Deleuze G H El Estructuralismo y La Hermeneutica en Foucault

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: I ¡ j j 1 1 1 j 1 JI. LA GENEALOGÍA DEL INDIVIDUO MODERNO: LA ANALÍTICA INTERPRETATI VA DEL PODER. LA VERDAD Y EL CUERPO El viraje que proporcionará el marco de los análisis en esta segunda parte es la inversión de la prioridad de la teoría por la práctica. Tanto en su época semiestructuralista como en la postherrne néutica, esto es, en la teoría discur- siva de La arqueología del saber y en el método interpretativo de Vigilar y casti- gar e Historia de la sexualidad, Foucault desarrolla un análisis muy original de la relación entre teoría y práctica. Resulta particularmente dificil desembro- llar estos análisis en virtud de que el objeto de estudio que Foucault analiza y los métodos que emplea tienen relaciones muy complicadas . En cada una de las etapas , Foucault sostiene que las ciencias humanas no proporcionan su propia inteligibilidad . Ni la autoconciencia metodológica de los científi- cos h u manos involucrad os ni la teoría que proponen permiten explicar por qué. en ciertos momentos. se establecen y sobrevi ven cienos tipos de ciencias humanas, y por qué tienen ciertos objetos. sujetos, conceptos y esrrategias . Estas teorías tampoco pueden explicar la matriz institucional en la que las ciencias humanas se desarrollan y terminan por decaer. Sin embargo, los de- talles su perficiales de esras ciencias sociales proporcionan, si se les interpreta correctamente. la clave de lo que realmente está sucediendo. Hemos visto que , según la interpretación de Foucault en la La aroueologia del saber. sus primeras obras estudiaban las teorías de las ciencias humanas como discursos - objeto, mediante un método original que llamamos la do- ble puesta entre paréntesis ortogonal. Buscó hacer inteligible la historia de las cien cias humanas en términos de reglas que, desconocidas para los actores in volucrados: regulan y gobiernan todos sus actos de habla serios. Las prácticas sociales e institucionales. cuya relevancia para las ciencias so- ciales no puede ignorarse. se interpretaban como inteligibles e influyentes sólo en la rned ida en que correspondían a las reglas epistérnicas vigentes . (Desde luego , esto no significa negar que relaciones primarias como las fuer- zas económicas, y relaciones secundarias como las opiniones de los actores sobre sus propias acciones, tienen inteligibilidad e independencia propias.) Así, las prácticas y las teorías de los practicantes de las ciencias humanas es- taban subordinadas a una estructura teórica que las gobernaba.

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Gilles Deleuze realiza un brillante análisis del estructuralismo y la hermenéutica en Michel Foucault

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JI . LA GENEALOGÍA DEL INDIVIDUO MODERNO: LA ANALÍTICAINTERPRETATI VA DEL PODER. LA VERDAD Y EL CUERPO

El viraje que proporcionará el marco de los análisis en esta segunda parte esla inversión de la prioridad de la teoría por la práctica. Tanto en su épocasemiestructuralista como en la postherrnenéutica, esto es, en la teoría discur­siva de La arqueología del sabery en el método interpretativo de Vigilary casti­gar e Historia de la sexualidad, Foucault desarrolla un análisis muy original dela relación entre teoría y práctica. Resulta particularmente dificil desembro­llar estos análisis en virtud de que el objeto de estudio que Foucault analizay los métodos que emplea tienen relaciones muy complicadas. En cada unade las etapas , Foucault sostiene que las ciencias humanas no proporcionansu propia inteligibilidad . Ni la autoconciencia metodológica de los científi­cos h u manos involucrad os ni la teoría que proponen permiten explicar porqué. en ciertos momentos. se establecen y sobreviven cienos tipos de cienciashumanas, y por qué tienen ciertos objetos. sujetos, conceptos y esrrategias .Estas teorías tampoco pueden explicar la matriz institucional en la que lasciencias humanas se desarrollan y terminan por decaer. Sin embargo, los de­talles su perficiales de es ras ciencias sociales proporcionan, si se les interpretacorrectamente. la clave de lo que realmente está sucediendo.

Hemos visto que , según la interpretación de Foucault en la La aroueologiadel saber. sus primeras obras estudiaban las teorías de las ciencias humanasco mo discursos - objeto, mediante un método original que llamamos la do­ble puesta entre paréntesis ortogonal. Buscó hacer inteligible la historiade las ciencias humanas en términos de reglas que, desconocidas para losac to res in volucrados: regulan y gobiernan todos sus actos de habla serios .Las prácticas sociales e institucionales. cuya relevancia para las ciencias so­ciales no puede ignorarse. se interpretaban como inteligibles e influyentessólo en la rned ida en que correspondían a las reglas epistérnicas vigentes .(Desde luego , esto no significa negar que relaciones primarias como las fuer­zas económicas, y relaciones secundarias como las opiniones de los actoressobre sus propias acciones, tienen inteligibilidad e independencia propias.)Así, las prácticas y las teorías de los practicantes de las ciencias humanas es­taban subordinadas a una estructura teórica que las gobernaba.

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Dcllado de la metodología de Foucault, encontramos una refere ncia si­milar de la teoría sobre la práctica. La tarea del arqueólogo es describir,en términos teóricos, las reglas que rigen las prácticas discursivas ..AJ ponerentre paréntesis la. verdad y la seriedad, el arqueól~go pretende o~erar enun nivel que está libre de las influencias de las teanas y de las prácticas que

estudia.Cualquier inteligibilidad que encuentre. pertenece a objetos con los que

no está involucrado de ninguna manera. A diferencia de las teorías que es­tudia, la suya está totalmente libre de lazos institucionales, teóricos e incluso

epistémicos.Como vimos en el capítulo 3, esta doble preferencia de la teoría sobre la

práctica deja sin resolver, y probablemente como algo irresoluble, la cuestiónde la relativa contribución causal de las relaciones primarias, secundarias ydiscursivas a los discursos y las prácticas de las ciencias humanas. Además,lapretensión de que el arqueólogo está totalmente desprendido del ámbito deldiscurso serio de su época vuelve problemáticos el sentido y la pertinenciade su proyecto.

En sus obras ulteriores, Foucault considera que la práctica es, en todos losniveles, más fundamental que la teoría. Afirma de nuevo que no es en lasteorías de las ciencias humanas donde hay que buscar aquella que las hace in­teligibles. Tampoco hayque hallarlo en algún sistema de reglas de formación(este nivel de reglas es simplemente desechado) o en un horizonte de signifi­cación compartido por los participantes. Ahora se trata más bien de ver quelas ciencias h u manas son inteligibles como parte de u n conju n to más vastode prácticas organizadas y organizadoras en cuyo desarrollo desempeñan unpapel clave.

La explicación de Foucault de su propia posición en relación con las cien­cias humanas sufre también una rransformación radical. El investigador noes ya el espectador desprendido de los mo nu rne n tos del discurso mudo.Foucault se da cuenta del hecho de que él mismo --como cualquier ouoinvestigador- está involucrado en las prácticas sociales que estudia y, engran med ida, producido por ellas, y convierte este hecho en tema. (Mástarde, comprenderá que el método utilizado en La arqueología del saber estabamuy influido por el éxito aparente del estructuralisrno en las ciencias huma­nas.) Con el fin de diagnosticar y aprehender la significación de las prácticassociales desde su interior, Foucault introduce el método genealógico. Comoinstrumento que permite alcanzar un grado relativo de desprendimientode las prácticas Y !.as teorías de las ciencias humanas, la arqueología, si bientodavía desempeña un papel importante, se encuentra subordinada a la ge·nealogía.

Así, Foucault inaugura un nuevo nivel de inteligibilidad de las prácticas,un nivel que La teoría no puede atrapar; al mismo tiempo, introduce unnuevo método para "descifrar" el sentido de estas prácticas. Este nuevométodo no sólo le permite subordinar la teoría a la practica, sino tambiénmostrar que la teoría es uno de los componentes esenciales a través de los

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cuales oper3n las prácticas organizador3s. Examinaremos en detalle el modocomo Foucault hace funcionar su método genealógico, yen panicular cómolo utiliza p;:¡ra diagnosticar el desarrollo de lo que llama el bio-poder: unco.njunto.de pr~cricas históri~as qüe produce los objetos humanos que el es­tructuralisrno siste mauza y los sUjetos h u manos que la hermenéu rica explica.

5. LA ANALÍTICA INTERPRETATIVA

Sin entrar en un juego fútil de clasificación de las obras de Foucault ­tempranas, intermedias y tardías-, especialmente tratándose de un corpustodavía tan joven. podemos ver que.desde el principio Foucault utilizó ciertasvariantes de un análisis estricto del discurso (la arqueología) y se interesó demanera más general en lo que cond iciona, limita e institucionaliza las forma­ciones discursivas (la genealogía). En la obra de Foucault nohay prearqueologiay posJ.arqueologíll, o gmeaÚJgia. Sin embargo, el peso y la concepción de estosenfoques ha cambiado durante el desarrollo de su trabajo.

Está claro que, después de mayo de 1968, Jos intereses de Foucault em­pezaron a alejarse del discurso. En todo caso, sin considerar la dinámica dela biografía de Foucault -un tema nada roucaultiano-, es claro que el pro­blema del poder no habíasido tematizada previamente: "lo que faltaba en mitrabajo, era este problema del ·régimen discursivo', de los efectos de poderpropios aljuego enunciativo. Lo confundía demasiado con la sisternaticidad ,la forma teórica o algo como el paradigma. En el punto de confluencia entrela Historia de la locura y Las palabrass lascosas se encontraba, bajo dos aspectosmuy diferentes. ese problema central del poder que yo había por entoncesaislado rnuv mal" (VP, 178-179). Hacia finales de los años setenta, como rnos­trare mos en esta parte, la cuestión del poder ya había sido verdaderamentebien ubicada.

