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  • GRAMTICA, VARIACIN Y NORMA : UNA TIPOLOGA

    Violeta Demonte

    2000 . 12 .

    v/. . $> 4vt'0$ fh'SjOfiQ c o S h d k a S g c & J.a A .

    C o r a n q ,

  • GRAMTICA, VARIACIN Y NORMA : UNA TIPOLOGA*

    Violeta Demonte**

    1. Introduccin

    En el comienzo de su brillante alegato contra las supuestas anomalas del espaol americano-' Las alarmas del Dr. Amrico Castro^, dice Borges que La palabra problema puede ser una insidiosa peticin de principio. Hablar del problema judo es postular que los judos son un problema. Otro demrito de los falsos problemasaases el de promover soluciones que son falsas tambin . Mutatis mutandis. que es mucho, dir, parafraseando a Borges. que hablar de norma tiene el riesgo de llevar a la suposicin de que las lenguas tienen algo de a-normal, y que lo normal/anormal y lo normativo son en verdad problemas antes que espejismos de otras muchas diversas cuestiones. Pero vayamos por partes.

    Admitamos para empezar que. si repasamos la historia de la norma. se nos ofrecer como del todo evidente que ciertas regulaciones e indicaciones estimativas (Fernndez Ramrez) eran necesarias en un cierto momento si se aspiraba a tener modelos lingsticos : uso correcto para Nebrija: carencia de latinismos y arcasmos-pero tambin ce vulgarismos-para Valds: naturalidad en suma: pureza . en cambio, para los franceses. Lo eran tambin si se quera llevar a la conciencia de los usuarios la idea de que el empleo de la lengua es no slo fruto de la espontaneidad sino flor de cultivo y vstago de la conciencia lingstica, sea lo que sea lo que esto ltimo signifique.

    Durante el primer perodo ce la historia del pensamiento lingstico son las

    La investigacin que subyace a este trbale ha sica financiada parcialmente gracias al Proyecto de Investigacin de !a Comunicad de Madrid CS/0010/1999.Universidad Autnoma de Madrid

    3) Otras inquisiciones. 19521 en Ciras Co.T.pieias. Ecer.cs Aires. Enec. 3974: 653.2) Cr.. por ejemplo. Ramalo Ca: '.953 o Hernndez Alcr.ss 3992.

    I

  • 4 S t i - S - 5VJT5C,

    cuestiones lxicas, morfolgicas.( ha ce decirse yago y no yazgo . Ramaio: 363) y de pronunciacin las que les conciernen a quienes buscan autoridades. Por estos siglos se gesta tambin la idea de que la norma ha de encontrarse en el uso de los discretos cortesanos (las personas cultas, diramos hoy: los ingeniosos, aunque no sean nobles) y las autoridades literarias. Mucho ms adelante, ya en el presente siglo, y balo el foco de la escuela de Praga y el trabajo de algunos estructuralistas. los estudiosos-particularmente Eugenio

    fC sriu^se plantearn hacer una teora de la norma: se preocuparn por dar unadefimcin de norma y establecer su relacin con las nociones de sistema y (iso. Por otra parte, en el diverso campo de l sociolingffisticajy la etnografa de la comunicacin se empezar a debatir, con instrumentos de medida algo ms finos que la pura intuicin, el papel del prestigio y la correccin lingistica en el marco ms general de los comportamientos sociales. En este contexto, la nocin de norma, la norma sociolingflfstica ms estrictamente (aludo a los geolectos, socio!ectos. cronolectos y tecnolectos). se asocia con la de uso estadsticamente dominante (Bdart y Maurais 1983: 7) y se ofrece a su vezcomo subsidiara de dos nociones antitticas: las de variacin y unificacin. Si no hubiera variacin, no habra necesidad de normalizar: aunque la variacin vaya mucho ms all de lo que comnmente se denomina norma, y la norma se quede algo ms ac de lo que ha de caracterizarse como variacin. En efecto, se normaliza y normativiza porque conviene que la diversifcadn no debilite la uniformidad, pero tambin porque conviene establecer ciertos dialectos como los ms prestigiosos . los de quienes establecen la norma. Asi las cosas, las.

    h cuestiones de.relieve vienen a serfqu entra dentro de lo normativizableTJjqu fuerzas intervienen en esa regulacin (educacin, instituciones de la comunicacin y aparato acadmico) - y. por consiguiente. cules son los parmetros sobre los que se construye la norma o las normas!; Me ocupar slp- de la primera de las dos cuestiones (qu entra dentro de lo normativizable) y lo har de la manera restringida que paso a indicar.

    El objetivo de este trabajo es discurrir tmidamente acerca de las relacionesentre la norma y la gramtica. Ms especficamente, intentar encontrar respuestas iniciales para las siguientes preguntas: cul es el contenido sustantivo de la nocin de gramtica normativa en el momento actual?, tiene existencia independiente de la gramtica descriptiva?, qu rango lingstico.

  • gramtica, variacin y n o r m a ; u s a TIPOLOGA 5

    qu independencia ortolgica. poseen les fenmenos que habitualmente se incluyen dentro de la norma? Me interesar discurrir tambin en el sentido contrario, a saber: sobre lo que los fenmenos que se incluyen en la norma pueden aportar al estudio gramatical.

    Anticipando y esquematizando: mi respuesta a la pregunta sobre los lmites es negativa. Ms especficamente, verem.es que si se examinan desde la teora ce la gramtica los fenmenos sintcticos y lxico-sintcticos que suelen considerarse necesitados de observaciones prescriptivas. es posible agruparlos en dos series fundamentales. Distinguir entre fenmenos de variacin puramente formales- construcciones alternativas a las que se asocian valores normativos, y fenmenos ms disperses, menos ntidos y tajantes, que responden a factores lxicos y de recategorizacin y. por tanto, no se deducen claramente de los parmetros (en sentido laxo) de la gramtica. Ambas clases ce fenmenos son un subconjunlo natural de la gramtica descriptiva.

    Los dos escenarios que acabo de esbozar indican que me ocupar exclusivamente de fenmenos sintcticos y lxico-sintcticos. Respecto de ellos, no aspiro de ninguna manera a ser exhaustiva ni a traer aqu todas las cuestiones de inters: para ello hara falta disponer previamente de una sintaxis dialectal y de una gramtica normativa acadmica, moderna y bien establecida. No tratar tampoco los fenmenos relacionados con el tiempo y el moco verbal, simplemente porque no conozco suficientemente esas materias. Naturalmente, dejo fuera ce mis consideraciones ia ortografa, seguramente el terreno ms fcil de regular por consenso, y sujeto a convencin en mucho mayor medida que cualquier otra zona e la lengua.31 Sucede tambin que la ortografa no es. en sentido estricto, parte de la gramtica, es slo un cdigo necesario para la escritura, un sistema no independiente de la lengua oral pero s: con unos requisitos propios.

    Este trabajo se estructura en torno a ias siguientes dos secciones. Para empezar, repasar brevemente el lugar que les fenmenos normativos ocupan en las consideraciones ce algunos de nuestros gramticos, y el que tienen o roeran tener en tres tipos de teoras lingsticas: el estructuralismo europeo, b sociolingstica variacicnista y la gramtica generativa. En segundo lugar, y

    . Ccseriu considera la or.cgraa como un ciis3 sedal', cisiir.o. per lo tanto. del cdigo lingstico.

  • 6 "sr

    este es el punto central de esta disquisicin, estudiar por separado los fenmenos de variacin/normativizacin sintctica caractersticos de los dos grupos o tipos antes mencionados.

    2. Los fenmenos normativos en las teoras de la lengua y el lenguaje

    2.1. La gramtica normativa segn algunos gramticos (V * > * i \ ^ * , \ 1 '' '> i i, >, '

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    el Prlogo a la edicin de 1951 de su Gramtica espaola'-

    'He meditado mucho tiempo antes de decidirme a acopiar criterios estimativos frente a los hechos del lenguaje. Frecuentemente en esta obra, como es normal hacerlo, se da indirectamente una calificacin de los usos, o bien por el hecho ce estar incluidos o no dentro de la r.orma comn o literaria, o bien por su carcter arcaizante, potico, vulgar o coloquial. Pero adems he meditado largamente acerca de la posibilidad de encontrar por lo menos el sentido de una norma que se inspirase en las leves mismas del lenmaie. otie fuese dictada por la consistencia de su propia realidad' (subrayado mo, VD). (GE. ed. de 1985: 305]

    En su discurso de ingreso en la RAE. donde saca a colacin este mismo texto, seala 1. Bosque que esta acepcin de norma no es la que prevalece comnmente, y recuerda que nuestro gramtico sola distinguir entre tres sentidos de 'ncrrr.a': la que 'se investiga y se descubre" (precisamente la que se sigue del texto antes citado), "la que se distingue y se modula' (la que se deduce de adjetivos estimativos como los antes mencionados), y 'la...(que) se vigila' (Bosque 1997: 35). Podramos aadir que la primera nocin tiene que ver con la gramtica, la segunda con la sociologa del lenguaje ("correccin", "prestigio") y la tercera con la poltica (con la legislacin y los preceptos respecto de lo que ha de distinguirse y modularse).

    Fernndez Ramrez, pues, sin precisarlo apenas ( la cuestin es muy espinosa y renuncio, por el momento, a abordarla (1985: 305)). relaciona la norma con la gramtica e indica algo con lo que no se puede estar sino de acuerdo: la norma ha ce relacionarse con las leyes mismas cel lenguaje.

    En el Prlogo de su Gramtica de la lengua espaola (1994) Emilio Alarcos indica certeramente que la gramtica normativa es parte de la gramtica descriptiva: se desprende de esta, ms estrictamente, ya que r.o puede ya escribirse alejada de ella. Pero mientras que la gramtica normativa es provisional y a merced del uso (vase infra lo que nos recuerda a propsito

    del Apper.dix Prob) la gramtica descriptiva establece ordenadamente ciertos hechos (1994: 20):

    "...Que juzguemos, por ejemplo, incorrecto decir o escribir es:e rea (er. vez ce esta rea) no depende de que este y esta se designen como

  • o S U S -$Z.*3VZ.

    prenombre o adjetivo . como determinante. demostrativo o deictico : en todo caso, eso est mal dicho. Una gramtica es pues

    normativa con independencia de que sus normas queden envueltas por fuerza en este o aquel excipiente metalingffistico. Ya no seria gramtica el resultado de reducir la exposicin de los hechos a un seco repertorio de usos correctos e incorrectos, sin dar ninguna explicacin, como el viejsimo Appendbt Probi. Y ya sabemos los hablantes del brillante xito prctico de los esfuerzos normativos del Pseudoprobo: casi todo lo que condenaba ha triunfado en los romances. Conviene as oue el normativismn e forre de escptica cautela. En el orden jerrquico interno de la gramtica primero viene la descripcin de los hechos: de

    ; -l su'Peso v su medida se desprender la norma, siempre provisional v a , merced del nao* (subrayado mo. VD. [OLE, 1994: 20)).

