De las cuotas a la Paridad. Sumas y restas

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ANILú ELíASADRIANA F AVELAADRIANA ORTIZ ORTEGAAMALIA GARCíA MEDINA ANGéLICA DE LA P EñACLARA SCHERERCRISTINA RENAUDGABRIELA W ILLIAMS SALAZARLAURA CERNALORENA CRUZ SáNCHEZMARíA DEL CARMEN ALANíSMARTHA LUCíA MíCHERMARTHA T AGLEMARCELA T ORRES P EIMBERP ATRICIA OLAMENDI R UTH ZAVALETA SALGADOT ERESA HEVIA ROCHA Foto: Especial SUPLEMENTO ESPECIAL 6 DE JULIO, 2015 DE LAS CUOTAS A LA PARIDAD Sumas y restas EL COSTO DE LA PARIDAD EN QUERéTARO Agustín Escobar Ledezma p. 22 Primeros resultados de la reforma político-electoral Dunia Rodríguez y Anayeli García Martínez p. 12 Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora electa de Sonora.

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Suplemento especial de Milenio Diario, con reportajes, entrevistas y artículos de algunas de las actoras que hacen un recuento del camino y los retos frente a la paridad.

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•Anilú ElíAs•AdriAnA FAvElA•AdriAnA Ortiz OrtEgA•AmAliA gArcíA mEdinA

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suplemento espeCIAl 6 DE JULIO, 2015

De lAs CuotAs A lA pArIDAD

sumas y restas

El costo dE la Paridad En QuErétaroAgustín Escobar Ledezma

p. 22

Primeros resultados de la reforma político-electoralDunia Rodríguez y Anayeli García Martínez

p. 12

Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora electa de Sonora.

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EdITORIAL

De las cuotas a la paridad. Sumas y restasDespués de 63 años de haber reconocido el derecho de la mujer al voto se acaba de legislar lo que a cualquiera le habría parecido obvio: que las mujeres somos la mitad de la población

anilú Elías

Democracia había sido la palabra más zaran-deada de las últimas dos décadas. Lo cual tiene su gracia en este país, donde general-mente se la desconoce y menos se la ejerce, pues es un producto sumamente elitista, ac-cesible a unos cuantos, no disponible a in-dígenas, pobres o mujeres.

Por eso es de celebrar que en estos meses ya le anda ganando en popularidad y espa-cios en los medios la frase “paridad de géne-ro”. Y es que, al fin, después de 63 años de haber reconocido el derecho de la mujer al voto, se acaba de legislar lo que a cualquiera le habría parecido obvio: que las mujeres so-mos la mitad de la población (incluso un poco más de la mitad) y por lo tanto debe-mos estar representadas políticamente a la par por mujeres y hombres.

Pero esto, como bien lo saben muchas candidatas y candidatos, no lo va a garan-tizar la ley. Las mujeres podrán formar parte en forma pareja de planillas, de fon-dos para campañas, de mensajes de propa-ganda, pero los bloques de la cultura, la religión y la tradición no van a permitir fácilmente que a la hora de votar no se pre-fiera a un hombre para el puesto. La paridad de género va a necesitar del apoyo más bien la lucha de varias leyes.

De todas las leyes antidis-criminación, por ejemplo. De las leyes que la Constitución antepone a las de “usos y cos-tumbres”, que han permitido desconocer el triunfo electo-ral de una candidata. Del apo-yo, también, de los representantes de los tres poderes para que la paridad de género no se limite a una boleta, una urna y una curul, y pueda sentar a mujeres en el Po-der Judicial, en el Ejecutivo, y no veamos,

así, la coexistencia de la fla-mante ley de paridad de género y un gabinete presidencial donde hay sólo tres secretarias, o un Poder Judicial donde las mujeres son opcionales… Y por supuesto, donde la paridad de género no esté representada por juanitas de facto, que aun-

que sentaditas por derecho electoral en su curul, reciben línea del marido o del man-damás del partido. Y desde luego, de una paridad de género que no sirva para garan-tizar la eternización de expresidentes en

el poder por vía matrimonial, cual monar-quía hereditaria.

Las leyes son los cimientos de una cultura. Son excelentes, pero no lo pueden todo solas. No olvidemos ejemplos como nuestro flaman-te artículo IV constitucional, que desde hace 40 años establece que “la mujer y el varón son iguales ante la ley” y en la práctica se desmien-te a toda hora. O el caso de EU, donde la Cons-titución no consagra la igualdad de hombres y mujeres ante la ley y sin embargo, en la prác-tica, la combatividad de las mujeres ha logrado significativos avances para ellas, con puestos clave de decisión en todos los ámbitos. M

conSeJo eDitorial

SUPLEMENTO ESPECIAL

La paridad de género va a

necesitar del apoyo (más bien la lucha) de varias leyes. De

todas las leyes antidiscriminación,

por ejemplo.

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CLAUdIA PAvLOvICh ARELLAnO

cristina renaud

“No permitas que los triunfos se te suban a la cabeza y que las derrotas se te vayan al corazón”. Eso le dijo doña Alicia Arella-no Tapia (la primera mujer senadora en México, junto con María Lavalle Urbina) a su hija Claudia Artemiza Pavlovich Are-llano tan sólo unos días después de su triunfo en los comicios del pasado 7 de junio, con el que se convertirá, a partir del próximo 13 de septiembre, en la primera mujer gobernadora en la historia del esta-do de Sonora.

Claudia Pavlovich cuenta todo lo que le debe y ha aprendido de su madre para ser una persona íntegra y dedicar su quehacer político en beneficio de la comunidad, más allá de intereses y colores partidistas.

También reconoce lo difícil que es toda-vía para las mujeres destacar en la arena pú-blica y en los cargos de decisión, un campo aún del dominio masculino, aunque poco a poco –celebra– la equidad entre los sexos se va abriendo paso.

Asimismo, Pavlovich Arellano vislumbra ya lo que serán sus primeras acciones de go-bierno: políticas públicas con perspectiva de género e incluso conformar un gabinete paritario (integrado por igual por mujeres y hombres).

RaIgambRE pOLítIcaDe 46 años de edad, Claudia Pavlovich es abogada por la Universidad de Sonora. Está casada desde hace 21 años con Sergio Torres Ibarra y es madre de tres hijas: Claudia, Ana y Gabriela.

Su madre, Alicia Arellano Tapia, además

“El electorado espera mucho de ti cuando eres mujer”Afirma que pensará muy bien sus decisiones, pues le dejan una administración muy complicada, colapsada en muchos temas: salud, educación, finanzas…

Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora electa de Sonora.

de senadora de la República en 1964, fue presidenta municipal de Magdalena de Kino y de Hermosillo, la capital sonorense, así como también diputada estatal.

“Para mí es un gran orgullo y significa una gran responsabilidad ser la primera mu-jer gobernadora de mi estado. Significa tam-bién un gran compromiso por ser hija de Alicia Arellano Tapia, quien, junto con Ma-ría Lavalle Urbina, que en paz descanse, fue-ron las dos primeras senadoras de este país”, subraya Pavlovich.

La gobernadora electa de Sonora resalta una y otra vez que su madre es un gran ejem-plo en su vida: “A mi mamá le aprendo todos los días, es una mujer ya mayor, pero siem-pre con los pies bien puestos en la tierra. Cuando se enteró de que había ganado la gubernatura me dijo: ‘Claudia, tienes una gran responsabilidad de responder a los so-norenses; son seis años de tu vida que se los tienes que dedicar por completo, y va a ser la oportunidad que tienes para pasar a la historia como una muy buena gobernadora’.

“También me aclaró que: ‘los puestos tie-nen fecha de caducidad y al final lo único que te queda es el prestigio y el buen nom-bre que construyes con tu trabajo realizado a favor de tus representados’”.

Pavlovich Arellano insiste en que se sien-te muy satisfecha de ser la primera mujer que gobernará su estado, aunque lamenta ser la única mandataria estatal en todo el país: “Espero que haya más, por supuesto; eso es lo que esperamos las mujeres, que se nos abran las oportunidades a muchas más”.

SU hIStORIa Claudia Pavlovich relata que empezó muy jo-ven a participar en política. Recuerda que

cuando su paisano Luis Donaldo Colosio era candidato presidencial ella ya estaba en las fi-las del Frente Juvenil Revolucionario del PRI.

“Yo estaba muy contenta; iba a ser la ora-dora por parte de los jóvenes cuando Colo-sio llegara a Sonora el 25 de marzo de 1994. Ya tenía listo mi discurso. Obviamente esa gira no se dio por las razones que todos co-nocemos (el asesinato del candidato presi-dencial en Lomas Taurinas, Tijuana, apenas dos días antes).

“Ahí fue donde yo me deslindo un poqui-to; estaba recién casada; puse mi despacho, tuve mis dos primeras hijas, me dediqué al hogar, a ser presidenta de diferentes patro-natos en Hermosillo, donde yo vivo. Ahí creí que la política no era para mí y decidí dedi-carme a otra cosa. Como joven, fue muy di-fícil ver truncadas mis expectativas de que un paisano llegara a ser presidente de la Re-pública”.

Sin embargo, Pavlovich se reincorporó a la política luego de que en el año 2000 su partido la invitara a participar en una plani-lla como candidata a regidora del ayunta-miento de Hermosillo, cargo que ganó y desempeño durante tres años.

Después, en 2004, fue dirigente del PRI en el municipio de Hermosillo y recuerda satisfecha que desde la oposición –“donde siempre me ha tocado estar”– ha recupera-do espacios para su partido.

“Fui diputada local (2006-2009); recu-peré un Distrito (el XIV, correspondiente al noreste de Hermosillo), que tenía 18 años en poder del PAN. Luego fui la pri-mera mujer presidenta del PRI a nivel es-tatal en 2010 y de ahí pasé a ser candidata a senadora (de 2012 hasta febrero pasado, cuando ganó el proceso interno para la postulación), y hoy por hoy gobernadora electa de Sonora”.

VISIón cIUDaDana“Estoy muy contenta porque la gente en So-nora realmente me dio su apoyo de una ma-

nera como hacía mucho tiempo no se daba a un candidato a gobernador. Si mal no re-cuerdo, desde la época del diputado Manlio Fabio Beltrones no se ganaba una guberna-tura con tanta contundencia”, observa Clau-dia Pavlovich.

Y es que en la elección, esta mujer polí-tica nacida el 17 de junio de 1969 en Mag-dalena de Kino, obtuvo 486 mil 944 sufra-gios, que representaron 47.58 por ciento del total de los votos.

Considera que parte importante de su triunfo electoral se debió a que se ganó a la gente que no milita en algún partido, es de-cir, a la gran mayoría. “Yo soy como muy ciudadana; así soy, pero milito en el PRI. Soy muy abierta y respetuosa con todas las ideologías, y eso me ha permitido ir avan-zando y recuperando los espacios”, resalta.

Al parecer, esa apertura democrática tam-bién la aprendió de doña Alicia Arellano, quien como alcaldesa –tanto de Magdalena de Kino (en 1972) como de Hermosillo (en 1979)– supo gobernar para todos, sin distingos políticos, lo que le acarreó en más de una oca-sión diferendos con los dirigentes del PRI.

LaS SOnOREnSES“Ser mujer implica un gran compromiso; la gente, el electorado, espera mucho de ti cuando eres mujer. Es muy curioso, pero es-pera más sensibilidad, mayor cercanía, ma-yor compromiso”, confía la gobernadora electa, quien como senadora de la Repúbli-ca fue integrante de siete comisiones legis-lativas, entre ellas la de Igualdad de Género.

Desde la Cámara alta, la sonorense pro-movió iniciativas para garantizar seguridad social a los trabajadores de la pesca. Tam-bién impulsó apoyos a la educación en favor de la niñez de su estado.

Pavlovich Arellano advierte que entre las diversas problemáticas por las que atravie-san las mujeres en Sonora, le preocupa la situación de las jefas de familia: “Hay un gran porcentaje de mujeres que son jefas de hogar, que son el sostén, que no tienen oportunidad de trabajo, de crecer, no hay proyectos productivos para ellas, no hay es-tancias infantiles donde dejen a sus hijos… es todo un tema. Estas mujeres no han sido apoyadas de ninguna forma y ésta es una de mis prioridades”.

Prosigue: “Vamos impulsar proyectos productivos que incluyen también a las mu-jeres que por alguna razón no puedan salir de sus casas”.

Para lograr esos objetivos en beneficio de las sonorenses, Claudia Pavlovich sostiene que en su administración el presupuesto se va a ejercer con perspectiva de género.

Además destaca que impulsará la parti-cipación femenina en su equipo de colabo-radores: “Siempre ha habido muchas muje-res y seguirán estando. Durante toda mi carrera política Comunicación Social siem-pre ha estado manejado por mujeres, y va haber muchos otros temas en el que ellas estarán involucradas”.

A la pregunta de si tendrá un gabinete paritario (integrado por 50 por ciento de mujeres y 50 por ciento de varones), res-ponde: “Buscaré la forma de que así sea. Va-mos a enfrentar en el inicio muchas com-plicaciones; este gobierno que está por concluir nos va a dejar una administración muy complicada, colapsada en muchos te-mas, en salud, en educación, en las finan-zas… me parece que no va a ser nada fácil, y tendré que pensar muy bien mis decisio-nes, pero sin duda habrá varias mujeres al frente de diversas carteras”.

Pese a las eventuales dificultades que ten-drá en su gestión, Claudia Artemiza Pavlovich Arellano se dice más que lista para tomar las riendas del fronterizo estado de Sonora y de-mostrar, una vez más, que las mujeres saben gobernar y que gobiernan bien. “Tengo una responsabilidad que la sabré cumplir a cabali-dad”, remata contundente. M

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LOREnA CRUz SánChEz

cristina renaud

Los resultados de las elecciones han deli-neado un mapa específico que permite tra-zar las acciones a seguir para fortalecer la participación de las mujeres, apunta Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Na-cional de las Mujeres.

Licenciada en Administración de Empre-sas por la Universidad Autónoma del Estado de México, con diplomados en “Políticas pú-blicas con perspectiva de género: cómo afrontar los retos de institucionalización y gobernanza”, “Comercio internacional”, “Relaciones de México con la Unión Euro-pea”, “Negocios internacionales” y “Alta di-rección”, la titular de Inmujeres habla sobre los retos y las acciones a seguir a partir de los resultados de las pasadas elecciones.¿Quedas satisfecha con los resultados de la paridad en las elecciones?Hemos aumentado el número de mujeres en cargos de elección popular, pero no po-demos olvidar que la paridad en las elec-ciones no nos garantiza la paridad en los cargos.

“Satisfecha estaría si hubiéramos logrado 50 por ciento, lo que sí es que esas cifras nos permiten marcar el reto. En 2016 se van a llevar a cabo otras contiendas que nos van a permitir medir si vamos avanzado o no. Sa-tisfechas estaríamos si llegáramos al 50 por ciento”. ¿Qué tenemos que hacer? Todavía tenemos que trabajar mucho. El tema del Observatorio de la Participación Política de las Mujeres no nada más es ob-servar qué ha pasado, sino que todos esos datos nos van a permitir diseñar política pública para que las mujeres puedan participar.

Lorena Cruz, quien fungió como vocal ejecutiva, desde 2007, en el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social del Gobierno del Estado de México, en el cual se realiza-ron diversas acciones a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, y políticas públi-cas con perspectiva de género, reconoce que “como gobierno tenemos la gran oportuni-dad de acercarnos más a las mujeres y brin-darles muchas más herramientas para que puedan salir a contender”.

Reflexiona: “Cuántas mujeres se han quedado en casa porque no tienen quién les cuide a los niños y no tienen una red de apo-yo. Ésa es una, la otra, la violencia a la que ellas se enfrentan, cómo las desacreditan; todavía nos falta mucho más”.¿Qué sigue?Fortalecer el Observatorio de Participación Política y estudiar muy bien qué sucedió, cómo podemos, como Inmujeres, fortalecer el incremento de participación de las muje-res, y también hacer alianzas con las orga-nizaciones de la sociedad civil y otras ins-tancias para que las mujeres lleguen más seguras, más empoderadas y con mayores oportunidades para participar.

“La paridad en elecciones no garantiza cargos”Los pendientes, afirma, son fortalecer el Observatorio de Participación Política e incrementar la participación de las mujeres

cOmpROmISO DE LOS gObIERnOSInforma que Inmujeres ha realizado un convenio con los estados, derivado de la Declaración de Igualdad de Oportunida-des entre Hombres y Mujeres, firmada por el presidente de la República en octu-bre de 2014, en Aguascalientes, en el mar-co de la Conferencia Nacional de Gober-nadores (Conago).

Es importante subrayar el antecedente, explica Lorena Cruz, porque por primera vez se lleva a cabo este tipo de convenio que compromete a los gobiernos a trabajar bási-camente sobre dos ejes: igualdad de opor-tunidades y acciones para prevenir la vio-lencia contra las mujeres.

“El Presidente me instruye a firmar con-venios específicos con cada uno de los go-bernadores y el jefe de Gobierno del DF. Llevamos 25 estados. Faltan Aguascalientes, Baja California Norte, Estado de México, Nayarit, Quintana Roo y Zacatecas”.

La firma de los convenios, dice, se inició en enero de 2015 y tuvo un receso por la veda electoral, pero se reanudará a partir de julio para tener todas las firmas a finales de dicho mes, en que se llevará la siguiente re-

Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto nacional de las Mujeres.

SatISfEcha nunca voy a estar. Satisfecha

estaría cuando ninguna mujer sea víctima de

violencia, cuando todas las mujeres hayan

alcanzado la igualdad de oportunidades”.

cia, uno de los ejes importantes es la ar-monización legislativa. Al respecto señala que el próximo 6 de julio “vamos a tener el Tercer Encuentro Nacional de Armoni-zación Legislativa con presidentas de las comisiones de igualdad, titulares de las Instancias Estatales de las Mujeres, y aho-ra estamos sumando a las presidentas de los tribunales de justicia”.

En ese encuentro se hará “un corte de caja en los avances, porque Inmujeres le dio un diagnóstico a cada una de las entidades para ver qué les faltaba y cómo debían ar-monizar sus leyes”, cita.

Participante en diversos eventos nacio-nales e internacionales, como el Congreso Internacional sobre Derechos Humanos de las Mujeres Migrantes: Acciones para su Protección, realizado por diversas agencias de la Organización de las Nacio-nes Unidas; Foro Internacional: Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos de las Mujeres, Personas con Discapaci-dad y Violencia de Género, por la Secre-taría de Relaciones Exteriores e Inmuje-res; y Foro Internacional sobre Género y Medio Ambiente, por el Programa de Na-ciones Unidas para el Desarrollo, UNI-FEM e Inmujeres, entre otros, Lorena Cruz Sánchez subraya:

“Satisfecha nunca voy a estar. Satisfe-cha estaría cuando ninguna mujer sea víc-tima de violencia, cuando todas las muje-res hayan alcanzado la igualdad de oportunidades. Hemos tenido logros im-portantes, pero en la medida de esos lo-gros te das cuenta de que todavía tenemos mucho camino por recorrer”.¿Cuál es el logro que más te satisface?Haber promovido que el Presidente pre-sentara la iniciativa de Paridad; es un lo-gro primordial en la participación política de las mujeres.

Además, “estamos muy contentas y agradecidas con los gobernadores y jefe de Gobierno del DF, porque nos han permi-tido participar en el marco de la Conago. En 2014, en la reunión de Puebla, nos per-mitieron presentar un breve diagnóstico sobre la situación de las mujeres y las ni-ñas en México, y en la siguiente reunión, en Aguascalientes, se firmó la Declara-ción por la Igualdad, ahí mismo se creó la Comisión de la Igualdad entre hombres y mujeres de la Conago, que la preside el gobernador de Yucatán”.

“La Conago está conformada por varias comisiones que las presiden los gobernado-res, está la de Salud, de Desarrollo Social, de Derechos Humanos y otras, pero nunca había habido una Comisión de Igualdad de Oportunidades”.

Relata Lorena Cruz que “en Yucatán el gobernador Rolando Zapata Bello nos pre-sentó su plan de trabajo; él, dentro de la Conago, va a implementar acciones: lo-grar la igualdad y prevenir la violencia contra las mujeres”.

“Ha sido un logro muy importante para Inmujeres, que nos permite tener esa pre-sencia, y también nosotras le estaremos dando seguimiento y monitoreando el avan-ce de las acciones”, señaló. M

unión de la Conago, a la que asistirá el pre-sidente de la República.

Hay avances: “En el tema de igualdad de oportunidades tenemos apoyo para la parti-cipación política de las mujeres, presupues-tos con perspectiva de género, acciones afir-mativas a favor de las mujeres, así como apoyo para el empoderamiento económico de las mujeres”.

En el tema de prevención de la violen-

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SUMAS y RESTAS

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ruth Zavaleta salgado

Para quienes hemos participado en un partido político no es ajena la práctica común de estos institutos en cuanto a la falta de igualdad de trato entre mujeres y hombres. Casi siempre los cargos más relevantes del Comité Ejecutivo son para los varones, comenzando por la pre-sidencia; tan sólo revisemos cuántos de ellos tienen actualmente como líder a una mujer. Pero también, si se revisa con cuidado, podría-mos obtener datos relevantes respecto a las candidaturas femeninas.

