DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

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1 TRABAJO FIN DE GRADO GRADO EN DERECHO Departamento de Derecho Público General Área de conocimiento: Derecho Constitucional Curso 2019/2020 0 DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA ESTRELA RIEIRO SALGADO TUTORA: MARÍA JOSÉ CORCHETE MARTÍN JUNIO 2020

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TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN DERECHO

Departamento de Derecho Público General

Área de conocimiento: Derecho Constitucional

Curso 2019/2020

0

DEMOCRACIA Y

RESPONSABILIDAD POLÍTICA

ESTRELA RIEIRO SALGADO

TUTORA: MARÍA JOSÉ CORCHETE MARTÍN

JUNIO 2020

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TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN DERECHO

Departamento de Derecho público general

Área de Derecho Constitucional

DEMOCRACIA Y

RESPONSABILIDAD POLÍTICA

DEMOCRACY AND POLITICAL

RESPONSIBILITY

Nombre del/la estudiante: Estrela Rieiro Salgado e-mail del/a estudiante: [email protected]

Tutor/a: Prof. María José Corchete Martín.

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RESUMEN

Actualmente el sistema democrático español sufre un importante problema de

desafección de los ciudadanos con sus representantes políticos, debido a una gestión

pública contraria a los intereses de estos.

Es por ello, que para la mejora de los sistemas democráticos sea necesario un

derecho que propicie las medidas adecuadas para retomar la confianza del pueblo

español en las personas titulares del poder en la vida pública.

Así pues, sería necesaria la construcción de un mecanismo que logre imponer

responsabilidades por las actuaciones contrarias a los intereses de los ciudadanos que

cometan estos en el ejercicio de sus cargos.

En conclusión, nos adentraremos en el estudio detallado de estas formas de control,

así como la importancia del diseño de un sistema de garantía de cumplimiento de las

obligaciones de los políticos.

PALABRAS CLAVE: Representantes políticos, ética pública y responsabilidad de los

gobernantes.

ABSTRACT

The Spanish democratic system is currently suffering from a major problem of

disaffection of citizens with their political representatives, due to public management

contraty to the interest of these.

It would therefore be necessary to build a mechanism that manages to impose

responsability for opposing actions contrary to the interest of the citizens who commit

these in exercise of their posts.

In conclusion, we will delve into the detailed study of these forms of control, as well

as the importance of design of a system to ensure compliance with politicians

obligations.

KEYWORDS: political representative, public ethic, responsibility of the rulers.

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………...1

1. RESPONSABILIDAD E INSTRUMENTOS GARANTIZADORES……..10

2. EL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN Y LA DESAFECCIÓN

POLÍTICA…………………………………………………………………….19

3. CLAVES PARA UNA DEMOCRACIA DE CALIDAD……………………29

3.1 EL PROCESO DE RENDICIÓN DE CUENTAS………………....31

3.2 CONTROL POLÍTICO COMO LÍMITE…………………………..33

3.3 SANCIONES: MOCIÓN DE CENSURA Y CUESTIÓN DE

CONFIANZA………………………………………………………35

4. RESPONSABILIDAD JUDICIAL SUBSIDIARIA.(BREVE

EXPLICACIÓN)……………………………………………………………...40

CONCLUSIONES…………………………………………………………………….45

ANEXOS……………………………………………………………………………….47

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………...49

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INTRODUCCION

No es fácil adentrarse en la explicación de un tema de tal índole como el que

explicaremos a continuación, pues cuenta con tal carga de información, reflexión y

critica a la hora de desenvolverlo, que empezaremos por una breve contextualización

del sistema democrático actual español, para ir desgranando la cuestión.

España se constituye en una monarquía parlamentaria (artículo 1.3 CE), siendo

el primero de los sustantivos de carácter simbólico. Debemos centrar pues nuestros

esfuerzos en comprender la manera en la que se articulan los poderes.

El término democracia alude a los términos latinos “demos” que significa pueblo

y “cracia” que significa poder; así lo define el Diccionario de la Lengua de la Real

Academia Española. Se trata de una “forma de gobierno en la que el poder político es

ejercido por los ciudadanos”, es decir, el poder como participación ciudadana.

Los ciudadanos acuden a las urnas para depositar su confianza en los

representantes. Es el pueblo en última instancia quien tiene el poder de decisión

como pieza clave para permitir una depuración de la responsabilidad de los cargos

políticos, ya que los ciudadanos deben decidir quién permanece en el poder y quién

debe abandonarlo, en tanto como dijo Abraham Lincoln, “la democracia es el poder

del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”.

De ahí que resulte necesaria la exigencia de responsabilidades a quienes son

titulares del poder político, por designación o representación, ya que una vez

desaparece la confianza entre quien nombra y quien es nombrado, desaparece el

motivo por el cual fue designado y, por tanto, debe abandonar el cargo.

Este sistema de confianza hace posible que el Gobierno, como poder que

administra el Estado y ejerce su autoridad, deba rendir cuentas de su gestión, ya que

es el garante del desarrollo colectivo del país y como consecuencia, debe respetar los

valores esenciales para un buen Gobierno, esto es, ser transparente, responsable y

honesto.

Uno de los problemas más relevantes a los que se enfrenta la democracia en

general y el sistema democrático español en particular, es la desafección de los

ciudadanos hacia la clase política en la que depositan su confianza a través de los

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procesos electorales. Esta desafección se ha visto en diversas ocasiones “reforzada”

ante la inactividad política para la solución de los problemas más graves a los que se

enfrenta la sociedad, como se ha venido demostrando en los últimos años en el

contexto de crisis económica y social.

La Constitución española de 1978 es un pilar fundamental en la limitación del

poder de los representantes. En ella se garantiza “la responsabilidad y la interdicción de

la arbitrariedad de los poderes públicos” (artículo 9.3 CE) en el marco del

constitucionalismo, concebido como aquella doctrina capaz de instaurar la limitación

del poder a través de la Constitución.

Sin embargo, solo es posible concebir la Constitución en el marco de una

democracia, “donde se promueven los valores fundamentales de la libertad y dignidad,

puesto que su función primordial es precisamente proteger y garantizar dichos valores

mediante la limitación a los abusos excesivos que puedan cometer quienes detentan,

circunstancialmente, el Poder Público dentro de un Estado”1.

En base a estas líneas debemos entender la responsabilidad como acción de

control y no para ser arbitrario, sino para controlar a quien gobierne: el poder en el

sentido de control del poder. Ya desde la antigua Grecia se denota que el poder siempre

corrompe y tiende a la desmesura; por ello se hace necesaria la implantación de límites

políticos a estas actuaciones.

La forma de gobierno en España es la democracia parlamentaria que se define

como la “forma en la que se articulan constitucionalmente las relaciones entre los

poderes Ejecutivo y Legislativo”2. El Ejecutivo, y más concretamente el gobierno,

obtiene su confianza de la cámara baja, “ante la que deberá rendir cuentas de la gestión,

esto es, ante la que será políticamente responsable por sus actos hasta el punto de ser

cesado”3.

En el caso español, por un lado el parlamento otorga su confianza al candidato a

Presidente, quien una vez elegido, nombrará a los miembros de su gobierno y, estos a su

1 LANDIVAR MOSIÑO, E, “El limite al poder político como función primordial de la constitución”,

Revista Bolivariana de Derecho, 2011, p 27. 2BUSTOS GISBERT, R, “Democracia parlamentaria”, Calidad democrática, reflexiones

constitucionales sobre la teoría de la realidad y del deseo, 2017, p.31. 3 BUSTOS GISBERT, R, “Democracia…, op., cit., p.31

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vez nombraran a otros cargos dentro de cada Ministerio, lo que conforma la llamada

“cadena de confianza”.

La cadena de confianza, supone que toda persona que ejerza como representante

político ha sido nombrada directamente por otra persona que ostenta un cargo

jerárquicamente superior, que le otorga su confianza y al que deben seguir las

instrucciones y directrices sin que puedan realizar actos que puedan resultar dañinos

para el interés público o que se extralimiten más allá de sus funciones.

Como señala el Profesor Bustos, en España, según el artículo 99.2 CE, la

confianza otorgada por el Congreso de los Diputados al Presidente del Gobierno está

basada en el programa político para el que se solicita la confianza en la sesión de

investidura. A su vez, el Presidente confiere su confianza al Consejo de Ministros, que

en su momento otorgan su confianza al resto de miembros del Ejecutivo. Este sistema

de confianza permite que todos los miembros del Gobierno deban rendir cuentas ante el

cargo que les otorgó su confianza para realizar su mandato.

En este punto debemos aclarar que la rendición de cuentas solo es posible en el

marco de una democracia, ya que en los regímenes autocráticos los representantes solo

son responsables ante Dios.

Actualmente este sistema de responsabilidades no está en pleno funcionamiento.

Solo se han iniciado actuaciones a golpe de escándalo político en el que ha adquirido un

papel cada vez más relevante la justicia como método para actuar frente las

ilegalidades. Con ello se ha eludido cualquier tipo de explicación y, en muy pocos

casos, han abandonado sus cargos.

El mecanismo de la responsabilidad política es “el instrumento específico de

depuración de responsabilidades característico del parlamentarismo”4. La incapacidad

del parlamento de producir el proceso de rendición de cuentas provoca que se traslade la

exigencia de responsabilidad a los tribunales, confundiéndose responsabilidad política

con responsabilidad penal.

Este sistema solo podrá mejorar mediante un cambio del ordenamiento jurídico y

una mejora en la práctica de los partidos políticos que reflejen el deber de los

4 GARCIA MORILLO, J, “Responsabilidad política y responsabilidad penal”, Revista española de

derecho constitucional, 1998, p. 110

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gobernantes como ciudadanos democráticos. Para ello, es necesario un cambio de

mentalidad política, es decir, una búsqueda de mecanismos que consigan exigir

integridad y responsabilidad de las élites políticas y que los ciudadanos se sientan

identificados con sus gobernantes.

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1. Responsabilidad e instrumentos garantizadores

Desde el final del franquismo y hasta nuestros días, la democracia española se ha

ido consolidando; sin embargo, no ha estado exenta de dificultades en su

funcionamiento. Los problemas a los que hoy en día se enfrenta derivan en parte de

ciertas prácticas políticas que debilitan la función del parlamento. Por ello, uno de los

cimientos básicos que debe tener una democracia fuerte y de calidad es la

responsabilidad de los gobernantes; que estos respondan por sus actos desde una

perspectiva política: “la rendición de cuentas”.

Por ello, conviene hacer una distinción entre responsabilidad política y

responsabilidad jurídica. De la última trataremos al final del trabajo por lo que a

continuación nos centraremos en la responsabilidad política.

