Cuestiones de Historia moderna

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IES Nº 1 Alicia Moreau de Justo

Profesorado de Historia

Trabajo Práctico:

Modernización y Expansión en Occidente. (Siglos XV- XVIII)

Profesor: Jaime Oliver

Materia: Historia Moderna

Alumno: Francisco Lopez

Turno: Matutino

Año: 2006

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Cuestiones:

Primera Parte: El cambio Social

Aseveraciones en cuestión:

El mercantilismo asoció el interés económico a la razón de estado.La dominación holandesa llevó el colonialismo a Asia.El dirigismo económico agravó las tensiones sociales.El Antiguo Régimen construyó un estado ineficiente y oneroso.El puritanismo exacerbado agotó a la Revolución Inglesa.

Segunda Parte: La mutación de Valores

Aseveraciones en cuestión:

El sentimiento religioso se disipo en el siglo XVI.La moderna concepción del mundo antepuso el devenir al ser.

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Introducción

La evidencia de los procesos de cambios sociales y económicos opera de manera continua sobre toda la estructura social tradicional que, hacia el siglo XV, mostraba signos de agota-miento. Resulta interesante advertir como durante todo el proceso de modernización coexistie-ron elementos con un génesis en la época feudal, junto con otros que se habían introducido a la vida social luego del siglo XV. Entonces, antes de analizarse detenidamente el crecimiento económico y sus, puede señalarse la presencia de un obstáculo que no esta directamente rela-cionado con el aspecto técnico, sino que, hay que distinguirlo en relación a las costumbres e inercias en que se encuentra sumergida la sociedad. Puede señalarse, en otras palabras, un obstáculo de mentalidad, cuya superación esta dada por la ruptura definitiva en la vida material, recién en el siglo XVIII. La mutación que la sociedad desarrolla entre los siglos XIV y XV, es el preludio a la expan-sión europea del siglo XVI.

El acrecentamiento del espacio comercial se convirtió en una necesidad imperiosa a raíz de que esto no solo era un resultante natural de la expansión, sino que la propia lógica de forma-ción de la economía-mundo no podía ser desprovista de un área que funcionara como variable periférica. La mundialización del sistema capitalista –en su etapa mercantil- era una creación directa del desarrollo orgánico que fue mentado por las modificaciones sociales y políticas que, de manera asequible, imponían un nuevo rumbo no solo a Europa, sino a todas las regiones hasta donde podían arribar los navíos mercantiles europeos. La frase tan recordada de Adam Smith con la cual afirmaba que: “el descubrimiento de América y el paso a las Indias Orientales por el Cabo buena esperanza son los mayores y más importantes sucesos que recuerda la his-toria de la humanidad”. Provocó que sus contemporáneos asintieran con tal observación pero desde una observación que se haga bajo la noción de longue durée, subyacen como aconteci-mientos derivados de un proceso de expansión económica.

Los centros desde donde se irradia la futura nomenclatura del capitalismo se formo en la re-gión de las ciudades del norte de Italia, que con sus aportes de la contabilidad y el manejo del desarrollo en la organización de las transacciones de moneda extranjera difundieron estas no-ciones al resto de los países que contactaban comercialmente. Trayendo a consideraciones de Earl Hamilton, “No puede atribuirse el origen del capitalismo a los fenómenos engendrados por el descubrimiento de América y de la ruta sudafricana a las Indias Orientales […] toda una serie de otros factores estaban trabajando en la misma dirección.” La conquista y explotación de los nuevos mundos no fue el único camino que llevó a la ex-pansión capitalista, porque concentrarnos solo en ello se tornaría en un aserto inconcluso por la obviedad de los factores políticos y religiosos que atravesaban por un proceso de mutación. En lo que tiene que ver con el primer factor, con el surgimiento de los Estados Nacionales se pudo observar la acción de los príncipes en los intentos de supresión del robo y piratería y a la vez una preocupación para acrecentar y fortalecer la propiedad privada y el tráfico comercial.Cuando se estudia la influencia del protestantismo en relación con el espíritu del capitalismo se considera la propuesta de Calvino que desestima un reparto indiscriminado de limosnas, po-niendo como contraposición a esta ociosidad, el trabajo asiduo.

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El mercantilismo asoció el interés económico a la razón de estado.

La expansión del mercado mundial favoreció la institucionalización del Estado monárquico que de manera simultánea creaba las bases para la posterior expansión de la economía capitalista.“A causa del poderío económico en expansión, por un lado, el Estado interviene como elemen-to regulador en el desarrollo del mercado regional, a fin de activar la producción y el comercio en su territorio y, por otro lado, garantiza a la nobleza, a cambio de su renuncia a los derechos políticos, el derecho de usufructo de sus tierras […] favoreciendo el proceso de comercializa-ción de los productos agrarios”.1

Mas adelante cuando el Estado comenzó a depender – a fin de mantener la administración, el ejercito y la representación- de los aranceles y créditos de las sociedades comerciales, “garan-tizo simultáneamente su protección y sus privilegios”.2 La burguesía mercantil,3 de esta manera no desaprovecho esta oportunidad e incentivo el desarrollo del Estado con el fin de ampliar y asegurar sus intereses.En la creación de un marco teórico que sustente la nueva situación se hallaron modificaciones en las teorías del Estado precedentes. Maquiavelo tuvo que tener en cuenta “tanto el nuevo es-píritu capitalista de la economía como la competencia económica que desencadenaba. Había que instituir una política de intervención y coordinación permanente si se pretendía que una fuente económica fuese útil al soberano y al Estado”.4 Teniendo en cuenta lo anterior “toda or-denación económica tenia que hacerse a través de la autoridad política con vistas a contener el carácter perturbador de los empresarios y poder desarrollar su dimensión racional y útil para el poder del Estado y el príncipe”.5

