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    Anuario IEHS () , -

    DE LAS REVUELTAS COMUNERAS A LAS LIGAS AGRARIAS

    UN BALANCE HISTORIOGRFICO Y DOCUMENTALSOBRE EL ROL DEL CURA RURAL SECULAR EN PARAGUAY

    FROM THE COMUNEROS REBELLION TO THE AGRARIAN LEAGUES. AN HISTORIOGRAPHICAL

    AND DOCUMENTARY BALANCE ON THE ROLE OF RURAL PARISH PRIEST IN PARAGUAY

    Ignacio Teleca

    H ace cai cincuenta ao, Frederic Hick public u clebre texto Politic, Powerand the Role of the Village Priet in Paraguay. En l ubrayaba el rol intermedia-dor que poea el acerdote en una comunidad rural paraguaya (Hick haba etudiadoel cao del partido de Capiat, ubicado a veinte kilmetro de Auncin). Aclaraba,

    Univeridad Nacional de Formoa / CONICET. Direccin: Av. Gutniky , Formoa. Email:[email protected].

    Resumen

    En un reciente artculo, Liliana Brezzo y Mara Laura Salina llaman la atencinobre la trayectoria aincrnica de la hitoriografa ecleial paraguaya, enrelacin con lo pae vecino. Reafirmando eta propoicin, nuetra intencine tomar como centro de ete trabajo lo ecrito obre el rol del cura rural enla dicei del Paraguay en relacin con la contruccin de identidad y conel mimo Etado, colonial y republicano. Al mimo tiempo, preciamentepor lo ecaamente trabajado que et el tema, queremo motrar tambinla fuente y lo poible derrotero que puedan llegar a recorrere.Si bien el perodo propueto e amplio, dede principio del iglo hata ladcada de , no concentraremo fundamentalmente en lo iglo y .

    Abstract

    In a recent article, Liliana Brezzo and Maria Laura Salina call attention tothe aynchronou path of Paraguayan Church hitoriography, in relationto neighboring countrie. Reaffirming thi propoition, we intend to focuon the role of country priet in the diocee of Paraguay a it relate to thecontruction of identity and the State, both colonial and republican. At theame time, preciely becaue thi iue i o carcely developed, it intend aloto lit ource and poible path that can be reearched. While the propoedperiod i wide, from the early eighteenth century to the of the twentiethcentury, we will focu primarily on the eighteenth and nineteenth centurie.

    Palabras clave

    Paraguay,Clero,

    Hisoriografa

    Recibido

    --Aceptado

    --

    Key words

    Paraguay,Clergy,

    Hitoriography

    Received

    --Accepted

    --

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    in embargo, que ete importante rol no le vena dado porque la Igleia tuviee ciertopredicamento en la ociedad, ni poltica ni econmicamente, ino que e derivaba dela mima etructura ocio-poltica de la comunidad.

    Una comunidad dividida por bandera poltica neceitaba que uno de u pro-minente integrante aumiera un rol neutral para que fuee intermediario en unavariedad de ituacione. De ah u poder.

    M all de lo acotado del trabajo de Hick, retringido lo a una comunidad, eltexto llama la atencin obre el punto de anlii para comprender el rol del cura rural:no e la etructura ecleitica, ino la etructura poltica y ocial de la comunidadrural paraguaya la que le otorga u lugar.

    Sin embargo, no e debe perder de vita que, al mimo tiempo que Hick realizabau trabajo de campo (intermitentemente entre abril y agoto de ), en otra re-

    gione del pa haban comenzado a organizare la Liga Agraria Critiana con unapreencia importante de acerdote y religioa (cf. Teleca ).Eto miembro de la etructura ecleial, legitimado por lo nuevo cambio que

    vena trayendo el Concilio Vaticano II y que luego eran refrendado por el encuentrode obipo latinoamericano en Medelln, ya no cumplan una funcin de intermedia-cin, ino que acompaaban (en alguno cao generaban) un movimiento campeinoen abierta opoicin a la dictadura de Alfredo Stroener (en el poder dede hata), lo que le vali, en la mayora de lo cao, el exilio (frecuentemente con previopao por el Departamento de Invetigacione, centro de detencione y tortura por

    parte del tronimo).A pear de la aparente opoicin en u actuacin, el acompaamiento de lo curaa la Liga Agraria Critiana tampoco e baaba en una preencia poltica fuerte de laetructura ecleial a nivel nacional. De hecho, la Conferencia Epicopal Paraguaya eta-ba dividida y, tra el encuentro de Ypacarai (Paraguay) en , donde la idea obrela intra-etatalidad de la Igleia del telogo Methol Ferr cobraron vigencia, opt porno apoyar el movimiento campeino (cf. Equipo ExPa ).