Incluso si el análisis se realizara antes de la sentencia de género 12624, el proceso inme-diato siguiente y el que estamos viviendo, po-dríamos descubrir las diferencias. En primer lugar, existía una evasión del cumplimiento de la cuota de género establecida en la ley electo-ral y, en segundo, los distritos en donde son candidatas las mujeres de mayoría relativa son los de menor competitividad electoral para el partido postulante; todavía en el proceso elec-toral de junio esta práctica seguía prevalecien-do, no sólo para las diputaciones federales, sino para las locales y para las gubernaturas.

No obstante, cabe reconocer que el escena-rio de la participación política de las mujeres ha cambiado radicalmente a partir de la sen-tencia de género de noviembre de 2011, que emitió en su momento la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fe-deración, presidido en ese entonces por Ale-jandro Luna Ramos.

No sé si todas las grandes transformaciones inicien con pequeñas acciones, pero la de la sentencia de género comenzó en un restau-rante llamado María Bonita, ubicado en un

La sentencia de la igualdad políticaNo sé si todas las grandes transformaciones se inicien con pequeñas acciones, pero la de la sentencia de género comenzó en un restaurante llamado María Bonita

Ruth zavaleta Salgado, diputada federal de la LXII Legislatura e integrante de Red de Mujeres en Plural.

hotel de Polanco. Como todos los miércoles, Silvia Hernández y yo teníamos programado participar en la mesa de análisis político en la radio con Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart. Habíamos invitado a Clara Scherer a platicar antes de entrar al aire para reflexionar sobre qué podíamos hacer para evitar que se repitie-ra el fenómeno de las “juanitas”.

He de confesar que en lo personal, aun cuando ya trabajaba en la Sala Superior del Tribunal Electoral, no creía que las cuotas de género se extendieran a las candidaturas de mayoría relativa, pensaba que si lográbamos que se respetara la de cuota de la vía plurino-minal sería un gran avance. Sin embargo, Sil-via Hernández, experta en estrategias, nos propuso que fuéramos por “lo más” para lograr lo que se pudiera. Clara Scherer era, como siempre, la más entusiasmada. No terminaba de salir del lugar cuando ya estaba convocando a un grupo de mujeres para impulsar lo acor-dado esa tarde.

Todo era muy sencillo, íbamos a recurrir a la figura de juicio para la protección de los dere-chos político electorales del ciudadano para combatir la resolución del IFE respecto de va-lidar las listas de candidatos de los partidos que no respetaban la cuota de género. El fundamen-to jurídico lo redactaría Jorge Alcocer, lo firma-rían mujeres de todos los estados de la Repúbli-ca y un grupo de nosotras haríamos el cabildeo con los magistrados de la Sala Superior.

Creo que nadie, ni siquiera los magistrados, imaginaron las consecuencias de la sentencia que emitirían el 11 de noviembre de 2011, que obligó a que el IFE no registrara los listados de las candidaturas de los partidos políticos hasta que cumplieran con la cuota de género por la vía plurinominal y de mayoría relativa.

Cabe mencionar que el antecedente de esta decisión fue la determinación del IFE en la se-sión del 7 de octubre de 2011 (CG327/2011), en donde acordó fijar como criterio que validaba los “procesos democráticos” dentro de los parti-dos políticos para la designación de las candida-turas. Con esto, los partidos podían evadir la obli-gatoriedad de las cuotas 60-40 de género1.

Ya en septiembre de 2009, el fenómeno de las “juanitas” había causado controversia al des-cubrirse que algunas mujeres de diferentes par-tidos se habían prestado a la farsa de ser candi-datas titulares y llevar como suplentes a un varón que las relevaba inmediatamente después de tomar protesta como diputadas.

Ante esta circunstancia, diversas organiza-ciones de feministas y de analistas políticos, así como de militantes de los partidos, decidie-ron unirse y analizar la posibilidad de impulsar cambios en la norma jurídica que impidiera que esto sucediera, pero los meses pasaron y no se logró cambiar la ley electoral, por lo que se tomó la decisión de recurrir a la figura de juicio para la protección de los derechos polí-tico electorales del ciudadano en contra del mencionado acuerdo.

El 30 de noviembre de 2011, la Sala Supe-rior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dictó sentencia en el expe-diente SUP-JDC-12624/2011 y acumulados, concediendo la razón a las actoras al declarar que, efectivamente, el Instituto Federal Elec-toral distorsionó la interpretación a la excep-ción de la cuota de género, restringiendo así la participación de las mujeres en candidaturas a cargos de elección popular.

En este sentido, el máximo órgano jurisdic-cional en materia electoral, consideró que en la reglamentación de normas relativas a los dere-chos humanos, la autoridad administrativa debe hacer la interpretación de tales normas de conformidad con la Constitución y los tratados humanos, favoreciendo en todo momento la protección de las personas en su sentido más amplio, pues es su obligación constitucional promover, proteger y garantizar esos derechos:

• El CGIFE excedió su facultad reglamentaria al incluir una excepción a las cuotas de género.• Podrán registrarse hasta 120 fórmulas para diputados y 26 para senadores del mismo género por mayoría relativa. Además de 40% establecido en las listas de representa-ción proporcional.

Como puede observarse, con la resolución del expediente en comento, el Tribunal Electoral sentó los precedentes necesarios para la maximización del derecho de las mu-jeres a participar en las contiendas internas de los partidos políticos, por lo que se con-sidera de gran relevancia la citada sentencia como parte de los adelantos en el ejercicio efectivo de los derechos político electorales de las mujeres.

cOnSEcUEncIaSEsta sentencia dio como resultado una confor-mación extraordinaria de mujeres en el Congre-so de la Unión, principalmente en la Cámara de Diputados, respecto de las anteriores legislatu-ras, del 11.6% de la LIV a 37% en la LXII.

Sin embargo, aun cuando la determinación jurídica de los magistrados ocasionó el recono-cimiento internacional, las medidas sólo impac-taron en el ámbito federal, quedando pendiente la interrogante de cómo lograr que, tanto a nivel estatal como municipal, se adopten las cuotas de género. Esta duda, por lo menos en lo formal, quedó parcialmente resuelta en el contexto de los acuerdos construidos para la Reforma Políti-ca votada en 2013, con los cambios al artículo 41 constitucional sobre la obligatoriedad para que los partidos emitan reglas de paridad para las listas de candidatos federales y locales.

El grupo Red de Mujeres en Plural, al cual pertenecen todas las que promovieron la sen-tencia de género (son muchas las iniciantes, pero en el camino se han sumado mucho más), han dado seguimiento al registro de can-

didaturas tanto a nivel federal como estatal en el pasado proceso electoral, mediante el apoyo del INE y en especial de la consejera Adriana Favela, que encabeza el Grupo de Trabajo de Divulgación y Seguimiento del Cumplimiento de las Obligaciones Relativas a la Paridad de Género en la Postulación de Candidaturas y el Liderazgo Político de las Mujeres, en el Proce-so Electoral Federal 2014-2015.

Cabe mencionar que se renovaron 500 le-gisladores y de 17 entidades federativas: nueve gubernaturas (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora), los Con-gresos locales y/o presidencias municipales.

Fueron 66 candidatos inscritos para la competencia de gobernadores, de ellos, 13 fue-ron mujeres: 1 del Partido Humanista, 3 de Morena, 2 del PRD, 1 del Panal, 2 del PAN, 2 del PRI y aliados, 1 del PPG (Partido Popular Guerrerense) y 1 del PES.

Por estados, el de Guerrero 3, Campeche 2, Michoacán 2, Querétaro 2, y Sonora, San Luis Potosí, Nuevo León y Colima sólo una. Nueva-mente, el Tribunal Electoral ha puesto el acen-to en la igualdad política en el presente proceso electoral al generar una tesis jurisprudencial para establecer que el principio de paridad debe aplicarse en sentido vertical y horizontal, pero además también debe haber paridad efectiva en los cargos (se tiene que recurrir al juicio para la protección de los derechos político electorales del ciudadano en algunas entidades).

Es decir, la Constitución impulsa la pari-dad en la postulación, pero el Tribunal Elec-toral exige la paridad efectiva después de las elecciones, tiene que haber paridad en los órganos legislativos o municipales. Para cumplir con ello, los tribunales regionales y locales han complementado con las candi-daturas de representación proporcional.

De esta forma, aun cuando sólo se logró una gubernatura de Mujer en Sonora con Claudia Pavlovich Arellano, de la Alianza PRI-Panal-Verde Ecologista, en la Cámara de Diputados, Congresos locales y munici-pios, tenemos hasta este momento los si-guientes resultados (hay impugnaciones por resolver):

Cámara de Diputados: 214 mujeres (42.8%) y 286 hombres (51.2%). Los Congresos locales y ayuntamientos, respectivamente, en porcen-taje de mujeres, quedó de la siguiente forma: BCS, 47.6 y 40; Campeche 45 y 0; Colima 32 y 10; DF 40.9 y 25; Guanajuato 50 y 4.3; Gue-rrero 37 y 29.6; Jalisco 41 y 4; México 37 y 17.6; Michoacán 40 y 3.6; Morelos 43.3 y 18.2; Nue-vo León 38.1 y 7.8; Querétaro 52 y 44.4; SLP 29.6 y 8.6; Sonora 42.4 y 12.5; Tabasco 48.6 y 23.5, y Yucatán 52 y 6.6.

En el caso de Congreso locales en estos es-tados, la diferencia es de 34% antes, contra 42.2% después de la elección de junio.

Aún falta mucho por hacer, las reuniones de mujeres defensoras de los derechos por la igual-dad, desde diferentes trincheras, sigue dando resultados en diferentes aspectos de nuestra vida cotidiana. Hay organizaciones que impul-san la capacitación para que las mujeres se em-poderen en el ámbito empresarial y productos, así como las hay en el impulso del empodera-miento político, los resultados de esta última serán palpables en la conformación numérica de los Congresos locales que se renovarán en junio, pero también en la Cámara de Diputados, en donde ha quedado demostrado que a mayor número de mujeres mayor iniciativas promo-toras de la igualdad social, económica y política se promueven en favor del sector femenino.

Sin embargo, no debemos perder de vista lo fundamental que resulta tener un Tribunal Electoral progresista, como el que encabeza en este momento el magistrado Constancio Carrasco Daza. M

1 Cofipe: Artículo 219 en su párrafo segundo, previa una excepción

a las cuotas de género, cuando las candidaturas de mayoría rela-

tiva sean resultado de un proceso de elección democrático, en

cuyo caso podrá postularse un porcentaje más elevado de candi-

daturas del mismo sexo.

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amalia dolores García Medina

Alaíde Foppa decía que parecía que la mu-jeres veníamos del continente del silencio, excluidas como género de los espacios del poder público.

La lucha por la igualdad en la política ha sido ardua en México. El derecho al voto, reconocido a mediados del siglo XX, era sólo la mitad de un derecho. Sin duda los avances más significativos en términos cuantitativos comenzaron en la década de los años 1990-2000, específicamente des-pués de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en septiembre de 1995, cuando las mujeres de todo el planeta nos planteamos como objetivo el “empodera-miento”, y en nuestro país teji-mos alianzas por encima de las militancias partidarias, para que la ley obligara a una acción afirmativa con cuotas.

Los efectos de estos cambios llevaron a que por primera vez en México, en 1996, se fijara un por-centaje de representación máxi-ma para personas de un mismo género en candidaturas, el cual no debería rebasar 70% para un género, y el mínimo para el otro era de 30% en el Poder Legislati-vo. Sin embargo, según la inter-pretación de las dirigencias de los partidos, “esta acción no especi-ficó si aplicaba para candidaturas propietarias o suplentes”, provo-cando que los partidos políticos simularan cumplir con lo estable-cido al postular mujeres, pero sobre todo como suplentes.

En 2002 se establecieron lineamientos importantes que articularon el funciona-miento de las cuotas de género: 1) la cuota máxima de 70% para las candidaturas pro-pietarias; 2) las listas de plurinominales de-bían registrar a una persona de distinto gé-nero en una de cada tres posiciones; 3) se fijaron sanciones a los partidos políticos en caso de incumplir con las cuotas de género.

Sin embargo se abrió una rendija para brincarse la norma cuando se estableció que la obligación de cuota podía ser exen-tada “si las candidaturas de mayoría rela-tiva eran resultado del voto directo al in-terior de los partidos”.

Aun con las resistencias, conscientes de que éramos una mayoría tratada como mi-noría, pero que avanzábamos, la lucha con-tinuó, logrando el incremento de 10% en la cuota de género, para quedar 60-40%, y así quedó plasmado en la reforma electoral de 2008. También se estipuló que las listas plurinominales deberían incluir al menos dos personas de distinto género por seg-mento de cada cinco candidaturas. Sin em-bargo se mantuvieron exentas de la obliga-ción de las cuotas las candidaturas de

La revolución que vieneLos cambios en los espacios de decisión marcarán otro rumbo para la propia democracia en el país. Las mujeres, más sus aliados en muchos lados, incluyendo los tribunales, obligan a los partidos a ser partícipes activos de dicho fenómeno, y obligarán a un cambio cultural en México

Amalia dolores García Medina, diputada federal de la LXII Legislatura, ex gobernadora, ex presidenta nacional del PRd e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

mayoría relativa, con el pretexto del pro-ceso democrático interno.

Pero aun con eso, otro logro que se ma-terializó con la reforma de 2008, obtenido gracias al impulso de diversas organizacio-nes de la sociedad civil y una alianza de la mujeres militantes de distintos institutos políticos, fue que se estipulara que los par-tidos debían destinar 2% de su financia-miento público ordinario a la capacitación, promoción y desarrollo de liderazgo políti-co de las mujeres; un paso adelante.

Y dos pasos atrás: las resistencias a la in-clusión se hicieron evidentes en 2009, año

en que el fenómeno de las lla-madas “juanitas “evidenció a los partidos políticos que regis-traban candidatas mujeres como propietarias y hombres suplentes, muchas de las cuales pidieron licencia apenas asumi-do el cargo, quedando los hom-bres, lo que resultó penoso e in-dignante, pues siendo un fraude a la ley, no pasó nada, y el des-contento no superó el espacio de las opiniones hasta varios años después.

Finalmente, a iniciativa del grupo Red de Mujeres en Plu-ral, que interpuso sendos recur-sos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federa-ción (TEPJF) para evitar el en-gaño, logramos que el 30 de no-viembre de 2011 el Tribunal Electoral expidiera la sentencia SUP/12624, en la cual se estipu-ló la obligatoriedad de los par-tidos de cumplir con la cuota de género, sin excepciones, inde-

pendientemente del método interno de elección, así como el registro de candidatu-ras mediante la integración de fórmulas de candidaturas propietarias y suplentes del mismo sexo, impidiendo las sustituciones de mujeres por hombres.

También ese mismo año se decidió eti-quetar los recursos destinados a capacita-ción, promoción y desarrollo de liderazgo político de las mujeres como medida para garantizar que los recursos fueran destinados para el objetivo establecido en la ley, sin embargo muchas mi-litantes y asociaciones han se-ñalado que con frecuencia esos recursos se han justificado con supuestas charlas, aparentan-do cumplir el requisito, pero a veces la calidad es deficiente y es necesaria la evaluación de resultados.

No obstante lo anterior, los avances han continuado: la sen-tencia del TEPJF que obligó a los partidos a cumplir la cuota, so pena de que, de no hacerlo, lo haría la autoridad electoral, se convirtió en un gran triunfo. Para 2012 el nivel de

participación política de las mujeres en la integración de la actual Legislatura del Con-greso de la Unión casi alcanzó por primera vez 40% de espacios ocupados por legisla-doras, superando así el mínimo recomenda-do internacionalmente.

Y por fin, con la reforma al artículo 41 de la Constitución, que obliga a “garantizar la pari-dad entre los géneros en candi-daturas a legisladores federales y locales”, el impulso que viene desde hace años de mujeres de los más diversos signos políti-cos, y muchas voces de la socie-dad civil, que han dicho que la calidad de la democracia pasa por la incorporación de las mu-jeres en igualdad, obtiene una victoria formidable y se da un salto cualitativo sustancial, pues ya no se trata de una cuota, sino de una condición perma-nente. A partir de ello, la refor-

ma político-electoral de 2014; la publica-ción de las leyes secundarias que derogaron

la aplicación del anterior código electoral; la nueva Ley General de Partidos Políticos y la Ley General de Instituciones y Procedi-mientos Electorales, estipulan el principio de paridad en candidaturas a diputaciones federales en las elecciones de 2015 y un au-mento de 3% en los recursos etiquetados a los partidos para la promoción del liderazgo de las mujeres en la participación política.

Como coincidimos al reunirnos las inte-grantes de la Red de Mujeres en Plural con los magistrados del TEPJF, se pasa de la igualdad jurídica contemplada en el artícu-lo 4 constitucional (“el varón y la mujer son iguales ante la ley”), a la igualdad política del artículo 41 (“garantizar la paridad entre los géneros en candidaturas a legisladores federales y locales”).

Se trata de una revolución política, cuyos efectos apenas empiezan, pues el Congreso era el único espacio visible de los avances en el empoderamiento de las mujeres. Y esto en gran parte gracias a la persistencia de militan-tes partidarias feministas, de las organizacio-nes feministas, de voces de la intelectualidad democrática y de la Red de Mujeres en Plural.

Otro logro que se materializó con la reforma de 2008,

obtenido gracias al impulso de diversas organizaciones de la sociedad civil y una alianza de la

mujeres militantes de distintos

institutos políticos, fue que se

estipulara que los partidos debían

destinar

2%de su

financiamiento público ordinario a

la capacitación, promoción y desarrollo de

liderazgo político de las mujeres; un paso adelante.

para 2012 el nivel de participación

política de las mujeres en la

integración de la actual Legislatura del congreso de la Unión casi alcanzó

por primera vez 40% de espacios

ocupados por legisladoras,

superando así el mínimo

recomendado internacionalmente.

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Patricia olamendi torres

El 7 de junio se aplicó por primera vez la paridad en las elecciones federales, un acontecimiento que marca un avance significativo en la ciuda-danía de las mujeres y el fortalecimiento de nuestra democracia, y es que asegurar para las mujeres que participaron en este proceso que lo pudieran hacer en condiciones de igualdad en la contienda y en las listas de representación proporcional no parecía un asunto sencillo y no exento de cuestionamiento e incluso de actitu-des hostiles o violentas para ellas.

Hay que recordar que la participación de las mujeres mexicanas en la política es relati-vamente reciente, apenas se cumplen 60 años de que se otorgó el derecho a votar, sí, a votar, ya que el ser electas ha sido mucho mas com-plejo. Aún recordamos a las primeras diputa-das y senadoras, a las muy pocas gobernadoras (seis mujeres, algunas por voto directo y otras electas en los Congresos estatales para cubrir

Fortaleciendo el Estado de derechoConstruir una política de acciones afirmativas a favor de la igualdad entre mujeres y hombres es urgente, y tenemos que empezar por el poder político en todas las dependencias de gobierno, en los poderes Legislativo y Judicial y, por supuesto, en los partidos

Patricia Olamendi, doctora en derecho, ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, ex consultora internacional e integrante de Red de Mujeres en Plural.

un interinato, y una más electa recientemen-te) y las casi inexistentes presidentas munici-pales (México es el país con menos presencia de mujeres en los ayuntamientos, en prome-dio 6 por ciento, cuando en América Latina es de 15 por ciento).

Hay que insistir en que esta casi nula presen-cia de mujeres en los gobiernos municipales, ya sea como presidenta, síndica o regidora, es un indicador de la profunda exclusión de la que es objeto más de la mitad de la población. Esto no sólo constituye el principal desafío de nuestra democracia, que es lograr la ciudadanía plena para las mujeres, sino también de la sociedad, ya que la discriminación hacia las mujeres im-pide ejercer sus derechos y obstaculiza el avance social, económico y político de la comunidad.

Esta visión es consecuencia de costumbres que nos siguen asignando la responsabilidad, casi exclusiva, del cuidado de los hijos, la fa-milia, el hogar y, por supuesto, su bienestar. También prevalece en la política pública, que no amplía sus acciones para aminorar la carga

de trabajo de las mujeres en el hogar y en su comunidad. La ausencia de bienes públicos, como el agua, medio ambiente sano; de servi-cios públicos, como electricidad, transporte, parques recreativos; y de asistencia social, como guarderías, escuelas para personas con discapacidad y centros de cuidado, entre otros, mantienen a las mujeres agobiadas fuera y dentro del hogar.

La discriminación no sólo impide o limita el ejercicio de nuestros derechos y libertades, nos vuelve vulnerables, nos priva de cualquier forma de poder para cambiar nuestras vidas y nuestro entorno y es el principal obstáculo para que alcancemos la igualdad.

Construir una política de acciones afirma-tivas a favor de la igualdad entre mujeres y hombres es urgente, y tenemos que empezar por el poder político en todas las dependencias de gobierno, en los poderes Legislativo y Judi-cial y, por supuesto, en los partidos políticos.

