Deficit Habitacional

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EL DEFICIT HABITACIONAL Y LOS LIMITANTES DEL SISTEMA FINANCIERO PARA SU RESOLUCIÓN. ALEJANDRO BANZAS Y LORENA FERNANDEZ 1

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EL DEFICIT HABITACIONAL Y LOS LIMITANTES DEL SISTEMA FINANCIERO PARA SU RESOLUCIÓN. ALEJANDRO BANZAS Y LORENA FERNANDEZ

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EL DEFICIT HABITACIONAL Y LOS LIMITANTES DEL SISTEMA FINANCIERO PARA SU RESOLUCIÓN.1 ALEJANDRO BANZAS Y LORENA FERNANDEZ

1. INTRODUCCIÓN

La falta de oportunidades en el acceso a la vivienda para un gran número de

habitantes de los países en desarrollo se constituye en un derecho aún postergado y de

compleja resolución, surgiendo como resultado -entre otras cuestiones- de una desigual

distribución del ingreso. Argentina no es la excepción y entre las deudas pendientes en

materia social aparece la necesidad de satisfacer la demanda de viviendas que ubica a

nuestro país, según el Censo Nacional de Población y Vivienda (2001), con un déficit

estimado de más de 2.600.000 viviendas (26,2% del total de hogares). A esta situación

debe adicionarse el incremento anual en la demanda de unas 120.000 viviendas, aspecto

que agrega mayores complicaciones a la resolución del problema habitacional. A su vez,

dicho déficit se desagrega en aspectos cualitativos y cuantitativos, resultando necesario

trabajar sobre ambos aspectos a fin de lograr reducir la brecha estructural señalada.

La política de vivienda en los últimos treinta años se asentó en dos pilares: el

Banco Hipotecario Nacional (BHN), como líder del financiamiento hipotecario y del

sector de la construcción, y el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI), los cuales

cobraron distinto protagonismo en la evolución de la política de vivienda según el

período de que se trate. En la década del setenta y ochenta las políticas públicas se

canalizaron por el lado de la oferta a través de un mayor impulso a las construcciones

con destino a los sectores de menores recursos mientras que por el lado de la demanda

se estimuló el financiamiento otorgado a través del BHN. El desarrollo sostenido de

estas acciones se vio limitado por causa de la volatilidad macroeconómica, resultando

en las altas tasas de interés y la inflación que caracterizaron a ese período. En la década

de los noventa, si bien se logró atenuar el impacto inflacionario característico de la

década precedente, se observaron cambios en las políticas de vivienda como

consecuencia del debilitamiento del rol estatal activo, generándose las condiciones que

favorecieron una mayor participación del sector privado. El BHN fue privatizado y se

destacó en el otorgamiento de financiamiento a sectores de medianos y altos ingresos,

perdiendo el Estado una herramienta clave para el fomento de la política de

El presente artículo se basa en el Trabajo de Investigación N° 18 del Cefid-ar cuyos autores son los investigadores Alejandro Banzas y Lorena Fernandez. 1

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financiamiento de los sectores de menores recursos. Por otro lado, el FONAVI puso el

énfasis en el otorgamiento de viviendas que debían ser destinadas a sectores ubicados en

la base de la pirámide social y que en los hechos -debido a las circunstancias

socioeconómicas imperantes, filtraciones e ineficiencias de gestión- fueron otorgados a

segmentos de los niveles medios de la población. En tal sentido, este organismo formó

parte de una política orientada desde el gobierno central a la descentralización operativa

en los institutos provinciales aunque sin los recursos suficientes como para ampliar

razonablemente su cometido, que no era otro que el de incrementar la oferta de vivienda

social y paliar el déficit habitacional estructural del país.

En consecuencia, el modesto desempeño histórico del sector de la vivienda, fruto

de las debilidades en la instrumentación de las diversas políticas aplicadas, junto a un

contexto macroeconómico desfavorable, plantea la necesidad de revisar las políticas

públicas con el fin de incrementar la eficacia y la eficiencia de la gestión habitacional.

Un aspecto esencial es el desarrollo de instrumentos que permitan al sistema bancario

dinamizar el financiamiento y extenderlo. Otro aspecto complementario y vinculante es

el aporte sustantivo y sustentable de recursos que debe proveer el Estado de modo de

poder alcanzar mayores niveles de financiamiento para la vivienda con destino a los

sectores de menores ingresos. Asimismo, es importante clarificar y precisar los

objetivos de los programas habitacionales en función de las carencias objetivas que se

presentan y apuntar a una mayor complementación entre las políticas habitacionales y

aquellas políticas sociales tendientes a aliviar la pobreza y lograr una más justa

distribución de la riqueza.

2. EL CASO ARGENTINO

Antes de adentrarnos en las necesidades habitacionales que padece nuestro país

conviene introducir algunos conceptos relacionados con la definición misma de déficit

habitacional, que permita entender los dos enfoques que son parte de un mismo

problema a la hora del diseño de las políticas públicas por parte del Estado. Si bien la

definición más simple de déficit habitacional remite a la diferencia entre la demanda y

la oferta de viviendas en un momento y espacio determinados, existen otras

definiciones, tanto por el lado de su componente físico como demográfico, que dan

lugar a una gran diversidad de estimaciones. El de mayor uso y costumbre entre los

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diversos países es el que identifica un enfoque cualitativo y uno cuantitativo2, siendo la

sumatoria de ambos lo que constituye el déficit habitacional total de un país (Arraigada

Luco, 2003).

A pesar de las dificultades de orden metodológico por parte de los distintos

censos de vivienda (1960,1980 y 1991), que impiden realizar una comparación

homogénea de los resultados, se han podido establecer algunos comportamientos

relevantes para destacar. En los años transcurridos entre 1960 y 1980 avanzó

fuertemente en la Argentina el proceso de urbanización. Las viviendas en las ciudades

pasaron a representar del 77% al 84% del total de unidades censadas, lo que representa

un alto grado de asentamiento poblacional en ciudades y pueblos en detrimento del

rural. De la información comparativa entre ambos censos surge que la habitabilidad de

la vivienda, medida por la cantidad de personas que la ocupan evidenció una mejora en

dicho lapso. Las viviendas con dos o más personas por cuarto disminuyeron del 33% al

19%, en tanto que aquellas que tenían en promedio un número superior a tres personas,

disminuyeron del 16% al 9% (Censo Nacional de Población y Vivienda 1980, INDEC).

De la información que surge del cuadro 8 y a pesar que los datos censales no

permiten una comparación del todo homogénea, la década del noventa no contribuyó a

reducir el déficit habitacional estructural, apenas por encima de los sesenta y cinco mil

hogares deficitarios, correspondiéndole parte de dicha contracción a las viviendas

irrecuperables.

Cuadro 8. Cuadro comparativo del déficit habitacional en Argentina (1991 y 2001) VariaciónVariación 19912001 absolutaporcentual

Total de Hogares

Hogares en viviendas

8.927.289

651.766

10.073.625 1.146.336

534.037

1.646.965

-117.729

73.161

12.8

-18.1

4.6

irrecuperables (a)

Hogares

2

en viviendas 1.573.804

El déficit cuantitativo estima la cantidad de viviendas que la sociedad debe construir o adicionar al parque existente para absorber las necesidades acumuladas. Se trata de estimar las nuevas unidades necesarias para que exista una relación uno a uno entre viviendas adecuadas y familias que necesitan alojamiento. En tanto que el déficit cualitativo se refiere a viviendas particulares que deben ser mejoradas en sus atributos de materialidad, servicios y/o espacio y su cómputo se refiere a viviendas en situaciones recuperables e irrecuperables. Existen discusiones metodológicas en el plano de la medición del déficit habitacional respecto a las variables utilizadas para detectar carencias cuantitativas, cuya medición exige seleccionar información relativa a viviendas que permitan distinguir cuales son inadecuadas o que deben ser repuestas. Otra cuestión metodológica relevante es la interacción que se establece entre ambos déficit dado que muchas veces existe superposición de ambos tipos de carencia (Arraigada Luco, 2003).

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recuperables (b)

Hogares con hacinamiento por cuarto en viviendas buenas (c) Subtotal de Hogares deficitarios Hogares con hacinamiento de hogar en viviendas buenas (d) Total de Hogares deficitarios

479.960

2.705.530

424.200

3.129.730

459.869

2.640.871

s/d (e)

s/d

-20.091

-64.659

s/d

s/d

-4.2

-2.4

s/d

s/d

Fuente: Dirección Nacional de Políticas Habitacionales. Subsecretaría de Desarrollo

Urbano y Vivienda.

(a)

(b)

(c)

(d)

(e)

Hogares que residen en: “ranchos”, “casillas”, “locales no construidos para fines habitacionales” y “viviendas móviles”. Hogares que residen en: casas “B” (vivienda que no cuentan con baño con descarga de agua y “piezas de inquilinato”. Hogares que residen en: casas “A” y “departamentos” y que presentan una relación superior a 2,00 personas por cuarto, produciendo situaciones de hacinamiento y promiscuidad. Hogares que residen en casas “A” y “departamentos” y que comparten la vivienda con otro u otros hogares. El censo del 2001 no relevó el número de viviendas por lo tanto no puede ser calculado el hacinamiento de hogares, a diferencia del censo de 1991 que relevó separadamente el número de viviendas y hogares.

A lo largo de la historia económica argentina, la política de vivienda estuvo

condicionada por la insuficiencia de recursos presupuestarios -gran parte de ellos

tuvieron como destino el pago de la deuda externa- y por los límites que significaron la

obtención de créditos internacionales, aplicados a programas específicos de solución

parcial del problema de la falta de vivienda. Por otra parte, la inflación, que soportó por

años la economía argentina, contribuyó a impactar negativamente tanto en el desarrollo

de mecanismos de financiamiento como en la capacidad de ahorro de las familias. A

consecuencia de esto, los sectores de menores ingresos se vieron obligados a

incrementar el mecanismo de autoconstrucción en asentamientos, muchos de ellos

ilegales, con carencia de la infraestructura necesaria (agua, luz, gas, etc.). Este es un

fenómeno que nació y se desarrolló con marcada presencia en la provincia de Buenos

Aires, en la Ciudad de Buenos Aires y en algunas ciudades del interior del país. Entre

las razones que explicaron el desplazamiento poblacional del campo a la ciudad se

destacan la búsqueda de empleo y el acceso a un mejor nivel de vida a partir del

desarrollo de la infraestructura que brindan las grandes ciudades. El crecimiento de

estos asentamientos de emergencia no tuvo ninguna planificación dado que sus

moradores, procedentes en su mayoría del interior del país o de países limítrofes,

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tomaban este hábitat como transitorio. La realidad política, económica y social

determinó que esta modalidad se constituyera en algo permanente. Planteado el

problema de la vivienda y de las condiciones de vida en general que debieron afrontar

estos sectores sociales, las políticas públicas encaradas por el Estado tuvieron etapas

bien diferenciadas en los últimos treinta años. En efecto, bajo el gobierno militar

(1976/1983) la lógica dominante fue la erradicación de los asentamientos (redujo su

población en la Ciudad de Buenos Aires de 224.335 habitantes a 40.533) hacia otras

ciudades del interior, sin alcanzar una solución sustentable. El gobierno democrático de

1983 toleró su regreso y comenzó a desplegar una política de relocalización

consensuada y la urbanización de algunos asentamientos, pero con resultados

insuficientes. La década del noventa se caracterizó en este sentido por poner de relieve

la importancia de la propiedad privada privilegiando el régimen de tenencia y la

legalización de las tierras ocupadas, entregando escrituras de dominio a los habitantes

de los asentamientos con resultados incompletos3. La situación de estos sectores refleja

un estado habitacional deficitario, concentrándose casi un 80% en los quintiles de

ingresos más bajos de la estructura social (ver cuadros 9 y 10).

En la misma dirección, un trabajo de Info-hábitat indica que en los últimos 5 años

casi se triplicaron los asentamientos de emergencia en los 24 distritos que integran el

cordón del conurbano bonaerense. De 385 villas de emergencia (registradas durante el

censo 2001) pasaron a 1.000, ubicadas en su mayoría en el sur del conurbano lindando

con la Capital Federal4. Esta situación es un fenómeno de escala mundial como

resultado del avance de los procesos de urbanización en el que predominan poblaciones

de escasos recursos, poco calificadas y mayoritariamente desempleadas o

subempleadas. Según un informe de Naciones Unidas, para el año 2020 unos 1.400

millones de personas vivirán en un asentamiento precario, con una población mundial

proyectada del orden de los 8.000 millones de habitantes. El problema es mucho más

Según lo estipulado por la ley 24.464/95 se iniciaron procedimientos de escrituraciones masivas de vivienda a fin de regularizar la propiedad. A pesar de ello, hacia fines de la década, la evolución del proceso había sido muy lento de manera que el número de unidades no escrituradas había seguido creciendo. Los datos del censo del 2001 mostraron que las situaciones de “propietario de la vivienda solamente” habían disminuido del 6,7% al 4,3% en el último periodo intercensal (Lentini, 2004). 4Durante el censo 2001, se registraron 638.657 personas viviendo bajo tales condiciones, quedando muchos asentamientos de emergencia sin registrar, y pasando a totalizar en el 2006 una cifra de casi el doble, 1.144.500. El conurbano bonaerense concentra el 85% de los asentamientos totales de la República Argentina, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires la cifra supera los 100.000 habitantes, en más de 15 barrios (Infohabitat, 2006).

3

6

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notorio en economías como las latinoamericanas, en donde el 31,9% de la población

urbana vive en esas condiciones.

Cuadro 9. Situación Habitacional Deficitaria por Quintil de ingreso. (En valores absolutos)

Viviendas Irrecuperables (a)

Viviendas

(b)

831.258

461.861

216.599

111.645

25.601

1.646.965

Hacinamiento por

buena (c)

225.290

145.424

57.310

22.250

9.595

459.869

Total de Hacinamiento por

Hogar Total Hogares Deficitarios

(a+b+c)

27,43%

31,56%

17,74%

15,65%

7,61%

100,00%

48,01%

28,82%

13,24%

7,14%

2,78%

100,00%

1.364.054

726.065

334.150

164.419

52.182

2.640.871

650.671

1.288.660

1.680.575

1.850.306

1.962.543

7.432.754

2.014.725

2.014.725

2.014.725

2.014.725

2.014.725

10.073.625

Total de Hogares No Deficitario

Total de Hogares Recuperables cuarto en vivienda

Quintil 1

Quintil 2

Quintil 3

Quintil 4

Quintil 5

Total

307.507

118.780

60.241

30.524

16.986

534.037

Fuente: Datos elaborados por la Dirección Nacional de Políticas Habitacionales en base al Censo 2001 Cuadro 10. Situación Habitacional Deficitaria por Quintil de ingreso (en %)

Viviendas Irrecuperables (a)

Viviendas Recuperables

(b)

50,47% 28,04% 13,15% 6,78% 1,55%

100,00%

Hacinamiento por cuarto en vivienda

buena (c)

48,99% 31,62% 12,46% 4,84% 2,09%

100,00%

Total de Hacinamiento por

Hogar Total Hogares Deficitarios (a+b+c) %

27,43% 31,56% 17,74% 15,65% 7,61%

100,00%

48,01% 28,82% 13,24% 7,14% 2,78%

100,00%

51,65% 27,49% 12,65% 6,23% 1,98%

100,00%

Total de Hogares Deficitarios / Total

de Hogares

67,70% 36,04% 16,59% 8,16% 2,59%

26,22%

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 Total

57,58% 22,24% 11,28% 5,72% 3,18%

100,00%

Fuente: Datos elaborados por la Dirección Nacional de Políticas Habitacionales en base al Censo 2001

En consecuencia, el resultado de la política de vivienda en la década del noventa

se tradujo en leves disminuciones tanto de los aspectos cualitativos como cuantitativos

de la cuestión habitacional en nuestro país sin poder resolver el problema de la vivienda

para los sectores de menores recursos, ya que el mismo toma características propias que

no lo hacen susceptible de ser resuelto bajo los mecanismos que utilizan las familias de

ingresos medios y altos. Los sectores que se encontraban en el segmento más bajo de la

pirámide social no sólo han enfrentado a las dificultades propias de no poder acceder al

financiamiento bancario, sino –peor aún- al insuficiente resultado de las políticas activas

por parte del Estado que, por diversos motivos, contribuyeron a paliar mínimamente el

déficit habitacional.

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3. EJERCICIO DE SIMULACIÓN

A fin de evaluar qué factibilidad puede tener, en la actualidad, el mercado de

financiamiento hipotecario y a modo de mensurar los sectores de la pirámide social a los

que les resultaría muy difícil acceder al mecanismo de mercado, se efectuó un ejercicio

de simulación (ver Cuadros 17 y 18). Los supuestos vinculados a los fines de su

elaboración se resumen a continuación:

Se consideró la encuesta permanente de hogares del primer trimestre de 2007

(INDEC) -último dato disponible- seleccionando de la misma el cuadro que

agrupa a los hogares según escala de ingreso total familiar, sobre un total de 31

aglomerados urbanos.

Debido al sustantivo grado de informalidad que presenta la economía Argentina

-al igual que muchas economías del mundo- en el cuadro 17 se efectuó el

ejercicio de simulación contemplando como supuesto que en cada uno de los

conjuntos de hogares por decil se subdeclaran ingresos dado el alto grado de

informalidad de nuestra economía. En consecuencia, se utilizó como

herramienta de ajuste para cada decil de ingresos, los coeficientes correctores

elaborados por Santiere y Gómez Sabaíni (1999)5 aplicados a los ingresos del

año 1997, suponiendo que no sufren modificaciones sustantivas en la actualidad.

Respecto al valor del metro cuadrado se utilizó una serie de Reporte

Inmobiliario (ver cuadro 9 del anexo), seleccionando un promedio del valor del

metro cuadrado (US$ 633) correspondiente a los cinco barrios de la Ciudad de

Buenos Aires que observan el menor valor.

Se estableció como dimensión para la habitabilidad los siguientes parámetros:

Hogares Unipersonales viviendas entre 29 y 31m2, Hogares para matrimonios

sin hijos entre 38 y 41m2 y Hogares para matrimonios con un hijo desde 50m2.

Se tomó una relación cuota ingreso del 30%, que resulta la más utilizada del

mercado y las condiciones de acceso al préstamo hipotecario del banco que

ofrecía las mejores condiciones. No se consideró el descuento correspondiente al

pago de los impuestos nacionales, provinciales y/o municipales en el valor de la

5 Primer y segundo decil: 23%, tercero y cuarto: 28%, quinto y sexto: 32%, séptimo y octavo: 42%, noveno: 51% y décimo: 81%

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cuota mensual del préstamo.

Financiamiento por el 100% del valor de la propiedad a adquirir, por ser el más

favorable.

Para la determinación del monto de crédito asignado según la cuota a pagar

mensualmente se utilizó el sistema francés, para un plazo de 30 años, Tasa

Nominal Anual Fija: 9,50%, Costo Financiero Total en TEA: 12,23% - Incluye:

Interés, Seguro de Vida, Seguro de Incendio, Gastos de administración, Caja de

Ahorro, Tasación, Cargos de otorgamiento, más el IVA sobre gastos y

comisiones. Por considerar que es una de las propuestas del mercado más

convenientes para el tomador del préstamo.

Un valor en la cotización del dólar de $3,20.

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Cuadro 17. Ejercicio de simulación de adquisición de una vivienda con un préstamo hipotecario bajo condiciones favorables de mercado

EscalaHogares Hogares Población Población Ingreso Ingreso RelaciónMáximo Máximo Decil deMiles%Miles%mediomedioCuota/ingreso Crédito Crédito Ingresos$US$30% en Pesos aa valor otorgar dólar en pesos 15-500721101.9698.23371051019.6503.016

2 3

4

5

6

7

8

9

10

81

500-750 750- 1.000 1.000- 1.200 1.200- 1.500 1.500- 1850 1.850- 2.300 2.300- 3.000 3.000- 4.300 4.300- 60.500

721 719

721

721

719

721

721

719

720

10 10

10

10

10

10

10

10

10

2.010 2.229

2.263

2.352

2.509

2.601

2.623

2.707

2.644

8.4 9.3

9.5

9.8

10.5

10.9

11.0

11.3

11.1

624 863

1.085

1.372

1.671

2.064

2.659

3.547

6.678

195 270

339

429

522

645

831

1.108

2.087

187 259

325

412

501

619

798

1.064

2.003

17.900 24.750

31.100

39.350

47.900

59.200

76.250

101.700

191.450

5.594 7.734

9.719

12.297

14.969

18.500

23.828

31.781

59.828

Máximo de M2 a comprar

5 9 12

15

19

24

29

38

50

95

Fuente : Elabor ación propia en base a Indec y

datos de información del valor del metro cuadrado de Reporte Inmobiliario. Nota: El resultado correspondiente a la cantidad de metros cuadrados a poder comprar ha sido redondeado.

En este rango podrían ubicarse hogares unipersonales.

Page 11: Deficit Habitacional

En este rango podrían ubicarse matrimonio sin hijos

EscalaHogares Hogares Población Población Ingreso Ingreso Decil deMiles%Miles%mediomedio IngresosenUS$ pesos

1 2 3

4

5

6

7

8

9

10

6-615 615-922 960- 1.280 1.408- 1.536 1.584- 1980 1.980- 2.442 2.627- 3.266 3.266- 4.260 4.530- 6.493 7.783- 109.505

721 721 719

721

721

719

721

721

719

720

10 10 10

10

10

10

10

10

10

10

1.969 2.010 2.229

2.263

2.352

2.509

2.601

2.623

2.707

2.644

8.2 8.4 9.3

9.5

9.8

10.5

10.9

11.0

11.3

11.1

415 768 1.105

1.389

1.811

2.206

2.931

3.776

5.356

12.087

130 240 345

434

566

689

916

1.180

1.674

3.777

Relación Cuota/ingreso 30% en pesos

124 230 331

417

543

662

879

1.133

1.607

3.626

Máximo Crédito a otorgar en pesos 11.900

22.020 31.700

39.820

51.920

63.250

84.050

108.270

153.550

346.550

Máximo Crédito a valor dólar

3.719 6.681 9.906

12.444

16.225

19.766

26.266

33.834

47.984

108.297

Máximo de M2 a comprar

6 11 16

20

26

31

41

53

76

171

Cuad ro 18. Ejerci cio de simul ación de adqui sición de

En este rango podría n ubicar se matri monio con un hijo

una vivienda con un préstamo hipotecario bajo condiciones favorables del mercado corregido por coeficientes de subdeclaración de ingresos de cada decil.

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Page 12: Deficit Habitacional

Fuente: Elaboración propia en base a Indec y datos de información del valor del metro cuadrado de Reporte Inmobiliario. Nota: El resultado correspondiente a la cantidad de metros cuadrados a poder comprar ha sido redondeado.

