Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

download Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

of 16

Transcript of Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    1/16

    C U L T U R A Y C A U D A D

    GABRIEL ZAID

    Miembro de

    El Colero Naona l

    Hasta m edia do s del s iglo XX, cu an do se co m pa rab an obras de a r te y pro

    ductos industriales, no haca fal ta explicar de qu lado estaba la calidad.

    Se supona que la indust r ia era e l mundo de la pr isa , los grandes vol

    m en es , la pr eo cu pa ci n p o r los costos, las uti l ida des, la eficiencia, f irente

    a la cultura art st ica, l i teraria, intelectual , cientf ica, donde pesaban las

    preocupaciones contrarias: el amor al oficio, la excelencia sin l mites, el

    r igor y la per fecc in has ta en el l t im o d etalle.

    La si tuacin em pez a cambiar po r el lado industrial . La adm inistracin

    de oligopolios descubri en la calidad una estrategia competi t iva, anali

    zada en revistas como la Harvard Business

    Rexew.

    Cuando e l mercado se

    re pa r te en tre unas cuantas emp resas qu e se con oc en y se es tud ian (haya

    o no colusin) , compet i r con precios bajos es suic ida: e l nico que gana

    es el consum idor, po rq ue los gran des co m petido res (a diferencia de los pe

    q u e o s ) n o p u e d e n s e r e l i m i n a d o s b a j a n d o p r e c i o s h a s t a h a c e r l o s

    quebrar. Respondern a la ofensiva bajando tambin los precios y dejando

    al agresor en una posic in tan incmoda como la suya. Es mejor evi tar

    las guerras de precios, y competir por otros medios: calidad del producto,

    servicio al cl iente, prest igio de la marca.

    Esto l lev a desarrollar pro gram as de adm inistracin amb iciosos: "C ero

    defectos", "C al idad tota l" . Y co m o algu nas iniciat ivas ven an de J a p n

    (que en t r a l mercado in te rnac iona l con imi tac iones bara tas , pero g i r

    hac ia l a competenc ia con produc tos innovadores de mucha cahdad) se

    l leg a deci r : Es natural . En un pas donde pesa tanto la cul tura es ms

    fcil qu e los pro du ctos indu st r ia les sean co m o obra s de ar te .

    Paradj icamente , en es tas dcadas que han vis to unirse (a l menos co

    m o ideal) dos conc eptos que pa recan o puesto s ( ind ust r ia y cal idad) se

    ha n ido sepa ran do los qu e parec an s inn imo s: cul tu ra y cal idad. En vez

    de "Cero defectos" y "Cal idad tota l" , en la cul tura se ha extendido una

    tolerancia inesperada para la mala cal idad. El gigant ismo que (por va

    indirecta, para evitar guerras de precios) acab favoreciendo la calidad

    387

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    2/16

    industrial no tuvo el mismo efecto en el caso del gigantismo cultural . La

    cu ltur a artesana l (qu e hasta princip ios del siglo xx fue, simple y sencil la

    mente , la cul tura) perdi terreno f rente a la gran indust r ia cul tural , las

    u n i v e r s i d a d e s g i g a n t e s c a s , l as g r a n d e s a d m i n i s t r a c i o n e s c u l t u r a l e s ,

    los sindicatos culturales, el Estado cultural , con resultados lamentables

    para la calidad.

    1. CALIDAD YCANTIDAD

    Una pr imera di ferencia entre ambos gigant ismos proviene de que la

    atencin personal t iene economas de escala en los productos indust r ia

    les ms fcilmente que en las obras de arte. Es posible mejorar la calidad

    de i as cmaras fo togrf icas dedicndoles cada vez menos t i empo de

    atencin a cada una, s i e l mercado mundial se repar te entre pocos fabr i

    cantes que producen cada vez m. Tambin es posible mejorar la cali

    dad de una sola foto, dedicar le grandes cant idades de a tencin personal

    en estu dio s y lab ora torio s y, au n as, bajar el costo p o r ejem plar, si la foto

    va a reprodu cirse millones de veces. Pero la calidad de u n a foto n o com er

    cial t iene un costo que no puede repart irse entre millones de ejemplares,

    y po r lo mi smo nu nca d i spond r de m uch o p r e supues t o , de g r ande s

    estudios y laborator ios , ni de m uc ha aten cin perso nal , a m en os q ue e l

    art ista decida sacrif icarse y regalar su t iempo. La calidad se vuelve un

    costo terrib le y pe rso na l, un sacrif icio q ue se ex en d e a la familia y qu e

    no es fcil de justif icar. Es razo nab le de dica r u n da en te ro , com o Flau-

    be r t , a rev isa r un a pgin a y no pro du c i r m s qu e e l cam bio de u n a

    coma; y dedicar el da siguiente a revisar la misma pgina, y no producir

    m s qu e la res t i tucin d e la coma?

    Razonable o no, a lguien ene que pagar e l costo de la cal idad: e l

    art ista o el pblico (dejemos, de momento, las otras soluciones: los me

    cenas,

    el Estado).

    Y

    esta disyuntiva se conv ierte en diferencias de pre cio s.

    O el art ista subsidia al pblico, aceptando que su t empo t iene dos pre

    c ios m uy d is tin tos : b ien pag ado c ua nd o pr od uc e pa ra e l g ran pbl ico

    y mal pagad o cuan do pro duc e para una minor a ; o la m inor a e ne que

    pagar muchas veces ms por e jemplar Esto l t imo puede darse en e l

    caso de la pintura , que es de e jemplares nicos , pero no sucede con las

    obras reproducibles , como las fotos o las novelas . Una novela minor i

    tar ia de 200 pginas no se puede vender diez veces ms cara que un best

    sellerde 200 pginas , pa ra co m pe nsa r l as ventas d iez veces m en or es .

    388

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    3/16

    A u n q u e e l a u t o r d e l a o b r a m i n o r i t a r i a h a y a t r a b a j a d o m u c h o m s ,

    t i ene qu e acep t a r m uch o m enos .

