CARTA XXIV.DEL

' V i . '

FILOSOFO RANCIO-'CONTINUAN

LAS REFLEXIONESSOBRE

LA REFORMA B E LOS REGULARES

Y

RESTABLECIMIENTO

A S U S C O N C E N T O S .

C A D I Z :

I M P R E N T A D E L E M A ,

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M ii estim ado a m igo : m ucho y m ui bueno v a llegan do por d ias á m is manos. H e leid o el papel in t itu la d o , Proyectos de los impíos contra los regulares f y bienes de la Iglesia cu yo trad u ctor h a hecho á la Ig lesia y á la N ació n p u b lican do este escrito e l m as im portante servic io . H e leíd o , aunque apresuradam ente y g a ­n ando h o r a s , el Preservativo contra la incredulidad que con tanto tino , re lig ió n , ju ic io , sabid u ría , d ig n id a d y e lo q u en - c ia ha dado á lu z ei P. F r . R a fa e l V e le z , cap uch in o. H e leido otro papel de poquísim o volum en , pero de m uchísim o p eso , en q u e un anónim o hace cotejo entre los an tiguos y nuevos lib era­les sobre e l punto de la persecución de los fra iles . He leido otro que acaba con la c ifra P . Y . , en que se exponen algu n as de las m uchas g ra c ia s y señaladas ju stic ia s de q u e con noso­tros usa ese Sr. M in is tro , q u e respecto de los frailes no es de ju s tic ia ni de g ra cia . He leid o va rio s núm eros del n u evo perió­d ico in titu lad o Procurador de la Nación y del Rey , q u e g ra c ia s á D io s nos restitu irá para con los extrangeros e l créd ito que nos h a n q u itad o el C o n c iso , e l R e d a c to r , el M e r c a n t il , e l Sem a­n a r io , y novísim am ente una A b eja , que tiene el ju ic io , la re­lig ió n y la sabiduría donde las abispas. H e leid o ....¿P ero q u ién h a de contarlo todo? jBendiLo sea D io s , que y a se m u h ip lican los papeles no liberales! Y á fé q u e no se m u ltip lican e llo s , por­q u e sus autores ganen en e s c r ib ir lo s : pues se m u ltip lican , quan- d o un a cofrad ía perfectam ente o rga n iza d a de regeneradores trab aja en p roveer de elogios , d is tin c io n e s , em p leos, y que sé y o que mas hasta á sus m iserables a p re n d ic e s , hasta á los que les traen la despensa de Lt p la z a , hasta á los que con menos sueldo del que t ir a n , pudieran estar com petentem ente dotados en c u a lq u ier casa de locos. N o exágero . D erechos tiene á e lla , y m ui antiguos cierto tuerto estrem eño , según Ja ufliform e op in ion de los que lo c o n o ce n : y quan do los a n tigu os le fa lta ­sen , derecho in alien ab le , é im prescrip tible , e in n egab le le ad­q u ir ir ía para ser el decano de la ta l casa , una carta m iscelánea de toda clase de ideas liberales , c u y a cop ia m e h a en viad o u a

am igo , y en cu yo contenido se hallan mas lo cu ras que letras. S in e m b a rg o , este caballero tiene colad o un em pleito de a q u e­llos q u e ex igen de prim era n ecesidad , sea hom bre de peso y de ju ic io el que lo obtenga.

V o lv ie n d o pues á lo que d e c ia , he Icido todos los c ita ­dos papeles en q u e la verdad se asom a con toda su herm osura y a g ra d a b le desnudez á la puerta de todos sus periodos ; m as 1 0 he le id o , n i espero leer , n i nadie leerá escrito a lg u n o de los infin itos q u e aborta cad a d ia la fecu n d id ad de nuestros sabios regeneradores , que pueda tenerse de frente contra ellos. jD ó n d e está , pues , ese Q u in tan a , A p o lo de la s m usas espa­ñ olas , q u e con su rab el estaba antaño dem oliendo e l A lcázar que al error fundaron ^ c . , y cu yo s oráculos o ia n con respeto to á o s lo s peones de a lb a ñ il q u e co n trib u yen a l a buena obra? ¿D ó n d e aqu el San turio del C o n c iso n , abogado nato del grem io, q u e tan ingeniosam ente lo defendió contra el Im p arcia l de m ar­ras , y can cam panudam ente q u iso recom endarlo al C on greso en la m em orable Represenpadon , de q u e h ice m em oria en m i ca r­ta X V I I ? D ón de el arq u itecto m ayor de la cofrad ía D . J. C . A . , cu ya s Refiexioms sociales son el V itru b io de todo el m asouism o ¿Q ue d icen , q u é responden á tanto com o se les está d iciendo? U n cuento se me ha ven ido , y no puedo menos que contarlo.

Se presentó en una cated ra l un pelafrustran so licitan d o p la za de m úsico. F u e ad m itid o á exam en. L e pusieron en la m ano un papel para que lo cantase j pero é l d ix o q u e no entendía de aquellos g a r a v a t o s , que p arecian palillos de p a ­sas. Pues b ien ; can te V . lo q u e sepa. L e tocaron el bajón, e l ó rgan o , el v io lin y los dem as instrum entos p ara darle t o ­no 5 pero é l ni tom aba la cu erda , n i se ajustaba á ellos , n i jam ás los h abia oido. E a v a y a , hom bre, can te V . sin c u e r­d a , sin ajuste y por donde le dé la ga n a. H izo para ello v a ria? len ta tiv a s á q u al peor cad a una , hasta que sofocado p ro rru m p ió : señores, V d s . sepan que la m úsica que yo s é , es ú tomi lo y tinaja. E ra el caso , q u e e l ta l p retea d iem e de m úsi­co se habia m ovido á esta so lic itu d de resultas de haberse oido á si mismo pocos d ias ántes en la oca'íion de e'^tar lim ­piando con un man< jo de tom illo una g ra n tin aja . V ín o le g a ­na de can ta r , retum bó la v o z en la tin a ja en cu yo fondo estaba j y adm irado y prendado de su so n id o , cre y ó q u e e lla sería fuera , lo m ism o que á é l h abia sonado dentro de la t i ­naja. V a y a la exp licació n . M ie n tra s nuestros gran d es héroes los señores regeneradores ca m a u d catro de la tin aja y a l so a ,

de su m anojo de tom illo , saben can ta r que r a b ia n , y se h a ­llan capaces de atron ar al m un doj pero sáquelos V . d é la t i ­n a ja ; q u iero d e c ir , de las fo n d as, de los c a fe e s , de las c o n ­curren cias con las perionitos, de que habla el devoto G a lla rd o , de las tertu lias de los cofrades , ta l com o aq u ella donde la so­dom ía se ajustaba a i m e tro : quíteles el manojo de to m illo , con­v ie n e á saber , e l ch icote que están chupando , la a ctitu d filosófica en que siem pre se ponen , las risadas de otros tan fatuos com o ellos & c . , y se encontrará con unos m úsicos de tomillo y tinaja y nada mas. L lam e V . á estos gu ap os á la r e ­lig ió n : no la saben. L lévelo s a l trib u n al de un a ju ic io sa fi­losofía : entienden menos de e lla , q u e m i m úsico de los p a ­lillo s de pasas. H ábleles de l ó g ic a , de critica , de reglas de ju z g a r y de calificar con m adurez y con tino : mas b a ­rato será enseñarlos á rebuznar. T ó q u eles finalm ente en todo a q u e llo que deben y se p recian de s a b e r : de nada entienden, com o V . los saque del tomillo y tinaja. L a arrogan cia , lá' pedan tería , la insolencia , los desatinos de grueso c a lib re , los despropósitos de m arca m ayor... eso s í: pero r a z ó n , ex a ctitu d , j p i i c i a de ideas... d ig o m ucho j sofismas s iq u ie ra que l la ­m en la atención , rep etició n al menos de los que leyeron en su E n cic lo p ed ia con a lg u n a poca de la ap a rien cia que tienen donde los leyeron... eso no. Tomillo y tinaja y nada mas. [Podian ir á regenerar una bodega! '

P ero pues ellos , am ados com pañeros m io s, los que nue-- vam eiu e h.ibeis sa lid o , y ios muchos mas que espero sa l-' g a i s , no filosofan sino á tomillo y t i n a j a filosofem os nosotros á nuestro ran cio modo , y no ccseaios de h ablar y de e sc r i­b ir hasta que el pueblo español se entere en que estos re g e ­neradores de nuestros pecados no son m as que unos pobres hom bres en lo físico , y en lo m oral (quando no otra cosa) unos- verdaderos fanáticos. S oltarán ellos contra nosotros su acos-. tum brada tara b illa de bárbaros , ign oran tes , supersticiosos, que, comemos á costa del vecin o , que prom ovem os el despotism o, y toda la demas letan ía. T o d o esto n ada vale. C om o para creer« los es menester tener la c a b e z a ' a l reves com o ellos : y com o la nación por la m isericord ia de D io s la tiene , y la ha de tener en su lu g a r ; no hay m iedo de q u e sean c re íd o s : y aun presumo que todo hom bre racio n a l a l leer los eplctetos con q u e estos caballeros nos h o n ra n , encuentre en ellos los nom-- bres y apellid os de sus benem éritos autores. P o d rá ser que to ­men m edidas m as ser ia s., ó por d ecir m e jo r , que q u ie ra n

h a cer v a le r las que y a hnn to m a d o , tratándonos de sedicioso#, poi'que no subscribiiiios á la s e d ic ió n ; de tr a id o r e s , porque estam os con nuestro D io s y con nuestro R e y j de q u e d iv i­dim os la n a c ió n , porque n o n o s ponem os de acuerdo con los q u e la d iv id e n j y de otras ig u a les 'co sita s de a q u e lla s , q u e todos los tunantes han usado desde q u e ei m undo es m undo. P ero ¿que hemos de hacer? jSerá bueno q u e por no in com o­darnos , ó porque no nos incom oden , los dexcm os b lasfem ar y seducirá ¿Consentirem os q u e en vu elvan á la n ació n en la san gre , en la a n a rq u ía y el ateísmo? N o lo perm ita D io s . R e v u e lto com o está e! m u n d o , es un d isp arate pretender en m edio de sus revo lu cion es el s o s ie g o ; y q u ie n lo pretende, tendrá que llo ra r su descuido q u an d o se v e a con el g a to c o l­g a d o de las barbas. Estar tranquilos, decían los france^íes q u a n ­do ven ian á regenerarn os : que estevios tranquilos, p red ican los españoles que han pujado la regen eració n á los franceses. Que tn queremos, debem os nosotros responder , y que todo el que nos quiera regenerar , vaya á regenerar á Mahoma. Y a veo q u e jiü es apetecib le á n in gu n o verse tra íd o y llev a d o en p a p e ­luchos , p ersegu id o y calu m n iad o por m a lig n o s , y exp uesto á lo dem as q u e los señores filósofos saben , y á nosotros no se nos o cu lta . P ero tam poco es ap etecib le presentarse á cu er­p o descubierto en una b ata lla , o ír s ilv a r las balas y esta lla r e l canon , exp onerse á pasar a i otro m undo por m om entos, ó lo que acaso será peor , caer en m anos de los franceses : y con todo eso, nuestros honrados herm anos los m ilitares pasan por todo e s t o , porque así lo ex ige la co n d icio n d cl s ig lo en q u e v iv im o s , y la salu d de la p a tria á que pertenecem os. P u es á fé que au n q u e la m ilic ia de estos es infin itam ente m as in cóm o da , d u ra y p e lig ro sa q u e la n uestra la nuestra en m i concepto se ordena á lib ra r á la p a tria de un m a yo r y m as desastroso p eligro . P elea n ellos co n tra los fra n c e se s , q u e y a en el d ia de h o y son ateos , y todo lo dem as q u e son por m era educación y d esg ra c ia . P ero nosotros las habernos con los afrancesados q u e son ateos , y q u ieren ser otras m u­chas m as cosas por elección : y de un ateo po r d e sg ra c ia á Giro que lo porque q u ie r e , h a y tod a la d ife re n cia q u e los nuestros han n o ta d o , com paran do france'ics con fran ceses, y franceses con españoles afran cesad os , m ientras unos y otros uos oprim ían, t r a n c e s que no fu era de los com pañeros y predilectos de N ap olco n , so lía acord.irse m uy á m enudo de que era h o m b re , y de q u e vejab a injustam ente á otros hoin-

bres. F ra n cé s q u e fu era de la confian za de íu em peradorj gu sta b a de parccérsele en lo pérfido , c ru e l, déspota y demas: pero solia suceder q u e en no habiendo n ecesidad de lu c ir estas a r t e s , n i hacer de ellas ostentación y m érito , c u i­d aba ménos de cxe rc ita rla s . M a s un español afran cesado siem ­pre c rc ia q u e estab a en la necesidad de p racticarlas : siem pre las p ra ctica b a del m odo m as c r u e l : siem pre ju z g a b a que su o b lig a ció n co n s is tía en ser un dem onio p ara todos nosotros. N o h a y pueblo de E sp a ñ a q u e no h a y a v isto m ucho de es­to . A S e v illa n ada le han dexado q u e desear un A g u a d o con to d a su o fic ia lid ad en la c lase de la tr o p a , un A ceija s y un M o ra les en la de ec lesiá stico s, un Soielo y un M o n iarco ea la de los togados. ¡Líbrenos D io s por su m isericordia! pero s i nuestras cu lp as h iciesen que mas de quatro de esos filán­tropos q u e andan por C á d iz , lograsen e l poder q u e desean/ ten d ría la E sp a ñ a q u e contar m a ra villas á lodos los siglos, fu tu ro s, y á las mas rem otas generaciones. Im porta , pues, que ahorrem os , s i es posible, á la h isto ria estas funestísim as des­cripcion es. M én o s m alo es q u e nosotros sufram os algu n o s p a­los , q u e e l que toda la n ación ten ga q u e pasar por lo q u e h a n pasado la F ra n c ia , la F lan d es , la H o la n d a , la S u iz a , m as de la m itad de la A lem a n ia , toda la exten cion de la flo rid a Ita lia . C o n q u e com pañeros m ios , pech o a n c h o ; San- tiago y á ellos : cierra^ España:

