la figura y la torpeza que tena, se acerc a una

    de ellas y le pregunt si poda baarse tambin en el estanque.

    Y uno de los cisnes le contest:

    - Pues, claro que s! Eres uno de los nuestros.

    Y le dijo el patito:

    - Cmo que soy uno de los vuestros?

    Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de vosotros.

    Y ellos le dijeron:

    - Entonces, mira tu reflejo en el agua del estanque y vers cmo

    no te engaamos.

    El patito se mir y lo que vio le dej sin habla. Haba crecido y se

    transformado en un precioso cisne! Y en este momento, l supo

    que jams haba sido feo. l no era un pato sino un cisne. Y as, el

    nuevo cisne se uni a los dems y vivi feliz para siempre.

    FIN

  • ~ 8 ~

    EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR

    Hace muchos aos viva un Emperador que gastaba todas sus

    rentas en lucir siempre trajes nuevos. Tena un traje para cada

    ocasin y hora de da. La ciudad en que viva el Emperador era

    muy movida y alegre. Todos los das llegaban tejedores de todas

    las partes del mundo para tejer los trajes ms maravillosos para

    el Emperador.

    Un da se presentaron dos bandidos que se hacan pasar por

    tejedores, asegurando tejer las telas ms hermosas, con colores

    y dibujos originales. El Emperador qued fascinado e

    inmediatamente entreg a los dos bandidos un buen adelanto en

    metlico para que se pusieran manos a la obra cuanto antes.

    Los ladrones montaron un telar y simularon que trabajaban. Y

    mientras tanto, se suministraban de las sedas ms finas y del oro

    de mejor calidad. Pero el Emperador, ansioso por ver las telas,

    envi al viejo y digno ministro a la sala ocupada por los dos

    supuestos tejedores. Al entrar en el cuarto, el ministro se llev

    un buen susto "Dios nos ampare! Pero si no veo nada!".

    Pero no solt palabra. Los dos

    bandidos le rogaron que se

    acercase y le preguntaron si no

    encontraba magnficos los

    colores y los dibujos. Le

    sealaban el telar vaco y el

    pobre hombre segua con los

    ojos desencajados, sin ver

    nada. Pero los bandidos

    insistan: "No dices nada del

    tejido?".

  • ~ 9 ~

    El hombre, asustado, acab por decir que le pareca todo muy

    bonito, maravilloso y que dira al Emperador que le haba gustado

    todo. Y as lo hizo. Los estafadores pidieron ms dinero, ms oro

    y se lo concedieron. Poco despus, el Emperador envi a otro

    ministro para inspeccionar el trabajo de los dos bandidos. Y le

    ocurri lo mismo que al primero.

    Pero sali igual de convencido de que haba algo, de que el

    trabajo era formidable. El Emperador quiso ver la maravilla con

    sus propios ojos. Seguido por su comitiva, se encamin a la casa

    de los estafadores. Al entrar no vio nada. Los bandidos le

    preguntaron sobre el admirable trabajo y el Emperador pens:

    "Cmo! Yo no veo nada. Eso es terrible. Ser tonto o acaso no

    sirvo para emperador? Sera espantoso". Con miedo de perder su

    cargo, el emperador dijo: - Oh, s, es muy bonita. Me gusta

    mucho. La apruebo. Todos los de su squito le miraban y

    remiraban. Y no entendan al Emperador que no se cansaba de

    lanzar elogios a los trajes y a las telas.

    Y se propuso a estrenar los vestidos en la prxima procesin. El

    Emperador condecor a cada uno de los bribones y los nombr

    tejedores imperiales. Sin ver nada, el Emperador prob los

    trajes, delante del espejo. Los prob y los reprob, sin ver nada

    de nada. Y todos exclamaban: - Qu bien le sienta! Es un traje

    precioso!

    Fuera, la procesin lo esperaba. Y el Emperador sali y desfil

    por las calles del pueblo sin llevar ningn traje. Nadie permita

    que los dems se diesen cuenta de que nada vea, para no ser

    tenido por incapaz o por estpido, hasta que exclam de pronto

    un nio:

    - Pero si no lleva nada!

    - Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia!, dijo su padre; y

    todo el mundo se fue repitiendo al odo lo que acababa de decir el

    pequeo.

  • ~ 10 ~

    - No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!

    - Pero si no lleva nada!, grit, al fin, el pueblo entero.

    Aquello inquiet al Emperador, pues sospechaba que el pueblo

    tena razn; mas pens: "Hay que aguantar hasta el fin". Y sigui

    ms altivo que antes; y los ayudas de cmara continuaron

    sosteniendo la inexistente cola.

    FIN

  • ~ 11 ~

    LA BELLA DURMIENTE

    Hace muchos aos, en un reino lejano, una reina dio a luz una

    hermosa nia. Para la fiesta del bautizo, los reyes invitaron a

    todas las hadas del reino pero, desgraciadamente, se olvidaron

    de invitar a la ms malvada, la bruja del reino.

    Aunque no haba sido invitada, la bruja se present al castillo y,

    al pasar delante de la cuna de la pequea, le puso un maleficio

    diciendo: " Al cumplir los diecisis aos te pinchars con una

    aguja y morirs".

    Al or eso, un hada buena que

    estaba cerca, pronunci un

    encantamiento a fin de mitigar

    la terrible condena: "Al

    pincharse en vez de morir, la

    muchacha permanecer

    dormida durante cien aos y

    slo el beso de un buen prncipe

    la despertar."

    Pasaron los aos y la princesita

    se convirti en una muchacha

    muy hermosa. El rey haba

    ordenado que fuesen

    destruidos todos los tejedores

    del castillo con el fin de evitar

    que la princesa pudiera

    pincharse.

    Pero eso de nada sirvi. Al cumplir los diecisis aos, la princesa

    acudi a un lugar desconocido del castillo y all se encontr con

    una vieja sorda que estaba hilando.

    La princesa le pidi que le dejara probar. Y ocurri lo que el hada

    mala haba previsto: la princesa se pinch con el huso y cay

    fulminada al suelo.

  • ~ 12 ~

    Despus de variadas tentativas nadie consigui vencer el

    maleficio y la princesa fue tendida en una cama llena de flores.

    Pero el hada buena no se daba por vencida.

    Tuvo una brillante idea. Si la princesa iba a dormir durante cien

    aos, todos del reino dormiran con ella. As, cuando la princesa

    despertarse tendra todos a su alrededor.

    Y as lo hizo. La varita dorada del hada se alz y traz en el aire

    una espiral mgica. Al instante todos los habitantes del castillo

    se durmieron.

    En el castillo todo haba enmudecido. Nada se mova, ni el fuego

    ni el aire. Todos dormidos. Alrededor del castillo, empez a

    crecer un extrao y frondoso bosque que fue ocultando

    totalmente el castillo en el transcurso del tiempo.

    Pero al trmino del siglo, un prncipe, que estaba de caza por all,

    lleg hasta sus alrededores. El animal herido, para salvarse de su

    perseguidor, no hall mejor escondite que la espesura de los

    zarzales que rodeaban el castillo.

