Cuentos para coeducar

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  • 1. CUENTOS PARA COEDUCARLa finalidad de este libro es aportar recursos a lasfamilias para trabajar la coeducacin con niasy nios de 6 a 12 aos.A travs de la lectura compartida de los cuentoscon hijas e hijos est publicacin proporcionauna excelente excusa para fomentar el dilogosobre la coeducacin en casa.Con estos cuentos pretendemos aportar diversasmiradas sobre situaciones cotidianas de nias y CUENTOS PARA COEDUCARnios que les abran hacia la posibilidad de ser demil maneras diferentes, permitindoles crear, ima-ginar y jugar de la forma en que deseen y no solocondicionados por los estereotipos de gnero.

2. CUENTOS PARA COEDUCARDIRIGIDOS A NIAS Y NIOS DE ENTRE 6 Y 12 AOS RAQUEL MGUEZCLARA REDONDOESPERANZA FABREGATMARA REYES GUIJARRO LUPE GARCA RODRGUEZM JESS CERVIOConfederacin Espaola de Asociacionesde Padres y Madres de Alumnos 3. Autoras:Raquel Mguez de Alicia y el vientoClara Redondo de Una sabana en el 5CEsperanza Fabregat de Agua y arenaLupe Garca Rodrguez (asesora en coeducacin)M Jess Cervio (asesora en coeducacin)Ilustradora:M Reyes Guijarro RuizCoordinan:Jess M SnchezNuria BuscatPablo GortzarIsabel BellverEdita:CEAPAPuerta del Sol, 4 6 A28013 MadridPrimera edicin:Diciembre 2011Depsito legal:M-4864-2011Maquetacin:Diseo ChacnImprime:Producciones Grafimatic S.L.JUNTA DIRECTIVA DE CEAPAJess Mara Snchez Herrero, Virgilio Gantes Gmez, Jos Pascual Molinero Casinos,Jos Antonio Puerta Fernndez, Nuria Buscat Cancho, Jess Salido Navarro,Jos Luis Lupiez Salanova, Petra ngeles Palacios Cuesta, Jos Luis Pazos Jimnez,Juan Antonio Vilches Vzquez, Andrs Pascual Garrido Alfonso, Eusebio Dorta Gonzlez,Juan Manuel Jimnez Lacalle, Jos Luis Snchez Durn, Carmen Aguado Cabellos,Tatiana Privolskaya lvarez, Virginia Pelluz Huertas, Elvira Lombao Vila,Ana Aragoneses Fernndez, M Dolores Tirado Acemel y Silvia Caravaca Mesalles.CEAPA ha sido declarada entidad de Utilidad Pblica el 25 de Julio de 1995 4. NDICEIntroduccin ..................................................................................................................................................................5Agua y arena ..........................................................................................................................................................11Gua Agua y arena ......................................................................................................................................25Alicia y el viento ................................................................................................................................................31Gua Alicia y el viento .............................................................................................................................47Una sabana en el 5c ..............................................................................................................................53Gua Una sabana en el 5c ...........................................................................................................68 5. INTRODUCCINCoeducar es educar teniendo en cuenta las apor-taciones que han hecho mujeres y hombres en elmundo. No es obligar a nias y nios a hacer las mis-mas cosas, sino que por el contrario, es dar oportuni-dades para que unas y otros experimenten todo tipode juegos y puedan elegir lo que deseen, permitin-doles desplegar su singularidad y ayudando a respe-tar y valorar las infinitas maneras de ser nia o de sernio que pueden existir.Para coeducar no necesitamos instrumentos espe-ciales; pero si necesitamos una actitud que sea sen-sible a lo que hacen mujeres y hombres que sirvepara que la vida y la convivencia sigan presentes eneste mundo. Esto que parece tan simple, a veces esmuy complicado porque no todo el mundo es capazde valorar las aportaciones de las chicas (madres,maestras, nias, abuelas, amigas, vecinas, compae-ras, etc.) y porque muchas veces seguimos contandolo que pasa obviando lo que hacen las mujeres,cmo si ellas no hicieran nada!. Por eso vienen bienalgunos recursos, como los cuentos, que ayuden a vi-sibilizar un poco ms que las mujeres tambin son pro-tagonistas desde su propio quehacer (sin tener queimitar el mundo masculino), que tienen deseos, aspi-raciones muy diversas y se mueven en este mundocon libertad para intentar ser felices.-5- 6. Los cuentos que contamos sirven para divertir, entre-tener, animar... y tambin para ensear... A travs deun cuento, los nios y nias aprenden la importanciade la amistad, las habilidades que se necesitan paraafrontar situaciones complicadas, a no fiarse de lasapariencias, etc. Los cuentos suelen tener personajescuyo comportamiento y manera de afrontar las difi-cultades se convierten en modelos para quienes losescuchan. A veces encontramos personajes cuyo rolen los cuentos es siempre igual o al menos muy pa-recido. Cuando aparece ese personaje, quien escu-cha ya espera un comportamiento determinado y laconexin a unos valores concretos: as, tradicional-mente, nos hemos acostumbrado a ver prncipes va-lientes, brujas malas y perversas o princesas bellsimasque esperan la llegada del prncipe...Sin embargo, ltimamente podemos encontrar nue-vos cuentos con algunos cambios en los roles de lospersonajes tradicionales y, as, con mayor frecuenciavemos princesas rebeldes o brujas de gran sabiduraque con sus pcimas ayudan a otras personas a ven-cer sus problemas o prncipes que no quieren resca-tar princesas ni les interesan reinos heredados;tambin cada vez vemos ms cuentos donde las ylos protagonistas son nias y nios que se enfrentana asuntos cotidianos ms o menos imaginarios yechan mano de mltiples recursos para poder solu-cionarlos.-6- 7. En definitiva los cuentos van cambiando y actual-mente la variedad es tan amplia que permite elegirentre una gran variedad de personajes y situaciones.Desde el punto de vista coeducativo, al contar uncuento interesa: Fijarse en los papeles que juegan los persona-jes masculinos y femeninos de manera que atravs de ellos podamos ofrecer a nias y niosmodelos diversos de ser hombre o ser mujer eneste mundo; la coeducacin requiere historiasen las que nias y nios disfruten aprendiendode hombres y mujeres que se preguntan porsus deseos, que los descubren y trabajan paraque adems se cumplan, que aprenden aafrontar y salvar conflictos, que viven en can-tidad de escenarios diferentes y utilizan pala-bras y objetos mgicos de lo ms variopintospara salvar sus dificultades. Se trata de abrir unabanico imaginativo que lejos de encasillar anias y nios en papeles siempre iguales, lesayude a descubrir personajes muy diversos deuno y otro sexo, que presentan recursos singu-lares (a veces sorprendentes e ingeniosos) queles ayudan a protagonizar su propio destino. Que las acciones que llevan a cabo las y losprotagonistas para solucionar sus conflictos,para superarse o para perseguir sus deseos,deriven hacia un marco de paz y convivencia-7- 8. entre los