V o lv ie n d o ahora al asunto de los f r a i le s , qu iero que sep a V . com o ha lleg a d o á m is manos ín tegra y d e una b r i­lla n te letra la Exposición señor o iín istro de g ra c ia y ju s­t ic ia , q u e los g u ita rrista s del C o n ciso gra d ú an de excelente^ y que s i he de d ecir la v e r d a d , á m í me ha p a re c id o , y está pareciendo a lg o ménos. ¡T an to conao esto suele» d istar unas de otras las opiniones de los hombres! E l C on ciso fun da la auya en su au toridad y su g u ita rra . Y o pienso fun dar la m ia en mis observaciones , q u e creo va ld rá n mas delante del a u ­gu sto C o n greso , de la serenísim a R e g c a c ia , y de todo e l pue­b lo e sp a ñ o l, que la g u ita rra y buena vo lu n tad del C on ciso . E llo d irá . Tom ém onos en el entretanto tiem po , p a ra q u e se v a y a refrescando la sa n g re ; porque las habernos, no con e l C o n ciso con q u ien y a he contraido sa tis fa cc ió n , sino con un m inistro de la au to rid a d suprem a , á q u ien no se puede tra­ta r com o a l C on ciso j y por otra parte haí n egocios y asu n ­tos en los quales si natura negat, facit indignatio versus

A v a n c é en m i ca rta an terior la p rop osicion de q u e h '

religión católica no podía subsistir sin frailes S m ow gíí, o cOííi qui se les pareciese j y prom etí á los señores liberales dar las pru e­bas de esta proposicion. C um plám oslo : y sea la prim era la q u e tom é Cíi lá misma c a n a , de un hecho el mas constan te y a u ­tén tico en la Ig lesia . L e a n m is irrisores , y detractores del esta d o 'd esd e el v. 32 del cap . 4 hasta d 17 del cap . 5 de ios hechos a p o stó lico s, y se en contrarán con q u e la Ig le s ia en su p rin cip io era una com u n id ad de fra iles con un solo co ra zo n y una sola a lm a : con com u n id ad p erfecta de b ienes , q u e íorm aban una m asa c o m ú n , de que d isp o n ian los apósto­les , y de que á cad a q u a l se le d aba lo que le era necesa­r io segiin el g ra d o de su n ecesid ad . L e a n a q u ello de q u e n in gu n o llam aba su y o á lo q u e anteriorm en te lo era : d e q u e entre ellos no h a b ia n i u n in d igen te : de que B ernabé ven ­d ió el cam po que te n ia , y puso su p recio á los p ies de los ap ósto les: de q u e S. P ed ro c a s t ig ó de m uerte á A n a n ía s y Sa- f í r a , porque m iniieron d efrau d an d o parte del q u e acab ab an de lo m a r por su cam po v e n d id o ; de que este exem p lar llen ó de tem or saludab le á la I g le s ia ; d e q u e no se a tre v ía n a ju m a r s e con los fieles los que no eran de su com unjon ; y de q u e e l restan te pueblo los ad m irab a y m agn ificaba. L e a n últim am en­te en lüs mismos hechos a p o sto lico s , y en las cartas de los apóstoles el tratam ien to que los fieles m utuam ente se d a b a n , llam ándose y sien do llam ados por los apóstoles , fra tres, q u e q u ie re d ecir fra iles ; y c/icírw5íf»ji, de donde ha ve n id o aq u ello de vuesa caridad , y iu caridad. E stam os pues vien d o desde la v e n id a del E sp íritu Santo á su Ig le s ia haber com en zado en e lla la disciplina que en los s ig lo s posteriores se ha llam a­do re lig io sa ó m onástica , y la form a y m odelo q u e se ha p rop uesto im ita r todo in stitu to posterior de frailes.

M ie n tra s en la Ig le s ia se o b servó rigorosam en te este g é ­n ero de d is c ip lin a , h u b iera sido superflua la in stitu ció n de r e g u la re s , supuesto que todos v iv ía n com o estos son o b lig a d o s á v iv ir . P e ro apenas com en zó á resfriarse a q u el prim er fer­v o r , y el m undo siendo y a c r is tia n o , á in tr o d u c ir en la Ig le ­s ia su re la x a cio n y sus escándalos j q u an d o y a se d exaron v e r hom bres q u e tocados del e sp íritu de D io s , h iciero n ran ­cho ap arte f y no com o los hereges , para ser en em igos de la g le s ia , sino com o am antes hijos q u e han asp irad o á co n servar en p a rticu la r a q u e lla d ig n id a d y p erfecció n q u e su santa m adre tu v o , y y a no po d ía tener en com ún. Póngasoj^fodo lo tarde q u e se q u is ie re la p rim era in stitu ció n de los

: ella debe c o in c id ir con los prim ero? rd a xam ie n to s del A n tigu o fe r v o r , y ella ha tratad o de s u p lir , y efectivam eni- te ha su p lid o por el ferv o r p rim itivo que lentam ente se entibiaba. C ito á los señores liberales un te stigo de e.na ver­

dad nada sospechoso , en el ap óstata J u lia n o , q u e en sus ex h o r­tacion es á los sacerdotes de los ídolos les proponía á nuestros uionges com o m odelos q u e deberían im itar.

E sta b lecid o s estos , y a su h is to r ia , sus servicios , sus d e s t in o s , sus prom ociones , su a u m en to , sus p ersecucion es, sus ca s i innum erables reproducciones i y aun su r e la x a c io n , de­cad en cia y reform as ocupan constantem ente una considerable parce de ios anales y fastos de la Ig lesia . E s un hecho de que n ad ie d u d a : y s i n ad ie lo duda, es m ui d ign a de adm iración la ign o ran cia , ó ta l v e z la m a lic ia de a q u e llo s , q u e al c a ­bo de d ie z y n u eve sig lo s en que la Ig le s ia ha existido con frailes , ó con lo que los fra iles tratan de ren o var y c o n ­serv a r , pretenden que la Ig le s ia pueda su b sistir sin estos, quan do la corru p ción del s ig lo ha hecho que apenas resten v e stig io s del fervo r p rim itivo , no solo en e l s ig lo , pero aun en tre los mismos frailes.

Tom em os la cosa por su r a í z , á pesar de la resolu­ción que he fo rm ad o , de no en volverm e en m etafísicas. E n tre la s ventajas q u e el nuevo testam en to , esto e s , e i ev an ge lio £> la re lig ió n e Ig lesia de Jesucristo hace al a n tig u o y á la s in a g o g a , un a de las m as principales son ios consejos, q u e la n u eva le y ha añadido á los preceptos de la a n tig u a j p ara q u e el hom bre 'd ice Sto. Tom os i.® 2.®q. io 8 art. 4) con mas ven taja y mas fa cilid ad (jneíítií, et expsditius) pueda con segu ir su oíkim o fin, q u e es la eterna b ien aven tu ran za. D on de q u iera pues que h aya de existir esta d iv in a re lig ió n es necesario que exista , adem as de ia de los preceptos , la ob servan cia y profesion de estos consejos j porque com o d ix o el a p o s to i, en un a gran* de casa debe haber no solo los vasos de barro y de m ade­ra , que sirven á ios destinos com unes j mas tam bién de p lata y de oro , q u e conducen á la gra n d eza y m agn ilicen cia de la casa. V e a e l que q u isiere á ei m ism o Sto. Tom ás en la 2. 2,® q. 183 art. 2 . , en q u e prueba la con ducen cia q u e tien e para el orden , d ign id iid y necesidades de la Ig le s ia , la d iversid a d que en ella h ay de oficios y de estados. P ues ahora, sino puede ex istir la re lig ió n ca tó lica , sin que en ella ó por toda ella se observen los consejos^ y a que la con d icion dei s ig lo im -

•pide q u e toda los o b s e r v e , es n ecesario q u e se encuentren

en e lla ¿'orpòràcìones é in d iv id u o s que h a ga n p e cu lia r pro* fesio n de observarlos.

E xp on gam os esta misma ra zó n en o iro a s p e c to , v a lié n ­donos de la d octrin a de Sto. T om ás en la q ü estion s ig u ie n ­te á la últim am ente citad a. T o d a la perfección q u e es esen ­c ia l a i cristianism o , consiste en am ar á D io s por sí m ism o, y al próxim o por D io s: y aqu el en todo sen a d o ser-á mas p e rfe c to , que-m as' am e á su D io s y á su pró-xim o; sea f r a i ­l e , m onja , soldado ó com ercián tc : así com o a q u e l es mas benem érito de la p a tria en ci d ia de hoi , q u e m as daño h a g a á sus enem igos los franceses , sea m ilitar ò partid ario . P e ro así com o de que P 'raiicisquete , José R o m e ro , P edro P in e d a y otros que D io s ten g a en su g lo ria , (porque no q u ie­ro c ita r à n in g ú n vivtj) sin a rte lú ilita r batieron y m ataron á -m u ch o s enem igos , • sería un d isp arate in fe rir q u e no nece­sitam os- de escuelas donde se enseñe este arte j así tam bién d e q u e q u a lq u ie ra pu ed a lle g a r á la p erfección de la c a r i­d a d en rodos y cad a uno de los estados del s ig lo , no se in liere n i se puede in fe rir , que no deba haber en la cris­t ia n a rep ú b lica e scu e la s, donde se h a g a un p a rticu la r estudio d é lo s m edios, q u e e l 'm ís n io 'J e s u c r is to señ aló com o los más con d u cen tes p ara l le g a r á la perfección de la c a rid a d , y q u e su Ig le s ia despues 'd e l m ism o D io s llam a estado de per­fecció n . E stos m edios son los consejos ev a n g é lic o s: este esta­d o de p erfección , las corporacion es q u e los profesan. C o n q u e a s í com o no es posible q u e sub sista rep ú b lica c i v i l , donde n o h a y a escuelas destin adas á enseñar el arte de la g u e r ­r a j así tam poco puede haber rep ú b lica cristia n a , dpnde no h a y a in stituciones orden adas á la o b serva n cia de los conse­jo s , q u e son h s órdenes re lig io sa s .

A ñ adam os á esta dem ostración fun dada en los p r in c ip io s , o tra que presentan los hechos. E n v a rio s reynos de la E u ­r o p a han sid o abolidos los in stitu tos m onásticos. L a re lig ió n catí)iica ha exp erim en tad o lu eg o lu e g o la m ism a suerte , y don de no la ha exp erim en tado d el todo , ha sid o porque á p esar de la abo lic io n quedaron algu n o s restos de estos s a ­gra d o s in stitu ios. E llo s , es ve rd a d , no han sido n i son la m ism a r e l ig ió n , como in su lsa é ign oran tem ente nos objeta los lib era les ; pero son las obras aban zadas de esta c iu d a d d e D io s , tom adas las q u ales y a es fá c il a l enem igo e l a sa l­to : son e l va llad o de esta v iñ a q u e p lantó el D io s de Sabaoth^ ílls ip a d o e l q u al y a las bestias la p isan y destrozan i son la

v a n g u a rd ia d e esta m ilic ia del cru cificad o , derrotada la q u a l y a es c ierta la derrota del cen tro y de U r e s e r v a : son la. p ie l de este cu erp o m ístico , arran cad a la q u a l y a e l cuerpo debe sen tir todas las m alas im presiones del a m b ie n te ; s o n ,, señores lib era les, lo q u e V ds. mas abom inan, y por co n sig u ien ­te lo m as necesario de q u an to h a y p a ra la con serva ció n de la Ig lesia , y por lo m ism o el prim er punto q u e según la tá c ­tic a a n tig u a y m oderna de V d s. ha sido y debido ser atacado.

R u e g o á todo fiel cristian o que le a la i innum erables p e r ­secuciones que ha tolerado la Ig le s ia desde que ha habido, m onges y frailes j y si encuentra un a siq u iera en q u e e l prim ero ó uno de los prim eros objetos d e l od io y d e l en co­no no h a yan sido los frailes ó los m o n g e s, tén gam e por un solemne em bustero. L o s h ereges, co n tra los m onges : los p a ­g a n o s, contra los m o n g e s; los m ahom etanos, contra los m on­ges : q u an ios d iab los han s a l id o , contra los raonges. Sea m on* g e e l h e re s ia rca , com o lo fue E utiches: sus sectarios esp ecia l­m ente en e l E g ip to no d cxarán n i un m ongo cató lico . Sea fr a ile , com o lo ha sido el furioso L u t e r o : desde el pulp ito donde le a g ita b a n todas las fu rias infern ales , lo verem os ir com andando á su in fatu ad o au d itorio p ara d a r a l trav és con lo s frailes , y p ara lle v a r c a u t iv a consigo {según sacrilega ­m ente se exp licó) la c a u tiv id a d d e las monjas. Sea jan sen is­ta , d evoto , zeloso , de notoria probidad , y todo lo dem as q u e d e sí se a treven á d ecir j lo m ism o podrá v e r á los frailes (e x c lu y o á los prosélitos) q u e a l d ia b lo ; lo mismo tratará de au yen tarlo s ( y n o á fu erza de a g u a b e n d ita ) que a l d iab lo . ,Sea finalm ente filósofo , am ador de la hum anidad , defensor de los .hombres , protector de los presidarios , am paro de to ­dos los reos , consuelo de los m a lh e ch o re s, en una p alab ra , filántropo con todos sus ribetes y colgajos ; en tocando en ios f r a i le s , de filántropos se vu e lven energúm enos, ó por d e c ir m as b ie n , fieras y diablos N a d a se p ie n sa , n ad a se escucha, n a d a se reílex ion a, nada se respeta. L a sola palab ra fraile e q u i­v a le á todos ios crím en es, á todos ios p e lig ro s , á todas la s pestes.