    El prncipe descendi de su caballo y, con su espada, intent

    abrirse camino. Avanzaba lentamente porque la maraa era muy

    densa. Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al

    apartar una rama, vio algo...

    Sigui avanzando hasta llegar al castillo. El puente levadizo

    estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las riendas, entr, y

    cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en

    los pasillos, en el patio, pens con horror que estaban muertos.

    Luego se tranquiliz al comprobar que slo estaban dormidos.

    "Despertad! Despertad!", chill una y otra vez, pero fue en vano.

    Cada vez ms extraado, se adentr en el castillo hasta llegar a

    la habitacin donde dorma la princesa.

    Durante mucho rato contempl aquel rostro sereno, lleno de paz

    y belleza; sinti nacer en su corazn el amor que siempre haba

    esperado en vano.

  • ~ 13 ~

    Emocionado, se acerc a ella, tom la mano de la muchacha y

    delicadamente la bes... Con aquel beso, de pronto la muchacha se

    despert y abri los ojos, despertando del largusimo sueo.

    Al ver frente a s al prncipe, murmur: Por fin habis llegado!

    En mis sueos acariciaba este momento tanto tiempo esperado".

    El encantamiento se haba roto.

    La princesa se levant y tendi su mano al prncipe. En aquel

    momento todo el castillo despert. Todos se levantaron,

    mirndose sorprendidos y dicindose qu era lo que haba

    sucedido.

    Al darse cuenta, corrieron locos de alegra junto a la princesa,

    ms hermosa y feliz que nunca. Al cabo de unos das, el castillo,

    hasta entonces inmerso en el silencio, se llen de msica y de

    alegres risas con motivo de la boda.

    FIN

  • ~ 14 ~

    LA CENICIENTA

    Haba una vez una bella joven que, despus de quedarse hurfana

    de padre y madre, tuvo que vivir con su madrastra y las dos hijas

    que tena sta.

    Las tres mujeres eran tan malas y tan egostas que se quedaban

    cada da mas feas. La bella joven era explotada por ellas. Era ella

    quien haca todo el trabajo ms duro de la casa. Adems de

    cocinar, fregar, etc, ella tambin tena que cortar lea y

    encender la chimenea. As sus vestidos estaban siempre

    manchados de ceniza, por lo que todos la llamaban Cenicienta. Un

    da se oa por todas partes de la ciudad que el prncipe de aquel

    pas haba regresado.

    El rey, muy contento, iba a dar

    una gran fiesta a la que iba a

    invitar a todas las jvenes del

    reino, con la esperanza de que

    el prncipe encontrara en una

    de ellas, la esposa que deseaba.

    En la casa de Cenicienta, sus

    hermanastras empezaban a

    prepararse para la gran fiesta.

    Y decan a Cenicienta:

    - T, no irs. Te quedars limpiando la casa y preparando

    la cena para cuando volvamos.

    El da del baile haba llegado. Cenicienta vio partir a sus

    hermanastras al Palacio Real y se puso a llorar porque se senta

    muy triste y sola. Pero, de pronto, se le apareci un Hada que le

    dijo:

    - Querida nia, scate tus lgrimas porque t tambin irs

    al baile.

    Y le dijo Cenicienta:

    - Pero, cmo?, si no tengo vestido ni zapatos, ni carruaje para

    llevarme?

  • ~ 15 ~

    Y el hada, con su varita mgica, transform una calabaza en

    carruaje, unos ratoncillos en preciosos caballos, y a Cenicienta en

    una maravillosa joven que mas se pareca a una princesa.

    Y le avis:

    - T irs al baile, pero con una condicin: cuando el reloj del

    Palacio d las doce campanadas, tendrs que volver enseguida

    porque el hechizo se acabar.

    Hermosa y feliz, Cenicienta lleg al Palacio. Y cuando entr al

    saln de baile, todos se pararon para mirarla. El prncipe se qued

    enamorado de su belleza y bail con ella toda la noche.

    Pero, al cabo de algunas horas, el reloj del Palacio empez a sonar

    y Cenicienta se despidi del prncipe, cruz el saln, baj la

    escalinata y entr en el carruaje en direccin a su casa.

    Con las prisas, ella perdi uno de sus zapatos de cristal que el

    prncipe recogi sin entender nada.

    Al da siguiente, el prncipe orden a los guardias que

    encontraran a la seorita que pudiera calzar el zapato. Los

    guardias recorrieron todo el reino.

    Todas las doncellas se probaron el zapato pero a nadie le sirvi.

    Al fin llegaron a la casa de Cenicienta. Y cuando sta se lo puso

    todos vieron que le estaba perfecto.

    Y fue as cmo Cenicienta volvi a encontrarse con el prncipe, se

    casaron, y vivieron muy felices.

    FIN

  • ~ 16 ~

    LA SIRENITA

    En el fondo de los ocanos haba un precioso palacio en el cual

    viva el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellsimas sirenas. La

    ms joven, la Sirenita, adems de ser la ms hermosa, posea una

    voz maravillosa.

    Cuando cantaba, todos los habitantes del fondo del mar acudan

    para escucharla. Adems de cantar, Sirenita soaba con salir a la

    superficie para ver el cielo y conocer el mundo de los hombres,

    como lo relataban sus hermanas.

    Pero su padre le deca que solo cuando cumpliera los 15 aos

    tendra su permiso para hacerlo. Pasados los aos, finalmente

    llegaron el cumpleaos y el regalo tan deseados.

    Sirenita por fin pudo salir a respirar el aire y ver el cielo,

    despus de or los consejos de su padre: "Recuerda que el mundo

    de arriba no es el nuestro, slo podemos admirarlo. Somos hijos

    del mar. S prudente y no te acerques a los hombres".

    Y al emergerse del agua

    Sirenita se qued de boca

    abierta. Todo era nuevo para

    ella. Y todo era hermoso,

    fascinante! Sirenita era

    feliz. Pasados unos minutos,

    Sirenita pudo observar, con

    asombro, que un barco se

    acercaba y paraba. Se puso a

    escuchar voces. Y pens en lo

    cuanto le gustara hablar con

    ellos.

    Pero mir a su larga cola y comprendi que eso era imposible.

    Continu mirando al barco. A bordo haba una gran fiesta de

    aniversario. El capitn del barco cumpla veinte aos de edad.

    Sirenita se qued atnita al ver el joven. Era alto, moreno, de

    porte real, y sonrea feliz. La sirenita sinti una extraa

    sensacin de alegra y sufrimiento a la vez.

  • ~ 17 ~

    Algo que jams haba sentido en su corazn. La fiesta segua

    hasta que repentinamente un viento fuerte agit las olas,

    sacudiendo y posteriormente volcando el barco. Sirenita vio como

    el joven capitn caa al mar. Nad lo que pudo para socorrerlo,

    hasta que le tuvo en sus brazos. El joven estaba inconsciente,

    pero Sirenita nad lo que pudo para llevarlo hasta tierra.

    Deposit el cuerpo del joven sobre la arena de la playa y estuvo

    frotando sus manos intentando despertarlo.

