Dante Comedia Paraíso Crespo

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St-ix llarral Biblioteca l’ormentor Dante Alighieri Comedia^ Paraíso Edición bilingüe. Traducciónyprólogo y notas de Ángel Crespo

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Dante, La divina Comedia: Paraíso

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  • St-ix llarral Biblioteca l ormentor

    Dante AlighieriComedia^ ParasoEdicin bilinge. Traducciny prlogo y notas de ngel Crespo

  • ComediaParaso

  • L'ix B a r ra l B ib lioteca F o rm e n to r

    Dante Alighieri ComediaParaso

    Edicin bilinge

    Traduccin, prlogo y notas de n g e l C r e s p o

  • I'nuict ii edu iou cu Scix Marral: I*177 l*i iiiu-i il c
  • Sumario

    p. ix

    Prlogo

    p. xix

    P A R A S O

    p. i

    Indice alfabtico

    p. 4 01

    Apndice

    p. 4 1 7

  • S U M A R I O

  • i Subida al Paraso 3Ascensin de Dante y Beatriz a travs de la esfera del fuego

    U C I E L O I ( i ) : E S P R I T U S D E B I L E S 1 5

    Aparecen como imgenes reflejadas en ntidos espejos o aguas lmpidas y tranquilas

    U C I E L O I ( 2) 2 9

    l u n a : n g e l e s

    Inconstantes en los votos: Piccarda Donati, la emperatriz Constanza

    iv c i e l o i ( 3 ) 3 9Grados de beatitud. Sede de las almas bienaventuradas.Voluntad absoluta y voluntad relativa

    V C I E L O I (4) 5 1

    Esencia y valor del voto

    C I E L O II ( i ) : E S P R I T U S A C T I V O S

    Aparecen como resplandores llameantes que cantan y bailan

    M E R C U R I O : A R C A N G E L E S

    vi C I E L O I I ( 2) 63Ambiciosos de la vida activa:Justiniano, Romeo

    XI

  • Sumario

    V C I E L O I I ( 3 ) 7 7

    Justicia c injusticia en la muerte de Cristo.El misterio de la Redencin. Corrupcin de los elementos. Resurreccin de la carne

    vi C I E L O I I I ( i ) : E S P R I T U S A M A N T E S 89Aparecen como resplandores que, bailandoy cantando, se mueven ms o menosrpidamente

    v e n u s : p r i n c i p a d o s

    Amantes: Carlos MartelLa constitucin de la sociedad

    ix C I E L O I I I ( 2) 101Cunizzia da Romano, Folquet de Marselha,RaabInvectiva contra Florencia y la corrupcin de la Curia romana Ascensin al otro lado de las sombras de la Tierra

    X C I E L O I V ( i ) : E S P R I T U S SABIOS 1 1 3

    Dispuestos en tres crculos de fulgores concntricos, segn la intensidad de la luz, bailan y cantan

    SOL : P O T E S T A D E S

    Telogos, maestros, historiadores, etc.;Santo Toms de Aquino, San Alberto Magno, Graciano, Pedro Lombardo, Salomn, Dionisio Areopagita, Paulo Orosio,Boecio, San Isidoro de Sevilla, Beda, Ricardo de San Vctor, Sigiero de Bravante

    xii

  • Sumario

    Falacia de los juicios humanos. La vida de San Francisco. La vida de Santo Domingo

    xi c i e l o i v (2) 127

    X CIELO IV (3) *39San Buenaventura, Agustn de Ass, Iluminado de Rieti, Hugo de San Vctor, Pedro Comstor, Pedro Hispano, Natn, San Juan Crisstomo, Anselmo de Aosta, Donato, Rabano Mauro, Joaqun de Fiore

    La sabidura de Salomn. La gloria de los bienaventurados tras la Resurreccin

    x iv CIELO V ( i ) : ESPRITUS MILITANTES 165

    Mustranse como fulgores rojizos que constelan una cruz griega y se mueven centelleando en ella. Cantan melodas inefables en alabanza a Cristo

    m a r t e : v i r t u d e s

    XV CIELO V (2) 175Guerreros: Cacciaguida La antigua Florencia

    XVI CIELO V (3) 187

    Nobleza de Dante. La antigua Florencia.Familias florentinas

    XVU CIELO V (4) 201

    El exilio de Dante. Su misin y su obra

    Xi CIELO IV (4) *53

    Xlll

  • Sumario

    El alentamiento de Beatriz Josu, Judas Macabeo, Carlomagno, Roldan, Guillermo de Orange, Renoardo, Godofredo de Builln, Roberto Guiscardo

    xviii C I E L O V (5) 213

    CIELO VI ( i ) : ESPRITUS JUSTOS

    Aparecen como resplandores que, cantando, vuelan para formar la sentencia bblica Diligite iustitiam, qui iudicatis terram.La figura de la letra M, con el descenso de otros fulgores de lo alto, se transforma en lirio herldico y luego en guila, smbolo del imperio y de la justicia

    J P I T E R : D O M I N A C I O N E S

    xix CIELO VI (2) 223Inescrutabilidad de la justicia divina.Contra los malos prncipes

    XX CIELO VI (3) 235Canto de los espritus Justos: David, Trajano, Ezequas, Constantino, Guillermo II el Bueno de Sicilia y Apulia, Rifeo

    xxi CIELO VII ( i ) : ESPRITUS CONTEMPLATIVOS

    Aparecen como resplandores que descienden a lo largo de una escalera de oro, cuya cima no alcanza la vista. Juntos, en un determinado peldao se separan, subiendo o bajando de nuevo, o continan girando.No cantan para no oprimir el poder auditivo de Dante

    XIV

  • Sumario

    s a t u r n o : t r o n o s

    Contemplativos: Pietro Damiano Inescrutabilidad de las razones que rigen la predestinacin

    X X C I E L O V I I ( 2 ) 2 5 9

    San Benito, Macario, Romualdo Decadencia de las rdenes monsticas

    xxiii Subida por la escalera del Cielo 2 7 1

    C I E L O V I I I ( 1 ) : E S P R I T U S

    T R I U N F A N T E S

    Aparecen como una mirada de luces inflamadas por un esplndido sol en el cual se transparenta la figura de Cristo

    e s t r e l l a s f i j a s : q u e r u b i n e s

    Triunfo de Cristo; la Virgen Mara

    X X V C I E L O V I I I ( 2) 2 8 1

    San PedroEl concepto de Fe. Pruebas de la inspiracin divina de las Escrituras. Los milagros, fundamento de la Fe

    X X V C I E L O V I I I ( 3 ) 2 9 3

    Santiago el MayorEl concepto de Esperanza. La Revelacin, fuente de Esperanza.Objeto de la Esperanza Ceguera temporal de Dante

    X X V C I E L O V I I I (4) 3 05

    San Juan EvangelistaObjeto de la Caridad. Argumentos filosficos y Revelacin, fuentes de Caridad

    XV

  • Sumario

    x x v ii

    x x v iii

    xx ix

    X X X

    C I E L O V I I I ( 5 ) 3 1 7

    Himno de los bienaventurados a Dios Invectiva de San Pedro contra la Iglesia

    C I E L O I X ( i ) : COROS A N G L I C O S 3 2 9

    Las jerarquas anglicas aparecen como nueve crculos encendidos que giran alrededor de un punto sumamente luminoso

    p r i m e r m v i l : s e r a f i n e s

    San Pedro, Dios, jerarquas y coros anglicos

    C I E L O IX ( 2 ) 3 4 I

    Creacin de las inteligencias. Los ngeles rebeldes. Facultades humanas y anglicas.Contra los falsos predicadores

    C I E L O X ( 1 ) : TODOS LOS A N G E L E S

    Y B I E N A V E N T U R A D O S 3 5 3

    Un torrente de luz flgida con un chorro de centellas que se esparcen sobre las orillas consteladas de flores antes de entrar en la maravillosa cascada.E l torrente se transforma en crculo, las centellas en ngeles, las flores en almas bienaventuradas.La cndida rosa, formada por los bienaventurados concntricamente dispuestos en la espiral de los ptalos.Tres crculos del mismo dimetro, de distinto color, reflejo el segundo del primero, y el tercero tal fuego que emana de los dos primeros. En el segundo crculo aparece la imagen de un rostro humano

    E M P R E O

    XVI

  • Sumario

    x x x i c i e l o x (2) 365San Bernardo, Virgen Mara

    x x x ii C I E L O X (3) 377Eva, Raquel, Beatriz, Rebeca, Judit, Sara,Ruth, San Juan Bautista, San Francisco de Ass, San Benito, San Agustn, Gabriel,Adn, San Pedro, San Juan Evangelista,Moiss, Santa Ana, Santa Luca Salvacin de los nios inocentes

    X X X i C I E L O X (4) 389

    La Santsima TrinidadOracin de San Bernardo a la Virgen.La visin de Dios. Invocacin a la Gracia. Unidad y trinidad de Dios. Iluminacin suprema a la Gracia

  • P R L O G O

  • A l presentar esta traduccin al castellano de la tercera cantiga de la Commedia de Dante, parece oportuno volver sobre un tema ya tratado al prologar la del Purgatorio: el de la comparacin, a efectos de excelencia absoluta o relativa, de las tres partes del poema sacro. Dante es de por s una literatura, ha escrito Aldo Vallone, y su sntesis, al mismo tiempo que su cima, es precisamente el gran poema que nos ocupa. No podemos, pues, correr el riesgo de malinterpretarlo, y por ello nos vemos en el caso de abordar la lectura de su ltima parte despus de haber tratado de disipar el humo de ciertos prejuicios demasiado arraigados en nuestros ambientes culturales.

    El crtico, dice Benedetto Croce, no puede, nuevo Paris, conceder a una de las tres diosas la manzana de la belleza; y no es de eso de lo que trato, puesto que, de hacerlo, esa manzana se convertira en la de la discordia. Lo que s me agradara aclarar es que la comparacin de las tres partes de la Comedia con tres deidades con todo y con lo que de magnificadora pueda tener crea un grave equvoco; pues la verdad es que, si queremos hablar de deidades, no hay, ni puede haber, en este caso tanto en la intencin del poeta como en la lectura atenta y libre de prejuicios ms que una, sola y esplendente, cuyos miembros no deberan ser separados y dispersados por la crtica.

    Y , sin embargo, la tenacidad de los tpicos hace que muchos posibles lectores de la totalidad del poema se conformen con su primera y, todo lo ms, con su segunda parte, y no se sientan atrados por la final, sin cuya lectura quedan en la sombra muchos de los valores poticos de las anteriores. Es cierto que el pensamiento filosfico y teolgico de Dante puede representar un

    XXI

  • aparente obstculo al goce de una lectura integral, por cuanto queda ms lejos de nosotros que los aspectos picos y realistas y que las efusiones lricas y excelencias de estilo de su imaginacin potica. Y si es cierto que las imgenes musicales y visuales de Dante llegan ms directamente a la sensiblidad actual que los complicados matices de su pensamiento especulativo, no lo es menos que, si ste se nos escapa, corremos el riesgo de que los otros queden aislados del conjunto y, en consecuencia, gravemente disminuidos.

    Se dice, y es verdad, que en el Paraso hay mucha filosofa y mucha teologa; pero, es que no la hay en el resto del poema? Es que en el Infierno no se habla del Juicio Final, de la resurreccin de la carne, de la clasificacin y orden de los pecados y de otros temas filosficos y teolgicos? Es que la estructura de la primera cantiga, y la del Purgatorio, no son la plasmacin potica de una suma de principios especulativos que, de no llegar a comprender, las reduciran a una serie de cuadros de gnero de ultratumba? En el Purgatorio y en el Paraso son, sin duda, ms abundantes las disquisiciones teolgicas, pero ello se debe, no a capricho erudito o a cansancio de la imaginacin del poeta, sino a que la progresiva iluminacin que va adquiriendo a lo largo de su camino exige la puntualizacin de una serie de cuestiones que armonizan de manera cabal y sumamente potica con las visiones y conversaciones de otro gnero de que Dante va dando cuenta a sus lectores.

