DEBATE SOBRE EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO

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DEBATE SOBRE EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO M A N U E L R I V A S L Á Z A R O

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Drama en un acto por Manuel Rivas Lázaro

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DEBATE SOBRE

EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO

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Copyright © 2012 Manuel Rivas Lázaro

Todos los derechos reservados. Esta obra, o cualquier parte de esta, solo puede ser reproducida o utilizada con el permiso expreso por escrito de los

editores (ver dirección electrónica abajo).

Primera y única edición póstuma Edición electrónica publicada en el Canadá

ISBN 978-0-9877589-0-3

El contenido de esta publicación es copia fiel del contenido original escrito por el autor. Los editores se hacen responsables del nuevo formato y de

ciertas alteraciones al texto.

Copia de fotografía del autor (Manuel Rivas Lázaro)

Editores ERR (Emilia y Enrique Rivas Rivas, hijos de Manuel Rivas Lázaro) Email: [email protected]

Blog: http://manuelrivaslazaro.blogspot.com

i

PREFACIO ¿Cuál es la relación entre la vida y el teatro?

Esta es la pregunta primordial que impulsa a Manuel Rivas Lázaro en su obra de teatro.

Sosteniendo una actitud de aliento al futuro ante el posible decaimiento del teatro en su

época (mediados del siglo veinte), el autor intenta “hacer que la obra se desborde hacia

el público”. Según él, “el teatro tiene que buscar... aumentar las perspectivas del

espectador sobre el drama” ya que el ser humano “se halla con múltiples puntos de vista

... porque vive ahora en un mundo más comunicado en todos sentidos”.1 Esta vida

compleja y apremiada del ser moderno “es tan corriente y natural que termina por

parecernos obvio todo cuanto a ella se refiere”. 2 Vivimos sin percatarnos de lo que pasa

realmente. Dichosamente, de acuerdo a Rivas Lázaro, los espectadores pueden

enriquecerse con participación directa en las obras. El teatro puede ofrecer “un

espectáculo que sea presentado no como sucediendo, sino que esté sucediendo

realmente”.2 A su vez, en la vida misma “se pueden encontrar posibilidades de

renovación” para el teatro. La vida tiene una “íntima y poética relación... con la escena”.1

Con esta perspectiva de acercamiento entre la escena y el público, el escritor/director

ejerce su magia al sumergir a los espectadores plenamente en problemas particulares de

la vida diaria. De esta manera, Manuel Rivas Lázaro nos invita a activar nuestra presencia

en la vida a través de sus obras. Para él, el teatro se nutre con una infusión de vida y la

vida se refuerza con el despliegue teatral que exige presencia.

Las obras

Las tres obras publicadas aquí muestran el dinamismo pirandelliano de las obras

dramáticas de Manuel Rivas Lázaro. Con temas existenciales, las tres obras presentan

situaciones que se pueden dar fácilmente en lugares comunes en cualquier parte del

mundo. DEBATE SOBRE EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO toma lugar en el recibo de una

casa de familia la cual lucha por enfrentarse, con intervención de los presentes, a la

ausencia inesperada del ser que logró convertirse el eje del hogar. En UNA HORA DE

NUESTRA VIDA, tres actores se sienten atrapados por la tenacidad del autor que los

impulsa a ensayar y exteriorizar intimidades de sus relaciones en tiempo real. Aun

cuando ABSURDO no reclama participación directa de los espectadores, la tercera obra

engancha al público con una joven que, mediante la gimnasia, crea una situación

paradójica entre dos hombres que aspiran ser parte de su vida.

La vida del autor en el teatro

Manuel Rivas Lázaro dedicó gran parte de su vida a la vida del teatro. Jóvenes y mujeres

fueron guiados por sus palabras y sus gestos. Aspirantes actores recibieron su guía y

apoyo para formarse y luego realizarse. Grupos de hombres y mujeres recibieron su

entrenamiento profesional en el arte dramático. Grupos de teatro amateur recibieron su

generosa dirección. Lectores de revistas y periódicos Venezolanos compartieron sus

1 Manuel Rivas Lázaro. La Vida del Teatro, El Nacional, 12 agosto 1955. 2 Manuel Rivas Lázaro. Lo Vital y Actuante en el Teatro, El Nacional, 31 octubre 1956.

ii

pensamientos acerca del teatro. El público presenció obras dirigidas por él. El público

también participó en sus obras y en tertulias que sus obras inevitablemente engendraron.

Actividades que resaltan entre los años 30 y 70 en la vida del autor en el teatro:

Participó en la Asociación de Cultura Femenina (Instituto San Pablo, Caracas) donde grupos de mujeres

recibían entrenamiento y capacitación. Organizó conferencias y sesiones de música.

Participó en la Sociedad de Amigos del Teatro (Caracas).

Promovió el Centro de Formación para el Arte Dramático (Caracas).

Fundó el Centro de Estudios Teatrales en el Ateneo de Caracas. El centro ofrecía ejercicios teatrales según

el Método Stanislavski.

Participó como profesor en el Curso de Capacitación Teatral en el Liceo Nocturno Juan Vicente González,

Caracas.

Inició, entre otros, a María Teresa Haiek, Fausto Cabrera, y Carlos Márquez en sus vidas en el teatro.

Dirigió el Teatro Universitario de la Universidad Central de Venezuela.

Escribió numerosos artículos acerca del teatro para La Esfera, El Universal, y El Nacional.

Presentó DEBATE SOBRE EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO (Caracas, Maracaibo y Bogotá) y ABSURDO

(Caracas).

Dirigió grupos de teatro amateur en Montreal, Canadá.

Guió e inspiró a grupos de alumnos de teatro en el Liceo Fermín Toro (Caracas).

Coordinó la enseñanza de teatro en liceos a través del Ministerio de Educación (Caracas).