En este rango podrían ubicarse hogares unipersonales.

En este rango podrían ubicarse matrimonio sin hijos.

En este rango podrían ubicarse matrimonio con un hijo.

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Page 13: Deficit Habitacional

4. CONCLUSIONES PRINCIPALES DEL EJERCICIO DE SIMULACIÓN

Del análisis del cuadro 17 surge que del total de hogares con ingreso (7.203.000),

aproximadamente el 65% (4.680.000), correspondientes a los primeros 6 deciles y una

parte del séptimo decil, no tendrían posibilidad de acceder al financiamiento

hipotecario, dada las condiciones actuales del mercado. Este conjunto, que queda

excluido del financiamiento bancario, abarcaría a más 61% de la población

(14.600.000 habitantes), quedando en manos del Estado la satisfacción de este

universo de la demanda.

Del análisis del cuadro 18, que contempla la debida corrección por subdeclaración de

ingresos, se destaca que el sistema bancario no podría brindar financiamiento para la

adquisición de una vivienda a la población ubicada del 1° al 5° decil. También

quedaría excluida una porción del 6° decil, que si bien lograría adquirir una mayor

cantidad de metros cuadrados respecto a la situación planteada en el cuadro 17, sólo

podría satisfacer a los hogares unipersonales. Por otra parte, se observa que los deciles

que van del 1° al 5° accederían a una mayor cantida d de metros cuadrados (entre un

20% y un 37% mas) en tanto que, los deciles que van del 6° al 10° el incremento en la

superficie a adquirir se establecería en un rango entre un 29% a un 80% más.

Se destaca además que entre el decil más rico y el más pobre la diferencia en la

cantidad de metros cuadrados posibles de ser adquiridos es de diecinueve veces, en

tanto que para el caso sin subdeclaración de ingresos la brecha se extiende a

veintiocho veces, lo cual manifiesta el grado de regresividad que existe entre los

diferentes sectores sociales.

Por lo tanto, utilizando cualquiera de los dos escenarios, el Estado deberá contemplar

al menos los primeros seis deciles y una porción del séptimo decil para poder atender

sus necesidades habitacionales.

Por último, cabe señalar que los cuatro primeros deciles corresponden a sectores que

mantienen sus niveles de ingresos por debajo de la línea de pobreza (La canasta básica

total que mide el límite de la pobreza según el INDEC durante el mes de julio de 2007

se situó entre $930 para un hogar tipo 2 -matrimonio con dos hijos- y $1.011 para un

hogar tipo 3, resultando en consecuencia los más postergados.

5. CONCLUSIONES

Page 14: Deficit Habitacional

La experiencia internacional sugiere diversos caminos transitables para intentar

alcanzar el objetivo de disminuir sustancialmente el déficit habitacional. Todos contemplan la

necesidad de mayores recursos financieros y presupuestarios, pero -fundamentalmente- de una

decidida participación del Estado, junto al sector privado, en la organización de las políticas

de vivienda. Ha quedado claramente demostrado que el mercado no puede resolver por sí solo

las dificultades de acceso al financiamiento para la compra de vivienda, pues no alcanza a dar

respuesta a vastos sectores de la población, en particular aquellos de más bajos ingresos.

Los países en desarrollo, comparten características que dificultan el acceso al crédito

hipotecario tales como: niveles de ingresos insuficientes en relación al costo de una vivienda,

alto grado de informalidad de la economía, y carencia de ahorro previo. Adicionalmente, los

mercados financieros encuentran en estos países dificultades de fondeo a largo plazo,

descalces de plazos y, en algunos períodos, entornos macroeconómicos de alta inflación y

desempleo. En consecuencia el Estado debe ofrecer algún mecanismo de resolución al

problema habitacional, que con el tiempo se ha convertido en estructural. Las políticas

públicas encaradas por los países de la región muestran diversas modalidades: los programas

sociales de Brasil, destinados principalmente a la ampliación, reparación y reconstrucción de

viviendas sociales; las políticas de Chile, que articularon el subsidio estatal y el ahorro de las

familias; y las de México, que se caracterizaron por un sustantivo aporte de los diversos

organismos de vivienda. A su vez los tres países mencionados han desarrollado los

instrumentos de titulización vinculados al mercado de capitales, que les han permitido dotar

de mayor liquidez al sistema financiero y ampliar los plazos del financiamiento.

Bajo similares condiciones de desarrollo la experiencia argentina atravesó por distintas

etapas, con mayor o menor protagonismo estatal y privado. Se ha asentado principalmente en

dos pilares: el BHN y el FONAVI. En la década del noventa y en el marco de una política de

reducción del Estado, el primero fue privatizado, con lo cual el Estado resignó una importante

herramienta de regulación. Si bien el crédito hipotecario alcanzó un grado de desarrollo

significativo, en términos relativos respecto a la década precedente, el crédito bancario estuvo

limitado a los sectores medios y medios altos de la población, una política que fue compartida

en los hechos por el BHN. El entorno de la política macroeconómica de los noventa, de fuerte

sesgo hacia la dolarización de los préstamos, contribuyó al despegue de estas líneas

crediticias, en “moneda dura” aún a costa de mayores descalces por parte de las entidades y de

los propios tomadores de crédito, los que tuvieron que enfrentar a la salida de la crisis

insostenibles niveles de endeudamiento en dólares (dado que percibían ingresos en moneda

14

Page 15: Deficit Habitacional

local). Como resultado de ello, el Poder Ejecutivo y el Legislativo se vieron obligados a

intervenir para evitar los impactos esperables de una masiva ejecución hipotecaria.

El FONAVI resultó además insuficiente para paliar el alto déficit habitacional y los

cambios introducidos en las modalidades del origen de recursos -de carácter pro cíclico- y en

su aplicación. Esto ha debilitado al sistema dado que en algunas ocasiones los fondos

obtenidos fueron desviados a la cobertura de gastos corrientes y no a sus fines específicos,

presentándose además filtraciones que se tradujeron en una menor oferta de viviendas y cuyos

destinatarios no fueron los sectores de más bajos ingresos.

A la salida de la crisis (2001-2002) el país encontró en materia de política económica,

la contracara de la década del noventa, como consecuencia de un tipo de cambio real más alto

y una notable recuperación en el nivel de empleo, de la actividad económica y del salario. El

sistema financiero alcanzó en un tiempo corto además una moderada recuperación y en tres

años retornó a niveles de intermediación aceptables, aunque todavía bajos en relación al PIB.

El repunte del crédito hipotecario comenzó a hacerse visible a partir de mediados del año

2004, de la mano de una sensible baja en las tasas de interés que incluso se ubicaron -sin

alcanzar aún volúmenes sustantivos- por debajo de las evidenciadas durante la

convertibilidad. A pesar de la reacción registrada en el sector de la construcción de viviendas,

éste se concentró fuertemente en los demandantes provenientes del exterior, con fines

especulativos, y los del segmento ABC1 local, que se volcaron a la adquisición de viviendas

en detrimento de los activos financieros habituales e impulsaron hacia arriba el precio de las

propiedades. Como consecuencia de ello, una creciente brecha entre los salarios y el valor de

las propiedades en pesos dificultó aún más la probabilidad de acceso de vastos segmentos de

la población al financiamiento bancario.

Bajo este escenario, el BCRA dispuso flexibilizar las normas para facilitar el acceso a

un mayor número de potenciales demandantes de préstamos hipotecarios y además el

gobierno junto a las entidades bancarias, incentivó el lanzamiento de líneas crediticias

destinadas a inquilinos. A pesar de estas medidas la evolución de los préstamos hipotecarios

ad hoc resultó muy moderada, como consecuencia principalmente de la brecha subsistente

entre el valor de la cuota del préstamo hipotecario y el valor mensual del alquiler.

Con el objetivo de hacer un “mapeo” de la probabilidad de asistencia financiera a los

sectores demandantes de viviendas, a través de un ejercicio de simulación, se estableció que

del total de hogares (7.203.000) aproximadamente un 65% de los hogares que muestran

menores ingresos -correspondientes a los primeros 6 deciles y a una porción del séptimo

decil- no tendría posibilidad de acceder al financiamiento hipotecario, a pesar de las

15

Page 16: Deficit Habitacional

condiciones relativamente más favorables que ofrece el mercado bancario. Este conjunto en

principio excluido, que involucra a más de 14.600.000 habitantes, debe ser el objeto entonces

del alcance de las políticas públicas orientadas por los Estados nacional y provinciales. De un

ejercicio de simulación realizado (corregido el precedente por coeficientes estimados de

subdeclaración de ingresos), dado el sustantivo grado de informalidad de nuestra economía,

surgió que el mercado financiero no podría atender el segmento de familias comprendido

entre el primer y el quinto decil más un segmento de la población ubicada en el sexto decil,

debiendo contemplar entonces el Estado la asistencia habitacional al resto de dicho decil, y a

los cinco primeros de la escala de ingresos corregida. Un dato adicional que ilustra las

dificultades de acceso a la vivienda de estos sectores de la sociedad, es que la población que

está ubicada por debajo de la línea de pobreza se encuentra ubicada en los primeros cuatro

deciles de ingreso.

A pesar de los limitantes señalados y de la pérdida de una importante herramienta de

regulación como fue el Banco Hipotecario Nacional (hoy en manos privadas), existen

mecanismos que podrían ayudar a consolidar un horizonte de crecimiento para este mercado.

La adopción de políticas tendientes a una mayor integración entre el mercado de capitales y el

sistema financiero, a través de los procesos de titulización resulta un pilar a considerar para el

desarrollo del financiamiento a la vivienda dirigido a los sectores medios y medios altos de la

escala de ingresos. Este instrumento no ha sido suficientemente explotado aunque ha tenido

una mayor preponderancia en algunos países de Latinoamérica, una mayor presencia en los

fondos administrados por las AFJP y en la articulación de fideicomisos destinados a la

construcción de viviendas.

En tal sentido, para alcanzar un grado de desarrollo avanzado en materia de vivienda a

través del crédito hipotecario resultaría necesario disponer de un entorno macroeconómico

sostenible que se caracterice por bajos niveles de inflación, mayor crecimiento de la actividad

económica con una equitativa distribución de la riqueza y menores niveles de informalidad y

mayor calidad en el nivel de empleo. A pesar de ello, la Argentina, al igual que otras

economías latinoamericanas, padece un déficit habitacional estructural que sobrepasa

ampliamente las posibilidades de resolución a través de los mecanismos tradicionales de

mercado empleados en los países desarrollados. Por lo tanto, resultaría conveniente planificar

e instrumentar por parte del Estado las políticas activas adecuadas que permitan ir resolviendo

esta necesidad contemplando en el corto plazo aquellas medidas destinadas a la generación de

recursos presupuestarios orientadas a satisfacer la demanda habitacional por encima del

crecimiento vegetativo de la población. Al mismo tiempo, se debería tender a disminuir el

16

Page 17: Deficit Habitacional

déficit cualitativo utilizando algunas de las herramientas aquí expuestas de modo de ampliar

la oferta de financiamiento para aquellos sectores medios de la población que sí podrían

resolver sus demandas a través de la solución de mercado.

17

Page 18: Deficit Habitacional

EL MERCADO INMOBILIARIO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ¿EXISTE?: UN

CASO PARADIGMÁTICO DE DESCONEXIÓN ENTRE OFERTA Y DEMANDA.

FERNANDO ALVAREZ DE CELIS, JULIÁN INSUA, MELINA LÓPEZ CALVO, Y

ALEJANDRO ROBBA

18

Page 19: Deficit Habitacional

EL MERCADO INMOBILIARIO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ¿EXISTE?: UN

CASO PARADIGMÁTICO DE DESCONEXIÓN ENTRE OFERTA Y DEMANDA6.

FERNANDO ALVAREZ DE CELIS, JULIÁN INSUA, MELINA LÓPEZ CALVO, Y

ALEJANDRO ROBBA

1.INTRODUCCIÓN

Desde hace mucho tiempo el mercado inmobiliario porteño ha sido un buen negocio

para los actores que operan del lado de la oferta. La gran cantidad de operadores

(inmobiliarias, avisos clasificados, escribanos, bancos, etc.) que aseguran entradas y salidas

rápidas, permiten valorizaciones incrementales de rentabilidad. Esta situación continuó luego

de la obligada y tardía salida de la convertibilidad, en la que los valores de las propiedades se

pesificaron. En los noventa, la rentabilidad promedio se calculaba en 20% en dólares.

Actualmente, ése es el piso de las inversiones, alcanzando hasta el 40% para una importante

cantidad de operaciones.

A fines del 2001, la profunda crisis que atravesó el país se llevó consigo el modelo de

valorización financiera que surgiera a mediados de los setenta y que tuvo a la reforma

financiera de 1977 como su mejor aliado. En la crisis la actividad económica quedó

prácticamente paralizada. Entre los sectores que más sufrieron el revés, se cuenta el sector de

la construcción y el mercado inmobiliario, que ya venían deteriorándose desde antes del 2001.

La devaluación y las medidas económicas que se tomaron durante los años siguientes,

comenzaron a desarmar el modelo anterior y conformaron un modo de acumulación donde la

producción y el mercado interno han sido los motores del crecimiento.

En lo que respecta específicamente a lo que podemos denominar “mercado

inmobiliario”, las señales durante la crisis no eran para nada positivas: por un lado pocas

operaciones y, por otro la construcción en su punto más bajo en décadas. No obstante,

posteriormente la velocidad de su recuperación ha sido sorprendente. En efecto, en seis años,

su situación cambió radicalmente y el precio promedio del m2 de un terreno pasó de valer

U$S 555 en 2001 a U$S 1.000 en 2007. El excelente comportamiento estuvo asociado, en

parte, a la posibilidad de adquisición de inmuebles con certificados de depósitos bancarios a

partir de abril del 2002, pero lo que realmente impulsó el desarrollo del sector fue la caída de

Miembros de la Comisión de Economía de FETyP (Fundación Estado, Trabajo y Producción) (www.fetyp.org.ar). Agradecemos los comentarios de Fabiola Vela Velásquez, Horacio Rovelli y Alejandro Barrios, también miembros de la citada Fundación.

6

19

Page 20: Deficit Habitacional

la renta financiera y el proceso que, en trabajos anteriores, hemos denominado el paso “del

plazo fijo al ladrillo”.

Es muy difícil definir al “mercado inmobiliario” –y muy especialmente al porteño- en

pocas palabras, por lo que se intentará establecer una caracterización a lo largo del presente

trabajo. No obstante, se puede adelantar que en realidad no se está hablando de “un solo”

mercado, tal como se enseña en los libros de microeconomía neoclásica donde existe “una”

oferta, “una” demanda y “un” precio. Estamos en presencia esencialmente de varias ofertas

(unidades nuevas, o usadas habitadas o desocupadas) cuyo destino principal es la

especulación inmobiliaria (es decir, construir y vender a quienes quieran invertir y acrecentar

excedentes financieros). A estas operaciones especulativas, se le deben sumar aquellas ofertas

que intentan satisfacer primariamente y en el corto plazo las necesidades de viviendas y de

locales para actividades económicas.

Paradójicamente, la existencia de esta sobreoferta no implica que los precios de los

inmuebles bajen (como lo establece la teoría económica neoclásica), sino que, en realidad,

suben (¿Otra paradoja?). Este incremento, además, no ha sido provocado por un empuje de

demanda, ya que todos los indicadores consultados establecen que –por el contrario- la

demanda efectiva (personas con capacidad de compra) es muy baja, dejando como saldo un

alto déficit habitacional.

Para explicar la actividad inmobiliaria en la Argentina pos-2001, y la de la ciudad de

Buenos Aires en particular, se debe analizar entonces, cómo, por un lado, en una sociedad que

atraviesa un fuerte boom inmobiliario, un 20% de la población tiene problemas de vivienda y,

por otro, cómo en situaciones donde la corriente del crédito hipotecario es mínima, la oferta

de vivienda y los precios aumentan exponencialmente.

A grandes rasgos, las características peculiares del mercado inmobiliario (y se lo

seguirá llamando así, “mercado”), permiten inferir la alta influencia que representa la

valorización futura como perspectiva de renta y / o resguardo del capital invertido (valor de

cambio del bien), más que como valor de uso (es decir, la compra para su efectiva

utilización).

2.LAS VARIABLES DEL CRECIMIENTO MACROECONÓMICO. DE LA CRISIS A

LA RECUPERACIÓN

La evolución del PBI remite a un crecimiento de la economía que contrasta con la

marcha oscilante de la década precrisis. Concretamente, el PBI creció a una tasa promedio del

20

Page 21: Deficit Habitacional

9 % anual durante 5 períodos consecutivos, ubicándose actualmente un 25 % por encima al

pico máximo de los ´90 (año 1998).

Gráfico 1. PBI en miles de millones de $ a precios constantes de 1993.

400 350 300 250 200 150 100

50 0

1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

a precios constantes de 1993 desest

Fuente: en base a INDEC Nota: último dato III trimestre 2007

Entre los factores que contribuyen a este resultado, cabe destacar aquellos ligados

directamente a la salida de la convertibilidad y la competitividad creciente de ciertos sectores

productivos. Por un lado, el auge exportador de productos primarios –favorecido doblemente

por el nuevo tipo de cambio y el alza de los precios internacionales- significa un aporte

inédito de divisas. A ello se suma, una evolución más lenta de las exportaciones industriales y

a su vez, un incremento de los gastos realizados por los turistas extranjeros. Todo ello

determina una de las anclas del modelo: el superávit comercial de 10.000 millones de dólares.

Por otra parte, la novedad proviene de una mayor competencia frente a la producción externa,

con el consiguiente crecimiento que experimenta la industria manufacturera local; una

recomposición (menos generalizada pero auspiciosa) de las economías regionales en conjunto,

y la recomposición del mercado interno en general. A diferencia de los otros sectores

mencionados, que incluso en coyunturas diferentes tuvieron evoluciones positivas, en estos

casos nos encontramos con agentes que venían acumulando décadas de deterioro. El sector de

crecimiento más tardío es el financiero (epicentro principal de la crisis) que, contrariamente,

había crecido de manera ininterrumpida durante décadas, y sólo a partir del crecimiento del

superávit fiscal del año 2003 empieza a acompañar al consumo y la inversión. Relacionado a

esto, un tercer aspecto destacable, la segunda ancla del modelo, es el superávit fiscal, lo que

21

Page 22: Deficit Habitacional

otorga un mayor margen de maniobra, negociación y potencial autonomía a las decisiones

políticas.

El empleo y el consumo aparecen así como impulsores del crecimiento nacional en el

nuevo modelo de acumulación. La recomposición del empleo y de los ingresos representan un

alivio para los sectores medios asalariados respecto a su situación previa. En cambio, en el

extremo inferior de la pirámide social, se aprecia todavía la injusticia heredada del régimen de

valorización financiera anterior, que llevará más tiempo revertir.

3.LA CONSTRUCCIÓN

La actividad de la construcción representa la corporización de la oferta en el proceso

de valorización financiera de los activos reales, resultado y motor al mismo tiempo de las

formas de funcionamiento del mercado inmobiliario actual. Para proceder al estudio y análisis

de estas formas particulares, se ha tomado como insumo de investigación a los permisos de

obra privada solicitados en las distintas jurisdicciones.

La cuantificación de la construcción a partir del número de permisos y de las

superficies que se detallan sintetiza varios de estos aspectos. Desde una perspectiva temporal,

se advierte la caída en 2002 y el crecimiento que le precedió. Ante la situación de 2002

(descapitalización, inexistencia de crédito, incertidumbre acerca de los niveles de la demanda

potencial, incrementos de los costos, etc.), las empresas constructoras limitaron fuertemente

su actividad. Sin embargo, varias de estas condiciones negativas se modificaron en pocos

meses, en especial lo que refiere a la demanda, por la nueva capacidad de pago de los

compradores, que permitió una recuperación netamente superior a la verificada en otras

actividades.

Siguiendo las estadísticas oficiales publicadas por el INDEC, para la muestra de los 42

municipios principales del país (Ciudad de Buenos Aires, GBA, Córdoba, Salta, Tucumán), la

superficie permisada cayó un 40 % entre 2001 y 2002; y entre 2002 y 2003 creció un 65 %,

recuperando prácticamente su nivel anterior. A partir de ese momento la superficie permisada

se incrementa a un ritmo de 24 % anual, hasta llegar a 9.5 millones de m2 en 2006 (91%

superior a los niveles de 2001).

En este conjunto, la Ciudad de Buenos Aires tuvo una evolución similar pero con

variaciones más pronunciadas, en especial en lo que se refiere a su crecimiento luego de 2002.

Así, su importancia pasó de 21 % al 33 % de la superficie total permisada en el año 2006. Este

comportamiento hace que Buenos Aires muestre, entre 2002 y 2006, un ritmo de construcción

22

Page 23: Deficit Habitacional

inédito en la historia reciente. Recién en el año 2007 se observa un cambio en la tendencia y

una mínima variación negativa (0,5%). Como se presentará más adelante, se entiende que esta

situación es resultado de cambios en la modalidad de la oferta, más que de una merma

generalizada de la actividad y sus motores de crecimiento.

Gráfico 2. Superficie permisada total. 42 municipios y Ciudad de Buenos Aires. 2001 – 2007

12.000.000

10.000.000

8.000.000

6.000.000 15%

4.000.000

2.000.000

0

10%

5%

0%

35%

30%

25%

20%

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Ciudad 42 municipios % Ciudad / Total

Fuente: en base a INDEC

El impulso constructivo está basado principalmente en los destinos residenciales. Este

tipo de construcciones representa actualmente más del 80 % de las obras privadas, mientras

que en 2001 participaba con el 60 %. Es preciso destacar que el incremento de la superficie

para construcción de viviendas superó ampliamente los destinos para actividades económicas.

En efecto, los datos de 2007 muestran que se permisaron viviendas que cuadriplican los

niveles de 2001, mientras que en el mismo período, los destinos no residenciales fueron, en

comparación, sólo un 52 % mayores.

4.LA RECUPERACIÓN DE LOS PRECIOS

En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, las transformaciones adquirieron una

mayor relevancia. Así como el impacto de la crisis fue aquí particularmente severo –afectando

sectores clave de la economía porteña como las finanzas y los servicios-, también fue notable

la rapidez de la recuperación posterior. La Ciudad no sólo recobra su protagonismo

económico, sino que se revela como un área de “fertilidad” relativamente más sólida para los

excedentes financieros nacionales y extranjeros que buscan cuasi rentas rápidas y seguras.