    La Comedia es, ante todo, la aventura intelectual del hombre en busca de su salud, es decir, de Dios, origen y meta de todas las cosas segn la concepcin cristiana del mundo y muy en particular de la humanidad. No es un poema msticamente intuitivo, en el que sobrara toda especulacin, sino la obra en que una de las imaginaciones ms portentosas que jams haya habido aborda el conocimiento potico de la verdad. No se trata de poner una serie de conocimientos histricos, filosficos y teolgicos al servicio de una imaginacin exaltada, sino, muy por el contrario, de poner esa imaginacin al servicio de una verdad consi

    Prlogo

  • derada como la ms alta, y nica capaz de acallar la sed intelectual del cristiano.

    A lo largo del viaje dantesco, la verdad se le va revelando al poeta progresivamente, y Dios mismo, suprema verdad, se le ir presentando bajo aspectos distintos, pero no contradictorios; y el perfeccionamiento de tal revelacin se consumar, precisamente, en el Paraso. Por ello, no es mera pedantera, por ejemplo, que Dante se haga examinar, ya a las puertas del Empreo, por San Pedro, Santiago el Mayor y San Juan Evangelista. La aprobacin del examen sobre la Fe, la Esperanza y la Caridad es la que verdaderamente le franquea su ltima y ya mstica visin. Y ello sucede porque nuestro poeta no poda dejar de ser un intelectual ni en los momentos de su suprema ascensin, en los que otros muchos autores se han mostrado como msticos exaltados e intuitivos. Para que no queden dudas sobre su pensamiento, Dante escribe, hablando de la beatitud de los coros anglicos:

    Cmo el gozar beatitud se funda en el acto que ve, verse aqu puede; no en el que ama, que luego lo secunda [xxvm . 109-11]

    lo que quiere decir que el amor incluso el de los ngeles es una consecuencia del conocimiento; afirmacin, sta, que nos parece una clave para la comprensin de la Comedia y para la justificacin potica por lo menos en principio de cuantas disquisiciones filosficas y teolgicas se encuentran en ella.

    Pero hay ms: en un estudio sobre el papel estructural de la metamorfosis en la Comedia (y. v. 99 n) he tenido ocasin de poner de relieve que la propia teologa de Dante es en ocasiones potica, es decir, que se basa ms en la intuicin artstica que en los presupuestos de la escolstica de su tiempo, lo que hace intiles los intentos de concordar estrechamente no los de mostrar relaciones una y otra concepcin. Tambin resultara intil el esfuerzo por hacer concordar la teologa de los profetas con la generalmente admitida entre el pueblo hebreo con anterioridad

    Prlogo

    x x i i i

  • Prlogo

    i su aparicin; y ello es interesante para nosotros porque, como lirnms de ver, las intenciones de Dante al escribir su poema sacro tienen muchos puntos de contacto con las que tuvieron los iluminados del Antiguo Testamento.

    Los materiales poticos especulativos que tanto llaman la atencin en el Paraso son, como ya se ha dicho, los mismos que se encuentran en el Infierno y el Purgatorio; con la diferencia de que su distribucin y organizacin es, naturalmente, distinta; lo que, desde un punto de vista literario muy tenido en cuenta, sin duda, por su autor, evita la uniformidad y la monotona. Si los conceptos filosficos y teolgicos van aumentando de una a otra cantiga, mientras los pico-histricos muestran una tendencia contraria, no hay que olvidar, sin embargo, que estos ltimos se hallan siempre perfectamente armonizados con los primeros en una relacin de estrecha interdependencia. Y tampoco hay que dejarse impresionar por las exageraciones de ciertos temperamentos impacientes: la verdad es que lo pico-histrico abunda, aunque presentado indirectamente (no puesto en boca de los protagonistas) en el Paraso. Baste recordar el largo y significativo discurso de Justiniano sobre el Imperio, los cantos de Cacciaguida, las diatribas de San Pedro y otros bienaventurados contra los responsables del desorden mundano... En este su ltimo trabajo, los intereses de Dante no han cambiado, como a veces se ha tratado de demostrar. Refirindose al Paraso, dice Umberto Cosmo en L ultima ascesa: Alma heroica [la de Dante] que se halla cerca de la terminacin de su curso mortal, pero en cuyo pecho rugen todava todos los amores, que lo han inflamado, todos los odios que lo han revuelto. Y , en efecto, hasta las penas infernales son directa y crudamente aludidas en varios tercetos de la tercera cantiga, de la misma manera que el amor brill en las profundidades infernales y, claro est, en la montaa de la penitencia.

    Dante, cuando est en el paraso, tiene siempre presentes al mundo mortal y al resto del ultramundo, de la misma manera que el cielo se encuentra presente en el infierno (bajo el aspecto

    XXIV

  • Prlogo

    de la justa venganza divina) y en el purgatorio (como esperanza cierta). As, las imgenes poticas de los infiernos se hallan idealmente sostenidas por las de los cielos; de tal manera, adems, que el tema del fuego parece haberse trasladado, gracias a un inslito juego potico, del bajo mundo a las alturas: son ms las almas envueltas en fuego que encontramos en el Paraso que las que ya habamos visto en el Infierno; claro est que el ardor de las primeras es de felicidad y el de las segundas de condenacin, pero cmo dudar que todas las llamas proceden de la misma hoguera?

    Hay, pues, en las tres partes de la Comedia una unidad que depende de la identidad de la materia y de la identidad de propsitos del poeta. Ahora bien, los materiales de ste se hallan organizados de tal manera que, mientras en el infierno nos hallamos ante un mundo esttico, congelado (quiz por esto mismo la intuicin del poeta le llev a valerse poco del fuego, cuya naturaleza es dinmica, en esta cantiga), y en el Purgatorio hay un lento pero infalible movimiento ascensional, el Paraso, como ha observado Malagoli, es una poesa del movimiento y de la luz. Este movimiento es, precisamente, el que logra un equilibrio esttico segn el cual las disquisiciones teolgicas, que podran crear una sensacin de lentitud, se hallan literalmente envueltas por el arrebatado giro de las esferas, los ngeles y las almas bienaventuradas.

    De esta manera, poesa y teologa, no slo son compatibles en la Comedia, sino que la ltima depende en gran parte de la primera. Admitir esto es, a mi juicio, uno de los presupuestos esenciales para la comprensin del poema dantesco. La lectura moderna, por otra parte, est superando muchas de las supuestas antinomias que dificultaban esta comprensin. Vico, a principios del siglo xviii, pensaba que la poesa, como procedente de un estado de espritu primitivo, y en cierto modo brbaro, que en lugar de razonar siente intensamente y se entrega a la fuerza de la imaginacin, es incompatible con la teologa, que procede de un estado mental basado en el razonamiento y el anlisis. De

    XXV

  • ah que, aun admirando a Dante, no llegase a penetrar el verdadero sentido de su arte.

    Todava en pleno xix, la opinin de un maestro del dantismo tan calificado y activo como De Sanctis no difera fundamentalmente aunque sus presupuestos fuesen muy otros de la de Vico cuando afirmaba, en su Istoria della letteratura italiana, que el Paraso es perfeccin cristiana y moral, pero no perfeccin artstica. Y , aunque parezca mentira, estos son los criterios que, tras su difusin entre los amantes de la poesa, siguen manteniendo en la sombra, para muchos, no slo a la presente cantiga, sino, de rechazo, a muchos valores de las otras dos cantigas.

    Bien es verdad que del siglo pasado proceden varios de los ms inteligentes y tenaces esfuerzos por ofrecer una visin unitaria y total de la Comedia, pero en el fondo de todos ellos y en lo que se refiere particularmente al Paraso uno cree descubrir el deseo de justificar primando sobre el de integrar y descubrir valores, poticos o no, donde antes no haban sido descubiertos. En todo caso, sucede tambin que los estudios de todo gnero realizados alrededor de la Comedia durante el ltimo siglo y medio, si bien nos han iluminado muchos de sus aspectos y han contribuido a una mayor comprensin de la literatura y el resto de la cultura medieval, han pecado de cierta ingenuidad: crefr que Dante escriba historia o teologa cuando exhumaba el recuerdo de los muertos o planteaba cuestiones escolsticas; y, de igual forma, creer que haca poltica en sentido literal al hacer que las almas de los bienaventurados del cielo de Jpiter dibujasen con sus luces el guila de las legiones romanas. Es cierto, como dice Gian Roberto Sarolli, que la novedad de la Comedia consiste en que es el camino de la felicidad del hombre bajo la gua de la Igesia y del Imperio, a lo que nada tengo que oponer, pero no lo es menos que la expresin de este iter es, ante todo y sobre todo, pura materia potica. El Paraso no es un tratado teolgico en verso, sino una poesa qu duda cabe? poltica. Quiz la consideracin de este segundo factor, de carcter

    Prlogo

    XXVI

  • temporal, nos pueda servir para darnos cuenta cabal de que en las alturas a que Dante nos remonta en esta cantiga est precisamente presente y bien presente la realidad de nuestro mundo.

    Otra de las ingenuidades que han tendido a perjudicar la cabal comprensin del Paraso es el prurito retrico de determinar, no ya el gnero literario de la Comedia, sino incluso el de cada una de sus partes, lo que ha llevado pensando que la ltima de ellas fuese teologa a calificar al Infierno de trgico, al Purgatorio de lrico y al Paraso de didctico; lo que, aparte de su inexactitud radical, ha contribuido a desmembrar una obra unitaria por su estructura. Algunos de los ms destacados crticos modernos, conocedores de que la poesa didctica no goza de buen predicamento entre los lectores de hoy da, han seguido, de una u otra forma, el mismo camino que uno de ellos, Gio- vanni Getto, seala cuando escribe que si se quiere resumir en una frmula provisional, didasclicamente orientadora, el contenido potico del Paraso, se debera hablar, con relativa aproximacin, de epos de la vida interior, de drama de la vida de la gracia, de poesa de la experiencia mstica, y quiz tambin de lrica de la adoracin. pica, drama, mstica, tal vez lrica... pero nada de didctica. El comps clasificador ha girado ciento ochenta grados, y tal vez con buenas razones, pero uno se siente tentado a pensar que, a poco ms que gire, acabar por trazar un crculo... vicioso.

    Nadie va a negar que en la Comedia hava tonos picos, lricos y hasta dramticos, pero stos, desde luego, no estn estructurados de tal manera que permitan clasificarla en uno de esos gneros patrocinados por la retrica y ms propios para operar sobre obras clsicas y neoclsicas que sobre las medievales y contemporneas. La estructura del poema sacro es ms rica y complicada debido a la intencin de su autor que el contenido posible de cualquiera de los gneros literarios tan trados y llevados por la crtica; y lo es, tanto en su conjunto, como en cada una de sus partes inseparables. Procuremos, si esto es as,

    Prlogo

    x x v ii

  • decir algo sobre los propsitos de Dante al concebir y realizar su inmortal libro.