M a s entre estos últim os caballeros y los a n tig u o s p e rse g u i­dores de los frailes h a y una d iferen cia q u e n u n ca deberem os perder de v ista . L o s an tiguos picaros lo so lía n ser de todos m od os, menos en esto que se llam a form alidad , por m edio d e la q u al el hombre e x p lic a las cosas por la va n d a d e a fu e­ra , «egun la s entiende y sien te p o r la de a d en tro . A s i p u e s ,

ciica iigos q u e eran, de los frailes , se g lo ria b a n piíblicam ente de serio , decían de ellos todas las p icard ías que. su encono les f ig u r a b a , h acían á ias c laras cu daño de ellos q u a m o estab^ á sus a lc a n c e s , y á n in gu n o dexab an razó n para que duda.?c de la existencia de un partido contra ci'o s. M a s no asi nues­tro s devotos jansenistas , y nuestros sapien ilsiin ús filósofos, q u e h a b ijn d o con sagrad o en notoria pfobidad y y alta-política la m e n tira , en cuentran un sin g u la r m érito en ven4 crnos á todos po r el tnisiuo orden q u e Judas á J esu cristo , besándonos y lloarándon os m ien tras nos venden, Rahbi , ct osciUatus est eum. O igam os á los prim eros. L a s relig io n es .son santas , son útiles , son d ig n a s de estim arse y con servarse : pero es m e­n ester que sean restitu id a s á su fe rv o r p r in ii i iv o , y que se les q u iten c ierto s abusos j porque en ellas .igu alm en te que en la Ig le s ia cató lica se ha esparcido un general obscurecimiento sobre las verdades de mas grave mo7nento V e . que d ix o c i fam oso s í­n od o de P isco ya, y condenó el S io. P ió V I . en su b u la ví/uc- torem fidci. E stá b ien , Sr. P ed ro T a in b u rin i, alm a de aqu el con­c ilio cojo de un pie del cu erp o , y tu llid o de todas Jas p o­ten cias del alm a ; está bien. D íg a n o s V . pues , ¿Cóm o he­m os de poner á los fra iles , p ara q u e esien en todo y por to ­d o á p ed ir de boca?=r2Cómo? V a y a n V d s . ácia el fin de la e xp resad a b u la , donde b axo el núm ero 84 se estam pan 8 ar- tícu lo s, en fu e rza d é lo s quales apenas deberá q u ed ar conven * to ó fra ile á v i d a j y los q u e q u e d e n , quedarán con la obli* g a c io n de rem edar e l in stitu to de P o rt-ro y a lj es d ecir de a q u e­llos santos solitarios , com o les llam an ellos , ó de aquellos en tu siastas fren éticos , como les llam o y o j q u e s i hubiesen h ech o po r D io s la m itad de lo q u e h iciero n por la h eregia y su p a rtid o , pudieran pasar por otros tantos héroes. P ero y biej;i ¿un sistcina de v id a com o el que estos solitarios em prendieron en obsequio del d ia b lo , ó c o m o .e l q u e los m onges de la T r a p a em prenden por D io s , es a d ap tab le á todo a q u e l que m o v i­do de la vo ca c io n d iv in a tra ta de asegu rarse con tra el siglo? jP o d rá e l sig lo esp erar , podrá rec ib ir üe este gén ero de in s­titutos todos los serv ic io s y ventajas que ha rec ib id o , y con - titm a recib ien do de todos los otros que ha con sagrado la Ig le ­sia? P or exem plo : un m onge q u e está cab an do todo e l d ía , y rezando gran p a rte de Ja noche ¿tendrá lu g a r p ara h acer e l estudio n ecesario de las verd ad es de ia re lig ió n , q u e el p ueblo q u iere escu ch ar de su boca? jH a y a lg u n a prom esa d e Jesu cristo por la q u a l esteoios asegu rad os de q u e h a de d á r -

seie la m ism a cien cia infusa que á a q u el otro S tilíta , que pues­to en lo a lio de su colum na, supo todo lo que debia sa b er, y las necesidades de la Ig le s ia e x ig ía n q u e supiese ? ¿ Ig n o ­ran V d s . , señores doctores los de notoria providad, lo que su gra n d e a m igóle el F le lir i les ha d ich o : q u e es un error qu erer form ar reg la gen eral de los m ilagros extraord in arios,’ q u e D io s de quando en q uan do dem uestra para obstentacion y g lo r ia de su poder? N o hagam os mas reconven cion es á es-? tos cab alleros. L o que ellos pretenden es q u e los frailes se aca b en ; y uno de los modos mas seguros de acabarlos , es pedirles tantos requisitos , que sean sum am ente pocos ó n in g u ­nos los que se determ inen á prestarse á ellos,

Entrem os ahora con los señores filósofos. E stos nos am an com o los jan sen istas pero no tratan de nuestro exterm in io por e l mismo órden. Su g ra n padre y p atriarca V o lta ire creyó q u e debia em bestirnos por el mismo rum bo q u e á todo lo dem as que tubiese relación con el infame (asi llam o constan ­te y sacrilegam en te á nuestro Salvad or Jesu cristo : ecrassez infame repetía en m uchas de sus cartas) y de con sigu ien te pa­ra él lo mismo era el fraile , que el cató lico -, el jan sen ista , e l protestante , y todo aq u el que se llam ase cristiano. M a s d ’ A lem bert su íntim o d isc íp u lo , ct>n menos talento y mas m a ­l ic ia que él j echó de ver que exp licarse como su maestro se ex p licab a , era errar e l tiro : q u e de las otras sectas que se llam an cristianas al ateism o que era e l que su m aestro de*; seaba , no h abia ta n ta d istan cia como este suponía ; y q u e de los jan sen istas que por aqu el entónces eran sus mas ar­dien tes enem igos , podia esperarse q u e fuesen m ui en b reve, com o en efecto áon , sus mas zelosos am igos y cooperadores. L a verd ad era didcuítad. estaba en* los cató licos que abom in a­b an á VokiLÍre, á ' su parentela pasada y presente , á sus cos­tum bres y á su filosofía. O cu rrió á esta d ificu ltad el R e y de F íu s ia , atrib uyen do y con razó n la causa d e e lla á los f r a ir l e s , aconsejando la ru in a de e sto s , y abriendo e l adm irable plan de la secularización de sus bienes para su fra g a r á la s necesidades del e.stado. V e a todo esto e l que q u isiere ente­rarse á fondo en la obra Proyectos da los Increduíos, que està tra d u ­c id a , y en las Itfemorias dei ßUrru:l que ojalá se traduzcan. T a n to en una com o en otra obra se c itan los docum entos orig in ales. Se adoptó pues el plan’ del R ey de P r u s ia , se perfeccion ó , se llam ó en su axíU o la econom ía y la p u iíiic a , se co n v id o para q u e a y u d a se , a l p artid o de la notoria probidad j y reunidas

d e este modo las fuerzas , se trató de q u ita r del m uado á lo» fra iles : se g u a los jan sen istas, ex ig ien d o de ellos disparates para mayor honra y gloria de Dios : y seg u a los filósofos, sa­cándoles quaíito tenían para mayor provecho del próximo. ¡Lúe* g o dii'áü algunos que esta ge n ie es leg al P u es á fé q u e so­lo ellos hubieran tratado de ech ar por tierra c l d ecá lo go, por estos dos grandes tiñes q u e se propone y que en cierra en sí todo el decálogo.

C on m ucha am argura lo d igo . L a E x p o sic ió n d el S r. m i­n istro prom ueve en ca s i todas sus líneas este plan. N o me crea V . á m í: crea solam ente á sus o jo s , q u e se lo pondrán m as claro que la lu z de un m edio d ía de veran o en e l s ig u ie n ­te cotejo.

D ic e la E xp o sic ió n p ág. 9 ‘ *Debo h acer presente á V A . q u e aunque e l esp írliu de todos estos con cilios fue d ism in u ir e! núm ero de institutos r e lig io s o s , cl de sus m onasterios y e l de sus in d iv id u o s , nada se c o n sig u ió ... Se s ig u ie ro n lu e g o m uchas reform as de las órdenes a n tig u as , las quales no por e s o s e e x tin g u ie ro n , com o era de e s p e r a r por una consecuen­cia natural se aum entaron infin itam ente los m onasterios... lo q u e de a lg ú n modo parece q u e constituye otras tantas iglesias en medio de la Iglesia universal, c u y a co n fa sio n proiiib io cl I V . con cilio L ateran en se & c .”

E ch e V . ahora m ano á la b u la de con den ación del s í­n odo de P istoya , y a l núm. 82 en contrará cl s ig u ien te ar­t íc u lo , según la versión hecha de orden d e l.co n se jo . “ L a r e * g la segu n da ; que la m u ltip licació n de órdenes religiosas y su d iv e rsid a d naturahmnte in trod u ce la perturbación y con fu sion .” - A q u í tiene V d . ya 'la m ism a d octrin a de P isto ya usurpada por e l Sr. m inistro con respecto á la m u ltip licacíou de las órdenes.

S alte del núm ero 82 a l 83 y h allará las sigu ien tes p a lab ras, " L a reg la tercera en la q u al despues de d ecir que un pequeño cu erp o que existe v iv o , h ab ita dentro de la socied ad c iv i l s ia ser casi parte de e l la , y que form a una pequeña m onarquía, es siem pre peligroso en el estad o: culpa ium ediatam ente baxo este nom bre á los particu lares m o n asterio s, q u e con e l la zo de un in stitu to co m ú n , se unen b axo una ca b eza , como si fueran otras tantas m onarquías peligrosas y dañosas al estado c iv i l .” Y a t ie ­n e a q u í las otras tantas iglesias en m:dio d: la Iglesia universal, q u e d ix o e l Sr. m inistro j co a .sola ia d iferen cia de d ecir este ighsias^ donde los pistoyan os d ixero n monafiiuí¿is : mas esta d iferen cia se debe á la de ios tiem pos. Q u an d o P edro T a m b u rin i y co n so r-

fes ce leb ra b in su sítío d o , v iv ía n b axo un go b iern o m on ár­quico' q u al era el del D u q u e de F lo re n c ia j y el sistem a de los jansenistas y filósofos en aqu el entónces era h acer sos­pechosos á los frailes para con los príncipes com o cu er­pos se p a ra d o s, que en m edio de su rep ú b lica c iv i l dependían de un m onarca e x tr a ñ o , q u a l era e l P a p a , eran sus s o l­d a d o s, hacían sus n e g o cio s , y prom ovían sus intereses con ­tra los de su prop io p r ín c ip e , y dem as im posturas q u e no han cesado de decirse en toda la E u rop a , y aun en n ues­tr a E sp añ a desde la exp ulsión d é lo s je s u íta s , y desde que v ie ro n la lu z pública el F eb ro n io y e l Pereyra- A h o ra es­tos señores todos han tenido q u e m udar de s is te m a , sacán d o­nos d cl serv ic io del P a p a en que nos su p o n ía n , y poniéndonos a l 'd e ios déspotas y gran des , y haciéndonos prom otores del despotism o y 'fe u d a lism o , y todo lo demás que y a sabem os de m e n oría . M a s siendo lástim a que una in ven ció n tan peregrina y que tan malos' ratos ocasionó á los fra iles, q uede sin uso con la presente n o v e d a d , el au tor de la E xp o sic ió n y a ha en con ­trad o a rb itrio para a co m o d a rla , d icien do ahora q u e multiplica-, mos las iglesias en medio de la Iglesia 5 así com o se d ecía an ­tes , que vmltiplicahamos las monarquías en medio de ¡as monar'’ quias. ¡L o que puede un buen in g en io l

D espués de to d o , e l Sr. M in istro nos ha hecho el fa v o r d e no usar dcl su yo en toda la extensión que pu d iera : porque -si la m ultitud de órdenes parece constituir otras tantas iglesias en medio de Iglesia universal, y este es un incon venien te} in co n ve­n ien te sería tam bién y m uy g ra v e , aunque no hubiese mas que u n a sola o rd e n , que es lo que perm iten los padres pistoyanos en e l artícu lo 84 : porque creyendo nosotros unam sanctam ecclesiam, con dos solas que h a y a , es bastante para que no se verifiq u e esta un idad , n i se deba perm itir lo que la destruye , ó p a r e c e . d estru irla . S in em bargo el señor m inistro no se extien de com o se pu d iera extender, á que todo este escándalo se q u it e : a l m e­nos entre las reglas que presenta, n in gu n a h ay que pida q u e ’ no q u ed e n i una (esto debe buscarse por otros m edios) n in gu n a táin- poco que las red u zca á aq u ella u n id a d q u e desean los padres de P isto ya .

D ic e el mismo Sr. m inistro en el párrafo mismo de que estoy ha­blando; " lle g a n d o á tanto (el aum ento de conventos^ m onasterios é in d iv id u o s) que en nuestra Ig lesia cató lica (no sabem os s i la es­pañola , s i la u n iversal) se cuen tan mas de ciento cincucnt-a ó r­denes r e lig io sa s , con hábitos, reglas , rezo y m odo d é v iv ir d i-

ferentes entre sí E ste parece que es á sus ojos un in con ven ien ­te : tam bién lo fue para los tam burinos, quiero d e c ir , pistoyanos que como he c ita d o , todas las relig ion es q uieren red u cirlas á la sola de S. Benito. V éase el art. 84 de la cicada bula.

V am os á la págin a 11 . D ic e cl S r M in is tro . " S in em bar­go los m onasterios y conventos com in u aro n aum entando sus po­sesiones y riquezas creciendo tauto el número de sus in d iv id u o s, que eran ya una pesada c a rg a de la n ación , que se resentía de estos males.’’ '' L a s mism as expresiones de mal y maleSy a p lica d as unas veces á la sob ra, y otras á la falta de bienes de los m onas­terios , repite varias veces el Sr. m inistro con poca recom enda­ción de su buena m em oria. ¿ Q u ie te V d . ver la cau sa ? P ues v a ­y a á buscarla á la segun da parte d e le ita d o a rt, 82 de la misma buLi, ^^Tambien en lo que d ice antes § 4.0 que los fundadores de los regulares que florecieron despues de los institutos m onásti­c o s , aum entando órdenes sobre órdenes , reform as sobre refor­m as , no habian hecho o tra cosa q u e exten d er mas y mas la causa del míi/.” E sta causa del m al se le pegó á la im ag in a ció n a l Sr. m inistro , para estarla hozando por momentos.

