DE PUERTAS PARA ADENTRO -...

DE PUERTAS PARA

RESUMEN EJECUTIVO

Estudio de casos sobre trabajo doméstico infantil en Lima y Cajamarca (Perú)

PRINCIPALES HALLAZGOS,CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

ADENTRO

Organización Internacional del Trabajo (OIT)Terre des Hommes Holanda

ProgramaInternacionalpara la Erradicacióndel Trabajo Infantil(IPEC)

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Copyright © Organización Internacional del Trabajo y Terre des Hommes Holanda 2014Primera edición 2014

Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la protección de los derechos de propiedad intelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor. No obstante, ciertos extractos breves de estas publicaciones pueden reproducirse sin autorización, con la condición de que se mencione la fuente. Para obtener los derechos de reproducción o de traducción, deben formularse las correspondientes solicitudes a Publicaciones de la OIT (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza, o por correo electrónico a [email protected], solicitudes que serán bien acogidas.

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OIT-IPEC y Terre des Hommes Holanda

De puertas para adentro: Estudio de casos sobre trabajo doméstico infantil en Lima y Cajamarca (Perú): resumen ejecutivo: principales hallazgos, conclusiones y recomendaciones / Organización Internacional del Trabajo (OIT), Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), Terre des Hommes Holanda. - Lima, 2014.

ISBN: 978-92-2-329331-4 (Impreso); 978-92-2-329332-1 (Web PDF)

International Labour Office; ILO International Programme on the Elimination of Child Labour; Terre des Hommes Holanda

Trabajo infantil / niño trabajador / trabajador doméstico / hogar / condiciones de trabajo / estudio de casos / papel de la OIT / Perú´ / América Latina - 13.01.2

Datos de catalogación de la OIT

NOTA

Esta publicación ha sido elaborada por David Sulmont Haak, consultor, para el IPEC, bajo la coordinación de María Olave de la Oficina del IPEC en Lima y de Carmen Montes de Terre des Hommes Holanda, con el apoyo técnico de José María Ramírez Machado del equipo IPEC en la Sede de OIT - Ginebra y de Denice Cavero de la Oficina del IPEC en Lima.

Esta publicación de la OIT ha sido posible gracias a la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) (proyecto PER/12/03/SPA) y deTerre des Hommes Holanda.

Su contenido no refleja necesariamente las opiniones o políticas de la AECID o de Terre des Hommes Holanda, y la mención en la misma de marcas registradas, productos comerciales u organizaciones no implica que el Gobierno de España o Terre des Hommes Holanda los aprueben o respalden.

Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de ambas organizaciones sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras.

La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione.

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Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las principales librerías o en sus oficinas locales en diversos países o pidiéndolas a: Publicaciones de la OIT, Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza o a: Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Las Flores 275, San Isidro, Lima 27, Apartado Postal 14-124, Lima, Perú. También pueden solicitarse catálogos o listas de nuevas publicaciones a las direcciones antes mencionadas o por correo electrónico a: [email protected] o [email protected].

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Impreso en PerúFotocompuesto por Romy Kanashiro, Perú

DE PUERTAS PARA ADENTROEstudio de casos sobre trabajo doméstico infantil en Lima y Cajamarca (Perú)

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Agradecimientos

Agradecemos de manera especial a las familias entrevistadas y a las mujeres que compartieron sus experiencias como trabajadoras domésticas infantiles, sin las cuales este estudio no habría sido posible.

Extendemos también nuestro agradecimiento a todas aquellas organizaciones que nos brindaron valiosa información para la búsqueda de casos de los diferentes componentes del presente estudio: Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR), Asociación Mujer y Familia (AMF), Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTRAH), Instituto de Promoción y Formación de las Trabajadoras del Hogar (IPROFOTH), Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar del Perú (SINTRAHOGARP), Fundación Telefónica; Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Niño (GIN), Centro de Estudios Sociales y Publicaciones (CESIP), Comité Directivo Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (CPETI), Instituto de Investigación, Capacitación y Promoción Jorge Basadre (IINCAP - Programa Cajamarca), Defensoría Municipal del Niño, Niña y Adolescente - DEMUNA de Carabayllo, Defensoría Municipal del Niño, Niña y Adolescente - DEMUNA de Cajamarca.

RESUMEN EJECUTIVOPrincipales hallazgos, conclusiones y recomendaciones

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Glosario

Introducción

1. El trabajo doméstico infantil: Estimación de su magnitud en el mundo y en el Perú

2. Factores asociados al trabajo infantil en el trabajo doméstico

3. Trabajo doméstico infantil en los hogares entrevistados en Lima y Cajamarca

4. Experiencias de ex-trabajadoras domésticas infantiles

5. Una aproximación a la oferta de servicios existente para el abordaje del trabajo infantil en el trabajo doméstico

6. Principales conclusiones

7. Recomendaciones

Referencias bibliográficas

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17

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Índice


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Glosario

Niño/Niña Toda persona menor de dieciocho años de edad.

Trabajo infantil El trabajo realizado por niños, niñas y adolescentes en una edad inferior a la edad mínima legal aplicable para trabajar (en el caso de trabajos ligeros o formas de trabajo no peligroso a tiempo completo) o en una situación considerada como una peor forma de trabajo infantil.

Las peores formas de trabajo infantil

Un término definido en el Convenio Nº 182. Comprende (artículo 3):• Todas las formas de esclavitud o prácticas análogas a la

esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;

• La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía, o para realizar espectáculos pornográficos;

• La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para actividades ilícitas, en particular, para la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes;

• El trabajo que, por su naturaleza o por las circunstancias en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. (Comúnmente conocido como “trabajo peligroso”).

El Trabajo doméstico

Designa el trabajo realizado en un hogar u hogares o para los mismos.


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Trabajador doméstico

Designa a toda persona, de género femenino o género masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo.(Excluye el trabajo llevado a cabo por miembros de la familia dentro de su propia casa).

Trabajo doméstico infantil

Referencia general a la presencia de niños, niñas y adolescentes , es decir personas menores de 18 años, en trabajo doméstico. Incluye tanto situaciones permitidas (empleo juvenil) como no permitidas (trabajo infantil) en trabajo doméstico.En este sentido hay que señalar que en el Perú, actualmente el trabajo doméstico es contemplado en el listado de trabajos peligrosos como una forma de trabajo peligroso tanto por su naturaleza como como por las condiciones en que se realiza, por lo tanto toda presencia de personas menores de 18 años en trabajo doméstico constituye una forma de trabajo infantil.

Trabajo infantil en el trabajo doméstico

El trabajo doméstico realizado por niños, niñas y adolescentes menores de la edad mínima legal para trabajar, así como por aquellos por encima de la edad mínima legal, pero menores de 18 años, en condiciones análogas a la esclavitud, de trabajo peligroso, u otra forma de explotación - una forma de “trabajo infantil que debe ser eliminado” como se define en los tratados internacionales.

Nota: Este glosario refiere la terminología usada actualmente en el mundo con base en las normas fundamentales sobre trabajo infantil y en el Convenio núm. 189


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El trabajo doméstico infantil, que constituye una de las peores formas de trabajo infantil, es una práctica arraigada históricamente en el Perú y está enraizado en muchas ins-tituciones y en las costumbres diarias. Según algunas investigaciones realizadas1, este fenómeno constituye una especie de complejo cultural con múltiples conexiones a la dinámica socio económica mayor: las relaciones entre la ciudad y el campo, la pobreza, la desigualdad, la organización de la familia y la relación entre los géneros.

Se ha constatado que en el país persiste una escasa sensibilidad frente al tema, pues socialmente no se percibe como una potencial forma de explotación, violación de diver-sos derechos, condiciones de alto riesgo y vulnerabilidad.

Las cifras existentes sobre trabajo doméstico infantil y adolescente en el Perú resultan insuficientes para conocer la verdadera magnitud y características de esta forma de trabajo que en ciertas circunstancias puede resultar peligroso, por lo que constituye un desafío la mejora de los instrumentos de recolección de información, el procesamiento de los datos y su difusión.

Si bien ese vacío se ha intentado llenar con diversas iniciativas de investigación,2 se considera que es necesario profundizar en el conocimiento de las características de las familias de las niñas, niños y adolescentes trabajadores domésticos, como elemento de riesgo o de protección, con miras a identificar y analizar las causas manifiestas y ocul-tas del fenómeno en las familias peruanas, así como sus consecuencias.

1 OIT-IPEC: Invertir en la familia. Estudio sobre factores preventivos y de vulnerabilidad al trabajo infantil doméstico en familiares rurales y urbanas: el caso del Perú. (Lima, OIT, 2007). Disponible en:

http://white.lim.ilo.org/ipec/documentos/invertir_familia_tid_pe.pdf http://www.ilo.org/ipecinfo/product/download.do?type=document&id=6344.

2 La OIT ha promovido una serie de investigaciones en el marco de sus intervenciones de prevención y erra-dicación del trabajo infantil, especialmente a través del Programa IPEC, que pueden ser consultadas en:

http://www.oit.org.pe/ipec/pagina.php?pagina=169

Introducción

CAPÍTULO 5


2

En esa línea, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de su Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) y la Organización No Guer-namental Terre des Hommes Holanda (TDH), que realizan proyectos de atención en el marco de esta temática en las ciudades de Lima y Cajamarca, decidieron financiar una investigación específica en sus zonas de intervención, con la idea de complementar el conocimiento sobre las características del trabajo doméstico infantil y aportar elemen-tos para el diseño de futuras intervenciones.

Esta investigación se enmarca en los ejes propuestos por la Estrategia Nacional de Pre-vención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012-2021, específicamente en el Eje 6 sobre generación de información y conocimiento.

En cuanto al enfoque del estudio, cabe precisar que no obstante la legislación vigente en el Perú clasifica al trabajo doméstico infantil como una actividad peligrosa por natura-leza y por condición, por lo cual está prohibida aún para los y las adolescentes en edad legal de trabajar, y en consecuencia es un término equivalente al de trabajo infantil en el trabajo doméstico, para fines de la presente investigación se han considerado conclu-siones y recomendaciones que respondan no solo a los preceptos legales, sino también que contribuyan a diseñar respuestas efectivas a una realidad que se vive día a día en el país y que afecta a miles de niños, niñas y adolescentes que requieren ser protegidos con el fin de restablecer sus derechos, siempre en el sentido que el fin último de la política nacional del Perú es erradicar esta práctica.

Objetivos de la investigación conjunta

La principal hipótesis que orienta esta investigación es que la familia expulsa a un niño, niña o adolescente3 al trabajo doméstico, con la expectativa que podrá mejorar sus con-diciones de vida en comparación con las que la propia familia les puede ofrecer.

Los objetivos del estudio fueron:

1. Analizar las principales causas del trabajo doméstico infantil, con especial énfasis en los factores que se desprenden del hogar.

2. Identificar las principales rutas del trabajo doméstico en el eje Cajamarca-Lima con miras a identificar casos migratorios exitosos y no exitosos.

3. Analizar la oferta de servicios disponibles para los niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos en el ámbito nacional y local.

3 Se aludirá especialmente al género femenino por ser este la mayoría en el trabajo doméstico infantil


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4. Realizar un balance de la información recopilada y ofrecer un conjunto de recomendaciones para intervenciones futuras, dirigidas a fortalecer la respuesta pública, especialmente en el ámbito local.