23

Page 24: Deficit Habitacional

Esta característica se evidencia al analizar el valor material de la Ciudad, como

portadora de una renta potencial cristalizada en el valor de su suelo. Así es que, como se

puede observar en el Gráfico 3, los precios de los terrenos ofrecidos en venta reflejan en parte

este proceso, cayendo en 2002 y recuperándose rápidamente (incluso a un ritmo mayor que el

resto de la economía). En sólo dos años, los valores en dólares alcanzaron el promedio de

diciembre de 2001.

Las estadísticas históricas de oferta del suelo porteño, entonces, permiten cuantificar

este proceso. Siguiendo el mismo gráfico, el precio medio del suelo de la Ciudad, previo a la

devaluación, era de U$S 555 el m2, como ya fue mencionado. Este valor desciende a la mitad

en sólo tres meses, para continuar cayendo un trimestre más (U$S 272 y U$S 213 el m2 en

marzo y junio de 2002, respectivamente). A partir del ascenso posterior, ya a fines del año

2004 los valores generales habían recuperado su nivel en dólares. Posteriormente, continuó el

incremento hasta prácticamente duplicar, a fines del 2007, el último registro pre-crisis. En

dicho registro, el valor medio alcanza los U$S 1.038 el m2, siendo un 87 % superior al de

diciembre de 2001 y un 387 % mayor al punto más bajo de 2002.

Sin embargo, no está de más recordar que, medida en moneda nacional, esta evolución

tuvo variaciones positivas de manera ininterrumpida. Modificación del tipo de cambio

mediante, el promedio actual sextuplica en pesos a la media del año 2001.

Gráfico 3. Valor del suelo (U$S/m2). Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

1.500

42%

60%

1.000 38% 35% 25%

40%

1.038 15%

0%

500 555

- 2001

-500 2002 2003 2004 2005

274 388 534 722 905 20%

2006 2007 -20%

-1.000 -51%

-1.500

U$S/m2 Variación interanual (%)

-40%

-60%

Fuente: en base USIT Subsecretaría de Planeamiento – MDU, GCBA

En este contexto general, si se observa la localización geográfica de las ofertas, es

posible verificar que los ascensos más fuertes se producen en las zonas ya valorizadas de la

Ciudad, donde además es necesario tener presente que las caídas en la crisis fueron menores.

24

Page 25: Deficit Habitacional

Por su parte, las zonas históricamente menos valorizadas mostraron no sólo un ascenso mucho

menor, sino también una recuperación más tardía.

En cuanto a la temporalidad de la recuperación, los barrios de la zona Norte (Recoleta,

Palermo), ya a fines de 2003, tenían promedios similares a diciembre de 2001. En cambio los

barrios del Oeste lo alcanzaron un año después, y los del Sur, recién en el año 2006. Por su

parte, las diferencias en la evolución implican una ampliación de la brecha entre los valores

del suelo para los barrios de la Ciudad que actualmente se mantiene de manera palpable. Esto

implica que la ciudad agudizó las disparidades norte – sur en términos de valor del suelo, es

decir que los propietarios del Sur de la ciudad están cada vez más lejos en términos de

patrimonio de sus pares del Norte y se hacen menos visibles las dos ciudades que conviven

dentro del mismo destino.

Gráfico 4. Valor del suelo (U$S/m2) en barrios seleccionados. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

3.500

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

- 2001 2002 2003 2004

CABALLITO RECOLETA

2005 2006 2007 BOCA PALERMO

MATADEROS VILLA CRESPO

Fuente: en base USIT – Subsecretaría de Planeamiento – MDU, GCBA

En términos de precios de viviendas, también las estadísticas históricas del mercado

residencial son ilustrativas de una valorización general en términos cronológicos, pero

diferencial en cuanto a la distribución territorial de las ofertas.

El precio medio de los departamentos ofrecidos en venta en la Ciudad experimentó

variaciones positivas desde el año 2003 (mostrando una recuperación similar a la de los

terrenos). En dólares, los departamentos recuperaron valores precrisis en 2005. Actualmente

el promedio es un 46 % superior al del 2001, con una tendencia de crecimiento más lento en

2007 (el precio medio de 2007 fue un 16 % superior al de 2006).

25

Page 26: Deficit Habitacional

De manera similar al caso de los terrenos, el análisis para el caso de los departamentos

evidencia que los barrios ya valorizados se recuperaron más rápido; barrios que hoy exhiben

una importante diferencia con los valores pre-crisis. Así, el precio promedio de Recoleta es un

63 % superior a 2001, y de Palermo lo es en un 60 %. En cambio, para barrios del Sur de la

Ciudad las diferencias, si bien son positivas, muestran valores menos significativos (24 %

para la Boca; 38 % para Mataderos).

Gráfico 5. Precio de departamentos (U$S/m2) en barrios seleccionados. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

1.800 1.600 1.400 1.200 1.000

800 600 400 200 -

2001 2002

CABALLITO PALERMO

2003 2004

LA BOCA RECOLETA

2005 2006

MATADEROS VILLA CRESPO

2007

Fuente: en base USIT – Subsecretaría de Planeamiento – MDU, GCBA

Otra tipología de vivienda a analizar está representada por las casas. Observando las

variaciones en el precio, en este caso, se advierte la caída y la recuperación posterior, pero con

un impulso mucho menor que en el caso de los departamentos. En efecto, en el año 2007 las

casas tenían un precio medio sólo 17 % superior al de 2001. Asimismo, en el último registro

se reconoce una diferencia positiva del 7 % con respecto a 2006.

Este incremento menos extremo de los precios en las casas resulta uno de los ejemplos

de las características particulares del mercado inmobiliario actual, es decir, la alta influencia

que representa la valorización como perspectiva de renta y / o resguardo de valores (valor de

cambio), más que como bien de uso (valor de uso). De esta manera, los precios de los

departamentos resultan en incrementos más significativos que los de las casas, y esas

diferencias relativas explican la voracidad del mercado por convertir casas en edificios de

propiedad horizontal, particularmente en las zonas de valorización tradicional.

26

Page 27: Deficit Habitacional

Pero más allá de las expectativas y motivaciones que impulsan los valores, los precios

de las casas también ilustran las diferencias territoriales de valorización: en los barrios del

Norte, entre el año 2001 y el 2007 los precios ascendieron al ritmo de los departamentos (48

% en Recoleta y 60 % en Palermo). En los barrios del Sur y del Oeste los ascensos resultaron

relativamente más modestos (21 % en Mataderos; 22 % en Caballito y 40 % en Villa Crespo).

En el caso de los terrenos, vale la misma reflexión que en el de la vivienda, en el

sentido que las diferencias entre las propiedades del Norte y del Sur se profundizan.

Gráfico 6. Precio de casas (U$S/m2) en barrios seleccionados. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

2.000 1.800 1.600 1.400 1.200 1.000

800 600 400 200 -

2001 2002 2003 2004

LA BOCA RECOLETA

2005 2006 2007

CABALLITO PALERMO

MATADEROS VILLA CRESPO

Fuente: en base USIT – Subsecretaría de Planeamiento – MDU, GCBA

Gráfico 7.

27

Page 28: Deficit Habitacional

Superficie permisada según destino. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

3.000.000

2.500.000

2.000.000

1.500.000

1.000.000

500.000

0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Residencial No residencial

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

Claramente, la diferencia de la oferta representa la predilección de los inversores por

obras residenciales, y más específicamente, multiviviendas, como se puede observar en el

Gráfico 8. Mientras que la construcción de univiviendas evidencia un leve crecimiento

(incluso durante 2002), en multiviviendas es donde se advierte el crecimiento más

pronunciado de la construcción total. Relacionado a esto, los activos fijos no residenciales

entraron en profunda crisis tras el 2001, provocando una fuerte vacancia de locales

comerciales y de oficinas. Los inversores dieron preferencia al mercado de la vivienda,

históricamente más desfasado entre la oferta y la demanda por el componente “especulación”.

Es decir, comparativamente, en los ´90 la mayoría de las inversiones son de carácter no

residencial, como por ejemplo shopping centers y oficinas; en la presente década, la mayor

inversión es para viviendas multifamiliares.

Se podría reflexionar acerca de que la construcción porteña de los 90 tuvo un

componente menos especulativo que en los años 2003-2007, basado en el hecho de que

prevalecieron las construcciones no residenciales. Pero no está de más apuntar que ese

proceso de construcciones en grandes superficies dio lugar a otros procesos que arruinaron el

tejido barrial porteño con la concentración del consumo y la extinción del consumo minorista

barrial.

Gráfico 8.

28

Page 29: Deficit Habitacional

Superficie permisada residencial según destino. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

3.000.000

2.500.000

2.000.000

1.500.000

1.000.000

500.000

0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Univivienda Multivivienda

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

En la etapa de mayor crecimiento de la construcción se observa un aumento de la

participación de las multiviviendas dentro de los destinos residenciales. Pasando de un piso

del 80.6 % en 2002, alcanzaron su mayor influencia en el año 2006, totalizando el 97.4 % de

la actividad. Por otra parte, también se puede observar que la construcción de univiviendas, si

bien tiene un ritmo menor, también es mucho más estable, como se puede observar en el

período 2006 – 2007, donde continúa el ascenso (al igual que los destinos no residenciales),

mientras las multiviviendas tienen una variación negativa.

Cuadro 1. Superficie permisada residencial según destino. Ciudad de Buenos Aires. Diciembre 2001-2007

Univivienda 56.814 41.430 72.319 76.760 69.218 70.156 79.068

% 9,3 19,4 6,8 6,6 3,9 2,6 3,2

Multivivienda 551.578 172.614 994.378 1.089.376 1.726.794 2.599.641 2.396.678

% 90,7 80,6 93,2 93,4 96,1 97,4 96,8

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

Un segundo aspecto para destacar es la tendencia a orientar la construcción de

multiviviendas hacia aquellas de alta categoría, como respuesta a una demanda que sostiene

precios y exigencias. En este punto se puede reconocer una inclinación por las viviendas

29

Page 30: Deficit Habitacional

“suntuosas”7 (con un crecimiento del 24 al 41 % entre 2003 y 2005), en claro detrimento de

las “confortables” (44 a 21 % en el mismo período). Posteriormente la evolución se modifica

en parte, con una disminución de la construcción de “suntuosas”, y un aumento leve de las

“confortables” entre 2005 y 2007. Sin embargo, entre los años 2003 y 2007 se puede

reconocer una tendencia al aumento continuo en la participación de las categorías “lujosa”

(del 6 al 11 %) y “sencillas” en menor medida (del 25 al 29 %). Aquí se observa como el

mercado se va adaptando a las nuevas exigencias de los inversores, que en una primera etapa

contaban con una mayor liquidez, en particular de aquellos que mantuvieron sus excedentes a

salvo del “corralito” y que ahora no obtienen alta rentabilidad en el mercado financiero;

mientras que, pasado el 2005, ingresan al mercado inversores más pequeños, que diversifican

la inversión.

Gráfico 9. Tipología de multiviviendas nuevas. 2003-2007

50% 45% 40% 35% 30% 25%

20% 15% 10%

5% 0%

2003 Sencilla

2004 Confortable

2005 Lujosa

2006 2007 Suntuosa

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

En términos absolutos, entre los años 2003 y 2007 se construyeron casi 82.000 nuevos

departamentos. En detalle, se puede observar que en la disminución que se observaba en

2007, es la categoría “suntuosos” la que impacta mayormente en esa variación, mientras que

los confortables continuaron creciendo.

Cuadro 2.

Categorías de vivienda: sencilla: vestíbulo, comedor, dormitorios, baño, cocina, lavadero, garaje, depósito, agua caliente, calefacción; confortable: lo anterior, más ante-comedor, habitación y baño de servicio, cuarto de planchar; lujosa: lo anterior más ascensor con acceso privado, ascensor de servicio, hasta tres habitaciones y baños de servicio, living-comedor que exceda los 42 m2 de superficie; suntuosa: lo anterior más pileta de natación, cuerpo independiente para vivienda de servicio, etc.

7

30

Page 31: Deficit Habitacional

Multiviviendas nuevas según categoría de confort. Ciudad de Buenos Aires. 2003-2007

Sencilla 2.181 2.284 4.076 7.064 7.014

% Confortable 25,4 3.767 24,4 3.321 27,1 3.508 28,7 5.850 28,8 6.280

% Lujosa 44,0524 35,4736 23,31.224 23,82.448 25,82.664

% Suntuosa 6,1 2.099 7,9 3.033 8,1 6.217 9,9 9.267 10,98.412

% Total % 24,5 8.571 100,0 32,4 9.374 100,0 41,4 15.025100,0 37,6 24.629100,0 34,5 24.370100,0

2003 2004 2005 2006 2007

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

En tercer lugar, también se puede reconocer una tendencia general a la preferencia por

unidades de menor tamaño. En su participación porcentual, entre 2003 y 2007 fueron los

monoambientes la construcción que más creció, representando el 30% de las viviendas

construidas en 2007. Con altibajos, también se incrementó la participación de departamentos

de 2 ambientes, y descendió progresivamente la participación de los 3 ambientes. Las

unidades de mayor tamaño (4 y más de 5 ambientes) tuvieron una participación menor, y en

descenso.

El carácter sintomático de este proceso se verifica en el último registro, en el cual las

cantidades absolutas de multiviviendas de todos los tamaños disminuyen; el único tipo que

aumenta fue el de los monoambientes (de 3.770 a 7.365 unidades). Esto explica la

disminución de la superficie permisada que se observa en el año 2007, hecho que no impacta

sobre el dinamismo de la actividad.

Gráfico 10. Multiviviendas según cantidad de ambientes. Ciudad de Buenos Aires. 2003-2007

50% 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10%

5% 0%

2003* 2004 2005 2006 2007

1 am b 2 am b 3 am b 4 am b 5 am b y m as

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

31

Page 32: Deficit Habitacional

Un cuarto punto que caracteriza la construcción de multiviviendas es su distribución

territorial, con áreas de gran concentración en pocos barrios. La mayor participación en la

distribución de los metros cuadrados permisados corresponde a los barrios más valorizados.

En parte, la localización particular se asocia con la perspectiva de los compradores de que allí

no se desvalorizará su capital. Es decir, existe expectativa ante la posibilidad de realización de

la renta, teniendo en cuenta un alto componente especulativo referido a la condición de

activos inmobiliarios que revisten estas multiviviendas.

Durante el 2007, los barrios preferidos fueron Caballito (10.1 %), Palermo (9.9 %),

Villa Urquiza (6.8 %) y Belgrano (6.2 %). A grandes rasgos, se trata de los barrios que venían

concentrando la mayor parte de la superficie permisada en los últimos años. Sin embargo,

comparando esta situación con el mapa de 2001 se adquiere una perspectiva histórica donde

resaltan otros aspectos interesantes. En principio la disminución de la participación de Puerto

Madero, barrio que en 2001 se encontraba en su fase inicial de construcción, y que pasó de

significar el 14.5 % al 2.8 % en 2007. Ese barrio se caracteriza por el alto valor de los terrenos

y de las unidades terminadas, una infraestructura y características urbanísticas que lo

singularizan del resto de la Ciudad, y quizá es el ejemplo más claro del efecto valorizante de

la segregación diferencial que ejerce el mercado actual.

Entre los otros barrios, continúa siendo fundamental la concentración en Palermo, y la

presencia más modesta de otros barrios del eje Norte (Belgrano, Recoleta). También se puede

reconocer la ampliación de las zonas preferidas por la construcción hacia Villa Urquiza,

Núñez, y últimamente Saavedra. Estos barrios aparecen como opciones más recientes, como

una extensión territorial del eje Norte.

Por otro lado se encuentra el Centro geográfico de la Ciudad, con Caballito a la

cabeza, y un entorno más difuso hacia Flores, Almagro y Parque Chacabuco. Si bien son

zonas que hasta 2001 mostraban una valorización más moderada, se transforman en áreas de

importancia al reconocer un interés por parte de la demanda, sumado a la posibilidad de

encontrar suelo más barato que en el Norte, pero con condiciones y potencialidades similares.

También se puede advertir que, a medida que el suelo en las zonas clásicas se fue

valorizando, los constructores comenzaron a buscar barrios alternativos. En este sentido se

dan permisos importantes, aunque con localizaciones muy puntuales, en forma de enclaves,

que no significan una valorización general de los barrios. Existen casos de este tipo en barrios

como Barracas, Villa Crespo y Chacarita. Sobre esta cuestión es dable suponer que para los

compradores existe la expectativa que los inmuebles de cierta categoría resguardan su valor,

más allá de la localización. Así, la edificación del tipo torre con servicios comunes, aun en

32

Page 33: Deficit Habitacional

entornos poco valorizados, se torna en posibilidades alternativas para emprendimientos de

mayor riesgo por parte de las constructoras y compradores8.

La concentración territorial sigue siendo alta, pero desde el año 2005 se aprecia la

expansión de la frontera inmobiliaria. Así como en el sector primario, la suba de los precios

internacionales de la soja posibilita que áreas tradicionalmente volcadas a la producción de

otros cultivos, a la ganadería o a la producción lechera, se destinen a la producción sojera (en

un fenómeno conocido como “sojización” del agro), el incremento sostenido del precio del

suelo urbano en la Ciudad de Buenos Aires genera una valorización diferencial que, a la vez

que acrecienta los montos en zonas históricamente valorizadas, produce un “efecto derrame”

sobre áreas aledañas e incluso, bajo nuevas modalidades y asumiendo nuevas formas, en

puntos específicos del territorio que configuran los enclaves recientemente valorizados.

Mapa 1. Superficie permisada total. Participación según barrios. Ciudad de Buenos Aires. 2001- 2007

Fuente: en base a DGEyC (GCBA)

En el gráfico siguiente se distingue con mayor claridad la evolución histórica de

ciertos barrios. A partir del punto de inflexión que significó el 2002, resaltan los incrementos

en Palermo y en especial, en Caballito. A diferencia del aumento de la superficie permisada

total que se analizó anteriormente, el resto de los barrios creció en forma más mesurada,

Torre jardín: se trata de una torre habitacional en la ciudad consolidada, que conserva varios metros de separación con respecto a la línea municipal, con jardines de uso privado (...) y usos adicionales (...) sistemas de seguridad y personal de vigilancia (Welch Guerra y Valentini, 2005:87).

8

33

Page 34: Deficit Habitacional

incluso algunos que, como Recoleta, gozan de alto valor y prestigio. Cabe señalar que quizá,

esta misma perspectiva, traducida en incrementos muy rápidos en el valor del suelo, limita las

posibilidades constructivas a proyectos muy específicos.

Gráfico 11. Superficie permisada total (m2). Ciudad de Buenos Aires. 2003-2007

500.000 450.000 400.000 350.000 300.000 250.000 200.000 150.000 100.000

50.000 0

2001 2002 2003 2004 PALERMO BOCA

2005 2006 2007 CABALLITO MATADEROS

VILLA CRESPO RECOLETA

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

5. LAS CONTRADICCIONES DEL MODELO RENTÍSTICO

Observando el fenómeno del notable crecimiento de la construcción, y en especial de

la edificación de departamentos, se puede suponer un aumento consecuente de la oferta de

viviendas y de la superficie residencial de la Ciudad. A partir de los permisos de construcción,

entre el 2002 y el 2007 se contabilizaron 85.587 viviendas nuevas, dentro de las cuales,

84.576 corresponden a departamentos. Aun restando a esta cifra la cantidad de viviendas

demolidas para construir las nuevas, seguiría siendo un balance de saldo positivo, que

permitiría dar lugar a nuevos habitantes.

En segundo lugar, la Ciudad se caracteriza por tener una cantidad nada despreciable de

viviendas sin utilizar. Según el Informe sobre la Situación Habitacional de la Dirección

Nacional de Políticas Habitacionales, ya en 2001 se habían censado 126.956 viviendas

desocupadas, entendiendo esto como “viviendas para alquiler”, “desocupadas por otras

razones” o “abandonadas”. En otra categoría también se relevaron 201.301 viviendas

“ocupadas en las que no se aplicó la cédula censal”, debido a las siguientes razones:

“moradores ausentes”, se trataba de viviendas destinadas “para veraneo” o “con fines no

habitacionales”. Esto da una idea de la magnitud de viviendas disponibles, vacantes y

34

Page 35: Deficit Habitacional

subutilizadas, magnitud que superaría ampliamente no sólo el crecimiento demográfico

estimado, sino la cantidad (relativamente incierta) de viviendas para satisfacer las necesidades

habitacionales actuales.

Sobre esta cuestión interesa resaltar otros aspectos del mercado, más ligados a la

demanda y a las necesidades aparentes del mercado residencial, es decir: el crecimiento

demográfico, la magnitud misma de la adquisición de viviendas (demanda efectiva), y las

dificultades de financiamiento y acceso concreto a la vivienda por parte de los sectores que no

cuentan con ahorros previos (demanda insatisfecha).

Para el análisis comparativo con el crecimiento demográfico se presenta la dificultad

de carecer de cifras precisas y actualizadas. Sin embargo, según proyecciones de la Dirección

General de Estadística y Censos del GCBA, se estima un crecimiento demográfico muy bajo

(menos del 0.2 % anual) desde la fecha del último censo (2001). A partir de ello se calcula

que en el año 2007 la población porteña debería haber alcanzado los 3.034.161 habitantes; un

1.3 % más que en el 2001. En este sentido, durante seis años se habrían incorporado sólo

38.764 habitantes. Comparado con el incremento de las viviendas (de 85.587 unidades),

entonces, el crecimiento demográfico estimado resulta muy inferior.

Por otro lado, analizando la cantidad de compras (que remite a la dinamización

completa del mercado), y tomando como indicador la cantidad de operaciones de compra –

venta, es decir, las escrituras registradas en el ámbito de la Ciudad, se observa que desde el

2002 muestran un crecimiento mucho más modesto que la dinámica constructiva. Desde dicho

año, la cantidad de escrituras creció a un ritmo promedio de 3.6 % anual, contabilizando

98.001 operaciones en el año 2007. Esto significa un mercado sólo un 22.6 % superior al

2001.

A su vez, se observa una participación mucho menor de las escrituras hipotecarias. Así

como en el 2001 este tipo de escrituras representaba el 25.5 % del total, a partir de la debacle

financiera, pasaron a representar sólo el 3.9 % en el 2002. Si bien su participación fue

creciendo, lo hizo muy lentamente, de manera que en el año 2007 sumaron el 8.7 % del total,

con 8.566 operaciones registradas. Esto significa que la mayor parte de las operaciones que

motorizan la actividad la realizan compradores capitalizados, que prescinden claramente del

crédito hipotecario para adquirir inmuebles, incluso aquellos que venden su propiedad para

adquirir otro inmueble.