    La dantologa moderna a travs de los brillantes estudios de C. Singleton, Erich Auerbach y el ya citado Sarolli, entre otros ha llegado a la conclusin (ya intuida, aunque no enunciada con precisin, por algunos comentaristas medievales) de que la inten- tio Dantis digmoslo con las palabras del ltimo de los mentados fue escribir a imitacin de la Sagrada Escritura. Qu tiene esto que ver con el tema que nos ocupa? Si la base de la teora es slida, mucho y muy fundamental, puesto que sera preciso, para extraer el sentido ltimo de la Comedia aplicar a su estudio un mtodo que, en cierto modo, rebasa a la metodologa literaria. Dicho mtodo que no impedira, una vez agotado, la aplicacin de otros sistemas interpretativos es el que los autores de la baja Antigedad y la Edad Media aplicaron al estudio de la Biblia: el del cudruple sentido de las Escrituras, cuya vitalidad ya se haba agotado, a pesar de los esfuerzos con- trarreformistas (y especialmente espaoles) cuando lleg la hora de los esplendores barrocos.

    No es mi intencin describir el mtodo exegtico medieval ni siquiera sintticamente en estas pginas prolgales. Si lo he citado es porque el mismo Dante, en su conocida carta a Can- grande della Scala, invita a leer la Comedia de acuerdo con el mismo y tratando de extraer de ella los cuatro sentidos que la exgesis bblica trataba de descubrir en los textos sagrados. Ya en tiempos de Dante, este mtodo estaba en decadencia, a pesar de los trabajos de Joaqun de Fiore, que no haban logrado sino complicarlo y, por decirlo as, convertirlo en un peligroso manierismo exegtico.

    La fbula mitolgica haba sido analizada por los eruditos paganos de la poca helenstica a la luz de los sentidos literai, alegrico y moral; posteriormente, y a partir sobre todo de la traduccin al latn de la obra de Orgenes, en los tiempos de las invasiones brbaras, el mtodo se haba abierto paso en la Cristiandad y se haba aplicado con creciente entusiasmo a la inter

    Prlogo

    XXVi

  • pretacin de la Biblia tratando sobre todo de concordar el Antiguo y el Nuevo Testamento, pero esta nueva exgesis incorpor al mtodo un cuarto sentido, el anaggico, relativo a la bienaventuranza e inaplicable, en consecuencia, a las fbulas paganas o a sus prolongaciones literarias dentro del mundo cristiano, es decir, a la literatura no sagrada. Santo Toms de Aqui- no lleg a afirmar que los cuatro sentidos slo podan aplicarse al Antiguo Testamento, y no al Nuevo; pero, al margen de esta actitud restrictiva, ya se haban estudiado a la luz de los cuatro sentidos bastantes textos profanos, lo que permiti, entre otras cosas, la moralizacin de buena parte de la literatura de los gentiles. No era, pues, nuevo lo que Dante propona para su obra. Lo que s era nuevo y estoy tentado a decir que inesperado es que el propio autor, no slo escribiese su obra pensando en este mtodo interpretativo, sino que recomendase su aplicacin a ella, es decir, que propusiese que sta se interpretara como si se tratase de un texto inspirado.

    Pensaba, en efecto, que lo fuese? La cuestin es tan importante que parecera una ligereza contestarla sin una larga exposicin de argumentos a favor y en contra de la hiptesis. Sea, sin embargo, el lector quien juzgue, aunque slo, naturalmente, a ttulo provisional, a la vista de este terceto del Canto X del Paraso, en el que el poeta se dirige a su lector:

    Lo que te ofrezco por tu cuenta liba; que hacia s mi atencin tuerce y procura el asunto del que he sido hecho escriba;

    y no se olvide que, en la misma cantiga, Dante llama a David escriba del Espritu Santo. Podran traerse ms textos en apoyo de lo que aqu se trata de presentar, pero baste recordar que su autor llama a la Comedia

    . . . poema sacro en el que han puesto mano cielo y tierra. [xxv. 1-2]

    Prlogo

    XXIX

  • No h;iy que forzar la interpretacin, sino todo lo contrario, para comprender que el cielo puede muy bien ser la inspiracin divina y la tierra el propio poeta, resultando as la Comedia, lo mismo que (segn la teologa) los textos bblicos, una colaboracin cutre el escritor y la divinidad.

    No creo que haya que escandalizarse de un supuesto orgullo por parte del poeta; ms bien podra hablarse de la sinceridad de su fe, o tal vez de la fuerza de sus convicciones. Lo cierto es que Henri de Lubac, uno de los ms documentados y agudos estudiosos de los mtodos exegticos medievales, se hace eco. sin escandalizarse, del deseo de Dante de asimilar su obra, en la medida de lo posible, y en cuanto a su intencin simblica, a la propia Biblia. Comprender esto, plantearse no ms su posibilidad, es, creo yo, un gran paso para acercarse a la Comedia, libres de los prejuicios literarios al uso. Lo que su autor nos ofrece no es un poema pico, lrico o didctico, ni una mezcla de los tres gneros: lo que pone ante nuestros ojos es, como la propia Biblia, todo un mundo. Algo que es, sobre todo y ante todo, literatura, pero una literatura que trata de asimilar todas las experiencias poticas que la han precedido y de instaurar una totalmente indita, que yo sepa, en las letras occidentales. Seamos, pues, muy cautos ante los juicios que tienden a fragmentar el mundo dantesco y procuremos comprenderlo como la unidad de la variedad, es decir, como un orden, de acuerdo con la frmula agustiniana.

    Ahora bien, si la Comedia fue escrita con la intencin de que fuese gustada y entendida desde este punto de vista, no cabe duda de que el hecho de que en muchas ocasiones no se haya hecho as ha entorpecido su profunda y radical comprensin. No es que no se hayan estudiado y entendido perfectamente muchas de sus bellezas poticas, lingsticas, estilsticas, estructurales y de todo gnero: lo que ha sucedido es que, al no integrarse esta suma de conocimientos sobre la Comedia en el esquema del cudruple sentido o el haberse hecho tmidamente o sin un buen conocimiento del mtodo, se ha perjudicado a la visin

    Prlogo

    xxx

  • de conjunto de la obra, al mismo tiempo que se ha prescindido de un slido punto de partida para posteriores estudios y experiencias estticas. Dante mismo comprenda las dificultades del poema y, sobre todo, de su tercera parte, a la que deba considerar superior a las anteriores, cuando escribi el clebre principio de su Canto II, que no me resisto a transcribir y que dice como sigue:

    Oh vosotros que en un batel pequeo, deseosos de or, sois atrados por el bogar canoro de mi leo;

    volved a vuestras playas; no atrevidos os metis en el pilago, que luego, si me perdis, os hallaris perdidos.

    Nadie ha surcado el agua que navego; nuevas Musas las Osas me han mostrado;Minerva sopla, con Apolo llego.

    Los pocos que temprano habis alzado el cuello al pan anglico, del cual aqu se vive sin quedar saciado,

    podis enderezar por la alta sal vuestro navio, tras mi surco entrando antes que el agua vuelva a ser igual.

    Sea de ello lo que quiera, no cabe duda de que el estilo potico de Dante est hoy ms cerca de nosotros, lectores y traductor, que lo estuvo de los lectores y traductores (tanto en verso como en prosa) del siglo xix y principios del presente; y ello se debe, en especial, a los hbitos de lectura e interpretacin que han creado en nosotros el simbolismo y el postsimbolismo. Las sinestesias de Dante que he respetado a lo largo de mi traduccin solan ser desnaturalizadas por unos traductores que, muy influidos, a pesar de la experiencia romntica, por la esttica neoclsica, no comprendan su sentido estilstico; lo mismo puede decirse de los abundantes neologismos del Paraso, que si hoy nos parecen

    Prlogo

  • Prlogo

    joyas estilsticas, debieron antojrseles a nuestros predecesores simples caprichos o extravagancias que no mereca la pena conservar. Dgase otro tanto del uso no slo de las palabras sino incluso del aura significativa de algunas de ellas en funcin de vocablo, uno de los expedientes ms frecuentes en esta tercera cantiga; lo que hasta ahora se achac a imperfeccin del italiano dantesco, se nos aparece hoy como genial expediente capaz de decir y sugerir a un tiempo, amn de prestar fluidez al pensamiento y de introducir la fantasa en la precisin del razonamiento.

    Por mi parte, he procurado dejar bien clara en esta traduccin la estructura circular del paraso dantesco, no ahorrando esfuerzos y fatigas de interpretacin y versin de aquellos pasajes en que sta se manifiesta. El girar de las esferas se corresponde con el de los bienaventurados que a veces son ellos mismos esferas en rotacin, o bien forman corros reducidos o numerosos, con el de los coros anglicos y, ya al final del poema, con el de la voluntad del poeta, que se siente atrada e impulsada por el mismo movimiento circular que arrastra a las estrellas.

    Este mundo de luz, de danza y de msica, este mundo en constante transformacin, y sin embargo uno e inmutable, en el que brillan como en el Purgatorio algunos de los ms bellos hallazgos del dolce stil novo; en el que esplenden varias de las ms felices imgenes y expresiones dantescas; en el que la imaginacin del autor llega a cimas que antes de l hubieran sido inconcebibles; este poema, en fin, es el ms elevado canto que jams fue escrito, no slo al orden y armona final del universo, sino al Amor del que dicho orden procede y al que revierte en un movimiento de retorno que, sin embargo, nada pierde ni destruye, pues todo conserva su forma, todas y cada una de las cosas se justifican por el solo hecho de que Dios se dign crearlas. Esta es la visin cosmolgica de Dante, expresada de manera incomparable en este terceto, que se refiere, naturalmente, a su contemplacin de Dios:

    xxxii

  • Prlogo

    En su profundidad vi que se interna, con amor en un libro encuadernado, lo que en el orbe se desencuaderna. [xxxm. 85-7]

    De igual forma, en la Comedia encontramos encuadernados, con amor y en un nico volumen, que no tenemos el derecho de mutilar, cuantos conocimientos, deseos, aspiraciones, inquietudes, amores y odios se desencuadernaban, y terminaron por desencuadernarla a ella misma, en aquella Edad Media luminosa de la que Dante nos ha sabido dar la ms asombrosamente completa sntesis con su poesa, pero tambin con su filosofa y su teologa, abriendo as la puerta a la cultura potica moderna. De ah que el traductor est modestamente seguro de que su esfuerzo no habr sido vano, pues el lector de nuestros das ha de hallar en Dante a un poeta actual no moderno ni antiguo, a uno de los suyos, de los nuestros, porque ha sabido que todos los esfuerzos y sentimientos humanos, todos los conocimientos y ambiciones, pueden sintetizarse en una frmula capaz de hacer que nos comprendamos y creamos en el poder salvador de la inteligencia. Y quede para otra ocasin el detenido estudio crtico de esta impar poesa.

    A. C.

    xxxm

  • P A R A S O

  • CANTO I

    La gloria di colui che tu tto move per Yuniverso penetra e risplende

    3 in una parte pi e m e n o altrove.Nel ciel che pi della sua luce prende

    fu io, e vidi cose che ridire 6 n sa n puo chi di la su discende;

    perch appressando s a l suo disire, nostro intelletto si profon da tanto,

    9 che dietro la memoria non puo ir.Veramente quantio del reg n o santo

    nella mia mente potei f a r tesoro,12 sara ora matera del m i canto.

    O buon Appollo, allu ltim o lavoro fammi del tuo valor s fatto vaso,

    15 come dimandi a dar l um ato alloro.Infino a qui Vun giogo d i Parnaso

    assai mi fu; ma or c o n amendue 18 me uopo intrar nella r in g o rimaso.

    3] Glora: esplendor. Dios m u e v e por mediacin de las inteligencias anglicas al universo, instaurando as un orden perfecto; y las diferentes partes de este cosm os, segn su mayor o menor predisposicin, se dejan penetrar m s o menos por la virtud divina. Desde este terceto inicial, D a n t e exordia enrgicamente el tema central de la tercera cantiga: e l Dios creador y ordenador cuya luz es efecto de su inmenso a m o r .