El hombre

Manuel Rivas Lázaro (1900-1970) nació en Cumaná, Estado Sucre, en la costa oriental de

Venezuela. Sus padres, Francisco de Paula Rivas Maza y Emilia

Lázaro Costa, eran amantes de la música y de las letras. De

joven, se dedicó al violín, pero luego encontró su voz en el teatro

como escritor, crítico, y director. Al igual que su padre, quien

ejerció como médico y escribió a la vez, Manuel Rivas Lázaro

desempeñó un cargo en una compañía petrolera en Caracas

mientras ampliaba sus ideas y su labor en el teatro. En su hogar,

nunca estaba muy lejos de sus libros, su máquina de escribir, sus

pipas y, sobretodo, de su butaca preferida con un bloque de

papel sobre las piernas. Pero a pesar de la intensidad de sus

reflexiones filosóficas, siempre estaba listo para escuchar, cantar,

echar cuentos, y divertir con su violín a sus hijos con su

característica paciencia y calor humano. Nadie se escapaba de su sonrisa y de sus ojos de

color azul claro. Queriendo contrarrestar la opresión e inseguridad de un régimen

dictatorial, Manuel Rivas Lázaro valientemente trasladó a su familia a Montreal, Canadá,

un acto que nació del desespero pero que enriqueció a todos a su alrededor. Allí continuó

escribiendo artículos y dirigiendo grupos amateur. Al regresar a Caracas, se dedicó a la

educación a través del teatro. Su esposa, Graciela Rivas Rojas, lo acompañó siempre en

el escenario y luego continuó su labor pedagógica. Manuel Rivas Lázaro fue un hombre de

modales antiguos (vestido siempre con paltó y corbata) que contrastaban con sus

pensamientos modernos. Sus gestos eran callados y sutiles, pero sus ideas estallaban con

dinamismo y pasión por la vida, sobretodo la vida en el teatro.

DEBATE SOBRE EL HOMBRE Y EL MATRIMONIO3

PERSONAJES

SECRETARIO

PADRE

MADRE

ESPOSA

ESPOSO

TIA

SOBRINO

SIETE ESPECTADORES

Los espectadores pueden ser hombres y mujeres u hombres solos. Pueden

refundirse los espectadores en la siguiente forma:

(1-2) (3-8) (4-9-12) (5-7-11A) (6) (10) (11)

1 2 3 4 5 6 7

3 Estrenada en la Biblioteca Nacional, Caracas, 10 de octubre de 1954 y en las Galerías Centrales de Arte,

Bogotá, 18 de diciembre de 1954

DEBATE 1

I ACTO

Recibo de casa de familia que goza de prosperidad. Modernidad en la puesta en escena. En el recibo se

encuentra un caballero como de 40 años que en la obra será llamado el SECRETARIO. Está sentado

cómodamente, fumando un cigarrillo, que acaba de

encender, a la vez que piensa. Por el lateral izquierdo (puerta hacia el interior de la casa) sale

una señora como de 50 años; algunas canas. Está bien arreglada, pero evidentemente es seria y no

está alegre. En la obra será llamada la MADRE.

MADRE

Creí que habías tomado una revista o un libro mientras yo salía.

SECRETARIO

No, me he limitado a encender un cigarrillo y a fumar. Además, hacía tanto que no venía a tu casa, que no sabría donde están ahora las revistas

y los libros.

MADRE

Es que después de lo ocurrido –lo de mi hija y su esposo- hemos cambiado el acomodo general de los muebles.

SECRETARIO

En eso estaba pensando, en lo ocurrido a tu hija y su esposo.

MADRE

Es para esto que te hemos hecho venir, pero mi esposo y mi hija quieren

que estemos todos en esta conversación, por ese motivo, tendremos que esperarles.

SECRETARIO

He sabido algunos detalles, muy pocos, acerca de la separación.

DEBATE 2

MADRE

Supongo cuánto se habrá hablado y qué de cosas se seguirán diciendo. ¡Ha sido algo desagradable, muy desagradable! Nunca pensamos que esto

llegaría a ocurrir, y mucho menos en la forma que ocurrió, quiero decir, por una razón de intereses materiales. ¡Y tan materiales! Realmente era lo

que menos podíamos esperar de ese señor, que nunca tuvo apariencia de

ser... ¡un materialista sin delicadeza y con poco sentimiento! De pronto nos dimos cuenta de que solo se dirigía por eso, por los intereses. Y

pensar que aquí se le dio acogida, y se le quiso, y en esta casa, a nuestro lado, vino a ser lo que es hoy, naturalmente que con su esfuerzo también,

pero con nuestra benevolente ayuda. ¿Qué era en fin de cuenta? Un simple cobrador de comercio, con un maletín bajo el brazo todo el día, y

nosotros lo miramos así y lo aceptamos con generosidad y simpatía, como pretendiente de nuestra única hija, y por eso vino a ser un hombre con un

hogar, que no tenía antes, y con dinero. ¡Para esto que tú ves ahora! ¡Estas cosas no le ocurren a uno sino una vez en la vida!

SECRETARIO

Y si le ocurrieran dos o tres veces, siempre se repetiría el error. El olvido

es un gran constructor de lo inédito dentro de uno.

MADRE

Es cierto. Pero, estamos ya en el asunto y mi esposo y mi hija no han venido aún. Creo que es mejor que vaya un momentico a buscarles. ¿Me

permites?

SECRETARIO

Desde luego, ve.

(La MADRE sale.)

(Al estar solo de nuevo, fuma y reflexiona cómodamente.)

ESPOSO (Desde la sala, donde se encuentra como espectador)

(Es un hombre como de 35 años.)

Óyeme, Antonio.

DEBATE 3

SECRETARIO (Mirando hacia el ESPOSO)

¿Qué hay Gabriel?

ESPOSO

¿Cómo estás?

SECRETARIO

Bien, gracias.