Las mujeres tienen que ocupar cargos ad-ministrativos de dirección o representación, así como lograr un sistema de ascenso u op-ción preferencial para asegurar su participa-ción en la construcción e implementación de la política pública. La paridad en la democra-cia va de la mano de la igualdad sustantiva. ¿Qué democracia queremos que no sea otra sino asegurar la igualdad de trato y oportuni-dades para todas y todos?

Por ello resultan muy valiosos los esfuerzos que mujeres de todos los partidos políticos y de organizaciones sociales están llevando a cabo para que las leyes se cumplan, como el llamado litigio estratégico, que asegura la apli-cación de los derechos humanos de las muje-res, entre ellos sus derechos políticos. Así, el Estado de derecho se fortalece cuando deman-damos el cumplimiento de la ley y los tribuna-les sentencian la aplicación de la misma, tal es el caso de la llamada sentencia 12624, del Tri-bunal Electoral del Poder Judicial de la Fede-ración (TEPJF), por la cual se obligó a los par-tidos asegurar 40 por ciento de representación en las listas para integrar el Congreso de la Unión, lo que impulsó la participación más alta de mujeres en el Congreso.

Lo mismo ocurre con las jurisprudencias del TEPJF que, asumiendo la tutela de los de-rechos políticos de las mujeres, avanza hacia la paridad horizontal y asegura que la defensa de los mismos puedan incluso llevarla a cabo organizaciones de mujeres a las que se les re-conoce interés legítimo.

Esto es novedoso en la lucha por la igual-dad. Los tribunales no habían sido sus aliados y el litigio no estaba en las formas de exigibili-dad de derechos. Muchas cosas buenas pue-den pasar y han pasado con esta nueva forma de defensa, entre ellas el fortalecimiento del Estado de derecho.

Por lo pronto los partidos políticos y los go-biernos tienen que recordar que la democracia no es una palabra en su discurso o sólo una forma de gobierno, es también una forma de vida incluyente, respetuosa de la pluralidad, de la dignidad de las personas y promotora de la igualdad.

Hoy la defensa de la ley es nuestra bandera. El acceso a la justicia para las mujeres se inicia con nuestro derecho a participar en las deci-siones y gobierno del país. Vamos por todos los derechos para todas y todos. M

Esta la lucha por la igualdad sustantiva que se ha trasladado al terreno de lo local y a los dis-tintos poderes (una batalla democrática casi invisible en los análisis y los medios de comu-nicación) ahora busca la horizontalidad y la verticalidad del principio de paridad, y se li-bran en los tribunales batallas heroicas, en va-rios casos con éxito.

Las cuotas de género, con la modalidad vertical, donde se alternan en un listado hombres y mujeres, estilo cremallera, es para el caso de las candidaturas a diputa-ciones y para las planillas en cabildos en presidencias municipales, pero hasta hace poco no existía camino legal para manda-tar a los partidos para que la mitad de los municipios en contienda en cada entidad tuvieran candidatas a la presidencia mu-nicipal y la otra mitad candidatos; de esto trata la igualdad horizontal.

El efecto democrático y social sería enor-me si consideramos que el ámbito munici-pal es el área política más cercana a la gente, sin embargo es en el que las mujeres han resentido una mayor discriminación, pues únicamente 6% de las presidencias munici-pales son ocupadas por mujeres. Pero aun ahí se ha avanzado, pues al menos 14 Con-gresos locales ya legislaron a favor de la pa-ridad en el listado de regidores para los ca-bildos municipales, lo que hace más evidente la pertinencia de ir a igualdad (50% y 50%) en candidaturas a las presiden-cias de los ayuntamientos, es decir, encabe-zando las listas.

El Tribunal Electoral federal ya resolvió positivamente con el criterio de igualdad vertical y horizontal en candidaturas en los estados de Nuevo León, Morelos y Tabasco, y aprobó unas jurisprudencias al respecto que cambiarán en el futuro cercano el pai-saje de la política y de la vida toda del país.

La reforma constitucional está generan-do una ola de reformas en los estados, y aun-que no todos están cumpliendo (hay siete entidades que aún no contemplan la pari-dad, ya sea en su Constitución y/o en sus leyes electorales y nueve entidades carecen de sanciones para hacer cumplir el princi-pio), la jurisprudencia generada a partir de las diversas sentencias del Tribunal Electo-ral de la Federación, y sobre todo a partir de la confirmación de la Sala Superior al dicta-men SX-JRC-79/2015 (donde se destaca la exigencia de cumplimiento de paridad de género en candidaturas de ayuntamientos para cubrir las lagunas de la actual legisla-ción en los estados que aún no hacen las reformas correspondientes), ha provocado un avance histórico.

Este tipo de acciones, así como el hecho de que a partir de septiembre la Cámara de Diputados estará integrada por 42% de di-putadas, están haciendo el cambio. El futuro será diferente.

Son cambios en los espacios de decisión que marcarán otro rumbo para la propia de-mocracia en el país. Las mujeres, más sus aliados en muchos lados, incluyendo los tri-bunales, obligan a los partidos a ser partíci-pes activos de dicho fenómeno, y obligarán a un cambio cultural de México.

En nuestro caso, las mujeres de la iz-quierda somos herederas de una larga histo-ria de lucha por la igualdad y por las cuotas. La igualdad es un valor del socialismo.

Es por ello que estos cambios, que nos toca protagonizar y atestiguar, resultan alentadores para seguir impulsándonos a llevar la igualdad hacia todos los poderes, en los tres órdenes de gobierno, y en todos lados. Las mujeres somos la mitad del mundo y tenemos derecho a estar en los espacios del poder público (no una, ni dos, sino las mujeres en plural) para que las leyes, los presupuestos y las políticas públicas por fin tengan un contenido y una orientación integral que visibilice y garantice los derechos de las mujeres: “la mitad del cielo”, y de la tierra. M

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María del carmen alanís

Uno de los temas que me han ocupado y preo-cupado de manera particular en los casi nueve años que llevo como impartidora de justicia ha sido el de los derechos político-electorales de las mujeres.

Estoy sumamente agradecida con la posibi-lidad de ser testigo y protagonista del proceso que ha implicado avanzar en el ejercicio efec-tivo de estos derechos –proceso que, por su-puesto, aún no concluye–. He sido muy afor-tunada. He podido observar cómo el ámbito judicial poco a poco se convirtió en parte fun-damental del cambio para hacer realidad la participación de las mujeres; ser parte de im-portantes discusiones y decisiones judiciales; atestiguar una serie de transformaciones fun-damentales que van desde reformas constitu-cionales hasta nuevas posturas y entendimien-to de la tutela de los derechos político electorales por parte de quienes integran los órganos de impartición de justicia electoral.

A todo ello se suma, por supuesto, el empo-deramiento cada vez más fuerte de muchas mujeres indígenas, políticas, académicas, ac-tivistas, etcétera. Un ejemplo concreto: la con-formación de Red de Mujeres en Plural.

Todos estos años, siendo la única mujer que integra la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, han impli-cado, además, una gran responsabilidad. Esto deposita en mí una importante labor de repre-sentación descriptiva y simbólica. Tengo la oportunidad de demostrar que las mujeres te-nemos que estar en los máximos órganos de decisión y que somos absolutamente capaces; además, de romper con los estereotipos de

El ámbito judicial, la mejor arma de las mujeresIndependientemente de que sea mujer, al igual que mis colegas de la Sala Superior tengo un mandato constitucional y convencional de hacer realidad el derecho a la igualdad y a la participación política

María del Carmen Alanís, magistrada del TEPJF e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

cómo nos comportamos cuando ejercemos el poder. Desde allí he vivido mi experiencia como juzgadora electoral. Independientemen-te de que sea mujer, al igual que mis colegas de la Sala Superior, tengo un mandato constitu-cional y convencional de hacer realidad el de-recho a la igualdad y a la participación política.

En efecto, en la sede judicial se han obteni-do grandes avances para las mujeres. La sen-tencia 12624 de 2011 da cuenta de cómo, a pesar de que exista una norma expresa (en ese tiempo, la regla 40/60 para candidaturas al Congreso), era necesaria la intervención del Tribunal a fin de combatir las resistencias y simulaciones de los partidos. Recuerdo inclu-so que había quienes consideraban que las cuotas eran inconstitucionales. Hoy, gracias a un gran esfuerzo y trabajo colegiado, este tipo de argumentos son impensables.

En este asunto, incluso, atestigüé algo sin antecedentes en mi trayectoria: tres partidos en conjunto solicitaron un alegato. Los presi-dentes del PRI, PAN y PRD acudieron al Tri-bunal aduciendo, entre otras cosas, que no po-dían cumplir con la cuota, puesto que no había mujeres para ser registradas. Al ver que los registros serían declarados inválidos si no se cumplía con esta regla y que incluso existía la posibilidad de que el entonces Instituto Fede-ral Electoral (IFE) determinara por sorteo a qué candidatos retirarles el registro, los parti-dos cumplieron con las cuotas.

Como resultado de ello, la LXII Legislatura se integró con la representación de mujeres más alta de la historia, es decir, 37% en la Cá-mara de Diputados (185 mujeres, 91 electas por mayoría relativa y 94 por representación proporcional).

Después se logró la reforma constitucional

de 2014 en la que, respondiendo a una inercia desatada en Ecuador, Bolivia, Costa Rica y Ni-caragua, se estableció el principio de paridad. Así, se obligó a los partidos políticos a postular 50% de mujeres para las candidaturas de Con-gresos federales y locales. Además se estable-cieron, a nivel legal, reglas para instrumentar la paridad, tales como la prohibición de asignar distritos perdedores exclusivamente a un géne-ro, así como destinar anualmente 3 por ciento del financiamiento público ordinario de los partidos en la capacitación, promoción y desa-rrollo del liderazgo político de las mujeres.

Luego de lograr estas previsiones normati-vas la escena jurisdiccional volvió a cobrar par-ticular relevancia. Al no establecerse expresa-mente que la paridad abarcaba el ámbito municipal se presentaron ante los órganos ju-risdiccionales electorales de todos los niveles diversos tipos de impugnaciones que, feliz-mente, se tradujeron en cuatro jurispruden-cias (números 6, 7, 8 y 9 de 2015), de obligato-rio cumplimiento para todas las autoridades electorales y actores políticos del país, que marcarán la pauta para las elecciones de 2016.

En resumen, las cinco ideas centrales que en ellas se establecen son:

•La postulación paritaria de candidaturas está encaminada a generar, de manera efec-tiva, el acceso al ejercicio del poder público de ambos géneros en auténticas condiciones de igualdad. •De acuerdo con los estándares convenciona-les y constitucionales, los partidos y las auto-ridades electorales deben garantizar la paridad de género en la postulación de candidaturas municipales desde una doble dimensión: ver-tical y horizontal. •El principio de paridad emerge como un pa-rámetro de validez que debe permear en la postulación de candidaturas para la integra-ción de órganos de representación popular fe-derales, locales y municipales, a efecto de ga-rantizar un modelo plural e incluyente de

participación política en los distintos ámbitos de gobierno.•Cuando se trata de impugnaciones relacio-nadas con la paridad cualquiera mujer cuen-ta con interés legítimo, incluso cuando la norma no confiere la potestad directa de acudir a tribunales. •Incluso, cuando se trate de impugnaciones relacionadas con la tutela de principios y de-rechos de un grupo histórica y estructural-mente discriminado; cualquiera de sus inte-grantes puede acudir a juicio.

Todo esto se alcanzó por la vía jurisdiccio-nal, con repercusiones innegables para combatir la subrepresentación de las muje-res, con un fuerte sesgo a nivel municipal.

De acuerdo con el INE, los 10 partidos po-líticos nacionales registraron un total de 4 mil 496 candidaturas, de las cuales 50% (2 mil 248) fueron ocupadas por mujeres, con sus respectivas suplencias del mismo sexo.

En términos generales podríamos decir que la próxima legislatura de la Cámara de Di-putados se integrará, por el principio de repre-sentación proporcional, con 107 hombres y 93 mujeres; y por mayoría relativa, con 183 hom-bres y 117 mujeres. Esto se traduce en 58% de hombres y 42% de mujeres, lo que, en compa-ración con 2012 –bajo el régimen de cuotas–, representa un aumento de 5% derivado de la aplicación de la paridad.

Por lo que se refiere a los Congresos lo-cales, los datos preliminares también arro-jan resultados alentadores. En 15 de los 16 estados en donde hubo elecciones aumen-tó el número de mujeres que integrarán el Congreso, mientras que en Colima el nú-mero de mujeres quedó igual. Destacan los casos de Campeche, Guanajuato, Guerrero y Querétaro, en donde el aumento, en com-paración con la integración anterior, fue de 3 a 11, de 3 a 10, de 4 a 12 y de 3 a 13, respectivamente.

Estos resultados me parece que son mo-tivo de celebración y de optimismo. No hay más que revisar lo que hemos logrado en los últimos años. ¡Hace apenas cuatro discutía-mos la aplicación de las cuotas! A lo que, además, se suma la reforma constitucional al artículo 2, impulsada por la diputada Eu-frosina Cruz, en donde se señala que “en ningún caso las prácticas comunitarias po-drán limitar los derechos político electora-les de los y las ciudadanas en la elección de sus autoridades municipales”.

Son muchas las variables que hay que con-siderar en el análisis de los avances: mujeres organizadas impulsando el cambio, interés y seguimiento de organismos internacionales, reforma constitucional de derechos humanos, marco jurídico, interpretación judicial del mismo, integración de los órganos electorales, comportamiento de los partidos y de sus can-didatas y candidatos, presión social, política y mediática, costos políticos de la no inclusión de las mujeres, en fin.

Ciertamente estos avances nos colocan en otro punto de la defensa de nuestros de-rechos. Las resistencias se han ido sofisti-cando; persisten inercias sociales y criterios formalistas que impiden su ejercicio. Si bien contamos con un marco normativo, senten-cias, jurisprudencia que impactan en órga-nos políticos con mayor representación de las mujeres, nos enfrentamos a temas como la violencia política y la discriminación a las mujeres que ejercen cargos públicos o que aspiran a ellos.

La Sala Superior fue y ha sido sede de grandes discusiones en torno a la tutela del ejercicio de los derechos político-electora-les de las mujeres con una perspectiva de género e interculturalidad. Desde mi punto de vista, el balance es a favor. En lo perso-nal, debo confesar que el proceso para al-canzar la paridad ha sido el de los más in-tensos en mi paso por el máximo órgano judicial electoral. Experiencia que agradez-co y que, confío, abona a la inclusión. M

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SUMAS y RESTAS

A todas las mujeres, en plural...

laura cerna lara

Compartir la experiencia de la sentencia 12624 es remitirnos a un diseño colectivo y de equipo, en el que la visión y coordinación fueron esenciales para obtener un resultado que cambió de manera significativa el rumbo de la representación política de las mujeres en el Congreso, que movilizó a los partidos políticos y sentó bases firmes en la búsqueda de una democracia paritaria.

Una premisa, una sólida estrategia políti-ca y de medios de comunicación motivó a la Red de Mujeres en Plural a pronunciarnos por “una democracia sin trampas” y a plan-tearnos diversas reflexiones: ¿qué tipo de de-mocracia queremos?, ¿cómo actuar contun-dentemente ante la resistencia de incluir a quienes somos más de 50% de la población?, ¿qué hacer para acotar la respuesta de los partidos de “no hay mujeres”?

La Red de Mujeres en Plural, en lo general y algunas integrantes en lo particular, desde nuestras respectivas trincheras caminamos

Con tinta indeleble: sentencia 12624¿Qué tipo de democracia queremos?, ¿cómo actuar contundentemente ante la resistencia de incluir a quienes somos más de 50% de la población?, ¿qué hacer para acotar la respuesta de los partidos de “no hay mujeres”?

(TEPJF), en el que sugerimos como medida para subsanar esta circunstancia que la integra-ción de las candidaturas fuera por fórmulas (ti-tular y suplente) de un mismo género.

El agravio estaba latente, sabíamos que ame-nazaba con repetirse en el proceso electoral de 2012. El Código Federal de Instituciones y Pro-cedimientos Electorales (Cofipe), en su artícu-lo 219, daba poca certidumbre al establecer la expresión “procurando que la fórmula comple-ta se integre por candidatos del mismo género”. Por esa razón acudimos a una figura jurídica hasta cierto punto novedosa: los juicios de de-rechos ciudadanos, bajo el criterio de protec-ción y máxima expansión de los derechos de las mujeres, los cuales elaboramos con el apoyo y asesoría de Clara Scherer, para después ser en-tregados al entonces Instituto Federal Electoral.

La minuciosa y eficaz ruta de contacto sis-temático con los magistrados y magistrada del TEPJF, bajo una argumentación impecable, rindió frutos: el 30 de noviembre de 2011 la Sala Superior del TEPJF dictó sentencia en los expedientes SUP-JDC-12624/2011, para modi-ficar el acuerdo relacionado con el registro de candidaturas emitido por el Consejo General del Instituto Federal Electoral y estableció

como obligatorias las reglas del cumplimiento de la cuota de género.

Estuvieron presentes en todo este trayecto Clara Scherer, Silvia Hernández, Patricia Mer-cado, Ruth Zavaleta, Maricarmen Alanís, Mar-tha Tagle, Amalia García, Flor Zamora, Dulce María Sauri, Angélica de la Peña, Marcela To-rres, Laura Cerna y, con una participación es-pecial, por ser firmante de la sentencia y a la vez enlace para contactar a personajes clave en la aprobación de la misma, María de los Ánge-les Moreno Uriegas.

Las firmantes de los juicios de derechos ciu-dadanos son: María Elena Chapa Hernández, María de los Ángeles Moreno Uriegas, Martha Tagle Martínez, María Juana Soto Santana, María de las Nieves García Fernández, María Fernández Rodríguez Calva, Esther Morales Pérez, María Cruz García Sánchez, Rocío Re-yes Willie y Laura Cerna Lara.

En este logro “histórico” contamos con la inteligencia y solidaridad de expertos en mate-ria electoral, como Jorge Alcocer. De igual for-ma, con la sensibilidad y apertura de la magis-trada y magistrados del TEPJF, que siempre nos dieron espacio para escuchar nuestros legíti-mos alegatos en torno a la aplicación de la cuo-ta de género. Cabe destacar que una vez emiti-da la sentencia, los integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral estable-cieron una mesa de diálogo con integrantes de la Red de Mujeres en Plural, en la que fungió como vocera principal Silvia Hernández.

Estoy convencida de que esta conquista para la democracia puede “ser observada desde dis-tintas miradas”. En todas y todos los participan-tes hubo diversas motivaciones y significantes, sin embargo una causa y una tarea se colocaron como centro y eje de un accionar múltiple. Su resultado, sin lugar a dudas, se traduce en el avance de una lucha histórica, en un paso más hacia la paridad de género, en un freno a la dis-criminación. Este ajuste en el timón electoral repercutió en un triunfo en el proceso de de-mocratización en México. M

una ruta que nos llevó por un rumbo anhelado para la vida de feministas, políticas y mujeres comprometidas con la equidad y la igualdad de oportunidades. Este hecho ya dejó una huella en nuestro país, su registro está escrito con tin-ta indeleble.

La conquista fue de equipo, y hubiera sido imposible su concreción y éxito sin la suma de mentes asertivas, visionarias y solidarias.

En el recorrido están presentes múltiples reuniones, anécdotas, solidaridad, sorori-dad, entrevistas, desplegados, emociones y convicciones.

Más allá de la marginación histórica, de la desigualdad social y económica que hemos vi-vido las mujeres, un antecedente que alentó nuestra acción fue, por lo menos desde mi pun-to de vista, el famoso caso de las “juanitas”, que llegaron a ocupar una curul en la Cámara de Diputados en 2009 para cumplir con la cuota de género y después simplemente fueron des-plazadas por los hombres que eran sus suplen-tes. De las propuestas de solución y los cómo para resolver este atropello en la participación política de las mujeres se dio cuenta en el pro-grama de televisión Argumentos, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

Laura Cerna Lara, política, comunicóloga e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

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SUMAS y RESTAS

Martha tagle

Al hablar de sufragistas irremediablemente nos remontamos a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando tuvieron lugar los movimientos por el sufragio efectivo en México y muchas otras partes del mundo. Sin embargo, en la his-toria de las mujeres ese momento no marca el principio del camino, ni el fin. Las mujeres aún estamos en la batalla por el reconocimiento pleno de nuestra ciudadanía y derechos políti-cos electorales.

Si bien en 1953 se reconoció jurídicamente, a nivel nacional, el derecho de las mexicanas a votar y ser electas, en los hechos se constriñó por décadas al sufragio activo, es decir, al dere-cho a emitir el voto, pero no se reflejó en el sufragio pasivo, esto es, en la posibilidad real de postularnos, ser electas y ocupar cargos de representación popular y ser parte de la toma de decisiones públicas.