    ;..c v VAfVl'i"Marcos, igual que Fernndez Ramrez, no parece querer renunciar a la

    norma, pero, a la vez. no considera fcil separarla de la gramtica descriptiva, al menos como objeto de conocimiento asi como en lo que respecta al 'vocabulario* que usamos para formularla.

    Moreno 2000. por un camino algo diferente, llega a la misma conclusin: en realidad toda descripcin implica la opcin por alguno de los dialectos de una lengua

    "Si lo que se describe habitualmente en los estudios gramaticales es. en la mayor parte de las ocasiones, una determinada variedad, la estndar, se est dando la impresin de que es la nica variedad accesible a ios mtodos cientficos, por ser la ms regular y sistematizaba, y se est haciendo de la descripcin prescripcin' (Moreno 2000: 56).

    Citando a Parakrhma 1995. aadir que la descripcin es siempre una forma dbil de prescripcin (Moreno 2000: 56).

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    presentar, caracterizar y razonar la variacin lingstica, ce modo que los usuarios del lenguaje puedan disponer de informacin sobre los dialectos de su propia lengua, sobre los usos estandarizados, sobre los problemas ce diglosia e interferencia (en el caso de la gramtica de zonas bilinges o ce los textos para extranjeros), sobre las connotaciones que acompaan a algunos modos de pronunciar: o sobre la impropiedad ce ciertas expresiones lxicas porque corresponden a otros registros o porque no significan lo que el hablante cree que significan. Las consideraciones sobre los usos incorrectos son propias del orden jurdico y no del lingstico, y resultan innecesarias en un momento de extensin de la educacin, y d la conciencia de que es posible ser tratado como igual siendo diferente. Ahora bien, aunque la nocin de incorreccin no tenga asidero, hay lugar para hablar de hechos errneos o. ms estrictamente, impropios de la lengua? En un sentido fuerte, sin duda no: pero lo que s permiten algunos enfoques es precisar, o atisbar. qu fenmenos son susceptibles de pervivir y coexistir con formas alternativas (porque ambas formas pueden ser derivadas por la gramtica), y cules se alejan de lo sistemticamente esperable por bordear la agramaticalidad. Para comenzar a precisar esta observacin general podemos acercarnos muy rpidamente a la consideracin de la norma y la variacin en los modelos gramaticales recientes.

    2.2. La teorizacin de la norma y la variacin. Grandes lneas

    El intento ms elaborado, aunque no exento de problemas, de situar la norma en un nivel paralelo a los dos ms extensamente utilizados para poner fronteras a los fenmenos lingsticos: lengua/habla, competer.cia/acluacin. se encuentra acaso en la distincin coseriana entre sistema, norma y habla. Coseriu 1967 aspira a ir ms all de la dicotoma saussureana lengva/habla. La nocin de norma coseriana es una clarificacin de las dos facetas que el concepto de lengua tiene en la teora de Saussure.

    "...la "lengua" como 'institucin social", ligada a otras instituciones sociales y que contiene tambin elementos no funcionales (norma) y la "lengua" como sistema abstracto de oposiciones funcionales (sistema) '1S57: 59]

  • 10 S " !* s ,

    Para Coseriu. la .norma es menos general que el sistema e incluye fenmenos fonolgicos de a]oorja: y:realizaciones morfolgicas y sintcticas escogidas. A su juicio, por ejemplo, son hechos de norma las variaciones en la longitud de las vocales finales (alargamiento que no da lugar a oposiciones distintivas) o el

    ; reforzamiento de la ren posicin implosiva (norma). En morfologa, 'por lo que - concierne a la derivacin la norma escoge, fu y opone las variantes' (op.cit.'

    79) y por eso no tenemos, dice Coseriu. papal con la acepcin de 'relativo a las papas', ni directriz, como femenino de director, aunque tengamos actriz. En sintaxis, la norma escoge variantes posibles de un esquema sintctico: en espaol es norml Se me ha caldo y no Me se ha cado, forma sin duda permitida por el sistema y que resulta regular en italiano. En suma, para Coseriu lo que concierne a la norma son las variantes permitidas, las realizaciones concretas de las mltiples potencialidades del sistema., aquellos elementos que. siendo compartidos, no forman parte propiamente del sistema, concebido este como una estricta red funcional (Brucart 1994; 1). Como bien indica Brucart. Coseriu facilitaba asi la incorporacin de los estudios de la variacin en la gramtica .

    Varios autores han sealado.41 empero, que la nocin coseriana de norma incluye elementos muy heterogneos, puesto que considera propias de la norma tanto las realizaciones que tienen que ver con factores externos (el bloqueo de ciertas realizaciones morfolgicas posibles), como realizaciones histricamente condicionadas (los paradigmas verbales flexivos irregulares): y en lo que respecta a la sintaxis, parece aludir con el trmino tanto a la variacin entre las lenguas como a variaciones que podramos considerar estilsticas.51 En este contexto, nonnal o conforme a la norma parece aludir simplemente a lo que ha llegado a establecerse con independencia de las oposiciones funcionales : lo dems, o era anormal o tena particulares valores estilsticos (acaso habra que haber dicho informativos ya que la necesidad e distinguir las diversas partes de la estructura informativa, unida a la prosodia, determina en buena medida el orden ce los constituyentes): 4 * *

    4) Me refiero en particular a Lara 1976. Snchez ce Zavaia 1982 y Brucart 1994.) Ciertamente. Coserte admite que. en el terreno de la sintaxis, es m is difcil comprobar la

    distincin entre r.rrma y sistema (op.cft.: SG)

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    '...las realizaciones normales (en sintaxis] caracterizan una lengua ms all de las oposiciones funcionales. Del mismo nodo, es verdad que en latn el sistema permita, para decir 'Pedro ana a Pablo', cualquiera de estas expresiones Pe:rus Paulum amal. Paulan Petrus amat. Petrus amat Paulum. Paulan ar.zt Petrus. Amat Petrus Paulum. Amat Paulum Petrus: pero tambin es verdad que la primera era la construccin normal, mientras que las dems, o no eran normales, o tendran particulares valeres estilsticos: el orden de las palabras en latn era mucho menos facultativo de lo que dicen nuestras gramticas.' iop.cil.'- 84)

    En esta consideracin, o que constituj'e materia de una norma son Jas realizaciones escogidas, los 'tipos regulares", y podremos hablar de normal frente a sistemtico cuando nos encontremos con variantes que no implican un cambio de significado sino diferentes formas para una misma funcin y significado ( nuestras gramticas latinas hablan de sustantivos de la tercera declinacin que admiten en el acusativo la desinencia em o im. pero la norma nunca fue totalmente indiferente sino que siempre prefiri una u otra- iop.cit.'- 76)).

    Asimismo, la norma "por su misma ndole, es menos general que el sistema' (op. cit:- 77). Hay. adems de ella, normas parciales-' sociales y regionales. Coseriu no aclara cul es la relacin entre el tipo general, ms amplio, y las normas parciales'- tampoco explcita qu tipos de fenmenos caeran dentro de estas sub-normas y qu definira a cada una. Heterogeneidad, generalidad y definicin tipolgica antes que formal o probabilsima son las caractersticas de la norma coseriana. La clarificacin de su definicin, por ltimo, queda pendiente de que se establezca con precisin qu es un tipo "normal', entre otras cuestiones.

    La lingstica terica de origen generativista. como sabemos, parte de unos planteamientos distintos a los ce la lingstica del cdigo, el sistema y las funciones. Sera poco sensato intentar resumir aqu esos planteamientos. Recordar slo que durante los momentos iniciales de esta disciplina la variacin intra e interlir.gsica apenas poda caracterizarse como no fuese a travs de la suposicin, naca descabellada por cierto, de que la gramtica de una lengua es en realidad un conjunto de gramticas, un subconjunto de los sistemas ce reglas posibles. En el segundo modelo ce Gramtica concebido por

  • 12 W l* & Z .

    esta teora de corte mentalista facultativista (el llamado modelo PP (Principios y Parmetros], an vigente con importantes modificaciones) podr darse razn de una manera precisa de la suposicin de que las variantes intra e,

    interlingisticas son mucho ms limitadas de lo que suponen las teoras de los sistemas lingsticos independientes de las caractersticas biolgicas de los sujetos. Estos sistemas estn abiertos, a variaciones ilimitadas, en suma, puesto que los sistemas posibles son muchsimos en tanto en cuanto slo las oposiciones distintivas determinan su existenciay. asimismo, se suponen sometidos a la posterior accin de los individuos (las opciones estilsticas), y de actores externos (lo que hace que se escoja) no muy precisamente determinados.

    La visin del'enguaje como capacidad genticamente determinada - toda faculta d - es bien diversa de la7 concepcin de las lenguas como sistema de oposiciones . En la visin

    genecativista la variacin est limitada (al menos una parte de ella) por la nocin de variacin paramtrica de los principios de una gramtica universal que representa el "estado iniciar de la facultad del lenguaje.

    Contrariamente a lo que a veces se ha seflalado. la gramtica generativa no presupone que en la evolucin de ja s lenguas no intervengan otros factores: antes bien, como hace notar Kroch 2001. dada la idealizacin en cuanto a la estabilidad y rapidez de la adquisicin del lenguaje, en la aplicacin extrema de tal idealizacin* parece no haber lugar para el cambio lingstico endgeno. El cambio - y la variacin que en algn momento pueda acompaarlo- debera explicarse siempre mediante el recurso a factores externos que alteraran la experiencia lingstica del nifio (Kroch 2001: 701): esta visin es excesivamente

    .simplista, como sugerir de inmediato. Ahora bien, lo que s caracteriza a la gramtica generativa es la aspiracin a distinguir en el lenguaje lo central o fijo de lo aleatorio, y la voluntad de*establecer como prioridad el estudio del lenguaje en tanto que objeto natural: prioridad en muchos sentidos: como perspectiva epistemolgica si no estudiamos el estado inicial no podremos conocer sus concreciones posibles y como actitud emprica - n i las formas de las lenguas son ilimitadas ni los cambios lo son. La cita que sigue ilustra la conveniencia de distinguir entre lo que puede estudiarse desde la perspectiva de la investigacin naturalista y lo que queda fuera de ella.