ESPOSO

Yo no puedo oír en silencio cuestiones que me atañen y que yo he vivido. Mi suegra nunca ha sido dada a ver con claridad lo de los demás, y menos

ahora que está cegada por la idea de defender a su hija. Cualquiera puede comprender que su opinión tiene que ser por lo menos llena de confusión.

Y esto es lo que quiero aclararte. Lo que yo diga, también puede ser tomado como fruto de la pasión, pero como hablo de mí, esto supone una

obligación de solidaridad conmigo mismo. Ella podrá decir luego que se equivocó, yo no. Mi historia, o más exactamente, la parte de mi vida que

viví junto a ellos, es la siguiente: Yo, como ha dicho mi suegra, tenía un empleo en una empresa comercial. Que este empleo fuera ir con un

maletín a efectuar cobros, fatigándome y sudando por las calles, en lugar de estar trabajando en la oficina atildadamente, no tiene la falta de

significación que ella le atribuye. Todo el mundo sabe que generalmente un cobrador es un empleado mejor remunerado. Ella no lo sabe porque

tiene de la vida un sentido exclusivamente doméstico, cree que todo lo que se hace del lado afuera, fuera de su mundo particular, el hogar, es

sencillamente menos apreciable, y por eso su hija, que sentía horror al trabajo de oficina, tampoco supo nunca lo que es la lucha por la

existencia. Pero esto carece de importancia en mi historia. Lo más importante y lo que yo deseo aclararte, es que no es como ella ha

afirmado, que yo he actuado como un vulgar materialista, y que todo lo he resuelto guiado por la idea del dinero.

DEBATE 4

SECRETARIO (Interrumpiéndole)

Permíteme un momento, Gabriel. Debes tener en cuenta que dentro de

breves instantes va a venir la familia y no es conveniente que nos encuentren en esta conversación; es mejor cortar esto.

(El telón mismo se encarga de cortar la conversación.)

ESPOSO

¡Bueno! (Se vuelve al público.) Entonces se lo diré a ustedes. Yo conocí a esta familia siendo un simple empleado, muy humilde. Un año después me

casé con la única hija de ellos. Eran más que yo, yo lo sabía, pero, ¿qué hacían? – solo vegetar, con un pequeño comercio, al frente del cual estaba

el padre, y una pequeña hacienda en el litoral que apenas cubría los gastos, y yo empecé a trabajar, poniendo todo mi esfuerzo, toda mi alma

hasta que conseguí una verdadera prosperidad para todos. Sin ningún materialismo, sin ambiciones bastardas. Para todos, como he dicho. Y este

fue el mal. Nunca pensé que aquella prosperidad económica seguía fincada en aquel establecimiento y en aquella hacienda, que era de ellos, que

estaba a su nombre. Y nunca me hubiese ocurrido tener la menor duda sobre esta situación, pero un día la madre de mi esposa y mi tía

discutieron, y estuvo en boca de mi suegra decir que yo solo les reintegraba, les devolvía el derecho a tener una esposa de familia tan

honorable. Hasta ese momento yo había vivido en aquella casa, ¿entienden Uds.?, como un marido humilde. Se puede vivir de una manera

sin que uno lo sepa, y entonces uno es algo sin serlo, pero es solo necesaria una palabra o una frase para que uno sea realmente lo que

venía siendo. Por eso me separé de mi esposa, porque pude oír y conocer la frase que expresaba mi vida, y que era la humildad de mi vida y vivida.

Fue por esto, por esa frase que era la clave de mi existencia, de todo mi ser, por la que me separé de aquella casa, y no por el dinero, en el cual no

había pensado sino como un bien común, patrimonio de todos. Una vez que tuve conciencia de que era un “menos” en mi casa, algo incompleto,

que no tenía todos los requisitos de “ser”, según ellos, que era un simple funcionario para ejercer cargo de enriquecedor de una familia, no pude

resistirme más a mí mismo, y tuve que cambiarme. Esto desde luego, es lo que ellos no pueden comprender, pensarlo siquiera, porque mientras yo

les ayudaba a ser más “ellos mismos”, mejorándolos, perfeccionándolos, yo me mantenía inconscientemente en mi fatal destino de hombre

humilde, desventajoso, por lo menos mientras viviera en esa casa. Situación mucho más cruel y trágica, porque en el fondo era ridícula y

hasta cómica, por la seriedad con que yo había tomado mi papel de

DEBATE 5

esposo. ¿Ustedes comprenden? Más trágico y más cómico si ustedes piensan que, dotado como estoy de un carácter simple, pero de un

carácter comercial, yo llevé a esta familia a poseer una bonita fortuna y una posición social como nunca antes había vivido. Y no es que lo diga yo

solamente. Aquí mismo, en este sitio, debe haber personas que me conocen y que pueden decir si es o no como lo vengo afirmando. (Busca

con la mirada entre los espectadores). Usted, estimado amigo, ¿quiere

hacerme el favor?

ESPECTADOR 1

Con mucho gusto, estimado señor. Yo sé, como mucha gente en Caracas, que usted era antes de casarse un cobrador de comercio, y que luego,

después del matrimonio, usted prosperó notablemente.

ESPOSO

Pero por mi esfuerzo, por mi puro esfuerzo. El negocio de mi suegro era un comercio insignificante.

ESPECTADOR 2

Yo hacía negocios con su suegro y lo conocía muy bien. Y sí, en efecto, era

un negocio pequeño, de esos que no adelantan.

ESPOSO

¿Y después?

ESPECTADOR 2

Después, cuando usted comenzó a ocuparse del negocio todo fue cambiando y llegó a ser lo que es hoy, un gran establecimiento.

ESPECTADOR 3

Entonces, ¿por qué dijo esa señora, hace un momento, que usted les debía

todo a ellos, que usted no tenía antes ni un hogar, como para querer decir que usted no tenía ni siquiera familia?