D esde que la santa Sede condenó a l jan sen ism o , no ha c e ­sado este de darle tarascadas. A fu erza de ellas quan do lle g ó e l sínodo de P is to y a , y a e l P ap a no era mas que una cabeza ininis ferial de la Iglesia^ es d ecir, un O bispo como otro q u a lq u ie ra , lu e­g o q u e la Ig lesia , esto es, los jan sen istas, ten gan á bien q u e no h a g a de cabeza. A m e s de lleg a r á este extrem o en e l m odo de e x p re s a rse , ya habian llega d o a l del cism a contra la Ig le s ia rom ana en el modo de m anejarse. L éan se la s n oticias que del jan sen ism o y sus progresos han dado innum erables autores: véan se las actas de los mismos ja n se n ista s: tenganse presen­tes la s bulas pontificias que cite en m i C a rta X I I : y sobre tod o regístrense las q u e han em anado de resultas del c is ­m a de U trech 3 y se verá con stan tem en te, q u e en m edio de reconocer al succesor de S. P edro por cab eza de la Ig le s ia c ató lica , y de c ita r y fin g ir respecto á sus d e c re to s , no se ha tratad o de otra cosa que de d eso bedecerlo , b u rlar su au­toridad , abusar de sü nonibre & c . & c .

C on harto dolor m ío me parece d escub rir m ucho de e s ­to últim o en la E xp o sic ió n del Sr. m inistro. E n la pág. 24 se c ita el breve despachado por la sa m a Sede de resultas d e l concordato de 1737J en la 35 c l de n uestro Sm o. P . P ió V I . de 10 de setiem bre de 1802 á nuestro Em m o. prelado el Sr. C a rd en a l de B orbon. N o he v isto n i tenido n oticia hasta

ahora de aquel prim er b re v e : tam poco ten go donde b u jca r el segundo 3 pero rae acuerdo de haberlo leído , y ten go á l¿i v is ta el de 15 de m ayo de 18 0 4 , qne em p ieza InUr ^ravio^ res y en que se hace m ención y relación de e l por las palabras sig u ien tes según la versió n hecha de orden del consejo. « L e con­cedim os , d ic e , que procurase enm endar y co rreg ir lo que acaso h allase d ign o de enm endarse y corregirse: pero que pusiese en nues­tr a n o tic ia , y so licitase la asisten cia de nuestra au torid ad , s i l le ­g a se á entender a lg u n a cosa mas g r a v e , q u e necesitase de una oportuna p rovid en cia , á efecto de que por nos se sum inistrasen los rem edios para su reparación .» t ía , p u e s , léanse las reg la s q u e el S r. m inistro propone a l Sr. com isionado de S . S . , y lo verem os haciendo las veces de a lgo mas que P ap a. E l P a p a , sin crim en m anifiesto ó sem i-plena proban za de é l , no condenaría a l m as m iserable de los conven tos al seqüestro de sus bieiies: e l Sr. m in istro com ien za por continuar uu seqiiestrx) que el Emo« S r. B orbon no ha m andado , y q u e se extien de á todas las re li­g io n es y conven tos.

E l P a p a y lo mismo nuestro E rn a v is ita d o r , en caso de ha-< l la r m éritos p ara u n seqüestro, q u alq u iera que fuese , de bienes d e la Ig le s ia , jam as en cargarían los bienes seqüestrados á ios in ­tendentes. E l Sr. m inistro ha hecho esto, que n i S . S. n i S. fím cia , h a ria n .

E l P a p a y el Sr. C a rd en a l lu eg o que llegasen á entender q u e a lg ú n fra ile h a b ia fa ltad o á lo que debe á su D io s, á su re lig ió n © á su p atria , la prim era p ro v id e n cia q u e to m a ría n , in fa lib le ­m ente seria ponerlo recluso en su con ven to j así como tam bién lo suelen hacer según los cánones con ios c lé rig o s q u e han com e­tid o delito. E l Sr. m inistro tan lejos está de esta m edida, que á tru eq u e de q u e los frailes culpados no v a y a n a l conven to ^que seria para ellos la m ayor de las penitencias) no q u iere que n i los iíiocentes vu e lvan ; sin em bargo de q u e para estos es el m ayor y e l mas barato de todos los consuelos. E sto es por lo q u e perte­nece á ia reg la prim era.

E n quan to á la segun da y tercera e l P a p a y el Sr. v is ita ­d o r saben que deben c a s t ig a r , y cóm o deben h a c e rlo , á los eclesiásticos d ign os de castigo. L a ig le s ia tiene señaladas las pe­nas q u eá esto s deben im ponerse, y d esign ad os los tribun ales que han de sentenciarlos; de m anera que la re la x a cio n a l b ra zo seca- lares el últim o de sus recursos, y el m ayor de sus c a stig o s tem­porales. E l Sr. m inistro no se e x p lic a bien en las dos c ita ­das reg la s que dá acerca de e s u d e lic a d a m ateria j y no se

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e x p lic a , quan do el sistem a sostenido duran te la oprcsìon d e u n tiran o q u e se Ik m a cató lico por 'escarnio , ha adoptado e n esta parte , y ha p ra ctica d o in vio lab lcm o ate el p k n del jan sen ism o , q u e todo Io lle v a á los m agistrados c iv ile s .

L a santa Sede ha estab lecido v a r ia s reglas sobre e l nú­m ero de in d iv id u o s que debe tener cad a co n v en to , q uan do se e rija por la prim era v e z sob re la au to rid a d de los obispos en aquellos donde no h a ya t a l ó ta l n ú m ero , y sobre otros puntos de d iscip lin a concern ientes a l b uen se rv ic io del p u e­b lo f i e l , y b uen a con d u cta de los re lig io sa s. P ero en m ate­r ia de e x iin g u ir y a rru in ar , tan lejos ha estad o y está d e com eier á sus legados este a s u n to , q u e por e l co n tra rio sa­be decirles , y a lg u n a v e z Ies h a d ic h o , q u e no los envíalí dsstruir , sino á edificar. E l Sr. m inistro por sus reg la s 7.® y 8 .i* v a á destruir mas de la m itad de los con ven tos b a x o e l nom bre de la s illa a p o s tó lic a , y por e l m in isterio de s a com isionado , ap lican do á una cosa los rem edios q u e se esta­b leciero n p ara o tra , y usando de las bulas po n tific ias p o r e l m ism o órden con q u e usarla de la b o tica un m al m edico , q u e recetase para cu ra r la enferm edad n acid a d el fr ió , los m e­d icam en tos destinados para las p roven ien tes de calor.

L a Ig le s ia toda aprobando la m en d icid ad v o lu n ta ria d e los que la a b razan en im itación de su d iv in o au tor , qui cum esset d iv es , propter nos egenus f jc tu s est : la s illa a p o stó lica c o n ­denando á G u ille rm o de Santo A m o re , im p u g n a d o r de esta p o b reza j y e l co n cilio de T ren to en los m ism os d ecretos q u e el S r. m inistro nos c ita , suponen q u e las re lig io n es m en­dicantes^ pueden y deben v iv ir de los a u xilio s de á fuera. E l S r. m inistro á nom bre de la Ig le s ia y de sus con cilio s q u ie­r e q u e sean abolidos quantos con ven tos necesiten de estos a u xilio s .

L a Ig le s ia , ú n ica leg is la d o ra en m a le ria de la sim on ía q u e se llam a de derecho eclesiástico , lia a p r o b a d o , y a u n san cion ad o por su co n g re ga ció n del co n cilio e l dote q u e p a ­i a su b sisten cia y reposición de los conven tos de sa g ra d a s v írg e n e s ha co n ven cid o de indisp en sable un a con stan te e x ­p erien cia . E l Sr. m inistro llam a á este dote un abujo : a caso p o rq u e lo ha le id o así en e l jan sen ista W a n -E sp en ; y d ispone c o n a u to rid a d m ayo r que la p o n tific ia , q u e se Quite este abuso. ’

E l tran sito de una a otra corp oracion re lig io sa trae con­migo tantos y tan g ra v e s iu con ven ien tes, q u e Ja san ta Sede I14

ju z g a d o no deber ve rifica rse sin su conocim iento y con?enU* m iea io . P a ra el Sr. m in isiro este n ego cio es tan l la n o , co** m o e l de pasar á un soldado de un regim ien to á otro.

C ó rra se en fin tod a la E xp o sic ió n del Sr. m in istro , p o r­q u e y a yo estoi can sado , y con lo exp uesto basta : c o te g e 'e c o n ia leg is la c ió n de la Ig le s ia y sus p rin cip ios: póngan se sus reg la s de fren te con los sagrados cánones que rig en en la pre­sen te d is c ip lin a , y no tard ará en aparecer e l esp íritu del ja n ­sen ism o , q u e b axo los nom bres de disciplina antigua y de reform a , se ha propuesto trastornar la Ig le s ia , hacer d el P a p a un m ero o b is p o , ig u a la r á los obispos con los cu ra s, tran sform ar en c u ra á q u alq u ie r c lé rig o , y desterrar á lo s fra ile s á los espacios im agin ario s.

V en gam os ahora á la q u e la d esg ra cia de n uestro s ig lo llam a filosofia , y e l le n g u a g e leg ítim o de todos los q a e le p reced ieron , ha llam ado ateism o é irre lig ió n . Y a toda la n acio a h a b rá le id o los d esign ios y m aniobras de este en los Proyectos de los incrédulos, y en el Preservativo contra ellos del P . V e le z . S e ­r á m ui con ven ien te q u e tam bién lea e l prim er tomo del aba­te B a rru e l q u e trata expresam en te de la co n sp iración de los filósofos con tra e l cristian ism o , y de los m edios q u e ad op ­ta ro n p a ra s a lir , com o en m ucha parte h a n sa lid o , con este plan , c itan d o por e l tercero de estos m edios la extin ció n d e los cuerpos relig ioso s , y exp on ien do las artes por d on ­d e el ateo arzo b isp o de T o lo sa B r ie n n e , de acuerdo con e l m in istro de L u is X V I . , y b a x o la d irecció n de d’ A lem b ert, a d elan tó esta- obra de tin ieb la s q u e la asam blea n acion al con­sum ó, Q u is ie r a , s i p u d ie s e , tra d u c ir tod a esta im portante o b ra , ó a l m énos este cap ítu lo j pero faltándom e p ara ello c l tiem po y la salu d q u e em pleo en cosas que u rgen , y q u e­dándom e la esp eran za de que no ha de fa lta r q u ien la tra­d u zc a , ru ego á todo e l q u e lea fran cés, que h a g a por p a ­sa r los ojos por el cap itu lo q u e he c itad o , y cotejarlo cofi la E xp o sic ió n del S r. m inistro , con los sarcasm os de los señores p e r io d is ta s , y sob re todo con las R eflexiones de D . J- C . A . q u e p arece son e l texto g o rd o de la reforina p ro yec­tada. Y o para desem peñar e l p lan que me he propuesto, creo te n er bastante co n un a reflexión gen eral dem asiado c la ra y sen cilla .

C o m ie n za e l Sr. m inistro su E xp o sic ió n asegurándon os ser un a de las atrib u cio n es de su en cargo entender en todos los n e­go cio s que ten gan relación c o a la A L T A P O L I C I A K C L E S IA S -

T I C A : llam a la atención en c a s i todas sus págin as á la P R O ­T E C C I O N que la nación debe exercer á fa v o r de la I g k s la y de sus leyes: en laza en las pág. 3 y 4 con c l r e lig io s o , sabio y ju s to decreto de las C ortes de 17 de ju n io cl inenla%ablc art. 21 d e la instrucción del m inisterio de hacienda, que proh íja á la R e g en cia del R e y n o ; y lu ego á la p ag. 5 se ex p lica de este m o­d o , aludiendo á am bas p roviden cias , com o si tu v iesen n i a u a e l mas remoto parentesco. " P o r ellas se ha exercid o una T U ­T O R I A , ó inspección gen eral sobre dichos establecim ientos re­lig io so s y personas que los con stitu yen F ix é in o n o s en esta futoria que d ice el S n m inistro se ha e x crc id o , y p 'o p o n e q u e continué exercicudose com o efecto de la protección de la Iglesia y sus leyes y que tiene y desea desem peñar el C o n g r e s o , y q u e e fec­tivam en te desempeñó en su c ita d o decreto ; q u e q u ie re que la R e g en cia adopte com o suya 5 y que m ira com o una de las a tr i­buciones de su en cargo bajo c l nom bre de alta poiicía eclesiástica. N o h ay mejor reg la para ju z g a r de una tutoría, que e l estado en q u e se h a H a n , y en que se tra ta de poner á los p u p ilos. V eam os pues que es lo que sucede, y lo que se pretende q u e su ced a con los pu p ilos de que habla el Sp. m inistro , y vendrem os in fa lib le ­m ente á in ferir e l carácter de la tutoría.

Com enzcm os por las Ig lesias que son el p rin c ip a l patrim onio d e los pupilos. D os meses y m as de m edio han co rrid o desde q u e los franceses fueron arrojados de S e v illa , hasta la hora en que es­crib o esto. I E n que estado se h alla est-a ad orab le p o rcion de los bienes de los pupilos ? E n c l m ism o q u e se h allab an quan do los fran ceses las dexaron . g Q ué uso tienen? L a que de p ajar, de pa­ja r : 1a que de a lm a cén , de alm acén : la que de establo , de es­ta b lo ; la q .ie de le trin a , de letrin a . N o se ha hecho n ovedad á pesar de que ios pupilos q uerian fueran purificadas despues de su profanación , y restitu idas á su propio destino de celeb rar en ellas los sagrados m isterios. P rim er beneficio de la tutoría.