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    'El enfoque de principios y parmetros disocia dos nociones que forman parte de! concepto de iengua-l! hay una ciara distincin entre e! estado inicial de la facultad del ienguaie. por un lado. y. por otro, una instanciacin. fijados los permetros de ese estado inicial. Dejando ios milagros al margen, los objetos identificados de este modo siempre diferirn empricamente. El estado concreto de la facultad lingistica de alguien es el resultado de la interaccin de multitud de factores, slo algunos de los cuales son relevantes para el estudio de la naturaleza del lenguaje. Sobre bases mis internas a la teora, consideraremos entonces que una lengua-1 es la concrecin del estado inicial, como idealizacin de los estados efectivos de la facultad del lenguaje. Como ocurre en toda investigacin naturalista, utilizar el trmino 'idealizacin' tiende a crear confusin, pero es el procedimiento que seguimos al tratar de descubrir ... los principios reales de la naturaleza. Slo se considera ilegitima en el estudio de los aspectos mentales del mundo, otro ejemplo del pernicioso dualismo que debera ser superado.' (N. Chomsky. 1998:180)

    Aprender una lengua es modificar en la medida posible ese estado inicial 'fijando los parmetros". La variacin entre las lenguas (la variacin inlerlingistica) - y podemos suponer tambin que la que tiene lugar en el interior de una misma lengua (la variacin dialectal o intralingstica. cfr. Toribio 1999)- se deberan a la intervencin de un conjunto finito de parmetros que interactan con los principios, reglas o mecanismos de la gramtica universal.61

    Cuntos parmetros hay y cmo se formulen es una cuestin pendiente de investigacin (Kayne 1996). Es posible que tales parmetros tengan que ver con un hipottico diverso grado de especificacin de ciertas categoras (con las propiedades de los elementos gramaticales que subyacen a las categoras lxicas) .Por poner un ejemplo, el hecho de que recin'funcione como adverbio aspectual modificador del participio pasado en unos dialectos del espaol y

    ) Como cautela general, indico que no estoy identificando variacin con cambio lingstico. La explicacin del cambio es ms inplsja que la de la~ variacin en un estado de lengua. Cfr. Kroch 2001 para un interesante estado de la cuestin y Lightfoct 1999 para el desarrollo de una hiptesis muy explcita acerca si cambio lingstico que podra congeniar con los postulados ce la lingstica cbcntsfciana.Un trabajo reciente en ei que tambin se aspira a incorporar la sintaxis de los dialectos en el seno de la lingistica terica es el libro ce Ledgeway 2000 sobre los dialectos del italianos, cuyas gramticas analiza mecante un enfoque minimista (Chcmsky 1995).

  • 14 S t * S -S;J3T .

    como adverbio temporal en otros (cfr. (D ). o el que medio sea adjetivo para algunos hablantes y adverbio para otros (cfr. (2)) se debe probablemente a la naturaleza categorial de los adverbios, a su pobreza en rasgos categoriales especficos.

    (1) Un coche recin comprado - Recin lleg Juan. (i.e. Lleg hace un momento.)

    (2) Estaba medio dormido cuando llamaste - Nos quedamos medios

    Ahora bien, una vez delimitado un parmetro es posible establecer un encadenamiento de propiedades que se asocian a los mismos fenmenos: la ausencia de rasgos de persona y nmero en el verbo, por ejemplo, dar lugar a lenguas en las que es obligatorio expresar lxicamente el sujeto: y vinculadas a este hecho encontraremos una serie de propiedades caractersticas de las lenguas de sujeto nulo.

    lenguas ae sujeto nuio.La variacin diacrnica de las lenguas, los cambios a lo largo del tiempo y

    los tipos diversos de lenguas, podran deberse, entre otras razones, a cambios respecto de qu forma del parmetro^ est activa en determinados momentos.7) En el cambio de parmetro, y en la estabilidad o inestabilidad de ellos. influyen factores internos (por ejemplo el debilitamiento de las -s finales en el espaol de Puerto Rico conduce a una restructuracin del sistema verbal que incide en la realizacin de varias propiedades del parmetro del sujeto nulo y su coexistencia con el parmetro alternativo, cfr. Toribio 1993 y 1999). pero

    7) En trabaju recientes esta distincin se plasma en la que se establece entre variacin idcroparamtrica y variacin macroparamtrica (Black y Motopanyane 1996). Cfr. Kayne 1996 para observaciones sustantivas sobre la sintaxis nieroparamtriea y la variacin dialectal.

    atontados.

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    puede influir tambin el contacto de lenguas (la convivencia con el guaran explicara los tipos especficos de objetos nulos que pueden encontrarse en el espaol del Paraguay, cfr. Usher 1976): ms frecuentemente an: el contacto puede llevar a la restructuracin de los parmetros (Kroch y Taylor 1994. 1997 estudian la prdida de la propiedad V2 -s itu a r siempre el verbo en segunda posicin- del ingls antiguo y sealan que esta prdida comienza en el dialecto cel norte, por influencia del escandinavo: esto habra llevado a los hablantes cel dialecto sureo a cambios y reinterpretaciones en su propio dialecto, con efecto a sus vez en el norteo, hasta llegar a la prdida de V2. cfr. Kroch 2000: 717 y ss.).

    Con un marco de referencia como el que esquemticamente acabo de esbozar, la distincin entre lengua y dialecto adquiere otras dimensiones. En primer lugar, se Vuelve "muy. borrosa, no slo por las razones poltico-culturales siempre aducidas sino porque el nmero potencial de dialectos que pueden concebirse es numerossimo. En segundo lugar, porque permite relacionar de una manera ms perspicua la variacin dialectal y el cambio lingstico. A mi modo de ver. el inters que tiene este planteamiento reside en dos aspectos. Frente a la tradicin y frente a la sociolingistica a la que aludir de inmcdiatolo que este enfoque permitira investigar es no slo,la relacin entre los hechos de la norma y los hechos gramaticales supuestamente generales, o la extensin social y regional de determinados hechos de variacin, sino la gnesis misma de esa variacin. A saber: gu hay en la gramtica general o universal que permita anticipar los cambios y la variacin posibles. Por otra parte, al no concebir como sustantivamente diferentes la variacininterlingstica y la intralingstica, la variacin sincrnica y la diacrnica pues en todos los casos la diferencia se concibe como el resultado de una sucesin o simultaneidad de sincromas, como una suerte de permanente diglosia sintctica (Kroch 2001: 722) que puede llevar o no a cambios generales, el anlisis comparativo o paramtrico de la variacin permitir enriquecer y afinar mejor la caracterizacin de lo que pueda ser la gramtica estndar. Como los enfoques formalistas se caracterizan por el trabajo muy cuidadoso sobre los datos, convergen as con la tradicin histcricista y dialectolgica de corte filolgico y descriptivista que tambin ha mirado atentamente los fenmenos de la variacin. No obstante, un enfoque de estas caractersticas como podra

  • npensarse ce primeraJno nos va a decir cul va a ser la evolucin de los cambios

    ni exactamente cules se van a producir, pero va a permitir establecer una

    tipologa de los fenmenos de variacin basada en las clases de f Ilustrar con ms detenimiento este punto de vista en la~sfgtiient seccin de

    este trabajo. Antes quiero hacer una breve mencin de otro enfoque esencial de la variacin lingistica.

    Debemos a la sociolingQistica moderna, en particular a la sociolingistica

    variacionista. el haber proporcionado instrumentos para medir las frecuencias de aparicin o de uso de una regla-runa regla serjrariable en tanto en cuanto su .uso no sea forzosos Asi pues, aunque esta sociolingQistica Io)se haya ocupado directamente ce la norma en tanto que medida de cW ccin. ha constituido, a travs de la nocin de regla variable, un instrumento para determinar cules son los valores d e jas realizaciones y el prestigio que puede asociarse a ellas. Los estudios variacionistas. en efecto, pueden indicar numricamente la significacin social y la significacin estjlistica de las variables. Segn Labov:

    'La variacin social y estilstica presupone la opcin de decir la misma cosa de varias maneras diferentes-, a saber: tas variantes son idnticas en referencia 9 valor de verdad- -peto se oponen en su significacin social o estilstica ' (Lavob 1972: 2711

    Cuando las puntuaciones altas de una variable correlacionan con posiciones

    altas en una escala socio-econmica podemos hablar de forma de prestigio,

    cuando las puntuaciones altas de una variable correlacionen con posiciones

    altas en una escala de formalidad, podremos hablar de variable del estilo formal (y lo contrario para las puntuaciones y posiciones bajas). A la vez.

    cuando una forma variable se encuentre exclusivamente en un grupo de edad tendremos que aceptar que no estamos frente a una variable social o estilstica

    sino frente a un fenmeno de variacin generacional. Por ltimo, como la : ; seleccin de una variante tiende a concurrir con la seleccin de otras variantes v, cW a las cuales se les atribuye un mismo valor social, las configuraciones de

    > .F-'^coaparidn han de definir los dialectos y estilos sociales y. por lo tanto.

    ... deberan ser tiles para establecer los 'modelos de lengua* que han de hacerse explcitos a travs de la escuela y los medios de comunicacin.

  • GRAMATICA. VARIACIN Y NORM A UNA TIPOLOGA 17

    Un debate esencial de la sociolingistica variacicnista. -retomado recientemente con agudeza por Lpez Morales 2000- es el de si existe o no la variacin sintctica (recordemos el clsico Lavandera 1978);. /En los" enfoques cognitivistas se suele presuponer, como una especie de axioma, que todo cambio en la forma de la oracin lleva consigo algn aadido semntico (por mnimo que sea): por consiguiente no hay variacin sintctica, en el sentido de realizaciones alternativas de un mismo contenido, y la variacin ha de confinarse a la morfologia y la fonologa. Como veremos en la siguiente seccin y hemos adelantado ya. en primer lugar, hay varios casos de alternancia sin ningn cambio semntico (las varias formas de la relativizacin. la presencia de pronombres sujeto explcito en unos dialectos frente a su ausencia en otros, etc.) En segundo lugar, en los casos en que podra pensarse en una interpretacin adicional (siempre difcil de probar objetivamente, por otra parte) ese valor semntico aadido suele tener no significado lxico ni oracional sino significado gramatical (si de que es un evidencial. convendr recordar que los evidencales son un elemento de la conjugacin verbal en muchas lenguas). Ms estrictamente, hay varios tipos de formas alternativas que conviene distinguir entre si. Por ejemplo, el cambio en liTorma de la oracin puede ser sistemtico, regular a lo largo de todas las zonas y registros de la lengua, y constituir una alternancia en la realizacin de la estructura argumenta] : estas alternancias suelen conllevar significado aspectual perectivo/holstico en una de las formas (la construccin pasiva o la alternancia locativa son un ejemplo de ello ). Por otra parte, esa alternativa puede representar dos estrategias, tambin sistemticas, para situar constituyentes que son como operadores ( Juan compr qu frente a Qu compr Juan, o Todos Jos nios

    llegaron tarde frente a Los nios llegaron todos tarde). Finalmente, y esto es lo que habr de dilucidarse, tal alternativa puede ser un caso probable de variacin en la eleccin de uno u otro principio o mecanismo de la gramtica, a saber, puede ser un caso de variacin paramtrica o. ms modestamente, de diverso anlisis de algunos elementos y principios de la gramtica. En esta circunstancia, lo que se espera es que las construcciones se den en zonas y/o registros distintos. Volveremos sobre esta ltima cuestin.

