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    DERECHO ADMINISTRATIVO

    BOLILLA 13: Las situaciones jurdicas subjetivas1. Las situaciones jurdicas subjetivas. La legitimacin. Los criterios clsicos. El derechosubjetivo como presupuesto de control judicial. Los efectos de las sentencias.2. Le legitimacin en el proceso administrativo.3. La legitimacin en el proceso judicial. La reforma constitucional de 1994 y su incidenciasobre las situaciones jurdicas subjetivas. El anlisis de la jurisprudencia posterior a la reforma

    constitucional del 944. El bloque de legitimacin: el efecto relativo de las sentencias.5. Los derechos de incidencia colectiva: su definicin. Los principios rectores. EL aspectoobjetivo y subjetivo (el sujeto afectado, las asociaciones intermedias y el Defensor despueblo)El nexo entre el objeto y el sujeto. Su interdependencia. Las cuestiones procesales en el marcode los procesos judiciales colectivos.

    Apuntes de Clase

    Situaciones Jurdicas Subjetivas

    Las situaciones jurdicas subjetivas hacen referencia a la posicin que toma el particular en una relacin

    jurdica con el Estado, cuando debe reclamarle al Estado una prestacin o que cese una accin. Para

    hacer valer ese derecho el particular debe encontrarse en determinada situacin jurdica. As como elEstado tiene potestades y poderes, el particular tiene derechos. De acuerdo al reconocimiento de esos

    derechos por el ordenamiento jurdico tenemos:

    Derecho Subjetivo

    Inters Legtimo

    Derechos de incidencia colectiva

    Derechos Subjetivos

    El Derechos subjetivo comienza a tener una incidencia significativa con la Reforma del 94. En realidad

    no hay una definicin precisa y su aplicacin est en constante cambio.

    El derecho subjetivo necesariamente debe estar protegido, y esta proteccin se da a travs de las

    normas y con el otorgamiento de una accin (segn la concepcin clsica de Ihering).

    El Derecho Subjetivo es considerado como un inters exclusivo y excluyente de una persona. El derecho

    se le reconoce a una persona determinada con todo lo que implica ese reconocimiento. Como por ejemplo

    el derecho de propiedad, si tengo una compraventa y el deudor no pag, yo slo tengo inters de cobrar.

    En el caso del rebalanceo de las tarifas telefnicas, cada usuario tiene un derecho subjetivo

    (particular) en pos del inters propio. Este derecho le permite al particular tener un acceso al

    procedimiento administrativo y al proceso judicial. Cuando se inicia un proceso judicial la sentencia

    beneficia o perjudica a las partes que intervienen en ese proceso. El efecto de cada sentencia cuando

    hay un derecho subjetivo produce efecto entre partes.

    Inters Legtimo: est vinculado con un derecho pero no es reconocido por el ordenamiento jurdicocomo exclusivo, sino que se trata de un derecho compartido con el resto de la comunidad. Se entiende

    que es el inters que se tiene del buen funcionamiento del Estado. Hasta 1994, los derechos sobre el

    medio ambiente se compartan con todos, es decir que eran de inters legtimo. Esto generaba una

    restriccin al momento de reclamar ante el Estado este derecho.

    Inters Simple: corresponde a todo ciudadano que quiere hacer valer la legalidad del sistemademocrtico. Se encuentra representado por la figura del denunciante. El Derecho Subjetivo permite

    exigir a la Administracin determinada conducta; en cambio el Inters Simple no, la Administracin

    toma la denuncia y decide si sigue o no con la denuncia. El Inters Legtimo se ubica en el medio de

    estos dos, tengo el derecho pero no puedo acceder al mbito judicial.

    La Reforma del 94 desvirta el inters simple y el inters legtimo y genera una nueva nocin de

    derechos de incidencia colectiva

    Derechos de incidencia colectiva

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    El derecho colectivo corresponde a la persona por el hecho de pertenecer a una sociedad. No son

    derechos de la sociedad, sino de cada uno de los integrantes de la misma, pero siempre en la medida en

    que vivan en ella.

    En el caso Asociacin Benghalensis se presenta esta Asociacin, en defensa de derechos de incidencia

    colectiva, en representacin de los enfermos infectados de HIV por la suspensin de suministro de

    medicamentos.

    La CN en sus artculos 41 y 42 estableci los nuevos derechos: derecho a la salud, derecho al medioambiente, derecho al consumidor, derecho a los usuarios de servicios pblicos, etc.

    La crtica a estos derechos es que se considera que esta clasificacin afecta el derecho de defensa

    porque pone vallas a la justicia. Porque quien accede a la justicia es slo quien tiene derecho subjetivo.

    Respecto a esto, Gordillo deja de lado la clasificacin clsica y apunta a determinar si se tiene o no el

    derecho (sin importar el carcter del mismo). Si se lo tiene, se debe poder acceder a la justicia.

    La Ley de Procedimiento Administrativa establece que para ser parte en un proceso hay que tener

    derecho subjetivo o inters legtimo. Pero para poder impugnar actos administrativos, reglamentos o un

    simple reclamo, se debe tener derecho subjetivo. El mero denunciante no es parte en el expediente y no

    tiene derecho a ver que pas con su denuncia. Pero por el principio de transparencia, todos tenemos

    derechos a los actos transparentes con lo que se ampla el espectro de los derechos respecto a estos

    casos.La accin de amparo del artculo 43 de la CN marca esta tendencia de los derechos de incidencia

    colectiva y la posibilidad del acceso de justicia frente a los mismos. Surgen dos figuras importantes:

    Las Asociaciones Civiles y El Defensor del Pueblo. Estas figuras poseen legitimacin anmala pero slo

    para los derechos de incidencia colectiva, no puede iniciar una accin judicial sobre derechos

    individuales.

    Si bien el artculo 116 de la CN no lo dice expresamente, la Corte va a intervenir en los procesos en

    donde exista una causa. Causa entendida como caso o controversia en el que un derecho se contrapone

    con el derecho de otro.

