EL RETO DE DEFINIR CONCEPTOS EN INVESTIGACION

Paz Céspedes Cárdenas

Psicóloga

La tarea de definir conceptos en el proceso de investigación, debe ser realizada con

alta rigurosidad si se busca que el estudio tenga validez o seriedad, sobre todo cuando se

trate de investigaciones sociales que trabajen con temas de índole cualitativa o con un

enfoque mixto; pues la rigurosidad en estos casos, funciona como criterio de validez, o en

otras palabras, ayuda a que la investigación sea considerada como científica.

De acuerdo con Becker (2009), los conceptos pueden ser definidos de diversas

maneras, entre las que destacan principalmente la forma operacional (que equivale, a

grandes rasgos, a definir conceptos en base a las variables que mide un instrumento) o a

través de los casos que ejemplifiquen el fenómeno a definir y las relaciones que se dan en

los mismos. Respecto a esto se destaca la necesidad de poner atención al mayor número

posible de factores o cosas que abarque el concepto, para poder definirlo de manera

completa. Sin embargo al plantearse esta tarea se podría encontrar que los factores que

abarca un concepto, se pueden configurar como nuevos conceptos, ¿Hasta qué punto es

específico un concepto? y ¿Cuándo se considera acabado un concepto?, son

cuestionamientos que pueden surgir al enfrentarse con la labor de definición desde una

posición novata.

Ante a esto, Becker (2009) propone diversos cuidados y ‘trucos’ que ayudarán a un

mejor acabado en el proceso de definición. Se considera principalmente útil el tema de

enfocar la atención sobre aquellos aspectos que no se ven o no se muestran a simple vista

en el fenómeno o concepto a definir, ya que puede suceder que los/as sujetos de estudio, en

un afán de cuidar la deseabilidad social o normalidad, pasen por alto (de manera consciente

o inconsciente) factores que, tras un análisis pormenorizado, se consideren determinantes

para el acontecimiento o elemento estudiado. Así también se plantea la necesidad de

reformular constantemente las preguntas de investigación, de manera que la óptica

investigadora vaya focalizando los aspectos que resulten más relevantes en nuevas etapas

del proceso investigativo.

Respecto al cuestionamiento del grado de especificidad requerida en la definición de

conceptos, Becker (2009) señala que se debe buscar un nivel ‘medio’ entre la especificidad

y la generalización. Y lo más importante, se debe volver a revisar las definiciones a partir

de la labor empírica en la investigación.

Otros cuidados o ‘trucos’ igual de relevantes a tener en cuenta, son el tema de la

historicidad de los conceptos, que refiere a ver cómo se van formando las relaciones entre

factores a lo largo del tiempo; y la tarea de separar lo esencial de lo accesorio al momento

de definir, destacando que muchas veces lo esencial o central de un concepto, tiene que ver

con el sentido o intencionalidad del mismo y no con aspectos materiales o circunstanciales.

En conclusión, la tarea de definición puede ser tediosa pero no debería ser compleja,

siempre y cuando se lleve a cabo con la mayor rigurosidad posible, en pos de validar la

investigación social como ciencia.

REFERENCIAS

Becker, H. (2009) Trucos del oficio: cómo conducir su investigación en ciencias sociales. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.