    En lo que sigue de este trabajo, como he adelantado, me referir a varios fenmenos sintcticos de los que se ocupa la gramtica normativa del espaol y

  • 18 s * * - s 'Ja.

    a travs ce ellos procurar realizar algunas observaciones a propsito de las relaciones entre la norma y la gramtica y procurar acercarme tambin, si bien de manera puramente programtica, a la naturaleza de la variacin sintctica y lxico-sintctica.

    3. Norma y gramtica: estructuras sintcticas y realizaciones lxicas alternativas, y sus razones.

    La gramtica normativa,objeto con un rango terico impreciso, pero evidente como fenmeno de faciles una gramtica parcial (una sintaxis y una lxico-sintaxis parcial) o. mejor, una gramtica descriptiva en la que slo algunas de las construcciones de la lengua en sentido amplio reciben juicios estimativos. Aparte de esta gramtica, existe un conjunto amplio de fenmenos de diversos niveles-' variaciones que afectan a aspectos fontico-fonolgicos de la lengua, fenmenos de flexin verbal y de derivacin morfolgica, y

    . extranjerismos lxicos, morfolgicos y sintcticos- que no suelen incluirse en las gramticas normativas pese a su fuerte impacto en la variacin intra e- inlcrlingistica. Ciertamente, por lo que sabemos, los giros de las lenguas (la formacin de dialectos bien diferenciados o la formacin de criollos en zonas de lenguas en contacto) obedecen sobre todo a estos aspectos. En los estudios recientes sobre variacin (cfr. Borrego 1999. Hernndez Alonso 1993 Silva-Corvaln 1991. entre otros), todos estos asuntos se tratan, con toda razn, como aspectos de la variacin dialectal-* como rasgos que. asociados a otros, permiten distinguir poblaciones lingsticas: o se toman como diagnstico e cambios que se estn produciendo en comunidades bilinges y como ndices para la determinacin de modelos de contacto de lenguas.81 Las gramticas normativas, empero, abundan ms en las variaciones de las construcciones (cfr. di ! Gmez Torrego 1997). esto es. en la variacin sintctica. Paradjicamente. ^ i1 pues; la parte ms discutida en tanto que susceptible de variacin* 91 es la que aj

    ) Cfr. Meniora-Danton 1999 para un repaso exhausuvo de los tenas que tienen m is amplio tratamiento en los estudias licfX sticos sobre los latinos de las Estados Unidos ce Amrica y las propiedades de su bilxgOisRso.

    91 V. srpra y recurdese la polmica Labov 1972 Lavandera 1976 a propsito de si es adecuado

  • GRAMATICA. VARLAdN Y NORM A USA TIPOLOGA 19

    ocupa ms la atencin ce los normad vistas, quiz porque parten del supuesto implcito de que en la sintaxis no deberla haber variacin dialectal.

    En lo que sigue de este texto, con ejemplos concretos de casos del espaol, abundar en la idea de que existe variacin sintctica en sentido estricto (alternancia libre de construcciones que tienen un mismo valor de verdad), pero que esta es muy acotada, configura un conjunto menos amplio que el de los _fehmnbs fonolgicos y se establece en grandes tipos o grupos de variacin: . el de los fenmenos que representan, en efecto, opciones, paramtricas (o al menos reanlisis de ciertos parmetros), y el ce los que, por afectar a las piezas lxicas,!no dependen estrictamente del sistema de reglas y principios gramaticales sino de las categoras nombre, verbo, adjetivo y oracin-' adverbios que se comportan como adjetivos, verbos de rgimen que se hacen transitivos, etc. Este segundo grupo incluye algunos de los fenmenos que en otros marcos tericos se denominan gramaticalizaciones .* 10) Sugerir tambin que el rango de esas parametrizaciones y esas reinterpretaciones de las categoras est constreido per condiciones generales de naturalidad y simplicidad .

    3.1. Variacin relacionada con los parmetros de las gramtica

    del espaol

    La primera clase de fenmenos a la que acabo de aludir lleva implcita la suposicin de que muchos hechos que suelen incluirse dentro de la norma explcita son en realidad fenmenos sintcticos regulares que coexisten cpn otros de idntico rango gramatical, esto es. una misma relacin gramatical, s e , expresar mediante ms.de.una forma sintctica. Se trata, pues, por decirlo de una manera simple, de gramticas alternativas, de construcciones con un mismo significado y funcin. Son fenmenos, asimismo, que suelen, tener una

    extender a otros niveles ce anlisis (concretamente al nivel sinlcticc) la nocin de variable sociolingstica y los mtodos cuantitativos aplicados al anlisis ce los fenmenos de variacin fonolgica. Lavandera sostiene que la variarle sodolingistica se detiene en la fonologa.

    10) Cfr. Newmeyer 1996- cap. 5 sobre el alcance ce esta nocin que. sern sus postuladores, constituye un desafio (para) el concepto de un '-imite clare entre ter.r-e y parole (Traugott y Knig. apud Newmeyer 1993: 225) y para a propia nocin ce gramtica, ya que. a su juicio, no habra en realidad gramticas sino gramatiiacin (movimiento hacia las estructuras).

  • 20 s

    distribjci&i geogrinca espedica. lo eu2l sugiere que un mismo parmetro se reanaliza en una zona mientras pervive en la otra en la versin original.

    Pertenecen tambin a este grupo los fenmenos gramaticales que se dan como consecuencia el contacto el espaol con otras lenguas. Su peculiaridad normativa consiste en que. en las zonas en que ambas realizaciones coexisten pueden imponerse a una de ellas marcas de prestigio o estimacin social cuyo ndice ciertamente puede variar a lo largo de la historia de las lenguas, como ha sucedido en el caso ce las construcciones con se impersonal frente a las pasivas refleias con sujeto de cosa o marcas de estilo y de registro (vulgar. coloquial).111 Fenmenos caractersticos en este sentido son el dequesmo. la

    . reduplicacin mediante etlicos o la concordancia entre el verbo impersonal y el ' SN que lo sigue, o las diversas formas de algunas oraciones subordinadas a

    medias entre la modificacin y la adjuncin.En la serie siguiente se ilustran algunos casos significativos (dejo fuera los

    fenmenos asociados al contacto de lenguas)- (3) contiene ejemplos de quesmo. (4) y (5) ilustran dequesmos. (6 ) contiene datos relativos a los valores del modal deber y deber de. los de (7) son casos de relativas enfticas. (8) ilustra el quesuismo . (9) y (10) ilustran, respectivamente, la concordancia entre haber y su sujeto y la concordancia doble en ciertas construcciones partitivas:

    (3) ...te acuerdas que. pasando por el paseo Orinoco, estn.unas piedras enormes... (Bentivogo 1975: 2)Estoy seguro que maana no dirs lo mismo.

    (4) Coment con alguien de que yo era profesora Bentivogli 1976: 4)A es de que me vy a tener que aguantar (Aijona 1979: 177)

    (5) La idea es de que entraran los alumnos de la facultad directamente a dar clase a las preparatorias. (MC-NLCH. ME-6 . hombre de 40 aos, psiquiatra).La otra desventaja es de que puede acertar el alumno, acertar y

    11) Me refiero al centraste entre Aqu se puede:, comprar /ores, considerada la forma correcta por la HAS. y Aqu se puede comprar Seres. x s y corriente en amplias zonas del espaflol americano.

  • GRAMTICA. VARIACIN Y NORM A USA TIPOLOGA 21

    no saber... (MC-NLCH. BA-9. mujer e 48 aos, profesora desecundaria).

    (6) deber + infinitivo deber de - infinitivovalor de obligacin 83.2 73valor de probabilidad 16.8 27

    N 487 63

    ( 7 )

    (9)

    ( 10)

    (Tomado e Samper. Hernndez y Troya, en prensa) Imagnate en las tonteras que habr pensado.Fjate por las calles que nos lleva.

    (Tomados de Brucart 1996: (20))El chico que su padre no lo quiere.Hubieron muchos espectadores en el campo.Habrn quienes afirmen lo contrario.Ojal hubieran ms posibilidades!.

    (Tomados de Gmez Torrego 1959'- 92. que los considera "incorrectos")

    La mayora de los diputados vot/votaron a favor de la Ley de extranjera.

    . i it i - ;

    / iEl queismo y el dequejsmo

    So conomina queismo al empleo a solas del complementante que. sea ste el que subordinante de oracin complemento de verbo (bien pronominal o no pronominal -incluso con preposicin distinta de de), de nombre deverbal o de adjetivo - ( l i a ) (11b) y (11c). respectivamente-, cuando por razones de rgimen o de marcado gramatical requerira ir precedido de preposicin-' 11

    (11) a. ...te acuerdas que. pasando por el paseo Orinoco, estn unas piedras enormes... (Bentivoglio 1976: 2)...uno aspira, por lo menos, que esa persona le retribuya a uno...las manifestaciones de...cario (Bentivoglio 1976: 12)

    b. !Qu esperanza que hablara uno! (Anona 1979: 174)c. !Yo me siento tan rara que me hablen de usted! (Arjona

    1979: 174}

  • 22 " s - & -s^>n -c.

    El dequeismo, por el contrario, es la incorporacin de

  • GRAMTICA. VARIACIN Y NORM A: USA TIPOLOGA 23

    Comunidad Valenciana, se -debe a que en cataln no aparece de delante de que conjuncin en las oraciones complemento de un nombre sustantivo. En un trabajo ms reciente (Bentivoglia y Sedao 1992) se postula, en cambio, que la correccin indebida, la ultraccrreccin. se encuentra en realidad en el quesmo.

    Trabajos ce ndole distinta sen Garda 1986 y Schwenter 1999. Garca 1986. apartndose as de los enfoques que "anhelan caracterizar la lengua en trminos de esquemas formales' (1986: 49), va a sugerir que la presencia o ausencia de de ante oracin es funcin de la intencin compnicatjva del hablante: "{) la distribucin cannica de que simple vs. de que es tal que la segunda conexin ocurre tpicamente en contextos en que el contenido de la- clusula nn se asocia con el ncleo comunicativo de la expresin, mientras que de falta cuando el contenido de la clusula si se relaciona directamente con dicho ncleo" (op. cit.: 52]. Objetando a Rabanales, y para explicar la diferencia de rgimen entre un verbo transitivo y el correspondiente nombre de verbal, seala que "...no es lo mismo necesitar que tener necesidad. Dado que en el verbo se cifra la referencia al sujeto, la conexin entre este y su necesidad ser ms ntima y directa en el primer caso (sntesis) que en el segundo (anlisis)." op.cit. 52). Para esta autora, en efecto, la insercin de de entre el verbo y el complementante establece una distancia "icnica": correlaciona este hecho con la circunstancia de que los casos de dequeismo sean ms frecuentes cuando las oraciones llevan sujetos en tercera persona que cuando van en primera. Esta mayor frecuencia se debera a que los hablantes estaran menos implicados cor. la verdad de la proposicin cuando la oracin est en 3' persona, o sea. cuando el hablante y el sujeto de la afirmacin principal no coinciden.