DEBATE 6

ESPOSO (Firme)

Sí la tenía, sí la tenía, y muy buena señorita, y afortunadamente han

venido aquí esta noche también. Solo que no vivían conmigo en Caracas, estaban en el interior. Una tía que era como mi madre porque esta había

muerto cuando yo era un niño, que luego la traje a Caracas, y vivió

conmigo en la casa de mi suegro, hasta el día que me separé de mi esposa. Y también llevé a vivir allí a mi hermano que tenía que seguir sus

estudios en la universidad. ¿Y quién sino yo podía ayudarle a hacer su carrera? Pero todo eso lo hice porque creí que produciendo tanto para

todos, tenía el derecho de hacerlo también para ellos, a quienes quería, y porque ellos eran eso que mi suegra creía que yo no poseía, mi familia,

pero que estaba solo distante, como a tantas gentes le ocurre en nuestro país.

ESPECTADOR 4

El caso suyo, me parece uno de esos que pasan todos los días. Que al

momento y ocasión de buscarle acomodo a las hijas, los defectos se miran como virtudes en el pretendiente, y después por cualquier desacuerdo,

salen a relucir las antiguas virtudes cambiadas en defectos. Y esto no es echarle a usted encima defectos, pues en verdad nunca lo he conocido.

ESPOSO

Yo soy Gabriel Goitiana, para servir a usted.

ESPECTADOR 4

Mucho gusto en conocerle, Miguel Domingo, a sus órdenes.

(Mientras ocurre esta presentación, el telón se ha ido descorriendo y

están sobre la escena: el SECRETARIO, el PADRE, la MADRE y la ESPOSA. Las frases de la MADRE deben oírse a medida que el telón

empieza a descorrerse, como sobrepuestas a las palabras últimas del ESPECTADOR 4.)

MADRE

Todo esto que te hemos contado, es la historia minuciosa de cuanto

ocurrió en nuestra casa.

DEBATE 7

PADRE

Era indispensable explicártelo de este modo, con amplitud y lujo de detalles, para poder ahora exponerte lo que nos ha movido a solicitar de ti

esta visita.

SECRETARIO

Esto es lo que hace rato estoy deseando saber, pues de lo que Uds. me

han explicado, no veo que ustedes piensan en forma conciliatoria.

PADRE MADRE

ESPOSA

¡No! ¡Eso no!

¡Nunca!

SECRETARIO

Entonces...

PADRE MADRE

Pues bien...

PADRE

(A la MADRE)

Explícale tú.

MADRE

Lo grave de nuestra situación, lo que no hemos podido remediar es que todos los esfuerzos que hemos hecho para reconstruir nuestras vidas han

sido inútiles.

SECRETARIO

¿Qué es eso de reconstruir sus vidas?

DEBATE 8

PADRE

Nosotros, entiendes, teníamos nuestra manera de vivir, nuestra manera de “ser”, éramos una personas diferentes de las que hoy somos. Aunque

ricos frente a lo que era el esposo de mi hija, en realidad, para nosotros mismos, éramos pobres. Pobres y habituados a vivir con poca fortuna. De

esa situación, sacábamos nuestra manera de subsistir, nuestra propia

manera de ser los unos para los otros. Entonces podíamos entendernos y soportarnos, nos sufríamos sin sufrimiento. Pero luego vino él y esto es lo

que no le perdonamos. Todo nuestro sistema de vida, todas esas pequeñas cosas en las cuales basábamos nuestro mutuo entendimiento,

quedaron cambiadas gradualmente por otras. Cuando yo dispuse de más tiempo, y de más dinero por supuesto, me dejé llevar por la afición a los

caballos, lo que me absorbía todo el tiempo y el pensamiento. Llegué a adquirir un animal y vivía metido en el hipódromo, pendiente de él,

jugando con tremenda pasión.

MADRE

Y yo, que tenía antes que contar los reales uno a uno, luego cuando no tuve que hacerlo y como mi marido estaba fuera de la casa la mayor parte

del tiempo, entregado a su nuevo vicio, tuve que encontrar una distracción honrada y me hice de amigas, que también para matar el tiempo, jugaban

a las cartas. Cuando uno está como esperando que la vida le dé una ocupación, porque por alguna razón perdió la que tenía, cualquiera viene a

dársela, y esta para mí fue el juego de canasta. Mi hija… mejor explícale tú cual era tu situación.

ESPOSA

Esto para mí ha sido un verdadero drama de soledad, que no quisiera ni

contarlo.

PADRE

No, cuéntalo, cuéntalo.

ESPOSA

Mientras mis padres vivían en la calle, jugando caballos y cartas, mi esposo tenía la pasión, el vicio, sí señor, el vicio de trabajar, porque

trabajar en la forma que lo hacía mi esposo, desatendiéndolo todo, no puede ser una virtud, sino un vicio tan perjudicial o más, que el de mis

padres. Así, por estas razones que has oído, cada uno se hizo su propio

DEBATE 9

mundo, con sus propias reglas de vida, con su propio modo de sentir y de pensar. Apenas si nos hablábamos en el día, demasiado corto para seres

tan anhelantes de llenarlo con vaciedades. Si la vida solo es posible mediante recuerdos, créelo que nosotros ya no podríamos construirla,

porque fuimos perdiendo el recuerdo de nosotros mismos, fabricándonos muros de soledades que son a veces más sólidos que si fuesen de

cemento.

MADRE

Y no fue eso solo, sino que el esposo de mi hija, tenemos que reconocerlo, poseía una personalidad tan dominante, que imprimió a nuestras vidas, a

nuestras mentes, una verdadera transformación, como si todo lo que éramos fuese solo un borrador de almas para que con ellas él, que era

más fuerte, construyera a su antojo, y tal vez involuntariamente, otra cosa totalmente distinta de lo que nosotros éramos.

PADRE

Y este es el gran drama que a nosotros nos ha quedado del matrimonio

ése.

