Religión

La religión ocupaba un lugar fundamental en la vida de los egipcios: era un elemento unificador de la población y justificaba la organización política y social del reino. La creencia en la continuidad de la vida después de la muerte era su característica más significativa.

Características de la Religión Egipcia

La religión de Egipto fue:

A)   Politeísta ( poli: muchos, teo: dios ): Adoraban varios dioses, puesto que la necesidad de una explicación ante los misterios de la naturaleza, los llevó a divinizar diversos fenómenos y elementos como la lluvia, el sol, el río, animales y plantas.Otra de las características era el Naturalismo ya que creían en las fuerzas de la naturaleza, tales como la lluvia, los astros, la germinación.Además era Zoomórfica (zoo: animal; morfo: forma), al principio los dioses tenían forma de animales, luego serían mitad humano y mitad animal, hasta terminar con una forma totalmente humana. También el culto a ciertos animales fue muy popular, como por ejemplo adorar a los gatos, hasta

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existían cementerios de perros, cocodrilos, halcones e incluso peces del Nilo.

B)   Antropomorfista: Porque representaron a sus dioses con forma, generalmente humana.

Todos los actos de la vida diaria entre egipcios giró en base al sentimiento religioso, e incluso el gobierno se hacía en nombre de Dios (Gobierno Teocrático). La filosofía, la moral, el concepto de lo grandioso y eterno que apreciamos en sus construcciones y representaciones escultóricas, están impregnadas de una profunda religiosidad que precisamente llevó a Heródoto a afirmar que los egipcios fueron: "Los más religiosos de los Hombres".

Dioses

La religión egipcia era politeísta. En sus orígenes, cada región tenía sus propios dioses y su propio culto. Con la unificación del reino, los dioses de las ciudades más importantes se impusieron sobre el resto y se estableció un culto oficial.

Los egipcios creían que Ra, el dios del Sol, era el creador del mundo. Cuando la ciudad de Tebas se convirtió en capital de Egipto, su dios Amón, fue asimilado a Ra, y bajo el nombre de Amón-Ra, se convirtió en el dios principal. Mientras vivía, el faraón era identificado con

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Horus, el dios de los cielos con forma de halcón, y después de su muerte con Osiris, dios del Nilo, de la fertilidad de la tierra, de los muertos y de la resurrección. Otros dioses importantes eran Seth, dios del desierto y de las tormentas, Isis, diosa lunar y protectora de los niños, Hator, diosa del amor, el nacimiento y la muerte, y Anubis, dios de la momificación.

Los dioses eran representados con forma humana, con forma de animal o con la combinación de ambos; por ej. Con cuerpo humano y cabeza de animal.

Cultos y ceremonias religiosas

El culto a los dioses se llevaba a cabo en los templos, que eran considerados sus moradas. En el interior de cada templo había una capilla donde se alojaba la escultura del dios. Allí, cada mañana, un sacerdote ofrecía al dios un ritual que incluía ofrendas de comidas, perfumes y vestidos. Se esperaba, en retribución, que el dios velara por la prosperidad y la seguridad del reino. El pueblo no tenía acceso al interior de los templos y sólo presenciaba los rituales en días de fiesta.

Los templos más grandes eran controlados por el Estado y se mantenían con las tierras, barcos y trabajadores que les adjudicaba el faraón.

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Creencias sobre la vida en el más allá

La idea que los egipcios tenían sobre la vida ultraterrena era el resultado de la combinación de distintas creencias. La más antigua consideraba que el individuo habitaba en su tumba después de su muerte, en condiciones semejantes a las de su vida anterior. Por eso consideraban necesario proveer a la tumba con ofrendas, en particular alimento y bebida. Luego, se desarrollaron otras creencias sobre el destino de los muertos, el destino solar y el osiriano.

Destino solar: El Faraón por su carácter divino, tuvo reservado, un destino privilegiado después de la muerte: acompañar al dios solar Ra en su barca durante su viaje diurno y nocturno. Durante el día, la barca lo transportaba de una extremidad del cielo a la otra y durante la noche lo llevaba a través de las regiones oscuras del Más Allá y a beneficiarse con su proximidad.

Gradualmente, este destino solar privilegiado del rey se extendió a la familia real, más tarde se generalizó y fue parte de las expectativas de la gente común.

Destino osiriano: Paralelamente a la conquista por la gente común del destino solar de ultratumba, se desarrolló el culto a Osiris,

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el dios de los muertos y de la resurrección. Osiris reinaba en una región subterránea, donde el muerto podía retomar las actividades que había realizado durante su vida. Pero la entrada en el Más Allá estaba sujeta a una serie de pruebas, entre ellas el juicio de los muertos. En este juicio, los actos del individuo eran considerados por un tribunal de dioses, presidido por Osiris, que establecía si había obrado con justicia, durante su vida.

El libro de los muertos

Los egipcios proveían a los muertos de fórmulas mágicas que los ayudaran a superar los peligros que los esperaban en el Más Allá. Estos conjuntos de fórmulas fueron escritos en las cámaras interiores de las pirámides (los textos de las pirámides), más tarde en los sarcófagos (los textos de los sarcófagos) y por último en rollos de papiro (el Libro de los Muertos), decorados con viñetas.

Después de la  muerte, los egipcios creían que su  alma, "ba" viajaría al reino de Osiris para ser juzgada ante su tribunal divino. Para ello el muerto cruzaba un río y pasaba por siete portales custodiados, y debía luchar con serpientes y cocodrilos, mientras dioses malos lo hostigaban. Al final de ese viaje sería juzgado por las obras que había realizado en su vida, eso se sabía  pesando su corazón en una balanza manejada el dios chacal Anubis. En uno de los platillos se

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colocaba el corazón, y en el otro platillo había una pluma. La balanza debía mantener el equilibrio si el hombre había sido bueno, así su alma podría vivir junto a Osiris y gozar de la vida eterna. Pero si los pecados pesaban más, el alma era condenada a ser devorada por un monstruo terrible. 