    Pero un murmullo de voces que se aproximaba la oblig a

    refugiarse en el mar. Desde el mar, vio como el joven recobraba

    el conocimiento y agradeca, equivocadamente, a una joven dama

    por haberle salvado la vida. Sirenita volvi a la mansin paterna y

    les cont toda su experiencia. Despus pas das llorando en su

    habitacin. Se haba enamorado del joven capitn pero senta que

    jams podra estar con l.

    Das despus, Sirenita acudi desesperada a la casa de la

    Hechicera de los Abismos. Quera deshacerse de su cola de pez a

    cualquier precio. E hicieron un trato: Sirenita tendra dos piernas

    a cambio de regalar su hermosa voz a la hechicera que le

    advirti: "Si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo

    desaparecer en el agua como la espuma de una ola".

    Asintiendo a las condiciones de la hechicera, Sirenita bebi la

    pcima mgica e inmediatamente perdi el conocimiento. Cuando

    despert se encontraba tendida en la arena de la playa, y a su

    lado estaba el joven capitn que intentaba ayudarla a levantarse.

    Y le dijo: "te llevar al castillo y te curar". Durante los das

    siguientes, Sirenita pas a vestirse como una dama, y

    acompaaba al prncipe en sus paseos. Era invitada a los bailes de

    la corte pero como no poda hablar, no poda explicar al prncipe

    lo que haba sucedido en la noche que le salv.

    El prncipe no paraba de pensar en la dama que pensaba haber

    salvado su vida y Sirenita se daba cuenta de eso. Pero el destino

    le reservaba otra sorpresa.

  • ~ 18 ~

    Un da, avistaron un gran barco que se acercaba al puerto. El

    barco traa una desconocida que enseguida llam la atencin del

    prncipe. Sirenita sinti un agudo dolor en su corazn, y sinti que

    perdera a su prncipe para siempre.

    El prncipe qued prendado de la joven desconocida, que no era

    otra que la bruja disfrazada, y al haberle robado su voz, el

    prncipe crey que era su salvadora y se enamor de ella.

    Le pidi matrimonio, y para celebrarlo fueron invitados a hacer

    un gran viaje por mar al da siguiente, acompaados tambin por

    la Sirenita. Al caer la noche, Sirenita, recordando el acuerdo que

    haba hecho con la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su

    vida y a desaparecer en el mar, hasta que escuch la llamada de

    sus hermanas.

    - Sirenita! Sirenita! Somos nosotras, tus hermanas!. Escucha

    con atencin, hay una forma de romper el hechizo y recuperar la

    voz que la bruja te ha robado. Si besas al prncipe conseguirs

    que se enamore de ti y se rompa el encantamiento.

    La Sirenita corri y corri hasta el gran saln donde iba a

    comenzar la ceremonia de boda. Se lanz a los brazos del

    prncipe y le bes, dejando a todos boquiabiertos.

    La hechicera recuper su desagradable voz y aspecto, y la

    Sirenita pudo explicar lo que haba ocurrido realmente. La bruja

    fue encerrada en el calabozo, y el prncipe se disculp con la

    Sirenita.

    Esa misma tarde se celebr la boda entre la Sirenita y el

    prncipe, y todos cantaron para celebrar su amor.

    FIN

  • ~ 19 ~

    LOS TRES CERDITOS

    Junto a sus paps, tres cerditos haban crecido alegremente en

    una cabaa del bosque. Y cmo ya eran mayores, sus paps

    decidieron que era hora de que hicieran, cada uno, su propia casa.

    Los tres cerditos se despidieron de sus paps, y fueron a ver

    cmo era el mundo. El primer cerdito, el perezoso de la familia,

    decidi hacer una casa de paja. En un minuto la choza estaba

    hecha. Y entonces se ech a dormir.

    El segundo cerdito, un glotn, prefiri hacer una cabaa de

    madera. No tard mucho en construirla. Y luego se ech a comer

    manzanas.

    El tercer cerdito, muy trabajador, opt por construirse una casa

    de ladrillos y cemento. Tardara ms en construirla pero se

    sentira ms protegido.

    Despus de un da de mucho

    trabajo, la casa qued preciosa.

    Pero ya se empezaba a or los

    aullidos del lobo en el bosque.

    No tard mucho para que el

    lobo se acercara a las casas de

    los tres cerditos.

    Hambriento, el lobo se dirigi a

    la primera casa y dijo:

    - breme la puerta! breme la puerta o soplar y tu casa

    tirar!.

    Cmo el cerdito no la abri, el lobo sopl con fuerza, y derrumb

    la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, sali corriendo y

    entr en la casa de madera de su hermano. El lobo le sigui. Y

    delante de la segunda casa, llam a la puerta, y dijo:

  • ~ 20 ~

    - breme la puerta! breme la puerta o soplar y tu casa tirar!

    Pero el segundo cerdito no la abri y el lobo sopl y sopl, y la

    cabaa se fue por los aires. Asustados, los dos cerditos

    corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su hermano. Pero,

    como el lobo estaba decidido a comrselos, llam a la puerta y

    grit:

    - breme la puerta!breme la puerta o soplar y tu casa tirar!

    Y el cerdito trabajador le dijo:

    - Sopla lo que quieras, pero no la abrir! Entonces el lobo sopl y

    sopl. Sopl con todas sus fuerzas, pero la casa no se movi.

    La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se qued casi sin

    aire. Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no desista. Trajo

    una escalera, subi al tejado de la casa y se desliz por el pasaje

    de la chimenea.

    Estaba empeado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos

    como fuera. Pero lo que l no saba es que los cerditos pusieron al

    final de la chimenea, un caldero con agua hirviendo.

    Y el lobo, al caerse por la chimenea acab quemndose con el

    agua caliente. Dio un enorme grito y sali corriendo para nunca

    ms volver.

    Y as, los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y tanto el

    perezoso como el glotn aprendieron que solo con el trabajo se

    consigue las cosas.

    FIN

  • ~ 21 ~

    PETER PAN

    En las afueras de la ciudad de Londres, vivan tres hermanos:

    Wendy, Juan, y Miguel. A Wendy, la hermana mayor, le encantaba

    contar historias a sus hermanitos.

    Y casi siempre eran sobre las aventuras de Peter Pan, un amigo

    que de vez en cuando la visitaba. Una noche, cuando estaban a

    punto de acostarse, una preciosa lucecita entr en la habitacin.

    Y dando saltos de alegra, los nios gritaron:

    - Son Peter Pan y Campanilla!!

    Despus de los saludos, Campanilla ech polvitos mgicos en los

    tres hermanos y ellos empezaron a volar mientras Peter Pan les

    deca:

    - Nos vamos al Pas de Nunca Jams!

    Los cinco nios volaron,

    volaron, como las cometas por

    el cielo. Y cuando se

    encontraban cerca del Pas de

    Nunca Jams, Peter les seal:

    - All est el barco del temible

    Capitn Garfio.

    Y dijo a Campanilla:

    - Por favor, Campanilla, lleva a

    mis amiguitos a un sitio mas

    abrigado, mientras yo me libro

    de este pirata pesado.