    4] Este cielo es el Empreo, o Paraso propiamente dicho, que, segn xxx. 29, es pura luce, p u r a luz.

    2

  • CANTO I

    Penetra el universo, y se reparte, la gloria de quien mueve a cuanto existe, menos por una y ms por otra parte. 3

    Yo al cielo fui que ms su luz reviste y vi lo que, al bajar de aquella cima, a poder ser contado se resiste; 6

    pues cuando a su deseo se aproxima nuestro intelecto, se sumerge tanto que la memoria ya no se le arrima. 9

    Mas, en verdad, cuanto del reino santo mi mente atesorar haya podido ahora ser materia de mi canto. 12

    En mi ltimo trabajo yo te pido de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso que me halles digno del laurel querido. 15

    Bast hasta aqu una cumbre del Parnaso, mas ambas necesito cuando intento a la ltima palestra abrirme paso. 18

    14] Apolo, concebido como dios solar, pero tambin como director del coro de las Musas (Apolo Musageta).

    18] Segn Ovidio (Metamorfosis 1.3 16 y ss.), el monte Parnaso tiene dos cumbres, una de ellas, Nisa, dedicada a las Musas, quienes, bajo el patrocinio de Apolo, han ayudado hasta ahora al poeta; la otra, Cirra, est consagrada al propio dios, del que ahora solicita una ayuda directa. Segn Benvenuto de Imola, una cumbre estara dedicada a Baco, que simboliza scientia na- turalis, quae haberi potest per adquisitionem humanam, sicut

    3 Subida al Paraso

  • CANTO I

    La gloria di colui che tutto move per Iuniverso penetra e risplende

    3 in una parte pi e meno altrove.Nel ciel che pi della sua luce prende

    fu io, e vidi cose che ridire 6 n sa n puo chi di la su discende;

    perch appressando s al suo disire, nostro intelletto si profonda tanto,

    9 che dietro la memoria non puo ir.Veramente quantio del regno santo

    nella mia mente potei far tesoro,12 sara ora matera del mi canto.

    O buon Appollo, allultimo lavoro fammi del tuo valor s fatto vaso,

    15 come dimandi a dar Vamato alloro.Infino a qui lun giogo di Parnaso

    assai mi fu; ma or con amendue 18 me uopo intrar nellaringo rimaso.

    3] Gloria: esplendor. Dios mueve por mediacin de las inteligencias anglicas al universo, instaurando as un orden perfecto; y las diferentes partes de este cosmos, segn su mayor o menor predisposicin, se dejan penetrar ms o menos por la virtud divina. Desde este terceto inicial, Dante exordia enrgicamente el tema central de la tercera cantiga: el Dios creador y ordenador cuya luz es efecto de su inmenso amor.

    4] Este cielo es el Empreo, o Paraso propiamente dicho, que, segn xxx. 29, es pura luce, pura luz.

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  • CANTO I

    Penetra el universo, y se reparte,la gloria de quien mueve a cuanto existe, menos por una y ms por otra parte. 3

    Yo al cielo fui que ms su luz reviste y vi lo que, al bajar de aquella cima, a poder ser contado se resiste; 6

    pues cuando a su deseo se aproxima nuestro intelecto, se sumerge tanto que la memoria ya no se le arrima. 9

    Mas, en verdad, cuanto del reino santo mi mente atesorar haya podido ahora ser materia de mi canto. 12

    En mi ltimo trabajo yo te pido de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso que me halles digno del laurel querido. 15

    Bast hasta aqu una cumbre del Parnaso, mas ambas necesito cuando intento a la ltima palestra abrirme paso. 18

    14] Apolo, concebido como dios solar, pero tambin como director del coro de las Musas (Apolo Musageta).

    18] Segn Ovidio (Metamorfosis 1.3 16 y ss.), el monte Parnaso tiene dos cumbres, una de ellas, Nisa, dedicada a las Musas, quienes, bajo el patrocinio de Apolo, han ayudado hasta ahora al poeta; la otra, Cirra, est consagrada al propio dios, del que ahora solicita una ayuda directa. Segn Benvenuto de Imola, una cumbre estara dedicada a Baco, que simboliza scientia na- turalis, quae haberi potest per adquisitionem humanam, sicut

    3 Subida al Paraso

  • Entra nel petto mi, e spira tue s come quando Marsia traesti

    21 della vagina delle membra sue.O divina virt, se mi ti prest

    tanto che l ombra del beato regno 24 segnata nel mi capo in manifesti,

    vedrami al pi del tuo diletto legno venire, e coronarmi delle foglie

    27 che la matera e tu mi farai degno.S rade volte, padre, se ne coglie

    per triunfare o cesare o poeta,30 colpa e vergogna dellumane voglie,

    che parturir letizia in sulla lieta deifica deiia dovra la fronda

    33 peneia, quando alcun di s asseta.Poca favilla gran fiamma seconda:

    forse di retro a me con miglior voci 36 si preghera perch Cirra risponda.

    Surge ai mortali per diverse foci la lucerna del mondo; ma da quella

    39 che quattro cerchi giugne con tre croci,con miglior corso e con migliore stella

    physica et ethica, idest, philosophia naturalis et moralis, per Apollinem vero scientia supernaturalis et divina, sicut metaphy- sica, idest, sacra scientia.

    21] Marsias, un stiro, desafi a Apolo a un certamen musical en el que el olmpico se mostr sublime en su arte. Declarado vencedor, castig la hybris de Marsias atndole a un rbol y desollndole (Ovidio, Metamorfosis vi. 382-400).

    25] El leo amado es el laurel, en el que fue convertida Dafne, requerida de amores por Apolo (Metamorfosis 1. 452 y siguientes).

    33] La calma deidad de Delfos es el mismo Apolo (calmo,

    P A R A S O [ i

    4

  • Subida al Paraso

    Intra en mi pecho, espira en l tu acento como cuando los miembros de Marsas sacaste de su vaina y aposento. 21

    Oh divina virtud, si a m te alias para mostrar la sombra que he guardado del santo reino en las memorias mas, 24

    ir me vers hacia tu leo amado y con las hojas coronar mi frente que por ti y la materia habr ganado. 27

    Cogidas, padre, son tan raramente para ser de un poeta o csar palma culpa y vergenza de la humana mente, 30

    que leticia parir sobre la calma deidad de Delfos la fronda penea debiera, si sed de ella siente un alma. 33

    Pequea chispa grandes llamas crea: mejor voz tras de m, si le pregunta, quizs por Cirra respondida sea. 36

    Por ms de un abra ante el mortal despunta la lucerna del mundo; mas de aquella que tres cruces y cuatro cercos junta, 39

    con mejor curso y con mejor estrella

    en contraposicin a Dinisos, exaltado). La fronda penea es el laurel, pues Dafne (y. 25 n) era hija del ro Peneo.

    36] Para Cirra, v. 18 n.39] Por abras se entienden los puntos del horizonte por los

    que aparece el Sol, distintos segn la estacin. La interpretacin exacta de este terceto ha sido muy discutida; sin embargo, creemos que se debe entender que los cuatro crculos son el horizonte, el ecuador, la eclptica y el cloruro equinoccial, que, al cortarse, forman las tres cruces. Mattalia sugiere que los crculos (figurageomtrica tenida por perfecta) representan a las virtudes cardinales, mientras las cruces simbolizan a las teologales. Segn la

    5

  • P A R A S O [I

    esce congiunta, e la mondana cera 42 pi a suo modo tempera e suggella.

    Fatto avea di la mane e di qua sera tal foce quasi, e tutto era la bianco

    45 quello emisperio, e 1ultra parte era,quando Beatrice in sul sinistro fianco

    vidi rivolta e riguardar nel sol:48 aquila s non li saffisse unquanco.

    E s come secondo raggio sol uscir del primo e risalire in suso,

    51 pur come pellegrin che tornar vol,cos dellatto suo, per li occhi infuso

    nettimagine mia, il mi si fece,54 e fissi li occhi al sol oltre nostruso.

    Molto e licito la, che qui non lece alie nostre virt, merc del loco

    57 fatto per proprio dellumana spece.Io nol soffersi molto, n s poco,

    chio nol vedessi sfavillar dintorno,60 com ferro che bogliente esce del foco;

    e di sbito parve giorno a giorno essere aggiunto, come quei che puote

    63 avesse il ciel dun altro sol adorno.Beatrice tutta nelletterne rote

    astronoma de la poca, esta coincidencia se da en el equinoccio de primavera, poca del ao en la que Dante sita la accin de su poema.

    41] El Sol, como los dems astros, influye en la naturaleza infundindole su virtud informativa, segn las ideas losfico- religiosas de que el poeta participaba. En este caso, provoca el despertar primaveral con la intensidad de su luz, que es la ms esplndida de cuantas llegan a la tierra. Por eso por la abundancia benfica de la luz, entendida simblicamente la poca

    6

  • conjunta sale, y la mundana cera ms a su modo remodela y sella. 42

    Que all maana y noche aqu ya fuera hizo tal abra, y todo blanqueaba el hemisferio aquel, y negro ste era, 45

    cuando vi a Beatriz, que vuelta estaba mirando al sol, a mi siniestro lado: nunca un guila as su ojo le clava. 48

    Y como vuelve arriba, reflejadode un primer rayo, el que sali segundo as torna el romero de buen grado, 51

    tal por su accin, que su mirar profundo en mi mente infundi, me vi movido y mir cual no se usa en este mundo. 54

    Mucho es lcito all que prohibidoest aqu, porque aquel lugar ya fuera para la humana especie concebido. 57

    No mucho ni tan poco lo sufriera que centellear en torno no lo viese cual hierro que se saca de la hoguera; 60

    y parecime entonces cual si uniese un da al da aquel que los gobierna y al cielo un nuevo sol embelleciese. 63

    Fija la vista en la alta esfera eterna

    es favorable en extremo a la empresa dantesca.57] El poeta y Beatriz se encuentran todava, y por muy

    poco tiempo, en el Paraso Terrenal, concebido, en efecto, para morada de la especie humana.

    60] La vista del poeta se ha agudizado y puede mirar al sol ms fijamente y verlo bajo el aspecto de hierro candente.

    64] Los cielos se conciben aqu como esferas concntricas y transparentes cuya sutil materia es incorruptible e invariable, como

    4 1 - 6 4 1 Subida al Paraso

    7

  • P A R A S O [Ifissa con li occhi stava; ed io in lei

    (>() le luci fissi, di la su remte.Nel suo aspetto tal dentro mei fei,

    qual si fe Glauco nel gustar dellerba 69 che l fe consorte in mar delli altri dei.

    Trasumanar significar per verba non si pora; pero l essemplo basti

    72 a cui esperienza grazia serba.Si era sol di me quel che creasti

    novellamente, amor che l ciel governi,75 tu l sai, che col tuo lume mi levasti.

    Quando la rota che tu sempiterni desiderato, a s mi fece atteso

    78 con l armonia che temperi e discern,parvemi tanto allor del cielo acceso

    della fiamma del sol, che pioggia o fiume 81 lago non face mai tanto disteso.

    La novita del suono e l grande lume di lor cagion maccesero un disio

    84 mai non sentito di contanto acume.Ondella, che vedea me s comio,

    a quietarmi l animo commosso,87 pria chio a dimandar, la bocca apro,

    e comincio: Tu stesso ti fai grosso col falso imaginar, s che non vedi

    la de los astros engastados en ellas. A l ltimo de dichos cielos lo envuelve el Empreo {y. 4 n) y en el centro de este universo se halla situada la Tierra. Por nuestra parte, y aunque ofrecemos la interpretacin tradicional, creemos que la insistencia de Dante en llamar a los cielos astronmicos ruedas y cercos)) pudiera ser muestra de que no los conceba como esferas completas, sino como esferas sin casquetes.