sexos, donde uno no es ms que otro. A veces los cuentos coeducativos parten de situaciones muy complicadas en las que, por ejemplo, alguna forma de poder aplasta a una persona o colectivo; u otras en las que el conflicto aparece porque no se tiene en cuenta las necesidades de mujeres y hombres; ante ellas, las y los protagonistas muestran tener papeles activos en el afrontamiento de los problemas, planeando y realizando accio- nes eficaces y alternativas a la violencia. En los cuentos coeducativos el gran reto es, precisa- mente, vencer esas situaciones tan complica- das sin producir ms violencia. Tener muy presente el objetivo final de la na-rracin; si en los llamados cuentos de hadasel fin ltimo es el poder (a travs de la recupe-racin de un reino perdido) y el amor romn-tico (consiguiendo el amor eterno entreprncipes y princesas), o en los cuentos deaventuras el fin ltimo es conseguir lo quenadie antes consigui venciendo dificultadesinsospechadas, quiz en los cuentos coedu-cativos el fin ltimo es, casi siempre, atre-verse a disfrutar con lo que es diferente, avalorar la convivencia cotidiana o a descubriraspectos de (s) que antes no se conocan.Esto, casi siempre, les proporciona unaenorme felicidad y ese es el verdadero pre-mio que consiguen las y los protagonistas y -8- 9. aquello por lo que trabajan durante toda suandadura. Para ello, durante el desarrollo dela narracin tienen que vencer sus miedos, su-perar estereotipos, dar valor al cuidado, atre-verse a hacer cosas que aparentemente nopueden o no deben hacer por su condi-cin sexual, considerar la sabidura de mujeresy hombres que les apoyan... Por ltimo es importante resaltar que contarun cuento es algo ms que narrar una historiao leer un texto. Es una situacin que requieretiempo, espacio y confianza para intuir cmose sienten los nios y las nias que los escu-chan; para conocer qu conflictos, proble-mas, preguntas o deseos inundan en esemomento su cabeza y su corazn. Y desdeah, partiendo de su realidad, ofrecerles histo-rias que desde otros tiempos y lugares realeso imaginarios, reflejen sus propias situacionesy tengan capacidad para transformarlas ofre-ciendo otros caminos posibles.Con los cuentos que leers a continuacin preten-demos aportar diversas miradas sobre situacionescotidianas de nias y nios que les abran hacia laposibilidad de ser de mil maneras diferentes, permi-tindoles crear, imaginar y jugar de la forma en quedeseen y no solo condicionados por los estereotiposde gnero. -9- 10. AGUA Y ARENAEsperanza FabregatUn rayo atraves el valle y el clan entero se quedquieto, esperando el trueno que vendra despus.Bosia sonri y ech la cabeza hacia atrs, con losojos bien abiertos para ver caer las primeras gotasde lluvia. Graco repiti el movimiento, pero concara de preocupacin. La vida en el valle separalizaba cuando aparecan las primeras lluvias y,por un momento, se olvidaban de cocinar, sembraro cultivar y hasta de la escuela. Para las nias erael momento de empezar a crear esculturas deagua, pero para los nios, artistas de la arena,comenzaban las preocupaciones.Desde muy pequeas, las nias del valle aprendana modelar con agua. Las madres enseaban a sushijas, les ayudaban a dar la forma exacta a cadafigura y practicaban con ellas hasta queconseguan crear entre las manos las esculturasque luego adornaban las casas de toda la zona.- 11 - 11. Los nios hacan lo mismo con la arena. Cada unotena prohibido jugar o trabajar con el material delos otros porque siempre haba sido as y nadie sehaba planteado que pudiera hacerse de otramanera. Estaba en su naturaleza hasta tal punto,que ni siquiera tenan que recoger o almacenararena y agua. Solo con imaginar qu queranconstruir, con empezar a crear la imagen en sumente, las manos se les humedecan o se lesllenaban de arena, segn fuera un chico o unachica. Ningn otro clan del valle poda hacerlo, loque los converta en gente muy especial. Perotambin eso significaba trabajar muchsimo porquecuando llova, todas las figuras de arena se - 12 - 12. desmoronaban y desaparecan y despus, cuandovolva el calor, el agua empezaba a evaporarse ylas chicas vean cmo sus esculturas se ibanhaciendo pequeas hasta convertirse en uncharquito y despus en nada. Se habanacostumbrado a crearlo todo de nuevo con cadacambio de estacin.- 13 - 13. Bosia y Graco eran muy buenos amigos. Cuandono estaban ayudando en las tareas de casa,cociendo el pan, o sembrando las semillas en loshuertos del valle, jugaban juntos y se divertancompitiendo para ver quin de los dos haca elcaballo de juguete ms bonito o consegua la torrems alta de piezas cuadradas. Pero cuandollegaba la estacin de lluvias, Graco se volva mscallado y no quera competir con su amiga porquetodas sus figuras se desmoronaban antes de quepudiera terminarlas. Bosia lo consolaba y hacaestrellas de colores para l, pelotas transparentescon las que poder jugar y flores de agua diminutasque el chico guardaba en una caja durante todala estacin. As pasaban el tiempo hasta que el solvolva a calentar y entonces era Graco quien tenaque consolar a su amiga, fabricarle muecas dearena, monstruos simpticos y flores cuajadas deptalos que ella guardaba en una caja idntica ala que l tena. - 14 - 14. Pero ese ao Graco estaba ms preocupado queotras veces porque llevaba varias semanastrabajando en un regalo especial, una flor nueva,ms bonita que cualquiera que le hubieraregalado antes. Si consegua terminarla antes deque empezasen las lluvias y el ambiente se volviesehmedo, tal vez ella pudiera colocarla cerca de lachimenea y as mantenerla seca porque l lo quede verdad quera era que esa flor no se deshiciesey desapareciera, quera que la conservase siemprey que cada noche, cuando se fuese a dormir, lacolocara cerca de su almohada. Por eso corri aesconderse cuando le cay la primera gota en lafrente y se encerr en su cuarto para intentarproteger su regalo.- 15 - 15. Bosia busc a su amigo entre los nios del valle,pero no lo encontr. Quera ensearle una estrellanueva de seis puntas, la primera de la temporada, yregalrsela, pero Graco no apareca por ningnsitio. Corri hasta su casa y lo encontr sentado enel suelo, encogido, como un animalillo que sehubiese separado de su manada. Le pregunt qule pasaba, le mostr su estrella y form una pelota,un pjaro, una bailarina que, con las prisas, solotena una pierna Pero el chico no sonrea y Bosiase sent a su lado sin saber qu hacer paraanimarlo. Estuvieron as un buen rato, sentados unojunto al otro y sin decir nada, hasta que Gracoabri la mano y le mostr una flor deforme dearena. 16. Se ha mojado dijo entre sollozos. Iba a ser la flor ms bonita del valle y ahora no vale nada.Bosia intent cogerla, pero sus manos estabanhmedas y, al tocarla, la deform an ms, hastacasi hacerle perder su forma.No pasa nada. Ya vendr el sol, ya me hars ms flores, ramos enteros.Y Graco mova la cabeza, incapaz de decir nadaporque las lgrimas no le dejaban hablar.Podemos ponerla en la caja y esperar hasta que se seque. 