Como señala el Profesor Rafael Bustos, ser responsable implica responder a las

preguntas que se formulen sobre la administración de los asuntos públicos y privados

“to be answerable”, así como justificar esas actuaciones, el porqué de las mismas y el

modo en que se llevaron a cabo, e incluso la enmienda, es decir, rendir cuentas por los

actos propios “to be accountable”, así como la asunción de las posibles sanciones que

puedan derivar del quebrantamiento de las obligaciones derivadas del cargo político “to

be held liable for”.

Esta definición constituye el punto de partida de nuestro estudio. En primer lugar,

debemos señalar que lo más importante es el proceso de rendición de cuentas mediante

el que se valoran y concretan cuáles son las actuaciones consideradas correctas y cuáles,

por el contrario, se consideran incorrectas o erróneas. Para ello los controles

constitucionales son el mecanismo necesario para asegurar la rendición de cuentas.

Las consideradas como acciones correctas de los representantes son el respeto de la

Constitución y de las leyes, que implican que todo gobernante debe respetar y someterse

a las mismas. La mayoría de estas nomas se encuentran reguladas en las leyes ordinarias

y en la Constitución que tiene como órgano especializado para su garantía el Tribunal

Constitucional.

Otro de los deberes es que el representante debe efectuar una adecuada gestión de

los intereses colectivos, es decir, debe buscar en todas sus actuaciones el mayor

beneficio para sus representados a partir de un juicio de oportunidad. Dentro de esta

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gestión podemos englobar, por ejemplo, el buen uso de los fondos públicos, la actuación

en base a los principios de buena administración y transparencia, etc…y todo ello

realizado a través de controles de buen gobierno.

La ley es por tanto la expresión escrita de los valores de la sociedad y sirve para

mantener y garantizar la democracia. Otras actuaciones consideradas adecuadas son la

transparencia en los actos de los representantes y cargos públicos, el actuar de buena fe

en relación con la administración y ejecución respecto de los fondos públicos, el

alejamiento de conductas contrarias al interés general de la sociedad, etc.

Por el contrario, se definen las actuaciones incorrectas en sentido negativo, es decir,

todas aquellas que en definitiva persigan un interés propio o de terceros y se olviden de

los intereses sociales y generales.

Además de lo anterior debemos precisar que existen varios niveles de rendición de

cuentas; una individual, por ejemplo en la que el ministro responde por sus actos y los

actos realizados por terceras personas dentro de su departamento ante el parlamento; y

otra colectiva en la que es la totalidad del Ejecutivo quien debe dar cuenta de sus actos.

En base a esta última podemos señalar que “la responsabilidad colectiva del

Gobierno ante el Congreso se asienta en tres principios: unidad en las decisiones,

confidencialidad y confianza”5

Según el profesor Bustos Gisbert en base al principio de unidad, el gobierno

responde conjuntamente de sus decisiones ya que estas son tomadas mediante consenso;

se trata de una política de primer orden, fruto del proceso de rendición de cuentas que

fortalece la posición del gobierno.

Esta responsabilidad recae sobre el Presidente del Gobierno, quien tiene el poder de

dirección y coordinación de la política y, por tanto, es quien debe nombrar a los

ministros que den apoyo a las políticas gubernamentales. En cambio si los ministros no

estás dispuestos a defender una determinada posición gubernamental, el Presidente tiene

el poder de cesarlos.

La segunda expresión de la responsabilidad colectiva es el principio de

confidencialidad. El objetivo de este principio es garantizar la libre discusión acerca de

5 BUSTOS GISBERT, R, “Democracia parlamentaria”, Calidad democrática, reflexiones

constitucionales sobre la teoría de la realidad y del deseo, 2017, p.57

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los acuerdos a tomar en el seno del gobierno y elimina los límites a las opiniones de los

ministros, es decir, garantiza el secreto de las deliberaciones.

En los ordenamientos jurídicos franceses e italianos este principio se traduce en la

imposibilidad de determinar qué personas adoptaron los argumentos y en la doctrina

británica, se exterioriza este principio en la negativa a los futuros gobiernos a tener

acceso a la documentación de los ejecutivos anteriores.

El último de los principios versa sobre la confianza del parlamento como

representante de la soberanía popular en el gobierno, que acuerda el principio y el final

de este. Esto quiere decir que el Gobierno solo podrá permanecer en el cargo mientras

tenga la confianza de la cámara.

Como acabamos de ver, la responsabilidad política debe ser ejercida de manera

solidaria. Según el artículo 108 de la Constitución Española “El Gobierno responde

solidariamente en su gestión política ante el Congreso de los Diputados”. Por tanto, esta

solidaridad significa que “por las decisiones adoptadas colegialmente en el Consejo de

Ministros responden todos sus miembros; y significa también —sobre todo en la

actualidad— que todo el Gobierno responde por las decisiones de uno solo de sus

miembros, porque hoy aquéllas son imputables a la misma línea política”6. Esto quiere

decir que, la sola decisión de un miembro del Ejecutivo puede conllevar la remoción de

todo el gobierno. De ahí que la responsabilidad individual se convierta en colectiva, sin

la necesidad de que esa decisión haya sido siquiera adoptada en Consejo de ministros.

El pilar fundamental de la responsabilidad solidaria es el principio de unidad. La

unidad de gobierno recae en la figura del presidente que, una vez elegido, será el

encargado de nombrar y cesar a los ministros (artículo 100 CE), por lo que la acción del

gobierno es una acción uniforme, y la responsabilidad por los actos de los ministros la

asume el presidente del gobierno. En definitiva, el cese del presidente implica el cese de

todo el ejecutivo (artículo 101 CE).

El parlamento a la hora de investir al Gobierno lo hace otorgándole confianza al

presidente, no a los ministros. Una vez la Cámara haya otorgado la confianza al

6 MELLADO PRADO, P “La responsabilidad política del gobierno” Revista de derecho político,

1992, p. 141.

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presidente y su programa político, este será quien designe cuáles van a ser los titulares

de las carteras ministeriales.

En base a esta lógica, sería inútil pensar que el parlamento les pueda retirar a los

ministros una confianza inexistente, porque en realidad quien les otorga su confianza es

el presidente y por tanto dependen de este. La responsabilidad política de los miembros

del gobierno solo la puede demandar el presidente y no el Congreso de los Diputados.

Como hemos visto la responsabilidad del gobierno se identifica con la imagen del

presidente, pero existen cuatro diferencias entre ambas tal y como señala el Profesor

Bustos. La primera diferencia es que cuando hablamos de gobierno, observamos que se

trata de un órgano complejo, en cambio la figura del presidente tiene funciones propias

y debe ser responsable en el ejercicio de las mismas.

En segundo lugar el Presidente cuenta con una legitimidad que proviene

directamente del parlamento y de la confianza que este haya puesto en el mismo a través

del procedimiento de investidura, donde expondrá el programa político y solicitará a la

Cámara la confianza según los artículos 99 de la CE y 170 del Reglamento del

Congreso. Además, el Presidente cuenta con el poder de toma de decisiones más

importantes para el funcionamiento del ejecutivo.

Por último, el Presidente goza de competencias propias de las cuales debe responder

por el ejercicio de ellas ante el parlamento.

El presidente es la figura encargada de velar por el correcto funcionamiento del

gobierno según el artículo 98.2 CE “El Presidente dirige la acción del Gobierno y

coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la

competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión”; en su figura recaen las

funciones de coordinación y dirección de la política general en base a los principios de

unidad y confidencialidad antes mencionados.

El gobierno debe respetar las reglas de comportamiento, debe procurar facilitar el

proceso de rendición de cuentas de los miembros en que haya puesto su confianza y en

sí mismo. Es por tanto garante solidario de las actuaciones de los ministros, en caso de

que las explicaciones de los miembros no sean suficientes debe abrir las investigaciones

convenientes y en última instancia seria la persona imputable por defecto. Es, en

definitiva, el encargado de la supervivencia del Ejecutivo, para el que cuenta con

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herramientas como la cuestión de confianza, la posibilidad de disolver las cámaras y de

optar por la dimisión, como veremos más adelante.

Aunque el presidente tiene la obligación de depurar los cargos en caso de que estos

hayan realizado un uso incorrecto de sus poderes o hayan incumplido alguna obligación,

lo hará con el coste mínimo por lo que muchas veces existirá cierto oscurantismo. En

caso de que el proceso de rendición de cuentas no llegue a buen fin, debe asumir la

responsabilidad y afrontar las sanciones, como el de responder ante la cámara, el

descenso del prestigio personal y el cese.

Por otra parte y, tal y como señala el Profesor Bustos, existen varios grados de

responsabilidad dependiendo de lo que se pide en cada caso, fruto de la necesidad de

asumir las consecuencias del proceso de rendición de cuentas.

En primer lugar una responsabilidad política informadora, en la que se notifican

datos al parlamento. Según el artículo 202 del Reglamento del Congreso, “Los

miembros del Gobierno, a petición propia o cuando así lo solicitare la Comisión

correspondiente, comparecerán ante ésta para celebrar una sesión informativa”.

Asimismo, se comenzará por la exposición oral del ministro, seguido de las preguntas

del resto de Diputados y Grupos Parlamentarios.

En segundo lugar, la responsabilidad encauzadora en tanto se trata de una

responsabilidad individual entre administración y parlamento.

En tercer lugar, la responsabilidad explicativa en la que se pide la justificación de

de las líneas de actuación adoptadas por el ejecutivo; en cuarto lugar, responsabilidad

enmendadora o rectificadora: en relación con la reparación de daños y perjuicios

ocasionados y, por último, la responsabilidad inmoladora que se corresponde con la

dimisión, moción de censura y cuestión de confianza.

En nuestra práctica parlamentaria existe por un lado, un claro rechazo de los

representantes públicos a aceptar sus responsabilidades, sobre todo cuando se trata de

altos cargos políticos como por ejemplo ministros o secretarios de Estado; sin embargo

sí que encontramos importantes asunciones de responsabilidades como la dimisión de

Luis Bárcenas, en 2009, como tesorero del Partido Popular debido a su implicación en

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el Caso Gürtel7, o en caso de responsabilidad rectificadora, cuando el gobierno durante

la pandemia permitió la salida de menores de 14 años ante la presión social y las críticas

de la oposición.

Para el adecuado funcionamiento de la responsabilidad política y, en definitiva, del

sistema democrático, deben crearse unos instrumentos capaces de garantizar que esto

sea así. Los más destacados son las Comisiones parlamentarias de investigación,

reguladas en el artículo 51 y siguientes del Reglamento del Congreso, como instrumento

extraordinario de responsabilidad, que se crean a raíz de un trabajo concreto. Por otro

lado existen las peticiones de informes, artículo 7 del Reglamento del Congreso y las

comparecencias a petición del parlamento de concretos funcionarios en su propio

nombre, artículo 110 CE y 202 Reglamento del Congreso.