    Sin adentrarno en lo prolegmeno del iglo paraguayo, no intere recuperarete texto de Hick porque no permite penar el rol del cura rural no partiendo de

    la etructura ecleial, ino dede la realidad ocial que lo empoderaba. Eto no llevaa preguntarno, teniendo en cuenta la debilidad hitrica de la Igleia en Paraguay, ipodramo llevar ete planteo hacia atr, a la poca colonial.

    Fue Jo Lui Mora Mrida el primero en adentrare en el clero del iglo con elclaro fin de comprender la mentalidad del clero paraguayo que va a enfrentare conla crii que ignific la independencia (Mora Mrida , p. ).

    La poblacin rural en Paraguay era del , en , del , en y de un , en .

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    Secularmente, la provincia del Paraguay, debido fundamentalmente a u pobreza, yla repectiva ecaez de lo beneficio ecleitico, careca de lo uficiente cura paracubrir la neceidade epirituale de la poblacin. De hecho, en lo do primero iglo

    de exitencia de la provincia paraguaya, la ede epicopal lo etuvo ocupada portreinta ao; el reto, en ede vacante. En el iglo , in llegar a ee lmite extremo,tambin hubo grande perodo in obipo.

    Eto ignific, ciertamente, que el cabildo catedralicio ocupara un rol central enla adminitracin dioceana: clero ecao y emparentado con la familia de la eliteauncena. Rafael Eladio Velzquez () public libro de acta de dicho cabildo, tantodel iglo como del , en la que queda de manifieto que u preocupacin minmediata eran lo problema econmico.

    Al mimo tiempo, eta ituacin oblig a la poblacin a aumir cierto role de una

    manera cuai permanente. El obipo Fautino de Caa, quien lleg al Paraguay en y permaneci hata u fallecimiento diez ao m tarde, e quejaba de que lo bauti-mo eran celebrado por mujere y varone, eculare e incapace, en u chacra o enla caa de la ciudad (lo que implicaba no beneficiare del cobro por el acramento).

    Cuando falleci el obipo Caa, lo ucedi el paraguayo Jo Bernardino Servncomo provior y vicario general (hata , ao en que falleci). Fue el primero enrecibire de doctor en la Univeridad de Crdoba y etaba familiarmente relacionadocon la elite m importante de la provincia.

    De igual manera, el iguiente obipo en aumir la ede fue el francicano Fray Jo

    de Palo en , primero como coadjutor y al ao iguiente como titular (-),tra treinta y ocho ao de ede vacante.La ituacin del Paraguay, cuando el obipo Palo aumi la dicei, era de crii y con-

    vulin. La primera fae de lo que luego e denomin revueltas comunerasetaba en upunto m lgido. Fuerza del gobernador de Bueno Aire etaban acantonada en la mi-ione jeutica para obligar a Jo de Antequera y Catro dejar el gobierno del Paraguay.

    Igualmente, a u arribo el obipo Palo tuvo tiempo para viitar y redactar un in-forme obre la vida, cotumbre y edad de lo prebendado, cura y dem ecleiti-co. Lita acerdote, excluyendo a lo regulare, tanto de la ciudad (en Auncin

    exitan convento de francicano, jeuita, mercedario y dominico) como de lamiione de indio (Teleca , pp. -).De eo acerdote, etaban ocupando funcione, ya ea en el cabildo, ya ea

    en la parroquia de la ciudad (tre en total; una, la de San Bla, dedicada a lo afro-decendiente y naturale), o en lo valle de derredor (Capiat, Tapu, Carapegu yVilleta). Otro , en pueblo de indio (Ipan, Guarambar, Yaguarn, Alto, Tobat yAtyra), y tre m, en villa alejada (Piribebuy, Villa Rica y Curuguaty). En total, a-cerdote. Lo retante veinte cura no tenan parroquia o pueblo de indio aignado.

    Su padre haba ido maetre de campo, procurador; y u hermano, miembro del cabildo y encomen-dero. El padre Servn poea tambin campo en lo alrededore de la ciudad.

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    Vario eran ya mayore, otro etaban involucrado en (o ufrieron la conecuenciade) la revuelta que e venan ucediendo y del reto no e menciona ocupacin.

    Si bien no tenemo dato demogrfico para eto ao, la fuente e refieren a

    . familia atendida por eto prroco. te e el argumento que e utiliza en ladiputa obre el tema de lo derecho a cobrar por entierro. Para la poblacin deeta villa y pueblo acenda a la . perona en . familia (cf. Teleca ).

