Cuentos para el andén Nº34
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Transcript of Cuentos para el andén Nº34
metroligero [22]
brevemente [22]
Relatos en cadena
dindondin [25]
entrecocheyandén [27]
El autobús, Laura Lozano
andéndos [10]
El traductor y la tortuga , Julia Otxoa
elmuro [3]
CuentaTuHistoria [29]
decamino [26]
cuentoscomochurros [16]
lapuertadelanevera [20]
febrero2015nº34
andénuno [5]
Prueba de amor, Jon Bilbao
Publicamos los relatos e ilustraciones participantes en CuentaTuHistoria, una
iniciativa para jóvenes llevada a cabo por Grupo Andén en Paracuellos de Jarama,
en colaboración con la biblioteca municipal y el colegio Miramadrid.
diccionariodesaturno [21]
Edita: Grupo Andén C/ Feijoo, 6 - 4ºA - 28010 Madrid | [email protected] | www.grupoanden.com
Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban | Editora: Natalia Muñoz.
Asesores de contenidos: Sergi Bellver, Juan Carlos Márquez, Kike Cherta, Juan Martini (Buenos Aires, Argentina)
y Mónica Pano (Argentina)
Publicidad: [email protected] | Diseño: www.jastenfrojen.com
Ilustración: Coordinación: www.leticiaestebanilustracion.com
Ilustración portada e interior: © Isabel Vila | http://www.domestika.org/es/ivila/portfolio
nove
dade
s
Con la colaboración de:
andéntres [13]
Tres microrrelatos de , Antologia Trinacional de Microficción
"Borrando Fronteras"
nueva estación
3
En esta edición de Cuentos para el andén iniciamos una
andadura en paralelo con Cuentos como Churros, que envol-
verán un rico desayuno en estas páginas a partir de ahora,
están los ganadores de CuentaTuHistoria, descubriremos que
en Saturno se escucha y se miente de otra manera, sacaremos
tiempo de la nevera y luciremos joyas de Jon Bilbao, Julia
Otxoa y la Antología Trinacional de Microficción . Y más cosas.
No te quitamos más tiempo, esperamos que lo disfrutes.
Cuentos para el andén
@cuentosanden
www.grupoanden.com
Te escuchamos:
Concurso de fotografía Participa enviando tus fotos a [email protected] las bases y mira las fotos en Facebook y grupoanden.comTema del próximo concurso: Agua
elmuro
Tema: Por las paredes Ganadora: Juegos en las paredes - Rosi García. Telde (Gran Canaria, España)
Finalistas:
Café sobre amarillo - Camilo Zambrano. Bogotá (Colombia)
Imagine - Emma Sandá. A Corunña (España)
Puerta eterna 2 - Wilson Celis. Bogotá (Colombia)
andénuno
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BASTABA con que uno de los presentes no hubiera oído la historia
para que mi madre la contara de nuevo. Sucedía cuando venían visitas
y en las reuniones familiares.
Yo podría contaros una historia. Una historia sobre una vela, decía
ella, y esperaba a que se hiciera el silencio para comenzar a hablar.
Ocurrió en el verano de su segundo año de casada, cuando mi
padre y ella fueron de vacaciones a Córcega. Un conocido les había
prestado una casa en la costa. El primer día de su estancia el cielo ama-
neció cubierto de nubes. Corría un viento desapacible y una resaca
poco habitual en el Mediterráneo roía la playa de guijarros visible
desde el dormitorio. Lejos de desanimarse, mi madre corrió a darse un
baño. Entró en el agua dando saltitos. Mi padre se acomodó en una
tumbona en la orilla acompañado de un libro.
Ella jugó con las olas recibiéndolas de frente. Al retirarse, el agua
socavaba el suelo bajo sus pies y la dejaba clavada hasta los tobillos. El
ronroneo de los guijarros le trepaba por las piernas y se alojaba en la
base de su espalda, como si allí escondida tuviera una cámara de reso-
nancia. Disfrutó de las embestidas del oleaje hasta que una ola más vio-
lenta que las anteriores impactó contra ella, haciéndole perder el equi-
librio y revolcándola por el fondo. Cuando volvió a la superficie notó
escozor en un hombro y una rodilla, rozados contra el lecho de guija-
rros. Pero no fue eso lo que la alarmó. Con la punta de la lengua se tan-
teó los dientes. Descubrió un hueco entre ellos.
Llevaba una funda en un incisivo de la línea superior. Se había roto
la pieza, casi de raíz, a los quince años, en una caída de bicicleta. La fuer-
za de la ola le había arrancado la funda.
Volvió a la orilla maldiciendo su suerte. Allí dedicó a mi padre una
sonrisa de chiste. Un espacio vacío y negro imposible de ignorar. Él con-
templó su afeada nueva apariencia antes de preguntar qué había pasa-
do. Ignoraba la existencia de la funda.
Prueba de amorJon Bilbao
6
andénuno
No conocían a nadie en Córcega que pudiera recomendarles un
buen dentista y mi madre no se fiaba de los profesionales de la isla.