Alcanzar este reconocimiento del derecho que tenemos las mujeres de ser electas ha teni-do que pasar por un sistema progresivo de cuo-tas o acciones afirmativas, sentencias de los tribunales para que se cumpla con ellas, hasta alcanzar el suficiente número de legisladoras para establecer la paridad a nivel constitucio-nal, como un principio de igualdad material o sustantiva, para que las mujeres accedamos al mismo número de postulaciones a los diferen-tes cargos de elección popular.

Sin embargo, el avance no ha sido parejo para acceder a todos los cargos públicos. En el Congreso federal el crecimiento del número de legisladoras ha sido progresivo desde las prime-ras intenciones legislativas de incorporar las

Sufragistas por la paridadEl mayor déficit de representación política de las mujeres se encuentra a escala municipal, y es ahí donde se viven las mayores resistencias para que ellas accedan a la toma de decisiones

Martha Tagle, integrante de la Red de Mujeres en Plural.

cuotas de género en 1993 hasta la Sentencia 12624 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de 2011, que generó un au-mento de una legislatura a otra de 10% en el caso de las diputadas, y de casi 15% en el de senadoras. Los resultados del proceso electoral 2015 señalan que habrá 117 mujeres electas por mayoría relativa y unas 94 por representación proporcional, lo que representa 42% de la Cá-mara de Diputados, un avance de 5% con res-pecto a la legislatura que está terminando.

En los Congresos locales, en menor medida, también se ha avanzado en el número de legis-ladoras, teniendo Congresos como el de Coahuila, que tiene casi 50% de diputadas, o el de Querétaro, que apenas alcanza 8%. Por-centajes que se modifican de manera impor-tante en este proceso electoral 2015, y que en varios estados permitirá contar con una inte-gración paritaria de los Congresos locales, a raíz de la inclusión de la paridad a nivel cons-titucional, en el marco legal nacional y en los estados donde hubo elecciones concurrentes. El caso de Querétaro será paradigmático, pues a partir de la incorporación de criterios de pa-ridad pasará de ser el último en representación de mujeres al que tenga más mujeres que hom-bres en su conformación.

Por otra parte, el déficit de representación es evidente en los espacios donde las acciones afirmativas no han permeado, es decir, en los cargos de los poderes Ejecutivo y Judicial. En los últimos 32 años sólo ha habido 23 secreta-rias de Estado, seis del gabinete ampliado y ape-nas seis gobernadoras actualmente no hay nin-guna. En el gabinete federal hay tres secretarias de Estado y recientemente fue nombrada una como procuradora general.

Después de las elecciones de este año sólo hay como ganadora una gobernadora en Sono-ra, y habrá que insistir para que los gobiernos entrantes integren gabinetes paritarios, o al menos con una amplia inclusión de mujeres en cargos decisivos.

En cuanto a las presidencias municipales, sólo 6.8% están encabezadas por mujeres y en los últimos tres años el porcentaje de mujeres en el cargo de síndicas creció, al pasar de 18.7% en 2010 a 28.0% en 2012; es decir, tuvo un creci-miento de más de diez puntos porcentuales. Asi-mismo, en el cargo de regidoras se pasó de 32.6 en 2010 a 36.9% en 2012. Nuevamente los re-sultados de la aplicación de criterios paritarios aporta en estas elecciones buenos resultados, y con los datos recabados hasta ahora arrojan que habrá 101 municipios más y cuatro delegaciones en el DF gobernados por mujeres, con lo que habría 241 municipios encabezados por muje-res, aún sin llegar al 10% a nivel nacional.

En el Poder Judicial sólo hay dos ministras de 11 en la Suprema Corte de Justicia de la Na-ción (por cierto, una a punto de terminar su periodo), una magistrada de siete en la Sala Superior del TEPJF; en casi todas las salas re-gionales hay una magistrada de tres que com-ponen cada sala. En los demás órganos e ins-tancias del Poder Judicial el número de mujeres con cargos relevantes va a la baja.

Ante este panorama y las constantes ame-nazas de retrocesos, como lo significó el caso de las mujeres puestas como titulares de las diputaciones para dejar su lugar a sus suplentes varones, más conocido lamentablemente como las “juanitas”, es que en 2009 la emer-gencia nos unió a un grupo plural de mujeres.

Muchas iniciativas han sido impulsadas por el singular grupo de Red de Mujeres en Plural, que crece cada día con nuevas alia-das, en el que hay lo mismo excandidatas a la presidencia de la República, gobernado-ras, senadoras, diputadas, funcionarias, aca-démicas, empresarias, con partido o sin mi-litancia, de la sociedad civil, periodistas, activistas de todas las edades (aunque aún pocas jóvenes), plurales y diversas; consti-tuidas en una red flexible, sin jerarquías, cada una haciendo lo que le toca en su ámbito de acción y que usa las redes y nue-vas tecnologías para conspirar, inspirar, motivar, empujar, ha-ciendo todo lo que esté en nues-tras manos para alcanzar el fin común: la ciudadanía plena de las mujeres. Ni más ni menos.

Esta Red de Mujeres en Plural recientemente inició una nueva batalla, la de la observación, segui-miento y exigencia de la aplica-ción irrestricta del principio de la paridad para todas las candidatu-ras en el pasado proceso electoral federal, así como los 17 procesos locales del presente año. A esta batalla es a la que me refiero cuando hablo de las sufragistas por la paridad.

Esto ha implicado estar atentas a que la con-figuración de los organismos públicos electo-rales estatales fuera equitativa entre mujeres y hombres; dar seguimiento a los criterios que cada partido, en apego a la ley, debía establecer para garantizar la paridad en las candidaturas; vigilar que a las mujeres no se les enviara ex-clusivamente a distritos perdedores; observar cómo se distribuyen recursos de campaña en-tre candidatas y candidatos, incluido el acceso a los tiempos en radio y televisión, y presentar amicus curiae para aportar argumentos al tri-bunal, entre otras labores.

Y de todas éstas hay dos acciones que re-quieren mayor explicación: el impulso y acom-pañamiento de sentencias para el reconoci-miento de la paridad en las candidaturas a las presidencias municipales y posicionar en la agenda pública para denunciar la violencia po-lítica de que son víctimas las mujeres.

Como se ha podido advertir, el mayor défi-cit de representación política de las mujeres se encuentra a nivel municipal, y es ahí donde se viven las mayores resistencias para que las mu-jeres accedan a la toma de decisiones. Por ello se requería que la reforma política que intro-dujo el principio de paridad no se limitara a las candidaturas a las diputaciones, ni que se refi-riera en general a los ayuntamientos, como quedó en varias de las leyes locales, sino que con base en una interpretación amplia y garan-tista se reconociera el derecho de las mujeres para acceder igualitariamente a las candidatu-ras a las alcaldías.

Así pues, en varios estados, ya fuera por el impulso del propio órgano electoral acompa-ñado de mujeres de la sociedad civil (como el caso de Morelos), o por algunas aguerridas mujeres que impugnaron (fue el caso de Que-rétaro, Guerrero, Sonora, Estado de México y Tabasco), o por la determinación del Institu-to de las Mujeres de Nuevo León, o debido a que se convenció a partidos presentar recur-sos jurídicos (Querétaro y Baja California Sur) fue que se obtuvo que en cinco estados (Morelos, Querétaro, BCS, Guerrero y Tabas-co) los tribunales resolvieran que los partidos debían registrar candidaturas a las presiden-cias municipales al mismo número de hom-bres que de mujeres, lo que se reconoció como paridad horizontal, y que en las candi-daturas a sindicaturas y regidurías también se cumpliera con la paridad, registrando ade-más, de manera alternada, candidatos de uno y otro sexo, es decir, paridad vertical.

Estas impugnaciones dieron origen a tres jurisprudencias del Tribunal Electoral del Po-der Judicial de la Federación, identificadas con los números 6, 7 y 8 del 2015, con las cuales se obliga a que a partir de ahora los partidos ob-serven la paridad, en su dimensión horizontal y vertical, en el registro de candidaturas a ayun-tamientos. Además de reconocer el interés le-gitimo de cualquier ciudadana de impugnar para garantizar sus derechos políticos electo-rales y los de otras.

Finalmente, la violencia política hacia las mujeres es el otro gran tema de este proce-so, que se hizo evidente por el mayor núme-

ro de mujeres en busca de espa-cios de representación, pero que siempre ha estado presen-te, algunas veces de manera muy sutil y otras abierta y vio-lenta. Desafortunadamente la política es un espacio en el que se traslada y reproduce la vio-lencia de género que afecta a las mujeres en otros ámbitos de su vida, y que le impide ejercer plenamente sus derechos polí-ticos. Desde amenazas, adver-tencias, intimidación, acoso, ridiculización, chantajes o mi-nusvalorar sus capacidades para impedirles postularse o hacer que desistan, hasta situa-

ciones de violencia física que al menos, de lo poco se que hizo público, costó la vida de dos precandidatas y logró que una renuncia-ra. Sin duda, un tema en el que se debe bus-car soluciones.

Esta batalla por la paridad, por el reconoci-miento a la igualdad política, como se puede ver, no ha sido fácil, pero sí continua y persis-tente; las mujeres aliadas, pasándonos la esta-feta, continuamos en este camino. Ahora cada que veo las fotos de las múltiples reuniones, foros y eventos, leo los documentos generados, los miles de mensajes del chat, me remito a las batallas que las sufragistas han dado para que las mujeres estemos donde hoy estamos y siga-mos avanzando. M

La violencia política hacia las mujeres es

el otro gran tema de este proceso,

que se hizo evidente por el

mayor número de mujeres en busca

de espacios de representación,

pero que siempre ha estado presente,

algunas veces de manera muy sutil y

otras abierta y violenta.

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MARThA LUCíA MíChER

cristina renaud

“Hemos sido, somos y seremos siempre las insis-tencialistas, las que todo queremos, las que a nada renunciamos, porque el poder al que aspiramos es el poder vital para transformar y darle un rum-bo distinto a los acontecimientos y para erradicar todas las desigualdades: el salario desigual, las leyes desiguales, la felicidad basada en lo desigual y una justicia todavía desigual”.

Martha Lucía Mícher Camarena, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cá-mara de Diputados en la LXII legislatura, expre-sa lo anterior y sostiene que la meta es lograr la equivalencia política, así como la ciudadanía igualitaria.

“Las mujeres llevamos muchos años plantean-do nuestra exigencia de igualdad: no para ser igua-les a los hombres, sino para que las mujeres ten-gan las mismas oportunidades que los hombres y avancen hacia el faro iluminador de la paridad”.

La política mexicana, mejor conocida como Malú Mícher, licenciada en Pedagogía por la Uni-versidad Panamericana, participante en agrupa-ciones de izquierda y lucha por la igualdad de la mujer, entre ellas varias organizadas por la Inter-nacional Socialista, en representación del Parti-do de la Revolución Democrática (PRD), e inte-grante de la delegación mexicana en la Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Pekín, China, agrega:

“La paridad es el resultado de una intensa lu-cha contra la injusticia y a favor de la igualdad; es la perfecta igualdad, la que tiene que ver con la justicia en el acceso a la toma de decisiones. La paridad es la perfecta alternativa”.¿Qué significado tiene la reforma al artículo 41 constitucional?Es un gran paso en el acceso del ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. Las cuotas, que son medidas temporales, desaparecen; la pari-dad, en cambio, es una medida permanente para asegurar, por lo menos, las candidaturas de mu-jeres en las diferentes elecciones, sobre todo este año en elecciones relacionadas con las diputacio-nes federales y en las diputaciones locales.

“Lograr la paridad significó un camino largo y lleno de resistencias, sin embargo se arribó a una meta vislumbrada tanto por las mujeres del

“La aspiración es transformar y erradicar desigualdades”La paridad, asegura, es el resultado de una intensa lucha contra la injusticia, de modo que presentará una iniciativa para incorporarla en todo aquello que tenga que ver con los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial

Martha Lucía Mícher, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de diputados e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

movimiento feminista como por las integrantes de los partidos políticos, aunque algunas no del todo convencidas”, comenta Malú Mícher, quien en 1995 contendió al gobierno de Guanajuato, teniendo como contrincante a Vicente Fox, quien resultó ganador del cargo.

“Es un gran avance que no fue fácil, pero quie-nes empujamos la paridad nos sentimos muy sa-tisfechas y muy contentas de que en el acceso al ejercicio de los derechos estemos en igualdad de condiciones”.

No obstante, el trabajo sigue, ya que los resul-tados no son paritarios, sostiene Mícher, quien cobrara notoriedad durante la LIX Legislatura, al encabezar la comisión encargada de investigar las acusaciones de corrupción y tráfico de in-fluencias en contra de Manuel Bribiesca Saha-gún, hijo de Marta Sahagún, esposa del entonces presidente Vicente Fox.

“Lo que no es paritario son los resultados. No queremos nada más candidaturas, queremos legis-laturas locales y federales paritarias, ayuntamientos paritarios y una serie de instituciones que se inte-gren de forma paritaria, como el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y su gabinete. Nos interesa muchí-simo que esta paridad se aplique en los organismos autónomos; estoy hablando del Instituto Nacional Electoral y de los órganos de decisión de la Comi-sión Nacional de Derechos Humanos”.¿Qué hace falta para lograrlo? En estos días presentaremos una iniciativa que hemos preparado las diputadas Amalia García, Beatriz Zavala y tu servidora para incorporar la paridad en todo aquello que tenga que ver con el Ejecutivo, Legislativo y el Judicial.

Nombrada en 2006 directora general del Ins-tituto de las Mujeres del Distrito Federal y cuatro años antes encargada de la Secretaría de la Mujer del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, partido al que renunció en 20015 por considerarlo aleja-do de la gente y apegado a los partidos que han empobrecido a los mexicanos, Malú Mícher sabe que deja trabajo sembrado.

“Nosotras estamos de salida, pero esto, según el reglamento de la Cámara de Diputados y la Comisión permanente, se queda como una agen-da pendiente. Entonces sí era muy importante terminar la iniciativa, presentarla para que la re-tome la Legislatura LXIII. Era importante que se sentara el precedente del compromiso que siem-

pre mantendremos con las mujeres, específica-mente con la paridad”. ¿Cuál es tu balance del trabajo realizado en la Comisión de Igualdad en la LXII Legislatura?Me siento muy satisfecha de haber puesto vida, alma, corazón, tiempo y mucho trabajo para in-corporar la igualdad sustantiva en todas las ini-ciativas en las que pudimos trabajar, sobre todo en las reformas estructurales, tanto las que envió el Presidente como las que salieron de la Cámara de Diputados.

Durante su gestión en la LXII Legislatura, ini-ciada el 1 de septiembre de 2012 y que concluirá el 31 de agosto de 2015, se empujó la incorpora-ción, en el artículo VI constitucional, de temas en los que se proponía no favorecer programas de televisión que fomentaran la violencia contra las mujeres ni estereotipos relacionados con con-ductas que dañan tanto a mujeres como a hom-bres. A pesar de que la mayoría de las propuestas fueron rechazadas, se impulsó el trabajo hacia esa transformación, reconoce.

“Nos metimos a la reforma laboral, incorpora-mos el término de igualdad sustantiva en el artí-culo VII, que sí fue aprobada, y una serie de refor-mas que trabajamos desde la presidencia de la Comisión de Igualdad con el fin de incorporar transversalmente principios relacionados con la igualdad entre mujeres y hombres en todas las ini-ciativas, hasta en la de cambio climático”, señala.

Se trabajó también en reformas a la Ley Ge-neral de Salud en materia de información y edu-cación sexual, sobre todo para prevenir el emba-razo adolescente. Dichas iniciativas, explica, fueron rechazadas por los partidos Revoluciona-rio Institucional y Acción Nacional, porque pre-valece “un pensamiento conservador”. No obs-tante, volverán a proponerlas.

“Parece ser que la derecha no nada más está en el PAN, con un pensamiento muy conserva-dor, sino también está en el PRI. Ya estoy acos-tumbrada, sería la quinta ocasión que presenta-mos estas reformas a la Ley General de Salud, incluso esta última fue elaborada en equipo con la Secretaría de Salud y con organizaciones no gubernamentales, y aun así fue rechazada”.

En cuanto a la Ley de Acceso a una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, vigente desde el 2 de febrero de 2007, aun cuando ya había sido puesta en práctica, tenía omisiones que se han subsanado, detalla:

“Entre ellas están la alerta de violencia de géne-ro, la figura de agravio comparado, las órdenes de protección y algunos tipos de violencia que no es-taban incorporados, como la violencia en el noviaz-go, la violencia obstétrica y la violencia política”.

Han sido tres años de trabajo arduo, con alti-bajos, relata Malú Mícher, al subrayar que “todo esto lo incorporamos en unas reformas a la ley que trabajamos las diputadas de la Comisión de Igualdad de Género, y en el último mes de traba-jo el PRI me solicitó que no se dictaminara, que se retirara del orden del día, y hasta este momen-to no tengo una respuesta de por qué me solici-taban. Yo lo hice por cortesía política, porque el trabajo de las diputadas del PRI tenía que ser re-conocido, pero parece ser que dentro del PRI no fue reconocido este trabajo y ahí se quedó”.

Fungiendo como legisladora indepen-diente tras su renuncia al PRD, Malú Mí-cher insistirá en la presentación de iniciati-vas a favor de las mujeres:

“Seguimos en nuestro derecho de seguir ocupando un puesto en la legislatura que vea, proteja, respete y garantice los derechos hu-manos de las mujeres. Ésa es mi gran satisfac-ción: que la presencia de mujer sí garantizó conciencia de género, no como en otros mo-mentos, donde tantas mujeres han ocupado

un puesto y la vida de las mujeres no ha cambiado”, indica.

En tal sentido, un buen resultado, dice, es que el presupuesto con perspectiva de género llegó a más de 24 mil millones de pesos, con programas muy innovadores, como defensa a la educación, a las madres educadoras, defen-sa al cáncer de mama, protección al cáncer de ovarios, así como becas para madres que estu-dian y para mujeres indígenas.

Agrega que un programa muy importante, que ahora ha duplicado su presupuesto, es el apoyo a mujeres cuidadoras de enfermos. Se trata de “este favor que le haces tú al sector salud cuidando a un enfermo, limpiándolo y procurando que se mueva; la persona enferma puede ser el suegro, el hijo, la hermana, sobre todo un hombre, porque las mu-jeres terminan siempre cuidando a los hombres, procurando que esté en buenas condiciones”.

Ahora, añade, se está elaborando una evalua-ción sobre el ejercicio del presupuesto, ya que los dos años anteriores se detectó un subejercicio por parte de algunas dependencias.

“En fin, yo creo que ha sido una gran respon-sabilidad como presidenta, como mujer, como diputada, como feminista, como mujer de iz-quierda. Me siento muy satisfecha porque tengo la frente en alto al haber trabajado hasta donde me dio el alma, el tiempo y la salud, porque ter-miné un poco mermada de salud, pero eso no importó. Las diputadas de la Comisión de Igual-dad de Género nos sentimos muy satisfechas, tuvimos nuestras diferencias, pero siempre nos mantuvimos firmes. Creo que en la diferencia nos unimos muchísimo, y ojalá las mujeres se sientan satisfechas del trabajo que hicimos”.

La persistencia fue una característica de su gestión y tuvo críticas, pero “ante la adversidad nos crecimos. Llegó un momento en que nos ha-cían burla, decían: ‘ustedes todo quieren, ahora ya vienen otra vez las feministas a incorporar una reforma a reservarse’. Sí, sí, ése es nuestro trabajo, para eso votó la gente por nosotras. Ésa es la prin-cipal función de una diputada: hacer leyes, apro-bar presupuesto y vigilar que se ejerza con trans-parencia, con eficacia y con responsabilidad”.¿Qué efectos tendrán estos avances en la llamada representación sustantiva?Nadie nace mujer diputada, nadie nace regidora, nadie nace gobernadora, pero eso también te obli-ga a prepararte, a dejarte llevar por las organiza-ciones no gubernamentales, dejarte acompañar.

Explica Malú Mícher que el escenario para 2015-2018 tendrá muchas mujeres. “Vamos a su-bir a casi 42 por ciento de representación en la Cámara de Diputados federal. El porcentaje debe sentar un buen precedente de que las mujeres sí debemos estar donde se decide sobre la vida, la economía del país, la agenda pública, la salud, la justicia. Ahí tenemos que estar, eso es la gran responsabilidad que tenemos las mujeres”.

Destaca que la vida política ha estado siempre dirigida y ocupada por hombres, como si las mu-jeres no tuvieran un plan y un proyecto de país. “Lo tenemos, y por ello las mujeres deben estar más comprometidas con la vida libre de violen-cia, con la salud, con la justicia, con los sueldos, con los despidos, con las tierras, con el derecho a la propiedad, con la pensión alimenticia, en fin, con todos los temas que impactan en nuestra vida personal, pero también en la vida comuni-taria y en la vida del país”. ¿Hacia dónde encaminar la paridad?Esta paridad debe ser una representatividad comprometida con las mujeres, con el país, y no, como se dice, con este sector. No somos un sec-tor, somos más de la mitad de habitantes en este país y deberíamos tener una representatividad mínimamente paritaria.