    Pero Campanilla se senta celosa de las atenciones que Peter

    tena para con Wendy. As que llev a los nios a la isla y minti a

    los Nios Perdidos diciendo que Wendy era mala. Creyendo las

    palabras del hada, ellos empezaron a decir cosas desagradables a

    la nia. Menos mal que Peter lleg a tiempo para pararles. Y les

    pregunt:

  • ~ 22 ~

    - Por qu tratan mal a mi amiga Wendy?

    Y ellos contestaron:

    - Es que Campanilla nos dijo que ella era mala.

    Peter Pan se qued muy enfadado con Campanilla y le pidi

    explicaciones. Campanilla, colorada y arrepentida, pidi perdn a

    Peter y a sus amigos por lo que hizo.

    Pero la aventura en el Pas de Nunca Jams solo acababa de

    empezar. Peter llev a sus amiguitos a visitaren la aldea de los

    indios Sioux. All, encontraron al gran jefe muy triste y

    preocupado. Y despus de que Peter Pan le preguntara sobre lo

    sucedido, el gran jefe le dijo:

    - Estoy muy triste porque mi hija Lili sali de casa por la maana

    y hasta ahora no la hemos encontrado.

    Como Peter era el que cuidaba de todos en la isla, se

    comprometi con el Gran Jefe de encontrar a Lili. Con Wendy,

    Peter Pan busc a la india por toda la isla hasta que la encontr

    prisionera del Capitn Garfio, en la playa de las sirenas.

    Lili estaba amarrada a una roca, mientras Garfio le amenazaba

    con dejarla all hasta que la marea subiera, si no le contaba donde

    estaba la casa de Peter Pan. La pequea india, muy valiente, le

    contestaba que no iba a decrselo. Lo que pona furioso al Capitn.

    Y cuando pareca que nada poda salvarla, de repente oyeron una

    voz:

    - Eh, Capitn Garfio, eres un bacalao, un cobarde! A ver si te

    atreves conmigo!

    Era Peter pan, que vena a rescatar a la hija del Gran jefe indio.

    Despus de liberar a Lili de las cuerdas, Peter empez a luchar

    contra Garfio. De pronto, el Capitn empez a or el tic tac que

    tanto le horrorizaba.

    Era el cocodrilo que se acercaba dejando a Garfio nervioso.

    Temblaba tanto que acab cayndose al mar. Y jams se supo

    nada ms del Capitn Garfio.

  • ~ 23 ~

    Peter devolvi a Lili a su aldea y el padre de la nia, muy

    contento, no saba cmo dar las gracias a l. As que prepar una

    gran fiesta para sus amiguitos, quines bailaron y pasaron muy

    bien.

    Pero ya era tarde y los nios tenan que volver a su casa

    para dormir. Peter Pan y Campanilla los acompaaron en el viaje

    de vuelta. Y al despedirse, Peter les dijo:

    - Aunque crezcis, no perdis nunca vuestra fantasa ni

    vuestra imaginacin. Volver para llevaros a una nueva aventura.

    Adis amigos!

    - Hasta luego Peter Pan! gritaron los nios mientras se metan

    debajo de la mantita porque haca muchsimo fro.

    FIN

  • ~ 24 ~

    PINOCHO

    En una vieja carpintera, Geppetto, un seor amable y simptico,

    terminaba un da ms de trabajo dando los ltimos retoques de

    pintura a un mueco de madera que haba construido.

    Al mirarlo, pens: qu bonito me ha quedado! Y como el mueco

    haba sido hecho de madera de pino, Geppetto decidi llamarlo

    Pinocho. Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su

    mueco fuese un nio de verdad.

    Aprendiendo a ser sinceros

    Siempre haba deseado tener un hijo. Y al encontrarse

    profundamente dormido, lleg un hada buena y viendo a Pinocho

    tan bonito, quiso premiar al buen carpintero, dando, con su varita

    mgica, vida al mueco.

    Al da siguiente, cuando se despert, Geppetto no daba crdito

    a sus ojos. Pinocho se mova, caminaba, se rea y hablaba como

    un nio de verdad, para alegra del viejo carpintero.

    Feliz y muy satisfecho,

    Geppeto mand a Pinocho a

    la escuela. Quera que fuese un

    nio muy listo y que aprendiera

    muchas cosas. Le acompa su

    amigo Pepito Grillo, el

    consejero que le haba dado el

    hada buena.

    Pero, en el camino del colegio,

    Pinocho se hizo amigo de dos

    nios muy malos, siguiendo

    sus travesuras, e ignorando los

    consejos del grillito. En lugar

    de ir a la escuela, Pinocho

    decidi seguir a sus nuevos

    amigos, buscando aventuras no

    muy buenas.

  • ~ 25 ~

    Al ver esta situacin, el hada buena le puso un hechizo. Por no ir

    a la escuela, le puso dos orejas de burro, y por portarse mal,

    cada vez que deca una mentira, le creca la nariz ponindosele

    colorada.

    Pinocho acab reconociendo que no estaba siendo bueno, y

    arrepentido decidi buscar a Geppetto. Supo entonces que

    Geppeto, al salir en su busca por el mar, haba sido tragado por

    una enorme ballena. Pinocho, con la ayuda del grillito, se fue a la

    mar para rescatar al pobre viejecito.

    Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidi que le

    devolviese a su pap, pero la ballena abri muy grande su boca y

    se lo trag tambin a l. Dentro de la tripa de la ballena,

    Geppetto y Pinocho se reencontraron. Y se pusieran a pensar

    cmo salir de all.

    Y gracias a Pepito Grillo encontraron una salida. Hicieron una

    fogata. El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa

    sali volando con sus tres tripulantes.

    Todos se encontraban salvados. Pinocho volvi a casa y al colegio,

    y a partir de ese da siempre se ha comportado bien. Y en

    recompensa de su bondad el hada buena lo convirti en un nio de

    carne y hueso, y fueron muy felices por muchos y muchos aos.

    FIN

  • ~ 26 ~

    RAPUNZEL

    Haba una vez una pareja que haca mucho tiempo deseaba tener

    un beb. Un da, la mujer sinti que su deseo por fin! se iba a

    realizar. Su casa tena una pequea ventana en la parte de atrs,

    desde donde se poda ver un jardn lleno de flores hermosas y de

    toda clase de plantas.

    Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atreva a entrar

    porque all viva una bruja. Un da, mirando hacia el jardn, la

    mujer se fij en un rbol cargadito de esplndidas manzanas que

    se vean tan frescas que ansiaba comerlas.

    Su deseo creca da a da y

    como pensaba que nunca podra

    comerlas, comenz a

    debilitarse, a perder peso y se

    puso enferma. Su

    marido, preocupado, decidi

    realizar los deseos de la mujer.

    En la oscuridad de la noche el

    hombre cruz la muralla y

    entr en el jardn de la bruja.

    Rpidamente cogi algunas de

    aquellas manzanas tan rojas y

    corri a entregrselas a su

    esposa.

    Inmediatamente la mujer empez a comerlas y a ponerse buena.

    Pero su deseo aument, y para mantenerla satisfecha, su marido

    decidi volver al huerto para recoger ms manzanas.