MADRE

Ahora, al estar solos sin él, necesitamos encontrarnos de nuevo, reintegrarnos a aquella manera de vivir que teníamos; entendernos,

sufrirnos; pero esto que antes era fácil, resulta ahora terriblemente doloroso, tan doloroso y difícil que no nos ha quedado otro camino sino

buscarle otra solución.

SECRETARIO

Y esa solución es...

MADRE

Esa posible solución... eres tú.

SECRETARIO

¿Yo?

DEBATE 10

MADRE

Sí. Cuando te veo ahí sentado, como a veces estaba él, tengo la idea de que esto puede arreglarse.

SECRETARIO

Pero ¿cuál es la idea de ustedes?

MADRE

Tú y él son de edad aproximada.

SECRETARIO

Sí, ¿y qué?

MADRE

Podrías tú... sustituirlo.

SECRETARIO

¿Pero cómo?

MADRE

Eres un hombre activo, como él era, comerciante como él, y joven como él; al estar tú aquí, todos los días, a cada hora, en función de tu vida...

SECRETARIO

(Interrumpiéndola)

¡Como un mecanismo!

MADRE

Bueno, en parte sí, y en parte no, porque tú vivirías tu vida como es, mientras a nosotros nos ayudarías a vivir la nuestra, a sostenerla como él

nos la hizo.

DEBATE 11

SECRETARIO

Pero, ¿creen ustedes que una persona puede ocupar la vida de otra, sin justificación?

MADRE

Sin justificación no. Nosotros necesitamos también, por lo que la gente pueda decir, que haya una justificación, y para eso hemos pensado que

hagas las veces de secretario de mi esposo.

SECRETARIO

Eso está bien, perfecto, para llenar el vacío material de llevar unas cuentas y para quitarles la razón a los que murmuren. Me parece bastante bien;

pero el ser secretario me impide doblemente ser “él”, el esposo ausente, sustituirme en él. Es como una doble guardia en perenne negación de

entrada al que tanto yo como el secretario, debemos sustituir.

MADRE

¿Pero no crees tú, que en el terreno práctico y prescindiendo de todos los análisis, el resultado puede ser bueno?

SECRETARIO

Nunca lo creeré. La solución y el análisis tienen que coincidir y cómo puede

una persona sustituir a otra en su ser, precisamente en las potencias íntimas y personales que fueron capaces para transformar una familia.

MADRE

¡Pero si tú lo que harás será continuar!

SECRETARIO

Me falta todo para poder continuar, ese continuar será siempre un

comenzar con mi propia personalidad.

MADRE

Nosotros tenemos el presentimiento de que todo lo que nos haría falta es que un hombre viva aquí, al lado de nosotros, en forma aproximada a

como él vivió, para que el curso de nuestra existencia siga en la forma a la

DEBATE 12

cual estábamos habituados; en cambio, sin esa presencia, cualquiera que ella sea, estamos como incompletos.

SECRETARIO

¿Por qué no él mismo, por qué no?

PADRE MADRE

ESPOSA

¡No! ¡No! ¡Eso nunca!

¡Nunca!

MADRE

No comprendes que lo que te pedimos es tan sencillo. Nosotros somos, ¿cómo te diré?, unos juguetes ya terminados, una marionetas, solo se

requiere que alguien ponga en movimiento la cuerda y nos dé un pequeño impulso. De inmediato andamos perfectamente. Eso tan solo es lo que tú

vas a hacer.

SECRETARIO

Está bien, supongamos que así es, tan simple como tú dices, pero ¿qué crees tú qué pensará el esposo de tu hija?

PADRE

¡El esposo de nuestra hija no existe!

SECRETARIO

No existe, y estamos aquí discutiendo precisamente porque existe, y

estamos buscando la manera de llenar su vacío, que es como matarlo, porque ese vacío es él, en potencia y sin eficiencia funcional. Pero si yo

entrase aquí como ustedes quieren, y yo no deseo hacerlo, seríamos él y yo un vacío dentro de otro, lo más “nada” que haya existido, porque yo

carecería de todo lo que es él, absolutamente todo. Ni que copiara su vida aquí, hora a hora, podría hacerlo, porque tengo otro nombre y apellido,

otro color de piel y de ojos, otro cuerpo y diferente estatura y pero, porque el timbre de mi voz es distinto, y porque difiero en gustos, me

DEBATE 13

expreso de otro modo, y, finalmente, y más importante de todo, porque no reúno las circunstancias de su vida.

MADRE

En cuanto a su estado civil, eso podría arreglarse: una vez que mi hija

esté libre, nadie habrá que se les oponga si así lo quisieran.

SECRETARIO

Quieres decir que tu hija y yo podríamos llegar a casarnos, y que en

calidad de esposo, podría sustituir al otro totalmente. ¿Crees acaso que una viuda al volver a casarse, adquiere en el nuevo esposo un continuador

del primero, o es que el segundo recomienza, crea un mundo distinto y particular al vivir con la esposa del otro? ¿Y crees tú que si el otro esposo

está vivo, será posible anularlo y convertirlo en inexistente? No, no y no.

ESPOSO (En la sala)

No, no y no, yo que estoy vivo, y muy vivo, no puedo oír impasible que se

hable de mí como si fuera ya cadáver: yo tengo que hablar, aunque no debía meterme en esto.

PADRE

Si tú quieres hablar con él, hazlo tú solo, nosotros no podemos resistir su

presencia y tenemos que retirarnos.

(Mientras se retiran, el telón se cierra.) (El SECRETARIO avanza al proscenio.)

ESPOSO

No es por celos, no es por celos. No me importa si después de mi divorcio

se casa con ella. Más, mucho más me duele, y me produce desgarraduras en el alma, que todo esto sea cínicamente dirigido a anular mi existencia,

a liquidar la trascendencia de mi espíritu. Esto equivale a presenciar que lo matan a uno, dejándolo sin embargo con vida para que uno pueda verse

morir, hasta más allá de la muerte. Y esto es un crimen que merece ser castigado. Por esto es que protesto y protestaré.