    Schwenter 1999 avanza considerablemente sobre estos resultados retomando los factores que haban sido considerados significativos en el anlisis de este fenmeno como regla variable: sujeto de la clusula principal (constata el predominio en las de tercera persona), tiempo verbal (mayor frecuencia en los tiempos del pasado), modo (mayor frecuencia en la lengua hablada, tambin notado por Garca 1986) e intervencin (la presencia de de se ve favorecida por el hecho de que intervenga material, por ejemplo un objeto indirecto, entre el verbo y la completiva).1S) Vale la pena que nos detengamos en esta sugerente

    13) El autor emple un anlisis cuantitativo sofisticado (usa e! programa ce anlisis Vsrbml 2.1

  • 2a l1 aportacin, aunque sea de manera provisional y preliminar.Desde el punto de vista terico, les anlisis de Garda y Schwenter vienen a

    decir que el dequeismo no es un fenmeno de variacin en el sentido de Lavob 1972- puesto que se tratara de variantes que no tienen el mismo significado referencial. En segundo lugar, si tenemos en cuenta que el dequeismo est muy presente en ciertas zonas geogrficas y prcticamente ausente en otras, de la tesis de Garda en parcular se seguira, por ejemplo, que los argentinos, que son masivamente dequstas. se mantienen ms distanciados o menos implicadoTen-la- comunicacin que los espaoles, que lo son muy minoritariamente. La tercera cuestin, relativa ya al anlisis de Schwenter es qu fuerza demostrativa tienen las correlaciones: cmo sabemos

    * que simplemente la mayor presencia de de en oraciones con tercera persona no se debe a que en el texLo son ms abundantes'las oraciones de esta dase: esta precisin no aparece en el anlisis cuantitativo. Es cierto que el hecho de que coincidan dos factores mayor frecuencia en tiempos del pasado y mayor frecuencia con tercera persona podra sugerir que el hablante tiene que haber odo algo antes de contarlo, esto es. de sera una marca de "fuente de informacin", lo que se ha denominado un "evidencial" ("una marca de informacin proposicional cuando el hablante y el referente del sujeto de la clusula principal no coinciden" (op.cit.- 74))' "el uso de de atena el contenido proposicional. hacindolo difuso" (Mollica 1991. tomado de Schwenter 1999: 75). Frente a esta posibilidad cabe destacar, no obstante, que el hecho de que de sea ms abundante cuando entre el verbo y el complementante se interpone material lingstico podra ser tanto ndice de su evidencialidad (el autor no dice que lo sea) como de que ce desempea una funcin meramente gramatical: precisamente la de marcar que estamos frente a una-oracin. Asimismo, como seala atinadamente Schwenter. si fuera un evidencia! esperaramos que estuviera acompaado frecuentemente por adverbios epistmicos como supuestamente que atenan el compromiso del hablante con el contenido proposicional de la oracin. Esta correlacin no se verifica para nada en los corpus que hemos examinado nosotros, ni la encuentra tampoco Schwenter. Sus correlaciones entre quesmo. dequeismo y clases de verbos (que no tenemos tiempo de comentar aqu) ser. sin duda de gran inters*- recordemos

    aplicado sobre dos corpus de la VASO.

  • GRAMTICA. VARIACIN V NORMA: UNA TIPOLOGA 25

    slo que con un verbo tpicamente el hablante (r.o de informacin ajena) sucede los que vemos en (15) mientras que con formas como comentar, informar o indicar, el dequesmo es abrumador:

    (13) a. Y me di cuenta que no era as.b. Ellos se dan cuenta ce que puede haber ms.

    (Tomado de Schwenter 1999: 78)

    Escuetamente, hay tres observaciones que pueden hacerse tomando estos datos como pretexto. Darse cuenca es una forma perifrstica formada por un verbo de apoyo y un nombre predicado que lleva la carga semntica! el autor, que identifica aqu un caso de 'quesmo' (caracterstico en los contextos de completivas del nombre), aduce que la falta de de en (13a) es una marca, diramos, de anti-eviencialidad. quiere decir con ello que el rgimen de las oraciones completivas de los nombres, que exigen de, indica que estas oraciones son siempre evidencales? 'Parece una inferencia arriesgada. Por otra parte, nosotros hemos examinado todos los ejemplos de dequesmo que aparecen en las entrevistas del Macrocorpus de la norma lingstica culta de Jas principales ciudades del mundo hispnico (MC-NLCH) y podemos afirmar que la expresin ms recurrente en este macrocorpus, en los dialectos dequestas, es pienso de que. Por ltimo, las correlaciones estadsticas que establece este lingista se basan en la idea de que el quesmo y el dequesmo se encuentran en las oraciones completivas. Sin embargo, como mostramos en Demonte y Fernndez Soriano 2000. los contextos de quesmo y dequesmo son mucho ms amplios que las oraciones completivas. En fin. el interesante estudio de Schwenter deja abiertas muchas cuestiones: hay un proceso de cambio en germen, estamos frente a una gramaticalizacin? cul es el sentido de las gramaticalizacior.es miradas desde otras perspectivas gramaticales?

    El nico trabajo generativista que sm. planterselo directamente suscita el problema del dequesmo e ^ Planr. 1956. Desde su perspectiva, quesmo y dequesmo tendran que veredn-la-necesidad de las oraciones de recibir una marca de caso - s e a a travs ce una preposicin o directamente- para asi hacer explcita su funcin sintctica. Tpicamente, la oracin no va precedida de preposicin casual cuando sigue a un verbo transitivo porque el verbo es un

  • 26 t* Z

    asignador de caso. La requiere er. cambio cuando sigue a un nombre o adjetivo

    porque estos elementos no identifican directamente a sus complementos (no asignan caso). El parmetro en cuestin seria el de la necesidad de caso de la oracin y el de la naturaleza de los elementos qu introducen las subordinadas (por aqu variaran las lenguas, no en lo que respecta a los asignadores).

    Qu pasos podemos sugerir para integrar los resultados de la tradicin dialectolgica y cognitivista con la perspectiva que acabo de resear. si lo que deseamos es un anlisis y una profundizacin de las conclusiones hasta ahora alcanzadas de modo que aumente nuestra comprensin del fenmeno? Convendr tener presente, ante todo, que la omisin y adicin-de de no es un rasgo exclusivo del espaol americano, aunque los investigadores lo documenten all (De Mello 1995. Lzaro 1989, Llrente 1980). Ha de advertirse tambin que la interpretacin del quelsmo como ultracorreccin (Bentivoglio y Sedao 1992) se compadece mal con el hecho de que exista quelsmo desde perodos muy antiguos de la gramtica del espaol y de que el dequeismo sea un fenmeno mucho ms reciente. Los estudios de frecuencia basados en las clases lxicas de rectores de la oracin completiva (los trabajos de Arjona. por caso) presentar, datos difciles de aplicar a la explicacin del fenmeno. Cuando se documenta que en un corpus especfico hay una mayor frecuencia de cequesmo con un determinado verbo (decir, por ejemplo, en el trabajo de Bentivoglio 1975-' 7 - tres veces frente a una con amenazar, comentar, comprender, e t c . - ) , se insina con ello que hay alguna propiedad especial de este verbo qu conduce a la mayor frecuencia o estamos frente una consecuencia azarosa de que el verbo haya aparecido ms veces en el corpus? En fin.

    Centrndonos por el momento en e l quesmo, como seala Kany 1945 y hemos indicado ms arriba, se encuentra ya en espaol antiguo, cuando verbos con de como aconsejar, creer, prometer u olvidar cambiaron su construccin perdiendo la preposicin. La conclusin a la que puede llegar un tiplogo que se enfrente con esta variacin es que el espaol se est acercando al tipo de las lenguas que no aaden una marca especifica de caso a las oraciones y. por lo tanto, desarrollando un potencial cambio sintctico (el parmetro 'orciones con marca de caso' se convierte en 'oraciones sin marca de caso'). Resulta muy reveladora para este punto de vista la abundante ausencia de de en las

  • GRAMTICA. VARIACIN Y NORMA: USA TIPOLOGA 27

    completivas de un nombre y el reanlisis de los verbos de rgimen como verbos transitivos puros. La eliminacin gs de ante nombre se cruzara, en efecto, con las vacilaciones del rgimen ce los verbos y por ello el quesmo se extiende a los verbos pronominales que necesariamente han de llevar preposicin. As las cosas (esto es, si las oraciones espaolas no necesitan caso) el dequesmo con las completivas corrientes es la nica ultracorreccin posible y esperaramos que tales construcciones se dieran en los hablantes que aspiran a tener conciencia de la norma sin llegar a dominarla. Una pregunta evidente que sigue a esta consideracin es qu cambios se producen en la estructura del complementante como consecuencia de esa reelaboracin o ultracorreccin. Podra ser que esta reelaboracin no fuese fortuita: por lo pronto, est en lnea con las caractersticas generales de los complementantes, que en muchas lenguas contienen informacin acerca del contenido de la subordinada que introducen. Elaborar formalmente esta suposicin, sin embargo, no es sencillo', convendr organizar los datos, relacionarlos con otros fenmenos estudiados y buscar las generalizaciones que subyacen a ellos (cfr. Demonte y Fernndez Soriano 2000 a estos efectos).

    En cuanto a lo que aqu nos concierne, resulta evidente que si seguimos con detenimiento un fenmeno de variacin que ha merecido juicios estimativos categricos: Rabanales. Lzaro. Garca Yebra han sido muy severos con los hablantes queslas y dequestas. advertimos con facilidad que. ms all de esas estimaciones, que son ajenas a la naturaleza lingistica del fenmeno, su inters para la gramtica es inmenso: proporcionan datos de un interesante reanlisis, quiz relacionado con el parmetro relativo a la forma como se identifican y legitiman gramaticalmente las oraciones subordinadas sustantivas: permite empezar a entender qu puede ser la variacin sintctica', sirve para cotejar hiptesis alternativas sobre la naturaleza del lenguaje-

    Deber y deber de

    Como es sabido, en el habla normal de las personas cultas no se respeta ladistincin establecida- por las gramticas normativas entre las construcciones ce (deber + infinitivo) y (deber ce t- infinitivo). Segn la RAE. la primera debera expresar obligacin y la segunda probabilidad. Pero las gramticas reconocen tambin que exisre confusin entre las des perfrasis tanto en la

  • 2# S " * S

    lengua hablada cono en la escrita. Yllera 1980 sefiala que en la Edad Media la primera perfrasis antes citada tena ya las dos acepciones y da testimonios del significado de obligacin de deber de va en el siglo XIII. Yllera aade que la distincin entre las dos formas es artificial porque ambas servan para las dos expresiones.

