Del pesebre a la cruz - Raul Ruiz

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DEL PESEBRE A LA CRUZ Por Raúl Ruiz Avila

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DEL PESEBRE A LA CRUZ

Por Raúl Ruiz Avila

La fuente principal donde encontramos una biografía (si así la podemos llamar) de nuestro Señor Jesucristo, está naturalmente en l o s c u a t r o E v a n g e l i o s , e indirectamente en el resto del Nuevo Testamento.

Nacimiento e Infancia

Mateo y Lucas son los dos únicos libros del Nuevo Testamento que presentan detalles del nacimiento de Jesús. Mateo se concentra en la línea de José, mientras que Lucas señala un conocimiento más íntimo de las experiencias de María (y de las de su parienta Elizabet, madre de Juan el Bautista).

Las circunstancias del nacimiento y la i nfanc i a de Jesús contrastan notablemente con el modo sobre-natural de su concepción. Nació en el establo de una posada de Belén, y según la tradición, nació en el año 1 de nuestra era. Augusto, el Emperador, levantó un censo de población y de toda la propiedad como base para reclutar al ejército y para fijar los impuestos.

Cristo nació en los días del rey Herodes (Mt. 2:1) Por el historiador Josefo sabemos que Herodes murió cuatro años antes de la era cristiana; además e l empadronamiento fue hecho mientras Cirenio era gobernador de Siria (Lucas 2:2) Los descubrimientos arqueológicos en Asia Menor nos muestran que Cirenio era gobernador en los años diez a siete antes de la era c r i s t i a n a , y e r a v i r t u a l m e n t e gobernador hasta el año seis.

Por estos datos podemos creer que Cristo nació por el año seis o siete antes de la era cristiana. José era natural de Belén y esa es la razón por la que tuvieron que trasladarse a ese lugar durante esa época. En cuanto a la exactitud de la fecha, donde después de un análisis más cuidadoso, bien podemos fijar la fecha por el 6 ó 7 a.C

Cuando nació el Salvador leemos que los pastores guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado en el campo (Lucas 2:8). Debido al invierno, los pastores no dejaban su ganado a la intemperie, y durante los meses de noviembre hasta el mes de mayo estaban bajo techo. Con esta premisa Cristo no pudo haber nacido en diciembre y se han sugerido otras probables fechas, pero la tradición ha sido más influyente que la exactitud de la fecha del nacimiento de Jesús.

Se crio en el seno de una familia sumamente común en la aldea galilea de Nazaret, donde el padre se dedicaba a la construcción, especialmente en carpintería. Se supone que, siendo joven, Jesús tuvo que asumir las responsabilidades económicas, pues su padre José ya no es mencionado y en la aldea se hablaba de Jesús como “el hijo de María” (Marcos 6:3).

Sostenía a sus cuatro hermanos menores y a un número no especificado de hermanas (Marcos 6:3) (Bajo el evangel io de Marcos, presentaremos el caso de la veracidad de hermanos en lugar de primos)

En cuanto a su educación, debido a las circunstancias económicas, el no tuvo una “educac ión super ior” , s ino solamente la educación normal de un niño judío en la “escuela” o sinagoga del pueblo. Sin embargo Lucas registra que tenía una aptitud poco común para el debate religioso (Lucas 2:42-50) Aparte de eso, no se sabe nada acerca de su infancia.

¿Entonces, qué celebramos en la Navidad y por qué?

Juan 3:16-17 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Sin la cruz, donde pagó Cristo por mis culpas y las tuyas, pierde significado la celebración de la Navidad. Algunos no la entienden porque la Navidad ha sido invadida por tradiciones y hasta supersticiones. Como dice Pablo en I Corintios 1:18:

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” Pablo continúa explicando ahora en Efesios 2:13-16 que Jesús vino para reconciliarnos con Dios

“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los manda-mientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.”

Dios, en Jesucristo, hizo su parte. ¿Qué nos toca hacer a nosotros? Pablo continúa diciendo en 2 Corintios 5:17-21: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo

no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

Reconciliar, según el diccionario de La Lengua Española, quiere decir: “volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos;

Según e l D i cc i onar i o B íb l i c o : “Habiéndose alejado el hombre de Dios, su Creador, al querer ser como Dios y desobedecerlo (Genésis 3:5), la justicia y santidad de Dios debían ser vindicadas (Recuperar lo que a Él le pertenece)… Por la cruz, Cristo quitó el pecado, destruyó la enemistad, estableció la paz y volvió su amistad con el ser humano, no sólo con Dios mismo sino entre los humanos.”

¿Has sido reconciliado con Dios en Cristo? ¿Te has reconciliado con tu cónyuge, con tus hijos, con tu familia, con tus vecinos, con tus compañeros? Si no lo has hecho, esta es la oportunidad de que celebres la navidad reconciliándote con Dios, contigo mismo para que te puedas reconciliar con los demás.

Recordemos que para reconciliar es necesario saber pedir perdón y saber perdonar, como Cristo lo ha hecho contigo y conmigo. ¿Con quiénes quiere Dios que me r e c o n c i l i e ? ________________________________________________________________________________________________________________