Concluye Malú Mícher que en este momen-to la paridad es una realidad y es resultado de muchos años de trabajo realizado por las mujeres en los partidos, por ello las mujeres que llegaron por esta modificación a la Constitución “no pue-den dejar de considerar que la paridad fue un elemento clave para que ellas, tanto en la repre-sentación directa como en la representación pro-porcional, ocuparan una curul, que no es fácil llegar, pero que ahí están y tienen que dar una gran respuesta a las mujeres en este país”. M

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PRIMEROS RESULTAdOS dE LA REFORMA POLíTICO-ELECTORAL

dunia rodríguez y anayeli García Martínez

A raíz de la Reforma Político-Electoral de 2014, que elevó a rango constitucional la pa-ridad de género, es decir, la obligación de los partidos de dar a las mujeres 50 por cien-to de sus candidaturas a diputaciones loca-les y federales, la próxima Legislatura de la Cámara de Diputados se conformará con hasta 42 por ciento de curules femeninas, tras los comicios del pasado 7 de junio.

La paridad propició el aumento de can-didatas en campaña en busca del voto, dan-do como resultado un mayor número de mujeres ocupando un escaño, pero también la diversidad de tintes políticos, lo que su-pone un reto para lograr coincidencias en la agenda legislativa.

Aunque la reforma no estableció que la norma aplicara en ayuntamientos y por lo tanto los partidos no estuvieron obligados a postular a las militantes a las alcaldías, tam-bién aumentó la presencia femenina en ayuntamientos, donde de 86 se pasó a 104 mujeres como presidentas municipales.

El panorama en la capital de país es dis-tinto. De las 16 delegaciones políticas que conforman en Distrito Federal, sólo cuatro

Avances para eliminar la exclusiónLa paridad propició el aumento de candidatas en campaña en busca del voto, dando como resultado un mayor número de mujeres ocupando un escaño, pero también una mayor diversidad de tintes políticos

Sylvana Beltrones. Claudia Sheinbaum. Ivonne Ortega.Laura Esquivel.

serán ocupadas por mujeres, una menos que en la gestión saliente. En tanto, en la Asamblea Legislativa habrá 27 diputadas, lo que representa 40.3 por ciento de pre-sencia femenina.

La reforma al artículo 41 constitucional que sienta las reglas para garantizar la pari-dad entre los géneros en candidaturas a le-gisladores federales y locales, es un avance en el camino para eliminar la exclusión es-tructural de las mujeres en la sociedad.

En la actualidad, de acuerdo con infor-mación de ONU Mujeres, 11 entidades fe-derativas tienen la paridad en sus marcos electorales. Con la reforma, México se suma a las naciones que buscan acelerar el ritmo para que la igualdad sustantiva, es decir, la igualdad de resultados y no sólo formal en-tre hombres y mujeres, se haga realidad.

a paSO fIRmEEl primer resultado de la reforma político-electoral de 2014 que elevó a rango constitu-cional la obligación de los partidos de dar a las mujeres 50 por ciento de sus candidaturas a diputaciones locales y federales, muestra que poco a poco las mujeres ganan terreno en la esfera política. Ejemplo de ello es que la próxi-ma Legislatura de la Cámara de Diputados po-

dría estar conformada por entre 40 y 42 por ciento de curules femeninas.

Al respecto, Martha Tagle, integrante del Grupo de Trabajo del Instituto Nacional Electoral (INE) que da seguimiento a la pa-ridad, dice que la igualdad en candidaturas como principio constitucional y como parte de las leyes generales de Partidos Políticos, y de Instituciones y Procedimientos Electo-rales, es en sí un avance democrático.

La añeja demanda por fomentar la parti-cipación femenina comenzó a tomar forma en 1996, cuando la ley electoral recomendaba una cuota de 30 por ciento de can-didaturas de mujeres. En 2002 esta cuota se volvió obligatoria; en 2007 se incrementó a 40 por ciento, y finalmente en 2014, gracias al trabajo de legislado-ras, académicas y activistas, se llegó a 50 por ciento de postu-laciones femeninas.

Es así que la pasada elección del 7 de junio fue la primera en México en la que compitió igual número de mujeres y hombres para ocupar 500 diputaciones federales (300 por voto directo y 200 pluri-nominales); diputaciones en 16 Congresos estatales, y cargos en mil 4 alcaldías y 20 juntas municipales.

En cumplimiento con la reforma políti-co-electoral, los partidos registraron 4 mil 496 candidaturas a diputaciones por voto directo y representación proporcional. De

esa cantidad, la mitad de las postulaciones, 2 mil 248, fueron de mujeres, según datos del Instituto Nacional Electoral.

De acuerdo con los cómputos distritales en todo el país, habrá un avance en la repre-sentación femenina, ya que hay 119 virtua-les ganadoras por voto directo, y los cálculos indican que habría 94 diputadas plurinomi-nales: en total 213 escaños femeninos.

Los cálculos de las expertas indican que, en total de las 500 curules por ambos prin-cipios, entre 40 y 42 por ciento podrían co-rresponder para las mujeres, lo que se tra-duce en un avance lento pero firme.

La saliente Legislatura de la Cámara baja tiene una representación femenina de 37 por ciento, por lo que tras la reciente elec-ción se tendría un avance en la presencia de mujeres de entre 3 y 5 puntos porcentuales.

Tagle recuerda que con los comicios de 2012 para elegir diputaciones federales hubo un aumento de casi 10 por ciento, lo que fue un gran salto en una sola Legislatu-ra, ascenso que se debió a la entonces cuota 60-40 y a una resolución del Tribunal Elec-toral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que obligó a los partidos a cumplir con la ley.

“Sabemos que a medida que nos estamos acercando a la meta, que es de 50 por cien-to, los porcentajes y avances son más len-tos”, observa la activista y militante del Mo-vimiento Ciudadano.

EStIRE y afLOJEPor su parte, la consultora en género y polí-tica Teresa Hevia Rocha señala que consi-

derando cómo estaba la partici-pación femenina hace algunos años (en 1996 la ley recomen-daba una cuota 70-30 en postu-laciones), la posibilidad de lle-gar o rebasar 40 por ciento de mujeres en la Cámara baja es un logro “muy importante”.

“Estos procesos son comple-jos, toman tiempo, pero la ver-dad es que en los últimos años hemos visto avances muy im-portantes en la legislación, en la jurisprudencia, que se tradu-cen en un arribo casi paritario de mujeres”, explica.

Al hacer un balance sobre este proceso electoral, Hevia Rocha destaca que las candidatas enfrentaron un contexto complicado porque, a pesar de la ley, para llegar a las postulaciones hubo “muchos es-tires y aflojes”, incluso imposiciones de can-didatas y postulación de mujeres sin forma-ción política frente a otras que compitieron en la elección interna de los partidos.

cabe recordar que en méxico sólo seis

mujeres han sido gobernadoras:

griselda Álvarez (colima), beatriz

paredes (tlaxcala), Dulce maría Sauri

(yucatán), Rosario Robles (Df),

amalia garcía (Zacatecas) e Ivonne Ortega

(yucatán).

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Cecilia Romero.Xóchitl Gálvez. Carmen Salinas. Maricela Contreras.

No obstante, para la especialista lo impor-tante ahora es que haya más parlamentarias, y que hoy se esté más cerca de concretar un Congreso paritario. “Debemos darle tiempo a la cultura, a todos estos cambios, a la parte simbólica, pero vamos por buen camino y no vamos a tardar en llegar”, celebra.

EL REtO: LOgRaR cOIncIDEncIaSEs falso que todas las mujeres son aliadas naturales. Cada una tiene una identidad dis-tinta y por ello la tarea será construir acuer-dos, reconoce la analista e integrante de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales y de la Red de Estudios de Género del Pací-fico Mexicano, Blanca Olivia Peña Molina.

Lo anterior, tras advertir que entre las nuevas legisladoras habrá diversidad de ideologías, trayectorias y posturas políticas, y será todo un reto lograr coincidencias en la agenda legislativa.

Y aunque no se logró la paridad numérica, la nueva composición de la Cámara baja es más equitativa y por tanto podrá exigir agen-das legislativas a favor de los derechos de las mexicanas, señala Blanca Olivia Peña, tam-bién integrante de la Red Mujeres en Plural.

Otra buena noticia de estos comicios, destaca, es que en diferentes entidades las mujeres constituyeron observatorios, y esto ayudará a que quienes lleguen, mujeres o varones, estén conscientes de que hay una ciudadanía atenta a su desempeño.

ELLaS aL cOngRESOLa próxima Cámara de Diputados (se insta-lará el 1 de septiembre) estará compuesta por 210 mujeres (117 de mayoría relativa y 93 plurinominales), es decir, 42 por ciento de curules femeninas.

Los estados de Baja California Sur (BCS), Campeche, Colima, Distrito Federal, Gua-najuato, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León (NL), Que-rétaro, San Luis Potosí (SLP), Sonora, Tabasco y Yucatán renovaron sus Congresos. Ahí, en promedio, la presencia de diputadas de mayo-ría relativa (voto directo) en los 16 Congresos locales será de 40.45 por ciento, sin contar aún las curules plurinominales.

De acuerdo con el Observatorio de Parti-cipación Política de las Mujeres en México, del Instituto Nacional de las Mujeres (In-mujeres), Guanajuato y Querétaro son los dos estados donde habrá más de 50 por cien-to de diputadas de mayoría.

En Guanajuato, donde se eligieron 22 curules de mayoría, ganaron 12 mujeres, lo que significa que ocuparán 54.4 por ciento del Congreso local.

En tanto, en Querétaro, donde se renova-

ron 15 diputaciones de mayoría, ocho mujeres fueron favorecidas por el voto ciudadano, lo que representa 53.3 por ciento del total.

Las dos entidades donde el triunfo de las mujeres fue mínimo son Tabasco, donde de 21 curules ellas obtuvieron sólo seis (apenas 28.6 por ciento); y Morelos, donde de 18 di-putaciones sólo tres fueron para mujeres, es decir, 16.7 por ciento de los espacios.

En este último caso, el Instituto Morelen-se de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) aprobó la asignación de las 12 diputaciones plurinominales y otorgó 10 para las mujeres y dos para los hombres, con lo que se compensó a favor de las morelenses la conformación del Legisla-tivo estatal. Es decir, en total el Congreso de Morelos quedó conformado por 13 diputadas y 17 diputados, lo que se traduce en una presencia femenina de 43 por ciento.

En BCS ganaron siete muje-res; en Campeche 10; en Colima seis; en Guerrero 11; en Jalisco ocho; en el Edomex triunfaron 18, y en Michoacán 11. Además en NL nueve mujeres resultaron electas para ser diputadas locales; en SLP cinco; en Sonora 10, y en Yucatán siete.

En el caso de la capital del país suman 15 mujeres electas de mayoría, y el Instituto Electoral del Distrito Federal ya asignó 12 diputaciones plurinominales para las capi-talinas. En total, en la Asamblea Legislativa (ALDF) habrá 27 diputadas, una presencia femenina de 40.3 por ciento.

pERfILES DIVERSOS y VaRIaDOSDe acuerdo con el artículo 234 de la Ley Ge-neral de Instituciones y Procedimientos Electorales, las listas plurinominales se in-tegran por fórmulas de candidatos del mis-mo sexo y se alternan hasta agotar cada lista.

Así, un primer análisis indica que por este principio el Partido Revolucionario Ins-titucional (PRI) tendría 22 diputadas, Ac-ción Nacional (PAN) 25, el Partido de la Re-volución Democrática (PRD) 13, Verde Ecologista de México (PVEM) 9, Movimien-to Ciudadano (MC) 7, Movimiento Regene-ración Nacional (Morena) 10, Nueva Alian-za (Panal) 4 y Encuentro Social (PES) 3.

Entre los perfiles, lo mismo hay políticas experimentadas, exfuncionarias y hasta una actriz de telenovelas.

Por el PRI llega Sylvana Beltrones, una mujer que viene de la política, hija del dipu-tado federal priista Manlio Fabio Beltrones y esposa del senador del PVEM Pablo Escu-

dero. Fue diputada federal suplente del PRI y en 2012 nombrada secretaria general ad-junta de su partido.

Otra mujer con trayectoria política es la priista Ivonne Ortega, exgobernadora de Yu-catán (2007-2012). Fue alcaldesa, diputada local, diputada federal y senadora. Hoy es secretaria general del CEN de su partido. El PRI también postuló a la actriz de televisión Carmen Salinas.

En el caso del PRD, también hay mujeres de alto perfil, como Cecilia Soto, excandida-ta presidencial en 1994 por el Partido del Trabajo. Ahora, columnista y activista por la participación política de las mujeres. Du-rante el gobierno de Vicente Fox (2000-

2006) fue embajadora de Méxi-co en Brasil. Después se retiró de la política y pasó a la inicia-tiva privada, donde se desem-peñó como ejecutiva de la Fun-dación Carlos Slim.

Por el PRD también está la chihuahuense Hortensia Ara-gón, quien ha impulsado la par-ticipación política femenina dentro de su partido, además fue coordinadora de la corrien-te perredista Foro Nuevo Sol. Como diputada federal, en 2002 presidió la Comisión que

daba seguimiento a las investigaciones de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

Maricela Contreras, otra abanderada del PRD, quien antes de ser legisladora federal fue delegada en Tlalpan; también fue asam-bleísta y diputada federal. En San Lázaro presidió la Comisión de Equidad y Género, además de que promovió los derechos polí-ticos femeninos.

Respaldada por MC, está Claudia Sofía Corichi García, hija de la exgobernadora de Zacatecas y actual diputada perredista Ama-lia García. Fue presidenta de la asociación Mujeres por Zacatecas, senadora (2006-2012) y secretaria de la Comisión de Equi-dad y Género. En 2011 enfrentó acusaciones de peculado por apoyar la candidatura de Ángel Aguirre a la gubernatura de Guerrero, según la filtración de una llamada telefónica entre ambos personajes.

La expriista María Elena Orantes, tam-bién respaldada por el MC. Fue diputada federal y senadora por el PRI, partido al que renunció en 2012, luego de que Enri-que Peña Nieto le negara la candidatura al gobierno de Chiapas “por ser mujer”. Ese mismo año Orantes fue candidata por la coalición PRD-PT-MC al gobierno de Chiapas, elección que perdió frente a Ma-nuel Velasco; ahora es secretaria general de MC.

En el caso del PAN, destacan Cecilia Ro-mero Castillo, quien en 2010, siendo comi-sionada del Instituto Nacional de Migra-ción, enfrentó la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, caso que la llevó a renunciar al cargo, para semanas después buscar la presidencia de su partido, la cual no ganó. En 2014 se con-virtió en la primera mujer en presidir al PAN, aunque sólo fue por tres meses. Du-rante su carrera ha sido senadora y diputada federal y fundadora de la Asociación Nacio-nal Cívica Femenina, agrupación conserva-dora contraria al derecho al aborto.

Por el PVEM está Lía Limón, quien en 2012 buscó ser delegada en Miguel Hidalgo por el PAN, pero después de no lograr la candidatura renunció al partido; en diciembre de ese año fue nombrada subsecretaria de Derechos Hu-manos de la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Peña Nieto.

En esta legislatura por primera vez habrá diputadas de Morena, entre ellas la escrito-ra Laura Esquivel.

En la bancada de Morena habrá 54 por ciento de mujeres. Será la fracción con más diputadas.

LLEgaROn LaS aLcaLDESaSDe acuerdo con el Observatorio de Participa-ción Política de las Mujeres, del Inmujeres, a octubre de 2014 sólo 175 de los 2 mil 441 mu-nicipios en México eran gobernados por mu-jeres, es decir, apenas el 7.16 por ciento.

Como la reforma político-electoral de 2014, que elevó a rango constitucional la pa-ridad de género en candidaturas, no estable-ció que la norma aplicara en ayuntamientos, los partidos no estuvieron obligados a pos-tular a las militantes a las alcaldías.

Ante ello y debido a que la legislación electoral en cada estado tiene sus propias reglas, mujeres políticas, activistas y acadé-micas impugnaron los acuerdos de candida-turas ante los tribunales, a fin de exigir que las agrupaciones políticas aplicaran la pari-dad en las postulaciones para las presiden-cias municipales.

En abril pasado, dos meses antes de los comicios–, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió sentencias para ordenar la paridad de géne-ro en candidaturas en los ayuntamientos de Querétaro, Estado de México, Guerrero, Nuevo León y Sonora. Sin embargo, ante lo avanzado de las campañas electorales, la pa-ridad no aplicó para este proceso.

La magistrada del TEPJF, María del Car-men Alanís Figueroa, afirma que “la paridad en candidaturas no es equivalente a igual-dad de representación, siempre lo hemos tenido en cuenta”.

En el caso del Distrito federal,

cuya división política es de 16

delegaciones, mismas que se renovaron, sólo cuatro fueron ganadas por mujeres, una

menos que en la administración

saliente.

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Advierte que a pesar de que haya más candidaturas femeninas no se puede obligar a la ciudadanía a votar por las mujeres que contienden. Aun así, con el resultado de las cuotas y de la paridad en la ley se dio el in-cremento en la representación femenina en los Congresos y en los municipios.

Al respecto, los resultados del pasado pro-ceso electoral indican que en 10 de los 15 esta-dos que renovaron autoridades municipales habrá más mujeres, con un total de 104 electas como titulares de ayuntamientos, de un total de 871 municipios en Baja California Sur, Campeche, Colima, Guanajuato, Guerrero, Ja-lisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, So-nora, Tabasco y Yucatán.

Anteriormente había un recuento de 86 presidentas municipales. Con este aumento las mujeres representarán 11.9 por ciento de quienes encabezan el total de las alcaldías.

Según los Organismos Públicos Electorales Locales y el Observatorio de Participación Po-lítica de las Mujeres en México, del Inmujeres, BCS y Querétaro son las entidades federativas don-de habrá más alcaldesas.

BCS está dividido en cinco mu-nicipios: Comondú, La Paz, Los Cabos, Mulegé y Loreto. Los dos últimos serán gobernados por mu-jeres, es decir, ellas ocuparán 40 por ciento de las presidencias mu-nicipales en el estado del norte.

Querétaro tiene 18 munici-pios, de los cuales ocho serán gobernados por mujeres: Arro-yo Seco, Ezequiel Montes, Jal-pan de Serra, Landa de Mata-moros, Pedro Escobedo, Peñamiller, Pinal de Amoles y San Joaquín, representando así 44.4 por ciento de alcaldías femeninas.

No obstante, en los estados de Campe-che, Guanajuato y Jalisco hubo una dismi-nución en el número de alcaldesas.

Campeche, dividido en 11 ayuntamien-tos, anteriormente tenía una presidenta municipal, pero luego de las elecciones del 7 de junio todas las localidades serán gober-nadas por varones.

Otro caso es Guanajuato, con 46 munici-pios, y donde sólo una mujer fue favorecida por el voto para ser alcaldesa en Salvatierra; antes de la elección había dos presidentas municipales.

En Jalisco, de sus 125 municipios sólo seis serán encabezados por mujeres: Atemajac de Brizuela, Jalostotitlán, Magdalena, Pi-huamo, San Pedro Tlaquepaque y Talpa de Allende, que se traduce en 4.8 por ciento de presidencias femeninas.

maRcha atRÁS En La capItaLEn el caso del Distrito Federal, cuya división política es de 16 delegaciones, mismas que se renovaron, sólo cuatro fueron ganadas por mujeres, una menos que en la adminis-tración saliente.

En el pasado proceso electoral se aplicó la reforma al artículo 41 constitucional, no obstante, los resultados indican que los va-rones gobernarán 75 por ciento del total de las delegaciones de la capital del país.

De acuerdo con el Instituto Nacional Elec-toral (INE), cinco jurisdicciones se ganaron por las coaliciones entre los partidos de la Re-volución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Nueva Alianza (Panal); tres por la coa-lición de los partidos Revolucionario Institu-cional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM); dos por el Partido Acción Nacional (PAN); cinco por el Movimiento Regenera-ción Nacional (Morena) y una por el PRD sin coaligarse con otro partido.

En la gestión saliente de jefas delegaciona-les (2012-2015) gobernaban cin-co mujeres: Nora Arias Contre-ras (Gustavo A. Madero), Elizabeth Mateos Hernández (Iztacalco), Leticia Quezada Contreras (Magdalena Conte-ras), Angelina Méndez Álvarez (Tláhuac) y Maricela Contreras Julián (Tlalpan).

Las nuevas delegadas se-rán: María Antonieta Hidalgo Torres (Álvaro Obregón), Dione Anguiano Flores (Izta-palapa); Claudia Sheinbaum (Tlalpan) y Xóchitl Gálvez (Miguel Hidalgo).

¿QUIénES SOn ELLaS?María Antonieta Hidalgo Torres, abanderada por la coalición PRD-PT, será delegada en Ál-varo Obregón, donde ha realizado tareas ad-ministrativas más que políticas, y donde fue directora de Apoyo a la Comunidad. Está liga-da a la corriente perredista encabezada por René Bejarano, quien estuvo preso por escán-dalos de corrupción en 2004.