    Samper Padilla, Hernndez Cabrera y Troya Dniz (en prensa) han llevado a cabo un muy cuidadoso trabajo destinado a comprobar si en la norma lingstica culta de las doce ms prestigiosas ciudades hispnicas 'se respeta la diferencias de usos que propugna la Real Academia Espaola.' El cuadro de(14), igual de (6 ). refleja sus resultados globales?

    (14) deber + infinitivo deber de + infinitivovalor de obligacin 83.2 73valor de 'probabilidad 16.8 27

    N - x ih x u c 1 i "vi?. 487, .< 63, . , v

    [Tomado de Samper. Hernndez y Troya, en prensa)

    Como es fcil advertir, las dos construcciones se emplean con los dos valores, si bien es dominante en ambas el sentido de obligacin. Deber + infinitivo significa no obstante probabilidad y. en general, esta perfrasis con deber se usa mucho ms que la otra. En el cuadro de distribucin por ciudades llama la atencin que en Madrid la perfrasis con deber de signifique ms probabilidad (60%) que necesidad (40%) (entre un total de 10 usos, cierto es. frente a 21 de deber). Recordemos que estas encuestas se llevaron a cabo a comienzos de los ahos 70. Otros datos de inters son: que Las Palmas de Gran Canaria y San Juan d Puerto Rico son las ciudades donde aparece con ms frecuencia deber de con significado de obligacin: que slo dos informantes entre 168 (un 1.4%) emplearon estas formas como aconseja la Academia, y que la perfrasis con deber de es mucho ms frecuente en las ciudades espaolas que en las americanas. Hasta aqu los datos y observaciones del ejemplar trabajo de

    Samper. Hernndez y Troya.A tenor de estos hechos, resulta evidente que estamos ante un caso cannico

    de variacin - de opcin libre del hablante entre dos formas para expresar un mismo significado- , y que no se puede asignar a la forma de ningn valor de

  • GRAMTICA. VARIACIN Y NORMA' UNA URO LO G A 29

    conicidad (Garca 1986) o evidencialidad. Parece tambin que la forma sin preposicin es la ms frecuente en la mayora de las ciudades de habla hispana (con excepcin de algunas espaolas), por lo tanto, como sealan los investigadores, la aparicin de de podra entenderse como ultracorreccin. Esta consideracin podra hacer pensar en un paralelismo con la interpretacin del dequesmo como ultracorreccin; no obstante, el paralelismo no es aconsejable ya que la preposicin no podra ser analizada en estos casos como un complementante. De es aqu la preposicin comodn que aparece en perfrasis como haber de y en tantos otros casos. El trabajo antes mencionado apunta a que la eliminacin de la preposicin es ms frecuente cuando el verbo auxiliar acaba en vocal (por eso la primera y la tercera personas del plural son las que presentan los porcentajes ms altos de deber de). La regla parecera ser pues! elimnese la preposicin innecesaria siempre que la fonologa lo permita.

    En todo caso, la moraleja es que intentar establecer valores normativos sobre una confusin que arranca de ocho siglos atrs y que parece mantener la perfrasis con de slo por la presin de la escuela puede llegar a ser una empresa imposible. La lengua est llena de piezas lxicas y construcciones polismicas y este slo seria un caso ms en ese conjunto.

    La variacin en as relativas' relativas enfticas y quesuismo Benot (1910: 226-269. citado por Brucart 1996) caracteriza como 'aberraciones que no consienten el anlisis a oraciones como las siguientes (idnticas a las de (7) supraY-

    (15) a. Imagnate en las tonteras que habr pensado.b. Fjate por las calles que nos lleva.c. A la gentuza que habr tratado este hombre!

    (Tomados de Brucart 1996-' (20)] Si

    Si estas oraciones se analizan como relativas, tal como se ha hecho en gran parte de la tradicin -donde se las denomina relativas desencajadas precisamente por la caracterstica que estamos destacando-, no ser posible explicar que la preposicin que introduce el constituyente objeto de la relativizacin aparezca precediendo a! antecedente ce la relativa. La nica

  • 30 ' i * "S t*.

    forma posible es les oraciones anteriores sera la que tenemos en (16).

    oraciones exterr.srr.ente muy semejantes a las relativas '

    (16) a. Imagnate las tonteras en que habr pensado.b. Fjate las calles por las que nos lleva.c. La gentuza a la que habr tratado este hombre!

    Bello 1847 haba destacado ya que esta doble posibilidad se daba slo en las oraciones exclamativas directas e indirectas y no en las relativas estrictas. As, las oraciones de (17). verdaderas relativas, no admitiran la forma con la preposicin unida al antecedente:

    (17) a. Escribe las tonteras en que ests pensando.- 'Escribe en lastonteras que ests pensando.

    b. Me dibuj el camino por el que se va a la ermita. - 'Me cibyj por el camino que se va a la ermita.

    Ms an. hay una tercera variante de estas formas exclamativas que duplican la preposicin que rige al elemento enfatizado:

    (18) a. Es increble en los los en que se ha metido.c. No quiero ni recordar por los andurriales por los,que nos llev

    Brucart 1966 y 1999 propone analizar estas oraciones de la misma manera en que se tratar, estructuras como las de (19):

    (19) a. Es increble las bobadas que escribe.b. Me imagino el disgusto que se llevar su madre.c. Los coches que tiene Santiago!

    Formulado de una manera muy esquemtica: estas estructuras - a l menos

    las de (1 5 ) - r.o son en realidad relativas sino completivas y en ellas, "por motivos de nfasis'', hay un elemento que se desplaza desde el interior de la subordinada hasta alcanzar la primera posicin absoluta (la de especificador de

  • GRAM TICA VARIACIN Y NORMA' UNA TIPOLOGA 31

    SC). No se trata, por lo tanto, en contra de la opinin de muchos gramticos, de un fenmeno de prolepsis de la preposicin." (Brucart 1996- 10).

    Una posibilidad es pensar que en los tres casos estamos ante la misma construccin puesto que tanto en (15) como en (16) la eliminacin de la subordinada produce agramaticalidad. Esto es lo que muestran (20a) y (20b). frente a lo que sucede con las verdaderas relativas, cuya eliminacin no afecta a la gramaticalidad ce la oracin' (20c) '

    (20) a. Imagnate (en) las tonteras.b. Fjate (por) las calles.c. Me describi el camino (por el que haba pasado).

    Si aceptamos que estamos ante la misma construccin, la alternancia entre(15) y (16) podra deberse a que el constituyente enftico puede ser tanto el SN regido por la preposicin, como todo el $P: esto es. dependiendo de dnde est el rasgo de nfasis se movera uno u otro constituyente. No obstante, esta postura, que yo sepa, no se ha defendido hasta ahora porque no tiene una formalizacin obvia. Brucart 1999, en efecto, considera a las oraciones de (16) como relativas cannicas y a las de (18) como un cruce entre la estructura de(15) (las relativas-complctivas enfticas) y la de las verdaderas relativas (la de (18)).>

    Dejaremos aqu la cuestin de Ja formacin de las estructuras del tipo de(16) y (18). pero no queremos pasar por alto el hecho de que la alternancia que comentamos se da entre estructuras posibles, establecidas mediante reglas que la gramtica posee a otros efectos: sobre un mismo conjunto de elementos se aplican dos mecanismos, dando lugar a dos resultados confguracionales. Conviene sealar que el fenmeno que aqu comentamos es distinto de los dos anteriores. En muchos cases, una lengua posee varas estrategias para formar un tipo de construccin, esas estrategias no implican en modo alguno variacin paramtrica en sentido fuerte'- opciones por tipos de gramticas, sino slo el 14

    14) Las estructuras de (16). no as! las de (15). se pueden obtener tanto con el anlisis tradicional ce les relativas (como estructuras con un SN que cerin a una relacin de fraternidad entre SN y SCOMP) como con un anlisis en la lnea del clsico de J. R. Vergnaud. retomado por Kayne. en el que el antecedente se mueve cesde el interior de un SP situado en el especicador de COM? y se coloca en el espec:ficad:r de ese S?.

  • empleo simultneo de reglaswcuas.jLos fenmenos de este tipo ponen de i manifiesto un hecho ce inters p a u /e l anlisis de la variacin sintctica, a 1 saber, que los hablantes alteran las gramticas, readaptan sus reglas a otras J estructuras (quiz por razones de la economa).

    E| quesuismo.jlustrado en (21a) -considerado vulgar por las gramticas normativas- consiste en el empleo del posesivo su en el interior de una oracin relativa introducida por que, cuando cabria esperar la forma correspondiente con el relativo posesivo cuyo en posicin inicial (21b):

    (21) a. Este es el disco (que acaba se salir su grabacin en CD.) b. Este es el disco (cuya grabacin en CD acaba de salir.)

    Se trata de un fenmeno que no puede desvincularse del ms general de las relativas introducidas por la conjuncin subordinante que. hecho que lleva indisociablemente asociado la presencia, on el interior de la relativa, de un pronombre pleonstico o reasuntivo:

    (22) a. Es un libro (que m e/o recomend el profesor.) (Trujillo 1990:30. temado de Brucai 1999: 407)Es ur.a chica (que nadie quiere tener trato con ella.)

    Con independencia ce cul sea ei anlisis de estas formas151 lo que conviene destacar es que se trata de una estructuracin de las relativas similar a la que se emplea, por ejemplo, en las lenguas semticas (las denominadas con ncleo interno). Segn se atestigua en Comrie (1990: 662). en el acadio una oracin como Yo vi al hombre a quien el rey dio la casa tendra una estructura similar a la secuencia castellana (donde omito detalles morfolgicos) hombreACUS este reyNOM casaACUS el-dio-esuf yo-vi.i1

    En ia gramtica del castellano alternan, por lo tanto, dos formas de 15 16

    15) Clr.. a este respecto. 3rucart 1SS9-' 7 .1.2, Fernndez Soriano 1995. y ias referencias que en ambos se citan.

    16) En realidad, estas estructuras sen idnticas a las que se dan en lenguas como el persa, en las que opera la llamada 'jerarqua de accesibilidad'. En la lengua persa, si lo que se relativiza no es el sujeto o el objeto directo, la Onica opcin posible es precisamente la aparicin del complementante no relativo y la presencia en posicin cannica de un pronombre de rasgos idnticos a los cel antecedente.

