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DER ECHO ROMANO. NECESIDAD DE SU ENSEÑANZA Aijredo Di Pieiro " Alguien que vea el problema profanamente desde fuera p odría pregun- tarse: ¿Por qué se cuestiona el Derecho Romano? Aquí cuestionar parece t ener el sentido de "poner en cuestión", es decir, "poner en estado de du da" o más gráficamente, "poner en interrogación", como si al Derecho Romano lo encerráramos entre signos interrogativos. Visto desde un punto estrictamente intelectual, la "cuestión" generaría par a un espíritu objetivo un estado de curiosidad (precisamente mi nena - sigui end o las p edagó- gicas reglas de su maestr a- me ha enseñado que a los signos de interro- gación se los llama "ganchos curiosos")..Pero ocurre fIue no sería precisa- mente la curiosidad la a ctitud que caracterizaría a quienes en estos mo- mentos se la han tomado con el Derecho Romano, Las autoridades .(si es que se las puede ll amar así, ya que son ellas mismas las que se sienten molestas de esta sustantivación ) universitarias han dispu esto con mov i- mientos más o menos acele rad os, de acuerdo con lo que convenga a la prudencia de las circunstancias, dar una "solución final a esta cuestión", con lo que dejaría de ser cuestión, Se propone así la supresión lisa y llana del Derecho Romano de los planes de estudio de abogacía () - procedimiento más elegante- pasarla a la categoría de las mat erias "optativas", eufemismo usado respecto de aquellas disciplinas a las cuales se ha decidido ubicarlas en el desván de los trastos viejos, por cu anto no se las considera "indispensables". En esta segunda vía, el alumno debe optar, por ejemplo, por aprobar un par entre ellas, elección que se hace re gula rmente con la escala hedonístíca vig ente, es decir, teniendo en cue nta no la importancia intelectual de la ma ter ia, sino la respuesta a la pre gunt a: ¿cuál es la más fácil de apro bar ? Luego, un buen día, se decide hacer un inventario en el "viejo desván", con ánimo de "limpiar" los tr astos "más viejos", De este modo, sin que lo lamenten muc has personas las materias "difíciles de aprobar", ya por las dificul- tades intrínsecas de su estudio o ya por la "falta el e condescendenci a" de los profesores que se niegan a convertir el "examen" o el "curso" en un "seudo examen" o en una "parodia de curso demagógico", alegándose que no hay alumnos inscritos, son suprimidas por "obsoletas", Tal es el destino que se pre tende con el Derecho Romano, o Profesor, Universidad Católica de BU P110 S Aires.

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DER ECHO ROMANO.NECESIDAD DE SU ENSEÑANZA

Aijredo Di Pieiro "

Alguien qu e vea el problema profanamente desde fuera podría pregun­tarse: ¿Por qu é se cues tiona el Derecho Roman o? Aquí cues tionar parecetener el sentido de "poner en cuestión" , es decir, "poner en estado dedu da" o más gráfica mente, "poner en int er rogación", como si al Derech oRomano lo encerráramos entre signos interrogativos. Visto desde un puntoestrictamente int electu al, la "cues tión" generaría para un espíritu obj etivoun esta do de cur iosida d ( precisame nte mi nena - sigui endo las pedagó­gicas reg las de su maestra- me ha enseñado que a los signos de int erro­gación se los llam a "ganchos cur iosos" ).. Pero ocurre fIue no sería precisa­mente la curiosidad la actitud qu e caracte rizaría a qui enes en estos mo­mentos se la han tomad o con el Derecho Romano, Las autorida des .(si esque se las pu ede llamar así, ya que son ellas mismas las qu e se siente nmolestas de esta sustantivación ) universitarias han dispu esto con mov i­mien tos más o menos acelerados, de acuerdo con lo que convenga a lapru dencia de las circun stancias, dar un a "solución final a esta cuestión",con lo qu e dejaría de ser cuestión,

Se prop one así la supresión lisa y llana del Derecho Romano de losplanes de estudio de ab ogacía () - procedimiento más elega nte- pasarlaa la categoría de las materias "opta tivas", eufemismo usad o respecto deaque llas disciplinas a las cua les se ha decidido ub icarl as en el desván delos trastos viejos, por cuanto no se las considera "indispensab les". En estasegunda vía , el alumno deb e optar, por ejemplo, por ap roba r un par entreellas, elección qu e se hace regularmente con la escala hed on ístíca vigente,es decir, teniend o en cue nta no la impor tancia intelect ual de la materia,sino la respuesta a la pregunta : ¿cuál es la más fácil de apro bar? Lu ego, unbuen día, se decide hacer un inven tario en el "viejo desván", con ánimode "limpiar" los trastos "más viejos", De este modo , sin qu e lo lame ntenmuchas personas las ma terias "difíciles de aprobar", ya por las dificul­tades intrínsecas de su estudio o ya por la "falta el e condesce ndencia" delos profesores que se niegan a convert ir el "exam en" o el "curso" en un"seudo examen" o en una "parodia de curso demagógico", alegá ndose qu eno ha y alumnos inscritos, son suprimidas por "obsoletas ", Tal es el destinoque se pretende con el Derecho Romano,

o Profesor, Unive rsidad Cat ólica de BU P110 S Aires.

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Siendo así las cosas, resulta int er esante hacern os la p regun ta : ¿Vale lapena estudiar el Derecho Roman o? De acu erdo con la moda de sinte ti zarlas eventuales respuestas, podríamos prop oner las sigui en tes : ( a) rea l­mente contribuye a la formación jur ídi ca de los fut ur os abogados, jueces

o legisladores; ( b ) no sería sino un mero agregado retórico sin más valordecorativo qu e el qu e tien e una suave pátina de eru d ición pr ofesional;( c) su estudio es entorpecedor. y hasta "peligroso" para la Formaci ón de la

actual "conciencia nacional.

¿,Po n QuÉ EL D Efl ECII O DE H O:-J A?