    Cul es el lmite al control judicial sobre la Administracin? La legitimacin del particular, si restrinjo

    la legitimacin, restrinjo el control judicial dado que si la accin se desestima por no admitir la

    legitimacin del administrado, nunca se llega a discutir el fondo de la cuestin.

    Balbn hace un anlisis del marco jurisprudencial con respecto a la interpretacin restrictiva (rechazo)

    de la legitimacin activa en la Accin de Amparo.

    Hay determinadas sentencias que exceden a las partes que intervienen y tiene efectos erga omnes,

    esto se da en los casos de los derechos de incidencia colectiva.

    JURISPRUDENCIA

    Caso ProdelcoCorte Suprema de Justicia de la Nacin 07/05/1998PRODELCO c/ P.E.N. s/ amparo.Hechos y Acciones:La diputada nacional Cristina Zuccardi y la Asociacin Proteccin del Consumidor "PRODELCO" interponenuna accin de amparo en la que declar la inconstitucionalidad del Art. 2del decreto 92/97 del PoderEjecutivo Nacional -por el cual se aprobaron las modificaciones a la Estructura General de Tarifas delServicio Bsico Telefnico- y su inaplicabilidad en el mbito de actuacin de PRODELCO y en la jurisdiccinterritorial del tribunal. Sin perjuicio de que se rebajasen las tarifas urbanas e interurbanas y se aplicasen los

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    Derechos Subjetivos Inters Legtimo Derechos de

    IncidenciaColectiva

    Legitimacin

    Ad causa

    Ad procesum

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    descuentos previstos para clientes de bajo consumo, pensionados y jubilados, si as lo decidieran lasempresas telefnicas y lo permitiese la autoridad de aplicacin.La Cmara Federal de Apelaciones de Mendoza, al confirmar la sentencia de primera instancia, hizo lugar ala accin de amparoContra dicha decisin dedujeron recurso extraordinario el Estado Nacional (PENacional-Secretara deComunicaciones de la Presidencia de la Nacin) y Telefnica de Argentina S.A., los cuales fueronconcedidos

    PRODELCO aleg la irrazonabilidad de las nuevas tarifas (que producen importantes aumentos) que slobenefician a las empresas prestatarias del servicio y perjudican a los consumidores, en violacin a lodispuesto en el Art. 42 de la CN. Invocaron la violacin de la disposicin contractual que les impone rebajarlas tarifas en un 2% anual. Sostuvieron, asimismo, que el decreto 92/97 contradice lo dispuesto en el Art. 10de la ley de convertibilidad y que su sancin importa desconocimiento de pronunciamientos judicialesdictados en otras causas, que imponan al Estado Nacional abstenerse de modificar la estructura tarifariahasta tanto se efectuara la propuesta de rebalanceo por parte de las autoridades nacionales y se realizara laaudiencia pblica prevista en dicha norma.La decisin recurrida -confirmatoria de la de primera instancia- hizo lugar a la accin de amparo intentada,para lo cual admiti la legitimacin activa de ambos demandantes.

    Seal el tribunal que, aunque no estaba en discusin la facultad del PE para dictar los decretos quelegalmente correspondan para el funcionamiento de un servicio pblico, ese Poder no estaba habilitado para

    alterar la estructura legal vigente a partir de la ley de convertibilidad, mediante una reestructuracin tarifariaque se tradujo en aumentos que afectan a la mayor parte de los usuarios, en presunto beneficio de otrosegmento de la poblacin.Dado que se controvierte la constitucionalidad de un acto emanado del PENacional, en ejercicio defunciones que le son propias, resulta prioritario examinar si se configura en autos una "causa judicial" quehabilite el ejercicio de la jurisdiccin.El ejercicio de la funcin jurisdiccional requiere que los litigantes demuestren la existencia de un perjuicio -laafectacin de un inters jurdicamente protegido-, de orden "personal, particularizado, concreto y, adems,susceptible de tratamiento judicial", recaudos que han de ser examinados con particular rigor cuando sepretende debatir la constitucionalidad de un acto celebrado por alguno de los otros dos poderes del EstadoEn las causas en que se impugnan actos cumplidos por otros poderes en el mbito de las facultades que lesson privativas, la funcin jurisdiccional no alcanza al modo del ejercicio de tales atribuciones, en cuanto deotra manera se hara manifiesta la invasin del mbito de las facultades propias de las otras autoridades de

    la Nacin Esa restriccin impuesta al PJ redunda en beneficio del sistema republicano de gobierno, sinafectar en modo alguno su misin esencial, la que radica en la proteccin que ha conferido a los derechosconstitucionales y a las libertades de ciudadanos individuales y grupos minoritarios contra la accingubernamental opresiva o discriminatoria.El PJ ejerce un verdadero control de constitucionalidad cuando verifica si los actos de los otros dos poderesse han cumplido dentro de sus respectivas esferas de actuacin, pues decidir "... si un asunto ha sido, enalguna medida, conferido a otro poder del Estado, o si la accin de ese poder excede las facultades que lehan sido otorgadas, es en s mismo un delicado ejercicio de interpretacin constitucional y unaresponsabilidad de esta Corte como ltimo intrprete de la Constitucin"La tradicional jurisprudencia del Tribunal cuya sinttica formulacin postula que las razones de oportunidad,mrito o conveniencia tenidas en cuenta por los otros poderes del Estado para adoptar decisiones que lesson propias no estn sujetas al control judicial. Todo lo relativo al ejercicio de las facultades privativas de losrganos de gobierno queda en principio- excluido de la revisin judicial. Ello no obsta a que, planteado un

    caso concreto - una "causa" en los trminos del Art. 116 de la CN- se despliegue con todo vigor el ejerciciodel control constitucional de la razonabilidad de las leyes y de los actos administrativos; por ende, una vezconstatada la iniquidad manifiesta de una norma o de un acto de la Administracin, corresponde declarar suinconstitucionalidad.