En el siglo XVII el Estado comenzó a intervenir directamente en el control de la economía. De esta manera se constituyo el mercantilismo como tipo de política económica practicada por el Antiguo Régimen. Es decir “que si esta política económica estaba basada en el poder, solo la autoridad fuerte pudo haber desarrollado un programa con éxito”.6 Si esto se pone bajo un aná-lisis mas detallado el mercantilismo no parece del todo identificable con el absolutismo.7 En otros Estados con una estructura menos absolutista, como Inglaterra y Holanda, fueron también capaces de poner en marcha políticas comerciales proteccionistas orientadas a acumular po-der.8

Desde mediados del siglo XVII el Estado empezó a hacerse de más poder, lo mismo en el co-mercio que en otras actividades. La Francia absolutista empleo su enorme poder con fines terri-toriales más que comercialesPara el mercantilismo el Estado era sinónimo de poder a ello se le añadía unidad por medio de la idea hostil de lo extranjero. A las guerras religiosas y dinásticas se yuxtapusieron y mezcla-ron los conflictos nacidos de las competencias comerciales.9 La consecuencia fue una política _____________________________

1 Van Dulmen, Richard, Los inicios de la Europa moderna. Siglo XXI. México. 1998. p. 87.

2 Van Dulmen, Richaerd.op. cit. p. 82.3 En los Países Bajos y en Inglaterra el elemento comerciante burgués adquirió mayor influencia en los asuntos del estado que en ninguna otra parte. El occidente europeo contrastaba con el retraso de la Euro-pa del Este, siendo Rusia una economía muy precaria, quizá aun más que Polonia o los países bálticos.Por entonces, Jean Bodin hace los primeros aportes teóricos para la concepción mercantilista, ya que no-taba que la subida de los precios del siglo XVI no se producía por la disminución del contenido metálico de las monedas, ni por los monopolios y los bienes de lujo, sino que advertía la importancia de la llegada desde América de los metales preciosos.4 Kellenbenz, Hermann. El desarrollo económico de la Europa continental (1500-1750). Siglo XXI edito-res. Madrid. 1977. p. 29.5 Kellenbenz, Hermann. Op. cit. p. 29.6 Kamen, Henry. El siglo de hierro. Cambio social en Europa. 1550-1660. Alianza. España. 1977. p. 513.7 H. Kamen, agrega que el mercantilismo fue practicado por casi todos los Estados europeos, aun los que mantenían pocas pretensiones autoritarias. Era una política favorable en un siglo de mercados flojos de-presión agrícola y crecimiento industrial limitado.8 Kamen, Henry. Op. cit. p. 513.

9 Martínez, Miquel A. y Pere molas. La epoca del mercantilismo. En: Molas, P. ; Bada, J. ; Escartiín, E. Et alii. Manual de Historia Moderna. Barcelona. Ariel. 1998. p. 355.

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estatal de nacionalismo económico y giro en torno a la preocupación por la circulación de mer-caderías, tanto en lo referente a metales preciosos y la creación de balanzas comerciales favo-rables.10

Mas allá de todos los aportes teóricos volcados para definir el mercantilismo, Inmanuel Wallers-tein suma a las concepciones tradicionales de proteccionismo económico, nacionalismo, etc. La concepción de que el éxito en la competencia mercantilista estuvo sobre todo subordinado a la eficiencia en la producción y de que el objetivo a mediano plazo de Estado fue el incremento en la eficiencia en la producción de manera global.11

¿Por qué se necesitaba del Estado? ¿Por qué la economía no podía regularse por si misma? Para entrar en esta cuestión se vuelve a una de las consecuencias más importantes de la ex-pansión europea, el descubrimiento en México y Perú de ricos yacimientos de oro y especial-mente de plata. Este hacho llevo a la constante búsqueda, por parte del Estado, de una balan-za comercial que contribuya a incrementar las reservas de oro y plata, que se convirtieron en las fuentes primordiales de riqueza.12 Como ya lo planteaba T. Mun , el medio para incrementar el tesoro y riqueza de Inglaterra, se hallaba en el comercio exterior, y con respecto a esto plan-teaba la premisa “vender mas a los extranjeros cada año que lo que le compramos en valor”.13

Entonces el Estado para contar con prosperidad y poder tendría que conseguir a toda costa una balanza comercial positiva.14

El mercantilismo no se interrumpe con el retroceso económico relativo o, de otra visión, de la crisis del siglo XVII, 15sino que, a pesar de la baja en los precios, continúa su preeminencia has-ta mediados del siglo XVIII.El sistema continuo ya que los beneficios obtenidos eran demasiados significativos como para autorizar cualquier modificación. Analizar todos estos aspectos a la distancia “permite opinar con una mayor objetividad y nos revela que la política económica de los estados monárquicos del siglo XVII tuvo coherencia y una eficacia que Adam Smith equivocadamente le había nega-do”.16