    Hay revis tas del mismo tamao y nmero de pginas cuya c i rculacin

    var a en tre mil y un mil ln de e jem plares . Es obvio qu e las l t imas pu e

    dan gastar cien veces ms en el cuidad o de cad a pgin a y todava as ten er

    costos de a tencin personal diez veces menores por e jemplar que las

    pr imeras . No ser a di f c i l const rui r un ndice de cuntas horas de a ten

    cin por cent metro cuadrado recibe e l mater ia l de unas revis tas f rente

    a ot ras . O de cuntas horas por mil lar de palabras dedican unos escr i to

    res f rente a ot ros . Y es de su po ne rse q ue es to afecta la cal idad. P ero las

    cosas no son tan senci l las . Nada garant za que un poema publ icado en

    The New Ibrfe^'sea mejor que otro publicado en una ttlemagazinede m il

    e jemp lares , si en s ta hay un gr up o ta lentoso y sacri ficado. Au nq ue tam

    poco nada garant iza lo contrar io: un es tudio publ icado en una revis ta

    acadmica de mil e jemplares , con subsidios , becas , ayudantes , meses de

    t rabajo y un gran apa rato cr co , pu ed e ser muy inferior a los ar t culos

    semanales que publ icaba Edmund Wi l son en The NewYorker

    Hay economas de escala en los medios masivos , que por eso lo son.

    Y es to pue de favorecer l a ca l idad , pero n o n ecesa r iam ente . La n i t dez

    de la im age n en las pantal las de te levis in h a mejo rado m uc ho y seguir

    m ejor and o. P ero la calidad tecnolgica de un jug ue te qu e maravil la a mu y

    dis t n tos pbl icos no es lo mismo que e l conten ido . Aunque t ambin

    exis te e l contenido que le gusta a mil lones de personas de muy diversas

    sociedades , lenguas , educacin, se t ra ta de un contenido l imi tado a lo

    que t enen en comn: a lo ms bsico del gusto, la intel igencia, los sen-

    tmientos, la cul tura . Los con tenid os qu e rebasan es te m n im o co m n

    de no m in ad or van de jand o fuera a estos y aquel los sectores del p bl ico ,

    v a n d e f i n i e n d o c o m u n e s d e n o m i n a d o r e s l i m i t a d o s a p b l i c o s m e n o s

    amplios. Hasta l legar a nmeros imposibles para el cine o la televisin.

    Si los interesados en c ier tos contenidos , planteamientos , formas de ver

    y de t r a t a r lo s t emas , no son m s qu e uno s cuan t os mi l e s , p u e d en

    ser suficientes p ara justificar el costo de u n libro , pe ro n o d e u n a pelc ula.

    El problema fue sealado hace siglos por Lope de Vega. El teatro fue

    el embrin de los medios masivos modernos. A diferencia de la poesa

    l r ica, t iene costos de montaje que no puede sufragar el autor. Gngora

    poda darse el lujo de escribir poemas difci les que muy pocos aprecia

    ban , po rque "mon t a r l o s " en una cop i a manusc r i t a pa r a unas cuan t a s

    personas costaba poqusimo; y porque aceptaba vivir escaso de al imentos.

    (Hay que re leer "Los a l imentos terres t res": f ragmentos de su correspon-

    389

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    4/16

    dencia , en e l

    Confabulario

    de Ju an Jos Arre la .) M on tar un a com edia

    o p roduc i r una pe l cu l a r equ i e r e un p r e supues t o i ncomparab l emen t e

    may or que copiar un poe m a. Y, para sufragar e l presup uesto, la ob ra t iene

    qu e gustarle a much as ms personas de las qu e pued en apreciar un po em a

    difci l . Por esto, en su "Arte nuevo de hacer comedias de este t iempo"

    (1609) ,

    dice Lope con toda c lar idad:

    y escribo por el arte que inventaron

    los que el vulgar aplauso prete ndie ron;

    po rqu e, como las paga el vulgo, es justo

    hablarle en necio para darle gusto.

    Durante la revolucin industrial, Tocqueville seala cmo en "los siglos

    aristocrticos, las artes tratan de hacer lo mejor posible, y no lo ms r

    pid o y ba rato " par a un a m inor a es table y exigen te; m ientras qu e en la

    dem ocrac ia aparece un a mul t i tud qu e no quie re se r m enos , au nq ue toda

    va no teng a los recursos: qu e quiere (para dj ica m ente ) igualarse dis t in

    gu in do se , y a la cual se pu ed e satisfacer con la simu lacin del lujo, lo

    sublime barato, la dist incin al alcance de todos los bolsi l los. "No es que

    en las democracias el arte no sea capaz de producir maravil las", es que el

    negocio est en producir para la mult i tud. "En las aristocracias, los lec

    tores son po cos y exigentes ; en las dem ocracias , cuesta me no s com pla

    cer los y su n m er o es prodig ioso." (1840,De ladmocratieen Amque II, I

    11 y 1 4.)

    Tocqueville incluye en sus anlisis las artes aplicadas: "Casi todos los

    re lo jes e ran exce len tes cuando no haba qu ien los tuv iese , fuera de

    los r icos. Ah ora n o se hace n ms que relojes med iocres, pe ro todos t ien en ."

    N o vivi para ver qu e la indus tria de l siglo XX re cu pe ra ra la ex igenc ia

    "aristocrtica" de calidad, precisamente cuando la cultura, "democrtica

    m en te" , emp ezab a a lavarse las m ano s an te un co nce pto t an du do so ,

    pr eg un tn do se t i tubean te: Qu es la cal idad?

    2. CALIDAD

    Y

    RELATIVISMO

    El gigant ismo indust r ia l descubr i la cal idad buscando el xi to , como

    una es t ra tegia compet i t iva que, adems, era t i l para es tandar izar . En

    ca m bio , la cultu ra busca ba la calidad (la verd ad, la belleza, la pro fun di

    dad) por s misma, como un absoluto que, al reiavizarse, la dej sin ms

    rumbo que e l xi to operat ivo.

    390

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    5/16

    El gran pbl ico (urbano, no e l de la cul tura popular dispersa por e l

    campo) aparece con el tercer estado (los que no son aristcratas ni clri

    gos) ,

    la gente snob (sin t tulos nobil iarios), la burguesa, la clase media.

    Y, a m ed ida qu e crece, el pb l ico de la cor te pie rde im po rtan cia re la t iva

    en el vo lum en de la oferta y la d em an d a cultural . Pe ro n o slo en el volu

    men. La nueva produccin cul tural , que empieza respetando los cr i ter ios

    de ca l i dad de l a co r t e , l l ega a abandona r l o s , pa r a a f i rmar sus p ro

    pios gustos . Todava Lo pe l lama n ecio a su pbl ico y M oliere se bu r la d e

    los igualados que quieren a l ternar en la cor te {El burgus gentilhombre,

    1670) , pero ya los romnt icos af i rmarn, contra los nobles , una nobleza

    m s autnt ica: la del sent im iento, la naturaleza, los pu eblo s .