La primera inquietud qu e se pu ed e - y se sue le-:- oponer sería ésta:¿Y por qué la elección del Derecho de Roma? ¿,l'\0 sería ello un tantoarbitrario, algo así como eleg ir por un a ape te nc ia int elect ua l subjet iva elDerech o de un o de los pu ebl os de la Antigüeda d despl azando sin raz ónal resto ? Dentro de este orden de cosas , se ha esc ucha do decir : d Jor quéno el estudio del Derech o de los eg ipcios. de los ba bilonios o de los grie­gos?, o más osadam ente, ha sta se ha propuesto que nosotros como argen­tinos deb eríamos investigar pr evalen tem en te el Derecho "autóc tonament e'nu estro, es decir , no el heredado de Europa . vía colonizac ión española.

sino el qu e existía ant es de la Conquista , Los sost en edores de esta últim avariante -sin cuidarse de qu erer ocultar dem asiad o que la "hispan ofob ia'

.' que sienten en sus corazones supe ra abi ertam ente su "imliofilia"- caen

en la delirante postura de qu e en nu est ras Faculta des de Derecho de­beríamos abocarn os al estudio de (si es qu e existe n) las instituciones qu e­ranclíes, diaguitas o guaraníes, en un int ento po r reecontrarnos con nues­tro "auténtico ser nacional",

Dejado de lad o este últ imo aspecto, por demás ridículo para ocuparsede él, se nos ocur re qu e la ob jeció n hipotéticamente propuesta es mu y fá ­cil de dilucidar : si estudiamos el Derecho de los romanos es por la sen ci­

lla circunstancia de qu e fue este pu ebl o el crea do r del "ius'', Este vocablobastante complejo podría, con cier ta s salveda des, ser traducid o por "de­recho". Da lugar , a su vez , a palabras más fami liar es tales como "iustitia","iustum", "iniustum", "injur ia", "Iurisp rudentia", etc, Aclarem os, sin embar­

go, qu e decir qu e los romanos fueron los crea do res del "ius" no signifi cadesconocer qu e los otros pu ebl os de la Anti gücd ad usaron sistemas de dere­cho , tanto escritos como oral es, lo cua l resulta evidenteme nte necesario

para la existencia de lo qu e se denomina un país "civi lizado", Pero locierto es qu e, por un a serie de circunstancias, los rom anos le dieron al De­

recho un específico modo de ser, es decir , se mostraron com o un pueb losorprendentem ente dotado p ara pr acti car la virtud de la justicia , y ellohasta tal punto qu e el sistema jurídi co por ellos creado vino a conf igur ar

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algo así como el "derecho común" de las regiones aledañas al "Mare 10 S­

t rum".

Esas instituciones estaban acompañadas de una metodología y una téc­nica muy elaboradas, inclu so con una muy particular jerga expresiva qu elos propios romanos fueron modelando meticulosament e a lo largo decentenares de años. Desde el año 753 a.C. , fecha en qu e la tradición ubi cala fundación de Roma , hasta el siglo VI d.C. , hitos entre los cuales seabarca lo que se denomina el Derecho Romano propiamente dicho, estepueblo conoció muchos cambios sociales, económicos, religiosos y políticos,con cimas de gran esplendor y pozos de honda decadencia, pero fueronprecis amente los juristas romanos los qu e, receptando esos datos, consti­tuyeron un robusto arsenal de principios jurídicos qu e, finalmente, fueronmandados recopilar por el Emperador hizantino Justin iano. Un dotadoequipo de jurisconsultos trabajó largos años para poner a punto una obramajestuosa, a la qu e se conoció con el nombre de "Corpus Juri s Civil is",

Esta denominación no fue puesta por los propios romanos, sino quesurgió en la Edad Media. En efecto, lo qu e se entiende por Derecho Ro­mano no qu edó relegado al campo de la arqueología jurídica ( eso fuelo que pasó con el Derecho de los otros pueblos ), sino que sobrevivió ala caída de Roma a manos de los bárbaros. Ello ocur rió por obra y graciade estos mismos pueblos conquistadores que, aceptando - las bond adesdel cuerpo de principios romanos, los incorporaron a sus propias costum­bres . Sin embargo, va a ser a partir del siglo XII , fundam entalm ente porel "re-descubrimiento" de viejos palimpsestos qu e contenían el texto íntegrode la recopilación justiniana qu e los juristas occidentales van a producirun renacimiento del estudio de las instituciones romanas. Esta lab or sellevó a cabo en la Universidad de Bolonia, donde se formó una escueladenominada comúnment e con el nombre de "glosadores", por cuanto sededicaron a estudiar literalmente cada una de las palabras de los textosde la mencionada recopilación, tratando, mediante glosas. de esclarecerel sentido de las mismas.

A partir de allí , el Derecho Romano conoció una etapa de florecimientotal que prácticamente termin ó por convertirse en el "De recho Común eu­ropeo". Seglll1 una expresión muy reiteradament e citada, el hombre occi­dental identificó al Derecho Romano con la "ratio scripta". Y este estadode cosas, en lo fundamental, continuó hasta nuestros días. Por ello es qu ela meto dología empleada aún en los Códi gos más mod ernos, continúa apro­vechándose de las enseña nzas romanas. Más aún , las palabras usuales deDerecho, tales como "propiedad", "dominio", "usufructo", "persona", "obli­gación", "acreedor", "deudor", "contrato", "herencia", "sucesión", etc ., sontodas palabras latinas que perduran por la vigencia del Derecho Romanoen los momentos actuales. Como ocurría con el célebre personaje de

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Moliere, que descubrió que "hablaba en prosa sin sabe rlo", también noso­tro s, "sin sabe rlo", nos estamos ma nejando aún con la terminología ~' lasinstituciones romanas,