La metodología aplicada fue de carácter cualitativo y exploratorio. Un primer componente del estudio fue el análisis de los contextos familiares de donde provienen los niños, niñas y adolescentes que se dedican al trabajo doméstico. Para ello se realizaron 60 entrevistas estructuradas en hogares seleccionados mediante el método de “bola de nieve” en las ciudades de Lima y Cajamarca. En Lima los hogares fueron seleccionados en barrios de los distritos de San Juan de Miraflores y Carabayllo. En Cajamarca los hogares fueron seleccionados en barrios periféricos de la ciudad donde, de acuerdo con los informantes, viven familias con niños y niñas trabajadores y niños y niñas que se dedican al trabajo doméstico.

Un segundo componente implicó llevar a cabo entrevistas en profundidad a ocho mujeres jóvenes que durante su infancia fueron trabajadoras domésticas. Las mujeres fueron seleccionadas a partir de contactos proporcionados por las instituciones que trabajan con niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo doméstico. El objetivo de las entrevistas fue reconstruir las trayectorias y experiencias de trabajo infantil de estas mujeres, así como los posibles efectos que sobre esas trayectorias tuvieron las intervenciones de las instituciones que trabajan con este tipo de población.

Para el tercer componente del estudio, se contactó y registró información acerca de ins-tituciones privadas que trabajan ofreciendo servicios específicamente dirigidos a niños, niñas y adolescentes que se dedican al trabajo doméstico, con la finalidad de analizar el tipo de servicios que ofrecen y su cobertura, así como las diversas estrategias de inter-vención que emplean. Adicionalmente se hizo una revisión de información secundaria acerca de experiencias de programas destinados a la prevención y erradicación del tra-bajo infantil en el trabajo doméstico en otros países de la región, buscando identificar algunas prácticas o estrategias consideradas como exitosas en la atención de este tipo de problemática social.


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De acuerdo con la OIT, el trabajo doméstico infantil es:

“(…) el trabajo realizado por niños en el sector del trabajo doméstico en ho-gares de terceros o empleadores. Cuando ese trabajo es realizado por niños que no han alcanzado la edad mínima aplicable (en el caso de trabajos ligeros, formas de trabajo no peligroso a tiempo completo y trabajo peligroso, respec-tivamente) o en una situación análoga a la esclavitud, se hace referencia a ese trabajo como ‘trabajo infantil en el trabajo doméstico’”. (OIT-IPEC, 2013a, p. 6).

En principio, la legislación peruana establece una serie de prohibiciones destinadas a evitar que las personas menores de 18 años realicen labores de trabajo doméstico. Es-pecíficamente, el DS Nº 003-2010-MIMDES (publicado el 20/04/2010), enumera los tipos de trabajos y tareas que se consideran peligrosos y que por su naturaleza o condiciones en que se realizan no pueden emplear a menores de 18 años. Entre ellas se señalan labores directamente vinculadas al trabajo doméstico, concretamente aquellas que se realizan en las siguientes condiciones:

a) En horario nocturno (entre las 19h y 7h) y en jornadas extensas.b) Que impiden la asistencia al centro educativo, la socialización entre pares o la

comunicación con su familia de origen.c) Donde se utilizan una serie de sustancias químicas para la labores de limpieza en

la esfera doméstica.d) Donde los menores de edad tienen a su cargo el cuidado de ancianos, enfermos,

niñas, niños o parientes. e) El trabajo doméstico en casa de terceros (familiares o no), que se realizan bajo

la modalidad de “cama adentro”, que retienen al adolescente en el lugar donde labora y que impiden la supervisión o inspección de trabajo.

1. El trabajo doméstico infantil: Estimación de su magnitud en el

mundo y en el Perú


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Cuantificar la magnitud del trabajo infantil en el trabajo doméstico tiene varias compli-caciones. Como señalan Levinson y Langer, “demasiados de estos niños son ‘invisibles’: están inmersos en el trabajo informal, escondidos en residencias, y a veces identificados en censos y encuestas como familiares en vez de sirvientes” (Levison & Langer, 2010, p. 125).

A pesar de estas dificultades, el informe de la OIT “Erradicar el trabajo infantil en el trabajo doméstico” (2013a)4, realiza una estimación de la magnitud de este fenómeno y calcula que a nivel mundial hay unos 15,5 millones de niños entre 5 y 17 años que rea-lizan trabajos domésticos en hogares de terceros. Ellos representan un 5,1 por ciento de los niños ocupados en la producción económica (de un total aproximado de 305,7 millones de niños a nivel mundial). El 73% de los niños en trabajo doméstico son niñas. Respecto del trabajo infantil en el trabajo doméstico, es decir aquel que se realiza por debajo de la edad mínima o en situaciones análogas a la esclavitud, se estima que in-volucra unos 10,5 millones de niños entre 5 a 17 años (71,3% de los cuales son niñas), y que representan el 3,3% de los niños ocupados en la producción económica (OIT-IPEC, 2013a, pp. 20-23).

Si bien hay evidencias de que la incidencia del trabajo infantil en general ha venido dis-minuyendo a nivel mundial, la información disponible también indica que la proporción de niños, niñas y adolescentes dedicados al trabajo doméstico infantil se ha incremen-tado ligeramente dentro del universo de niños y niñas que trabajan. De acuerdo con la OIT, entre el 2000 y 2012 el porcentaje de niños de 5 a 17 años ocupados en la producción económica ha pasado de 23% a 16,7%; en el caso del trabajo infantil esa reducción ha sido del 16% al 10,6%; y en el caso del trabajo peligroso ha sido de 11,1% a 5,4% (OIT/IPEC, 2013b, p. 3). En el caso específico del trabajo doméstico, el porcentaje niños ocu-pados en el trabajo doméstico era de 4,9% el 2008, mientras que para el 2012 se estima que ha subido a 6,9% (OIT/IPEC, 2013b, p. 8).

En el Perú, utilizando datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2011 (ENAHO) del Ins-tituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el documento de la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012-2021 (ENPETI) se estima la magnitud del trabajo infantil en general en el país en alrededor de 1,66 millo-nes de niños entre 6 y 17 años, que representan un 23,4% de la población de ese grupo etario en el país.

Entre los niños y niñas que trabajan, un tercio (33,9%) estaría laborando en trabajos peligrosos. Los datos de las ENAHO indican que entre el 2005 y el 2011, el porcentaje de niños entre 6 y 17 años que trabajan en el país se habría reducido de 25,9% al 23,4%

4 Disponible en: http://www.ilo.org/ipecinfo/product/download.do?type=document&id=21536


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(Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2012, pp. 25-26). Si bien esta reducción está asociada con el crecimiento del PBI y la reducción de la pobreza entre esos años, el cambio en la incidencia del trabajo infantil (-2,5%) muestra que la evolución positiva de la economía peruana tiene efectos muy moderados en la disminución del trabajo infan-til, sobre todo tomando en cuenta que en el mismo periodo la pobreza total se redujo del 55,6% al 27,8% de los hogares en el país.

Específicamente sobre el trabajo doméstico infantil los datos de la ENAHO 2011, in-dicarían que el porcentaje de niños, niñas y adolescentes entre 6 y 17 que trabajan en esta actividad estaría alrededor del 0,8% del total de niños y niñas trabajadores, lo que equivale aproximadamente a unas 13 mil personas a nivel nacional. En la ENAHO 2008, el porcentaje era del 0,5% del total de niños, niñas y adolescentes que trabajan, lo que indicaría que, a pesar de existir una tendencia general de reducción del trabajo infantil en general, la proporción relativa del trabajo doméstico dentro del universo de niños y niñas trabajadores no habría variado sustancialmente, o que en el peor de los casos estaría incluso incrementándose ligeramente.

A pesar que desde el 2007, el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), en cooperación con la OIT, ha tratado de mejorar los indicadores de medición del trabajo infantil5, en el caso del trabajo doméstico infantil es posible que los instrumentos exis-tentes tengan limitaciones que afectan la precisión con la cual puede estimarse este fe-nómeno. En los instrumentos aplicados como parte de la ENAHO, esta ocupación puede ser rastreada a través de tres preguntas (o variables) que pueden complementarse:

Un primer indicador se encuentra en el módulo de características de los miembros del hogar, al preguntar por la relación de parentesco con el jefe de hogar: Todas aquellas personas que residen en la vivienda realizando labores del hogar se registran con la opción “Trabajador del hogar”. En este caso se trataría básicamente de los casos de trabajadores del hogar “cama adentro”.

Un segundo indicador se encuentra en el módulo de empleo, cuando se pregunta por la categoría ocupacional (“¿Ud. se desempeñó en su ocupación principal o negocio como …?”), existe la opción de respuesta “Trabajador del hogar”, que se aplica se manera similar cuando se trata de una ocupación secundaria.

Además, se ha incorporado recientemente un indicador que permite un acceso adicional al trabajo doméstico fuera del hogar: “La semana pasada, ¿qué labores o tareas realizó en el hogar o fuera de él: Ayudó realizando labores domésticas

5 Véase por ejemplo IPEC e Instituto Nacional de Estadística del Perú: El trabajo infantil en el Perú: Magnitud y perfiles vulnerables – Informe nacional 2007-2008. (Lima, OIT/INE, Lima, 2009).


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en otra vivienda?”. Este es el que ha sido utilizado en el documento de la ENPETI para las estimaciones sobre trabajo doméstico infantil.

En el presente estudio, se han utilizado estas tres entradas para la identificación en la ENAHO 2011 de los casos de trabajadores domésticos infantiles, con el objetivo de realizar un ejercicio para estimar su incidencia a nivel nacional.

Como resultado, en la ENAHO 2011 se lograron identificar 220 personas entre los 6 y 17 años que podrían estar en la categoría de trabajo doméstico infantil, ello contrasta con las 44 personas identificadas en la misma encuesta, que sirven como base para las estimaciones actuales de la Estrategia Nacional. Si se aplica el factor de expansión de la población que calcula la ENAHO 2011 a los 220 casos identificados con esta aproximación metodológica, estos representan a 57,733 niños y niñas, es decir 0,78% de la población total comprendida entre los 6 y 17 años. En más del 90% de esos casos se trata de niñas y adolescentes mujeres, y el 90% se encuentran entre los 14 a 17 años6. En contraste, los 44 casos que sirven para estimar los 13,737 niños, niñas y adolescentes que realizan trabajo doméstico en el documento de la ENPETI, equivaldrían al 0,19% del total la población de 6 a 17 años.

6 Respecto a la edad de los casos registrados, hay que indicar que la pregunta del módulo de empleo que permite la identificación del 65% de los casos de TID, solo se aplica a personas a partir de los 14 años.


