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Coaching Deportivo

Juega y gana el partido de tu vida dentro y fuera de la cancha.

Diego Gutiérrez del Pozo


A mis padres, Asun y Jesús, las personas más buenas del mundo; los dos me habéis sabido educar en valores y transmitir lo que es jugar limpio, en la vida y en el deporte.

A mi mujer Lucía, gracias por compartir proyecto de vida conmigo y enseñarme el verdadero significado de las palabras generosidad y amor incondicional.

A mi hermano Mike, juntos disfrutamos compartiendo la pasión por el deporte y los valores que nos han forjado como personas.

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Índice

PRÓLOGO por Vicente del Bosque y Javier Miñano 13

IntRODuccIÓn 15

SOBRe eL LIBRO 25

1ª PARtecAPÍtuLO 1. 29

etimología de la palabra coaching y el origen del coaching

cAPÍtuLO 2. 33

Qué es el coaching deportivo, cómo se hace y para qué sirve.

cAPÍtuLO 3. 39

el coaching deportivo trabaja con personas.

cAPÍtuLO 4. 43

Vence a tu rival interior.

cAPÍtuLO 5. 49

Las reglas del juego.

cAPÍtuLO 6. 61

el proceso para conseguir los resultados que te propongas.

cAPÍtuLO 7. 71

La actitud del coach.

cAPÍtuLO 8. 77

el poder de las creencias.

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cAPÍtuLO 9. 93

Los valores y la identidad del héroe.

cAPÍtuLO 10. 99

¿Qué es el éxito? La verdadera victoria es conseguir la paz interior.

2ª PARtecAPÍtuLO 11. 105

La primera sesión. cómo contratar un coach deportivo para mejorar tus habilidades internas y externas.

cAPÍtuLO 12. 113

Segunda sesión. ¿cómo es tu vida en estos momentos y hacia dónde quieres ir?

HERRAMIENTA 1: La Rueda de la Vida Personal y Profesional.

HERRAMIENTA 2: Escribe tu vida ideal.

HERRAMIENTA 3: Escribe una lista de agradecimiento.

cAPÍtuLO 13. 119

tercera sesión. establecimiento de metas u objetivos de proceso y de resultado.

HERRAMIENTA 4: Establece tus objetivos o metas de proce-so y de resultado.

HERRAMIENTA 5: La historia de Juan.

HERRAMIENTA 6: Escribe una lista de perdón.

cAPÍtuLO 14. 127

cuarta sesión. el plan de acción para la consecución de las metas.

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HERRAMIENTA 7: Construye tu plan de acción para conse-guir tus metas.

HERRAMIENTA 8: Proponte nuevos hábitos saludables.

HERRAMIENTA 9: Lista de personas o cosas que quiero en mi vida.

cAPÍtuLO 15. 135

Quinta sesión. El poder de la afirmación.

HERRAMIENTA 10: Historia del qué, del cómo y del para qué.

HERRAMIENTA 11: La afirmación.

HERRAMIENTA 12: Hazte un obsequio o regalo a ti mismo.

cAPÍtuLO 16. 141

Sexta sesión. Visualiza, visualiza y después visualiza.

HERRAMIENTA 13: Centramiento para cambiar tu estado interior.

HERRAMIENTA 14: La visualización.

HERRAMIENTA 15: La lista de las 100 metas.

cAPÍtuLO 17. 149

Séptimo sesión. consigue tu estado óptimo de rendimiento y acalla tu diálogo interior.

HERRAMIENTA 16: Cómo conseguir tu estado óptimo de rendimiento.

HERRAMIENTA 17: La meditación.

HERRAMIENTA 18: “Déjalo ir”.

cAPÍtuLO 18. 157

Octava sesión. cómo trabajar las creencias que te bloquean y potenciar las creencias que te ayudan a maximizar tu ren-dimiento.

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HERRAMIENTA 19: Identifica tus creencias limitantes.

HERRAMIENTA 20: Construye tu parche lógico.

HERRAMIENTA 21: Una historia real.

cAPÍtuLO 19. 167

novena sesión. Supera tus miedos y limpia tu interior para conseguir tus objetivos y la paz interna.

HERRAMIENTA 22: Descubre tus miedos y véncelos.

HERRAMIENTA 23: Limpia tu interior y descubre lo valioso que eres.

HERRAMIENTA 24: Haz algo diferente.

cAPÍtuLO 20. 173

Décima sesión. Descubre quién eres y tu propósito en la vida.

HERRAMIENTA 25: Descubre quién eres.

HERRAMIENTA 26: Descubre tu propósito en la vida.

HERRAMIENTA 27: El cierre del proceso.

ePÍLOGO 183

AGRADecIMIentOS 187

BIBLIOGRAfÍA 189

SOBRe eL AutOR 193

nOtAS 196

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Prólogo

Son muchos los años que llevamos dedicados al mundo del fútbol, este deporte es nuestra pasión, nuestra profesión y forma parte de nues-tro estilo de vida.

Dedicamos muchas horas a preparar lo exterior (la táctica, la estrate-gia, la condición física), pero sabemos la importancia vital que tiene la preparación interior o mental.

Coaching Deportivo, de Diego Gutiérrez, es una obra que invita al entrenador y al deportista a reflexionar sobre lo interior. Somos cons-cientes de la necesidad e importancia del resultado, pero más allá de éste, existe la obligación tanto en la formación como en el Alto Ren-dimiento, de transmitir y demostrar una serie de valores entre los que podríamos destacar: la humildad, sencillez, respeto, solidaridad, etc.

Sabemos que cuando las palabras se utilizan de forma correcta, lle-gan al corazón de las personas. El libro descubre ante todo, a una per-sona con unos valores sólidos que ama el deporte y que persigue por encima de todo transmitir un mensaje positivo para que disfrutemos de la vida y consigamos la felicidad a través del deporte.

Conocemos lo duro que es llegar a lo más alto en el fútbol: sacrificios, muchas horas de trabajo y esfuerzo, concentraciones, tiempo sin ver a

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nuestros seres queridos, tensión y presiones. Pero también hemos vivido lo gratificante que es: las personas que conoces, las experiencias vitales, los aprendizajes, los buenos momentos…

Al fin y al cabo, el deporte es como la vida, una sucesión de hechos positivos y negativos, ciclos que van y vienen. Pero lo importante cuan-do miras atrás, es saber que te has esforzado al máximo para convertirte en alguien mejor y que lo has hecho de corazón.

Diego, gracias por contribuir al mundo del deporte con este libro. Te deseamos todo lo mejor en tu profesión como coach y esperamos que ayudes a mucha gente porque el deporte necesita personas como tú.

VICENTE DEL BOSQUE Y JAVIER MIÑANO.

(Entrenador y Preparador Físico de la selección nacional española de fútbol. Campeones del Mundo 2010 y de Europa 2012).

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introducción

Gracias al deporte

Van a pasar veinte años desde que las míticas Olimpiadas de Barce-lona 92 nos situaran en el mapa del deporte mundial.

Hasta ese momento los deportistas que alcanzaron la gloria surgieron de forma espontánea, sin planificación previa. Pero gracias al esfuerzo de visionarios que apostaron por planificar a largo plazo la formación de los deportistas españoles con becas, financiadas por entidades públicas y privadas, conseguimos el mayor éxito de la historia del deporte olím-pico: 22 medallas, 13 de ellas de oro, fueron el colofón de un trabajo bien hecho.

Pero eso que se consideró el culmen del éxito, no fue más que el germen, la semilla, que hizo que por primera vez creyésemos que era posible. Lográbamos estar en la primera línea del panorama deportivo. Romper la barrera invisible de “CREER que podíamos” fue la medalla de oro más importante que conseguimos en ese verano del 92; ese mis-mo verano en que paseaba feliz mi primera moto por el pueblo de mis padres mientras los atletas españoles conseguían medalla tras medalla.

Por esas fechas era un niño de catorce años al que le encantaba dis-frutar, aprender, y sobre todo el deporte. Todavía no sabía que esa afición se convertiría años más tarde en mi vocación y en mi trabajo.

La generación de oro del deporte español, como se conoce a los deportistas que están triunfando en estos momentos, debería rendir tri-buto a estos olímpicos que se convirtieron en leyenda. No sólo fueron grandes deportistas, sino que transmitieron una serie de valores que se han consolidado con el tiempo. Como dijo el alcalde de Barcelona, Pas-qual Maragall, en el discurso inaugural de los Juegos Olímpicos seremos “amigos para siempre” (lema de dichas Olimpiadas). ¡Qué mejor frase para resumir el objetivo final del deporte y de nuestra existencia!: dar y recibir amor, vivir con alegría, festejar, respetar al rival, es decir, ser amigos para siempre.

Los Nadal, Iniesta, Gasol, Alonso, Lorenzo, han heredado no sólo el talento deportivo, el buen hacer en el entrenamiento, sino también esos

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valores que cimentan a un gran deportista y esa creencia tan fundamen-tal para poder ser exitoso: Que es posible estar entre los mejores si se tiene talento y si se trabaja duro.

