Derecho a La Vida Privada

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465 Jurisprudencia anotada Derecho a la vida privada Filiación y pruebas de paternidad TEDH, OSTACE c. RUMANIA, 25 de FEBRERO de 2014 por CRISTIAN RAGUCCI (1) 1 | Los hechos del caso El denunciante, Agustin Ostace, alega la violación del art. 8° del Con- venio Europeo para los Derechos Humanos y Libertades Fundamen- tales (en adelante, el Convenio o el Convenio Europeo) por parte del estado rumano. En 1981, el demandante fue declarado padre del niño H. A. (nacido en 1980) por el Tribunal de Primera Instancia de Bistrita Nasaud a raíz de una acción de reclamación de filiación interpuesta por la madre del niño. Di- cha sentencia se fundó, por un lado, en pruebas testimoniales sobre la existencia de una relación entre el demandante y la madre del niño y, por otra parte, en una pericia médica que consistía en un análisis de los grupos sanguíneos. El resultado de este estudio indicó que si bien no podía atri- buirse con certeza la paternidad a Ostace, esta posibilidad tampoco podía descartarse de manera concluyente. Ese mismo año, el Tribunal Departa- mental de Bistrita Nasaud confirmó el fallo de primera instancia. (1) Integrante del Proyecto de Investigación en Derecho (Decyt) de la Secretaría de Investi- gación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, “La responsabilidad internacional de las Personas Jurídicas por violaciones de derechos humanos”. Código DCT-1406. Derecho a la vida privada. Filiación y pruebas... CRISTIAN RAGUCCI

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Derecho a la vida privadaFiliación y pruebas de paternidadTedH, ostace c. Rumania, 25 de FeBrerO de 2014

por cristian ragucci (1)

1 | Los hechos del casoEl denunciante, Agustin Ostace, alega la violación del art. 8° del Con-venio Europeo para los Derechos Humanos y Libertades Fundamen-tales (en adelante, el Convenio o el Convenio Europeo) por parte del estado rumano.

En 1981, el demandante fue declarado padre del niño H. A. (nacido en 1980) por el Tribunal de Primera Instancia de Bistrita Nasaud a raíz de una acción de reclamación de filiación interpuesta por la madre del niño. Di-cha sentencia se fundó, por un lado, en pruebas testimoniales sobre la existencia de una relación entre el demandante y la madre del niño y, por otra parte, en una pericia médica que consistía en un análisis de los grupos sanguíneos. El resultado de este estudio indicó que si bien no podía atri-buirse con certeza la paternidad a Ostace, esta posibilidad tampoco podía descartarse de manera concluyente. Ese mismo año, el Tribunal Departa-mental de Bistrita Nasaud confirmó el fallo de primera instancia.

(1) Integrante del Proyecto de Investigación en Derecho (Decyt) de la Secretaría de Investi-gación de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, “La responsabilidad internacional de las Personas Jurídicas por violaciones de derechos humanos”. Código DCT-1406.

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En el año 2003, el demandante obtuvo el consentimiento de H. A., ya ma-yor de edad, para que ambos se sometan a una pericia médica extrajudi-cial con el fin de establecer definitivamente si era su padre biológico. En esta oportunidad, el resultado fue negativo, quedando Ostace descartado como padre de H. A. desde el punto de vista biológico.

En vista de este informe, el peticionario solicitó la revisión de la decisión judicial de primera instancia. Su demanda fue declarada inadmisible debi-do a que esta pericia no cumplía con los requerimientos estipulados por el código procesal. (2) En su apelación, el demandante alegó que era imposi-ble aportar dicha prueba en 1981, dadas las limitadas posibilidades de la ciencia en esa época. Por otra parte, hizo hincapié en la necesidad de reco-nocer esta nueva realidad biológica desde el punto de vista legal con el fin de preservar los intereses patrimoniales de su familia legítima relacionados con la sucesión. La Corte de Apelaciones de Cluj confirmó en 2003 y en 2006 (3) lo decidido por el tribunal inferior, reafirmando que la prueba pro-ducida no se ajustaba a las disposiciones del Código de procedimientos.