Dione Anguiano Flores, ganadora en Izta-palapa, abanderada por la coalición PRD-PT-Panal, ha sido asambleísta del Distrito Federal, directora del Instituto del Deporte capitalino y procuradora social de la Ciudad de México.

Claudia Sheinbaum, quien llevará las riendas en Tlalpan, es académica, maestra y doctora en Energía, fue secretaria de Me-dio Ambiente en el Gobierno del Distrito Federal, es activista y colaboradora cercana del excandidato presidencial Andrés Ma-nuel López Obrador.

Xóchitl Gálvez encabezará la delegación Miguel Hidalgo abanderada por el PAN. Es originaria de Hidalgo, es ingeniera y empre-saria. Durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) fue Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

SóLO Una gObERnaDORaDe 11 mujeres que compitieron para ser go-bernadoras, sólo una, la abanderada por la coalición de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), Claudia Pavlovich, resultó ganadora de la guberna-tura del estado de Sonora.

Pavlovich Arellano fue regidora del ayun-tamiento de Hermosillo, diputada local, presidenta estatal del PRI y antes de ser can-didata fue senadora; además es hija de Alicia Arellano, una de las primeras mujeres en convertirse en senadoras en México.

En su historial también destacan los cues-tionamientos de defensores de Derechos Hu-manos porque como legisladora local respaldó a los propietarios de la Guardería ABC, estan-cia donde murieron 49 niñas y niños por un incendio en 2009, hecho que sigue impune.

Actualmente en México ninguna entidad federativa es gobernada por una mujer, y aunque con la reforma político-electoral de 2014 los partidos postularon a más mujeres a las gubernaturas, muchas se quedaron en el camino.

En Campeche, Layda Sansores (por Mo-rena) y Olimpia Álvarez (del Partido Huma-nista) perdieron frente al candidato Alejan-dro Moreno Cárdenas, del PRI.

En Colima, Martha Zepeda (PRD) perdió frente a José Ignacio Peralta, de la coalición PRI-Panal-PVEM.

En Michoacán, María Luisa Calderón (PAN) y María Núñez Ramos (Morena) fue-ron derrotadas por Silvano Aureoles, del PRD.

En Nuevo León, Ivonne Álvarez (PRI-PVEM) perdió frente al candidato indepen-diente Jaime Rodríguez Calderón, conocido como El Bronco.

En San Luis Potosí, Sonia Mendoza (PAN) no se vio favorecida ante Juan Ma-nuel Carreras, del PRI.

En Querétaro, Celia Maya García (More-na) fue derrotada por Francisco Domínguez Servián, del PAN.

Cabe recordar que en México sólo seis mujeres han sido gobernadoras: Griselda Álvarez (Colima), Beatriz Paredes (Tlaxca-la), Dulce María Sauri (Yucatán), Rosario Robles (DF), Amalia García (Zacatecas) e Ivonne Ortega (Yucatán). M

(Con información de Cimacnoticias)

MOnITOREO

cimacnoticias

En este proceso electoral, los programas de ra-dio y TV dieron menos espacio a las campañas de las mujeres en comparación con los varones, quienes recibieron más del doble de tiempo aire para exponer sus propuestas.

El informe final del Monitoreo de Noticieros y la Difusión de Resultados (elaborado por la UNAM, bajo el auspicio del Instituto Nacional Electoral) que registró las coberturas de noticias del 5 de abril al 3 de junio, indica que las muje-res candidatas tuvieron 277 horas, 24 minutos y 26 segundos en medios audiovisuales.

Los varones tuvieron más del doble de tiem-po en los espacios informativos y de espectácu-los, ya que ellos tuvieron 595 horas, 50 minutos y 48 segundos de tiempo en radio y TV, lo que significa que tuvieron más espacio en medios para presentar sus propuestas de campaña o pe-dir el voto.

En el monitoreo se revisaron 2 mil 997 horas, 15 minutos y 15 segundos de cobertura noticio-sa de 493 noticieros y 10 programas de espectá-culos o de revista en todo el país.

Los medios que dieron espacio al Partido Ac-ción Nacional (PAN) dedicaron 38 minutos, 8 minutos y 37 segundos a las candidatas, y más del triple de tiempo a los candidatos que en dos meses acumularon 120 horas, 11 minutos y 56 segundos frente a los micrófonos.

En el caso de la cobertura del Partido de la Revolución Democrática (PRD), los medios le dieron a las abanderadas 23 horas, 39 minutos y 51 segundos, mientras que los candidatos tu-vieron el doble de tiempo, al sumar 54 horas, 40 minutos y 3 segundos.

Por su parte, las candidatas del Partido Re-volucionario Institucional (PRI) no fueron fa-vorecidas por los medios, ya que ellas aparecie-ron en radio y TV 29 horas, 6 minutos y un segundo; mientras que los aspirantes tuvieron 97 horas, 46 minutos y dos segundos.

Destaca que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) fue una de las agrupaciones políticas que recibió más cobertura, pero los medios le dedicaron 237 horas, 52 minutos y 15 segundos a difundir la información del partido sin especificar candidatos.

Es decir, los medios no se centraron en las candidaturas de mujeres ni de varones, sino en la agrupación política, por lo que las candidatas tuvieron 5 horas, 57 minutos y 40 segundos de cobertura, mientras que los aspirantes tuvieron 24 horas, 49 minutos y 37 segundos. M

Varones tuvieron doble de tiempo que candidatas en medios

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dione Anguiano Flores. Claudia Corichi García. hortensia Aragón.

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SUMAS y RESTAS

adriana ortiz ortega

A casi cien años de la celebración de los con-gresos feministas cabe preguntarse ¿qué lo-gros han tenido las mujeres en términos de sus derechos políticos? A favor del cambio están tanto la reforma constitucional en ma-teria de derechos humanos del artículo 1º, como el establecimiento del respeto a la pa-ridad. Por tanto, una comparación entre el lugar que ocupaban los derechos políticos en la agenda de los dos congresos feministas de principios del siglo XX y el momento ac-tual arroja que en 1916 los derechos políti-cos de las mujeres fueron considerados te-mas radicales y sólo una minoría de mujeres dentro del propio Congreso solicitó para to-das el derecho a votar, por lo que la propues-ta de que fueran electas a cargos de elección popular no avanzó. Un siglo después, las mexicanas han conquistado la paridad, sin embargo, los municipios continúan siendo un espacio donde aún no se consolida el su-fragio de manera plena.

Lo anterior quiere decir que en el caso de estados donde no se accionó la paridad los resultados fueron magros: Campeche (0%), Guanajuato (2.2), Jalisco (4.8%), Mi-choacán (2.65 %), Nuevo León (7.8%), San Luis Potosí (5.17%) o Yucatán (7.5%). Sin embargo, cuando la paridad fue respetada, los porcentajes aumentaron significativa-mente: Baja California Sur (40% de alcaldesas), Distrito Federal (25%), Guerre-ro (25.9%), Morelos (18.18%), Querétaro (44.4%) y Tabasco (23.52) (datos elaborados por Martha Tagle para Red de Mujeres en Plural, con información disponible).

Por tanto, si bien ocurren cambios en México en términos de la llegada de las mu-jeres a puestos de decisión como resultado electoral de las elecciones intermedias de 2015, el ejercicio de paridad es primordial, pues significa abrir lo que Dulce María Sauri describe como un mecanismo de redistribu-ción del poder y una vía de acceso para el ca-bal ejercicio de los derechos. Es decir, la pari-dad es hoy día pieza angular en la construcción de la democracia (prólogo de Contigo apren-dí, 2014, de Adriana Ortiz Ortega y Clara Scherer, publicado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación).

Se concluye, primero, que en este crítico e histórico momento del país las mujeres emergen como sujetos políticos clave, con un enorme potencial para transformar el quehacer de la política y la gestión de los partidos, en su rol de intermediación entre la sociedad y el Estado.

Más de un siglo de lucha por la paridad en MéxicoLas mujeres emergen como sujetas y actoras clave, con un enorme potencial para transformar el quehacer de la política y la gestión de los partidos, en su rol de intermediación entre la sociedad y el Estado

Adriana Ortiz Ortega, economista, doctora en Ciencias Políticas y académica de la Facultad de Ciencias Políticas de la UnAM e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

Segundo, que hay avances importantes que es necesario seguir apuntalando. Am-bos hallazgos confirman que la construc-ción democrática es un proceso de disputa y tensión permanente. De este modo, se puede apuntar que en la aprobación de la paridad confluyeron demandas ciudadanas como motor de cambio, y el compromiso de actores institucionales que vieron en la ley un instrumento para avanzar en la consoli-dación de la democracia. Lo anterior corro-bora que existen momentos, movimientos y acciones históricas que logran capitalizar lo emprendido durante varias décadas, tal es el caso de la sentencia 12624, otorgada en respuesta a la movilización de las mujeres a favor de la defensa del sufragio, las reformas en materia electoral gestadas desde inicios de la década de los noventa en códigos y procedi-mientos electorales, y la pro-mulgación de leyes mexicanas que buscan la armonización con las convenciones interna-cionales respecto a la situación de las mujeres y los derechos humanos y, recientemente, la promulgación de la paridad.

En su conjunto, estas accio-nes multinivel y en múltiples espacios van gestando un cam-bio exponencial vigente y diri-gido a consolidar los derechos políticos, la agenda de igualdad y la diversidad, tanto como la erradicación y eliminación de la discriminación y violencia política.

Una lección bien aprendida y ejercida por quienes se han comprometido con la paridad es que al haber accedido a ésta a través de una modificación constitucional es necesario observar y continuar promo-viendo la selección de candidaturas de mu-jeres en los partidos, así como activar las instituciones y los mecanismos ad hoc a fa-vor de la redistribución del poder desde el funcionamiento cotidiano del sistema polí-tico mexicano.

Las y los actores implicados con este iti-nerario no escatiman esfuerzos: por un lado están las senadoras, diputadas y fun-cionarias, entre ellas, las y los magistra-dos, jueces y juristas que promueven lec-turas cuidadosas de la ley y su renovación desde sus ámbitos de influencia; también se suman las políticas, las militantes de los partidos y las asociaciones de la sociedad civil, que desde la cúpula o la base pro-mueven las candidaturas de mujeres y el debate social amplio; las y los académicos

que promueven formas de analizar el asunto desde diversos ángulos, y grandes estrategas, como Silvia Hernández, que contribuyen a fortalecer la “caja de herra-mientas” que contiene recursos, senten-

cias, jurisprudencia, argumen-tos, revisando siempre el mapa de la paridad para medir avan-ces en los diversos estados y, de este modo, identificar obje-tivos asequibles, valiosos y, so-bre todo, ganables.

Finalmente, en las acciones a favor de la paridad figuran empresarias, activistas, muje-res artistas y comunicólogas que mueven el tema tanto en el espacio legislativo como en otros ámbitos.

Si bien la atención de estas mujeres (agrupadas en la Red de Mujeres en Plural) se dirige ahora al impacto y análisis so-bre cómo alcanzar la paridad

en todos los niveles, se busca en particular la paridad horizontal en el ámbito electo-ral, porque es una meta anhelada desde los congresos feministas de principios del si-glo XX. Para ello estas mujeres tienen como referencia la sentencia 12624 y la re-forma electoral de 2012, que estableció la paridad de género en candidaturas a dipu-taciones locales, federales y senadurías, tanto como algunas modificaciones estata-les a nivel municipal. Acompañando estas leyes desde distintas trincheras se gestan acciones que buscan trastocar el orden que mantiene inmóvil a las mujeres para tras-pasar el muro invisible que muchas veces limita su paso.

Entre los obstáculos identifican la invisi-bilidad social y cultural que cubre la paridad y que coexiste con otras barreras tanto como con los logros que han conseguido. Así, por un lado, está la violencia política, la invisi-bilidad, el ninguneo, tan mexicano, y las re-sistencias acompañadas de hostilidades que, gracias a las dinámicas de cambio, no impi-

dieron, en el caso de Claudia Pavlovich, que se convirtiera en la única gobernadora vic-toriosa. Por otro, las grandes reformas lega-les a favor de la igualdad, del ejercicio de una vida libre de violencia o de la autode-terminación reproductiva; ¿hacia dónde voltear a ver?

La construcción de la democracia en México requiere documentar las dificulta-des y los éxitos en medio de los cuales ocu-rre el cambio social. Por tanto, en este nue-vo e inédito contexto requerimos una evaluación rigurosa de la efectividad de la ley de paridad.

Resumiendo: en México existió una subre-presentación de las mujeres y de sus intereses de género en las instituciones con poder políti-co hasta la aplicación obligatoria de cuotas y posteriormente la paridad, al menos en el ám-bito electoral. A partir de ésta se obtuvieron porcentajes de diputaciones por mayoría rela-tiva que alcanzaron más de 50% en algunos ca-sos, como el de Guanajuato, Querétaro y Yuca-tán, y un alto 66.6% para Colima y 83.33% en Morelos para representación proporcional. También, en los estados donde operó la paridad a nivel de elecciones municipales, ocurrieron cambios altamente significativos.

Es innegable que comienza a darse un ejercicio amplio de ciudadanía política por las mujeres a través del aumento de su pre-sencia en las candidaturas y cargos electi-vos. Esto puede ser un detonador de la ciu-dadanía económica. Es decir, al abrirse renovadas oportunidades de participación en un ámbito pueden materializarse trans-formaciones en otros.

¿Se abren entonces las opciones para in-sertar una agenda de igualdad sustantiva y multinivel que tanto se necesita y en con-traste con la desigualdad económica que prevalece en México? Las respuestas pue-den apuntar hacia lo positivo, sin embargo se requiere más investigación para poder abordar y contestar con precisión analítica a preguntas como éstas. Todo ello, por su-puesto, buscando no tener que esperar otro siglo para conocer las respuestas. M

De manera inmediata se requiere, por

ejemplo, comprender

cuándo se dan alianzas efectivas entre mujeres en política para la

construcción de la voz y agencia

colectiva y cuál es su impacto en las

prácticas discriminatorias y antidemocráticas de los partidos en primera instancia.

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SUMAS y RESTAS

proceso de sentar las bases que regirían las rela-ciones entre las y los mexicanos, cuestiona si ellas tendrían algo que aportar, si deberían participar como candidatas a diputadas o, por lo menos, como asistentes y votantes. Transcribo parte del texto, en el que el Pensador Mexicano (PM) pre-gunta a una Mujer Ignorante (MI) al respecto:

PM: Si (las mujeres) son ciudadanas como lo son (…) ¿hay alguna razón fundada en el derecho de gentes para excluirlas de la repre-sentación nacional?

MI: (…) quizá (las excluyan) porque sabe-mos algo más de lo que quisieran los señores hombres (y por eso) no nos dejan.

PM: ¿Por qué se le ha de hacer al sexo (feme-nino) tamaña injusticia, privándolo de la parte que le toca en su representación, y a la nación, del beneficio que pudiera resultarle de la elo-cuencia de una mujer? Mas si las antiguas pre-ocupaciones no conceden lugar en las Cortes a nuestras bellas, siquiera admitan su voto en las elecciones, o a lo muy menos, permítaseles que oigan discutir sobre lo que les interesa tanto como a los hombres, o dígase que las mujeres ni son ciudadanas ni (son) racionales.

Como bien sabemos, nos excluyeron de nues-tro muy natural derecho a participar en la cons-trucción de este país. Pero la historia, indiferente,

La igualdad, un proceso en construcciónSin la convicción profunda de las ciudadanas y los ciudadanos se convierte este principio de paridad en pura demagogia. Por ello, el trabajo de argumentación para convencer debe seguir

Clara Scherer, licenciada en Pedagogía y especialista en estudios de género e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

empujaron a soliviantar las rígidas normas que encorsetaban sus deseos y capacidades; luego vino la pacificación y la propuesta de una nueva Constitución. Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto, entre las más conocidas, exigen el dere-cho al sufragio, mismo que reiteradamente es negado. Muchas mujeres, desde 1920 hasta 1953, se organizan, reclaman, exigen, hasta que se con-cretan sus derechos políticos de manera expresa en la Constitución. Pero en la realidad, sólo lo-gramos la mitad del derecho: votar. Para ser elec-tas, las resistencias masculinas han sido mucho más férreas, por lo que lograrlo nos ha tomado varias décadas más y el recurrir a muy diversas estrategias: acciones afirmativas (cuotas), redes plurales, sentencias del Tribunal Electoral del Po-der Judicial de la Federación y, finalmente, la aprobación de la iniciativa de la paridad en las candidaturas para integrarse al Congreso de la Unión, presentada por las senadoras, después de que el presidente Peña Nieto mandara un decre-to para integrar la paridad en el Congreso federal.

Casi 200 años, narrados en muy escasos pá-rrafos, son del todo insuficientes para dar cuenta de las muchas a quienes les impidieron desarro-llarse como personas y participar en la construc-ción del país, pero al fin, en 2015, 42% de mujeres se integraran al Congreso: ¡Lo logramos!

Las resistencias no han sido menores; las trampas, múltiples; los aliados, escasos. Lo grave, muy grave, es que si nos declaramos democráti-cos, debemos recordar que la democracia tiene como fundamento la igualdad; pero sin la con-vicción profunda de las ciudadanas y los ciuda-danos se convierte este principio de paridad en pura demagogia. Por ello, el trabajo de argumen-tación para convencer debe seguir.

Además de la ganancia evidente: ejercer nuestros derechos políticos, con las mujeres en los Congresos hemos avanzado en ese tema llamado civilidad: la violencia ya no es consi-derada una “cualidad” de “los muy hombres”, y cada vez más se insiste en la importancia de las relaciones de cooperación. Eso habla de nuestro grado de civilidad. M

clara scherer

Es importante recordar, para valorar lo que hemos hecho, de dónde venimos, a dónde he-mos llegado y qué podemos esperar de un Congreso paritario. Éste es un paso firme para lograr la igualdad sustantiva, esa que significa igualdad: de trato, de condiciones, de oportu-nidades y de resultados.

En 1821, cuando México se estrenaba como nación independiente, el entusiasmo por parti-cipar en su construcción estaba desbordado. Una de las primeras tareas, lo tenían claro, era la redacción de una Constitución, y para ello era necesario decidir quiénes, cómo y por qué de-bían integrarse a un cuerpo colegiado, en ese lejano entonces, llamadas cortes constituyentes.

Cuando la Junta Provisional definía los meca-nismos para convocar a las personas que serían designadas, Joaquín Fernández de Lizardi publi-ca un folleto titulado “Cincuenta preguntas de El Pensador Mexicano a quien quiera responderlas”, donde propone una forma para llevar a cabo di-cho evento, ya que, según él, la realización de estas “cortes constituyentes” definiría la “felici-dad o desgracia de la patria”. En esa felicidad o desgracia, la participación de las mujeres en el

siguió su marcha, y para 1857, cuando se incluyen en la Constitución por primera vez los Derechos del Hombre, por supuesto que la palabra mujer no apareció en ningún lado. Algunas protestaron demandando el sufragio; se les dijo que no po-dían votar porque ése era un derecho expresa-mente estipulado sólo para los hombres. O sea, que el genérico “hombre” NO las incluía.

Para 1898, Laureana Wright, Rafaela Varela y otras más habían recapacitado sobre el tema. Ex-pulsadas de una de las cuatro logias masónicas femeninas, donde se difundían las ideas liberales, buscaron la forma para que Porfirio Díaz decre-tara el sufragio femenino. La carta, que firmaron cientos de mujeres, no tuvo ningún impacto y ni siquiera como documento curioso la archivaron. Desapareció y fue encontrada hace pocos años en una venta de garaje en Austin, Texas. Durante el movimiento revolucionario se crearon dece-nas de clubes femeninos antirreeleccionistas, en los que algunos también reclamaban nuestros derechos políticos.

Los aciagos tiempos de la lucha armada las

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SUMAS y RESTAS

teresa Hevia rocha*

A la memoria de Cecilia Loría, Mercedes Barquet y

Rocío García Gaytán, que deberían estar festejando

estos triunfos con nosotras.

¿Cómo ha sido vivir este proceso electoral des-de mi pertenencia a la Red de Mujeres en Plu-ral? ¡Ha sido intenso! Hemos vivido momentos de gran suspenso, de gozo, de abatimiento, de gratitud, de asombro. Hemos llorado juntas, porque la emoción de experimentar la fuerza y la pasión del grupo a veces nos desborda, tan-to si ganamos una batalla como si la perdemos.

Luchar por una causa, en nuestro caso la de la participación paritaria de mujeres y hom-bres en el espacio político y en todas las esferas de toma de decisión, da sentido a la vida. Y hacerlo junto con otras, a quienes admiramos y queremos, multiplica esa experiencia de sen-tir que se es parte de una historia que empezó a escribirse en nuestro país desde hace mucho tiempo y que hoy nos toca atestiguar que los esfuerzos de tantas mujeres, sumados a los nuestros, dan frutos importantes.