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Tabla 1 Indicadores de trabajo infantil en trabajo doméstico - ENAHO 2011

para población entre 6 y 17 años de edad

Relación de parentesco con el jefe de hogar

(P203)

Indicador trabajo doméstico en casa de terceros (P211)

Ocupación principal (P507)

Ocupación secundaria (P517) Casos

Son miembros del hogar en el que fueron encuestados

NO NOSon trabajadores del hogar como

ocupación secundaria

1

NOSon trabajadores del hogar como

ocupación principalNO 146

Realizan labores domésticas en

casa de tercerosNO NO 31(*)

Realizan labores domésticas en

casa de terceros

Son trabajadores del hogar como

ocupación principalNO 13(*)

Son trabajadores del hogar en la vivienda en la que fueron encuestados

NO NO NO 6


ocupación principalNO 22


ocupación principal

Son trabajadores del hogar como

ocupación secundaria

1

Total 220

Fuente: Elaboración propia (*) Casos que son tomados como base para el cálculo del trabajo infantil en el trabajo doméstico en el documento de la ENPETI 2012-2021

Esta aproximación alternativa al cálculo del fenómeno, cuadruplica la magnitud de la población estimada en los actuales documentos oficiales. Sin embargo, es importante tomar con cautela estos datos y este ejercicio, ya que en el 65% de los 220 casos identificados, algunas de las preguntas de la ENAHO sólo se aplican a personas a partir de los 14 años de edad, dejando de lado al grupo entre 6 y 13 años, que sí es comprendido en la pregunta que actualmente se viene utilizando en las estadísticas oficiales y que corresponden al grupo que bajo ninguna circunstancia debería estar en situaciones de trabajo doméstico porque se encuentran por debajo de la edad mínima legal permitida en el Perú. En todo caso, este ejercicio y esta discusión dan cuenta de los problemas de subestimación cuantitativa que giran alrededor de la problemática del trabajo infantil en el trabajo doméstico.


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La información proporcionada por la ENAHO también permite explorar algunas variables relacionadas con la educación, que suele ser uno de los aspectos más afectados en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes vinculados a diversas modalidades de trabajo infantil. Los datos revelan, pese a los pocos casos registrados, que la asistencia escolar de los niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos es afectada negativamente: un 28 % de los adolescentes entre 14 y 17 sólo cuenta con primaria completa o menos, cuando por su edad deberían tener al menos secundaria incompleta. Entre los casos que no han completado la secundaria completa, alrededor del 58,5% no asiste a un centro de educación básica o no está matriculado, cuando por su edad, en principio, deberían asistir al colegio.

Finalmente, usando los datos de la ENAHO, se trató de explorar algunos indicadores sobre migración de toda la vida de aquellas personas que fueron identificadas como trabajadores infantiles domésticos, usando la metodología propuesta. En este caso se definió migración de toda la vida como la de aquellas personas que residen en un lugar diferente a donde nacieron.

Es interesante resaltar que un porcentaje importante de niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil, residen tanto en los mismos distritos (77,4%), como en las mismas provincias (84%) donde nacieron.

Este porcentaje es algo menor cuando se trata en específico de los niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos, aunque tomando en cuenta el margen de error de la encuesta, es probable que las diferencias no sean significativas. En el caso de los que realizan trabajo doméstico, el porcentaje de niños, niñas y adolescentes que viven en una región diferente a la que nacieron es mucho menor (incluso tomando en cuenta el margen de error que puede estimarse en alrededor de ± 5%). No es posible determinar si todos esos niños, niñas y adolescentes viven en lugares diferentes o alejados de sus familias, pero en todo caso puede ser un indicador que existe alguna relación con el tema de la migración, ya que este se desarrolla sobre todo en zonas urbanas: en general, las y los trabajadores infantiles domésticos tiene una mayor experiencia de migración interdepartamental (ya sea solos o con sus familias) que el resto de niños y niñas que trabajan.


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Tabla 2ENAHO 2011: Indicadores de migración de toda la vida (lugar de residencia y lugar de

nacimiento) de población entre 5 y 17 años

Total de niños 5 a 17 años

Niños en trabajo infantil

TID

Datos expandidos

% Datos expandidos

% Datos expandidos

%

Total 7.932.517 100% 1.722.986 100% 57.733 100%

Nació en la misma región donde reside 7.202.079 90,8% 1.600.062 92,9% 46.463 80,5%

En la misma provincia donde reside 6.731.032 84,9% 1.498.867 87,0% 42.269 73,2%

Nació en el mismo distrito donde reside 4.937.525 62,2% 1.332.763 77,4% 35.618 61,7%

Nació en un distrito diferente a donde reside 1.793.507 22,6% 166.104 9,6% 6.651 11,5%

Nació en una provincia diferente a donde reside 471.047 5,9% 101.195 5,9% 4.194 7,3%

Nació en una región diferente a la de donde reside 730.492 9,2% 122.924 7,1% 11.270 19,5%

Fuente: Elaboración propia


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Por lo general, aunque no exclusivamente, el problema del trabajo infantil en el trabajo doméstico afecta principalmente a las niñas y adolescentes mujeres. Una de las principales causas que hace que las niñas se dediquen a esta ocupación están relacionadas a las condiciones pobreza en la que viven sus familias. Sin embargo, esta afirmación es común a la problemática del trabajo infantil en general. En el caso específico del trabajo doméstico hay varios factores de contexto y culturales que deben ser tomados en cuenta (Blagbrough, 2008), en particular:

Concepciones vinculadas a los roles de género extendidas en muchas sociedades que asocian la labores domésticas como roles principalmente femeninos. El que una niña se dedique a esta actividad es visto como “normal” en muchas sociedades, incluso puede ser percibida como “benéfica” para las niñas en su proceso de socialización en sus futuros roles “tradicionales” de esposas y madres. Por otro lado, las restricciones sociales que se imponen a las mujeres en general y a las niñas en particular, hacen que el trabajo doméstico sea uno de los pocos tipos de empleo que se consideran apropiados para ser desempeñados por mujeres.

Mitos asociados al trabajo doméstico infantil relativamente expandidos en muchas culturas, en particular sobre las vías de movilidad social accesibles a mujeres de sectores sociales marginados: una niña o adolescente mujer que trabaja en la casa de una familia perteneciente a un estatus social y económico más alto podría gozar de mayores oportunidades que las que puede brindarle su propia familia, cosa que en muchos casos implica migrar hacia lugares donde estas oportunidades, especialmente las educativas, son percibidas como más abundantes. Este tipo de mitos refuerza que muchos empleadores no se perciban a sí mismos como explotadores sino como “benefactores”, que le ofrecen a niñas y adolescentes menos favorecidas algunas oportunidades de educación que sus propias familias no podrían brindarles.

2. Factores asociados al trabajo infantil en el trabajo doméstico


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La estructura del mercado laboral que permite la interconexión entre la oferta y la demanda de trabajo doméstico infantil, la cual está fuertemente sustentada en redes de relaciones interpersonales cercanas, donde parientes o conocidos cercanos de las familias de origen expulsoras (las “tías”, “madrinas”, o “amigos”) juegan un rol intermediador importante. El hecho de que la “colocación” de las niñas, niños y adolescentes trabajadores domésticos se realice por intermediarios con los que se sostienen relaciones de cierta cercanía, aunque muchas veces asimétrica, hace que las familias expulsoras o las propias niñas minimicen la percepción del riesgo potencial que podrían correr en casa de terceros, puesto que se trata de “familiares” o “conocidos” de “conocidos”. Además de ello, en el Perú es posible encontrar situaciones donde el “mercado laboral” del trabajo doméstico infantil, muestra un cierto nivel de institucionalización, ya que las ofertas de trabajo logran ser difundidas por avisos de empleo en lugares públicos como tablones en los mercados de localidades de donde provienen las niñas, niños y adolescentes que se dedican a esta actividad (Anderson & OIT/IPEC, 2007).

La situación de pobreza y marginalidad social en la que viven casi la totalidad de las familias de niños, niñas y adolescentes vinculados al trabajo doméstico, les hace muy susceptibles a shocks que alteran en forma radical los recursos que tienen para la sobrevivencia cotidiana, lo que les impulsa a maximizar el uso de sus recursos familiares (la fuerza de trabajo de los miembros del hogar) para superarlos. Entre estas crisis se encuentran situaciones de enfermedad, incapacidad o muerte de alguno de los miembros del hogar (especialmente de quienes generan los mayores ingresos o recursos). Otro tipo de shocks pueden estar asociados al deterioro de las relaciones intrafamiliares que impulsan a las niñas y adolescentes a abandonar el hogar y emplearse en trabajo doméstico, especialmente cuando ocurren situaciones de violencia doméstica o abuso sexual al interior de las familias.

Las ineficiencias del sistema educativo, que no ofrece las posibilidades u oportunidades necesarias para las niñas adolescentes, sobre todo en localidades rurales o aisladas de los centros urbanos, lo que motiva a algunas de ellas a buscar mejorar su educación en otros lugares, migrando y empleándose para ello en el trabajo doméstico. Ello podría indicar que, en el caso peruano, el tránsito entre la primaria y la secundaria, resulta un momento crucial para la decisión de que las niñas y adolescentes mujeres se inserten en esta actividad ya que en muchas localidades “expulsoras” (sobre todo en zonas rurales), la oferta de educación secundaria es escasa y algunas familias de estas zonas deciden invertir más esfuerzos en la educación de sus hijos varones que en la de las mujeres.

• La percepción, desde la perspectiva de los niños y niñas que realizan esta actividad, de que el trabajo doméstico puede permitir algún nivel de independencia


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económica que daría acceso ciertos patrones de consumo promovidos por la sociedad moderna y urbana. En algunas localidades donde más allá de la escuela no existen muchas espacios donde las niñas puedan desenvolverse fuera de sus familias, el trabajo doméstico en la ciudad puede significar una vía de “escape” al aburrimiento de una vida limitada y monótona en pequeñas localidades de provincia (OIT/IPEC, 2007b).

Los riesgos que corren los niños, niñas y adolescentes que se insertan en el trabajo doméstico son bastante conocidos: atraso o abandono escolar; discriminación y abuso físico y psicológico; lesiones físicas debido a la intensidad del trabajo; depresión; abuso sexual; y en los casos extremos, ser víctimas de situaciones que pueden describirse como de esclavitud. Estos riesgos se incrementan en la medida que el trabajo se realiza en el ámbito privado de los hogares empleadores, fuera del alcance del escrutinio público, además de que, por lo general, existen extremas distancias y asimetrías sociales, culturales y étnicas entre las niñas y niños trabajadores domésticos y las familias de sus empleadores.

Otro factor que agudiza el riesgo es la distancia física entre las niñas y niños que se emplean en el trabajo doméstico y sus propias familias, sobre todo cuando los primeros migran a otras localidades, haciendo que carezcan de una red de soporte o protección cercana y se refuerce el aislamiento con las consecuencias psicológicas que ello trae. Sin embargo, como ha sido mencionado, las características del “mercado laboral” del trabajo doméstico, donde la intermediación entre la oferta y la demanda pasa por redes sociales interpersonales de familiares, “madrinas”, conocidos y amigos, es un factor que disminuye la percepción de estos riesgos en el caso tanto de las familias expulsoras como de las propias niñas y adolescentes que se insertan en el trabajo doméstico.

Un elemento interesante mencionado en un estudio sobre el tema realizado en Colombia (OIT/IPEC, 2007b), es que en familias de niveles socioeconómicos más altos, residentes en grandes ciudades, se aprecia una relativa contracción de la demanda de personas menores de edad como trabajadores domésticos debido al impacto de las medidas legales que impiden la participación de niños y niñas en este tipo de actividades. Si bien esto podría ser un efecto de las campañas de prevención y erradicación del trabajo doméstico infantil, una consecuencia es que la demanda tendería a concentrarse más en hogares cuya distancia socioeconómica respecto de las familias de origen expulsoras no es tan extrema. En este tipo de hogares empleadores sería más frecuente encontrar relaciones de parentesco.


