Rambla 250iDerbi

Por estas páginas ya han pasado dos creaciones de la marca española, primero disfrutamos con la despampanante Terra

Adventure 125 (Ed. 85), moto que parece salida de las arenas del Sahara, y luego le siguió el impactante scooter deportivo GP1 125 (Ed. 87) que para nada decepcionó. Ahora el turno es para otro scooter, un llamativo 250, equipado con inyección electrónica y ruedas grandes que se desenvuelve muy bien, tanto dentro como fuera de la ciudad, gracias al destaca-ble rendimiento de su propulsor y al compendio de virtudes que lo caracterizan.AntecedentesEl origen de este scooter tiene sus raíces en febrero de 2001, cuando la firma italiana Piaggio anunció la

compra de la marca Derbi, que para ese momento, y con 79 años de existencia, atravesaba la más dura crisis de toda su historia y que la tuvo muy cerca del cierre. Con la llegada de Piaggio, que se comprometió a mantener la identidad y tradición de su nueva adquisición, comenzaron a marchar nuevos proyectos y un nuevo impulso fue cobrando vida en la reconocida marca catalana, así fue como poco después comenzaron a surgir nuevos modelos que llegaron a refrescar el portafolio de Derbi. La Rambla, nombre que hace referencia a un emble-mático paseo peatonal de Barcelona, fue mostrada por primera vez en 2006, en el salón de la moto que se lleva a cabo en esta misma ciudad, pero solo hasta marzo de 2008 fue lanzada al mercado en sus dos

versiones de 125 y 250cc, despertando muy buenos comentarios en la prensa especializada de su país, que es uno de los más grandes consumidores de scooters del planeta.Nuestra historiaAhí estaba yo un sábado muy temprano, parado en el garaje contemplando la que sería mi compañera por unos días. Su estética me gustó desde el primer momento, me atrevo a decir que fue amor a primera vista. Me llamó la atención la mirada agresiva de sus dos faros, detalles como su tablero, su elaborado asiento, el predominio del color negro con sutiles toques de rojo, el original estilo de las luces de cola y en general sus formas deportivas y a la vez bastante compactas, también me quedé impactado al ver ese

par de discos de 260mm fijados a la rueda delantera, en ese momento me dije: “si tiene semejante poder de frenado por algo será…”. Tampoco me fue posible ignorar sus grandes rines de aluminio de 15 pulgadas y sus carnudas llantas de corte deportivo.

Después de la inspección visual, que más allá del dise-ño dejó ver unos acabados al nivel de lo esperado, llegó la hora de poner en marcha el monocilíndrico. Al girar la llave el tablero hizo todo el despliegue de funciones que es nor-mal en las motos actuales y luego procedí a dar arranque, surgiendo un suave sonido ronco del silenciador.

El plan del día solo contemplaba hacer unas cuantas diligencias aprovechando la mañana del sábado, pero pronto me encontraba trepando por una carretera de montaña que nada tenía que ver con mi destino original. Sucedió que fueron tan buenas las primeras sensaciones y estaba tan agradable la mañana que me fue imposible resistir la tentación de irme a una de mis carreteras favo-ritas a corroborar si además de la atracción física inicial, esta relación tendría buena “química”.

Dos aspectos fueron los que más llamaron mi aten-ción tan pronto como empecé a rodar sobre la Rambla: su confortable asiento y su motor. El primero, además de ser muy espacioso tiene la virtud de amoldarse a nuestras formas y ajustarse a cada movimiento que hacemos como si se tratara de una especie de gel o algo parecido, es una sensación deliciosa, y algo extraña mientras uno se acostumbra, la que brinda el espumado de una silla que además esta muy bien tapizada, con finos toques de buen gusto que toman forma en sus costuras con hilo rojo que le dan un aspecto elegante y deportivo a la vez. Y en lo que

Por su redu-cido tamaño y excelentes prestaciones la Rambla es imbatible en la ciudad.