    De la lita e extraen igualmente dato poco coniderado y digno de profundizar,como, por ejemplo, el hecho de que exitan ei acerdote que haban ido expula-do de la Compaa de Je; vario de ello ocupaban pueto importante (den y ar-cediano, por ejemplo). An no e ha invetigado obre eto ex jeuita que dejaron laorden para incorporare al clero local. Otro dato intereante e la cantidad de doctorey maetro que haba entre lo acerdote, trece en total; doce de ello paaron por la

    Univeridad de Crdoba, que en eo momento etaba a cargo de lo jeuita. El temade la relacin con el mbito jeutico e importante, ya que iempre exiti una rela-cin tena (y violenta en ocaione) entre la Compaa de Je y la ociedad auncena,incluida la comunidad ecleitica, aunque no e ha etudiado el rol de eto ex jeuitao de lo que paaron por la aula de la Compaa. Igualmente, no queda claro dndee form el reto de lo clrigo que no etudiaron en Crdoba ni fueron jeuita. EnAuncin no haba eminario; eguramente habran realizado curo en alguno de loconvento que en la capital exitan. Tampoco abemo de dnde on originario cadauno de ello; el informe no lo hace notar.

    Llama la atencin la cantidad de clrigo in miin fija, cai la mitad. Cada unotiene u propia caractertica, alguno ya on mayore, otro noble, decendientede conquitadore, por lo que e upone que viviran de la herencia familiare o dealguna capellana; etn lo jvene y dcolo, lo apartado por Antequera y hata elcao del padre Mongelo, hijo ilegtimo, de madre afrodecendiente, de carcter alti-vo (e el nico acerdote del que e refiere u origen tnico).

    Entre lo tema que el nuevo obipo tuvo que reolver con la autoridade, egn edeprende del informe, e encontraba el de la capellana, la cuale, egn u parecer,etaban en deorden y carecan de la debida aprobacin ecleitica. E perentoria una

    invetigacin obre ete tema; de eta manera, podramo comprender m acabada-mente eta relacione dentro de la elite y imultneamente entender a qu e dedica-ban y de qu vivan el reto de lo acerdote que no tenan un pueto fijo.

    Un tema tambin relacionado con la ociedad era el de la dipena de lo cao delo que no pagaban diezmo ni primicia, que e incluan entre lo cao reervado, a lapar de la odoma, el betialimo e el inceto.

    Finalmente, el tem que conumi m tinta fue el referente a lo arancele de entie-rro, que lo cura queran elevar, ditinguiendo ditinta clae de entierro. El tema de in-crementar la recaudacin de dinero era una cuetin recurrente a lo largo de lo iglo.

    El obipo que ucede a Palo, Jo Cayetano Paravicino (-), tambin franci-cano, refirindoe a lo curato de Carapegu y Piribebuy, expreaba en que on

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    pobre a cual m, porque no tienen m emolumento que lo entierro y velacione,que adem de er corto lo derecho, como on tan pobre, on lo m de limona;pobreza que tambin e reflejaba en la igleia que apena i tenan un alba y ea de

    lienza de por ac conclua el obipo (Teleca , pp. -).Repecto a la capellana, el nuevo obipo dice haber cerrado la puerta por ermucha la ya la exitente; y eala un apecto importante a tener en cuenta: comen-ta que el obipo Palo haba ordenado clrigo a ttulo de Lengua.

    No debemo olvidar que el Paraguay era monolinge guaran, por lo que ordenar attulo de Lengua no iba detinado a la comunidade indgena, ino al mimo campe-inado; como lo exprea Paravicino, la cotumbre en el vivir y hablar el idioma, tantode lo epaole nacido aqu como lo negro y mulato (de que hay mucho) e el delo indio (Teleca , p. ). El nmero de acerdote ordenado bajo ete ttulo

    parece haber ido alto: el obipo menciona la exitencia de clrigo, de lo cualelo etaban ordenado a ttulo de patrimonio o capellana.Sin analizar detenidamente cada uno de lo informe de lo retante obipo, po-

    demo percibir en ello que, a medida que el iglo e dearrollaba, y de la mano de lareforma borbnica, la ituacin del clero regular y la atencin de la parroquia eiba regularizando.