Prefería esperar hasta que volvieran a casa. Pero no se sentía cómoda con
aquel nada atractivo hueco en su sonrisa. De pronto había perdido la ilu-
sión por las vacaciones. Mi padre intentó consolarla. Dijo que habría algo
que pudieran hacer. Seguro que sí.
En la casa había una vela de gran tamaño, similar a un cirio pascual.
Ocupaba un rincón del salón, sobre una peana de hierro forjado. Tenía el
color del marfil nuevo.
A la mañana siguiente mi padre se levantó temprano, dejando a mi
madre dormida en la cama. Fue al salón y con un cuchillo cortó a la vela
una porción de cera del tamaño de una avellana. Luego se acomodó en
una mesa bien iluminada y sin más ayuda que sus dedos y el cuchillo
procedió a modelar un diente. El primer intento no le dejó satisfecho, así
que siguió trabajando. Cuando consideró que la cera estaba demasiado
manoseada cortó otro trozo. Para cuando mi madre se levantó, mi padre
ya había terminado un diente aceptable.
Abre la boca, le dijo y presentó el falso diente ante el hueco para com-
probar las dimensiones.
¿Pretendes que me ponga eso en la boca?
Servirá por el momento, respondió mi padre, concentrado en efectuar
unos ajustes a su obra.
Cuando lo consideró terminado, depositó el diente sobre una serville-
ta y lo metió en la nevera para que se endureciera. Después de desayu-
nar, mi madre, desconfiando todavía, se sentó en una silla con la boca
bien abierta y él se dispuso a colocarle el diente. Contaba con un hueco
en su base para encajar en lo que quedaba del incisivo original, así como
con sendas entalladuras laterales para hacerlo también en las piezas de
los costados.
Mi padre retrocedió un paso y estudió el resultado. El color de la cera
apenas difería del de los dientes auténticos.
Mírate en el espejo.
Ella se contempló de frente y girando la cabeza a los lados.
No está mal, reconoció.
No te lo toquetees, aconsejó mi padre. ¿Se mueve?
Ella dijo que no con la cabeza sin dejar de contemplarse.
Mi padre volvió por el cuchillo y cortó otros tres trozos de cera a la vela.
7
andénuno
No va a durarte todo el día, dijo. Se ablandará. Y por supuesto no pue-
des comer con él. Necesitarás recambios.
Ahora que disponía de un modelo trabajó más rápido. Esculpió tres
dientes más, que tras su paso por la nevera depositó en un pastillero que
le entregó a ella.
Y ahora, ¿qué tal si vamos a dar un paseo?
Mi madre, feliz con su sonrisa restaurada, asintió. Después besó a mi
padre, sintiendo en el interior de los labios el fresco contacto de la cera.
He visto fotos de aquellas vacaciones. Las he estudiado con una lupa.
Mi madre sonríe en ellas. No se nota nada. Los dientes de cera salvaron
aquel verano, aseguraba ella.
Cada mañana mi padre saltaba de la cama con la primera luz y traba-
jaba encorvado sobre la cera, con las gafas resbalándole hasta la punta
de la nariz, enfrascado en su trabajo, probando herramientas que le sir-
vieran de ayuda, esforzándose por hacer los dientes cada vez mejor y
lamentando la escasez de detalles que reproducir. Luego ella abría la
nevera para coger la leche del desayuno y encontraba cuatro dientes
descansando sobre una inmaculada servilleta de hilo, como si fueran reli-
quias.
Cuando llegó el momento de volver a casa, mi madre quiso llevarse
lo que quedaba de la vela. Dijo que nadie la echaría en falta. Dijo que
representaba mucho para ella.
Mi padre respondió que no era para tanto y que no veía sentido a
cargar con la vela. Mi madre se ofendió y, sin molestarse en tratar de
convencerlo, envolvió la vela en papel parafinado y varias toallas y la
metió en su maleta.
De regreso en casa, la colocó en un rincón del comedor y después
fue al dentista para que le pusiera una funda nueva.
La historia solía concluir aquí. A continuación, los oyentes que la
escuchaban por primera vez se deshacían en comentarios apreciativos
hacia mi padre. Alababan su actitud durante aquellas vacaciones, actitud
que todos interpretaban como una indudable prueba de amor. Mi
madre asentía en silencio. Luego, mientras a su alrededor rebrotaban las
conversaciones, se hundía en un ensimismamiento atribuible al recuer-
do del marido ausente.
Lo normal era que la carcomida vela del rincón despertara la curiosi-
dad de las visitas. Fue así como mi madre empezó a contar la historia de
8
los dientes de cera y el esmero de mi padre; mientras que él se limitaba
a guardar silencio o quitarse importancia.
