Cultura y Drogas Revista 17

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CULTURA Y DROGA

cult.drog.

Manizales - Colombia

Ao 15

No. 17

168 p.

enero - diciembre

2010

ISSN 0122-8455

UNIVERSIDAD DE CALDAS ISSN 0122-8455 Fundada en 1997 Periodicidad Anual Tiraje 300 ejemplares Ao 15 No. 17, 168 p. Enero - Diciembre, 2010 Manizales - Colombia

REVISTA CULTURA Y DROGA

Rector Universidad de Caldas Ricardo Gmez Giraldo Vicerrector Acadmico Germn Gmez Londoo Vicerrector de Investigaciones y Postgrados Carlos Emilio Garca Duque Vicerrector Administrativo Fabio Hernando Arias Orozco Vicerrectora de Proyeccin Universitaria Fanny Osorio Giraldo Decano de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales Edgar David Serrano Moya Director del Departamento de Antropologa y Sociologa Csar Moreno Baptista Director Revista Jorge Ronderos Valderrama Socilogo, M.Sc. Universidad de Caldas COMIT EDITORIAL Tulio Marulanda Meja Mdico, M.Sc. Universidad de Caldas Mara Mercedes Molina H. Historiadora, Ph.D. Universidad Nacional de Colombia, Sede Medelln Josep M. Fericgla Gonzlez Antroplogo, Ph.D. Societat dEtnopsicologia Aplicada i Studis Cognitius Ana Patricia Noguera de Echeverri Filosofa, Ph.D. Universidad Nacional de Colombia sede Manizales COMIT CIENTFICO Constantino Manuel Torres Arquelogo, Ph.D. Universidad Internacional de la Florida, USA. Jonathan Ott Qumico y Etnobotnico Natural Products Company, Veracruz - Mxico Jim A. Bauml Biologist, Ph.D. Angeles Arboretum and Botanic Garden, USA. Ana Mara Llamazares Antroploga, M.Sc. Fundacin desde Amrica, Buenos Aires - Argentina Manuel Villaescuza de los Heros Psiclogo, M.Sc.

Societat dEtnopsicologia Aplicada i Studis Cognitius Joaqun Muoz de Mendoza Antroplogo, Ph.D. Fundacin Eduard Seler, San Luis Potos - Mxico Jorge Echeverri Gonzlez Filsofo, M.Sc. Universidad de Caldas - Universidad Nacional de Colombia sede Manizales Jorge Eduardo Duque Parra Neurociencia y Comportamiento, Ph.D. Universidad de Caldas Luis Miguel lvarez Ingeniero Agrnomo, M.Sc. Universidad de Caldas Beatriz Acevedo Holgun Gerencia y sistemas, Ph.D. University of Hull, UK Giorgio Samorini Etnomiclogo Director Revista Eleusis, Italia Danilo Antn Gegrafo, Ph.D. Consultor CREFAL, Mxico. Montevideo, Uruguay Guillherme Oliveira Ph.D. Genomics and Computational Bilogy Group Fiocruz, Brasil COMIT TCNICO Juan David Giraldo Mrquez Coordinador Comit Tcnico Gerardo Quintero Castro Correccin de estilo Silvia L. Spaggiari Correctora de abstracts Carolina Gil Palacios Diagramacin Carlos Eduardo Tavera Pinzn Soporte tcnico Diseo Ilustracin Portada Consultorio de Diseo Visual, Universidad de Caldas Montaje Diseo de Portada Carolina Gil Palacios Editado por: Universidad de Caldas Vicerrectora de Investigaciones y Postgrados Acceso en lnea: http://culturaydroga.ucaldas.edu.co VENTAS, SUSCRIPCIONES y CANJES Vicerrectora de Investigaciones y Postgrados Universidad de Caldas - Sede Central Calle 65 No 26 - 10 Apartado Areo: 275 Telfonos: (+6) 8781500 ext. 11222-11622 E-mail: [email protected] [email protected] Manizales Colombia

La responsabilidad de lo expresado en cada artculo es exclusiva del autor y no expresa ni compromete la posicin de la revista. El contenido de esta publicacin puede reproducirse citando la fuente.

Publicacin anual del Grupo de Investigacin Cultura y Droga de la Universidad de Caldas. Est adscrita al Departamento de Antropologa y Sociologa de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad de Caldas. Presenta artculos cientficos e informacin de actualidad sobre investigacin y desarrollo de conocimientos y experiencias referentes a las fuentes y aplicaciones culturales de drogas en sociedades humanas pasadas y presentes. Acoge artculos de diversas disciplinas: sociales y humanas, naturales, mdicas, artsticas, filosficas, botnicas. Igualmente, conocimientos indgenas tradicionales. Se divulga por medio de canje y actividades acadmicas o de divulgacin de la Universidad.

CONTENIDOEDITOrIalEDITORIAL

Jose M. Borrero Navia INVESTIGACINRESEARCh

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La marihuana tambin evoca experiencias psquicas colectivas. subyacen a la embriaguez con marihuana John H. Arcia G.

Imgenes simblicas que

Marijuana also evokes collective psychic experiences. Symbolic images which underlie drunkeness with marijuana

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Estudio etnomedicinal de las mesas de San Pedro II. Mesas de Don Marco Carbajal F. Ao 2009.Ethnomedical study of San Pedro mesas II. Mesas of Marcos Carbajal F. 2009.

Vctor Reyna Pinedo Marcos Carbajal Felipe Jorge Carbajal Rodrguez

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Valoracin in vitro de Bocconia frutescens l. Contra Trichophyton rubrum. Comprobando la medicina tradicionalBocconia frutescens l. In vitro evaluation versus Trichophyton rubrum. Confirming traditional medicine

Enrique Suarez LassoBioessay: a look inside

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El bioensayo: una mirada hacia adentro Duvn Rivera Arcila 59

Genealoga de las drogas y su relacin con las expresiones artsticasGenealogy of drugs and its relatioship with artistic expressions

Hugo Fernando Tangarife Puerta

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Relacin entre traficantes de cocana y las farc: aos 80Relationship between cocaine traffickers and farc: 1980s

Nncer Losada Salgado

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Manizales - Colombia

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No. 17

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ISSN 0122-8455

El fenmeno de las drogas y los medios masivosThe drug phenomenon and the mass media

Federico Crdenas Jimnez

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Postulados terico-prcticos de la entrevista en profundidad en las adiccionesExperimental theoretical assumptions of the interview in depth in the addictions

Maritza Salazar Medina Yeisy C. Guarate Coronado RESEASREVIEWS

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La traicin y el contrabando: historia del narcotrfico en MxicoBetrayal and smuggling: the history of drug trafficking in Mxico

Juan Antonio Fernndez Velzquez

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ACTIVIDADES ACADEMICAS 20102010 ACADEMIC ACTIVITIES

Tiempo presente: cultura y droga 2010: Ciencia y artes 8 y 9 de septiembrePresent Time: Culture and Drugs 2010: Science and Arts, September 8 and 9

137 139 144 149 152 154

Foro Democracia prohibicionismos y drogas 21 de octubreDemocracy, prohibition and drugs Forum, October 21

Proyecto HOSACHOSAC Project

Semillero Visionari@S Cultura y Droga 20102010 Culture and Drugs Visionaries Hotbed

Plantas y Arte: Semillero De Investigacin ExperimentalPlants and Art: Experimental Research Hotbed

NOrMaS EDITOrIalESAuThOR GuIDELINES

EDITORIALINTELIGENCIA O BARBARIE: A PROPSITO DEL ACTO LEGISLATIVO No. 2 QUE REFORMA LA CONSTITUCIN PARA PROHIBIR EL CONSUMO DE DROGASJOSE M. BORRERO NAVIA

En resumen, la historia ensea que ninguna droga desapareci o dej de ser consumida durante el transcurso de su prohibicin. Ensea tambin que, mientras subsista una prohibicin, habr una tendencia mucho mayor a consumos irracionales.Antonio Escohotado Historia de las Drogas

Uno de los legados del rgimen uribista fue la reforma del artculo 49 de la Constitucin Nacional para prohibir el consumo de substancias estupefacientes y sicotrpicas en el territorio nacional.1 Calificado en su momento por el ministro del1

Acto Legislativo No. 2, publicado en el Diario Oficial el 21 de diciembre del 2009, mediante el cual se reforma el artculo 49 de la Constitucin Nacional para establecer en Colombia la prohibicin del porte y consumo de drogas. El texto introducido por la reforma es el siguiente: El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o sicotrpicas est prohibido, salvo prescripcin mdica. Con fines preventivos y rehabilitadores la ley establecer medidas y tratamientos administrativos de orden pedaggico, profilctico o teraputico para las personas que consuman dichas sustancias. El sometimiento a esas medidas y tratamientos requiere el consentimiento informado del adicto.

interior como histrico, el dictum prohibicionista obtuvo jerarqua constitucional merced a la habilidad del rgimen para avasallar, con la complicidad de sus pandillas parlamentarias, la jurisprudencia que desde 1994 haba despenalizado2 el consumo de la dosis personal. Se trata en efecto de una afrenta sin precedentes contra la Constitucin, de facto y de iure contra la libertad personal y otros valores de nuestro sistema jurdico, solo comparable a aquella que en 1985 arras con los principios del derecho y con las instituciones enteras, incluyendo su sede y sus magistrados adentro. Con la prohibicin del consumo personal el rgimen predicaba que llevara la guerra contra las drogas hasta su ltimo eslabn. Esta vez el canto de guerra lleg entonado en falsete por el paladn redentorista que funga como vicepresidente. Una guerra que estaba perdida antes de la primera escaramuza, pero en la cual se persiste contra toda cordura; que redita exclusivamente a los seores de las guerras, incluidas las justas a que alude el premio Nobel de Paz; que a Colombia solo le deja los muertos: miles de ciudadanos, jueces, periodistas, magistrados, lderes polticos, candidatos presidenciales, ministros, procuradores; que arruina nuestro excepcional patrimonio ambiental y que ha coronado al crimen de xito en la poltica, los negocios, las relaciones sociales y la mentalidad colectiva. De la guerra de baja intensidad que ha postrado a Colombia en una crisis humanitaria, una de las ms dramticas del mundo contemporneo, pasamos a una guerra abierta y declarada con el mayor despliegue de metralla y fusilera contra los fumadores de marihuana que suelen frecuentar parques, esquinas y tambin universidades. Sin olvidar a los bazuqueros ni tampoco a los nios pobres que inhalan gasolina y pegante bxer en los semforos, digo marihuana porque la cocana y otros sucedneos suelen consumirse en espacios menos permeables a las redadas y, en general, por ciudadanos libres de toda sospecha. De donde se infiere que el fundamento doctrinario de esta guerra contra el consumo ser la intervencin selectiva de la polica y, por ende, de la mquina penal.

As mismo el Estado dedicar especial atencin al enfermo dependiente o adicto y a su familia para fortalecerla en valores y principios que contribuyan a prevenir comportamientos que afecten el cuidado integral de la salud de las personas y, por consiguiente, de la comunidad, y desarrollar en forma permanente campaas de prevencin contra el consumo de drogas o sustancias estupefacientes y en favor de la recuperacin de los adictos. 2 Sentencia C 221 de mayo 5, 1994. Magistrado Ponente: Carlos Gaviria.

