Del Eón de Barbeló al reino del Hijo

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    Del En de Barbelal Reino del Hijo

    por Marco ALbornoz( FraterThot-M )

    Aula Lucis Duat, Repblica Argentina,

    Tucumn, 1-6 de marzo de 2008 e.. v..

    Barbel, divinidad frecuente en los escritos apcrifos setianos, se corresponde con unadeidad de un en que est ms all de este mundo (Juan 18, 36). Andrgino yparticularmente maternal, su nombre nos expresa a la manera de los iniciados en losmystrion al inefable Tetragrmaton: be: en, arb: cuatro[letras, signos], eloh: El, eldios supremo que para los gnsticos se contrapone al caprichoso Yaldabaoth (el demiurgobblico de los estratos inferiores de la creacin).

    Conozco [tisooune=gignsko] quin eres y de donde vienes. Tperteneces al En inmortal [athnatos] de Barbel. Y yo no soydigno de pronunciar el nombre de quien te ha enviado.

    Evangelio de Judas 35, 17b-21a

    Losgnstikoi, hombres y mujeres de un movimiento contestatario a la religin decomienzos de la era cristiana, o ideologa que agrupaba a los conocedores de una realidad[ousa] aparentemente rechazada desde tiempos de Aristteles, hunden sus races entiempos de poetas rficos (vid. Timeo 40d) y tradiciones hesidicas y homricas. Sinembargo, estudios como los de nuestros eruditos contemporneos recin llegan a asociar al

    hermetismo helnico como origen de este latente movimiento penetrado en la nacientedoctrina de Jess (a pesar de su comprobable existencia en Oriente desde mucho tiempoantes), influenciado ste por la literatura proftica hebraica y la tradicin mesopotmica,resultando contrastadamente en unagnsis mgico-vulgar (con sus representantes comoSimn el Mago y Menandro), una mitolgica(como las sectas ofitas, setianas, cainitas,barbelognsticas y mandeas) y otra docta/especulativa (Escuelas de Baslides, Carpcrates,Marcin y Valentn), con una re-velacin(vid.Ev. Judas 33, 1b) comn sobre la maldad deldios bblico y la pureza del hombre, una oposicin entre cuerpo-alma(43, 15-23) como laescatologa pitagrica platonizada (Fedn 107c-115a;Fedro 250b-c), una relacinapariencia-realidad acadmica, un marcado docetismo: Jess-materia (Jn 1, 13-14) y Cristo(fuente degnsis), pero diferenciados sutilmente en su concepcin cosmognica y en la

    idea de naturaleza del hombre.As los ofitas, quienes conectaban a la serpiente del Gnesis (3, 1-5) y el rbol del Edncual denuncia a la misantropa del Demiurgo bblico, agrupaban a otros crculos que nonecesariamente predicaban con la misma doctrina: naasenos, setianos, peratas, cainitas,encratitas de Taciano y berdesanes de Valentn; a este ltimo, con un legado revisionistadel cristianismo primitivo a travs del platonismo eidtico, se le atribuira una ingentecoleccin de tratados, base del esoterismo renacentista que perdurara hasta nuestros das.

    Estos crculos generalmente identificados como setianos, al ser rechazados por los primeroscristianos, se asociaron con el neoplatonismo, y su rica cosmogona descrita en elEvangelio de los Egipcios (III 49 ss.) y elEvangelio de Judas (50 ss.), se puede resumir en

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    un texto atribuido a Valentn en sus inicios intituladoLa hipstasis de los Arcontes; allconfronta a Yaldabaoth el rebelde (o el Yahwh bblico: Jeremas 19, 15; Nebro: Ev.Judas 51; Nebrod: Gn 10, 8-12) con El, siendo el primero el creador de una apariencia

    [aistheso] y a quien la serpiente [phis] del Edn denunciara, ya por concebir con Eva aCan (Gn 4, 1-24), ya por preservar el linaje del perverso IHAH, reconociendo como nicolegtimo descendiente de Adn a Seth (Enoch 37), de quienes vendran los verdaderos hijosde Dios.