Pero, ¿en qu é consisten las virtudes de este Derech o Romano? Habíamosestablecido que los romanos consti tuyeron un pueblo con una apt itud nH1~'

pronunciada para la correcta aplicaci ón de la just icia en las relacioneshumanas, Desde este punto de vista resul tar ía juiciosa una compa racióncon los griegos. Este pu ebl o tamb ién se pr eocupó por la just icia y elloqu ed a evide nciado en múltiples textos de sus autores, prin cip almente filó­sofos. Pero el hombre griego , qu e es un hombre "teor ét ico" , enfocó esteproblema más intelectiv a qu e prácticament e. Por cllo es qu e en un Platóno en un Aristóte les encont ramos la acuciante búsqueda por responder ala pregunta, ¿qué es la justici a? En cambio, el hombre romano se preo­ocupó por resolver la cues tión dir ecta de ¿, cómo se hace justicia? Talcomo lo exp lica Cicerón, la vir tud pr incipal qu e se recomienda no es la"sapientía" (lo qu e el griego llamaba "sophia") , sino la "prudent ia", qu econsiste en sabe r concretamen te "qué cosas son aque llas qu e corresponderealizar y qu é cosas son las qu e se deb e evitar". Por ello es qu e, si bien enel Digesto ( una de las partes del "Corpus 1uri s" ) encontramos una defi­nición de la justicia , a la qu e se entiende como la "constante y perpetuavoluntad de dar a cada un o lo suyo" (c oncepto qu e' vía estoicismo apareceemparentado con el pensami ent o griego ) , la intención del "iurisprudens'(es decir, el qu e man eja la "pruden tia" del "ius" ) no es discurrir intelec­tualmente acerca de las consecuencias de dicha defini ción, sino tratar con"efectivida d conducente" de reali zar la tarea de "dar a cada un o lo suyo",

Es así como algún autor pud o califica r al pueb lo romano como "pueblode la justicia". Para hacer resalt ar más esta circunstancia se lo con traponeal "pueblo de la ley". Esta dist inción nos lleva a tener qu e separar a Romano sólo de Israel, sino tambi én de los otro s pu ebl os de la Antigüed ad , Así.Israel es el "pueblo de la ley", en grado eminente, por cuanto con ejem­plar servi dumbre acata la "Ley" dictada por Yahv é. Con una tonalidaddistinta ese calificativo de "pueblo de la ley" podría también aplicarse aotros pu eblos, Así, para poner un ejemplo, es lo que ocur re con los per­sas, para qu ienes el "de rec ho" se confunde con la "pura ordenanza" dic­tada no por la divinidad sino por el rey y sus sátrapas, la cua l debe serobedec ida y es mandada a cumplir por los funcion arios judiciales, SiRoma se hubiera detenido en esa identificación entre "derecho" v "lev",prácticamente no se hubiera destacad o de entre los otros puebl os, Peroocu rrió que precisamente en Roma se dio la novedad de superar ese com ún

modo de pensar.Para poder explica rnos esto tenemos <¡ ue hacer una sucinta exposición

del pa pel que jugab an en la administración de justicia el preto r ~. los

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"iu rispruden tes". El pretor era un magistrado del "populus" romano, qu eatendí a directamente a las partes que ten ían un litigio. Sin embargo, noera un "iude x" lo qu e significa qu e él no juzgab a, sino qu e, luego de es­cuchar a las partes, estab lecí a en un peque ño docum ento escrito llamado"fórm ula" la norma concreta y específica con la cual el "iudex" iría luego a

dic tar sentencia. Su papel , por lo tanto, se parecía mu ch o más al de un"legislador", con la particularidad de qu c la "norma" qu e establecía valía

en pri nci pio solame nte para el caso det erminad o flue las partes le habíanplanteado. Como el ser pretor era uno de los escalones qu e ten ía qu e re­correr el hombre público rom ano en cl "cursus honorum", es decir , la"carrera de las magistraturas", podí a ~ . solía ocur rir q ne por la espe cifici­da d de las cuestiones Se hiciera asesorar por los "prudentes". es decir ,aquellos técni cos en el man ejo del "ius", El pr et or más estos "iurispru­dentes" conformaban, pu es, el equipo qu e administraba justicia .

Lo inte lige nteme nte pr ácti co qu e ha cían era tratar de adecuar el De­recho vigente a las carac te ríst icas especiales del caso, sin olvidar nuncaque el objetivo fundam ental era "hacer justici a". En pr incipio, el pr et orde b ía observar las regla s estrict ísimas del "ius civile", el cual, desde épocasan tiquísimas, estaba conformado por una serie de "ritos jur ídi cos" tre­me ndame nte form ales y de cumplimiento inexorabl e. Aparte de ello, exis­tían "leges", qu e eran di sposiciones del populus Romanus" aprobadas encom icios. Lo inter esante fuc qu e tanto el pr etor como los "p rude ntes" re­nunciaron a ser meros ag entes e jecutivos de esas reglas, por cuanto intu­yeron que el "hacer justicia" era algo más su til ~ . delicado que el hacercumplir ciegame nte el "ius civilc", Lo que ocurre es qu e el Derecho nopuede quedar reducid o a la mera lóg ica de que "siendo la 'lex' y los 'ri­

tos' justos, cuanto más estrictamen te Jos apliquemos, mayor será la jus­ticia". Cicerón fue quien sentó la en principio ininteligibl e paradoja deque actua r de ese mod o ( rea liza r el "summum ius" ) representaba, sin em ­bargo, la máxima injusticia ( la summa "iniuriu" }. Pongamos un ejemp lopara entende r esto. La form a normal qu e ten ía un roma no de los tiemposclás icos para obli garse era medi an te un contra to verbal denominado "stí­pula tio". El "ius civile" ten ía esta b lecido qu e quien p ronunciara las pala­bras solem nes de este contrat o queda ba obliga do estrictame nte a su cum­plimiento, aun cua ndo un a de las partes hu b ier a, por ejemplo, coaccionadoa la otra mediante un a am en aza o le hubiera hech o pronunciar las pala­

bras rituales empleando un ardid o un engailo. El pr etor, en principio,debí a acatar las consec uenc ias del acto ce leb rado; para hacer esto, es de­cir, "cumplir ciegame nte la ley" ( summum ius ) . resultab a en estos casostotalmente "inicuo" (summa iniuria ) . Por ello, siguiendo los conse jos desus "pru de ntes" ha ce una "interpre ta tio" de los princip ios rituales y con­sidera (Iue en estos casos se ha alt erado la "aequalíta s' de las partes en

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el negocio, y concedía a qui en hubiera sufrido los efectos de la "coacción"o del "engaño" un arma procesal "creada" por él, cuyo nombre técnicoera "exceptio" y med iante la cual se imp edían los efectos norm ales delnegoci o y, por ende, su ejecución judi cial.