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Dejando de lado el examen del impacto que la guerra contra el consumo tendr en el mercado de las drogas, traducible a una elevacin de sus precios con subsecuente incidencia en el ndice nacional de la inflacin y en los guarismos de la corrupcin, en este punto podemos demostrar por ensima vez3 la falacia de los argumentos prohibicionistas sobre la maldad de las drogas y su estrecho vnculo con el delito: La droga es mala porque es mala, es decir, porque as es definida en la ley (ahora tambin por la Constitucin). Su maldad no es ontolgica ni moral, sino declarada e impuesta por una decisin de Estado. Como representacin contempornea del mal, este no le es ni ajeno ni exterior, ni causado ni concedido, ni infectado ni participado; le es suyo per se, le es inmanente. En consecuencia, no se requiere demostrar las razones de su maldad, porque la droga resulta ser el fundamento de toda demostracin del mal.4 Una representacin del mal parece esencial en la dinmica de los estados prohibicionistas. No menos vital resulta para la buena marcha de sus negocios. Habiendo el diablo cado en desgracia, atrapado en cajetillas de fsforos y burlado por chiquillos en mascaradas navideas, magro es el servicio que presta al Estado. Ergo, la puesta en escena de un sustituto ha sido tarea prioritaria en la modernidad. Porque un enemigo malo es un componente bsico para garantizar las supervivencia de las instituciones punitivas y de los negocios; es esencial en las operaciones de la justicia criminal, de las fuerzas especiales de la polica, del extinto DAS, del sistema financiero; fundamental para los expertos en lavado de activos, la industria de la guerra, los estrategas militares made in USA, los predicadores y, en particular, para la industria cinematogrfica que sucumbira sin un enemigo malo bien definido contra quin dirigir toda la furia de sus hroes de celuloide. La presunta relacin causal entre droga y delincuencia es otra falacia para ocultar que la verdadera causa de este nexo es la misma prohibicin. En otras palabras, no se prohbe la droga por la relacin entre droga y delito, sino, por el contrario, la relacin existe porque se prohbe la droga. El vnculo entre droga y delito es performativo, es decir, el mero enunciado de la prohibicin implica la realidad de la3 4

He publicado artculos y dictado conferencias sobre el tema desde 1986. Francisco Garrido Pea, La Droga como Representacin Contempornea del Mal, Universidad de Jan,Revista Gazeta de Antropologa, N 15, 1999. Texto 15-02. Fuente: http://www.ugr.es/~pwlac/G15_02Francisco_Garrido_ Pena.html.

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conducta prohibida.5 La prohibicin es el crimen, porque ella procrea la variopinta gama de actividades delictivas que configuran el nicho criminal ms exuberante de la sociedad contempornea. Incuba los delitos y los multiplica como una cepa de bacterias. Poniendo las drogas fuera de la ley en la prctica, el Estado entrega su control a mafias o bandas ilegales que lo asumen como un ejercicio criminal contra los bienes y valores ms preciados de la sociedad. Convirtiendo al consumidor de substancias psicoactivas en un desviado espiritual, lase enfermo mental, a quien solo le cabe el tratamiento mdico, la prohibicin pervierte el orden constitucional. Bajo el tratamiento de ciertas conductas que se juzgan desviadas, como enfermedades, se esconde el ms feroz poder represivo, tanto ms censurable cuanto ms se presenta como una actitud paternal (casi amorosa) frente al disidente. La reclusin en establecimientos psiquitricos o similares, ha sido desde hace mucho un vitando mecanismo usado por los regmenes totalitarios para curar a los heterodoxos. Y las sociedades contemporneas se han empeado en tratar a los drogadictos como heterodoxos, pero heterodoxos enfermos a quienes hay que hacerles ver el mundo como lo ven los gobernantes.6 (adicto a estupefacientes y sicotrpicos) mientras el usuario de drogas lcitas es solo un bebedor o un fumador? Por qu el alcohol, las anfetaminas o los barbitricos son artculos de alimentacin o medicamentos, mientras la marihuana y la cocana son productos criminales? Esta intolerable incoherencia es la premisa omnipresente en todas las polticas pblicas entronizadas para justificar la prohibicin. Su nica ventaja, especialmente para el adicto colombiano, es que tan pronto este se percate de ella caer en la cuenta de que para evitarse las molestias del tratamiento voluntario prescrito en el nuevo artculo 49 de la Constitucin, podr optar por las adicciones lcitas, una por una o de consuno: tomar trago para emborracharse como bestia y contramatar a la mujer (al marido si lo prefieren las feministas); fumar tabaco, solo tabaco, porque es un placer que pudre los pulmones; tragar carne de cerdos y pollos cebados con hormonas y antibiticos en campos de concentracin animal hasta que las arterias se taponen y el hgado reviente; o tambin hacerse militante de un partido de gobierno para gozar como enano de la adiccin a las donaciones millonarias del Agro Ingreso Seguro, a los chanchullos y falsos positivos.Como lo ha indicado Escohotado: La realidad sociolgica en materia de drogas es una consecuencia, y no una premisa, de su status legal. Historia de las Drogas, Madrid, Alianza, 2004. Volumen 3. 6 Sentencia C 221 de mayo 5, 1994. Magistrado Ponente: Carlos Gaviria Daz.5

Por qu, nos preguntamos, el consumidor de drogas ilcitas es un toxicmano

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La chchara salubrista solo apunta a descuadernar la Constitucin para darle a los desmanes totalitarios va libre hasta la rbita de la intimidad, donde tiene su hbitat el yo moral, un territorio que no puede ser colonizado por el Estado en ningn caso y por motivo alguno.7 Habiendo traducido sus excesos totalitarios en precepto constitucional, merced a oficios leguleyos y mangualas partidistas, el rgimen uribista consigui apuntalar en prejuicios e iniquidades la prevalencia del Estado y, por ende, de la ley. Por consiguiente, obtuvo carta blanca para coartar con oeras redentoristas el ejercicio de la libertad moral y, de paso, ponerle zancadilla a las libertades pblicas. Si bien el ejercicio de la libertad no garantiza la salud, de hecho puede conducirnos a excesos, las personas fincamos en nuestra libre voluntad el itinerario de nuestras decisiones para elegir entre diversas opciones. La voluntad libre, entendida como fuerza o valor para decidir, es el fundamento de nuestra capacidad moral. As mismo, es el fundamento de nuestra responsabilidad en los rdenes tico, jurdico y poltico.8 Aunque sea asediada por la incertidumbre o el azar, que en ocasiones pueden anularle con el mismo poder de un determinismo gentico, geogrfico o histrico, nuestra voluntad siempre consigue sortear los factores en contra aprendiendo a reconocer en cada caso el alcance de nuestras posibilidades y conjugando nuestras habilidades para cambiar circunstancias adversas y, en algunos casos, inclusive, vencer ciertos determinismos. Esta reforma constitucional es injusta porque su contenido vulnera alevosamente los principios que gobiernan nuestra vida como sociedad democrtica, tanto del derecho positivo como de la tica pblica. En consecuencia, debe ser negada y desobedecida. De la existencia de leyes injustas surge la obligacin moral de resistirlas y desobedecerlas.9 Caso en el cual resulta legtimo retomar la exhortacin que Gustav Radbruch hizo a los juristas para que negasen a las leyes su carcter de tales cuandoEllo es especialmente cierto respecto del acecho de una moral apuntalada en prejuicios que pretendi homogeneizar la conducta sexual de las personas haciendo objeto de la intervencin penal aquellos comportamientos que consideraba desviados. Mientras el adulterio masculino prosperaba secreta o abiertamente, la infidelidad de las mujeres era castigada sin piedad. Con una tarifa punitiva muy semejante eran castigados homosexuales y travestidos, por cuanto solo las perversiones patriarcales estaban permitidas. Libre de mojigateras el ciudadano puede ejercer el derecho a la diferencia tambin como derecho a las propias desviaciones. 8 Jos M. Borrero Navia, Implicaciones ticas y polticas del consumo, 2008, www.celambiental.org 9 He reflexionado en detalle sobre este tema en DESAFOS TICOS DE LA SOSTENIBILIDAD. Ensayo sobre la Justicia, la Moral y el Derecho en Tiempos de Crisis, 2009, texto de una conferencia dictada en un seminario sobre tica organizado por la Universidad Javeriana de Cali.7

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fueren contrarias a una moral humanitaria: las normas injustas deben desobedecerse porque no son leyes, es decir, el derecho injusto no debe obedecerse simplemente porque no es derecho. El dictum prohibicionista tendr vida efmera. Aunque la estrategia uribista fue esquivar la revisin de la Corte Constitucional mediante un Acto Legislativo que est eximido del control de constitucionalidad en su contenido material, sin embargo, es probable que el esguince resulte en una aparatosa cada en razn de los vicios formales o procedimentales que exhibe. En efecto, el Artculo 241-1 de la Carta Poltica dispone que la Corte Constitucional no tiene facultades para dirimir la constitucionalidad de un Acto Legislativo por su contenido material. Su competencia se limita a conocer de la posible inconstitucionalidad por vicios de procedimiento en su formacin. En este sentido, la Corte ha admitido que puede juzgar la constitucionalidad de un Acto Legislativo cuando dicho acto comprenda una sustitucin de la Constitucin, por cuanto ello constituira un vicio por extralimitacin de competencia del ente reformador, es decir, del Congreso. De conformidad con el artculo 374 de la Carta, la Constitucin puede ser reformada por el Congreso, no derogada, ni subvertida o sustituida. En la sentencia C-551 de 2003 la Corte afirm que el poder de reforma de la Constitucin se concreta en una competencia cuyo alcance no es ilimitado, por lo que no es posible la sustitucin, derogacin o subversin de la Constitucin. Al respecto manifest:El Constituyente derivado no tiene entonces competencia para destruir la Constitucin. El acto constituyente establece el orden jurdico y por ello, cualquier poder de reforma que el constituyente reconozca nicamente se limita a una revisin. El poder de reforma, que es poder constituido, no est, por lo tanto, autorizado, para la derogacin o sustitucin de la Constitucin de la cual deriva su competencia. El poder constituido no puede, en otras palabras, arrogarse funciones propias del poder constituyente, y por ello no puede llevar a cabo una sustitucin de la Constitucin, no slo por cuanto se estara erigiendo en poder constituyente originario sino adems porque estara minando las bases de su propia competencia.En la sentencia C-29307 la Corte precis con suma claridad la diferencia entre la reforma de la Carta y la sustitucin de la misma. Una reforma aprobada por el Congreso de la Repblica puede contradecir el contenido de normas constitucionales, incluso de manera drstica, segn el Alto Tribunal, pues toda reforma implica

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transformacin. Sin embargo, esta potestad tiene un lmite, pues el cambio introducido no puede ser tan radical que sustituya el modelo constitucional vigente o que conduzca a reemplazar un eje definitorio de la identidad de la Constitucin por otro opuesto o integralmente diferente. La jurisprudencia constitucional se ha referido a probables sustituciones totales y parciales, indicando respecto de estas ltimas que el ente reformador tampoco puede introducir sustituciones parciales.