DEBATE 14

ESPECTADOR 5

Yo no comprendo bien la razón por la cual se ha creado esta situación. Me parece que ustedes podrían solucionar todo esto fácilmente si se atuvieran

a lo que en realidad son, y prescindieran de esa filosofía teatral que el autor ha introducido en el asunto.

ESPECTADOR 6

¿A qué filosofía teatral se refiere Ud.? ¿Quiere aclarar el punto?

ESPECTADOR 5

Con mucho gusto. Me refiero al reclamo que esa familia hace, como si fuera algo totalmente cierta esa desgracia, increíble, fundada en la

necesidad de otra persona para seguir viviendo.

ESPECTADOR 6

Eso voy a contárselo yo. Usted no ha entendido de cuanto se ha dicho. Esto no es una filosofía teatral, como Ud. dice: lo que sucede es que en la

vida no es costumbre reclamarlo, sino dejar que se muera. Esto es, en dos platos, el sentido, la conciencia de sí mismo, y es precisamente lo que no

encontramos a cada paso en la vida: tener conciencia de lo que se “es”, de la vida, y reclamarlo sin ningún prurito o vergüenza social. Ya lo dijo el

señor (señala al SECRETARIO), la viuda quiere llenar un vacío, pero no lo logra, siempre queda el vacío; su nuevo matrimonio es solo un

recomenzar y la vida está hecha totalmente de este continuo recomenzar. Es la indiferencia, la falta de compresión, la irresponsabilidad, las que van

poblando de ausencias la vida, ausencias que desgarran las almas entre padres e hijos, hermanos, esposos y amigos. No podemos conocernos

porque no somos algo ya hecho, no tenemos sino datos para construirnos. Solo mediante muchos esfuerzos, podemos irnos haciendo los unos a los

otros lo suficiente para poder convivir. Esta familia cree tener la necesidad de llenar el vacío que dejó en la casa un hombre, el esposo, pero no es

eso, es que poco a poco, con absoluto descuido e inercia, fueron dejando de construirse, de hacerse los unos con los otros, hasta la total

desintegración que hoy padecen en el fondo de sus almas.

ESPECTADOR 5

Esto de todos modos, sigue siendo filosofía y nada más. Creo que si los dejamos ahí, a ellos dos, hablar de hombre a hombre, se llegaría más

rápidamente a una solución.

DEBATE 15

SECRETARIO

Yo, por mi parte, me he negado y me niego a tomar parte en el drama de esta familia. Mi situación como ustedes habrán visto, es solo de

espectador. Yo, aunque esté en la escena y destinado a ser personaje, no soy por mi voluntad sino un espectador, y es lo que seguiré siendo. Muy

diferente de este (señalando al ESPOSO) que estando como espectador, es

con todo rigor, un personaje, y no debería estar separado del drama como ahora se encuentra.

ESPECTADOR 7

Creo que la culpable de que este señor esté en esa situación, como si

dijéramos fuera de su sitio, la tiene la esposa, pues ella ha podido evitar todo cuanto ha ocurrido. (Al SECRETARIO) ¿Quiere usted hacer el favor de

traerla aquí un momento, pero sola?

SECRETARIO

Con mucho gusto, probaré ver si quiere venir. (Sale.)

ESPECTADOR 7

El tiempo en que el señor tarde en convencer a la esposa de que debe venir, podemos tomarlo como un descanso, o si se quiere decir, como un

entreacto. Y podríamos aprovecharlo para conversar libremente. Si algunos de los espectadores quisieran exponer algo acerca de este debate

sobre el matrimonio, esta sería la mejor ocasión.

ESPECTADOR 8

Tomo la palabra, para decir que no estoy de acuerdo con todo esto: yo he venido aquí a ver un drama, un desarrollo escénico, y todo lo que he visto

hasta ahora, es una discusión del drama.

ESPECTADOR 9

Es cierto. ¿No sería mucho mejor que yo les contara a ustedes un suceso muy curioso, del cual fui yo testigo, y que estoy seguro es mucho más

entretenido que todo lo que acabamos de oír?

DEBATE 16

ESPECTADOR 10

No estoy de acuerdo, porque después, cuando la obra continúe, todo lo que usted nos cuente se nos va a confundir con los hechos ya recopilados.

ESPECTADOR 9

¿Hechos? ¿Y a eso llama usted hechos? Esos no son sino palabras, puras palabras.

ESPECTADOR 10

¿Y no son palabras, puras palabras, lo que usted nos va a contar y que

usted mismo dice que es muy interesante?

ESPECTADOR 11

¡Muy cierto, muy cierto! Yo voy a hacer más bien un comentario general acerca del matrimonio y el divorcio, una exposición de mi punto de vista.

Esto sí tiene que hacer con el drama.

(El ESPECTADOR 11 es un charlista colocado deliberadamente entre el público para que hable acerca del matrimonio. Su misión es más

bien incitar a los espectadores a hablar, al mismo tiempo que mantener hábilmente el debate dentro del tema. Esta charla

contradictoria entre el charlista y los espectadores se corta al aparecer de nuevo en la escena la ESPOSA y el SECRETARIO.)

ESPECTADOR 7

(Dirigiéndose al SECRETARIO)

Usted, señor, haga el favor de tomar una silla, y sentarse en una esquina para que haga su verdadero papel de espectador. Haga el favor.

(El SECRETARIO busca una silla y se sienta en el proscenio mismo,

pero en una esquina, en forma que pueda ver de una vez a la ESPOSA y al público.)

ESPECTADOR 7

Ahora, señora, permítame darle las más atentas gracias en nombre de la

audiencia por haber accedido a nuestra petición de comparecer sola en el proscenio.

DEBATE 17

ESPOSA

He venido, señor, porque el defenderse al sentirse acusada es el último recurso del instinto, del instinto de la vida. Usted ha dicho que yo soy la

culpable.