Un parteaguas en este caminar colectivo fue, sin duda, la sentencia 12624, que hizo realmente efectiva la cuota de 40/60 manda-tada en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), al elimi-

Los frutos de la luchaEvoco los tiempos en que las responsables del tema en las tres instituciones andábamos y desandábamos veinte veces el camino para sembrar las semillas de lo que vendría después; con muchas ganas y respaldo institucional, pero con leyes electorales deficientes y recursos insuficientes

María Elena Chapa, presidenta ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres de nuevo León e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

de nuestra Constitución y en las convenciones y tratados internacionales de derechos huma-nos, elevados a rango constitucional desde la re-forma de junio de 2011.

Así que ahora el reto es difundir los conte-nidos de la jurisprudencia y alentar a los Con-gresos locales para que reformen su legisla-ción electoral en ese sentido: paridad sin excepción en candidaturas de mayoría relativa y representación proporcional; para la elec-ción de diputaciones y renovación de ayunta-mientos, horizontal y vertical. ¡La paridad arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda y en todo el país! Que se preparen los 13 estados que tendrán elecciones en 2016.

Un punto más que quiero destacar. Yo, que fui funcionaria del Instituto Nacional de las Mujeres desde su creación en 2001 y hasta 2011, y tuve a mi cargo la Dirección de Partici-pación Social y Política, vivo estos días entre el asombro, la gratitud y la alegría al ver la res-puesta de nuestras instituciones electorales. Evoco los tiempos en que las responsables del tema en las tres instituciones andábamos y des-andábamos veinte veces el camino para sem-brar las semillas de lo que vendría después; con muchas ganas y respaldo institucional, pero con leyes electorales deficientes y recursos in-suficientes. Haciendo camino al andar.

Y por eso hoy me llena de gusto ver un Tri-bunal Electoral Federal y varios tribunales es-tatales que, a golpe de sentencias, han hecho avanzar sustancialmente los derechos políti-cos de las mujeres; ver un Instituto Nacional Electoral que crea mediante un Acuerdo del Consejo General un Grupo de Trabajo para el Seguimiento del Cumplimiento de la Paridad, que incluye a las áreas responsables del tema en el Instituto, a las/os representantes de los partidos políticos y a varias organizaciones so-ciales defensoras de los derechos políticos de las mujeres, la Red entre ellas. Un Inmujeres que articula desde el más alto nivel un Obser-vatorio de Participación Política de las Muje-res en México, con el concurso del INE y el TEPJF, continuando con la lógica del microsi-tio de Mujeres en la mira, de 2009.

Y he de decir con mucho orgullo que muje-res de las tres instituciones magistradas, conse-jeras y funcionarias pertenecen a la Red de Mu-jeres en Plural y han sido pieza clave en este caminar. Como también un número importan-te de senadoras y diputadas, federales y locales; de dirigentes y militantes de partidos políticos; de ex candidatas a la Presidencia de la Repúbli-ca, ex gobernadoras y alcaldesas; secretarias de Estado, académicas, periodistas, activistas, em-presarias, funcionarias, integrantes de organi-zaciones sociales. De casi todos los partidos y

sin partido, maduras y jóvenes, con larga trayectoria y capital po-lítico o con importantes contribu-ciones desde el trabajo académico o la experiencia directa en el cam-po de batalla.

Con visibilidad política o sin ella, a todas nos duele la discrimi-nación y la violencia contra las mujeres, el déficit democrático que supone nuestra poca repre-sentación en los espacios donde se decide el curso del país. Y a to-das nos alegran los avances, gran-des o pequeños, que sentimos como propios y defendemos con determinación.

Si me preguntan qué ha signi-ficado ser parte de la Red en este fragmento de la historia de Méxi-co, respondo: un privilegio, un de-safío, un compromiso, un premio, una gran responsabilidad. Espero

con ansias que mi país se coloque finalmente junto a las grandes naciones democráticas que garantizan una representación igualitaria, equi-tativa, paritaria a sus mujeres y a sus hombres en los espacios de poder, en la toma de decisio-nes. Esperemos que así sea. M

*Consultora en Género e integrante de la

Red de Mujeres en plural

mujer para la Cámara federal y los 17 Congre-sos de las entidades con comicios electorales. Estas cifras son de no creerse: 4 mil 496 can-didaturas, ¡2 mil 248 de hombres y 2 mil 248 de mujeres! ¡Como siempre debió haber sido! ¡Como muchas de nosotras no creímos vivir para atestiguarlo!

Y mejor aún, gracias al artículo 3, fracción 5, de la Ley General de Partidos, los partidos dis-tribuyeron más o menos equilibradamente a candidatos y candidatas en distritos con posibi-lidades de triunfo altas, intermedias y bajas. De acuerdo con el recuento del INE, de los 300 distritos federales de mayoría relativa, las mu-jeres ocupan candidaturas en 45% de los posi-bles distritos ganadores, 51.2% de los interme-dios y 53.7% de los perdedores. Todavía falta un poco para un equilibrio paritario, pero no pode-mos dejar de leerlo como un avance. Y para las 200 candidaturas plurinominales se alternaron en las listas, uno a uno, hombres y mujeres, pese a que casi todos los partidos colocaron a varones en el primer lugar de sus cinco listas. Como sea, esperamos que la LXIII Legislatura tenga una conformación casi paritaria de diputadas y di-putados. Y que eso se replique en las 17 entida-des con elecciones concurrentes.

Pero hay un logro más, monumental, en un país donde sólo 7.2% de las 2 mil 440 presiden-cias municipales y 16 delegaciones del Distrito Federal están presididas por mujeres. Gracias a una serie de impugnaciones, encabezadas o apoyadas por integrantes de Mujeres en Plu-ral, los tribunales electorales han ratificado que los partidos están obligados a la paridad vertical y horizontal en la conformación de las planillas para renovación de ayuntamientos. ¿Y eso qué significa? Que la lista de cargos para integrar un ayuntamiento debe incluir, alter-nadamente, una mujer y un hombre, o vice-versa, y que del total de candidaturas de presi-dencias municipales en un estado, la mitad deben corresponder a hombres y la otra mitad a mujeres. ¡Esto sí estaba segura que sólo lo verían mis bisnietos/as! Pero lo veré yo, lo ve-remos todas/os.

Como consecuencia de las sentencias, en los 33 municipios de Morelos, 5 de Baja California Sur, 81 de Guerrero, 17 de Tabasco y 18 de Que-rétaro, las campañas hoy nos mues-tran 50% de rostros femeninos y 50% de masculinos. Y en los 12 res-tantes las veremos paritariamente en la planilla completa o al menos en las regidurías.

Nos quedamos con las ganas de la paridad horizontal en Nuevo León, Sonora y el Estado de Méxi-co, pero fue muy emocionante ver, en vivo, la sesión de la Sala Supe-rior del TEPJF en que se discutie-ron esos casos. Un 29 de abril me-morable. Muchas de nosotras, comunicadas por WhatsApp en tiempo real, celebrando o lamen-tando las argumentaciones de los magistrados y la magistrada, mor-diéndonos las uñas ante la incerti-dumbre, felices cuando parecía que la ganábamos, abatidas cuan-do constatamos que la perdi-mos… Pero llenas de esperanza al escuchar que los casos daban para dictar juris-prudencia en favor de la paridad horizontal y vertical en los ayuntamientos. La argumenta-ción esgrimida para no hacer valer los cambios en las listas de candidaturas fue que las campa-ñas ya estaban en curso, pero la Sala completa consideró que la igualdad sustantiva, la igualdad real, es un derecho constitucional, derivado del principio pro persona plasmado en el artículo 1°

nar la excepción de su cumplimiento y obligar a fórmulas del mismo sexo. Los juicios que die-ron lugar a esa sentencia los interpuso y pro-movió la Red. Una estrategia impecable con-cebida por Silvia Hernández, Clara Scherer, Flor Zamora y Jorge Alcocer, respaldada por las diez valientes mujeres que presentaron los juicios: María Elena Chapa, Martha Tagle, Ma-ría de los Ángeles Moreno, Laura Cerna, María de las Nieves García, Esther Morales, Rocío Reyes, Maricruz García, Fernanda Rodríguez Calva y Juana Soto.

Como sabemos, esa sentencia, emitida por la Sala Regional del Tribunal Electoral del Po-der Judicial de la Federación (TEPJF) el 30 de noviembre de 2011, se tradujo en el arribo de un número inédito de mujeres al Congreso de la Unión: 185 (37%) en la Cámara de Diputa-dos y 42 (32.8%) en el Senado.

Y desde ahí la concatenación de logros. Drude Dahlerup afirma que cuando un grupo subrepresentado alcanza la masa crítica de 30% en un órgano decisorio se incrementan significativamente sus posibilidades de influir en dicho órgano, haciendo valer su agenda. Y sí que las legisladoras, muchas de ellas inte-grantes de la Red, hicieron valer la agenda al impulsar que la reforma constitucional en ma-teria político-electoral incluyera la paridad de género en la postulación de candidaturas para la integración de la legislatura federal y las lo-cales. Otro paso enorme que hoy se traduce en listas donde la mitad de los nombres son de

con visibilidad política o sin ella, a todas nos duele la discriminación y la violencia contra las mujeres, el déficit democrático que supone nuestra

poca representación en

los espacios donde se decide el curso

del país.

7.2%de las 2 mil 440

presidencias municipales y 16 delegaciones del Distrito federal

están presididas por mujeres.

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EX CAndIdATA A dIPUTAdA En qUERéTARO

chos humanos y, de manera relevante, la dignidad e integridad de las mujeres. En el mismo apartado, en su párrafo III, mandata se garantice que hombres y mujeres gocen de igualdad en la toma de decisio-nes públicas y en las votaciones.

Sin embargo hemos observa-do en el proceso electoral pasa-do serias y graves situaciones contra los derechos políticos y civiles de las mujeres indígenas en donde se realizaron eleccio-nes locales. En esta elección se aplicó la paridad en las candida-turas a los Congresos conforme al 41 constitucional y a partir de reformas locales también, para la integración de los ayunta-mientos y presidencias municipales. A par-tir de inconformidades por el incumpli-miento de la paridad, mujeres de distintos partidos decidieron ir a las salas del Tribunal Electoral. Y en donde más obstáculos en-frentó fue, precisamente, en los pueblos in-dígenas. Este problema es común en todos

Estado de derecho, sí, pero para todas las mujeres

La campaña de Mariana Ortiz Cabrera

En los últimos 20 años la Constitución ha sufrido importantes reformas para visibilizar como sujetos plenos de derechos a las y los integrantes de los pueblos originales

Asumió el reto y utilizó su propio vehículo, financió la compra de gasolina y, también de su peculio, mandó imprimir más folletos

Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de derechos humanos en el Senado e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

los partidos políticos, donde más de alguno de plano se quedó sin competir con tal de no cambiar al señor candidato a la presiden-cia municipal por una candidata, como lo mandató el organismo político electoral de la entidad.

O el caso de Chiapas, donde incluso se amenazó a dirigentes partidarios a que no intervinieran en las decisiones donde impe-

raron los usos y costumbres y las mujeres no fueron contem-pladas para ninguna candidatu-ra. La aseveración de los pa-triarcas fue clara: su lugar no era en la política, sino aten-diendo a su marido y familia.

Esta circunstancia no es nueva. Lo que llama la atención es que el precepto constitucio-nal es claro y no hay poder po-lítico que pueda o se atreva a poner orden en estos pueblos para que sus sistemas normati-vos cambien como lo señala la Constitución. En los hechos, las niñas y las mujeres indígenas

sufren atropellos a sus derechos más ele-mentales y en algunos casos incluso se co-meten delitos como la trata de personas al obligarlas a casarse desde muy temprana edad por el trueque de cosas o ganado. Re-querimos legitimar el Estado de derecho para las todas mujeres, pero ¡ya! M

angélica de la Peña

En cada reforma legislativa a códigos en ma-teria civil, familiar o penal es común esta-blecer por el Poder Legislativo, cuando de indígenas se trata, que las autoridades ga-ranticen un intérprete de su idioma, que tengan un abogado permanentemente y no sufran ningún tipo de discriminación.

En los últimos 20 años la Constitución ha sufrido importantes reformas para vi-sibilizar como sujetos plenos de derechos a las y los integrantes de los pueblos ori-ginales, al reconocerles sus propias insti-tuciones sociales, económicas, culturales y políticas. La revisión por parte del poder revisor al artículo 2 constitucional ha sido prácticamente total para favorecer en ma-yor medida a los pueblos indígenas de nuestro país.

Por ejemplo, el artículo 2 de la Constitu-ción, en su apartado A, párrafo II, refiere que los sistemas normativos se sujetarán a los principios de la propia Constitución, a respetar las garantías individuales, los dere-

agustín Escobar ledesma

Con 200 lonas, diez mil folletos y playeras, la coalición Partido Revolucionario Institu-cional, Verde Ecologista de México y Nueva Alianza arrojó al mundo electoral a Mariana Ortiz Cabrera para que luchara por la dipu-tación del V Distrito local de Querétaro, en poder del Partido Acción Nacional desde hace más de 18 años.

Mariana asumió el reto y utilizó su pro-pio vehículo, financió la compra de gasolina y, también de su peculio, mandó imprimir más folletos. Así fue como recorrió a pie, tocando puerta por puerta, las casas de este distrito que cuenta con un poco más de 80 mil electores.

Ortiz Cabrera es una joven de 27 años, en cuyo ADN político figura su bisabuelo, el doctor Esteban Paulín González, quien fue-ra uno de los fundadores del Partido Nacio-nal Revolucionario, en 1929. Recuerda la manera en que fue nombrada candidata al V Distrito local: “Me llamaron el candidato (a la gubernatura de Querétaro) Roberto Lo-yola Vera, por supuesto que nuestro gober-

nador Pepe (José Eduardo) Calzada, mi jefe, y también el presidente del Verde Ecologis-ta, Ricardo Astudillo”.

Hasta antes de la contienda electoral, el as-censo político de Mariana fue meteórico. Al mismo tiempo que estudiaba la licenciatura en Mercadotecnia se desempeñó como diri-gente del Frente Juvenil Revolucionario del PRI, sitio del que pasó a laborar en la Secreta-ría del Trabajo y, durante un año, antes de ser candidata, fue la titular de la Secretaría de la Juventud del gobierno de Querétaro.

Aunque prácticamente Mariana fue enviada a la guerra sin fusil, debido a que no fue apoya-da con ningún espectacular y ella tuvo que re-forzar su campaña con sus propios ahorros, está agradecida: “No creo que me haya faltado en ningún momento apoyo, al contrario, agradez-co muchísimo a mis tres partidos que estuvimos en coalición el apoyo incondicional”.

Mariana señala que la derrota electoral la hace levantarse con mucha más fuerza, a pesar de los 15 mil 735 votos que obtuvo en la contienda electoral, muy alejados de los 21 mil 582 votos recabados por el panista Luis Gerardo Ángeles Herrera, quien ahora es el diputado electo por el V Distrito. M Mariana Ortiz Cabrera.

En los hechos, las niñas y las mujeres

indígenas sufren atropellos a sus derechos más

elementales y en algunos casos

incluso se cometen delitos como la

trata de personas al obligarlas a casarse

desde muy temprana edad por el trueque de cosas

o ganado

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SUMAS y RESTAS

SUMAS y RESTAS

Pluralidad de género y alternancia en elecciones 2015

Las cuotas en las jefaturas delegacionales

Para las elecciones de diputaciones federales, que pueden variar con motivo de las impugnaciones presentadas ante el TEPJF, se obtiene que de los 300 distritos electorales uninominales en que se divide la República mexicana, los hombres alcanzaron el triunfo en 183 distritos y las mujeres en 117

Es imperante la necesidad de que los partidos políticos impulsen los liderazgos femeninos dentro de sus estructuras partidarias, a fin de tener candidatas preparadas para competir en igualdad de condiciones con los varones

adriana Favela

Con base en los resultados de los cómputos distri-tales realizados por el Instituto Nacional Electoral (INE) para las elecciones de diputaciones federales, que pueden variar con motivo de las impugnacio-nes presentadas ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se obtiene que de los 300 distritos electorales uninominales en que se divide la República mexicana, los hombres alcan-zaron el triunfo en 183 distritos (61%) y las mujeres en 117 (39%).

Así, tenemos 117 diputadas federales electas por mayoría relativa que fueron postuladas por los par-tidos políticos: 22 por el PAN, 4 por Movimiento Ciudadano, 8 por Morena, 9 por el PRD, 1 por el PT, 65 por el PRI y 8 por el PVEM.

En 2015 se logró el triunfo de mujeres en 7 dis-tritos más en comparación con 2012, cuando 110 candidatas fueron electas como diputadas federa-les, lo que representaba 36.66% de los 300 cargos de mayoría relativa.

Pero lo más relevante es que gracias a los re-sultados de las elecciones de 2015, cada entidad federativa contará con diputadas y diputados fe-derales; lo que no aconteció en 2012, ya que en los estados de Morelos, Nuevo León y Quintana Roo ninguna mujer resultó electa como diputada federal, mientras que en Baja California Sur y Campeche ningún hombre logró acceder a una diputación federal.

De la comparación de los resultados de las elecciones de diputaciones federales 2012 y 2015

Gabriela Williams salazar*

La reciente reforma política, que modificó diversos preceptos de nuestra Constitución, consagra en el artículo 41 la equidad de género en las candidaturas para legisladores estatales y federales, lo que trajo consigo la aprobación de leyes secundarias atinen-tes a las instituciones y procedimientos electorales, así como a los partidos políticos, aspecto que sin duda significó un gran avance hacia una sociedad más justa y equitativa, sin discriminación.

En este ánimo proteccionista debemos recordar que las acciones afirmativas tienen como función el proporcionar un equilibrio en situaciones en las que éste es inexistente. En razón de lo anterior, las cuotas electorales son consideradas como una especie den-tro del concepto más amplio, para que ningún géne-ro pueda tener un determinado porcentaje de sobre-rrepresentación en los órganos legislativos.

Resulta imposible hacer a un lado el poder vin-culante de las obligaciones adoptadas por el Estado mexicano en el Derecho internacional, concreta-mente, en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), en la que los Estados parte se compro-meten a garantizar a las mujeres, en igualdad de

se pueden clasificar las entidades federativas de la siguiente forma:

Grupo con más mujeres diputadas federales que hombres en 2015 respecto de 2012 y preva-lecen las mujeres= 2: San Luis Potosí (aumentó a 2 mujeres, por lo que cuenta con 4 mujeres y 3 hombres) y Tlaxcala (aumentó 1 mujer, ahora tie-ne 2 mujeres y 1 hombre).

Grupo con más mujeres diputadas federales en 2015 y que ahora tienen igual número de diputacio-nes para ambos géneros= 1: Baja California (1 mu-jer más, ahora tiene 4 mujeres y 4 hombres).

Grupo que tiene igual número de diputaciones de mujeres y hombres desde 2012 y lo conservó en 2015= 3: Colima, Durango y Zacatecas.

Grupo con más mujeres diputadas federales en 2015 respecto de 2012, pero siguen prevaleciendo los hombres= 10: Coahuila (1 mujer más), Chiapas (1 mujer más), Distrito Federal (5 mujeres más), Guerrero (3 mujeres más), Jalisco (3 mujeres más), Michoacán (2 mujeres más), Morelos (2 mujeres más), Nuevo León (2 mujeres más), Quintana Roo (1 mujer más) y Tamaulipas (1 mujer más).

Grupo con más hombres diputados federales desde 2012 y que replicó esa prevalencia en 2015= 8: Aguascalientes (1 hombre más), Chihuahua (3 hombres más), Hidalgo (1 hombre más), Nayarit (1 hombre más), Querétaro (2 hombres más), Sinaloa (4 hombres más), Tabasco (2 hombres más) y Yu-catán (3 hombres más).

Grupo con menos mujeres diputadas federales en 2015 respecto a 2012, pero con igual número de diputaciones para ambos géneros= 4: Baja Califor-nia Sur (1 mujer menos, ahora 1 mujer y 1 hombre),

2012 para los partidos políticos que ahora las impul-saron, lo que implica que estas mujeres hicieron un importante trabajo para convencer al electorado.

Mientras que los hombres, en conjunto, logra-ron 183 diputaciones; pero a pesar de que fueron registrados en mayor número de distritos “ganado-res”, lo cierto es que alcanzaron el triunfo en 103 distritos, que representa 56.28%, que está 6.11% por debajo de los distritos “ganadores” que las mujeres conservaron. Reconociendo que los hombres triun-faron en 80 distritos (43.72%) en los que la fuerza política que los postuló no contó con votación ma-yoritaria en 2012, o sea, 6.11% más que las mujeres que compitieron en distritos no “ganadores”. Por tanto, los hombres también se esforzaron para lo-grar el voto mayoritario.

Esto, además, implica que en las elecciones de diputaciones federales 2015 los partidos políticos, a través de las candidaturas que postularon, lograron conservar el triunfo en 176 distritos, que equivale a 58.67% del total de 300 distritos; mientras que en 124 distritos (41.33%) existió alternancia, porque ahora obtuvo la mayoría de votos un partido políti-co distinto al que triunfó en 2012. Lo que vislumbra un voto razonado por parte del electorado, al anali-zar la actuación de los anteriores legislador@s y re-visar las nuevas candidaturas que postularon los partidos políticos.