La reforma introducida en el artculo 49 materializa un cambio radical en un eje definitorio de la identidad de la Carta, porque rie de manera absoluta con los principios que la fundan, de manera especial con la salvaguardia del libre desarrollo de la persona humana como fundamento de nuestro ordenamiento poltico y jurdico. Esta libertad presupone la capacidad soberana de la persona para elegir entre diversas opciones sin presin ni intervencin alguna por parte de agentes sociales o del Estado. En cada momento y en cada lugar las personas somos sujetos morales en el contexto de nuestras particulares circunstancias geogrficas, histricas o genticas. Este es un presupuesto tico que el Estado no puede ignorar. Cuando lo hace, como en esta reforma, nos despoja de nuestra libertad moral y, por ende, de nuestra dignidad. So pretexto de evitar indeseables desviaciones y orientar la conducta de la persona hacia opciones aceptadas por razones religiosas, morales, ideolgicas o de otro orden, los agentes sociales o el Estado no pueden arrogarse el derecho de presionar la voluntad de la persona para inclinarla a favor de tales razones. De hacerlo reinciden en la perversin propia de cualquier autoritarismo. Me refiero al sanguinario expediente autoritario de la exclusin, la discriminacin, la inquisicin, la persecucin y el asesinato perpetrados desde siempre en nombre de la fe, la normalidad, la razn, el orden, la verdad y otros absolutos no menos hueros ni menos rimbombantes. Es explicable, por lo tanto, que sean los polticos ms proclives al ejercicio de la barbarie, verbigracia Anslinger, Khomeini, Bush o Uribe, quienes apoyan con fervor la cruzada prohibicionista contra las drogas. Si bien el Acto Legislativo no ser objeto de un juicio de constitucionalidad en razn de su contenido material, este impedimento no es razn suficiente para eximirnos de comentar la inclusin del trmino estupefaciente en el texto reformatorio. Es archisabido que se trata de un concepto ameba, es decir, impreciso e incierto. Toxiclogos de todo el mundo han coincidido en declarar indefendible el concepto oficial de estupefaciente y el propio Comit de Peritos de la OMS se desentendi

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en relacin a ese concepto por considerarlo acientfico. Nadie consigui precisar en trminos biolgicos, neurolgicos o psicolgicos por qu ciertas substancias eran llamadas estupefacientes y otras no.10 La inclusin en nuestra Constitucin de semejante adefesio es una intolerable afrenta. Otro escenario que tambin deber sortear la reforma ser el debate sobre la normalizacin o legalizacin de las drogas, para inscribirlas en una poltica pblica que empiece por retirar su control de la mquina penal. El desmonte de la narcoideologa debe pasar por la normalizacin o legalizacin. Sin embargo, a quienes adviertan que los riesgos de algunas de las sustancias psicoactivas no desaparecen con la legalizacin, les diremos que, en primer lugar, son mayores los peligros que acarrea la intromisin del Estado en el hbitat del yo moral. En segundo lugar, que la sociedad contempornea es una sociedad de riesgos frente a los cuales solo es oponible la libertad de cada persona para decidir la asuncin o no de los mismos. La experiencia de los fracasos sistemticos de la prohibicin puede ser muy til como presupuesto para orientar una poltica pblica hacia la normalizacin de las drogas. En su vasta investigacin, Escohotado11 ha mostrado cmo la historia ensea que ninguna droga desapareci o dej de ser consumida durante el transcurso de su prohibicin. Ensea tambin que, mientras subsista una prohibicin, habr una tendencia mucho mayor a consumos irracionales. Otra realidad cultural que los prohibicionistas pretenden ocultar es que tan pronto cesa el ejercicio del control estatal, o heterocontrol de las drogas, se instaura inmediatamente un sistema de autocontrol. No es sustentable histricamente, agrega Escohotado, que la disponibilidad de una droga aumente el nmero de consumidores. Por el contrario, la historia muestra que disponer libremente de una droga (incluso promovida con mentiras, como sucedi prcticamente con todas en su lanzamiento) no crea conflictos sociales e individuales comparables a los que provoc y provoca su prohibicin. Es reconfortante saber que el proyecto cultural para retirar el manejo de las drogas del control punitivo que ejerce la maquina penal, tanto como de la exclusin clnica del consumidor, viene siendo apoyado desde tiempo atrs por personalidades cimeras de la inteligencia humana. Desde Teofrasto y Galeno hasta Huxley y Bateson, pasando por Paracelso, Sydenham, Coleridge, James, Freud y muchos ms, que han sealado el camino para construir un enfoque racional que se funde en el conocimiento de las drogas como expresiones de la naturaleza y la cultura humana.10 11

Antonio Escohotado, Historia de las Drogas Antonio Escohotado, Historia de las Drogas

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INVESTIGACINRESEARCH

LA MARIHUANA TAMBIN EVOCA EXPERIENCIAS PSQUICAS COLECTIVAS. IMGENES SIMBLICAS QUE SUByACEN A LA EMBRIAGUEZ CON MARIHUANAJOhN h. ARCIA G.*Recibido: 16 de abril de 2010 Aprobado: 15 de junio de 2010

Bien por el influjo de la bebida narctica, de la que todos los hombres y pueblos originarios hablan con himnos, bien con la aproximacin poderosa de la primavera, que impregna placenteramente la naturaleza toda, despirtanse aquellas emociones dionisacas en cuya intensificacin lo subjetivo desaparece hasta llegar al completo olvido de s Bajo la magia de lo dionisaco no slo se renueva la alianza entre los seres humanos: tambin la naturaleza enajenada, hostil o subyugada celebra su fiesta de reconciliacin con su hijo perdido, el hombre Friedrich Nietzsche El nacimiento de la tragedia.

*

Profesor catedrtico de la Maestra en Culturas y Drogas, Universidad de Caldas. Coordinador de investigacin en Universo Arke S.A.S. Correo electrnico: [email protected]

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John H. Arcia G.

Rafael. Transfiguracin (s. XVI)11

Esta obra del pintor renacentista Rafael Sanzio, puede ser articulada reflexivamente con la propuesta argumentativa del presente artculo, siempre y cuando la reflexin se encuentre mediada por la interpretacin que hace Friedrich Nietzsche sobre la Transfiguracin de Rafael. Nietzsche, en el Origen de la tragedia en esta pintura, ofrece una metfora para explicar la emergencia de la consciencia, en la que la apariencia de la apariencia es, a la vez, la realidad emprica. Pero psico-lgicamente la apariencia de la apariencia tambin se encuentra relacionada con la oposicin entre Apolo y Dionisos.

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La marihuana tambin evoca experiencias psquicas colectivas.

rESUMEN

El escrito presenta algunas reflexiones producto de un proceso de investigacin que se lleva a cabo con estudiantes universitarios sobre el uso de la marihuana. stas giran en torno a algunos marcos de referencia que permiten pensar las imgenes simblicas que subyacen a la embriaguez canabinoide y que sirven de sustento para reconocer que la marihuana tambin evoca experiencias psquicamente colectivas.Palabras clave: marihuana, embriaguez, experiencia colectiva, imgenes simblicas.

MARIJUANA ALSO EVOKES COLLECTIVE PSyCHIC EXPERIENCES. SyMBOLIC IMAGES WHICH UNDERLIE DRUNKENESS WITH MARIJUANAaBSTraCT

The paper presents some reflections product of a research process carried out with university students on the use of marijuana. These reflections revolve around some frameworks which suggest the symbolic images that underlie cannabinoid drunkenness and that support the thesis that marijuana also evokes collective psychic experience.Keywords: marijuana, drunkenness, collective experience, symbolic images.

El presente artculo emerge con motivo de un proceso de investigacin que se lleva a cabo con estudiantes universitarios2 y est orientado por el inters de indagar el sentido que tiene para stos el uso de la marihuana. El tema que especficamente se aborda en el artculo tiene que ver con la recurrencia de imgenes simblicas3 que2 3

Los estudiantes universitarios pertenecen a la Universidad Tecnolgica de Pereira y a la Universidad de Caldas. Esta expresin se encuentra orientada desde la propuesta de Gilbert Durand, cuando al citar a Jung dice que por la facultad simblica el hombre no solo pertenece al mundo superficial de la linealidad de los signos, al mundo de la causalidad fsica, sino tambin al mundo de la emergencia simblica, de la creacin simblica continua por medio de la incesante metamorfosis` de la libido. Por tanto, la funcin simblica es en el hombre el lugar de pasaje`, de reunin de los contrarios: en su esencia, y casi en su etimologa (Sinnbild en alemn), el smbolo

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John H. Arcia G.

se presentan en el discurso de aquellos que narran las experiencias evocadas por la influencia del principio activo del camo THC (delta-9-tetrahidrocanabinol). Algunas de estas experiencias pueden estar asociadas con aquellas emociones dionisiacas que menciona Nietzsche (2003: 45) y que son inherentes a la naturaleza animal del hombre 4 y que, en trminos del psiclogo suizo Carl Gustav Jung, pueden entenderse como representaciones arquetpicas. Las imgenes simblicas o representaciones arquetpicas que se hacen manifiestas ante la consciencia, provienen del territorio psquico que Jung denomina inconsciente colectivo (Jung, 1970: 37) y, por lo tanto, es posible considerar que el estado de embriaguez5 psquica que provee la marihuana en los estudiantes universitarios sea, a la vez, desencadenante de experiencias orientadas por imgenes simblicas que no son propiedad privada de los sujetos y que, por el contario, hacen parte de la naturaleza animal del hombre. Desde esta perspectiva, se piensa que con el avance de la investigacin que a su vez inspira el presente artculo y el ahondamiento reflexivo sobre las imgenes simblicas, se puedan encontrar otras alternativas desde las cuales se aborden las problemticas de las adicciones y, tal vez, interpretar en las representaciones arquetpicas lo que hace que los seres humanos se sientan atrados por la embriaguez, especficamente, la embriaguez canabinoide. Como planeta Nietzsche: Slo los hombres demasiado ingenuos creen que la naturaleza humana puede transformarse en una naturaleza puramente lgica Incluso el hombre ms racional necesita de vez en cuando volver a la Naturaleza, es decir, a su fundamental actitud ilgica ante todas las cosas (Nietzsche, 2007: 51). Al respecto, muchos de ellos encuentran posiblemente en la planta de la marihuana esta actitud ilgica ante las cosas del mundo. La publicacin del presente artculo tiene como pretensin, adems de lo que se ha planteado en prrafos anteriores, divulgar algunas reflexiones investigativas para que sean evaluadas por aquellos que han tenido la experiencia embriagante de la marihuana y puedan negar, corroborar y enriquecer crticamente el presente discurso.4

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unifica pares de opuestos` (2000: 74). Naturaleza animal del hombre se refiere a todos los fundamentos que permiten que ste se diferencie de las dems especies, pero a la vez, en ella estn los secretos (arquetipos) que permiten el sostenimiento y transformacin de la mente, la cultura y lo humano. Psquicamente se halla referenciada en lo que Jung denomina inconsciente colectivo, entendido ste como un proceso que no se encuentra supeditado exclusivamente al devenir histrico, ni a las diferencias individuales y culturales (Jung, 1970: 11). Es preciso aclarar que no se pretende reducir el discurso mtico de lo dionisaco a la embriaguez, slo por el hecho de que simblicamente se encuentren asociados. Al respecto es preciso leer a Kerenyi (1998).