Pero lo que ni las visitas ni la mayoría de la familia sabían era lo poco
que a mi padre le gustaba aquella historia. Con el tiempo, la insistencia
de mi madre y los halagadores comentarios de los oyentes le molestaron
cada vez más. Un día no pudo continuar soportándolo. Exigió a mi madre
que no volviera a contar la historia. Siguió una discusión que fue aumen-
tando de tono y llegó a su cumbre cuando mi padre gritó que la vela no
era símbolo de nada. De nada, repitió. Sólo había sido una forma de
entretenimiento durante aquellas vacaciones. Había modelado el primer
diente para ayudar a mi madre, pero luego había seguido haciéndolo
cada mañana por la sencilla razón de que disfrutaba con el reto de
modelar la cera cada vez mejor. Eso era todo.
Mi madre lo miró boquiabierta. Con lágrimas en los ojos guardó la
vela en el fondo de un armario.
A partir de entonces sus discusiones fueron cada vez más frecuentes.
Cuando mi padre ya no estuvo con nosotros, mi madre retomó la cos-
tumbre de contar su historia. Y no sólo eso. Empezó a revisarla y hacerla
más extensa. Le incorporó detalles e imágenes. Fue entonces cuando
añadió lo del ronroneo de los guijarros y la cámara de resonancia en la
base de su espalda, y también la meticulosa descripción de mi padre
fabricando los dientes, cosa que ella no había visto porque a aquellas
horas de la mañana siempre estaba dormida. Añadió muchas cosas más.
Añadió que "Al final de las vacaciones la vela parecía atacada por casto-
res" y que "El hueco entre sus dientes era una tronera y su sonrisa, la de
una bruja de cuento". Detalles y adornos, reales o ficticios, que habrían
enfurecido a mi padre si hubiera estado presente, y que ella disfrutaba
visiblemente mientras los recitaba con la vista clavada en el vacío. Casi
tanto como disfrutaba seleccionándolos y retocándolos para hacer su
historia cada vez mejor.
tw Del libro: Física Familiar. Ed. Salto de Página, 2014.Jon Bilbao. Nacido en Ribadesella (Asturias) en 1972, es ingeniero de minas y licenciado en filolo-gía inglesa. Es autor de los libros de cuentos Como una historia de terror (2008, Premio Ojo Críticode Narrativa), Bajo el influjo del cometa (2010, Premio Tigre Juan y Premio Euskadi de Literatura)y Física familiar (2014). Actualmente reside en Bilbao, donde trabaja como traductor.
andénuno
10
andéndos
El traductor y la tortugaJulia Otxoa
EN el escenario el traductor aparece en un segundo
plano ataviado con un traje gris marengo y un sombre-
rito de fieltro azul cobalto; en primer plano está la tortu-
ga urbana, muy alejada morfológica e ideológicamente
de sus congéneres silvestres. Ambos permanecen en
absoluto silencio, pero cuando se inicia el turno de los
aspersores saltan de sus sillas y escapan hacia un punto
indeterminado del horizonte. La tor-
tuga camina más despacio que el
traductor, pero también escapa.
Esta escena repetida hasta la
saciedad en el teatro nacional
ha acabado por aburrir
seriamente al público,
que no entiende por
qué ha de gastar su
dinero en ver una y
otra vez esa
11
andéndos
tw Del libro: Escena de familia con fantasma. Ed. Menoscuarto, 2013.Julia Otxoa (San Sebastián, 1953) Poeta y narradora. Ha publicado los libros de relatosKískili Káskala (1994), Un león en la cocina (1999), Variaciones sobre un cuadro de Paul Klee(2002), Maiali e fiori (2006) y Un extraño envío (2006). Su obra ha sido traducida a variosidiomas y recogida en diversas antologías.
breve obra de teatro inglés que se representa ininterrum-
pidamente en la ciudad desde hace cuatro décadas.
La vida cultural gira en torno a esta sola actividad tea-
tral, que ha comenzado a ser una verdadera carga para
los espectadores, obligados por las normas de lo políti-
camente correcto a asistir, al menos una vez por sema-
na, a la sesión de este teatro inglés anónimo.
Qué representa la tortuga, qué el traductor y qué los
aspersores, nadie parece saberlo. Pero la tortuga es real
y el traductor también; ambos, cuando no actúan, viven
dentro de un pequeño altar incrustado en los muros
que rodean la catedral. La gente cuando pasa ante ellos
mira hacia otro lado por temor a sus miradas, que tienen
fama de petrificar el alma de todos cuantos no creen en
los beneficios de la repetición, de todos aquellos que
aborrecen el sagrado orden de la costumbre.
13
andéntres
Sopa de LetrasPablo Gonz
BAJO la vacilante lámpara de la cocina, la mesa de hule
pegajoso con cinco platos de sopa. Padre la come con ira,
el gesto torcido sobre la obsesión de su desgracia. Madre
repasa a los hijos con ojos turbados. A la derecha,
Adelaida, más tiesa que una monja. A la izquierda, Daniel,
el zurdo, que imita a Padre acechando desde el fortín de
su ceño. Carlitos, el menor, está sentado al frente y clava
el plato con los ojos sin decidirse a meter la cuchara.
"Come", musita la madre. Pero el niño sólo traga saliva y
remuerde los labios. El segundo imperativo, mucho
menos rutinario, inquieta a la niña y pone derecho a
Daniel. "Pa pá ma tó a la tía Lau ra", lee entonces Carlitos.