Para que el alma pudiera defenderse y justificarse frente al tribunal de Osiris, se colocaba en la momia un ejemplar del Libro de los Muertos, el cual tenía un conjunto de fórmulas que debían recitar antes de ser juzgado. El Libro de los Muertos era uno de los objetos más caros del Antiguo Egipto.

Se tenía la esperanza de poder vivir eternamente, por esa razón eran colocadas todas las pertenencias del difunto en su tumba. En muchos casos se ponían estatuillas que simbolizaban lo que esa persona necesitaría en el más allá. Todo debía estar en perfectas condiciones, empezando por el propio cuerpo de la persona, ya que si se producía algún daño, como una rotura de un brazo, así se llegaría a la otra vida.Entre los objetos más comunes de encontrar en las tumbas están las estatuas que representan ejércitos y sirvientes.

El capítulo 125 del Libro de los Muertos contiene las declaraciones de inocencia del muerto ante el tribunal. El siguiente texto es un fragmento de esas declaraciones:

“…..No he cometido crímenes en contra de la gente…. No he robado a un pobre, no he

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hecho lo que el Dios aborrece, no he calumniado a un sirviente ante su amo, no he causado dolor, no he causado lágrimas, no he matado, no he hecho matar, no he hecho sufrir a nadie”.

Momificación

El inicio de la momificación se llevaba a cabo dos o tres días después de la muerte. El cuerpo era llevado a los embalsamadores, quienes trabajaban a orillas del Nilo, porque necesitaban abundante agua. Se colocaba al difunto sobre una mesa de piedra o de madera, se lavaba el cuerpo y se procedía a la extracción del cerebro. Con ayuda de un instrumento de hierro curvo extraen primero el cerebro por las narices.

Después, con una piedra cortante de Etiopía (por ej: un cuchillo de obsidiana) hacen una incisión a lo largo del costado, se sacaban los órganos internos, estómago, intestinos (que lavan, y purifican con vino de dátiles y purifican por segunda vez con especias molidas), pulmones e hígado, los envolvían en un paño de lino y se introducían dentro de los cuatro vasos canopos bajo la protección de cuatro dioses especiales, llamados “hijos de Horus”, representados en las tapas de estos vasos.

Después rellenan el vientre con mirra pura molida, con canela y con otra especie, excepto incienso y lo cosen.

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El corazón se dejaba dentro del cuerpo porque no debía separarse de su cuerpo, pues era el lugar donde residían los sentimientos, la conciencia y la vida.

Hecho esto, salan el cuerpo y lo recubren con natrón durante 70 días, para que el cuerpo, al estar totalmente deshidratado, ya no se pudiera descomponer. Transcurrido este tiempo, lavaban el muerto con agua del Nilo y se lo ungía con bálsamos aromáticos. Una vez realizados todos estos pasos, el cuerpo se envolvía en vendas de lino impregnadas a veces en resina, mediante un ritual muy estricto. Durante este proceso un sacerdote que utilizaba una máscara del dios Anubis recitaba los conjuros religiosos correspondientes. Se empezaba vendando los dedos uno por uno, las extremidades y por último el resto del cuerpo. Los brazos podían ponerse estirados a lo largo del cuerpo, o se cruzaban en el pecho en posición osírica. Se terminaba envolviendo la cabeza. Entre los vendajes se introducían amuletos y tiras de lino con textos del Libro de los Muertos. Sobre el pecho se colocaban un escarabajo alado y las imágenes de los cuatro hijos de Horus, los dioses protectores de los órganos internos. La cabeza de la momia se cubría con una máscara pintada, y en el caso de momias reales, la máscara funeraria podía ser de oro, como la encontrada en la momia de Tutankhamon.Finalmente, la momia se introducía en uno o

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varios sarcófagos de madera o de piedra que se ponían uno dentro de otro y se entregaba a la familia para comenzar con los ritos funerarios y llevarlo a su tumba.

Cultura

La civilización egipcia realizó importantes aportes al desarrollo de las creencias y el arte.

La escritura

Los egipcios desarrollaron 3 sistemas de escritura. La más antigua era la jeroglífica, que se usaba para los textos sagrados o reales y se grababa sobre la piedra. Como este sistema de escritura era muy complejo (tenía más de 750 signos), se desarrolló una forma más simplificada que permitió reducir el número de signos: la escritura hierática, estos signos eran apropiados para escribir sobre papiro, con tinta y fueron utilizados por los sacerdotes. El papiro se preparaba con una planta que crece en las márgenes del Nilo.

Posteriormente, se desarrolló la escritura demótica, una escritura más popular y difundida, usada por los escribas en sus tareas administrativas y cotidianas.

El desarrollo técnico y científico

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La organización social y económica de los egipcios generó necesidades que impulsaron el desarrollo de diversas ciencias, en las que se destacaron: su conocimiento de la matemática, que les permitió construir grandes obras arquitectónicas e hidráulicas y contabilizar la producción agrícola y los tributos.

Con los estudios de astronomía pudieron crear un calendario solar, con un año de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días cada uno, además de 5 días adicionales. También calcularon los períodos de inundación provocados por las crecidas del Nilo, y a partir del régimen del río dividieron el año en 3 estaciones de 4 meses cada una: inundación, siembra y cosecha.

También desarrollaron la medicina. Aunque al principio estaba impregnada de elementos mágicos, los médicos egipcios supieron reconocer el carácter natural de las enfermedades. La práctica de la momificación propició el estudio de la anatomía humana.

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