Gráfico 12. Escrituras totales e hipotecarias. Ciudad de Buenos Aires. 2001-2007

35

Page 36: Deficit Habitacional

120.000 100.000

80.000 60.000 40.000

20.000 0

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

Escrituras totales

Fuente: en base a DGEyC. GCBA

25.000

20.000

15.000

10.000

5.000

0

Escrituras hipotecarias

Siguiendo este análisis, corresponde la referencia a un cuarto aspecto, que es la

cuestión del crédito hipotecario. Este tipo de préstamo tradicionalmente permitió a los

sectores no capitalizados adquirir viviendas a plazos. Analizando el stock de préstamos

hipotecarios, se puede observar un balance negativo desde el año 2001 hasta el 2005. Recién

en el 2006 se observa un cambio de tendencia firme; entre 2005 y 2007 el stock aumentó 54

%, aunque todavía se encuentra 20 % por debajo de los niveles del año 2001. Por otra parte,

cabe recordar que esta comparación realizada a valores corrientes, seguiría indicando que los

préstamos no involucran un volumen suficiente como para facilitar la compra de viviendas

para otros sectores sociales, es decir, no se ha recuperado la relación cuota / ingreso.

Gráfico 13. Stock de préstamos hipotecarios (en millones de $ corrientes). Ciudad de Buenos Aires. 2001-2007

250

200

150

2000

1500

1000 100

50

0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

500

0

CVS (INDEC) IIM (EPH) 36

Page 37: Deficit Habitacional

Fuente: en base a datos del BCRA

Desde las entidades bancarias, a partir del 2004 se comenzaron a ofrecer diversas

líneas de préstamos hipotecarios, que en algunos casos mejoraron las condiciones con

respecto a años anteriores. Sin embargo, estas condiciones fueron variando rápidamente,

siendo especialmente sensibles a las fluctuaciones del mercado financiero. La ampliación de

la diferencia entre el salario real medio y el valor de las viviendas continúa siendo tan alta,

que impide el acceso incluso a través del crédito.

A continuación se presentan dos indicadores de variación salarial: el Coeficiente de

Variación Salarial generado por el INDEC, y la Medición del Ingreso Individual Mensual a

partir de la Encuesta Permanente de Hogares. En esta evolución se distingue un incremento,

en especial desde el 2003. Sin embargo, en comparación con el incremento del precio de las

viviendas (en pesos), resulta mucho menor. Sin entrar en grandes detalles, queda en evidencia

el retraso de los ingresos, que se hace mucho más severo en los sectores menos favorecidos, y

los aleja aun más del acceso a la vivienda.

Gráfico 14. Coeficiente de Variación Salarial (base 100=2001) e Ingreso Individual Mensual ($

17.000 42%

12.000

50%

40%

30%

20% 14%

10% 2.000

2001 2002 2003 2004-7% 0% 2005

0% 2006 2007

-10%

-20%

-30%

Variación interanual (%) -40%

-50%

7.000

-3.000

-8.000 -28%

-13.000

-21%

Stock de prestamos hipotecarios -18.000

37

Page 38: Deficit Habitacional

corrientes). Ciudad de Buenos Aires. 2001-2007

Fuente: en base a INDEC y DGEyC, GCBA

6.LA CIUDAD COMO TERRITORIO DE ESPECULACIÓN

Anteriormente se observó que el ritmo de la construcción en la Ciudad de Buenos

Aires presenta una evolución más acelerada y singular que el resto de las localidades del país.

Esto no invalida, sino que da más sentido aún, a la consideración que detrás de esta

movilización existen intenciones meramente especulativas. Significa que, en términos de

inversión (o especulación) inmobiliaria, en la Ciudad se produjo una profundización mayor

que en el resto de las ciudades argentinas.

Como ámbito residencial, aun cuando desde hace aproximadamente 20 años que

estudiosos plantean la tendencia de las clases altas a movilizarse a áreas suburbanas, la

Ciudad no ha dejado de resultar atractiva. Es más, en el pasado cercano se han multiplicado

los polos de atracción residencial para las elites, por no hablar directamente de verdaderos

procesos de gentrificación9. Esto resulta válido tanto si pensamos que la demanda actual

responde a quienes buscan su propia vivienda, como a quienes compran en la perspectiva de

su venta futura o alquiler (a este mismo grupo) que ciertos agentes están adquiriendo

propiedades y motorizando el mercado.

9 Se entiende a la gentrificación (en inglés, literalmente, “aburguesamiento”) como un proceso de segregación socioespacial con fines especulativos. Se trata básicamente del desplazamiento de clases populares a consecuencia de los incrementos en el valor del suelo.

38

Page 39: Deficit Habitacional

Por otra parte, no hace falta enumerar las condiciones que hacen a Buenos Aires una

ciudad con grandes atractivos, tanto para compradores argentinos como extranjeros, que cabe

señalar, esta última no es tan significativa.

También es interesante resaltar que en la visión de perspectiva futura en la que se

valorizan las propiedades, el propio incremento de los precios resulta en sí mismo un motor

de valor. En un contexto donde la Ciudad y en particular ciertos barrios, se hacen

formalmente inaccesibles para la mayor parte de la población, sectores de altos ingresos con

intenciones de exclusividad encuentran condiciones más que óptimas. En este sentido, la

propia segregación urbana que genera la dinámica del mercado residencial actual, “re-

valoriza” los barrios más caros, pero también empuja las perspectivas de los propietarios en

zonas intermedias. Se da forma así a un espiral de valorización– segregación– revalorización

que no sólo profundiza las condiciones en una zona limitada, sino que tiende a expandirse

territorialmente con menor fuerza, y con mayor choque entre expectativas y realidades. Es en

este sentido que puede comprenderse la presión inmobiliaria y la expansión del eje Norte

como área valorizada hacia barrios aledaños (Saavedra, Villa Urquiza, Colegiales, Palermo,

Villa Crespo), proceso que se podría denominar como de “extensión de la frontera

inmobiliaria” haciendo alusión al proceso de expansión de la frontera agraria que se percibe

en el campo a partir (sacar a partir de devaluación el proceso empieza antes, además venimos

hablando sólo de precios) del aumento de los precios internacionales de los granos, proceso

que favorece el cultivo de cereales y oleaginosas (básicamente, soja) frente a la ganadería y

cultivos industriales, tanto en la región Pampeana como en otras regiones del país.

Como asiento de actividades económicas, es también palpable que la Ciudad ha

recuperado el vigor de años anteriores, y que incluso hoy ostenta una mayor diversidad de

actividades. En otras palabras, la Ciudad pos-crisis mantiene una potente atracción de

actividades que revalorizan las propiedades existentes y a construirse, es decir, al suelo

urbano en términos generales.

Gran parte del mercado, entonces, se encuentra fundado en perspectivas futuras; en

especial si se toma en consideración que se trata de un mercado de bienes de alto valor,

directamente dolarizados y de largos plazos de amortización. En este sentido, para los

demandantes, la compra de inmuebles (y su derecho a percibir renta), sin duda resulta mucho

más atractiva que otras formas de resguardo de valores, inversión o especulación. Asimismo

hay que considerar a los agentes extranjeros, beneficiados por el tipo de cambio, que también

resultan en un aporte a la valorización descripta y son ilustrativos de la perspectiva y realidad

que Buenos Aires presenta desde un punto de vista inmobiliario.

39

Page 40: Deficit Habitacional

Por otra parte, se habla de valorización, segregación y percepciones futuras en

términos generales. Sin embargo, el mercado inmobiliario actual adquiere mayor complejidad

territorial, considerando que estos procesos distan de ser homogéneos para todos los barrios

de la Ciudad. En un paneo general, las zonas valorizadas del Norte, Puerto Madero e incluso

Caballito, aparecen como protagónicos del mercado, lo cual demuestra que el resto, (en

especial el Sur de la Ciudad), tiene perspectivas menos alentadoras, si se consideran los

plazos de valorización que la demanda actual soporta. Esto no quiere decir que allí no existan

emprendimientos que resulten comercialmente exitosos, o que las zonas carezcan de futuro,

simplemente, parecería que la demanda aun encuentra posibilidades en barrios en los que

siente que su valor está a mayor resguardo, y los valores de su terreno y vivienda entre las

“dos ciudades” se siguen alejando, como se señalara anteriormente.

7.EL ROL REGULADOR DEL ESTADO.

Hasta aquí sólo se fue describiendo el mercado y las acciones del sector privado, el

Estado sólo apareció como la fuente de relevamiento estadístico. Sin embargo, a lo largo del

trabajo, difusamente el potencial rol del Estado en relación al mercado inmobiliario se va

configurando en el análisis. En este sentido, uno de los rectores más potentes con que se

cuenta es la normativa urbanística, que no sólo regula el potencial constructivo, sino

indirectamente también las zonas de oportunidades.

La Ciudad de Buenos Aires cuenta con un Código de Planeamiento Urbano, norma

que establece zonas de acuerdo a usos y densidades deseables. En línea con la noción de un

mercado guiado por las perspectivas, se observa que las zonas “industriales” o mixtas

presentan una garantía de valor mucho menor. Así, la postura de gobiernos favorables a la

“reindustrialización” o la “residencialización” de estas zonas influirían en los procesos de

especulación. En este sentido, si se adelanta la intención de residencializar zonas industriales,

este solo hecho ofrece un guiño a los constructores, ya que los potenciales compradores

supondrán que el valor futuro será mayor, favoreciendo la especulación. Parte de eso ocurrió

en la Ciudad, pero con efectos negativos. A partir de los cambios normativos impulsados por

la última dictadura militar se segregó la actividad económica y a parte de los sectores de

menores ingresos, sin responder con políticas de atracción para los otros sectores.

En este proceso quedaron zonas vacantes, improductivas, con un (relativamente) alto

valor del suelo, pero sin dinamizar siquiera la construcción. Esta situación comienza a

revertirse a partir de la aprobación de la Ley Nº 2.216/06, denominada “Ciudad Productiva”,

40

Page 41: Deficit Habitacional

en un intento de modificar la situación planteada que significó prácticamente la eliminación

de la industria en el ámbito porteño. En efecto, en estos treinta años, la cantidad de unidades

industriales en la ciudad de Buenos Aires se redujo en un 31,9% y en un 19% la participación

de la Ciudad en el empleo total. Con la nueva Ley se busca revertir desindustrialización de la

ciudad permitiendo no sólo la regularización de las industrias ya existentes, sino también la

instalación de aquellas nuevas que obtengan un certificado de impacto ambiental.

Los datos proporcionados por el Índice Ciudad10 permiten apreciar el crecimiento del

sector industrial tras la devaluación. Así, en 1999 la industria participaba del 17,3% del PBG

y en 2007 representa el 18,6 % colocándola en una de las actividades más importantes de la

Ciudad, superando incluso la participación del sector servicios financieros, que pasó del

19,0% en 1999 a 12,5%.

Algo similar ocurre cuando se incorpora más potencialidad constructiva a una zona a

través de la normativa. En los casos en que esto ocurrió, si no existió la perspectiva de un

incremento de valor a futuro, no se generó el efecto deseado. Los propietarios especularon e

“inflaron” los precios, lo cual a su vez, resultó menos atractivo para los constructores. Éstos,

por su parte, contrapusieron un costo mayor al que imaginaban, con una perspectiva de

comercialización que no resultaba tan sólida, y las zonas quedaron con grandes expectativas y

sin comercializarse.

Sin embargo, también es posible que en entornos poco “amigables” (según los

estándares del mercado actual), los constructores desarrollen inmuebles con características

intrínsecas de alto valor que contrarresten el efecto “desvalorizador” del contexto. En estos

casos, puede existir una cantidad de especuladores que acepten el riesgo (siempre que los

precios de compra no sean tan altos) a cambio de una mayor renta (garantizada por unos

valores suficientemente bajos como para sostener la hipótesis de valorización futura del

entorno). En los casos en que se dio este proceso, quedaron como “enclaves” de valor (con

perspectiva fluctuante), que no siempre tienen el efecto derrame sobre el entorno, pero que

asimismo pueden llegar a generar algún tipo de segregación hacia los sectores de menores

ingresos.

8.CONCLUSIONES

10 Elaborado por la FETyP

41

Page 42: Deficit Habitacional

Como se apreció a lo largo del trabajo, la magnitud del crecimiento de la economía

nacional, y de la porteña en particular, con ausencia del Estado local como orientador, genera

condiciones para la existencia de un mercado inmobiliario segmentado y basado más en la

especulación que en la utilización productiva de las propiedades. Es decir, se generan ofertas

que no conectan con la demanda real de viviendas y actividad económica. Principalmente,

porque crea una capa de riqueza concentrada, que en este contexto resulta la única posible de

convertirse en demanda de bienes dolarizados con precios crecientes.

Se observa que los precios de los inmuebles recuperaron su valor en dólares con

respecto a los años previos a la crisis, mientras que el valor del suelo se duplicó. Esto mismo

da una idea del largo aliento del proceso, que valoriza la potencialidad constructiva futura a

un ritmo mayor que las propiedades existentes. En especial, se propulsaron mayormente los

precios de los inmuebles ubicados en los barrios que ya tenían preponderancia en el mercado

previo a la crisis del 2001. Asimismo, aparecieron nuevos barrios atractivos para la

construcción y la oferta inmobiliaria, que mantienen un similar patrón constructivo, y

orientados a segmentos de la demanda con menor disponibilidad de capital. En el otro

extremo, quedaron barrios inaccesibles para los estratos medios y bajos, donde aparecen con

fuerza fenómenos de segregación social.

En cuanto a las tipologías predilectas por la construcción, el análisis permitió inferir la

importancia de las propiedades como resguardo de valor y / o renta futura, que prefirió los

departamentos a las casas, y a través de los años, incluso los de menor tamaño. Estos resultan

más acordes con las perspectivas a futuro debido a su mayor posibilidad como renta, y a la

mayor rapidez de su venta. Algunos analistas, refiriéndose a estas cualidades de los

departamentos chicos de la Ciudad, llegan a considerarlos directamente como commodities.

Por su parte, como la recuperación de los ingresos en los sectores medios de la

sociedad ha sido menor que la evolución de los precios de las viviendas, dicha recuperación

no es suficiente para hacer frente a un mercado orientado casi exclusivamente a los sectores

de mayores ingresos.

La regulación de la tierra por parte del Estado propicia el desarrollo de este tipo de

emprendimientos, el cambio de normativa de 1977 y las posteriores modificaciones, alentaron

la construcción rentística como forma de funcionamiento de la economía argentina. Se

propició un cambio de modelo en donde se intentó limitar la industria en la Ciudad en

beneficio de la construcción residencial y de algunas actividades de equipamiento, a través de

la aplicación de un Código de Planeamiento fuertemente restrictivo de los usos productivos.

Sin embargo, treinta años después de aprobada esta normativa, se puede comprobar que no

42

Page 43: Deficit Habitacional

sólo no se generó ninguna vivienda para los sectores medios y altos en las áreas para las que

se estableció el cambio de norma, sino que al mismo tiempo se fueron cerrando muchos

establecimientos (especialmente en el Sur de la Ciudad), lo que provocó una gran cantidad de

terrenos que aún hoy en día, en el contexto que ha sido analizado en este artículo, están

vacantes y a la espera de mecanismos que, especulación mediante, impacten de manera

positiva en su valorización diferencial.

Siguiendo con el papel del Estado, en la actualidad la ciudad de Buenos Aires está

viviendo un proceso combinado de inversión pública y privada que está modificando

drásticamente la renta del suelo. En este sentido, el tema tributario se vuelve central para

reasignar recursos desde el Estado.

La extensión de una línea de subterráneo (Villa Urquiza, Flores o Parque

Patricios), en una Ciudad que tiene un shock de inversión privada inmobiliaria e

insuficiencia de tierra, altera drásticamente la demografía de esos barrios. Es así que

estas intervenciones urbanas, ponen en valor los terrenos y cambian la situación general

de las personas que ahí habitan, porque existe la posibilidad que ante el aumento del

valor del suelo, el espacio físico en el cual moran o del cual son propietarios, pueda ser

vendido para un nuevo proyecto, tanto inmobiliario como comercial.

Lo mismo ocurre cuando la Ciudad se inserta en ventajas comparativas que han

surgido al calor de los nuevos precios relativos. El caso más emblemático es el de San

Telmo, donde se ha invertido en mantenimiento urbano, principalmente en alumbrado,

adoquinado, refacciones de veredas, etc., lo cual ha traído como consecuencia la puesta

en valor del casco histórico de la Ciudad.

Una de las herramientas del Estado para realizar este tipo de intervenciones es el

impuesto inmobiliario. Éste debe ser redistributivo, y desde el punto de vista de la

infraestructura y de la inversión inmobiliaria, debería apuntar a reformas que regulen

la renta del suelo, que permitan condiciones de equidad genuinas, así como articular lo

público y lo privado de un modo virtuoso y puntual por zonas de la Ciudad de Buenos

Aires que lo requieran.

Un segundo punto en cuanto al rol del Estado es la inversión pública, orientada a

través de un trabajo de planificación que abarque los siguientes puntos básicos:

1. Generación de obras nuevas con el fin de favorecer la competitividad integral de la ciudad.

2. Establecimiento de un plan plurianual que oriente el mantenimiento urbano en reemplazo

del trabajo por demanda parcial.

43

Page 44: Deficit Habitacional

3. Intervención urbana para revitalizar barrios y / o sectores degradados.

El caso de la zona Sur de la Ciudad de Buenos Aires resulta paradigmático en este

sentido, ya que las obras públicas que se proyecten e implementen deben estar orientadas por

el objetivo de alcanzar una recuperación de su destino productivo real, de manera tal que

pueda revertirse la ampliación de la histórica brecha con el Norte de la ciudad. Es decir, se

deben sumar: inversión privada + inversión pública + destino productivo. Sólo así dejaremos

de vivir en dos ciudades separadas por la Avenida Rivadavia.

44

Page 45: Deficit Habitacional

9. BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ DE CELIS, F.: “Cambios de normativa, renta y usos del suelo en el Sur de la

Ciudad de Buenos Aires. La tensión entre los usos residencial e industrial” Tesis de

Maestría, Universidad Torcuato di Tella, 2008.

FELLETI, R.: “Modelos de gestión público - privado para un desarrollo sustentable”

Exposición presentada en el Seminario realizado por la Comisión de Inversión Pública

y Desarrollo Urbano de la Fundación Estado, Trabajo y Producción, Auditorio "Santa

María de los Buenos Aires" del Banco Ciudad de Buenos Aires, 2005.

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Aires”, Fundación Estado, Trabajo y Producción, 2006, www.fetyp.org.ar

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departamentos y casas en venta, 2001-2007”, Unidad de Sistemas de Inteligencia

Territorial – Subsecretaría de Planeamiento, Ministerio de Desarrollo Urbano, 2008.

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locales, 2001-2007”. Unidad de Sistemas de Inteligencia Territorial – Subsecretaría de

Planeamiento, Ministerio de Desarrollo Urbano, 2008.

GCBA: “Mercado Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires” Precio de oferta de locales en

venta y alquiler”. Unidad de Sistemas de Inteligencia Territorial – Subsecretaría de

Planeamiento, Ministerio de Desarrollo Urbano, 2008.

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1/02/2008 en base a datos e índices elaborados por la Fundación Estado, Trabajo y

Producción, 2008, www.fetyp.org.ar

WELCH GUERRA, M. y VALENTINI, P.: “Torres jardín en Buenos Aires. Proyecciones de

una tipología habitacional”, en: Max Welch Guerra (editor): Buenos Aires a la deriva.

Transformaciones urbanas recientes, Editorial Biblos, 2005

45

Page 46: Deficit Habitacional

LA ECONOMÍA SOCIAL COMO PROYECTO DE INCLUSIÓN SOCIAL DE LOS

JÓVENES.

JORGE TIRENNI Y ESTEFANÍA FRANCIONI

46

Page 47: Deficit Habitacional

LA ECONOMÍA SOCIAL COMO PROYECTO DE INCLUSIÓN SOCIAL DE LOS

JÓVENES.

JORGE TIRENNI11 Y ESTEFANÍA FRANCIONI12

1. INTRODUCCIÓN

El deterioro de los indicadores económicos, sociales y laborales del último cuarto de

siglo, han sido tan pronunciados e inéditos, que a pesar de la reactivación productiva de la

economía, la generación de nuevos puestos de trabajo y la implementación de masivos planes

sociales, seguimos observando la persistencia de un cuadro social preocupante, con una

inmensa población de argentinos con necesidades primarias insatisfechas, ingresos por debajo

de las líneas de pobreza e indigencia y serias dificultades para insertarse o reinsertarse

laboralmente en condiciones dignas.

Una situación particularmente evidente en el caso de los jóvenes, que en lugar de ser

una prioridad para nuestra sociedad, son quienes tienen mayores probabilidades de sufrir

algún tipo de carencia y vulneración. En este sentido, se encuentran a merced de un intenso

proceso de desafiliación social y a un creciente deterioro de las principales instancias de

contención y socialización (familia y escuela) que otorgan sentido de pertenencia y

continuidad a sus vidas.

La situación demográfica del presente nos está brindando a los países

latinoamericanos una gran oportunidad para el desarrollo de nuestros pueblos, por varios años

tendremos una importante generación de jóvenes y una relación entre activos y pasivos

claramente ventajosa desde el punto de vista del desarrollo. Sin embargo, se notará hacia

mediados de este siglo un problema del envejecimiento de la población, lo que significará un

desafío para los integrantes de la tercera edad y consecuencias en términos económicos,

sociales y provisionales. (Rodríguez, E; 2003).

De allí la necesidad de aprovechar esta coyuntura favorable e instrumentar las medidas

necesarias para acelerar los procesos de inclusión que permitan frenar este proceso de

deterioro social y cimentar las bases de una sociedad más justa y con mayores oportunidades

para todos.

En este marco, el artículo se estructura de la siguiente manera: una primera parte en la

que hablaremos de las características de la juventud y de las dificultades que encuentran para

11 12 Docente e investigador de la UBA

Investigadora de la UBA.

47

Page 48: Deficit Habitacional

vivir en plenitud su juventud y lograr un exitoso tránsito hacia la condición adulta; una

segunda parte en la que presentaremos la Economía Social, reflexionaremos acerca de sus

bondades y limitaciones como proyecto y estrategia de inclusión social de jóvenes y

finalmente esbozaremos algunas conclusiones.

2. JUVENTUD: ALGUNAS DEFINICIONES BÁSICAS.

Se denomina juventud al período del ciclo de vida, en que las personas transitan de la

niñez a la condición adulta y durante el cual se producen importantes cambios biológicos,

psicológicos, sociales y culturales inherentes al proceso de formación de la propia identidad,

de emancipación y de creciente interacción con la sociedad, característico de este período.

(Rodríguez, E; 2003).

Durante esta etapa se produce la transición de la indeterminación a la determinación,

de la total dependencia/ heteronomía de la infancia a la plena autonomía, junto a una mayor

interacción con el mundo adulto, generalmente muy poco predispuesto a facilitar estas nuevas

incorporaciones.