Y la mirada verde del hombre.
b Pablo Gonz (Sevilla, 1968). Valdivia (Chile).
Obra publicada: La pasión de Octubre (1996), Experto en
silencios (1997), Los hijos de León Armendiaguirre (1998),
Libertad (2008), Mío (2008), La saliva del tigre. Minificciones
(2010): http://pablogonz.wordpress.com
Tres microrrelatos de Antologia Trinacional de Microficción"Borrando Fronteras"
14
El enano Luis Pedro Guillermo Jara
EN el pueblo la vida transcurre en calma. Parece dor-
mido a esta hora de la tarde. Sus habitantes cabecean en
las bancas de la plaza. De pronto, el enano se coloca de
pie, se despereza, alza sus cortos brazos y exclama como
un pequeño mago:
-¡Pueblo, deslízate!
El pueblo coloca en marcha sus engranajes, poleas y
rodamientos y se mueve bajo las piernas arqueadas,
como la curvatura del universo, del enano Luis.
Como en una correa sin fin se deslizan los pequeños
negocios de abarrotes, de ropa usada, la heladería, el bur-
del, la iglesia, la ferretería, la botica, la plaza con sus héro-
es de piedra, las nubes y un pequeño sol que cierra el
desfile. Los perros ladran y mueven su rabo de otoño.
El enano Luis sonríe, de pie, sin moverse en este extra-
ño pueblo que no figura en las cartografías del mundo.
b Pedro Guillermo Jara (Chillán, Chile, 1951).
Escritor y periodista. Sus últimas publicaciones:
Patagonia Blues, (2013); Kasaka, (2011); La bala que acari-
cia el corazón, (2010). Última antología: Minificcionistas de
El Cuento, Revista de Imaginación, 2014.
andéntres
15
Principios Caro Fernández
LOS loros no me dejan dormir. Centenares han invadi-
do los árboles de mi barrio y cada madrugada empieza el
batifondo, interrumpiendo mis horas de sueño. Organicé
una reunión de Consorcio y elevamos la queja a la Inten-
dencia. El Intendente mandó una cuadrilla de empleados
a matar a los loros, pero la "Sociedad Protectora de la Ca-
catúa" lo impidió con una masiva manifestación. La fuer-
za pública llegó a reprimir a los manifestantes, quienes,
lejos de marcharse, decidieron instalarse en carpas como
acto de rebeldía. Pronto se sumaron activistas de otras
ciudades y aparecieron los medios de comunicación para
cubrir el evento. Se montaron puestos de comidas típicas
y venta de artesanías. Los loros cobraron fama nacional y
llegan turistas de todas partes para verlos, pero ya no
están, se marcharon hace rato porque el ruido de cente-
nares de personas no los dejaban dormir.
b Publicó textos en: I Antología Triple C (2012), Hacer el
Cuento, microcrónicas (2012), Con la Literatura no se juega
(2012), ¡Basta!, 100 mujeres argentinas contra la violencia
de género (2013), Brevedades (2013), El Mundo de Papel
(2014). Actualmente es una de las Directoras de "TripleC
Cofradía del Cuento Corto".
tw Del libro: Antología Trinacional de Microficciones "Borrando Fronteras", 2013. Buenos Aires: Ed. Macedonia. Chile: Ediciones Sherezade. Perú: Ed. Micrópolis.
andéntres
16
cuentoscomochurros
ALGÚN día tenía que pasar,
puede besar a la novia, dice el
sacerdote, una frase que el uso ha
convertido en mera formalidad
pero que es también una barrera
que se abre, un sello que el agen-
te severo estampa en el pasapor-
te, una invitación, una orden casi,
la obligación social de apartar el
velo de la novia y abrirse mutua-
mente los labios, de devorarse la
boca frente a un público expec-
tante, colección de señoras que
hacen oooooh y aplauden, y a
veces puede pasar, lo raro es que
no sea más común, que una cosa
lleve a la otra, la lengua se escapa
y va a lo suyo, se enreda con la otra
lengua, ya se sabe que las lenguas
son incontrolables, y claro, al final
Sí, quiero
Cuentos como Churroses una web hecha poramor al cuento. En ella,dos churreros se com-prometen a freír yendulzar un cuento aldía, cocinado a partirde un ingrediente queles quieras enviar: unaimagen, una canción,un vídeo, una palabra…
17
cuentoscomochurros
la saliva acaba
impregnando el cuello, baja
por la nuez de Adán o de Eva, orga-
niza una expedición a la clavícula, y cuan-
do quieres darte cuenta la mano se va sola y
los dos novios ruedan por el suelo, es inevi-
table, mordiscos y botones que saltan por
los aires, y es aparatoso levantar la falda
de la novia, las capas de tul y de can-
didez, respiración entrecortada y
caníbal, la fría piedra de la esca-
lera del altar contra el omo-
plato indefenso, y el
párroco que no sabe
qué decir y que
no dice nada,
y la gente
extra-
ñamente silenciosa, las
niñas que segundos antes car-