    Este populismo del siglo xix l leg a ser en el la vulgata agresiva de

    m uc ho s nacional is tas , nazis , com unis tas , terce rm un distas, m ul t icul tura-

    listas: los criterios de calidad elitistas no son superiores; son degenerados,

    antisociales, imperialistas, racistas, machistas. Su versin menos virulenta

    es el relat ivismo: no hay diferencias de calidad, sino de gustos, culturas,

    t radiciones . Cm o juzg ar la prod ucci n de los otros? Sen a af i rmar co m o

    valores universales los cri terios part iculares de tales o cuales grupos.

    A bu nd an las personas que razonan as, pe ro com pra n pro duc tos in

    ternacionales de gran cal idad, por e jemplo: cmaras fotogrf icas , te levi

    sores , r elojes , com putad oras . Ima ginem os ah ora un inspec tor qu e , en l a

    fbr ica de es tas maravi l las , en vez de decir : Este lote es inaceptable ,

    t rese a la basura; dijera: Po r un m ilme tro, no voy a herir los se ntim iento s

    de dignidad de es tos seres humanos. Quin soy yo para imponer e l s is

    tema mtrico decimal a todo el planeta? Ms que un error, esta diferencia

    puede s e r l a exp re s i n de una i den t i dad d i f e r en t e : una au t en t i c i dad

    ir repr imible , un mil metro prodigioso que as les naci.

    Ta l escena impos ib le hace ver o t ra d i fe renc ia en t re e l g igant i smo

    industrial y el cultural . Para la industria, la estandarizacin es deseable;

    para la cul tura , lamentable: un mal necesar io , en e l mejor de los casos .

    Esto facilita la insp ecci n d e la calidad in dustrial, pe ro com plica el ju ic io

    sobre l a ca l idad cu l tura l . Cmo d i s t ingui r lo d i fe ren te de lo malo?

    Dnde es tn las normas, pruebas , plant i l las , dechados, para la inspec

    cin cul tural? Con qu autor idad se puede af i rmar que ta l t rabajo ar t s

    tico,

    l i terario, intelectual , no es ms que basura?

    Estas dudas son anteriores al gigantismo cultural , pero antes no tenan

    las mismas co nsecue ncias . En la cul tura ar tesanal , las di ferencias d e o pi

    nin sobre la cal idad no t ienen el efecto mul t ipl icador del gigant ismo.

    Si, para muchos respe tab les poe tas , l a poes a de Gngora no e ra ms

    391

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    6/16

    que basura , nada poda impedi r que Gngora s igu ie ra produc iendo, sus

    de t r ac t o r e s r ech azn do l o y sus ad m i rad ore s i mi t nd o l o . Pe ro s i de l

    rechazo o la aceptacin depende un nombramiento, la as ignacin de un

    presup ues to , el em pleo de num erosas personas , l a lucha por e po de r

    en tre u no s grup os y otros, todo se complica al ha cer u n juic io de calidad.

    Para juzg ar la cal idad, hay qu e ac eptar qu e exis ten cosas m al h ech as:

    que hay produccin inaceptable , aunque t i rar t rabajo a la basura aumen

    te los costos , ar ruine los presupuestos , ofenda la dignidad de personas

    r e spe t ab l e s , p rovoque desp i dos , c ause dep re s i ones , a rme e scnda l os

    o desemboque en un problema pol t i co . Pero ya l a s imple enumerac in

    de consecuencias hace ver que e l gigant ismo cul tural no es un medio

    ideal para la caUdad. N o hay que p er de r la paz por cuest ones tan re la ti

    vas y discut ibles como la cal idad. Lo importante no son las obras mis

    m a s ,

    s ino sus efectos ope rat ivos: las ven tas , los pr em ios , los n o m br a

    mientos , la aprobacin de presupuestos , e l curr culo. Esta sust i tucin

    del juic io d e cal idad po r e l xi to operat ivo se observa tan to e n los me

    dios acadmicos {no s s i es bueno o malo, pero cumple con todos los

    requis i tos) como en los medios masivos (no s s i es bueno o malo, pero

    se vende) y pol t icos (no s si es bueno o malo, pero apoya la l nea).

    Lo m s notab le d e es te rela tivismo es qu e es un juic io d e valor qu e

    niega las diferencias de valor, con todas las incongruencias del caso. Las

    pers on as que raz ona n as, no slo rechazan los relojes qu e funcion an m al,

    s ino (pr ivad am ente) toda la pro du cci n cu l tural qu e les pa rec e mala ,

    au nq ue com o un rechaz o prct ico, subjetivo (ab an do na r la lectura de

    u n l ibro) : n o com o un juic io objetivo de cal idad qu e pu ed an sustentar

    en la i n s t it uc i n o em pre sa a la cua l pe r t en ec en . La i nc on gru en c i a

    puede l legar a l ext remo de coronar objet ivamente , en vis ta de sus xi

    tos, lo que ni siquiera acabaron de leer, porque les aburre. Esto l leva de

    he ch o a aceptar e l xi to operativo co m o u n juic io objet ivo d e cal idad:

    lo que se vende es bueno , lo que no se vende t an to es menos bueno; lo

    qu e gana prem ios es bu en o , lo qu e tiene m eno s pu nto s cur r i cu la res n o

    es tan bueno; lo que apoya la l nea es bueno, lo que es t en contra es

    psim o. Al m ismo tiempo, se chism ean todos los enjuagu es q ue hay d e

    por medio en el xito operativo. Lo cual no l leva a descalif icarlo, sino

    a buscar lo indus t r iosamente aprovechando eseknow-how.

    La pr isa por e l xi to operat ivo, eso que tanto disgustaba del mundo

    indus t r i a l , se ha vue l to una ep idemia de l mundo cu l tura l . Empez por

    unas cuantas personas de las cuales era e legante bur larse: las que ven

    d an demas iado para se r respe tab les , ganaban todos los concursos , se

    392

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    7/16

    metan a codazos en todos los repar tos , ent regaban curr culos de c ien

    pg i na s y e s t aban s i em pre en l a pos i c i n po l t i c am en t e co r r ec t a . E l

    fondo de las bur las era obvio: lo que importa es la obra , la cal idad, no

    los supu estos indic ado res de ob ra y cal idad. Salvador No vo lo dijo cruel

    mente de un personaje destacado: no t iene vida, t iene biograf a . Igual

    pudo haber dicho: no t iene obra , t iene curr culo. Pero e l xi to operat ivo

    es e l xi to operat ivo. Muchos de los que se bur laban empezaron a po

    ners e nerviosos an te los xi tos de las m edia nas inf ladas po r los m to do s

    indus t r iosos . Has ta que empez la es tampida . Hacer obras maes t ras?