    Para exiten curato y tenientazgo (incluyendo a lo pueblo de indio) yen el obipo informa que todo eta igleia etn cubierta y de buena manera,aunque la queja obre la cortedad de la renta e mantendr contante: Ete nmero

    de prroco y vice-prroco e uficiente para adminitrar lo anto acramento a lopueblo, aunque con umo trabajo y mucha falta en la debida puntualidad, por lo queneceitan y e valen de otro acerdote (Teleca , p. ).

    La actividade de lo minitro, adem de la acramental, e la de enear a lonio y a cuanto neceitan de eta intruccin, lo rudimento de la fe, obediencia aDio, y a lo padre, explicando la doctrina critiana; aclaraba el obipo que de etaocupacin e aca algn fruto.

    Ciertamente i e pone en dilogo lo que e manifieta en el informe de obre elclero con lo que e exprea obre la poblacin, queda la imprein de una contradiccin.

    Por un lado, el obipo llama la atencin obre la religioidad de la gente que la lle-va a practicar, aunque con inceridad, acto de idolatra al realizar celebracione, aletilo de mia, para uplir la carencia acerdotal. Por otro lado, cuando e refiere a lacotumbre del pueblo la califica como de la m relajada que he conocido: noe antifican la fieta (en el m deplorable abandono), ni tampoco e cumpla laconfein y la comunin anual. A eto e uma en u caracterizacin que la paga delo diezmo era mirada con mucho deprecio. El tpico que realta y e explaya e elde la incontinencia generalizada, de varone y mujere, oltero y caado, y mucha

    Manuel Antonio de la Torre (-), Fray Lui de Velaco y Maeda (-), Nicol Videla delPino (-).

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    catlica con indio: en una palabra, la virtud de la catidad e ve atropellada con elmayor decaro y e ve cai enteramente arruinada la honetidad (Teleca , p. ;obre ete tema, ver Potthat ).

    Un punto importante de eto ao e la creacin del Real Colegio Seminario deSan Carlo en . Aunque el obipo recelaba de l porque no tena la potetad obreel mimo, ino el gobernador. Al margen de la diputa, contante a lo largo de lahitoria, para ya haba alumno, de ello becado, que curaban la do pri-mera ctedra que e dictaban, la de gramtica y la de filoofa; luego vendran la dela teologa y cnone.

    Si bien hay trabajo generale que abordan el etudio de ete Real Colegio Semina-rio, an no contamo con una invetigacin que e enfoque en lo etudiante y utrayectoria (al igual que en la de lo profeore), alvo el cao de Carlo Antonio Lpez

    (preidente entre y ), como antiguo alumno, o el del Dr. Francia (gobernanteentre y ), como ex docente.Otro apecto a detacar, en ete perodo de fine del iglo , e la preencia de

    ecleitico extranjero que concuran para lo cargo catedralicio. Tra la expulinde lo jeuita en , la creacin del Virreinato en y epecialmente el Reglamen-to de Libre Comercio de , la Provincia del Paraguay experiment un importan-te crecimiento econmico, fundamentalmente con el comercio de la yerba mate (cf.Whigham , Caballero Campo ). A eto e uma la importante migracin deindgena miionero (de la ex miione jeutica) a la campaa de derredor de la

    villa, crendoe al mimo tiempo diponibilidad de mano de obra, como nuevo pa-gadore de diezmo. De igual manera, el territorio a er explotado dede Auncin eampli coniderablemente con la expulin de la Compaa de Je, tomando poe-in (a trav de fundacin de villa) del epacio dejado por la orden (cf. Teleca ).

    En Paraguay el clero ecular de fine de la colonia poea caractertica diferenteal de principio de iglo : mayor en nmero, m heterogneo en u compoicin,con un centro de formacin local y la poibilidad de que indgena o u decendientepudieran incluo formar parte de ete cuerpo.

    E pertinente planteare i eto cambio ignificaron una percepcin diferente,

    tanto dede la autoridade, dede lo acerdote, como dede la poblacin, obre elrol que le cupo jugar. La repueta e preenta de difcil conecucin, pueto que loavance bibliogrfico on muy ecao y la documentacin debera abordare (en mu-cho cao por primera vez) con un punto de vita diferente. Impoible ver lo cambiocuando poco abemo de u actuacin previa.

    Epeculamo que, al ampliare el nmero de lo acerdote en actividad (con ungran crecimiento poblacional) y la incorporacin de acerdote externo a la provinciaen lo cargo capitulare (la rencilla entre locale y extranjero ern contante de

    Si para el , de la poblacin del Paraguay viva en la miione jeutica, veinte ao m tardeete porcentaje e redujo al , . Por otro lado, la poblacin no indgena pa en ee mimo perodode . perona a ., e duplic, no con migracin externa, ino con la de la mima miione.