garon el anillo con ilusión prístina
ahora con la boca abierta, descubrien-
do en vivo y en directo el milagro que une
a un hombre y una mujer, los dedos que
apartan las bragas de encaje, y jadeos y
convulsiones y un chupetón que seguro
dejará marca, y muy cerca el fotógrafo
duda, porque esto no es algo que pase
todos los días, pero a fin de cuentas él
es un profesional, así que se acucli-
lla junto a la pareja, busca el
ángulo más evocador, hace
zoom y salta el flash, la
escena queda in-
mortalizada,
la cara
cuentoscomochurros
18
de loco de él mientras mira fijo los dientes apretados de ella, un
recuerdo que mostrar años después a tus hijos y a tus nietos y
a las novias de tus hijos y tus nietos, y por fin estalla el novio,
arde la novia, y aúllan a la vez, gozosos, y luego se abrazan,
están un rato así, los afortunados tortolitos, besándose recon-
fortados, y luego él la ayuda a ella a levantarse y ella se alisa la
falda inacabable y se recoloca la diadema de lágrimas de cristal,
y el sacerdote comprende que ahora es de nuevo su turno,
desde su posición elevada lanza una mirada larga a todos los
presentes, que a su vez le observan a en silencio, expectantes, y
carraspea el párroco, apoya sus manos en el atril, con voz recia
dice El señor esté con vosotros, y en seguida, al momento,
todos responden Y con tu espíritu, y el sacerdote prosigue, esta
vez aún más alto, La bendición de Dios Todopoderoso, Padre,
Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros, y a renglón
seguido la familia del novio y la familia de la novia corean cro-
nometrados Amén, y el sacerdote termina Pueden ir en paz, y al
momento hay un runrún de ropas y pasos y voces quedas, que
poco a poco crece, los murmullos se pegan a la bóveda de la
Iglesia, y la gente se marcha atravesando el gran portón, un
poco deslumbrados por el sol del mediodía, comentando qué
bonita va la novia, pues no se me ha hecho larga la misa, ¿has
visto qué mayor está la tía Antonia?, ¡niño, estate quieto que el
traje es nuevo!, toma un puñado de arroz, espérate a que sal-
gan, míralos que buena pareja hacen, ahora, ahora, ¡que vivan
los novios!
tw Sobre el ingrediente: Este churro se escribió tan del tirón que al Churrero se le olvi-daron los puntos seguidos, los puntos aparte y los párrafos. Su masa está hecha con unpoquito de arroz y otro poquito de ganas de jugar. La foto que lo ilustra nos la pasó Laoveja enamorada. Este estudio de fotos para bodas (y otros eventos) no es un estudionormal. Cocinan sus fotos a fuego lento y les sobra buen gusto y pasión por la fotografía.Merece la pena pasarse por su web: http://www.laovejaenamorada.com/, aunque solosea por lo bonita que es. Y si estáis pensando en besaros frente a un altar, pues ya sabéisa quien acudir (aunque cuidado con la pasión del momento).
Esther Ligero
Cuando salí de las rebajas,
tuve que correr a devolver
el cuerpo que robé y
regresar a mi tumba.
Pablo SEl tiempo dejará deenseñar, porque lagente no aprende.
Marco García Hasta los más fuertes tienen debilidades; quítalelas vías a un tren para que
se rinda.
José María Iarussi
En el frasco de la puerta
te dejo tiempo para
que se enfríe, así te lo
tomas despacio.
Ricardo Lindquist
Si hubiera sabido que
la muerte le teme
tanto a las páginas
habría escrito más
M. Caballero
Se empieza por correr y se
termina atracando la neve-
ra cobardemente, con noc-
turnidad y alevosía. ¡Maldita
sabiduría popular!
Camilo RodríguezSiempre que hay mucha
letra menuda resultadifícil pasar la página.
TTrreenn
TTiieemmppoo
Página
Pulgacroft
Perderé ese tren
para ganarte a ti.
http://guayabocolectivo.com/
http://www.letricidiospremeditados.blogspot.com.es/
http://www.letracero.com.ar//
Correr
20
andéntres
https://www.facebook.com/manolocaballero
Déjale una nota al mundo en La puerta de la nevera: www.grupoanden.com
ESCUCHAR
1. Momento del día en el q
ue haces
que oyes a tu
interlo
cutor pero a lo
que
realmente atie
ndes es a
tu m
ente. Raquel
2. Bálsamo para quien habla. Fabata
LIBRO
1. Abrelatas de papel p
ara la mente.
Sandra. http://d
esiertosyjardines.blogspot.com.es/
2. Artículo im
prescindible para aprender a volar.
Graciela
POLÍTICA
1. Término in
efable que causa desastres d
e imprevisib
les
consecuencias con su
sola presencia. N
i lo polític
amente
correcto es c
orrecto, n
i la fa
milia polític
a es familia
ni los
mapas polític
os son m
apas. Number one
2. Arte de disu
adir la fe
licidad simulando corte
jarla.