V am os á las alhajas y dem as perteneciente a l cu lto. D e es­tos y otros bienes m anda c l señor m inisterio de h acien d a q u e se h a ga n losi correspon dientes in v en ta rio s. A n tes de este m an­dato estaban n otoriam ente hechos. E ra fá cil reducirlos á estos dos renglones d e ca rg o y d a ta . C a r g o : todo. D a ta : nada de lo-que habia. N os saqu earon los-^franceses , y nos sa q u e áro n lo s españo­les : v in o el p u lg ó n , y se com ió lo que habia d exa d o la lan go s­ta . V a y a un hecho e n tr e m il que pu d ieran citarse . C o n p e lig ro inm in en te de su v id a algunos capuch in os de E c lja su straxero n de ía rap acid ad s a c r ile g a del enem igo solo tres cálices de lo s

pocos q u e h a b ía en su conven to, y que fueron presa de los fraa - ceses. H ciirados estos se em p ezó á hacer uso de aquellos vasos sagrados , hasta que el com isario español en cargad o en los in ­v e n ta rio s, arrebató los tres cálices, y con la p lata restante de los dem ás conventos los rem iiió á C á d iz , en c u y a casa de m oneda m e consta están p ara derretirse. S i los p u p ilo s , com o d ep o sita ­rios que eran de las a lh ajitas del cu lta , y de los m uebles y uten­silio s de sus c o n v e n io s , hubiesen podido lo mismo que han p o ­did o quantos fueron ro b a d o s, inclusos el pregonero y el v e rd u ­g o j ellos h u b ieran tom ado el rastro desde la hora en q u e los franceses se fu e r o n , y hubieran dado con parte de la p re sa , c o ­m o dieron m uchos españoles reiategrándose de lo suyo. P ero no señ o r: e l señor in in isierio de hacienda ha tom ado á su ca rg o la tutoría: ha m andado form ar in ven tarios de subjecto non supponcnte^, y q u e en e l entretanto los pupilos se d iv ierta n , vien d o Lis m edi­d as q u e se tom an para desaparecer lo que ha quedado. N o a tes- t ig o con m uertos: pero no d ig o bicn^ pues te n g o -á lo s m u er­tos por te stig o s: y c ierto emparcdjjmsnto q u e en c ierta parte ha a p a recid o en cierto m odo, producido á n o tic ia de ciertos d ev o to s p or ciertos .sugeios, á quienes se tiene por in fa lib le que h ay m u­cho que pedirles y pregu n tarles en este genero i no d ex a razó n de dudar. Ite^n: ciertas p in turas de los prim eros m aestros del a r­te , q u e quan do D io s q u e ría estaban donde e sta b a n , y que los fra iles no q u isiero n vender por precio a lgu n o , estarán ah ora donde D io s h a y a perm itido. Y p legue á s u bondad que los q u e p a ra ta p a r estos m ilagro s se va len de la m aña y de la p lum a, n o co n sig a n lo q u e pretenden : á saber , que despues de a p a ­leados se nos m ande b a y la r . T a m b ién este rasg o de tutoría es fi­losófico.

V am os á los conventos. 5 Q u e se ha hecho de ellos ? L o s q u e m ejor han escapado, quarteles : los que peor, ru in a s. Pues bien, S r . tutor de m i co ra zo n , p e n n ita V d . á estos pobres pupilos q u e se v a y a n á v iv ir con los soldados , ó que se acojan á esas m ise­rab les ruinas. N o señor : que la cosa se debe hacer con m étodo.. ¿■Pues q u é ? ¿ N o h a y gobiern o que mande? Pensábam os noso­tros q u e p ara meterse cad a uno en-su casa, no era menester m an­d a to de n ad ie : pensábam os q u e la cosa se h a b ía m andado doS’ v e c e s : pensábam os que podíam os lo que q u a lq u ie r h ijo de ve-- c in o : pensábam os.... ? Q u ién sabe lo que pensábam os , esp ecial­m ente los q u e no tenían n oticias de la s idcMS lib éra le? como yo ,, y solo contaban con el decálogo de antaño^ P ero está bien. E s p ecad o c i.q u e han com etido los q u e s in d ecir oste ni jíío jís , se

a»m etiero n : y D io s se lo p ag u e al Sr. m inistro de g r a c ia y ju s ­t ic ia , que al reves de com o pensó L u cre c ia suplicio iiberat, etsi peccato non absolvat. L lega m o s , p e d im o s, rogam os.... M e a cu e r­d o ahora que en el q u ad ern illo de co p ia que estu d ie, docia: nar- ro narras f contar ^ fá b u la in surdo. L o s sordos con quienes n oso­tro s UQí hemos en ten d id o, lo son mas que una ta p ia . ¡Pero v a l- ga m e D ios ! L os p a xarillo s tien en n id o y las raposas cu eva s; ¿solam ente los pupilos del señor m inisterio de hacienda debe« rán ser como las liebres, que hacen la rosca donde el sol se les pone? S iS r . ¿ Y los conven tos m edio arru in ados que no pu e­d en serv ir n i aun p ara q uartel? Q u e s irv a n para que todo cl q u e n ecesite ladrillos , ven g a y se los lle v e , pne-' las m aderas y rejas y a vo laron. D e este m odo es c o tro con ioda ve rd a d y p rop ied ad se llatnan bienes m cton aks, porque e«tán á la d isp o si­c ió n de toda la n ación . Item : el q u e necesite de un lu p a n a r c ó ­m odo, podrá c i t a r á su fu tu ro cóm plice á lo q u e esté c u b ic n o aunque sea la I g le s ia , com o sucede a q u í, con h o rrib le escán­d a lo en la de S. F ra n cisco . D io s lo ha de ver de todos m o­dos ; c o u q u e , j qué in con ven ien te h a y en h a ce rlo en .su mi ^ma casa ? P u es á fe que no es n u evo este gen ero de iutoria. r m t gentes in hcereditatcm tuam^ políucrunt tcmplum s.tncium tuuin. N in g u n o de estos horrorosos sa cr ile g io s h u b iera su ced id o , s i los con ven tos se hubieran en tregado á los que se les fa v o re c e co ii e l nom bre de pupilos-

E a b ie n , sr. tu to r ó p ad re de m e n o re s , estos ta les m enores q u e se llam aban en tiem pos a n tigu os frailes y c iu d a d a n o s , te - n ia n ciertos predios urbanos y rústicos a d q u irid o s por títu lo s ta n justos y leg ítim o s, como lo son los q u e tienen quantos en E s­p a ñ a y en toda tie rra donde hay leyes , poseen debidam en te a l­g o ; am en de otros bienes y derechos. T o d o s ellos están b a x o de tu to ría j pero q u ie ro que sepa V d . q u e la tu io r ia en q u e csia u , es la de la nación : no de a q u e lla á q u ien representa c l Congre^ so , sin o de o tra q u e no tien e q u ien la re p re se n te , y se tom a la lic e n c ia de representarse á sí m ism a. L o s frutos pendientes p r i­m ero que á su m adurez , lleg a n á las m anos de un dueño p o sti­zo . L o s árboles caen b axo del hach a de todo e l q u e h a lla m as b arato cortarlos que com prarlos: las arboledas suelen s e r v ir de lu m in a r ia s , s in que h a y a razón n i m otivo p ara e lla s , y m u lii- p iicán d ose ahora mas que nunca las lu m in arias d e dos y de tees leg u as : á los caseríos acude todo el q u e n ecesita a lg o de q u an - to en ellos h a y sin perdonar las tejas j y au n q u e en a lg u n a de estas posesiones se han puesto g u a r d a s , com o q u ie ra q u e estos

no tien en q u ien g u a r d a r s e , h a rto h acen con g u a rd a r p a ra s í lo que pueden. L a s tierras y dem as q u e no es p o sib le tra n sfe r ir á lom o, n i llev a rse en la fa ltr iq u e ra , v a n sa lien d o su ccesivam en - te á subasta. L o s hom bres q u e otras veces se llam aban de b ien , y ahora suelen d ecirse fan á tico s y sup ersticiosos , h asta se h o r­ro riz a n de pensar en los ta les arren dam ien tos, Pero aquellos q u e á fu erza de codiciosos se v a n co n v irtien d o en liberales, asen la e c a - sio n por las g r e ñ a s , y arrien d an p o r q u atro lo q u e d eb ía g a n a r q u a ren ta ó quatrocien tos. ¿Q dé me d ice V . E . á esto, Sr. m in is­tro de g ra ci.i y de ju s tic ia i Y a lo veo : q u e io s b ienes ta m b ié n están en tutoría. Sea todo por am or de D ios.

P u es vam os á las personas de los pupilos- Y o no sé s i será v e rd a d lo q u e d icen de los la g a r to s , cu lebras y sa lam a n q u esa s, q u e se pasan sin com er tod o e l in v iern o . L o q u e si s é , y m e co n sta , y de lo q u e puedo poner m uchísim os te s t ig o s , es q u e los fra iles com em os en todos q u atro tiem pos d c l año , y q u e s i pasam os en ayu n as unos pocos de d ias , solem os a p o statar d e este m undo p a ra el otro. P u es Sr. tu to r , desde e l 2 7 d e a g o sto en tram os en la tu toría los de S e v illa . S i no hubiese h a b id o la ta l tu to r ía , nosotros y a nos hub iéram os in g e n ia d o , p o rq u e aun ­q u e p u p ilo s , pasam os casi todos de 25 años. P e ro la h u ­bo. 2 Y dón de h a an d ad o n uestro tu to r? Párvuli pctierunt panenif

non erat qui frángcret eis. M ie n tra s estu v iero n los fran ceses, se­ñ a la ro n y p rocu raron r a c io n é m uchísim os de nuestros in v á lid o s , q u e te n ía n q u a rte l de ta les en un co n v en to . D e los m ism os ene­m igo s h a b ia n o p o co s, á q uien es un co ra zo n n atu ra lm en te com ­p a s iv o im pulsaba á s o s te n e r á estos in ocen tes n e c e s ita d o s, c u y a in o ce n c ia y n ecesid ad conocían- E n tr e los afran cesad os por c á l­c u lo y no por in c lin a c ió n , no fa ltab a n a lg u n o s q u e c re ía n p o d er b o rra r su p ecad o , hurtando el puerco y dándonos los pies po,r Dios. L o s buenos españoles q u e nos fran q u e aro n en la h ora de n uestra e x p u ls ió n su c o rd ia l a fe c to , su c a s a , sus h a b e re s , y m ucho m as q u e q u an to nosotros nos atreviéram os á esp erar, exhaustos unos p o r la rap acid ad del en ein igo, sin fa cu lta d es otros p o r la suspen­sió n en sus em p leo s, no pueden y a a yu d a rn o s m as q u e á sen tir. ¿ D ó n d e está pues e sa tutoría q u e e l Sr. m inistro nos c ita , a ca so d esp u es de b ien cen ado ? V e r g ü e n z a es q u e se d ig a 5' pero pues se d ice , ju sto es q u e se sepa. N u estra suerte en la tu to ría está sien do infin itam ente peor q u e en e l de.spojo y la persecución# N o sabia yo q u e de un nom bre tan du lce habíam os de sa ca r e x ­p e rie n c ia s tan am argas.

V e rd a d es q u e e i Sr. m in istro tra ta d e en d u lzárn o slas con

« lias esp e ra n za s , q u e aunque en la certidum bre no ?e par^ecen á las de la fe , las rea ie d a iia i menos en esto de haberse de cum ­p lir en la v id a futura. Se nos d a rá una d icta. que com cinos in ien iras no se nos d á ? S i se com iera po r los •ojos, podríam os b u sca r el pan nuestro de cada dia leyen do el papel de la prom e­sa. Se nos dará á proporcion de lo q u e rin d an las fincas. P ero j j rendirán estas lo necesario p ara los gu ap os y va lien tes q u e las adm inistren^ ó tendrem os q u e a d m iiir esta h eren cia con benefi­cio de in ven tario ; no sea q u e los señores adm in istradores n os alcancen en cuen tas, y nos em barguen los b reviarios? Se p a g a ­rá , b astará , no hará fa lta . H e a q u í un m ilagro el m ayo r q u e podrá verse ca-estos d ia s . A mi ciertam ente iio me a lc a n za p a ­ra creerlo toda la fé q u e se necesita p ara q u e se ob ren los m i­lagro s. L a del Sr. ministr<>s«:á sin d uda m as v iv a y mas gran J de que la m ia. M a s iio q u is ie ra que com prom eiiesé m i exíscen-J c ia y la de tantos hom bres de bien á la ex tra o rd in a ria prüviden-^ c ía de un m ilagro. A l menos no puede n egarse q u e esta será la p rim era v e z q u e el m ila g io -en tre e n p arte de la tutoría.

Pasem os de la s partes a l iodo : q u iero d ecir , de los fraí^ les y conventos á todo el estado regu lar. E l m as precioso de <jnantüs bienes ha tenido h a sta a q u i , con siste en e l b ueií' Jiombre que ha g o za d o entre los esp a ñ o les , y la buena rep u - ía c io n en q u e ei pueblo cristia n o lo tiene ; q u e ha coi:fir» m adü inas y mas con su p¿r ;ecucion e l t i r a n o , que han a cre - ' d iia d o su.s agen tes por sus rep etid o s esfuerzos á fin dé g a n a r- ' se por todos m edios á quantos frailes de m érito descub rían, y lo q u e es m a s , que han d efe n d id o , aunque á su m odo ■dcspóiico , sus m ariscales y tribunales. P ero entram os en la tatoria que nos d ice el Sr. m inistro. E n la niis.iia sem ana en q u e nuestras tropas han ocupado 4as ciu dad es populo.sas, infaliblem ente han id o á ocupar sus prensas quan tos ap ren ­dices de liberales q uisieron seg u ir la carrera d cl C on ciso y R ed a cto r , que es la m as segura : y las han ocupado co n unos papelÍLos contra e l esm do regu la r tan bonitos y m ode­rad os , que pueden hacer bueno, a l fam oso D ic c io n a r io de G a lla rd o . Sa-lamanea , M a d r id , S e v il la , C o r d a v a , G ran ad a v ie ro n ca.’íi á un mismo tiem po todos estos ab o n o s , tan p are­cido s entre sí como las m onedas que estam pan un m ism o cuño y un mismo troquel. ¡Ü p ró v id o liberali,smo! ¡O filoso­fía previsora! Si todos lo9 en cargados en arro jar á los fra « - -Ceses, hubiesen sido ó fuesen tan a ctiv o s y exacto s co in o

com isionados e a i^uitrar iti púvlic:i opinion a ce rca de los

f r a i l e s , e9 d e c ir en buen c a ste lla n o , eri in fam arlos con las nías groseras itn p o siu ra sj y a no h abría fran ceses en e l m un­do. P o r aq u el in g eiu oso p rin c ip io pzcado de los ratones, lo q u e hi20 un fr a i le , se le atribuye^ á todos i Jo q u e se f i ^ i ó de otro se dá por verd ad ero j co n la fa lta de un in d i­v id u o se v iste á tod a una corp oración y se habla del estado en g e n e r a l , com o sí se hablase de la com unidad q u e h ab ita la casa d e las q u atro torres en la C arra ca . E s in gen iosa la respuesta q u e fu n d a d a en e s to , me d icen haber dado para sin cerarse n uestro c u ra el de las Preocupaciones j q u e reconven ido sobre lo m al q u e i ia b la b a , se d iscu lp ó con que c l no lo h a cía con p a rticu la r a l­g u n o , siuo con e l estado. ¡ T a n to s progresos como ín d ic a esta respuesta , ha hecho en la m oral cristia n a q u e po r o fic io debe en señ ar á sus fe lig re se s! ¡T a n gran d e com o este es el m érito d e sus conocim ientos 1 Y cu id a d o q u e sé m uy b ien lo q u e me d i ­g o , P ero vam os a l caso. ¿ Y nuestro tu tor? | Y cóm o coiisicn te q u e asi sean ajados sus pu p ilos ? Y s i el Sr. m iiiísti’o está ;com o n os precisa creer ) en todo lo q u e d ice re la tiv o a l m érito, s e r v i­c io s , co n d u cen cia y n ecesidad de los fra iles , y en la protec­c ió n q u e debe dispensarles ei go b iern o , ¿ cóm o no a v e rig u a de d ó n d e vien e esta p la za de E g ip t o , q u e cayen d o sobre los frailes v a á d a r al tr a v é s con la ley fun dam erxtal, q u e d eclara la r e - i ig io n ca tó lica por la ú n ica del estado ? P o d ía a l menos tom .tr á estos tunantes escritores b axo la tutoría q u e nos está d ispensan ­d o á nosotros. Y o se lo suplico.