    Escribir para la historia? Sacrificarse por los siglos venideros? La idea

    de la fama postuma, que tanto ha pesado en la cul tura occidental , y que

    so co n la jus t ic ia de un futuro Juicio F inal, se fue eva po ran do hasta

    reduc i r se a los qu in ce m inutos de ce lebr idad de And y Warhol .

    Ser a absurdo c reer que en l a cu l tura nunca pesaron los in te reses

    opera t ivos : econmicos , de poder , de pres t ig io inmedia to . Tan absurdo

    co m o c reer q ue es tos intereses "reales" eran los valores de verda d, as tuta

    o i nocen t emen t e enmasca rados . Los i n t e r e se s que pud i r amos l l amar

    "i r reales" s iem pre ha n s ido im po rtan tes . D ante y sus lectores s cre an

    en el cielo y el infier no . La ver da de ra n ov ed ad del siglo XX n o e st en la

    aparicin descarada de los intereses "reales", sino en que se hayan vuelto

    "irreales". El xito y el f i'acaso ya no son m er am en te opera tivos: son a lgo

    as como el cielo y el infierno. No vender, no estar en las antologas o lis

    tas del hitparade, no se r t an mencionado como o t ros , no t ener doc tora

    dos y prem ios, no ser m iem bro de esto y aquello, n o salir en los perid icos

    y la televisin, ser mal visto por una incorreccin pol t ica, es perder el

    cielo y q u ed ar en los crculos da ntesc os d o n d e se to rtu ra a los f i"acasa-

    dos;

    aunque muchas obras val iosas es tn en e l mismo caso y, por e l con

    t rar io ,

    mucha basura t enga x i to .

    Elknoxv howpa ra te ne r xi to se ha vuel to un a especie de sa ber d e sal

    vacin, que logra cada vez ms conversos. Por lo mismo, buscar el xito

    operat ivo dej de ser vergonzante en la cul tura , como antes en los nego

    cios.

    Hoy se escucha en los medios cu l tura les lo que an tes nada ms

    de ca n los ejecutivos on theirway up.Vender , p rom ociona r , ga nar d in ero ,

    recibi r premios , ganar votaciones , conseguir posic iones e levadas , fueron

    aspiraciones m al vis tas en e l mu n d o cul tural , qu e se ha n vuel to leg t imas

    y, po r lo m ism o, se m anif ies tan con n atura l idad y hasta inocen cia .

    Es ta s nuevas a sp i rac i ones, qu e pue de n pa r ece r de sa g rad ab l em en t e

    ambiciosas, son m odestas,

    fi: ente

    a l sueo de hac er a lgo que qu ed e (co m o

    an tes se de ca ) . La nic a jus t i f icacin de escr ibi r , au n f ra casa ndo , es

    393

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    8/16

    crear una obra maest ra , di jo contra s mismo Cyri l l Connol ly {La tumba

    sin sosiego . Un l ibro del cual se vendan mil ejemplares al ao, a lo largo

    de un siglo, es ms difcil de escribir que un bestsellerei cual se vendan

    c ien mi l e jemplares en un ao , anot Erns t jnger {Autor y escritura .

    Hay algo ms: se escriben de manera dist inta. El sueo de pasar a la his

    toria ten a m uc ho d e i r rea l y de ino cente (com o hoy e l sue o d e t en er

    x i to) ,

    pero favoreca la calidad.

    3. LA CULTURA ASALARIADA

    La cu l tura asalar iada pr os pe r en la seg und a m itad d el s iglo XX gra

    cias a l gigant ismo. En los s iglos anter iores , tener empleo de planta para

    hacer un t rabajo cul tural no era desconocido, pero s excepcional . Lo

    normal era la produccin independiente , subsidiada con recursos propios

    o canonj as (ecles is t icas , cor tesanas) o sostenida como una act ividad

    free lance

    o mi c roem presa r i a l . E l t raba jo s e hac a pe r son a l m en t e . No

    hacan falta administradores, funcionarios, sindicatos, financieros, ejecu

    tivos, ve nd ed ore s , de l t r aba jo cu l tura l . La pr od uc c i n e ra a r t esa na l :

    ind iv idua l o de grupos pequeos .

    Cuando aparece la gran prensa en el siglo xix, y todava en los inicios

    del cine y la televisin en el XX, la organizaci n tom a pr im ero la fo rm a de l

    con t r a t i smo : un empresa r i o subcon t r a t a a p roduc t o r e s i ndepend i en t e s

    (como en e l mundo de l a cons t rucc in) , que t raba jan con sus propios

    recursos y ayudantes . Pero es ta forma evoluciona hacia la burocracia : la

    gran corporacin que da empleo asalariado en sus propias instalaciones,

    do nd e p rop orcio na los m edios de produc cin y los ayudantes . Evolucin

    qu e cu lmin a en los consorcios trasnacionales de pren sa, l ibros, cine, rad io,

    discos , videos , te levis in, te lfono s, sa t l ites , in ter ne t . Qu iz m a a n a

    educac in .

    En los pases sovit icos y en m uc ho s ot ros subd esarrol lad os tam bi n

    se l leg al gigant ismo cul tural , aunque por razn de Estado: e l control

    ideolgico , la af i rmacin naciona l . Por ot ra par te , con el ascenso d e los

    universi tarios al poder, tanto en estos pases como en los otros, las uni

    vers idades tuvieron una evolucin convergente: se mul t ipl ica la pobla

    cin univers i tar ia , apa rece n los profesores e invest igadores de t iem po

    completo, crece e l papel de la adminis t racin, surgen los s indicatos , la

    ins t i tucin se vuelve gr an de y burocrt ica .

