De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

36

Transcript of De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Page 1: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.
Page 2: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

De modo imparable, un

año más y con lo que ha caído, hemos

llegado al umbral de la

Santa Semana.

Page 3: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

No es más de lo mismo, porque jamás pasa en balde la vida cuando sigue pasando por delante

de nuestra casa.

Page 4: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Tramo a tramo, nos hemos ido

aproximando al escenario

en donde Otro pagó nuestra

cuenta debitada.

Page 5: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Nos ponemos también nosotros en esa muchedumbre agolpada en aquel día en torno a la

fiesta judía.

Page 6: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Ellos y nosotros tenemos, siempre, unas oscuridades que piden ser iluminadas, unas

muertes que esperan ser resucitadas.

Page 7: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Nosotros estábamos allí. Nosotros estábamos allí. Y lo que allí Y lo que allí

sucedió entonces, para sucedió entonces, para nosotros sucede hoy.nosotros sucede hoy.

Page 8: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

En Jerusalén había la costumbre En Jerusalén había la costumbre de dar la bienvenida a los de dar la bienvenida a los

peregrinos que llegaban para peregrinos que llegaban para celebrar la Pascua con las celebrar la Pascua con las palabras del salmo 118:palabras del salmo 118:

Page 9: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

“¡Bendito el que viene en el nombre de Yahvéh!”.

Page 10: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Jesús no fue la excepción.

Page 11: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

El envió previamente a dos discípulos

para que trajeran un borrico, y a

quien extrañado preguntase por

qué, debían responder: el

Señor lo necesita.

Page 12: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Un humilde portador de quien viene como rey en nombre de Dios.

Page 13: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

La tradición iconográfica muestra más veces a un asno

junto a Jesús:

Page 14: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

en el viaje de Nazaret a

Belén cuando María llevaba en su seno al que nacería sin cobijo de posada, en la

cueva del nacimiento, y en la huida a

Egipto.

Page 15: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

El Señor necesitaba ¡un

borrico!

Detalle cargado de

humanidad y sencillez,

contrapuesto a la

cabalgadura del poderío.

Page 16: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Son las “necesidades” de un Dios

que elige siempre lo

débil y lo que no cuenta

para confundir a

los prepotentes

(1 Cor 1,26-28),

Page 17: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

y así se reconocerá

en la imagen del Siervo tomando la

condición de esclavo, sin hacer alarde

de su categoría de Dios (Filp 2,6-11),

Page 18: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

para poder dar una

palabra de aliento a

cualquiera que sufra

abatimiento (Is 50,4-7).

Page 19: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Es el estremecedor

relato de lo que ha costado

nuestra redención.

Page 20: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

En ese drama está

la respuesta de amor

extremo de parte de

Dios.

Page 21: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Nuestra felicidad, el acceso a la

gracia, ha tenido un precio:

Él ha pagado por nosotros.

Page 22: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Debemos situarnos en

ese escenario, pues es el

nuestro propio, en donde Dios en su Hijo nos

obtendrá la condición de

hijos ante Él y de hermanos

entre nosotros.

Page 23: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Es el estupor que experimentaba la

mística franciscana

Angela de Foligno al contemplar la

Pasión:

Page 24: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

“Tú no me has amado

en broma”;

Page 25: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

o el realismo

con el que Pablo

agradecerá la donación

de su Señor:

Page 26: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

“Me amó y se

entregó a sí mismo por mí”

(Gál 2,20).

Page 27: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Sin este realismo que personaliza, estaríamos como

espectadores ausentes

Page 28: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

que a lo sumo siguen el desarrollo del proceso

de Dios, desde la

butaca de la lástima o de

la indiferencia.

Page 29: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Por eso puedo decir en verdad que yo estaba allí, todo fue por mí.

Page 30: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Sólo quien reconoce ese

por mí

adorará al Señor con un corazón agradecido.

Page 31: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Es mi Semana Santa, esa que tiene ahora mi edad y que habita en la circunstancia de mi

domicilio.

Page 32: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

YO ESTABA ALLÍ, FUE POR MÍ

De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

No es más de lo mismo, porque jamás pasa en balde la vida cuando sigue pasando por delante de nuestra casa.

Tramo a tramo, nos hemos ido aproximando al escenario en donde Otro pagó nuestra cuenta debitada.

Nos ponemos también nosotros en esa muchedumbre agolpada en aquel día en torno a la fiesta judía.

Ellos y nosotros tenemos, siempre, unas oscuridades que piden ser iluminadas, unas muertes que esperan ser resucitadas. Nosotros estábamos allí.

Clic para avanzar

Page 33: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Y lo que allí sucedió entonces, para nosotros sucede hoy.

En Jerusalén había la costumbre de dar la bienvenida a los peregrinos que llegaban para celebrar la Pascua con las palabras del salmo 118: “¡Bendito el que viene en el nombre de Yahvéh!”.

Jesús no fue la excepción.

El envió previamente a dos discípulos para que trajeran un borrico, y a quien extrañado preguntase por qué, debían responder: el Señor lo necesita.

Un humilde portador de quien viene como rey en nombre de Dios.

La tradición iconográfica muestra más veces a un asno junto a Jesús:.

Clic para avanzar

Page 34: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

en el viaje de Nazaret a Belén cuando María llevaba en su seno al que nacería sin cobijo de posada, en la cueva del nacimiento, y en la huida a Egipto El Señor necesitaba ¡un borrico!

Detalle cargado de humanidad y sencillez, contrapuesto a la cabalgadura del poderío.

Son las “necesidades” de un Dios que elige siempre lo débil y lo que no cuenta para confundir a los prepotentes (1 Cor 1,26-28),

y así se reconocerá en la imagen del Siervo tomando la condición de esclavo, sin hacer alarde de su categoría de Dios (Filp 2,6-11),

para poder dar una palabra de aliento a cualquiera que sufra abatimiento (Is 50,4-7).

Clic para avanzar

Page 35: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Es el estremecedor relato de lo que ha costado nuestra redención. En ese drama está la respuesta de amor extremo de parte de Dios.

Nuestra felicidad, el acceso a la gracia, ha tenido un precio: Él ha pagado por nosotros.

Debemos situarnos en ese escenario, pues es el nuestro propio, en donde Dios en su Hijo nos obtendrá la condición de hijos ante Él y de hermanos entre nosotros.

Es el estupor que experimentaba la mística franciscana Angela de Foligno al contemplar la Pasión: “Tú no me has amado en broma”;

o el realismo con el que Pablo agradecerá la donación de su Señor: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gál 2,20).

Clic para avanzar

Page 36: De modo imparable, un año más y con lo que ha caído, hemos llegado al umbral de la Santa Semana.

Sin este realismo que personaliza, estaríamos como espectadores ausentes que a lo sumo siguen el desarrollo del proceso de Dios, desde la butaca de la lástima o de la indiferencia.

Por eso puedo decir en verdad que yo estaba allí, todo fue por mí.

Sólo quien reconoce ese por mí adorará al Señor con un corazón agradecido.

Es mi Semana Santa, esa que tiene ahora mi edad y que habita en la circunstancia de mi domicilio.

Texto: Jesús Sanz Montes, ofmArzobispo de Oviedo Domingo de Ramos (Lc 22,14-23,56)24 de marzo de 2013

Música: Pueri Hebreorum de Victoria Montaje: Eloísa DJ Clic para avanzar