Además, del estudio de los 117 distritos en que las mujeres resultaron electas como diputadas fede-rales se aprecia que en 52 distritos (44.44%) com-pitieron con un mayor número de candidatas mu-jeres; en 45 distritos (38.46%) se enfrentaron con candidatos en su mayoría hombres y en 20 distritos (17.1%) la contienda se efectuó entre igual número de mujeres y hombres que fueron postulados como candidat@s, lo que evidencia que las mujeres tie-nen probada capacidad para competir con los hom-bres y ganar las elecciones.

Gracias a las mujeres por participar como candidatas en las elecciones federales organiza-das por el INE y por la confianza depositada en esta institución. M

condiciones con los hombres, el derecho a partici-par en la formulación de las políticas gubernamen-tales y en la ejecución de éstas, ocupar cargos pú-blicos así como a ejercer las funciones inherentes a los mismos, en todos los planos gubernamentales.

De ahí que, en las actividades tendentes a ins-trumentar el sistema de cuotas en nuestro país, se debe observar que el objetivo no es otro que el acor-dado en Pekín en 1995, que guarda relación con el acceso efectivo de la mujer a los niveles de toma de decisiones políticas, estableciendo que las legisla-ciones electorales busquen la paridad de las candi-daturas de elección popular.

Si bien las cuotas de género han tenido como consecuencia resultados evidentes, aunque no con-tundentes, con respecto a la integración de los ór-ganos legislativos, como es el caso de la Asamblea Legislativa, en el Distrito Federal se cuenta con un sistema de aplicabilidad y proporción de las cuotas para las jefaturas delegacionales que se estableció dentro del Código Electoral local desde 1999 y que fue avanzando en tres etapas, hasta llegar a la últi-ma, en la cual resulta obligatorio para los partidos políticos garantizar la paridad en la postulación de sus candidaturas en los órganos políticos adminis-trativos, situación que en la especie no acontecía.

No obstante la introducción de cuotas en las can-

presencia constante en medios de comunicación. Lo cual refleja la necesidad de postular candida-

turas que sean previamente conocidas por el elec-torado, pues en la contienda delegacional la ciuda-danía debe tener identificación previa con las candidatas, como lo demuestran los resultados elec-torales, en los que se traduce que la menor votación fue para aquellas que por primera vez incursiona-ron en la esfera pública, siendo la mayoría de los votos para quienes han ocupado algún puesto pú-blico de dirección y de visibilidad política.

Esto es así porque en 10 demarcaciones de 16, los menores porcentajes de votación fueron para candidatas del género femenino, de éstas sólo dos contaban con experiencia en el ámbito legislativo sin ocupar una curul, dos en el ámbito administra-tivo público local y federal, respectivamente, en donde no desempeñaban cargos de dirección; una de estructura partidista y las cinco restantes perte-necientes a la sociedad civil y academia, entre otras.

De ahí que sea imperante la necesidad de que los partidos políticos impulsen los liderazgos fe-meninos dentro de sus estructuras partidarias, a fin de tener candidatas preparadas para competir en igualdad de condiciones con los varones, con el objetivo de traspasar la subrrepresentación de las mujeres en la vida pública y por tanto impul-sar una sociedad igualitaria en la que los dere-chos político electorales de hombres y mujeres sean ejercidos sin restricciones. Pues avanzar ha-cia la paridad implica considerar que, más que un concepto cuantitativo, se trata de la expresión de la redistribución del poder en todas las esfe-ras. Éste es el motivo por el cual su implementa-ción supone una trasformación radical de las ins-tituciones y de la sociedad. M

* Consejera del instituto Electoral del Distrito federal

didaturas de jefaturas delegacionales, sólo 18 muje-res han encabezado los órganos político-administra-tivos, siendo el año 2000 en el que existieron seis jefas delegacionales. Asimismo, en 2006 y 2009 sólo una demarcación fue liderada por mujeres.

Durante el presente proceso electoral ordina-rio local se pensaba que el número tendría que aumentar de manera significativa, dado que los partidos políticos postularon la misma cantidad de hombres que de mujeres; empero esto no fue así, sólo cuatro mujeres lograron obtener el triun-fo en las delegaciones Álvaro Obregón, Iztapala-pa, Miguel Hidalgo y Tlalpan.

En consecuencia, el cuestionamiento natural es qué variables comparten estas mujeres que acce-dieron a puestos de incidencia pública y política como jefas delegacionales, quienes superaron esas barreras para ejercer el poder de forma igualitaria con respecto a sus pares masculinos en las contien-das para los mismos puestos.

Es de señalar que, como dato relevante, las mu-jeres que han estado al frente de las demarcaciones y las actuales triunfadoras son aquellas que realiza-ron un trabajo previo dentro de las estructuras par-tidistas en órganos de dirección; como titulares de órganos administrativos a nivel local o federal; en direcciones dentro de las delegaciones de los go-biernos salientes; asimismo, se incluye la experien-cia legislativa como diputadas locales o federales, pero también en asesorías dentro de los recintos parlamentarios como secretarias técnicas de comi-siones con incidencia política. Se excluye de lo an-terior aquellos perfiles en los cuales se les vincula con actividades artísticas que per se significan una

Campeche (1 mujer menos, ahora 1 mujer y 1 hom-bre), Guanajuato (1 mujer menos, ahora 7 mujeres y 7 hombres), Estado de México (7 mujeres menos, ahora 20 mujeres y 20 hombres).

Grupo con menos mujeres diputadas fede-rales en 2015 respecto a 2012, generando pre-valencia de hombres= 4: Oaxaca (1 mujer me-nos, ahora 3 mujeres y 8 hombres), Puebla (2 mujeres menos, ahora 5 mujeres y 11 hom-bres), Sonora (4 mujeres menos, ahora 2 mu-jeres y 4 hombres) y Veracruz (1 mujer menos, ahora 7 mujeres y 14 hombres).

Otro dato a destacar es que de las 117 mujeres que ganaron en los distritos electorales, en 73 casos (62.39%) fueron postuladas en distritos en los que la fuerza política que las registró obtuvo mayoría de votos en 2012 (distritos “ganadores”), y en 44 casos (37.6%) las mujeres triunfaron, aunque los distritos en que compitieron no eran de mayor votación en

Adriana Favela, consejera electoral del InE e integrante de la Red de Mujeres en Plural.

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SUMAS y RESTAS

Marcela torres Peimber

La historia de cualquier mujer en la polí-tica será siempre una historia de lucha contra las resistencias obvias de una ma-yoría que se ha perpetuado en el poder a través de frases como “no estoy de acuerdo con las cuotas”, “no hay mujeres prepara-das para cubrir esas cuotas”.

Frases alimentadas por un círculo vicio-so: no hay mujeres capaces de enfrentar los retos de la política, por lo tanto no es nece-sario abrir espacios dentro de ésta para su participación.

¿Cómo nos afecta quedar fuera de los órganos de representación del Estado? John Stuart Mill decía que “la democracia, como se concibe por lo común y como se ha practicado hasta ahora, es el gobierno del pueblo entero por una simple mayoría, representado parcialmente; en una demo-cracia de veras representativa todas y cada una de las secciones deben estar represen-tadas no en forma desproporcionada, sino proporcionalmente”.

Mi historia con las resistenciasMi lugar en el Senado se debe, en principio, al cumplimiento de una condición básica de la democracia, la justa y equitativa participación e influencia en la representación

Marcela Torres Peimber, senadora de la República.

Y añadía: “Una mayoría de electores de-berá contar con la mayoría de los represen-tantes y una minoría de electores deberá tener siempre una minoría de representan-tes. Hombre por hombre, estarán represen-tados tan cabalmente como la mayoría. A menos que lo estén no habrá un gobierno equitativo, sino un régimen de desigualdad y privilegio; una porción del pueblo gober-nará al resto; habrá una parte a la cual se negará su justa y equitativa participación de influencia en la representación, en contra de todo gobierno justo, pero, sobre todo, en contra del principio de la democracia, la cual proclama a la igualdad como su misma raíz y fundamento”.

Mi lugar en el Senado se debe, en prin-cipio, al cumplimiento de una condición bá-sica de la democracia, la justa y equitativa participación e influencia en la representa-ción, como bien lo señala Stuart Mill. Antes no estábamos así representadas, hoy tampo-co, y aunque los avances son innegables, el camino es largo, necesitamos más instru-mentos normativos que protejan e incre-menten la participación ciudadana y nece-

sariamente debemos pelear día con día por su mejor instrumentación.

Gracias a que existe y se garantiza dentro de nuestro sistema electoral el principio de equidad de género, la Legislatura del Senado a la que pertenezco tiene un número histó-rico de escaños ocupados por mujeres.

Sólo las mujeres (unidas) tenemos la vi-sión y capacidad de representar nuestros intereses y luchar por ellos. En el caso del Congreso de la Unión y en particular de la Cámara de Senadores, puedo decir que son tres los casos de éxito que hemos concretado.

Pero no son estas reformas de lo que quiero contarles, son las historias detrás que quizás nos den una luz sobre las resis-tencias de los hombres, e inclu-so de las propias mujeres, a una verdadera democracia repre-sentativa, la cual otorgue, por razones de justicia, mayores espacios para nosotras que somos más de 50% de la población y nunca hemos tenido esa misma proporcionalidad en ninguna de las Cámaras del Congreso en los albores del siglo XXI.

Durante la aprobación de la Reforma Política, donde se modificó la estructura y funciones del IFE para trascender al INE y se realizaron otras muchas adecuaciones a nuestro sistema electoral, el negociador de la bancada del grupo parlamentario del

Partido Acción Nacional nos prometió a las mujeres contemplar la inclusión de una cláusula de equidad de género dentro de la reforma. Semanas después de inten-so trabajo, el momento de la aprobación del dictamen en el Pleno llegó. Tras revi-sar con lupa el dictamen de cientos de ho-jas me percaté de la ausencia de la cláusu-la prometida. Cuando confronté a mi compañero me mostró una frase al final del dictamen, en alguno de los montones de transitorios, que decía más o menos así: la ley secundaria establecerá las medidas tendientes a garantizar la paridad de gé-nero en las candidaturas.

En resumen, una vez más nos dejaban al último, en el régimen transitorio de la re-forma que remitía a la Ley General. Esta de-cisión dejaba a la paridad en las candidatu-ras sin relevancia constitucional. Ante esta situación, que me pareció alarmante, decidí hablar con algunos compañeros que estu-vieron en la discusión para hacerles saber mi descontento. La primera respuesta fue “para qué quieres esto en la Constitución”. La segunda: “lo vemos luego en las leyes se-cundarias”. Para los hombres nunca será tiempo de equidad.

Lo más triste fue cuando me acerqué a una compañera del grupo parlamentario del PRI para que me apoyara en mi pro-puesta de incluir en el cuerpo de la refor-ma la paridad de candidaturas. Su respues-ta me dejó perpleja; la entendería y es común entre los hombres, pero entre las mujeres este tipo de respuestas denotan claramente la normalización de la des-igualdad entre géneros: “Amiga, yo sé que el tema es importante, pero debemos le-gislar con la cabeza y no con el corazón, el tema no va en la Constitución”.

Estas constantes respuestas por parte de hombres y mujeres nos hacen dudar de no-sotras mismas y de las propuestas que plan-teamos, pero la realidad es que las mujeres en la política debemos sobreponernos a los no y buscar el modo de que transite un sí.

Tras estas respuestas desalentadoras bus-qué a mis otras compañeras del PRI, un gru-po de senadoras que se sientan en los esca-ños del centro sobre la misma fila donde me encuentro yo. Estaban platicando en bola y en bola se los conté: “Compañeras, no nos están cumpliendo el acuerdo de incluir el tema de la paridad en la Constitución”. Se quedaron viendo entre sí, hicieron un par de comentarios, les mostré el dictamen, se-ñalando cómo habían relegado el tema a un transitorio y a una ley secundaria, y nada.

Después fui con las compañeras del PRD para explicarles el tema. Les expuse lo mis-mo y encontré inmediato apoyo para que presentáramos una reserva para incluirla en el artículo 41 de la Constitución. Necesitá-

bamos de nuestras compañeras del PRI, pero fue cuando me di cuenta de que no había una sola senadora de aquel partido en el Salón de Sesiones.

Lo siguiente pasó rápido: las senadoras del PRI se habían quejado con su coordinador so-bre el tema y tras la inconformi-dad estaban dispuestos a in-cluirlo de última hora en el texto de la Constitución; al fi-nal se logró. Pero si nos confor-mamos con lo que nos ofrecen

no conseguiremos nada. No hablo de la con-fección de leyes solamente, también de su aplicación.

Nadie va a hacer el trabajo por nosotras, las mujeres tenemos como tarea, diaria e inacabada, conseguir más y mejores lugares en la política. Incidir a favor de nosotras es una labor que los hombres no harán y mu-cho menos defenderán. Cuando entenda-mos esto posiblemente levantemos la voz y busquemos no dejar las cosas como nos las plantean. M

gracias a que existe y se garantiza

dentro de nuestro sistema electoral el

principio de equidad de género,

la Legislatura del Senado a la que

pertenezco tiene un número histórico de escaños ocupados

por mujeres.

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qUERéTARO

MUJERES En PLURAL COnvOCA A hACER EFECTIvA LA PARIdAd

agustín Escobar ledesma

Después de recibir insultos, amenazas de muerte, una paliza que desconocidos le propinaron a su hijo y la huelga de hambre que encabezó en el Día In-ternacional de la Mujer de este año, Josefina Meza Espinosa logró que la paridad de género en Queré-taro se aplicara como lo marca la reforma a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y no como lo pretendían imponer algunos actores políticos locales machistas y misóginos.

Aunque la sintaxis del mensaje de la lona expues-ta en la Casa de la Corregidora el día de la huelga carece de rigor, el mensaje no dejaba lugar a dudas sobre la demanda en la equidad de género: “Exigi-mos al gobernador Calzada saque las manos del Tri-bunal Electoral de Qro. Deja que los magistrados sentencien conforme a derecho por la paridad y re-glas claras. Frente Político Nacional de Mujeres”.

Aquel día Dolores de la Torre Valdez, dirigente estatal del Organismo Nacional de Mujeres Priistas, y Micaela Rubio, secretaria general del Partido Ac-ción Nacional, declararon en un foro que no les interesaba solicitar la paridad horizontal porque no había mujeres capaces para esos casos.

Por supuesto que la posición de Meza Espinosa, militante priista y feminista a partir de 2008, era radicalmente opuesta desde su concepción como activista social y mujer, para quien el patriarcado ofensivo y agresivo ha muerto en ella, “porque yo misma lo he matado”, remata.

La también coordinadora del Frente Político Na-cional de Mujeres en Querétaro inició la lucha por la paridad de género un año antes, el 19 de mayo de 2014, día de su cumpleaños, cuando se enteró de que la Comisión de Puntos Constitucionales de la LVII Legislatura local aprobaría un dictamen que dejaba en desventaja a las mujeres en torno a la pa-ridad de género, debido a que en las fórmulas a los ayuntamientos quedaban en segundo plano.

La feminista y activista social señala que en rea-lidad quien debe dar la lucha a favor de las mujeres en Querétaro es Lourdes Alcántara, directora del Instituto Queretano de la Mujer (IQM), sin embar-go esto no ha ocurrido, tal vez porque es esposa de Jorge López Portillo, secretario de Gobierno de Querétaro y le ha pesado el descarado nepotismo.

Meza Espinosa señala que cuando ella sea la titular del IQM será “el momento de las mujeres, el tiempo de las mujeres en verdad, no desde el discurso oficial, sino desde los hechos”, y constata su futura inclusión en el gobierno panista de Francisco Domínguez Ser-vién con las fotografías en las que éste aparece firman-do el pacto de igualdad con el Frente Político Nacional de Mujeres, en el que se comprometió, durante su campaña, que la feminista será la directora del IQM.

Es innegable que la huelga de hambre por la pari-dad de género en Querétaro realizada por Meza Espi-nosa rindió frutos, puesto que la próxima integración del Congreso del estado contará con 13 diputadas (52%) y habrá ocho presidentas municipales (44%). Lejos quedó el último lugar que en participación po-lítica a nivel nacional ocupaban las queretanas. M

El costo de la paridad

Partidos firman compromiso para prevenir y erradicar la violencia política de género

Francisco domínguez Servién.

Gustavo Madero. César Camacho. Luis Castro.

Carlos navarrete.

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Dos fueron los grandes objetivos marcados en el documento “Compromisos por la Igualdad Sustantiva, la Paridad de Género y contra la Violencia Política hacia las mujeres” que la Red de Mujeres en Plural propuso firmar a los partidos políticos en mayo pasado.

El primero, llevar a los hechos una ley sur-gida de la modificación del artículo 41 consti-tucional, por el cual se reconocen los derechos políticos de las mujeres de todo el país, toda vez que la paridad exige su inclusión en la competencia a los cargos de elección popular, en condiciones de igualdad real, en cuando a apoyos, respeto, libertad y autonomía.

El segundo, dejar plasmadas y poner en práctica acciones para prevenir y erradicar la violencia política de género, es decir, aquella que se ejerce contra las mujeres cuando han tomado la decisión de contender electoral-mente o cuando han sido designadas o electas para desempeñar un cargo público.

El fin primordial de la Red de Mujeres en Plural fue recoger el compromiso firmado de los partidos, para lograr avances significativos e irreversibles en favor de la igualdad de géne-ro, por ello desde el primer trimestre del año tocaron las puertas de los institutos políticos y en mayo recogieron la carta firmada, durante los foros de análisis “Las Plataformas Electo-rales 2015”, celebrados en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral.

A solicitud de la Red, agrupación que tra-baja para fortalecer un movimiento en México que impulse el cumplimiento de los derechos políticos de las mujeres, cada par-tido político se comprometió a realizar las acciones necesarias para garantizar la pari-dad, alcanzar la igualdad sustantiva y tomar medidas para prevenir, atender y sancionar la violencia política hacia las mujeres mili-tantes y simpatizantes.

El documento subraya que con la inclusión del principio de paridad en la Constitución y en la legislación secundaria, derivado de la re-forma del 2014 al artículo 41 constitucional, y la reciente jurisprudencia emitida por el Tri-

bunal Electoral del Poder Judicial de la Fede-ración, se garantiza la igualdad sustantiva en-tre mujeres y hombres.

Reconoce que la paridad es un paso tras-cendental para la democracia en México, que implica llevar a cabo acciones que ge-neren los cambios, no sólo legales, sino cul-turales y sociales para disminuir las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres en la vida cotidiana, y con ello contribuir al de-sarrollo y crecimiento de una nación más justa, equitativa e igualitaria.

ya fIRmaROn, tOca cUmpLIREl listado de los compromisos que se adju-dicó cada partido firmante, se desglosa en cinco puntos:

El primero implica implementar meca-nismos para dar cumplimiento a la Consti-tución, las leyes electorales y la jurispruden-cia emitida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en materia de paridad de género, tanto para la renova-ción de los Congresos locales como para los cargos municipales.

En segundo lugar, se comprometen a im-pulsar con los demás partidos políticos la armonización de las reformas constitucio-

nales, legales y jurisprudenciales con las le-yes locales, haciendo imperativa la armoni-zación de la legislación electoral de las 32 entidades federativas, empezando por los 13 estados que celebrarán comicios en 2016.

El tercer punto los compromete a garanti-zar el respeto irrestricto a la dignidad e inves-tidura de las mujeres militantes, dirigentes y quienes sean elegidas o designadas para desempeñar cargos públicos, poniendo un alto al acoso, la intimidación, la discriminación, el desprecio, o cualquier forma de violencia po-lítica, toda vez que ésta constituye una franca violación a los principios de paridad, igualdad y no discriminación, por lo que se hace nece-saria su tipificación en los ordenamientos ju-rídicos en materia electoral.

Acelerar desde el Congreso de la Unión la aprobación de las reformas legislativas que ya se han presentado, orientadas a tipi-ficar como delito la violencia política contra las mujeres, es el cuarto punto.

Finalmente, el quinto punto les compro-mete a impulsar la reforma legislativa y los mecanismos que se requieran para garanti-zar la integración paritaria del Pleno de la Suprema Corte, las Salas del Tribunal Elec-toral del Poder Judicial de la Federación, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral y los Organismos públicos locales electorales, así como los gabinetes legales y ampliados tanto del poder Ejecutivo a nivel federal, como en las entidades federativas, los municipios y las delegaciones.

El documento propuesto por la Red Mu-jeres en Plural a los partidos, deja claro que la desigualdad de oportunidades vulnera la dignidad humana y que no se debe concul-car un derecho humano argumentando el respeto a los Sistemas Normativos Internos de los pueblos indígenas o la autonomía de los partidos políticos.

Advierte que la autodeterminación de los partidos encuentra como límite el ejercicio del derecho de las mujeres para acceder a un cargo de elección popular, por ello, los compromisos partidarios no pueden estar por encima de la Constitución. M

Se garantizará el respeto irrestricto a la dignidad e investidura de militantes, dirigentes y quienes sean elegidas para desempeñar cargos públicos

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