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La marihuana tambin evoca experiencias psquicas colectivas.

De igual forma, la comunidad extensa puede ofrecer argumentos a favor o en contra; obviamente, luego de considerar las distancias que hay entre la perspectiva externa a dicho fenmeno y aquella que se pronuncia desde la experienciacin misma. Al respecto, se presentan seis expresiones del habla6 que emergen de dilogos con estudiantes universitarios, y que configuran, a la vez, el marco de referencia hacia la aproximacin de las posibles imgenes simblicas que subyacen a la embriaguez con marihuana, a saber: La risuea, El eterno presente, El espacio de las letras, La invasin de la angustia en la psique, La re-volucin de la historia y El ego observndose a s mismo. la rISUEa Esta expresin se hace presente cuando se habla de un estado psquico en el que, al parecer, el sujeto se encuentra posedo por el sentimiento de la risa,7 es decir, est inmerso en una experiencia en la cual potencialmente todo lo que hay alrededor produce carcajadas; hasta las cosas ms pequeas pueden tener gracia. La mayora de las veces es difcil contener dicho sentimiento, e incluso ocurre que la persona por sugerencia del ego trata de encontrar explicaciones causales al acontecimiento; sin embargo, vuelve la risuea irrespetando la cordura y provocando el desenfreno de la risa. La risuea adquiere tal fuerza sobre el estado de nimo, que tratar de mitigar la incertidumbre que genera su presencia salvaje, mediante el recuerdo de que es nicamente un efecto secundario de la marihuana, genera ms incertidumbre, pues es preciso aceptar que sta ha abierto alguna puerta en la psique que oculta a un bufn, quien con su presencia intervencin psquica deja percibir que la planta es slo un medio, porque el bufn siempre ha estado ah, y sus carcajadas desmesuradas son muestra de la risa que por largo tiempo ha sido oprimida por las convenciones culturales.La investigacin toma como punto de partida la propuesta hermenutica de Paul Ricoeur, y a partir de esta, puede decirse que el proceso se encuentra en el plano semntico. Por ello, se debe entender que estas expresiones del habla estn inspiradas por la lengua de los estudiantes universitarios (Ricoeur, 2006: 16). 7 Es posible que el estado de posesin por el sentimiento de la risa del cual hablan los estudiantes universitarios, se encuentre asociado con el estudio que realiza Eric R. Dodds sobre la irracionalidad en los griegos. (Se debe tener en cuenta la diferencia histrica y el estado de conciencia de los pueblos, para actualizar el sentido de la expresin.) Este irlands habla de intervencin psquica (ate) y dice: la ate es un estado de mente, un anublamiento o perplejidad momentneos de la conciencia normal. Es en realidad una locura parcial pasajera (Dodds, 1960: 17).6

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La risuea puede resultar una experiencia incmoda en determinados momentos, por ejemplo, en aquellos contextos donde hay ms gente y algunos de los presentes se encuentran en el estado mental que convencionalmente se considera normal. En tales casos la risa no se detiene, pero el ego se encuentra cuestionando la imagen que puede estar proyectando a los dems; por esta razn, muchos aprenden que no todo contexto es propicio para usar la marihuana. Pero as como existen momentos incmodos, la risuea se caracteriza por ofrecer espacios en los que la risa cumple una funcin vinculante, por ejemplo, aquellos instantes en los que varias personas encuentran las carcajadas como medio de comunicacin. Esto es posible al imaginar un grupo pequeo de personas influidas por el principio activo THC, y cuando menos se espera, uno de ellos es posedo por el sentimiento de la risa y como el efecto domin, poco a poco todos van quedando impregnados de esta bufonada. Se desata la risa colectiva sin objetivo alguno, la carcajada del otro impulsa la propia, el otro est poseso como lo estoy yo, la catarsis del bufn desata nudos de tristeza Las experiencias colectivas de risuea en muchas ocasiones generan lo que se puede llamar rerse de s mismo, que ocurre cuando el otro se presenta como espejo y refleja al ego confundido sin saber qu hacer con tanta risa, mientras el s mismo self, otro yo se re de la fragilidad de ste, en aquellos contextos en los que la lgica psquica se transforma y le confronta la supuesta estabilidad que conserva cotidianamente. Es posible que esto se encuentre relacionado con lo que n Brandt llama el espejo de los necios: llamo a esto, en que cada necio se conoce; se le dice quin es a quien mira bien en este espejo de los necios. Quien se mira bien en el espejo, aprende convenientemente que no ha de tomarse por sabio ni tenerse por lo que no es, pues nadie hay a quien nada falte o que pueda decir con verdad que es sabio, y no un necio (1998: 64). Por ltimo, pero no por ello menos importante, es que la risuea ensea que la marihuana, como muchas cosas en la vida, cuando se utiliza en demasa adormece el asombro de lo inesperado. Esto se puede corroborar en el momento de reconocer que la primera risuea que se experiencia en la vida es como el primer amor nunca se olvida! Sin embargo, en cada presentacin posterior a la primera, el sujeto se percata de la prdida progresiva en la fuerza de posesin. Por lo tanto, puede ocurrir que la marihuana cuando se convierte en motivo de adiccin, transforma la risuea poco a poco en melancola.

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El ETErNO PrESENTE El eterno presente es otro de los marcos de referencia que se tiene para aproximarse a las posibles imgenes simblicas que subyacen a la embriaguez canabinoide. ste aparece cuando la atencin se encuentra capturada por algo externo,8 situacin que algunos denominan estar engomado con un objeto, es decir, la observacin se dirige hacia una flor, una lmpara, una estrella, una mancha en la pared, una fantasa; pero lo que importa es que en esta relacin el sujeto y el objeto se fusionan. En un momento dado el objeto es sujeto, y viceversa; por tanto, todo se vuelve un acto contemplativo. El tiempo, al parecer, se encuentra supeditado a los caprichos de la relacin simptica, en la que la distancia espacial se desdibuja, puesto que el observador desea ahondar en los secretos de lo que observa, hasta el punto de que todo se torna eterno presente. Puede que la precaucin del ego indique a la persona tener en cuenta el reloj, pero tal ser la frustracin al percatarse que aparentemente lo que ste indica no coincide con la extensin del eterno presente Dos horas de contemplacin psquica, segn el ego, equivalen a media hora en el reloj!. El eterno presente tambin se da cuando al caminar se tiene la sensacin de haber avanzado una distancia considerable, pero al volver la mirada sobre el punto de partida, llega el desconcierto de no haber recorrido mucho. Aunque s se recuerda lo que sucede en el trayecto, es posible notar que ste se hace extenso, no tanto por la linealidad del mismo, sino por la sinuosidad en la que se extrava la mirada, gracias al detalle de las cosas. El detalle, la atencin y la elongacin del tiempo hacen parte de la experiencia que ac se denomina El eterno presente. El ESPaCIO DE laS lETraSA cada letra se le debe otorgar profundidad para que todas juntas y bien dispuestas, configuren el mundo que quieren abstraer.

Es posible para alguien que ha escuchado una conversacin entre jvenes universitarios que se encuentran embriagados con marihuana, comprender lo8

Es importante aclarar que externo no se refiere slo a algo que se ubica en la positividad lgica, puesto que externo puede ser algo que se contemple como si estuviera por fuera del sujeto, pero la verdad es que puede ser presencia psquica.

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que se quiere expresar con El espacio de las letras. En ocasiones, estos grupos ponen en dilogo un concepto cualquiera al que dedican un tiempo considerable para darle todas las vueltas posibles en la conversacin, y a su vez, ofrecen diversas perspectivas que sobre ste puedan emerger. El concepto luego de ser prostituido por la palabra, adquiere caractersticas que antes no tena; ese concepto ya no es el mismo, El espacio de las letras le ha dado profundidad. Esta experiencia tambin se presenta cuando los estudiantes universitarios afirman que al leer un texto, no lo hacen con la misma rapidez que cuando estn mentalmente normales; sin embargo, la atencin se focaliza en cada palabra, en cada oracin, cada prrafo es un aspecto fundamental para dibujar a travs de la imaginacin, el mundo que el autor desea mostrar. Esto da pie para decir que hay un proceso que transversaliza la embriaguez canabinoide, en la cual el pensamiento y el lenguaje transitan de forma ms lenta. Con ello no se quiere plantear que se piense mal no es una cuestin moral, sino que la velocidad de ste no es la misma de la convencional; es por eso que queda la sensacin de no recordar muchas cosas, luego de terminar la lectura, pues la memoria se encuentra acostumbrada a otro ritmo que pedaggicamente se instaura en la historia educativa de cada uno. El espacio de las letras, al parecer, revive la tensin primitiva entre el laberinto y el minotauro. El laberinto, como smbolo del control racional sobre la presencia instintiva en la naturaleza del hombre, se manifiesta a travs de artes como la escritura, la arquitectura, entre otras. El minotauro representa los instintos, y con ellos, el vital recuerdo de que el pensamiento y el lenguaje logran abstraer la vida natural, pero no pueden pretender suplantarla. la INVaSIN DE la aNGUSTIa EN la PSIQUE Si se consulta en el diccionario de la Real Academia Espaola, se puede leer que angustia se relaciona con angostura, dificultad, sofoco, sensacin de opresin en la regin torcica o abdominal, temor opresivo sin causa precisa Esta descripcin es cercana a la experiencia que llega con la embriaguez canabinoide y puede distinguirse como la invasin` de la angustia en la psique, puesto que la persona no sabe en qu momento pueda aparecer, aunque no sea recurrente, y mucho menos cuando la marihuana se ingiere mediante la combustin.9. Adems, se dice que comienza con9

En las conversaciones con los estudiantes universitarios esta experiencia aparece con ms recurrencia cuando la marihuana se ingiere va oral y mesclada con alimentos como chocolatina, brownies, entre otros.