Muchas gracias a los Fermín Cacho (todos volamos contigo en esa fi-nal de 1500), a Miriam Blasco (luchamos contigo en la final de judo para que dedicases la victoria a tu entrenador tristemente fallecido poco antes de los Juegos), al tirador con arco Antonio Vázquez (trabajabas en un supermercado y lo dejaste todo por una beca que sólo te aseguraba participar en unos Juegos Olímpicos. Con mucha dedicación y trabajo cumpliste tu sueño y conseguiste una medalla que quedará en la retina de todos), a la selección de hockey femenino (con-seguisteis la medalla de oro en la que sólo vosotras creísteis al comienzo de los Juegos) y a la selección de fútbol masculino (nos mostrasteis que el trabajo en equipo y las metas comunes son más poderosas que la indi-vidualidad). Muchas gracias a todos y cada uno de los atletas que consi-guieron sus objetivos porque nos despejasteis el camino para soñar. Y lo bueno es, que si se sueñan con mucha fuerza, al final las cosas se cum-plen. Tampoco quiero olvidarme del resto de atletas que no consiguieron su objetivo porque también forman parte de la historia. Todos lloramos con Manel Estiarte, Chus Rollan y compañía, en esa final memorable, que prórroga tras prórroga acabamos cediendo ante Italia. Esas lágrimas tristes se convirtieron en alegría inmensa cuando vencieron en la final de Atlanta 96.

Hoy comienza este libro que no es más que un tributo al deporte y a todas las personas que de una u otra manera han contribuido a que este lenguaje universal, el deporte, transmita valores tan importantes como la unidad, la alegría, la libertad, el esfuerzo, el trabajo en equipo, el espíri-tu de superación, etcétera. Por suerte, el deporte lo llevo en el corazón, me hace sentir vivo, en paz, me produce auténtica felicidad y vivir con un propósito firme y claro en la vida: educar y humanizar a través del deporte.

Foto ElPais.es

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el deporte en mi vida

El deporte ha estado presente en mi vida desde que tengo uso de razón. Mi padre iba a jugar los domingos al colegio Amorós con sus amigos y yo le acompañaba y correteaba alrededor del campo de fút-bol viendo como él metía goles con su zurda privilegiada. Por la tarde íbamos al fútbol y me empapaba de todas las sensaciones y sucesos que acontecían en el estadio.

El balón siempre fue como un miembro más de mi cuerpo y me acom-pañaba en los recreos, en el parque, en el pueblo, en mi habitación. Pero pronto mi padre se dio cuenta de algo: su hijo no iba a ser una estrella de fútbol. A pesar de ello, siempre he amado este juego y todos los deportes en general.

Antes de practicar fútbol hice judo, y después practiqué balonces-to. En este deporte, aparte de conseguir algún éxito a nivel regional, la mejor experiencia fue encontrar a mi grupo de amigos que, después de veinte años, seguimos estando juntos.

Cuando cumplí los diecisiete años decidí estudiar la carrera univer-sitaria de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. En esa época, además de la nota académica, había que realizar una serie de pruebas fí-sicas. Con la nota académica no tuve problemas, pero de las ocho prue-bas físicas, había una que no dominaba: La natación. Afortunadamente, el primer año que me presenté a dichas pruebas no pasé y me quedé sin poder cumplir mi objetivo. No me he confundido, he dicho afortunada-mente. Reconozco que lo pasé mal los dos primeros meses después de la noticia pero a posteriori fue una experiencia de superación y de trabajo, de no tirar la toalla a la primera y de luchar por cumplir tu sueño. Gra-cias a esta experiencia pude crecer personalmente y tomarme muy en serio la carrera, ya que en la segunda intentona obtuve la recompensa: Entrar en el Instituto Nacional de Educación Física de Madrid. Fueron muchos los aspirantes pero una de las 180 plazas tenía mi nombre.

Esos años en el I.N.E.F. de Madrid fueron muy felices, hice muy bue-nos amigos y me formé como profesional. Asimismo, académicamente me fue muy bien, llegando a ser el número uno de la promoción. Incluso me otorgaron una beca doctoral que me dio la oportunidad de seguir creciendo. Gracias a profesores como Javier Durán, Pedro Jiménez, Ja-vier Calderón, Pedro Benito y Javier Rojo (perdón por todos los que no nombro) pude aprender de primera mano cómo ayudar a los alumnos a ser cada día mejor.

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A la vez que realizaba mi tesis pude empezar a entrenar equipos de fútbol: primero en el colegio Mirabal, luego en el Real Madrid Club de Fútbol y posteriormente en el Getafe Club de Fútbol. Finalmente tuve la oportunidad de entrar como preparador físico en el Club Atlético de Madrid (desde la Escuela del Club, pasando por todas las categorías has-ta el Segundo Equipo). Durante todos estos años he tenido la inmensa fortuna de levantarme cada día alegre y feliz por dedicarme a lo que más me gusta y teniendo claro mi propósito en la vida: educar y humanizar a través del deporte.

También recuerdo el primer día que di clase en la Universidad Ca-milo José Cela. Estaba algo inquieto pero con una enorme ilusión por cumplir uno de mis sueños: dar clase en la universidad. Mi vocación docente no ha disminuido un ápice en estos años; es más, cada día tengo más ganas y estoy más comprometido con dicha causa. En estos años me he podido curtir como profesor universitario impartiendo diversas asignaturas relacionadas con la actividad física y el deporte. Así mismo, aunque soy profesor y ense-ño, también aprendo diaria-mente de mis alumnos. Su ilusión, su dedicación y sus ideas innovadoras me hacen crecer y plantearme nuevos retos constantemente.

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cómo lleGué al coachinG deportivo

Hace un tiempo era una persona feliz: tenía una familia y unos ami-gos que me querían, había terminado la carrera universitaria de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con unas notas brillantes y empeza-ba a trabajar como entrenador de fútbol en equipos federados infantiles. Además, tuve la inmensa fortuna de recibir una beca para realizar mi tesis doctoral. En teoría lo tenía todo: había hecho lo que la gente dice que hay que hacer para ser feliz. Sin embargo algo fallaba: sentía por dentro un vacío e intuía que había cosas importantes que cambiar en mí para ser plenamente feliz.

Tras años de búsqueda, el destino me llevó a un Máster Universitario en Coaching. A decir verdad, tenía alguna información sobre el tema, me parecía interesante, pero no sabía que esta formación iba a cambiar mi vida personal y mi rumbo profesional. Agradezco personalmente a la Escuela de Inteligencia y a la Universidad Camilo José Cela por apostar, cuando nadie la conocía, por esta disciplina que ayuda a las personas a mejorar personal y profesionalmente.

Recuerdo perfectamente cuando el primer día de clase me presenté a Javier y a toda la clase diciendo: “Me llamo Diego, y lo que más me gusta es aprender y divertirme”, afirmación que suscribo en estos momentos.

Creo en el coaching porque recibí un proceso por parte de un pro-fesional de esta disciplina que me cambió la vida. Gracias al coaching comencé a conocerme a mí mismo (clave fundamental para experimen-tar la paz interior), a relacionarme mejor con las personas, a valorar las cosas importantes de la vida y comencé a vislumbrar mi futura profe-sión: ser coach de entrenadores y deportistas de élite. Además, cosas del destino, encontré a mi mujer Lucía con la que comparto proyecto de vida y de la que aprendo cada día a amar de forma incondicional a las personas.

La verdad es que en aquella época en España no existía ninguna for-mación universitaria especializada en el campo del Coaching Deportivo. Gracias a la Escuela de Inteligencia y la Universidad Camilo José Cela, en el año 2008, se realizó el primer Experto Universitario en Coaching Deportivo.

He tenido el privilegio de formar a técnicos deportivos, directores de federaciones deportivas, medallistas olímpicos, atletas y deportistas de

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élite, psicólogos, maestros y licenciados en Ciencias de la Actividad Físi-ca y del Deporte. A todos vosotros, muchas gracias por confiar en noso-tros y por el apoyo total que nos habéis dado en cada una de las edicio-nes. También quiero acordarme de todas las Federaciones Nacionales, clubes y asociaciones que han apostado por nuestro proyecto firmando alianzas estratégicas para la difusión del Coaching Deportivo: la Real Federación Española de Tenis, la Federación Española de Bádminton, la Real Federación Española de Esgrima, la Federación Española de Rug-by, el Club Baloncesto Estudiantes, el Club de Campo Villa de Madrid, el Real Canoe Natación Club, la Asociación Española de Preparadores Físicos de Fútbol, etc. A todos mi agradecimiento y cariño porque sin vuestro apoyo esto no hubiese sido posible.

la selección española de fútbol: un ejemplo del proceso para convertirse en leyenda

Hace poco, en un curso de formación, Robert Dilts nos explicó la diferencia entre un campeón, un héroe y una leyenda.

Un campeón es alguien que lucha por un ideal y todo el que se opone a él trata de destruirlo o dominarlo con su ego.

El héroe por el contrario es un ser humano normal al que la vida le llama para afrontar una circunstancia extraordinaria. Este héroe trabaja en un nivel superior de consciencia y no se afana por convencer a los demás sino que aprende a luchar, tanto interior como exteriormente, para desafiar a sus miedos: la frustración, la culpa, la ira, el sentimiento de inferioridad, las dudas. Lo que hay que comprender en este punto es que lo que realmente hace de algo un miedo insuperable es la propia relación con ello. Me refiero a que somos nosotros interiormente los que “elegimos” y nos aferramos a las ideas: “soy inferior”, “es mi culpa”, “yo no puedo”. Y hasta que nosotros mismos no nos transformemos inte-riormente esas ideas no cambiarán tampoco. Cuando el héroe aprende esto comienza a crecer y a despejar el camino hacia el triunfo y la paz interior.