Al manejarse de este modo el "iurisprude ns" establecía qu e se hab ía ac­tuado por "aequitas". Est e conce pto de "equidad" - que ya era conocidopor el viejo Aristóteles- fue llevado a la pr ácti ca con una habilidad sor­prendente por parte de los romanos. representando la herramienta másútil con qu e contaron para la apli cación de una "mejor justicia". Y tanto esasí qu e prácticamente todo lo imp ortante del Derecho Romano tiene algoque ver con ese continuo actu ar de los "iurisprude utes' que van corr i­giendo las viejas formas para ad ecuarlas a la realidad concreta del "día )'aun del mom ento" en qu e se pr esentaba la litis. Las técnicas nos pu edensorprend er por su maleabilidad, sutileza )' hasta su extravagancia . Así, sile robaban a un extranjero, en pr incipio la víctim a no tení a "acción" pararecla mar penalmente ante el pretor, por cuanto el "ius civile' prescribíaqu e la "actio Furti", es decir, la "acción de hurto o robo" estaba reservadaa los ciudada nos romanos, pero el pr etor no qu eda atrapado por la meraaplicación del principio legal , sino qu e como Sil objetivo es la justicia con ­creta y aquí el extranjero qu edaría ind efenso, le concede una "actio fic ­ticia" , es decir , una acción en la cual se "finge" (hagamos de cuentaque ... ) la ciudadanía romana del extranjero. Otra situación: de acuerd ocon las viejas reglas clásicas, el h ijo ema ncipado, es decir, el excluido dela familia civil no podía heredar al "pate rfamí lias". Pero conside rando "in i­cua" (falta de "aequitas") esta situación, el pretor accede a concederleno la "propiedad" de la herencia, pero sí la "posesión" ( creación neta­mente pretoriana ) de los bienes heredit arios. En otro s casos resuelvetambién p or "equidad" anular un negocio, como ocur re cuando el restadorno respeta como hered ero a un "herede ro legítim o" (p. e., un hijo suyo )usando el pr etexto de que el tostador no goza ba plenament e de sus fa­cultades mentales al excluirlo sin motivos plausibl es. Otras veces, paramejorar la situación de alguien invoca la "be nignitas" ( como cuandoanula el negocio celebrado con IIn "menor", si el otro contrata nte se apro­vechó de su inexperiencia ) o el "favor" ( como cua ndo se está en una si­tuación de duda, así, en favor de la "libertas' cua ndo no se está segurosi una persona es libr e o esclava ).

Los "iurisprudentes", pu es, usan de la lógica, pero a veces utilizan loqu e en lenguaje vulgar llam amos la "i-lógica", pu es comprenden que latarea de hac er justicia no pu ed e qu edar sujeta a la mera "volunta d dellegislador" o al "espíritu de la ley", por cuanto la vida real es algo m ásrico y más complejo de cuanto pu eda captarse en la mera "racio nali dadsilogís tica" y qu e, a veces, "cie rta pizca de irracionalida d" ( en el sentido

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de más allá de lo racional ) ayuda a solucionar con hartura la justicia dela situación planteada.

A través de lo dicho podemo s ahora comprender lo qu e dic e un singifi­cativo romanista italiano, B. Bíoudi, a propósito del "íurispru de ns". "Quizás

en ning ún país los juristas han tenido tanta influ encia en la formación delDe recho, porque el jurista romano no es el pedestr e exegeta de la ley,ni el dial éct ico que vaga en el empíreo de la especulac ión abs tracta, sinoel pru de nte qu e sabe adaptar el Derecho a las necesidad es de la vida".

Claro está que no fa ltará qui en piense q ue usar de esa "justicia pr et o­riana" pued e resultar sumame nte peligro so, por cu anto con pr ocedimien ­tos a veces no ajustados a la mentalidad ce re brina de la lógica, el juzga­dor pu ed e deslizarse por la jabonosa pendiente de la arbi tra riedad. Nopodríamos negar la pr esen cia de ese peligro corno tampoco pod emos negarla evidencia de qu e el pr etor romano qu e asumió ese peligro , arribabacon suma naturalidad al pu erto deseado de la justi cia.

El secreto del éxito romano en la nobl e tarea de hacer justicia entrelos hom bres reside en qu e la misma fue encarada como un "arte". Precisa­me nte uno de esos "iurisprudc ntcs", llamad o Celso, nos d ijo que el "iusest ars bon i et aequi" ( el "derecho" es el arte de lo "bonum" y de lo equi­

tativo ) . La defin ición no deja de hacer escapar una significativa sonr isaa cie rtos jurist as "log icizantes" actuales. Mu ch o más se sorprenden ante la"ingenuidad" romana cuando leen qu e defin ían la "iurisprudentia" comola "d ívinarum atque humanarum rerum notitia, iusti atque iniusti scientia",

es decir, Se trataría del "conocimiento de las cosas divinas y humanas conla ciencia de lo justo : ' de lo inju sto". Sin em bargo, esta aparente ingenui­dad cede cua ndo nos ad entramos en la int eligen cia de los conc eptos. Parael romano el "íus' es un "arte" en el sentido de "techn é", para cuyo man ejo

resulta impresci ndi ble un a int uición afin ad ísima no de "una parte" de larealidad, algo así como lo (Iue el jur ista moderno entiende como la "zonade lo jurídico' ( productora del "horno iuridicus"}, sino de "toda" la rea ­lidad. Po r ello es qu e deb e"estar munido del "ta ta!" de la realidad, tantoen sus asp ecto s "visibles" ( conocer el hombre, las cosas, la naturaleza )como en los "invisibles" ( conocer lo divino y su rela ción con las cosas y

los hombres) . En la medida q ue se ten ga un ma yor conocimiento ele tod oesto, el "iurispru de ns" considera qu e se está en mejores condiciones paraapreciar cuándo estamos ante una situació n justa o injusta.

y dentro ele esa "realidad" uno de los ejes principales es el propiohombre. Y esto deb e ser entendido tanto en el asp ect o qu e "los quehacen jus ticia" son hombres, cuanto qu e "a qu ien es se hace justicia" sontambién hombres. Precisamente cu ando Celso habla del "ars boni ..." noestá haci endo una referencia "tipo moralina actual?" a lo "bueno", sinoen un sentido más fue rte a lo qu e es el "vir bonus". Y lo "bonum" de este

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hom bre era qu.e poseía una serie de "virtudes" qu e poblaban su "interio­rid ad". La propia palabra "virtud" que da vin culada él "vir" ( varón, hom­bre ) en el sentido de una "cualificación" que ha ce a su ser de tal.

y bast ar ía la mera enume ración de estas vir tudes para explicarnos elporqué del ser h istór ico romano. El homb re de or illas del Tíber ten ía

en mu y alto va lor la "p ietas" según la cual el primer deber era el respetoa los dio ses y a la acción q ue los mismo s desarrollaban en las cosas prác­ticas del qu ehacer hu mano. Como ag ricultores tuvieron un amor decid idopor lo concreto , ya qu e el que cultiva la tier ra no pued e deten erse a "teo­

rizar", sino que deb e enfre ntarse con el "labor irnprobus", es decir , el tra­bajo fat igant e que enseñ ó a los rom anos que la "constantia", la dura disci­plin a del esfue rzo person al, "omnia vinc it", supera todas las dif icultades.