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una sensacin de vaco en la zona abdominal que poco a poco se hace ms profunda, y que genera estrechez. La estrechez que acompaa esta experiencia hace que la persona imagine que el cuerpo le queda pequeo para lo que siente; en ocasiones, esta imaginacin se representa mediante una burbuja que se hace cada vez ms grande. Pero lo interesante es que en el interior de esta burbuja se encuentra el vaco, que puede utilizar el sujeto para amplificar los sentimientos que all coloque. Por lo tanto, si un estudiante siente la invasin de la angustia y no es capaz de explicar el acontecimiento, puede, por ejemplo, depositar el miedo en el vaco y terminar por amplificarlo10 en terror. Esto es denominado por algunos un mal viaje o el regao de la planta. La invasin` de la angustia en la psique es una de las experiencias menos deseadas por los estudiantes universitarios, e incluso aquellos que por primera vez ingieren la planta y corren con la suerte de despertar dicha experiencia sienten temor de volver a usarla. rE-VOlUCIN DE la HISTOrIa Esta experiencia, al igual que la anterior, no es recurrente y emerge con ms frecuencia cuando la marihuana se ingiere por va oral o por combustin, dado que el principio activo es alto. Aparece en el momento en el que la linealidad convencional de la historia adquiere otras lgicas de presentacin y, a partir de all, el sujeto se encuentra expuesto a recrear experiencias del pasado lejano o cercano. Incluso en ocasiones lo que se recrea no es el pasado positivo y cronolgico, sino lo que la memoria sin aparente causalidad ofrece. La Re-volucin de la historia, a diferencia de la consciencia histrica que le permite al sujeto viajar a travs de ella y elegir escenarios, lo deja al sujeto desprovisto de la autonoma del ego y, por lo tanto, se convierte en una aventura en la que no se pueden obviar acontecimientos agradables o desagradables del pasado o el presente, y muchos menos, determinar las imgenes del horizonte de futuro.

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El sentimiento que el sujeto decida ubicar en el vaco de la angustia, lo amplifica de la misma forma que recurrentemente sucede en episodios paranoides con el miedo, o episodios depresivos con la tristeza.

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Esta experiencia puede re-estructurar la consciencia histrica del sujeto segn los escenarios que se configuren en la psique, puesto que hoy, como en la antigua Grecia, Cronos, el dios del tiempo, se encuentra presente. Prueba de ello es que mientras el s mismo y el ego son testigos de los escenarios que se configuran en la psique motivados por la Re-volucin de la historia, ambos pueden sentir la presencia constante de la muerte que acompaa a Cronos.11 El EGO OBSErVNDOSE a S MISMO La pintura del prerrafaelista John William Waterhouse, llamada Eco y Narciso, es una de las maneras ms interesantes para imaginar a partir del arte lo que se expresa con El ego observndose a s mismo. En esta experiencia el sujeto se convierte en motivo de observacin, l Es lo que desea Ser en ese momento. Por ello, en ocasiones puede sentirse el hombre o la mujer ms bella y sensual del mundo; pero tambin puede conseguir ser la ms desgraciada de todas las personas. El ego observndose a s mismo es una experiencia en la que la psique no es unidimensional, es decir, no est el ego como nico habitante all. Como en la pintura Eco y Narciso, hay otras presencias que acompaan al ego; por lo tanto, existen testigos de tal embriaguez. Si el ego al observarse a s mismo, se sentira desgraciado y cuestionado con su existencia, ya que puede sentir vergenza de las presencias psquicas que all se encuentran. No hay escondite alguno donde guardar el secreto, porque psicolgicamente son varios los que conocen la desgracia. De la misma forma que si aparece el sentimiento de grandeza, aparece un escenario psquico en el que el ego se ve aplaudido y alabado. Es posible que a partir de dicha experiencia, muchos estudiantes universitarios luego de experimentar reiteradamente la gloria del ego en el escenario psquico, comiencen a actuar con cierto aire de grandeza ante los dems, pues no logran reconocer los lmites entre lo psico-lgico y lo colectivo. As mismo, puede suceder que si lo que se vuelve reiterativo es la desgracia del ego, entonces el sujeto transmite esto en las relaciones con los dems y termina asumiendo una actitud de lejana, temor a la conversacin y desconfianza en s mismo.11

Es preciso recordar que desde la antigedad y la edad media a Cronos se le representa con una hoz que simboliza la muerte, pero mitolgicamente no se debe reducir a muerte biolgica, puesto que ste smbolo se encuentra desde esta perspectiva cercano a la muerte psicolgica.

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En conclusin, las anteriores expresiones del habla, que permiten la aproximacin a las imgenes simblicas que subyacen a la embriaguez con marihuana en los estudiantes universitarios, no tienen la pretensin de ser exhaustivas en el tema, ya que precisamente este artculo desea (como se mencion en prrafos anteriores) divulgar algunas reflexiones investigativas con el nimo de ponerlas en discusin crtica y poder as objetivar el discurso. BIBlIOGraFaBrandt, Sebastin. (1998). La nave de los necios. Madrid: Akal. Dodds, E. R. (1960). Los griegos y lo irracional. Madrid: Revista de occidente. Durand, Gilbert. (2000). La imaginacin simblica. 1 reimpresin. Buenos Aires: Amorrortu. Kerenyi, Karl. (1998). Dionisios. Raz de la vida indestructible. Barcelona: Herder. Nietzsche, Friedrich. (2003). El nacimiento de la tragedia. 5 reimpresin. Madrid: Alianza. ________. (2007). Humano, demasiado humano. 2 edicin. Madrid: Mestas. Ricoeur, Paul. (2006). El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenutica. 1 reimpresin. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica.

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ESTUDIO ETNOMEDICINAL DE LAS MESAS DE SAN PEDRO II. MESAS DE DON MARCO CARBAJAL F. AO 2009.*VCTOR REYNA PINEDO** MARCOS CARBAJAL FELIPE *** JORGE CARBAJAL RODRGuEZ****Recibido: 3 de abril de 2010 Aprobado: 9 de junio de 2010

rESUMEN

Este articulo de investigacin est basado en un estudio etnomedicinal, de caso cerrado, realizado durante el ao 2009 en la costa norte del Per, de carcter descriptivo y participativo, desarrollado a travs de la observacin participante en 55 sesiones en las cuales se atendieron 227 personas, para verificar las propiedades terapeticas del procedimiento de la medicina tradicional peruana denominado Mesas con San Pedro, que realiza el curandero Marcos Carbajal (quien hace parte del grupo de investigacin). Para tal efecto se hizo un seguimiento de los pacientes con consentimiento informado, pacientes que haban sido tratados previamente con medicina convencional sin resultados satisfactorios. La investigacin describe tres estudios de caso individuales.Palabras clave: mesas con San Pedro, etnomedicina, curanderismo.

Segundo articulo del autor sobre la investigacin realizada en 2009 publicado en la revista Cultura y Droga. Nota del Editor. ** Qumico. Profesor Principal, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional de Ingeniera, Lima, Per. Investigador principal. Correo electrnico: [email protected] *** Curandero especialista en Mesas con San Pedro, Provincia de Pacasmayo, La Libertad, Per. **** Antroplogo y asistente en Mesas con San Pedro.*

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ISSN 0122-8455

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ETHNOMEDICAL STUDy OF SAN PEDRO MESAS II. MESAS OF MARCOS CARBAJAL F. 2009.aBSTraCT

This research article is based on a case closed ethnomedical study held in 2009 in the northern coast of Peru. Its a descriptive inclusive study carried out by means of participant observation in 55 sessions in which 227 patients were treated in order to verify the therapeutic properties of the Peruvian traditional medicine known as Mesas con San Pedro which is performed by the healer Marcos Carbajal (who makes part of the research group). For this purpose a consented follow up of patients, who had been treated previously with conventional medicine without satisfactory results, was carried out.Key words: Mesas con San Pedro, ethnomedicine, shamanism.

PrESENTaCIN Desde hace siglos, en toda la Costa y Sierra del norte peruano, los curanderos realizan sesiones nocturnas, denominadas Mesas con San Pedro, en las cuales tanto el curandero como los pacientes ingieren la bebida San Pedro (Dobkin de Rios,1979, 1977; Polia, 1996; Friedberg, 1980). Cada semana se realizan ms de un centenar de estas sesiones, y uno de los motivos por los cuales las personas asisten a ellas es para el diagnstico y tratamiento de afecciones o enfermedades, principalmente cuando stas no han logrado resultados satisfactorios mediante tratamiento mdico convencional. Los otros dos motivos son por Dinero (para mejorar o asegurar la buena fortuna en el trabajo) y por Amor (para restablecer, mejorar o asegurar el equilibrio y armona familiar). El objetivo de nuestra investigacin es verificar las propiedades de curacin que curanderos y pacientes le atribuyen al tratamiento en Mesas con San Pedro. En este artculo se presentan los resultados del trabajo realizado por el maestro curandero don Marcos Carbajal Felipe (82 aos) durante el ao 2009. Los resultados

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relativos al ao 2008 fueron publicados el ao pasado en esta misma revista (Reyna, Carbajal & Carbajal, 2009). a. laS MESaS CON SaN PEDrO DE DON MarCO CarBaJal Una Mesa con San Pedro est constituida por tres entidades: el curandero, la bebida San Pedro y las artes (Foto 1).

Bebida San Pedro

Artes

Artes Bebida San Pedro

Foto N 1. Don Marcos Carbajal, las Artes y la bebida San Pedro.

Don Marcos realiza sus sesiones los das viernes entre las 23 y las 06 h del da siguiente, y el desarrollo de una sesin tpica tiene las siguientes etapas principales: 1. 20-22 h. Llegada de los pacientes a casa de don Marcos, sin cita previa. 2. 21-22 h. Presentacin y registro de cada paciente con don Marcos. 3. 22 h. Ingreso de los pacientes y su(s) acompaante(s) al patio interior donde se realizar la sesin, precedidos por Jorge Carbajal (asistente) y se instalan alrededor de la Mesa. Luego, ingresa don Marcos. 4. 22:30 h. Levantada de la Mesa y del San Pedro, por don Marcos y su asistente. 5. 23 h. Ingestin de la bebida San Pedro. La cual se sirve en un vaso pequeo. Primero don Marcos, luego su asistente; en seguida, los acompaantes (a quienes se les da una pequea cantidad) y, finalmente, los pacientes, que son llamados, uno por uno, frente a la Mesa y de don Marcos. 6. La cantidad de bebida (en promedio 150 mL) es determinada por don Marcos para cada paciente en particular, habiendo casos en que se les da de tomar muy poca cantidad. 31

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7. 01 h. Singada (sorcin por la nariz) de extractos de tabaco (infusin preparada con hojas de tabaco Nicotiana sp. bebida San Pedro y las lociones Agua Florida y Jazmn de Espaa). Tres veces consecutivas por la fosa nasal izquierda y, luego, dos veces consecutivas por la derecha. Cuando el paciente se encuentra muy enfermo y dbil don Marcos indica que la singada se realice con un lquido preparado con la bebida San Pedro y jugo de lima. 8. 02 h. Rastro. Para los pacientes que asisten por primera vez. 9. En esta etapa don Marcos determina (ve) las afecciones que tiene el paciente, las causas que lo originan y el tratamiento qu ste debe seguir. Y en los casos de pacientes a los que han hecho dao, don Marcos efecta la recuperacin del espritu del paciente del lugar maligno donde ha sido depositado. 10. Limpia con Artes, de cada paciente, por parte del asistente. 11. Rastro de prendas de personas ausentes (ropas o fotos,) por don Marcos. Prendas que han sido llevadas por alguno de los participantes a la sesin. De estos casos no se hizo registro. 12. Levantada con tabaco, de cada paciente, por parte del asistente. 13. 05-06 h. Actos finales. Incluye el rezo del Padre Nuestro y del Ave Mara, y su despedida.. Adems, don Marcos aconseja a sus pacientes tomar la bebida Enhierbado (decoccin a base de diez plantas medicinales) a aquellos pacientes que lo requieren, y quienes lo toman deben respetar una dieta estricta durante 3 4 das. Esta bebida tiene la propiedad de reforzar o completar el proceso de curacin. Los pacientes de la Tabla 4 tomaron dicha bebida al trmino de cada una de las mesas a las que asistieron. B. la BEBIDa SaN PEDrO La mayora de curanderos prepara la bebida San Pedro mediante la decoccin del cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi), sin la adicin de ninguna otra planta. La cantidad de cactus y de agua, y el tiempo de coccin, dependen de la tcnica del curandero (Polia, 1996: 313; Reyna & Flores, 2001:32). Sin embargo, don Marcos utiliza, adems del cactus San Pedro, otras cuatro plantas para la preparacin de esta bebida (Foto 2). Los nombres comunes de estas plantas

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son: carqueja, trencilla, hierba mora (u hornamo) y maique, y provienen de la provincia de Huancabamba. Se tiene previsto realizar la colecta de muestras de herbario para la identificacin botnica, previo al estudio fitoqumico de estas plantas.