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    acuerdo a la documentacin), entre otro factore, la etrecha relacin entre el cuerpoecleial y la elite local e habra diluido (como tambin la mima elite e fue haciendom heterognea y diverificada). Si para el obipo contaba con un puado de cu-

    ra, apena en actividad, para toda u dicei, en meno de un iglo ete nmero ehaba triplicado. Si ignific eto una mejor atencin epiritual de la poblacin quedarpara futura invetigacione (tra etablecer poible marco comparativo y reolverqu eperaba la intitucin y la poblacin obre el ignificado de atencin epiritual).Si tomamo como punto de referencia lo nacimiento fuera del vnculo matrimonial,e podra concluir que la autoridad / peo moral de la Igleia paraguaya fue m bien e-cao en ete punto (Potthat analiza eta ituacin dede el iglo hata el ).

    La hitoria ecleitica del Paraguay iempre etuvo m ligada a la hitoria de lardene religioa, jeuita y francicano fundamentalmente, y an aguarda un dea-

    rrollo imilar repecto del clero ecular (cf. Brezzo y Salina , p. ).Polticamente, no parece que la autoridade ecleitica hayan tenido mayor peoen la deciione generale; y en el proceo de independencia no e detacaron por unaparticipacin activa, ino m bien acompaante. Como miembro de la elite, partici-paban de lo cabildo y la junta convocada por el gobierno, ya ea ante o depude la independencia en . Uno de u miembro form parte de la primera JuntaGubernativa, aunque fue el primero en dejarla (o en er echado) in mayore cone-cuencia.

    Si uno compara eta ituacin con la participacin del clero durante la revuelta

    comunera (-, -) e nota una diferencia en u grado de involucramien-to. En la revuelta de principio de iglo , encontramo cura que participan enambo bando, alineado con u repectiva familia.

    El nico cao documentado que ecapa a la tnica e el trabajado por Jerry Cooney() repecto del cura del pueblo de indio de Guarambar que afirmaba en unahomila, en , la llegada de un rey inca. El gobierno tom la medida necearia y elcura fue enviado a Auncin, preo. Igualmente, el cao no deja de tener u inter, porel ao y por la referencia a Tupac Amaru, en un pueblo alejado del Paraguay.

    Sin embargo, en ete proceo de convocatoria a congreo (, , , ), e

    puede apreciar cmo la autoridade civile impedan la participacin ecleitica (enlo do ltimo congreo), quiz como etrategia del Dr. Francia para evitar el influjodel cura obre la poblacin. Eta hiptei no llevara a dejar de lado el apecto morala la hora de valorar la relacin clero-feligrea.

    El Dr. Jo Gapar Rodrguez de Francia aumi el poder en forma individual en ,como Dictador temporal y, do ao m tarde, como Dictador perpetuo, pueto que

    dejar con u muerte, acaecida en . Anteriormente haba participado de la Junta Gubernativa, -, y del Conulado, -.

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    La relacin Etado-Igleia ha ido trabajada en forma general por Carlo AntonioHeyn Schupp (, , ) y por Chartrain (); obre cierto apecto particula-re, Jerry Cooney (, , ) y John Hoyt William ().

    El Dr. Francia, ante lo intento porteo de ometimiento y de la elite comercial pa-raguaya para derrocarlo, plante el ailamiento geogrfico y comercial de Paraguay. Suintencin fue controlar todo lo epacio de ociabilidad de la elite local, por lo cual fuecerrando lo centro de formacin exitente: lo convento, por un lado, (), y el Co-legio Seminario (), por otro lado; e incluo el Cabildo Ecleitico (). Eto implicque mucho religioo fueen ecularizado, aunque otro fueron expulado, y deapa-reci la poibilidad de formar nuevo acerdote, por lo que, en , de la parroquiaexitente lo etaban cubierta, generalmente por acerdote mayore y enfermo.

    No e puede afirmar que el Dr. Francia haya tenido una actitud antiecleial: m bien

    precindi de la Igleia. La mima fundamentacin que utiliz para uprimir lo conventoreligioo, ni neceario ni tile, podra haberla aplicado a la intitucin en u conjunto.El obipo, por u parte, el francicano extremeo Pedro Garca de Pan (ejerci

    como obipo entre y ), entr en una gran deprein hacia y dej deordenar acerdote y de inferir el acramento de la confirmacin. En eta ocain, el Dr.Francia alent el nombramiento de un Vicario. La relacione con el Vaticano, a pearde lo intento de la Nunciatura en Ro de Janeiro, fueron interrumpida.