En términos hegelianos, la etapa de juventud remite al segundo momento dialéctico

del sujeto: el del particular/negativo (para sí), en el que la persona para ser alguien y realizarse

(ser sujeto), necesita salir de su abstracción, romper con las limitaciones impuestas desde el

exterior y auto limitarse, es decir, darse un contenido particular a partir del cual, lo envuelto

se desenvuelve y entra en la existencia, se pone. Este proceso implica cambio de roles y

asunción de nuevas responsabilidades, que además de satisfacciones, pueden generar

tensiones, temores, incertidumbre e incomodidad.

Es evidente que la juventud no es conjunto homogéneo, coherente e integrado, sino

que es un sector heterogéneo13 y en consecuencia, los jóvenes transitan y resuelven estas

tensiones de diferentes maneras según la sociedad, cultura, etnia, clase social y género al que

pertenecen.

Ahora bien, es prudente interrogarse, en el contexto actual, ¿cuál es el momento se

podría decir que dejamos de ser niños para pasar a ser jóvenes? ¿Y cuándo es que dejamos de

ser jóvenes? La respuesta a estas preguntas está dada por la franja etaria establecida, que es

13 Ernesto Rodríguez (2003), identifica cuatro grupos juveniles claramente diferenciables: 1.Los estudiantes universitarios, que son el prototipo de la juventud y el único sector que en el pasado participó del escenario social y político en calidad de actor, a través de movimientos estudiantiles, 2. la juventud popular urbana excluida del acceso a la educación media y superior que habita en zonas marginales y a menudo se organiza en grupos de esquina y pandillas juveniles que ejercen la violencia como expresión de rechazo a esa sociedad de la que no forman parte, 3. los jóvenes rurales que constituyen un grupo minoritario en transformación y 4. las mujeres jóvenes afectadas por una doble exclusión (de género y etaria).

48

Page 49: Deficit Habitacional

variable según los países y regiones, conforme fueron modificándose los usos y costumbres

de los pueblos.

En el establecimiento de la edad de ingreso a la juventud, existe un considerable

consenso en priorizar los criterios derivados de enfoques biológicos y psicológicos que hacen

hincapié en las transformaciones físicas, biológicas y psicológicas que acompañan al

desarrollo de la funciones sexuales y reproductivas, mientras que la determinación de la edad

límite, suele asociarse al cierre del ciclo educativo formal, el ingreso en el mercado de trabajo

y la formación de un hogar propio (Rodríguez, E; 2003). En el caso de Argentina, el INDEC

ha fijado este período entre los 18 y los 29 años de edad.

2.1. DIFICULTADES EN EL PROCESO DE INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS JÓVENES.

Este complejo proceso de transición al que hiciéramos referencia, se da en todos la

mayoría de los jóvenes, teniendo en cuenta el contexto general y particular en el que se

encuentra inserto.

En nuestro país, las problemática vinculadas a la juventud no sólo se asocian a

aspectos de tipo sociales, económicos y laborales que afectan a la sociedad en su conjunto,

sino que tienen menores posibilidades de influir en su destino y participar en la toma de

decisiones que el mundo adulto se reserva para sí, subestimando las potenciales

contribuciones de los jóvenes.

En el país tenemos una considerable población de jóvenes de 18 a 29 años (más de 7

millones de personas que representan el 19,7% de la población total)14. Es una situación

demográfica propicia para el desarrollo económico, dado que la población joven ha

aumentado su participación en la población total y tenemos una relación activos- pasivos

claramente favorable, que se irá diluyendo con el correr del tiempo.

Cuadro Nº. 1: Proyecciones de distribución de la población total según franjas etarias.

14 Censo 2001.

49

Page 50: Deficit Habitacional

100%

80%

60%

40%

20%

0%

8,00%

38,00%

8%

38%

9%

37%

9%

37%

8%

37%

10%

37%

10%

38%

10%

40%

11%

41% 65+ 30-64 Años 15-29 Años 0-14 Años

25,00%

29%

1975

24%

31%

1980

23%

31%

1985

23%

31%

1990

25%

29%

1995

25%

28%

2000

26%

26%

2005

25%

25%

2010

24%

24%

2015

Fuen

te: Elaboración propia en base a las estimaciones del INDEC.

Sin embargo, los últimos datos disponibles15 indican que un tercio de estos jóvenes

carece de ingresos suficientes para cubrir una Canasta Básica Total (son pobres) y un 10.2%

no alcanza a cubrir una Canasta Básica Alimentaria. Con lo cual se presentan serias

dificultades para sobrellevar exitosamente este tránsito hacia la condición adulta, para cerrar

el ciclo escolar, insertarse en el mundo laboral y, fundamentalmente, para formar el propio

hogar y emanciparse de los padres.

Esta dificultad esta relacionada con el problemática habitacional, que no sólo afecta a

los jóvenes, ni exclusivamente a los sectores populares sino también a los sectores de clase

media, por la incapacidad de acceder a un adecuado financiamiento para la adquisición del

inmueble y el desmesurado costo de las propiedades en relación a los salarios, sumado a los

obstáculos existentes a la hora de acceder a una vivienda en alquiler, por los abusivos

requisitos exigidos y la especulación inmobiliaria.

Todo esto deriva en situaciones que van desde la postergación del derecho a formar

una familia, la constitución de hogares que no logran independizarse de los padres, y hasta

familias enteras hacinadas en viviendas precarias (villas, asentamientos, etc.), transitorias

(hoteles, pensiones, Inquilinatos y Hogares) o directamente en situación de calle con escasas o

nulas respuestas por parte del Estado.

Por otra parte, no podemos eludir que la situación de pobreza dificulta la adquisición

de los conocimientos formales y las competencias prácticas fundamentales que moldean las

condiciones de empleabilidad de los sujetos, y sus posibilidades de inserción en un mercado

laboral cada vez más exigente, que torna obsoletos muchos de los conocimientos y

competencias que en el pasado garantizaban un empleo16.

15 16 Año 2005. Como estamos en una situación que no es de pleno empleo, generalmente los requisitos exigidos por los empleadores superan ampliamente los conocimiento/competencias que el desempeño del puesto requiere.

50

Page 51: Deficit Habitacional

La pobreza no sólo restringe las posibilidades de acceder a una educación de calidad

(cada vez más alejada del ámbito público) sino que, además, afecta el rendimiento17 e influye

en los niveles de deserción escolar. De esta manera, la falta de incentivos produce que muchos

niños y jóvenes se ven obligados por sus necesidades, a abandonar los estudios para insertarse

tempranamente en el mercado laboral en condiciones precarias e informales.

Además, la educación pública no está, hoy en día, en condiciones estructurales de

contener y menos aún de reinsertar, a todos los niños y jóvenes en edad escolar18. Muestra

signos evidentes de deterioro en su rol socializador, una disminución de la calidad de la

enseñanza impartida e incapacidad de adaptación de los contenidos a las crecientes exigencias

del mundo laboral.

Por lo tanto, termina expulsando a quienes tienen capacidad adquisitiva hacia el

sistema privado, contribuyendo de este modo al alejamiento de amplios sectores de los

espacios públicos, a la profundización de la segmentación y la ampliación de brechas que

luego se tornan insuperables, producto de una desigual distribución de las oportunidades, que

concentra en un sector muy reducido de la población los recursos necesarios para una

adaptación exitosa.

Cuadro Nº 2: Distribución de los jóvenes según máximo nivel educativo alcanzado. Año

2001.

Población total de PrimarioPrimario 18 a 29 Incompleto Completo años 7.161.012 8,30%20,30% Fuente: INDEC

Secundario Secundario Terciario/Univ. Terciario/Univ. Incompleto Completo incompletocompleto

26,60% 16,80% 22,20% 5,80%

Esto implica una situación paradójica en la que altos índices de desocupación19 y

subocupación juvenil coexisten con situaciones de sobreocupación y sobrecalificación

involuntaria.

El desfasaje entre oferta- demanda de mano de obra y la falta de calificación y

experiencia laboral, obstaculizan enormemente el acceso al primer empleo. Por otro lado, los

17 La insuficiencia alimentaria y la falta de contención familiar (ya sea por desarticulación del núcleo familiar como por incapacidad real de los adultos de asistirlos) influye negativamente en el desempeño escolar de niños y jóvenes. 18El sistema educativo se encuentra saturado y con graves problemas de infraestructura y financiamiento. 19La Tasa de desocupación de jóvenes de 18 a 29 años en el Segundo Semestre de 2005, fue de 18.0 %.

51

Page 52: Deficit Habitacional

sistemas de pasantías muchas veces terminan facilitándole a los empleadores la reducción del

costo laboral que necesitan y en consecuencia, toda esta situación genera una mayor

exposición de los jóvenes a acceder a trabajos precarios, irregulares y con salarios

insuficientes. Con el agravante de que este sector se encuentra desmovilizado y que el

desempleo juvenil aparentemente no figura entre las prioridades de los principales actores del

mundo laboral.

Los sindicatos priorizan a los trabajadores que ya están incorporados al mercado

laboral formal, los empresarios utilizan maximización de sus ganancias no identificando la

potencialidad estratégica de los jóvenes y los gobiernos focalizan su atención en los jefes o

jefas de hogar adultos, complejizando las expectativas de cambios reales en el mediano plazo.

2.2. JÓVENES EXCLUIDOS: UNO DE LOS PRINCIPALES DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS SOCIALES

El fenómeno de exclusión social en jóvenes está relacionado con los altos niveles de

pobreza, y el desigual acceso a los bienes y servicios a los que hiciéramos referencia en el

apartado anterior.

Sin embargo, es preciso remarcar que la misma excede esta carencia, porque además

del componente material-económico, tiene un importante contenido social, simbólico y

subjetivo que no es de menor relevancia y que hace a este proceso de marginación

generalizada. Para los jóvenes, no sólo es importante la adquisición de bienes y servicios, sino

que incluye espacios de interacción, normas y valores compartidos por el resto de la sociedad.

No se trata solamente de estar efectivamente afuera de los mercados y entramados sociales,

sino de tener la sensación de estar al margen de ellos de manera involuntaria y experimentar

la certidumbre de que no hay destino.

Por supuesto que este es un problema que afecta a muchos sectores, pero se manifiesta

particularmente en los jóvenes, quizás como corolario de los altos niveles de pobreza

infantil20 y de la gran cantidad de jóvenes (aprox. 785.000) de entre 18 y 25 años que no

estudian, no trabajan, ni buscan empleo. Estos jóvenes realmente “no saben hacia dónde van”,

porque no sólo no han elaborado un proyecto de vida, sino que niegan su trayectoria y la

definición de sus metas.

La inserción laboral de estos jóvenes constituye un verdadero desafío en materia de

política pública, dado que carecen de estudios, oficio y cultura/disciplina del trabajo. En

20 Según la EPH del segundo semestre de 2006, el 40.5% de los niños menores de 14 años son pobres.

52

Page 53: Deficit Habitacional

muchos casos su autoestima esta muy dañada por la marginación, discriminación y frustración

cotidiana que los vuelve más vulnerables a desarrollar conductas adictivas21 y violentas.

La cuestión que nos atañe no es la participación de los jóvenes en las diversas

manifestaciones de violencia cotidiana (en las canchas de fútbol, en robos, en pandillas y

hasta en el ámbito educativo), sino el contexto en el que las mismas se desenvuelven.

Aquellas violencias explotan, como manifestación de la indignación y la bronca que produce

este desencanto diario con el mundo adulto y la frustración de no haber podido acceder

actualmente a ciertos bienes de consumo, y muy probablemente, no poder hacerlo el día de

mañana.

Esto significa que estos jóvenes han perdido la expectativa de ascenso social, que tanto

caracterizaba a nuestra sociedad. La reconstrucción de la autoestima, de un proyecto de vida y

fundamentalmente, de las expectativas futuras, no es una tarea sencilla y requiere de un

esfuerzo continuado por parte de los gobiernos y de los principales actores.

2.3. LA NECESIDAD DE REPENSAR LAS POLÍTICAS DE INSERCIÓN LABORAL PARA JÓVENES.

Como hemos podido observar, no resulta fácil para los jóvenes transitar este complejo

proceso que supone el recorrido de la niñez a la condición adulta, pues existen diversos

obstáculos que continuamente frustran el proceso de emancipación, de formación de la propia

identidad y de interacción creciente con la sociedad, que aparentemente caracterizaría este

pasaje.

La actual situación demográfica y macroeconómica del país, nos aporta un contexto

claramente favorable y una oportunidad inmejorable para repensar las políticas de juventud

(relativamente recientes y tradicionalmente acotadas a cuestiones de educación y tiempo libre)

dentro de un modelo de país y con la finalidad de dar respuestas efectivas e innovadoras, a las

distintas problemáticas que enfrentan.

¿Por qué es preciso repensar las políticas de juventud? Porque las persistentes

dificultades que enfrenta esta población para insertarse socialmente, dan cuenta de una

respuesta inadecuada y/o claramente deficiente en materia de política pública. Es evidente que

tenemos una importante generación de jóvenes que merecen ser tenidos en cuenta y resulta

estratégico porque los jóvenes tienen un mayor potencial que los adultos, para enfrentar los

21 Los problemas de adicciones, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos adolescentes constituyen las principales problemáticas de los jóvenes en materia de salud. La Pasta Base Cocaína (Paco) esta haciendo estragos en los niños y jóvenes marginales y no se observa asistencia, ni campañas preventivas acorde a la magnitud de estos problemas.

53

Page 54: Deficit Habitacional

nuevos desafíos de las TICS (herramientas fundamentales en la construcción de la sociedad

del conocimiento - actual motor del crecimiento-) y la lógica de los cambios permanentes, a

los que nos expone la actual dinámica de nuestras sociedades.

No hace falta recordar que la inserción laboral no es el único problema a abordar, no

obstante, creemos que colaboraría en gran medida a resolver muchos de sus problemas

actuales, porque el empleo garantiza ingresos y constituye la puerta de entrada al resto de los

beneficios sociales.

Facilitar la inserción laboral de los jóvenes, supone trabajar paralelamente los

problemas de oferta y de demanda de mano de obra, que en su conjunto moldean el

desempleo juvenil y la inserción laboral en condiciones precarias. Cuando hablamos de

problemas de oferta nos referimos, fundamentalmente, a la demanda laboral insatisfecha22 por

la falta de experiencia laboral, de calificación y/o adecuación de los conocimientos y

competencias de los jóvenes a las crecientes exigencias del mercado laboral, mientras que los

problemas en la demanda, refieren a los niveles de desocupación, subocupación,

sobreocupación y sobrecalificación para los puestos que ocupan.

Lo que se trata es de promover un conjunto articulado de políticas económicas y

sociales que revalorice y garantice la accesibilidad de los jóvenes a los espacios de educación

y capacitación, y que fomente (con incentivos legales23 y tributarios24), la incorporación de los

jóvenes al mundo laboral pero en condiciones que les permitan seguir estudiando y

actualizando sus conocimientos.

Políticas que promuevan los sectores productivos de la economía con mayor valor

agregado y generación de puestos de trabajo, que incentiven la creación de nuevas estructuras

productivas y la protección de los trabajadores de las situaciones de precarización y

explotación laboral, a las que actualmente se encuentran expuestos.

La promoción de nuevas estructuras productivas como es el caso de la Economía

Social, tiene que ver con todo esto. Es decir, con la necesidad de frenar este proceso de

deterioro y acelerar el proceso de inclusión social a través de nuevas alternativas. La

Economía Social ofrece una alternativa de carácter asociativo y solidario, en contraposición a

22 La Demanda Laboral Insatisfecha remite a la ausencia de oferta idónea de trabajadores para responder a un requerimiento específico por parte de las Empresas, Organismos públicos, o cualquier otra organización que actúe como demandante de sus servicios, expresado mediante avisos clasificados en los diarios y/o internet, carteles en la vía pública, búsquedas boca a boca, etc. Según el INDEC, en el cuarto trimestre de 2007, el 11,5% de las empresas que realizaron búsquedas, no lograron cubrir algunos de los puesto requeridos, el 52.5% de los mismos requería de una calificación operativa, el 27.6% técnica y el 19.9% de una calificación profesional. 23Por ejemplo, con leyes que establezcan cupos generacionales. 24Por ejemplo, a través de subsidios a empresas para el primer empleo.

54

Page 55: Deficit Habitacional

las lógicas imperantes de salvación individual, que exacerban la competitividad y legitiman la

exclusión de los “incapaces”.

3. LA ECONOMÍA SOCIAL COMO ALTERNATIVA: CARACTERÍSTICAS, POTENCIAL Y LIMITACIONES.

La Economía Social25 remite a un heterogéneo sector de la economía (todavía en

formación y constante mutación) que agrupa un conjunto de actividades económicas, diversas

en sus contenidos y formas, pero que en lo esencial comparten una determinada modalidad de

organización productiva, de distribución de los ingresos, de toma de decisiones y de

relacionamiento con otras unidades productivas, que nos indican que estamos en presencia de

un sector económico que funciona con una lógica propia. Es decir, con reglas y valores

sustancialmente diferentes a los que predominan en el sector privado y el sector público.

Cuadro Nº 3. Principales rasgos de la Economía Social.

ECONOMÍA SOCIAL Actor ObjetivoValores Central La reproducciónIntegridad ampliada demoral, la vida de LaSeguridad, todos en las comunidad Reciprocidad, mejoresSolidaridad, condicionesEquidad. posibles Fuente: Elaboración propia.

Organización

Unidades domésticas, Redes de ayuda mutua, comunidades y asociaciones voluntarias diversas

Tipode Tipode RelacionesPropiedad

Horizontales, Flexibles,Propiedad Solidarias y Colectiva Recíprocas

En su concepción original, el concepto de Economía Social remite a las experiencias

de asociaciones, mutuales y cooperativas surgidas a mediados del siglo XIX como respuesta a

la explotación laboral del capitalismo, mientras que en la actualidad, el término se ha vuelto

más abarcativo hasta incluir a las nuevas expresiones económicas autogestionarias de

subsistencia surgidas de la exclusión a la que dio lugar la revolución tecnológica y la

25 J.L. Coraggio define a la Economía Social como “una posible (aun no constituida) configuración de recursos, agentes y relaciones que, manteniendo algunas características cualitativas centrales del sustrato agregado de unidades domésticas, institucionaliza reglas internas de regulación del trabajo y de la distribución de sus resultados, articulándose y presentándose como subsistema en el conjunto de la economía, planteando la reproducción ampliada de la vida de todos en disputa por la hegemonía frente a la lógica de la acumulación privada sin límites, propia de las empresas de capital, así como frente a la lógica de acumulación de poder político o de mera gobernabilidad/legitimación del sistema social por parte de la economía pública”

55

Page 56: Deficit Habitacional

implementación acrítica del modelo neoliberal en la década de los ‘90 y que comúnmente se

las agrupa bajo la denominación de “nueva” Economía Social.

Nos referimos a los emprendimientos familiares, las asociaciones de producción y de

consumo, las huertas comunitarias, las redes de trueque, de micro-crédito, micro-

emprendimientos, las cooperativas, las empresas recuperadas, las ferias sociales, las

organizaciones cartoneras y las redes de comercio justo, que con la profundización de la crisis

adquirieron visibilidad y masividad.

En muchos casos, son emprendimientos informales que ven a la economía desde la

perspectiva de la reproducción de la vida de sus miembros y no desde la rentabilidad del

capital, que tienen una gran capacidad para generar puestos de trabajo a pesar de sus bajos

niveles de inversión y recuperan muchos de los valores perdidos en la economía de mercado,

como ser la solidaridad y la democracia participativa.

En la Economía Social no debería existir la explotación capitalista, dado que son los

propios trabajadores autoorganizados los que conducen la producción y establecen la

redistribución. Entre sus principales características, se destacan las siguientes:

• Finalidad de servicio para los miembros o a la colectividad más que de beneficios al

capital, la acumulación de medios de producción, el consumo durable y de dinero,

no como fines en sí mismos sino de manera limitada y subordinada al objetivo de la

reproducción intergeneracional de la vida en las mejores condiciones posibles26.

• Primacía de las personas y del trabajo sobre el capital en el reparto de beneficios, lo

cual se traduce en reglas de distribución del producto basadas en la reciprocidad y

en la necesidad, más que en la productividad individual o en relaciones de poder al

interior del emprendimiento.

• La promoción del trabajo y los valores democráticos (del sujeto responsable que

participa activamente en la gestión del emprendimiento) como valores en sí mismos.

Promueve la diversidad, la responsabilidad y la no explotación del otro ni del

medio ambiente.

• Estructuración variable (trabajo individual por cuenta propia, emprendimientos

familiares, comunitarios, empresa cooperativa, asociación mutual, etc.) y con

La economía social es social es porque produce lazos sociales, produce sociedad y bienestar social, esto es, no tiene una finalidad lucrativa, sino que su propósito central (su razón de ser) consiste en mejorar continuamente las condiciones de vida de todas las personas.

26

56

Page 57: Deficit Habitacional

inserción en distintos sectores de la actividad económica (textil, agrícola, cultural,

etc.).

Las unidades que componen la economía social no se caracterizan por su

estructuración interna, sino por su lógica de funcionamiento27. No existe en su ámbito una

estructuración paradigmática como sucede con la organización empresarial de la economía

capitalista. En muchos casos, sus configuraciones mas recientes todavía no se encuentran

reguladas y cuentan con una diversidad de actores y recursos (aportes voluntarios,

financiamiento público, venta de bienes y servicios en el mercado) que las diferencia de las

configuraciones tradicionales (empresas cooperativas, asociaciones mutuales y asociaciones

varias) que dieron vida al concepto.

El auge del sector ha sido recogido por los diversos gobiernos a través de regulaciones

específicas y políticas públicas tendientes a su fortalecimiento. En Argentina, el Plan

Nacional Manos a la Obra (PNMO),28 lanzado en Agosto del 2003, ha reformulado e

incrementado el apoyo estatal a los emprendimientos de la Economía Social desde una

perspectiva multiactoral que ha sido beneficiosa para la expansión y consolidación del sector

(especialmente, de las iniciativas más recientes pero preexistentes al Plan), así como en la

reflexión acerca de las potencialidades y limitaciones del sector para convertirse en un

verdadero espacio de inclusión social.