17. Y l negaba con la cabeza.Y si soplamos fuerte?Y l negaba con la cabeza.Har una para ti, con ptalos grandes y pequeos, y podrs regalrmela!Y l negaba con la cabeza.Bosia sali de la casa muy triste. No le importaba laflor, no necesitaba que Graco le regalase nada,pero se mora de pena de verlo as. Ella tambin seencerr en su habitacin y se sent en el suelo,encogida, como un animal asustado que sehubiera separado de la manada. 18. Cuando amaneci, la nia realiz a toda prisa sustareas y, mientras esperaba a que terminase decocerse el pan en el horno, decidi que no queraque el enfado de su amigo durase ms. Dej elpan enfrindose en la ventana y corri hacia casade Graco para levantarlo del suelo y sacarlo de all,para gritarle que se dejase de tonteras, que unaflor, por muy bonita que fuese, no merecasemejante disgusto. Pero no lo encontr triste, sinosilbando una cancin y enfrascado en su mesa detrabajo. Se acerc por la espalda y mir porencima de su hombro.Graco haba vuelto a formar la flor con arenarojiza, de la que se extenda por la falda sur de lamontaa y le estaba aadiendo los detalles:pequeos estambres que asomaban en el centro ygranitos de arena blanca, de la que brillaba en elfondo del ro, que semejaban las gotas del roco dela maana. 19. Qu bonita!No mires, tramposa! Graco intent, entre risas, apartarla de la mesa.Djamela. Anda, djame cogerla.Y antes de que el chico pudiera impedirlo, Bosiaalarg la mano y cogi la flor. Le gustaba tanto,que la encerr entre los dedos y se prometi nodejar que se mojara, ni que el viento del invierno ladeformase. Empez a pensar dnde guardarla, qucaja nueva crear. Pero sus manos, sin que ella lonotase, empezaron a atraer agua para cumplir susdeseos, para poder formar esa caja que ellaestaba imaginando y cuando se dio cuenta la flor 20. era una masa pastosa de arena rojiza. No seatrevi a mirar al chico a la cara, no saba qudecir y todas las disculpas que se le ocurran leparecan tan tontas Sali de la casa con el puoapretado guardando ese amasijo de arenamojada y volvi a su cuarto pensando que Gracojams iba a perdonarla. Se sent en su cama yabri la mano.Nunca lo haba intentado, no estaba en sunaturaleza ni saba cmo hacerlo, pero tal vez siconsegua volver a darle forma a aquella arenarojiza y despus la colocaba sobre la chimenea,Graco la perdonase.Trabaj durante toda la maana. Con sus deditosiba modelando la arena que a medida que semojaba ms se iba convirtiendo en una masablanda, como la que usaba su madre para hacerel pan.Cuando Bosia termin y la dej sobre un platitopara que no se estropeara, le pareci que era laflor ms bonita del mundo. Y pens que, tal vez,como el pan, pudiera meterla al horno para que sesecara. As lo hizo y fue corriendo a buscar aGraco. Lo encontr al borde del ro, caminandocon las manos en los bolsillos y la mirada perdidaen el fondo del agua. Ni siquiera se par a darleexplicaciones: lo agarr por el brazo y tir de l,que la sigui sin hacer preguntas.- 21 - 21. Entraron de nuevo en la casa de Bosia y la niacorri a abrir el horno. Sac con cuidado el platoen el que se haba cocido la flor de barro y se loofreci a Graco. l la cogi con cuidado, pero alsopesarla en la palma de la mano le pareci queera dura, ms dura que ninguna de las formas quehaba hecho en su vida. Le pas el dedosuavemente. Y despus con ms fuerza, tratandode aplastar ligeramente un ptalo o doblar unestambre. Bosia lo miraba asustada. No entendapor qu l estaba intentando estropearlo. Pero lomir a la cara y vio que sonrea. Estir la mano yesper a que l posara aquella preciosidad en supalma. La encontr suave, ms suave que la arena.Se la acerc a los labios y le pareci ms clidaque las figuras de agua. Cerr el puo con cuidadoy volvi a abrirlo, volvi a cerrarlo ms fuerte y alabrir la flor segua intacta. Abri y cerr, cada vezms fuerte, hasta clavarse en los dedos alguno delos estambres. Pero no se haba deformado. Bosia yGraco sonrean y no decan nada, porque noencontraban qu decir. Al cabo de un rato, Gracola cogi de la mano.Vamos le dijo.Y al salir de la cabaa notaron cmo la lluvia lesmojaba la cara, pero mantuvieron la sonrisa.- 22 - 22. AGUA Y ARENA GUA DE LECTURAPREGUNTAS Bosia y Graco eran especiales, y seguro quet tambin lo eres. Por qu eres t tanespecial? Qu es lo que impulsa a Bosia a trabajar conla arena? Piensas que despus de la experiencia deBosia otras nias querrn hacer lo mismo? Y crees que algn nio se animar a hacerfiguras de agua? Por qu? Cules son tus juegos preferidos? Qupasara si slo te dejaran jugar a uno? Te ha ocurrido alguna vez que no te handejado jugar a lo que ms te gusta? Cmote has sentido? Hay algn juego al que nunca quieres jugar?Por qu? Dibuja tu silueta y piensa qu puedes hacercon cada parte de tu cuerpo. Piensa cmo te gustara ser de mayor, quactividades te gustara realizar, con quin tegustara llevarlas a cabo. Bosia descubri una manera de endurecer laarena. Conoces a alguna mujerdescubridora? Y a algn hombredescubridor? (Si no te acuerdas de nadie,puedes buscar en un libro o preguntar).- 25 - 23. AGUA Y ARENA GUA DE LECTURACOMENTARIOSe pertenece a uno u otro sexo; es decir, se esnia o se es nio, lo que implica cuerposdiferentes en muchos de sus rasgos ycaractersticas, pero no por ello desiguales, nopor ello uno ms importante o mejor que otro.Este cuento nos habla de nias y nios quehacen diferentes actividades a las que se da unvalor similar: tan importante resulta para el clanhacer figuras de agua como hacer figuras dearena. Esta equidad en el valor de lo que hacecada sexo es sin duda muy importante, pero noes suficiente para vivir en libertad, porque en elclan de Bosia y Graco las tareas que realizacada uno de los sexos estn tan encasilladas ypredeterminadas que no parece haberposibilidad de elegir lo que cada cual quiere odesea hacer y esta rutina es tan fuerte que yanadie se pregunta por sus autnticos deseos onecesidades. Bosia rompe esta tendencia y seatreve a hacer algo que no le corresponde,sin por ello renunciar a sus saberes. Es decir,prueba a trabajar con la arena, sin que ellosuponga renunciar al agua... Y lo consigue. Laactitud de Bosia, resulta un hechorevolucionario ya que le lleva a conocer doscuestiones que sern transcendentales: laprimera es que Bosia se descubre a s mismacomo poseedora de una habilidad que le- 26 - 24. AGUA Y ARENA GUA DE LECTURAestaba vetada y con ello un mundo nuevo deposibilidades se abre ante sus ojos; la segundase refiere a un descubrimiento tcnico: elhallazgo de que al calor del fuego, las figurasde arena se endurecen y permanecen a lolargo del tiempo.Si quisiramos prolongar el cuento (hazlo si teapetece), es casi seguro que el descubrimientode Bosia cambiar definitivamente la vida delclan, los trabajos que unas y otros realizarn enel futuro y las relaciones entre los sexos. Quizotras mujeres del clan querrn imitarla, probary caer en la cuenta de que ellas tambinpueden realizar actividades que antes nisiquiera se les haban ocurrido; al igual quepuede llevar a otros hombres a imaginarseaprendiendo a modelar el agua y