El primer instrumento, las comisiones parlamentarias de investigación (ad hoc), se

encuentran reguladas en el artículo 76.1 de la CE que reza así; “1. El Congreso y el

Senado, y, en su caso, ambas Cámaras conjuntamente, podrán nombrar Comisiones de

investigación sobre cualquier asunto de interés público. Sus conclusiones no serán

vinculantes para los Tribunales, ni afectarán a las resoluciones judiciales, sin perjuicio

de que el resultado de la investigación sea comunicado al Ministerio Fiscal para el

ejercicio, cuando proceda, de las acciones oportunas” además en el apartado 2, regula

las posibles sanciones en caso de no comparecer.

Se trataría de un método de control parlamentario y de depuración de

responsabilidades de los miembros del gobierno (también se puede controlar a otros

parlamentarios que no formen parte del gobierno y sí del grupo parlamentario que

gobierna…). Este control trataría de clarificar hechos trascendentales de gran gravedad

como los numerosos escándalos políticos ocurridos en los últimos años en España, para

obtener la información necesaria de los ministros implicados y que estos sean llamados

a rendir cuentas ante el legislativo.

Como acabamos de señalar las Comisiones de investigación sirven como

mecanismo de control político pero no sancionan la conducta como sucede en el caso de

la reprobación política, aunque sirven para accionar los métodos sancionadores penales

como veremos más adelante.

7 Sentencia Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, Nº 20/2018

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El segundo de los instrumentos aparece también regulado en el texto constitucional

(artículo 77) e implica la obligación del gobierno de explicar las peticiones que reciban

de las Cámaras, tanto de manera individual como colectiva, y siempre de manera

escrita.

“Así, la Sentencia del Tribunal Constitucional STC 161/1988 de 20 de septiembre

reconoció que el art. 29.1 CE (que supone la base del artículo 77) es un derecho «uti

cives» que permite dirigir, con arreglo a la Ley a la que se remite la Constitución,

peticiones a los poderes públicos, solicitando gracia o expresando súplicas o quejas, sin

que en él se incluya el derecho a obtener respuesta favorable a lo solicitado”8.

El derecho de petición es un derecho fundamental de participación democrática y

ciudadana, que permite la comunicación entre los ciudadanos y las Cámaras. Sin

embargo, no se está obligado a conseguir la respuesta a lo que se pide, sino solo a

obtener una respuesta en un plazo de 3 meses desde que se presenta la petición.

Este derecho fundamental aparece desarrollado en la Ley Orgánica 4/2001, de 12 de

noviembre, reguladora del derecho de petición y también recogido en el ámbito

comunitario en el artículo 277 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, en

el que se recoge el derecho de petición que tienen los ciudadanos de la UE, con dominio

en Estado Miembro.

Para que se cumpla el ejercicio de este derecho es necesaria la creación de un

órgano denominado Comisión de Peticiones, que se encargan de recibir todas aquellas

pretensiones enviadas por los ciudadanos al Parlamento. Cuando hablamos en este caso

de ciudadanos, nos referimos tanto a españoles como a extranjeros.

El parlamento también puede pedir que concretos funcionarios comparezcan en su

propio nombre.

Otro de los instrumentos garantizadores de la democracia y que pueden dar lugar a

la responsabilidad política, son los medios de comunicación (radio, prensa escrita y

digital, televisión) en cuanto encargados de trasladar la información sobre los asuntos de

interés público a los ciudadanos y, por consiguiente, serán los que formen la opinión

pública. “A través de la prensa se forma la opinión pública que presiona el

8 SANZ PÉREZ. “El artículo 77 de la constitución”, “Corts: Anuario de derecho parlamentario, 2018

p.285

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comportamiento de aquellos, y que en definitiva, acaba avalando o rechazando el modo

en que han desempeñado sus funciones”9

El derecho a la información es uno de los derechos que todas las personas tienen y

está garantizado en la Constitución Española, en concreto en el artículo 20.1 d) “A

comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La

ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el

ejercicio de estas libertades”. Sobre este derecho no cabe ningún tipo de censura, solo se

contempla como límite el respeto a los derechos fundamentales y, en especial, al

derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

Es verdad que existe pluralidad de medios de comunicación, así como existe

pluralidad de partidos políticos; sin embargo no resulta suficiente para garantizar que la

información es veraz y concuerda con la realidad. Muchos de los medios de

comunicación no actúan de buena fe, basándose en la libre formación de la opinión

pública, que acaba poniendo en cuestión el suministro de información fiable y adecuada.

Actualmente son los medios de comunicación quienes llevan a cabo una importante

función de control de los poderes públicos; de hecho, son estos quienes han conseguido

destapar numerosos escándalos políticos y casos de corrupción. Sin embargo el

problema aparece cuando estos manipulan la información y difunden noticias falsas con

el fin de engañar a la opinión pública.

En una democracia como la nuestra es necesaria que existan medios plurales de

comunicación para que se pueda traducir en la libre formación de la opinión pública de

los ciudadanos. Algunos de los mecanismos para garantizar esta pluralidad pueden ser

la independencia profesional de los trabajadores, la independencia económica de los

medios de los entes locales, autonómicos y estatales que en muchos casos son los

propietarios del medio.

Por lo tanto, el deber de transmitir información de buena fe es necesario para la libre

formación de la opinión pública y de la propia democracia, “Quien transmite hechos

consciente de su falsedad no es que lesione los derechos de una concreta persona sino

que daña la legítima expectativa del titular del derecho a recibir una información veraz”

9 BUSTOS GISBERT, R, “Democracia parlamentaria”, Calidad democrática, reflexiones

constitucionales sobre la teoría de la realidad y del deseo, 2017, p. 69

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Para quienes transmitan información de mala fe, podrán imponerle sanciones de carácter

civil o penal en los casos más graves.

A priori, parece que en España existen variedad de medios de comunicación, si nos

fijamos en la prensa escrita, existen unos 85 periódicos. Sin embargo estos pertenecen a

grupos empresariales mayores, que se reducen a 10 como el grupo Prisa, o el grupo

Planeta. Esto sugiere que al final se trata de unos pocos quienes controlan la totalidad de

los medios lo que afecta a uno de los ejes principales de los medios de comunicación, el

pluralismo. Como es sabido, estos grupos suelen estar mediatizados por una

determinada ideología, lo que afecta sin duda a la exigencia de buena fe y a la garantía

de la transmisión de una información adecuada y fiable.

A mi parecer, si por ejemplo un ciudadano, suele leer un determinado periódico, esa

información tendrá un tinte distinto que si fuese otro medio de comunicación el que

hubiese consultado, provocando un cambio de percepción sobre las actuaciones de los

gobernantes según el medio que consulten, todo ello sumado a que no existen sanciones

severas a la hora de castigar la transmisión no contrastada o falsa, que genera los ya

famosos “bulos”.

Desde mi punto de vista, es necesario recuperar la credibilidad de los medios de

comunicación, que estos dejen a un lado los intereses económicos y políticos y que en

definitiva traten exclusivamente de trasladar información honesta, clara y veraz.

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2.- La corrupción y la desafección política.

La corrupción política es una constante histórica de la sociedad desde tiempos

inmemoriales. Está relacionada con la idea de descuido del bien común, aquello que es

de todos los ciudadanos. La función primordial que tienen los líderes políticos es la

protección e mejora de aquellos bienes comunes definidos como esenciales, como la

sanidad, la educación, la seguridad social. Son además los que afectan a los ciudadanos

de la manera más directa.

Un estudio elaborado por el CIS (centro de investigaciones sociológicas), Anexo

1, ha situado “el mal comportamiento de los/as políticos/as", "Lo que hacen los partidos

políticos" y "Los problemas políticos en general” y “la corrupción y el fraude” como los

principales problemas que sufre España hoy en día, que se sitúan en la lista de las

principales preocupaciones de los españoles tras el paro, la economía y la sanidad10

.

Según señala el banco mundial la corrupción es uno de los mayores obstáculos

para el desarrollo social y económico de las sociedades actuales, y en concreto de las

sociedades que tienen un régimen democrático como el español, dañando el Estado de

derecho y la justicia social11

.

Así lo señaló el entonces Presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim a raíz de

la Cumbre contra la Corrupción celebrada en Londres en el año 2016, en el que hizo

hincapié de la importancia de la transparencia para impulsar la prevención y el

descubrimiento de la corrupción.

En primer lugar debemos dar un concepto de corrupción política: “Un acto de

corrupción política implica la violación de un deber posicional. Quienes se corrompen

transgreden, activa o pasivamente, algunas de las reglas que rigen el cargo que ostentan

o la función que cumplen”12

. En todo caso, en una de las dos posiciones, activa o

pasiva, deben ser personas que detenten algún cargo público.

El término corrupción proviene del latín “corromperé” según la RAE es la

“acción y efecto de corromper o corromperse”. Esto implica la posibilidad de que el

10

http://www.cis.es/cis/export/sites/default/Archivos/Indicadores/documentos_html/TresProblemas.ht

ml 11

https://www.bancomundial.org/es/news/speech/2016/05/12/remarks-by-world-bank-group-

president-jim-yong-kim-at-anti-corruption-summit-2016 12

MALEM SEÑA, J, “La corrupción política”, Jueces para la democracia, 2000, p.27.

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representante obtenga beneficios personales debido a la influencia de la figura del

corruptor, que persigue que este realice conductas contrarias a los intereses de los

representados a cambio de una ganancia de carácter dineraria, política, profesional,

sexual, o la combinación de varias, cualquiera que sea su naturaleza.

Dentro de este esquema puede haber variantes; en primer lugar puede que el

representante, y lo que denominamos anteriormente “corruptor”, coincidan en la misma

persona, es decir, que sea el propio representante el que realice la conducta por él

mismo sin intervención de terceras personas.

La segunda variante es que sea el representante quien persiga al corruptor para

realizar dichas conductas. La tercera y última variante versa sobre los casos en los que

la actuación no es contraria a las reglas establecidas sino que se encuentra fuera de ellas.

Como es obvio, todos estos comportamientos se hacen en el más absoluto

secreto, pues el representante debe contar con la confianza de los ciudadanos si quiere

continuar en el cargo, y si estos tienen constancia de alguna actuación de este tipo

podría dar lugar a una pérdida de confianza por parte de sus electores, que se vea

reflejado en la no renovación de su cargo o que se traduzca en presiones del propio

partido al que pertenece, como forzarles a salir del cargo si no lo hacen de manera

voluntaria.

Sin embargo entre ambas soluciones la que tiene más peso es la no renovación

del cargo en las elecciones. Los partidos políticos, tienden a encubrir los casos de

corrupción para que estos dañen su imagen y sus expectativas electorales lo menos

posible. Sin embargo quien tiene la última palabra son los ciudadanos, que a través de

los resultados electorales castigan a los partidos con casos de corrupción. El ciudadano

debe exigir respeto, participación y responsabilidad.

Los ciudadanos tienen también responsabilidades, y deben actuar en beneficio de

toda la sociedad, a la hora de tomar decisiones políticas, exigiendo a los políticos

comportamientos honorables.