En la lección inaugural que pronuncia en el College de France en 1970, Elorden del discurso, Foucault aborda brevemente la cuestión de la genealogía ysu relación con la arqueología. En ese momento, Foucault todavía intentabamantener su teoría arquelógica, complementándoLa con la genealogía. Estopodría explicar el carácter un tanto confuso de algunas de sus observaciones:

Así deben alternar, apoyarse las unas sobre las otras y complementarse lasdescripciones críticas y las descripciones genealógicas. La parte crítica delanálisis se vincula con los sistemas de desarrolJo del discurso; trata de lo­calizar, de circu nscribi r esos principios de ordenamiento, de e xclusión, deescasez del discurso. Digamos, para jugar con las palabras, que practicauna desenvoltura aplicada. La parte genealógica del análisis se vincula,por el contrario, con las series de la formación efectiva del discurso: tratade captarlo en su poder de afirmación. y por ello entiendo no un poder

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que se opond ría al d e negar, sino el pod er de constituir dominios de obje­lOS. a propósito de los cuales se podrá afirmar o negar unas proposicionesverdaderas o falsas. A estos dominios de objetos los llamamos posirividn.des, y decimos -para Jugar por segu nd a vez con las palabras- que siel estilo crítico es el de la desenvoltura estudiosa, el humor genealógicoserá el de un positivismo dichoso (OD, 129).

Así, Foucault plantea una complementariedad entre la rareza de los e nu n,ciados (cuyas reglas nos dio en La arqueologia del saber) y la formación efectivadel discurso por las prácticas no discursivas. Esta combinación de arquen,logía y genealogía, las cuales alternan, se soportan y se complementan unaa la otra, es, digámoslo, un tanto extraña. Por un lado, tenemos algo quepor definíción carece de sentido y que sin embargo el arqueólogo toma muyen serio. Por oao lado, tenemos algo que es pleno de sentido y serio, yque el genealogista trata con desenvoltura. De ello resulta una especie dedoble distanciamiento. Desde el punto de vista arqueológico, las regulan.dades de la formación discursiva tienen cierta independencia post MC. Delpunto de vista genealógico, Foucault parece concluir, después de haber.rnos.aado que no hay nada subyacente en las apariencias y que la metafísica seacabó, que todo carece de sentido y de seriedad. Ello conduce a una acti­tud curiosa y compleja: hay que tomar en serio el mundo del discurso serio,porque es aquel dentro del cual estamos, y sin embargo no podemos hacerlo,primero porque nos costó mucho trabajo sustraernos a él, y segundo porqueel discurso serio no está fundado.

En Vigilar y castigar y en el primer volumen de Historia de la sexualidad,Foucault invierte directamente la prioridad de la genealogía y la arqueo­logía. Ahora, la genealogía precede a la arqueología. El genealogista esel diagnosticador que examina las relaciones entre el poder, el saber yelcuerpo en la sociedad moderna. (Más adelante regresaremos ampliamentesobre este punto. Con todo, ahora es importante subrayar que la arqueo­logía aún es parte importante de esta empresa.) El arqueólogo tiene todavíaun papel depurador, por debajo de las continuidades de las prácticas cultu­rales que la genealogía aísla. Poner de manifiesto las discontinuidades y loscambios de sentido sigue siendo una tarea importante. Como arqueólogoque ha empezado desde el interior, Foucault puede mantenerse ligeramentea distancia del discurso que estudia y tratarlo como un discurso-objeto. Laarquelogía aún aísla e indica la arbitrariedad del horizonte hermenéuticode sentido. Muestra que lo que aparece como el desarrollo continuo de un.sentido está atravesado por formaciones discursivas discontinuas. Foucaultnos recuerda que las continuidades no revelan ninguna finalidad, ningunasignificación oculta, ninguna certeza metafísica.

La elaboración 'de Foucault de la genealogía constituye el primer granpaso hacia un análisis más satisfactorio y más complejo del poder. Foucaultdio este paso en un ensayo que publica en 1971, intitulado "Nietzsche, lagenealogía, la historia". Como acabamos de ver, Foucault afirmó en ElortUndel discurso, escrito en la misma época, que la genealogía se apoya y se corn-

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ple menta con la arqueología. Por tanto, no debe considerarse que la intro­ducción de la genealogía absorbe todo el arsenal metodológico de Foucault.Sin embargo, resultaría dificil sobrestimar la importancia del ensayo para lacomprensión de la evolución del trabajo que vino después: esta discusión deNietzsche. Contiene todas las semiJJas de su obra de los años setenta.

Esto no quiere decir que Foucault eseé totalmente de acuerdo con Niet­zsche -suponiendo que puede hablarse de acuerdo en relación con un pen­sador tan complejo, elusivo y profundamente antisistemánco como Niet­zsche. AJegamos neutralidad con respecto a la exactitud textual de la lec­tura de Foucault. La interpretación de Nietzsche, una industria florecienteen Francia en los últimos años, es un campo lleno de peligro y lucha; Jo cede­mos a OITOS, mejor armados que nosotros, para concentrarnos en Foucault.Utilizaremos el ensayo sobre Nietzsche para que nos ayude a presentar losgrandes esbozos de la genealogía que aparecen en las principales obras deFoucault de los años setenta, ya inaoducir algunos de sus temas centrales:el poder, el conocimiento y el cuerpo.

Pero, antes que nada, cqu é es la genealogía? La genealogía se opone almétodo histórico tradicional: su meta es "percibir la singularidad de los su­cesos, fuera de toda finalidad monótona" (NCH, 7). Para el genealogista nohay esencias fijas ni leyes subyacentes ni finalidades rnetafísicas. La genea­logía busca dísconúnuídades donde otros encontraron desarrollo continuo.Encuentra recurre nci ( y juego donde otros hallaron progreso y seriedad.Registra el pasado de la humanidad con el fin de desenmascarar los solemneshimnos del progreso. La genealogía evita la búsqueda de la profundidad.En lugar de ello, busca los aspectos superficiales de los acontecimientos, lospequeños detalles, los cambios menores y los contornos sutiles, Huye de la

I pro fu ndidad de los grandes pensadores prod ucidos y venerados por nuestrai tradición: su enemigo número uno es Platón. Como lo expresa Foucault eni un ensayo anterior intitulado "Nietzsche, Freud, Marx", escrito con un ob­~ jerivo distinto: "si el intérprete debe ir él mismo hasta el fondo, como un

excavador, el movimiento de la interpretación (genealógica) es por el con­trario el de un desplome, de un desplome cada vez más elevado, que dejasiempre instalarse bajo él de manera cada vez más visible la profundidad; yahora la profundidad es restituida como secreto absolutamente superficial"(NFM,186-187).

El intérprete como genealogista observa las cosas desde lejos. Descubreque las preguntas tradicionalmente consideradas como las más profundasy las más oscuras, son verdadera y literalmente las más superficiales. Ellono quiere decir desde luego que sean triviales o carezcan de importancia,sino solamente que su sentido se revela en las prácticas de la superficie y

¡ no en las profundidades misteriosas. Por ejemplo, desde El banqueie dePlatón, nuestra civilización considera a Eros como una fuerza profunda ymisteriosa, que sólo los poetas y los profetas son capaces de iluminar y sinembargo es una fuerza que contiene los resortes secretos de la motivaciónhumana.. Asimismo, a lo largo de todo el sigloXIX, la sexualidad era consi-

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derad3 COIII O 13 clave más pro funda d e l sig nificarlo d e un bue n n úmero deprácticas. Vista desde e l pun to d e v is ta ge nea logico . esta ob sesió n por el sen.oda profundo y oculto se.vue h·.e d ir e c ülme nt~ accesible a l observado r. u nave z que el mismo to ma dista ncia de 1:1 c re enc ia cu ltu ral e n e l.sen udo pro.fundo. Lo que parecía ser lo más oc u lto (deb id o a su sup uese.:! Impo n .anci:l)se revela diferente a su apari e nc ia. Su sup uesto ocu lta m ie nt o dese m peñJun papel esencial , q~e es dir ectamente visible u na vez q ue es se.ñ.al ad o por e lgenealogista. La tesis metod o lógica (q ue se ?bse rvJ en los a ná ltS.LS d e ta llado,de Foucault) con siste en qu e, cuand o se m ir a desde la d istancia correcta ycon la visión co rrecta, hay u na p rofunda visibilidad en cada cosa .

El genealogista reconoce qu~ los :e ntidos profu nd os yocu.l tos ,. las cumbresinaccesibles de la verdad , los mte rio res oscuros de la concie ncra so n p u rosar tificios. El escud o d e la ge neaJogia podría llevar la siguiente ins cripción:lucha contra la profund idad, la finali dad y la inter io rid ad . Y su es tandartedesconfía de las identidad es en la his toria ; so n só lo máscaras, llamados a launidad. La verdad más profunda que d ebe re velar el genea logista es "elsecreto de que (las cosas] carecen de ese ncia o qu e su esencia fue co nstr u id apieza por pieza a partir de figuras que le eran extrañas" (NGH , 10).

El genealogista proclama el fin de la filosofía . La interpretación no es eldescubrimiento de u n sentido ocu lto . En" Nie tzsc he , Freud, Marx", Foucauitplantea una tesis similar: "si la interpretación no puede terminarse jamás,es simplemente porque no ha y nada que in te rp re ta r. No hay nad? absolu ­tamente primario qu~ interpretar, pues. en el fondo, todo es ya Interpre­tación" (NFM, 189). Mientras más se interprete, más se descubre, no el sen­tido último de un texto, o del mundo, sino tan sólo otras interpretaciones .

Éstas fueron creadas e impuestas po r otras personas, no por la na tu raleza delas cosas. En est e descu br imi ento de la a usenc ia de fun d a menta, se revelala arbitrariedad in here nte d e la interp re tació n . Ya qu e si no ha y nada q ueinte rpretar, ento nces tod o está abie rto a la interp re tació n; los ún icos lím itesson los que se im po nen de ma nera arbit ra ria. .