Foto 2. Preparacin de la bebida San Pedro por don Marcos Carbajal F., con el cactus San Pedro (der.) y otras plantas (izq.).

Se debe tener presente que cada maestro curandero presenta caractersticas propias en la realizacin de su trabajo, por lo que bien podra encontrase otros especialista tradicionales que utilicen slo algunas de estas plantas, u otras plantas, como aditivos en la preparacin de sus respectivas bebidas San Pedro. El principal constituyente del cactus San Pedro (E. pachanoi), antes denominado Trichocereus pachanoi, es la mescalina, que representa ms del 85% del total de alcaloides (Agurell, 1969a, 1969b). Para los curanderos las propiedades de la bebida son dos: 1. Permite alcanzar al curandero la visin, durante la cual llega a determinar la afeccin del paciente, su origen y el tratamiento que hay que seguir. 2. La purga o limpieza del organismo del paciente, que le ayuda a eliminar parcialmente los agentes que afectan su salud.

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La visin es entendida errneamente como alucinacin por diversos investigadores, quienes sostienen que aquellos que participan en estas Mesas con San Pedro experimentarn efectos alucinatorios. El anlisis cuantitativo del total de alcaloides contenido en un vaso de la bebida (150 mL), de tres procedencias diferentes, nos proporcion resultados variables: 34, 39 y 159 mg de alcaloides totales, respectivamente, siendo el principal la mescalina (Reyna & Flores, 2001). Teniendo presente que en una sesin el paciente consume en promedio 150 mL, estos resultados se encuentran por debajo de la dosis efectiva establecida en 400 mg de mescalina (Haley-Mason et al., 1958; Patel, 1968; Kapadia & Fayez, 1970). Es decir, la bebida San Pedro no produce efectos alucinatorios en los pacientes que participan en estas sesiones. As, Davis (1983) refiere que en las dos sesiones que particip ni l ni ninguno de los participantes lleg a estar intoxicado. Igualmente, la bebida San Pedro proporcionada en las sesiones de don Marcos no producen efectos alucinatorios en sus pacientes. Esto ha sido verificado por el Dr. Vctor Reyna, quien particip como paciente (observacin participativa) en 31 de estas sesiones durante los aos 2008 y 2009. C. ESTUDIO ETNOMEDICINal DE laS MESaS CON SaN PEDrO Las publicaciones acerca de las Mesas con San Pedro describen el procedimiento de ejecucin, su continuidad a travs de nuestra historia, los materiales que constituyen las Mesas, los aspectos biogrficos de los curanderos; sin embargo, los aspectos etnomedicinales, es decir, el tratamiento de las enfermedades de los pacientes, han sido tema de estudio de pocos autores y de manera muy limitada. Seguin et al. (1979: 55-59) estudiaron 57 casos de pacientes alcohlicos, e indicaron que el 68,4% de ellos podan ser considerados como curados; adems, presentaron el testimonio de algunos de ellos, sin indicar si estos pacientes fueron tratados por el mismo curandero, y si los investigadores observaron el tratamiento etnomedicinal. Por su parte, Sharon & Joralemon (1993: 189-245) proporcionan el testimonio de 21 pacientes tratados por 5 curanderos del norte del Per, y de los 15 pacientes tratados

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por enfermedades 4 se declararon restablecidos luego del tratamiento en Mesas con San Pedro. Esta situacin nos anim a emprender un trabajo de investigacin sistemtico que permitiera verificar (o descartar) las propiedades teraputicas en el tratamiento de enfermedades que los curanderos peruanos atribuyen a este procedimiento tradicional. Para tal efecto se aplic la siguiente metodologa de investigacin: a) Entrevista al curandero y pacientes Observacin participativa en las Mesas con San Pedro: Vie. (22 h) Sb. (06 h). Entrega al paciente de la Hoja de Informacin relativa al Estudio. Obtencin del Consentimiento Informado del paciente. b) Llenado de la Ficha de Registro de pacientes que asisten a la Mesa con San Pedro, para cada Mesa. c) Gestin del Informe de la Historia Clnica del paciente, y el anlisis de la historia clnica con mdicos. d) Seguimiento del tratamiento y evolucin del paciente. Esta metodologa puede considerarse en la categora diseo de caso cerrado (Black-box design), que es uno de los diseos de investigacin clnicos propuestos por la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) para la investigacin en medicina tradicional (OMS, 2000). D. rEGISTrO DE PaCIENTES DUraNTE El aO 2009 a) Datos generales Durante el ao 2009 se realiz el registro de todas las personas (363) que participaron en las Mesas que realizan los especialistas tradicionales don Marcos Carbajal Felipe y Jorge Carbajal Rodrguez, con un total de 55 sesiones. Debido a limitaciones econmicas, el Dr. Vctor Reyna particip en 12 sesiones (a las que asistieron 105 pacientes), de las 18 previstas (el ao 2008 particip en 19 sesiones). La primera Mesa con San Pedro se realiz ente el viernes 2 y sbado 3 de enero, y la ltima, entre el viernes18 y sbado 19 de diciembre de 2009. Del total (55) de Mesas

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realizadas, 50 fueron colectivas, es decir, realizadas los das viernes con asistencia sin cita previa, mientras que 5 fueron sesiones especiales, realizadas en otros das de la semana y reservadas al paciente o pacientes que contrataron dicha Mesa. b) Motivo de asistencia a las Mesas con San Pedro Del total de personas diferentes (227), 98 (43,2%) asistieron por afecciones de salud (Tabla 1).Tabla 1. Motivo de asistencia a las Mesas con San Pedro, ao 2009

Motivo Salud Trabajo Familia

Pacientes (Total = 227) 98 108 21

Porcentaje (%) 43,2 47,6 9,2

Esta clasificacin de los pacientes fue realizada por Jorge Carbajal y Vctor Reyna (en las Mesas a que asistieron), teniendo en cuenta las siguientes consideraciones: i. ii. Los casos de Salud (98) corresponden a pacientes con afecciones evidentes o reconocidas por ellos. Aquellos pacientes que asistieron por un florecimiento general (para su salud, trabajo y familia), y que se encontraban aparentemente bien, se los considero en la categora Trabajo.

Aunque bien podran haberse considerado como casos de Salud, puesto que don Marcos considera que la asistencia a la Mesa repercutir favorablemente en todos los aspectos de su vida y, por tanto, en su salud. iii. iv. Se considero como casos de Familia cuando la situacin familiar del paciente era grave: separacin de su pareja, adulterio, fuga de los hijos del hogar, etc. Tambin se presentaron casos en que un paciente asiste por dos motivos diferentes; por ejemplo, por Trabajo y Familia, habindose registrado slo uno de ellos, aquel que consideramos ms importante.

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c) Nmero de participantes a las Mesas con San Pedro El nmero de participantes en las Mesas fue variable, y llegaron a estar presentes hasta 20 personas, entre pacientes y acompaantes, en parte porque no se requiere cita previa. En la Tabla 2 se detalla el nmero de participantes de tres de las Mesas a que asisti el Dr. Vctor Reyna; adems, se indica cuntos asistieron por Salud, por Trabajo y por Familia, y cuntos tomaron la bebida Enhierbado.Tabla 2. Participantes en las Mesas con San Pedro. Pacientes Total 13 7 Salud 7 4 Trabajo 5 Familia 1 3

Mesa No 09.15 09.44

Fecha (horas) Vie. 03-Sb. 04. Abr. (22:45 h-06:00 h) Vie. 02-Sb.03. Oct. (22:40 h-04:30 h) Vie.13-Sb.14. Nov. (22:15 h-04:50 h)

Participantes

Enhier bado 10 4

19 11

09.50

13

5

3

2

3

d) Nmero de sesiones que asistieron los pacientes por motivos de salud Del total de pacientes (98, Tabla 1) que asistieron por motivos de salud, 14 (14,3%) asistieron a tres o ms Mesas (Tabla 3).Tabla 3. Nmero de Sesiones que asistieron los pacientes por motivos de salud.

Sesiones 3-5 2 1

Pacientes (Total = 98) 14 31 53

Porcentaje (%) 14,3 31,6 54,1

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En general, las entrevistas a los pacientes fueron realizadas por el Dr. Vctor Reyna y fue una tarea delicada y, en algunos casos, decepcionante por la apata y desinters de los pacientes o sus familiares para conversar con otra persona que no fuera el maestro curandero (don Marco Carbajal), debido a dos motivos principales: 1. Las afecciones o enfermedades, los problemas y dificultades en el trabajo y, ms an, los problemas familiares son aspectos que las personas desean mantener en reserva y no quieren comunicrselo a nadie. Incluso los datos generales como la edad, residencia (de qu localidad viene?) y ocupacin, eran proporcionados con desgano por algunos pacientes, a pesar de la presentacin del propio don Marcos. Menos an respondan a la pregunta: Cul es el motivo por el que ha asistido a esta Mesa?. El ejercicio de la medicina tradicional es informal en el Per, sin reconocimiento oficial, por lo que algunas personas o, tal vez muchas, sienten vergenza de que algn conocido suyo se entere de que ha asistido a una Mesa, y por eso desean permanecer en el anonimato y proporcionar el mnimo de informacin posible.

2.

e) registro de pacientes que asistieron a tres o ms Mesas Con el objetivo de verificar las propiedades teraputicas de las Mesas con San Pedro se decidi hacer el estudio del estado de salud de los pacientes que asistieron a tres o ms Mesas (14 pacientes), lo cual implicaba esperar la culminacin de su tratamiento para solicitar su colaboracin, accediendo a tener una entrevista con el Dr. Vctor Reyna y proporcionando toda la informacin clnica de que dispusieran. De estos 14 Pacientes, el Dr. Vctor Reyna logr entrevistar (E) a seis de ellos, con tres de ellos convers por telfono al trmino de su tratamiento (E), a dos no pudo localizarlos (pendiente, No. 2 y 13), y slo dos no quisieron colaborar (NC) (eran hermanas, No. 10 y 12). Es decir, verificamos el restablecimiento de 10 (71,4%) de los 14 pacientes de la Tabla 4.