En estos comportamientos resulta indiferente el tipo de representación; tanto si

es pública como partitocrática, el beneficiario de la conducta corrupta, o el nivel

representativo del que se trate, ya sea el representante con el cuerpo electoral, el jefe del

gobierno con el parlamento, o el jefe del gobierno con los ministros.

Page 21: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

21

Sin embargo la responsabilidad no va a tener las mismas consecuencias

políticas, si nos centramos en los candidatos a ministros en el primer Gobierno de

Pedro Sánchez, un claro ejemplo lo encontramos con la dimisión Carmen Montón como

Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar social por irregularidades de su master en

estudios de Genero de la Universidad Rey Juan Carlos, sin embargo años más tarde,

tanto el Presidente como la Ministra de Asuntos Exteriores deciden renovar su

confianza como Embajadora Observadora Permanente ante la Organización de Estados

Americanos mediante Real Decreto 457/2020 de 10 de Marzo13

.

Las normas que nos permiten saber cuándo las conductas son adecuadas a los

intereses colectivos se encuentran dentro de nuestra legislación ordinaria, sin embargo

existen otras de carácter ético y político que aun no siendo judicialmente exigibles, sí

se espera que el representante las respete.

El ejercicio de la corrupción produce determinados efectos; en primer lugar

“menoscaba los recursos que el Estado utiliza para satisfacer las necesidades de los

ciudadanos, también desincentiva la realización de inversiones, frena el desarrollo

económico, perpetua los niveles de pobreza y promueve la ineficiencia y la

inestabilidad”14

. Se trata de una actitud negativa que implica la deslealtad del

representante. Además afecta de manera grave a la confianza de los ciudadanos en las

instituciones.

Un informe realizado por la Comisión Europea para el Consejo y el Parlamento

europeo del año 2014 relativo a la lucha contra la corrupción en la UE15

, tuvo como fin

el análisis de la corrupción y las medidas necesarias luchas contra ella.

Este informe señala que los Estados de la UE poseen instrumentos jurídicos e

intención de combatirla, pero estos no son capaces de obtener los objetivos propuestos.

En muchas ocasiones la no consecución de los objetivos es debido a que las normas no

siempre son aplicadas con determinación, y los organismos encargados de hacerlo no

tienen la autoridad para hacer cumplir las normas.

13

Noticia El Mundo

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2020/03/14/5e6a5c05fc6c83a31b8b47cb.html 14

BILBAO ALBERDI, G, “La corrupción en España”, Critica, 2014, p.3. 15

Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, sobre lucha contra la corrupción en la

UE https://eur-lex.europa.eu/resource.html?uri=cellar:058aecf0-d9b7-11e3-8cd4-

01aa75ed71a1.0004.04/DOC_2&format=PDF

Page 22: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

22

En España el organismo encargado de luchar contra la corrupción es la Fiscalía

anticorrupción española, que aunque ha abierto muchas investigaciones recibe a

posteriori presiones directas e indirectas de los políticos investigados, como acometer

contra la legitimidad de su actuación.

En general en este informe se describen las deficiencias en cada estado, y se

señalan las medidas que proporcionan a los estados impedir la corrupción. Así la lucha

contra la corrupción se considera uno de los objetivos de la Europa 2020 (estrategia de

crecimiento de la UE).

En países como España el resultado del informe señala la corrupción como una

de las mayores preocupaciones “un número relativamente bajo de encuestados

afirmaron que se les solicitó o se esperó que pagaran un soborno en los últimos 12

meses. Aunque la experiencia personal de soborno es aparentemente escasa (1-3 %), la

percepción está tan influida por los recientes escándalos políticos y la crisis financiera y

económica que ello se refleja en la impresión negativa de los encuestados sobre la

corrupción en su conjunto 90 %, 91 %, 95 % y 97 %”

Aunque la corrupción debe ser afrontada principalmente con estrategias

nacionales, pero la Unión Europea también trabaja en su prevención y lucha, ya que la

corruptela debilita el sistema democrático y sus valores, empobrece la gestión de los

fondos públicos, la buena gobernanza, el interés común para obtener beneficios

privados y como ya hemos señalado fomenta la desconfianza de los ciudadanos en las

instituciones de administración de justicia y de gobierno.

Los efectos de la corrupción son devastadores, tanto en el ámbito económico

como en el ámbito político. Sobre este último, las redes de corrupción atacan el Estado

de derecho y al propio proceso democrático. La calidad del sistema democrático se

debilita profundamente, y para corregirlo existen tres piezas clave. En primer lugar es

necesario que exista voluntad política de establecer una política anticorrupción y la

mayor transparencia política y económica.

La transparencia es una de las piezas para prevenir la corrupción, por lo que las

leyes de acceso a la información deben ser simples sin incluir procedimientos

complicados. “Por ejemplo, no contribuye a tener unas administraciones transparentes

que cuando los ciudadanos o los medios de comunicación quieren solicitar información

Page 23: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

23

al Estado estén siempre obligados a hacerlo por escrito y con el requisito de que exista

un "interés directo y legítimo" para conocer dicha información”16

Por otra parte, la democracia comprendida como garantía del pluralismo se ve

debilitada por la corrupción, esto es, por “la restricción de los mecanismos que evitan la

concentración del poder político”.

La Constitución mediante la distribución de funciones entre en los órganos

Ejecutivo, Legislativo y Judicial evita la concentración del poder. El Judicial tiene como

cometido defender la Constitución y las leyes para garantizar la eficacia del

ordenamiento jurídico, el Legislativo se encarga de elaborar las leyes, y el Ejecutivo de

controlar la adecuada observancia de las normas.

Afecta también al ejercicio de la potestad jurisdiccional, sobre todo cuando el

poder legislativo decide sobre las magistraturas más altas, nombrando a sus miembros o

ejerciendo el control sobre estos. Por ejemplo en el nombramiento de los miembros del

CGPJ, tiene gran influencia el Legislativo. Según el artículo 122.3 de la CE, cuatro son

nombrados a propuesta del Congreso y cuatro a propuesta del Senado que implica una

merma de la independencia del Poder Judicial.

Por último debemos hablar sobre la corrupción dentro de los partidos políticos.

Los partidos políticos son más importantes en las democracias, siendo uno de los

lugares más habituales en la corrupción, ya que representan elite política y como

consecuencia necesitan grandes recursos económicos, de ahí las numerosas

financiaciones ilegales que se han dado en los últimos años como por ejemplo, la

recepción de cantidades procedentes de concesiones de obras públicas, la compra de

votos, el enriquecimiento personal de los políticos u otras más sofisticadas como el

“caso Filesa” relativo al PSOE en el que “Un senador y un diputado socialistas, junto a

otras personas del partido, pusieron en marcha en la segunda década de los 80 un

entramado empresarial con el objetivo de recaudar dinero para el PSOE de manera

ilegal. En poco más de dos años amasaron unos 1.000 millones de pesetas, hasta que el

escándalo fue conocido y todos acabaron condenados.

En España ha habido y sigue habiendo numerosos escándalos políticos que

afectan al Poder Legislativo, y Judicial e incluso a la Casa Real, como la última medida

16

https://elpais.com/elpais/2016/12/26/opinion/1482755400_388159.html

Page 24: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

24

tomada por el Rey Felipe II, después de que distintos medios de comunicación

publicasen informaciones sobre Su Majestad el Rey, relativo a su designación como

beneficiario en varias Fundaciones, en el que comunica la renuncia a su herencia

personal y elimina la asignación al Rey emérito17

. Como señala el artículo 56.3 CE, la

figura del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad, sin embargo, esta

institución está dando un giro relativo a la transparencia en la gestión pública y de su

patrimonio.

En la mayoría de Estados miembros de la Unión Europea se han adoptado

revisiones y reformas en la legislación de financiación de los partidos políticos, bien es

cierto que esto ha provocado una mejoría, aún deben verse los resultados de las últimas

reformas. El sistema sigue siendo deficiente, incluso en los países ejemplares de

transparencia, como Alemania, Países Bajos, Bélgica, Estonia y Francia, por lo que es

necesario un mayor esfuerzo.

A raíz de la crisis, las movilizaciones ciudadanas provocadas por la desconfianza

en el sistema político, se centran sobre todo en la necesidad de responsabilidad y

transparencia de los políticos. Los casos de corrupción no han llegado a tener

responsabilidades, como la explicación de sus actuaciones comparecencia ante el

congreso de los diputados, y solo en los casos de gran envergadura han conllevado

responsabilidades penales como la Ministra de Sanidad del Gobierno de Mariano Rajoy,

Ana Mato, quien fue condenada como partícipe a título lucrativo de la trama Gürtel.18

Esto se basa en la ineficaz respuesta de los gobernantes a las demandas sociales,

el incremento de la corrupción y los abundantes escándalos en las que todos los partidos

políticos han visto manchados sus manos tanto en la vida pública como en la privada.

“Se calcula que el coste de la corrupción para la economía de la UE asciende a

120 000 millones EUR al año, algo menos que el presupuesto anual de la Unión

Europea.”19

.

17

Comunicado Casa Real:

https://www.casareal.es/ES/AreaPrensa/Paginas/area_prensa_comunicados_interior.aspx?data=112 18

file:///C:/Users/Estrela/Downloads/Cuadro%20condenas%20acusados%20y%20p%20t%C3%ADtulo%20

lucrativo.pdf 19

Informe de la comisión al consejo y al parlamento europeos obre la lucha contra la corrupción en la

UE, Bruselas, 3.2.2014 COM(2014) 38

Page 25: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

25

Según el resultado del Eurobarómetro realizado en 201320

, sobre la percepción

de la prevalencia de la corrupción, podemos observar que en España preocupa y mucho

el problema de la corrupción, incrementada por los sucesivos escándalos políticos y la

crisis económica.

Para combatir la corrupción deben ponerse en marcha planes globales, como

solución universal para situar la corrupción en las preferencias de la agenda política.

Para ello debemos partir de la base de la práctica Británica que surgió en los años 80

durante una crisis del sistema normativo exigible a los representantes, del que nace el

“Committeee for Standars in Public Life21

” encargada de velar por el adecuado

comportamiento de los representantes en la vida pública y relativo a temas de carácter

financiero.

Dicho comité estaba presidido por el ex magistrado Lord Nolan que dio lugar al

“Informe Nolan”. En este informe aparecen detallados los principios inspiradores del

código de conducta de los representantes británicos (desinterés, integridad, objetividad,

responsabilidad, transparencia, honestidad, liderazgo).

Sobre estos principios se han ido elaborando el tipo de conducta que deben

llevar a cabo los representantes desde regular los conflictos de intereses, obligación de

transparencia, prohibición de uso de fondos públicos para fines partidistas.

En cada país se ha ido introduciendo estos principios, algunas veces legislando,

otras estableciendo códigos de conducta y otras mediante resoluciones parlamentarias.

Con esto se produce una reflexión global acerca de los mecanismos de control político.