    Se encuentra fuera de cuestin que es facultad del Poder Ejecutivo Nacional "fijar tasas y tarifas de losservicios de jurisdiccin nacional" para la prestacin del servicio telefnicoLas tarifas del servicio bsico telefnico estaban reguladas en el Pliego de Bases y Condiciones para elConcurso Pblico internacional para la privatizacin del Servicio de Telecomunicaciones, rgimen que conposterioridad sufri diversas modificaciones. El decreto 2585/91 aprob los acuerdos suscriptos con laslicenciatarias del servicio telefnico, por los cuales se confiri autorizacin para reestructurar, a partir del1 de enero de 1992, las tarifas aplicables a la cuota fija por mantenimiento de la lnea (abono mensual) y la cantidad de pulsos libres.

    La Secretara de Energa, Transporte y Comunicaciones convoc a la audiencia pblica prevista en lamencionada resolucin 381/95, que se llev a cabo el 30 de enero de 1996. En la audiencia laslicenciatarias no presentaron una propuesta distinta de las alternativas expuestas, teniendo en cuenta esacircunstancia y que haban expuesto en forma amplia su punto de vista las Asociaciones de Consumidores,

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    los gobernadores y ministros de provincias, los legisladores, el Defensor del Pueblo de la Nacin y losorganismos privados y usuarios del servicio, se dispuso dejar formalmente cerrada la audiencia pblica

    Segn surge de lo expuesto, la norma impugnada mediante la presente accin de amparo tiene comoantecedente una sucesin de actos administrativos que no slo gozan de presuncin de legitimidad, sinoque no fueron cuestionados en modo alguno en cuanto a su regularidad y legalidad.Esos actos han sido producto del ejercicio continuo de la funcin administrativa en el cumplimiento de

    objetivos propios del poder del Estado que la ejerce, sin que se observe -ni haya sido invocado-apartamiento del marcoconstitucional y legal que le es propio.Su concatenacin no se ve interrumpida por decisiones jurisdiccionales -dictadas en otras causas einvocadas por las amparistas en la presente- que no podran, por su propia naturaleza, frenar el ejercicio dela funcin administrativa, propia de uno de los poderes del Estado y fuera del alcance de los otros dospoderes en lo que hace a su desempeo especfico.Pretender la ultraactividad de un rgimen jurdico que fue derogado por normas con aptitud formal paraproducir tal efecto, sin fundamento idneo que descalifique esa continuidad jurdica, supone crearartificialmente una irregularidad, que se proyecta sobre los actos subsiguientes, distorsiona los trminos deldebate y lleva a decidir una controversia slo aparenteEl acto atacado no presenta, as, defectos formales ni aparece emitido fuera del complejo normativo queregula la materia que constituye su objeto.

    Resulta evidente que la reestructuracin tarifaria tiene sustento en las diversas disposiciones citadas y quesu formulacin no afecta las normas vigentes.Cabe aadir a lo expuesto que las disposiciones dictadas en materia de reestructuracin tarifaria, aparecenformalmente compatibles con el plexo normativo al que pertenecen.El aumento sectorial de algunos rubros que componen la prestacin del servicio bsico telefnico -que, sereitera, tiene su correspondencia en la rebaja de otros, como presupuesto del resultado neutro que debearrojar el rebalanceo-, no colisiona con las disposiciones de la ley 23.928, que -en lo que aqu tienerelevancia- slo estableci un rgimen de convertibilidad para la moneda nacional y la prohibicin dereformular su expresin econmica mediante el empleo de ndices que midan la variacin de precios,cuestin claramente ajena al eventual incremento de tarifas en la prestacin de los servicios pblicos.En tales condiciones, la decisin adoptada aparece regularmente inscripta en el ejercicio privativo defunciones propias de uno de los poderes del Estado, sin exceder el marco en que constitucional ylegalmente stas se insertan, de modo que no resulta judicialmente revisable el modo en que ese poder ha

    sido ejercido.Todo lo expuesto lleva a la conclusin de que la peticin de amparo se traduce en una mera disconformidadcon la decisin poltica que se refleja en un aumento sectorial de tarifas en el servicio telefnico, cuestinque desde antiguo este Tribunal consider ajena a su poder jurisdiccional.

    Si esta demanda de amparo fuese admitida, habra una clara invasin del Poder Judicial en la zona dereserva de otro poder del Estado, cuyo ejercicio le est atribuido en forma exclusiva y al cual intentarasustituir en el cumplimiento de sus funciones especficas. De tal modo, el control de constitucionalidad delos actos de gobierno, propio - y limitado- marco del accionar del PJ, se convertira en el ejercicio mismo delos actos que corresponden a los otros poderes polticos del gobierno federal, usurpando facultadesque alteraran ostensiblemente el diseo institucional de separacin de poderes vigente en laRepblica desde la sancin de la Constitucin Nacional de 1853.

    No basta para superar estas exigencias derivadas de nuestra estructura institucional, la invocacin de losintereses generales que plantean la asociacin de consumidores y la seora diputada nacional comosustento de su legitimacin para demandar.En efecto, el nuevo Art. 43 de la Constitucin Nacional reconoce legitimacin para promover la accin deamparo a sujetos potencialmente distintos de los afectados en forma directa por el acto u omisin que, enforma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,derechos o garantas reconocidos por la Constitucin, un tratado o la ley.Pero de esa ampliacin constitucional de los sujetos a quienes se reconoce legitimacin procesal no sesigue la aptitud para demandar sin que exista cuestin susceptible de instar el ejercicio de la jurisdiccin,hiptesis que no se verifica en este caso.Admitir la legitimacin en un grado que la identifique con el "generalizado inters de todos los ciudadanosen el ejercicio de los poderes del gobierno...", "...deformara las atribuciones del PJ en sus relaciones con elPE y con el PL y lo expondra a la imputacin de ejercer el gobierno por medio de medidas cautelares".

    Permanecen insatisfechos los recaudos necesarios para habilitar la jurisdiccin, ya que el intersinstitucional insinuado es abstracto e indefinido, de modo que se sita fuera de aquellas hiptesis quepermiten su tratamiento.