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Gráfico 1

FACTORES ASOCIADOS AL TRABAJO INFANTIL EN EL TRABAJO DOMESTICO

Contexto Familiar

Contexto Socialde Familia

Mercado deTrabajo

Tradición y patrones culturales

Pobreza. Crisis familiar. Deterioro de vínculos intrafamiliares. Distancia física con la familia de origen.

Deficiencias en la oferta educativa. Escasas oportunidades ocupacionales. Pocas oportunidades para la socialización y uso del

tiempo libre.

Demanda y oferta de bajo costo. Mecanismos informales de publicidad de puestos de

trabajo. Intermediarios que conectan oferta y demanda. Percepción del TDI como una actividad “temporal”.

Roles de género tradicionales. Labores domésticas como actividades “femeninas”. Trabajo doméstico como labor “ligera”. Mito de empleadores “benefactores” Tolerancia social. Búsqueda de independencia económica y acceso a

patrones de consumo. Asimetrías culturales y étnicas entre empleadores y

trabajadoras domésticas infantiles.



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Un componente de este estudio fue la realización de 60 entrevistas estructuradas a hogares y miembros de los mismos en los ámbitos de intervención de algunas instituciones que desarrollan acciones relacionadas con la problemática del trabajo infantil en el trabajo doméstico en Lima (30 entrevistas)7 y Cajamarca (30 entrevistas).

Dado el tipo de metodología empleada para seleccionar a los hogares entrevistados (método de “bola de nieve”), los resultados de esta exploración no pueden ser utilizados para realizar inferencias estadísticas hacia el universo de hogares con niños niñas y adolescentes trabajadores domésticos. Cabe resaltar que uno de los principales problemas para estudiar este fenómeno es que es difícil de detectar y que su incidencia es relativamente baja en el contexto del trabajo infantil en general, por lo que intentar obtener una muestra estadísticamente representativa de esta población puede ser extremadamente costoso.

De los 60 hogares entrevistados en el presente estudio, 23 eran hogares monoparentales dirigidos por la madre del hogar. De los 60 hogares contactados, 32 tenían algún niño o niña trabajador. En el conjunto de todos los hogares contactados se identificaron 117 niños y niñas entre 5 y 17 años, que constituyen el grupo objetivo de personas menores de edad para el análisis del trabajo doméstico infantil. Independientemente si trabajan o no fuera del hogar, algo más de la mitad de los niños (67) realizan labores domésticas en sus propios hogares.

Cerca de un tercio de los niños y niñas (39) empadronados estaban en situación de trabajo infantil. Entre éstos últimos había 16 que realizaban labores de trabajo doméstico infantil en casa de terceros, de los cuales 6 eran varones y 10 eran mujeres y sus edades variaban entre los 7 y 17 años; la mitad tenía 15 años o más. De los 16 niños y niñas identificados en el trabajo doméstico infantil, 7 trabajan en casa de algún familiar (tío o tía).

7 Las entrevistas en Lima se hicieron en algunos barrios de San Juan de Miraflores y de Carabayllo.

3. Trabajo doméstico infantil en los hogares entrevistados

en Lima y Cajamarca


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En el grupo de hogares que tenían niños y niñas trabajadores fuera del hogar, no se detectaron grandes diferencias socioeconómicas entre los hogares donde los niños y niñas se dedicaban al trabajo doméstico y aquellos que se empleaban en otras actividades. Ello es comprensible en la medida que todos los hogares contactados provienen de un entorno social similar. Sin embargo, la diferencia principal entre estos dos grupos, es que la mitad de los niños y niñas que se empleaban en el trabajo doméstico tenían una madre que también era trabajadora del hogar (8 de 16). En contraste, entre los niños y niñas que trabajan fuera del hogar en otras actividades, poco más de un cuarto tiene una madre que es trabajadora del hogar (6 de 23). Estas diferencias podrían indicar que el trabajo doméstico infantil tiene un componente de reproducción intergeneracional. El que la madre sea una trabajadora del hogar puede facilitar que se acepte que los hijos, y en especial las hijas mujeres, se desempeñen en esa actividad y que se tenga contactos que permitan su “colocación” con algún empleador.

De hecho, en 8 de los 16 casos de niños y niñas en trabajo doméstico, es a través de la propia madre que se consigue el empleo. En el resto de los casos, el contacto con el empleador se realizó mediante un familiar. De los 16 niños y niñas vinculados al trabajo doméstico, sólo dos vivían en casa de su empleador, de hecho vivían allí con su madre que también era trabajadora del hogar. Los 16 niños asistían a la escuela y la mayoría percibía algún tipo de ingreso monetario que utilizan sobre todo para sus gastos de vestimenta o de la escuela (útiles y uniformes).

De acuerdo con la información proporcionada por sus padres, los niños y niñas en el trabajo doméstico laboraban unas 10.8 horas semanales en promedio en periodo escolar. Estas horas se incrementaban significativamente en periodo de vacaciones hasta alcanzar un promedio de 17.5 horas semanales. Sin embargo esta dedicación es menor que la registrada para el caso de los niños y niñas que trabajan en otras actividades fuera del hogar: 25 horas semanales en promedio en periodo escolar y 28.7 horas en vacaciones.

Estos datos apuntan a que, en los casos estudiados, el trabajo infantil, ya sea doméstico u otro, es una actividad estacional que se hace más intensa cuando los niños y niñas están “libres” de la escuela.

Además de realizar trabajo doméstico, los niños, niñas y adolescentes en esta actividad colaboraban en promedio unas 7 horas semanales en labores domésticas en sus propios hogares durante el periodo escolar, que se incrementaban a 12.5 horas en vacaciones, lo que indica la presencia de un fenómeno de “doble jornada” laboral.

En la siguiente tabla se muestra el tipo de labores domésticas y de trabajo doméstico que realizan los niños, niñas y adolescentes, tanto dentro como fuera de su hogar.


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Tabla 3Tipo de labores de trabajo doméstico realizadas por personas entre 5 y 17 años

(Incluye las labores en el propio hogar – respuestas múltiples, no suman el 100%)

Tipo de labores realizadas

Por sexo

Total Masculino Femenino

Nº Casos % Nº casos % Nº Casos %

Limpieza y mantenimiento de la casa: barrer, baldear 30 44.1% 17 51.5% 13 37.1%

Lava platos y ollas de toda la familia 26 38.2% 7 21.2% 19 54.3%

Cuida a niños y/o ancianos 22 32.4% 9 27.3% 13 37.1%

Cocina para toda la familia 22 32.4% 6 18.2% 16 45.7%

Ayuda en el negocio de la familia 20 29.4% 13 39.4% 7 20.0%

Cuidado de animales menores/mayores 17 25.0% 10 30.3% 7 20.0%

Lava, plancha 7 10.3% 2 6.1% 5 14.3%

Otro 5 7.4% 3 9.1% 2 5.7%

Total de casos 68 100.0% 33 100.0% 35 100.0%


Como se observa, las labores realizadas por la mayor cantidad de niños y niñas tienen que ver con la limpieza y mantenimiento de la casa; la cocina (lavar platos y ollas; cocinar); y el cuidado de niños y/o ancianos. Al observar la distribución por sexo, se aprecia una diferenciación de género por tipo de labor: las niñas y adolescentes mujeres se concentran más en labores asociadas a la cocina y al cuidado de niños y ancianos; mientras que los niños y adolescentes varones a las de limpieza, ayuda en negocio familiar o cuidado de animales. El planchado es también algo en donde las niñas laboran en mayor frecuencia que los niños.

Esta diferenciación de labores por género también se reproduce en el caso de los 16 niños y niñas que realizan trabajo doméstico fuera de su hogar. De los seis niños, cuatro hacen labores de limpieza de la casa, uno cuida a niños o ancianos y otro ayuda en un negocio (en casa de un familiar). De las 10 niñas trabajadoras domésticas, sus labores se concentran en el cuidado de niños y ancianos y labores de cocina, además dos de ellas hacen labores de limpieza y mantenimiento.

En las entrevistas a hogares se les preguntó a los padres los potenciales beneficios y riesgos de que los niños y niñas se dediquen a trabajar fuera de sus hogares. En general no se apreciaron diferencias importantes entre quienes tienen hijos e hijas trabajadores domésticos y en otro tipo de trabajos. En ambos casos se menciona que los principales beneficios están asociados con una dimensión “pedagógica” del trabajo: aprenden a trabajar y se hacen responsables e independientes; además de otra de orden práctico: ganan dinero para cubrir sus gastos. Los padres de niñas y niños trabajadores también


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son conscientes de la existencia de riesgos potenciales: abusos, descuido escolar, explotación, etc.

Al comparar las respuestas a estas preguntas entre los padres de niños y niñas trabajadores (en trabajo doméstico o en otras actividades) con lo de no trabajadores, no se aprecian grandes diferencias. Los padres con niños que trabajan fuera la casa son conscientes de los riesgos que potencialmente podrían correr sus hijos e hijas, y coinciden con los identificados por los padres que tienen niños que no trabajan, incluso en ciertos casos podría decirse que son más conscientes de ellos, especialmente respecto de la posibilidad de maltrato. En tal sentido, no es posible decir que los padres de los niños y niñas trabajadores sean “inconscientes” o no se den cuenta del perjuicio potencial que corren sus hijos e hijas. Aparentemente los padres entrevistados de niños y niñas que trabajan fuera del hogar, encuentran que tanto las necesidades de la familia, como los beneficios potenciales del trabajo infantil, superan los riesgos o perjuicios potenciales, o que éstos no se han presentado a un nivel de intensidad tal que justifiquen que retiren a sus hijos e hijas de las labores de trabajo infantil fuera de sus casas.

En el caso del trabajo doméstico infantil , el hecho de que varios de los empleadores sean familiares o terceros que los propios padres han contactado directamente, puede crear lazos de “familiaridad” que disminuyan la percepción del riesgo que podrían tener sus hijos e hijas, especialmente si se considera que casi todos los niños identificados en las familias entrevistadas viven en sus propias casas, es decir, no se emplean en modalidad “cama adentro”.

En este punto es necesario recalcar que en las familias contactadas para este componente del estudio no se ha identificado situaciones de niños, niñas o adolescentes que realizan trabajo doméstico muy alejados de sus hogares y “cama adentro”. En las entrevistas en profundidad realizadas para el segundo componente del estudio, sí han registrado ese tipo de casos, que serán descritos en la siguiente sección del informe.


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Otro de los componentes del estudio fue la realización de entrevistas en profundidad a mujeres que fueron trabajadoras domésticas infantiles. El objetivo de estas entrevistas fue reconstruir su trayectoria laboral y personal, indagando los contextos familiares y los factores que impulsaron a estas personas a dedicarse a esta actividad. Asimismo, las entrevistas buscaron dar cuenta de los mecanismos a través de los cuales estas personas se insertaron en el trabajo doméstico, identificando los actores que intermedian entre la demanda y la oferta de trabajadoras domésticas infantiles.

También se preguntó sobre las condiciones de trabajo durante el periodo de trabajo doméstico infantil y las consecuencias que tuvieron sobre sus relaciones familiares; trayectoria y desempeño educativo; salud física y psicológica. Finalmente, se buscó identificar los efectos que pudo tener el contacto de estas personas con instituciones, programas o servicios de atención y prevención del trabajo doméstico infantil.