buscandocon sus compaeras alguna forma para que susfiguras permanezcan en el tiempo.El cuento nos ensea que ambos sexos cuentancon mltiples capacidades y posibilidades deaprendizaje. Cuando estas posibilidades seanulan o se vetan por cuestiones culturales(estereotipos de gnero) se est encorsetandola experiencia de nias y nios y restndoleslibertad para probar y descubrir el mundo. Asocurre cuando por ser nio o nia se obliga o sepresiona para jugar, sentir o hacer de una- 27 - 25. AGUA Y ARENA GUA DE LECTURAdeterminada manera. Ante ello, la propuestade Bosia y Graco es experimentar otras formasde ser, de jugar, de disfrutar, atendiendo a lospropios deseos y necesidades.Adems de esto, Agua y Arena es unainvitacin para hablar con nias y nios acercade como en la Historia verdadera, en diversasocasiones los atrevimientos de las mujeresfueron el inicio de cambios sociales importantes,porque sirvieron para abrir camino a otrasmuchas mujeres que pudieron imaginarse a smismas de maneras diferentes a las marcadaspor los cnones sociales de sus pocas o pases.As pas cuando a una mujer se le ocurri porprimera vez ir a la universidad, o cuando otraspensaron que ellas tambin podan votar enunas elecciones, llevar pantalones o participaren unos juegos olmpicos. Todos estos ejemplos ymuchsimos ms nos hablan de mujeres queaunque en esos momentos fueron consideradaslocas, result que con su actitud, suoriginalidad y su atrevimiento, consiguieroncambios fundamentales para el resto de lasmujeres del mundo. Tambin esto ha ocurridoen algunas ocasiones con los chicos; porejemplo con aquellos que decidieron no ir a lasguerras ni aprender a luchar, o los que pensaronque podran trabajar en sus casas cuidando delhogar y de la familia o los que vieron que- 28 - 26. AGUA Y ARENA GUA DE LECTURAnecesitaban llorar y no por ser hombres dejaronde hacerlo... De todos ellos se pens en unprincipio que como poco eran raros, pero sinembargo con su actitud abrieron caminoshacia nuevas formas de ser hombre.El cuento tambin ofrece un marco para hablarcon nias y nios de las mujeres comodescubridoras y transmisoras de conocimientosque permiten el desarrollo de los pueblos demanera que conozcan y aprecien lasaportaciones de ambos sexos; es importantepara las nias, a quienes estamos contandoque ellas tambin contribuyen al progreso y sonmucho ms que meras espectadoras; esimportante para los nios, a quienes a travs decuentos como ste, decimos que suscompaeras tambin son protagonistas y lesayudamos a reconocer y valorar susaportaciones.- 29 - 27. ALICIA Y EL VIENTORaquel MguezLa abuela Alicia vive en la ventana de mi cuarto,en una preciosa jaula de bamb. Desde all tienevistas a los tejados de la ciudad, al campanario dela iglesia, al balcn de la vecina y al mar.Antes de mudarse a mi ventana, la abuela viva atres calles de la nuestra. Por la maana aparecaen la cocina de casa con cuatro bollitos de panrecin hecho, mermelada de piel de naranja y susadvertencias sobre el viento:Atencin todo el mundo: se est nublando y sopla Poniente...Entonces corramos a ponernos el chubasquero,porque cuando el viento de Poniente sopla connubes es seal de que va a llover a mares.Poniente es el viento preferido de la abuela,porque limpia el aire y lo deja todo como recinpintado.Y cuando sopla sin lluvia dice, calienta elcorazn y perfuma la ropa del tendal mejor que elsuavizante que venden en el supermercado.- 31 - 28. El viento del Norte tampoco est nada mal, Juana me explicaba de su segundo viento favorito. Cuando sopla de noche se duerme mejor y se amanece con la risa floja. Tu abuelo se me declar despus de una madrugada de vendaval del Norte: Alicia, me dijo, si te gusta tanto mi bigote como a m tu risa, por qu no nos casamos?. Y yo le dije: Por qu no?. Porque el bigote de tu abuelo me gustaba tanto como las cerezas, vaya si me gustabaPero en casa siempre haba otros asuntos de losque hablar y noticias ms importantes queescuchar que las que nos contaba la abuela. Asque ella cada vez hablaba menos y cada vez lecostaba ms hacerse or porque, de no usarla,cada vez tena la voz ms fina. - 32 - 29. Un da, en la mesa, me di cuenta de que se habahecho ms pequea. Las pas del tenedorparecan grandes, comparadas con sus dedos y lasilla donde se sentaba demasiado alta,comparada con sus piernas, que colgaban unpalmo por encima del suelo. Me fij en que lechancleteaban sus bailarinas del lacito marrn y enque la falda de flores que antes le llegaba hasta larodilla, ahora le tapaba los tobillosComo si el viento la fuese desgastando a poquitos,la abuela Alicia menguaba da a da.Cuando ya abultaba poco ms que unagolondrina, se suba a la palma de mi mano, medeca al odo la direccin del viento y yo se larepeta a pap y a mam:Dice que maana ser un da apropiado para tomar decisiones, porque esta noche soplar viento del Norte.Y aunque ya no desayunbamos bollos de panrecin hecho sino tostadas de pan de molde, encasa todo sigui como si nada hubiera cambiado.Hasta que una maana, la abuela me dijo al odo:- 33 - 30. Desde que no alcanzo la ventana, ya no puedo contar barcos, ni sentir el aire en la cara, ni ver las puestas de sol... Y tampoco me atrevo a salir de casa, por si me aplastan como a un grillo. Los das se me hacen eternos, Juana Pero se me ha atra- vesado una idea entre ceja y ceja, como un siroco.Y entonces me dijo que quera vivir en una jaula.No! protest.Se me puso la sonrisa boca abajo. Me la imaginentre barrotes, como una prisionera. Con unrecipiente para el agua y otro para el alpiste.Condenada a vivir como un pjaro enjaulado yme ech a llorar.Y por qu no, si ya soy poco ms que un gorrin? No llores, tonta, y bscame una jaula de bamb. Una jaula bonita, bien grande, con un columpio y un par de jardineras para plantar mis tomates cherrie.As que ella decidi romper el cerdito con susahorros y yo busqu la mejor jaula de bamb delmundo y la coloqu en el alfizar de la ventana demi habitacin, de cara al mar.Lo primero que hizo la abuela al entrar en su nuevacasa fue llenar las jardineras con sus plantas detomatitos. - 34 - 31. Ni se te ocurra llorar, Juanita. Siempre quise tener un columpio me asegur, sentada en su tablita de madera que meca la brisa arriba y abajo. Y una casa soleada para mis tomates. Ahora, solo me falta salir a la calle de vez en cuando. Si pudiera pasear, sera feliz como una perdiz.A partir de ese da, me llevaba a la abuela a todaspartes, escondida en un bolsillo.Nos acostumbramos a pasear juntas por el barrio; atomarnos un helado en el quiosco del parque; a iral cine y a que viera las pelculas sentada en micabeza. Pero lo que ms le gustaba a la abuelaera ir al colegio. Sobre todo si haba examen.Primera pregunta dictaba la profesora: Dnde est Tegucigalpa?