Se trata de u na idea que será precisad a a medida q ue avan za el trabajo deFouca u lt, Re n unc ia a ab o rd a r la d esd e un p u nto d e vista filosófi co ge neralpa ra encararla bajo el ángulo d e la genealogía . Si "inte r p re ta r es am p3 rarse,por violencia o subrep ticia mente. de un sis tema de reg las q ue no uene ensí mismo significación ese nc ia l, e im pone r le u na d irección, p leg-arlo a u nanueva voluntad , hac erlo e nt ra r e n o t ro juego, y so me te rlo a reglas sec u nda­rias , entonces el deveni r de la human id ad es u na serie d e int e rp re tacio nes "(NGH,18).1O

,.. Las "reglas" aquí no pue-den refe rir se a las reg las d e form ación estrictas q ue Fo ucault pe nsa bahaber encontrad o en La arr¡w:oIogWdel saber, Estas fuer on definiti vamente ab an donadas . En susoor as anteriores y posterior es. utiliza "regla" y "principio" en una acepci ón más corriente ,o porlo menos de manera típica mente francesa. para referirse a regularidades. normas. co>(oo;,es,co ndi ciones, convenciones, ele . Si bien no se le puede objetar ruda a este uso de "regla, elcual no plantea las dificultades metod ólogicas que se encuenuan en La orrpuow[''a del saber,con Lodo luy un. tendenci a, cuando se utiliza semejante voca bula rio, a cnfa uzar demasiadoaqucllas normas que ptulÚ'>Y e xplicitarse a e xper=s de las que no p ueden serl o . co mo e> el

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La genea logia descr ibe la histo ria de estas interpretaciones . Nos re ve la losun iversa les de nuestro pensamie nto hu manista corno resultado de la apa.rición co n ting e nte de in terp retaciones im p ues tas .

P~ra Nietzsc he , .e n la lectu ra .de Fouca ult' ,la historia es la cr ónica de per­versidad es m ezqu m as , de mterp retaciones imp uestas Con violencia , de in­te nrrones malig nas, de h isto r ias al tiso na n tes tras las cuales se encubren losmo tivos más bajos . Para e l genealogista nietszcheano, 'el fundamento de lamoral, al menos desde Plató n , no se encuentra en la verdad ideal. Se en ­cuentra en pudenda oTigo: "o r íg e nes bajos" de luchas felinas , brutalidad ni­~~, conflictos detestables y co ns ta ntes de voluntades . La historia está hecha

J.- de accidentes , dis persión , aco nt eci m ie ntos fortuitos, mentiras, no tiene nadaque ver can el d esa rro llo descolla nte de la Verdad o conla encarnación con-

~ c:eta d e la Libertad. Para Nietzsche . el genealogista por excelencia , la histo­n a de la verdad es la historia de l error y la arbitrariedad : "La fe sobre la cuald escansa el créd ito que le otorgamos·a la ciencia es todavía una fe metafísica[. . . ] Es la fe cristiana, que era también la d e Platón, según la cual Dios es

i verdad, y verdad divina (. . . ] Pero, cqué sucederá si esta ecuación se vuelve¡ cad a mez menos plausible, si las únicas cosas que aún podemos considerar~ ca.mo divinas son el error, .Ia ceguera y la mentira? ¿Qué sucederá si Dios

1 rrusrno [la verdad] resulta ser nuestra mentira 1TUÍs antigua?" (GeJUawgúJ de lo.moral) .

i Fou caulr el genealogista ya no se ind igna, co mo -Nietzsche , a l descubrir9ue la ?retensión de o bjetivid ad encubre motivaciones subjetivas. Lo que leinteresa e~ el modo como la objetividad científica y las intenciones subjetivasem.e~enJU~tas en un espacio dispuesto no por los individuos sino por laspracticas SOC Ia les.

La tarea del genealog ista , para Foucault , es destruir la p rimacía de loso rígenes, de las verdades in m u ta bles . Bu sca des tru ir las doctrinas d e la evo­lución y d el progreso. U na vez destru idas las s ig n ificacio nes ideales y lasverdades primeras, obse rv a el juego d e las voluntades. Dond e quie ra -queve, encue ntra sumisión , d ominac ión y lucha. Cuando oye hablar del sentid oy del valor, de virtud y bondad , busca estrategias de dominación. U na di.fe re ncia importante entre Nietzsche y Foucault es que, ahí donde Nie tzscheparece fundar con frecuencia la moral y las instituciones sociales en las tá cti­cas de los actores individuales, Foucault despoja totalmente de psicologíaesta concepción yhace de las motivaciones psicológicas no el origen, sino el

Cl50 de normas ad'juirida.s por el aprendizaje y el tipo de ejemplos concretos que Kuhn llamae)Cmplare:s o paradigmas,. Foucault se interesa ahora en el uso de las norm as, reglas y sistemas que, como ya lo ha bía

vis to en Ú2J palabras Y ÚZJ CO=, caracterizan a Las ciencias humanas, ÚCI preocupación ya no '[)e~e nada que ver con el intento anr.erior. de Foucault de encontrar regías que desembocar-íanen una ~orIJl.>.1U<¡aóngeneral .del ~n.sa",:,ento ydel conocimienw(PC, 371) A Foucault ya no leinteresa saber Sl3C puede utilizar, SUl un Juego de palabras , la nOCIÓn de estructur.... : cuestiónque . resulta central si 3C quieren conocer.. . las condiciones y los límites de una formalizaciónJU3ti.ficada"(PC, 370) .

Son precisamente estas reglas formales W que FOUCluJ[ abandona en esta nueva com bina ció nde arq ueologta y ge ne.a.logU .

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resultado de estrategias sin estrategas. En lugar d e orígenes, se n r..idos ocultoso intencio nalidad explícita, Foucault el genealogista encuentra relaciones defuerza que se manifiestan en eventos particulares,en movimientos históricosyen la historia. "No hay que buscar la apropIaCIón estable de una verdado del poder mismo", diría Foucault, como SI una y otro fueran el resultadode motivaciones psicológicas; más bien, hay que concebirlos como una es.crategia que conduce a ver que los efectos de dominación del poder no SOnatribuidos "a una 'apropiación', sino a unas disposiciones, a unas maniobras,a unas tácticas, a unas técnicas, a unos funcionamientos: que se descifra enél una red de relaciones siempre tensas, siempre en actividad" (Ve, 33).

Pueden extraerse varias lecciones de este cambio radical de perspectiva.La primera es que "nadie es [... J responsable de una emergencia; nadiepuede vanagloriarse; ésta se produce siempre en el intersticio" (NGH, 16).Para el genealogista no hay sujeto, individual o colecr..ivo: que n:ueva ~a.his.

toria. La noción no produce sorpresa alguna. Pero la noción de mtersncio essorprendente. EJjuego de fuerzas en cualquier situación histórica particularse hace posible por el espacio que las define. Es este campo, o este claro, loque es primario. Co~o vimos, en La arouelogia del sab.er Fouca~}t ya teníaesta noción de espaCIo o claro en el cual aparecen sUJctos y objetos. Peroluego pensó que este espacio estaba &obe.rnado por u~ sist~~~ ?e reglas queemergen de manera discontinua y sm nmguna otra irueligibilidad. Ahora,este campo o claro es comprend ido como el resu liad°d e prácticas establecí.das desde hace mucho tiempo y como el campo donde éstas operan. Y,desdeluego, en este campo no se observa simplemente la permutación de actos dehabla serios carentes de sentido. Se trata de maniobras sociales que tienengran impo rra nr ia para los involucrados. El genealogista no busca descubrirentidades sustanciales (sujetos, virtudes, fuerzas) o revelar sus relaciones conotras entidades de este tipo. Más bien, estudia el surgimiento de una bao­lla que define y libera un espacio. Los sujetos no preexisten primero y mástarde e ntran en conflicto o armonía. Para la genealogía los sUjetos emergenen un campo de batalla yes ahí, )' sólo ahí, donde d esempe ñan su papel. EJmundo no es una obra que simplemente encubriera una realidad más ver­

dadera quc existe entre bastidores. El mu nclo es tal como aparcce. Ésta esla profundidad de la mirada del genealogista. .

La genealogía puede oponerse a los himnos del progreso 0:1 las finalida­des históricas. y sin embargo, "en un sentido, la obra representada sobre eseteatro sin lugar es siempre la misma: es aquella <¡uc ind efinida me rue repitenlos dominadores y los dominados" (NGH, 16-17). Pero para el genealogista,este d rama no es ni un juego de sentidos, ni u na simple reyerta en una batallade sujetos. Más bien, es el surgimiento de un campo estructural de ~onnic.

tos, en cuyo interior eJ genealogista percibe que la lucha por la dominaciónno es simplemente la relación entre gobernantes y gobernados, dominado­res y dominados: "La relación de dominaci6n tiene tanto de 'relación comoel lugar en la que se ejerce tiene de lugar. Por esto precisamente en cadamomento de la historia, se fija en un ritual; impone obligaciones y dere-

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clios: cOllstituye meticulosos p roccd irnicntos" (NCH, 17). Estos meticulososruuales del poder no son creados por los sujetos, ni son simplemente un con.Junto de relacio nes: tampoco se ~ocali.z.¿¡n fácilmcnte en lugares específicos,ni hay ~n desarrollo h15tór,ICO fácil de identificar que se enr u e nt re detrás desu su rglmlento. El aislamiento de "meticulosos rituales de poder" constituyeI~ base conceptual de una gran parte eJel trabajo posterior de Foucault, Énr Igl!arJ casllgar yen Historia de la sexualidad Foucault identificará lugares es.pecíficos en los que opera.n los rituales de poder ~l Pan6ptica de JeremyBentham ~ el confesionario. Estos lugares le permitirán localiza- y precisarcómo funciona el poder, qué hace y cómo lo hace.

Las reg!~ y las obligaciones que surgen de estos rituales se inscriben enla ley civil, en los códigos morales, en las leyes universales de la humanidad~ue pre~endenmitigar y evitar la violencia que supuestamente e xistiría sin laImpOSICIón desus reglas de civili.zación. Pero, protesta el genealogista, estasnobles expresiones son los medios nusrnos a través de los cuales avanza ladomina~ión. l.a historia no es el rrogreso dela razón universal. Es la obrade los rituales de poder, la marcha de la humanidad de una dominación aatta. "En sí mismas las reglas están vacías, violentas, no finalizadas; estánhechas para servir a esto o aquello; pueden ser empleadas a volu ntad deést~ o de aqué!': (NCH: 17-18). Ciertos grupos se las apropian y les imponensu mterp retar rón particular.