    Pero cuando salt la pared, se encontr cara a cara con la bruja.

    "Eres tu el ladrn de mis manzanas?" dijo la bruja furiosa.

    Temblando de miedo, el hombre explic a la bruja que tuvo que

    hacerlo para salvar la vida a su esposa.

    Entonces la bruja dijo, "Si es verdad lo que me has dicho,

    permitir que recojas cuantas manzanas quieras, pero a cambio

    me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo ser

    su madre."

  • ~ 27 ~

    El hombre estaba tan aterrorizado que acept. Cuando su

    esposa dio a luz una pequea nia, la bruja vino a su casa y se la

    llev. Era hermosa y se llamaba Rapunzel.

    Cuando cumpli doce aos, la bruja la encerr en una torre en

    medio de un cerrado bosque. La torre no tena escaleras ni

    puertas, slo una pequea ventana en lo alto. Cada vez que la

    bruja quera subir a lo alto de la torre, se paraba bajo la ventana

    y gritaba: "Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza!

    Rapunzel tena un abundante cabello largo, dorado como el sol.

    Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el

    cabello, lo ataba en trenzas y lo dejaba caer al suelo.

    Entonces la bruja trepaba por

    la trenza y se suba hasta la

    ventana. Un da un prncipe, que

    cabalgaba por el bosque, pas

    por la torre y escuch

    una cancin tan gloriosa que se

    acerc para escuchar. Quien

    cantaba era Rapunzel. Atrado

    por tan melodiosa voz, el

    prncipe busc entrar en la

    torre pero todo fue en vano.

    Sin embargo, la cancin le haba llegado tan profundo al corazn,

    que lo hizo regresar al bosque todos los das para escucharla.

    Uno de esos das, vio a la bruja acercarse a los pies de la torre.

    El prncipe se escondi detrs de un rbol para observar y la

    escuch decir: "!Rapunzel! Rapunzel!, lanza tu trenza!" Rapunzel

    dej caer su larga trenza y la bruja trep hasta la ventana. As,

    el prncipe supo como podra subir a la torre.

    Al da siguiente al oscurecer, fue a la torre y llam: "Rapunzel!,

    Rapunzel!, "lanza tu trenza!" El cabello de Rapunzel cay de

    inmediato y el prncipe subi. Al principio Rapunzel se asust,

    pero el prncipe le dijo gentilmente que la haba

  • ~ 28 ~

    escuchado cantar y que su dulce meloda le haba robado el

    corazn.

    Entonces Rapunzel olvid su temor. El prncipe le pregunt si le

    gustara ser su esposa a lo cual accedi de inmediato y sin

    pensarlo mucho porque estaba enamorada del prncipe y porque

    estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la

    tena presa en aquel tenebroso castillo.

    El prncipe la vena a visitar todas las noches y la bruja, que vena

    slo durante el da, no saba nada. Hasta que un da, cuando la

    bruja bajaba por la trenza oy a Rapunzel decir que ella pesaba

    ms que el prncipe.

    La bruja reaccion gritando: "As que has estado

    engandome?" Furiosa, la bruja decidi cortar todo el cabello de

    Rapunzel, abandonndola en un lugar lejano para que viviera en

    soledad. Al volver a la torre, la bruja se escondi detrs de un

    rbol hasta que vio llegar al prncipe y llamar a Rapunzel.

    Entonces enfurecida, la bruja sali del escondite y le dijo: "Has

    perdido a Rapunzel para siempre. Jams volvers a verla". Por lo

    que el prncipe se qued desolado. Adems, la bruja le aplic un

    hechizo dejando ciego al prncipe.

    Incapacitado de volver a su castillo, el prncipe acab viviendo

    durante muchos aos en el bosque hasta que un da, por

    casualidad, lleg al solitario lugar donde viva Rapunzel.

    Al escuchar la melodiosa voz, se dirigi hacia ella. Cuando estaba

    cerca, Rapunzel lo reconoci. Al verlo se volvi loca de alegra,

    pero se puso triste cuando se dio cuenta de su ceguera.

    Lo abraz tiernamente y llor. Sus lgrimas cayeron sobre los

    ojos del prncipe ciego y de inmediato los ojos de l se llenaron

    de luz y pudo volver a ver como antes. Entonces, felices por

    estar reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy

    felices.

    FIN

  • ~ 29 ~

    EL RATONCITO PREZ

    A los peques de la casa la cada de los primeros dientes les hace

    muchsima ilusin. Es que muchsimas familias an conservan la

    tradicin que le dice al nio que ponga el diente debajo de la

    almohada cuando se vaya a dormir. Mientras el nio duerme, el

    Ratoncito Prez se llevar el diente y en su lugar dejar un

    regalo.

    En realidad, esa tradicin existe para calmar el posible dolor y el

    trauma que puede suponer la cada de un diente para algn nio.

    No sabemos qu sentido tiene el hecho de que un ratn se lleve

    los dientes de los nios. Sera fcil explicar a los nios que el

    ratn es coleccionista de dientes de nios, pero no sabemos cmo

    caera la explicacin entre los mayores. Tampoco sabemos por

    qu se llama Prez (tal vez sea una tradicin slo espaola). Y

    recuerda que si vistas Madrid puedes ver la casa museo del

    ratoncito Prez.

    De todas formas el nio no se hace estas preguntas y menos aun

    si el ratoncito Prez es generoso con l. Para la siguiente ocasin

    en que se le caiga otro diente el trauma ser mucho menor, que

    es de lo se trata.

    Pepito Prez era un pequeo

    ratoncito de ciudad. Viva con

    su familia en un agujerito de la

    pared de un edificio. El agujero

    no era muy grande pero era

    muy cmodo, y all no les

    faltaba la comida. Vivan junto

    a una panadera, por las noches

    l y su padre iban a coger

    harina y todo lo que

    encontraban para comer.

    Un da Pepito escuch un gran

    alboroto en el piso de arriba.

  • ~ 30 ~

    Y como ratn curioso que era trep y trep por las caeras

    hasta llegar a la primera planta. All vio un montn de aparatos,

    sillones, flores, cuadros..., pareca que alguien se iba a instalar

    all.

    Al da siguiente Pepito volvi a subir a ver qu era todo aquello, y

    descubri algo que le gust muchsimo. En el piso de arriba

    haban puesto una clnica dental.

    A partir de entonces todos los das suba a mirar todo lo que

    haca el doctor Jos M. Miraba y aprenda, volva a mirar y

    apuntaba todo lo que poda en una pequea libreta de cartn.

    Despus practicaba con su familia lo que saba. A su madre

    le limpi muy bien los dientes, a su hermanita le cur un dolor de

    muelas con un poquito de medicina... Y as fue como el ratoncito

    Prez se fue haciendo famoso.

    Venan ratones de todas partes para que los curara. Ratones de

    campo con una bolsita llena de comida para l, ratones de ciudad

    con sombrero y bastn, ratones pequeos, grandes, gordos,

    flacos... Todos queran que el ratoncito Prez les arreglara la

    boca.

    Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un

    problema ms grande. No tenan dientes y queran

    comer turrn, nueces, almendras, y todo lo que no podan comer

    desde que eran jvenes. El ratoncito Prez pens y pens cmo

    poda ayudar a estos ratones que confiaban en l.