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    Se ratifica la inexistencia de cuestin justiciable, si se advierte que la supuesta lesin a los derechos de losconsumidores que invocan las amparistas no slo no es de carcter general, sino que la misma norma hadado lugar a numerosas acciones judiciales -algunas de las cuales actualmente se encuentran aconocimiento de este Tribunal- en las que se persigue el mantenimiento del nuevo rgimen, por ser stefavorable a importantes sectores de habitantes del interior del pas.Las conclusiones antecedentes no importan menoscabo para el derecho de cada habitante de la Nacin, deacudir al amparo jurisdiccional cuando se vean lesionados su derechos constitucionales de modo que exija

    reparacin - como ocurrira si alguien que se encuentra legitimado, demostrase un derecho subjetivoafectado por una tarifa irrazonable-, tal como lo ha sostenido desde antiguo esta Corte, cuando el ejerciciode los poderes polticos afect tales garantas y sin que esa proteccin haya implicado ejercer por s mismalas facultades de otro poder ,situacin que no guarda relacin con la examinada en el caso.En el caso, el control de constitucionalidad ha sido ejercido por esta Corte de conformidad con los principiosantes referidos, de modo que llev a la conclusin de que el acto cuestionado aparece emitido dentro de lasfacultades privativas de uno de los poderes del Estado, sin exceder su marco constitucional y legal.La comprobacin de la regularidad del acto constituye la expresin plena, en el caso, de esa delicadapotestad jurisdiccional de examinar la constitucionalidad de los actos de los otros dos poderes.Una conclusin diferente conducira al absurdo de sostener que todo planteo de inconstitucionalidad

    debera ser admitido, cualquiera fuese su grado de error o irracionalidad, hiptesis que, al vedar el genuinoejercicio de la potestad jurisdiccional, esterilizara irremediablemente el control que la Constitucin impone alPJ, como garanta de la vigencia del rgimen republicano de gobierno.

    Aun cuando resulte manifiesta la ineptitud de la va elegida -el amparo- para debatir cuestiones como la quelos demandantes intentaron someter a conocimiento de los tribunales, pues una doctrina consolidada deesta Corte ha establecido que esta accin nicamente procede para la tutela inmediata de un derechoconstitucional violado en forma manifiesta; es inadmisible, en cambio, cuando el vicio que comprometegarantas constitucionales no resulta con evidencia y la dilucidacin del conflicto exige una mayor amplitudde debate y prueba. Este criterio no ha variado con la sancin del nuevo Art. 43 de la CN.Si, como ha sido destacado en los considerandos que anteceden, el control de legalidad administrativa y elcontrol de constitucionalidad que compete a los jueces en ejercicio del poder jurisdiccional, no comprende lafacultad de sustituir a la Administracin en la determinacin de las polticas o en la apreciacin de loscriterios de oportunidad, menos an puede aceptarse la intervencin judicial pretendida por losdemandantes con respecto a la fijacin o aprobacin de tarifas por la prestacin de servicios y que sta serealice desnaturalizando el limitado marco del amparo.Por ello, se deja sin efecto el fallo apelado y se desestima la demanda intentada. Con costas en el orden

    causado en atencin a las particularidades del caso, puestas de relieve en los considerandos de lapresente. Notifquese y devulvase. JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR - CARLOS S.FAYT (por su voto)- AUGUSTO CESAR BELLUSCIO (por su voto)- ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI(por su voto)- ANTONIO BOGGIANO (por su voto)- GUILLERMO A. F. LOPEZ - GUSTAVO A. BOSSERT(por su voto)- ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.

    Voto del DOCTOR ANTONIO BOGGIANODe lo expuesto, surge que el rgano ejecutivo -en ejercicio de facultades legtimamente delegadas- convinocon las contratistas un sistema de propuesta de reestructuracin que, al ser resultado de laexpresin de voluntad de ambas partes contratantes, no puede ser posteriormente desconocido -vgr.,mediante una Resolucin ministerial, como la 381/95- ya que slo puede ser modificado o dejado sin efecto,en principio, por la concurrencia de aqullas a tales efectos (arts. 1137 y 1197 del CC).Si bien es cierto que la autonoma de las partes se relativiza en el mbito de los contratos administrativos,

    pues aqullas estn subordinadas a la legalidad - dentro de la cual se hallan las disposiciones de los pliegosde condiciones- en el caso, no se advierte que dichos lmites hayan sido violados por la actuacin de laspartes quienes, de acuerdo a lo expuesto, se ajustaron a las disposiciones de las normas que regulaban suaccionar.El decreto 92/97 fue precedido de un procedimiento de audiencia pblica -tal como lo prevea la Resoluciny de acuerdo a las normas aplicables efectuaron la propuesta que se evalu en la audiencia, y que fuefinalmente rechazada. Por ello, cabe concluir en que no se advierte en el decreto impugnado el vicio denulidad manifiesta que desvirtuara su presuncin de legitimidad.Cabe sealar que, como principio, las decisiones que el Estado adopte en materia de fijacin, aprobacin overificacin de tarifas son controlables judicialmente en lo referente a su legitimidad, a fin de que lasrespectivas facultades se ejerzan de acuerdo a las condiciones establecidas normativamente, as como alas particulares convenidas contractualmente entre la Administracin y los prestadores del servicio.El parmetro de la "justicia y razonabilidad" de las tarifas ha sido establecido por varias normas que regulan

    el servicio pblico de telecomunicaciones.No se advierte que, mediante la nueva estructura tarifaria, se hayan violado los lmites de legalidad yrazonabilidad establecidos en las normas reseadas.

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    Por ello, se deja sin efecto el fallo apelado y se desestima la demanda intentada. Con costas en el ordencausado en atencin a las particularidades del caso, puestas de relieve en los considerandos de lapresente. Notifquese y devulvanse los autos. ANTONIO BOGGIANO.