    Si hubo un momento en la hitoria del Paraguay en que la intitucin ecleial perditodo poder y fuerza, fue preciamente entre y .

    La ituacin cambi con el nuevo gobierno que aumi tra la muerte del Dr. Fran-cia. En marzo de , un nuevo conulado por tre ao e dedic a etablecer relacio-ne con el reto de lo pae y tambin con Roma, procurando que la independenciadel Paraguay fuee reconocida;.

    El gobierno propuo un uceor para el obipo fallecido y en la carta al repecto eexprea ya un cambio de parecer repecto a la Igleia y al clero:

    felizmente renacen eperanza de que el clero de ete obipado podr en bre-ve er reemplazado por hijo de ete uelo que e m ventajoo, porque lo loque poeen el idioma guaran, propio del pa, podrn ocorrer ltimamente la re-duccione de indio y la doctrina etablecida a beneficio de innumerable pue-

    blo catequizado. (Heyn Shchupp , p. ; cf. tambin Teleca b).

    Aunque el detino de eo acerdote pareciera er la doctrina de indio, el gobier-no no crear ninguna y en uprimir lo pueblo de indio. Detr de eta expre-in, e debe entender la idea de crear una igleia nacional. Al mimo tiempo, e abri,a fine de , una Academia Literaria no Seminario para formar a la juventud yepecialmente a lo apirante al acerdocio.

    Si para el Dr. Francia la Igleia era una intitucin que deba etar ometida a u au-toridad, para el nuevo gobierno conular, y luego en la preidencia de Carlo Antonio

    Ya en haba ordenado upender toda relacin con lo uperiore y prelado del extranjero.

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    Lpez (-), la Igleia etuvo llamada, adem, a convertire en uno de lo funda-mento obre lo que e edificar la nacin paraguaya. En e aprueba una nuevacontitucin en la cual e reafirma el derecho de patronato.

    El clero e convertir para el nuevo gobierno en u principal minitro, y ante quenada hubo que reformarlo. A eo apuntan la primera carta patorale de lo vica-rio. Pedro Jo Moreno advierte a u acerdote

    enible me e, repito, que cuando deban, a imitacin de lo aptole, predicar e in-fundirle lo agrado dogma de nuetra religin, m con el ejemplo que con lapalabra, e revuelcan aqueroo en el cieno de la dehonetidad y del ecndalo, en-tregado a todo gnero de vicio. Ah hermano! No e un cima latimoo que lominitro del altar hayan de er lo mayore infractore de lo precepto de la ley cri-tiana? (Teleca b, pp. -; la carta patoral e del de marzo de ).

    Que la carta patorale de lo primero vicario e dirijan al clero en primer lugar,ante que al pueblo en general, eala el inter por parte de lo cnule de contarcon minitro digno, no lo por lo que repecta al apecto religioo, ino que, comoagente del Etado, deban cumplir u rol cabalmente. Un acerdote inmero en dipu-ta por juego, bebida o pollera no poda er un buen intrumento en la contruc-cin de la nacionalidad paraguaya. El texto de Moreno citado e muy directo y tajanteante eta actitude y no hubiee contado con el beneplcito del gobierno i no fueratambin u inter (la carta patoral contiene el pae de lo cnule Carlo AntonioLpez y Mariano Roque Alono).

    La initencia con la que lo cnule manifietan al papa la importancia de que lopatore y acerdote hablen guaran debe entendere tambin en ete entido. La na-cionalidad, la repblica, el nuevo Etado deba er explicado y comunicado en la lenguade la gente y de manera que la gente lo comprenda, lo aimile e internalice.

    No era ciertamente un rol muy dimil al cumplido por el clero durante la pocacolonial, pero en lo tiempo de la Repblica, al decir de Michael Huner, lo mandatode derecho divino e fuionan con la oberana popular y e contituyen en la baeideolgica del poder poltico (, p. III).

    Haba un inter concreto y viible de parte de la autoridade para darle a la re-ligin un itial importante dentro del aparato etatal, por lo que puieron toda laherramienta a u alcance para recontruir la intitucin ecleial.

    Uno de eto mecanimo era el diezmo. El Dr. Francia lo haba uprimido en ,aduciendo que el diezmo ecleitico a m de er gravoo, tampoco e neceario,batando la autoridad del Etado para imponer la contribucione indipenable yconveniente a otener la carga pblica.

    Sin embargo, lo cnule decretaron el de noviembre de :

    Artculo . Se retablece en todo u vigor la ley de diezmo detinndoe excluivamente al ramode hacienda nacional para beneficio del culto de Dio y otn de lo empleado ecleitico.