Las entrevistadas son en la actualidad mujeres adultas, la mayoría jóvenes menores de 30 años. Fueron contactadas a través de las asociaciones con las cuales lograron vincularse en algún momento de su experiencia como trabajadoras domésticas infantiles, fundamentalmente la Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR) en Lima y la Asociación Mujer y Familia (AMF) en Cajamarca. Se realizaron ocho entrevistas en profundidad, cuatro en Lima y cuatro en Cajamarca.

Todas las mujeres entrevistadas provienen de hogares que cuentan con pocos recursos económicos en sus lugares de origen. Dos de ellas provienen de zonas rurales de la sierra sur del país (Puno y Apurímac) y siendo niñas migraron a Lima para desempeñarse como trabajadoras domésticas. Otra de ellas llegó a la capital proveniente de Cerro de Pasco. Una de las entrevistadas es oriunda de una zona rural de Cajamarca y se instaló en la capital de ese departamento para trabajar. El resto de las entrevistadas provienen de zonas urbano marginales de Lima o de Cajamarca.

4. Experiencias de ex-trabajadoras domésticas infantiles


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Para la mitad de las entrevistadas, la experiencia de trabajo infantil ha estado asociada con la migración de su localidad de origen (tres a Lima y una a Cajamarca). El único caso de una migración que implicó una ruptura radical con su familia de origen fue el de una joven que a los 12 años decidió viajar sola desde su natal Puno hasta Lima en busca de trabajo. En los otros casos esa experiencia de migración estuvo asociada a redes o conexiones familiares.

En determinados momentos, algunos de los hogares experimentaron situaciones de aguda necesidad económica que hacía difícil cubrir necesidades básicas, especialmente las vinculadas a la educación de sus hijos e hijas.

La edad en que las entrevistadas iniciaron su inserción en el trabajo doméstico varía entre los 7 y los 15 años. En los casos de inicio más temprano (dos mujeres que empezaron a trabajar a los 7 años), se aprecian los mayores niveles de atraso escolar durante su niñez y adolescencia.

Un elemento común que comparten varias de estas mujeres al inicio del trabajo doméstico infantil o a la migración fuera de su localidad de origen para trabajar en ésta actividad, son los shocks o situaciones de crisis familiar que alteran los vínculos al interior del hogar o su capacidad para generar recursos económicos: tres entrevistadas hacen mención de situaciones de conflicto intrafamiliar e incluso de violencia que las hacen salir de la casa. La muerte de la madre de una de ellas es el detonante que la lleva a tomar la decisión de irse de Puno y buscar un empleo en Lima. La enfermedad del padre de otra la impulsa a buscar trabajo fuera del hogar. Otra joven menciona la separación de sus padres como un factor que la decide a emplearse como trabajadora doméstica durante sus vacaciones escolares. En otro caso son los problemas de alcohol del padre y las peleas al interior de la familia. En muchos casos, la incapacidad o dificultad del padre de familia para mantener a su hogar obliga a los demás miembros a buscar trabajo, en el caso de las madres e hijas, ello supone básicamente emplearse como trabajadoras del hogar.

En las decisiones de migrar y de colocar a las niñas en casa de un familiar en una ciudad, pesa la expectativa de encontrar mejores oportunidades de educación, sobre todo cuando se pasa del nivel de educación primaria a la secundaria. Los casos de dos de las entrevistadas muestran cómo esas expectativas de educarse en la ciudad pueden ser falsas ilusiones que se chocan con las condiciones de trabajo a las que son sometidas, que les niegan la posibilidad de estudiar en un primer momento.

Por otro lado, la opción de dedicarse al trabajo doméstico aparece casi como “natural” en las historias de estas mujeres. Como ha sido mencionado previamente, las escasas oportunidades ocupacionales abiertas a mujeres con pocos recursos y educación, además de los roles de género tradicionales que vinculan las ocupaciones domésticas


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como una labor “femenina”, hacen de este tipo de actividad una de las más claras opciones disponibles para las niñas y adolescentes mujeres cuando se busca que colaboren con el ingreso familiar. En algunos casos el propio entorno familiar o cercano a las niñas está fuertemente asociado a la ocupación de trabajadoras del hogar: entre las mujeres entrevistadas en este estudio, dos de ellas son “insertadas” en el trabajo doméstico por sus propias madres, que son trabajadoras del hogar. En otros casos son las compañeras de colegio, (también trabajadoras del hogar) que les ayudan a conseguir empleo. Una de las entrevistadas le “hereda” su último empleo como trabajadora del hogar a su hermana menor, cuando a los 17 años la lleva a Lima con el objetivo de ayudarla a encontrar mejores oportunidades de educación.

En varias de las entrevistas, el trabajo doméstico infantil aparece como una actividad “temporal”. Para algunas niñas es algo que se empieza a hacer sobre todo en periodo de vacaciones, donde las jornadas de trabajo son más intensas que en el periodo escolar. Otro tipo de “temporalidad” de esta actividad tiene que ver con la diversidad de empleadores que varias niñas experimentan a lo largo de su trayectoria laboral. El trabajo doméstico infantil es visto como una “etapa” y un recurso que sirve para un objetivo mayor que es el de educarse y adquirir las competencias para poder desempeñarse en otro tipo de ocupación.

En los testimonios también se nota la importancia que tienen actores muy cercanos a las niñas o sus familias como el principal canal de inserción en el mercado laboral del trabajo doméstico. Las propias madres, las tías, las madrinas, las hermanas, las primas o las profesoras son las primeras intermediarias entre la demanda de trabajadoras domésticas y las niñas. En otros casos se trata de compañeros de colegio que cumplen esa función de intermediación. La cercanía personal entre estos intermediarios con las niñas y los propios empleadores (en varios casos parientes), constituyen un elemento que puede reducir la percepción del riesgo que pueden correr las niñas en los hogares que trabajan. Juega en este caso la relación de confianza que tienen las familias y las niñas con los intermediarios, y las que tienen estos últimos con los empleadores.

En la historia de una de las entrevistadas se puede apreciar la existencia de un mercado más “abierto” de oferta y demanda de niñas para el trabajo doméstico. En las dos oportunidades esta mujer deja su Puno natal para emplearse en Lima, consigue trabajo mediante anuncios en pizarrones de los mercados locales, y ambas experiencias resultan bastante negativas. El hecho de que este tipo de anuncios sean de público conocimiento, incrementa la responsabilidad de las autoridades estatales en la prevención de este tipo de prácticas, donde el riesgo de explotación que corren los niños, niñas y adolescentes se incrementa en gran medida ya que no solo pueden caer en manos de empleadores abusivos sino en situaciones mucho más serias como comercio sexual y esclavitud (por ejemplo, son conocidos los anuncios de empleo para “jovencitas” que quieran ir a trabajar a zonas de producción de coca o de minería ilegal).


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Hay casos donde las personas que contactan a las niñas y adolescentes con sus futuros empleadores han realizado una especie de “trabajo de exploración” de la demanda de trabajo doméstico y ubican “familias buenas” donde pueden trabajar las niñas con menos riesgo: una de las entrevistadas tiene confianza en la familia donde coloca a su hermana porque ha trabajado con ellos un tiempo. La mamá de otra de las entrevistadas fue trabajadora del hogar en la familia que emplea a su hija. Las amigas del colegio de dos de las informantes las contactan con familias que ellas conocen. En otro caso son los profesores del colegio que ayudan a la joven a ubicar “buenas familias” donde trabajar.

Esta idea de la “familia buena” puede ser una especie de construcción imaginada (basada en algunas experiencias reales) que alimenta el mito y la esperanza de que las niñas pueden encontrar un empleador capaz de brindarles las condiciones que están buscando: una vivienda donde se las trate bien; donde a cambio del trabajo doméstico, se les brinde la oportunidad de educarse y tener algún ingreso para pagar sus estudios y colaborar con su familia, e incluso ayudar a sus hermanos y hermanas a seguir esta vía de “ascenso social”.

Cuando las trabajadoras domésticas infantiles encuentran estas “familias buenas” en algunas de sus experiencias, el mito se refuerza al punto de idealizar al empleador, con el cual se llega a entablar relaciones afectivas (algunos se convierten en padrinos o protectores) y no son vistos como familias que explotan la posibilidad de contar con una mano de obra barata para asumir las tareas domésticas del hogar.

Para los propios empleadores ello puede reforzar su autopercepción de que están haciendo algo “bueno” al darle oportunidades y protección a las niñas y adolescentes. Al margen de las buenas intenciones que efectivamente algunas familias pueden tener, a nivel social, la persistencia de estos mitos puede reforzar la idea que el buen trato y las oportunidades que se le brindan a las niñas no necesariamente son un derecho fundamental sino una concesión, un acto de bondad o de caridad realizado por personas bien intencionadas, que en ciertas ocasiones justifica el hecho de que las niñas no reciban una remuneración por su labor, sino una “propina” o simplemente techo, alimento y educación. Desde un enfoque de derechos fundamentales, la vivienda, la alimentación y la educación son derechos inalienables de las personas menores de edad, no una concesión producto de la buena voluntad o, en algunos casos, de la “buena suerte”.

Este tipo de construcción imaginada del “buen empleador” y del hecho de que efectivamente en ciertos casos estas “familias buenas” realmente existen, podría ser un factor que alimenta la tolerancia social frente al trabajo doméstico infantil.

Sin embargo los riesgos y condiciones de trabajo que tuvieron que enfrentar las niñas en varias de sus experiencias muestran que el mito de la “familia buena” es una


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expectativa muchas veces irreal. Entre las entrevistadas se encontraron dos casos que representan experiencias bastante negativas. En uno de ellos, la niña a pesar de trabajar para una tía, además de no recibir remuneración, no tuvo la oportunidad de ir a la escuela lo que provocó un atraso escolar que motivó, posteriormente, que falsifique documentos para “saltarse” casi tres años de educación primaria y entrar directamente a la secundaria en Apurímac. El hecho de que a pesar de ello, esta mujer pudo terminar la secundaria e incluso seguir estudios superiores, da cuenta de la pésima calidad de la educación secundaria (y las dudas que ello proyecta sobre la educación superior técnica) que reciben muchos niños y niñas del entorno social de donde provienen las trabajadoras domésticas. Más allá de las cualidades individuales de los niños y niñas, que una institución educativa (sin darse cuenta) acepte y pase de año a una niña que no cuenta con la formación primaria adecuada, no solo indica la ausencia de mecanismos institucionales para enfrentar y encontrar formas remediales para el atraso escolar, sino la baja exigencia que tiene la educación secundaria en el país.

Hay que tomar en cuenta que en todos los casos entrevistados, terminar la educación secundaria y seguir estudios superiores es una de las principales aspiraciones que las impulsa a aceptar y enfrentar jornadas extenuantes (trabajo más estudio), grandes esfuerzos y sacrificios. Sin embargo, la contraparte de este gran esfuerzo individual es en muchos casos una educación secundaria o superior de muy mala calidad y que a la larga tiene el riesgo potencial de convertirse en una fuente de frustración social.