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Todos los resultados obtenidos durante el ao 2009 (contenidos en las Tablas 1 a 4) son anlogos a los obtenidos durante el ao 2008 (Reyna, Carbajal & Carbajal, 2009). E. ESTUDIO DE CaSOS A continuacin presentamos tres casos seleccionados de la Tabla 4, en los cuales hemos verificado el restablecimiento de pacientes enfermos que fueron tratados en las Mesas con San Pedro que realiza don Marcos Carbajal Felipe.

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Paciente No. 1 (P09.162, F-51. No poda caminar) a. afeccin (Vie.07.Ag.09, 16h) Imprevistamente se sinti muy mal: dolor de cabeza, mareos, adormecimiento de piernas y cuerpo, ardor en ojos, dificultad para respirar y agitacin. Dos horas despus ya no poda caminar. B. Tratamiento Mdico previo (tres das antes, mdico particular) Sinti dolor de cabeza y mareos. Le prescribieron anlisis de sangre (colesterol, etc.): normales. Tom pastillas para el dolor. Al sentirse mal el Vie.07 ya no quiso ir al mdico. C. Tratamiento etnomedicinal Su esposo fue a consultar a don Marcos, quien le dijo que la llevara a la Mesa de esa noche (viven a dos cuadras). 1. Primera Mesa (Vie.07-Sb.08.Ago.09) a) A las 21:30 h su esposo e hijos la llevaron cargada, pues no poda caminar, y no poda respirar. De inmediato don Marcos inici la sesin. b) Diagnstico (rastro): Dao, para que abandone su puesto de venta en el mercado local. c) Incidencias durante la sesin: Tuvo que tomar la bebida San Pedro sentada, y de inmediato don Marcos le dio de tomar el Enhierbado. Se sinti mareada y muy mal; dolores de cuerpo. d) Evolucin: Al trmino de la sesin pudo caminar hasta su casa, despacio y con ayuda. Hizo tres das de dieta. No tena apetito, ni sueo. Tena pesadillas: se senta en el cementerio, enterrada. Los dolores disminuyeron.

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2. Segunda Mesa (Vie.14-Sb.15.Ago.09) Se fue caminando a la sesin. Se Enhierb al trmino de la sesin e hizo tres das de dieta. An no se senta bien y tena pesadillas. 3. Tercera Mesa (Vie.21-Sb.22.Ago.09) Ya se senta bien, tena apetito y caminaba sin problemas. Se Enhierbo, tres dias de dieta. Cesaron las pesadillas. Evolucin: Se recupero completamente. referencia: Entrevista a la paciente en su casa, en compaa de su esposo (Vie.22. Ene.10, 15h30-16h15). Paciente No. 2 ( P09.126, F-20. No poda caminar, dolores intensos) a. afeccin (Dom. 31.May.09) No poda caminar, dolores punzantes en todo el cuerpo, convulsiones e insomnio. Antecedentes: Entre el Vie. 08 y el Lun.11.May la paciente se sinti muy mal, con dolor lumbar y abdominal, por ratos muy intensos, vomit dos veces, no pudo dormir y tuvo pesadillas (una sombra negra la sujetaba). Segn la Historia Clnica de la paciente, al acudir a la sala de Emergencias del Hospital (en Trujillo), el Lun.11 en la maana, se le diagnostic pielonefritis aguda complicada con litiasis renal secundaria a Pseudomona aeruginosa, por lo que de inmediato se la trato con Amikacina de 500 mg (ampolla de 2 mL cada 24 horas) y fue hospitalizada. Fue dada de alta a la maana siguiente por mejora clnica, pero volvi a ser hospitalizada el Vie.15 debido a que presentaba un leve dolor lumbar y disuria (dolor para orinar), y fue dada de alta al da siguiente. En las consultas del Lun.25 y Vie.29 la paciente refiri que no senta dolor; el anlisis de orina (urocultivo) del Mie.27 resulto negativo.

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B. Tratamiento Mdico (No realizado) Al volver a sentirse muy mal, peor que al inicio del mes, pues ahora no poda caminar, sus familiares decidieron llevarla a consulta con don Marcos. C. Tratamiento etnomedicinal (4 Mesas) 1. Consulta inicial (Martes 02.Jun.09. 17h). a) b) c) Asisti sostenida por su mam y hermana, senta hincadas en el cuerpo y convulsiones. Rastro (cartas): Dao. Don Marco le recomend asistir a la Mesa del Vie.05, y mientras tanto le dio como tratamiento: i. Frotaciones con Timolina, desde los pies hasta la cabeza. ii. Preparado a base de plantas, dos copitas (que tom en ese momento y a las 21h): Le calm el malestar y esa noche pudo dormir. 2. Primera Mesa (Vie.05-Sb.06.Jun.09) a) Asiti acompaada de su hermana y hermano, quienes la sostenan para caminar. Tambin los acompa su madre. Senta un fuerte dolor. Al inicio de la sesin y antes de tomar la bebida San Pedro, vomit mucho. Diagnstico (rastro): Dao. Durante la sesin senta insatisfaccin, quera patear todo. No poda pararse sola y sus hermanos tuvieron que sostenerla. Temblaba, poco a poco se fue calmando. b) Tratamiento complementario: Enhierbado y 4 das de dieta. c) Evolucin: Al trmino de la sesin (05 h) sinti que sali de su cuerpo un peso inmenso, y ya poda mover las piernas; senta poco dolor. Sali de la casa caminando, slo su hermano la sostena del brazo. Regresaron a su casa

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en taxi, llegaron a las 06 h, ya no senta dolores ni hincadas. Al cuarto da ya pudo caminar sola; pero no poda dormir. 3. Segunda Mesa (Vie.12-Sb.13.Jun.09) a) b) Tratamiento Complementario: Enhierbado y 4 das de dieta. Evolucin: Se regul su sueo. El mircoles, despus de la dieta, comi una pequea porcin de pescado (que don Marco le haba prohibido) y se intoxic; dolores de cabeza.

4. Tercera Mesa (Vie.19-Sb.20.Jun.09). a) Enhierbado y 4 das de dieta. Al trmino de esta Mesa se sinti bien. 5. Cuarta Mesa (Vie.26-Sb.27.Jun.09). a) Enhierbado y 4 das de dieta. La paciente tuvo una Mesa adicional debido a la intoxicacin que tuvo luego de la segunda Mesa. referencia: Entrevista a la paciente en su casa, en presencia de su madre y su hermana mayor. La paciente se encontraba bien de salud (Vie.17.Jul.09.16:00 h-16:45 h y Lun. 01.Feb.10). Paciente No. 3 (P09.04, F-52, Susto de muerto) a. afeccin (Mediados Dic08). No tena ganas de comer ni de hacer nada, adelgaz mucho, tena sueo todo el da; dolor de cabeza, no poda dormir; dolor en el pecho y afeccin a los bronquios; se asustaba en las noches y no quera salir de su habitacin. Antecedentes: Una noche de Dic. 08, al salir al patio de su casa, vio la sombra de su difunto esposo, quien haba fallecido de cncer un mes antes, sinti frio y mucho miedo. Son agricultores, viven hace 26 aos en el campo (administran 7 haciendas

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de terreno, cerca de la carretera). Actualmente sus hijos (seis, entre 15 y 25 aos) se ocupan de las labores agrcolas. Dos aos antes vio sombras en su casa y cuando sala al patio senta que alguien la sujetaba por detrs, lo cual afect su salud, y fue curada por don Marcos. B. Tratamiento Mdico (No realizado) C. Tratamiento etnomedicinal 1. Asisti consecutivamente a tres Mesas con San Pedro (das viernes): 02, 09 y 16 de Ene.09. Al final de cada Mesa se Enhierb e hizo dieta de tres das cada vez. Asisti acompaada de su hijo de 22 aos. 2. Diagnstico (durante la primera Mesa): Susto de muerto. 3. Tratamiento complementario: Limpieza (curacin) de la casa. En la tercera Mesa llev la tierra de su casa para ser curada; por indicacin del maestro, sahumaron la casa 15 das despus de esa Mesa. 4. Observacin: Al trmino de la primera Mesa se sinti mejor, y al concluir la tercera, don Marco le dijo a su hijo que la llevara al mdico para que le tratara los bronquios. El mdico le recet aplicarse tres inyecciones. 5. avances: La paciente se sinti curada despus de la tercera Mesa. Ya no siente miedo al salir al patio en las noches. El da de la entrevista (05.Feb.09) se encontraba dedicada a sus actividades caseras, y manifest sentirse bien y recuperada. En las visitas del Vie.07.May. (12:00 h) y Sb.23.May (12:30) la encontramos laborando, con un mejor semblante y buen nimo. referencia: Entrevista a la paciente en su casa, en presencia de dos de sus hijas (16 y 18 aos) (Jue.05.Feb.09, 17:45 h-18:05 h; Vie.07.May, 12:00 h y Sb.23.May.09, 12:30 h-12:45 h).

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aGraDECIMIENTOS Al Ingeniero Emerson Collado D., Director del Instituto General de Investigacin de la Universidad Nacional de Ingeniera, por el apoyo econmico otorgado para la realizacin de este proyecto de investigacin. BIBlIOGraFaAgurell, S. (1969a). Identification of Alkaloid intermediates by Gas ChromatographyMass Spectrometry. I. Potential Mescaline Precursors in Trichocereus species. Lloydia, 32, 40-45. ________. (1969b). Cactaceae Alkaloids. I. Lloydia, 32, 206-216. Davis, E. (1983). Sacred Plants of the San Pedro Cult. Bot. Musseum Leaflets, 29, 367-385. Harvard University. Dobkin de Rios, M. ()1977). Plant Hallucinogens and the Religin of the Mochica - an Anciant Peruvian People. Economic Botany, 31, 189-203. ________. (1979). Curanderismo Psicodlico en el Per: Continuidad y Cambio. En: Segun, C. A. (ed.), Psiquiatra Folklorica. Shamanes y curanderos. Lima: Esrmar. pp. 67-74. Friedberg, C. (1980). Lo imaginario en las Terapias Populares. Medicina Tradicional, 3, 29-44. (Mxico). Harley Mason, J. et al. (1958). I. The metabolism of mescaline in the human. II. Delayed clinical reaction to mescaline. Confin. Neurol., 18: 152-155. Kapadia, G. & Fayez, M. (1970). Peyote Constituents: Chemistry, Biogenesis and Biological Effects. J. Pharm. Sci., 59, 1699-1727. Organizacin Mundial de la Salud -OMS-. (2000). General Guidelines for methodologies on research and evaluation of tradicional medicine, WHO, Geneve, 71p. (Chap. 3. Clinical Research: 11-16). Patel, A. (1968). Mescaline and related compounds. Fortsch. Arzneim.-Forsch, 11, 11-47. Polia, M. (1996). Despierta remedio, cuenta...: adivinos y mdicos del Ande. Lima: Pontificia Universidad Catlica del Per. 893 p. 2 Tomos .Vctor;, Marco& Jorge. (2009). Estudio Etnomedicinal de las Mesas con San Pedro. Verificacin de casos de curacin. .Universidad de Caldas Colombia. Reyna P., Vctor & Flores G., Jos. (2001). El uso del (Echinopsis pachanoi) en medicina tradicional peruana. Quepo, 15, 28-37. Per. Reyna P., Vctor; Carbajal F., Marco & Carbajal R., Jorge. (2009). Estudio Etnomedicinal de las Mesas con San Pedro. Verificacin de casos de curacin. Cultura y Droga, 14, 79-88. Universidad de Caldas, Colombia.