M a s lle g a rá tiem po ( y e l Sr. m inistro lo p ro m ete) e n -q u e CTaqiiados ciertos p u n to s, se nos restitu ya n á todos nuestros de­rech o s, com o al p u p ilo q n e lle g a á la ed ad de la le y . P ero pre­g u n to y o : lo q u e se ha de hacer e n to n c e s , aporqué no se hace d esd e ahora? P o rq u e h a y algu n o s frailes q u e han segu id o el par-, t íd o francés. V e V d . a q u í lo que es no entender la cosa. N iu g u a C astigo tem en estos tanto com o el de verse de n nevo e iu rc su» ira iles : y ciertam ente q u e saben ellos m uy bien lo q u e se te-* inen. M a s dexem os a l go biern o q u e los ca stigu e según ju z g u e tnas con ven ien te. P o rq u e h a y a q u e c a stig a r q u atro picaros, ¿de» b erán andar hechos alm as en pena tantos m illares d e hombre* d e -bien , c u y a prob idad es p ú b lica h asta e l punto d e no podes iii. aun dudarse de e lla sin m aniiiesta in ju ria? H erodes por ma­ta r á un liíño que le e s to r v a b a , h izo m orir á todos los c h iq u i­llo s de un c a n tó n : y y a se sabe la g lo r ía que adquirió .H erode* con -esta fechoría. E lla sin em bargo no se llam ó entonces , n i se llam a ah ora íuforít». V ea pues e l S r. m ia isiro qué otro üom bre f i­losófico puedQ darle á la su ya . 4

P a r a que mejor á cicrte con cl hagam os la s ig u ie n te sup osi­ción. F i^urcínonos que ci am or dei d ic e io jia r ia c ritic o burlesco SQ le presenta con toda la recom endación que lia u ie rcti- d o y conseguido de los que se llatnan ijbcr¿iJc.s. S c fio r , Je d ice , tengo ya compra:n-ciida nii p a la b r a . qne im porta á ios míos que se acredite de in fa lib le . B a x o c ic r to s cálcu ios que tu ve por segu­ros , lo empefió dos veces en m i d iccion ario , an u n cian d o la total extin ció n de los frailes. E n la p á gin a V i l de m i prólogo por las palabras sigu iein es. " L a (cucaña) que estos u le s ten ían

en E s p a ñ a , y a la ven p e rd id a , y hasta la esperanza pierden j,de restitu irle á su prístino estado de h o lg a n z a : de la poscsion „ lo s dei^pojaii las b iy o u e ta s fraticesas; d e la.s esperanzas las ra» j^zones- de los políticos (ó sc in se filósofos) lib era les. D e aquí es „q u e franceses y liberales p a ra ellos son todos unos.*'’ L u e g o en m i articu lo Frailes p á gin a 5 1 h a cie n d a m encioii de un cierto l i ­bro q ae yo llamoíiprcdtíW? (c o n lo q u al y a tiCiie hechas las in - ft)r;nacioaes) y an u n cian d o la trad u cció n que de el se está ha­cien d o , añado estas m em orables : "m a s ya q u an d o sa lg a á lu z, 3,si de saliriien e,- lo considero in ù t ile iinp ertiiiente en no salien* „ d o luego lu ego : porque al pa.so que llevan ( se supone que los j,fra¡les') to .lis estas castas de a lim a ñ a ? 'va n á p e r e c e r , sin qua „q u e d e p ia n te ni m am ante: por la razó n sin rcp iica de que les „v a ri q airan do el cebo, y todo anim al , sea el q u & fu e r e , v iv é ,jd e lo -q u e com e : ítem : los va n tam bién q u itá n d o la s gu aridas: „ d e suerte que se van quedan do com o g a za p o s en soto quem ado, „ iA t iim ilito s d e D ios! E s cosa de q u eb rar cocaz^ ucs el verlos an - j,d a r arrastrando soltando la cauiisa com o la cu lebra , a to rte la r „ d o s , y sin saber donde abrigarse . ;0 ícmpora.*^ H asta a q u í Jes profeticé ' y o con m i acostum brada p iedad , profun da filosofía y cortesana educacioxi. Pues Sr. E xctn o , con tra todo lo q .:e m is com pañeros y yo cre ía m o s, y seg ú n lo q u e toda Ja n ación es­perab a , el augusto C o n greso uie ha sacad o profeta falsu , y p le g u e á D ios que se contente con esto. A c u d í en bu'^ca d e c ie r ­tos .am igos que á fuerza de estrujones h ic iero n q u e se d is c s c que el C on greso decia lo con trario do lo que d ix o V o lv ió Ja cosa a l C ó n gres », y v o lv ió mi profecía á lleva r-cu la c a b e z a , no obstanr te que y a se e.staba -verificando. E ncotnendcnie á un . santo d® los de mi caleü 'd ario , y por uri m ilag ro que liizo , de aqu ellos que d e rrie n g a n • la m a n o , se ha continuado: su cum .plim ienio; mas este y mí c r ^ i í o proíético penden d e l 'a y r e , si V . E . uO interpon e su poderosa ' intercesión.' R u é g ele pues por todos los respetos que debe m erecerle un extrem eñ o , saJauianquino, pror

f e t a , f iló so fo , escritor p ú b lic o , b ib lio teca rio de C ortes y de­mus m ir ilo í que sa b em o s, q u e me saque con lucícniento,. y v e­rifiq u e en tbdas sus partes esta m i im portante profecía. R e p i­to , q u e s i e i bucii G a lla rd o se hubiese presentado con la d ich a a re n g a j su m isino padre no hubiera hecho por este hijo , gloriíi, d e su fa m ilia , lo que con tanta pun tualid.id ha execu tad o y eS f tá executan do por m edio de su exceknU JSxpoi/dün el Sr. m inis­tro . P ero no me m a ra v illa que lo execu te , sino que á esto le lla ­m e tutoría. T o d o depende de que G a lla rd o no nos delinió en su D ic c io n a r io esta palab ra. S i lo hubiera h ech o , q u iza s yo la en ­tendería en su acLual sign iîicad o. N o lo h izo tam poco con la de Protecchn: pero y a la in te ligen cia de esta la tenem os, desde q a e N a p o leó n se in titu lo Protector de la confedcracian del R h iiij y des­d e q u e C a b a lle ro , U rquijo y otros que reservo in péctore, man­d a ro n m ucha? cosas m uy curiosas á título de la protección que e l rey debía exercer á favo r del con cilio de T ren to .

JS'Ias s i el buen G a lla rd o (como si d ixéram os G u z m a n e l bue­no) no nos q u iso d a r en su D iccio n ario e l s ig n iîica d o de estas dos palabras , nos d ió el de la o tra , que en la E xp o sic ió n d c l

Sr. C a n o M a n u el le es s in ó n im a , á s a b e r , la de A L T A P O - X I C I A . O iga n se sus mismas palabras especialm ente ea este so­lo - la n lc u lo , donde se o lv id o de su deeignio. “ L os mismos g a - jjU p arlistas que d icen alta politica, d icen tam bién fl/íflpoi/c/íí: locu-

.„ c io .i dcl m ism o C ü ü o ( d G B o n a p a rte) que están em peñados ea „ h a c e r moneda corrien te. H ablan do pues su g e r ig o a z a , d icen, „ q u e ta l ó ta l m edida se ha tom ado por altapo’icíj: como en lic.n- „ p o de G o d o y se d cc ia que ta l ó ta l em p leóse U abiadado por a lio .’ ’ H a b ia d ich o poco am es esce mismo o rá c u lo , que en estas m ate­rias. esm as in fa lib le que el de D e U b s:“ que en boca de ciertos po* „U tico s la a lta p o lítica no es mas que un com odín para saltar pop „ lo mas a lto de la razó n y ia ju s iic ia , llevan do las leyes do q u ie - „ r e n reyes: para que esios ó su? m inistros logren las mas chocau- „ ic s pretensiones ” H asta aqu í el gran periio de la co fra d ia , y siii- g u ia r defensor d cl esiado eclesiásiico y de la Igleí-ia.

A h o ra ruego yo con todo el debido respeto ai Sr. m inistro de g r a c ia y ju s tic ia , q u e deponiendo la predilección que la naturaler z a inspira a cia los h ijo s , y la pasión á los tUosofos acerca de sus prop ias ideas , y olvidándose de que la E xp osición ha sa lid o auto­r iza d a con su firm a, uie d ig a b axo palab ra dq honor lo q u e su leal sab er y entender Ic d icten sobre las sigü icn tes pregun tas. Si.a.n ja n sen ista ó u a lilo so fo que en el d ia es lo mismo , se hubiese pro­puesto c l d esign io de trasiorn ar sordam ente iodo e l estado r^-

fi* .g u ia r jp od ria haber {>re.«entado un pian mas á propósito que cì q u e la B xp o sic io ii coiuiene? S i un fiscal que tu v iese menos de con cien zu d o que de siaÜ gn o , hubiese tom ado á su ca rg o dar á los defectos del estado c l cuerpo q u e no tien en , ¿ p u d ie ra haber­lo hecho con m as in d u stria que com o la E xp o sic ió n lo h ace? I E n un pais católico y de^jididamente f r a i le r o , habia otro c a ­m in o que tom ar que el q u é ella tom a I

N o puedo reducirm e á creer q u e el Sr. m inistro sea el au tor d e este e s c r ito , no obstante qne leo al fin de c l su nombre- I3e u n C on ciso , de un R e d a c to r , de un G a lla rd o , y de tantos otros fu lleros y a sabem os que no aspiran m as q u e á seducirnos. P e ro de un secretario de g r a c ia y ju s t ic ia , dep ositario que com o ta l es del primer Ínteres de la n ación , no debem os ni saberlo, n i c re e r ­lo. Com o persona p riva d a podrá S . E . pensar y escrib ir lo q u e su con cien cia ó c ien cia le d ictaren j á bien q u e sino fuere bue­n o , allá se lo d irán de m isas r pero com o persona p ú b lic a , c o ­m o órgano de la R egen cia , com o en cargad o en la cxe cu cio n de los decretos del C o n g reso , com o zelad or c a s i en x cfe d e la C o n s­titu c ió n del e s ta d o , como e leg id o por la soberanía para la q u e S . E . llam a a lta policía eclesiástica , y nuestros m ayores llatna- b an soberana proteceion de la Ig le s ia , de sus in s titu to s , d e sus m in ls ir o s , de sus bienes & c . q u e h a y a hecho io q u e v e m o s , leem os y tocam os en su E xp o sic ió n , y en las resultas q u e nos está trayendo.... créalo q u ien pudiere ; á mí se me resiste : y s i l le g a el caso de que me lo h agan creer , creeré a l m ism o tiem po q u e D ios to d a vía extien d e sobre nosotros su m ano ven gad o ra de n n m odo m ucho mas te rrib le q u e quan do nos en tregó á k ■ fe­ro c id a d de los franceses.

¿Pues qué hemos de pensar en v is ta del nom bre y subscri¡>- e io n ? Q u é sé yo. P ero pregunto ; i andan to d a vía en contorno d e l go b iern o los de la escuela de G o d o y ? j A n d an ias buenas alm as q u e á nom bre de C arlo s XV, m intieron a l rom ano P o iu ííic e P io V I I . , pintándole á los fra iles de E sp añ a com o im buidos cu e rro re s , y coaio prom otores d e e llo s ? ¿ A u d a n los que com pusie­ron la fa m ilia d e S o ler,-e l « en ad o de Ü rq u ijo y C a v a lie r e , los confidentes y agen tes de S ix to E spinosa , y los padres y m aestros de todos estos^ C om o h aya algunos de esta buena gen te , y como por su m ano h a yan de pasar las cosas.... ¡ D esd ich ad a E spaña ! l\ i re lig ió n será com o la piden D . J. C . A . y P o rta lis ; tu gobierno com o lo soñaron este y R o u sseau : tus costum bres com o las q u ie ­ren G a lla rd o , el R e d a c to r , c l C o n c is o , el D ia r io y la A b e ja ; y tu suerte ctjmo h desea Bonap^ane^, ¡D esm iem a. D io s estos riiis

temores y a n u n cio * ! ¡In sp ire a l •gobierno la resolacíon de arran ­c a r hasiíi la ultim a r a íz de su c a u s a l

ü iiirtíia m o mi ju ic io es que de a llá ía lió la E x p o s ic ió n , y q u e ella iio ha podido sa lir de otra p a n e que de a lg ú n n ido de oiurciclagos.- N o liay rem edio: m u rciélago é s , ó m as b icu mttr-

porque he oído d ecir á los m uchachos, que m ientras estas < r i j i i , siem pre q a e salen á v o la r , lleva n co lgan d o de las ubres íU'? poliuelos. M u r c ié la g a pues xis para mí la E x p o s ic ió n , y lo a c r i-p a ra lodo cl que observe e l modo con que vu e la y m u rcic- lagu illo s son el jan sen ism o de P is to y a que por una p a n e le c u e l­g a , y la poliuica reform adora d’ A le m b e rt, qué le vien e m am an­d o por la otra. A b ra los ojos lodo cl que hubiere de firm a r , y v e a y rciL 'xiohe lo q u e firma. P ara eutonder á fondo la m eiáfora del m u rcié la g o , véase lo q u e d ig o de é l en m i C a rta X I.