Son conocidos los riesgos que corren los niños y niñas que se dedican al trabajo doméstico y varios de ellos aparecen en las historias de las entrevistadas. Cabe resaltar que estos riesgos se intensifican por factores como la lejanía o aislamiento del núcleo familiar y las distancias culturales y étnicas que existen ente los empleadores y los trabajadores domésticos infantiles.

Este aislamiento puede tener consecuencias psicológicas serias para niñas y adolescentes que a corta edad, experimentan casos de depresión profunda y también las hace más vulnerables a otro tipo de consecuencias para su salud (una de las entrevistadas llega a sufrir de anemia). Esto hace que su destino esté más sujeto al azar o la buena fortuna, la posibilidad de encontrar en algún momento “la señora buena” o la “familia buena” que pueda brindar mejores oportunidades. El rol de lo que puede llamarse “el destino”, cuando la historia individual logra tener un “final feliz” (la joven sale del trabajo doméstico y logra educarse hasta adquirir una profesión), es un elemento que puede servir para reproducir los mitos sociales que giran en torno a esta actividad, lo que contribuye a su tolerancia social.

En las historias recopiladas se nota la gran ausencia del Estado o de instituciones públicas como actor en la vida de estas niñas y adolescentes. Cuando están presentes, como en el caso de la escuela, no constituyen un actor que juegue un rol preventivo en la


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incidencia del trabajo doméstico infantil. Es más, ante la ausencia de recursos públicos que apoyen la escolarización de los grupos más vulnerables, las necesidades que enfrentan las niñas para seguir en la escuela son uno de los factores que las impulsa a emplearse en esta actividad.

La ausencia del Estado, es suplida por instituciones de la sociedad civil que cumplen un rol positivo en las historias de estas niñas y adolescentes trabajadoras. Una de las jóvenes que experimenta abusos hace una denuncia no en la comisaría, sino en un medio de comunicación y así logra llegar a La Casa de Panchita. En los otros casos, son las actividades que promoción de hacen las instituciones como Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR) y Asociación Mujer y Familia (AMF), tanto en las escuelas como en los barrios donde viven las niñas, las que les permiten contactarse con algún apoyo institucional pero de carácter privado. Este apoyo se traduce en actividades de formación y capacitación en derechos o competencias laborales, así como en ciertos casos en intervención de protección (casas de acogida) o de subvención para seguir estudios.


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Otro componente del estudio implicó la realización de una serie de entrevistas a instituciones que realizan intervenciones específicas orientadas al trabajo doméstico infantil en las localidades de Lima y Cajamarca.

Del conjunto de instituciones privadas con las que se contactó, cabe resaltar la experiencia de cuatro organizaciones no gubernamentales:

Institución Sede Informante

Asociación Grupo de Trabajo en Redes – La Casa de Panchita (AGTR)

Av. República de Chile 566, Jesús María, Lima.Teléfono: 4245382

Blanca Figueroa (Directora)

Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar – Congregación Religiosas de María Inmaculada (ANTRAH)

Av. El Polo 375, Santiago de Surco, Lima.Teléfono.: 4361572

Hermana Rosalina Carrillo Bruno (ex Encargada Superiora de ANTRAH)

Instituto de Promoción y Formación de las Trabajadoras del Hogar (IPROFOTH)

Pasaje Tumay 120, Barranco, Lima.Teléfono: 993864721

Clementina Serrano (Presidenta de la Asociación)

Asociación Mujer y Familia (AMF) Jr. Jorge Isaac 2999, Urb. El Bosque, Cajamarca.Teléfono: 07637616

Omar Gálvez Panduro (Director)

El tipo de servicios que ofrecen estas instituciones están centrados en actividades de intervención directa con los niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos y sus familias. La oferta común de estas cuatro instituciones incluye:

Servicios de capacitación y asesoría en derechos de los niños y derechos laborales. Actividades de educación no formal utilizando como metodología los talleres en

los que abordan reforzamiento escolar; consejería para el desarrollo personal; actividades recreativas; capacitación en salud en general y salud sexual y reproductiva en particular.

5. Una aproximación a la oferta de servicios existente para el abordaje del trabajo infantil en el trabajo doméstico


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Actividades de difusión de sus servicios a nivel comunitario y en centros educativos donde asisten trabajadores domésticos infantiles.

Reforzamiento de vínculos entre los trabajadores domésticos infantiles y sus familias de origen.

Con la excepción de la AGTR, por lo general las instituciones contactadas que ofrecen servicios de atención directa a niñas y niños trabajadores doméstico lo hacen a pequeña escala con un paquete de servicios similar (capacitación, consejería, formación y desarrollo personal).

Las actividades de incidencia en cambios culturales y concienciación sobre el problema se concentra en algunas intervenciones en centros educativos donde se contactan a niños y niñas vinculados a esta actividad, y en el caso de AGTR, con su programa de radio en Lima y en Cajamarca, y de AMF con el programa de televisión en Cajamarca, se complementan con acciones destinadas a públicos masivos.

Dos instituciones (ANTRAH e IPROFOTH) tienen casas de refugio que pueden servir para la atención de casos extremos de niñas y niños trabajadores domésticos infantiles aislados de sus familias, pero que tienen una capacidad bastante limitada (como máximo, ANTRAH puede acoger a 60 personas en las tres ciudades donde tiene locales: Lima, Arequipa y Cusco). La participación de estas instituciones en algunas redes sirve para que otras instituciones deriven algunos casos a estos albergues o casa de refugio.

Los recursos que manejan son bastante modestos y dependen de fuentes de cooperación y socios para el desarrollo. No se ha reportado información sobre financiamiento público del Estado a los proyectos de estas instituciones.

A pesar de las limitaciones que tienen estas instituciones, una fortaleza potencial es su vinculación con otras organizaciones en redes de trabajo interinstitucional, que involucran también instituciones públicas orientadas a la prevención y erradicación del trabajo infantil. Estas redes permiten compartir criterios y experiencias; derivar casos para complementar servicios de intervención; participar en la incidencia para el diseño de políticas públicas y es un activo importante que puede servir de base para proponer estrategias de intervención más estructuradas y coordinadas.

En la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012-2021 (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2012) se menciona como uno de los enfoques de intervención la corresponsabilidad entre actores privados, la comunidad y la familia en la prevención y erradicación del trabajo infantil. Sin embargo el trabajo en redes con asociaciones de la sociedad civil aparece mencionado sólo en los ejes de intervención de “Tolerancia Social” y de “Información y Conocimiento”. En el primero de ellos se enfatizan intervenciones coordinadas entre el estado y organizaciones de la


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sociedad civil en campañas de concienciación y difusión de la problemática del trabajo infantil. En el segundo, la generación información que permita la búsqueda activa de casos de niños y niñas en trabajo infantil a través de instrumentos aplicados por instituciones públicas y privadas. No se hace una mención específica a la articulación de una oferta que integre servicios tanto públicos como privados a través de instituciones de la sociedad civil.

Del lado de las instituciones públicas, se constató que no existe una oferta específica se servicios para niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos, aunque se identificaron algunas iniciativas que pueden aportar a la construcción d una respuesta institucional.

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), a través de la Dirección de Sistemas Locales y Defensorías, puso en marcha a finales del 2013 un piloto para identificación registro y seguimiento de casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico infantil y respecto a adolescentes trabajadores domésticos. Aunque al término de esta investigación aún no se disponía del informe final de la intervención, se pudo conocer que la experiencia se llevó a cabo en seis distritos de Lima y se logró atender 50 casos y que el siguiente paso sería la validación de un protocolo de atención.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) si bien no cuenta con ningún servicio específicamente dirigido a niños, niñas y adolescentes trabajadores domésticos, sí que ha modificado servicios existentes para asegurar una respuesta para las trabajadoras domésticas adultas, lo que puede constituir una oportunidad para abordar los casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico y de protección de los trabajadores domésticos adolescentes en edad legal de trabajar.

El MTPE ha habilitado, desde marzo de 2013, los servicios dominicales de atención a las trabajadoras del hogar, en específico para consulta y liquidación de beneficios sociales y orientación sobre derechos laborales y derivación de casos. Se prevé que este espacio pueda ser aprovechado también para generar conciencia, sobre el problema del trabajo infantil en el trabajo doméstico y la protección de las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar, entre las trabajadoras domésticas adultas como personas relacionadas directamente con esta realidad.

Así mismo, el MTPE aprobó el Plan de Acción 2014 para Promover el Cumplimiento de los Derechos Laborales de las Trabajadoras del Hogar (Resolución Ministerial N° 052 – 2014–TR)8, que tiene por objetivo, mejorar las condiciones laborales de los trabajadoras y trabajadores del hogar, a través de la ejecución de actividades orientadas a elevar

8 Documento disponible en: http://www.peru.gob.pe/normas/docs/2014-03-28_052-2014-TR_3383[1].pdf


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el nivel de cumplimiento de las normas laborales en beneficio de este sector de la población.

El Plan consta de cinco ejes y objetivos estratégicos sobre orientación y difusión de los derechos de las trabajadoras del hogar; registro de los empleadores y trabajadores y sus derechohabientes en salud y pensiones; fiscalización laboral, con énfasis en las agencias de empleo; mejora de los mecanismos de prevención y atención para las trabajadores víctimas de trata, trabajo forzoso y/o infantil; y el eje de empleabilidad dirigido a mejorar las condiciones laborales mediante la acreditación y certificación de sus competencias laborales.


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Por las condiciones en las que se desarrolla esta actividad, la magnitud de la problemática del trabajo infantil en el trabajo doméstico presenta varios desafíos para su estimación. La Estrategia Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (ENPETI 2012-2021), muestra que alrededor de 13 mil niños, niñas y adolescentes están dedicados al trabajo doméstico infantil, lo que el 0,8% de la población de ese grupo de edad dedicada al trabajo infantil y el 0,19 del total de niñas, niños y adolescentes entre 6 a 17 años del país. Sin embargo, el ejercicio realizado en este estudio con los datos de la ENAHO 2011 casi cuadruplica estos estimados, en un cálculo que podría ser conservador.

Otro elemento que aparece del análisis de los datos de la ENAHO 2011 es que la experiencia de migración es más frecuente en el caso de los trabajadores y trabajadoras domésticos infantiles que en el resto de niños trabajadores de 6 a 17 años, aunque con los datos disponibles no es posible determinar con precisión hasta qué punto esa migración sigue la movilidad de las familias o implica un alejamiento de las niñas, niños y adolescentes de sus propios hogares. Sin embargo, por las características señaladas del mercado laboral del trabajo doméstico, donde la intermediación de familiares o personas cercanas a las familias de origen expulsoras es un punto central, es posible suponer que las “rutas migratorias” estarían sobre todo basadas en las redes de parentesco (real o simbólico) que existen en esas familias.

Las familias expulsoras perciben en el trabajo doméstico, más que una fuente de ingresos para el hogar, una oportunidad de movilidad social, especialmente educativa, para sus hijos e hijas. También los propios niños, niñas y adolescentes se motivan por esto y muchas veces suelen migrar a lugares alejados de sus familias de origen para acceder una mejor educación, a cambio de trabajar en labores domésticas. Ello refuerza la hipótesis que el tránsito entre la primaria y la secundaria, con la expectativa de acceder posteriormente a la educación superior, es un momento crítico y uno de los principales incentivos que impulsa tanto a las familias como a las niñas, niños y adolescentes a migrar para convertirse en trabajadores domésticos.