  • GRAM TICA. VARIACIN Y NORM A; UNA TIPOLOGA 33

    realizacin de las relativas en !a gramtica general: estructuras con movimiento explcito de un constituyente donde este constituyente lleva el pronombre relativo correspondiente al antecedente de la relativa y estructuras en las que ese movimiento no se da. al menos visiblemente, y la relacin entre el antecedente y la subordinada se establece mediante una forma sufal o pronominal que permanece in situ en la subordinada.

    Dos fenmenos de concordancia: la concordancia del verbo impersonal y la de las construcciones partitivas

    El fenmeno que vamos a considerar se sita a medio camino entre los que implican el uso de dos configuraciones y reglas para una misma construccin y los fenmenos de recategorizacin que veremos en la seccin que sigue. En todos los dialectos del espaol, aunque mayoritariamente en el espaol del Caribe y en el de Canarias, son frecuentes construcciones como las de (23). que han recibido desde siempre la consideracin de incorrectas o vulgares:

    (23) a. Hubieron muchos espectadores en el campo.b. Han habido demasiadas dificultades.c. Habrn quienes afirmen lo contrario.d. Ojal hubieran ms posibilidades!.e. Dentro ce una hora habrn ms noticias.

    (Tomados de Gmez Tcrrego 1989: 92. que los considera Incorrectos"171)

    Aunque no dispongo de estudios exhaustivos a este respecto, se suele decir que esa concordancia inesperada entre el verbo impersonal haber y el argumento que aparece a su derecha se da en todos los tiempos verbales, a excepcin, naturalmente, del presente.!S1

    En las lenguas del mundo, los verbos existenciales como haber y ser en algunos de sus usos oscilan entre la construccin impersonal (esto es. sin 17 18

    17) Gmez Torrego ice que en estos casos '...se hace concordar el complemento directo con el verbo" (Gmez Tcrreg; 1997; 268).

    18) Clara Hernndez ir.e indica que en el espaol de Canarias, donde concordancias como las de (23) forman parte de la norma culta, suenan menos aceptables oraciones como En la /esta hubieron muchos raizados y Maana habiin nueras noticias.

  • 34 a r i * & .

    sujeto nocional r.i gramatical), como en el caso de (24a). y su empleo como verbos de 'ascenso'. En esta segunda situacin, uno de los elementos de una relacin de predicacin seleccionada categorialmente por el verbo impersonal se convierte en un sujeto gramatical, que concuerda con el verbo existencial, como en el ejemplo ingls ce (24b) y en los casos antes citados de (23). asi como en (24c):

    (24) a. Hay muchas personas (en el jardn).b. There are three cats on the roof. (Lit.: son tres gatos en el

    tejado).Hay tres gatos en el tejado.

    c. Haban muchas personas (en el jardn).

    Una primera aproximacin a este fenmeno es suponer que en los casos de concordancia en espaftol sucede algo similar a lo que acontece en ingls- el verbo impersonal se comporta como un inacusativo (los inacusativos son tpicamente verbos de ascenso). Cuando no hay concordancia, en cambio, el argumento interno permanece- in situ y recibe interpretacin partitiva.La concordancia de haber supone, por lo tanto, una regularizacin del paradigma de los inacusativos, que en espaol son generalmente verbos de ascenso. No habra pues desviacin sino, al contrario, regularizacin.191

    La concordancia ambigua en las oraciones de (25). similares a las de (10). tiene una razn de ser y una explicacin distintas: 19

    19) Ko obstante, como me hacen notar Sang-Wan Shim y Antonio Ruiz Tinoco, esta interpretacin del ienOmeno ce reanlisis tropieza con la dificultad de que ios hablantes, en realidad, parecen hacer concordar el verbo con el objeto directo, como muestran tos ejemplos siguientes (que me han sido proporcionados por el Prof. Ruiz Tinoco):

    ( i ) Los argumentos sobran para seguir desmantelando el pais. como los hubieron ...en las privatizaciones de los bancos. [La Jomada. Mxico. 7-febrero-l999]

    ( i ) Quedar ganador aquel que haya ganado el mayor nmero de tantos en los enfrentamientos particulares de sus respectivos equipes, si os hubieran. (Recogido en texto de Internet de Santa Cruz de Tenerife. 2000)

    La posibilidad ce la concordancia con el objeto me parece poco sostenible. Seguramente estantes frente a una forma mixta, errnea desde el punto ce vista de cualquiera de las dos gramticas, pero que puede producirse.

  • GRAMTICA. VARIACION Y NORMA' UNA T lP a O G A 35

    (25) a. Una docena de nios no pudieron patinar./Al examen slo se presentan la mitad de los alumnos./Antes se reciban el doble de telegramas que ahora.

    b. Una docena de nios no pudo patinar./Al examen slo se presenta la mitad de los alumnos ./Antes se reciba el doble de telegramas que ahora.(Tomados de Martnez 1999: 2776).

    La posible doble concordancia en los casos de (25) se debe a la condicin de sustantivos cuantificativos de grupo (Bosque 1999: 11.2.3.4) de formas como

    doble, docena, mitad, mayora, fajo, totalidad, etc. Estos nombres poseen significado mltiple (a diferencia de los de medida como caa, kilo, metro, o de los colectivos como ejrcito que. en singular, designan cantidad de materia o pluralidad do objetos). Es posible que sea esa propiedad la que les permite actuar sintcticamente como si fueran cuanticadores. Si as es. el elemento referencial de la expresin nomina] ser el sustantivo que los sigue, el que indica semnticamente la clase de cosas sobre la que cuantifica la expresin doble, docena, etc.: este sustantivo ser asimismo el ncleo de la frase nominal y determinar la concordancia', esto es lo que se-muestra en (25a). A juzgar por (25b), sin embargo, los sustantivos cuanlifcativos de grupo pueden interpretarse tambin como nombres colectivos (del mismo modo que algunos colectivos pueden interpretarse como cuantificativos/-' un ejrcito de curiosos, una jaura de periodistas, una manada de hinchas- (Bosque 1999-' 24)): en ese caso se constituirn en ncleo de la frase nominal y el constituyente (de ~ SN) ser un modificador restrictivo ce la clase ce cosas designada por el colectivo'- esto es lo que explica la concordancia en singular con el sustantivo colectivo.

    La doble concordancia, en suma, no es resultado de ninguna alteracin de la norma sino reflejo de dos interpretaciones semnticas que dan lugar a dos anlisis sintcticos.

    3.2. Norma y gramtica: los fenmenos de recategorizacin

    i " *Los fenmenos de transitivizacin o destransitivizacin de ciertos verbos, el

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  • GRAMTICA. YARUCIN Y NORM A USA TIPOLOGA 0 7

    morfolgico de ciertos elementos (muchas veces por razones fonolgicas pero tambin por la accin de procesos sintcticos y lxicos). As, son frecuentes los procesos de lexicalizacin. en que dos palabras independientes se unen en un solo elemento lxico (los adverbios en mente, por ejemplo), y los de debilitamiento, en que una palabra pasa a depender fonolgicamente de otra hasta convertirse en un morfema ligado (ccmo en el caso del futuro inicialmente perifrstico amar he). Por lo que se refiere a la variacin sintctica, se ha explicado de este modo, por ejemplo, la posibilidad de las construcciones de 'reduplicacin de clticos' de objeto directo, que se dan con ms frecuencia en los dialectos de la zona dl Ro de la Plata y del cono sur de Amrica (cfr. (26a)). Esta construccin que alterna con la que no tiene reduplicacin- sera consecuencia de la condicin de afijo de los clticos de objeto directo20) Un fenmeno de la misma ndole es la aparicin del morfema de plural de la desinencia verbal detrs de la secuencia de clticos (cfr. (26b)): si los clticos son afijos y no ncleos categoriales, otro elemento afija! tal como la marca de nmero puede adjuntarse al tema detrs de los clticos (obsrvese que la gramtica normativa considera incorrecto repetir la -s en formas que daran marchemos+nos (ha de decirse marchmonos), lo que prueba que efectivamente son morfemas porque inducen fenmenos de sandhi interno):

    (26) a. Lo quiero a Pedro.b marchesn. sienlesn. digamelr..

    Otro subtipo de recategorizacin es el simple cambio de categora gramatical. Un caso conocido en la historia de lengua es el paso de los adverbios a funciones preposicionales. Otro fenmeno paralelo de gramaticalizacin lo constituyen las conocidas construcciones locativas en las que. dependiendo de zonas geogrficas. (27a) se utiliza en lugar de (27b). la estructura considerada correcta por los normativistas:

    (27) a. delante mo. detrs mo, encima mo (e incluso en su delante.a su detrs, etc.)

    b. delante de m, detrs de m. encima de m.

    20) CL por ejemplo. Suf.er 19SS. y Silva-Ccrvaln 1SE!. entre otros muchos trzbajcs.

  • 3fi s t * & ^

    (27) refleja el tratamiento del posesivo como modificador de un delante, detrs, etc. no prepositivo sino nominal, como en al Jado mo (cf. a mi lado). Una prueba de este carcter nominal es que el posesivo slo tiene en estos casos interpretacin personal (a saber: e l libro suyo slo puede significar el libro de usted/de l/ de ella, es mucho ms difcil que se lo interprete como el libro de la estantera21 *)). Igualmente, el suyo de detrs suyo slo puede tener, referencia personal. Adems de este doble tratamiento, las construcciones anteriores presentan otra particularidad, tambin estudiada por Kany (1945: 66 y ss.}. que consiste en la posibilidad de concordancia del posesivo con el individuo que se constituye en punto de referencia de la locacin: tenemos, as. delante ma. detrs ma. encima ma. que se dan en zonas como Sto. Domingo y Ecuador, y tambin en el sur de la Pennsula.

    En los conocidos casos de (28). donde en apariencia simplemente alterna la concordancia con la no concordancia, lo que sucede es que el determinante o cuantificador de grado puede ser atrado por los rasgos de gnero y nmero del ncleo nominal, manifestando as un comportamiento similar al de los adietivos (como todo/a). Algo parecido ocurre con la alternancia puro/pura con valor de intensificador de un adjetivo (/o hizo de pura traviesa (Cuervo. $380. citado por Kany)).

    (28) estaba inedia cansada frente a estaba medio cansada.

    Ntese que esto no sucede con todos los cuantificadores y adverbios sino slo con los que modifican a adjetivos. Estas formas, a) igual que los marcadores de foco como slo o incluso, tienden a incorporarse a los elementos que modifican y a formar con ellos una especie de compuesto sintagmtico.

    Es bastante habitual que las gramticas normativas sancionen estos casos de concordancia indebida. Sin embargo, estamos frente a un hecho gramatical normal de recategorizacin.