Par a ello el espí ritu romano 'propugna un a vid a ord enada ("severitas" ) y

plenamente responsable ("gravitas" ), de tal mod o q ue se hace un cultode la "fides ' ( la "bue na fe" ) como respeto a la p alab ra empe ñada, Portodo ello es qu e el romano vive la "humanitas", entendida como auténticaposibilidad de relación entre los homb res, de tal mod o qu e si bi en exalta

la "libe rtas" como "el b ien más inestimable" qu e puede ten er el hombre,conjuga armoniosamen te la misma en el sen tido de la "auctoritas'', enten­

dida no como acatamiento servil a la aut or ida d, sin o como comprensiónde respeto a aque llos qu e por expe riencia y madurez de juicio det entanel pod er , el cua l se alcanza med iante la dura "discip lina" del "curs us ho­

norum". Tod as estas virtu des son las que conformaron al hombre romanodesde su comienzo y se fu eron trasmitiendo (en eso consiste la "traditio" )de generación en ge neración. Con es to no (!Iteremos decir q ue los romanosfueran seres "puros". Si tuvi eron estas "vir tudes" conocieron el reverso de

la codicia, la cru eldad y la am bició n desmed ida. Pero no fue por esto

últim o qu e Roma fue grande. Los picos de gra ndeza marcharon con junta­mente de acuerdo con el cultivo y la práct ica ele esta ma nera de ser; lospozos de decadencia acusaron el abando no de la pr áctica de estas virtudes.

E l "íurísprude ns" que trata de ser este "vir bonus", es decir , p rocur a

vivir esta interi oridad rica de virtudes, comprendía por ello qu e la tareade ha cer justi cia no po día esta r esc ind ida, sino al contra rio deb ía est ar

profundizad a en las "cosas divinas y humanas". El intuye qu e su "res ­ponsum " ( dic tam en , parecer ) es una consulta de csta realidad visible­

invi sibl e, en la cua l se encue ntra instalado. Dich o de una man era sinté­tica pod ríamos se ñalar qu e es a ello a lo cual el prudente llama "natural ís

ra tio", palabras que distor sion aríamos de su valor prístino tr aducién dolaspo r "razón nat ur al", qu e presenta n algo mús complejo, no en el sentido"racionalista", sino en algo así como "los principi os conformantes del

mun do y del hombre"; no por nada se acostumbra a decir que aquí la

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palab ra "ratio" tendría un valor cercano a lo qu e en griego se designapo r "lagos",

. Ganaría , entonces , claridad lo (Iue hab íamos estab lecido acerca de qu eel "iurisp ru de ns' era un "artista", pu es a esos principi os sólo se los puede"intuir", lo cua l es un proceso más qu e racional. Su "responsum" era algo

así como el "oraculum' por med io del eual se tratab a de inteligi r aquelloq ue estaba en la zona oscura y oculta a los hombres, pero qu e los dios esmanifestaban de alguna man era, Es ta comparac ión es del propio Cicerón,para quien "sine dubio" la casa del " íurisprudens" es el "oraculum civi­ta tis", Concordanteme nte con esto , en el comienzo del Digesto, uno deesos "íur ísprudens" llamad os Ulpiano, sin falsas modes tias nos dice qu e

"deb ido a esto es qu e se nos pu ed e IllUY bien llamar sacerdo tes , porqu enosotros rendimos culto a la justici a".

Ahora bien . ¿Y qué es lo que IlOS d ice a nosotros, hombres de estemundo ac tu al - "verdadero valle de lágrim as"- , este Derecho qu e aplica-

- ron los roma nos? En primera instan cia, pod ríamos decir qu e el conce ptode "íus' creado por el hombre roma no, la eficacísima técni ca empleada

por los magistrados y "iurisp ru dentes", la construcción sutilísima ade cuadaa sus institucio nes en un a realidad , en ciertos asp ect os siempre igual, y enotros cambiante, otorgan al Derecho Homano el val or .de "de rec ho fuente",entendido ello en el sentido de un manantial que no se ago ta , entreg andola sustancia nutritiva que sustancia líza hoy d ía la "manera de pe nsaljur ídicamente". '

Sin embargo , habría qu e destacar que más allá de las "instituciones"romanas, que SO Il algo así como el "pro duc to", resultaría más inter esanteel aporte qu e pu ed e hacer el estudio del Derecho Roman o por lo "insti­tuyente", es decir , por lo "productor", l lav un primer nivel qu e sería elmero "dogmático-histórico" por el cua l podem os examina r, ana lizar y juz­gar las ins ti tuc iones romanas como algo "dado", Pero acá . en este segundo

nivel, se tra ta de ir más allá de ese estudio , para interrogarnos sob re las

"esencias ac tiva ntes" qu e hall sido capaces de pr oducir aquellas institu­ciones. Importante es lo "funda do" , pero más imp ort ante aún es lo "Fun­damentante", pu esto qu e es lo qu e persiste pr ecisam ente de ese "antiguo

hombre jurí dico natural" . De este modo Se borra la mala imagen q ue al­gunos se forma n acerca de que el Derecho Romano es un "todo institucio­nal estático y momificado" , idea qu e con traría la propia esencia del pensar

de los "jur ispru dentes" qu e jamás entendieron qu e las solucio nes dadaspor ellos deb ían ser aplicadas do gmáticam ente "para todo tiempo y cir­cunstancia", Su "forma m entís" representa el princip io germinador de lapresencia de cie rtos princip ios qu e son perennes y qu e se deb en aplicarsob re una realidad continua me nte dinámica ~: cambiante , Lo imp ortante,por lo tanto, es la "tradición" de ese rico contenido fontal, de tal mo do

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222 REVI STA CHILE:"IA DE DERECHO [Vol. 4

qu e no nos qued emos con la aparent e imagen del "icebe rg", cuya partesupe rior ( las "ins titucio nes") sobresale de la supe rfic ie, para darn os cuen­ta que lo que est á deb ajo, lo oculto, es lo más imp ort ante, puesto qu e eslo que sostiene, es decir, fundame nta lo visib le.