_____________________________10 Wallerstein, Inmanuel. El moderno sistema mundial II. El mercantilismo y la consolidación de la econo-mía- mundo europea 1600-1750. Siglo XXI editores. México. 1998. p.50.11 Wallerstein, Inmanuel. Op.cit. p.5012 La consolidación de esta perspectiva se puede ver por ejemplo inmediatamente después de la Restau-ración de los Estuardo, el parlamento “cavalier” decreto en 1663 y en 1670 una escala móvil de derechos de importación: aranceles altos cuando los precios de los cereales eran bajos, y tarifas bajas cuando los precios subían. Gracias a este sistema, los productores ingleses se beneficiaron casi un siglo de una pro -tección casi completa.13 Mun, T. El tesoro de Inglaterra por medio del comercio exterior. En: Instituto Superior del Profesorado […]. Historia Moderna. Fuentes escogidas […]. Buenos Aires. 2000.14 Kellenbenz, Hermann. Op. cit. p. 12.15 Tras un claro estudio Immanuel Wallerstein logra dar un panorama que enriquece el estudio de esta co-yuntura que se da a mediados del siglo XVI. El autor comenta que se esta en presencia de “un modelo cíclico de expansión y contracción. […] hubo una continuidad esencial entre los siglos XVI y el XVII, con la única gran diferencia de una expansión (a) y una contracción (b), de un desarrollo y de un menor desarro-llo. Wallerstein, Inmanuel. El moderno sistema mundial II. El mercantilismo y la consolidación de la eco-nomía- mundo europea 1600-1750. Siglo XXI editores. México. 1998. pp 30-40..

16 Martínez, Miquel A. y Pere molas. La epoca del mercantilismo. En: Molas, P. ; Bada, J. ; Escartiín, E. Et alii. Manual de Historia Moderna. Barcelona. Ariel. 1998. p. 359.

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La dominación holandesa llevó el colonialismo a Asia.

Dando lugar a lo planteado por Carlo Cipolla el sistema de comercio holandés, en los siglos XVI y XVII, puede dividirse en dos sectores, cada uno de ellos caracterizado por diferentes técnicas de intercambio, navegación y finanzas. En cuanto al comercio ultramarino, encontramos en pri-mer lugar el “comercio ultramarino a larga distancia, en la Indias Orientales y occidentales, en Brasil, en Canton, y en Nagasaki. Por otro lado, esta el comercio en aguas domesticas de la Europa occidental”.1

Hacia principios del siglo XVI La Compañía de las Indias Orientales Holandesa, se creaba para destruir el monopolio portugués del comercio oceánico en Asia y para unificar las fuerzas de las diferentes ciudades de los Países Bajos, que ya se estaban aprovechando de la guerra contra España y Portugal para comerciar en oriente2. Desde un principio comenzaba a tener el predo-minio en los puntos clave, aun ante la presencia inglesa debido a que contaba con un mayor capital, el quíntuplo de buques y también, porque siempre se mostraban como libertadores res-pecto de los portugueses, y en todas partes aseguraban su posición mediante tratados, primero de comercio, después de alianza, y finalmente de protectorado.3

La estrategia desplegada no consistía en ocupar los territorios, sino solo los indispensables pa-ra el comercio y el monopolio de determinados productos. Cuando se dirigieron al este, a través de sus factorías en Camboya, Siam, Tonquin, Motja y Japón, se aseguraron el comercio pero no el poder político.4

El plan general de la Compañía de las Indias Orientales se dirigía a conformar un monopolio comercial. Por ello se cerraban los mares a los buques del resto de los europeos y se dejaba a la marina indígena el papel de aprovisionamiento de productos locales.5

La irrupción en los mares de Asia comenzaron hacia 1605 con la captura de Tidore y Amboya en las Malucas. Pero, “comprendiendo que los fortines estaban demasiado lejos del centro del comercio asiático, Los holandeses trataron de apoderarse de la Malaca en 1606, pero como fa-llo en su intento, arrebataron al sultán de Bantan el pequeño puerto javanes de Jakarta, donde construyeron su gran fortín de Batavia”.6

Para referirse a la superioridad de Holanda sobre los dominios de Portugal en oriente hay que notar que los barcos portugueses eran menos eficaces y además, los holandeses hallaban con mas facilidad soldados y navegantes, en su país y también contratando mercenarios de otros países de Europa. Por ultimo, los portugueses dependían en gran medida de motivacio-nes religiosas, en tanto los holandeses solo tenían la doctrina del comercio. “En la confronta-ción entre holandeses y portugueses una burguesía mercantil derroto a una elite de aristócratas marinos mercantes”.7

La historia de la Compañía, “es la historia de un modelo de empresa comercial capitalista: en parte iniciativa especulativa, en parte inversión a largo plazo y en parte colonizadora”.8

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1 Cipolla, Carlo. Historia económica de la Europa preindustrial. Alianza editorial. España. 1985. p. 265. 2 Fielhause, D. Los imperios coloniales. Madrid. Siglo XXI. 1984. p. 89.3 Parry, John. Europa y la expansión del mundo (1415-1750). Fondo de Cultura Económica. Buenos Ai-res. 1993. p. 139.4 Fielhause, D. op. cit. p. 89.