    . Cuando lo fondo del diezmo lo permitan e dotarn lo cura prroco de la capital y cam-

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    paa, bien como a lo teniente de cura donde lo hubiere con uficiente renta anual, y queda-rn abolido lo derecho parroquiale en forma que etimae conveniente el Supremo Gobierno.

    A partir de entonce, el Etado e vera beneficiado con la colecta de ete impueto

    que e cobraba a la coecha de verano, de invierno y al ganado. Sin lugar a duda,olvent todo lo gato ecleitico, alario para lo acerdote, viaje, vetimenta,contruccione edilicia, entre otro; pero corra por parte del Etado la reponabili-dad y no m por la Igleia.

    Si bien la Igleia recibir lo fruto de eta colecta etatal del diezmo, era el Etado elque decidira en qu invertir dicho dinero, dnde contruir una igleia o cmo hacerlo.No contamo con etudio detallado para aber i el Gobierno recaud m de loque gat, pero abemo que la Igleia e vio fortalecida, lo que ignific una mayordifuin de la idea de nacin y de repblica.

    El Etado fue armando y reconfigurando el aparato ecleitico. Se nombr vicario,e preentaron obipo a Roma, e cre la Academia Literaria para la formacin de lonuevo acerdote y e reorganiz la economa ecleitica.

    No e puede paar por alto, ciertamente, que el primer nominado para ocupar elobipado de la Igleia paraguaya haya ido preciamente Bailio Lpez, hermano mayorde Carlo Antonio. Sin duda, entre lo clrigo exitente en el obipado, Bailio erauno de lo m recatable, pero no el nico, claro et. Toda la documentacin mue-tra que Bailio Lpez etaba ubordinado a la rdene de u hermano.

    tem como el del diezmo, el nombramiento de un obipo y u auxiliar, y el hecho de

    que ambo ean paraguayo, on de una importancia notable. Por primera vez, habaun obipo nacido en el pa, conocido por todo, hablante del guaran y, para mayorpeo, hermano del preidente. La poblacin lo habr percibido como un epaldarazo au epritu nacional y eo e tambin lo que neceitaba el Etado.

    La parte edilicia era central en la poltica del nuevo gobierno. En comenz larecontruccin de la Igleia Catedral. Si el Etado quera que la Igleia fuee un vehculode la nacionalidad, la arquitectura, el epacio del culto, no poda dejare in cuidado.No lo ah e reverenciaba a Dio, ino que tambin, en el penamiento de lo gober-nante, e contruan el Etado y la nacin.

    En ete marco debe entendere la poltica edilicia de Carlo Antonio Lpez. A laCatedral, igui la igleia de San Roque y la de Trinidad. Luego la del interior del pa.En lo edificio de la Catedral y Trinidad, como en vario del interior del Paraguay, e

    puede apreciar el ecudo nacional en la mima fachada. Se encuentran, e topan en unmimo edificio, detinado a dar culto a Dio, pero tambin a rezar por la Repblica, poru gobernante, por u ciudadano. Nada era dejado al azar por Carlo Antonio Lpez.

    Repecto al clero, para e haban ordenado cuarenta acerdote paraguayo. Suformacin ecleitica era ecaa, pero para lo fine que la Repblica lo neceitaba ba-taba con lo elemental para celebrar lo acramento. Tan importante como u devocin

    era u compromio por la Repblica. De hecho, deban realizar el juramento de otenery mantener la independencia y la integridad de la Repblica, an a cota de nuetra

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    propia vida y obre la fidelidad y obediencia debido a nuetro Superior Gobierno y atoda la autoridade contituida, aclaraba Bailio Lpez (Teleca b, p. ).

    A diferencia de lo tiempo del Dr. Francia, la Igleia durante el gobierno de Carlo

    Antonio Lpez e preentaba vigoroa, con la parroquia ya cubierta con jvene a-cerdote, aunque ecaamente formado, predicando a la par el amor a Dio, a la patriay a u gobernante. En un momento en que el Etado neceitaba contruir la nacin, evali te de lo recuro religioo para ubumir a la poblacin en un epritu nacional.

    En falleci Carlo Antonio Lpez y fue ucedido por u hijo Francico Solano,de ao de edad. te repreentaba a una generacin formada ya en la nuevaidea republicana intaurada por u padre; el nuevo obipo Manuel Antonio Palaciotendra ao y la gran mayora de acerdote pertenecan a ee mimo grupo etario.Religin y nacin ya etaban conutanciada, al punto que Francico Solano Lpez

    public en la Instruccin sobre las obligaciones ms principales de un verdaderociudadano, que no era otra coa que la reimprein del Catecimo de San Alberto, pu-blicado por el obipo de Crdoba fray Jo Antonio de San Alberto Campo, en (Durn Etrag ).