Desde su implementación en el año 2003 hasta el año 2007, el PNMO asistió a más de

62 mil unidades productivas y 575 mil beneficiarios, una inversión de 415.706.846 pesos y

tiene un elevado nivel de recupero de los fondos (61%). Estos emprendimientos lograron

insertarse en diversos sectores productivos29 y han sido generadores de numerosas fuentes de

trabajo e ingresos30 a lo largo y ancho del país, convirtiéndose en un espacio de contención

La Unidades de la Economía Social pueden adoptar diferentes formas e incluso asumir algunos rasgos empresariales, insertarse en diferentes ramas de la actividad, generar cuantiosos ingresos y aún así seguir perteneciendo a este género porque lo que importa es que su sentido no sea la acumulación y la apropiación de excedentes producidos por el trabajo ajeno, ya que entonces, sin lugar a dudas, pasaría a formar parte de la economía capitalista. 28El Plan “Manos a la obra” es un programa de alcance nacional orientado al desarrollo socio-productivo, lanzado en el mes de agosto de 2003 por el Ministerio de Desarrollo Social con el propósito de asistir y financiar proyectos productivos autogestionarios. El programa prevé una intervención integral que abarca los diversos aspectos relacionados con la concepción, el desarrollo y la organización de los proyectos productivos. Más específicamente: Apoyo económico y financiero, Fortalecimiento institucional, Asistencia técnica y capacitación. 29Existen experiencias en el sector primario, secundario y terciario, pero los emprendimientos más exitosos son los del sector de la construcción y la reparación de vehículos que son las ramas más dinámicas de la economía. Las experiencias menos exitosas son las del sector primario por la vulnerabilidad propia del sector. 30El ingreso promedio mensual de los EPAC y REDES para el año 2006 fue de $403 y $879 respectivamente.

27

57

Page 58: Deficit Habitacional

para muchos trabajadores expulsados del mercado laboral tradicional y para otros que

comienzan a hacer sus primeras experiencias laborales.

Emprendimientos sumamente precarios y con serias dificultades para acceder a los

recursos económicos, humanos y técnicos elementales, han logrado sortear obstáculos,

sobrevivir en el tiempo y ofrecer a sus trabajadores un espacio de trabajo autónomo como

alternativa al trabajo en relación de dependencia, ingresos para la satisfacción de necesidades

básicas insatisfechas y un lugar para la acción colectiva, la toma de conciencia y la

resocialización.

La Economía Social no es un producto originario de los países subdesarrollados, es

una realidad a escala internacional que genera fuentes de trabajo y tiene cuotas de mercado

significativas. Si logramos vencer los obstáculos que hoy impiden la constitución de esta

economía popular en un verdadero subsistema de economía social, la alejaríamos de la

posibilidad de permanecer como una economía marginal de pobres para pobres, estancada y

funcional a la reproducción de una estructura social empobrecida y fragmentada, para

convertirse en una alternativa viable de inserción laboral para los jóvenes. (Coraggio, JL;

2007)

El sector de la Economía Social no resuelve por completo sus problemas laborales,

pero crea un espacio, una oportunidad para la inclusión de jóvenes, que por sus características,

difícilmente puedan ser reincorporados laboralmente por otros canales y un espacio donde

materializar la responsabilidad compartida de construir una sociedad con algún grado de

homogeneidad y valores compartidos.

Aunque los ingresos reportados por la mayoría de estos emprendimientos son mejores

que los del Plan Jefes y Jefas de Hogar desocupados y el Programa Familias para la Inclusión

Social, siguen siendo insuficientes para cubrir las necesidades de los trabajadores. De

cualquier modo, debemos considerar, que su contribución no es sólo económica sino también

psicosocial, porque reconstruye la cultura del trabajo, los lazos sociales y mejora el auto

concepto.

En cuanto al proceso productivo, existen demandas insatisfechas de capacitación y

asistencia técnica, y un proceso de descapitalización que es riesgoso para la sustentabilidad de

los emprendimientos en el mediano plazo, también existen dificultades para la

comercialización de los productos y especialmente en el acceso a grandes compradores, por el

volumen de producción requerido y/o la escasa formalización de estas iniciativas que les

impide contar con facilidades de pago y mejorar la calidad del trabajo ofrecido.

58

Page 59: Deficit Habitacional

La mayoría de los trabajadores de la Nueva Economía Social carecen de obra social y

aportes previsionales, y este no es un dato menor porque están reproduciéndose allí

condiciones de precariedad laboral que resultan inaceptables para cualquier estrategia de

inclusión social.

Y esto nos lleva a reflexionar, que la sustentabilidad de los emprendimientos de la

Economía Social no puede ser pensada en términos individuales sino que requiere -para el

fortalecimiento de su autonomía- de un contexto económico, normativo e institucional

favorable31.

Tal evolución requiere del aporte y compromiso de la sociedad civil y del sector

público como puede ser el caso del PNMO, pero consolidada como política de Estado y con

capacidad de gestión asociada, promoviendo transformaciones en el espacio simbólico y

subjetivo, para la incorporación y difusión de nuevos valores que sean la base de una cultura

más democrática, solidaria y cooperativa antes que verticalista, competitiva e individualista.

La Economía Social encuentra su razón de ser en la reproducción de la sociedad y por

eso constituye un espacio por excelencia para la reinserción laboral de muchos jóvenes que

carecen de la experiencia, conocimientos y competencias que el mercado laboral les exige.

Por otro lado, los principales actores de la Economía Social tienen una relación de proximidad

con los jóvenes en las diferentes localidades del país, tal es el caso de varios municipios del

interior y del conurbano que han diagramado políticas sociales con una prioridad en los

jóvenes de los sectores populares.

3.1. LA POTENCIALIDAD DE LA ECONOMÍA SOCIAL PARA LOS JÓVENES

La población joven tiene en la actualidad una importancia demográfica significativa y

una relevancia estratégica fundamental para la construcción de la sociedad del conocimiento.

Es en ese marco en el que deben ser reconsideradas las políticas de juventud,

contemplando los altos niveles de vulnerabilidad y exclusión social a los que se encuentran

expuestos los jóvenes de nuestro país, así como los múltiples obstáculos existentes en su

búsqueda de emancipación, de formación de la propia identidad y de creciente interacción con

la sociedad.

En este sentido, consideramos que, a diferencia de las lógicas egoístas de salvación

individual, la Economía Social brinda una alternativa de inclusión de carácter colectivo,

asociativo y solidario, que además puede contribuir al ejercicio de la responsabilidad social

31 Facilidades de acceso al crédito, cambios impositivos y normativos que permitan su formalización, capacitación y aporte tecnológico por parte de universidades e institutos especializados, etc.

59

Page 60: Deficit Habitacional

compartida, configurando un espacio en el que puedan confluir los aportes de los diferentes

actores de la sociedad, con recursos y perspectivas sumamente variables.

Es importante el aporte de todos los actores involucrados en la política social para

tratar las problemáticas de los jóvenes. Contribuciones del Estado en todos sus niveles (a

través de políticas económicas y sociales), del sector privado (en el ejercicio de la

responsabilidad social empresaria), de las organizaciones no gubernamentales, del mundo

académico y del estudiantado (en el ejercicio del voluntariado como retribución a la sociedad

y muestra de compromiso social).

El potencial transformador de estas experiencias productivas no puede ser

contemplado única y exclusivamente desde el punto de vista de la sustentabilidad económica

de los emprendimientos y de la producción material de objetos y servicios, sino también,

desde el punto de vista de la sustentabilidad social y la producción simbólica de valores e

intercambios sociales, que hacen que estas experiencias productivas, además de producir

objetos y proveer de una mínima base material a fuerzas sociales capaces de plantear

estructuras económicas alternativas, construya sujetos capaces de salir del aislamiento, tomar

sus propias decisiones e influir en la realidad.

Debemos pensar la Economía Social no como solución exclusiva a los problemas de

juventud, sino como política complementaria a un sistema de medidas que trabajen en

conjunto los problemas de oferta y demanda de mano de obra juvenil.

En particular, se pueden desarrollar algunas estrategias de inclusión de los jóvenes en la

economía social, a continuación se pueden destacar las siguientes:

• Conformación de ámbitos de acompañamiento laboral. Esto es el desarrollo de

espacios de contención para jóvenes donde puedan recibir capacitación, asistencia

técnica y entrenamiento en función de su perfil y sus preferencias. Esto ámbitos suelen

ser muy importantes, porque no sólo implican una futura inserción laboral sino

también la adquisición hábitos y disciplinas que conforman al trabajo, a través en

diferentes unidades de producción como las microempresas, los emprendimientos

asociativos, etc. Estas estrategias se han desarrollado en varios países de la región,

como es el caso de Brasil, en donde se obtuvieron resultados positivos en relación al

aumento del empleo en la Economía Social.

• Generación de empleos de proximidad. En la economía social hay innumerables

posibilidades de empleo en localidades con gran utilidad fuera del denominado

“trabajo productivo”. Esto implica la posibilidad de inclusión de muchos jóvenes en

60

Page 61: Deficit Habitacional

actividades deportivas, recreativas, culturales y comunitarias. La inserción “no

productiva” puede traer buenos resultados de inserción en regiones donde hay gran

cantidad de jóvenes excluidos de la educación formal y el mercado laboral.

• Ampliación de las redes de microcrédito para jóvenes. Existen en Argentina varias

instituciones públicas, privadas y también mixtas que otorgan microcréditos como

herramienta de fortalecimiento de la Economía Social. Inclusive en el año 2007, el

Congreso de la Nación aprobó la ley de microcréditos, destinando un fondo y tasa

preferencial para instituciones que fondeen esos recursos. El desafío es ampliar y

fortalecer las redes de instituciones que generan esta política para los jóvenes en

condición de vulnerabilidad social. De esta manera, se generan sinergias entre las

organizaciones de la Sociedad Civil y los jóvenes, como así también se promueve su

inserción laboral.

• Fortalecer escuelas profesionales. Una de las problemáticas centrales en la actualidad

es la alta deserción escolar, principalmente en el nivel secundario. Estas son causas

estructurales que van desde la imposibilidad de la escuela pública de conformar un

círculo virtuoso entre el conocimiento y producción, como así también falta de

infraestructura y financiamiento32. La conformación de escuelas de capacitación o

profesionales puede ser una alternativa muy importante para la inserción social de

muchos jóvenes en la economía social ya que se trata de una formación dinámica,

flexible y muy vinculada a la producción local. En España ha existido una política

muy clara de fortalecimiento de estas escuelas a partir del incremento sustancial de su

financiamiento, debido a sus resultados en la inserción social de muchos jóvenes.

En términos generales no se trata de ejecutar políticas exclusivas para jóvenes sino

estrategias trans-generacionales que impliquen la articulación con un proyecto de país con

desarrollo sustentable e inclusión social.

El proyecto debe tener una doble dirección: por un lado, pensar un rol del país en el

contexto actual globalizado priorizando la integración con nuestros vecinos sudamericanos;

por otro lado, establecer estrategias regionales-locales de desarrollo según sus perfiles y

potencialidades. En este proyecto con dos direcciones de manera articulada, los jóvenes deben

tener un protagonismo central.

32 Un ejemplo de esta problemática es la desarticulación de las escuelas técnicas de las escuelas técnicas comenzada en la década del ´90.

61

Page 62: Deficit Habitacional

4. A MODO DE CONCLUSIÓN

A manera de síntesis, se trata de cambiar la perspectiva con la que tradicionalmente se

han abordado las políticas de juventud desde las instituciones especializadas, lo cual implica,

entre otras cosas, dejar de contemplar a los jóvenes como problema y objetos beneficiarios de

las políticas y comenzar a concebirlos como sujetos protagonistas y creadores de soluciones

(Rodríguez, E; 2003).

Y eso se logra abriendo espacios de participación en la toma de decisiones que eviten

el autoritarismo de los adultos, los obligue a salir de la minoría de edad y ayude a eliminar los

preconceptos, estereotipos y discursos culpabilizadores, en pos de una apuesta a la creatividad

de los jóvenes, al desarrollo de todo su potencial y a la reconstrucción de las expectativas que

la impotencia ha erosionado.

Para ello, resulta fundamental la articulación de políticas de largo plazo que

contemplen las distintas etapas del ciclo de vida de las personas y las diversas problemáticas

que enfrentan. No podemos pensar políticas de salud de juventud sin ninguna vinculación con

las políticas de salud de niñez, y tampoco podemos abordar los problemas de inserción laboral

de los jóvenes, sin un proyecto de desarrollo endógeno.

Tenemos que atender la emergencia con políticas coyunturales masivas, pero no

podemos perder de vista el mediano y largo plazo. En síntesis, pensar en enfoques integrales,

universales, participativos y de largo plazo.

Si la Economía Social logra superar muchos de los obstáculos que hoy le impiden

constituirse en un subsector de la economía social, autónomo y sustentable, sin lugar a dudas,

ayudará a acelerar el proceso. De lo contrario, sólo habremos contribuido a consolidar la

segmentación que genera espacios exclusivos para los distintos estratos de la sociedad sin

ningún contacto entre sí. No se trata de “contener” a los sectores vulnerables con una

economía de “pobres para pobres” sino de crear espacios de encuentro entre los diferentes

sectores y estratos de la sociedad, que sean la base para la construcción de valores

compartidos y consensos mínimos fundamentales, en una sociedad que necesita superar la

fragmentación.

La ciudadanía no puede ser ejercida allí donde todavía existen necesidades básicas

insatisfechas, y aunque la Economía Social no resuelve las inequidades en la distribución de

oportunidades, al menos puede contribuir a atenuar los resultados y a aportar la base material

desde la cual pueda ser construido un poder social y plantear las reformas de fondo que este

62

Page 63: Deficit Habitacional

país requiere para la reconversión definitiva hacia un modelo productivo sustentable con

inclusión social.

9. BIBLIOGRAFIA

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64

Page 65: Deficit Habitacional

LA CUESTIÓN SOCIAL DE LOS JÓVENES GUILLERMO PÉREZ SOSTO Y MARIEL ROMERO

65

Page 66: Deficit Habitacional

LA CUESTIÓN SOCIAL DE LOS JÓVENES33 GUILLERMO PÉREZ SOSTO34 Y MARIEL ROMERO35

“La ‘cuestión

en

social’

la

es una

una

aporía

sociedad fundamental cual

experimenta el enigma de su cohesión y trata

de conjurar el riesgo de su fractura. Es un

desafío que interroga, pone en cuestión la

capacidad de una sociedad (lo que en términos

políticos se denomina una nación) para existir

como un conjunto vinculado por relaciones de

interdependencia.”

Robert Castel: “Las metamorfosis de la

cuestión social.”36

1. MARCO CONCEPTUAL

Las transformaciones ocurridas en la Argentina durante los últimos 30 años dieron por

tierra la imagen de la sociedad que teníamos hasta ese presente, en la medida que dejamos de

definir las conductas o formas de organización social por el eje tradición-modernidad y

abandonamos la explicación de los fenómenos sociales por el lugar que ocupan en la historia.

La propuesta de un análisis de este tipo acepta renunciar al principio central de la

sociología clásica: la correspondencia entre reglas institucionales y conductas.

33 El presente artículo está basado en el esquema conceptual de la etapa diagnóstica y propuestas del estudio “Trabajo decente para los jóvenes en Argentina” realizado por los autores para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante el 2007.

Sociólogo / UBA, Director del Centro de Estudios de Políticas Laborales y Sociales del Instituto Torcuato Di Tella, Coordinador General de la Cátedra UNESCO sobre las manifestaciones actuales de la cuestión social.

Socióloga / UBA, Investigadora del Instituto Torcuato Di Tella, especializada en políticas sociales. Miembro de la Cátedra UNESCO sobre las manifestaciones actuales de la cuestión social.

34

35

36 CASTEL, R.: “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado.”, Paidós, Buenos Aires, 1997.

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Page 67: Deficit Habitacional

La distribución regresiva del ingreso, acompañada de desocupación y precarización

multiforme del trabajo, dan como resultado un aumento de la vulnerabilidad, la pobreza y la

exclusión. Esta situación de creciente inequidad parecería retrotraernos en el tiempo hacia

problemas sociales del pasado, cuando la expresión “cuestión social” remitía a los

disfuncionamientos de la sociedad industrial naciente hacia fines del siglo XIX.

Desde el principio de los años ochenta, el crecimiento de la desocupación y la

precarización laboral junto con la aparición de nuevas formas de pobreza parecieron, al

contrario, llevarnos a largo tiempo atrás. Pero a la vez se ve con claridad que no se trata de un

simple retorno a los problemas del pasado. Los fenómenos actuales de exclusión no remiten a

las categorías antiguas de la explotación. Así, ha hecho su aparición una nueva cuestión

social.37

La nueva cuestión social está vinculada a la existencia de la precarización laboral cuya

persistencia alimenta la doble sensación de una pérdida de identidad y una incertidumbre

creciente sobre el futuro. Pero al mismo tiempo se percibe claramente que el fenómeno es más

profundo y más complejo. Lo que se quiebra secretamente es tanto la misma organización

social como el imaginario colectivo.

Vastos sectores de la sociedad ya no saben muy bien quiénes son, a qué conjunto o

clase pertenecen, qué es lo que los relaciona a unos con otros, pero temen vivir mañana peor

que hoy.

En este marco la sociedad y en particular los jóvenes se enfrentan con dos tipos de

desigualdades, que se expresan en términos diferentes.

Las desigualdades persistentes que ponen en evidencia las estadísticas sobre la

distribución de los ingresos, la pobreza, etcétera, que corresponden a la visión clásica que se

tenía de la desigualdad cuando se construyeron esos sistemas estadísticos. Esas desigualdades

persisten y en algunos casos se profundizan.

Pero en lo sucesivo se agregan a ellas nuevas formas de desigualdad tanto más

individualmente experimentadas por encontrar poco eco en el resto de la sociedad:

desigualdades ante el trabajo y la condición asalariada, incluso ante las consecuencias de la

implosión del modelo familiar, las nuevas formas de violencia.

En algunos casos estas desigualdades se tornan invisibles o son poco advertidas como

es el caso de la problemática juvenil.

37 ROSANVALLON, P.: “La nueva cuestión social. Repensar el Estado providencia.”, Manantial, Buenos Aires, 1995.

67

Page 68: Deficit Habitacional

2. PLANTEO DEL PROBLEMA

En la Argentina de la post crisis, con cuatro años de altas tasas de crecimiento y una

enérgica reducción de los niveles de pobreza y desocupación38, la problemática juvenil junto

con la precariedad laboral ocupan el centro de gravedad de la cuestión social.

La temática de la vulnerabilidad, precariedad y desafiliación de los jóvenes interroga a

la sociedad, desde el punto de vista sociológico, acerca de las formas de garantizar su

cohesión y desde el punto de vista económico, a propósito de su capacidad de reproducción de

la fuerza de trabajo.

Podemos realizar una descripción de la problemática juvenil desde sus variables

“duras”: abandono escolar, trabajo precario, desocupación, inactividad absoluta, etc.

Pero también debemos valorar que el actual escenario, en el cual los jóvenes se

enfrentan a los desafíos de la vida, se ha visto transformado de manera subrepticia aunque

radical, invalidando saberes vitales preexistentes y requiriendo una revisión y una puesta a

punto exhaustiva de las estrategias vitales.

Fenómenos cualitativos que conmueven a las sociedades en general y a los jóvenes en

especial tales como el advenimiento de sociedades duales dentro de cada sociedad particular,

donde existen acentuaciones del desarrollo desigual entre los segmentos y territorios

dinámicos de la sociedad y aquellos que corren el riesgo de convertirse en irrelevantes desde

la perspectiva de la lógica del sistema.

Los procesos de desinstitucionalización, desocialización, despolitización y el

desdibujamiento y la fragmentación de los imaginarios sociales, que afectan particularmente a

los jóvenes constituyen la base de actitudes de apatía, crisis de participación, marcado

individualismo, descreimiento de las organizaciones e instituciones y de la eficacia de la

acción colectiva, todos éstos transcursos que terminan impulsando a los jóvenes a un

abandono a priori de la ciudadanía.

38 En los últimos años (2002-2006) podemos observar una alta correlación entre crecimiento del producto, crecimiento de la tasa de empleo y disminución de la tasa de desempleo y de la tasa de empleo no registrado. Sin embargo, realizaremos tres observaciones puntuales tomadas las cifras de punta a punta: a) la tasa de desempleo baja exactamente la mitad, de 20.4% a 10.2%, b) la tasa de empleo no registrado baja más lentamente que la de desempleo, de 47.0% a 42.3% y c) a partir del II trimestre de 2005, la tasa de desempleo juvenil (15 a 24 años) tiende a estancarse en alrededor del 25.0% mientras la tasa de desempleo adulto (25 a 59 años) sigue bajando, de 9.3% a 7.0%. La tasa de desempleo juvenil pasa de un promedio de 2.9 veces la tasa desempleo adulto, a 3.6 veces.

68

Page 69: Deficit Habitacional

En las siguientes páginas intentaremos abordar la problemática recurriendo a una serie

de conceptos que permitan identificar, describir e interpretar las características más

destacadas de la conflictiva realidad que atraviesan los jóvenes para conjurar su

vulnerabilidad y exclusión y lograr una integración plena en la sociedad a través del trabajo

decente.

Para lograr este propósito entrecruzaremos dimensiones conceptuales y proposiciones

cualitativas39 con información cuantitativa, lo cual nos permitirá un análisis integral de la

temática.

3. JÓVENES, ZONAS DE COHESIÓN Y VULNERABILIDAD COMO NOCIÓN

Los jóvenes, por ser quienes protagonizan el ingreso en la vida activa, han sido

especialmente afectados por la crisis del empleo. Ellos, en especial los más vulnerables, los

precarios, los desafiliados o excluidos, parecen ser la “punta de lanza” de una crisis en la

organización social de los ciclos de vida considerada desde el doble punto de vista de las

instituciones y de los individuos.

Si durante años, determinados “ritos” expresados a través del transito por diversos

momentos e instituciones (la escuela, el trabajo, la partida del hogar de origen, y por ende, la

independencia social y económica) configuraban las trayectorias de la juventud a la adultez,

hoy esos mecanismos están en cuestión o cambian sin ser claramente identificables los

trayectos posibles que permitan conformar verdaderos circuitos de inclusión laboral y social.

En este caso, lo importante es analizar con claridad la naturaleza de los procesos que

conducen a las situaciones de exclusión, en tanto éstas son las resultantes de un proceso

particular de desocialización y descomposición, de donde surge la importancia de las nociones

de precariedad y vulnerabilidad.40

Existe, en efecto, una fuerte correlación entre el lugar que se ocupa en la división

social del trabajo y la participación en las redes de sociabilidad y en los sistemas de

protección que “cubren” a un individuo ante los riesgos de la existencia. De allí la posibilidad

de construir tipologías o zonas de cohesión social. La asociación “trabajo estable / inserción

relacional sólida” caracteriza una zona de integración. A la inversa, la ausencia de

39 Las proposiciones conceptuales y cualitativas aquí vertidas provienen de nuestras investigaciones, en especial PEREZ SOSTO, G. y ROMERO, M.: “Discurso e imaginario social de los jóvenes en la Argentina”, investigación inédita, 2005-2006.