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VALORACIN In vITro DE Bocconia frutescens L. CONTRA Trichophyton rubrum. COMPROBANDO LA MEDICINA TRADICIONALENRIQuE SuAREZ LASSO*Recibido: 17 de agosto de 2010 Aprobado: 5 de octubre de 2010

rESUMEN

El Trichophyton rubrum es el principal causante de dermatomicosis, para este hongo se han utilizado frmacos sintticos los cuales presentan efectos colaterales y adems su eficacia es variable. Los extractos de Bocconia frutescens son usados en la medicina popular para casi todo tipo de problema de dermatitis infecciosa. En este estudio se muestra la evaluacin antifngica in vitro de 3 partes de la especie vegetal de Bocconia frutescens: hoja, tallo y semilla contra cepas de Trichophyton rubrum patgenas para el hombre. Los extractos de cada parte de la planta se obtuvieron mediante extraccin Soxhlet utilizando como disolvente etanol al 95%; para la preparacin de los agares se utiliz agar P.D.A; se inocul el hongo en el centro de cada caja petri para medir el crecimiento del dimetro durante 15 das. Se realiz una prueba Kruskal-Wallis, anlisis multifactor anova, prueba Tukey y la determinacin del DL50 y DL100. Se hall que T. rubrum es sensible in vitro a los tres extractos de B. frutescens, la accin del tallo es diferente a la hoja, el tallo es diferente a la semilla y la hoja es igual a la semilla. Estos resultados permiten proponer a esta especie como una fuente potencial de compuestos antimicticos y debe ser sometida a nuevos bioensayos y realizar estudios fitoqumicos para obtener el porcentaje de componentes fitoqumicos de cada parte de la planta.Palabras clave: T. rubrum, B. frutescens, medicina tradicional, dosis minimas.

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Bilogo. Correo electrnico: [email protected]

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ISSN 0122-8455

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Bocconia frutescens L. In vITro EVALUATION VERSUS Trichophyton rubrum. ConFIrMInG TrADITIonAL MEDICInE.aBSTraCT

Trichophyton rubrum is the main cause of dermatomycoses. Synthetic drugs which have side effects and present a variable effectiveness have been used for treatment of this fungus. Bocconia frutescens extracts are used in folk medicine to treat almost all problems of infectious dermatitis. This study shows in vitro antifungal evaluation of 3 parts of the plant species of Bocconia frutescens leaf, stem and seed, versus Trichophyton rubrum strains pathogenic for humans. Extracts of each plant part were obtained by Soxhlet extraction using 95% ethanol as solvent; for the preparation of agar PDA agar was used; the fungus was inoculated in the middle of each petri dish to measure the diameter growth during 15 days. A Kruskal-Wallis test was performed, multifactor ANOVA analysis was made, and Tukey test and determination of the DL50 and DL100 were carried out. It was found that T. rubrum is susceptible in vitro to the three B. frutescens extracts, the action of the stem is different from that of the leaf, the stem is different from the seed and the leaf is equal to the seed. These results allow proposing this species as a potential source of antifungal compounds and must be subject to new bioassays and phytochemical studies to obtain the percentage of phytochemical components of each part of the plant.Key words: T. rubrum, B. frutescens, traditional medicine, small doses.

INTrODUCCIN Las dermatofitosis son las micosis ms comunes segn el hospital general de la ciudad de Mxico, siendo Trichophyton rubrum el agente causal hasta en el 80% de los casos (Hernndez et al., 2007). La terapia tpica constituira el tratamiento ideal, ya que no produce efectos adversos sistmicos ni interacciona con otros posibles frmacos que reciba el paciente, pero slo consigue la curacin en un pequeo subgrupo de onicomicosis. Por ello, en el resto de casos se precisa la administracin de antifngicos sistmicos. El ms utilizado clsicamente en el tratamiento de las

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onicomicosis es el ketoconazol. Han sido sustituidos por nuevos principios, activos que consiguen mejores resultados con menor duracin de tratamiento y mejor perfil de seguridad, como el itraconazol, un derivado azlico cuyo tratamiento dura de seis a nueve meses (Llambrich & Lecha 2002). El ketoconazol y sus efectos secundarios causan erupcin cutnea, prurito, nuseas o vmitos, dolor abdominal, dolor de cabeza, mareos, fatiga, causa una reaccin que da lugar a grave reduccin de la presin arterial, shock o anafilaxia, depresin, prdida del cabello, sensaciones de hormigueo (Nizoral 2008). Mundialmente se ha observado incremento en los casos de micosis asociada a falla teraputica. Ante el desconocimiento real de este fenmeno en Mxico, se decidi estudiar la resistencia a antifngicos. Aislamientos de T. rubrum a partir de onicomicosis fueron resistentes a fluconazol, ketoconazol e itraconazol (Manzano et al., 2008). Existen alternativas naturales como plantas como Bocconia frutescens (Papaveraceae) que puede servir para el tratamiento de Trichophyton rubrum, ya que esta es usada gracias al conocimiento tradicional en algunas comunidades colombianas para tratar casi todo tipo de afeccin en la piel (Lasso, 2010). La B. frutescens se encuentra frecuentemente en bordes de caminos, derrumbes y crecimiento secundario, es una planta de distribucin amplia y propia de sitios perturbados con buena iluminacin y humedad. Est distribuida desde Mxico hasta Sudamrica, a lo largo de las cadenas montaosas, en Colombia se distribuye en las tres cordilleras, en el Eje Cafetero se encuentra desde 1500 hasta cerca de los 3200 metros de altitud (Vibrans, 2009; Red Nacional de Jardines Botnicos 2008; Vargas, 2002). En esta prctica investigativa se evaluaron tres partes de la planta Bocconia frutescens L.: semilla, hoja y tallo, contra el crecimiento de cepas de Trichophyton rubrum, hongo conocido popularmente como tia. METODOlOGa Se prepararon 3 extractos orgnicos: hoja, tallo y semilla, los cuales se obtuvieron mediante el mtodo Soxhlet1. Se recuperaron 60 ml de extracto de cada parte de1

La extraccin Soxhlet se fundamenta en la colocacin del solvente en un baln; ebullicin del solvente que se evapora hasta un condensador a reflujo; el condensado cae sobre un recipiente que contiene un cartucho poroso con la muestra en su interior; ascenso del nivel del solvente cubriendo el cartucho hasta un punto en que se

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la planta. Posteriormente, se redujo por evaporacin en fro de etanol el nivel del extracto de 60 ml hasta 30 ml, luego se adicion 30 ml de ADE (Agua Destilada Estril) para recuperar los 60 ml, lo anterior con el fin de bajar la concentracin de alcohol del extracto debido a que puede afectar el crecimiento de Trichophyton rubrum y alterar los resultados. Se prepar agar PDA segn las indicaciones del fabricante. De cada tratamiento semilla, tallo, hoja se tomaron 1.6, 0.8, 0.4 y 0.2 ml vertiendo cada cantidad en cada caja de petri luego se agregaron 20 ml de agar a cada uno, de cada concentracin de extracto se realizaron seis rplicas. Igualmente se prepararon cuatro cajas con agar ms 1.6, 0.8, 0.4 y 0.2 ml de alcohol etlico como control. Las concentraciones resultantes fueron 25.000 ppm, 12.500 ppm, 6.250 ppm y 3.125 ppm para cada parte de la planta. La cepa de Trichophyton rubrum fue obtenida en el Laboratorio de Microbiologa de la Universidad de Caldas. El hongo empleado para inocular todos las cajas se sembr inicialmente en agar PDA para su desarrollo, posteriormente el agar con el hongo se cort aspticamente en cuadritos de 3 mm, los cuales se inocularon en todo el centro de los agares con el extracto. El dimetro fue medido diariamente y durante 15 das tomando dos medidas, el ancho y el largo de la circunferencia del hongo, con calibrador o vernier. Se determin el porcentaje de crecimiento con base al control. Se realiz anlisis de varianza, ANOVAS de mltiple factor para concentraciones, tratamientos y su interaccin; en la comparacin entre tratamientos se tom como variable dependiente el rea de crecimiento, como factores los tratamientos y las concentraciones. Para comparar las concentraciones se tom como variable dependiente el dimetro de crecimiento, como factores das y concentraciones, para cada ensayo a los tratamientos que no presentaron variacin se les aplic una prueba Mnima Diferencia Significativa (LSD). Por ltimo se realiz un anlisis Probit a cada parte de la planta, para determinar DL50 y DL100. Los anlisis de varianza y las pruebas LSD y Kruskal-Wallis se realizaron en el software Statgraphics Plus versin 4.1 para Windows (Statgraphics 1999) y el anlisis Probit se realiz en el software Statplus versin 4.9.produce el reflujo que vuelve el solvente con el material extrado al baln y se vuelve a producir este proceso la cantidad de veces necesaria para que la muestra quede agotada. Lo extrado se va concentrando en el baln del solvente.

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rESUlTaDOS En el primer ensayo a 25.000 ppm, se observa que el hongo en el medio control comienza su actividad de crecimiento al cuarto da, mientras que en los medios con semilla y hoja el hongo empiezan su actividad de crecimiento el da 9 de haber sido inoculado; el extracto tallo es el que tiene la mayor inhibicin del crecimiento ya que el hongo comenz su actividad de crecimiento en el da 12. Al final del experimento el hongo tratado con la hoja creci un 50,83%, el hongo tratado con extracto de semilla creci 47,47% y el hongo tratado con el tallo creci 23,52%, con respecto al hongo inoculado en el medio control (Figura 1).

Figura 1. Ensayos a 25.000 ppm mostrando crecimiento (dimetro vs tiempo) de Trichophytum rubrum segn cada tratamiento.

En el segundo ensayo a 12.500 ppm, se observa que el hongo en el medio control comienza su actividad de crecimiento al segundo da, mientras que el medio con hoja comienza su actividad al tercer da, la semilla al cuarto da y el tallo al quinto da. El hongo tratado con la semilla creci un 51,88%, el tallo creci 26% y la hoja 80%, con respecto al hongo inoculado en el medio control (Figura 2).

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Figura 2. Ensayos a 12.250 ppm mostrando crecimiento (dimetro vs tiempo) de Trichophytum rubrum segn cada tratamiento.

En el tercer ensayo a 6.250 ppm, se observa que el hongo en el medio control comienza su actividad de crecimiento al segundo da, mientras que en el medio con semilla, hoja y tallo comienza su actividad de crecimiento al cuarto da. El hongo tratado con la semilla creci 62,20% con respecto del control, el tallo creci 40,33% y la hoja 84,29% (Figura 8).

Figura 3. Ensayos a 6250 ppm mostrando crecimiento (dimetro vs tiempo) de Trichophytum rubrum segn cada tratamiento

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