    Una interpretacin alegrica del Antiguo Testamento permitira a las sectas setitas en susritos caracterizados por la glosolala, incorporar elementos de la magia y toda influenciaprevia a la religin cristiana; as el Espritu Santo (del femenino rah) ocupara el lugar dela Madre [Hysteria] en la trada suprema, y abogara por redimir al mundo del creadorSakla (Ev. Egipcios 57), y dado que el universo estaba constituido por Luz dios de losAlto (Ev. de Judas, 40, 23b-26), Tinieblas aguas inferiores y Espritu soplo

    intermedio, en una buena distribucin originaran al hombre siempre en busca del retorno(pero retenido por la materialidad inferior). Por ello la transmisin de Seth como elLgos llegara hasta la encarnacin de Jess, cuya crucifixin aparente no habra afectadoal hombre primigenio (el Seth de la mitologa egipcia), siendo aquella la terceraencarnacin en la historia mesinica y la que permitira propagar la doctrina setianaexotrica hasta la crucifixin provocada por Yaldabaoth el hijo del caos, recin tras locual, difundira la doctrina esotrica, dando un giro significativo a la comprensin deluniverso con la escatologa luciferina del triunfo de la Luz (ognsis) por sobre lasTinieblas (o agnoa), con una importante influencia rfico-pitagrica asimilada msadelante por los ofitas, los seguidores de Baslides, Valentn, Heracln y otros; resultandoen un crisol de fuentes paganas, judas y cristianas primitivas, y oponiendo, por sobre todos

    los dems aspectos, la revelacin de los romanos a una filosofa inicitica confiada soloa unos pocos elegidos.

    Reapareceran vigorosamente hacia el medioevo dentro de nuevas tradiciones como losctaros europeos, bogomiles, etc. (mas sobreviviendo aislados y sorprendentementedesafectados desde el tercer siglo anterior a la eravulgaris hasta nuestros das comobautizados: mandeos osabiun). Su extraordinaria rebelin contra el dios judeo-cristianosera lo que atraera a los romnticos occidentales cual excitante oficio de desempolvar losmystrion del eritis sicut dei; y a comienzos del siglo XX e.. v.. se coronara con elnuevo En de Heru-ra-ha (vid.Liber AL vel Legis).

    Pero qu sera del hijo sin el legado del padre?

    Ya en el pasado, los cainitas que tambin proclamaban el dualismo platnico, denunciabanla imperfeccin del creador de este mundo de abajo y sus males, categorizando al hombrecon sus colegas valentinianos, en tres estratos:pneumticos, cuyo paradigma sera Can;anmicos Seth y materiales Abel. Sus paladines eran Tubalcan, Esa y Cor (vid.Irineo,Adv. Haer. I, 31, 1-2) y justificaban, como se hara desde Platn a Nietzsche, que lanaturaleza superior deba someter a la inferior (vid.Adv. Omnes Haereses, 2), y que lamuerte de Abel (Gn 4, 8) habra sido consecuencia de una prctica injusta de religinofrendataria: puesto que Can contina la profesin de su padre agricultura mientras suhermano inaugura una nueva tecnologa pastoreo, ya que no se ejercatradicionalmente en el Edn, dos modelos de prctica, tanto religiosa como cultural, seconfrontan; recordemos que en principio [beraeshit] los hombres y animales no deban

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    comer carne y el [el gnero humano] solo poda servirse de las plantas que crecan en latierra que trabajaba (Gn 2, 15-17). Para cuando llegase el episodio bblico de las ofrendas aDios (4, 3-4a) y la reaccin de ste ante la novedad de los primognitos sacrificados del

    rebao con su consecuente preferencia por sobre los frutos de la tierra (4, 4b-5a),podramos entonces advertir que los sacrificios no seran bien vistos por Can ni tampocoms tarde por los gnsticos, quienes llegaran a condenar cualquier mala obra que fuere encontra del designio del Supremo: quizs tan solo por el simple hecho de establecerse en elplano inferior de la materialidad.

    Detened los sacri[ficios] [] que realizis [] sobre el altar, yaque son sobre vuestros astros y sobre vuestros ngeles y ya se hanconsumado all. Dejadlos que se engaen ante vosotros y dejadlosir [].