    El gigantismo culmral debera producir mejores trabajos que la cultura

    ar tesana l , porque t i ene ms recursos que un produc tor independien te ,

    394

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    9/16

    po rqu e pu ed e rec lu ta r a gente d e m uc ho ta len to y po rqu e su re lac in

    con el Estado o el mercado le da ventajas oligoplicas. Cmo explicar,

    entonc es , qu e, a pesar de sus recursos y controles , produz ca tanta basura ,

    ju n to a cosas excelentes? Cm o expl icar que la cul tu ra ar tesanal (qu e

    tambin produce basura) pueda igua la r o superar en muchos casos lo

    mejor del gigantismo cultural? En la cultura no hay ventajas de escala

    para la calidad. El control burocrtico de las actividades culturales no

    garantiza la excelencia. Por el contrario, u n a leyenda t pica del gig antism o

    es la del hr oe q ue logra prod ucir algo excelente, a pesar de la buroc racia.

    Pero hay que comprender la racional idad burocrt ica . La produccin

    in te rconec tada de muchas personas requie re un mnimo de es tandar i

    zacin, de objet ividad, de equidad, de controles . Con fundamento en

    q u se va a apo yar esto y no aquello? C m o justif icar los pre su pu est os,

    las decisiones? Desgraciadamente, la calidad cultural (a diferencia de la

    indust r ia l ) no se pres ta al con trol operat ivo. N o hay cal idm etros: es tn

    dares objet ivos integrables a l proceso de operacin. Cmo dis t inguir

    (bu rocr t ica m ente ) a un gran mu ral is ta de cua lquie r ot ro contrat is ta?

    Se puede obje t ivar e l nmero de met ros cuadrados de un mura l , medi r

    el porcentaje de avance, controlar e l presupuesto, regis t rar la as is tencia

    y puntualidad del pintor y sus ayudantes, verif icar los l i t ros de pintura,

    pero cmo p lasmar en un es tndar impersona l ap l i cab le burocr t i ca

    mente la cal idad pic tr ica? Se mide lo medible , aunque sea secundar io.

    Se controla lo controlable , aunque la conexin entre los controles y la

    ca l idad sea ind i rec ta , r emota , inex i s ten te o cont raproducente . En una

    burocrac ia , lo qu e no se pu ed e m edi r y cont ro la r no es adm inis t rab le .

    Lo cual sep ara el xito op erativo y la calidad , a costa de la calida d.

    Pu ed en co incid ir , pe ro no es necesar io . C ua nd o hay qu e recor ta r un

    pre sup ues to, y po r lo tanto los ensayos de un con cier to , lograr qu e p ue

    da celebrarse en la fecha progra m ada y de ntro del presupu esto reco r tado

    es un x i t o ope ra t i vo de l a ad m i n i s t r a c i n . Q u e l a o rq ue s t a t oq ue

    m en os bien n o afecta ese xito: n o es algo cuantif icable. De igual m an er a,

    cuando el s indicato de msicos anuncia a l di rector (poco antes de que

    em pie ce el co ncie rto, y co n la sala l lena) qu e n o va a tocar si la adm inis

    t racin no se r inde en a lgo que no quiere conceder , la imposicin es un

    xi to . Lo m s nota ble de tod o es qu e ni la adm inis t racin ni el s indicato

    tienen inters en qu e se toq ue mal . Sim plem ente , tienen m etas a jenas

    a qu e se toqu e b ien o m al .

    Supongamos que e l d i rec tor s busca l a ca l idad , que t i ene un o do

    excepcional , que no deja pasar ni un detaUe menos que perfecto y que

    395

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    10/16

    no se cansa de luchar por la msica, frente a la administracin, el s indi

    cato, el pa tro na to y las l imitaciones de l gusto del p blic o y d e la cr ca.

    Es to req uiere u na pas in, po r lo gene ra l mal co m pre nd ida : parec e des

    mesura , voluntad de poder , egola t r a . En las burocrac ias presuntamente

    democrt icas, la pasin por algo que los dems no ven, ni puede objet i

    varse en cont ro les impersonales , parece un avasa l lamiento personal : un

    exceso de subjetividad.

    Y, s in em ba rgo , existe la cal idad objet iva, au n q u e no existan caUd-

    m etros . Es pos ib le qu e un d i rec tor de orqu es ta (o de lo q ue sea) ha ga

    juic ios capr ichosos , o aproveche e l poder que t iene para imponer sus

    intereses, su nepotismo, sus malos gustos o su espr i tu gris . Pero tam

    bin es posible que est viendo lo que los otros todava no ven, hasta

    que logra presentar lo de manera convincente . Es pos ib le que un con

    j u n t o d e c o n o c e d o r e s i n d e p e n d i e n t e s c o n c u e r d e n l i b r e m e n t e e n u n

    juic io de ca l idad. Ms an : es pos ib le qu e un co no ced or reco noz ca qu e

    a lgo es bueno , aunque no cor responda a sus gus tos pe r sona les , n i a l a

    tradicin en la cual su gusto se form. El hecho de que no existan apara

    tos para medir la cal idad en la cul tura no desmiente que la cal idad es

    objetiva y apre ciab le. Tam po co existen apara tos p ar a catar vinos, y s in

    embargo un catador puede hacer una apreciacin detal lada, que coincida

    con la de m uch os otros catadores. Esta coinciden cia implica un refere nte

    objetivo.

    El problema es de in terconexin opera t iva . La obje t iv idad que opera

    fc i lmente en un a burocra c ia es de reglas , de preferen cia meca nizables .

    Cmo in tegrar un ca l idmetro personal en un proceso impersonal? En

    la cul tura ar tesanal , e l prob lem a no existe. Cada pro du cto r ind ep en die nte

    es su pro pio ca l idm etro , y cada u n o d e sus c l ientes y colegas tam bin .

    Ni los clientes estn obligados a comprarle, ni los colegas a seguir sus

    iniciativas. El l iderazgo consiste en hacer ver a oti 'os lo que no haban

    visto, y el ase ntim iento (si se da) es volu ntario , au n q ue no sea explci to,

    y a veces ni s iquiera cons ciente.