    La guerra del Paraguay contra la Triple Alianza (-) dejar ete proyectotrunco: la mayora de lo acerdote fallecieron en ella (Gaona ).

    La relacin que e fue forjando entre el Etado y la Igleia durante eta dcadaayud, in lugar a duda, a que la poblacin e viera m inmera en un epritu na-cional y a que percibieran la guerra que e levantaba como una cruzada que deba er

    luchada tambin por la religin. Como lo dejaba claro el peridico de trinchera Caci-que Lambaren , quien mora por la patria iba al cielo, quien la traicionaba iba alinfierno. O como dira el mimo obipo Palacio en u carta patoral del de febrerode : alvar a la Patria o ucumbir con ella (Huner , p. ).

    Al momento de la guerra, exitan acerdote, de lo cuale obrevivieron .Tra la guerra, la ituacin cambi completamente en cuanto al rol de la Igleia y delclero, y la vacancia acerdotale fueron cubierta por cura extranjero, que no hala-ban guaran y fueron echado por lo general de u dicei por borracho y jugadore(Teleca ).

    Comenzbamo el texto con la cita de Hick y no plantebamo i era poible exten-der u hallazgo (de comprender el rol de cura rural no tanto por u poicin comorepreentante de la Igleia, ino por el poder dado por la realidad ocial en que viva)hacia atr en el tiempo.

    Tra una rpida reviin bibliogrfica, la cual e decubri ecaa y centrada en loapecto intitucionale y en la relacin Igleia - Etado confirmando, de eta manera,

    lo expreado por Brezzo y Salina (), y tra una apretada ntei documental enlo que hace al rol del cura rural, podemo concluir con Barbara Potthat que, m all

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    de la miione, la incidencia de la Igleia nunca haba ido ignificativa en el Paraguay(Potthat , p. ).

    Ante la ecaez de diezmo debida a la pobreza del Paraguay, una buena parte del cle-

    ro no etaba relacionada con la parroquia o un pueblo de indio, ino que llevaba u vidaal margen de la intitucin, concentrado en otra tarea econmica de ndole familiar.Tra la expulin de lo jeuita, eta ituacin comenz a cambiar: por un lado, por

    el crecimiento de la poblacin rural proveniente de la miione jeutica (m del de lo indgena miionero, que repreentaba m del de la poblacin total de laprovincia, abandon la miione para entremezclare con el campeinado); por otrolado, por el crecimiento econmico que experiment el Paraguay tra la intalacinde la Real Renta de Tabaco en (por primera vez comenz a circular moneda me-tlica), haciendo m deeable la dignidade ecleitica como lo curato rurale.

    Roberto Di Stfano, analizando el cao del Ro de la Plata, afirma que en ciertoentido la Igleia fue dada a luz depu de la revolucin (Di Stfano , p. ). Enlo que repecta a la nueva repblica del Paraguay, bajo el gobierno del Dr. Francia eexperimenta un proceo de cuai extincin de la Igleia: cerr te lo convento, elSeminario y el Cabildo ecleitico; no e ordenaron m acerdote ni llegaban delextranjero, por lo que la Igleia e iba degranando.

    Carlo Antonio Lpez la recogi ante de u extincin y la puo al ervicio de lacontruccin de la nacin, como un miniterio m, iendo lo acerdote lo propaga-dore de eta nueva idea de nacionalidad. La Igleia era la nica intitucin vigente de

    alcance geogrfico nacional con la uficiente legitimidad para er ecuchada. La aper-tura de un centro de formacin, reimplantacin del diezmo, una poltica agreiva decontruccin de nuevo templo, el pago de alario de lo cura por parte del Etadoy el patronato en u m pleno vigor hicieron de la Igleia una intitucin dependientedel control etatal: la Igleia al ervicio de la contruccin del Etado-Nacin. El curarural, entonce, lograba u lugar predominante en la comunidad no debido a la in-titucin ecleial, ino al rol que cumpla en ervicio del Etado. La guerra de la TripleAlianza trunc ete proyecto de contruccin de una Igleia nacional y la mayora deu jvene acerdote perecieron en ella. Un nuevo modelo de Etado urgira tra la

    contienda: la intitucin ecleial ya no jugara ningn rol en l.

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