Por último, leyenda es una palabra que procede del latín medieval que se usaba con el significado de “algo” para ser leído y aprendido. Va más allá del campeón y del héroe. La leyenda trasciende lo anterior y se eleva por encima del cuerpo, la mente y el espíritu para ser recordado

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de generación en generación. Es algo grandioso, inigualable, extraordi-nario.

Todo este cuento del campeón, el héroe y la leyenda me recuerda a la evolución de la selección española de fútbol a lo largo de la historia.

Durante años hemos estado heridos por el gol fallado por Cardeñosa ante Brasil en el Mundial de Argentina 78, por la actuación desastrosa en el Mundial del 82 en casa, por la fatídica tanda de penaltis ante Bél-gica en el Mundial de México 86, por la eliminación en octavos ante Yugoslavia en Italia 90. También nos sentimos tremendamente heridos en el Mundial del 94, cuando tuvimos la clasificación para semifinales con la ocasión de Julio Salinas y posteriormente Baggio nos metió el gol de la victoria italiana en el minuto 87. Al mismo tiempo, nos dolió en el alma el codazo de Tassotti a Luis Enrique que hubiese supuesto lanzar un penalti en los minutos finales para empatar el partido. Todos lloramos de impotencia al ver que todo estaba perdido. No teníamos recursos suficientes para afrontar las batallas. En Francia 98 no pasamos de la fase de grupos y en el Mundial de Corea 2002 tampoco pudimos curar nuestras heridas. Es más, se hicieron más profundas cuando el árbitro egipcio Al-Ghandour se empeñó en ayudar a Corea a clasificarse para las semifinales de su Mundial. El Mundial de 2006 en Alemania tampoco cambió nuestra suerte y tras una clasificación previa brillante, caímos en octavos ante una Francia que no respetamos ya que se la tildó de “vieja y acabada”.

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Pero la historia nos tenía preparado un guión escrito por el aficionado español más optimista del mundo. En esa película España ganaba la Eu-rocopa del 2008 ante Alemania, luchando contra todos los elementos y eliminando a Italia en cuartos en la tanda de penaltis. ¡Increíble! España destruyó con Luis Aragonés, Casillas, Torres y compañía a todo el que se interpuso en su camino y por fin sonreía y levantaba la copa. Empe-zamos a tener recursos y a utilizarlos en los momentos más difíciles. Las heridas se iban curando.

Pero en Sudáfrica 2010, estos campeones se convirtieron en héroes. Con Vicente del Bosque a la cabeza, ya no nos preocupamos de con-vencer a los demás. Ahora nuestra lucha era interior. Nos teníamos que convencer a nosotros mismos. Un equipo de personas normales se en-frentaban a algo extraordinario: ganar por primera vez un Mundial de fútbol. Aunque la clasificación previa fue dura, ya que perdimos ante Suiza el primer partido, en octavos eliminamos a “la Portugal” de Cristia-no Ronaldo en un partido que tardamos en desatascar. Por fin pasamos la barrera infranqueable de cuartos en un Mundial eliminando a una Paraguay que tuvo en sus manos la clasificación al fallar un penalti. El trabajo en equipo ayudó a Casillas a parar dicho penalti ya que el portero suplente, Pepe Reina, indicó el lado al que Iker debía tirarse para parar la pena máxima del paraguayo Cardozo. Por primera vez todo el país creyó el famoso “podemos”.

Ya en semifinales todos los miedos se iban difuminando. Cuando Pu-yol se levantó por encima de todas la cabezas alemanas y vimos el balón dentro de la portería, la posibilidad de disputar una final de un Mundial se hizo realidad.

El 11 de julio de 2010, en Menorca el día prometía. Me levanté pron-to, me asomé al balcón del hotel y escuché a la playa de Son Bou dar-me los buenos días. Después de desayunar compré todos los periódicos deportivos para meterme de lleno en el partido. Aparcamos el coche en Cala Mitjana y pusimos rumbo a pie a la cala virgen de Trebalúger por el popular Camí de Cavalls. En ese camino comprendí la metáfora que la naturaleza me estaba contando silenciosamente y sentí por primera vez que íbamos a ganar el Mundial. Cada uno de los pasos que dábamos entre los pinares me sirvió para ver que ese camino que estábamos reco-rriendo era el mismo que había recorrido la selección española de fútbol a lo largo de la historia. Hacía calor, teníamos que transportar la sombri-lla, las toallas y la comida. También, debimos elegir correctamente qué camino coger ya que de vez en cuando se bifurcaba. El final del camino era igual de bello que ganar la Copa del Mundo: una de las más bellas calas que había visto nunca rodeada de pinos nos esperaba con su arena

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blanca y fina. Prácticamente solos disfrutamos del día, leí los periódicos, comimos y nos bañamos en la cala.

De vuelta al hotel visualizaba como iba a ser el partido. Nervios, ilu-sión, tensión, esperanza. España se podía convertir en un héroe mundial si vencía a Holanda en la final. Todos nos acordamos del gol de Iniesta, pero si Casillas no hubiese parado esos dos “mano a mano” frente a Rob-ben posiblemente no estaríamos hablando de todo esto. Recuerdo como me dio tiempo a pensar en el primer tiro de Robben, que Iker despejó con la punta del pie, la infinidad de posibilidades que podrían suceder: se lo para; nos meten gol y para casa; nos meten gol pero remontamos; no, se lo para. Cuando en el minuto 116 de la prórroga Andrés Iniesta metía “el gol de todos” a Holanda, escuché el grito y la celebración más apoteósica jamás vivida. Salí al balcón del hotel de nuevo, lo celebré con toda España y luego abracé y besé a mi mujer. Mis padres desde Madrid y mi hermano desde Italia lloraron conmigo al ver que por fin era

cierto: España era campeona del mundo y en ese momento se convirtió en héroe. En el Mundial del 2010 vencimos todos nuestros miedos y los transformamos para crecer, conseguir el triunfo y la paz interior. Los recursos para afrontar la competición estaban perfectamente asentados y el entrenador y los jugadores los utilizaban con facilidad. Las heridas estaban cicatrizadas completamente.

El guión del aficionado español más optimista del mundo no había acabado. Todavía faltaba ir más allá que el campeón y que el héroe:

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convertirnos en leyenda. Es decir, hacer algo histórico, algo que iba a ser recordado de generación en generación: esto era ganar por primera vez en la historia una Eurocopa (2008), un Mundial (2010) y una Euro-copa (2012). La deseada triple corona estaba a nuestro alcance. Ningún equipo, ni la Brasil del 70, ni la naranja mecánica del 78 (Holanda), ni la Alemania del mítico Beckenbauer, ni la Francia de Zidane, lo había conseguido.

Después de la clasificación previa de grupo, fuimos eliminando con autoridad a Francia en cuartos y a Portugal en la pena máxima en semi-finales (con un penalti a lo Panenka de Sergio Ramos que nos puso el nudo en la garganta). Aquí se volvió a demostrar al mundo entero que un equipo es más importante que una individualidad. Y llegamos de nuevo a otra final. Tres finales en cuatro años. Resultado: España 4 – Italia 0. El ganar de nuevo fue precioso pero lo realmente espectacular fue cómo lo hicimos. España, el equipo de todos, volvía a ganar con un aplastante resultado, pero sobre todo venció respetando al rival, siendo humilde y dando una lección de fútbol al mundo entero. Y para colmo lo celebran en familia, con sus mujeres e hijos correteando por el campo como si hubiese ganado el torneo de su pueblo. Como dijo Vicente del Bosque: “los títulos son importantes, pero los valores lo son más”. Simplemente legendario. Totalmente sanos. Al final, como en la vida, si se ve desde el prisma correcto, las heridas son dones que hay que experimentar para poder transformarnos, aprender y progresar.

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cAPÍtulo 6.

el ProceSo PArA conSeguir loS reSultAdoS Que te ProPongAS.

“El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos”.

Platón.

En mayo de 2012 tuve el privilegio de asistir como ponente al I Con-greso Internacional de Fútbol Ciudad de Valencia. En un entorno privi-legiado, el auditórium Mar Rojo del Oceanográfico de Valencia, pude transmitir y compartir durante una hora con los asistentes el proceso para conseguir los resultados que te propongas.

Este proceso comienza plantando una semilla y acaba dando un fru-to, como ocurre en la naturaleza con los árboles. Habitualmente vemos muy claro el proceso, como decía, en la naturaleza; pero, en ocasiones, como nos sentimos separados de todo, creemos que funcionamos de forma diferente. Sin embargo, somos seres humanos y formamos parte de la naturaleza.

Como estábamos en Valencia, lugar donde crecen las mejores na-ranjas del mundo, puse el ejemplo del proceso de crecimiento de los naranjos, hasta que dan su fruto y el proceso para conseguir lo que te propones, hasta conseguir los resultados deseados.