Oteo Fearless
MENTIRA
1. Instr
umento afilado y puntia
gudo que utiliza la
civilización humana habita
nte de la Tierra para abrir
los bordes d
e un hecho real y alte
rar su sig
nificado.
Dani Keral .https://
atlasdegeografiapoetica.wordpress.com/
2. Mentira
s: Bombas d
e tiempo atra
pándose
a sí mism
as. Aurora Posada .
Una nueva civilización está empezando de cero en
Saturno, aún no tienen claros algunos conceptos, ¿les
echas una mano con el diccionario?
Participa en www.grupoanden.com
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1
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diccionariodesaturno
Sin saber por quéSemana 13 de concurso: 22 de diciembre de 2014Ganador: Óscar Royo Royo
Éste se va enterar de lo que vale un peine. Fue lo último que escuché
antes de que me golpearan. Después recuerdo caer al suelo, las patadas
y sus risas mientras se alejaban. No era la primera vez que los mayores me
rompían las gafas durante el recreo. Como siempre, nadie vino a ayudar-
me. Me sequé las lágrimas. Sangraba por la nariz. Me levanté y fui coje-
ando hasta el lavabo. Me lavaría la cara, no quería que en casa supieran
que había llorado. En el lavabo, un niño más pequeño, de parvulario,
intentaba llegar de puntillas al grifo para beber agua. Sin saber por qué,
le di un puñetazo.
Arderás en el infiernoSemana 14 de concurso: 5 de enero de 2015Ganadora: Marta García Valdés
Sin saber por qué le di un puñetazo, y en la sala se hizo un silencio
sepulcral, nunca mejor dicho. Como sangraba por la nariz, algunos se
acercaron a asistirle y a mí me llovieron las miradas de reproche. Me
volví hacia mi esposa: "Te lo tiraste, reconócelo", pero ella ni mu. "Quien
calla otorga" farfullé entre dientes. Y entonces ocurrió. Fue casi imper-
ceptible pero me di cuenta de que muy lentamente, trataba de mover
un dedo de su mano derecha. Nadie en la sala lo había notado salvo yo.
Por eso, inmediatamente, pedí que cerraran la tapa del ataúd.
HolaSemana 15 de concurso: 12 de enero de 2015Ganadora: Eva Clemente Laboreo
Inmediatamente pedí que cerraran la tapa del ataúd. Y así hasta
ahora. Usted es el primero que la abre.
enero
dici
embr
e
22
brevemente
La caja de sorpresasSemana 16 de concurso: 19 de enero de 2015Ganador: José Manuel Dorrego Sáenz
Usted es el primero que la abre esta semana, pero no se alarme. Ahora esa
mano gigante, la misma mano inmensa que le ha sujetado por el nudo wind-
sor de su corbata, tirará de usted hasta introducirle dentro de la caja. Y no
ponga esa cara de susto, caballero: una vez que meta los hombros, el resto
del cuerpo se deslizará suavemente hacia el interior. Después, la tapa se irá
cerrando, mientras suena una elegante y delicadísima música de carillón. No
creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde.
Sin redSemana 17 de concurso: 2 de febrero de 2015Ganador: José Manuel Dorrego Sáenz
No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde, casi
media entrada, piensa Ivana mientras realiza un triple mortal. Ivana ama a Igor,
su compañero de trapecio, pero Igor ama a Nadia, la domadora. Nadia ama a
Pepone, el payaso triste, quien a su vez ama a Boris, el Forzudo. Pero Boris solo
piensa en Yoko, el contorsionista chino, que está casado con Ivana, la misma
que piensa que media entrada está bien para ser un lunes por la tarde. Y lo
piensa justo ahora, en mitad del triple mortal, cuando todo apunta a que le fal-
tarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio.
Aún eres pequeñoSemana 18 de concurso: 9 de febrero de 2015Ganador: Salvador Terceño Raposo
Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trape-
cio y dos palmos para llegar al estribo del caballo más pequeño. Un día trató
de acercar una escalera al elefante pero éste la derribó de un costalazo. Varias
veces los duros bolos han caído sobre su pequeña cabeza y no quiere ni ver-
los. Sólo le permiten repartir pienso, limpiar las heces de los animales y barrer
el suelo de palomitas y botellas de refresco. Hoy está enfadado con el mundo
y, sobre todo, con su padre. "Aún eres pequeño", le repite. Pero ha cogido su láti-
go y se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca.
febrero
23
brevemente
tw Relatos finalistas de diciembre 2014, enero y febrero 2015 del concurso Relatos enCadena, organizado por la Cadena SER y Escuela de Escritores. Puedes leer todos losseleccionados en www.escueladeescritores.com o www.cadenaser.com.