CASTEL, R.: “De l’exclusion comme état à la vulnérabiliteé comme processus”, Esprit, París, 1992. 40

69

Page 70: Deficit Habitacional

participación en alguna actividad productiva y el aislamiento relacional conjugan sus efectos

negativos para producir la exclusión, o más bien, como lo demuestra Robert Castel41, la

desafiliación. La vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que conjuga la

precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad.

La característica principal de gran cantidad de jóvenes en la Argentina es su

vulnerabilidad.

4. APROXIMACIÓN CUANTITATIVA A LA VULNERABILIDAD

La vulnerabilidad es por origen una categoría cualitativa, es más un proceso que un

lugar determinado en la estratificación social. Sin embargo, se pueden intentar realizar

aproximaciones cuantitativas a partir de su definición como zona de cohesión intermedia e

inestable entre la integración plena y la desafiliación o exclusión.

Con el intento de lograr una aproximación cuantitativa a la noción de vulnerabilidad,

además de la diferencia habitual entre indigencia (ingreso por debajo de la canasta básica

alimentaria) y pobreza no indigente (ingreso superior al costo de la canasta básica alimentaria,

pero inferior al de la canasta básica total), en la población no pobre se suele distinguir entre la

que está en situación de vulnerabilidad, y la que puede considerarse por encima de ella. Para

la definición de la población no pobre vulnerable Ernesto Kritz42, por ejemplo, la define como

la perteneciente a hogares donde el ingreso es de 1 a 1,5 veces el costo de la canasta básica

total43.

Para nuestro análisis trabajaremos con una hipótesis más optimista: vulnerables son

aquellas personas definidas como no pobres que pertenecen a hogares cuyo ingreso es hasta

un 25% sobre la línea de pobreza.

Conforme a las estimaciones proyectadas para el tercer trimestre de 2006 la población

en la totalidad de los centros urbanos ascendía a 34.900.000, de las cuales 3.253.000 son

41 CASTEL, R.: “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado.”, Paidós, Buenos Aires, 1997.

KRITZ, E.: “El perfil de la pobreza. Newsletter sobre la situación laboral y social de la Argentina.”, SEL Consultores, Buenos Aires, julio 2006.

La fuente de los datos estadísticos del presente documento es la Dirección General de Estadísticas y Estudios Labores (DGEyEL) dependiente de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales (SSPTyEL) del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación (MTEySS) sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) relevada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en el III trimestre de 2006.

42

43

70

Page 71: Deficit Habitacional

adolescentes (15 a 19 años) y 3.174.000 jóvenes adultos entre 20 y 24. El total de jóvenes de

15 a 24 es de 6.427.000, lo cual representa el 18.4% de la población residente en áreas

urbanas.

Así podemos observar que cuando la pobreza para el total de aglomerados urbanos era

de 31.4 %, para el total de jóvenes (15 a 24 años) la misma ascendía a 36.0% y el total de

vulnerables a 51,5%. Si tomamos sólo a los adolescentes (15 a 19 años) la pobreza ascendía al

42.0% y la vulnerabilidad al 57%.

Otra segmentación que puede aportar un panorama sobre las características de la

población joven de la Argentina es que la escolarización es relativamente amplia entre los

adolescentes, pero todavía minoritaria entre los jóvenes adultos. El 64.1% de los adolescentes

de 15 a 19 años se dedican en exclusividad a estudiar; un 6.0% estudia y trabaja, y otro 2.8%

estudia y busca trabajo. Sea porque deben trabajar o por anomia cultural, más de la cuarta

parte de los adolescentes –en su mayoría de hogares pobres- no completan la escuela media o

no continúan sus estudios.

Entre los jóvenes de 20 a 24 años, la asistencia es sensiblemente menor. Sólo el 22.8%

estudia a tiempo completo; el 13.6% combina el estudio con trabajo, y un 4.3% adicional

estudia y busca empleo. Cerca de un 60% de los jóvenes de este grupo de edad, por tanto,

están fuera del sistema educativo.

Los que sólo trabajan y abandonaron sus estudios representan el 24.1% del total de

jóvenes, en el caso de los adolescentes es el 11.4% y en los jóvenes adultos alcanza al 37.1%

de los mismos. Asimismo los que abandonaron sus estudios y buscan trabajo representan un

7.2% del total, 5.6% de adolescentes y 8.9% de jóvenes adultos.

Incluyendo los empleadores y trabajadores por cuenta propia con capital, la proporción

de ocupados jóvenes con empleo formal sólo alcanza al 30.4%. La mayoría de los jóvenes

salta de trabajo en trabajo y son pocos lo que conocen la protección legal y la seguridad

social. Entre los jóvenes de 18 a 24 años una informalidad que supera el 62%, junto a la falta

de protección social y una elevada inestabilidad conforman un marco de precariedad laboral

alta para este grupo etáreo.

El dato más preocupante –por razones que van más allá de las educativas o

económicas- lo constituye la alta proporción de jóvenes que no sólo no estudian, sino que

tampoco trabajan, ni buscan trabajo. Son 756.000 en el total urbano, de los cuales 427.000

tienen entre 20 y 24 años. La gran mayoría de ellos son desertores tempranos de la escuela

media. Su precio de reserva no es el salario que podrían ganar en el mercado de trabajo, que

sería bajo dada su limitada preparación, sino lo que pueden obtener fuera del mismo.

71

Page 72: Deficit Habitacional

5. JÓVENES Y DESEMPLEO44

Los jóvenes constituyen un grupo poblacional con serios problemas de inserción en el

mercado laboral. Particularmente aquellos que sufren una integración desfavorable en el

mundo del trabajo componen una parte significativa de la población en situación de riesgo de

exclusión social.

De acuerdo con los resultados de la EPH correspondiente al III trimestre de 2006 la

tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 ascendía a 25,1% en el total de los

aglomerados relevados, lo cual representa en el total urbano nacional a 692.000 personas.

En términos comparativos la tasa de desempleo juvenil es de 2.5 veces mayor que la

del total de la población y 3.6 veces mayor que la de los adultos de 25 a 59 años.

La participación de los jóvenes en el desempleo global es particularmente importante.

El porcentaje de jóvenes en el desempleo alcanza a 44.0%, cifra significativa, si se tiene en

cuenta que los jóvenes componen 19.8% de la Población Económicamente Activa.

De acuerdo a los datos analizados los pertenecientes al segmento más joven son los

más vulnerables al desempleo: entre los adolescentes de 15 a 19 la tasa desempleo alcanza a

33.7%, 3.3 veces más que la del total de la Población Económicamente Activa (PEA) y 4.8

veces más que la de los adultos.

En el total urbano nacional el 17.4% de los desempleados pertenecen a la franja etárea

de 15 a 19 años, lo cual representa una población de 274.000 personas. Esto se ve acrecentado

si se considera que el 66.4% de los mismos abandonaron sus estudios y actualmente no

concurren a establecimientos de educación formal.

A efectos de avanzar en la descripción de las principales características del desempleo

juvenil, señalaremos que la incidencia del desempleo de los jóvenes según su sexo, se observa

que las mujeres jóvenes presentan una mayor propensión al desempleo 30.1% frente al 21.3%

de los varones y en el caso de las adolescentes ésta tendencia se ve acrecentada a 42,3% en

tanto que el de los varones es de 27.6%.

Al considerar el nivel educativo de los desempleados se distingue que el desempleo

parece afectar en mayor medida a los jóvenes menos calificados. La incidencia del desempleo

entre los jóvenes sin estudios secundarios completos, 26,8%, es superior a la de aquellos que

44 Los análisis cuantitativos del desempleo juvenil están basados en el esquema conceptual desarrollado por LÉPORE, E. y SCHLESER, D.: “Diagnóstico del desempleo juvenil.”, MTEySS, Buenos Aires, 2004.

72

Page 73: Deficit Habitacional

completaron sus estudios, 24,4%. Asimismo entre los jóvenes con estudios completos

universitarios la tasa de desempleo es comparativamente menor (11,9%).

Una importante proporción, 39,1% de los jóvenes desempleados con bajo nivel de

educación no asiste a establecimientos educativos. Reflejando con ello la disyuntiva entre la

necesidad de hallar empleo y las posibilidades de continuar con los estudios. Esta tensión

entre educación y trabajo tiende a agudizarse aún más en los adolescentes (45.4%), entre

quienes la inserción temprana al mercado laboral tiende a obstaculizar la formación de las

calificaciones requeridas por el mismo mercado de trabajo.

Se observa asimismo, que una población que asciende a 270.000 jóvenes, en el total

urbano nacional, que no completaron el secundario, actualmente no estudian y se encuentran

desempleados, lo cual configura un serio problema de desafiliación social en dos esferas

centrales de la integración social (estudio y trabajo).

En cuanto a la vinculación existente entre incorporación temprana al mercado laboral

y deserción escolar, los jóvenes con nivel de instrucción “hasta secundaria incompleta” que

participan activamente en el mercado de trabajo dejan los estudios en una proporción

notablemente superior a la de los jóvenes que no lo integran. Mientras que el 82.7% de

ocupados y el 79.1% de desocupados no asisten a establecimientos educativos, entre los

inactivos se reducen a un poco más del 22%.

Es este un factor relevante que condiciona la culminación de los estudios requeridos

para un acceso a un empleo de calidad. Problemática más significativa porque condiciona la

inserción laboral futura del joven, reproduciendo las condiciones de pobreza y desafiliación.

Finalmente, es interesante analizar el desempleo de los jóvenes de acuerdo con la

situación económica de los hogares de pertenencia, de modo tal de discernir la relación

existente entre el desempleo y la estratificación social.

Desde el punto de vista de la composición y la incidencia del desempleo según

quintiles de ingreso per cápita familiar, cabe destacar que un 34,1% de los jóvenes

desempleados proviene del 20% de los hogares con menos recursos, en tanto que el 62,1% de

los mismos proviene del I y II quintil (40% de los hogares con menores recursos).

La incidencia del desempleo se encuentra correlacionada con el estrato social de

pertenencia las tasas de desocupación aumentan en la medida que se desciende en la

estratificación social. La probabilidad de desempleo de los jóvenes localizados en el I quintil

de ingresos (20% de los hogares con menores recursos) es 3,5 veces superior a la de los

localizados en el V quintil (20 % de los hogares con mayores recursos económicos).

73

Page 74: Deficit Habitacional

La concentración de la problemática del desempleo juvenil en los estratos de menores

recursos se vincula con la necesidad que tienen los hogares más empobrecidos de desarrollar

estrategias ocupacionales tendientes a generar ingresos que permitan su supervivencia.

La incorporación de los jóvenes en el mundo del trabajo constituye una estrategia

frecuente para los hogares pobres, que necesitan aumentar sus ingresos. Un elevado

porcentaje de jóvenes provenientes de familias de bajos recursos se oferta en el mercado de

trabajo a pesar de no contar con las calificaciones demandadas para la obtención de empleos

de calidad, lo cual redunda en situaciones de desempleo y de precariedad laboral.

Esta incorporación temprana al mercado laboral tiende a estar fuertemente asociada a

la deserción escolar. La situación de pobreza que impulsa a los adolescentes a incorporarse

tempranamente al mercado de trabajo eleva la probabilidad de que deserten del sistema

educativo, condicionando sus posibilidades futuras de obtener empleos de calidad. El

desempleo de los jóvenes de bajos recursos opera como una fase de un circuito que tiende a

perpetuar intergeneracionalmente las condiciones de pobreza segmentando cada vez más la

estructura social.

Es observable un coincidente imaginario colectivo, aún en los sectores con menor

capacidad de abstracción, de que existe una relación directa, causa efecto, entre la

desocupación de larga data y la precarización del mundo del trabajo y la situación que los

sectores más vulnerables están viviendo cotidianamente.

La problemática de la precarización laboral es asociada como causa de la falta de

cumplimiento de la función familiar los padres están preocupados por el trabajo o por la

ausencia del mismo. La familia está fragilizada no puede acompañarlos, ni contenerlos.

Las familias de los sectores más vulnerables, aparecen en el discurso de los jóvenes,

como causantes de su incorporación temprana a un mercado de trabajo, cada vez más

exigente, en el cual se sienten grotescamente impreparados para competir en él.

Prosiguiendo el análisis, los dos aspectos que permiten lograr una mejor visualización

de las heterogeneidades al interior del desempleo juvenil refieren, respectivamente, al estrato

social de pertenencia de los jóvenes y al “rol” asumido en el grupo doméstico.

Al considerar las tasas de desocupación se advierte que los jóvenes sin responsabilidad

familiar pertenecientes a los estratos sociales más bajos (I quintil) son los que registran mayor

propensión al desempleo (36,4%).

6. DINÁMICA DEL DESEMPLEO JUVENIL

74

Page 75: Deficit Habitacional

El desempleo juvenil nos abre un interrogante de por qué los jóvenes evidencian, en

comparación con los adultos, mayores tasas de desempleo:

Una I hipótesis se orienta explicar el fenómeno en términos de una falta de adecuación

entre las características de la oferta y la demanda de trabajo, que se expresa bajo la forma de

barreras a la “entrada al empleo”.

Una II hipótesis tiende a explicarlo a partir del reconocimiento de los fenómenos

asociados a la “entrada al desempleo” (ingreso de personas a situaciones de desempleo), como

resultado de la pérdida de empleo (“cesantes”) y de la incorporación al mercado de trabajo

(“nuevos buscadores de empleo”).

El desempleo juvenil no parece ser suficientemente explicado por problemas

relacionados con la “entrada al empleo” y estaría más vinculado a los flujos de “entrada al

desempleo”. Por lo tanto, una interpretación plausible del desempleo juvenil es la que centra

su atención en el examen de los procesos que alimentan el ingreso de las personas al

desempleo.

En el caso de los jóvenes pueden identificarse dos dinámicas que hacen que los flujos

de “entrada al desempleo” sean más acentuados en comparación con los adultos. Por un lado

los procesos de ingreso al mercado de trabajo adquieren entre los jóvenes mayor relevancia,

puesto que para la mayor parte de los activos la primera búsqueda se da cuando son

adolescentes o adultos jóvenes.

Por el otro las transiciones de “entrada al desempleo” desde situaciones de empleo

tienden a ser más frecuentes entre los jóvenes, por diversas razones: menor experiencia

laboral, menores costos de despido, etc. La inserción laboral tiende a adoptar formas menos

estables y seguras, lo cual se manifiesta en una mayor rotación entre el empleo y el desempleo

El otro determinante que contribuye a que los flujos de entrada en el desempleo sean

comparativamente frecuentes en los jóvenes, se deriva de la elevada inestabilidad que

muestran en su inserción laboral, en el marco de un mercado de trabajo en el cual desempleo

tiende a formar parte de una dinámica más amplia, que articula recurrentemente breves

períodos de desempleo y breves períodos de inserción en empleos precarios o de subsistencia.

Asimismo, cabe destacar que en un contexto de relaciones precarias e informales los

menores requerimientos en cuanto a la experiencia y las calificaciones demandadas explican,

a su vez, la importante incorporación de los jóvenes en este tipo de empleos.

A modo de síntesis puede decirse que los jóvenes verifican una mayor incorporación

relativa, en comparación con los adultos, al mercado laboral. Sin embargo, las chances de

inserción laboral de los jóvenes no son significativamente menores que las de los adultos, ya

75

Page 76: Deficit Habitacional

que a menudo consiguen empleo en el mismo plazo o incluso más rápidamente que éstos. Por

tal motivo los jóvenes no exhiben una mayor permanencia en el desempleo, lo que cuestiona

la existencia de barreras relacionadas a la “entrada al empleo”.

No obstante, la inserción laboral de los jóvenes tiende a ser más inestable, lo que

contribuye a aumentar sus probabilidades de “entrada al desempleo”. Se concluye así que el

comparativamente elevado desempleo juvenil se encuentra fundamentalmente explicado por

flujos de entrada más acentuados - tanto desde situaciones que parten de la inactividad laboral

(lo que incluye el efecto del crecimiento demográfico), como desde el empleo -, por lo cual la

temprana e inestable inserción laboral constituye el factor determinante de la dinámica del

desempleo juvenil.

6.1. JÓVENES PARTICULARMENTE VULNERABLES

Continuando con la identificación y caracterización de poblaciones objetivo en materia

de política social y de empleo, se presenta en esta sección una descripción de tres grupos de

jóvenes que por sus atributos sociodemográficos y económicos exhiben una situación

particularmente vulnerable no sólo desde el punto de vista de sus condiciones de inserción

laboral, sino también desde el más amplio de sus condiciones de integración social.

En una sociedad que exige jugar el juego del cambio, de la movilidad, de la adaptación

permanente, del reciclaje incesante, es evidente que algunas categorías sociales como las de

los jóvenes vulnerables y excluidos están particularmente “mal pertrechadas para hacer frente

a esta nueva realidad, intensificadas sus dificultades por su menor capital educativo y

cultural”45.

6.2. JÓVENES DESEMPLEADOS QUE NO ESTUDIAN

Los adolescentes desempleados que no asisten a la escuela constituyen un grupo

especialmente vulnerable desde diversos puntos de vista. En términos generales, se reconocen

en ellos los problemas vinculados al abandono temprano de los estudios formales, en gran

medida ocasionado por la necesidad de completar los insuficientes ingresos familiares

mediante la inserción en el mercado laboral. Pero la deserción escolar culmina conformando

un círculo de pobreza, debido a la dificultad de superar en un contexto de crecientes

45 CASTEL, R.: “La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?”, Manantial, Buenos Aires, 2004.

76

Page 77: Deficit Habitacional

demandas educativas la barrera del empleo precario, y con ello de los empleos inestables y de

bajos ingresos asociados a la situación de pobreza original.

En el total urbano nacional se contabilizan unos 405.000 jóvenes en esta situación, de

los cuales un 57.9% no culminó los estudios secundarios. En su mayor parte (77,6%) se trata

de desocupados cesantes, lo que da cuenta de inserciones tempranas en el mercado laboral. Se

constata, a la vez, que el 57.2% residen en hogares que se hallan por debajo de la línea de

pobreza.

6.3. JÓVENES DESEMPLEADOS CON RESPONSABILIDADES FAMILIARES

Los jóvenes desempleados con responsabilidades familiares (“jefes / jefas o cónyuges

/ parejas”) constituyen otro grupo de jóvenes objeto de atención prioritaria en materia de

políticas sociales y de empleo, debido a la vulnerabilidad económica que introduce en sus

hogares la carencia de ingresos derivada de la falta de empleo remunerado. Se combina así

una doble vulnerabilidad socioeconómica: la propia de los jóvenes desempleados y la relativa

a los grupos domésticos cuyos miembros con mayores responsabilidades se hallan sin empleo.

Se estiman en el total urbano nacional unos 81.000 jóvenes en esta situación, de los

cuales 47,2% no completó la enseñanza secundaria. Más dos terceras partes (72.9%) de este

grupo está compuesto por mujeres. El 40,6% de los jóvenes desempleados con

responsabilidades familiares vive en condición de pobreza.

6.4. JÓVENES CON EMPLEO PRECARIO QUE ABANDONARON SUS ESTUDIOS

Por ser el tema de la precariedad laboral el centro de gravedad de la cuestión social y

la fragilización multiforme del trabajo asalariado la que modificó y modifica en profundidad a

nuestra sociedad y dada la alta de tasa de jóvenes con empleo no registrado, del total de

1.547.000 jóvenes que sólo trabajan y abandonaron sus estudios incluiremos al 62.4% de los

mismos, 965.000 jóvenes, como jóvenes con empleo precario que abandonaron sus estudios,

entre los jóvenes particularmente vulnerables. Prácticamente dos terceras (65.5%) son

varones. El 70.4% de los jóvenes con empleo precario que abandonaron sus estudios vive en

hogares vulnerables, pobres o indigentes.

No haremos lo mismo, con los jóvenes que estudian y trabajan en empleos precarios

dado que este grupo tiene otras características que lo hacen distanciarse de la vulnerabilidad:

en principio siguen participando y capacitando en el sistema educativo formal, tienen como

77

Page 78: Deficit Habitacional

actividad principal el estudio, y sus trabajos, si bien en un 61.8% son no registrados, los

mismos son para estos jóvenes una actividad secundaria, complementaria del estudio,

convirtiéndose el empleo en un “trabajo de espera, part time o free lance”.

6.5. JÓVENES QUE NO TRABAJAN NI BUSCAN TRABAJO, NI ESTUDIAN

Si bien no se trata de jóvenes desempleados en sentido estricto, el diagnóstico del

desempleo como momento de una dinámica más amplia que articula recurrentemente períodos

de empleo y desempleo vuelve necesaria su consideración, no sólo por conformar un núcleo

duro de exclusión de ámbitos fundamentales de integración, sino también por constituir el

desenlace de un proceso marcado por el ingreso temprano al mercado laboral, el abandono de

los estudios formales y los sucesivos fracasos en la búsqueda de una inserción laboral estable.

Este constituye un grupo especialmente vulnerable a la anomia y al riesgo social, en muchos

casos vinculado al desarrollo de formas ilegales y extra-legales de subsistencia.

Se contabilizan en el total urbano nacional unos 756.000 jóvenes de 15 a 24 años que

no estudian, ni trabajan, ni buscan trabajo, de los cuales el 68.3% no culminó los estudios

secundarios. Se trata fundamentalmente de un grupo compuesto por mujeres (73.0%). La

mayor parte (55,2%) de estos jóvenes residen en hogares que se encuentran en situación de

pobreza por ingresos, lo que agudiza aún más sus condiciones de exclusión social.

6.6. PRECONDICIONANTES, PRECIPITANTES Y DETERMINANTES DE LOS

PROCESOS DE VULNERABILIDAD JUVENIL

En este caso, como lo señalamos supra, lo importante es analizar con claridad la

naturaleza y la combinatoria de los procesos y factores que conducen a situaciones de

exclusión, en tanto ésta es un estadio resultante de un proceso particular de desocialización y

descomposición. Dicho proceso puede estar signado por una de estas problemáticas o por una

combinatoria de las mismas.

1. La combinación de factores que conjugan la precariedad del trabajo y la fragilidad de

los soportes de proximidad de la familia de origen se constituye en uno de los

precondicionantes del proceso de vulnerabilidad.

El 70.4% de los jóvenes desempleados que no estudian provienen de hogares

vulnerables, pobres o indigentes. Este mismo origen en hogares por debajo de la línea

78

Page 79: Deficit Habitacional

de vulnerabilidad lo presentan los jóvenes con empleo precario que abandonaron sus

estudios en un 53.2% y los jóvenes que no trabajan ni buscan trabajo, ni estudian en

un 72.7%.