Pero para conseguir nuestros objetivos necesitamos alinearnos con las leyes de la naturaleza y trabajar paso a paso para que nuestra vida flu-ya. Si no lo hacemos, la vida se complica. (Jackson y Csikszentmihalyi, 2002). Vivimos en un mundo de causa-efecto y comprender estas leyes es fundamental si queremos vivir una vida plena y conseguir nuestras metas.

Lo expliqué de la siguiente manera: vivimos en cuatro mundos:

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- El mundo MENTAL, que es lo que pienso.

- El mundo EMOCIONAL, que es lo que siento.

- El mundo ESPIRITUAL, que son nuestros valores, identidad e incluso esa parte transcendental de la persona.

-El mundo FÍSICO, que es lo material, lo tangible, lo que veo, toco, escucho.

El mundo mental, emocional y espiritual son las raíces del naranjo. El mundo físico son los frutos del árbol, las naranjas.

Si queremos controlar la vida FÍSICA, no hay que volverse loco con los resultados, hay que poner atención en las RAICES. La fruta son los RESULTADOS. Las RAICES crean la fruta. (Gutiérrez y Scheele, 2011a).

Lo físico es un patrón de las otras 3 áreas. Hay que poner atención en las raíces (mental, emocional y espiritual). Por tanto lo físico (metas, objetivos, éxito) es un resultado.

Que no te vaya bien, no es un problema. Que no consigas tus metas, es un síntoma, un resultado.

¿Cómo podemos trabajar paso a paso y de forma correcta para conse-guir resultados extraordinarios?

Siguiendo el siguiente proceso: el proceso que voy a desarrollar, nos asegura que estamos realizando bien las cosas. Aunque es cierto que para conseguir la excelencia deportiva y resultados óptimos, no sólo nos vale con llevar a cabo este proceso. Es necesario también tener talento y ser bueno en tu deporte, así como trabajar y entrenar duro.

El proceso es el siguiente (Eker, 2008):

pensamientos sentimientos acciones resultados

Los pensamientos llevan a sentimientos. Los sentimientos llevan a ac-ciones. Y las acciones llevan a resultados. Estos elementos van a ser los que van a determinar nuestra realidad. Nuestros resultados están com-puestos por una combinación de nuestros pensamientos, nuestros senti-mientos y nuestras acciones.

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Vivimos la mayor parte de nuestro tiempo centrándonos en nuestros resultados. Cuando nuestros resultados son buenos estamos contentos y no pensamos más allá. Pero cuando nuestros resultados no son los que esperamos, nos enfadamos y caemos en una espiral de negatividad.

Ahora bien, los resultados son solamente la fruta del naranjo. Si en un árbol salen siempre limones y queremos que salgan naranjas, ¿qué tenemos que hacer? Enfadarnos y ponernos negativos pensando que no queríamos limones, y que queríamos naranjas. O lo que tenemos que hacer es coger semillas para plantar un naranjo y así obtener las naranjas que deseamos conseguir. La respuesta es sencilla: Coger semillas para que crezcan naranjas. Si lo vemos tan claro con los árboles, ¿por qué no lo vemos tan claro con las personas?

Si queremos cambiar los resultados tendremos que centrarnos en sus semillas y en sus raíces.

A modo de metáfora podríamos decir que los pensamientos son las semillas, los sentimientos son las raíces, las acciones son el tronco del árbol y los resultados son los frutos del árbol.

Si tienes las semillas adecuadas (pensamientos) y las raíces son fuertes (sentimientos) siempre tendrás buenos frutos (resultados). Si los frutos no son buenos y no cambias (no actúas) nunca mejorarás ni obtendrás lo que deseas.

¿Cómo puedo saber si mis frutos son buenos? Viendo los resultados que obtengo. Si los resultados te gustan, sigue haciendo lo mismo. Si los resultados no te gustan, comienza a realizar cosas diferentes, comienza a pensar de forma diferente.

El Dalai Lama decía: “No te preocupes por los resultados, solo preocú-pate de hacer lo que debas. Porque los resultados llegarán”.

a. los pensamientos

Se dice que el pensamiento es la actividad y creación de la mente, todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del inte-lecto. Los pensamientos tienen un poder gigantesco sobre nuestra vida, modelan el carácter y conforman nuestro destino.

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Si un deportista tiene pensamientos de preocupación, temor y mie-do, generará en su interior desconfianza y esto hará que sus acciones no sean las correctas. Por contra, si los pensamientos son de confianza, alegría, valor, etc., el deportista aumentará inmensamente la eficacia de sus acciones.

Es importante tener control sobre nuestros pensamientos ya que és-tos pueden hacernos muy felices (con pensamientos sanos, equilibrados, positivos) o muy desdichados (con pensamientos negativos, inútiles, des-equilibrados).

Está en las manos del entrenador o el deportista determinar el tipo de pensamiento que quiere mantener y consecuentemente, el tipo de acción y resultado que quiere obtener.

Podemos decir que hay cuatro tipos de pensamientos:

- Pensamientos positivos: son aquellos pensamientos que dan energía a uno mismo, a los demás y al entorno. La confianza, la positividad, el entusiasmo, la paz, la estabilidad son algunos ejemplos de este tipo de pensamiento. Los pensamientos positivos hacen ser más estable, más fuerte y permiten afrontar mejor las situaciones y dificultades de la vida.

- Pensamientos negativos: son aquellos que son dañinos para uno mismo, los demás y el ambiente. Los celos, la ira, la crítica, la falta de autoestima son algunos ejemplos de este tipo de pensamiento. Los pen-samientos negativos quitan mucha energía, hacen perder la confianza en uno mismo y generan ambientes negativos. Son tan dañinos que nu-merosas investigaciones científicas corroboraron que los pensamientos negativos pueden causar algunas de las enfermedades físicas que pade-cemos (insomnio, taquicardias, depresión, úlcera de estómago,…).

- Pensamientos útiles: son aquellos que simplemente ayudan a hacer lo que se necesita y hacer cosas rutinarias de forma automática.

- Pensamientos inútiles: al igual que los pensamientos negativos qui-tan mucha energía. Los pensamientos inútiles están relacionados con cosas del pasado que no se pueden cambiar pero que se sigue dando vueltas sobre ello y con la excesiva preocupación por el futuro.

Es de todos bien sabido que para obtener resultados extraordinarios, es importante mantener nuestra mente en el momento presente ya que es en este momento presente, en el único lugar donde puedo actuar. Sobre el pasado no puede actuar; el futuro está por venir. Por tanto, hay que centrarse en el presente de forma consciente y cuidar nuestros pensa-

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mientos para que éstos trabajen para nosotros. Es decir; hay que empezar a sembrar bien las semillas. Cuando se hace esto, uno empieza a ser más fuerte y positivo.

Ser una persona positiva, no significa vivir alegremente ni que todo valga. Una persona positiva es alguien que vive el momento presente de forma consciente, que lo da todo y que lucha hasta el final, y que pase lo que pase, incluso si es algo negativo, ve lo que puede aprender de esa situación para futuras acciones.

Una mente sana se convierte en la base de una personalidad equili-brada y sana.

“Siembra un pensamiento y cosecharás una acción. Siembra una ac-ción y cosecharás un hábito. Cultiva un hábito y obtendrás un carácter. Cultiva un carácter y cosecharás tu propio destino”.

(Sivananda, 2006).

Uno se convierte en aquello que piensa. Todas las estrellas del de-porte han pensado que era posible conseguir lo que han conseguido. Tu vida ha de ser como tus pensamientos. Si mejoras tu modo de pensar, conseguirás realizar mejores acciones; y estas acciones te llevarán a me-jores resultados. (Robbins, 2006).

b. sentimientos

¿Has tenido alguna vez la sensación de estar en un partido y que todo te salía perfecto y sin esfuerzo? ¿Y la sensación contraria, que hicieras lo que hicieras todo se volvía en tu contra y que costaba Dios y ayuda conseguir avanzar un poco? ¿Dónde está la diferencia?

La diferencia está en el estado neurofisiológico en que nos encontra-mos. Comprender estos estados, es la clave para entender el cambio y para alcanzar la excelencia. Nuestra conducta es el resultado del estado en que nos encontramos. La clave está en ser cada vez más conscientes y asumir nuestra responsabilidad sobre nuestros estados, y por lo tanto, de nuestros comportamientos. Es decir; ser el dueño de nuestro destino. Esto significa tomar el control de estos estados. (Jackson y Csikszentmi-halyi, 2002).

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Hay estados que nos potencian (la confianza, el amor, la seguridad in-terna, etc), que nos permiten liberar nuestras virtudes y utilizar nuestros recursos. Del mismo modo hay estados que nos paralizan (la confusión, la depresión, el miedo, la angustia, la tristeza, la frustración, etc.). Todos tenemos alternativas de estados.

Un estado puede definirse como la suma de los millones de los pro-cesos neurológicos que se producen en nuestro interior que en muchos casos ocurren sin ser dirigido conscientemente por nosotros. Vemos algo y reaccionamos entrando en un estado determinado, que puede ser: es-tado estimulante y útil o estado que nos limita.

Para gestionar y dirigir nuestros estados como entrenadores o depor-tistas es importante tener en cuenta nuestras representaciones internas.