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respecta al motor es un monocilíndrico fabricado por Piaggio, llamado Quasar, una planta motriz dotada de inyección electrónica con un merecido prestigio en el viejo continente, que mueve muchas de las creaciones del grupo italiano y que en la Rambla sencillamente es su mejor argumento. Con su refrigeración por líquido y su culata de cuatro válvulas, el Quasar 250 entrega 22,5 caballos a 8.000rpm y una cifra de torque que no declaran en la ficha técnica, pero que debe ser muy buena por lo que pudimos sentir.

En los primeros metros esta Derbi es algo lenta, más si llevamos pasajero o arrancando en subida, aparentemente por una cuestión de la transmisión automática, pero tan pronto como el velocímetro pasa de 20 por hora, la Rambla sale disparada y su ritmo de aceleración invita a girar el puño derecho. En muy poca distancia la aguja del velocímetro borra los 80 por hora y si la vía lo permite sigue subiendo hasta los 120 sin decaer la aceleración en forma importante. Desde ese punto es capaz de seguir ganando velocidad ya con algo de dificultad, llegando finalmente a superar los 130km/h.

En la vía de montaña que me sirvió de abrebo-cas, nunca vi menos de 80km/h en los tramos más empinados, de resto superaba los 90 sin dificultad dejando atrás con toda propiedad a los demás vehí-culos (excepto motos de mayor calibre), aunque a esa hora la vía era casi exclusivamente para mi disfrute y me dediqué a negociar las curvas encontrando una alta dosis de estabilidad que mostró las bondades de las ruedas de gran diámetro. Al coronar la montaña le siguió un tramo ondulado donde enlazar las curvas a buen ritmo fue puro deleite, la Rambla es obediente a la menor insinuación de nuestro cuerpo y se apega a la línea que le marcamos con la mirada, a veces se mueve un poco dado que su configuración de piso plano no le permite tener un chasis tan rígido como el motor demanda, pero nunca se sale de trayectoria o nos coloca en situaciones de riesgo, en contrapartida esa flexibilidad que muestra, aunada a las suspensiones da un nivel muy bueno de confort

de marcha, pero además hay un plus de comodidad que proviene del asiento, cuyo espléndido acolchado nos aísla bastante bien de lo que acontece entre las ruedas y el suelo, filtrando lo que las suspensiones no alcanzan a tragarse de nuestras “agrestes” vías y eso vale para ambos ocupantes.

Al regreso escogí un descenso bastante empi-nado con el objetivo de exprimir a fondo los frenos para ver si en la práctica eran tan buenos como en apariencia. El resultado fue el esperado, potencia de sobra, resistencia al calentamiento y en especial me gustó mucho del doble disco delantero que es muy dosificable, al verlo me temía una respuesta demasiado brusca que podría ser peligrosa, pero me di cuenta que dependiendo de la presión que

El doble disco delantero le otorga un poder de frenado excepcional. El tablero además de un diseño impecable nos da toda la infor-mación imaginable. El motor es el Quasar de Piaggio inyectado y con 22,5 caballos. La gaveta es algo limitada por su esquema de ruedas altas, pero cabe un casco jet. apliquemos en la manigueta podemos ir desde una

suave desaceleración, hasta una frenada contundente cuando la situación lo demande.

Hora y media después estaba retornando nue-vamente a una ciudad que ya hervía del calor en sus congestionadas avenidas, pero ni la temperatura ni el tráfico lograron incomodarme, sencillamente asumí el ritmo lento con toda calma y me dedique a saborear las buenas sensaciones que tenía frescas en la mente de ese corto pero a la vez sustancioso acercamiento inicial. La faceta urbana de la Rambla se comenzaba a mostrar. Ágil, de dimensiones contenidas, altura de asiento razonable y peso poco perceptible, cualidades que le permiten vivir en medio del tráfico exigiendo poco trabajo a quien este a sus

mandos. Uno solo tiene que dedicarse a pensar para donde quiere ir y listo, en ella la movilidad es un juego de niños con altas dosis de adrenalina cada que giramos a fondo el acelerador y vemos como las cosas comienzan a moverse realmente de prisa, al tiempo que los demás vehículos desaparecen en los efectivos retrovisores.