El gen.ealogista escribe historia efectiva, unrkliche Historie. Se opone a u naperspecuva suprahistórica que busca totalizar la historia, seguir su el esa nolloInterno, reconocernos córnod a me nn; en el pasado. ofrecer la segu rid ad deun fin hacia el cual camuia 1;\ historia. "Esta historia eje los histori.ulores seprocura u.n.punto de apoyo ~ue~J del tiempo; pretende juzgarlo tod o segünuna objetividad apocaltpucn (AC": 18·19). La historia efectiva busca, porel corurano, poner todo en 1ll0VIHIlelllO histórico. Todos nuestros idealeseje verdad y de belleza, nuestros cuerpos, nuestros instintos, nueSIIOS semi.nucntos. parecen estar mis allj de I;¡ relat ivid arl LI historia "fecti\'a buscad ísolver esta ilusión recon Iortnnrc de ide nudad, /1 r rncza palidez. Para el ge­nealoglsL: no hay constantes: "nada en el hombre -ni siquiera Sil cllerro-­es lo su Iiciente rue nte fijo para compl endcr a los otros hombres y reconocerseen ellos" (NCH, 18).

EsU! idl'ZI, que Fouruult le atr ibuvc a Nietzsche, representa u no de los punotos de vrsra extremo, sobre la malcnbilid ad del cuerpo. En 1;1 lcct nra deFoucauh, ~Ietzsche parece decir no sólo que el cuelpo ruede ser IItiliz.l<!Oy e xpe runeruado de muchas maneras diferentes y que lo~ deseo.' cambianen virtud eje Ill.terprctacione~ CUIIUr;¡Jes, sino que todo aspecto clel cuerpopue.de s:r n~odlfi(ado totalmente dadas las técnicas apropiadas. y es ir to­davía mas leJOS decir que el cuerpo ni siquiera puede sc rvir COIllO la base delautorreconocimiento. Sartre consideraba, en efecto, <¡ue aun los hábitosdel cuerpo pueden cambiar de manera arbitrar in yo tf)!;¡) d ía J d ia, Nuestratarea no consiste en determinar si \,iclZ.',cilc SOSIU;O alglln:l .. le eSL'lS dos le.SIS de manera consistciuo, ni siqu icra si Ilcg(J a sos!r:nerbs en absoluto. Sin

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(:::..:.=:-: . : ~ :-:: .:C=:.2:' ,~ u e d e ellas surge n tie nen un a im portancia ca pi ta l:;::: ~:_~::..::::::: : :-:7=-'::':· de Fouca ult.. .- .7~ ~ ,¿ :-:- c:~ _ ::::; análisis d el cu erpo como el lugar do nd e se vincu.~ ;:" =--=== ;. :¿~ mis nimia s y locales con la o rg a n iza ció n d el poderz z:-= - .~; ~:." se ::x-uorá en 10 5 sig uientes tr es ca pítulos) , Fo ucault no3 ":'~ := ,-~ . ....;.::~able es realmente el cue rp o humano. Obviamente. ---'-' s: = ::z::L-: :i<G1 ~gún la cua l el cuerpo tiene una estru ctura fijav x=:ñ--c=< 2.~ sólo u n número limitado de disposiciones cu lturalesp~ . -J.C. '-; ;;;¡Q-i3cer. Si tomamos en cuenta la explicación de Foucaults.:i=::= ...== ~D) se ha tratado el cuerpo, el co n tr o l conformador alene ;¡: ~ ~ .>=do ~ la estabilidad d e éste, presuntamente también re­2=- , . <jo~~~ta extrema de Sartre : si el cue r po fuera tan in­=ix. .A~ sería incapaz de organiza rlo y controlarlo a lo largo delri=;;=c ?=;:::!::::::is.:tificil determinar cuál es la pos ición de Fouca ult,

=.:..~ :::::c=rt::saDte abierta a Foucault es la noci ón d e Merleau.?:':!:l :i: j ~_~, o cuerpo vivido, en oposición al cuerpo físico, unad:~~:násimportantes del pensamiento franc és m oderno . Elc=c~=:>c'~ocomo un sistema d e correspond encias entre d iver­ses ::io= Le:a:::i."<I -: diversos cam pos se nsor ia les, pretende da r cu e n ta deb ::::::Iv:::saii:~ toda percepción humana. En la Fenamenologia de la per­u;om- ~-?::cr> argumenta en detalle que hay estructuras tr anscultu­raes ':" m5vrr3<:o campo perceptual, como las co nsta n tes de tamaño, de~ = 2i.=ía entre lo alto y lo bajo, y constantes soc iales, como1;;::w:il= = 5::~Oona a gestos significativos y a la expresión de la cara,~ ~-::ri:ñ:=:DI $C"'...3l. :\ estas constantes las denomina" intercorporeidad ",v ':" --.c..<~ =Ca:; e!!2s corres ponden a estructuras que e xisten e n el cuerpo\~ \O~-?-: J:JIY también proyecta ba, aunque nunca lo llevó a ca bo ,~= =-:Jauras invariantes hasta abarcar las constantes concep­~ TJcSi:J6 .::Jodiciones límites de la variabilidad cultu ral.~ :::ooult recibe la in flue nc ia d e las tesis d e Nietzsche sobre el

c=c. =~ tiene presente la fenomenol ogía del cuerpo d esa rro­nx:..? :-t=:ca-Pon~ ' después de la guerra. Dada su formación como feo.l)"\= 'iD!"'~ ~e suponerse que encuen tra que la importancia que le da:--=eatzx:»: <::;ti jus tificad a, pero que le concede al cuerpo d emasiada2x:::-::tc. ~o.uqo. Por arra pa rte, nos parece que para Foucau lt las in varian ­r=5 ==:::a.es : e ~rer lea u-Ponty son prob ablemente demasiado ge ne ralese:mc := ?":U<=' usarlas pa ra co mp rend er la esp ec ificidad his tórica de las~~:::wi:I;:cxi6D de l cue rpo . Le yen d o a Merleau-Ponry un o nuncaon. ?=:::~ tiene un frente y una espalda y qu e sól o pu ed e ~.acer=-= 1 ~ ::n: esci frente a él, que los cuerpos se mueven co n más facilidad'-30-;; ziearre 0le b.aci:a atrás , q ue normalmente hay una asi rne tr ía entre lai::::::OCciA ., ;.. G<=::eha, etc , Sin embargo, estos h ech os es pecífi cos so bre ~l

o=:::'::un znfzido sin ninguna du da sobre los que desarrollaron las tér ni­

05 -i=:s?ñ--r;-r-Z É= son precisamente las características que interesarían

a Fou cau lt, q uie n se preg u nta cómo e l cue r po puede ser d ivid ido , canso,ru id o y manipulado por la soc ied ad 30

Admiúe nd o que las in variantes del cu erpo pueden d escri birse con una es ­pecificidad m~cho ma }" ~r q.ue la I? grad a ~o r Merleau-Ponty, sigue en p iela pregunta: ( cuál es la ImportanCIa hist órica de tales es tru ctu ras invarian­tes ? U no q u isiera saber en q ué medid a están ternarizadas y qué fun ciónd ese m pe ña n en el despliegu e exitoso de las técnicas disciplinarias. ¿Exis te n ,quizás, otras estructuras semejantes cuyo descubrimie"nto y aplicación tienenconsecuencias sociales importantes? ¿Qué tan invariantes son realmente es­tas estructuras? Foucault podría plantear mejor que nadie estas preguntas

_'Lue surge n de su trabajo ; pero, hasta ahora, ha permanecido en silencio.En tod o cas o , la genealogía tiene como tarea mostrar que "el cuerp o

está tambié n directamente inmerso en UD campo político ; las relaciones depoder opera n sob re él una presa inmedia ta ; lo cercan, lo marcan, lo doma n,lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas ceremo­nias, exigen de él unos signos" (VC , 32). Esto se encuentra directamentevinculad o a l sistema económico , puesto qu e el cuerpo es útil y productivo.~ero no es pos ible hace r trabajar al hombre de manera eficaz y producti vaSInO hasta q ue se encuentre "prendido en un sistema de sujeción (en el q uela necesidad es también un instrumento político meticulosamente dispuesto,calculado y utilizado). El cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es ala vez cuerpo prod uctivo y cuerpo sometido" (VC, 32-33).

Este pasaje in trod uce los temas claves que encontraremos en nuestro análi­sis de Vigilar ycastigar y de Historia dela sexualidad , Uno de los grandes aportesde Foucault ha sido el haber logrado aislar y conceptualizar la manera comoel cuerpo se ha convertid o en un co m po ne n te esencia l de la operación d elas relaciones de poder en la sociedad moderna. Es evidente que el cuerp ose ha visto involucrado en la dinámica política antes de la época mod erna.Por ejemplo , cuando se viol aba la ley bajo el Ancim Rigi7TU , el criminal eratorturado en público. Se trata del "suplicio " que Foucault describe con luj ode detalles . El poder d el so be ra no se inscribía literal y públicamente so ­bre el cuerpo del criminal , de la manera más controlad a, más teatral y m ásminuciosa que pueda imaginarse . Bajo nuestros regímenes modernos, elcuerpo sigue dese m pe ña nd o un papel extremadamente importante . Másad ela nte e xa minare mos e n d e ta lle las descripciones m inu ciosas del genealo- ·gista del mod o como el cuerp o ha sid o utilizado como co m pone n te integralde~ despl iegue y localización del poder moderno. Por ah ora, sin embarg o ,es Importan te señalar el aislamiento metod ológico -es decir, genealógico-­del cuerpo en el e n foq ue de Foucau lt, Nos d ice: "puede existir un 'sa ­ber' del cu e rp o q ue n o es exac ta me nte la ciencia de su fun cionamiento, y undominio d e su s fuerzas que es más que la ca pacid ad de vencerlas: este saber

30 Véase so bre e ste p un to, The H uman Bod] aJ 1'" Ma1<ria.I Subj« ' af l/l< Wer/d, de Sarnuel Todes(Tesis doctoral de la Universidad de Harvard, [96:1), así co mo su artículo "Cornpararive Phe ­nomenology of Per ce ption and lmaginaeon, Part 1: Perceprion" )Journo.ief Existeruialism; pri­rnaver a 1966 ).

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• y este dominio constituyen lo que podría llamarse la tecnología política delcuerpo" (Ve, 33). Foucault ha aislado un instru rne nt o de enorme importan.cia, Como vimos en el capítulo 1, tanto en Historia de la locura como en Elnacimiento de la clinu:a, Foucault empezó a analizar las interrelaciones entreel saber biológico y el poder moderno . Desde entonces ha ampliado y pre.cisado su enfoque. Desde el comienzo se interesó en el cuerpo tal como éstees investigado directamente por los científicos yen el poder que reside enlas instituciones especializadas . Más recientemente, ha reconocido que estapotente combinación de saber y poder, local izada en el cuerpo, es de hechoun mecanismo general de poder de la mayor importancia p3r3 la sociedadoccidental.