Las representaciones internas son nuestros pensamientos, sentimien-tos y emociones hacia una situación pasada, presente o futura. ¿Cuál es la diferencia entre emoción y sentimiento?

La emoción puede considerarse como la energía que nos guía hacia delante en nuestras metas en la vida. Mediante la energía de nuestra emoción, alimentamos nuestros pensamientos para hacerlos realidad. Sin embargo, este poder de la emoción por sí solo es insuficiente, nece-sitamos unirlo al pensamiento. El pensamiento confiere una dirección a nuestras emociones, y éstas inyectan vida en la imagen producida por nuestros pensamientos. Somos capaces de generar dos emociones pri-marias, el amor y el miedo.

El sentimiento es la unión del pensamiento y la emoción. Cuando sentimos estamos experimentando el deseo de nuestra emoción fusiona-da con la imaginación de nuestros pensamientos. El sentimiento es clave para la motivación y para la creación. Cuando atraemos o repelemos a otras personas, situaciones y condiciones que encontramos en nuestra experiencia, quizá deberíamos observar nuestros sentimientos para com-prender la razón. Por lo tanto, el reto para desarrollar nuestro nivel más elevado de dominio personal es reconocer qué pensamientos y emocio-nes representan nuestros sentimientos.

A través de nuestros sentimientos, de la unión invisible de pensamien-to y emoción, escogemos las situaciones que condicionan nuestra vida. Al generar un estado que potencia mi confianza, me atreveré y me deci-diré a actuar con seguridad en mí. Esto hará que mi actuación esté mas cerca del éxito, que si me guío por un estado de actuación centrado en el miedo. El miedo me hace actuar de manera insegura y esto generará dudas que me harán acercarme el fracaso.

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Ser consciente de este funcionamiento nos permitirá fortalecer nues-tras elecciones centrándonos en las experiencias positivas (pensamien-tos, emociones y sentimientos) que hemos elegido, en vez de centrar nuestra atención en las cosas negativas que no deseamos.

c. las acciones

En la vida y en el deporte, dar el paso a la acción es lo que más nos cuesta pero, una vez dado, se dice que ya tenemos el 51% de nuestra meta conseguida. (Gutiérrez y Scheele, 2009).

Es muy importante diferenciar lo que es una meta y lo que es un sueño. El sueño no tiene acción, es algo que se desea, mientras que la meta es un objetivo que se construye a través de la acción. Al ponerte en marcha, tienes la energía suficiente para iniciar el camino hacia el éxito. (Gutiérrez, 2011b).

En ocasiones los deportistas y entrenadores llevados por sus nervios, presiones, tienen conductas erróneas con el entorno que provocan una toma de decisión en sus acciones incorrecta. (Gutiérrez, 2011c).

Y para que esto no ocurra es necesario, que tanto los pensamientos, como los sentimientos y acciones sean los más adecuados para conse-guir resultados excelentes.

¿Qué pequeñas acciones podemos ir realizando para alcanzar nues-tras metas?

En primer lugar es importante clarificar tus objetivos, visualizarlos y tenerlos presentes. Así, no te desviarás de tu meta y podrás ir corrigiendo el rumbo hasta que lo consigas. Si tienes algo por lo que luchar, ese algo acaba convirtiéndose en una fuerza que permite dar sentido al día a día, especialmente en los momentos difíciles (Huete, 2005).

En alguna ocasión no te sentirás con fuerzas, pensarás que no tienes tiempo, tendrás miedo o dudas para tomar el camino correcto. Pero, es aquí cuando tienes que iniciar con más fuerza tus acciones para que tus metas se cumplan.

- Comprométete con lo que dices y haces. Cuando cumples tu pala-bra contigo mismo, inicias un proceso que acaba en el aumento de tu

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autoestima, confianza y seguridad. Estos ingredientes te harán más fuerte y te acercarán al éxito.

- No dejes que tu miedo te paralice. Siempre que no haces algo que deseas es porque tu miedo te está frenando. Los entrenadores y deportis-tas de éxito tienen miedo, dudas, sienten que no pueden más… pero no dejan que el miedo les detenga. Actúan a pesar del miedo.

- Es importante imaginar y escribir cómo quieres que sea tu vida ideal para poderla vivir. Para ello, te ayudará elegir verte como un ganador, tomar decisiones conscientes sobre lo que quieres y seguir tu vocación.

También te ayudará decidir en qué dos o tres cosas quieres destacar y ser un experto. Además, visualizar las recompensas a las que aspiras tras haber conseguido tus metas puede darte mucha energía en la materiali-zación de las acciones. Estas recompensas pueden ser tanto cosas ma-teriales que te gustaría obtener, así como otras metas más emocionales. Las recompensas deben ser la consecuencia de los logros obtenidos por la mejora personal y por la contribución a otras personas.

OchO pOderOsas acciOnes

Establecer hábitos saludables en nuestras vidas nos ayuda a ser más felices y sentirnos bien con nosotros mismos.

Si te habitúas a realizar día a día las siguientes acciones estarás muy cerca de conseguir los resultados extraordinarios que te habías propues-to. Si lo repites a menudo con mucha intensidad emocional, estarás ace-lerando el proceso.

Las ocho poderosas acciones que puedes realizar son:

1) Ten claro lo que quieres todos los días.

2) Acepta todas las situaciones que te ocurren en la vida. Aunque parezcan negativas puede ser un gran aprendizaje para el futuro.

3) Aprovecha todas y cada una de las oportunidades que se presen-tan en la vida.

4) Comprométete en vez de sólo desear. Un compromiso firme de-nota madurez y ganas de conseguir los resultados esperados.

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5) Ocúpate en vez de preocuparte. Cuando te preocupas no estás actuando, estás pensando negativo. Cuando te ocupas, estás viviendo el momento presente y tienes energía para llevar a cabo tus metas.

6) Ten entusiasmo y sé positivo en cada una de las acciones que realices porque te dará energía para continuar y llegar a la meta.

7) Sé agradecido con todo lo que has obtenido y confía en todo lo que vas a obtener.

8) Apuesta a caballo ganador. En vez de visualizar las acciones en negativo, visualízate como un ganador y PONTE EN ACCIÓN.

Como dice Pepu Hernández, entrenador de baloncesto: “Lo aconse-jable es guiarse por los gustos, perseguir lo que uno anhela y luego tomar decisiones. Si perdemos la vocación nos anulamos. Quien no se empeña no gana” (Hernández y López, 2007:37).

d. resultados

Cuando nuestros pensamientos son los correctos, cuando nuestros sentimientos son los correctos y cuando nuestras acciones son las co-rrectas, los resultados excelentes comienzan a aparecer.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido que nues-tro equipo pasa por un “momento dulce” en el que le sale todo, nos sentimos en sintonía con lo que hacemos, estamos concentrados y lo tenemos todo bajo control, disfrutamos con nuestro trabajo y con lo que hace nuestro equipo.

Este estado es lo que lo expertos denominan “fluencia” o experiencia óptima.

La fluencia “es un estado de conciencia en el que uno llega a estar totalmente absorbido por lo que está haciendo, hasta alcanzar la exclu-sión de todo otro pensamiento o emoción. Es una experiencia armoniosa donde mente y cuerpo trabajan juntos sin esfuerzo, dejandole a la perso-na la sensación de que algo especial ha ocurrido” (Jackson y Csikszent-mihalyi, 2002:18).

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Sin embargo, este fluir no es gratuito o accidental; es fruto de la prác-tica, del entrenamiento, de tener un propósito claro, devoción intensa y un enfoque.

Michael Jordan decía que este estado de máxima elevación es la recompensa de duros años de trabajo y preparación. Cuando esto ocu-rre, en palabras de uno de sus máximos investigadores, “proporciona una visión clave de la perfección”. Este momento es el resultado de la excelencia y poco tiene que ver con las medallas, los títulos o la fama, está más relacionado con el “oro interior”, aquel en el que todo encaja. Como escribe Phil Cousineau en su libro, La Odisea Olímpica: “Esto es por lo que la belleza, la fuerza y el placer han sido siempre cualidades inseparables del nivel de élite. El fluir no puede asirse y no puede fin-girse. Como el amor, debe de ganarse; como la gracia, sólo puede ser concedida, como la inspiración, llega sólo después de intenso trabajo interior. Y nada grande se puede conseguir sin ello”. (Cousineau, 2008).

Tal y como cuentan muchos de los atletas comprometidos con el Jue-go, la búsqueda de la excelencia es, más que un viaje corto, un viaje largo, una odisea. El viaje hacia la excelencia es una oportunidad para elevar “nuestro juego a otro nivel”, una oportunidad para mejorar, para levantarnos ante las derrotas, competir y unirnos con otros en un equipo.

Nota: Este capítulo se ha realizado con la colaboración de Santiago Scheele.

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cAPÍtulo 19.

novenA SeSión. SuPerA tuS miedoS y limPiA tu interior PArA conSeguir tuS objetivoS y lA PAz internA.

“El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”. J. W. Goethe.

Para conseguir tus metas es muy importante la acción. Hay escuelas de coaching que únicamente enseñan a sus alumnos a definir sus obje-tivos y tomar acción para conseguirlos. Y no digo que no sea efectivo; pero el trabajo es incompleto. Es posible que consigas lo que quieres, pero no la paz interior, ni la realización personal.