Para minimizar las actividades corruptas, en países como Grecia22

se han

adoptado determinadas políticas de transparencia encaminadas a ser un arma disuasoria.

La apertura de documentos, la divulgación de acuerdos y en definitiva la transparencia

en la gestión, proceden en muchos casos de la tradición latente en esos Estados

miembros.

20

https://ec.europa.eu/commfrontoffice/publicopinion/archives/ebs/ebs_397_fact_es_es.pdf 21

BUSTOS GISBERT,R “”Calidad democrática…,op., cit., p. 147 22

Ley 3861/2010, relativa a la publicación de decisiones de las instituciones públicas en Internet para

ser aplicadas.

Page 26: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

26

En España, uno de los primeros pasos a favor de la lucha contra la corrupción

política se produjo en el año 2013 y fue la entrada en vigor de la Ley de transparencia,

el acceso a la información pública y buen gobierno.23

Esta ley los define los puntos sobre los cuales debe partir toda actuación política,

solo los ciudadanos pueden sentirse identificados con las decisiones de sus

representantes si conocen cómo les afectan y bajo qué criterios actúan.

Uno de los mayores avances en la esta ley ha sido la creación del Consejo de

Transparencia y Buen Gobierno, sus funciones se recogen en el artículo 38 y en el

artículo 3 del RD 919/2014, que podemos resumir en el control y promoción del

cumplimiento de dicha ley y en especial el respeto de las autoridades a los principios

generales como la transparencia, la imparcialidad a la hora de ejercer sus funciones, la

actuación con la debida diligencia, así como la asunción de las responsabilidades por

sus propias decisiones y de los organismos que dirigen.

Los países con mayor transparencia y con mayor número de normas sobre buen

gobierno gozan de un mayor progreso social y económico. Los ciudadanos tienen la

capacidad así de juzgar correctamente a sus líderes y de decidir las consecuencias que

impondrán a estos promoviendo una mayor eficiencia de la democracia. Solo la

utilización transparente de los recursos públicos genera una identificación de los

ciudadanos con la democracia.

Indubitablemente “las políticas de lucha contra la corrupción son ahora más

visibles en la agenda política de la mayoría de los Estados miembros”24

. Los Estados

miembros en los últimos años vienen fomentando planes de lucha contra la corrupción y

políticas de adaptación.

La creación de una política contra la corrupción supone una reducción de la

desconfianza de los ciudadanos hacia sus gobernantes, sobre todo a que las decisiones

sean resultado de pactos secretos y contrarios a los intereses de estos.

23

Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública

y buen gobierno 24

Informe de la comisión al consejo y al parlamento europeos obre la lucha contra la corrupción en la

UE, Bruselas, 3.2.2014 COM(2014) 38

Page 27: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

27

Sin embargo no existe una única solución al problema de la corrupción. En el

ámbito de la Unión Europea, los remedios legislativos dependen del nivel cultural de

ese país, el grado de integración de las políticas y el marco legislativo con el que

cuenten. Desde la UE, lo que se han dado son una serie de recomendaciones de acuerdo

al escenario de cada estado miembro.

Al igual que ocurre con los organismos de lucha contra la corrupción. El informe

señala que mientras que en unos países estos organismos han sido pieza clave de la

lucha, en otros han sufrido presiones indebidas de los políticos investigados que

impiden la obtención de sus objetivos.

“A nivel internacional, los principales mecanismos de control y evaluación son

el Grupo de Estados del Consejo de Europa contra la Corrupción (GRECO), el grupo de

trabajo de la OCDE sobre el soborno y el mecanismo de revisión de la Convención de

las Naciones Unidas contra la corrupción (UNCAC)”25

.

En España la ineficacia de los mecanismos de lucha contra la corrupción han

generado un empobrecimiento de la calidad democrática. El parlamento no ha exigido

verdaderamente la rendición de cuentas a sus gobernantes, ni tampoco se han puesto en

marcha los instrumentos de control de dirigentes y cargos directivos, es decir no ha

existido una verdadera responsabilidad política.

Tampoco tenemos convenciones constitucionales que señalen cuándo el cargo

debe cesar, cuándo es responsable por los actos de aquellas personas que gozaban de su

confianza y si esos actos son considerados corrupción, a menos que se identifique con

un delito.

En mi opinión existe la necesidad de educar a la ciudadanía en base a valores

democráticos y en el aprendizaje de derechos y responsabilidades sociales. En los

últimos años se ha producido un compromiso educativo con las responsabilidades de la

ciudadanía en la vida social y cívica.

Según el artículo 1 c) de la LO de Educación26

el sistema educativo español debe

inspirarse en principios como “La transmisión y puesta en práctica de valores que

25

Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento europeos obre la lucha contra la corrupción en

la UE, Bruselas, 3.2.2014 COM(2014) 38 p.45 26

Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación

Page 28: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

28

favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la

solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a

superar cualquier tipo de discriminación”. En este artículo se reconoce la educación

como un medio necesario para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática,

responsable, critica y libre, es decir que sean los propios ciudadanos los que tomen

conciencia de las insuficiencias en los mecanismos democráticos, que sean capaces de

conocer las causas de los problemas socio-políticos actuales y desarrollar actitudes

critico-reflexivas.

La solución a la corrupción llegará en el momento en el que los líderes de los

partidos políticos y todas las personas que ostenten cargos públicos, desde los más

elevados en el ámbito nacional, hasta el alcalde del municipio más pequeño no estén

bajo sospecha de infracciones y puedan ser considerados como ciudadanos responsables

a los que se le exija de manera eficaz el proceso de rendición de cuentas.

En resumen, la corrupción es el contrapunto de la democracia, pero al tratarse de

un fenómeno universal podemos decir que su erradicación es difícil, ya que siempre

habrá personas dispuestas a defender determinadas posturas en beneficio propio (mayor

duración en el cargo, o beneficios económicos por ejemplo).

Para ello se deben alejar estas prácticas de la impunidad promoviendo la

educación en valores democráticos que fomenten la responsabilidad de ciudadanos y

representantes y en caso de que no se cumplan estos objetivos la imposición de

sanciones que hagan disminuir estas praxis, como veremos a continuación cuales van a

ser las claves para el mantenimiento de una democracia de calidad en las que parece

difícil la justificación de la corrupción.

Page 29: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

29

3. Claves para una democracia de calidad.

Como acabamos de ver, la percepción por la sociedad de las actividades corruptas

es un punto determinante para la medición de la calidad democrática en cuanto son los

representados quienes deben darse cuenta de que los intereses de los representantes, en

algunos momentos, son contrarios a los suyos.

Como señala Bustos, “Sin ninguna duda la receptividad a las demandas sociales es

uno de los elementos básicos de la calidad de la democracia, pues prescribe que los

representantes deban realizar su labor de acuerdo con las preferencias permanentes de

sus representados más allá de la esporádica celebración de elecciones.”27

.

Al no existir una definición consensuada de lo que entendemos por calidad

democrática, tendemos a confundirla con la democratización de un régimen político. Sin

embargo la mayoría de los autores coinciden que para que exista una democracia de

calidad debe existir en primer lugar régimen democrático, en el poder se ejerza bajo

control, es decir que existan instituciones que tengan autoridad para sancionar las

conductas y omisiones de otras instituciones. Este control se concreta con la rendición

de cuentas.

Para la medición de la calidad democrática tomamos en consideración el modelo

realizado por Levine y Molina en 200728

, utilizan los siguientes aspectos, en primer

lugar la calidad de la democracia se satisface con la decisión electoral, la participación

política, la accountability (rendición de cuentas); la responsiveness (Receptividad de ls

demandas sociales) y la soberanía.

En gran medida la calidad de la democracia, resulta de la participación de los

ciudadanos de manera informada en los procesos electorales, su influencia en la

adopción de decisiones así como la exigencia de responsabilidad política. Los

representantes públicos se limitan pues, a la adopción de decisiones siempre en base del

interés popular.

27

BUSTOS GISBERT, R, “Receptibilidad: El efecto demoledor de la corrupción política” Calidad

democrática. Reflexiones constitucionales desde la teoría, la realidad y el deseo, Marcial Pons, Madrid,

2017, p.135. 28

H. LEVINE Y MOLINA, La calidad de la democracia en América Latina: una visión comparada,

Red de Revistas científicas, 2007,

Page 30: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

30

La legitimidad democrática constituye el primer escalón para el análisis de la

calidad democrática. Entendemos por legitimidad el pacto entre gobernantes y

ciudadanos, mediante el cual el Gobierno puede gobernar y reclamar la obediencia de

los ciudadanos.

Como señala Bustos, el desgaste de la calidad democrática resulta en gran parte de

nuestro ineficaz sistema electoral a la hora de asegurar el voto por igual de los

ciudadanos, que se vea reflejado en una mayor proporcionalidad entre los votos

emitidos y los escaños resultantes.

Para ello el autor diseña una serie de vías para el restablecimiento del dominio sobre

los gobernantes; como “fortalecer la posición, individual de los representantes en el

seno de los partidos; generar mecanismos de control y participación en el

funcionamiento diario de los mismos; prohibir la mendacidad en los gobernantes;

asegurar un estatuto jurídico de las minorías parlamentarias; garantizar la total

transparencia de los poderes públicos, y en especial de la financiación de los partidos

políticos,…”29

29

PRESNO LINERA, M, “Reseña”, Teoría y Realidad Constitucional, 2018, p. 519

Page 31: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

31

3.1 El proceso de rendición de cuentas

El significado de rendir cuentas versa sobre la obligación de una persona que

ostenta un cargo de responsabilidad, para responder de sus actuaciones. Para que exista

rendición de cuentas debe haber al menos dos sujetos: un sujeto al que se le exige la

responsabilidad, que será siempre un representante político, y un sujeto encargado de

exigir esa rendición de cuentas. En este caso el Parlamento asume ese papel.

En una democracia como la española la rendición de cuentas es un elemento

fundamental del sistema. Es el pueblo quien a través de las elecciones otorga a los

gobernantes su confianza y les dota de responsabilidad. En el momento de toma de

posesión del cargo, estos deben responder afirmativamente a la pregunta “¿Juráis o

prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo

con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental

del Estado?”30

. De manera que todos los gobernantes deben responder ante los órganos

de control creados para ello.

Según la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, en su

artículo 15 se dispone que “toda comunidad tiene derecho a pedir a todos sus agentes

cuentas de su conducta”. Ello implica un deber de rendir cuentas por parte de los

gestores públicos y un derecho de la ciudadanía de vigilar y pedir cuentas a los

empleados públicos.

Este deber de responsabilidad los representantes políticos no se basa solo en la

idea de contestar a las preguntas, sino de justificar, explicar y enmendar, así como la

asunción de las posibles sanciones que pudieran derivarse del incumplimiento de los

deberes del encargo recibido por el gobernante31

.