Lo que queremos decir es que la trad ición de esa "forma mentís" es laque posibilitará al estudioso - mañana profesional - qu e pu ed a tomar con­tacto con un alma rica de "inter ioridad", de tal modo que al adquirirlapu eda escapar del mayor peligro qu e parecería tener a corto o medianoplazo la "razón humana". Ese peligro está representado por la sumi siónconsc iente o inconsciente a lo que pa rece ser la línea predominante delpensamiento actua l, por lo me nos en el ám bi to "occide nta l" y que podría­mos denomin ar sintéticame nte el "pensamiento cientificista, calculador ytecnicista", Se<olueido por los respl andores de la "eficacia", la "certeza", la"exactitud", el "cálculo justo y medido", el int electual occidental parece de­clinar en la "tec nología" . Su expresión filosófica ha reducido el conocimien­to al "Iogicismo matemá tico" . Su expresión política es la "tecnocracia". '¿Qué es lo que pretende esta línea ideo lógica? Me permit o resumirlo enla mejor y la más brutal de las formas , tal cua l lo hizo "concientizada­ment e" el profesor de psicología de Harvard, B. F. Skinner, qui en escribió:"Al hacerse cada vez más comprensiva la explicación científica, el aporteque pu ed e reclamar el propio individuo parece ace rcarse al cero. Lastan decantad as facultades crea do ras del hombre, sus rea lizaciones en elarte , la ciencia y la moral, su capacidad de optar y nuest ro derecho deresponsabilizarlo ele las consecue ncias de su elección, naela de esto esvisibl e en el autorre tra to del nuevo científ ico". Ese individuo que parece"acercarse al cero", sin "facultades creado ras", "sin responsabilidades " esel "ho mbre masa" de nuestra "sociedad de consumo", el "ga nado man so"que ha dejaelo de pensar po r sí, la "gota de agua" qu e ma rcha indifiren­ciada en la corriente , el "hombre adocenado", es decir me tido en una"doce na" , perfectament e este rilizado, en lata do ~; empa quetado .

Si tomamos la traducción "jurí dica" de esta línea de pensamiento, nosencontramos con toda la línea neopositívista y sus actua les epígonos. ¿QUl'es para ellos el derecho ? Un "jllego de ajedrez" ( Hoss), un "derech opuro" ( Kelsen), esto es la "pura reg la" , la "pura norma", desconectada delo moral, de lo económico, de lo sociol ógico, de lo religioso, de lo políticoy aún de lo "jus to" ( algo así como una planta sin flores, sin hojas, sinrama s, sin tronco y sin ra íz ) . Para ellos el juri sta no es el conocedor delmundo invisibl e-visibl e de las "d ivinae atque humanae res", sino el "purotécni co" que se ocupa de interpretar la ."ley", es decir la "norma pura".

Si pr olongam os esta línea , si leem os entre líneas lo suge rido en el pá ­rrafo final de la "Teoría Pura del Derecho", cuan do el autor habla de"lograr la unidad política mundial con una organización jur ídica centra -

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1977] DI PlETRO : DERECH O RO"-IA I'O 223

lizada", descubriremos el "sentido esotérico" de toda la ob ra. Hacia el fin alde la línea nos encontra remos con los "tec nócra tas", los "synarcas", los qu eMarchalko denomina "the world conque ror", Coston "les financiers qu í me­nent le mond e", Carlavilla las "fue rzas abi sales", es decir , los "grupos de

pode r po lítico a nivel mundial" , o como usted guste llamar a estos tres­cientos o quinientos hombres qu e segú n Walt er Rathen au gobiern an elmundo.

Para que este esta do de cosas se pu ed a estab lecer, es necesario pri­meramente suprimir la "interioridad del hombre", es decir , producir latarea de "desarr aigamiento" (el "d éracinement' que tan bien describe Si­mone Weil ). Permitidme citar un párrafo de un au tor b ien conocedor deltema : "E n esa tarea, la Teoría Pura desempe ña un gran pap el : la de re­ducción del derecho a una mera mecánica de la fuer za, la cual int ernacio­na lizada, será pose ída por esa Central Mundial qu c transform ará al hom ­bre, hech o "materia técnica", en función de tornillo de un "orden" uni ­versal ateo , perfect o y total. En tal proceso colabo ran : la susti tuciónde la lógica de los con ceptos int eligibles y rela cion es de razón concep tua­les, con fundamento último en el ser , por la logística de relaciones con­vencionales de símbolos-cosas, ap ta sólo para traducir el cálculo y la"praxis" tecnocr ático-c íentificista, como "única" lógica válida; la reducción

de la mate má tica a c álculo, con lo cual se vien e a identificar con la ante­rior; la reducción de la ciencia de la naturaleza a cálculo, también de rela­ciones espacio-temporales fenom éni cas, sin intelección intrínseca alguna ;reducción del hombre, a través de la sico logía couduct ísta o "behavíou­rista", de la "inge niería hum an a" de la refl exiología de Pavl ov, del freu­dism o y de la "praxis" marxista a ente mco ánico-condicion able, reducción

de las ciencias sociales y políticas a dich os métodos prácticos de universalcon dicionamiento humano seg ún la imagen ateo-to tal del hombre; reduc­ción de todo lo religioso, filosófico, jur íd ico, político a ep ifen óm eno deintereses económicos o sexuales; sustitució n del derech o ético por el de­recho com o mero apa ra to coac tivo de la norm a jurídica por un modo con­vencional de p en sar esos hech os coa ctivos; de la pintura y escultur a figura­tivas, sim bólicas o no, por las no figurativas y "abstractas"; de la poesía consentido por la "poesía pura" sin sentido , de la música arm ón ico-m el ód ica

por la dodecafón íca, etc. Con todo ello se quier e qu e el hombre, a qu ien

ya se ha hech o perder en bu ena parte el sentido de lo sacro, pierda tam ­

bié n el de lo inteligible natural no técni co -el de lo especulab le, ético,prác tico o poéti co- , para qu e pu ed a cumplir a satisfacción de la centra lintern acional at ea su pap el de "r o b o t " tr ab ajador y sin problem as meta- ·físicos que perturbarían la regulación mecáni ca dc la nu eva ciudad, del"happy new wo rld" de Aldous Huxl ey, que es el "hollow univ erse" deDe Konick. Un universo sin "Logos" ni "Agape", "creadores ni redentores".