- 35 - 32. En Honduras contestaba la abuela inmediatamente, escondida bajo el cuello de mi camisa.De qu color es la bandera de Alemania?Amarillo, rojo y negro... No, no, al revs: negro, rojo y amarillo murmuraba, como si estuviera participando en uno de esos concursos de la tele que le gustan.Cuntas patas tiene una araa?Ocho.Cmo es la lengua de las serpientes?Bfida.Y la de las mariposas?Como una espiral.Y mientras la abuela y yo nos divertamos de lo lindoy compartamos cada vez ms secretos, pap ymam empezaron a echarla de menos.Dnde est la abuela? preguntaban. ltimamente no se le ve el pelo.- 36 - 33. Pero cuando yo intentaba explicarles lo quepasaba, empezaban las noticias. O sonaba eltelfono. O tenan una reunin importante. Y as,una y otra vez.Ha dicho la abuela que salta Levante. Va a llover barro y van a volar las sillas de plstico de las terrazas de los bares les advert un lunes.Levante es el peor de todos los vientos. Vuelve mstarumbas a los locos, hace que los perros parezcanlobos, que los pjaros equivoquen su rumbo y quela ropa del tendal huela a mondas. La abuela letiene mana a Levante.- 37 - 34. No te preocupes me interrumpieron pap y mam aquel lunes de viento malo, ha dicho el hombre del tiempo que no empezar a soplar hasta esta noche.Me encog de hombros: si se fiaban ms delhombre de la tele que de la abuela, no eraproblema mo.Media hora despus de salir de casa, pap volvi aentrar, con los pelos de punta y los bolsillos de lospantalones cargados de barro:El viento me ha arrancado el sombrero! Se lo ha llevado, calle abajo!Un momento despus, entr mam hecha unafuente: le chorreaba agua por todas partes y,adems, su camisa blanca de las reuniones, recinlavada y recin planchada, se haba llenado dechorretones color caf:Me he tenido que escapar de un remolino de sillas voladoras!Yo levant la nariz y cruc los brazos:La abuela os avis de que os sujetaseis el sombrero y os protegieseis de las sillas de plstico de los bares. - 38 - 35. A los pies de mam se haba formado un charco.Pero se puede saber dnde se ha metido la abuela? me pregunt.Eso digo yo, dnde est tu abuela, Juana?Est en mi habitacin.Mam y pap se miraron.Y qu hace la abuela en tu habitacin?Les llev hasta la puerta, seal la jaula y cerr.Pero pero pero qu le ha pasado? tartamude pap. 36. Mam abri la puerta otra vez, se frot los ojos yvolvi a mirar hacia la jaula, donde la abuelaobservaba la calle desde su columpio.La abuela se ha vuelto insignificante como una golondrina. Ya no podis orla. Os lo he dicho un montn de veces, pero no os enteris.Se desplomaron en el silln de la sala como un parde deshuesados.No os preocupis, est contenta. Siempre ha querido tener un columpio y unas jardineras para sus tomates enanos.Estar enfadada se quej pap, como si no me hubiese odo. 37. S. Estar tan furiosa que es posible que no se le pase nunca suspir mam.Y la verdad es que la abuela estaba enfadada, yhasta un poco furiosa. Me lo dijo por la noche,sentada en mi almohada.Pues claro. La culpa de lo que ha pasado es suya, pero mira, si les da igual de qu lado les sopla el viento, all ellos.Pero abuela, lo han hecho sin querer. Y adems, t me has dicho que te gusta ser pequea, que siempre quisiste un columpioS, eso s. Y me gusta que me lleves en el bolsillo, cerca del corazn... Me gustan mi casa de bamb, mi columpio, mis tomates cherrie. Pero eso no quita, Juana: Estoy enfadada! Y tendr que soplar Norte en un vendaval para que barra la porquera, se lleve el enfado y me aclare las ideas.No s si esa noche sopl un huracn o si no semovi ni la brisa: dorm como una marmota. Solo sque al da siguiente, cuando pap y mam seacercaron a la casita de bamb y pegaron la orejaa los barrotes, la abuela les avis, mientras regabasus tomatitos:- 42 - 38. Norte ha virado a Poniente y el cielo est despejado. No har falta manga larga y la gente estar de mejor humor que ayer.Cada maana, a partir de entonces, mis padrespegaban la oreja a los barrotes de bamb yescuchaban las predicciones de la abuela. Aspas un tiempo de das iguales.Hasta anteayer, en que todo empez a cambiar.Tenamos examen de matemticas. Clculomental.Juana dijo la profesora, siete ms cinco?Doce contest la abuela al instante.Doce repet yo.Menos cinco?Siete dijimos al mismo tiempo.La profesora mir hacia el fondo de la clase.Silencio, por favor Por cinco?Treinta y cinco contestamos.- 43 - 39. La voz de la abuela son un poco ms fuerte y msronca de lo normal y la profesora mir hacia lospupitres por encima de las gafas.Quin ha respondido, adems de Juana?Yo met la mano en el bolsillo, por donde la abuelase acababa de escabullir, e intent esconderla,encerrndola dentro de mi puo, pero no pudeporque abultaba ms que a primera hora de lamaana. Nos salv el timbre que puso fin a la clase,salimos y de camino a casa, se me olvid que laabuela ya no me caba en la mano.Ayer fue sbado. Pap y mam trabajan lossbados por la maana. Dej a la abuela Aliciamecindose en su columpio, con un trocito demiga en una mano y un tapn de leche en la otra,y entr en la cocina a desayunar.Estaba untando mi segunda tostada de pan demolde, rebaando la ltima porcin de mermeladade piel de naranja del fondo del frasco, cuando laabuela grit:Juana! Me dio un susto de muerte, porque volva tener su voz ronca de antes, de la que casi me haba olvidado.Corr a mi cuarto y mir a la abuela desde lapuerta.- 44 - 40. Haba alcanzado el tamao de una paloma. Elvestido se le haba quedado raqutico, las mangasse haban descosido desde el puo hasta elhombro y los zapatos de mi mueca ya no lecaban.Romp tres o cuatro barrotes de bamb y la ayuda salir.Me estiro por momentos, Juanita, como un chicle. Me parece que ya no quepo en un bolsillo.Anoche durmi en la litera de abajo y hoy se hadespertado con su tamao de antes de encoger.Se ha puesto su falda de florecitas y sus bailarinasdel lacito marrn, antes de entrar en la cocina.Atencin todo el mundo: el cielo est despejado y sopla Poniente! anunci Alguien quiere chocolate con churros? Yo invito.Mam y pap dejaron las tostadas de pan demolde sobre el plato y salimos los cuatro a la calle,para celebrar el domingo.Tengo la corazonada de que maana por lamaana, a primera hora, volveremos a desayunarcuatro bollitos de pan recin hecho, conmermelada de piel de naranja de la despensa dela abuela Alicia.