Yo he perseguido durante muchos años ese éxito incompleto y, aun-que lo obtuve a nivel académico y profesional, no dormía bien por las noches ni me sentía feliz plenamente. Fue cuando empecé a cuidar mi interior cuando mis resultados exteriores comenzaron a ser más extraor-dinarios si cabe.

En este capítulo verás cuál es la causa principal que hace que no avances en la vida: El miedo. También verás cómo superarlo. Además, trabajarás herramientas de “limpieza interior” para que vivas plenamen-te y disfrutes de tus resultados conseguidos.

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novena sesión

María era una atleta que estaba a punto de retirarse. Según ella, le quedaban un par de años para dejar el atletismo de manera profesio-nal. Me comentaba que estaba muy quemada y que ya no disfrutaba como antes. Al mismo tiempo sentía que los miedos que le habían perseguido durante toda su carrera deportiva no los había llegado a controlar en ningún momento y eso para ella era una gran frustración. Decía que cambiaría alguno de sus títulos europeos o mundiales por sentir tranquilidad mental en los entrenamientos y competiciones.

María era muy responsable y se agobiaba demasiado con su tra-bajo. Cualquier pequeño fallo técnico era juzgado con excesivo rigor por ella. Se criticaba con frecuencia cuando no lo hacía perfecto y se preocupaba en exceso por la opinión de su entrenador y de su familia.

Cuando nos pusimos a trabajar, María descubrió que su miedo más profundo era no poder hacer frente a un fracaso deportivo y sen-tirse vulnerable. Este miedo le había acompañado desde que era una niña y no lo había soltado desde entonces. Claro que había sido una de las atletas más laureadas de su país, pero me confesó una cosa: Los títulos le daban igual en esos momento; había descubierto cosas más importantes: Ella lo que quería era ser feliz y estar tranquila com-pitiendo, o relajada en casa con su familia.

Cuando acabamos el proceso de coaching, María estaba radiante. Encontró la solución a su problema trabajando seriamente una serie de herramientas que se centraban en descubrir sus miedos, limpiarse interiormente y ponerse en acción. María sigue compitiendo, pero lo más importante, ahora es feliz practicando su deporte acompañada de los suyos.

HeRRAMIentA 22: Descubre tus miedos y véncelos.

El miedo es una emoción que se caracteriza por un sentimiento, por lo general desagradable que es provocado por la percepción de un pe-ligro, real o ficticio, en el presente, pasado o futuro. Esta emoción tiene un gran rechazo al riesgo, por lo que una de las consecuencias más ha-bituales es no actuar: la parálisis.

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Cuando trabajas con el miedo como algo insuperable, se convierte en un obstáculo para conseguir tus objetivos. Sin embargo, cuando lo aceptas como una situación más de tu vida, lo haces de todos modos, a pesar de que el miedo te acompañe. El secreto está en descubrir qué es el miedo, cuáles son tus miedos y actuar a pesar de ellos. El miedo no te tiene que frenar ni empujar a realizar conductas ineficaces. Tienes que aceptar dicho miedo y convertirlo en tu compañero de viaje, porque quieras o no, siempre estará ahí.

Se dice que el miedo se puede dividir en tres niveles (Jeffers, 2007):

a) Nivel superficial: Son los miedos orientados hacia la situación. Son los miedos que suceden en tu vida (cambiar de equipo, envejecer, enfermedades y lesiones, accidentes, pérdidas familiares y económicas, muerte,…) y los miedos que exigen tomar una acción (comenzar o fi-nalizar un contrato, tomar decisiones, cometer errores, ser entrevistado, hablar en público, hacer amigos,…).

b) Nivel interno: Implica directamente a la integridad del yo. Los mie-dos de este nivel tienen relación con los estados internos de tu mente y muestran la capacidad de desenvolverse en el mundo. Los miedos del nivel interno son el rechazo, el éxito, el fracaso, la incapacidad, la pérdi-da de imagen, la desaprobación, sentirse engañado, sentirse vulnerable.

c) Nivel profundo: Este es el nivel central. Es el miedo mayor al que te enfrentas. Se resume en una frase: “No puedo afrontar este miedo”.

Pero si tuvieras integrado en ti que puedes afrontar cualquier cosa que se presente en tu vida, no tendrías nada a lo que temer. Cuando aumen-tas la confianza en ti mismo y empiezas a enfrentarte a tus miedos con pequeñas acciones, las cosas cambian.

Los pasos de este ejercicio para trabajar con tus miedos son los si-guientes:

1) El primer punto es saber qué es el miedo y profundizar en tu in-terior para descubrir qué es lo que te paraliza en tu vida. Además, es importante tener claro que los miedos van a surgir a medida que vas pro-gresando en tu vida y que, para sentirte mejor contigo mismo y liberarte de tus miedos, tienes que actuar.

2) Sal de tu zona de seguridad. Tu zona de seguridad es el lugar en el que te sientes cómodo y donde te mueves habitualmente. Ahí estás a gusto, pero hay un problema: no creces ni progresas. Por tanto lo que debes hacer es empezar a tomar pequeñas acciones que supongan para

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ti nuevos retos. Por ejemplo, si eres muy tímido y no hablas en el ves-tuario, te puedes proponer iniciar al menos una conversación con un compañero antes de comenzar a entrenar. Así, progresivamente debes aumentar tus retos semanales, poniéndote un reto al día.

3) Por último, cambia tu forma de pensar y actuar. Hasta ahora das mucha importancia y estudias minuciosamente si lo que vas a hacer es correcto o un error para ti. En vez de poner el foco en lo positivo y nega-tivo piensa que cualquier solución va a ser correcta y beneficiosa para ti. Cada camino que tomes, tendrá una serie de aprendizajes y experiencias que te ayudarán a mejorar y conseguir tus objetivos. Por tanto, no te blo-quees y toma un camino, porque ese será el correcto.

HeRRAMIentA 23: Limpia tu interior y descubre lo valioso que eres.

Ya expliqué en el capítulo cinco en qué consistía la ley del espejo. Recuerda lo que decía: “La realidad de nuestra vida es el espejo que refleja nuestro corazón. (…) Si nos llenamos el interior únicamente de insatisfacción, cada vez ocurrirán más acontecimientos que quieren ex-presar este descontento: y al contrario, si tenemos el corazón siempre lleno de agradecimiento, ocurrirán más acontecimientos que nos harán sentir más agradecidos”. (Noguchi, 2010: 78).

Las personas y situaciones que se presentan en tu vida, te muestran en ocasiones, aspectos de ti mismo con los cuales no te sientes a gusto. Además, las personas y situaciones que te agradan lo que están refle-jando son aspectos de ti mismo con los que te identificas y te sientes cómodo.

Un ejemplo: para borrar una palabra en tu ordenador no coges Tipp-Ex y lo aplicas directamente sobre la pantalla, sino que utilizas las teclas o el ratón para borrar dicha palabra de tu ordenador. Con tu vida sucede lo mismo. Para cambiar y borrar tus programaciones internas que te blo-quean en la consecución de tus metas, debes no cambiar lo externo, sino tus programaciones internas negativas.

Tus sentimientos de culpa, tus miedos, tus quejas, tus justificaciones, tu resentimiento, es lo que te bloquea y hace que no tengas limpio tu interior y vivas sin calma interna. Cuando empiezas a limpiar todo esto, el camino hacia tus objetivos se despeja, y como regalo recibes paz y calma interior.

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Ya vimos herramientas como la lista de agradecimiento (herramienta tres), lista de personas y cosas que quiero (herramienta nueve) y lista de perdón (herramienta seis) que nos facilitan esa limpieza interior. Vamos a detenernos y profundizar en el perdón y el agradecimiento.

Se dice que con el perdón se alcanza la calma. Cuando dices que “no puedes perdonar” es que estás enganchado todavía a ese sentimiento y que no lo estás “dejando ir”. De esta forma no consigues tu deseada paz interior. Este es el punto en el que eliges: perdonar o no perdonar. Si eliges no perdonar, ya sabes lo que te espera. Si decides perdonar te ayudaré con el siguiente ejercicio del coach japonés Noguchi ya que soy consciente de que a veces es difícil o no se tiene la herramienta adecuada.

Los pasos son los siguientes (Noguchi, 2010):

1) Lo primero, antes de perdonar a quien te ha herido, tienes que perdonarte a ti mismo. Es decir, tienes que entender y aceptar que te han herido y que nos “autoperdonamos” por no poder perdonar a la otra persona.

2) Escribe en un papel el nombre de la persona con quien te gustaría hacer las paces y escribe lo que sientes sobre esa persona. No importa que esos sentimientos sean negativos; exprésalos tal y como los sientas.

3) Escribe qué es lo que hizo esa persona para que no le puedas perdonar. Después, no juzgues los motivos. Comprende lo inmaduro de ese comportamiento, o vulnerable o torpe que se sintió esa persona al actuar así.

4) Aunque parezca difícil escribe algo que puedas agradecer a esa persona.

5) Escribe y repite durante unos minutos: “Por mi propia felicidad y paz interior perdono a…”.

6) Escribe aquello de lo que te quieras disculpar con esa persona y escribe lo que hayas aprendido después de esa experiencia.