5 Parry, John. op. cit. p. 139.6 Wolf, Eric. Europa y la gente sin historia.Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1993. p. 289.7 Wolf, Eric. Op. Cit. p. 289.8 Wallerstein, Inmanuel. El moderno sistema mundial II. El mercantilismo y la consolidación de la econo-mía- mundo europea 1600-1750. Siglo XXI editores. México. 1998. p.63.

Las únicas excepciones importantes a la política de evitar compromisos de conquistas territoria-les fueron, primero, las islas Banda y Amboyna, enteramente ocupadas para competir con los ingleses y luego Ceilan, que fue necesaria para defender el monopolio de la canela. Pero la ca-

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rencia de colonos y la dificultad de enviar funcionarios apartes tan alejadas por buenos perio-dos de tiempo dieron lugar a un modo de administración oriental característico de todas las administraciones europeas, aunque el sistema administrativo de la compañía partía del princi-pio de que era preferible comerciar antes que gobernar.9

Para asegurarse el control los holandeses fueron despiadados al evitar las competencias. En 1621 mataron a la población de Banda o la deportaron a Batavia, y la sustituyeron con colonos holandeses (perkeniers) a quienes les dieron parcelas de tierra con marismas y los servicios de esclavos de la Compañía, para su cultivo. Respecto de la colonización Jonh Parry aporta que la colonia establecida en el cabo Buena Esperanza, fue la única verdadera colonia funda-da por lo holandeses en el siglo XVII. Su particularidad consistía en no ser un puerto comercial, sino una base para el comercio en las Indias al funcionar como escala de aprovisionamiento.10 Los holandeses lograron ser propietarios de las Malucas (islas de las Especias) y Java, impo-niendo su influencia sobre el resto del archipiélago indonesio. Se apoderaron asimismo de Cei-lan y Formosa (Taiwán) y sembraron la costa oriental de las Indias de fábricas. No tuvieron tan-to éxito en la costa occidental (Malabas) demasiado cercanas a los portugueses, aun capaces de defender su propio huerto. Trataron también en vano de tomar Macao, pero obtuvieron el permiso de comerciar en Canton. En Japón fue la única presencia de europeos autorizados, siempre y cuando aceptaran confinarse en una pequeña isla establecida en el puerto de Naga-saki y someterse a las humillaciones oportunas. El lucro antes que el orgullo.11

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9 La política colonizadora se planteaba en dos sentidos: el establecimiento de un control político a fin de contener la los potentados asiáticos y reorganizar el sistema de producción y, en segundo lugar, la expor-tación de una clase de colonos blancos, “tanto par supervisar el cultivo de los productores agrícolas para el mercado como para proporcionar un mercado inicial seguro de exportaciones europeas de productos que no fueran metales preciosos”. En: Wallerstein, Inmanuel. Op. cit. p.63.10 Parry, John. op. cit. p. 216.11 Landes, D. La riqueza y pobreza en las naciones. Barcelona. Critica.2000.p. 42.

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El dirigismo económico agravó las tensiones sociales

Una descripción social muestra que la sociedad premoderna se caracterizaba por encuadrarse dentro del ámbito de lo tradicional, una cierta visión estática de la existencia.La expansión del siglo XVI ofreció posibilidades para el enriquecimiento de algunos grupos so-ciales dando como resultado un renuevo de la nobleza a partir de la inclusión de nuevos miem-bros. El llamado ennoblecimiento beneficiaba a la burguesía superior y al campesinado acomo-dado cuyas fuentes de ingreso, que eran las rentas agrarias, se asemejaban a la nobleza.La burguesía, dedicada al servicio del rey, esta siempre al borde de la desaparición. La ruina fi -nanciera no es la única causa. Si no se quiere riesgos comerciales, comienza a comprar car-gos, rentas del Estado y títulos de nobleza.1 El paso del siglo XVI al XVII declina el comercio y las personas prudentes consideran que las tierras son las formas más seguras de inversión. La burguesía no es siempre eliminada, es ella misma la que traiciona su destino. Por todas partes los ricos burgueses se sienten atraídos hacia la nobleza.2

Los campesinos fueron afectados negativamente por la creciente participación de los burgue-ses en el campo. El ansia de tierra por parte de estos últimos no era un fenómeno nuevo, pero en el siglo XVI, “se manifestó de una manera más vigorosa que nunca, paralelamente a una es-pectacular expansión comercial y a un rápido crecimiento de las ciudades”.3

Junto a la visión cristiana tradicional, los pobres conseguían su sustento a través de la limosna. Pero esto se disipa por la primacía de la ética del trabajo, que veía al mendigo como un ocioso voluntario. “Las leyes de los pobres que se difundieron desde fines del siglo XVI en Inglaterra y posteriormente en otros países, contenían elementos de coerción a un trabajo obligatorio y con-trolado al que eran compelidos los beneficiarios de la asistencia publica”.4

Los estamentos se fueron diferenciando progresivamente, alejándose de la visión de la Edad Media donde un noble pobre poco se diferenciaba de un campesino rico. Ahora a cada esta-mento le correspondían símbolos sociales propios que mantenían su cohesión y lo separaban de los demás. De la misma manera en que las capas altas se diferenciaban de las capas me-dias, por medio de títulos y privilegios, estos también lo hicieron respecto de las clases bajas, con la idea de prestigio.5 Todo ello habría de desembocar finalmente en la segregación y exclu-sión de la sociedad de todos aquellos que no ocupaban un puesto honorable.6