- 46 - 41. ALICIA Y EL VIENTO GUA DE LECTURAPREGUNTAS Qu es lo que ms te gusta de la abuelaAlicia? Por qu la madre y el padre de Juana dejande escuchar a la abuela Alicia? Qu hace Juana para que vuelvan aescuchar a la abuela? Qu hace que la madre y el padre deJuana vuelvan a escuchar a la abuela? A ti quin te cuida?, qu cosas hacen por tio para ti? Qu pasara si esas personas no estuvieran? Y a quin cuidas t?, qu cosas haces paraque esas personas se sientan cuidadas? Qu sabes de tu abuela? (Si no sabes nada,o sabes poco, puedes preguntar). Y de tu abuelo? (Si no sabes nada o sabespoco, puedes preguntar).COMENTARIOSEl cuidado es fundamental para la vida;habitualmente cuidado y amor van de lamano, como nos indican una buena cantidadde detalles cotidianos. As de la combinacinde amor y cuidado surgen situaciones comobrindarse a compartir la tristeza que alguien- 47 - 42. ALICIA Y EL VIENTOGUA DE LECTURAsiente, mitigar el cansancio de quien trabajduro durante el da, participar en las tareascaseras, compartir la alegra de los buenosmomentos, etc.Pero a veces ocurre que, por diversas razones,se deja de cuidar y prestar atencin a personasque se quiere y con quienes adems, seconvive. Estas personas se vuelven entoncespequeas, silenciosas y casi invisibles. As leocurre a la abuela Alicia, cuando su familiadeja de tener en cuenta su sabidura y suscuidados, cuando la falta de tiempo les impidedisfrutar de un buen desayuno, de la presenciade gente querida o de los sabios consejos queaporta la experiencia. Tan slo Juana, la nieta,es capaz de seguir valorando a Alicia, de darsecuenta de su soledad y de las nuevasnecesidades que van surgiendo.El cuento invita a pensar que las condicionesvitales cambian con el tiempo y lascircunstancias. Resulta conmovedor observarcomo Juana ayuda a su abuela respetandosus deseos y necesidades reales: que se vahaciendo ms pequea y necesita nuevasropas, que ya no puede vivir en su casa y pideun lugar junto a su nieta que le garantice el sol yla compaa, que necesita que la lleven depaseo... Y ante todo ese nuevo panoramaJuana acta por si misma, generndose unarelacin magnfica y llena de complicidad - 48 - 43. ALICIA Y EL VIENTO GUA DE LECTURAentre abuela y nieta, donde el amor y elcuidado se dan de forma recproca: la nietaaporta su juventud, su sensibilidad y su dominiode los espacios cotidianos; la abuela aporta susabidura, su experiencia y el amorincondicional por su familia. Partiendo de estasituacin, el cuento facilita una conversacincon nias y nios que ahonde sobre lo quecada cual aporta para que las relacionesvayan bien en casa, enfatizando que elcuidado resulta imprescindible para que se dla convivencia y que ese cuidado est ensituaciones muy cotidianas que van desdeencontrar un sitio limpio y agradable dondedescansar, hasta las muestras de afecto quesuelen darse entre personas que se quieren.Alicia y el viento es una historia que tambininvita a comentar con nias y nios sobre el artede cuidar y el papel que las mujeres han tenidoen ello. A lo largo de generaciones que sepierden en el tiempo, ellas han sido grandesmaestras en este arte y as lo han idotransmitiendo como un legado que sabenimprescindible para la vida. Sin embargo, nopor ello han dejado de interesarse y formarseen los temas ms variopintos, como la Alicia deeste cuento que resulta ser una gran experta enel viento de cada da. Animar a nias y niosa charlar y compartir algo de su tiempo conabuelas, abuelos y personas mayores que- 49 - 44. ALICIA Y EL VIENTOGUA DE LECTURAtienen a su alrededor les permitir descubrir amuchas abuelas que dedicaron su vida enteraal cuidado de su familia, otras que sin dejar decuidar se fueron formando en aquello que msles gustaba, y otras que incluso llegaron a ir a launiversidad. Tambin podrn descubrir abuelosque se contagiaron de esta forma de hacerque facilita la vida y la llena de alegra,asumiendo muchos de ellos la importancia delcuidado del espacio que habitan y de laspersonas que en l conviven.En el cuento tambin tiene una granimportancia el ejercicio de mediacin quehace Juana para que su madre y su padre seden cuenta que algo pasa. Para ello Juana seconvierte en la transmisora de los saberes de laabuela. As, cuando Alicia ya casi no puedehablar y prcticamente ha desaparecido de laescena cotidiana, la nieta se convierte en suportavoz, en la heredera de sus conocimientos.Es entonces cuando el padre y la madrepueden apreciar su propia laguna y su falta deatencin hacia un saber que tienen al alcancede la mano, pero que han despreciado ominusvalorado. Pero sobre todo puedenpercibir su falta de atencin y cuidado haciaalguien que quieren y aprecian. En este puntoel cuento se vuelve hacia madres y padresproponiendo una reflexin sobre un estilo devida que a veces, por diversas razones, tiene - 50 - 45. ALICIA Y EL VIENTOGUA DE LECTURAmuy poco en cuenta a las mujeres mayores, altrabajo que realizan incluso en su ancianidad ya los saberes que aportan, en su mayor partenacidos de aos de experiencia de cuidados yde la observacin minuciosa de lo que ocurrealrededor.- 51 - 46. UNA SABANA EN EL 5O CClara RedondoMi vecino se llama Len. Y no solo se llama Lensino que es un len. En un barrio de personas,encontrarse a un nio len por la calle no es de loms normal. Ms bien es un poco raro, no osparece?Cuando naci Len, el vecindario no seacostumbraba a sus entrecortados rugidos cuandoel hambre le apretaba la barriga ni a or por elpatio unos llantitos que no se parecan en nada aun gorgoteo infantil. Len era diferente. Pero yasabemos que a los bebs, que son una monada ytan pequeines, se les perdona todo, aunque no tedejen dormir por las noches y sus eructitos sean demuy mala educacin. As que mientras fue unbeb, la cosa no iba del todo mal. Era un animalitoal que la gente sola acariciar y qu ojillos mschisposos tiene, le decan. Pero mi vecino no tuvoms remedio que seguir creciendo. Cumpli unao, y luego dos. Al tercer cumpleaos se le ocurrila feliz idea de escaparse del 5 C, su casa,escaleras abajo y l solo, sin la compaa de sufamilia, que hasta entonces no le dejaban ni a solni a sombra. Cuando un leoncito cumple los tres- 53 - 47. aos, deja de parecerse a un beb y slvesequien pueda! pasa a tener el aspecto de unseor len, con sus melenas y su cola leonina. Asque imaginaos la cara de la gente cuando lovieron bajar las escaleras arrastrando su elegantecola. El primero que lo vio fue don Elas, el abuelocascarrabias del tercero A, que siempre nos regaaporque armamos jaleo o ensuciamos de barro elportal. En mi pandilla decimos que es un enviadode las fuerzas del mal, por eso nos mantenemoslejos de l. En el portal somos tres chicos (los mellizosy yo) y tres chicas (las gemelas y mi hermana Ada)que formamos una pia. Tenemos la misma edad,todos menos mi hermana, que tiene nueve, unomenos, pero la hemos admitido tambin en lapandilla.- 54 - 48. Aquel da, don Elas hizo saltar la alarma: no sepoda permitir que un len se anduviera paseandopor all como si nada, con esas garras temibles yesos dientes afilados que seguramente sezamparan de dos bocados a quien se atreviera apasar a su lado. A Len nunca le habamos vistohacer esas cosas terribles que don Elas anunciaba,sino todo lo contrario. Daba los buenos das a quiense le cruzaba, bajaba y suba despacio lasescaleras moviendo su elegante cola, y hasta unavez mont a su lomo a un vecino abuelillo quevena cargado con la compra y le subi lasescaleras. Qu risa nos dio verle agarrado a sumelena y con cara de velocidad!El rumor de don Elas se fue extendiendo como losmalos olores: se colaba por debajo de las puertasde las casas y dentro de los buzones. Y nos meti elmiedo en el cuerpo. A m y y a la pandilla en pleno.En pocos das fue diciendo por ah varias cosas:* Que Len haba estado a punto de darle unzarpazo a doa Pili cuando iba a abrir la puertadel portal.* Que estaba seguro de que con su larga colahaba roto la lmpara estropeada del cuarto piso.* Que por las noches escuchaba un rugidoamenazador que le tena en vela toda la noche.