ESPECTADOR 7

Sí, señora. Con todo el respeto que se merece, yo encuentro que en toda

esta historia no aparece que usted haya hecho el esfuerzo necesario para convencer a su esposo de que el amor, el afecto, entre él y usted nada

tenía que ver con esa discusión tan interesada entre sus padres y la tía de su esposo, que ha ocasionado este drama. Creo yo, que usted, como

mujer al fin, habría encontrado palabras para suavizar la tensión de los ánimos y haber evitado lo que sobrevino.

ESPOSA

¡Ah! señor, si esa es precisamente la parte del drama que es solo mía y de

más nadie, el no poder hacer lo que usted me dice. Sí, yo lo veía así, tan claro como usted lo ve, y sin embargo no podía, no podía.

ESPECTADOR 7

Pero bien, señora, ¿por qué no iba usted a poder?

ESPOSA

Por la misma razón por la cual tengo ahora que callarlo.

ESPECTADOR 7

¿Y no cree usted que es injusto con Ud., con su esposo, con todos los que

hemos venido aquí a ver su vida, callar precisamente lo que explicaría esta situación? Ni veo tampoco, que ya ocurrida la separación, tenga usted que

callar algo, a menos que esto sea de tal grado que le dé a este drama un matiz definitivo de tragedia.

ESPOSA

Lo es, señor, lo es para mí especialmente.

DEBATE 18

ESPECTADOR 7

En este caso el asunto para nosotros, los que estamos aquí, resultaría sumamente interesante, porque créalo señora, siempre venimos aquí, los

espectadores, a ver cómo sufren lo más posible los personajes. No es una actitud muy decente, pero sí es humana.

ESPECTADOR 8

Aquí nadie estaría dispuesto a retirarse sin saber lo más interesante, lo más dramático de este asunto, y en consecuencia creo que el esposo, aquí

presente, está en la obligación de ejercer sus derechos para con su esposa, con el fin de aclarar este problema. Si a él no le interesa esto,

debe saber que al mundo, que somos nosotros, si le interesa.

ESPOSO

¿Entonces, usted cree que nosotros no podemos vivir solo como seres humanos, sino que tenemos la obligación de ser personajes a la vez?

ESPECTADOR 8

¿Por qué se extraña usted de eso, señor, no es lo que somos todos en la

vida: personajes?

ESPOSO

Está bien. Obedeceré a mi destino de personaje, más cruel que el mío propio, y formularé la pregunta que ustedes desean, pero para Uds., no

para mí, que no veo en este drama sino el dolor de mi inexistencia.

(El ESPOSO se dirige a la ESPOSA.)

Diga Usted, señora, diga por qué no se interesó en encontrar conmigo una solución al problema que nos separó, dígalo usted como personaje, ya que

a estos señores no les interesa la vida como es.

ESPOSA

¡No, como personaje nunca! Si yo no sintiera este dolor que siento, y que lo siento en mi carne y en mi sangre, podría hacerlo. Pero como esto es

vida y solo vida, no puedo decirlo sino como lo que soy, como un ser de carne y hueso que en este momento sufre.

DEBATE 19

(Entran el PADRE y la MADRE.)

Yo tuve que resignarme a la causa que todos conocen de mi separación porque dentro de mi casa habían unos ojos que no hacían otra cosa que

espiar mis actos para darle a estos la interpretación que querían: Me refiero a la tía de mi esposo. Ella estaba ahí, siempre en vigilia, atisbando

todos los detalles, y un día pude darme cuenta de que todo mi cariño para

el hermano de mi esposo, todos mis cuidados y atenciones, que yo le hacía solo por piedad, porque nadie se ocupaba de él, y vivía aislado y

descuidado, todo eso lo iba ella anotando en su memoria con el único fin de arrebatarme mi esposo, de separarlo de mi familia. Así, cuando ella

suscitó aquel asunto de los intereses que ya ustedes conocen, yo tuve que resignarme, porque al menos la causa de nuestra separación era menos

dañina, afectaba menos la moral. Lo que no sé es por qué ella eligió entre los dos ese camino, para lograr el rompimiento.

TIA

(En la sala)

¿Por qué lo elegí? Por el bien de todos, señores. Y lo más triste para mí es que nadie sopesa el espíritu altruista de mi propósito. En aquella casa cada

quien vivía solo, absolutamente solo. A veces pasaban días, largos días, sin que las horas de encontrarse coincidieran. No había horas para las

comidas, no había hogar. En la casa solo estábamos siempre, ella, mi sobrino – el estudiante – y yo. Ella, como la ha dicho, por piedad o por lo

que sea, se dedicó al cuidado y atención de mi sobrino. Y había que ver cómo eran entre sí, cómo se contemplaban y ayudaban en la vida. El era

para ella lo que debía ser el esposo... era realmente su esposo, naturalmente que solo espiritualmente... y entonces yo empecé a pensar

que la vida estaba mal hecha, que era injusta, irremediablemente injusta, y que aquellos dos seres debían unirse definitivamente, porque de hecho

lo estaban. Y como no había forma de que eso ocurriera yo la inventé, la inventé para que ocurriera, y en esto sí creo que tienen razón los que

antes sostenían que somos personajes, porque en verdad yo los miré y resolví sobre ellos como si lo fueran.

MADRE

Falso, falso, esa es una comedia.

TIA

Ya le he dicho lo que era, pero, ¿no es todo esto comedia?

DEBATE 20

MADRE

Esta señora engaña a todos después de haberse convencido a si misma de su propia farsa. Esta señora, es solo profundamente egoísta. Crió y educó

desde niño al esposo de mi hija, y no quería desprenderse de él, a tal grado que para nada se ocupaba del otro, que era también su sobrino. Por

esa razón, cuando nuestra riqueza fue suficiente no pensó en otra cosa

sino en tenerlo para sí totalmente, y por eso urdió este plan. Ella, como todo ser humano, quiso justificarse ante sí misma, y por eso apeló a la

idea de la generosidad, pero no, en el fondo, puro egoísmo, puro egoísmo.