Con el aumento simultáneo de las capas depauperadas, el aislamiento de los gremios, la con-solidación del Estado y la persecución contrareformadora, amplios grupos de la sociedad se vieron por primera vez rechazados, a pesar de que estas capas discriminadas se habían hecho indispensables para la producción protoindustrial y la creación de los primeros grandes ejérci-tos modernos. Aquel que “se adaptaba al nuevo orden determinado por el Estado moderno se beneficiaba de la desigualdad social y participaba de la seguridad de la sociedad estamental sostenida por el Estado, en la que la autodeterminación feudal fue sustituida por la actividad co-mercial orientada hacia el prestigio”.7

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1 Braudel, Fernand. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. México. F.C.E. 1987. p. 100.2 Braudel, Fernand. ob. cit. p. 105.3 Lis, C. Y Soly, Hugo. Pobreza y Capitalismo en la Europa preindustrial. Akal. Madrid.4 Molas, P. ; Bada, J. ; Escartiín, E. Et alii. Manual de Historia Moderna. Barcelona. Ariel. 1998. p. 80.5 Van Dulmen, Richard, Los inicios de la Europa moderna. Siglo XXI. México. 1998. p. 95.6 La pobreza no era algo nuevo, opero hay que prestar atención a que a principios del siglo XVI adquirió nuevas características. “Lo que parece haber inquietado mas es la movilidad de los pobres, la marea cre-ciente de mendicidad y vagabundeo que amenazaba con sacar l pobreza de sus antiguos causes restrin-gidos, y que al rebozar de ellos pusieron en peligro la seguridad de las clases altas”. Ver: Kamen, Henry. El siglo de hierro. Cambio social en Europa. 1550-1660. Alianza. España. 1977. p. 459.7 Van Dulmen, Richard, ob. cit. p. 95.Dando inicio al repaso de uno de los fenómenos más relevantes de la época, como lo es la po-breza habría que distinguir cuales fueron los factores que hicieron tan flexible la tasa de creci-miento de los pobres.En primer lugar, sin duda existe una depresión económica de las clases bajas, que si bien parte corresponde a los cerramientos de tierras cultivables8, a la desaparición de las abadías y mo-

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nasterios que funcionaban como sustentos para los humildes,9 en un mayor grado hay que agregar, según H. Kamen, “la depreciación progresiva de la moneda, que en varios países fue repetidamente desvalorizada a lo largo del siglo XVI y principios del XVII, automáticamente re-cortaba el poder adquisitivo de las clases bajas”.10 En segundo término hay que tener presente la presencia de un aumento demográfico real y otro que se producía por el hacinamiento en los principales centros urbanos. Por ultimo en la transición económica de las prestaciones en tra-bajo a las rentas en dinero vino acompañada, por la expansión de los impuestos reales que fue “una de las principales causas de los desesperados levantamientos campesinos de la época”.11

Aun contando con una descripción como la anterior, también es posible ver la polarización so-cial entre acumulación de beneficios y la creciente depauperización de otro sector, bajo la di-mensión de una coyuntura social en movimiento como consecuencia del inicio de la formación del sistema capitalista. Para este momento la mentalidad social respecto de los pobres ha pa-sado de un sentido de sujetos no trabajadores, a otra de un sentido de disfuncionalidad dentro del desarrollo social, que relaciona esta situación como algo ajeno al orden social, “pero al mis-mo tiempo la depauperización de los pequeños productores tiene su función en el proceso so-cial: constituye la condición para el desarrollo del capitalismo, determinando la primera forma de acumulación”.12

Es decir, el triunfo del capitalismo comercial implicó por un lado el empobrecimiento de innume-rables maestros artesanos, modestos oficiales, aprendices y trabajadores eventuales ante la protoindustrialización. A estos se sumaban la gran mayoría de los propietarios campesinos que no disponían de tierras suficientes para alimentar a su familia, y no podían arrendar una parcela agraria extensa por falta de capital. Estos hachos desembocaban en su transformación de obreros asalariados