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224 REVI STA CH ILE;\, A DE DER ECH O [Vol. 4

Esta pag1l1a de J. A. Casaub ón, un a de las po cas men tes lúcid as qu eaquí en la Ar gentina ha visto el eno rme peligro del "c ientif ísmo p urista"

de la "reine Rechtslehre", es sufic iente me n te clara por sí misma. La in­

fluencia de este tipo de ed uc ació n "juríd ica pura" que ha padecido ysig ue padeciendo la Unive rsidad argentina desde tiempo ha, es la que

explica desd e cie rto ángulo, el desambular de abogados -otro ra idealistas

estud iantes- por los pasillos ele los Tribunales, conve rtidos en "ejecutivis ­

tas' al se rvicio de usureros qu e les entregan sus tanciosas pilas de pagarés

o de "empresarístas" qu e "soluciona n" los inconvenien tes de las grandes

emp resas monopolísti cas . Todo es posibl e, por cuanto lo que se les ha en­señado es el acatamiento de "normas q uími camente puras", con virt iéndoloen un ser "téc nicamente preocupado por el Có d igo " moti vado por la "m e r él

e x t er i o r ida d", sujeto a los textos qu e inte rpre ta y no d iscute, salvo

en la mera superficialid ad tecn ol óg ica .

Si me he exte nd ido en estas cons ideraciones es para hacer resaltar la

importancia q ue p articularm ente asigno a la ense ñanz a del "vie jo" D ere­

cho Rom an o. Al pen sam iento "tecnicista, cientifista y calcu lado r" no se le

combate ni con bombas ni con metra lletas. La lucha planteada es unaluch a ' de id ea s y como lo recuerda el céleb re pensador ru so Solovief, "la

lín ea que divide al mundo no pasa por fronteras geográ ficas, sino por elmedio de los corazones de los hombres". La op ción qne a mi ente nder se

ofrece a los es tud ios jur ídi cos , ap ar ece claram ente plantead a: por unlado, la sumisión tccnocr át íca, por el otro , la recr eación de un derecho

cap az de satisfacer la auténtica sed de justicia ele es te mundo convulsio­

nado. De acu erdo con el primer térm ino ele la op ción , se elebe aceptar"e l caos mode rno de la legislación mo to rizada, como han di ch o al gu nos.o de elefantias is legislativa, en fra se ele otros", de tal mod o que -conti ­

nuando este párrafo de Alvaro D'Ors-. el jurista mo derno pi erde su di g­

nidad para reducirse "no direm os ya al pap el de mero exegeta, sino al de

un ag ente miser able e inf ortunado agorer o de un legislador desb ocado".

El otro término de la op ción planteada significa el rechazo de la "teoría

pura" ( q ue no se quier e ideológica ) y que representa el vaciado de cere­bro necesar io para ob ten er el "abogado tecnócrata". Y es aq uí do nde las"esencias ac tivantes" del Der ech o Homan o mu estran tod os sus recursos

para p od er "interesarse", "de purar" : ' "superar" las soluciones jurídicas dela "falsa do gm áti ca mod erna".

En su úl tima visit a a Bu enos Aires, ese p rolífico e intelig ente español

que es Juan Va llet de C ovti solo nos repitió de manera insisten te, en ru edade amigos, el pen samiento final del libro de [oseph de Maitre, "Co nside­raciones sob re Francia", según el cua l la "Co n trarrevolución" no es una"Re voluci ón en contra", sino que significa "Hacer lo contra rio de la Hevo­

lución". Creo que la frase es de net a a plicac i óu a lo que venim os ex-

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poniendo. No se puede simpleme nte "esta r en contra" de la "silenciosarevo lución tecnocr ática", sino qu e hay qu e "hacer Jo contrario" de lo qu eimp one ese mov imien to. Y si lo qu e pretende es "vaciar" al hombre, lo qu edebemos realizar es su "enriquecim iento espi ritual" . Y en este plano delo jurídico, la "interioridad" del hombre rom ano es la que nos permitiráabo nar de sustancias nutr itivas a la cada vez más árida "exterioridad" delhombre actual. Las vir tudes roman as ( pietas, lib ertas, auctoritas , auste ritas,gravitas, Iides, etc. ) , coro na das por la gracia divina, son las flores de unjardín del cual sólo pueden espera rsc los frut os sustanciosos de la justici averdadera.

y vaya una última reflexi ón para nosot ros, cr istianos del siglo XX. Unode los argum entos q ue se escuchan decir en contra del Derecho Romano,es que se trataba del derecho de un pu ebl o "imperialista". El grose ro ata­que provien e de una evidente falta de información histórica, al confundiral Imperio Romano - majestu osa idea políti ca llevada a cabo sobre uncomplejo sustrato espiritual- con los act ual es "imperialismos", que seríanpor el contrario la an títesis de aq uél, pu esto que está n basados en la ideade la "voluntad prepotente de dominio".