TIA

No señora. Egoísmo y generosidad al mismo tiempo. Porque yo pensaba que de este modo, acabando este matrimonio, íbamos a ser todos felices.

Ella, casándose con mi sobrino el estudiante, y yo, volviendo a tener como antes a mi sobrino, exclusivamente para mí. Egoísmo y altruismo a la vez,

¿por qué no?

ESPECTADOR 9

Pero señora, como pretende usted disponer de las personas de esa manera: Meterse en su destino. Esto es como ponerse a escribir una obra

de teatro con seres vivos.

TIA

Pero señor, ¿no es usted un espectador y está opinando sobre nuestras vidas?

ESPECTADOR 9

Sin dejar de ser espectador. Y esa es mi protesta. ¿Por qué, si hemos

venido aquí a ver una representación teatral tenemos nosotros que meternos en todo? – Yo por mi parte no diré más nada y ustedes que se

entiendan.

ESPECTADOR 10

Yo no pienso lo mismo, esta es una vida, y a nosotros que estamos en el mundo nos interesa este asunto como si fuera nuestro, porque en realidad

lo es, para eso estamos constituidos en sociedad. En consecuencia pido al esposo que siga en el puesto que le corresponde en el drama y actúe en

conformidad.

DEBATE 21

SOBRINO (En la sala)

No señores, es a mí a quién toca hablar ahora, a mí que he sido toda la

vida el satélite de toda la familia. Ahora tengo mi razón de “ser”, gracias al dolor de este drama, del cual he tomado mi parte de vida. Sí señores, este

es un dolor y una alegría, la alegría en el dolor. Ustedes no entienden esto

porque no han estado como yo varios años en un rincón, esperando una palabra, un pensamiento de alguien. Cosas que nunca llegaban a ser mías

totalmente, porque siempre venían de otro. Pero ahora no, esto es mío, mío. Y es lo único verdadero, creado por mí. No es cierto lo que mi tía ha

dicho de mí y la esposa de mi hermano, pero la circunstancia que mi persona ha creado dentro de esa casa sí es mía, se las he dado yo a ellos,

no ellos a mí. Yo sé que mi hermano no creerá nunca que yo podía ser otra cosa para él y su esposa sino lo que había sido siempre: él, mejor que

nadie, conocía mi inexistencia, mi falta de posibilidad para nacer de pronto en calidad de amante, este es un papel propio de adultos, y solo de ahora

en adelante sería capaz de algo semejante. Así pues, señores espectadores, no hay traición, lo siento mucho, pero en este drama no ha

habido traición.

PADRE

Lo que ha habido es egoísmo.

TIA

Y generosidad, las dos cosas juntas.

ESPECTADOR 11A

Bueno, y a esta altura, ¿qué es lo que ustedes van a resolver? Porque a mí me parece que los móviles del drama están ya agotados.

PADRE

No, señor, los móviles del drama no están agotados. Lo que ha sucedido

es que todo este debate sobre los hechos ha dispersado el verdadero drama, que aún sigue en pie. Este señor (al estudiante) nació con el

drama, pero nosotros, morimos con él; nosotros estamos ahora vacíos, sin personalidad, por culpa de una idea falsa surgida en la mente de la tía.

DEBATE 22

TIA

Bueno, yo reconozco ahora mi deber, mi obligación de devolverles a ustedes la vida que les había quitado... en su integridad, completa, pero

este es el actual drama mío, que antes no había sentido. ¿A cuál momento de su existencia los reintegro? Acorde a las circunstancias, ya ustedes no

pueden ser lo que eran. Sería imposible colocar a este, mi sobrino

estudiante, en el papel que venía desempeñando en esa casa, ni yo podría verlos a todos como eran, ni ustedes a mí. Podríamos quizá volver más

atrás, al pasado, antes de que este (al SOBRINO) hubiese llegado a la casa, pero estando ustedes tan cambiados debido a la influencia que ha

ejercido mi sobrino en sus vidas, esto también es imposible. Por esta razón me parece que estoy destinada a vivir eternamente así, sin saber

qué decisión tomar, como castigo y reparación de lo hecho. ¡Quizá sea esto lo que llaman infierno! Creo que solo un acto nuevo, de absoluta

creación, podría darles a ustedes la vida, íntegra, y a mí la salvación eterna. ¿Pero dónde está ese acto?

ESPOSA

Ese acto nuevo, ese acto de creación lo poseo yo; voy a tener un hijo, mi

primer hijo.

PADRE MADRE

¡Un hijo!

ESPOSO

(Poniéndose de pie)

¡Un hijo!

ESPOSA

Con él todo está por hacerse, y ayudándolo a él a “ser”, nos iremos haciendo nosotros, nos iremos creando de nuevo.

(El ESPOSO, la TIA y el SOBRINO suben a la escena.)

DEBATE 23

SECRETARIO

Y yo también, que por él vuelvo a estar para siempre fuera de este drama, en mi perenne calidad de espectador. (Baja a la sala.)

ESPECTADOR 12

Oiga, señor.

SECRETARIO (Volviéndose hacia el ESPECTADOR 12)

¿Qué le pasa?

ESPECTADOR 12

¿Cree usted que se ha salvado? Cada uno de nosotros, los espectadores

tenemos un drama, que por ser propio, es más intenso que el que acabamos de ver.

SECRETARIO

Eso puede que sea cierto, pero ya no hay tiempo para discutirlo aquí; esto

ha llegado a su fin. ¿Quiere usted ir saliendo conmigo, para tratar de aclarar el asunto?

ESPECTADOR 12

Con mucho gusto.

(El ESPECTADOR 12 se reúne al SECRETARIO.)

(Estos dos espectadores son los primeros en salir de la sala.

Esperamos que los demás los imiten. Si no, lo harán cuando vean que los personajes desalojan la escena por el fondo, mientras el

telón NO cae).