    Voto de los DOCTORES AUGUSTO CESAR BELLUSCIO Y GUSTAVO A. BOSSERTAmbos recurrentes fundaron la apertura del recurso federal en la configuracin de cuestin federal tpica, enel vicio de sentencia arbitraria e invocaron la existencia de "gravedad institucional" en los trminos de la

    doctrina de este Tribunal.La cmara a quo concedi los respectivos recursos en cuanto se puso en tela de juicio la inteligencia declusulas constitucionales y de diversas normas federales, sin pronunciarse expresamente sobre losagravios de los recurrentes sustentados en la supuesta arbitrariedad de la sentencia.Existe cuestin federal bastante para la admisibilidad formal de ambos recursos extraordinarios, por cuantolos agravios de los recurrentes ponen en tela de juicio la inteligencia que corresponde atribuir a clusulasconstitucionales - Arts. 43 y 18 CN a normas federales de inferior jerarqua y la decisin del superior tribunalde la causa ha sido contraria a la validez de los derechos que los apelantes sustentaron en las mismas (Art.14, inc. 3 , ley 48). En cuanto a los reproches sustentados en la arbitrariedad, esta Corte tratar solamente los aspectos no federales inescindibles de la materia federal, en atencin a la amplitud de criterio que exigela garanta de la defensa en juicio.Los agravios tpicamente federales que presentan ambos apelantes, pueden sintetizarse as:a) el procedimiento que culmin en el dictado del decreto 92/97 no incurri en violacin a la garanta del

    debido proceso, puesto que la resolucin 381/95 del Ministerio de Economa y Obras y ServiciosPblicos haba sido vlidamente derogada por la resolucin 57/96 de la Secretara de Comunicacionesde la Presidencia de la Nacin, que encauz -a juicio de los recurrentes- la revisin de la estructuratarifaria del servicio bsico en los trminos del apartado 16.4 de los contratos aprobados por decreto2332/90;

    b) la norma impugnada por la va del amparo no constituye un acto que lesione, restrinja o altere conarbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos protegidos constitucionalmente; tampoco subvierte lajerarqua normativa establecida en el art. 31 de la CN, dado que es consecuencia directa de la ley23.696, de su decreto reglamentario 1105/89 y del Art. 16 del decreto 731/89;

    c) el art. 2 del decreto 92/97 no transgrede la norma contenida en el prrafo 12.4.1 del pliego puesto que el rebalanceo fue efectuado de conformidad a los trminos establecidos en las bases y condicionesde las licencias y en el contrato; el a quo no distingue el rgimen del "price cap" de unareestructuracin general de tarifas, y omite que toda ponderacin debe partir del conjunto global de la

    totalidad de los rubros que integran un sistema indivisible;d) el rebalanceo tarifario no contradice la ley 23.928, que estableci un rgimen de convertibilidad de lamoneda y la prohibicin de mtodos de recomposicin de su valor.

    La resea de sucesivos actos administrativos persigue esclarecer que, segn el marco jurdico vigente altiempo de los hechos que interesan en este litigio, corresponda a la Administracin la funcin de fijar laspolticas del sector y de aprobar las tarifas definitivas. Las propuestas competan a las licenciatarias delservicio, las cuales fueron facultadas por los contratos de transferencia de para someter a consideracin dela autoridad competente las modificaciones en la estructura general de tarifas. La complejidad del temajustificaba la apertura a sectores interesados, incluso estudios macroeconmicos sobre el impacto de lacorreccin tarifaria en la economa nacional y en las economas regionales En el limitado debate de estacausa, no se han aportado elementos de conviccin sobre los resultados de toda esa multiplicidad deconsultas, ni surge de manera evidente una lesin al debido proceso.

    La ilegalidad lesiva del derecho de los amparistas no resulta comprobable de la sola confrontacin de lanorma cuestionada con el plexo normativo en que la actora sustenta sus derechos. No debe perderse devista que el amparo es la va procedente para la tutela inmediata de un derecho constitucional violado enforma manifiesta. No procede, pues, cuando el vicio -que compromete garantas constitucionales- no resultacon evidencia y la dilucidacin del conflicto exige mayor amplitud de debate y de prueba. Este criterio no havariado con la sancin del nuevo Art. 43 de la Constitucin Nacional pues, en lo que aqu importa, el nuevotexto reproduce el citado Art. 1 de la ley reglamentaria, imponiendo idnticos requisitos para suprocedencia

    Los jueces deben extremar la prudencia para no resolver materias de complejidad fctica y tcnica por la vaexpedita del amparo a fin de no privar a los justiciables del debido proceso mediante pronunciamientosdogmticos. En este orden de ideas, la complejidad de la cuestin tarifaria descarta la posibilidad dedilucidar en este expediente si la modificacin de la estructura tarifaria que se plasma en el anexo I del

    decreto 92/97, constituye una lesin inaceptable al derecho de propiedad de los usuarios. En lasconstancias de la causa y en su confrontacin con el marco jurdico en vigor, no hay elementos serios quepermitan resolver fundadamente que el aumento que afecta a algunos usuarios -y que en el sistema globalse compensa con las rebajas que benefician a otros sea un incremento desproporcionado con relacin al

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    valor real del servicio que se presta en el rea y en el rubro comprometido, con ajuste a las pautas del Art.16 del decreto 731/89, que no ha sido impugnado. En este sentido, la decisin del a quo respecto delapartado 12.4.1 delpliego es dogmtica pues no hay constancias que permitan una comparacin de elementos homogneos.No es posible por esta va concluir que el rebalanceo tarifario comporta una trasgresin al rgimen de la leyde convertibilidad 23.928. Si bien es cierto que la prohibicin contenida en el Art. 10 del citado cuerpo legaltiende a evitar la utilizacin de frmulas de repotenciacin de la moneda para expresar un mismo precio en

    valores estables -y ello no guarda, en principio, relacin con la fijacin de un nuevo precio por la prestacinde un servicio-, tambin lo es que no se han producido los informes tcnicos especficos e imprescindibles afin de que los jueces puedan discernir si el nuevo esquema tarifario incorpora indebidamente un elementoencubierto de reajuste.Por ello, se declaran procedentes los recursos extraordinarios de Telefnica de Argentina S.A. y del EstadoNacional-Secretara de Comunicaciones de Presidencia de la Nacin se revoca la sentencia apelada y serechaza la demanda (Art. 16, segunda parte, ley 48). Con costas en el orden causado en atencin a lapeculiaridades del caso. Notifquese y devulvanse los autos.AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - GUSTAVO A. BOSSERT.