M e p a r e c e , a m igo niio , q a e con lo q u e en e?ta he re- f le x io n id o , ten go y a desem peñada la segu n da p arte del plan q u e me propuse en la an terior , iiu iican d o las fuentes de d oade se ha d eriva d o la excclcníe E xp o sic ió n del Sr. tn in i'iro

• de g r a c ia y ju s iic ia : á sab er , la m ism a de donde ha sa li­d o la ex tin ció n del estado reg a la r en la F r a n c ia , en ia B a- v ie ra en una g ra n parte de la A lem a n ia , en la I t a l ia , la

. f ia n d e s y dem ás países doir.iuados por la s arm as france?.is: Jas m ism a s, en una p alab ra , de donde sa lió esa policía ed-:-~ siásticck , q u e en c a s i tod a la E u rop a opri¡i-.e á la Ig lesia de

- J e s u c r is to , y tra ta de co n v e rtirla en s in a g o g a de S atan as, b a x o de su ad orab le n o m b re , q u e aun no es lien ip o lo d a - YÍa de a ca b ar ' de borrar.

M e resta pues la ú ltim a parte de lo q u e m e propuse q u e es d iscu rrir sobre ia m ism a K x p o s ic ia n , tratando de ella e n detalle. S i e5to hubiese da hacerse con toda la extención q u e la m ateria e x ig e , sería necesario rep rod u cir q ja n to desde la ex isien cia del cristianism o se ha escrito v ictoriosam eate c o n tra los m iserables scfisnias que n uestro s ig lo CvStá desen­terran d o con el s in g u la r m érito de haber id o á busc;iríos en los ap olog istas q u e los cotn b a ten , y no hacer m ención n i aun

. rem ota de las respuestas q u e los confu nden . C o n v id o pues á todos los cató licos á que las le a n , señaladam ente en los sa n ­tos Tom ás y B uenavefvtura contra los a u iig u o s anrim onacos, ren acido s en los pisio-yanos, y e n e ! abare N o g u e ra , los dos abogados de P a r ís , y casi todos los defca^^orcs que en el ú U i- m o sig lo ha tenido la religión, con tra los filófofos y po lu icós. V e o y a á algunos de los nuestros q u e e sia ii reproduciendo

30 - .estas apologías con toda la abun dan cia de n oticias de q u e y o carezco , con todo e l v ig o r de salud que á nú me fait», y con todo e l n ervio y belleza á q u e no a lca n za hi pobreza de m i caudal e ingen io. C on tan do pues como debo con que estos m is dignos com pañeros n ada d exarán que d ese ar, me ceñ iré en la C arta próxim a á d ecir a lg o acerca de ia reform a que e l Sr. m inistro y todos los buenos deseam os , insin uando per summa capitel la m ucha d istan cia q u e h a i entre los m edios q ue este señor p ro p o n e, y los que nosotros no solo propo­nem os, mas tam bién reconocem os y aseguram os ser los líu i- eos. Espérem e V . con este tr a b a jo , que querien do D io s , ev a- q uaré antes de m uchos dias : y entretanto tnandeme con toda

-la confianza que debe in sp irar !a ran cia estim ación con que queda tan su y o com o siem pre. * * *

28 de octubre de 18 12 .

E l Filósofo Rancio.

P . D . • L a santidad de la cau sa que defendem os me ha ad­q u ir id o por am igos á m uchos hom bres de bien , a lg o mas ins­truidos que lo que presum en nuestros regeaadores. E stos m ii apasionados me han surtido de mui preciosos libros que iré sucesivam ente citan do, y que l.i in u n d ación de fran cecs y a fra n ­cesados no ha perm itido que tran scien dan hasta nosotros s i­no en mui corto número. Eii.tre ellos me han dado á conocer U!io en ita lian o con el sigu ien te titulo. Nwtvo vodéoiario jilosó- fico-dcmocrático indispensabile per ognuno che bramii intendere la nuo­va lingua rivoiuzionaria. Vem cia preso Francesco An.lroela con pYi~ vih^ io : 1799. E s d e c ir , que' el c itad o V o cab u lario se im p ri­m ió en el corto espacio en qu;; 1a Ita lia restitu id a á su l i ­b ertad antes de la in v asió n ú ltim a , h abia aprendido m ui bien y por u a a exp erien cia m uy co sto sa , l o 'q u e era la iilo so fíi q u e habi.i estado regenerándola. N o es de m ucho volum en, pero .sí de m u c h i im portnncia esta ob ra ; de la qua! citaré a l­gu n os arúculvís según se presente la ocasión. P u r ahora v a v a allá el de frailes trad u cid o st.*gun mi cort i iii^irucci n en el icali.ino.

^ ^ FR A ILlìS. L o s filósofos y dornoeráiicos sienten tanro d is- „g u sto al o ír el vooablo/rJí/¿ , quan to es el que c x p c im e n ia „to d o hombre de bien ai eícuoh.ir el de fi;ójojo: y este es aca- j,so el m ayor e lo g io q u e se puede hacer de' ios ír.iües. Q u a iu o s 5,cerebros d ib lle ’) ha 1 ■:)rocuhulo por m edio de bajc-zis y ca- „ la m a iis reb .ijir la es iia ia c iv a de los frailes , otros tantos no ,>han con^‘gu ido m a s q u e acarrearse e l od io y desprecio de los

'S't„b'jcno*?: habiéndose p rcclp ita d o ’ a lg im o s al extrem o <íc la iu i-

por sujo d esfo gar este o d io , igu a h n en ie c ic g o que j-ia ju íto . E li vaiio se bii^^cará un m oiivo que pueda pasar por „razüi'iabie ea ¡ o líiie a , cu m orál ó eii re lig ió n que ju íiifiq u c „ d o a ig iu i u io d j á esio? caergúnieiios. frafrí/upoí. P orq u e ¿qué 5,m al es aquel de q u e se pueda acu sar á ios fraiJes com o fru i- jjies ? j Y pueden dudarse s iq u ie ra tc’ mo'i y tan sólidos bic- ,,n cs coaio la s o c ie d a d , iu clasos los mi^rros enem igos de les , , f r a i le s , rcciuwii de estos uiáciires de ella ? } Q ü c h a i ea „ E u r o p a de ventajoso y ú til , de q .ie ella no se.i p e r la „ líia y o r parte deudora á los re g u la re s? A g r ic u liu r a , i;:d;js- „ t r i a , d e iK x a s, bellas a r te s , h is to ria , descubiin .icnio» de.todos , géneros... todo es debido á ellos : hasta V o lia y re y e l H clve- ,,c io iC v iero n forzados á co iitcsa ilo así. ;T a n ia s naciones b d r- „ b a r a s c iv iliz a d a s j tantos sa lv a g es reduci io s á s o c ie d a d , y tan- „ t a s ven tajas 'como de esto se han d eriva d o al com ercio , á la „ in d u u r ia , y á la d ilata c ió n de las luces sobre nuestro g lo b o , „ 0 0 ha sido ob ra de ellos? ?Q uien se sacrifica en ben eficio pu- „ b l ic o con mas v iv o s exeniplos de hum anidad en el socorro y „co n su e lo del pobre , dcl e n fe rm o , del op riit.ido , del m oribun- „d o ? ¿ Q d ic a a f j n i com o ellos por restablecer la p a z en las fa- „ m iiia s , reco n ciliar los enc.nistados , a ta ja r la s v e n g a n za s , y „ e d u c a r la ju v e n tu d en la v ir tu d y ciencias? ^Lo haríais v o - „so tro s , Ciiemigus de estos incansables op erarios? ¿Y lo h aría is „ p o r ig u a l precio a l q u e reciben ellos? U n a m iserable celd a, „ u n hábito tosco, un sustento m ezq uino es todo lo que el fr a i- j ,le saca de sus fa tiga s j y lo q u e rcu saría ad tn itir en recom - „ p e n sa do las suyas el m as d esp reciable artesano. A u n esto mis- ^,mo poco de que g o z a , no es c a rg a de la so c ie d a d : es bcneticeii- ,,c ia de nuestros m a yo re s , q u e ju zg a ro n que e iii.in g u n a otra cosa „ p o d ia u em plearla mejor. Y aun eso poco que de su u iezq u í- ,,n o trato les sobra' ;Uo redunda, en p rovech o de la sociedad? ,.¿ N o es todo del p o b re , del n ecesitado , d cl m é d ic o , dcl le - „ g i s t a , del artesano, d cl b ra c e ro (í)? ¿Y q u ie n es cl que no couie

(i) En müdVó de la tnorttindad que €R' est!? invierno y primavera •Ofnsionó la caré«;t(a, l a ‘qa“já m is r'ioetida de los pobres era qufe na tenían conventos ó d^mie r e c íf t ír . Hablaban con cónociraientó ex p é - xímetital. En la'Calam idad del uno de, 1 8 0 0 ninguno que sepamos, se~

„ b ie n sobre U m ise r ii dcl fraile? jH ai en Li socied ad un ín d iv l • „ d iio solo q u e mas tr a b a je , con m eaos se co iiicn te , y le sea

ménos gravoso que él^« P e ro quiénes son últim am ente estos m onstruos im a g i-

„n a rio s? ¿De dónde lian venido^ ¿D cl A fr ica ? ¿D e la G co ela n - ,,dia^ ¿D e los Patagones? ¿No son vuestros liijos , vuestros tiie- ,,to s , vuestros herm anos y parientes? ¿N o son los q u e sacrificán - „d o se en ventaja vuestra y del com ún, os han d exa d o dobicm ente „ r ic o s en bienes y terrenos , os han fa cilita d o por su volunta- ,,r ia pobreza con que poder d otar vuestras h ijas y v iv ie n d o de „ l a agcn a beneficencia os han d escargado de la m anutención „ d e un h ijo , de un n ie ro , de un herm ano? ^Quc cau sa es pues ,,ia q u e co n cita vuestra ra b ia con tra estos ciu dad an os de p az , ,y de m oderacioíil

t»En las acusaciones m ism as contra los fra iles c o n q u e pre- „ te n d e n d isfra za r su ánim o m a lv ad o , no se ve otra cosa q u e U ^ ,viva pintura de una razó n d islocad a , q u a l es la de todos e s ' j,tos fanáticos razonadores m o d ern o s, faltos igualm en te de 16- j ,g ic a que de pudor ; lo que fo rzo u m en te sucede á todo cl „ q u e se pone á racio cin a r con d u cid o de una v i l pasión. C o - j,n iien zati por querer probar que h s frailes son inútiles: y to d i „ l a prueba que traen d e c s ia iu u iilid id se reduce casi siem pre j,á q u e no t^niíajan la tierra. P ero y e^tc arí»uuiento de q u e quiett j,7io trabaja ia tierra es inútíi jn o es tan rid icu lo como iiigcn io- jjSoí Y í i é v a liese ¿n o deberían g ra d u a rle de in ú ú les los ju e - „ c e s , a b o g a d o s, o lic in in a s , so ld a d o s, H iéralos , ^comerciantes

artesanos & c. & c . i N o deberán ser tenidos por in ú tiles los „m ism os detractores de los fr a ile s , que ciertam ente no son de los „ q u e trabajan la t ie r r a l i ) Q u e los trabajadores redam a.'en coo- 5,tra ios que sin tra b a ja r la , d isfru tan sus sudores y fa t ig a s , po.- „ d r ia icn er a lg u n a ap a rien cia de ju s t ic ia : pero que uno que no „ tra b a ja la t ie r r a , ju z g u e in u iilá o tro , porque tam poco la trab a- „ ja , he aquí en lo q u e no podrá d eterm in arse , s i hay .mas de im- ,jpudencia ó de lo cu ra . E n todo ca«o las quejas de loa a g iic u lto -

recró de hambre. La Cartuja para socorrerlos se adeudó en muchos m iles pesos , que acaso no habia acabado de sati&t';jcer.

(a) No poresodexan de trabajar nuestros legeneradores; trabajan la paciencia de Dios y la nuecera : trabajan á la nación con dispara« tfis: y si Dios no pone remedio , trabajarán hasta (¿ue ni ellos ni noso­tro s podamos con los muchos trabajos.

„ r e s m ucho m as deben recaer ío b re los en em igos de los fra iles que „s o b re esios“: puesto que de estos recib en a l m enos consuelo y asis- „ t e n c ia , en vCz q u e e l m ayor e log io q u e podrán h acer de lo s/ra- fitrífugos, será e l q u e no los oprim an y d esuellen m ientras se fa - „ t ig a n por ellos.

,,P ¿fo /o j/raií« 5on uno5 ociosos..., M en tiís .... jE s ocioso e l que „ e s t u d ia , p r e d ic a , in s tr u y e , adm in istra los sacram en tos, c o n - „ « e rv a la r e lig io n , prom ueve las costum bres, ed u ca á la ju v e n - 5 ,tu d , consuela y a yu d a á los pobres y en ferm o s, asiste á los en- „c a rc e la d o s y m oribu n d os, an u n cia á D io s i y dá a l pueblo exem.- „ p lo s d e p ro b id a d , m oderación y p a c ie n c ia í ¿ E s ocioso e l q u e « c iv i l iz a á las n aciones bárbaras , las c u lt iv a , in stru ye y hace » m o rig era d a s ? S i hem os de tener á estos por o c io s o s , \ quálcs » so n vuestros g lo rioso s trabajos p ara e x c lu ir de vuestras persb» jm a s esta nota , señores detractores ? Y a no puede dudar^ c que' „ to d o s vu estros sudores son por ia ir r e l ig ió n , e l ateísm o y e l l i - jjb e rtin a g e j y q u e s i los fra iles trabajasen con vosotros y com o „ v o so tr o s en esta^ infam e v iñ a , los e lo g ia ría ise o m o á útilísim os „o p e ra rio s .