    Y, como casi siempre que tena una duda, subi a la clnica dental

    a mirar. All vio como el doctor Jos M le pona unos dientes

    estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los

    hacan en una gran fbrica para los dentistas. Pero esos dientes,

    eran enormes y no le servan a l para nada.

    Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la

    solucin, apareci en la clnica un nio con sumam. El nio quera

    que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera

    rpido el diente fuerte y grande.

  • ~ 31 ~

    El doctor se lo quit y se lo dio de recuerdo. El ratoncito Prez

    encontr la solucin: "Ir a la casa de ese nio y le comprar el

    diente", pens. Lo sigui por toda la ciudad y cuando por fin lleg

    a la casa, se encontr con un enorme gato y no pudo entrar.

    El ratoncito Prez se esper a que todos se durmieran y

    entonces entr a la habitacin del nio. El nio se haba dormido

    mirando y mirando su diente, y lo haba puesto debajo de su

    almohada.

    Al pobre ratoncito Prez le cost mucho encontrar el diente,

    pero al fin lo encontr y le dej al nio un bonito regalo. A la

    maana siguiente el nio vio el regalo y se puso contentsimo y se

    lo cont a todos sus amigos del colegio.

    Y a partir de ese da, todos los nios dejan sus dientes de leche

    debajo de la almohada. Y el ratoncito Prez los recoge y les deja

    a cambio un bonito regalo. Y colorn colorado este cuento se ha

    acabado.

    FIN

  • ~ 32 ~

    RICITOS DE ORO

    En una preciosa casita, en el medio de un bosque florido, vivan 3

    ositos. El pap, la mam, y el pequeo osito. Un da, tras hacer

    todas las camas, limpiar la casa, y hacer la sopa para la cena, los

    tres ositos fueron a pasear por el bosque.

    Mientras los ositos estaban caminando por el bosque, apareci

    una nia llamada Ricitos de Oro que, al ver tan linda casita, se

    acerc y se asom a la ventana.

    Cuentos infantiles tradicionales

    Todo pareca muy ordenado y coqueto dentro de la casa.

    Entonces, olvidndose de la buenaeducacin que su madre le

    haba dado, la nia decidi entrar en la casa de los tres ositos.

    Al ver la casita tan bien recogida y limpia, Ricitos de Oro

    curiose todo lo que pudo. Pero al cabo de un rato

    sinti hambre gracias al olor muy sabroso que vena de la sopa

    puesta en la mesa.

    Se acerc a la mesa y vio que

    haba 3 tazones. Un pequeo,

    otro ms grande, y otro ms y

    ms grande todava. Y otra vez,

    sin hacer caso a la educacin

    que le haban dado sus padres,

    la nia se lanz a probar la

    sopa.

    Comenz por el tazn ms grande, pero al probarlo, la sopa

    estaba demasiado caliente. Entonces pas al mediano y le pareci

    que la sopa estaba demasiado fra. Pas a probar el tazn ms

    pequeo y la sopa estaba como a ella le gustaba. Y la tom toda,

    todita.

  • ~ 33 ~

    Cuando acab la sopa, Ricitos de Oro se subi a la silla ms

    grande pero estaba demasiado dura para ella. Pas a la silla

    mediana y le pareci demasiado blanda. Y se decidi por sentarse

    en la silla ms pequea que le result comodsima.

    Pero la sillita no estaba acostumbrada a llevar tanto peso y poco

    a poco el asiento fue cediendo y se rompi. Ricitos de Oro

    decidi entonces subir a la habitacin y probar las camas.

    Prob la cama grande pero era muy alta. La cama mediana estaba

    muy baja y por fin prob la cama pequea que era tan mullidita y

    cmoda que se qued totalmente dormida.

    Mientras Ricitos de Oro dorma profundamente, llegaron los 3

    ositos a la casa y nada ms entrar el oso grande vio cmo su

    cuchara estaba dentro del tazn y dijo con su gran voz:

    -Alguien ha probado mi sopa!

    Y mam oso tambin vio su cuchara dentro del tazn y dijo:

    -Alguien ha probado tambin mi sopa!

    Y el osito pequeo dijo con voz apesadumbrada:

    -Alguien se ha tomado mi sopa y se la ha comido toda entera!

    Despus pasaron al saln y dijo pap oso:

    -Alguien se ha sentado en mi silla!

    Y mam oso dijo:

    -Alguien se ha sentado tambin en mi silla!

    Y el pequeo osito dijo con su voz aflautada:

    -Alguien se ha sentado en mi sillita y adems me la ha roto!

    Al ver que all no haba nadie, subieron a la habitacin para ver si

    el ladrn de su comida se encontraba todava en el interior de la

    casa. Al entrar en la habitacin, pap oso dijo:

    -Alguien se ha acostado en mi cama!

  • ~ 34 ~

    Y mam oso exclam:

    -Alguien se ha acostado en mi cama tambin!

    Y el osito pequeo dijo:

    -Alguien se ha acostado en m camita...y todava sigue durmiendo!

    Ricitos de Oro, mientras dorma crea que la voz fuerte que haba

    escuchado y que era pap oso, haba sido un trueno, y que la voz

    de mam oso haba sido una voz que la hablaba en sueos pero la

    voz aflautada del osito la despert.

    De un salto se sent en la cama mientras los osos la observaban,

    y salt hacia el otro lado saliendo por la ventana corriendo sin

    parar un solo instante, tanto, tanto que no daban con los pies en

    el suelo.

    Desde ese momento, Ricitos de Oro nunca volvi a entrar en casa

    de nadie ajeno sin pedir permiso primero. Y colorn colorado, este

    cuento se ha acabado.

    FIN

  • ~ 35 ~

    LOS MUSICOS DE BREMEN

    rase una vez un asno que, por desgracia, se qued sin trabajo.

    Era muy viejo y por lo tanto ya no poda transportar sacos de

    cereales al molino. Pero aunque era viejo, el asno no era tonto.

    Decidi irse a la ciudad de Bremen, donde pens que podran

    contratarlo como msico municipal. Y dicho y hecho! El asno

    abandon la granja donde haba trabajado durante aos y

    emprendi un viaje hacia Bremen.

    El asno haba caminado ya un buen rato cuando se encontr a un

    perro cansado por el camino. Y le dijo:

    - Debes estar muy

    cansado, amigo

    Y le contest el perro:

    - Ni que lo digas! Como ya

    soy viejo, mi amo quiso

    matarme, pues dice que ya

    no sirvo para la casa. As

    que decid alejarme

    rpidamente. Lo que no s

    es qu podr hacer ahora

    para no morirme

    de hambre.

    - Mira - le dijo el asno. A m me pas lo mismo. Decid irme a

    Bremen a ver si me contratan como msico de la ciudad. Si vienes

    conmigo podras intentar que te contratasen a ti tambin. Yo

    tocar el lad. T puedes tocar los timbales.

    La idea le gust al perro y decidi acompaar al asno. Caminaron

    un buen trecho cuando se encontraron a un gato con cara de

    hambriento, y le dijo el asno:

    - No tienes buena cara, amigo.