6. Principales conclusiones


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Por otro lado, si el crecimiento económico experimentado por el país en los últimos años parece tener efectos modestos en la reducción del trabajo infantil en general, los datos estadísticos imperfectos con los que se cuenta podrían sustentar la hipótesis que en el caso del trabajo infantil en el trabajo doméstico infantil esos efectos son mucho menores o incluso nulos, lo que da cuenta de un fenómeno bastante persistente y cuyas causas no sólo pueden encontrarse en la situación de pobreza que siguen viviendo muchos de los hogares peruanos, sino también en otros factores complejos y multidimensionales que impulsan a las familias a permitir que sus hijos, y sobre todo sus hijas, menores de edad se empleen en el trabajo doméstico a una edad inferior a la edad mínima legal o en condiciones peligrosas, es decir, en situaciones no aceptables y que contravienen la legalidad vigente. Varios de los resultados encontrados en este estudio son consistentes con factores ya identificados en la literatura que aborda esta problemática social.

Los testimonios y entrevistas recogidas en esta investigación identifican algunos de los elementos críticos en el contexto familiar que favorecen la decisión de las familias y de las niñas o adolescentes a emplearse en el trabajo doméstico y que han sido señalados en otros estudios. La ausencia de una red de protección social más densa que le permita a las familias enfrentar shocks causados por la pérdida (ya sea por muerte, incapacidad o abandono) de uno de los adultos responsables del sostenimiento familiar, sigue siendo uno de los elementos que empuja a las niñas, niños y adolescentes a buscar trabajo fuera del hogar en general y en el trabajo doméstico en particular. En el caso específico del trabajo doméstico, algunas entrevistas realizadas señalan que la violencia intrafamiliar y el deterioro de las relaciones al interior del hogar son otros de los elementos que empujan a las niñas y adolescentes a buscar un contexto más favorable.

Algunas coyunturas que exigen a las familias un mayor esfuerzo económico en la inversión de la educación de sus hijos e hijas, también son un elemento que juega a favor del empleo en actividades económicas de las niñas, niños y adolescentes fuera del hogar.

El propio contexto social de las familias de origen expulsoras, caracterizado por una mala calidad de la educación pública, las escasas oportunidades ocupacionales y de servicios o la falta de espacios de socialización para las niñas y adolescentes fuera de la escuela y la familia, contribuyen a la decisión de aventurarse en el trabajo doméstico infantil. En algunos casos el atractivo de gozar de cierta independencia económica también es un factor que incentiva a las niñas y adolescentes a buscar un empleo en esta actividad.

La diferenciación de los roles de género y la asociación del trabajo doméstico con roles femeninos son un factor cultural y estructural central que, en el caso de las niñas y adolescentes las predispone a emplearse en el trabajo doméstico, no solo porque son vistas como “naturalmente aptas” para ese tipo de trabajo, sino porque es una de las pocas alternativas laborales considerada como especialmente orientada y apropiada


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para las mujeres. En varios casos se reproducen los roles y actividades de las madres, pues como se ha visto en el informe, un grupo importante de niñas y adolescentes identificadas como trabajadoras domésticas tienen madres que se emplean o se han empleado como trabajadoras del hogar.

Si bien entre las familias potencialmente expulsoras de trabajo doméstico infantil hay una relativa conciencia del tipo de riesgos que implica que sus hijas e hijos trabajen fuera del hogar, existen una serie de elementos que minimizan la percepción de esos riesgos y promueven la decisión de emplearlos incluso a edades inferiores a la edad mínima legal.

Por un lado, hay mitos asociados a determinados canales de movilidad social que pueden ser proporcionados por familias empleadoras que gozan de mejores condiciones socioeconómicas y que, por ende, podrían ser capaces de dar a las niñas y adolescentes oportunidades difícilmente accesibles para sus propias familias. Es lo que se ha denominado el “mito de la familia buena”, que encuentra un refuerzo en el hecho de que efectivamente algunos de esos casos existen. Además, este mito social presente en el ámbito del trabajo doméstico infantil y que se ha expresado en algunas de las historias recopiladas en las entrevistas en profundidad, contribuye con la tolerancia social del fenómeno al hacer de las familias empleadoras potenciales “benefactoras” de niñas y adolescentes de menor condición social. En este contexto se diluye la noción de derechos inalienables de los niños a la educación, la vivienda y un trato digno y afectuoso por parte de la sociedad, convirtiendo a estos elementos en “actos de caridad” en vez de obligaciones sociales.

Otro factor que puede minimizar la percepción de riesgo son los mecanismos de intermediación que existen en el mercado laboral del trabajo infantil en el trabajo doméstico.

En casi todos los casos identificados en las entrevistas a familias y a mujeres adultas que experimentaron trabajo doméstico en su infancia y adolescencia, la oferta y la demanda aparece intermediada por miembros del propio hogar (la madre, la hermana), por miembros de la familia cercana (las tías, las madrinas) o por actores cercanos al contexto de socialización de las niñas (docentes). Sin embargo, la cercanía interpersonal que existe entre familias de origen expulsoras, niñas trabajadoras domésticas, intermediarios y familias empleadoras, enmascara relaciones asimétricas de intercambio de recursos y favores, que a su vez permiten la ocurrencia de situaciones de explotación de una mano de obra barata y sumisa (y a veces “agradecida”) para labores de trabajo doméstico. Este sistema basado en relaciones de cercanía interpersonal asimétrica reproduce a su vez la tolerancia social respecto al trabajo doméstico infantil, que en no pocas ocasiones puede dar lugar a una explotación laboral que, frecuentemente, no es vista como tal por los actores que más se aprovechan de la situación (el “empleador benefactor”).


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En el proceso de intermediación laboral también se encuentran elementos de “exploración” de las mejores oportunidades (identificar a las “familias buenas”), realizados en muchos casos por las propias madres, hermanas o amigas, que habiéndose empleado ellas mismas en el trabajo doméstico, “heredan” los puestos de trabajo a sus familiares cercanas.

La idea de temporalidad del trabajo infantil en el trabajo doméstico es otro elemento que disminuye la percepción del riesgo de esta actividad. No se trata siempre de una actividad a “tiempo completo”, ni de dedicación exclusiva en todos los momentos del año, generalmente se intensifica durante las vacaciones escolares.

Los riesgos y perjuicios para las niñas, niños y adolescentes que son trabajadores infantiles domésticos son bastante conocidos y se incrementan con la distancia física del hogar, la ausencia de una red social de soporte y las asimetrías socioculturales entre éstos y sus empleadores.

Sobre las instituciones que brindan servicios de atención directa a las y los trabajadores domésticos infantiles, quizás uno de los elementos más importante de sus intervenciones es la red de soporte que brindan y que permite a las niñas, niños y adolescentes enfrentar su aislamiento. Cuando logran intervenir, estos servicios brindan algunos mecanismos de protección tales como casas de refugio, procesos de reconstrucción de lazos familiares debilitados, acceso a nuevas oportunidades o condiciones educativas y empoderamiento en su relación con los empleadores.

En varias de las entrevistas en profundidad se reseñan historias de “éxito” de ex trabajadoras domésticas infantiles que han experimentado una movilidad educacional y ocupacional importante. En estas historias, ha sido crucial el contacto y el apoyo recibido de instituciones de la sociedad civil y que ha sido aprovechado por las mujeres entrevistadas, por lo que es posible suponer que cuando las niñas, niños y adolescentes en trabajo doméstico logran vincularse con servicios de protección pueden lograrse resultados positivos, aunque los límites de la metodología cualitativa de este estudio no permiten estimar cuál es la incidencia y la tasa de “casos exitosos”.

No obstante, más allá de los éxitos en los casos en los que pueden intervenir algunas instituciones privadas, es posible identificar algunas brechas en las estrategias de prevención y erradicación del trabajo infantil en el trabajo doméstico:

Inexistencia de campañas de comunicación masiva específicamente destinadas a concienciar sobre las dimensiones y riesgos para las niñas y adolescentes inherentes a esta actividad.


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Ausencia de protocolos homogéneos para identificar casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico y conectar la oferta de servicios públicos y privados para atender esta problemática.

Ausencia de programas estatales dirigidos a este grupo poblacional específico, que está siendo cubierta por instituciones privadas con recursos y radio de acción limitados, lo que implica un problema para que puedan tener una incidencia mayor respecto de las dimensiones del problema.

Inexistencia de un modelo de intervención que integre a las diferentes instituciones a una política pública y les dé acceso a recursos estatales que puedan potenciar su capacidad de acción, incidencia e impacto. Si bien la DEMUNA puede ser una instancia estatal a nivel local para identificar casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico, carece de un protocolo establecido de intervención, a pesar del potencial que tienen para conectar a las niñas, niños y adolescentes trabajadores domésticos infantiles con la oferta de servicios dirigida a ellos: de prevención y eliminación del trabajo infantil y de protección de las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar.

Salvo algunas excepciones, en general las instituciones que tienen programas de atención para casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico carecen de un sistema de registro y seguimiento que les permita evaluar con precisión los resultados y el impacto de sus intervenciones, con la idea de generar evidencias que alimenten la construcción de políticas, programas y servicios públicos de mayor alcance.

A pesar de ello, la acumulación de experiencias y su participación en redes interinstitucionales son una fortaleza importante que les puede permitir a las instituciones privadas jugar un rol central en la definición de estrategias efectivas para prevenir y retirar a las niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil en el trabajo doméstico y para la protección de las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar. Eso requiere potenciar la capacidad de dichas redes y en ese sentido el rol y la participación del sector público es un elemento central, en la medida que debería permitir articular el trabajo de estas instituciones con políticas y recursos públicos, organizar mejor la oferta de servicios tanto públicos como privados (en especial en el ámbito local para la detección, atención, prevención y erradicación del trabajo infantil en el trabajo doméstico) y afinar las estrategias de intervención identificando las mejores prácticas.


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A continuación se ofrece un conjunto de recomendaciones que, basadas en los hallazgos de este análisis de caso, se espera que puedan contribuir a fortalecer el trabajo de prevención y erradicación del trabajo infantil en el trabajo doméstico y la protección de las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar.

En este punto cabe precisar que no obstante la legislación vigente en el Perú clasifica al trabajo doméstico infantil como una actividad peligrosa por naturaleza y por condición, por lo cual está prohibida aún para los y las adolescentes en edad legal de trabajar, y en consecuencia es un término equivalente al de trabajo infantil en el trabajo doméstico, para fines de la presente investigación se han incluido recomendaciones que responden no solo a los preceptos legales, sino también que contribuyan a diseñar respuestas a una realidad que se vive día a día en el país y que afecta a miles de niños, niñas y adolescentes que requieren ser protegidos con el fin de restablecer sus derechos, siempre en el sentido que el fin último de la política nacional del Perú es erradicar esta práctica.

A) Medición del trabajo infantil en el trabajo doméstico e identificación, registro y seguimiento

Se deben mejorar los mecanismos de medición del trabajo infantil en el trabajo doméstico en las estadísticas sociales para conocer la magnitud del fenómeno. Ello implica una revisión metodológica respecto a la batería de indicadores pertinentes y viables en los instrumentos regulares y específicos (Encuesta Nacional de Hogares, encuestas especializadas de trabajo infantil, entre otros).