    Voto del DOCTOR DON CARLOS S. FAYTAmbos recurrentes fundaron la apertura de los remedios federales en la configuracin de una cuestin tpicade ese carcter y en el vicio de sentencia arbitraria, a la par que invocaron la existencia de un supuesto de

    "gravedad institucional" en los trminos de la doctrina de este Tribunal. La cmara a quo concedi losrespectivos recursos en cuanto ellos ponen en tela de juicio la inteligencia de clusulas constitucionales y deotras normas federales, sin pronunciarse expresamente sobre los agravios sustentados en la supuestaarbitrariedad de la sentencia.El primer cuestionamiento que merece la sentencia recurrida al que corresponde atender se relaciona con laaptitud del proceso de amparo para obtener un pronunciamiento de mrito respecto de la legitimidad de lastarifas telefnicas aprobadas por el decreto 92/97.La decisin recurrida en este aspecto, se sustenta en afirmaciones dogmticas, carentes de apoyo en lasconstancias de la causa e insuficientes para dar respuesta a los argumentos que al respecto formularon elEstado Nacional demandado y el tercero. La inteligencia que as resulta del nuevo art. 43 de la ConstitucinNacional importa desbordar los lmites que esa misma norma ha trazado a los procesos de amparo, lo quepermitira someter cualquier conflicto al referido trmite.El a quo se limit a sostener que los agravios expresados por los apelantes respecto de la viabilidad del

    amparo no tenan entidad para conmover la decisin de primera instancia, omitiendo toda consideracinrespecto de ellos, no obstante que ambos recurrentes demandado y tercero- haban esgrimido quejaspuntuales al respecto que no encontraban adecuada respuesta en la sentencia recurrida.El juez de primera instancia slo pudo fundar la procedencia formal del amparo soslayando lo que fue suobjeto, es decir, la pretensin misma deducida en autos. As, sostuvo que en el caso no se trataba deinvestigar los aspectos tcnicos y econmicos que llevaron al dictado del decreto cuestionado sino deconfrontar la tarifa que aprob con el decreto 62/90 que estableci el Pliego de Bases y Condiciones para laprivatizacin, norma a la que le asign mayor jerarqua por tratarse de un reglamento delegado. Talrazonamiento pasa por alto que fueron justamente los aspectos econmicos los que fundaron el reclamo enpunto a la irrazonabilidad de la tarifa, de modo que no parece posible omitir su consideracin a fin deevaluar la procedencia formal del amparo.Igualmente, la decisin de primera instancia a la que el a quo remite, pretende descalificar las objecionesdel Estado Nacional y del tercero, con sustento en dos argumentos claramente inadecuados.

    Sostiene, en primer lugar, que es contradictoria la actitud del demandado en cuanto por un lado afirma quelas facultades son irrevisables judicialmente y, por el otro, dice que el amparo no es la va para dilucidar lalegitimidad de la tarifa. Un razonamiento semejante importa desconocer el principio de eventualidad, queobligaba al Estado Nacional a la formulacin conjunta de la totalidad de las defensas.El razonamiento del a quo importa asignar al planteo en torno a la justiciabilidad de la cuestin laconsecuencia de privar al demandado de toda otra posibilidad de defensa, de agotar sus facultades en talsentido, conclusin que carece de todo apoyo normativo.En segundo trmino, sostiene que la conducta asumida por Telefnica de Argentina S.A. en cuantocuestiona la procedencia formal del amparo en el caso es contradictoria con la asumida por la mismaempresa, que por idntica va procesal persigui en la jurisdiccin federal de La Plata la declaracin deinconstitucionalidad de otros artculos del mismo decreto. El argumento carece de toda entidad para darsustento a la decisin de este punto, a poco que se advierta que de la aptitud del amparo sostenida paracuestionar la legitimidad de ciertas disposiciones del referido decreto no puede, sin ms, derivarse idntica

    conclusin con relacin a otras.La actitud de la empresa -que en estos autos slo interviene como tercero- en modo alguno puedecondicionar el trmite impreso a este amparo, en el que se demanda no a esa empresa sino al EstadoNacional.

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    De esta manera, la cmara soslay la aplicacin de la doctrina que rige el caso, de acuerdo a la cual elamparo no resulta procedente cuando la cuestin sometida al conocimiento judicial requiere por sucomplejidad una amplitud de debate y prueba inconciliable con el trmite abreviado de este tipo de proceso.Esta doctrina -elaborada ya antes de la sancin de la ley de amparo, y que mantuvo su vigencia parainterpretarla- es igualmente aplicable con posterioridad a la consagracin constitucional de este remedioexcepcional.Conforme a esa tradicional doctrina, las cuestiones jurdicas opinables son ajenas al mbito del amparo ya

    que requieren mayor amplitud de debate. Tambin lo son aquellas en las cuales se requiere prueba msextensa que la compatible con este procedimiento abreviado, toda vez que pese a no ser este procesoexcluyente de cuestiones que necesitan demostracin, s descarta aquellas cuya complejidad o difcilcomprobacin requiere de un aporte mayor de elementos de juicio de los que pueden producirse en elprocedimiento previsto por la ley 16.986.Del mismo modo, el a quo ha soslayado la existencia de otras vas procesales aptas para obtener la tutelade los derechos invocados en el caso.Desde esta perspectiva, debe repararse que la existencia de remedios procesales ordinarios y adecuadospara la tutela del derecho del recurrente, excluye la procedencia de la accin de amparo. Ello es as porquetal como lo sostuvo el Tribunal en otros fallos, el amparo es un proceso excepcional, utilizable en lasdelicadas y extremas situaciones en las que por carencia de otras vas legales aptas peligra la salvaguardade derechos fundamentales, y exige para su apertura circunstancias muy particulares caracterizadas por lapresencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta que, ante la ineficacia de los procedimientos ordinarios,