    En la cultura asalariada, las cosas se complican. El liderazgo tiene que

    ser recono cido y conver t ido en je rarqu izac in . Los crdi tos en las car te

    leras {acadm icas, estatales, d e los m edi os masivos) tienen q u e ser je ra r

    quizados , pac tados y formal izados . No p ue de ha be r du das (en las fo tos

    oficiales, placas, marquesinas, desfiles, besamanos, l istas, orden de apari

    cin, ta m a o de la letra , espacio de las oficinas y, de sde lueg o, sue ldos,

    po de r y prerrogat ivas) de q ui n es el n m er o u n o , s iete , 23 o 104. El

    valor de las personas y de las obras se reconoce en una escala unidimen-

    396

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    11/16

    s iona l , donde se mide quin es ms . Los co legas subord inados t i enen

    que disciplinarse, o renunciar, o sabotear, si no confan en la visin del

    l der . Los co legas no subord inados t ambin pueden in te r fe r i r , y t am

    bin p ue de n se r com pet idores en l a b squ eda d e poder , p res t ig io y pre

    supues to . Los pos ib les saboteos de enf ren te , de aba jo , de a r r iba , de

    afuera (donde t ambin hay co legas compet idores , p roveedores , c l i en

    tes, reglamentaciones , prensa, re laciones pbl icas) se mul t ipl ican por la

    interconexin. Ni la cal idad ni e l xi to operat ivo dependen de una sola

    pe rson a . Las respon sabi l idades se en t rec ruz an y d i luyen . Lo cua l n o

    favorece la calidad.

    Cuando un cient f ico que t rabaja en su casa , en un exper imento deci

    sivo,

    n o a lcanza l a t em pera tura necesar ia en e l ho rn o y em pieza a ec har

    al fuego los m ueb les , pu ed e ser un h ro e qu e busca la verda d, o un eg

    latra que sacrif ica a su familia, o ambas cosas, pero el experimento no

    depende ms que de l . En un contex to burocr t i co , su desmesura se r a

    imposible o del ic tuosa. La adminis t racin no puede permit i r que e l pro

    yec to consuma recursos no as ignados . El s ind ica to no puede permi t i r

    que e l exper imento se pro longue ms a l l de l horar io convenido , o de

    la fecha en que estal la la huelga.

    La di ferencia de contexto afecta la cal idad. En una burocracia , e l m

    sico o e l c ient f ico que t rabajan denodadamente por a lgo que los dems

    n o ven, t ienen cargas mayo res (a cam bio de mayores recursos) ; lograr a l

    mism o t i em po la ca lidad que buscan y e l cum pl im iento opera t ivo q ue l a

    burocracia les impone. Lo cual no favorece la calidad, porque es pesado,

    y porque induce a la salida fcil de limitarse al cumplimiento operativo, ol

    vidando lo esencial .

    En la cu l tura asa la r iada , hay que es ta r negoc iando cons tan temente

    pa ra sacar ade lante lo que vale la pe na (mien tras se persis te en e l em pe

    o ) . El qu e se pr eo cu pa p or e l proyecto A no se pr eo cu pa tanto p or e l

    B;y, si est en p osicin d e votar po r algo qu e afecta a B, p u ed e co nc ed er

    fcilmente algo que no es lo mejor para B, si el voto se lo pide un colega

    qu e ha votado por lo mejor p ara A. Luc har p or la calidad de un concier to

    o de un exper imento es pesads imo; aadir e l costo de las negociaciones

    y los cum pl imientos b urocr ti cos , ex ten uan te ; mete rse en bron cas ad i

    c ionales por lo que no me afecta di rectamente ser a excesivo. Hoy por

    ti ,

    maana por m , aunque l a ins t i tuc in se hunda a l a rgo p lazo . Las

    mutuas dependencias , los chantajes , las pres iones amistosas , los paren

    tescos, las alianzas, facilitan las negociaciones y la paz institucional, en

    vez de la guerra, pero no la calidad.

    397

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    12/16

    La cultura asalariada corroe el espri tu de sacrif icio porque la calidad

    pu ed e que da r fue r a de l con t ro l de aque l l o s a qu i e nes r ea l m en t e l es

    i mpor t a . Los bobos que no en t i enden nada de nada , l o s i r r e sponsa

    bles qu e ven los da os posibles y no se m ueven pa ra im pedir los , los ma

    leantes dedicados a sus fechor as , no apor tan nada a la cal idad, pero la

    es torb an de m il m ane ras , que se vuelven o nerosas pa ra qu ienes s la bus

    can. Onerosas operacionalm ente y tambin mo ralm ente , por e l e jemplo

    corrosivo de ver el xito de los que se dedican al xito, olvidando todo

    lo dems. Sacrif icarse por la calidad de un proyecto colectivo, con gente

    q u e n o ve la difere ncia, ni est disp ues ta a sacrificarse, y q u e, en vez d e

    ayudar, estorba o sabotea, no slo puede terminar en el f i~acaso de lo

    que realmente importa, sino en el xito de quienes toman la cultura como

    u n modus vivendi asalar iado igual que cualquier ot ro. Peor an: puede

    terminar en sentirse ridculo frente al desprecio de los cnicos que creen

    saber m ejor en qu consiste el Jue go y cm o gana r lo.

    En las act ividades que requieren mucho personal es table o grandes

    insta laciones , la s i tuacin no t iene ms remedio que dar la pelea por la

    cal idad. Pe ro, cua nd o es posible , m uc ho s pref ieren sacr if icarse p or u n

    proyecto propio de escala artesanal . Nadie me va a pagar un da dedicado

    a qui tar u na co m a y ot ro a res ti tui r la ; m uc ho s ni s iquiera p u ed en ver la

    diferencia; pero yo s la veo, y el resultado no depende ms que de m.

    4. CALIDAD

    Y

    RECONO CIMIENTO

    Los medios culturales se han vuelto menos entusiastas de la calidad

    concreta de las obras que de sus xi tos abst ractos: los reconocimientos

    que otorgan las univers idades , e l mercado, e l Estado, los medios . Hasta

    las personas educadas , a l demostrar su admiracin por una obra , mu

    ch as veces n o dice n: M ira q u maravilla Te fijaste en ese deta lle?; sino :

    Sabes en c u nto se vendi? Ya viste en d n d e lo publica ron ? No c aba

    tanta ge nte en la sala Lo me nc ion aro n para el pre m io M agno . Les te

    el curr cu lo? Es D irector d e Invest igaciones I lus t res y m ie m br o d e la

    Academi a Impe rmeab l e .

    Pascal invent el clculo de probabilidades en su casa, como investiga

    dor independiente . Pero hoy las matemt icas se hacen en cotos univer

    si tarios cerrados para quienes no sean parte del sistema de acreditacio

    nes.