„ 2 Q u eréis saber q u ié n es e l ocioso? A q u e l y a q u ella q u e pa^ „ s a n io d o e l d ia en la c a m a , y no v e la n de n o c h e , s i no p ara jy.' j ,g a r y em b riagarse : q u e han recib id o com o dones inú tiles de la „ n a tu r a le z a , no solo ios b ra z o s , m as tam bién las p ie rn a s , y lo „ q u e es p e o r , las cab ezas. Y aun en este sentido seria un e lo g io „ v u e s tr o poder g ra d u aro s tle ociosos ; porque ciertam ente m éncs „ m a lo es no hacer n a d a , q u e hacer m al y e l em pleo de los ateos, „filó so fo s y revo lu cio n ario s enem igos d e los fra iles n u n ca es ha- „ c e r a lg o de bueno.

„P ero los frailesno se casafi. V e d e l vo cab lo Celibato. ( A s u „ t ie m p o lo in sertaré).

„H a y muchos frailss disco'os, malos j escandalosos^ que no viven f,según iu instituto, ~ L a prim era m en tira es la de muchos : y s i ea j,estos tiem pos han sido a lgunos m as d e lo aco stu m b rad o, es por* „ q u e se h icieron sem ejantes á v o so tro s , y les entró en la c a b eza

vu estra dem ocracia ( i) . jP lu g ie se a l e ie lo q u e los m alos fuesen

( i) No así en nuestra España. Ninguna corporacion regular se .ha declarado demócrata á Ja francesa. Tampoco lo he oido de alguno de sus individuos. L a relaxacion sin embargo que en algunos de ellos sq: noca , tiene su principal origen en la filosofía francesa. Desde que es-! t8 trastornó ia educación con los sofismas de Rousseau y su E m ilio,

s . . . . .

5,en h s dem ás corporaciones á proporcíon q u e en la de los fra iles! „ i Q a á n to mas fe liz serla la sociedad ! P ero al fm j, q u é es lo que „ s e pretende in ferir de q u e h ay frailes m alos? jQ u e todos deben „ s e r ex tin g u id o s? S i esta absui'da iiasio ii.se a p lica se á los cuer- „ p o s de n o b le s , de le g is ta s , de artistas ó a g ricu lto re s , y demos- „ tr a n d o (com o es fá c il) que h ay m alos en tre e l lo s , y en m ucho „ m a y o r nùm ero que entre los fr a ile s , se q u is ie se de aquí in fe rir „ s u destrucción j la respuesta que á esto se d iera j i io sería ia de jySois un bestiai E sto es querer destru ir todas ias corp oracion es : por „ q u e ¿ q u a l es la que no tiene algunos m alos? ?Son buenos por „ v e iitu r a todos los padres de fam ilia? ¿Y se habrán de e x tin g u ir , „ p o r q u e algunos ó m uchos no lo sean? Pues ahora u n argu m en - „To absurdo en si m ism o, y que q u a lq u ie ra se a v erg o n za ría d e „ a d o p ta r contra a lg u n a o tra corp O racion , se adopta sin v e rg iic n ' „ z a por los filósofos con tra la de los frailes. P ero y a está v is to q u e „ q u a n d o un hombre es a ta ca d o d e U fra tifag ia ( i) se hace un de- „ lir a n te para quien basta d ecir m a l, por m alam ente q u e lo d ig a ,

,,M as todos los frailes deben ser buenos. z= A m en . P ero se desea „sa b e r ¿ d e dónde los malos de las otras corp oracion es tien en el „ p r iv i le g io de serlo? E l que h a ya buenos y m alos en las c o rp o - „ r a c io n e s , proviene de que estas se com ponen de hom bres. N o se „ s a b e de qué cosa creen los antimótuicos q u e esten com puestas la s ,,d e los frailes. P or si la ign oran , es bueno a d vertir le s q uese com - j,,ponen de hom bres; que m ientras se com pongan de estos, ha de

haber en ellas buenos y m alos com o en todas las otras ; y que lo j,m as que paede e x ig ir s e , es que sea m ayor el núm ero de los bue- j,n<3s que e l de los m a lo s , com o, gra cia s á D io s , sucede por lo

com ún.

íexam os d í ver aquella severidad de disciplina en que oae.stros padres nos criaban, y por la que los niños aprendían á ceder de su antojo. Se educan pues ahora en la posesión de hacer en todo y por todo su nq santa voluntad: de consiguiente, quajado llega el caso de haber de sugetarse á la agena , sea en un convento, se& en un regimiento , sea en un macrimonio , sea en quaiquler otro destino , allí son his dificul­tades , los trabaos y los escándalos. IVIiéntras nos eduquen como so« beranos en exevcicio , nada hnbrá que esperar bueno.

( i ) E[ autor usa á menudo de ésta palabra, á la que no hemos en­contrado en nuestro idioma otra que Je corresponda exactam ante.H e­mos solido traducir fratrífugos por la analogía ¿ \os feb rífu gos de los médicos. Creo qu» Cij^uivale á perseguidores'^ o exterminadores de fxailes.

. .„ S i uii cuerpo se corrotn picje h n staci punto de in festarse toda

j,su m a sa , y en v e z de ser ea e l pocos los m a lo s, fuesen pocos íes „ b u e n o s , sería de desear que la sociedad se p u rgase de sem cjan- „ t e corp oracion . Pues ah ora: esto q u e « s d iiic il de verificarse en j,Ias otras co rp o racio n es, lo es m ucho mas en la de los frailes. L a „p ru e b a 1a leñemos b axo de los ojos. E l que prefiere ia perdida „ d e todo, la cárce l, c l d esiierro , y aun la m u eite , a l m anchar su „ c o n c ie n c ia con b la sfe m ia s , re b e lió n , p e rju rio s, apostaría e im - „ p ie d a d , no es n i puede ser cuerpo corrom pido, j Y quántos mi-

llares de sacerdoies y de frailes no hau dado en este tiem po d,e „ ir r e lig ió n y lib ertin ag e tan gloriosos exem plos? L a m u lu tu d ha „ s id o l a l , que c a s i uo se hu encontrado rincón en el m undo , á „d o n d e no h a y a n id o á r e fu g ia r s e , v á pasar con a legría los tra-

bajos de una v id a inocente. S in perjudicar por ello á estas cor- ,,p o ra c io n e s, podría m uy bien preguntarse ¿quántos le g is ta s , q u í- „m íc o s y banqueros se han visto despojados , en carcelados y per- „se g u id o s por co n servar su co n cien cia y su re lig ió n ? A l ménos „co m p a ra d o s con los regu lares, son en tan corto núm ero, q u e casi

• „ n o se ven ( i) . S i h a y p u es corporaciones corrom pidas, n o es c icr-

( i ) E l Sr. min’Stro Cano M anuel debilita esta gloria del cuerpo de Tegulares de Espafía. Según los decretos del tirano nadie en la península mas enemigo suyo y digno de sus iras y venganzas, que este cuerpo. Según el Sr. Cano M anuel , pág. ao : es bien cierto que M U C H O S religiosos despues que fueron echados de sus conventos , no ha que­dado picardía en contra de la patria , que no hiciesen. Debe presu­m irse que quando este caballero dixo muchos , tal vez no atendería si- ■no á lo que los religiosos debemos: y en este sencido dos solos traido­res que hubiese habido frailes , serían muchos y mas indignos de per- don y mas acrehedores al castigo , que qualquiera otro ciudadano que hubiese cometido igual delito. Pero si por muchos entiende S. £ . 3o que hemos entendido hasta a q u í, á sab2r , un crecido núm ero , es m uy de temer que el pueblo , testigo ocular y auricular no se pre.vg á este cálcuJo. Algunos mas de mil eran los frailes de Sevilla ; de to­dos ellOs uno solo , fraile bravio, hombre de ningún momento dentro y fu?ra de vsu relig ión, es el que ha marchado con Soult : los demas por aquí nos andamos esperando el santo advenimiento. Y cuidado que para que un fra ile no tema á ia purificación que en esta m ateria deben hacer y harán los frailes, es menester que tenga la conciencia mas lim ­pia que una patena. D e Valencia sabemos que salieron ensartados pa­ra ancia i6oo frailes j es d ec ir , algunos mas que los que debían ha­ber quedado en el reyno, despues de tantos y cantos que han perecido y emigrado. Por el mismo orden e.a las deoias provincias que yo 'sepa.

„la m e n te la de los regulares. i T esta que lo está menos que la< „ d e m a s , es la que se pretende que se ex tin g a ? S i hoc in viridi ¿ m ^^arido qcdd fie ti Si a lgú n cuerpo p articu lar de la u n iv ersa l c o r - „p o ra c io n de los regulares ha llega d o á m ucha corru p ción , com o „p a re ce haberse visto (gracias á la filosofia y dem ocracia) de este „ e s de quien justam ente se puede desear la destrucción: la ju stic ia 5,y v ig ila n cia de la Ig lesia no d exa rá de q u iia r de enm edio este „escán d alo (i)..

D e todas las clases especialmente de la de abogados , sacó el rey P e­pe quanto necesitaba para los empleos que se crearon , y para el lle­no de los, que vacaron. No hubo en Sevilla fraile de algún crédito, y son algunos los centenares de los que lo tienen' á quien no se exhortase , y aun se tratase de compeler á que adtnltiera ó solicitara beneficio , y •que no se viera en la. necesidad de esconderse , fingirse enfermo , ó bilicar protectores para que no lo hiciesen canónigo contra 6u volun­tad. Y despues de todo este empeño empleado por todos los satélites, el único fraile que obtuvo canongla, fué uno forastero que de lego se hizo presbítero , de presbítero c lérigo , de clérigo canónigo : hombre de tanto,m érito y lite ra tu ra , que cantando una lección de difuntos, don­de el breviario dice : scalpantur in s í l ic e , d ixo él : esculpantur in F e - Upe, y por este órden todo Jo demas. j Dónde pues están esos muchosl Acaso el Sr. ministro meterá en la cuenta de los frailes á los mona~

g u illo sy criados, de que rellena el cálculo de la pág. i6 . Pero n i tampoco. Porque los monaguillos como muchachos que son, no entien­den de estas cosas; y los criados de frailes y de monjas son, como es notorio, unos muebles, que solo pueden s e rv ir , ó para llevar una tale­ga de ropa sucia á donde ha de lavarse, ó. para ponerse á mantener una, esquina, pidiendo limosna por D ios y por los santos de todo e l calen­dario. Es pues muy de esperar que e l Sr. m inistro obrando en ju stic ia reduzca aquel muchos á un guarismo mas tolerable.

( i) Parece que en la I ta lia hubo algún cuerpo religioso que comen­zando porQuesnel, acabó en Rousseau ; ó para disimular su adhesión á Rousseau , se acogió al devotísimo Quesnel. En nuestra España por Ja misericordia de Dios no es así. Algún otro, fraile ha sido catequizado por la familia de la notoria probidad : pudiéndose sospechar con fun­dam ento que Ja tal probidad estudiadamente notoria impidió que se conociese según todo su mérito esta familia. Ahora pues que han salido á volar estos y estotros pasaros , podrán las potestades eclesiástica y secular descubrirles los nidos, y tomar las debidas precauciones para ^ue cesen de sacar nuevos poUos, que crecidos crien espolones ó gar­las que todo lo desgarren.

„ L o s argum entos pues de nuestros rabiosos antim ónacos no « son mas que patentes absurdos , in e p c ia s , embustes y r id ícu le- » ze s . L o q u e en realid ad de verd ad los irr ita con tra íos fra iles, « y q u e ellos se gu ard an m uy bien de ia siiiu a r , es una in fam e síco d icia de apoderarse d e su s bienes, es un ateísm o ra b io so que »»odia quan to pertenece á D io s y á su re lig ió n , y es una e n v i- 55dia d evorad ora que los roe- E stas sí q u e son las razon es cohe- »»rentes , dem ostrativas y que v ie n e a ai caso, ( i ) L o s que desean » en riq u ecerse por m edio de injustas rap iñ as , q u e se exterm inen Jila re lig ió n y la m o ra l, y q u e no h aya en el m undo mas. que es­t e l a vo.s « ue suden p ara sus p laceres, son los q u e tie n e a p o d ero - }»sa razó n para g r ita r con tra los f r a i le s , y a segu rar su ru in a y « ex te rm in io . E s una fe lic id a d que las causas que asisten á ios ta- »»les fratrífugos, sean de c a lid ad que no s irv a n para mas q u e p a - j»ra m ostrar su e n v id ia , su a v a r ic ia y su ra b ia ateística , para h a- ?ícer p ú b lico cl m al c a rá cte r de los m alvados , a d q u irirse el c o - jjm u n desprecio , y hacer cl e log io de los fra iles .”

H asta a q u í el artícu lo . S cn u rc en ei a lm a no haber p odido presentarlo en e l castellano con tod a la v iv e z a que tien e en s u o r ig in a l : m as podrá recu rrir á este , e l q u e tanto en e l presente com o en otros im portantísim os a rtícu los q u iera en con trar m ucho* desengaños que necesitam os P or ahora me contento con que V d . y e l público vean q u e nuestros regeneradores y yo estam os hechos reloxes de repetición : sus m ercedes (de bulio) rep itien d o los m is­m os d esa tin o s, con que la filosofìa fran cesa ha puesto en com bus­tión la E u ro p a : y yo reproduciendo lo q u e la verd ad y la ju s t i­c ia han in sp irad o á las len guas y plum as de todos los hom bres de bien. N u evam en te me han llega d o otros papeles q u e b axo este y e l otro aspecto h.icen del estado re g u la r ia a p ología q u e e s , y n o debiera ser necesaria. R em ítem e á e llo s , y á los que es m uy de. esp erar les v a y a n sig u ien d o j porque y a basta p a ra P. D .

E l Rancio.O T R A P . D . H o y 12. de noviem bre he sabido, y v is to quc;

n uestras Ig lesia s se cierran , y que en nuestros conven tos se to­m an precauciones para que cese e l s.aqueo de m ateriales. H a g o la ju s tic ia de d ecirlo , para hacérsela á q u ien h u b iere tenido la de. m andarlo. D el mal el.menos..

( 1 ) Estas.son las que el famoso G allardo llam a razones de los po- ¡(ticos d séanse- filósofos liberóles-^ y la.s que la nación de hoy en ade­lan te podrá llamar G-allardinas : pues se ha hecho digno á que asi se perpetúe su nombre.

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