Se requiere desarrollar estudios cuantitativos con metodologías innovadoras para una mejor caracterización de la población infantil y adolescente específica en situación de trabajo doméstico. Es posible que debido a la dispersión e invisibilidad del fenómeno,

7. Recomendaciones


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estrategias metodológicas tradicionales basadas en muestreos probabilísticos sean demasiado costosas, pero podría explorarse trabajar con algunas bases de datos existentes de algunas de las instituciones privadas que tienen programas de atención al trabajo infantil y protección de los y las adolescentes trabajadores. Aplicar métodos como el de “bola de nieve” con un alcance amplio; o la estimación de múltiples sistemas9, que analiza el traslape de casos detectados por diferentes instituciones, podrían ser recursos útiles para mejorar el conocimiento existente sobre esta actividad.

Es necesario homogeneizar los sistemas de identificación y registro de niños, niñas y adolescentes en trabajo doméstico en las diferentes instituciones que atienden a población en situación de trabajo infantil y de protección de los y las adolescentes trabajadores. La Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, 2012-2021, tiene entre sus ejes de intervención la creación de un sistema nacional de información en materia de trabajo infantil, para lo cual la experiencia del sistema de registro de peores formas de trabajo infantil de Chile puede resultar relevante. Para esto es importante además, evaluar los sistemas de registro y seguimiento de casos de las instituciones que trabajan directamente con población de trabajadores domésticos infantiles para sistematizar esa información, proponer mejoras y criterios comunes mínimos, con la finalidad de compartir esa información y poder utilizarla en análisis y estudios más detallados.

Es preciso diseñar protocolos homogéneos de identificación, registro, derivación y atención de casos de trabajo infantil en trabajo doméstico que permitan a todas las instituciones que trabajan con esta población, ubicar a las familias a intervenir; brindar asistencia de protección; contar con definir mecanismos de derivación adecuados. Para ello las redes deben compartir información acerca del “pool” de servicios específicos que cada una puede ofrecer acorde con sus experiencias y posibilidades.

B) Estrategias de intervención

Las estrategias de intervención directa a favor de niñas, niños y adolescentes trabajadores domésticos, desde una perspectiva de prevención y retiro paulatino, deben tener un enfoque de trabajo integral con las familias, interviniendo en ejes como:

Restablecimiento de lazos familiares con familias de origen expulsoras. Una perspectiva de igualdad de género que aborde críticamente los roles

tradicionalmente asignados a las niñas y niños en el trabajo doméstico.

9 Método empleado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación para la estimación de las víctimas del conflicto armado interno.


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Oportunidades alternativas de generación de ingresos para prevenir las situaciones de trabajo infantil de niñas, niños y adolescentes y asegurar su prevención y el retiro sostenido.

Personal entrenado y mecanismos de seguimiento de casos. La experiencia colombiana de la Asociación Cristiana de Jóvenes puede ser un ejemplo interesante.

Articulación de diferentes servicios mediante redes interinstitucionales, que aseguren que los servicios, especialmente de carácter público (educación, salud, acceso a programas sociales, etc.) sean accesibles para estas familias a nivel local. La vinculación con programas de transferencias condicionadas (como Juntos) asociados a la problemática del trabajo doméstico infantil puede ser un elemento importante de esta, como lo sugiere la experiencia brasilera.

Personal entrenado y mecanismos de seguimiento de casos respecto a las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar, en particular respecto a las condiciones de trabajo y vida.

C) Comunicación y concienciación

Las estrategias de comunicación orientadas a la concienciación sobre la situación del trabajo infantil deben incorporar acciones específicamente diseñadas para la situación y características del trabajo doméstico. Ello debe permitir el cuestionamiento de los mitos asociados al trabajo infantil que refuerzan la tolerancia social y la invisibilización o minimización de los riesgos que la población en general tiene de esta actividad. Es necesario abordar estos temas en medios de comunicación masivos e involucrar tanto a los propios niños, niñas y adolescentes trabajadores y ex trabajadores domésticos, así como a líderes de opinión.

Hay que cuidar que la estrategia de comunicación y concienciación no solo releve los casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico que se asocian a estereotipos comunes (niñas “cama adentro” en familias alejadas de sus familias), sino casos que pueden ser más típicos de trabajo eventual en casa de parientes cercanos y en el propio entorno geográfico cercano de las niñas y adolescentes.

La experiencia Paraguaya de trabajo en la escuela utilizando la metodología SCREAM puede ser relevante, ya que además de generar movilización en la comunidad educativa y elevar la sensibilidad frente al problema en niños, niñas, adolescentes, docentes, padres, personal directivo, etc., permite identificar casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico en el ámbito de la escuela, orientándolos hacia los servicios de atención directa disponibles. Esta metodología contribuye además a construir un entorno protector y más comprometido con la defensa de los derechos de los niños en general,


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lo que crea condiciones favorables para los esfuerzos de prevención del trabajo infantil en general, y en el sector del trabajo doméstico en particular.

En el tema de las campañas de comunicación y concienciación, se debe tener en cuenta el actual contexto socioeconómico del Perú, en donde el incremento del ingreso familiar que experimentan familias de clase media baja10 les permite acceder a nuevos niveles de gasto y consumo de tipo “aspiracional”, donde la expectativa de contar con servicio doméstico de bajo costo puede realizarse mediante la contratación de trabajadores domésticos infantiles, con lo cual ciertos mitos y estereotipos asociados a esta actividad varían y se requiere dirigir mensajes a este nuevo tipo de empleadores .A continuación se ofrecen algunos elementos para la definición de un modelo de intervención, sobre la base de las recomendaciones planteadas y con el objetivo de alimentar el debate respecto de la construcción de respuestas efectivas a la realidad del trabajo doméstico infantil en el Perú, aprovechando el marco institucional que ofrece la Estrategia Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y el Plan Nacional de Acción por la Infancia, específicamente en sus resultados 6 y 8 referidos a trabajo infantil.

1. Información y análisis del fenómeno del trabajo infantil en el trabajo doméstico

Mejorar los indicadores y metodologías de los sistemas estadísticos nacionales para identificar la magnitud y características del trabajo doméstico infantil en general y de las situaciones de trabajo infantil en el trabajo doméstico en particular.

Promover investigaciones de carácter cuantitativo para estimar la incidencia y cambio de los patrones de trabajo doméstico infantil a nivel nacional, involucrando a universidades y centros de investigación social.

Sistema de identificación y registro de casos de trabajo doméstico infantil, integrado a uno que detecte, en particular, los casos de trabajo infantil debido a que se realiza por debajo de la edad mínima permitida, los casos de trabajo peligroso, así como los casos de trabajo doméstico que puedan ser reconducidos a otras peores formas de trabajo infantil, donde las Defensorías Municipales de Niños, Niñas y Adolescentes (DEMUNA) e instancias de gobierno regional y local tienen un rol central.

2. Articulación interinstitucional para el diseño de políticas de intervención

Visibilizar y concienciar, dentro de la problemática general del trabajo infantil, sobre el tema específico del trabajo doméstico en los diferentes niveles de

10 Sectores C, siguiendo la clasificación de niveles socioeconómicos de la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (Asociación Peruana de Investigación de Mercados, 2013).


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las instituciones públicas que pueden intervenir en este problema: Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social; Ministerio de Educación; Municipalidades y DEMUNA; Policía Nacional; etc. Las acciones deberían claramente diferenciar entre la necesidad de prevenir y eliminar las situaciones de trabajo infantil en el trabajo doméstico y la necesidad de brindar protección y seguimiento a las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar.

Involucrar activamente a instituciones de la sociedad civil en los esfuerzos de concienciación: asociaciones empresariales; sindicatos; medios de comunicación; etc.

Integrar y aprovechar la experiencia empírica de las instituciones que intervienen específicamente en la problemática de trabajo infantil y de protección del adolescente trabajador.

3. Servicios de atención para niños, niñas y adolescentes y sus familias

Diseñar una oferta de servicios de intervención que ofrezca un paquete básico orientado a las niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo doméstico y sus familias que implique:

Redes de soporte para las niñas, niños y adolescentes trabajadores domésticos, sobre todo en los casos donde hay alejamiento de sus familias de origen. Ello puede implicar una oferta de servicios como albergues y casas de acogida respecto de aquellos en situaciones de trabajo infantil en el trabajo doméstico; grupos de apoyo psicológico; actividades recreativas y culturales.

Incidir en el restablecimiento y/o fortalecimiento de los vínculos familiares entre las y los trabajadores domésticos infantiles y sus hogares de origen, que permita que las familias asuman un rol más protector respecto de sus hijos e hijas, con perspectiva de equidad de género.

Soporte para el acceso a la educación (especialmente en el tránsito hacia la secundaria), procurando diseñar estrategias para que las niñas, niños y adolescentes en trabajo doméstico permanezcan en la escuela regular o respecto a aquellas que han alcanzado la edad mínima para trabajar, acceso a otras alternativas educativas o de formación.

Ofrecer actividades alternativas (culturales, formativas, recreativas) en periodo vacacional, donde se incrementa la dedicación de los niños, niñas y adolescentes al trabajo doméstico, en particular respecto a aquellos con edades inferiores a la edad mínima para trabajar.

Generar redes que permitan compartir servicios complementarios entre diversas instituciones públicas y privadas, con mecanismos de derivación


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adecuados, que aseguren que los servicios estén efectivamente disponibles cuando se requieren.

Contar con protocolos comunes para el seguimiento de los casos, con indicadores de riesgo y de éxito en las intervenciones y personal adecuadamente calificado para realizar ese seguimiento.

Promover que el Estado invierta en la generación de servicios específicamente destinados a este grupo poblacional tanto a nivel local (DEMUNA y Municipio); en la escuela; en instituciones de intervenciones de urgencia (INABIF, albergues y casas de refugio); y en los servicios de salud. En este punto puede articularse estos servicios con programas de transferencias condicionadas a las familias.

Promover el acceso a programas ocupacionales alternativos en las familias para mejorar sus ingresos y así desincentivar el ingreso de las niñas, niños y adolescentes al trabajo infantil en general y en específico respecto al trabajo infantil en el trabajo doméstico.

4. Campañas de concienciación y comunicación

Diseñar e implementar campañas de concienciación sobre la problemática del trabajo doméstico infantil, en el marco del trabajo infantil en general y respecto a la protección de los adolescentes trabajadores en particular, enfatizando dos niveles:

Espacios donde hay mayor contacto con niñas, niños y adolescentes, básicamente la escuela. Ello puede convertir a los niños y los maestros en los principales promotores de la toma de conciencia sobre el problema y actores clave en la identificación de casos de trabajo infantil en el trabajo doméstico, así como constituirse en redes de soporte para niñas, niños y adolescentes que se dedican a esta actividad. La estrategia SCREAM implementada en Paraguay puede ser un modelo de buenas prácticas a considerar.

Campañas de difusión masiva en medios de comunicación, con la finalidad de incrementar la visibilidad del fenómeno a nivel nacional, integrando a medios de comunicación, profesionales de la comunicación, líderes de opinión, artistas y creadores de contenidos. Estas campañas deben también promover, en particular, condiciones adecuadas y trabajo decente para las trabajadoras domésticas adolescentes en edad legal de trabajar y, en general, respecto a las trabajadoras del hogar adultas.


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