    69] El pescador Glauco observ que unos peces, al contacto

    8

  • Subida al Paraso

    tena Beatriz, mientras la ma, por verla, se apart de la lucerna. 66

    Al contemplarla, en mi interior sentalo que Glauco al comer la hierba, cuando de los dioses del mar socio se haca. 69

    Transhumanar significar hablando no se podra; y el ejemplo baste a quien lo est la gracia demostrando. 72

    Si yo por m era slo el que creaste nuevo, amor que los cielos organizas, t lo sabrs que con tu luz me alzaste. 75

    Cuando el rodar que t sempiternizas deseado, me atrajo hacia su seno con el orden que riges y armonizas, 78

    al cielo contempl de ardor tan lleno por el sol, que la lluvia o la corriente nunca en lago cambi tanto terreno. 81

    La novedad del son, la luz fulgente, de su porqu encendieron tal deseo que nunca otro sent tan fuertemente. 84

    Y ella, que me vea cual me veoyo mismo, por templar mis emociones, la boca abri sin aguardar careo 87

    y comenz: ((Te crea confusiones tu falso imaginar, y no ests viendo

    de cierta hierba, resucitaban; la prob y se sinti empujado a arrojarse al mar, convirtindose as en uno de sus dioses (Metamorfosis xm . 394 y ss.). Dante se siente metamorfoseado, divinizado, al iniciar su ascensin a los cielos.

    78] E l poeta es atrado hacia las esferas. De esta forma indica Dante que su ascensin ha comenzado.

    86] Beatriz, como todos los bienaventurados, puede leer el pensamiento del poeta.

    9

  • P A R A S O [I

    90 ci che vedresti se lavessi scosso.Tu non se in tena, s come tu ere di;

    ma folgore, fuggendo il proprio sito,93 non cors come tu chad esso riedh.

    Sio fui del primo duhbio disvestito per le sorrise parolette brevi,

    96 dentro ad un nuovo pi fu inretito,e dissi: Gia contento requievi

    di grande ammirazion; ma ora ammiro 99 comio trascenda questi corpi levi.

    Ondella, appresso dun pi sospiro,li occhi drizzo ver me con quel semblante

    102 che madre fa sovra figlio deliro,e comincib: .Le cose tutte quante

    hanno ordine tra loro, e questo forma 105 che 1universo a Dio fa simigliante.

    Qui veggion Vahe creature lorma delletterno valore, il qual e fine

    108 al quale e fatta la toccata norma.Nellordine chio dico sono accline

    tutte nature, per diverse sorti, n i pi al principio loro e men vicine;

    onde si muovono a diver si porti per lo gran mar dellessere, e ciascuna

    114 con istinto a lei dato che la porti.Questi ne porta il foco inver la luna;

    questi ne cor mortali e permotore;117 questi la trra in s siringe e aduna:

    93] Segn este terceto, el paraso celeste es la morada natural del hombre.

    99] Los cuerpos leves son las supuestas esferas del aire y del fuego que, segn la cosmologa de la poca, rodean a la Tierra.

    10

  • 9 0 -117 ] Subida al Paraso

    lo que veras libre de ilusiones.No ests en tierra como ests creyendo;

    mas un rayo, dejando su morada, no corre como t que a ella ests yendo.

    De esta duda mi mente desnudada por las risueas palabritas breves, en una ms se vio luego enredada,

    y dije: Me contentas y me mueves a gran admiracin; y ms me admira el poder transcender cuerpos tan leves.

    Y ella, como la madre que suspira, puso su vista en m, con el semblante de quien contempla a un hijo que delira

    y comenz: Las cosas un constante orden entre s guardan, y ste es forma que hace al cosmos a Dios ser semejante.

    Del eterno valor aqu la horma ven las altas criaturas, que l es meta a la que tiende la mentada norma.

    Al orden que te digo se sujeta, de una manera u otra, toda hechura, pues, cerca o lejos, por su amor se inquieta;

    un puesto cada cosa as procura por el gran mar del ser, y a cada una el instinto a ella dado la apresura.

    ste levanta el fuego hacia la luna; del mortal corazn ste es motor; ste a la tierra en s tupe y aduna:

    93

    96

    99

    102

    105

    108

    n i

    114

    117

    90

    106] Las altas criaturas son las inteligencias anglicas,n i ] Todas y cada una de las partes de la creacin sienten

    amor por Dios.

  • P A R A S O

    n pur le creature che son fore dintelligenza questarco saetta,

    120 ma qulle channo intelletto ed amore.La provedenza, che cotanto assetta,

    del suo lume fa l ciel sempre quieto 123 nel qual si volge quel cha maggior fretta;

    e ora l, come a sito decreto, cen porta la virt di quella corda

    126 che ci che scocca drizza in segno lieto.Vero che come forma non saccorda

    molte fiate allintenzion dellarte,129 percha risponder la materia sorda;

    cos da questo corso si diparte talor la creature, cha podere

    132 di piegar, cos pinta, in altra parte;e s come veder si puo cadere

    foco di nube, s limpeto primo 135 Vatierra torto da falso piacere.

    Non dei pi ammirar, se bene stimo, lo tuo salir, se non come dun rivo

    138 se dalto monte scende giuso ad imo.Maraviglia sarebbe in te, se, privo

    dimpedimento, gi ti fossi assiso, coma trra quiete in foco vivo.

    142 Quinci rivolse inver lo cielo il viso.

    119] Este arco tira, es decir, lanza como si fuesen flechas.123] El cielo quieto es el que cubre al Primer Mvil, que es

    inmvil, de Aristteles; dentro de l se halla el ltimo cielo, que es el de movimiento ms rpido.

    12

  • 1 18 - 1 4 2 1 Subida al Paraso

    no slo a la criatura que, inferior, no tiene inteligencia, este arco tira, sino a aquella que piensa y siente amor. 120

    La providencia, que por todo mira, con su luz tiene al cielo siempre quieto en el que el ms apresurado gira; 123

    y all, segn dispone su decreto,nos lleva la virtud de aquella cuerda que lanza de la dicha hacia el objeto. 126

    Cierto es que, cual la forma no concuerda ms de una vez con la intencin del arte que al responder es la materia lerda, 129

    la criatura, a veces, se echa apartede esta carrera, porque puede, y luego se pliega, as impulsada, hacia otra parte; 132

    y como de la nube cae el fuego, el impulso inicial va decayendo cuando a falsos placeres muestra apego. 135

    No te ha de admirar ms, si bien entiendo, tu ascensin que del ro la carrera cuando del monte al valle va cayendo. 138

    En ti gran maravilla, en cambio, fuera que, ya libre, quedases en el suelo, como quieta en la tierra viva hoguera.

    Dicho lo cual, volvi la vista al cielo. 142

    135] Dante parece referirse a la criatura racional (v. 13 1) que, en virtud de su libre albedro, puede inclinarse al mal, aunque haya sido hecha para el bien.

    13

  • CANTO II

    O voi che siete in piccioletta barca, desiderosi dascoltar, seguiti

    3 dietro al mi legno che cantando varea,tomate a riveder li vostri liti:

    non vi mettete in pelago, che, forse,6 perdendo me, rimarreste smarriti.

    L acqua chio prendo gia mai non si cors; Minerva spira, e conducemi Apollo,

    9 e nove Muse mi dimostran l Orse.Voi altri pochi che drizzaste il eolio

    per tempo al pan delli angel, del quale12 vive si qui ma non sen vien satollo,

    metter potete ben per l alto sale vostro navigio, servando mi soleo

    15 dinanzi allacqua che ritorna equale.Que glorio si che passaro al Coico

    non sammiraron come voi jarete,18 quando Iason vider fatto bifolco.

    La concreata e perpetua sete

    9] Minerva, diosa de la sabidura, sopla las velas de la nave potica de Dante; Apolo, dios de la poesa, va con l. Las Osas servan de punto de orientacin a los navegantes. N ove puede entenderse como 'nueve o como nuevas , sentido que preferimos : seran las musas cristianas estas nuevas musas. Pero tambin podra traducirse nueve, dado que en el poema se tratan todas las materias de que estas deidades son patrocinadoras y pro-

  • CANTO II

    Oh vosotros que en un batel pequeo, deseosos de or, sois atrados por el bogar canoro de mi leo; 3

    volved a vuestras playas; no atrevidos os metis en el pilago, que luego, si me perdis, os hallaris perdidos. 6

    Nadie ha surcado el agua que navego; nuevas Musas las Osas me han mostrado;Minerva sopla, con Apolo llego. 9

    Los pocos que temprano habis alzado el cuello al pan anglico, del cual aqu se vive sin quedar saciado, 12

    podis enderezar por la alta sal vuestro navio, tras mi surco entrando antes que el agua vuelva a ser igual. 15

    Ms os asombraris que el gentil bando que hasta Coicos lleg y al animoso Jasn hall con dos bueyes arando. 18

    Nuestra sed, concreada y sin reposo,

    tectoras.1 1 ] El pan anglico es la sabidura (Salmos l x x v i i . 25).18] Se refiere al mito de los Argonautas, uno de cuyos epi

    sodios es la doma por Jasn (v. Inf. xvm . 86 n) de dos monstruosos toros (Metamorfosis vil. 104 y ss.). Coico se deca del habitante de la Clquide, aqu designada por dicho gentilicio.

    !5 Cielo 1

  • P A R A S O

    del deiforme regno cen portava >i veloci quasi come l ciel vedete.

    Beatrice in suso, e io in lei guardava; e forse in tanto in quanto un quadrel posa

    .>4 e vola dalla noce si dischiava,giunto mi vidi ove mirabil cosa

    mi torse il viso a s; e pero quella 27 cui non potea mia cura essere ascosa,

    volta ver me, s lieta come bella,Drizza la mente in Dio grata mi disse,

    30 che nha congiunti con la prima stella.Parev'a me che nube ne coprisse

    lucida, spessa, solida e pulita,33 quasi adamante che lo sol ferisse.

    Per entro s letterna margarita ne ricevette, comacqua recepe

    36 raggio di luce permanendo unita.Sio era corpo, e qui non si concepe

    comuna dimensione altra pato,39 chesser convien se corpo in corpo repe,

    accender ne dovra pi il disiodi veder quella essenza in che si vede

    42 come nostra natura e Dio suno.L si vedrh cid che tenem per fede,

    non dimostrato, ma fia per s noto 45 a guisa del ver primo che luom ere de.

    Io rispuosi: Madonna, s devoto

    30] La primera estrella es la Luna. Los astros son designados por Dante sin precisin terminolgica, y slo a efectos poticos, a lo largo de la cantiga.