    originan un dao concreto y grave, slo eventualmente reparable por esta va urgente y expedita.La carga de demostrar la inexistencia o insuficiencia de otras vas que permitan obtener la proteccin que sepretende debe ser cumplida por quien demandaTambin ha recordado esta Corte que el amparo no debe ser utilizado como accesorio de una demandainiciada o que corresponda iniciar, y resulta improcedente cuando el mismo objetivo podra alcanzarsemediante una medida cautelar dictada en un juicio ordinario donde el marco de debate y prueba resultanms adecuados a los puntos en discusin ya que se trata de un remedio verdaderamente excepcional queno puede ser utilizado cada vez que los contratantes discuten el alcance de un contrato y pretendan, uno uotro, mantener provisionalmente una cierta situacin de hecho hasta entonces existente. No acta esterecurso como una simple medida de no innovar, accesoria a una demanda judicial ya iniciada o quecorresponda iniciar, para lo cual carecera de toda justificacin.A modo de conclusin, puede afirmarse que tanto de las constancias del expediente administrativo queprecedi al dictado del acto atacado, como los trminos en que se interpuso la demanda y la irrazonable

    construccin argumental que el a quo ha debido realizar a fin de sustentar su fallo -tanto respecto de laprocedencia formal de esta accin como con relacin al tema de fondo- son demostrativos del asertoprecedente, esto es, que no se configura el supuesto de excepcin que hace viable la accin de amparo.En estas condiciones corresponde revocar la sentencia apelada y, siendo innecesaria mayor sustanciacin,rechazar la demanda de amparo (Art. 43 de la CN, 16 segunda parte de la ley 48 y 1 de la ley 16.986), sinque ello implique abrir juicio sobre la legitimidad de la pretensin sustancial de los amparistas en orden a losderechos que les asistan.Por ello, se declaran procedentes los recursos extraordinarios interpuestos, se revoca la sentencia apeladay se rechaza la demanda. Con costas en el orden causado en atencin a las peculiaridades del caso.Notifquese y devulvase. CARLOS S. FAYT.

    Voto del DOCTOR DON ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHILa pretensin de las demandantes fue admitida por el juez de primera instancia. Esta sentencia fue

    confirmada por la Sala A de la Cmara Federal de Apelaciones de Mendoza.El razonamiento desarrollado por el a quo fue el siguiente:a) Prodelco se encuentra legitimado para deducir la accin de amparo de autos por imperio del segundoprrafo del art. 43 de la CN. La seora Zuccardi, por su parte, tambin tiene dicha legitimacin porque "[...]figura como usuaria en la gua telefnica de abonados [del] ao 1997 [...]" (cuarto prrafo de fs. 529; 524).b) En cuanto al fondo del asunto la cmara asever:b.1) el aumento encubierto de las tarifas telefnicas]que viola lo establecido en el pliego Ello es as pues secompele a las licenciatarias a reducir el nivel general de sus tarifas en un 2% anual respecto del aoanteriorb.2) " no se ha respetado para la emisin del [Decreto impugnado el procedimiento previo establecido paraello la resolucin ministerial, saltendose pasos necesarios prefijados para la determinacin de los registrostarifarios y cumplido slo en apariencia formal- alguno de ellos reclamando el propsito de producir elaumento con prescindencia de dicha normativa"

    b.3) segn la Ley de Convertibilidad se produce la violacin de la estabilidad que ella implica. Esto esporque el balanceo no otra cosa que un aumento mayoritario respecto a los usuarios del servicio telefnico

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    La firma Telefnica de Argentina S.A. y el Poder Ejecutivo Nacional articularon sendos recursosextraordinarios contra la sentencia de cmara. Ambos recursos fueron bien concedidos.El fallo examinado en autos tiene carcter de sentencia definitiva, a los efectos del art. 14 de la ley 48, puesla cmara declar la invalidez del art. 2del decreto 92/97; y esta decisin no puede revisarse en un pleitoposterior al sub examine.En este caso deben resolverse, por las razones que se desarrollarn, dos clases de problemas.Por un lado, si la seora Zuccardi y/o Prodelco se encuentran legitimados para articular la esbozada accin

    de amparo.Por otro lado, si el art. 2 del decreto del PEN n92/97 viola con "arbitrariedad o ilegalidad manifiesta" el art. 12.4.1 del pliego, la sentencia dictada in re "Adelco" y/o el art. 10 de la Ley de Convertibilidad n 23.928.En su primer agravio, los recurrentes afirman que la seora Zuccardi no ha sealado en autos cul es elperjuicio personal que le ocasiona el art. 2. Por este motivo -concluyen- ella carece de legitimacin activapara actuar en el sub lite.Esta Corte ha expresado que el carcter de ciudadano que alegue el actor en el marco de una accin deamparo en principio no es suficiente -en el orden federal- para autorizar la intervencin de los jueces a fin deejercer su jurisdiccin. Ello es as pues dicho carcter es de una generalidad tal que impide tener porconfigurado el inters concreto, inmediato y sustancial que permita considerar al pleito como una "causa","caso" o "controversia", en los trminos de los arts. 116 y 117 de la CN, nico supuesto en que la mentadafuncin puede ser ejercida .La doctrina expuesta en el prrafo anterior es aplicable a la seora Zuccardi. Porque ni su condicin de

    ciudadana ni el hecho de estar registrada en la gua telefnica del ao 1997, permiten advertir que seatitular del aludido inters concreto, inmediato y sustancial que la habilite a impugnar, en este pleito, lavalidez del art.2. Esta tesis se funda en que la actora ni siquiera ofreci pruebas que busquen acreditar, porejemplo, que dicho art. 2 increment el monto de sus facturas telefnicas; o que, por el contrario, noprodujo la reduccin tarifaria reclamada con fundamento en el art. 12.4.1 del pliego.Por otro lado, la sola condicin de diputada nacional de la seora Zuccardi tampoco permite tener porcumplido el requisito del inters concreto. Esto se funda en los motivos desarrollados en la jurisprudencia deesta Corte a la que cabe remitir por razones de brevedad.Lo expuesto en este considerando no ha sido dejado sin efecto por el segundo prrafo del art. 43 de la CN-que enumera quienes se encuentran habilitados para interponer acciones de amparo-. Ello es as, puesdicho prrafo no alude ni a los legisladores nacionales, ni a quien invoque el mero hecho de ser ciudadanode la repblica. En consecuencia, corresponde hacer lugar al primer planteo de los apelantes.Debe sealarse que en autos no ha sido cuestionada la legitimacin de Prodelco para articular la accin de