La expansión económica no permite que la burguesía limite su status, esta comienza a abarcar otros niveles. Con la llegada del Estado monárquico este necesita pactar con ella para proyec-tar una nueva realidad. No va a tratar de eliminarla, lo que si pondrá en marcha es un mecanis-mo para reubicarla, dividirla, pero siempre conservándola, ya que, “es imposible controlar una sociedad sin la complicidad de una clase dominante”.13 El plan dio resultado si vemos que ante una polarización social extrema se tuvo éxito en contener al polo desfavorecido dentro de un rango controlado.14 Puesto que las clases inferiores eran consideradas ignorantes,_____________________________ 8 Geremek ve que la apropiación de tierras comunales, de pastos y de bosques, que eran utilizados por los campesinos, caen en manos de la burguesía que se vuelve al comercio de la tierra y deja a numero -sas familias sin la posibilidad de subsistencia. Este fenómeno del enclosures, se presenta en toda Europa pero con un mayor grado en Inglaterra. Por su parte Lis C. y H. Soly dan un análisis abierto al describir este proceso de manera particular, no solo en Inglaterra, sino también en Francia y Alemania.9 También en el sentido de la caridad la mentalidad arraigada en el plano económico trae una nueva no-ción. “La ostentación de la caridad constituía […] una afirmación de prestigio, de riqueza, de poder […] En la época moderna el mismo tipo de mentalidad mercantil se adopta en el campo opuesto: se trata de ayudar lo mas eficaces posibles para quienes reciben limosnas”. Geremek. p. 194.10 Kamen, Henry. El siglo de hierro. Cambio social en Europa. 1550-1660. Alianza. España. 1977. p. 460.11 Anderson, Perry. El Estado Absolutista. Siglo XXI. México.1998. p. 29.12 Geremek. p. 196.13 Braudel, Fernand. ob. cit. p. 71.14 Durante la etapa del Ancien Regime se produjeron revueltas sociales y populares que no tenían por ob -jetivo el cambio en la organización social. Las revueltas se realizaban apelando a la ley justa, se atacaba cualquier intervención segregacionista de lo “malos funcionarios”. Siempre se defendía el antiguo dere-cho, aunque de a poco comenzaron a tener mayor notoriedad con movimientos milenaristas que promul-gaban una justicia popular. ¿Cómo se contuvo esta amenaza? Siguiendo unos planteos de Marvin Harris, era la caza de brujas. El resultado final de este sistema consistió en que los pobres llegaron a revoltosas y perezosas, los salarios debían mantenerse lo más bajo posible. De esta manera los pobres se mantendrían ocupados, mientras que el país conseguía una ventaja competitiva en el comercio internacional. El interés nacional exigía en otras palabras, que la gran masa de la población se mantuviera en un estado de pobreza permanente.____________________________

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creer que eran victimas de brujas y diablos en vez de príncipes y papas. “Preocupados por las actividades fantásticas de estos demonios, las masas depauperadas, alineadas, enloquecidas atribuyeron sus males al desenfreno del Diablo en vez de la corrupción del clero y la rapacidad de la nobleza”. Ver:

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El Antiguo Régimen construyó un Estado ineficiente y oneroso.

Para asegurar la obediencia de todos los súbditos y estar en condiciones de enfrentar a los Es-tados rivales, las monarquías absolutas reorganizaron algunas de las instituciones tradicionales ya existentes, como la corte y crearon otras nuevas como la burocracia. Esta monarquía no surgió sin el apoyo de los estamentos, y sobre todo la nobleza, que promovieron la unificación y pacificación del país, como así también la financiación del poder local. 1

Al final del siglo XVI las cortes eran de gran número en Londres, Paris, Madrid, Viena y Estocol-mo. Estaban integradas por un mayordomo, funcionarios reales, administradores de la corte y finalmente ayudantes de cámara, los pajes, músicos y pintores. El mantenimiento exigía un gran gasto que, a medida que aumentaban, eran superados por los estamentos (en especial el campesinado) en forma de tributos.El acortesamiento de la nobleza encuentra explicación en el proceso de empobrecimiento en que se hallaba como resultado de la crisis feudal. Este hecho obligaba a ampararse en el repar-to de cargos ministeriales bien remunerados y de gran prestigio aunque este hecho llevara a que el noble ya no defienda su honor sino el del rey.2 El que compraba una posición en el apa-rato estatal amortizaba su costo por medio de la corrupción y los privilegios. El sistema nació en el siglo XVI y se convirtió en el soporte financiero fundamental de los Estados absolutistas durante el siglo XVII. P. Anderson señala el carácter “groseramente parasitario” ya que en si-tuaciones extremas los gastos podían costar al presupuesto real casi lo que percibía en remu-neraciones.3

El establecimiento de un poder burocrático involucraba el fin de los poderes autónomos y una nueva posición del rey. La concentración del poder hace posible dominar todo el cuerpo políti-co. Sin embargo son evidentes las falencias que surgen. El régimen hereditario puede llevar al poder al poder a un monarca débil, en otro caso, a uno que de espacio para que los ministros y secretarios de estado provoquen una mala administración.4 En esta figura del rey como repre-sentante de una dinastía, se dio origen a cuantiosos conflictos bélicos cuando llegaba la etapa de sucesión real. Poco tiempo después se le agregaron los conflictos de sentimientos naciona-les o los referidos a la religión de los súbditos.5

La construcción de una administración trajo muchos problemas que a veces estaban ligados al carácter personal de los asuntos, no existía una clara separación entre lo público y lo privado.6

A esto se le agrega la pretensión de llevar disposiciones reales hasta las áreas más alejadas, que eran obstaculizadas por cierta autonomía de los estamentos y otros grupos privilegiados.7

Estaba presente el riesgo de que el monarca fuese engañado como consecuencia del trabajo burocrático y la falta de contactos directos con la mayoría de los habitantes del reino.8

Para la administración del territorio se crearon subdivisiones que eran gobernadas por un _____________________________

1 Van Dulmen, Richard, Los inicios de la Europa moderna. Siglo XXI. México. 1998. p. 302.2 Van Dulmen, Richaerd, ibidem. p. 309.3 Anderson, Perry. El Estado Absolutista. Siglo XXI. México.1998. p. 28.4 Mousnier, Ronald. La Monarquia Absoluta en Europa. Del siglo V a nuestros días. Taurus. Madrid. 1986. p. 140. En todo régimen monárquico él ejercicio de un poder débilmente controlado y limitado pue-de llevar al monarca a la tiranía […] No existe un freno político. Todo descansa sobre la buena voluntad del monarca.5 Pere, Molas. El sistema político de la Europa moderna. En: Molas, P. ; Bada, J. ; Escartiín, E. Et alii. Manual de Historia Moderna. Barcelona. Ariel. 1998. p. 86.6 Elías, Norbert. La sociedad cortesana. F.C.E. México.1982. 7 Van Dulmen, Richaerd, ob cit. p. 316. El desarrollo sistemático de la primitiva administración moderna, la jurisprudencia y el sistema tributario llevó a una transformación cualitativa de la forma patriarcal de ejer -cer el poder real. 8 Mousnier, Ronald. Ob. cit. p. 140.