    42] En los ltimos tercetos, el poeta parece referirse a que el hecho de que un cuerpo (el de la Luna) contenga al suyo sin

    16

  • Cielo 1: Espiritas dbiles

    del deiforme reino nos llevaba veloces como el cielo presuroso. 21

    Beatriz arriba, y yo a ella la miraba; y quizs en lo que un dardo se adosa y de la nuez, volando, se desclava, 24

    llegu a un lugar en que admirable cosa a s atrajo mi vista; pero aquella que era de mis cuidados cuidadosa, 27

    vuelta hacia m, tan leda como bella, dijo: Alza a Dios la mente agradecido, que hemos llegado a la primera estrella. 30

    Yo cre de una nube estar ceido, pulida, espesa, slida y luciente como diamante por el sol herido. 33

    La eterna margarita tras su oriente nos recibi como, siguiendo unida, recibe el agua al rayo blandamente. 36

    Si fui cuerpo, y aqu no es concebida la dimensin que dentro de otro dura, si una cosa por otra es recibida, 39

    ms ^ debiera encenderse el ansia pura que quiere ver la esencia en que se ve cmo se une con Dios nuestra natura. 42

    Verse all lo que es aqu de fe, no demostrado, hacerse por s noto cual primera verdad que el hombre cree. 45

    Yo respond: Seora, tan devoto

    alterarse (pues Dante no se halla sobre la Luna, sino en su interior) es inexplicable, pero real, como la unin hiposttica, que permite que la naturaleza divina se una a la humana, sin que se modifique ninguna de ellas, en la persona de Cristo.

  • P A R A S O O

    corresser posso pi, ringrazio lui 48 lo qual dal mortal mondo mha remoto.

    Ma ditemi: che son li segni bui di questo corpo, che la giuso in trra

    51 fan di Cain favoleggiare altrui?Ella sorrise alquanto, e poi Selli erra

    l oppinion mi disse ade mortali 54 dove chiave di senso non diserra,

    certo non ti dovrien punger li strali dammirazione omai, poi dietro ai sensi

    57 vedi che la ragione ha corte l ali.Ma dimmi quel che tu da te ne pensi.

    E io: Ci che nappar qua su diverso 60 credo che fanno i corpi rari e densi.

    Ed ella: Certo assai vedrai sommerso nel falso il creder tuo, se bene ascolti

    63 Vargomentar chio li faro avverso.La spera ottava vi dimostra molti

    lumi, li quali e nel quale e nel quanto 66 notar si possono di diversi volti.

    Se raro e denso ci facesser tanto, una sola virt sarebbe in tutti,

    69 pi e men distribua e altreltanto.

    51] Para la conseja sobre Can, v. Inf. xx. 127 n. En esteterceto se inicia uno de los pasajes ms discutidos de la Comedia, que incluso ha parecido inoportuno a varios comentaristas: el de cul sea la causa de las manchas de la Luna, concebida como cuerpo incorruptible y de materia diferente, como la de los dems astros, a la de la Tierra. Sin embargo, creemos que el pasaje no puede ser ms oportuno, independientemente de su ms o menos lograda poeticidad. Dante, en efecto, quiere aclarar al lector ya en el umbral de la cantiga que la ciencia humana no puede llegar, mediante sus observaciones y especulaciones, a co-

  • como puedo, me obligo al que me aleja, y me trae basta aqu, del mortal coto. 48

    Mas, qu son las seales que ver deja, oscuras, este cuerpo, que en la tierra fomentan de Can una conseja? 51

    Y , sonriendo un poco, Si as yerra, me dijo, la opinin de los mortales, do la llave el sentido no descierra, 54

    flechas de admiracin por cosas tales no sufras: que la mente es alicorta si sigue a los sentidos corporales. 57

    Mas saber lo que piensas t me importa.Que un cuerpo, dije, sea raro o denso la diferencia que aqu observo aporta. 60

    Bien veras, repuso, estar suspenso tu argumento en lo falso, si atendieras mientras yo te argumente mi disenso. 6 3

    Veis en la esfera octava mil lumbreras bellas, las cuales en el cul y el cunto muestran diversos rostros y maneras. 66

    Si lo raro y lo denso hicieran tanto, de una sola virtud fueran henchidos los astros, ms y menos y otro tanto. 69

    nocer la naturaleza de los cielos (vv. 56-7) si no es iluminada por la revelacin. Beatriz, en su misin de gua, confa en la razn dirigida del poeta, pero no en sus sentidos, intiles para el conocimiento de los cielos, que pertenecen a un reino superior y distinto del terrenal. De ah la oportunidad de esta larga y un tanto difcil discusin, apenas iniciada la cantiga.

    69] Para entender estos dos tercetos hay que situarse en el punto de vista de la sabidura medieval. E l razonamiento viene a ser ste: las zonas oscuras de la Luna deben explicarse de la misma manera que la diferencia de luminosidad de las estrellas

    47-691 Cielo l: Espritus dbiles

    *9

  • P A R A S O [n

    Virt diverse esser convegnon frutti di principii formali, e quei, for ch'uno,

    72 seguitereno a tua ragion distrutti.Ancor, se raro fosse di quel bruno

    cagion che tu dimandi, od oltre in parte 75 jora di sua materia s digiuno

    esto pianeta, o s come compartelo grasso e l magro un corpo, cos questo

    78 nel suo volume cangerebbe car te.Se l primo fosse, fora manifest

    nelleclissi del sol per trasparere 81 lo lume come in altro raro ingesto.

    Questo non e: pero e da vedere dellaltro; c selli avvien chio 1altro cassi,

    84 falsifcalo fia lo tuo parere.Selli e che questo raro non trapassi,

    esser conviene un termine da onde 87 lo suo contrario pi passar non lassi;

    e indi l altrui raggio si rifonde cos come color torna per vetro

    90 lo qual di retro a s piombo nasconde.Or dirai tu chel si dimostra tetro

    ivi lo raggio pi che in altre parti,93 per esser l refratto pi a retro.

    fijas. Si sta dependiese de su mayor o menor densidad, se deducira que en ellas hay una misma virtud (luz) que muestra aspectos distintos dependiendo de la estrella en que incide; pero esto es absurdo segn la concepcin astrolgica de la poca, de acuerdo con la cual cada estrella posee una virtud (y una luz) diferente, con la que influye en el acontecer universal, y especialmente terrestre. Dichas virtudes se traducen en diferentes principios formales, es decir en capacidades diversas para plasmar la materia terrestre. Esta es la teora de Santo Toms de Aquno

    20

  • 70-9 3 ] Cielo l: Espritus dbiles

    Mas las virtudes son frutos nacidos de principios formales y, salvo uno, por tu razn seran destruidos. 72

    Y si lo raro fuese de lo bruno la razn que preguntas, o se hallara todo de su materia tan ayuno 75

    este planeta, o bien si se alternara graso y magro, cual cuerpo, y esto hiciera que en su tomo las pginas cambiara; 78

    si lo primero, manifiesto fuera al eclipsarse el sol, pues dejara, cual cuerpo raro, que su luz se viera. 81

    Esto no es cierto; as, nos convendra ver el otro argumento; y, si lo arruino, falso tu parecer se mostrara. 84

    Si lo raro no pasa, yo adivinoque debe haber un trmino por donde le impide a su contrario abrir camino; 87

    desde all al otro rayo corresponde, cual color en cristal, ser rechazado puesto que al plomo por detrs esconde. 90

    T me dirs que mustrase' apagado aqu este rayo ms que en otra parte porque de ms atrs es refractado. 93

    (De coelo n. 19), que quedara desvirtuada al admitirse un solo principio formal (una luz nica) que se manifestase ms o menos segn la rareza o densidad relativa de cada estrella.

    88] E l otro rayo es el del sol, fuente de luz de todos los astros, segn los medievales.

    93] Beatriz se adelanta a la objecin de Dante segn la cual, si no procede la diferencia de luz de las distintas zonas de la superficie lunar de su densidad y su rareza, bien podra proceder de su irregularidad, de que no fuese una esfera perfecta. Dicha

    21

  • P A R A S O [nDa questa instanza puo deliberarti

    csperienza, se gia mai la provi,96 ehesser suol fonte ai rivi di vostrarti.

    Tre speeehi prenderai; e i due rimovi da te dun modo, e laltro, pi rimosso,

    99 trambo li primi li occhi tuoi ritrovi.Rivolto ad essi, fa che dopo il dosso

    ti stea un lume che i tre specchi accenda 102 e torni a te da tutti ripercosso.

    Een che nel quanto tanto non si stenda la vista pi lontana, li vedrai

    105 come convien chigualmente risplenda.Or come ai colpi delli caldi rai

    della neve riman nudo il suggetto 108 e dal colore e dal freddo primai,

    cos rimaso te nellintellettovoglio informar di luce s vivace,

    n i che ti tremolera nel suo aspetto.Dentro dal ciel della divina pace

    si gira un corpo nella cui virtute 114 Iesser di tutto suo contento giace.

    Lo ciel seguente, cha tante vedute, quelles ser parte per diverse essenze,

    117 da lui distratte e da lui contenute.

    superficie, en efecto, podra tener concavidades desde las que la luz se reflejase con menos fuerza.

    96] Frente a la hiptesis del terceto anterior, Beatriz propone, en ste, una prueba experimental, que desarrolla en los tres siguientes.

    105] Es decir, aunque el tercer espejo est ms lejos que losotros dos del foco luminoso, refleja la luz desprendida por stecon la misma intensidad que los ms cercanos. Y eso ocurrira en la superficie de la luna, aunque fuese irregular.

    22

  • 94- 1 1 7 ] Cielo l: Espritus dbiles

    Mas de esta instancia puede liberarte la experiencia, cuando es realizada, que es fuente del arroyo de vuestro arte. 96

    Tres espejos dispon: dos a una dada distancia, y al tercero, ms distante, entre los dos encuentre tu mirada. 99

    Vuelto a ellos, de una luz ponte delante que con sus rayos a los tres los prenda y hacia ti los rechacen al instante. 102

    Aunque en el cunto tanto no se extienda la vista ms lejana, verdadero hallars que de igual modo se encienda. 105

    Como, al golpe del rayo, por entero de la nieve desndase el proyecto, y de su fro y del color primero, 108

    estando as, yo quiero a tu intelecto informar de una luz tan paladina que te tremole desde el propio aspecto. 1 1 1

    Dentro del cielo de la paz divina con tal virtud un cuerpo est girando que al ser de cuanto abarca determina. 114

    El siguiente, sus mil vistas mostrando, aquel ser distribuye en las esencias distintas de l, que las est albergando. 117

    n i ] cDe la misma manera que los rayos luminosos deshacen, con su calor, la nieve, as quiero yo, Beatriz, destruir tu error con la luz de mis enseanzas3.

    114 ] Dentro del Empreo (cielo de la paz divina) hay un cuerpo (el Primer Mvil) en cuya virtud se funda el ser de cuanto este cielo abarca, es decir, de todo lo existente en el universo.

    117] El siguiente es el cielo de las estrellas fijas, que distribuye en la naturaleza la virtud informativa procedente del Empreo.

    23

  • P A R A S O [h

    Li altri girn per vari differenze le distinzion che dentro da s hanno

    120 dispongono a lor fini e lor semenze.Questi organi del mondo cos vanno,

    come tu vedi omai, di grado in grado,123 che di su prendono e di sotto fanno.

    Riguarda bene omai s comio vado per questo loco al vero che disiri,

    126 s che poi sappi sol tener lo guado.Lo moto e la virt de santi giri,

    come dal fabbro l arte del martello,129 da beati motor convien che spiri;

    e l ciel cui tanti lumi fanno bello,della mente profonda che lui volve

    132 prende limage e fassene suggello.E come lalma dentro a vostra polve

    per differenti membra e confrmate 135 a diverse potenze si risolve,

    cos lintelligenza sua bontate multiplicata per le stelle spiega,

    138 girando s sovra sua unitate.Virt diversa fa diversa lega

    col prezioso corpo chella avviva,141 nel qual, s come vita in voi, si lega.

    Per la natura lieta onde deriva, la virt mista per lo corpo luce

    144 come letizia per pupilla viva.Da essa vien ci che da luce a luce

    120] Lo mismo sucede con los otros cielos, los de los planetas.123] Todos los cielos adquieren sus virtudes del Empreo y

    actan con ellas en la Tierra.