7) Repite: “Perdono a…”. Repite este último punto durante una sema-na y “déjalo ir” después.

Con el perdón nos liberamos del lastre que arrastramos del pasado y conseguimos la paz y la victoria interior. Perdonar es liberarnos de esos sentimientos del pasado que nos atan y optar por la calma en el presente.

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HeRRAMIentA 24: Haz algo diferente.

Después de sacar las conclusiones de esta sesión como tareas, te pro-pongo actuar de forma diferente a lo que haces habitualmente. No olvi-des enfrentarte a tus miedos y trabajar el perdón.

Como ejercicio, puedes elegir uno o varios y ponerte en acción:

- Cómprate un buen libro y comprométete a buscar un momento al día para leerlo.

- Invita a alguien al cine o al teatro. Si nunca has ido solo, prueba la experiencia.

- Disfruta de una sesión de masaje o vete a un spa.

- Haz algo que llevas pensando tiempo, pero que no te atreves: apun-tarte a clases de inglés, ir a clases de yoga, tirarte en paracaídas, ir a un karting con los amigos…

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cAPÍtulo 20.

decimA SeSión. deScubre Quién ereS y tu ProPóSito en lA vidA.

“La felicidad está en mi interior. Cuanto más trabaje y culti-ve mis valores, mejor me conoceré y más disfrutaré de la vida”.

Diego Gutiérrez.

Hace unos años, cuando terminé un proceso de coaching con un fut-bolista profesional, estaba muy contento por la forma tan brillante que había tenido de conseguir sus metas de proceso y de resultado. La tem-porada fue redonda: treinta y seis partidos de Liga disputados (el jugador con más minutos de su equipo), catorce goles (cuando se fijó ocho como objetivo), y una renovación por cuatro años de varios millones de euros.

Pero la vida me hizo recordar una vez más qué es lo realmente impor-tante. Cuando realizamos la sesión de cierre, repasamos los objetivos. El coachee no paraba de repetir que ahora era feliz, que se divertía jugando al fútbol y que tenía más confianza en todo lo que hacía. Además, me anunció que se casaba con su novia y, que gracias al proceso, había redescubierto realmente lo que le hacía feliz: jugar al fútbol y disfrutar junto a su familia. Me sorprendió que no me hablase nada de los minu-tos jugados, los goles, el dinero; pero sé por qué lo hizo.

Nos pasamos mucho tiempo de nuestra existencia pensando en mejo-rar profesionalmente, obtener mayores cantidades de dinero, buscando el reconocimiento por nuestro trabajo, en comprarnos una casa o un coche mejor. No es malo ocuparse de nuestra parte exterior. Lo que realmente nos hace daño es preocuparnos únicamente del exterior sin cuidar lo más importante: Nuestro interior. Conozco por fortuna a mu-chos entrenadores y deportistas profesionales. Puedo decir que son gran-dísimas personas y mucho más que ese “personaje mediático” que sale en la televisión. Les podemos considerar como “privilegiados” dentro de nuestra sociedad ya que tienen cubiertas todas sus necesidades ma-teriales. Pero os puedo asegurar que no todos son felices y disfrutan de una vida plena, por muchos coches deportivos y mansiones de lujo que tengan.

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Para asegurarte la felicidad y vivir plenamente, necesitas trabajarlo y, teniendo tus necesidades básicas cubiertas, puedes conseguirlo si tienes claro quién eres y cuál es tu propósito en la vida.

Cuando tomas conciencia de que no estás separado del mundo, sino que perteneces a él, que has nacido con unos dones y talentos especiales diferentes a cualquier otra persona de este planeta y que has venido a este mundo a cumplir un propósito de servicio a los demás, todo parece tener más sentido.

La vida te protege cuando vives de forma coherente con tu propósito; es decir, cuando te dedicas a hacer lo que más te gusta y te apasiona porque tienes las capacidades y dones necesarios para hacerlo. Hay per-sonas que lo tienen claro desde pequeños y disfrutan plenamente desa-rrollando dichos talentos y trabajando en lo que realmente les gusta y se les da bien. Pero existen muchos otros casos donde la persona necesita mirar en su interior e identificar quién es realmente y cuál es su propó-sito. Aquello que te gusta, se te da bien y te proporciona más alegría, es una pista de cuál puede ser tu propósito. Con muchos de los ejercicios y tareas propuestas en este libro, puedes descubrir lo que más feliz te hace en esta vida y junto con tus dones y capacidades ayudar a construir un mundo mejor.

En este capítulo te propongo una serie de herramientas que te ayuda-rán a profundizar en tu interior y descubrir cuál es tu “misión” en esta vida.

décima sesión

Carlos era un futbolista que estaba en la “cresta de la ola”. Todo le iba muy bien. Era joven, pertenecía a uno de los equipos de fútbol profesional más laureados del mundo, estudiaban en una universi-dad su carrera relacionada con el deporte, había firmado un buen contrato profesional y disfrutaba de su familia y sus amigos en su tiempo de ocio.

Era consciente de su buena situación y, aunque había trabajado para llegar dónde se encontraba, se sentía agradecido por lo bien que le iba.

Pronto descubrí la razón por la que Carlos disfrutaba tanto de la vida: era una persona muy activa, sus conductas eran coherentes con su forma de pensar, trabajaba sin descanso hasta conseguir sus obje-tivos y ayudaba a todas las personas que tenía alrededor.

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Además, Carlos amaba su deporte y sentía pasión por lo que ha-cía. No entendía cómo sus compañeros de equipo se quejaban por tener que ir a entrenar o por concentrarse para los partidos oficiales. Él era feliz haciendo lo que hacía y mantenerse en esa frecuencia positiva hacía que cada vez le fuese mejor. Incluso si tenía un tropie-zo en su vida personal o profesional tenía la valentía de aceptarlo y afrontarlo para seguir su camino.

Después de divertirnos realizando el proceso de coaching llegó el cierre del proceso. Le regalé un libro del que estuvimos hablando en las sesiones previas y le dije lo contento que estaba por sus avances personales y deportivos. Carlos también se mostró muy satisfecho de su progreso y me comentó que no esperaba al inicio del proceso haber conseguido tantas cosas. No sólo estaba contento por haber obtenido sus metas: De lo que más orgulloso se mostraba era de haber crecido tantísimo personalmente y de tomar consciencia de lo importante que fue saber quién era y su “misión” en la vida. Carlos me dijo: “Con estos dos conceptos claros te aseguras progresar en la vida, conseguir tus metas y vivir feliz”.

HeRRAMIentA 25: Descubre quién eres.

Hemos visto en la introducción de este capítulo lo importante que es conocer quién eres para vivir de una forma plena y feliz. Cada una de las herramientas y ejercicios que llevamos a cabo en un proceso de coaching, sirven también para eso: Para tomar conciencia de qué es lo que haces, qué es lo que piensas y crees y, sobre todo, para redescubrir quién eres realmente cuando miras en tu interior y te despojas de lo que tienes, de tu trabajo y de la opinión de los demás. Tú eres mucho más que estas cosas. Sabes que, aunque a veces no te comportes o pienses de una forma poco beneficiosa para ti, en tu interior reside una fuerza y una luz genuina. Esa energía, como vimos en el capítulo nueve, son tus valores y tú esencia: Quién eres, tu identidad.

Para descubrir tu identidad hay, en primer lugar, que “limpiarse por dentro” con herramientas como las que hemos visto en este libro. Una vez que estás limpio, sientes tranquilidad y paz interior. Es en este mo-mento en el que estás abierto y dispuesto a conocerte mejor a ti mismo.

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Nos están diciendo desde pequeños todas las cosas “horrorosas” que hacemos y lo “malos” que somos. Poco a poco nos vamos creyendo es-tas opiniones (que somos personas que no valen la pena, que no nos me-recemos lo mejor). Y esos niños felices y alegres van volviéndose cada vez más oscuros. El error radica en juzgar a las personas como “malas, perezosas, indisciplinadas, rencorosas, críticas, incapaces”. En vez de juzgar a las personas con estos adjetivos lapidarios, podríamos sancio-nar sus conductas; es decir, estas personas tienen conductas de pereza, de indisciplina, de rencor, pero no son eso. Son mucho más que sus conductas. Se sanciona la conducta o actitud, pero no se sentencia a las personas para siempre poniéndoles el valor negativo correspondiente.

Por eso tenemos que volver a recordar a los clientes que no son todas esas cosas, que ellos tienen conductas poco efectivas para su vida, pero que son maravillosos desde que nacieron; que tienen unos talentos, unos dones, unos valores y una identidad maravillosa, y que hay que volver a sacarla a relucir para sentirse especiales de nuevo y poder llevar a cabo su trabajo en esta vida de forma coherente.

El siguiente ejercicio sirve para reforzar tus valores y tu identidad:

1) Escribe en un papel cómo te ves a ti mismo (cuál es tu autoimagen) y describe quién eres tu. Verás que cuando escribes se van a entremez-clar opiniones positivas y negativas sobre ti. Es importante fortalecer las creencias positivas que tienes y descubrir de dónde vienen las creencias negativas para luego transformar dichas creencias en otras potenciado-ras. Si quieres tener una vida plena y triunfante es preciso alinear tus creencias, valores y autoimagen con la manera en que quieres que sea tu vida ideal. Si quieres una vida feliz y exitosa tienes que verte primero como una persona feliz y exitosa.