    A lo que le contest el gato:

  • ~ 36 ~

    - Pues cmo voy a tener buena cara si mi ama intent ahogarme

    porque dice que ya soy demasiado viejo y no cazo ratones como

    antes? Consegu escapar, pero qu voy hacer ahora?

    - A nosotros, -le dijo el asno, nos ha pasado lo mismo, y nos

    decidimos ir a Bremen. Si nos acompaas, podras entrar en la

    banda que vamos a formar, pues podras colaborar con tus

    maullidos.

    El gato, como no tena otra alternativa, acept la invitacin y se

    fue con el asno y el perro. Despus de mucho caminar, y al pasar

    cerca de una granja, los tres animales vieron a un gallo

    que cantaba con mucha tristeza en lo alto de un portal. Y le dijo

    el asno:

    - Debes estar muy triste, amigo. Al que le contest el gallo:

    - Pues, en realidad estoy ms que triste. Estoy desesperado! Va

    a ver una fiesta maana y mi ama ha ordenado a la cocinera que

    esta me corte el cuello para hacer conmigo un buen guiso. Y le

    dijo el asno:

    - No te desesperes. Vente con nosotros a Bremen, donde

    formaremos una banda musical. T, con la buena voz que tienes,

    nos ser muy til all.

    El gallo levant su cabeza y acept la invitacin, siguiendo a los

    otros tres animales por el camino. Lleg la noche y los cuatro

    decidieron descansar un poco en el bosque. Se haban acomodado

    bajo un rbol cuando el gallo, que se haba subido a la rama ms

    alta, avis a sus compaeros de que vea una luz a los lejos.

    El asno le dijo que podra ser una casa y deberan irse a la casa

    para que pudiesen estar ms cmodos. Y as lo hicieron. Al

    acercarse a la casa averiguaron que la casa se trataba de una

    guarida de ladrones. El asno, como era el ms alto, mir por la

    ventana para ver lo que pasaba en su interior.

    - Qu ves?, le preguntaron todos.

  • ~ 37 ~

    - Veo una mesa con mucha comida y bebida, y junto a ella hay

    unos ladrones que estn cenando, les content el asno.

    - Ojal pudiramos hacer lo mismo nosotros! - exclam el gallo.

    - Pues s - concord el asno.

    Los cuatro animales se pusieron a montar un plan para ahuyentar

    a los bandidos para que les dejaran la comida. El asno se puso de

    manos al lado de la ventana; el perro se encaram a las espaldas

    del asno; el gato se mont encima del perro, y el gallo vol y se

    pos en la cabeza del perro.

    Enseguida, empezaron a gritar, y de un golpe, rompieron los

    cristales de una ventana. Armaron tal confusin que los bandidos,

    aterrorizados, salieron rpidamente de la casa.

    Los cuatro amigos, despus de que lograron su propsito, hicieron

    un verdadero banquete. Acabada la comida, los cuatros apagaron

    la luz y cada uno se busc un rincn para descansar.

    Pero en el medio de la noche, los ladrones, viendo que todo

    pareca tranquilo en la casa, mandaron a uno de ellos que

    inspeccionara la casa. El enviado entr en la casa a oscuras y,

    cuando se diriga a encender la luz, vio que algo brillaba en el

    fogn. Eran los ojos del gato que se haba despertado. Y sin

    pensar dos veces, se salt a la cara del ladrn y empez a

    araarle. El bandido, con miedo, ech a correr. Pero no sin antes

    llevarse una coz del asno, ser atacado por el perro, y llevarse un

    buen susto con los gritos del gallo.

    Al reunirse con sus compaeros, el bandido les dijo que en la casa

    haba una bruja que le atac por todos lados. Le ara, le

    acuchill, le golpe, y le grit ferozmente. Y que todos deberan

    huir rpidamente. Y as lo hicieron todos.

    Y fue as, gracias a buen plan que haban montado los animales,

    que los cuatros msicos de Bremen pudieron vivir su vejez,

    tranquila y cmodamente, en aquella casa.

    FIN

  • ~ 38 ~

    PEDRO Y EL LOBO

    rase una vez un pequeo pastor que se pasaba la mayor parte de

    su tiempo paseando y cuidando de sus ovejas en el campo de un

    pueblito. Todas las maanas, muy tempranito, haca siempre lo

    mismo. Sala a la pradera con su rebao, y as pasaba su tiempo.

    Muchas veces, mientras vea pastar a sus ovejas, l pensaba en

    las cosas que poda hacer para divertirse. Como muchas veces se

    aburra, un da, mientras descansaba debajo de un rbol, tuvo una

    idea. Decidi que pasara un buen rato divirtindose a costa de la

    gente del pueblo que viva por all cerca. Se acerc y empez a

    gritar:

    - Socorro, el lobo! Qu viene el lobo!

    La gente del pueblo cogi lo que tena a mano, y se fue a auxiliar

    al pobre pastorcito que peda auxilio, pero cuando llegaron all,

    descubrieron que todo haba sido una broma pesada del pastor,

    que se deshaca en risas por el suelo.

    Los aldeanos se enfadaron y

    decidieron volver a sus casas.

    Cuando se haban ido, al pastor

    le hizo tanta gracia la broma

    que se puso a repetirla. Y

    cuando vio a la gente

    suficientemente lejos, volvi a

    gritar:

    - Socorro, el lobo! Que viene

    el lobo!

    La gente, volviendo a or, empez a correr a toda prisa, pensando

    que esta vez s que se haba presentado el lobo feroz, y que

    realmente el pastor necesitaba de su ayuda. Pero al llegar donde

    estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, rindose de

    ver cmo los aldeanos haban vuelto a auxiliarlo. Esta vez los

    aldeanos se enfadaron an ms, y se marcharon terriblemente

    enfadados con la mala actitud del pastor, y se fueron enojados

    con aquella situacin.

  • ~ 39 ~

    A la maana siguiente, mientras el pastor pastaba con sus ovejas

    por el mismo lugar, an se rea cuando recordaba lo que haba

    ocurrido el da anterior, y no se senta arrepentido de ninguna

    forma. Pero no se dio cuenta de que, esa misma maana se le

    acercaba un lobo. Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le

    invadi el cuerpo. Al ver que el animal se le acercaba ms y ms,

    empez a gritar desesperadamente:

    - Socorro, el lobo! Que viene el lobo! Qu se va a devorar todas

    mis ovejas! Auxilio!

    Pero sus gritos han sido en vano. Ya era bastante tarde para

    convencer a los aldeanos de que lo que deca era verdad. Los

    aldeanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, de esta

    vez hicieron odos sordos. Y lo qu ocurri? Pues que el pastor

    vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras l

    intentaba pedir auxilio, una y otra vez:

    - Socorro, el lobo! El lobo!

    Pero los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor

    vio como el lobo se coma unas cuantas ovejas y se llevaba otras

    tantas para la cena, sin poder hacer nada, absolutamente. Y fue

    as que el pastor reconoci que haba sido muy injusto con la

    gente del pueblo, y aunque ya era tarde, se arrepinti

    profundamente, y nunca ms volvi burlarse ni a mentir a la

    gente.