    24

  • n 8-i 451 Cielo l: Espritus dbiles

    Los otros, por sus propias diferencias, las distinciones que en su seno yacen disponen a sus fines e influencias. 120

    Que del mundo estos rganos se emplacen no hay duda, como ves, de grado en grado, que arriba se proveen y abajo hacen. 123

    Mira cmo derecha he avanzado para mostrarte as lo verdadero porque pases despus t solo el vado. 126

    De los cielos la fuerza y derrotero de beatos motores son destello, como al martillo su arte da el herrero; 129

    y aquel que tantas luces hacen bello de la mente profunda que lo mueve toma la imagen y se vuelve sello. 132

    Y como el alma en vuestro polvo breve, por diferentes miembros reclamada,en ms potencias desplegarse debe, 135

    la inteligencia as, multiplicada su bondad, por los astros se desune girando en su unidad siempre salvada. 138

    Cada virtud distintamente se une con el precioso cuerpo que ella aviva, cual vida que con cuerpo se rene. 141

    Y pues de ledo natural deriva,la virtud mixta por el cuerpo luce como alegra en la pupila viva. 144

    Brillos distintos ella as conduce

    132] El cielo de las estrellas fijas toma de la inteligencia (ngel) que lo mueve sus virtudes, con las que marca o sella a las cosas inferiores (Da Butti).

    25

  • P A R A S O

    par dijferente, non da denso e raro: essa e formal principio che produce,

    148 conforme a sua bonta, lo turbo e 7 chiaro.

    148] Del razonamiento desarrollado en los versos anteriores se deduce que la virtud de la inteligencia anglica que mueve al cielo de las estrellas fijas se desdobla y reparte en cada una de ellas de manera y en cantidad diferente, mezclndose con su materia y produciendo brillos distintos. Se comprende que algo semejante ocurre con las diferentes partes de la Luna, tan cer-

    26

  • 146-148] Cielo I: Espritus dbiles

    a una luz y otra, no lo denso y raro: que ella es formal principio que produce,

    conforme a su bondad, lo turbio y claro. 148

    cana a la Tierra y tan influyente en ella. En este sentido, nos parece decisiva la comparacin de que en el cuerpo humano, que es uno solo, el alma, sin perder su unidad esencial, se reparte de manera distinta en cada uno de sus miembros. Es decir, que lo que sucede con la pluralidad (estrellas) sucede tambin con la singularidad (cuerpo humano y Luna).

    27

  • CANTO III

    Quei sol che pria damor mi scaldo l petto, di bella verita mavea scoverto,

    3 provando e riprovando, il dolce aspetto;e io, per confessar corretto e certo

    me stesso, tanto quanto si convenne 6 leva il capo a proferer pi erto;

    ma visione apparve che ritenne a s me tanto stretto, per vedersi,

    9 che di ma confession non mi sovvenne.Quali per vetri trasparenti e tersi,

    o ver per acque nitide e tranquille,12 non s profonde che i fondi sien per si,

    tornan di nostri visi le postilledebili s, che perla in bianca fronte

    15 non vien men tosto alie nostre pupille;tali vidio pi facce a parlar pronte;

    per chio dentro allerror contrario corsi 18 a quei chaccese amor tra lomo e l fonte.

    Sbito s comio di lor maccorsi, quelle stimando specchiati sembianti,

    2 1 per veder di cui fosser, li occhi torsi;e nulla vidi, e ritorsili avanti

    dritti nel lume della dolce guida,

    15] La visin es poco clara al principio. La blancura de la perla sobre la blancura de la frente es comparable a la luminosidad de los espritus que Dante ve junto a la luminosidad de la

    28

  • CANTO III

    El sol que antes de amor me abras el pecho, de una verdad, probando y reprobando, notar el dulce aspecto me haba hecho; 3

    ya corregido y enterado, cuando, tanto cuanto conviene, yo la testa, por confesarlo, estaba levantando, 6

    una visin de pronto manifiesta atrajo mi atencin de tal manera que al punto me olvid de mi respuesta. 9

    Cual un vidrio que terso y claro fuera o como el agua ntida y tranquila, no tan honda que el fondo se perdiera, 12

    rendira la imagen que vacilade nuestros rasgos, como en blanca frente tarda en ver una perla la pupila; 15

    as, prestos a hablar, de mucha gente los rostros vi, y en el error opuesto ca de quien su amor cambi a la fuente. 18

    No bien me fue su aspecto manifiesto, creyndolos semblantes reflejados, por verlos bien, volv los ojos presto: 21

    no viendo nada, los torn asombrados hacia los ojos de mi dulce gua,

    Luna.18] Se refiere a Narciso (v. Inf. xxx. 128 n).

    29 Cielo I

  • 24 che sorridendo ardea nelli occhi santi.Non ti maravigliar per chio sorrida

    mi disse appresso il tuo pueril coto,27 poi sopra l vero ancor lo pie non fida,

    ma te rivolve, come suole, a voto:vere sustanze son cib che tu vedi,

    30 qui rilegate per manco di voto.Pero parla con esse e odi e credi;

    che la ver ace luce che li appaga 33 da s non lascia lor torcer li piedi.

    Ed io allombra che parea pi vaga di ragionar drizzami, e cominciai,

    36 quasi comuom cui troppa voglia smaga:O ben creato spirito, che a rai

    di vita eterna la dolcezza senti 39 che, non gustata, non sintende mai,

    grazioso mi fia se mi contenti del nome tuo e della vostra sortea.

    42 Ondella, pronta e con occhi ridenti:La nostra carita non sena porte

    a giusta voglia, se non come quella 45 che vuol simile a s tuta sua corte.

    /' fui nel mondo vergine sorella; e se la mente tua ben s riguarda,

    48 nom mi ti celera Vesser pi bella,ma riconoscerai chi son Piccarda,

    che, posta qui con questi altri beati,

    30] En este cielo de la Luna se hallan las almas de quienes no cumplieron sus votos religiosos pero han sido, sin embargo, salvados.

    33] No deja desviarse a sus pisadas de la senda de la verdad.

    P A R A S O [ i n

    30

  • Cielo 1: Espritus dbiles

    que vi de una sonrisa iluminados. 24No te sorprendas porque as sonra,

    dijo, de tu inocente pensamiento, pues no pisas en firme todava 27

    y en el vaco apoyas tu argumento: substancias reales ves, aqu apartadas por no dar a sus votos cumplimiento. 30

    Mas habla y cree a las almas relegadas: la luz veraz en que su sed reposa no deja desviarse a sus pisadas. 33

    A la sombra que vi ms deseosa de razonar me dirig, diciendo, como persona por saber ansiosa: 36

    Oh bien creado espritu, que ardiendo en dulce luz la eterna vida sientes que slo entiende quien la est viviendo, 39

    ojal con tu nombre me contentes, y diciendo cul es vuestro talante!Y ella, pronta y con ojos sonrientes: 42

    No nuestra caridad la puerta, ante justa sed, cierra, que obra como aquella que a s quiere a su corte semejante. 45

    En el mundo yo fui monja y doncella; y si tu vista su agudeza guarda, a ti no ha de ocultarme el ser ms bella, 48

    mas reconocers que soy Picarda, que, con estos espritus salvados,

    45] Dios es la suma caridad y desea que los bienaventurados (su corte) sean semejantes a l siendo caritativos.

    49] Piccarda Donati, hermana de Forese (y. Purg. xxiv. 10 n y xxm. 48 n) y de Corso (v. Purg. xxiv. 87 ).

    31

  • P A R A S O III

    c i beata sono in la spera pi tarda.L i nostri affetti che solo injiammati

    son nel piacer dello Spirito Santo,54 letizian del suo ordine formati.

    E questa sorte che par gi cotanto, pero n e data, perch fuor negletti

    57 li nostri voti, e voti in alcun canto.Ondio a lei: Ne mirabili aspetti

    vostri risplende non so che divino 6o che vi trasmuta da primi concetti:

    pero non fui a rimembrar festino; ma or maiuta ci che tu mi dici,

    63 s che raffigurar me pi latino.Ma dimmi: voi che siete qui felici,

    disiderate voi pi alto loco 66 per pi vedere e per pi farvi amia?

    Con quelle altrombre pria sorrise un poco; da indi mi rispuose tanto lieta,

    69 charder parea damor nel primo foco:aVrate, la nostra volonta quieta

    virt di carita, che fa volerne 72 sol quel chaverno, e daltro non ci asseta.

    Se disiassimo esser pi superne, foran discordi li nostri disiri

    75 dal voler di colui che qui ne cerne;che vedrai non capere in questi giri,

    sessere in cari qui necesse,78 e se la sua natura ben rimiri.

    Anzi e frmale ad esto beato esse

    51] La esfera de la Luna es la que gira ms lentamente, segn la astronoma medieval.

    69] El primer foco, o primer fuego de amor, es Dios.

    32

  • soy beata en la esfera que ms tarda. 51En el placer nos vemos inflamados

    del Espritu Santo, y alegra sentimos con su orden conformados. 54

    Y esta suerte, que baja se dira, de votos descuidados es efecto, pues parte de ellos se qued vaca. 57

    Un no s qu divino a vuestro aspecto, dije, con admirable luz irisa y as os transmuta del primer concepto: 60

    por eso al recordar no me di prisa; mas veo, al escucharte, claramente y mejor te recuerdo de esta guisa. 63

    Los que aqu sois felices ciertamente no aspiris a elevaros, ni tampoco a ver mejor y a que el amor aumente? 66

    Sonrieron las sombras y ella un poco; y pareca, al responder tan leda, que de amor la abrasara el primer foco: 69

    La caridad, hermano, aqu le veda al albedro que algo ms queramos, y as apagada nuestra sed se queda. 72

    Si quisiramos ir hacia otros tramos, a nuestra voluntad en contra vieras del querer que nos cierne a donde estamos. 75

    Y ello caber no puede en las esferas, si aqu es la caridad indispensable y su naturaleza consideras. 78

    Del ser beato es forma inseparable

    73] Es decir, si quisiramos elevarnos de condicin dentro del orden celestial.

    75] Este querer es la voluntad de Dios.

    5 1-7 91 Cielo 1: Espritus dbiles

    33

  • P A R A S O

    tenersi dentro alia divina voglia,81 per chuna fansi nostre voglie stesse;

    s che, come noi sem di soglia in sogliaper questo regno, a tutto il regno piace

    84 comallo re chen suo voler ne invoglia.E n la sua volontade e nostra pace:

    elle quel mare al qual tutto si move 87 cid chella cria e che natura facer.

    Chiaro mi fu allor como ogni dove in cielo e paradiso, etsi la grazia

    90 del sommo ben dun modo non vi piove.Ma s comelli avvien, sun cibo sazia

    e dun altro rimane ancor la gola,93 che quel si chere e di quel si ringrazia,

    cos fecio con atto e con parola, per apprender da lei qual fu la tela

    96 onde non trasse infino a co la spola.((Perfetta vita e alto merto inciela

    donna pi su mi disse alia cui norma 99 nel vostro mondo gi si veste e vela,

    perch fino al morir si vegghi e dorma con quello sposo chogni voto accetta

    102 che caritate a suo piacer conforma.Dal mondo, per seguirla, giovinetta

    fuggi mi, e nel suo abito mi chiusi,105 e promisi la via della sua setta.

    Uomini poi, a mal pi cha bene usi, fuor mi rapiron della dolce chiostra:

    108 Iddio si sa qual poi mia vita fusi.

    99] Esta mujer es Santa Clara de Ass, fundadora de la orden de las clarisas, cuya norma (regla monacal) viste con el

    34

  • el divino querer querer de grado para que nuestro acuerdo aqu se entable;

    que el mirarnos estar de grado en grado en este reino, a todo el reino place y al rey que su querer nos ha inspirado.