2. La segunda problemática que, combinada con otras, puede conducir a situaciones de

exclusión es el abandono escolar. Los factores que desencadenan el abandono escolar

se constituirían entonces, en los precipitantes del proceso de vulnerabilidad.

Unos 2.721.000 jóvenes, han abandonado sus estudios en la Argentina de los cuales un

61.8% proviene de hogares vulnerables, pobres o indigentes.

A continuación enunciaremos una serie motivos del abandono de los estudios que

agruparemos aquí como factores precipitantes del proceso de vulnerabilidad.

Factores familiares referidos a la composición, organización y dinámica

familiar.

Situaciones conflictivas en lo interno del hogar que conducen a la implosión

del modelo familiar. El paso de un hogar nuclear a uno monoparental de

jefatura femenina. La madre abandona las tareas domésticas para volcarse al

mercado laboral.

En el caso de las mujeres, la hija mayor debe abandonar sus estudios para

hacerse cargo de la organización doméstica, cuidado de hermanos menores,

etc.

En el caso de los varones, abandonan la escolaridad para insertarse

tempranamente en el mercado laboral, en términos precarios.

Factores laborales relacionados con la precariedad de la inserción

ocupacional del jefe de hogar.

El jefe de hogar queda desocupado o sufre el recorte de sus ingresos

monetarios. Esta situación de vulnerabilidad laboral del principal proveedor, se

traduce en la inestabilidad económica de toda la unidad familiar. Lo cual obliga

a uno o más de los hijos a una inserción precoz en el mercado de trabajo con

abandono de sus estudios.

Factores personales asociados con embarazos, adicciones, etc.

79

Page 80: Deficit Habitacional

En estos casos se precipita el abandono escolar, pero contrariamente a las

situaciones anteriores que desencadenaba la inserción temprana en el mercado

laboral, generalmente precario, se direcciona hacia la inactividad.

3. El determinante central de los procesos de vulnerabilidad y de los estados de

pobreza y exclusión lo constituye la precariedad laboral.

Algunas visiones sobre la sociedad están hoy distorsionadas por la polarización de

todas la atenciones sobre los fenómenos de exclusión, que aunque importantes, no

agotan la cuestión social. La justa denuncia de la miseria y la pobreza no debe

dispersarnos de un enfoque más riguroso de las tensiones y contradicciones que

atraviesa la sociedad.

La fragilización multiforme del trabajo asalariado (precariedad, flexibilidad) es la

que modificó y modifica en profundidad nuestra sociedad. Así, es en su centro, y

no únicamente en sus márgenes donde hay que considerar la cuestión social.46

Robert Castel no vacila en decir al respecto: “El problema más grave no es tal vez

el de la desocupación. No lo digo para quitar dramatismo a la situación de

millones de desocupados, sino para invitar a mirar, por encima del desempleo, la

degradación de la condición del trabajo”.47

La provocativa puesta en guardia de Castel parece apropiada por el hecho de que

verdaderamente es la fragilización de la masa central de trabajadores lo que

termina por alimentar el crecimiento del número de excluidos.

Los jóvenes que, impulsados por los factores precipitantes que enunciáramos

supra, se insertan tempranamente en un mercado laboral que tiene una tasa del

42.3% de empleo no registrado, que para el grupo etáreo de 18 a 24 años alcanza al

62.2%, están condenados a un desarrollo individual en condiciones muy difíciles,

sobreexpuestos, sometidos a la precariedad perpetua y amenazados de invalidez

social.

4. En este aspecto, podemos construir algunas hipótesis sobre los transcursos más

comunes para el conjunto de los jóvenes particularmente vulnerables, serían:

46 ROSANVALLON, P.: “La nueva cuestión social. Repensar el Estado providencia.”, Manantial, Buenos Aires, 1995.

CASTEL, R.: “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado.”, Paidós, Buenos Aires, 1997. 47

80

Page 81: Deficit Habitacional

Inserción temprana en el mercado precario de trabajo, abandono escolar,

alternancia entre la precariedad laboral y la desocupación.

Adicciones, abandono escolar, inactividad absoluta.

En el caso particular de las mujeres:

Embarazo adolescente, abandono escolar, inactividad absoluta. Este proceso

estaría explicando que el 73% de los jóvenes que no trabajan ni buscan trabajo,

ni estudian sean mujeres.

En estos jóvenes desafiliados, se encuentra una mayor vinculación con roles

tradicionales de género y distribución sexual del trabajo al interior de la organización

doméstica. La necesidad de salir al mundo, por parte de los varones, enfrentar la vida,

“rebuscárselas”. La mujer queda restringida al ámbito casi exclusivo de lo privado, estar en la

casa, realizar tareas domésticas, cuidado de hijos o hermanos menores.

En los diferentes sectores sociales predominan articulaciones de sentido distintas que

son producto de la vida social. En este segmento encontramos jóvenes mujeres con hijos y / o

embarazadas, realidad no tan visualizada en el resto de las jóvenes. En las primeras opera un

imaginario por el cual la maternidad aparece casi como un mandato natural, el único modo de

realización: en la medida que tienen hijos se desenvuelve positivamente el status de la mujer

dentro de la familia y la comunidad, gana en posición y en respeto, su vida ya tiene un

sentido, una razón de ser.

En este segmento se manifiesta un déficit de deseo. No hay proyecto, no hay

esperanza, no hay futuro porque ya el presente es adverso, con muchas necesidades básicas

insatisfechas que no dejan lugar al deseo, a la ilusión, ni como motor, ni como horizonte ni

como meta a alcanzar.

Para los segmentos excluidos, se observa que en su imaginario no media la

percepción de una vocación, no saben qué quieren ser. No tienen muchas posibilidades de

preguntárselo, se podría pensar que cuanto más restringido están estructuralmente, menos

lugar hay para plantearse el tema de la vocación, del gusto, que supone una elección que no

está dentro de sus posibilidades. El plano material limita el plano del deseo.

Estos jóvenes sienten que no ha habido suficiente preocupación para ayudarlos y se

perciben condenados a sobrevivir en los intersticios de un universo social configurado sólo a

partir de las exigencias de la eficiencia y del rendimiento.

81

Page 82: Deficit Habitacional

Pese a lo preocupante de su situación de exclusión, el trabajo sigue siendo, en el

imaginario social de los jóvenes, el principal articulador y facilitador de los procesos de

afiliación y reafiliación social. Las aspiraciones de este segmento particular en cuanto al

futuro giran en torno al anhelo de conseguir un empleo “formal”, en “blanco”, “bien

blanqueado”, a través del cual puedan percibir un ingreso monetario estable, gozar beneficios

sociales, una jornada laboral no superior a las ocho horas diarias, lo que denominan como “un

trabajo normal”.

7. AGENDA URGENTE PARA EL FUTURO

Intentaremos un resumen de lo planteado hasta aquí con la finalidad de ensayar una

serie de propuestas para mejorar la intervención del Estado y de otros actores involucrados en

esta problemática.

En primera instancia contamos con una significativa cantidad de jóvenes

particularmente vulnerables:

Jóvenes desempleados que no estudian (desocupados) (463.000)

Jóvenes desempleados con responsabilidades familiares (desocupados) (81.000)

Jóvenes con empleo precario que abandonaron sus estudios (precarios) (965.000)

Jóvenes que no trabajan ni buscan trabajo, ni estudian (inactivos absolutos /

desafiliados) (756.000)

Estos suman en total 2.265.000 jóvenes particularmente vulnerables.

Asimismo, en una segunda lectura de las estadísticas a nuestro alcance, podemos

advertir que existen otros jóvenes con vulnerabilidad educativa, desocupados o con empleo

precario.

Jóvenes con vulnerabilidad educativa (500.000)

Jóvenes desempleados que estudian (desocupados) (229.000)

Jóvenes con empleo precario que estudian (390.000)

Con sólo sumar los jóvenes particularmente vulnerables más los vulnerables desde el

punto de vista educativo sumamos un total de 2.765.000 jóvenes en proceso de vulnerabilidad

sobre un total de 6.427.000 jóvenes entre 15 y 24 años. (43% del total).

La situación de vulnerabilidad en la que se encuentran millones de jóvenes argentinos,

además de cuestionar a futuro la cohesión social y capacidad de reproducción de la fuerza de

82

Page 83: Deficit Habitacional

trabajo de nuestra economía, está expresando que los programas experimentados hasta el

presente48, si bien colaboraron en la contención e inclusive en la solución de alguno de los

problemas planteados, no tuvieron la escala que la magnitud real del problema demandaba y

por lo tanto no impactaron socialmente en la medida de lo esperado.

A partir del diagnóstico realizado, proponemos que la política pública con respecto a

los jóvenes debe de ser una política integral, donde todas las áreas involucradas actúen en

función del tema joven en mancomún, bajo una sola coordinación, en forma masiva y con

recursos suficientes.

8. PROPUESTAS

En la presente sección intentaremos, finalmente, realizar una serie de propuestas para

mejorar la intervención del Estado y de los actores involucrados en esta problemática.

La primera propuesta atendería a mejorar la coordinación entre las áreas involucradas

en el diseño, montaje y desarrollo de las políticas y programas que atienden en la

materia, corrigiendo el abordaje sectorial de una problemática transversal que

involucra a múltiples sectores del Estado. El abordaje sectorial, en algunas ocasiones,

se ha mostrado como limitante en la eficacia de los objetivos buscados, sobre todo

cuando la cuestión a emprender adquiere cierto grado de complejidad y dinamismo

que hace necesaria la coordinación de la agencias públicas involucradas.

La segunda propuesta atendería a mejorar la intervención sobre la problemática a

través de la creación de dispositivos que realicen acciones tendientes a cubrir

fundamentalmente tres estrategias:

a) evitar el drenaje de jóvenes hacia la vulnerabilidad y la desafiliación (acciones de

prevención primaria),

b) incluir a los jóvenes de reciente desafiliación (acciones de prevención secundaria)

y

c) reinsertar a los jóvenes de los sectores más vulnerables (acciones reparadoras).

Para una lectura detallada de los programas desarrollados durante la post-crisis (2001-2007) ver el Informe “Trabajo decente para los jóvenes en Argentina” realizado por los autores para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante el 2007.

48

83

Page 84: Deficit Habitacional

En ese sentido se propone:

Propiciar la articulación de las áreas implicadas en el diseño y desarrollo de políticas y

programas que atienden la problemática juvenil a través de:

La conformación de una Red Joven

La premisa fundamental que orienta esta propuesta es que la situación de los jóvenes

constituye una temática transversal que involucra a múltiples sectores del Estado.

La conformación de la Red aparece como una forma alternativa de articulación,

entendida como un conjunto de relaciones relativamente estables, de naturaleza no jerárquica,

que vinculan a una variedad de actores que comparten intereses comunes en referencia a una

política, y que intercambian recursos para perseguir esos intereses compartidos, admitiendo

que la cooperación es la mejor manera de alcanzar las metas comunes. Con una visión

compartida y expresada en la constitución de reglas de actuación consensuadas.

Las redes que se conforman en el ámbito estatal deben ser entendidas como

complementarias de las estructuras jerárquicas formales. La experiencia en la materia señala

que más bien se trata de que las redes desarrollan “practicas horizontales” entre sus miembros,

quienes por otro lado, siguen reportando dentro de organizaciones estructuradas

jerárquicamente.

Desde el Estado, las redes tienden a superar los estrechos márgenes sectoriales en que

se desenvuelven las agencias; posibilitando intercambiar información, articular acciones y

desarrollar proyectos complejos. La intersectorialidad aparece como un modelo de gestión

alternativo, producto del establecimiento de redes, que puede abarcar desde su formulación

hasta el proceso de implementación de políticas y que se presenta como una estrategia

superadora del accionar estatal.

Objetivos generales:

Encauzar los esfuerzos y optimizar el uso de los recursos aplicados a los

programas destinados a los jóvenes

Construir una visión sistémica de la gestión del trabajo con jóvenes que contemple

la articulación entre los equipos técnicos de los diferentes niveles y sectores de

gobierno.

Fortalecer y mejorar la implementación de las políticas destinadas a jóvenes,

optimizando el intercambio de la información relevante producida, y generando

una instancia de gestión del conocimiento sobre la temática.

84

Page 85: Deficit Habitacional

Mejorar la intervención sobre la problemática a través de acciones tendientes a cubrir

fundamentalmente tres estrategias prioritarias a través de la:

Creación de una serie de dispositivos

Dispositivos de Prevención

Su objetivo es evitar el drenaje de jóvenes hacia la vulnerabilidad y la desafiliación

mediante acciones de promoción y participación.

Dispositivos de Reafiliación

Su objetivo es incluir a los jóvenes de reciente desafiliación mediante acciones de

prevención secundaria.

Dispositivos de Reinserción

Su objetivo es reinsertar a los jóvenes de los sectores más vulnerables a través de acciones

reparadoras.

Dispositivos de Prevención

Su objetivo es ayudar y / o reafirmar a los jóvenes adolescentes en su proceso de

socialización en la escuela, creando espacios de participación y acción comunitaria.

Dada la gran cantidad de jóvenes de 15 a 24 años, que abandonan el sistema educativa

(por los motivos que hemos señalado en el Diagnóstico); la prevención de este primer paso

hacia la desafiliación, debería realizarse anticipadamente tomando como población objetivo a

los jóvenes de ambos sexos de 12 a 17 años.

Dicho programa estaría orientado a la promoción de la salud, desarrollo y humano y

participación de los jóvenes, tendiendo a evitar el embarazo adolescente, la drogadicción, y

otras de deserción escolar. Consistiría en capacitar docentes para que extracurricularmente se

reúnan con los jóvenes de 12 a 17 años para fomentar la participación y el diálogo sobre

determinados temas que tienen que ver con las necesidades y los problemas de los jóvenes, la

vida sexual, la prevención de las adicciones, prevención de embarazos y todo otro tema que

facilite la permanencia de los mismos en la escuela y evite la deserción. Otra acción sería

promover entre los jóvenes algún tipo de participación e interrelación con la comunidad,

realizando tareas de integración con otros sectores de la sociedad, a través de acciones

comunitarias o ayuda humanitaria en el vecindario de sus centros educativos.

Dispositivos de reafiliación y reinserción

Su objetivo es reintegrar a los jóvenes de reciente desafiliación a los procesos de

socialización escolar o laboral, según los casos. Estos dispositivos son de prevención

85

Page 86: Deficit Habitacional

secundaria y/ o reparadores y tenderían a reafiliar a los jóvenes que han desertado del sistema

educativo a través de procesos formativos que faciliten su inserción en el mundo del trabajo.

Los operadores de estos dispositivos serían los gobiernos locales con la activa

participación de las organizaciones de referencia: la escuela, los sindicatos y las empresas.

Los dispositivos de reafiliación y reinserción tendrían dos módulos:

Modulo de apuntalamiento de jóvenes de desafiliación del sistema educativo

(“educadores o tutores de calle”)

Módulo de aumento de la empleabilidad y / o las capacidades productivas de la

población objetivo a través de capacitación en base a demanda (“taller intersectorial

joven”).

Modulo de apuntalamiento de jóvenes de desafiliación reciente del sistema educativo:

Su objetivo sería contactar, diagnosticar y orientar a jóvenes de desafiliación reciente

del sistema educativo a través de la creación de un programa de tutorías de calle (educadores

o pedagogos sociales) encargados de:

Contactar jóvenes que hayan abandonado sus estudios en un período que oscile entre 6

meses y 3 años.

Realizar un diagnóstico de su situación

Efectuar una oferta de reafiliación (El tutor o educador de calle realizará una oferta para

participar en determinados programas de terminalidad educativa que garanticen como

forma de motivación, en lo posible, la salida laboral); a) reinsertarse en el sistema

educativo formal, b) inscribirse en una escuela de formación profesional, c) concurrir a

centros de educación de jóvenes y adultos para estudiar las materias que adeudan en el

sistema educativo formal o d) participar de un taller intersectorial con o sin terminalidad

básica o media, etc.

Modulo para el aumento de la empleabilidad y capacidades productivas

Este modulo se realizaría a través de talleres intersectoriales para jóvenes con o sin

terminalidad básica o media (según los requerimientos de la empresa, grupo o cámara

empresaria demandantes).

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Serían programas similares al “Programa para la mejor Empleabilidad de Jóvenes y

Adultos” (Toyota49) pero a nivel local. En el mismo deberán participar todos los sectores

involucrados en el proceso formativo a nivel local: la empresa o cámara empresaria, el

sindicato, el centro educativo local, la universidad local o regional, la oficina de empleo, etc.

Este tipo de acciones pueden articularse con algunos componentes del Programa “Acceso a

empleos de calidad a los segmentos de jóvenes y de mujeres” que diseñado por el Ministerio

de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación se encuentra recientemente en etapa de

ejecución con financiación internacional (BIRF).

El objetivo principal de un Taller Intersectorial para Jóvenes deberá ser desarrollar una

capacitación laboral de calidad vinculada a la demanda local o regional de empleo.

La capacitación implementada deberá contribuir al desarrollo productivo local, al

incremento de su potencial tecnológico y a la mejora de la empleabilidad del capital humano

de la población joven desocupada.

Otro mecanismo interesante de estudiar para este tipo de talleres locales para jóvenes

es que en la medida que necesiten prologarse en el tiempo, las autoridades locales o

provinciales promuevan la constitución de un ente jurídico o asociación entre los sectores

involucrados, al modo de los antiguos Talleres Ocupacionales promovidos por el Ministerio

de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, como resultado institucional de la

iniciativa del conjunto de actores sociales. Existiendo esta asociación, el Estado, desde la

instancia provincial o local, les podrá proveer un monto inicial limitado para la primer meta

de cobertura, y luego, en la medida de lo posible el taller deberá buscar estrategias de

autofinanciamiento total o parcial de sus actividades a través de la venta de servicios de

capacitación y formación profesional de jóvenes y adultos ocupados que necesiten un mayor

perfeccionamiento (la presencia de los jóvenes con trabajo servirá de fuerza de tracción para

los jóvenes menos integrados). Los mismos se efectivizarán a través de cursos estrechamente

vinculados a la demanda, originados en los procesos de desarrollo productivo, económico y

social de cada región.

9. CONCLUSIÓN

“No formular ciertas preguntas conlleva más peligros que dejar de responder a las que ya

49 Este programa, descripto en el Informe Juventud y Trabajos Decente (OIT), pese al lento cumplimiento de su meta de cobertura representa una buena práctica por: a) el logro de consensos entre diversos sectores: empresa, sindicato, universidad y diversas agencias del Estado Nacional y Provincial para el diseño de programa y b) por la calidad de formación que brinda.

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figuran en la agenda oficial. Formular las preguntas equivocadas suele contribuir a desviar la mirada de los problemas que realmente importan. El silencio se paga con la dura divisa del sufrimiento humano. Formular las preguntas correctas constituye la diferencia entre someterse al destino y construirlo, entre andar a la deriva y viajar.”

ZygmuntBauman:“La Consecuencias humanas.”50

globalización.

En las páginas precedentes hemos intentado formular las preguntas correctas que nos

permitan centrar la mirada en la cuestión social de los jóvenes como uno de los problemas que

realmente importan.

Hemos señalado también que la “cuestión social”, en sí misma, es una pregunta

desafiante que interroga permanentemente a la sociedad acerca del enigma de su cohesión,

pero que trata, a su vez, de evitar el riesgo de su fractura. Y esta pregunta permanente y

desafiante es la que “pone en cuestión la capacidad de una sociedad (lo que en términos

políticos se denomina una Nación) para existir como un conjunto vinculado por relaciones de

interdependencia.”51

Frente a nuestro interrogante la problemática juvenil, junto con la precariedad laboral,

aparecen ocupando el centro de gravedad de la cuestión social, así como los procesos de

vulnerabilidad, precariedad y desafiliación de los jóvenes aparecen interrogando a la sociedad,

sobre las formas de garantizar su cohesión a futuro y sobre la actual capacidad de

reproducción de su fuerza de trabajo.

La falta de respuestas contundentes a estos desafíos constituyen hoy la base de

actitudes de apatía, crisis de participación, marcado individualismo, descreimiento de las

organizaciones e instituciones y de la eficacia de la acción colectiva, todos éstos transcursos

que terminan impulsando a los jóvenes a un abandono a priori de la ciudadanía.

Consideramos prioritario realizar, en el futuro próximo, las formulaciones precisas que

permitan conjurar el sufrimiento humano y construir como destino común una “sociedad de

semejantes”.

50 BAUMAN, Z.: “La globalización. Consecuencias humanas.”, Fondo de Cultura Económica (FCE),Buenos Aires, 1999.

CASTEL, R.: “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado.” Paidós, Buenos Aires, 1997. 51

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La política pública con respecto a los jóvenes debe de ser una política integral, donde

todas las áreas involucradas actúen en función del tema joven en mancomún, bajo una sola

coordinación, en forma masiva y con recursos suficientes.

Dentro de las propuestas sugeridas el primer paso es la coordinación entre las áreas

involucradas en el diseño, montaje y desarrollo de las políticas y programas que atienden en la

materia a partir de la conformación de una Red Joven. Asimismo proponemos mejorar la

intervención sobre la problemática a través de la creación de dispositivos que realicen

acciones tendientes a cubrir fundamentalmente tres estrategias: evitar el drenaje de jóvenes

hacia la vulnerabilidad y la desafiliación (acciones de prevención primaria), incluir a los

jóvenes de reciente desafiliación (acciones de prevención secundaria) y reinsertar a los

jóvenes de los sectores más vulnerables (acciones reparadoras).

Por último, interrogarse sobre la cuestión social de los jóvenes desde esta perspectiva,

implica aceptar la protección social de los mismos como condición de posibilidad para

construir una “sociedad de semejantes”: un tipo de formación social en cuyo seno nadie está

excluido porque cada uno dispone de los recursos y de los derechos necesarios para mantener

relaciones recíprocas de interdependencia (y no solamente de dependencia) con todos los

miembros de la sociedad.52

10. BIBLIOGRAFÍA

BAUMAN, Z.: “La globalización. Consecuencias humanas”, Fondo de Cultura Económica

(FCE), Buenos Aires, 1999.

CASTEL, R.: “Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado”, Paidós,

Buenos Aires, 1997.

CASTEL, R.: “De l’exclusion comme état à la vulnérabiliteé comme processus”, Esprit, París,

1992.

CASTEL, R.: “La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?, Manantial, Buenos Aires,

2004.

KRITZ, E.: “El perfil de la pobreza. Newsletter sobre la situación laboral y social de la

Argentina”, SEL Consultores, Buenos Aires, julio 2006.

LÉPORE, E. y SCHLESER, D.: “Diagnóstico del desempleo juvenil”, MTEySS, Buenos

Aires, 2004.

52 CASTEL, R.: “La inseguridad social. ¿Qué es estar protegido?”, Manantial, Buenos Aires, 2004.

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