Yo soy…

2) Escribe lo que aprendiste sobre ti de las personas significativas de tu infancia (qué era lo que decía que eras tu madre, tu padre, tus profe-sores, tu entrenador, tu hermano, tus amigos,…). En este punto, si descu-bres opiniones negativas sobre ti, estás detectando creencias negativas que te están bloqueando e impidiendo esa felicidad y éxito que deseas. Hasta que no detectas estas creencias y eliges cambiarlas, estás frenando la consecución de tus metas. Reflexiona sobre el coste físico, mental y emocional que tienen para ti estas creencias. Transforma esas creencias negativas en creencias positivas.

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Mi madre decía que era…

Mi padre decía que era…

Mis profesores decían que era…

Mi entrenador decía que era…

Mi hermano decía que era…

Mis amigos decían que era…

Transforma lo negativo en positivo:

3) Ahora vuelve a los puntos uno y dos y recoge todas las opiniones positivas sobre ti.

Soy una persona maravillosa ya que tengo dones y valores como…

4) Elige los valores, dones y talentos que te gustaría añadir a tu nueva identidad. Cómo te gustaría que fuese tu “nuevo yo”. Te puedes inspirar en personas significativas para ti, personajes ilustres, etc. Todo eso que admiras en los demás.

Los valores, dones y talentos que añado a mi nueva identidad son…

5) Firma un documento de compromiso contigo mismo y tenlo a la vista para poderlo ver y repetirlo durante un tiempo hasta que quede pro-gramado en tu subconsciente. Además, cuando actúes en tu vida diaria pregúntate cómo actuaría esa nueva persona con esa nueva identidad.

A partir de hoy me comprometo a afianzar los siguientes valores, dones y talentos a mi identidad… (Añade los puntos positivos del apar-tado 1 y 2. Además, introduce los puntos 3 y 4).

Elijo ser así para disfrutar de mi vida plenamente y para que mis objetivos se lleven a efecto. De esta forma crezco personal y profesio-nalmente y ayudo a las personas que tengo alrededor.

6) Comienza a leer cómo es tu nueva identidad y a actuar de acuerdo a esos valores y dones en tu vida diaria. Verás que en unos meses tu vida empezará a cambiar.

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HeRRAMIentA 26: Descubre tu propósito en la vida.

Cuando ya sabes quién eres, es hora de descubrir tu propósito en la vida. Sigue practicando con todas las herramientas desarrolladas en el libro y generando nuevas acciones que te lleven a progresar en todos los ámbitos de tu vida.

El trabajo no es la única faceta que debes alimentar. Hemos visto la importancia que posee el tener una vida equilibrada en todas las áreas de tu vida; pero lo que sí es importante, es que tu trabajo sea satisfactorio para ti y que aportes algo valioso a eso a lo que te dedicas. Sólo de esta forma podrás realizarte personal y profesionalmente y ayudarás a los demás a que su vida sea mejor cada día. Si simplemente vas a trabajar para conseguir dinero, probablemente llegará un momento en que ir al trabajo será para ti un auténtico suplicio. Sin embargo, si te gusta tu trabajo, si te levantas cada día agradecido por lo afortunado que eres al dedicarte a algo que te gusta y que está en consonancia con tus talentos y valores, y tu propósito en la vida está en armonía con tu profesión, puedes considerarte una persona feliz.

Las personas que se dedican al deporte de forma profesional, por lo general viven su propósito ya que aman el deporte y sienten pasión por lo que hacen. Es verdad que son privilegiados por hacer lo que realmen-te les gusta pero con trabajo, dedicación y pasión, tú también puedes lograrlo.

Para ello, te propongo el siguiente ejercicio:

1) Dedica unos minutos a realizar ejercicios como la herramienta 13 (centramiento), la herramienta 16 (el estado óptimo de rendimiento) o la herramienta 17 (meditación). Cuando estés relajado y calmado podrás mirar en tu interior para identificar cuáles son tus pasiones, lo que siem-pre has deseado hacer y se te da bien. Podrás descubrir cuáles son tus dones y talentos que están alineados con tu propósito en la vida.

2) Anota en un papel cuáles son tus habilidades y talentos naturales. Qué dones tienes.

3) Escribe qué es lo que más te apasiona y te gusta hacer. Cuál sería tu trabajo ideal si pudieses elegir.

4) Describe cuáles han sido los momentos en los que más feliz te has sentido y qué es lo que más alegría te produce.

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Diego Gutiérrez


5) Anota tus fortalezas, lo que los demás dicen que se te da muy bien.

6) Ahora vuelve a parar. Vuelve al punto 1, céntrate, relájate, medita, y cuando termines escribe:

Me gustaría dedicarme en la vida a …

Mi propósito y mi misión en la vida es …

HeRRAMIentA 27: el cierre del proceso

Son muchos los deportistas y entrenadores que me preguntan: “¿Cuán-do sabré que el proceso de coaching ha finalizado?” Yo siempre les con-testo lo mismo: “Tranquilo que lo sabrás”.

Se dice que un proceso de coaching finaliza cuando el coachee con-sigue su meta o cuando, de forma autónoma y responsable, es capaz de ponerse en camino hacia su objetivo con sus propios recursos. Yo incido y digo que, además de la consecución de la meta, es fundamen-tal el cambio interior que se produce en el deportista o entrenador para afrontar su vida y nuevos retos deportivos. Aquí es donde se marca la diferencia.

Cuando un deportista o entrenador es capaz de ver y actuar en su vida de forma diferente a lo que venía haciendo hasta ahora, está preparado para cualquier nuevo desafío. Y al sentirse con energía y con recursos para llevarlo a cabo, su autoconfianza y seguridad aumentan. De esta forma el coachee es autónomo y responsable y no depende de su coach. Yo les digo a mis clientes que sólo les voy a orientar y guiar; que ellos son los verdaderos protagonistas y que tienen que ser cada vez más indepen-dientes y confiar en ellos mismos. Para ello, les doy herramientas y les apoyo durante todo el proceso. Después, yo me voy y ellos se enfrentan a su vida con nuevas herramientas y con un cambio de mentalidad que les lleva a salir triunfantes.

Dependiendo de cuál sea la meta y el periodo fijado hasta su conse-cución, la sesión de cierre se realizará de una forma u otra. No es que exista un modelo predeterminado a la hora de finalizar un proceso, pero a continuación recojo un caso práctico realizado con un deportista pro-fesional cuando realizó su última sesión.

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Coaching Deportivo


En primer lugar repasamos todo lo que se había trabajado. Se valoró lo siguiente:

- Cómo era su rueda de la vida personal y deportiva al inicio del proceso y cómo era ahora.

- Cuál eran sus metas de proceso y de resultado. Se evaluó el pro-ceso hasta la consecución de sus objetivos, incidiendo en que él era el responsable del éxito.

- Recordar cuál era su definición de éxito, argumentar que había conseguido su meta y comprobar cómo se sentía al conseguir sus objetivos.

Por último, vimos lo que yo llamo el “ciclo de la abundancia”. El ciclo de la abundancia consiste en lo siguiente:

1) Ver cuáles son las claves que el coachee ha potenciado y descu-bierto en su proceso de coaching.

Ejemplo: He descubierto que teniendo talento, actuando de cora-zón, creyendo en mí, viviendo el momento presente, estando “limpio por dentro”, marcándote objetivos superiores, buscando soluciones a los problemas, aprendiendo y disfrutando de los errores y siendo yo el pro-tagonista y responsable, mi éxito depende de mí.

2) El coach explica al coachee cuál es el ciclo de la abundancia:

a) Cuando trabajas con las claves anteriores, te sientes feliz, tu autoestima aumenta y tú te quieres.

b) Al quererte a ti mismo, esto se refleja y los demás también te quieren. Así la vida fluye, estás contento y tranquilo.

c) Al estar en una frecuencia positiva, no tienes molestias, quejas, justificaciones. Lo que sí tienes son deseos, actitud mental positiva, cumples con tus compromisos y piensas en hacer las cosas para tu beneficio y el de los demás.

d) El querer “ganar de esta manera” (que tu ganes y los demás tam-bién ganen) hace que actúes desde tu “Ser”. El “Ser” de las personas es esa parte esencial y pura que todos tenemos que hace que actúes y seas valiente, seguro, confiado, generoso, tranquilo y calmado. Hace que tengas confianza en que puedes y te mereces tu objetivo. El “Ser” actúa con mente calmada y atención focalizada.

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e) Para conseguir actuar desde el “Ser” hay que aplicar las herra-mientas trabajadas en el proceso de Coaching Deportivo y moverse desde esa nueva forma de pensar. Así se consigue llegar a actuar des-de el “Ser” y tener una actitud mental positiva.

f) Al hacer todo esto, la vida crece, fluye, funciona y es cada vez mejor. Y lo más importante: Depende de ti.

3) El coachee saca las últimas conclusiones del proceso.

4) El coach y el coachee se dan las gracias por el proceso realizado.

5) Yo normalmente regalo un libro a mi coachee que le guste y le pueda ayudar.

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