“gobernador general”. Estas divisiones eran amplios conjuntos políticos, con sus ámbitos milita-res y políticos.9

La institución básica de las monarquías europeas era el consejo del rey, el cual comenzó a ser subdividido en varias instituciones como el Consejo Privado (Inglaterra), el Consejo de Estado

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(España) o Consejo Secreto (Austria). También se encontraban los consejos judiciales, admi-nistrativos, financieros, militares, religioso y económico. Es apreciable entonces ver que el nú-mero y complicaciones cada vez mayores de los asuntos reales impulsaron al monarca a dividir progresivamente a su consejo en otros con diferentes funciones.10 El esfuerzo de los reyes y los príncipes se oriento siempre en la dirección de conseguir un con-sejo supremo compuesto para su conveniencia, por medio de incluir a sus fieles y clientes.

El sistema fiscal del Antiguo Régimen era esencialmente discriminatorio. No solo se apreciaban estamentos exentos sino también diferencias entre el campo y la ciudad. El fisco recaía funda-mentalmente sobre la población rural.

Había impuestos que se aplicaban sobre intercambios comerciales interiores y exteriores y otros, que directamente recaían sobre los productos de primera necesidad. La recaudación fis-cal era otorgada a compañías de arrendatarios, los cuales hacían su beneficio a costa del con-tribuyente (la administración directa de los impuestos por los Estados no se difundió hasta el si-glo XVIII).11

Las contribuciones ejercidas por el monarca condujeron a una gran cantidad de rebeliones de pobres, que en ocasiones estuvo alentada por nobles locales, para luego poder extraerles a es-tos, sus propias cargas. Los funcionarios del fisco tenían que ser custodiados por unidades de fusileros para cumplir su misión en el campo.12

La monarquía “necesitaba dinero para construir su aparato de Estado, y tenia suficiente aparato de Estado para obtener dinero”13. En el siglo XVI el sistema que empleaba para recaudar no se relacionaba con el mercantilismo, sino mas bien, “con un fiscalismo, una política orientada a in-crementar los ingresos inmediatos del Estado”14.Una vez que se suplían los gastos de la burocracia, el excedente se volcaba a la creación de los ejércitos. En un principio se componía de voluntarios, por ello su composición fue en la base de individuos socialmente inestables, impulsados por la pobreza o desamparo. Las deserciones eran continuas y los soldados se dedicaban al pillaje sobre enemigos y amigos. Pero una vez mas los Estados adhirieron a conseguir gente comprándola. “La contrapartida de los burócratas venales fueron los soldados mercenarios”15._____________________________

9 Pere, Molas.ob. cit. p. 88. También se encontraban distritos más reducidos, como los condados ingle-ses. Los funcionarios que dirigían estos sectores eran elegidos directamente por el monarca o dependían de los estamentos del país.

10 Mousnier, Ronald. Ob. cit. p. 144. “En realidad, (los diferentes consejos) servían para encubrir las deci-siones tomadas por un solo hombre, el rey, o por alguno de sus leales. Los consejos se convirtieron de este modo en una magnifica fachada. La forma de gobernación ya no fue judicial mas que en parte […] prevaleció la forma ejecutiva, mas rápida y eficaz, favorecida por las guerras. Sin embargo ello disminuía las garantías y abría la puerta a lo arbitrario y al despotismo.“11 Pere, Molas.ob. cit. p. 89.12 Mousnier, Ronald. Ob. cit. p. 30.13 Wallerstein, Inmanuel.. El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orígenes de la eco-nomía-mundo europea en el siglo XVI. Siglo XXI editores. México. 2003. p. 195.14 Wallerstein, Inmanuel. Ob. Cit. p. 196.15 Wallerstein, Inmanuel. ibidem. p. 196.

El puritanismo exacerbado agotó la Revolución Inglesa.

La Revolución Inglesa fue el producto de un complejo desarrollo en el cual confluyeron el cam-bio social, la radicalización religiosa y una crisis del Estado.La Revolución no fue exclusivamente burguesa en contra la clase feudal, ni la lucha de la gen-try en alza por asegurarse un espacio propio, ni un neto combate religioso de los puritanos

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contra los neopapistas. Ciertamente se dieron todos estos conflictos, pero solo dentro de un marco que abarcaba a todos.1

En Inglaterra, la ideología de mayor influencia sobre los individuos fue el puritanismo, que en ese contexto no significa más que una convicción general de la necesidad de una independen-cia de juicio basada en la conciencia y en la lectura de la Biblia. Este en la práctica adoptó el deseo de purificación de la Iglesia, reducir autoridad y riqueza del clero y sobre todo moralizar la Iglesia, la sociedad y el Estado.2

De esta manera, la religión constituía por si sola una cuestión tan importante que se ha hablar-do de todo el conflicto de la primera mitad del siglo XVII en términos de una Revolución Purita-na.