    Aunque las matemt icas , por su propia naturaleza, son ar tesanales

    (u n trabajo p erso nal y m en tal , igual en casa qu e en la un ive rsid ad) , se

    398

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    13/16

    ha canc e lad o la pos ib i l idad de hac er apor tac io ne s desde a fuera . N o

    po rq ue n o se pu ed an produc i r , s ino po rqu e no hay quien l as rec iba . Los

    fi lsofos, los historiadores, estn en un caso parecido, con la diferencia

    de q ue su t rabajo p ue de interesar a l pb l ico n o grem ial . En es te caso, se

    exponen a ser descalif icados como aficionados, periodistas, divulgadores,

    aunque hayan hecho ms apor taciones que muchas medianas del c laus

    t ro acadm ico. Esta peq uen ez de los me dios acadmicos desan ima, y es t

    hecha para eso: para que nadie se meta en sus dominios ol igopl icos .

    Tambi n l o s med i os mas i vos , como l a s un i ve r s i dades , consag ran

    a personas valiosas y a mediocres lamentables, producen cosas excelentes

    y toneladas de basura . Pero no es la misma clase de basura , ni e l mismo

    t ipo de mediocres . Lo mejor de las univers idades suele ser minor i tar io;

    y lo peor , toda\a ms mino r i tar io: n o le interesa abs olu tam en te a na die ,

    se produce para e l expedien te de los cumpl imientos burocr t i cos , para

    aad i r renglon es al cur r cu lo persona l y e l in forme dep ar tam enta l . Lo

    m ejor de los m edio s suele ser m ayoritario; y lo peo r, an m s: se dirige

    a los gus tos rud im entar ios , pa ra vender , aun qu e sea deg rada nte .

    Las consagraciones of ic ia les , como el rating comerc ia l y e l c re den -

    cia l ismo acadmico, pueden favorecer la cal idad o la mediocr idad. Los

    Estados doctr inar ios pre m ian las posic iones correctas y pers ig uen la dis i

    dencia , independientemente de la cal idad. Los ot ros , con ojo pol t ico,

    m ide n el peso re la tivo de cada c l ientela y le co nc ed en (o no) refre nd ar

    of ic ia lmente las consag raciones qu e pr op o ne n (sin olvidar las preferen

    cias de los funcionar ios en turno, que tambin t ienen su corazonci to) .

    Al cielo oficial ( l ibros de texto, museos, monumentos, nombres de calles,

    sel los postales, nombramientos, premios, becas) se l lega de maneras muy

    diversas: poli t iqueos, concursos, consensos, caprichos, azares, y hasta la

    simple calidad.

    Tanto las consagraciones of ic ia les como las comerciales y acadmicas

    con verge n en los m edios de com unica cin : busc an la reson anc ia y t ie

    nen los recursos necesar ios para hacer ruido. Adquieren as una especie

    de equiva lencia en e l r en om bre . Ind ep en die n te m en te d e su or igen sec

    tor ia l , y de los dis tintos procesos d e rec on oc im ien to, se convier ten en lo

    mismo: noticia, notoriedad, repercusin social . En el mejor de los casos,

    esto favorece la produccin valiosa del gigantismo, pero deja en si lencio

    la produccin val iosa que no hace ruido, ya sea porque se concentra en

    que la produccin sea val iosa , descuidando la repercusin, o porque no

    t iene recursos para hacer ru ido , o porque no l e gus ta hacer lo . En e l

    peor de los casos, la repercusin favorece la basura: la vacuidad que ya

    ha tenido xi to , o que lo adquiere por la repercusin.

    399

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    14/16

    Hay m uch as quejas po r la injusticia de to do esto, especialm ente cu an do

    se comparan las obras valiosas que pasan en si lencio con las mediocres

    qu e ha cen rui do . Pero lo ms pernicioso de to do n o es la injustic ia , s ino

    la dis t raccin. C ua nd o la a tenc in pasa de la ob ra a su rep ercu sin , deja

    de escucharse l a obra misma: p ie rde sen t ido haber la produc ido . Dis

    traerse de la calidad hacia el xito es una especie de nihil ismo cultural

    que da e l mismo valor (o sea ninguno) a lo que t iene e l mismo xi to .

    U n cuad ro im portan te y ot ro s in importancia valen m uc ho , si se vendiero n

    en un mi l ln de dla res . U n l ib ro im por tan te y o t ro s in im por tanc ia

    valen po co , si se ve nd iero n po co .

    Lo importante de un cuadro (s i es importante) es lo que dice y cmo

    lo dice , no en cunto se vendi. Pero es di f c i l que los medios pongan

    de mani fiesto eso im por ta n te , con una bu en a reprodu cc in y un a d i scu

    sin interesante de la tcnica del pintor. Lo fcil es dar la nocia de la

    subasta , com par ar los precios a lcanzado s, co m en tar la puja y los antece

    dentes del comprador, fotografiar a las personas notables, difundir los

    chismes. As , los indicadores de xito susti tuyen el aprecio concreto de

    la calidad.

    Por eso hay gen te que p ^ a ms po r un a pre nd a de vest ir mal diseada

    o acabada, si t iene una e t iqueta de pres tigio, y gente q ue , pud ien do com

    pra r cuadros bu eno s de p in tores m eno s conoc idos , se s i en te ms segura

    comprando cuadros s in importancia de pintores con renombre. Las prue

    bas de mercadotecnia han demos t rado que un bu en per fum e demas iado

    bar ato p arece q ue h ue le m en os bien, y si a lguien se tom ara la mo lest ia

    de hacer pruebas semejantes en la cultura l legara a resultados parecidos.

    Por e jemplo : un cuadro admirad s imo, de l cua l se acaba de probar que

    es falso, se deja en el m use o, pe ro co n el rtu lo co rre sp on di en te (falso

    R em br an dt ) , y se hac e un a encuesta . El resul tado pred ecible es qu e e l

    mism o cuad ro , en el mism o lugar , parecer m eno s bu en o .

    De igual manera, una demostracin cientf ica publicada en una revista

    aca d m ica de un pas de seg un da clase (ya no se diga fuera d e los me

    dios acadmicos) no demuestra nada: nadie perder e l t iempo leyndola .

    Y un f raude c ient fico pu bl icad o en u na revista de p r im era c lase ser

    recibido como la verdad, por los indicadores externos, no por la verif ica

    cin personal de su contenido. Esta ver i f icacin personal , que se da

    tambin al leer , escuchar msica , ver un cuadro, andar en un espacio

    arqui tectnico o sumergirse en una pel cula , es lo importante de la cul

    tura , pero es precisamente aquel lo de lo cual nos dis t raen los indica

    dores ex te rnos .