Es necesario por ahora aclarar otro punto. Una parte de la genialidad-yde la dificultad- del trabajo de Foucau lt reside en su rechazo sistemáticoa aceptar las categorías sociológicas COIllU nes , La tecnología política delcuerpo --el entrecruzamiento de relaciones de poder con el saber y el cuer­po-- no puede encontrarse en una sola institución ni en un único aparatode poder, esto es. el Estado . A ?e5ar de que muestre un interés cada vezmayor en lo que se llama comúnmente análisis institucional . no se concen­tra nunca en las !~stituciones perse. sino en el crecimiento de las tecnologíasde poder. La prisión constituye una parte importante de esa historia, perono es idéntica a eUa ni tiene la misma extensión que ella. Es evidente queFoucault piensa que la prisión y el Estado desempeñan papeles importantesen la articulación de las relaciones modernas de poder. Pero busca aislarlos mecanismos específicos de la tecnología a través de los cuales el poder searticula d e hecho con el cuerpo.

Foucau!t intenta escribir la histor ia efecti va de la aparición. la articulacióny el despliegue de estas tecnolog ías políticas del cuerpo . Al hacerlo, dcscri­birá en detalle las intercone xiones de mies tecnolog ías con el Estado y coninstituciones específicas. Con tod o, es tas conexiones no son nunca el ver­dadero escenario de su estudio . Como él señala, no es posible localizar latecnología política del cuerpo "ni en un tipo definido de institución, ni en

un aparaw estatal. Éstos recurren a ella ; utilizan, valorizan e imponen al­gunos de sus procedimientos . Pero ella misma , en sus mecanismos y susefectos, se sitúa en un nivel rnuv distinto. Se trata en cierto modo de una mi­crofísica del poderque los aparatos y las instituciones ponen en juego, perocu.yo campo de validez se sitúa en cierto modo entre esos grandes funciona­rruentos y los propIos cuerpos con su materialidad v su fuerza" (Ve, 33). Esnecesario insistir en la originalidad de la perspectiva que aquí nos presentaFoucault, .P re te nd e h.aber aislado el mecanismo a través del cual opera el po­der: los rituales meticulosos del poder. Afirma haber encontrado la formaen que se ubica el poder: la tecnología política del cuerpo . También afirmahaber revelado la dinámica del funcionamiento del poder: una microfísicar J poder. Sobre este puntO, Foucault es e xcesivamente metafórico; faltaver exactamente qué es una microfísica y cómo opera. La geneJlogía aún seencuentra en proceso de ser formulada .

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Foucault cierra "Nietzsche , la genealogía , la historia" con la cuestión delsaber. Para el genealogista. el saber se encuentra totalmente arrapado enel conflicto mezquino de las relaciones de dominación. El saber no ofreceu na salida; más bien, agrava los peligros a los cuajes nos errfrentamos. "Enlugar de que el saber se distancie poco a poco de sus raíces empíricas, o delas primeras necesidades que lo han hecho nacer. para convertirse en puraespecu lación sornetid a a las solas exigencias de la razón [... J, implica u n en­carnizamiento siempre mayor [. . . J; las religiones exigian en qtro tiempo elsacrificio del cuerpo humano; el saber exige hoy hacer experiencias sobrenosotros mismos. exige el sacrificio del sujeto de conocimiento" (NGH, 28).Todos los dominios están ahora potencialmente abiertos a la investigacióncientifica.vDe ahí se sigue que todo está potencialmente atrapado en las re­des del poder, las cuales. como vimos. están cada vez más interconectadascon el avance del saber. Estamos a puntO de sacrificarnos a nuestra mentiramás profunda: nuestra creencia de que el saber existe separado del poder.Foucault cita a Nietzsche a propósito de "la idea de la humanidad que sesacrifica a sí misma. Se puede jurar que si afguna vez la constelación de estaidea aparece en el horizonte , el conocimiento de la verdad seguirá siendo elúnico objetivo gigantesco al que un sacrificio semejante sería proporcionado.porque para el conocimiento ningún sacrificio es nunca demasiado grande"(NGH. 29). En los siguientes tres cápírulos exploraremos el desarrollo dcta­Uado de Foucault de esta id ea nietzscheana .

Si hay otro tema en la obra reciente de Foucault que tenga tanta impar.tancia como el del cuerpo, es la idea de que el poder y el saber no son e xter­nos el uno al otro. Operan en la historia según un proceso de fecundaciónrecíproca. Ninguno puede ser explicado en términos del otro ni reducidoaloao. Por muchos motivos. ésta es la d imensión más radical de la obrade Foucault, Si bien indiscutiblemente añade una complejidad y un refina­miento nuevos a nuestra comprensión dcllugar d el cue rpo en la historia, noes probable que suscite demasiada oposición una vez que ha sido compren­dido. De hecho. es más probable que genere más investigación. tesis masivas .Pero parece claro que Jos vínculos internos entre saber }' poder son de unorden mucho menos fárilrne nte asimilable. pues no se trata meramente decambiar la dirección de nuestras investigaciones históricas. antropológicas ysociológicas, sino de poner en cuestión la objetividad de tales investigaciones.

En Vigilar), casiigar se expone el reto de una manera tentativa y un tantotímida: "Quiza haya que renunciar también a roda una tradición que dejaimaginar que no puede existir 1In saber sino aUí donde se hallan suspendi­das las relaciones de poder, y que el saber no puede desarrollarse al margende sus conminaciones, de sus exigencias y de sus iutereses" (Ve, 31). Debedecirse en seguida que no se trata aquí de una simple variante de la socio­logía del conocimiento, ni de un análisis marxista de las condiciones de claseque determinan la producción y la recepción del saber. Es mucho más radi­cal }' de mayor alcance que ambos. a pesar de que evidentemente surge de

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estaS tradiciones -que la reflexión de Foucault sob re Ni etzsche cuestiona yrad icaliza así :

Hay que admitir [. . . ] que poder y saber se implican directamente el un oal otro; que no existe relación d e poder sin constitución correlativa deun campo de saber ni de saber que no suponga y no constituya al mismotiempo unas relaciones de poder. Estas re laciones de "pod e r-sa be r" nose pueden analizar a partir de un sujeto de conocimiento que sería libreo no en relación con el sistema de poder; sino q ue ha y q ue considerar,por Jo contrario, que ~l ~ujeto que conoce , los objetos que c?noc~ y~modalidades de conocimiento son otros tantos efectos de esas ImplIcaclO­nes fundamentales del poder saber y de sus transformaciones históricas.En suma, no es la actividad de! sujeto de conocimiento lo que produciríaun saber, útil o reacio al poder, sino que e! peder sabe r, los procesos ylas luchas que lo atraviesan y que lo constitu yen, son los que determinanlas fo rmas, así como también Jos d ominios pos ibles d el co no cim ie nto (Ve,34-35).

En un sentido, esta relación interna del poder y el saber será e! tema delresto de nuesrro libro . . \

Una vez más, es importante tener claro el nivel en e l cua l Foucault lleva acabo su análisis, ya que se le ha comprendido mal en este punto. Su análi ­sis de la tecnología política del cu erpo se propone aislar un n ivel e n tre elcuerpo, en su fu ncio na m ie nto biol ógico, y Jos aparatos institucionales de lafuerza . Así, también, Foucault se interesa en aisl ar las relaciones que se danentre saber y poder encienos tip os de cie ncias . En una entrevista de 1976in ti tu lad a "Verdad y poder" plantea el problema en estos términos :

"si a una ciencía como la física teórica o como la química orgánica sele plantea el problema de sus relaciones co n las es tru cturas polfticas yecon6m icas de la sociedad, ¿no se plantea un p ro ble ma demasiado com­plicad o? ¿N o se sitúa d e mas iado alto el umbral d e la explicación posible ?Si, por el contrario, se toma un sa be r como la psiquiatría, é no será mu ­ch o más fácil d e resolver la cues ti ón dado que el perfil epistemológico dela psiqu iatría es bajo y que la práctic a psiq uiátrica está ligada a tod a u.naserie de ins ti tu cio nes, de exigen cias econó micas inmed iatas, de urgenCIaspolíticas de regulaciones sociales? En el caso de una ciencia tan "dud osa"como la psiquiatría, éno se podría captar de forma más cie rta el entrecru­zamiento de los efectos del saber y de poder? (VP, 175- 176, trad. mod .).

Fou ca ult no e xclu ye la e xis te ncia de rela ciones entre la fisica teórica y lasoc iedad, sin o que -sugiere que no se pueden ca ptar de manera fácil y d i­recta , si nos interesamos en los conceptos y leyes de la física en cuanto tales)' no meramente en sus usos tecnológi cos. Más bie n, Fou cau It co nce ~ rra .suatenci ón casi exclusivamente en esas cien cias dud osas que son las cie nciassociales .

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Como vim os en el ca p ít u lo 3, Foucault está de acuerdo co n Nietzsch ey co n Heid egge r en que en cualquier époc.a dada, las ~rácti:as ~~ltural.es

determinan lo que se considerará com~ objeto de una lIlvesugaClO~ sena .Per o Foucault quiere establecer una distinción ~mp~r.tan~..ent:e l.os ~pos deprácticas y los tipos de objetos que cada prácncas I~bera , SI, siguiendo aFou cault, eliminamos las prácticas cotid ía nas ys.us ob jetos de nuestro camp.ode inves tig a ció n , nos quedan dos categorfas ~ls.nn.tas: por un Jad o, las ~r~cn ­

cas y objetos relativamente estables de ~sas ,d LSClp lm as que K~~ n llama cien­cias no rmales" y que Foucault llama ciencras que ha.n adqull:do el e:sta~uto

de cientificidad (A S, 240), Ypor otro lado, las prácticas y objetos cambian---t-es de las ciencias que no han adquiri.do :ste estatuto. Esta segu~da cate­goría incluye, por lo menos, ciertas ciencias como la . me ~:o ro logJa . ,d~ ~

cuales puede pre:sumirse que están en vías de normall~clOn, .Y las dl~lpli­

nas dudosas como las ciencias humanas, las cuales. segun el diagn óstico deFoucault, ni siquiera avanzan hacia la normalid ad . Vim os en Las palatrr.as yÚlS

cosas que, se gún Foucau lt, las ciencias del hombre, atT?padas en los di versosd obles , sencillamente no pueden volverse normales . Sin embargo e llo no.ex­clu ye la p osib ilidad de que algún arra estudio de los seres huma~os pudieraconvertirse en una ciencia normal. aunque esto sea altamente Improbablesi se consideran los recientes análisis de Foucault sobre las relaciones de lasCiencias humanas con el poder. .. .