Invocando el art. 8° del Convenio Europeo, el demandante se queja de la imposibilidad de obtener el reconocimiento judicial del hecho de que no es el padre de H. A., lo cual ha sido probado por medio de la pericia extrajudicial. Por su parte, el estado sostiene que la negativa a autorizar la reapertura del caso está motivada en la protección de los intereses del niño y de la familia y, por otro lado, en el interés legítimo del Estado de garantizar la seguridad jurídica.

2 | El análisis del TEDHEn primer lugar, el Tribunal observó que las partes no discuten si la ne-gativa a reabrir el caso por parte de las autoridades está “prevista por la ley” en los términos del art. 8° del Convenio o perseguía un fin legítimo. Por lo tanto, queda resolver únicamente si, dadas las circunstancias del caso, la decisión adoptada era necesaria en una sociedad democrática. En ese sentido, el Tribunal Europeo ha reiterado en varias oportunidades

(2) Para que una decisión sea susceptible de ser apelada a raíz del surgimiento de nueva evidencia, la misma debía existir al momento del proceso.

(3) El caso fue reenviado a la Corte de Apelaciones luego de que el demandante recurriera a la Corte de Casación.

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que la situación en la cual se intenta hacer prevalecer una presunción de paternidad por sobre la realidad biológica no es compatible con la obliga-ción estatal de garantizar el respeto efectivo de la vida privada y familiar, incluso dentro del margen de apreciación de que gozan los estados. (4) Si bien en este caso no hay una presunción legal, la paternidad es estable-cida judicialmente de forma definitiva y se agrega que mutatis mutandis, las situaciones son comparables. (5) Además, en casos análogos, el TEDH ha concluido que hay violación del art. 8° en aquellas situaciones en que, a la luz de nuevas pruebas biológicas, no se permita a los demandantes discutir legalmente la paternidad. (6)

Sin embargo, el Tribunal afirma estar dispuesto a admitir que la ausencia de un mecanismo judicial que permita al peticionario proteger su derecho a la vida privada puede explicarse por el interés legítimo en garantizar se-guridad jurídica y la estabilidad de los lazos familiares. Por ende, quedaría determinar si se ha alcanzado un equilibrio entre el interés del denuncian-te y el interés público para justificar la interferencia del estado en la vida privada. El Máximo Tribunal concluye que al declarar inadmisible el pedi-do de revisión de Ostace, a la vez que todos los interesados se mostraron favorables a buscar y establecer la realidad biológica respecto a la filiación de H. A., las autoridades rumanas no han sabido equilibrar los intereses en disputa y han incurrido en una violación al art. 8° del Convenio.

3 | Consideraciones finalesEn el presente fallo del TEDH se estudia un derecho que es fundamen-tal para las sociedades democráticas: el derecho a la vida privada, que consagra un espacio exento de interferencia estatal dentro de los límites establecidos por el segundo inciso del art. 8° del Convenio Europeo. En lo particular del caso que nos concierne, resulta destacable la situación en que si bien se persigue un interés legítimo, como puede ser garan-tizar seguridad jurídica o proteger los intereses del niño y la familia, no

(4) TEDH, Mizzi c. Malta (n° 26111/02) 12/01/2006, párr. 130; y Shofman c. Rusia, (n° 74826/01) 24/11/2005, párr. 45.

(5) TEDH, Ostace c. Rumania (n° 12547/06), 25/02/2014, párr. 51.

(6) TEDH, Paulik c. Eslovaquia (n° 10699/05), 10/10/2006, párr. 46; y Tavli c. Turquía (n° 11449/02), 09/11/2006, párr. 36.

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se logra un balance adecuado entre los intereses de los afectados y el interés público, de tal manera que se incurre en una violación al derecho a la vida privada.

Por otra parte, teniendo en cuenta las similitudes de Ostace c. Rumania con casos como Paulik c. Eslovaquia, merece consideración el hecho de que en algunos estados prevalezca la decisión de impedir la revisión de sentencias de declaración de paternidad, bajo pretexto de otorgar seguri-dad jurídica, por sobre el tratar de establecer la verdad sobre la identidad de un individuo, comportando, de esta manera, violación a su derecho a la vida privada.