    4

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    15/16

    El verd ade ro recono c im iento d e un a obra es recor re r la , cono cer la ,

    ver que funciona maravi l losamente , exper imentar la . Lo importante de un

    po em a im po rtante es lo qu e dice y c m o lo dice, n o el currcu lo del a utor.

    Pero cada vez ms se leen currculos, no textos. En las solapas de los l i

    bros, en las reseas, en las entrevistas, en las presentaciones ante el p

    blico,

    los t ex tos no aparecen como exper imentos de l ec tura , como ex

    periencias dignas de ser vividas por el lector, sino como hitos en la carrera

    de xi tos del autor . Los homenajes no consis ten en crear la s i tuacin

    necesar ia para que se escuche la obra , s ino en const rui r mausoleos para

    enterrarla viva, bajo una letana que enumera sus xitos: para que se escu

    ch e e l obi tu ar io , no la obra . El c ie lo y e l inf ierno, q ue da ba n pre m ios

    y castigos en el ms al l, han descendido aqu y ahora a la cultura. Sus

    nge les pasan repa r t i end o ob i tuarios . Para que n o veamos cuadros , s ino

    f irmas y precios . Para qu e n o leam os poem as, s ino cu rr culos .

    En la cul tura del obi tuar io , lo importante de una beca no es la ayuda

    prct ica para hacer a lgo val ioso: es e l hecho mismo de haber la recibido,

    la medal la en e l pecho hasta e l f in de los empos. Con resul tados poco

    prc t i cos . Los que rec iben becas pueden produc i r basura impunemente ,

    porque las ins t i tuciones no se equivocan: la beca misma es la demostra

    cin d el valor de la ob ra; y, en con secu enc ia, los qu e n o las pi de n, o n o

    las reciben, aunque produzcan algo muy val ioso, no valen: quedan f lo

    tando en e l l imbo o hundidos en e l inf ierno. De igual manera , lo impor

    tan te de en t ra r a u na acade m ia no es l a op or tun ida d de hace r cosas

    val iosas en su seno, s ino e l mero hecho de recibi r e l nombramiento: un

    paso ms en la carrera de honores a la glor iosa cremacin.

    En e l mundo de los negoc ios se publ ican manuales para t repadores ,

    que inc luyen desde cmo ves t i r se , cmo presenta r un cur r cu lo que

    vis ta , cmo planear una carrera de ascensos , cmo hacer pol t ica pru

    dente y capital izar los xitos, cmo ganar amigos e influir sobre las per

    sonas , c m o lograr las re laciones que p ro du ce n y dejar las q ue no pro

    du ce n , cm o tene r ac t i tudes pos it ivas y neg oc ia r con pro ve ch o p ara

    ambas par tes . En el mundo de la cul tura , muchas de es tas cosas ya se

    prac t i can , au nq ue todava no aparece n los m anua les : Em pieza po r sacar

    una l i cenc ia tura ; cu la te a como d lugar en t a les grupos , r euniones ,

    publicaciones; corteja a Fulano y a Zutano, que t ienen las l laves de esto

    y aque l lo; pub l ica en do nd e hay qu e publ icar y m en cio na a los qu e hay

    que mencionar ; busca e l doc torado , p ide becas , smate a l as buenas

    causas , observa a ten tamente hac ia donde sopla e l v ien to , no t e quemes

    Jam s , gan a pu nto s y pos ic iones : de u n a cu m bre ga na da es m s fc il

    sal tar a otras; acu m ula , ac um ula: esa es la ley y los pro fetas.

    401

  • 7/25/2019 Cultura y Calidad - Gabriel Zaid

    16/16

    Poco an t e s de su m ue r t e (y de spus de hab e r he ch o un a fo r t un a ) ,

    Andy Warhol declar que "No hay ar te ms fascinante que ser bueno

    pa ra los negocios". Dijo lo mism o con su obra, intel igente y vacua: N o hay

    nada que dec i r , excepto que no hay nada que dec i r . Pero es ta nada

    hay qu e decir la con el form ato y e l em pa qu e de es tar dic ie nd o algo, n o

    con el si lencio; con todo profesionalismo, con aplomo sostenido, ganando

    pu nto s y acum ulnd olos . Un a resea escanda lizada o de snobish apeal

    l leva a las otras, genera entrevistas y nuevas exposiciones, monografas,

    ventas , maravi l losas ventas . Qu mil lonar io esnob no exhibir orgul lo-

    sm ente l a repro duc c in exac ta de un a la ta de sopa Ca m pbel l ' s firmada

    por Warhol? El t ema ins l i to , su repercus in en los medios , l a con

    sagracin d e m onograf as y m useos, el precio e levado, dicen m s que e l

    cu ad ro y lo convier ten en u naconversation piecep ar a las visitas. El x ito es

    todo lo que hay que decir .

    Cuando Borges imagin a un Pierre Menard que volviera a escr ibi r

    l i tera lmente e l Qui jote demostr que no era bueno para los negocios . De

    haber dominado, como Warhol , e l ar te ms fascinante de todos, hubiera

    conver t ido esa ocur re nc ia en u na indus t r ia posm ode rna : co brar rega l as

    por e l Qui jote , reescr i to l i tera lmente por Borges , con un prlogo mara

    villoso.

    Buscar e l xi to por e l xi to es una vacuidad de larga t radicin, en

    la prct ica . Lo novedoso es que se ha vuel to una aspiracin leg t ima

    en la cultura, que distrae de la cultura misma, con efectos corrosivos

    par a la calidad, hasta en aquellos qu e la busc an. Para qu esforzarse po r

    la calidad, si nadie ve la diferencia? Cmo oponerse a las cosas mal he

    chas, vacuas o mediocres, cua nd o t ienen todas las credenciales del m un do ?

    La ap lanadora o l igocr t i ca de l reconoc imiento (acadmico , es ta ta l ,

    comercial ) resuena en los medios y rebasa la s i tuacin descr i ta por Toc-

    quevi l le (una ar is tocracia que exige cal idad, f rente a una democracia

    que aspira a la cal idad, pero se conforma con las apar iencias) . Es una

    nueva s i tuacin en la que ya no importa e l gusto concreto de la cal idad,

    s ino e l reconocimiento abst racto del xi to .

    4 2