Puesto que , para Foucault, las ciencta.: naturales, tuvieron lAmblé~ su o ri­gen en las prácticas d e ins ti tu cio nes soclal.es e:speClficas . u no dese~na sabersi las cie ncias humanas pueden. ellas tamblé~, liberars e de su relacl~n con elpoder. Y si no es así, ¿por q.ué no? En cu~Jquler. c~, es Foucault 9u len debeex plicarnos por qué consideramos que CIertas ciencias. como la física , son ca­pa ce:s de revelarnos una especie de verdad sobre la ?aturaleza de .las cosas,aunque se producen y se utilizan en un contex.to SOCIal, y po.r qu.é J3m~ lle ­garemos a tomar al pie de la letra las afirmaciones de. las .ClenClas sociales,La d iferencia no puede consistir tan sólo en que las ciencias naru rales nospermiten ejercer mucho poder y control. . . . .

La tesis de Foucault es precisamente que las ciencias SOCIAles también d a nlugar a tecnol ogías exrremadamente efectivas. Ta~poco podemos a~gu­

mentar que cualqu ier ciencia que e:sca~a .a la matriz del poder adquiereautomáticamente plausibilidad : la alqu imi a no es más v~ .rd ad e ~a por serpolíticamente irrelevante. Nos gu~ta~a que .Fo uca u lt ~os ~lJe:.a mas so~re elmodo como llega a distinguir las crencias serias de las ciencias dudosas y dequé modo considera que las ciencias normales so n cap~ces d.e ser ~e rd ad e~.

Para Fo ucault, parece necesario observar la forrr~aclón d iscursiva específi­ca , su his toria y su Jugar en el contexto más amplio del pod:r. para poderevaluar su pretensión de describir la realidad . Ya sea que anali~em?s.p:?PO­

siciones de la fisica o de la frenología, sus titu imos su aparente me.c:ligib~dad

int erna p or una diferente, a saber, su lugar dentro de la formación discur-

siva . Ésta es la tarea de la arqueología. Pero, dado que la arqueología hapuesto entre paréntesis la verdad y el sentido, no puede decirnos nada más.

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La :1 rr¡uelogíLl es siempre una técnica q\le- puede liberarnos de una creenciarc:siduaJ en nuestro acceso directo a los objetos : en cada caso es necesariovencer la "tiranía del referente". Sin nllb:ugn. cuando se añade la genea-

. logía se introduce un tercer nivel de imeligiliilill;:¡d y diferenciación. Unavez r¡ue la nr qucología cumple con su tarea, el genc;¡lo'gista puede preguntarc~áJes son los papeles histórico~ y políticos r¡lJe estas ciencias dese rnpe ñanSI se establece que una formación uISC11rSl\'3 particu lar no ha sido c3paz dentravesar el u mhral de 13 episte mologiznción. entonces la arqueología nospernJ~te ~regllnClrnos cuál es el papel que desempeña esta pseudociencia,esta ciencra dudosa, en el contexto más amplio. Esto no prueba que la físicaes "ve rdud crn" en algún sentido realista ni que las ciencias humanas son"falsas" en virtud de que sufren la contaminación fatal de la sociedad. Perosí. nos p~oporci~na un dispositivo por rned io del cual pod emos empezar adiferenciar y ubicar las funciones de los diferentes tipos de discurso.

Esto nos c.onuuc: a pr:guntar cuáles son las funciones que desempeñanestas formaciones discursivas, lo cual, 3 su vez, nos lleva a plantear cuestionesmás generales sobre el poder y sus relaciones con el conocimiento:

"La verdad no está fuera del poder ni sin poder [... J La verdad es de estemu.ndo; e~tá produc~da aquí gracias a rnúluples imposiciones [... J Cadasociedad tiene su régimen de verdad, su "polft.icageneral de verdad" [... ]Existe un combate "por la verdad", o JI menos "alrededor de la verdad":-U1l3 vez más entiéndase bien que por verdad no quiero decir "el con­junf? de cosas verdaderas que hay que descubrir o hacer aceptar", sino "elconju nto de reglas según las cuales se discrimina lo verdadero de lo falsoy se ligan a 'Jo verdadero' efectos específicos de poder" (VP, 187.188).

Para que esta ~trategia fu ncione, Foucau It debe proporcionarnos una in­tcrpretación rad icalme nte nueva del poder y del saber: una interpretaciónque no vea al poder como una posesión que un grupo detenta y del que otrocarece: <'[ue no vea el saber como objetivo o subjet.ivo, sino como un compo­nente central de la transformación histórica de diversos regímenes de podery verdad. Esto es, exactamente, 10 que la genealogb intenta proporcionar.

La historio del presente y la analúica mterpreuitiua

~tes de entrar en les detalles del análisis de Foucault del poder moderno,es Importa~t~ .introducir un último tema. Así como Foucault emplea unnivel d~ an~llSls novedoso, también su manera de emprender la escriturade la,hLStona. es poco ortodoxa. Con el fin de evitar los malentendidos quepodnan susc~tar el ~royecto de Foucault y la interpretación que hacemos deél, es ne.cesano precisar qué tipo de análisis histórico trata de forjar FoucaulL

E,~ VIgilar y castIgar Foucault dice: "De esa prisión, con todos Jos asediospolmcos del cuerpo que en su arquitectura cerrnd a reúne es de 13 que qui­siera hacer la historia. ¿Por puro an"cronismo? No, si se entiende por ello

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hacer la historia del pnsauo en los términos del presente. Si, si se cnucndepor ello hacer la h istor ia del presente" (Fe, 37). En esta dccl.uarión délficafou:alllt .h3cc una d istincio n importante No intenta captar el sentido o la~Ignl(jcaclón tle u na época pasada ni formarse el cuadro tomplero de unaepoca, o persona, o institución. No~usca descubrir las leyes subyacente dela h,lStona. Tampoco Interpreta los Intereses presentes, las instituciones lapolJ~ca actual en función de J;¡ historia pasada, de épocas anteriores, pre­tendiendo dc~cubrir qu: estas il1Stitllcion~ contenían y~ entonces algo se­mCjante a su ImportanCia Jct\1:11. Ello se na cometer el bien conocido errordel. "preseruismo" en los análisis históricos. En J;¡ falacia presentista, el his­tonad or toma un mod elo o u 11 concepto, una institución, u n sentimiento? un sírr:bo1o de su presente y proc\1fa -casi por definición de manerainadvertida-e- hallar.l'jue tenía un sentj~o paralelo en el pasado. Puede penosarse ~~ el etnocentnsmo como OLT;¡ variante comú n de este error. Por ejern­~I~, SI Intentáramos interpretar el cristianismo medieval o un rito primitivounlcam.erte en términos de psicología ind ivi.Junl, sin tomar en cuenta la re·alidad jerárquica y cosmológica, est;..irtarnos "escribiendo la historia del pa.sado en términos del presente". .

El reverso ue la moneda prcsen tista pod ría llamarse finalismo. Se trata deltipo de historia que encuentra el núcleo del presente en algún punto uistantedel pasado, pJra mostrar luego la necesidad finJliz.lda del desarrollo desdeese punto hasta el presente. Todo lo r¡ue t'I\O lugJr entre esos dos extremosq~leda retomado por esta progresión, o bien abandonado en la resaca, J me­d ida que el espíritu histórico del mundo diferencia e individualiza Jo que escentral <le lo (]ue es periférico. Todo tiene un sentido, un lugJr; todo se sitúaen relación con la meta final qne 1:1 historia alcanzará. Ho'y la ma vor ía de losh.lStorJadores están de acuerdo en que el present.ismo y el finalisrnoson ~i·

CIOS r¡ue deben evitarse. Reconocen que un interés contemporáneo --comoel medio ainbie nre, la familia o IJ prisión- puede ser el acicate para inte­n;¡gar el pasado de nuevas maneras. Pero incluso esta concesión es historiatrad icio nal. 0:0 es esto lo r¡ue Foucault hace.

"Escribir la historia del presente" es otro asumo. Este enfoque comienzade manera e xplícita y autorefle xivarue nte con un diagnóstico de la situaciónpresente. S~I or~enülción es inequívoca y desvergonzadamente contempo­ránea. El historiador localiza IJS manifestaciones agudas de un particular"ritual meticuloso de poder" o de una "tecnología política del cuerpo" paraver dónde surgieron, tornaron forma, adquirieron importancia, etc. Porejemplo, en Historia de la sexualidad, FOUCJlllt aísla la confesión como un im­porü!nte ritual de poder en el cual se forjó una específica tecnología delcuerpo: Puesto r¡ue esto es genealogía, no se encontrará unasimple unidadde sentido o de función ni una significación inmutable. Como lo demuestra~OUC3UIr, ~a confesj~n no ren~a en el siglo XIII, en el siglo X V II o en el.sigloXIX el rmsmo sentido que nene en la época actual. Todavía es más impar.tante para nuestro propósito actual que FOUCJult no intente proporcionarun cuad ro completo de, digamos, la sociedad del siglo X VII. No intenta

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ofrecernos una historia tradicion al para d espu és plantear la p regunta : dadaesa historia, (q ué significa la confesión para nosotros) Más bien , nos diceque la co nfesió n es un componente vital del pod er moderno . Yen seguidapregunta: éc órno Uegamos aqu í? Y p uede resp onder: "Este proyecto deu na 'puesta en disc urso' del sex o se había formado ha ce mucho tiempo, enu na rrad ición ascéti ca y monástica. El siglo X V JI lo co nvirti ó en u na reg lapara todos. Se d irá qu e, en real idad , no pod ía aplica rse si no a una red u.cidísima élite [. .. J Se plantea un impera tivo (.. . J La pas to ra l cris tia na hainscrito com o deber fundamental lle var todo lo tocante al sexo al mo lino sinfin de la palabra" (HS, 29). Foucault no está haciendo la h istoria del sigloX VII. Ni siquiera afirma que este imperativo tuviese entonces u na gran im­portancia. En lugar de ello , aísla los componentes esenciales de la tecnologíapolítica de hoy y sigue su desarrollo en la historia. Foucault escribe la his­toria de la confesión en el siglo XVII con el fin de escribir una "historía delpresente" .