Precisamente por no hab er caído en esa confusión, es que la Iglesia,cuya fe profesa mos, se confiesa "Católica, Apostóli ca y Romana", pu estoque - como ya lo dij imos- lo "cr istiano" no vino a desterrar lo buenoque tenía el hombre na tural antiguo , sino, por el contrario, a sublimarlo;' coro narlo. Por ello es también qu e los grandes Pad res de la Iglesia es­tán en la línea de ver al Imperio Romano, dent ro del plan divino, comoun instrumento que Dios les pone a los cristianos, como un ejemplo histó­rica mente aprovecha ble para el logro de un a vida justa en la tierr a. Espor ello qu e San Agustín en el libro XVIII de su "De Civita te Dei" , nosdice que Di os qu iso conq uistar el mundo por los romanos para que juntosen una Rep ública, y debajo de unas mismas leyes, viviesen todos en paz.y en el lib ro V de esa misma obra, que tiene especial importancia, porestar dirigida contra los asp ectos paganizantes del mundo roma no, elmism o Obispo de HipOl~a nos recomien da : "Debemos creer que no se d í­lató el roma no imperio sólo po r la gloria y el honor de los hombres, sinotam bi én para qu e los ciu dadanos de la ciuda d eterna, en tan to que ac áson peregrinos , pongan los ojos con d iligencia y cordura en semejantesejemplos y vean el amor tan zrande qu e deb en tener ellos a la patriacelestial por la vida eterna, cuando tanto amor tuvieron sus ciu da da nos ala terrena por la gloria y alabanza hu manas". Y del mismo pensami entoes Santo Tomá s de Aqu ino, cuando nos dice en "De Hegimine Princípum '( Del Gobi erno de los Príncip es ) que "el mérito de la virtud en los anti­guos romanos fu e digno del señor ío qu e alcanzaron, )' que por él las otrasnacio nes se les sujeta ron. Lo primero , por el amor de la pat ria, por el

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cual menospreciaban todas las otras cosas. Lo segundo, por el vigor dela justicia, pues po r él se oponían contra cualquier malhech or y pertur ­bador de la paz. Y lo tercero, p or la civil benevolencia con que atraían asu amor a todas las naciones, a cuya afic ión movían por los medios dichos".

Por otra parte, no hay que olvidar que dentro de la int erpretacióntradicio nal, la persistencia del "orden romano" representa el obstáculopara el adven imiento del Anticristo. Esto surge del célebre texto de SanPablo, qu e corresponde a la Segunda Epístola a los Tesalonicenses )'que dice así : "Que nadi e de ninguna manera os engañe , po rque antes dela nueva venida de Cri sto ha de llegar la Apostasía y se manifestará elHombre de Pecad o, el Hij o de la Perdición, qu e se opone y se levanta

, contra todo lo que se dice Dios y es adorado, hasta sentarse en el Templode Dios y proclamarse Di os a sí mismo. ¿No recordáis qu e esta ndo entrevosotros ya os decía esto? y ahora sabéis cuál es su Ob stáculo ( Katejón )hasta qu e llegue el tiempo de manifestarse. Porque el Ministerio de In i­quidad ya está en acc ión, sólo falta qu e el Obstaculizante sea apartadodel me dio".

Me perm itiría aquí recomendar la lectura de ese int eresante estudiode Teopolí tica que escribiera Ju an Manuel Pal acio, titulado "La Ciudadde los Césares", cuyo contenido se centra precisam ente en el análisis deinterpreta ción de ese misterioso "katejón" qu e menci ona tan sutilm enteSan Pablo, sin darnos mayores otros datos y una de cuyas interesan tesacotac iones consiste en ésta : "El Orden romano consagrado, en cuantoObstáculo al Anticristo, pa rtía de un supues to univ ersam ente aceptado :que las "puertas" del In fierno obtie nen fácilm ente la prelac ía sobre lospu eblos y sus poderes seculares. Sólo un Estado supranacíonal, sometidoa la autoridad espiritual y con efectivo contra lor sobre las naci ones cris­tianas, podía sostener a la Cr istiandad frent e a los poderes de las tinieblas,en especial si se tiene en cuenta qu e la seg ur idad de prevalecer sobre "laspuertas del Infiern o" fue prom etida sólo a la Iglesia y no a la Cri stiandadpolí ticamente organizada".

A la luz de todos estos datos gana, entonces, claridad el planteo de la"cues tión" del Derecho Romano. En el esquema de la historia establecidaen las Escrituras , qued a determ inado que advendrá el Gobi ern o del An­ticristo, el cual será la contrafigura simiesca de Cri sto. Su Imperio seráde un a fuerza imponent e imbuida de una pseudo-justicia, es decir qu e elmundo gozará de una "seguridad" y de un "orden" qu e aparen tementeserán justos, pero que no está fundado en ningún orden divino. Esta"pseoudo-justicia" será concordantemente la antítesis de la "justicia ver da­dera". Por ello es que , para que vaya "progresando" la Historia en elsentido de ese ad venimien to, se vue lve absolutamente necesar io removerel Obstáculo. Y ese "kate jón", qu e es el "orden de justici a romano", qu e

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form a la estru ctur a occi de nta l va por ello, de manera lenta, pero InSIS­

ten te, siendo atacado por aquellas fu erzas qu e, consciente o inconsciente­me nte, están trabajand o para qu e advenga el Hij o de Perdición.

Por ello, es que podemo s anudar por algún punto común el hechode que los enemigos del Derecho Romano provengan de fuentes aparente­me nte tan div ersas. Así, el nacionalsociali smo alemán lo proscribió en elpunto 19 de su pr ograma del partido. Si se lo acepta en ciertos países

de trás de la Cortina de Hierro , lo es sólo a condición de que pas e por eltam iz de la interpret ación materialista-dialéctica, es decir, qu e se lo "fal­sifiq ue" . Y por último, los mismos llamad os "Obispos del Tercer Mundo",atacan sus instit uciones por cua nto corresponden a la idea del "triunfalis­mo de la Iglesia consta ntin íana '' o de la "Iglesia bizantina". Lo que los

une -no obs ta nte lo antité t ico qu e pu ed a haber entre estos movimientos­es ese trab ajo por el c~lal "sin sabe rlo" ( aquí la "Lis t der Vernuft", el Ardid

de la Razón hegeliano, es precisam ente el Ardid del Anticristo ) estántrabajando para los planes del "Prínceps hujus mundi", En todo aquello' jue prop ug na n ese "Cambio" ( del cua l no se dice nunca bien el "por­qu é" y el "para qu é" ) , ha y un "odio especial" por todo aquello qu e seagreco-latino-medieval. Y ese sentimiento revela algo más profundo qu ebulle baj o la epide rmis. Es como lo dice bien cla ra y ajusta damente A. J.Fe stugiere : "No es cie rtame nte por azar por lo que los enemigos delhum anismo la tin o lo son también de 1a Cristian dad . El odio aquí losdescubre".