Su faceta más funcional nos muestra una ca-pacidad de carga repartida en varios espacios, tiene una gaveta frontal con llave y toma de corriente de 12 voltios en su interior, perfecta para recargar el celular, el Ipod o cualquier artefacto por el estilo. Bajo el asiento hay lugar para un casco Jet (un integral no cabe) pues la configuración de rueda alta le impide ser más espacioso en esta zona, además el tanque de

Adelante posee gancho porta paquetes y guantera que incluye una toma de 12 voltios. El asiento es todo placer para ambos ocupan-tes. Vista desde atrás se destaca gracias a su original luz de cola con las direccionales incor-poradas. El sileciador cuenta con catalizador, cumpliendo la norma Euro 3. Atrás la frenada

corre por cuenta de otro disco.

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de una forma poco placentera. Finalmente esto nos recuerda que no existe moto

perfecta, o scooter en este caso, aunque la Rambla se acerca bastante, salvo por su elevado precio que en Europa ronda los 9 millones de pesos, pero luego de pagar los exagerados peajes que el gobierno cobra por concepto de impuestos de importación e iva, la cifra se eleva por arriba de los 15 millones, un valor alto si lo comparamos con sus similares en cilindrada, que tampoco es que abunden en nuestro mercado, pero hay un plus de exclusividad, de tec-nología, de prestaciones, de equipamiento y diseño que seguramente algunos estarán dispuestos a pagar y con absoluta seguridad recibirán un producto que no los defraudará.

2,3 galones que le da una muy buena autonomía se ocupa parte del espacio disponible, pero esto permite hacer recorridos de más de 200km sin pensar en combustible. Por último está la parrilla integrada a las asas laterales y un gancho que permite aprovechar el espacio plano entre las piernas para llevar paquetes, un morral u otros elementos por el estilo, todo esto en suma le brinda muy buena capacidad para mover cosas con seguridad y facilidad.

En conducción a dúo, el buen desempeño del monocilíndrico se mantiene, al igual que la estabili-dad y esto permite disfrutar en cualquier ámbito sin sentirnos nunca acosados por nadie. La comodidad del pasajero es tan buena o mejor que la del piloto, con unos posapiés que se extraen de los costados y que dan un correcto apoyo a las piernas, salvo en personas de muy baja estatura que se sentirán algo cortas para llegar a ellos, pero en general es muy agradable ir acompañados en la Rambla, sobretodo porque los 250cc de su motor nos dan un rendimiento

tal que la diversión no se pierde y con esa solvencia de frenos que tiene se puede aprovechar la potencia con bastante tranquilidad. Otro punto fuerte de este scooter español son sus luces, que tienen separados los bombillos de altas y bajas en cada uno de los faros, iluminando de forma destacable, brindando mucha seguridad para rodar en carretera de noche.

Algo particular de este scooter es que solo cuenta con gato central, en principio nos afanamos en criticarle la falta del gato lateral, mucho más practico de usar en algunas situaciones, pero al darnos cuenta lo fácil que es subirlo al gato central, tarea que no demanda casi nada de esfuerzo gracias al excelente diseño del sistema, nos dimos cuenta que esto no era ningún inconveniente. El detalle que si resultó molesto lo descubrimos después de que nuestra compañera debiera soportar un fuerte aguacero parqueada a la intemperie, resulta que el agua logró colarse por las costuras de la silla y luego brotó por estas mismas hasta nuestros pantalones

Texto y Fotos: JCPChaqueta: Dainese G. Air-Flux Tex - Moto 10

Motor

CilindradaRel. compresiónTorque Máx.Potencia Máx.Alimentación TransmisiónArranqueSusp. Del.Susp. Tra.

Freno Del. Freno Tra.Peso en secoCapacidad TanquePrecioPara saber másFi

cha

Técn

ica

Monocilíndrico, 4T, SOHC, 4 válvulas, refrigerado por líquido

244.29 c.c.11 : 1

n. e.22.5 hp a 8.000rpm

Inyección electrónica Variador automático

EléctricoTelescópica hidráulica

Doble amortiguador con dureza ajustable y 80mm de recorrido

Doble disco de 260 mmDisco de 220 mm

146 kg. 2 galones (7.7 L)

$16.000.000www.moto10colombia.com

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