    FIN

  • ~ 40 ~

    LA MAM CABRA Y LOS SIETE CABRITILLOS

    En una bonita casita del bosque vivan 7 cabritillos y su mam.

    Un da la mam cabra tuvo que irse de compras al pueblo y dijo a

    sus hijitos:

    - Hijos mos, me voy a comprar al pueblo y cuando yo vuelva

    daremos un paseo por el campo. Os traer exquisita comidita.

    Y todos los cabritillos, felices, dijeron:

    - Vale, mam!!

    Antes de salir de casa, la mam cabra les dijo:

    - Mientras yo no llegue, no abrid la puerta a nadie, vale hijitos?

    Y los cabritillos, obedientes, dijeron:

    - Vale, mam!!

    Fuera de casa, detrs de un

    rbol se esconda un temible

    lobo que observaba cmo la

    madre cabra sala con su bolso

    de casa, dejando a sus hijitos

    solitos dentro de la casa.

    Minutos despus de que la

    madre cabra saliera de casa, el

    lobo se acerc a la puerta y

    dando algunos golpes, TOC TOC

    TOC a la puerta de la casa de

    los cabritillos, dijo:

    - Soy vuestra mam y os traigo buena comidita. podis abrirme

    la puerta?

    Reconociendo la voz del lobo, los cabritillos gritaron:

    - NOOO... tu no eres nuestra madre. Eres el lobo!!!

  • ~ 41 ~

    Decepcionado, el lobo se fue y se acerc a una granja que haba

    all cerca, y se comi docenas y docenas de huevos para aclarar y

    suavizar su voz. Y volvi a la casa de los cabritillos: TOC TOC

    TOC... Y con voz suave dijo:

    - Nios, soy vuestra mam, podis abrirme la puerta?

    No convencidos de que era su madre, los cabritillos le dijeron:

    - Si eres nuestra madre, entonces ensanos vuestra pata.

    El lobo no dud en ensearles su pata negra y peluda por debajo

    de la puerta. Y los cabritillos dijeron:

    - NOOOO... t no eres nuestra madre. Eres el lobo!!!

    Contrariado, el lobo se dirigi a la casa de un molinero y le pidi

    un saco de harina. Meti una patita en la harina para que se la

    blanqueara y se fue otra vez a la casa de los cabritillos: TOC

    TOC TOC... Y les dijo:

    - Nios, soy vuestra mam y os traigo comidita muy exquisita del

    pueblo. Abrid la puerta!

    Los cabritillos volvieron a decirle:

    - Si eres nuestra madre, entonces ensanos tu pata.

    El lobo ense su pata bien rebozada en harina por debajo de la

    puerta y los cabritillos dijeron:

    - Esta vez s que eres mam! Y abrieron la puerta.

    El lobo entr rpidamente en la casa y empez a correr para

    alcanzar a los cabritillos. Los cabritillos salieron corriendo y se

    escondieron cada uno en un sitio distinto.

    En este momento, pasaba por all un cazador que, oyendo todo el

    ruido de voces, entr en la casa y estaba a punto de matar el lobo

    cuando el animal sali corriendo asustado y con miedo, rogando al

    cazador que no le matara y jurando que jams volvera por

    aquellos lados. Al cabo de un rato lleg la mam cabra y se

    encontr la puerta abierta y la casa vaca.

  • ~ 42 ~

    - Ay, mis hijitos! Seguro que a todos se los ha llevado el lobo.

    Fue entonces cuando todos los cabritillos, uno a uno, fueron

    saliendo de su escondrijo, para la alegra de la mam cabra. El

    cazador le explic todo lo que haba ocurrido. Y entonces, como

    agradecimiento al cazador, la mam cabra y sus cabritillos

    prepararon una gran fiesta donde pudieron comer la rica comidita

    que haba comprado la mam cabra en el mercado del pueblo.

    FIN

  • ~ 43 ~

    LA RATITA PRESUMIDA

    rase una vez una ratita muy coqueta y presumida que un da,

    barriendo la puerta de su casa, se encontr una moneda de oro.

    Qu suerte la ma!, dijo la ratita, y se puso a pensar:

    - En qu me gastar la moneda? La gastar, la gastar,... En

    caramelos y gominotas! NO NO... que harn dao a mis dientes.

    La gastar, la gastar,... ya s, la gastar en bizcochos y tartas

    muy ricas!! NO NO... que me darn dolor de tripa. La gastar, la

    gastar... ya s, la gastar en un gran y hermoso lazo de color

    rojo!

    La ratita presumida y sus

    pretendientes

    Con su moneda de oro la ratita

    se fue a comprar el lazo de

    color rojo y luego, sintindose

    muy guapa, se sent delante de

    su casa, para que la gente la

    mirara con su gran lazo.

    Pronto se corri la voz de que

    la ratita estaba muy hermosa y

    todos los animales solteros del

    pueblo se acercaron a la casa

    de la ratita, proponindole

    casamiento.

    El primero que se acerc a la ratita fue elgallo. Vestido de traje

    y muy coqueto, luciendo una enorme cresta roja, dijo:

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo? La ratita le

    pregunt: Y qu me dirs por las noches?

    Y el gallo dijo:

    - Ki ki ri kiiii, cant el gallo con su imponente voz.

  • ~ 44 ~

    Y la ratita dijo:

    - No, no, que me asustars... Y el gallo sigui su camino. No tard

    mucho y apareci el cerdo.

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo?

    La ratita le pregunt: Y qu me dirs por las noches?

    - Oinc oinc oinc, gru el cerdo con orgullo.

    Y la ratita dijo:

    - No, no, que me asustars...

    Y el seor cerdo se march. No tard en aparecer el burro.

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo?

    La ratita le pregunt:

    - Y qu me dirs por las noches?

    - Ija, ija, ijaaaa, dijo el burro con fuerza

    Y la ratita dijo:

    - No, no, que me asustars...

    Y el burro volvi a su casa por el mismo camino. Luego, apareci

    el perro.

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo?

    La ratita le pregunt: Y qu me dirs por las noches?

    - Guau, guau, guau, ladr el perro con mucha seguridad

    Y la ratita dijo:

    - No, no, que me asustars...

    Y el perro bajo sus orejas y se march por las montaas. No

    tard mucho y apareci el seor gato.

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo?

    La ratita le pregunt:

    - Y qu me dirs por las noches?

  • ~ 45 ~

    - Miau, miau, miauuu, ronrone el gato con dulzura.

    Y la ratita dijo:

    - No, no, que me asustars... Y el gato se fue a buscar la cena por

    otros lados

    . La ratita ya estaba cansada cuando de repente se acerc un

    fino ratn.

    - Ratita, ratita, Te quieres casar conmigo?

    La ratita le pregunt:

    - Y qu me dirs por las noches?

    - Pues me callar y me dormir, y soar contigo.

    Y la ratita, sorprendida con el ratn, finalmente tom una

    decisin:

    - Pues contigo me casar. Y as fue como la ratita felizmente se

    cas con el ratn.

    FIN