    Evangelio de Judas, 41, 1-8

    En vano se purifican si se ensucian con sangre, como si uno quehubiera andado entre el barro quisiera lavar sus pies con barro.Cualquiera que lo viera haciendo esto, lo considerara necio. Yellos oran a imgenes de dioses, como si alguien pudiera conversarcon cosas fabricadas, pues no conocen a los dioses y hroes talcomo son.

    Herclito, fr. 5 DK, 241 KRS; Aristcrito, Theosopha 68

    Por eso una vez en la era cristiana, Judas, como un continuador del bblico tutor de Abel, se

    convertira en el colaborador ms confiable del plan divino, adems de mrtir (en lugar deJess, quien ms que morir por los pecados del mundo, habra sido un maestro de sabidura,que como en los socrticos, ms que en el pecado, el problema radicaba en la ignorancia[amatha]) y santo del Gnosticismo.

    En cuanto a los hombres piadosos, no son muy abundantes, tanpocos que podan contarse todos. Pues la mayora se empecina enla maldad: no participan de la ciencia [epistm] de las cosasreales; y solo el conocimiento [gnsis] de las cosas reales es elremedio efectivo para las pasiones de la materia, ya que la ciencia

    procede del conocimiento. Pero cuando persiste en el alma humana

    la ignorancia, cuando no participa de la ciencia, permanecen en ellalas pasiones, sin remedio posible, y la maldad les hace compaacomo una lcera incurable [] que corroe el alma []. Pero no esDios el responsable de estos males pues concedi a los hombres elconocimiento y la ciencia.

    Fr.Lgos Tleios (=Asclepio 21.29): Nag Hammadi VI 8: 66, 5-25

    Con la culminacin de aquella perturbada poca del despertar-e-imponer una religin y undiscurso unvoco, distintos sectores y la misma evolucin del pensamiento occidentaltomaran lo ms significativo de cada grupo mencionado ms arriba (y tambin de aquellosque omitimos). El oscurantismo se reinteresara por la prctica de una Kabbalh llamada

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    cristiana en la que , una sabidura manifestada (descrita a veces como la serpientesimblico-mitolgica del , la Dualidad), permitira explorar los frutos del rbol delConocimiento, tan solo a modo de antesala para emprender los senderos del rbol de la

    Vida (la Unicidad) con el propsito de una verdadera re-ligio.Hoy el revisionismo en boga nos hace preguntar con Clemente de Alejandra: quinesramos, qu hemos devenido: dnde estbamos, dnde hemos sido arrojados; hacia dndenos apresuramos, de dnde somos redimidos; qu es la generacin, qu la regeneracin?(Extractos de Teodoto 78, 2), y con ello, reexplorar el conocimiento (gnosticismo) no nossepara de la intelectualidad del pasado, sino ms bien nos aproxima cada vez a laconciencia Una (vid.Ev. Judas 53, 21) de la realidad [ousa].

    El Uno es un soberano que nada tiene por encima de l. Es Dios yOrigen, Padre de Todo, el invisible que est por encima de todas

    las cosas, que es incorruptible, que es luz pura que ningn ojopuede ver. El Uno es el Espritu invisible. No debemos pensar en lcomo un Dios ni como semejante a un Dios. Porque es ms grandeque un Dios, porque nada hay que quede por encima de l ni hayseor alguno sobre l. No [existe] en el seno de algo inferior [a l,

    pues todo] existe en su seno [porque se gener] a s mismo.

    El Libro Secreto de Juan, Cdice II. 2-3. Biblioteca Nag Hammadi.

    Si en principio el no era material puesto que flua cual Luz divina por lasesencialidades del ain soph, y solo su cada (vid.Poimandres 2, 12-15) se restaurar conla revelacin de la altheia (el des-olvido) que nos remonta a las aguas del Leteo antes de

    encarcelar nuestrapsikhen la apariencia somtica, algo de ello debe permanecer comoel atractor y faro en la perdicin de la realidad simulada [phsis], por lo que solo en elconocimiento de nosotros (gnzi seautn) se hallar la consigna de salvacin gnstica.

    El hombre debe acordarse del hombre, que olvida dnde conduce el camino, deca elsabio de feso (fr. 71 DK). Y el met-ods que se nos presenta, no implica ningn dilema.Pues sortear la apora derrideana tan solo exige determinacin [thlema]. De no[s]otrosdepende.