- 55 - 49. * Len era el culpable de que el suelo estuviera msembarrado que de costumbre.* Y tambin era el culpable de que l mismo tuvieramiedo de salir a la calle.Don Elas estaba seguro de todo esto don Elasestaba muy asustado. O eso pareca, al menos.Y Ada? Ella no quera saber nada; los rumores leentraban por una oreja y le salan por la otra. Notena miedo de Len. Mientras el resto de lapandilla intentbamos no cruzarnos con l en elportal (por si nos coma o nos araaba o nos ruga alo bestia), ella buscaba cualquier excusa parajuntarse con l. A escondidas, claro. Pero esto sololo saba yo. Ada a veces se mova sigilosa ydesapareca sin que nadie se diera cuenta. Es unaculebrilla, segn mi madre.Y Len? l tena muchas ganas de entrar en lapandilla, pero en su casa le decan que, hasta queno cumpliera los tres aos, no era mayor para salirsolo de casa, as que esper con paciencia 50. exactamente hasta el da de su tercercumpleaos. Esto me lo cont l despus de quepasara todo lo que ocurri. El resto, ya lo sabis.Sali de casa solo, se encontr con don Elas, que silas zarpas, los colmillos, que si la melena, la cola yah todo empez a ir de mal en peor. Cmo fueposible que don Elas nos metiera aquellas tonterasen la cabeza? Durante esos das, Len sala a lacalle y se nos acercaba, pero cuando lo veamosvenir nos entraba el miedo y nos escurramosdisimulando hacia otro sitio. 51. Pero todo empez a cambiar el da cinco deenero, mundialmente conocido como el da de losreyes magos. Aquella maana, todos estbamosnerviosos no, lo siguiente: los mellizos se habanpedido varios juegos para la wii, las gemelas sehaban pedido lo mismo que los mellizos, y yo, lomismo que las gemelas y que los mellizos. Total, quefuimos muy originales. Ada sin embargo quiso unospatines en lnea (de los que te caes fijo cuando tesubes a ellos) y una cmara de fotos. Estaba muyempeada en esto ltimo, y ms tarde sabramos loimportante que fue aquel regalo.Sentados en un banco de la plaza del barrio, vimosque llegaba Len. Se hizo el silencio. Vena hacianosotros. Impona su figura, grande, peluda, la colalarga y nerviosa, y esos ojos que cuando te mirande lejos parece que apuntan directamente a lapresa. Viene a por m, viene a por m. Nos habandado la instruccin de que no nos podamosacercar a l, era peligroso, y nos miramos para vera quin se le ocurra una idea brillante que nossacara de esta. Tenamos miedo de quecasualmente tuviera hambre y nos fuera a devorar.Estaba claro que ramos sus presas, para quvena si no?Viene a por nosotros dijo uno de los mellizos.Yo tengo un palo preparado, no temis dijo una de las gemelas.- 58 - 52. Si nos ataca, mi hermano y yo lo rodeamos, y t y tu hermana le azuzis con el palo, para que vea que no le tenemos miedo dijo el otro mellizo.Entendido dijo la gemela con la voz entrecortada y hacindose la valiente.Nos pusimos todos en guardia, todos menos Ada,que no dijo ni mu y sin dar explicaciones se levanty fue a su encuentro.Ests loca? Ven inmediatamente! le dije yo, que no tuve ms remedio que actuar como hermano mayor, aunque Ada ya estaba lejos. Quise salir corriendo para detenerla, pero me temblaban las piernas y me qued parado como un mueble.- 59 - 53. Cuando Ada estaba ya casi a su lado, l solt unrugido ay, dios, qu miedo que cort el aire. Yah s, salimos corriendo en tromba hacia dondeestaban los dos: se iba a comer a Ada y no podapermitirlo. Mi hermana me incordia mucho, no parade incordiarme, pero al fin y al cabo es mihermana. Y cul fue nuestra sorpresa, que el rugidoresult algo as como un qu pasa, tron, cmoests, me alegro mazo de verte, tenemos muchascosas que contarnos!. O algo as, vamos, porqueella se enganch a su cuello-melena y l le dio unligersimo empujn con la zarpa al que Adarespondi con una gran carcajada.Nos paramos en seco y nos miramos: qu era eso?No entendamos nada. Esto que estaba pasandono era una escena de caza precisamente, nohaba zarpazos, ni violencia ni sangre ni nadiezampndose a nadie. De qu nos haba estadohablando don Elas? Por qu nos haba metido elmiedo en el cuerpo?Una de las gemelas rompi el hielo. Menos mal.Vamos a jugar a un rescate. Te vienes, Len?Como por arte de magia, nos olvidamos denuestros temores y del rumor maloliente que habacirculado por todas las esquinas, y Len puso carade s, yo tambin juego y os vais a enterar decmo corre un len. Fue chulo el reencuentro con - 60 - 54. Len, y aquella maana no paramos deperseguirnos.Sin embargo, lo peor estaba por venir. El enviadode las fuerzas del mal (o sea, don Elas) pas por ally nos vio jugando en comandilla. Eso le debi deenfadar mucho, porque cuando entramos alportal, vimos un papel pegado en la pared en elque convocaba al vecindario a una reunin parael lunes. Tema de la reunin: No se admiten leonesen el barrio. Y os demostrar por qu. Qupesado, l erre que erre. Pero eso quedaba muylejos: era sbado, y todava tenan que venir losreyes magos, as que me olvid del cascarrabiasdel tercero A. - 61 - 55. El domingo llegaron puntuales los reyes: un juegode la wii y una cmara de fotos, esos fueron losregalos. Pijama para mi madre y cascos de msicapara mi padre. Lo tpico. No es que sean muyoriginales los reyes con la gente mayor Lacuestin es que Ada, con la excusa de que queraestrenar su cmara y hacer fotos del barrio,desapareci y no volvi hasta la hora de lacomida. Vena con coloretes y pareca contenta.A ver? Me enseas tus fotos?S, s, ya te las ensear. Maana las vers todas me dijo con un movimiento de la ceja izquierda que me dej intrigado.Despus de comer, dijo que se volva a marchar,para seguir probando su maravillosa cmara.La ahora de la siesta es vital para mis averiguaciones dijo Ada.Averiguaciones? pregunt mi madre.S, bueno, ya sabes, mam, una cmara tiene muchos botones y quiero probarlos todos.Mi madre puso cara de qu inteligente es mi niay la dej marchar. Ada se pas toda la tarde fuerade casa, solo vino para merendar y por la nochepara la cena.- 62 - 56. A la maana siguiente, cuando nos bamos para elcolegio, vimos que segua all el cartel que habacolgado el cascarrabias: por la tarde habrareunin vecinal.Aunque la pandilla no estbamos invitados a esareunin, nos escondimos en el primer piso (incluidoLen, claro, que se puso en primera fila) paraescuchar lo que tenan que decir de nuestroamigo. De pie, un montn de vecinos y vecinasrodeaban al mensajero del mal (don Elas), que fuedirecto al grano:Ya he dicho que no quiero que ande suelto un salvaje en nuestro portal. Nos hace dao y nos asusta. Este es un barrio decente en el que solo caben las personas. Tengo pruebas de que es un vndalo animal que destroza todo lo que pilla. Fjense, fjense!Nos asomamos (Len incluido) por la escalera paraver qu era eso tan malo que haba hecho Len. Yvimos que don Elas sacaba unas fotos en las queapareca:* En el primer piso, una bombilla rota y todos loscristales tirados por ah.