DEMOCRACIA ES RECONOCIMIENTO DEL OTRODr. Francisco Miró Quesada RadaDirector del diario “El Comercio”

Publicado el domingo, 8 de agosto del 2010

En reciente entrevista de Milagros Leiva al líder juvenil wampis-awajun Shuar Velásquez, quien plantea que el Perú hay que entenderlo como una sociedad pluriétnica y multinacional, planteamiento con el que coincido, al que debe agregarse nuestra realidad plurilingüística, menciona al científico social francés Alain Touraine, para quien "el tema de nuestro tiempo es resolver cómo podemos vivir dignamente juntos siendo diferentes".Efectivamente, Touraine propone una nueva visión de la democracia entendida como el re-conocimiento del otro. Concibe la democracia a través de la "otredad” concepto que también ha si-do planteado por Charles Taylor en su obra "Política del reconocimiento".Touraine sostiene que con el tiempo la palabra democracia se volvió desvalida porque solo se la entiende como un conjunto de instituciones, pero debe ser concebida como una reivindicación y una esperanza, como fue en el pasado cuando los demócratas primero lucharon por la libertad y luego por la justicia."La democracia no es necesaria más que si se trata de hacer vivir juntos a unos individuos y unos grupos a la vez diferentes y semejantes, que pertenecen al mismo conjunto, al mismo tiempo que se diferencian de los otros e incluso se oponen a ellos" dice Touraine.Esta democracia que se afirma con el reconocimiento del otro, es el lugar del diálogo y la comunicación. El ser humano es el centro de la democracia, por eso la democracia es un huma-nismo y las instituciones creadas para su funcionamiento deben orientarse en esta dirección para superar situaciones que afectan su funcionamiento integral, porque al reconocer al otro como persona, pero también sus expresiones culturales, se podrán superar aquellos comportamientos negativos que afectan su desarrollo y ejecución como son el elitismo, la xenofobia, el racismo, el sexismo, el chauvinismo y otras formas de discriminación contrarias a los valores democráticos.Esta concepción de Touraine es a la vez universal y particular. Por un lado tenemos una democracia en la globalización, en consecuencia a partir de ella se deben reconocer no solo los valores y las instituciones de Occidente, sino los

valores y las instituciones de otras culturas con sus costumbres y tradiciones diferentes del Occidente capitalista. Porque la globalización, que los franceses llaman mundialización no debe entenderse solo en términos económicos y financieros, sino a través de otras expresiones culturales y nacionales. Si Occidente se encierra culturalmente imponiendo su concepción del mundo y de la vida le está haciendo un falso servicio a la democracia que ella misma ha creado, en consecuencia debe reconocer los valores, tradiciones y costumbres de otras culturas, que reclaman por la democracia en términos de libertad y de justicia. Reclaman no ser excluidos ni marginados en sus derechos ciudadanos, piden con razón ser reconocidos en el concierto mundial.Este criterio universal se puede aplicar a casos particulares, en sociedades como la nuestra en donde el reclamo por el reconocimiento del otro es una tarea urgente. Diversas comunidades de la selva y de la sierra están en esta dirección para pedir que se les reconozcan no solo sus derechos como ciudadanos, sino su visión de la vida, sus tradiciones y sus costumbres. Pero este reclamo igualmente lo encontramos en los pueblos marginados de la costa. Es por este motivo que se alzan voces para pedir ser consultados.Como sostiene Shuar Velásquez, en la entrevista que comentamos, los nativos tienen una relación horizontal con la naturaleza y consideran necesarios los recursos que ella les brinda para poder vivir, pero por esta misma razón estiman que deben ser consultados, no solo para tener un acceso justo a los bienes, sino porque esa consulta "es una señal inequívoca de respeto". Reclaman ser reconocidos prácticamente, de hecho, en su condición humana, además de lo que deba señalar la norma que a la fecha no ha sido promulgada. La democracia no es imposición, es dialogo y entendimiento es concebir la sociedad peruana a través de sus diversas manifestaciones culturales. Solo reconociéndonos en nuestra socio diversidad podremos construir una democracia que garantice la libertad y la justicia, que son sus dos principios fundamentales.