El término inglés para referirse a la rendición de cuentas es el de

“accountability”, traducido al español como el término responsabilidad, identificado con

las ideas de justificar, informar y enmendar.

30

RD 707/1979, de 5 de Abril, por el que se establece la fórmula de juramento en cargos y funciones

públicas. 31

BUSTOS GISBERT, R, “Calidad democrática…, op., cit., p.100

Page 32: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

32

Según la UNESCO32

el derecho de acceso de los ciudadanos a la información

pública sobre las actividades de los Gobiernos es la clave para lograr la transparencia

democrática y que estos puedan conocer el mandato del gobernante, y decidir si ha

sucumbido a sus responsabilidades y ha utilizado los recursos públicos correctamente.

Cabe decir que las autoridades gubernativas deben llevar a cabo esta labor de

manera que se complementen unos con otros; es decir, que la labor del Parlamento, de

los Tribunales de Justicia, estén coordinadas y actúen con la más alta transparencia

hacia los medios de comunicación y la ciudadanía.

La obligación de responsabilidad nace por una parte de las exigencias contenidas

en la Constitución y en las Leyes, y por otra parte del propio convencimiento del

político de ser responsable de sus actos, como depositario de la confianza ciudadana y

como titular del cargo público que ostenta.

Ambas fuentes de responsabilidad son complementarias ya que la simple

voluntad de rendición de cuentas no es suficiente si no existen leyes que así lo exijan y

estas leyes, sin la existencia de una cultura de rendición de cuentas basada en valores

político-democráticos, no son suficientes para alcanzar el fin perseguido.

Según algunos politólogos cuando la responsabilidad sea exigida entre quién

concedió la confianza y su representante, se denomina responsabilidad vertical, de

marcada esencia social, mientras que si es exigida entre órganos situados al mismo nivel

por ejemplo entre el ejecutivo y el parlamento, se denomina responsabilidad horizontal,

de esencia institucional33

32

Informe de la UNESCO sobre el acceso de los ciudadanos a la información pública

http://portal.unesco.org/es/file_download.php/561ff4bc2719856c5184270296fc48f5EL+DERECHO+DE

+ACCESO+DE+LOS+CIUDADANOS+A+LA+INFORMACION+PUBLICA.pdf 33

BUSTOS GISBERT, R “Calidad democrática…,op., cit., p.104

Page 33: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

33

3.2 Control político como límite.

En coherencia con lo expresado hasta ahora, podemos señalar que dentro de la

responsabilidad política nos encontramos ante dos variantes; en primer lugar, nos

referiremos a aquella responsabilidad que no se encuentra regulada en ninguna norma,

denominada responsabilidad política difusa.

La responsabilidad política difusa engloba una responsabilidad moral, es decir

aquella que no representa un juicio de legalidad, sino de moralidad. Los representantes

están obligados a perseguir aquellos valores y fines de los que son responsables por el

ejercicio de sus cargos. Esta responsabilidad, como señala el Profesor Bustos depende

del grado de apoyo que reciben los gobernantes de la opinión pública, y de los

resultados electorales e incluso ante el propio partido que lo propuso como candidato.

La legitimidad que obtiene el representante está vinculada con la exigencia de

responsabilidad política.

Por el contrario, si se encuentra regulada por el derecho total o parcialmente y

posee mecanismos jurídicos que fuerzan a los representantes a responder de sus

actuaciones ante órganos constitucionales, se denomina responsabilidad política

institucionalizada, “esto es el proceso de rendición de cuentas estructurado mediante

mecanismos jurídicos que obligan al representante a explicar políticamente sus actos

ante otros órganos constitucionales como forma de poner de relieve su justificación ante

los ciudadanos”34

La actividad de los gobernantes debe perseguir fines aceptables desde el punto

de vista ético a través de medios moralmente adecuados. Existen en diversos ámbitos

(local, nacional o comunitaria) códigos de conducta pero estos carecen de los

mecanismos de seguimiento y de procedimientos sancionadores no teniendo la

capacidad disuasoria que deben tener las medidas de este tipo, dando la impresión de

impunidad.

Rafael Bustos señala a las mociones de reprobación como consecuencias de una

responsabilidad graduada. Según el autor “Las denominadas como mociones de

reprobación han intentado sustituir en nuestro sistema constitucional la inexistencia de

34

BUSTOS GISBERT, R, “Democracia parlamentaria”, Calidad democrática, reflexiones

constitucionales sobre la teoría de la realidad y del deseo, 2017, p. 104

Page 34: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

34

una responsabilidad política individual constitucionalmente exigible de los ministros en

el ejercicio de sus funciones”35

Las reprobaciones son un claro ejemplo de responsabilidad política difusa, es

decir, que la cámara tenga que reprobar a un ministro no conllevaría la dimisión de este,

sino que el efecto sería puramente moral. Aun así constituyen una autentica rendición de

cuentas del Ministro ante cualquiera de las dos cámaras por una determinada actuación

política. En este caso el presidente del Gobierno no tiene la obligación de cesar al

Ministro reprobado, ni tampoco este tiene la obligación de dimitir, puesto que la

Cámara a quién otorga la confianza es al Presidente del Gobierno.

En definitiva, el control político es un control institucionalizado, ya que se prevé

en la CE y en los Reglamentos así como difuso, puesto que los ciudadanos ejercen el

control sobre los gobernantes a través de sus propias convicciones políticas

35

JIMENEZ ASENSIO, J “Una nueva noción de responsabilidad”, Revista Española de Derecho

Constitucional, 2002, p. 257.

Page 35: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

35

3.3 Sanciones: moción de censura y cuestión de confianza.

La singular naturaleza de las sanciones derivadas de la responsabilidad política

se justifica con diversos factores; la principal es que con esta no se castigan

comportamientos ilícitos, sino lícitos pero fracasados, seguidamente esta tampoco se

basa en el castigo de conductas graves sino que las sanciones son de reducida entidad,

de ahí que se trate de una responsabilidad fácil de administrar.

No obstante estos factores no contribuyen a la aplicación de esta responsabilidad

frecuentemente, ni que los responsables acepten la sanción por pequeña que sea. Lo

determinante en la aplicación de las sanciones, no es el partido, el ministro y el

presidente sino que “lo determinante, pues política es la responsabilidad, son los

factores políticos. No debe extrañar, por tanto, que en unos casos se exija la

responsabilidad política y en otros no, pues ello dependerá no sólo de la naturaleza del

asunto, sino de su repercusión, de la oportunidad —una dimisión hoy indeseable puede

ser mañana conveniente y hasta inevitable—, de los intereses partidarios y de la

correlación de fuerzas”36

Las verdaderas sanciones son aquellas que contienen un procedimiento juridificado y

son las siguientes:

La primera de ellas sería la de dar respuesta a las preguntas del Parlamento. Según el

capítulo II, artículo 185 del reglamento del Congreso de los Diputados “Los Diputados

podrán formular preguntas al Gobierno y a cada uno de sus miembros”. Las preguntas

son redactadas por escrito, y se presentan ante la propia Mesa del Congreso, y por

medio de las cuales se solicitan datos al gobierno o se le pregunta por sus actividades y

criterios, sin que ninguna de ellas pueda estar basada en un exclusivo interés personal

“podemos considerar el interés particular del Parlamentario o de una persona

individualizada como una motivación que únicamente redundaría en beneficio de estos

sujetos”37

, o que suponga una cuestión jurídica.

En base a esta última cuestión, cabe señalar que el gobierno no es quien para

resolver cuestiones de carácter jurídico, por ejemplo, no está obligado a aclarar cuál es

36

GARCIA MORILLO, J “Responsabilidad política y responsabilidad penal” Revista Española de

Derecho Constitucional. 1998. p.94. 3737

MOLINA MORENO. L, El control parlamentario (II): Preguntas, interpelaciones y mociones,

Revista de las Cortes Generales, 2018, (Jiménez Asensio, 2002) (González Hernández, 2018) (Aragón

Reyes, 1986)p. 325

Page 36: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

36

la normativa aplicable a una situación concreta. Por ultimo en ningún caso podrán

atentar contra el decoro de la Cámara.

Otro de los límites es que estas preguntas deben ser competencia del gobierno, es

decir las preguntas no deben estar dirigidas a obtener información de la que no puedan

disponer u opiniones sobre cuestiones que no sean de su interés.

Se trata de un control sencillo y rápido, que proporciona una relación directa entre el

parlamentario y el Gobierno. Estas preguntas sirven por un lado, como mecanismo

sancionador, puesto que se exige la explicación de conductas ante el parlamento. O

puede constituirse como ventaja, si se consigue el convencimiento de la cámara, y por

tanto se evita la sanción.

Al mismo tiempo el gobierno y sus miembros están sometidos a las interpelaciones

que se puedan formular en las cámaras, artículo 111.1 CE, y que podrán versar sobre

motivos o propósitos de las conductas del ejecutivo tanto en cuestiones de política

general del gobierno o de algún Departamento Ministerial. Las interpelaciones podrán

concluir en una moción mediante la oposición de la cámara, según el artículo 184 del

Reglamento del Congreso.

En segundo lugar tenemos el descenso del prestigio personal del gobierno y de sus

ministros ante el parlamento “como consecuencia de unas respuestas insuficientes o

escasamente justificadas”38

. La insuficiencia a la hora de responder a las preguntas del

parlamento provoca la penalización política, que en este caso se traduce en el descenso

de su estima y por consiguiente de su influencia o autoridad.

El tercer método sancionador son las remodelaciones del gobierno o también llamada

responsabilidad diferida ministerial, que son producidas como consecuencia directa o

indirecta de los hechos que provocaron la rendición de cuentas. En este caso la persona

que ostentaba un determinado cargo, por ejemplo un Ministro, se ve obligado a cambiar

de puesto a petición del Presidente del Gobierno con posterioridad a los

acontecimientos que dieron lugar a la remodelación.

38

JIMÉNEZ ASENSIO, R “Una nueva noción de responsabilidad política en el sistema constitucional

español” Revista Española de Derecho Constitucional, 2002, p 249.

Page 37: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

37

Por último y la más grave es la dimisión, que aunque no suele ser la forma más

frecuente en nuestro sistema político constituye prueba indiscutible de que el sistema

funciona favorablemente.

Según el profesor Bustos Gisbert, las razones por las cuales un miembro del gobierno

debe dimitir se articulan en base a dos peticiones: la primera es que se trate de errores

políticos o personales graves, ya sea de su departamento ministerial o de su persona

exclusivamente, es decir que lo conocía y no lo haya evitado.

La segunda petición, es que se trate de un error calificado como grave y que las

particularidades del momento sean favorables para la dimisión. Igual de importante

resulta la tradición constitucional del país, la asunción de responsabilidades políticas a

lo largo del tiempo se ve reflejada en la cultura política, y si esta nunca ha presenciado

dimisiones difícilmente se sientan los precedentes para las futuras.