* En el segundo piso, una boiga en el sueloesparcida como si alguien la hubiera pisado. - 63 - 57. * En el tercero, la cara de susto de l mismo que sehaba fotografiado, deca, despus de haberseencontrado con el len en el pasillo.Haba algo ms? Pues no, no haba ms pruebas,pero volvi a decir que ese animal haba estadoa punto de morder a doa Pili (y dale con doaPili), y que por las noches sala a cazar yescandalizaba al vecindario con sus rugidos(alguien lo escuch? Yo no).Se arm entonces un gran barullo: que s, que ltena razn, que era un peligro para la sociedad,que si pitos y que si flautas. Y en ese momento, mihermana Ada de un salto se meti en medio de lareunin: Silencio todo el mundo!. (Qu pulmonestiene mi hermana). Se hizo el silencio y ella empeza hablar.- 64 - 58. En el primer piso hay una bombilla rota? Creis que ha sido Len? Pues mirad.Y sac una foto en la que se vea a don Elas subidoa un taburete. Con un martillo entre los dedos ycon cara de malo, estaba destrozando la bombilla.Haba sido l!En el segundo haba una boiga de Len? continu mi hermana.Y sac otra foto en la que se vea a don Elasesparciendo por el suelo una gran caca (que serade perro, digo yo).Queris que os ensee ms fotos?No hizo falta nada ms, porque la imagen de laboiga haba provocado la carcajada general delvecindario, que se contagiaron y parecan un coroal que les iba a dar un ataque de risa. Pero cmohemos podido?. Pero es que estbamosciegos?. Cmo nos ha podido engaarvilmente?. No paraban de rer y eso erasospechoso. No sera que sentan mucha vergenzapor lo que haban estado a punto de hacer?Mi hermana, en el centro, levantaba la cmara enseal de victoria, y el resto de la pandilla bajamostambin a apuntarnos a esa especie de fiesta. Ydon Elas? El cascarrabias del tercero A no resisti- 65 - 59. aquella escena y escap escaleras arriba. Tardvarios das en atreverse a salir la calle. No pormiedo, sino por vergenza. Mientras tanto, Len,vecino del 5 C y protagonista de todo aquel lo, sehaba retirado a una esquina. No pareca tancontento como los dems. Cuando doa Pili lo vio,pidi silencio y dijo:Te debemos una disculpa, Len. Yo la primera, que no he sido capaz de desmentir todo eso de lo que te acusaba don Elas. Siempre me has tratado bien, eres educado, un chico normal. Bueno, normal no, pero hay alguien aqu que sea normal?Nadie levant la mano, y sus caras estaban muyserias. Fue Len quien rompi el silencio:Que sepan que las boigas de len no se parecen en nada a las de perroNueva carcajada general, ambiente relajado, Adainmortalizando con una foto ese momento y Lende nuevo en su lugar, donde haba estado siempre,del que se tuvo que ir durante un rato, pero al quevolvi ms fuerte todava. - 66 - 60. UNA SABANA EN EL 5OC GUA DE LECTURAPREGUNTAS Por qu Ada defiende a Len? Ada discute o se pelea con alguien paradefender a Len? cmo lo hace? Alguna vez has hecho algo parecido a loque hace Ada? Y conoces a alguien que lohaya hecho? Quin era, qu pas? Qu cosas haces t habitualmente para queen tu grupo de amigas y amigos las cosasvayan bien? Por qu el vecino del 3A acta comoacta? Ada no se ha vengado de D. Elas,simplemente ha descubierto sus mentiras ycon eso ha conseguido solucionar elproblema, qu crees que hubiera pasado siAda hubiese tramado una venganza? sehubieran arreglado las cosas igual? La actuacin de Ada se contagia y ayudaa otras personas a relacionarse con Len aquines? Tambin ayuda a otras a sincerarsecon Len y a pedirle perdn a quines? Piensas que el vecindario tiene algo queagradecerle a Ada? Imagina que formasparte de ese vecindario, cmo expresaras tuagradecimiento? - 68 - 61. UNA SABANA EN EL 5OC GUA DE LECTURACOMENTARIOSEl cuento nos presenta una situacin deviolencia que se da con cierta frecuencia en lavida cotidiana: la exclusin de quien esdiferente. Lo novedoso es la manera deresolverlo: una nia que no tiene miedo a ladiversidad, que no quiere perder a su amigo ypara ello echa mano de recursos de mediacincreativos y originales.Durante siglos y siglos, las mujeres han sido ysiguen siendo las principales protagonistas de lamediacin cotidiana, de conseguir que la pazsea real en los contextos donde vivimos, inclusoen situaciones de extrema violencia. No quieredecir esto que todas las mujeres sean as;tampoco quiere decir que los hombres nopuedan ser mediadores de paz. Pero s significaque una gran parte de las mujeres de todo elmundo optan por realizar acciones demediacin en los ambientes en los que viven yse desenvuelven y eligen un compromiso libre,generoso y voluntario a favor de la convivencia.Ellas van dejando una herencia de pequeos ograndes actos que no suelen sealarse, peroque sin ellos sera imposible la civilizacin. Elcuento ofrece la oportunidad de charlar connias y nios sobre todas aquellas acciones que- 69 - 62. UNA SABANA EN EL 5OC GUA DE LECTURArealizan las mujeres de forma cotidiana parafomentar la convivencia, ya que esto esprecisamente lo que hace Ada al utilizar suimaginacin, su creatividad y su valenta paramediar en una situacin de conflicto; tambinpermite que reflexionen sobre sus propiasexperiencias ayudndoles a descubrir y avalorar las acciones que ellos y ellas mismasrealizan para generar bienestar (desde ayudarespontneamente, hasta compartir sus juegos,pasando por saber expresar lo que les producemalestar).Por otra parte, qu lleva a Ada a tener estaactitud? por qu es ella la nica que, en unprincipio, defiende a Len? Podra no haberlohecho, como el resto de la pandilla. Sinembargo, Ada toma la decisin de ayudar yprecisamente es esta decisin lo que interesadestacar porque detrs de ella, sustentndola,est el gusto por la convivencia, el deseo de larelacin por la relacin, desde el disfrute y elenriquecimiento que ello supone. Ada, con suactuacin, no busca el protagonismo delantede su vecindario, tampoco busca vengarse deD. Elias, ni el liderazgo de su pandilla, ni siquierala justicia... Lo que la mueve a planificar suestrategia, es su deseo real y autntico deseguir estando cerca de su amigo,compartiendo con l risas y juegos .- 70 - 63. UNA SABANA EN EL 5OCGUA DE LECTURAEs interesante que nias y nios reflexionen sobreeste hecho y aprendan a valorar y mantenervivo el deseo de relacin, ya que es esto lo queles ayudar a diferenciar situaciones en las queaparece la venganza, incluso la justicia, deaquellas otras en las que lo primordial es laconvivencia.El cuento tambin nos muestra que tanto la pazcomo la violencia se contagian. Es cierto quelos malvados argumentos de D. Elas en contrade Len se extienden como los malos olores.Pero tambin la amable actitud de Ada seexpande como el olor a pan: se contagiaprimero a una de las mellizas, despus al restode la pandilla, ms tarde a Doa Pili y por ltimoal resto del vecindario. Por eso es tan importanterescatar y dar importancia a las acciones depaz que vemos en los cuentos, en las noticias,en la vida cotidiana, porque cuando lasponemos encima de la mesa, cuando lashacemos importantes y les damosreconocimiento, ms posibilidades hay decontagio y de que las nias y nios del entornolas copien, las imiten o quieran ser como las o losprotagonistas que las llevan a cabo. - 71 -