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dindondin
Cuando canta un alebrije. Teatro infantil Del 28 febrero al 29 de marzo
Teatro Benito Juáerez. Ciudad de México
http://www.cultura.df.gob.mx
Concurso de cortometrajes de cine y animaciónon-line Nontzefilmak Hasta el 28 de marzohttp://www.nontzeberri.com
10º Encuentro Profesional de Productores yGuionistas de Cortometrajes. MadridHasta el 2 de marzo http://www.madrid.org
Microteatro por dinero. MadridEn febrero: "Por listo"http://microteatromadrid.es
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decamino
www.lasalamayko.com
La sala Mayko es un espacio cultural
madrileño, en el barrio de la Chopera,
que nace con un interés muy particular:
mostrar al público una amplia gama de
propuestas para el ocio, en un entorno
cercano. Trabajamos con magia, teatro,
monólogos, conciertos en acústico, jue-
gos de rol en vivo (Cluedo), teatro infan-
til, cuentacuentos, clases de pilates, cla-
ses de teatro para niños y para adultos,
cursos de fotografía intensivos, proyec-
ción de cortos, catas de vinos, etc.
Además alquilamos nuestro espacio
para eventos, presentaciones de libros,
lecturas dramatizadas, etc. y también
somos un estudio de fotografía donde
realizamos todo tipo de books (modelos,
actores, familiares, niños, mascotas,
embarazadas, etc.)
tw Tenemos como propósito ser un sitio de referencia en el barrio, en el que sus vecinos puedan disfrutar degrandes espectáculos a precios asequibles, además tenemos dos obras de creación propia, una infantil¿Qué pinto yo aquí? cuyo objetivo es acercar a los más pequeños al mundo de la pintura de forma dinámi-ca y divertida; y otra propuesta: Dark Stage (escenario oscuro) una obra de Teatro Ciego única en Europa.
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”
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entrecocheyandén
ODIO que me griten. En serio, lo odio. Odio sobre todo verme
gritando. Estar en una conversación de gritos es lo mismo que
escupirle a un espejo: ves un rostro enfadado, rojo, que no recibe
información; un rostro como el tuyo. Ves tu caricatura. Recibes tu
verborrea barata y teñida de babas. Sí, odio que me griten. Odio
que me griten y los autobuses. Me he pasado tantas horas dentro
de un autobús que he llegado a pensar que soy un complemento
inútil de esos trastos; que el polvo de sus asientos son mis antepa-
sados, y que por eso yo paso tantas horas muertas ahí.
Viajes uno, dos y tres. Todos los rutina-viaje-cojo-un-autobús-
para-no-ir-a-ninguna-parte son míos. Aunque tengo que recono-
cer que no todo lo que pasa en un autobús es malo. En los autobu-
ses es donde de verdad se conoce a la gente. Oyes sus conversa-
ciones de salón de casa a escasos 20 centímetros de ti, sus intimi-
dades con sus amigas del alma, sus conversaciones de teléfono…
¡todo! Todo como si las otras 50 personas que están allí fuesen fan-
tasmas atados al mundo terrenal a través del asiento de un auto-
bús. Ves cómo entra y sale gente sin saludar o dar las gracias al con-
ductor. Ves, oyes, hueles. . . Ése es el mundo y tú eres parte de él.
Por ejemplo el otro día, me subí al autobús, me senté en un sitio
que encontré libre, nunca he sido rutinaria para esto de los asien-
tos, hay gente que sí, que intenta sentarse siempre en el mismo,
que tiene un orden de preferencia establecido para el tema este de
los asientos, a mí la verdad que me da igual, yo lo que quiero es
sentarme. El tema es que estaba en el autobús, a mi lado se sentó
una señora gorda, no me refiero a obesa, sino gorda (más que gor-
dita, menos que obesa), que a mí me da igual, que soy muy tole-
El autobúsLaura LozanoAlumna del taller de escritura Creatividad Literaria
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entrecocheyandén
rante… una señora que no paraba de moverse en el asiento, que
intentaba burdamente cruzar las piernas, pero le faltaban espacio y
elasticidad y le sobraba carne para esa hazaña. Se sujetaba al asien-
to de delante, giraba las piernas hacia el pasillo, me estaba ponien-
do nerviosa, y yo callada, no dije nada, que a mí mi madre me
educó muy bien, pero se ve que los ojos (que es una cosa que toda
la vida fue por libre) se me iban y la miraba mal, o al menos dema-
siado. En un momento, que para ella fue crucial, me empezó a gri-
tar, yo no sé qué me decía o si tenía razón, me gritaba una y otra
vez. No, me gritaba una vez continua, larga, dolorosa… Y gritó, y
gritó… no sé durante cuánto tiempo, yo sólo esperaba, porque ya
dije que odio los gritos y verme envuelta en conversaciones de gri-
tos todavía más, encima en el autobús, en el maldito autobús. La
señora dejó de gritar en algún punto de su grito-monólogo y
empezó a prepararse para bajar una parada antes de la mía, una
parada…
¡Bajarte tú también! Sabes que tienes que hacerlo.
No sé quién, pero yo oí a alguien que me decía eso. Me bajé.
Seguí a la señora, una, dos, tres calles, callejón, portal… me acerqué
la cogí por detrás: brazo al cuello, presión. Tres, dos uno…
-Nadie me grita, nadie me grita en un autobús. Buenas noches
señora. - le susurré al oído.