El acercamiento a esta doctrina se da a principios del periodo isabelino. Con el fracaso de mu-chos obispos y clérigos anglicanos al defraudar las esperanzas del laiciado, indujo a un gran número de hombres y mujeres conscientes a buscar una experiencia religiosa más estimulante y conveniente y una organización religiosa dotada de mayor sensibilidad.3

En general los puritanos no eran separatistas: eran hermanos disidentes. Al igual que en la es-fera secular, querían reformar la estructura de la administración eclesiástica, restar autoridad a los obispos y reformar el sistema de diezmos.Con la idea de la creación de una Nueva Jerusalén por parte de la Comunidad de los Santos, inspiraría, no solo a los miembros del parlamento sino, por primera vez, a grandes capas de la población, y promovería el espíritu de resistencia contra un poder que mientras se había vuelto ajenos a ellos.4

¿Qué pregonaba el puritanismo? Entre otras cosas reconocía que no se podía prescindir de Dios, por ello, los sentimientos de pecado y culpa que anteriormente se purgaban castigando a los herejes y a las brujas fueron encausándose cada vez mas hacia el interior de las personas: el sentimiento puritano de culpabilidad formaba una parte importante de la doctrina.5 Existía el horror por el despilfarro del tiempo, la inculcación de hábitos de puntualidad y de vida ordena-da. En la década de 1630 la Iglesia Inglesa Reformada de Ámsterdam imponía a sus miem-bros, mediante multas, la puntualidad y realización voluntaria de determinadas obligaciones. A finales del siglo, esta disciplina, este sentimiento de que el tiempo es oro, esta voluntaria dedi-cación al deber, habían sido interiorizados por el grueso de las clases medias inglesas.6 Se in-vocaba los terrores del infierno y la condenación eterna para aquellos a quienes un Dios arbi-trario no decidiese dispensar sus favores: la desesperación y las ideas de suicidio, pudieron ser productos secundarios. A las impías clases bajas les ofrecía una disciplina rigurosa y fortifican-te._____________________________

1 Kamen, Henry. El siglo de hierro. Cambio social en Europa. 1550-1660. Alianza. España. 1977. p. 367.2 Van Dulmen, Richard, Los inicios de la Europa moderna. Siglo XXI. México. 1998. p. 102. El puritaris-mo, agrega el autor, suministró el sentimiento de certeza en la rectitud de la causa de la oposición y de in-dignación moral ante la maldad del establishmen.3 Stone, Lawrence. La Revolución Inglesa. En: AAVV. Revoluciones y Rebeliones de la Europa moderna. Alianza. Madrid. 1989. p. 93.4 Van Dulmen, Richrad, ob. Cit.p. 102. “Un movimiento puritano y de protesta intervino intensamente en la vida practica, insistiendo en la conciencia de los individuos […] posibilitando con ello una radicalización de la opinión publica en esta época, casi impensable en el continente, y además produjo una movilidad in-telectual que afecto por primera vez a amplias capas de la población”.5 Hill, Christopher. El mundo transtornado. El ideario extremista en la Revoluciñon Inglesa del siglo XVII. Siglo XXI. Madrid. 1983. p.283.6 Hill, Christopher. Ob. Cit. p. 31.Los pobres, la escoria del pueblo, había estado siempre en contra del Parlamento y los purita-nos, en parte sin duda, por ignorancia e influencia clerical, pero en parte también, por odio a la disciplina prebisteriana, hacia la inculcación por la fuerza de la ética protestante y la hostilidad puritana respecto de los tradicionales festivales y deportes populares.7

Sin embargo ninguno de los experimentos religiosos de aquellos años, impuesto por un puñado de fanáticos, hizo un impacto apreciable entre la población. Algunos cambios conseguidos se revocaron fácilmente por la Restauración. La tendencia a partir de 1653 fue de retroceso: vuelta la estabilidad y al orden si era posible, era una vuelta a la restauración de la monarquía.8

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En un principio, el puritanismo, era un movimiento reformador dentro de la Iglesia, dirigidos por clérigos, pero pronto se convirtió en un amplio movimiento laico cuya pauta fue marcada por la burguesía y la baja nobleza.9 Favoreció los objetivos burgueses sin ser una ideología al servicio de ella, pues aunque fuese revolucionario desde el punto de vista político, socialmente tuvo un efecto amortiguador sobre la evolución del primitivo capitalismo.10

La influencia no siempre fue progresista, pues al tiempo que se combatían las estructuras políti-cas absolutistas, movilizaban a fuerzas burguesas en su lucha contra el acortesamiento como en la ampliación de la moral del trabajo burguesa, pero sin influir netamente en el pueblo.El puritanismo, tras la Revolución Inglesa, se vería obligado a renunciar a todos sus objetivos políticas radicales, convirtiéndose en un movimiento quietista.11

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7 Hill, Christopher. Ibidem. p. 327.8 Kamen, Henry. ob. cit . p. 371.9 Van Dulmen, R, ob. Cit. p. 261.10 Van Dulmen, R, ibidem. También, su ímpetu moral favoreció una estricta moral de trabajo, pero en nin-gún caso una mentalidad de lucro como resultado del ascetismo dentro del mundo.11 Van Dulmen, R, ibidem.