    Y nuestra paz de su deseo nace, y l es el mar al cual todo se mueve: lo que l cre, cuanto natura hace.

    Claro entend por qu en el cielo debe ser todo paraso, aunque la gracia del sumo bien de modo igual no llueve.

    Mas como ocurre, si un manjar nos sacia y de otro queda gula, que, pidiendo ste, aqul se agradece, as yo, hacia

    ella la voz y el gesto dirigiendo, quise que me explicase de qu tela la confeccin estaba suspendiendo.

    Una vida perfecta ms enciela a una mujer, me dijo, cuya norma en vuestro bajo mundo viste y vela

    para que duerma la terrena forma con el esposo, que en el voto fa que caridad a su querer conforma.

    Siendo yo jovencita, me sala del mundo, y en su rito me encerraba, y seguir su camino prometa.

    Del dulce claustro luego me raptabagente ms en el mal que en el bien diestra. Despus, Dios vio la vida que llevaba.

    hbito y el velo a las protesas.107] V. 49 n.

    8o-io81 Ciclo 1: Espritus dbiles

    84

    87

    90

    93

    96

    99

    102

    I05

    8l

    108

    35

  • P A R A S O

    E quest altro splendor che ti si mostra dalla mia destra parte e che s accende

    i i i di tutto il lume della spera nostra,ci chio dico di me, di s intende:

    sorella fu, e cos le fu tolta 114 di capo l ombra delle sacre bende.

    Ma poi che pur al mondo fu rivolta contra suo grado e contra buona usanza,

    117 non fu dal vel del cor gia mai disciolta.Queste la luce della gran Costanza

    che del secondo vento di Soave 120 genero il terzo e l ultima possanza.

    Cos parlommi, e poi comincio Ave,Maria cantando, e cantando vano

    123 come per acqua cupa cosa grave.La vista mia, che tanto lei seguo

    quanto possibil fu, poi che la perse,126 volse si al segno di maggior disio,

    e a Beatrice tutta si converse;ma quella folgoro nel mi sguardo s che da prima il viso non sofferse;

    130 e cib mi fece a dimandar pi tardo.

    120] Se trata de la emperatriz Constanza (1154-1198), hija de Ruggero II de Sicilia y Apulia, que fue exclaustrada para casarla, en 1185, con Enrique V I de Suebia (Siiave). El tercer viento fue Federico II, concebido, segn Benvenuto, deposito

    36

  • Y de este otro esplendor que se te muestra a mi lado derecho, y al que enciende toda la lumbre de la esfera nuestra, 1 1 1

    lo que dije de m, lo mismo entiende: fue monja, y su cabeza fue privada de la sombra que el sacro velo tiende. 1 1 4

    Pero una vez que al mundo fue llevada contra su grado y contra buena usanza, la venda al corazn no fue quitada. 117

    La luz es sta de la gran Constanza, que del segundo viento de Save cri el tercero y la ltima pujanza. 1 2 0

    Hablme as: despus empez el Ave Mara y, al cantar, se fue esfumando como en agua profunda cosa grave. 1 2 3

    En tanto pude, la segu mirando, mas de mi vista huy rpidamente y sta volvise a lo que estaba amando, 1 2 6

    y se clav en Beatriz enteramente; pero, al principio, soportar no pudo mi mirada su aspecto refulgente;

    por eso quise hablar y qued mudo. 1 3 0

    virginitatis pudore y cum admiratione omnium, cum jam esset vetula quinquaginta quinqu (?) annorum (y. Inf. x. 119 n; xrn. 59 n; y Purg. m. 112 n, 113 n).

    kkj-i 30 ] Cielo 1: Espritus dbiles

    37

  • CANTO IV

    Intra due cibi, distanti e moventi dun modo, prima si morra di jame,

    3 che liheruomo l un recas se ai denti; s si starehbe un agno intra due brame

    di jieri lupi, igualmente temendo;6 s si starebbe un cae intra due dame:

    per che, s i mi tacea, me non riprendo, dalli miei dubbi dun modo sospinto,

    9 poi chera necessario, n commendo,lo mi tacea, ma l mi disir dipinto

    mera nel viso, e l dimandar con ello,12 pi caldo assai che per parlar distinto.

    Fe s Beatrice qual fe Daniello, Nabuccodonosor levando dira,

    15 che l avea fatto ingiustamente fello;e disse: d o veggio ben come ti tira

    uno e altro disio, s che tua cura 18 s stessa lega s che fuor non spira.

    Tu argomenti: Se l buon voler dura, la violenza altrui per qual ragione

    21 di meritar mi scema la misura?Ancor di dubitar ti da cagione

    parer tornarsi l anime alie stelle,

    15] Daniel adivin el sueo de Nabucodonosor y as aplac su ira, que le haba impulsado a condenar injustamente a muerte a todos los sabios de Babilonia (Daniel 11. 1-46). Del mismo modo,

    33

  • CANTO IV

    Libre entre dos bocados que igualmente gustasen y atrajesen, moriraun hombre sin clavar en uno el diente; 3

    as entre fieros lobos estara

    por esto, si call, no me reprendo,

    un cordero, sus dos hambres temiendo, y un perro, entre dos gamos, tal hara; 6

    por dos dudas igualmente embargado, ni por lo que es fatal loarme entiendo. 9

    Mi rostro, aunque call, se vio pintado por el deseo, y la pregunta era an ms ardiente que si hubiese hablado. 12

    Hizo Beatriz lo que Daniel hiciera cuando libr a Nabuco de la ira que provocara su injusticia fiera: 15

    Veo bien, razon, que de ti tira uno y otro deseo, y que procura atarse tu pregunta, y no respira. 18

    T argumentas: Si el buen querer perdura, el ajeno desmn por qu razn hace que mi virtud sea ms oscura? 21

    Tambin para dudar te da ocasin que parezcan tornar a las estrellas

    Beatriz, que lea en Dios, siempre presente en la mente de los beatos, las dudas no formuladas por el poeta, pues si Daniel adivin fue por inspiracin divina.

    39 Cielo I

  • P A R A S O

    24 secando la sentenza di Platone.Queste son le question che nel tuo velle

    pontano igualmente; e pero pria 27 trattero quella che pi ha di felle.

    De serafn colui che pi sindia,Moise, Samuel, e quel Giovanni

    30 che prender vuoli, io dico, non Mara,non hanno in altro cielo i loro seanni

    che questi spirti che mo tappariro,33 n hanno allesser lor pi o meno anni;

    ma tutti fanno bello il primo giro, e differentemente han dolce vita

    36 per sentir pi e men letterno spiro.Qui si mostraro, non perch sortita

    sia questa spera lor, ma per far segno 39 della spiritual cha men salita.

    Cos parlar convien si al vostro ingegno, pero che solo da sensato apprende

    42 cib che fa poscia dintelletto degno.Per questo la Scrittura condescende

    a vostra facltate, e piedi e mano45 attribuisce a Dio, ed altro intende;

    e Santa Chiesa con aspetto umano Gabriel e Michel vi rappresenta,

    48 e 1altro che Tobia rifece sano.Quel che Timeo dellanime argomenta

    24] Segn Platn (Timeo 41 y ss.), as almas se encuentranen las estrellas antes de encarnarse y vuelven a ellas despus dela muerte del cuerpo. El encontrar almas en la Luna recuerda a Dante esta teora, citada ya por San Agustn y Santo Toms, y le hace dudar.

    33] Como veremos ms adelante (xxx, xxxi, x x x ii y xxxm,

    40

  • Cielo I: Espritus dbiles

    las almas, como ya dijo Platn. 24lvstas, en tu querer, son las querellas

    que pesan por igual; ms peligrosa, y por ella comienzo, es una de ellas. 27

    El santo serafn que ms se endiosa,Moiss, Samuel, y el Juan que t prefieras, yo te digo, y Mara la Gloriosa, 30

    no en escaos estn de otras esferas que las almas que has visto hace un momento, ni all son ms o menos pasajeras; 33

    del primer cielo son el ornamento y gozan ms o menos dulce vida segn sienten all el eterno aliento. 36

    No se han mostrado aqu porque manida suya sea esta esfera, mas cual signo de la espiritual menos erguida. 39

    De este lenguaje vuestro ingenio es digno, porque con los sentidos slo aprende lo que es al intelecto ms condigno. 42

    Por esto la Escritura condesciende a vuestra facultad, y pies y mano de Dios predica, y otra cosa entiende; 45

    la Santa Iglesia, con aspecto humano a Gabriel y a Miguel os representa y a aquel por quien Tobas qued sano. 48

    Lo que Timeo del nima argumenta

    passim), todas las almas de los bienaventurados se hallan reunidas en el Empreo.

    39] cSe te han mostrado aqu, en el cielo ms bajo, para darte idea de que su beatitud es inferior a la de los dems bienaventurados3.

    48] l arcngel San Rafael.

    41

  • P A R A S O

    non simile a cid che qui si vede,51 pero che, come dice, par che senta.

    Dice che lalma alia sua stella riede, credendo quella quindi esser decisa

    54 quando natura per forma de diede;e forse sua sentenza e d altra guisa

    che la voce non suona, ed esser puote 57 con intenzion da non esser derisa.

    S elli intende tornare a queste rute l onor della influenza e l blasmo, forse

    60 in alcun vero suo arco percuote.Questo principio, male inteso, torse

    gih tutto il mondo quasi, s che Giove,63 Mercurio e Marte a nominar trascorse.

    L altra dubitazion che ti commove ha men velen, pero che sua malizia

    66 non ti pora menar da me altrove.Par ere ingiusta la nostra giustizia

    nelli occhi de mortali, argomento 69 di fede e non deretica nequizia.

    Ma perch puote vostro accorgimento

    5 1] Es decir, aunque pudiera parecer que las palabras de Platn en el Timeo deben tomarse en sentido literal y no figurado.

    54] E l alma sera la forma sustancial del cuerpo.57] En este terceto se admite, sin embargo, que Platn pudo

    dar un sentido figurado a sus palabras, por lo que deben ser tenidas en cuenta, y no tomadas a risa.

    60] Dado que Dante admite, con limitaciones (Purg. xvi.78 n), la influencia de los astros en el espritu humano, los buenos o los malos influjos revierten a ellos en forma de honor o baldn. Y este podra ser el sentido figurado del que no hay que rerse.

    42

  • Cielo I: Espritus dbiles

    con lo que aqu se ve no se conforma, aunque parezca que cual dice sienta. 51

    Que el alma va a su estrella es para l norma, pues la desprende de ella, si precisa naturaleza darla como forma; 54

    mas quiz su sentencia es de otra guisa que como suena, y tal vez la dijera con intencin de no mover a risa. 57

    Si l piensa que retorna a cada esfera el baldn y el honor de su influencia, tal vez su puntera sea certera. 60

    De esta verdad, la mala inteligencia a suplicar a Jove llev un da, y a Mercurio y a Marte, su asistencia. 63

    La otra duda que en tu nimo se cra menos veneno tiene, y su malicia no muy lejos de m te llevara. 66

    Injusta parecer nuestra justicia al nimo mortal, es argumento de fe, ms que de hertica nequicia. 69

    Mas porque a vuestro humano entendimiento

    69] Este terceto ha sido objeto de interpretaciones muy diferentes. Segn Sapegno, argumento podra significar prueba, es decir, prueba de fe, puesto que quien se queda dudando y perplejo ante una determinada manifestacin de la justicia divina, demuestra ya creer en trminos generales en