Cabe destacar que la dimisión no puede ser utilizada para eludir la responsabilidad de

rendir cuentas ante el parlamento, sino que es el último paso en el funcionamiento de la

responsabilidad, lo importante es que el ministro acepte el reproche de sus actos.

En este sentido debemos decir, que solo el Presidente del Gobierno es la persona

encargada de determinar si procede o no la dimisión, es decir es la persona apta para

retirarle la confianza. Sin embargo no podemos negar que el Parlamento y el Senado no

puedan dar su opinión, pero la última palabra la tiene el Presidente.

Llegados a este punto debemos centrarnos en las dos sanciones claves en el marco de

la responsabilidad política; la cuestión de confianza y la moción de censura, ambas son

los casos más exagerados de la rendición de cuentas, necesarias para garantizar el

normal funcionamiento de las instituciones.

El primero de los términos se regula en el artículo 112 de la Constitución, haciendo

mención a la posibilidad del Presidente del Gobierno, de plantear al Congreso de los

Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de

política general. Sin embargo más que un instrumento de responsabilidad resulta más

bien un instrumento de revalidación de la confianza. “El art. 112 CE es una extensión de

la letra del art. 99 CE que contempla el caso de que el programa inicial varíe y el

Page 38: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

38

Presidente entienda necesaria confirmar la confianza que se le dio en base a otras

circunstancias”39

Un cambio en el programa que inicialmente se había presentado ante el congreso

requiere de reafirmar la confianza mediante el voto favorable de la mayoría simple, lo

que demuestra que nuestra Constitución no pretendía obtener grandes formalidades para

revalidar la confianza.

A pesar de todo, esta cuestión ha sido utilizada en pocas ocasiones, concretamente ha

sido promovida 2 veces. La primera vez, fue planteada por Adolfo Suárez en 1980 por

causa del deterioro provocado por la moción de censura promovida por la oposición.

En cambio, la segunda tuvo lugar en 1990 y esta vez fue planteada por Felipe González

para enmendar la especial investidura.

Sin embargo no se trata de un mecanismo por el que se sustancie la responsabilidad

política, sino solo la retirada de confianza de la política general o del nuevo programa a

instancia del presidente. Que la oposición critique el programa o lo censure no significa

que se utilice como instrumento de responsabilidad, sino que es lo usual dentro de la

vida parlamentaria y sucede todas las semanas en las sesiones de control al Gobierno.

La moción de censura, en cambio, es un mecanismo constitucional en el que se exige

responsabilidad política al gobierno por una gestión deficiente. Se encuentra regulado

en la constitución en el artículo 113 CE “El Congreso de los Diputados puede exigir la

responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la

moción de censura”. Es decir, el Congreso manifiesta públicamente un juicio negativo

sobre la gestión del Gobierno, que si sale adelante, provocará la dimisión del Presidente

del Gobierno.

Como señala el artículo 114 CE, una vez presentada la dimisión del Gobierno al Rey

se procede a designar un nuevo Presidente supone por un lado el cese del Presidente lo

que provoca el gran problema de la regulación de la moción de censura. En palabras de

Aragón Reyes “Ahí reside uno de los graves defectos de la regulación actual de nuestra

moción de censura que aparece como figura estelar en el centro del debate no tanto el

Presidente del Gobierno censurado como el candidato a Presidente que se propone. Se

39

GONZÁLEZ HERNANDEZ, E, “El modelo de responsabilidad del gobierno en la constitución de

1978 o jugar a las siete y media”, Revista de derecho político, 2018, p. 197

Page 39: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

39

hace más hincapié en el debate sobre el Programa que este presenta que en la crítica a la

labor del Gobierno que se censura”40

.

El motivo de esta regulación, parece que sea evitar la inestabilidad del Ejecutivo, ya

que tanto en el 113 CE, como el en artículo 175.2 del Reglamento del Congreso de los

Diputados se exige la presentación de un escrito motivado, firmado por al menos treinta

y cinco diputados y en el que se debe incluir el candidato a la Presidencia, así como la

posibilidad de presentar mociones alternativas.

Se trata de un proceso complejo en favor de la estabilidad del Gobierno, para evitar

que se pueda destituir al Ejecutivo sin posibilidad de formar otro nuevo. Estos requisitos

buscan proteger al Gobierno establecido, al entender que la moción de censura

constructiva, es una garantía del parlamentarismo, que se traduce en un procedimiento

específico de control en el que se verifica que una vez se ha destruido el gobierno existe

otro que pueda sustituirlo.

40

ARAGON REYES, M, “El control parlamentario como control político”, Revista de Derecho

Político, 1986, p. 32

Page 40: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

40

4 Responsabilidad judicial subsidiaria.

En los últimos años la vida política ha estado marcada por la manifestación de

conductas corruptas o que son aptas para incurrir en ilícitos penales, que han provocado

un auge de los juicios de legalidad, es decir que sean las propias normas penales las que

reprochen estos comportamientos.

Esto pone de manifiesto que aunque los responsables políticos estén

democráticamente legitimados estén sometidos al derecho, un resumen del esquema que

se viene desarrollando en la mayoría de los casos, es que en primer lugar el que ocupa

un cargo político es acusado por los medios de comunicación y una vez se difunde esa

información se actúa en sede parlamentaria pidiendo la dimisión por las irregularidades

cometidas.

Posteriormente el representante político niega las acusaciones y rechaza la dimisión

y se envía a los tribunales para que se demuestre si inocencia o culpabilidad, ejerciendo

como acusación los dirigentes de otros partidos. De estos hechos podemos deducir que

el responsable político pretende evitar su responsabilidad política supeditando la

dimisión al fallo de los tribunales. Por lo consiguiente, se cambian los criterios de

oportunidad por los de legalidad y se sustituye la responsabilidad por la aplicación

estricta del ordenamiento jurídico,

Como advierte el profesor Bustos Gisbert la insuficiencia de controles políticos que

garanticen la responsabilidad de los gobernantes produce que todo el peso de estos

controles se traslade al control judicial. La responsabilidad pasa de ser de carácter

político (proceso de rendición de cuentas), a ser una responsabilidad judicial.

La confusión de 2 procesos radicalmente diferentes produce que el siguiente

resultado; “i) se sustituye el juicio político democrático por el juicio jurídico penal, ii)

se traslada de la sede parlamentaria a los tribunales el enfrentamiento y discusión

política, iii) se mezcla una doctrina procedente del principio democrático representativo

con un principio del estado de derecho, iv) se confunde una responsabilidad subjetiva

por culpa o dolo, por una responsabilidad objetiva que además de culpa o dolo incluye,

entre otras la responsabilidad in vigilando e in eligendo, v) se homologa un proceso de

naturaleza estrictamente política regulado solo en sus cauces por el Derecho con un

Page 41: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

41

proceso de naturaleza exclusivamente jurídica. vi) Se sustituye la sanción política

prevista para comportamientos políticos, por la sanción penal, vii) se asume que el

proceso judicial puede ser comprendido oír la opinión publica exactamente igual que el

proceso político, viii) se exige un mismo nivel de determinación de los hechos para dos

supuestos radicalmente diferentes. Mientras la responsabilidad penal requiere la fijación

nítida y firme de los hechos hasta conducir a un convencimiento judicial de la

culpabilidad, la responsabilidad política, por el contrario, requiere solo el

convencimiento político moral de tal culpabilidad. ix) Se confunden parámetros de

juicio radicalmente distintos: el ordenamiento jurídico penal (que incluye únicamente

las conductas que merecen el máximo desvalor por parte de la sociedad y un código de

conducta más vinculado a la eficacia, la moral y la ética públicas. x) Se identifican, de

forma inaceptable inocencia política e inocencia penal, xi)Se acepta que los niveles de

eficacia y decencia exigibles a los gobernantes sean los mismos que los exigibles al

común de los ciudadanos: respeto al código penal. xii) se invierte la lógica interna

temporal de ambos procesos de exigencia de responsabilidad. En primer lugar, la

responsabilidad política en el calor del debate político, en el parlamento, ante los

medios de comunicación y la opinión pública. Después, la responsabilidad penal, en

salas judiciales, con la frialdad de las formas jurídicas y sin la presencia intimidatoria ni

de los medios, ni de la opinión pública. xiii) se intercambian los argumentos utilizables:

políticos en un caso, exclusivamente jurídicos en el otro. XIV) se obliga al juez a

desarrollar un rol para el cual no está preparado. Deja de ser el aplicador neutro del

derecho, para convertirse en el árbitro de la lucha política. xv) se sustituye al electorado

y al parlamento como jueces últimos del comportamiento político de los gobernantes,

otorgando este papel a jueces y tribunales. xvi) En fin, se judicializa la política

exactamente en la misma medida que se tendrá que politizar la justicia”41

La tendencia de los implicados a la no asunción de los reproches y sanciones de

carácter político y que asiduamente se protegen para ello en la mayoría parlamentaria,

ha producido en los últimos años un incremento del control judicial puesto que por

ejemplo en sede judicial la mayoría pierde sus ventajas de condición de mayoría en

sustitución de un juez imparcial. Sin embargo esto no quiere decir que se rehúse

41

BUSTOS GISBERT, R, “Democracia parlamentaria”, Calidad democrática, reflexiones

constitucionales sobre la teoría de la realidad y del deseo, 2017, p. 141, 142.

Page 42: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

42

perseguir los delitos realizados en el ejercicio de la función pública por más que hayan

aceptado la responsabilidad política.

La posibilidad de que una responsabilidad elimine la otra debe ser inaceptable.

Aceptar que con la dimisión del responsable político, se extingue la responsabilidad

penal, es totalmente inadmisible ya que el proceso en todo caso se activaría de oficio e

incluso a través de la acción popular. “La utilización de la vía penal no es ni puede ser

nunca, pues, la consecuencia de la insuficiente asunción de responsabilidades políticas,

ya que ni siquiera de asumirse éstas se desactivaría aquella”.42

.

Ambas responsabilidades son totalmente autónomas, con la excepción de que existe

la convicción de que con la presentación de un auto de procesamiento, el procesado

tenga la obligación de dimitir.

Incluso aun cuando el control se hace estrictamente por las vías judiciales como

acabamos de ver, los ciudadanos, sienten aun así un rechazo a este control, derivado de

la manera en la que se organiza el poder judicial, por ejemplo en el nombramiento de las

personas encargadas del consejo general del poder judicial. Estas son las que en última

instancia nombran a los jueces que posteriormente juzgaran a los representantes

políticos. Incluso los partidos nombran al fiscal general del estado.

Con esto no podemos dejar de obviar la necesidad de castigar penalmente los delitos

cometidos por los representantes prevaliéndose del poder que le otorga su cargo, la

responsabilidad política no puede exterminar la responsabilidad penal.