    Cambio de subcategora

    Un tipo de recategorizacin generalmente caracterizado como incorrecto es el

    21) Cr. Alvarez Martnez 1S39 y Freites Barres 1998. y las referencias que aqu se dan. para unestudio actualizado de los posesivos pospuestos de segunda y tercera persona.

  • GRAMTICA. VARLACKS* Y NORMA: UMA TIPOLOGA 39

    paso de un elemento a otra subclase de la categora mayor a la que pertenece, debido a la intervencin de un proceso lxico que tiene implicaciones sintcticas. Gmez Torrego 19S9 contiene, precisamente, epgrafes que rezan "verbos intransitivos usados incorrectamente como transitivos" e "intransitivizaciones incorrectas". Las formas intransitivas que se usan indebidamente, a su juicio y en el orden en que este autor las enumera, son las qu aparecen en (29):

    (29) Verbos intransitivos que se usan incorrectamente como transitivos (ce Gmez Torrego 1989: 2.3.)

    cesar, dimitir. Quedar (tr. de quedarse), desayunar (por desayunar con. caer, matar, estallar, repercutir, incautar (por incautarse de), abastecer (por abastecer de), luchar (por luchar por), urgir, emanar, recurrir (por recurrir contra), aludir (por aludir a), callar, surgir, transcurrir, transitar (por transitar por). conexionar (por conexionarse), acceder (por acceder a), confiar (por confiar en), obsequiar (por obsequiar con), regresar. Si

    Si examinamos cuidadosamente esa lista, advertiremos que los verbos que en ella aparecen pertenecen en general a dos grandes clases. Por una parte, encontramos verbos de rgimen preposicional que se convierten en transitivos: estos verbos son generalmente agentivos y tienden a adoptar la forma sintctica tpica de los verbos agentivos. Como sabemos, la alternancia entre rgimen preposicional y rgimen directo es un lugar comn de la historia de la lengua. Cuervo destaca alternancias como huir un lugar, huir de un lugar. Cano Aguilar (1977-78, 1981 y 1999: 29.1.5.1) ha delimitado tres tipos de variacin histrica en los complementos de rgimen verbal, a saber, casos de alternancia entre rgimen directo y preposicional: creer (en), saber (de), recordar (de), caminar (por), usar (de), etc.: alternancia entre distintos tipos de regmenes: creer y pensar se construan con de. en y a', y alternancias en funcin de la naturaleza categorial del complemento.

    En un segundo grupo de estos verbos, la transitivizacicn es resultado de un proceso de causativizacin: de conversin de un verbo de causa interna en un

  • 40 S 'i* - 3 SC.

    verbo de causa externa. En el espaol existe ur. prrceso lxico muy productivo

    de destransitivizacin que acontece con una amplsima lista de verbos de cambio ce estado que dan lugar a una forma intransitiva (con interpretacin anticausativa o de evento internamente causado). En estas construcciones el objeto de la transitiva es el sujeto de la construccin intransitiva. La forma intransitiva suele ser un verbo pronominal (cfr. 30). pero no tiene que serlo obligatoriamente (30b):

    (30) a. hundir - hundirse (Juan hundi el barco. El barco se hundi)./ romper - romperse (El viento rompi la puerta - La puerta se rompi./disolver - disolverse (El calor disolvi la mantequilla - La mantequilla-se disolvi).

    b. El granjero engord los pollos - Los pollos engordaron./Juan hirvi la leche - La leche hirvi (sin que yo lo advirtiera).

    En la lista de Gmez Torrego los verbos no de rgimen que transitivizan son los siguientes-' quedar, caer, repercutir, emanar, callar, surgir, regresar, etc. Pues bien, la transitivizacin de estas formas implica usarlos como verbos de causa externa, con un agente generalmente animado, en vez de en la forma intransitiva tpica de los eventos internamente causados (Levin y Rappaport 1995): vanse los ejemplos siguientes:

    (3 1 ) . a. (Cesaron/dimilieroni al director genera1./El director general(ces/dimiti.) (esta sera la nica forma correcta para Gmez Torrego).

    b. Qued el libro encima de la mesaVEl libro se qued encima ce la mesa.22*

    c. Cuidado, no lo caigasi/El objeto se cae.d. La polida ha muerto a tiros a un terrorista/El terrorista

    muri.e. El profesor ha transcurrido las horas corrigiendo

    22) Grr.*i Torrego da como prescripcin nonr.a:iva que en t s ' j s u so s ha de usarse el verbo dejar. En efecto, la alternancia ar.ticausativa puede hacerse c:n dos piezas lxicas distintas, con una sala o con una can variante pronominal.

  • GRAM TICA. VARIACIN Y NORMA UNA TIPOLOGA 41

    recacciones/Las horas transcurrieron,f. Los sindicatos urgen la retirada del estatuto/La retirada del

    estatuto urge.(El primer ejemplo de cada par est tomado de Gmez Torrego 1989: 94-99]

    La conclusin es que la supuesta incorreccin se debe a la accin de procesos bien puramente sintcticos, como el cambio de rgimen, bien lxico-sintcticos como la causativizacin. ambos muy productivos tanto en la historia de las lenguas como en la creacin lxica actual. Naturalmente. la destransitivizacin de verbos transitivos a la que alude este lingista en otro apartado es simplemente el caso inverso al que acabamos de describir: se trata de uso anticausativo de verbos causativos:

    (32) El profesor suspendi a diez alumnos (este sera el uso correcto)/Los alumnos suspendieron.

    La a ante objetos directos animados

    Lo primero que cebemos preguntarnos respecto de los casos de variacin que se encuentran bajo este rtulo es si es posible analizar la presencia o ausencia de la preposicin a ar.le objeto directo como un fenmeno ce norma. Coseriu 1969 sugiere crpticamente que asi es cuando indica que 'dos variantes intercambiables desde el punto de vista del sistema pueden oponerse en la norma. As, por ej.. el sistema espaol permite, en determinados casos, la construccin de complemento personal objeto con la preposicin a o sin ella: pero es evidente que en la norma querer a un criado se opone netamente a querer un criado" (cp.cit.'- pg. 85). La explicacin de Coseriu se detiene aqu.

    Lpez Morales se expresa con ms cautela cuando afirma que "...situar este fenmeno en su verdadera perspectiva es asunto problemtico porque al margen de las gramticas normativas, la aparicin de /a / ante complementos directos posee tendencias que no se ven con toda claridad..." (1992: 1413. En efecto, la preposicin a de les objetos directos es una marca compleja -expresa especificidad del objeto, agentividad, animacidad del sujeto- de ah. por ejemplo, que no se puede computar igual una a que falta antes ce el que una

  • 42 i 5" S 5 " ,

    delante de u". Por eso. cuando se toma la falta de a en Contrat un abogado como incumplimiento de un caso cannico de empleo de a en realidad no se est siendo preciso. De igual modo, se pueden obtener datos espurios si no se clasifican de manera distinta las a que falten tras un verbo como abrazar y las que no estn tras un verbo como contratar o ver. Abrazar es un verbo de sujeto, humano y agentivo que. por lo tanto, tiende fuertemente a poner a delante de sus objetos. Abundan los casos similares a ste que nos indican que. con independencia de la importancia de los datos cuantitativos -q u e seguramente nos indicarn que en Amrica se emplea ms la preposicin a ante objeto directo-, slo la existencia previa de anlisis sintcticos pormenorizados y una clara idea de los contextos en que dos formas 'son la misma' con alguna variacin, permitirn establecer las variables sintcticas y. a partir de ah. estudiar su distribucin geogrfica o social. Por otro lado, si se aspira a encontrar la causa de esa mayor aparicin, tal vez convendr relacionar esos resultados con los relativos a la reduplicacin de los objetos directos.

    Veamos algunos ejemplos de lo que pretendo razonar. De Kock 1998 seala con razn que 'No es difcil encontrar equivalentes con a para muchos ejemplos que no la llevan' (1998: 19). Los ejemplos en los que encuentra esa diferencia son los siguientes (a. b son casos en que se omite la a. a', b' casos c-n que se

    la incluye):

    (33) a. El disfraz de sus metforas parece.conllevar (.] un pregonero que anuncia su suerte y procedencia. LEZ 55 (Tomado de De Kock 1998: 17)

    a'. (...)la prisa y el sentimiento de culpa (...) llevan al lector contemporneo a descartar. (...) COR 31 (Tomado de De Kock 1998: 19)

    b. Como si esa misma cada grave del sueo fuese transformando (.) las divinidades de la sangre y la ira en los nuevos dioses del sueo y la reconciliacin. LEZ 147 (Tomado de De Kock 1998: 18)

    b'. 1 culto exiga alimentar a los dioses con sangre humana (...) PAZ 163 (Tomado de De Kock 1998: 19](...) el hombre entra en relacin con la divinidad a la que

  • GRAMTICA. VARIACIN Y NORMA-' UNA TIPOLOGA 43

    aplaca (...) ZAM 259 [Tomado ce De Kock 1998; 19)

    Los casos de (33a) y (33a') r.o ser., a mi modo de ver. comparables. Conllevar es un verbo implicaivo cuyo objeto directo no es una entidad referencial sino una proposicin, la a es imposible en estos casGs: el llevar de (33b) "selecciona tambin una entidad cuasi oracional, de modo que al lector es el sujeto de descartar, adems ce estar en la posicin de objeto ce llevar, como sucede tambin en estructuras paralelas con verbos de percepcin. Los casos (33b) y (33b') presentan tambin varias diferencias; en primer lugar, el verbo transformar (igual que sucede con convertir, asociar, conectar, etc.) es un predicado que exige dos argumentos internos: el primer argumento de ese verbo lleva caso acusativo, pero -p o r razones seguramente sintcticas que habra que precisar- no requiere obligatoriamente a (cfr. Transform (a) las monjas en ciclistas. Conect (a) los hijos con los padres). Alimentar, en cambio, es un verbo de un solo argumento interno y. al igual que sucede con besar, conmocionar y otros verbos que renen todos los requisitos que fuerzan al objeto directo con a. lleva la preposicin casi por defecto (Eso alimenta/ conmociona incluso '(a) las piedras). En este caso, en suma, la variacin aparente parece ser un epifenmeno de un conjunto de factores de distinto rango.

    Es tiempo ya de concluir. La reflexin general y los anlisis necesariamente esquemticos que hemos desarrollado a lo largo ce estas pginas permiten aseverar que el anlisis gramatical de ciertas alternancias sintcticas y lxico-sintcticas, generalmente consideradas fenmenos de la norma, tiene implicaciones de inters. Entre otras virtualidades, permite afinar mejor cules son las reglas que subyacen a las construcciones de nuestra lengua, enriquece la reflexin terica y. desde luego, conduce a una descripcin mucho ms afinada de los fenmenos gramaticales en liza. As pues, la norma, reflejo de variaciones posibles y no accidentales, es una parte esencial de la gramtica descriptiva y de la gramtica terica.

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