Es importante destacar dos puntos . Primero, esta posición no implica quecualquier construcción arbitraria bas caría . Foucault intenta de manera de­finitiva analizar y comprender la confesión ; se pregunta qué era en épocasanteriores yen qué se ha convertido en la actualidad . No afirma que si uno seinteresa primordialmente en el sigloX VII, entonces debe tomar en cuentala confesión. La mayoría de los temas que abarca eran periféricos y relativa­mente menores en épocas anteriores ; d e hecho, ésta es su tesis. Ha elegidoesos temas en virtud de sus intereses actuales y porque posteriormente estosasuntos se vieron implicados hasta cierto punto en formas de poder. PerolAmpoco quiere cometer la falacia presentista de afirmar que en virtud deque escribe la historia del presente, es libre de proyectar sobre la historia lossentidos del pres.ente . .

Segundo, el genealogista , ha biendo destru ido el proyecto d e escribir unahistoria "verdadera" del pasado- va no pued e recurrir a su comod idad . Lateoría de la correspo nd encia de la realidad está muerta . La búsqueda de fi­nalid ades de be ría term ina r. En consecuencia, Foucault no puede p re tend erpropo rciona rn os una h istoria verdadera del pasad o, en el se ntido de unahistoria totalm ente ade cuada al pasado, qu e lo rep resente correctamente,que proporci one el cuadro co mpl eto . La demostración genealógica d e Fou­cau lt de su p rop io involucra mien to y de su propio inte nto pragmáoco loalejan de lo que pa ra él es parte de l problema : la his toria tr adi cion al.

Podría p:ue<: er que el abandono d el an álisis objetivo y totalizad o r condu cea una especie de subjetivismo . Foucault neutra liza esta amenaza concen­trando sus esfuerzos en escribir la genealogía del sujeto modern o. Como éldice, "es preciso desembarazarse del suj eto cons titu yente, d esembarazarsedel sujeto mismo, ~s de cir, Uegar a un análisis que pueda dar cuenta de laco ns tituc ión del sujeto en la trama histórica" ( VP, 181). Foucault ded icó unagran parte de su trabajo de los años 1970 a construir un a e xplicación dellu­gar del sujeto, del subjetivismo y de! individuo moderno . El tema central dela genealogía de Fou caultconsiste ah ora en mostrar el desarrollo de técnicas

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de pod er d irigid as a los ind ivid uos . "El individuo es sin duda el átomo fic­oc io de un a representaci ón 'id eológica' de la soc ied ad ; pero es tamb ién un area lidad fabric ad a por esa tec no logía específica de poder que se llama la 'dis­cip lina' " (VC, 198). Foucaul t !Tató de aisla r do s te n de nc i~ (cu yo desarrollosegui re mos paso a pas o e n los sig uien tes cap ítulos) : primero, la genealogíad e las te nd e ncias de objetivac ión e n nuestra cultura, y segundo, la genea­logía de las p rácticas d e su bjeti vación, que han re cibido una prominencia yu na imp o rtan cia crec ien tes en los últimos añ os . En suma. Foucault bUS{3construir un modo de análisis de las prácticas culturales que, en nuestra cul­tura, han servido para formar al ind ivid uo moderno en cuanto sujeto yen9l.~m? objeto.

Foucau lt concentra su análisis en las prácticas culturales en las que se cru­zan el poder y el saber, yen que se modela nuestra comprensión del indivi­duo, de la sociedad y de las ciencias hu manas. Su estrategia de in vestigaciónes la siguiente: estud iar aquellas ciencias dudosas, completamente atrapadase n prácticas culturales , que a pesar d e sus ortodoxias no muestran ningunaseñal de convertirse en cien cias normales; estudiarlas con un mé todo querevela que la verdad misma es un componente central del.poder moderno.Así , habiend o eliminado todos los otros métodos. Foucault utiliza el únicoque queda : una interpretación histórica, orientada pragmáticamente.

Para hacer esto, intrcd uce otro término técnico: disposai] [dispositivoJ.Aquí hay un salto, seguramente intencional. Creo que valdría la pena tra­ducir el fragmento faltante , poniendo una nota de traductor para aclararlo que sea necesa rio. A pesar de no haber e xp licad o qué entiende exacta­mente por "d ispositivo", el dominio al cual se refiere es relativamente claro .El dispositivo se distingue de la episteme primariamente porque engloba tantolas prácticas no discursivas como las discursivas . El "d ispositivo " es defini­tivam ente heterogéneo: incluye "discursos, instituciones, disposiciones ar­quitectónicas , reglas, leyes , medidas administrativas , enunciados científicos,pr op osicion es filosóficas , la moralidad , la filanrropla , etc." (CF, 194) . A par­tir de estos co mpone ntes des igua les, se trata de establece r un conju nto derelaciones flexi bles y de fusionarlas en un solo aparato con e l fin d e aislarun problema histórico esp ecífico . Este aparato re úne al poder y al sabe r enuna red es pecífica d e análisis . Foucault define el "d ispositivo" co mo aquelloque resulta cuando se logra aislar "las estrategias de las relaciones de fuerzaque subyacen al saber y a la inversa" . Pero no define con cla rid ad los límitesde esta técn ica: édeben tomarse en cuenca ciertos componentes necesarios ?¿Debe observarse un requisito de complejidad en esta red ? ¿Hay un límiteen el tipo de prácticas que pueden ana lizarse ?

Este dispositivo es, desde luego, una red de análisis construida por el his­toriad or. Pero es también las prácticas mismas , que actúan como aparatO,co mo instrumento, para constituir y orga nizar a los sujetos. Foucau lt buscaaislar y determinar precisamente el cipo de inteligibilidad de las prácticas. Elp roblema es el siguiente: cómo ubicar y comprender un conj unto de prácti­cas coherentes que organizan la realidad social, sin recurrir para nada a un

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sujeto rou-, illl lente (o a u na serie de P raer icanrcs), a leyes olJ,jC{ ivas o ;11 tipode reg}¡¡~ I]IIC Foucault una vez pensó quc evitaban estas alternativas. Laintroducción del dispositivo es un intento inicial por P;¡r!C: de Foucault paranombrar o al menos para señalar el problema.

Tal vez sea más fác iJ comprender lo que quiere decir Foucault con u n ejem­plo, Freud, nos dice Foucault, era un estudiante aplicado en la clínica deCharcoL Charcot llevaba a cabo amplios experimentos médicos sobre la se­xualidad, en particular la de las mujeres histéricas. Con el fin de e xcitarlas,se les daba nitrato de arnilo. y después eran conducidas ante Ch arcot y susinternos donde expresaban sin inh ibicio nes sus fantasías y hablaban libre­mente de ellas. Bajo la dirección de Charcot, se representaba todo un dramaritual. La sexualidad no era algo oculto o disimulado tras el espectáculopuesto en escena por los buenos doctores. El d escu brirnicruo de Frcud , suavance, no era la dimensión sexual en sí; Charcot ya la había descubierto.La originalidad de Freud consistió en tomar estas representaciones seria ysimbólicamente. Comprendió que debían ser interpretadas respecto de susentido. De ahí La mterpretacion de los sueños, que, como dice foucault, esalgo totalmente distinto de una etiología de la neurosis. Dicho de manera es­quemática, Charcot buscaba la causa objetiva d e esas acciones; Frcud vio quelas intenciones ocultas del actor debían interpretarse si quer íarnos compren·der lo que estaba sucediendo. Foucault lieva este proceso un paso más ade­lante: "Considero primero el dispositivo d~ la sexualidad, un dato históricofundamental, que es el punto de partida obligatorio tic toda discusión sobreestos problemas. Lo examino cuidadosameme y lo tomo al pie de la letra.No me coloco fuera de él, porque ello no es posible, y al proceder así, meveo conducido a otras cosas" (CF, 218), En este ejemplo, esas otras cosas noson las causas objetivas de la neurosis sexual ni las inte nc io ncs ocultas delas mujeres histéricas, sino la organización, la coherencia y la inteligibilidadde todas las prácticas que componen las representaciones en la clínica deCharcot, Foucault bUSCJ analizar qué es exactamente Jo que estas prácticashacen.

Foucault llama a esto descifrarniento. Pero esta palabra todavía evoca de­masiado el análisis de un código que, carente en sí mismo de sentido, subvacea las prácticas y les confiere la coherencia que tienen. Preferimos llamar Jimétodo de Foucault analítica interp retativa. Nuestro uso de aualitica siguey desarrolla una línea que se inicia con la analítica trascendental de KaIH yes repensada en la analítica existencial de El sery el tiempo Kant problema.tizó el pe nsamiento de la Ilustración buscando las condiciones ele posibilidady las limitaciones del análisis racional. Heidegger problematizó el esfuerzomoderno de encontrar un fundamento trascendental en el sujcto de conoci­miento, investigando las condiciones existenciales, ah istóricas )' ua nscultu­rales de la autocomprensión humana. Tanto Kant como Heidegger dabanpor supuesta la importancia del estudio de los seres h urnanos. Ambos pre­te nd tan formular una teoría universal y conocer las fuentes y usos legítimosde los conceptos presupuestos por sus predecesores. Fcucault ;¡ceptJ este

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proyecto pero rechaza el intento de enc?mrar un fundamento universal enel pensamiento o en el Ser. Hoy, la analirica d ebe encontrar una manera (le­tomar en serio los problemas y las he rramie ntas conceptuales del pasado,pero no las soluciones y r onr lusio nes ~asadas en .~Ios. Fo~cault \COnl? mástarde Heidegger) reemplaza la ontología por un upo especial de historia quese centra en las prácticas culturales que flan hecho de nO,sotros lo qlle somos.