No quería, te lo juro, que soy buena gente, pero es que yo eso
de que me griten… lo llevo bastante mal.
Grité: -¡Algo le pasa a esta señora, llamen a un médico!- me
escabullí entre el gentío y el bullicio y me fui a esperar al siguiente
autobús a la parada.
tw Laura Lozano Barreiro nació (7 veces, la primera) en Cangas del Narcea (Asturias)en 1988. Es Licenciada en Matemáticas. (En esta vida) no ha publicado ni ganadonada (de otras poco recuerda), apenas hace un año desde que compartió por prime-ra vez algo escrito, aunque lleva escribiendo, compulsivamente, desde los 12 años.
El boli azulTexto: Enrique Sánchez. 14 años | Ilustración: Miriam Poveda. 13 años
HABÍA un niño al que le gustaba tanto un boli azul que de tanto que
le gustaba, pintó todo lo que le rodeaba… y se le acabó.
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CuentaTuHistoria
Sentado en su rincónTexto: Carlota Bodas. 14 años | Ilustración: Damián Peña. 14 años
SENTADO en su rincón de siempre, esperando los golpes, los gri-
tos y los tirones de pelo. Asustado y con miedo. No podía
huir, estaba en todos lados. Deseaba ser invisible
pero a la vez no serlo, pues aún le tenía apre-
cio. Algo le unía a su agresor. Una unión fuer-
te que le persigue desde su nacimiento.
CuentaTuHistoria es un proyecto de Grupo Andén para jóve-nes en el que se imparte un curso de ilustración, escritura yemprendimiento cultural en una biblioteca pública y un cole-gio en paralelo. Estos son los seleccionados de Paracuellos deJarama, diciembre de 2014.
Mezcla rayadaTexto: Jean Gregoire Artiñano. 13 años | Ilustración: Diana Cimino. 16 años
SI un padre está rayado, y la madre
también, el niño no podrá salir de otra
manera que no sea a cuadros.
La locuraTexto: Marina Sáez. 14 años | Ilustración: María Fraile 14 años
LA mayor virtud del ser humano, la que nos hace diferentes y a la
vez iguales. La que convierte nuestra cabeza en un nido de pájaros.
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PesadillaTexto: Paula Collado. 14 años | Ilustración: Diana Cimino. 16 años
NUNCA olvidaré una noche, cuando tenía ocho años. Esa noche mis pesadillas se
hicieron realidad. Ese horrible, grande y peludo monstruo que protagonizaba mis pesa-
dillas, salió de mi armario. Tenía los ojos rojos y los dientes largos y afilados. Esa noche
fue la vez que más miedo pasé. A medida que pasaba el tiempo, el monstruo dejó de
aparecer, hasta desaparecer finalmente, y con él, mis miedos también se fueron.
CuentaTuhistoria
Donde todos acabamosTexto: Nerea Blázquez. 15 añosIlustración: Paula Rello. 14 años
JUAN se pasaba las horas mirando por la ventana, veía
cómo la gente pasaba, cada día estaba más deprimido,
todo el mundo le hacía el vacío, sus padres, sus amigos…
Sus ojos brillaban siempre como pequeños destellos
de estrellas, pero su rostro expresaba tristeza.
A punto de llorar estaba, no quería ser olvidado. Día a
día pasaba sentado al lado de su mesilla, la tristeza le
inundaba, sólo quería ser feliz.
Un día cualquiera abrió los ojos, se despertó. Se dio
cuenta de que vivía en un mundo imaginario, un mundo
invisible, todos olvidados.
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Nuestra vida en una cajaTexto: Lidia Domingo. 14 añosIlustración: Javier Sánchez 14 años
EL bebé es una caja cerrada, sólo él la puede abrir, es
frágil y a la vez fuerte, es luminoso y a la vez ruidoso, sólo
él sabe lo que hay en esa caja, pero dentro de unos años
apenas serán recuerdos.
La cajaTexto: Lidia Domingo. 14 añosIlustración: Javier Sánchez 14 años
HAY una caja, no sabemos lo que contiene, pero
suponemos que es frágil, aunque a lo mejor está vacía o
quizás lleva algo grande como una estantería o incluso
algo pequeño como un reloj, yo sólo sé que cuando la
abras encontrarás lo que tú quieras encontrarte.
CuentaTuhistoria
RecuerdosTexto: Rocío del Álamo. 14 años.Ilustración: Miguel Campos, 15 años
AUNQUE luciera el sol, mis pensamientos
eran oscuros con aquellos tristes recuerdos.
Aquellos recuerdos me pesaban tanto, que me
conducían a mi propia muerte.
FuriaTexto: Guillermo Villar. 14 años.Ilustración: Silvia Fernández. 14 años.
SU cara expresaba ira, pero por den-
tro se sentía impotente al no poder
parar de pegar a la gente.
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tw Kokoro es un personaje singular, que se cuela en CpA, para contarte historias en pocas palabras.
© Jasten Fröjen
metroligero - holakokoro