Una de las confrontaciones más destacadas entre ambas responsabilidades se

observa claramente de la yuxtaposición entre las comisiones parlamentarias de

investigación y el control judicial de los tribunales de la actividad política. Este

problema deriva en que por lo general el Parlamento no posee de poderes judiciales,

salvo para el caso el enjuiciamiento del Rey o de los miembros del gobierno, a

diferencia del método norteamericano en el que las comisiones funcionan como

auténticos tribunales, en los que pueden disponer de abogado, derecho a no declarar,

inmunidades y en definitiva consecuencias judiciales.

42

GARCIA MORILLO, J “Responsabilidad política y responsabilidad penal” Revista Española de

Derecho Constitucional. 1998. p.18

Page 43: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

43

Y aunque en el caso español, el resultado de las investigaciones de las comisiones,

según el artículo 76.1 de la Constitución, no vincula a los tribunales, si puede influir de

alguna forma en las resoluciones judiciales, por ejemplo, cuando como resultado de una

investigación parlamentaria se concluya que las actuaciones de determinados

representantes son conductas delictivas, se iniciara a continuación el proceso penal, de

oficio por el ministerio fiscal o por los jueces según la previsión del artículo 76.1, in

fine. Aparece aquí el problema de deslindar las consecuencias de las responsabilidades

penales y políticas, “de tal forma que, a poco espíritu de autodefensa que tengan los

interesados, es poco probable que colaboren con las Comisiones, ya que ningún efecto

positivo, y sí muchos negativos, pueden seguírseles de ello: ¿tiene sentido declarar

cuando lo declarado puede ser —en realidad, será— utilizado contra el declarante en un

proceso penal?”43

La LOCI (Ley Orgánica de comparecencia ante las Comisiones de Investigación),

solo insta a que las personas comparezcan, y no que declaren como en un proceso

judicial, de lo contrario, ninguna persona se sometería a estas comisiones, ya que

incluso en un proceso penal se da el derecho a no declarar y a guardar silencio. Dentro

de este orden de ideas, el fin que buscan las comisiones de investigación es la

averiguación de la verdad política, en la que los responsables confiesen con la confianza

que todo quede en el espacio político sin que se les abra un proceso penal. No obstante,

estando abierto el proceso penal o con la advertencia de su posible inicio, no les

ocasiona ningún beneficio declarar la verdad.

“No cabe negar que este fenómeno tiene aspectos positivos, pues revela la

conciencia de que el ejercicio del poder, por democráticamente legitimado que esté,

debe estar sujeto al Derecho”44

. Es decir, en el momento en que un representante

político comete un delito, el inicio de un proceso penal para dicha persona no solo es

ineludible sino necesario.

La sustitución de la responsabilidad política por la jurídica dentro de un

parlamentarismo como el español, produce efectos negativos en la medida que

43

GARCIA MORILLO, J, “Responsabilidad política y responsabilidad penal, Revista Española de

Derecho Constitucional”, 1998, p. 105. 44

GARCIA MORILLO, J “Responsabilidad política y responsabilidad penal” Revista Española de

Derecho Constitucional. 1998. p.82

Page 44: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

44

abandona la idea del proceso de rendición de cuentas, como método de depuración de la

responsabilidad política.

El sistema parlamentario español está orientado a la despenalización de la política,

en la que cualquier fracaso político solo tendrá consecuencias de carácter político,

mediante el dialogo la amortiguación que la política parlamentaria aporta la defensa de

posiciones enfrentadas.

La politización de la justicia, por otro lado, no es la persecución de delitos

cometidos por representantes políticos sino la actividad judicial se concibe como limite

a las actuaciones políticas. Sin embargo debemos recordar que el poder judicial se

concibe como poder independiente cuya característica principal es la imparcialidad, y

no se puede utilizar los juzgados como parlamentos en busca de responsabilidades

penales en actividades políticas.

Page 45: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

45

CONCLUSIONES:

Una vez llegados a este punto solo queda valorar a modo de conclusión lo que

significa la realización de este trabajo que hemos realizado sobre la responsabilidad

política y el impacto que ha tenido en la democracia.

En primer lugar, tal y como hemos descrito en la introducción, el sistema

parlamentario español está basado en un sistema de confianza entre el Ejecutivo y el

Legislativo. La confianza constituye pues el presupuesto necesario para exigir

responsabilidades.

A lo largo de este trabajo hemos trazado los vínculos existentes entre la calidad

democrática, y del papel que desempeña está en el desarrollo de procedimientos para la

exigencia la responsabilidad política en concreto la rendición de cuentas, y los

mecanismos de superación de la corrupción política.

Hemos centrado los esfuerzos en analizar las formas de limitación del poder, y

de exigencia de responsabilidades, consagrados en nuestra constitución.

De la lectura de la obra del Profesor Bustos concluimos que el verdadero

significado de la responsabilidad política es la rendición de cuentas, como un proceso

que en definitiva pretende la obtención de información, explicación, rectificación y

corrección de los errores.

Podemos concluir que aunque se ha producido un gran avance, aún existe mucho

camino por recorrer, en particular, es necesario afianzar en nuestro país, la cultura de la

responsabilidad política, fortalecer la transparencia, como solución a muchos de los

problemas que viene arrastrando España, como las malas praxis y la corrupción que

provocan desafección de los ciudadanos hacia sus gobernantes y lesionan la percepción

que tenemos de las instituciones, siendo un riesgo para la democracia, y el estado de

derecho.

Las posibilidades de mejorar el sistema son amplias, sin embargo, bajo mi punto

de vista, sería necesario estimular el proceso de rendición de cuentas que hemos

explicado, ya que antes de ampliar a nuevos horizontes, debemos afianzar el sistema.

Lo que debemos evitar a toda costa es la judicialización de la política, además de

ser un fracaso total de los mecanismos de rendición de cuentas, supone una solución

Page 46: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

46

poco deseable en tanto los jueces no son las personas adecuadas para juzgar las

conductas de los representantes públicos, por ser un poder independiente de la política.

Page 47: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

47

ANEXO 1: Los principales problemas que existen actualmente en España. Fuente: CIS,

estudio número 3277, Marzo 2020.

Desde enero de 2020 la categoría "Los políticos en general, los partidos políticos y

la política" aparece desagregada en las tres siguientes: "El mal comportamiento de

los/as políticos/as", "Lo que hacen los partidos políticos" y "Los problemas

políticos en general"

mar-20

El paro 59.8

Las drogas 0.1

La inseguridad ciudadana 1.9

El terrorismo. ETA .

Las infraestructuras 0.2

La sanidad 19.8

La vivienda 2.8

Los problemas de índole económica 28.7

Los problemas relacionados con la calidad del empleo 15.6

Los problemas de la agricultura, ganadería y pesca 1.0

La corrupción y el fraude 16.9

Las pensiones 11.3

Los políticos en general, los partidos políticos y la política .

El mal comportamiento de los/as políticos/as 16.1

Los problemas políticos en general 16.6

Las guerras en general (Balcanes, Irán, Afganistan, etc.) 0.0

La administración de justicia 1.1

Los problemas de índole social 12.4

El racismo 0.4

La inmigración 8.2

La violencia contra la mujer 6.7

Los problemas relacionados con la juventud 1.0

La crisis de valores 1.1

La educación 7.3

Los problemas medioambientales 1.3

La salud .

El Gobierno y partidos o políticos/as concretos/as 0.9

El funcionamiento de los servicios públicos 0.1

Los problemas relacionados con la mujer 0.5

El euro (influencia en los precios, conversión, etc.) .

Los problemas relacionados con el ocio de los jóvenes .

Los nacionalismos (el estatuto de Cataluña, independentismo...) 0.8

La independencia de Cataluña (*) 7.5

El desastre del Prestige .

El terrorismo internacional (Al Qaeda, 11 S, 11 M, etc.) .

Page 48: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

48

Las preocupaciones y situaciones personales .

Las crisis alimenticias(vacas locas, gripe aviar) .

La subida de los carburantes .

La sequía .

La reforma laboral 0.0

Los recortes 0.1

Los bancos 0.2

La subida del IVA 0.2

Los desahucios 0.0

El fraude fiscal 0.0

Las hipotecas .

La monarquía 0.2

Las excarcelaciones .

La Ley del aborto .

Subida de tarifas energéticas 0.1

Ébola .

Refugiados/as 0.1

Falta de Gobierno .

La emigración .

Falta de inversión en industrias e I+D 0.3

La falta de acuerdos. Inestabilidad política 0.3

El coronavirus 3.5

Otras respuestas 5.9

Ninguno 0.2

N.S. 2.0

N.C. 0.3

(N) 3912

Page 49: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

49

BIBLIOGRAFIA

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Rafael, B. G. (2017). Calidad democrática, reflexiones constitucionales sobre la teoría

de la realidad y del deseo. Madrid: Marcial Pons.

Page 50: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

50

JURISPRUDENCIA:

Sentencia Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, Nº 20/2018

LEGISLACION:

Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación

RD 707/1979, de 5 de Abril, por el que se establece la fórmula de juramento en

cargos y funciones públicas.

Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y

buen gobierno.

Ley Griega 3861/2010, relativa a la publicación de decisiones de las instituciones

públicas en Internet para ser aplicadas.

OTROS DOCUMENTOS:

NOTICIAS:

https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-21/consejo-ministros-ninos-

gobierno-salvador-illa_2560100/

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2020/03/14/5e6a5c05fc6c83a31b8b47cb.ht

ml

https://elpais.com/elpais/2016/12/26/opinion/1482755400_388159.html

INFORMES

Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento europeos obre la lucha

contra la corrupción en la UE, Bruselas, 3.2.2014 COM (2014): https://eur-

lex.europa.eu/resource.html?uri=cellar:058aecf0-d9b7-11e3-8cd4-

01aa75ed71a1.0004.04/DOC_2&format=PDF

Informe gráficos del Eurobarómetro

https://ec.europa.eu/commfrontoffice/publicopinion/archives/ebs/ebs_397_fact_es_es.p

df

Informe de la UNESCO sobre el acceso de los ciudadanos a la información

pública

http://portal.unesco.org/es/file_download.php/561ff4bc2719856c5184270296fc48f5EL

Page 51: DEMOCRACIA Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA - USAL

51

+DERECHO+DE+ACCESO+DE+LOS+CIUDADANOS+A+LA+INFORMACION+P

UBLICA.pdf

Condenas acusados y partícipes a título lucrativo caso Gürtel file:///C:/Users/Estrela/Downloads/Cuadro%20condenas%20acusados%20y%20p%20t%C3%ADtulo%20

lucrativo.pdf

https://www.bancomundial.org/es/news/speech/2016/05/12/remarks-by-world-bank-group-president-

jim-yong-kim-at-anti-corruption-summit-2016

http://www.cis.es/cis/export/sites/default/Archivos/Indicadores/documentos_html/Tr

esProblemas.html

COMUNICADOS:

Comunicado Casa Real:

https://www.casareal.es/ES/AreaPrensa/Paginas/area_prensa_comunicados_interior.asp

x?data=112