Nuestro uso de inleTprelación desarrolla una línea que comenzó con el con­cepto de genealogía de Nietzsche y que fue repensada en la hermenéuticaheideggeriana, La genealogía ::lcepla el hecho de que no somos .n~da másque nuestra historia y que, por tanto,. nu~ca obtendremos una VISIón to.talnlee quienes somos ni de nuestra hIs~ona, Heldegg~r. ':ll0strÓ que .Ia m­telecció n de Nietzsche parece dejar únl~ame.nte la posibilidad de.un ~uegolibre de ínrerpretaciones igualmente arbitrarias. Pero esto parece inevitablesólo si uno se olvida de que, precisamente porque no somos nada más quenuestra historia, podemos abrigar en "Cualquier momento, sólo un n~me~o

restringido de posibilidades: debemos inevitablemente leer nuestra historiaen términos de nuestras prácticas actuales.

La palabra interpretación no es ideal. Esta cargada de ~emasiadasc.onno­raciones ambiguas y equivocadas. Entre otras cosas, sugler~ un sentido de10 que Foucault, en El nacimiento de la clinica, !Jamó comentano. El come~ta.rio, en el sentido en que usamos el término, paraf~ea y .expone el sentidosuperficial del texto o de las prácticas que están slen~o Interpretados. Laformulación moderna más influye nte de esta tendencia es el uso que haceHeidegger del método hermenéuti~oe~ I~ ~~imera p'a~ de El sery eltiempo,Este eq uivale a hacer manifiesta la inteligibilidad cotidiana de las. cosas y delos actos de habla que utiliza la gente en un co~texto compartido de sig­nificado. La objeción de Foucault a esta perspewva, como la expone en Elnacimiento de la clinica, era que este tipo de exégesis no hace más que sumarse~ la proliferación del discurso sin tocar el centro de.1 problema, Más tar?e,en La arqueologia del saber, Foucau lr pensó que el nivel co:recto de a.náltslsconsisúa en un proceso de rarefacción y regulaCIón d~1 discurso seno, go·bernado por sistemas cambiantes de reglas de formaCión., La clave era noa ñad ir más discurso, sino encontrar las reglas qlle determinan o controland discurso que ya hay. En sus libros más recientes, Foucault tod~vía criuc.a elcomentario, porque pone equivocadamente ~l acento en el sentido accesl.bleal actor. Pero ahora co nsid e ra que este énfasis excesivo en el punto de VIStAdel actor ignora la importancia crucial de las prácticas sociales. No es que losactores no sean capaces de comprender el sentido superficial de Jo ~u~ diceny hacen; pero el comentario no puede responde: a la pregunta: (cual es elefecto de lo que hacen? Todo Jo que el comentano puede hacer es elaborarmás ampliamente Jos sentidos básicos compartidos por los ~Clores. . .

El rechazo de la propia interpretación del actor del sentido de sus acero­nes no conduce a Foucault a aceptar la forma alternativa de exégesis: la quellama irue rpretació n y que nosotros llamamos, sigui~ndo a Pau l Ricoeur, lahermenéutica de la sospecha. Esta concepción sosuen~ que los actores no

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tien en acce so d irecto al se ntid o d e su disc u rso y d e. sus p :áctic~, y q ue nu es­IT a co mp rensi6 n cotid iana d e las cos as es su perfi cial y distorsionada. E5. dehe ch o , un oc u lta rnie nto motivado de l mod o co~o las cosas re al me nte so n.Esta pos ici ón, desarrol lada por Freud , y por Heidegger e n la sel?und a ~anede El SlT y el tiempo, d.escansa a~ n sobre e l ~ up u.e:t~ .metodo ~ó~ l co segu ~ elcua l hay una co ntinuidad ese ncial e nt re la lntelig¡b.illd ad :o~d lana y e l u~ode inte ligibi lidad más profund a qu e esa co m p re ns ió n cotid ia na se e r:n pe naen ocultar. Dado que la intelig ibilidad profu nd a sup uestam e nte trabaja ca u ­sando distors iones en el nivel cotid ia no , es posible alcan zar esta ve rd ad mo­tivadora prestando suficiente atención a los detalles de estas distorsiones . ~aclave está en alguna experiencia pa rti cu lar, ya sea un trauma o la a~g~s~a

ontológica. Pero pueslD que e l sentid o p rofund o es lo q ue en.u n pnnCl plOmotivó lasdistorsiones, el actor sólo llega a él cuando u na a uto rida d Jo o bligaa enfrentarlo : lo experimen ta co mo a lgo que vie ne del e xt erior. ?in. ern ­bargo, la autorid ad ú ltima sigu e sie ndo el actor, ya qu e es su recon ocrrrue ntolo que establece la verdad d e la interpretac ión p rofund.a. Só l.o mediante elrec onocimiento de esta verdad el actor se vuelve a u té ntico o libre.

Foucault acepta cie rto s presupu estos de estas d os formas de e xégesis . Enel cap ítulo 3 vimos que destacaba, contra el enfoq~e hermenéutico, que enuna acepción obvia de "sentid o ", los hablantes senos saben e xacta me nte. elsentido de lo que dicen. Por o tra parte , es tá de ac uerd o con la hermené.uoc ade la sosp echa en que es posible comprender algún tip o de .co m po rta m!e n tosuperficial como una distorsión d e sen tid o que el ac to r percibe pero esta mo­tivado a ig no ra r. La objeción básic a d e Fou cault a la hermenéutica de la sos ­pecha es que estos secretos a los q ue puede o bliga rse a l acto r a enfrentar,no deben comprenderse co mo el sen tido más ve rd adero y más profund ode su com po rtam ie nto superficial. ' M~ bien , busca de.most ra.r .q ue el se n­tido más profund o hacia cuyo descub r im ie n to la au to ridad .dlTlge al acto r,oculta tam bién arra se nti do más importante qu e no es accesible al acto r demanera direc ta . Aquí es donde debe abandonarse la hermenéutica, ya qu eforma parte del p roblema, y donde Fo uca ul t se vuelve h ac i~ lo que llamamosinterp re tación . El acto r p uede llegar a comp rend e r el se~ud od ~ su co mpor­tarnie nto cotidiano ; se le puede hac er comprender sentid os ~as profu~dos

e ncu bie rtos por ese co m portamiento cotid iano; pe ro ni é l ru la auto ridadq ue dirige la exégesis herme néu tica so n cap aces de ver lo q ue ~ace co n ellosla s i tuació n exegética y el po rqué de éstos . Pues to q ue el ~e~ ado oc ulto noes 12 verda d última sobre lo qu e está pasando, su desc ubr imie nto no ~ ne ­cesariamente liberad or; de hecho , co mo lo señala Fouca ul t, p uede alejar alactor del tipo de co mpre nsió n q ue pod r ia a yudarlo a opone r res istenc ia alas prácticas de do mi naci ó n actua les.

La comprensión' interp retativa sólo p ue de o btene rse d e a lgu ie n qu e co m ­parta el involucramiento del actor pero que se dis tancie d e él. Esta pe rso nadebe emprender el dificil trabajo his tórico de diagn osti car y a naliza r la hIS­toria y la organización de las prácticas culturales vigentes. La interpret.<3:clónque de él resulta es una lectura p rag máti camente guiad a de la co he re ncia de

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las p rác ticas d e la socied ad. No pretende correspond er a los se n tid os cotid ia­nos co m pa r tidos por los ac tores ni reve la r, en el sentido usu al del término, el

sig nifi cado intrí nseco de las prácticas. Éste es el sentido en el que el métod ode Foucault es inte rp re ta tivo.pero no hermenéuticC(.

Sin e m bargo, no es un métod o general. Foucault no intenta co nstru ir unateoría general d e la produción (como Pie rre Bourdieu o muchos neornarxis­ras). Más bien, nos ofrece una analítica interpretativrde nuestra situ aci ónvige n te. Gracias a esta singular asociación entre la genealogia y la arqueo­logia , llega a trascender la teoría y la hermenéutica y aun así tomar e n seriolos problemas. El que practica la analítica interpretativa es consciente del

Ju:cho de que él mismo es producido por lo que está estudiando ; en con­secuencia, jamás puede ubicarse fuera de ello . El genealogista comprendeque las p rácticas culturales son más básicas que las formaciones discursivas(o que cualquier teoría) y que la seriedad de estos discursos sólo puede en­cenderse como pane del proceso histórico de una socied ad . En el retrocesoarqueológico que Foucault lleva a cabo con el fin de ver La singu la rid ad denuestras prácticas sociales, éstas ya no aparecen como a lgo ca re nt e de seo­tido . En virtud de ciertas razones que elucidaremos más adelante, Foucaultya no se encuentra totalmente involucrado en las prácticas y en la prod ucci6nde discursos que estudia. Con todo, es capaz de diagnosticar nuestros pro­b le mas porque los comparte. Ya no podemos hacer teoría . Ya no buscamossentidos profundos y ocultos . Sin e m ba rgo, como aún tomamos .en se rio losproblemas de n uestra cultura, nos vemos llevados ineluctablernente a unapos ición como la de Foucault, En cieno se n tido , es La única posición quese puede adoptar si no queremos retroceder a una tradición insoste nible oj uga r con tendenciosos análisis del "lib re juego de los significantes" o de losd eseos .

O bvia me nt e , es to no quiere d ecir que uno esté o bliga do a esta r d e acuerdoco n el diagnóstico específico de Fo ucau lt sobre nuestra situ ación ac tual. Perosí implica que alguna forma de an alí tica inte rp re tativa es la opción más efi­caz, plausibl e y honesta actual men te disponib le. Pu esto que compartimosprácticas cu ltu ra les co n otros, y puesto que és tas han hecho de nosotros loq ue so mo s, tenemos ahí necesar iam en te u n terreno co m ú n a partir d el cu alpodemos proced er, co m p re nd e r y actu a r. Pe ro no se trata ya de una baseunive rsal, se gu ra, probada o funda d a. Intentamos comprend er las p rá cticasde nuestra cu ltu ra , prácticas que por de finición son interpretaci ones . Dichasp rác ticas enca rna n muy lit eral y mat erialmente una "forma de vid a" históri­ca mente co nstituida, para usar la ex p res ión d e Wittgenstein . Esta forma devid a no tiene esencia, ni permane nci a, ni unidad oculta subyacente. Pero ,no obstante, tiene su propia coherencia específica.

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