    amparo. En efecto, el Estado Nacional no se refiere a este punto en su recurso extraordinario; y Telefnicasostuvo que la falta de reglamentacin no puede constituirse en bice del ejercicio de los derechosconstitucionales reconocidos a entidades cuyo objeto es la defensa de un inters colectivo.En consecuencia este Tribunal no puede examinar este asunto, porque, como ha sido expuestoreiteradamente, los agravios expresados en el escrito de interposicin del recurso extraordinario limitan lajurisdiccin de la Corte Suprema cuando conoce por va del art. 14 de la ley 48.Los recurrentes aseveran, en su segundo agravio, que el a quo se equivoca al afirmar que a raz de que elart. 2 aumenta el precio de algunos rubros, produce un incremento de tarifas que viola el punto 12.4.1 delpliego.Sostienen que, a su juicio, dicha afirmacin es errnea porque "cuando el punto 12.4.1 del pliego se refierea 'tarifas' y ordena su reduccin anual en un 2% no est hablando de un determinado tem incluido en ellas,sino del conjunto global de la totalidad de los rubros". En efecto, dicho punto 12.4.1 "[...] habla del 'nivelgeneral' de las tarifas: es la totalidad de la tarifa, el conjunto de la totalidad de precios o cargos el que debe

    experimentar la rebaja fijada en la norma".Una larga lnea de precedentes de este Tribunal afirma que la accin de amparo es inadmisible cuando nomedia ilegalidad o arbitrariedad manifiesta, o cuando la determinacin de la eventual invalidez del actorequiere mayor amplitud de debate y prueba; requisitos cuya demostracin es imprescindible para laprocedencia de dicha accin.Lo expuesto en el prrafo anterior no ha variado con la sancin del nuevo art. 43 de la CN pues stereproduce al citado art. 1de la ley 16.986, imponiendo idnticos requisitos para su procedenciaLas partes de este pleito sostienen que la expresin nivel general de tarifas ("NGT"), en las palabras del art.12.4.1, debe interpretarse segn uno de los siguientes modos alternativos:a) La tesis de Prodelco es que NGT alude a todas las tarifas de los servicios que presta la licenciataria; y,por ello, todas ellas deben ser reducidas en un dos por ciento anual durante el perodo relevante en el sublite;b) La tesis del Estado Nacional y de Telefnica es, en cambio, que NGT se refiere a la tarifa promedio de los

    servicios que presta la licenciataria.Por este motivo, es vlido que ciertos precios de dichos servicios aumenten de valor mientras otros preciosbajen; siempre que la tarifa promedio sea reducida en un 2% anual.

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    Respecto de la discrepancia sealada en el considerando anterior, corresponde destacar que no esmanifiesto cul es el significado de la frase "nivel general de tarifas" en la terminologa del Art. 12.4.1. Elloes as porque, por un lado, el alcance de dicha frase no surge de manera inequvoca del transcripto artculo12.4.1 (la ambigedad y vaguedad de la palabra "general" prima facie permite dar sustento tanto a la tesisde la actora como la de la demandada). Por otro lado, la expresin NGT no se encuentra definida en elcaptulo XIX del pliego -titulado "Terminologa"-.Es importante subrayar que la informacin recopilada en este expediente es escasa.

    Las partes no han indicado cul era la Estructura General de Tarifas del Servicio Bsico Telefnico que fuemodificada por el art. 2; ni en qu exacta medida esta fue alterada por dicho artculo. Esta serie deimprecisiones impide realizar, en este caso, el examen de constitucionalidad que reclama la actora (sobre larelevancia de disponer informacin precisa a los efectos de resolver controversias)Las razones desarrolladas imponen concluir que el Art. 2 del decreto 92/97 no lesiona al Art. 12.4.1 delpliego con ilegalidad o arbitrariedad manifiesta. Ello es as porque la determinacin de la eventual invalidezde dicho Art. 2 requiere una mayor amplitud de debate y de prueba.En su tercer agravio, los recurrentes afirman que el Art. 2 no viol la sentencia dictada in re "Adelco". Elloes as pues la resolucin 381/95 del Ministerio de Economa de la Nacin (sustento normativo de dichasentencia), fue derogada por la resolucin 57/96 de la Secretara de Comunicaciones; y esta derogacinocasion que la aludida sentencia quedara sin efecto .La jurisprudencia de este Tribunal sostiene que la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada produceefectos solamente respecto de quienes han revestido el carcter de partes en el juicio; es decir, dicha

    sentencia no puede aprovechar ni perjudicar a los terceros que han permanecido ajenos al juicio.En autos no se ha manifestado que Prodelco hubiera participado en el caso "Adelco". Entonces es ineludibleconcluir -con sustento en la jurisprudencia citada en el prrafo precedente- que la aplicacin a Prodelco delArt. 2 no viola, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, la sentencia dictada in re "Adelco".En consecuencia debe hacerse lugar al planteo en estudio pero con un argumento diferente del esgrimidoen dicho planteo, sobre la base de la aplicacin del principio iura novit curia.Los recurrentes sostienen que el Art. 2 no viola la Ley de Convertibilidad. Esto es as porque dicha leyprohbe mecanismos automticos de correccin de precios; es decir, no constituye una barrerainfranqueable a la readecuacin de los esquemas tarifarios de los servicios pblicos, pues no es una ley decongelamiento de precios.La sentencia en estudio no expresa qu artculo de la ley de convertibilidad es violado, a juicio del a quo,cabe inferir que implcitamente alude al Art. 10 de la ley de convertibilidad. Dicha inferencia se funda en queeste fue el artculo expresamente invocado por los actores al interponer la accin de amparo que origin

    este pleito.El citado Art. 10 prev: "Dergase, con efecto a partir del 1 del mes de abril de 1991, todas las normaslegales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexacin por precios, actualizacin monetaria,variacin de costos o cualquier otra forma de repotenciacin de las deudas, impuestos, precios o tarifas delos bienes, obras o servicios. Esta derogacin se aplicar aun a los efectos de las relaciones y situacionesjurdicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna clusula legal, reglamentaria, contractual oconvencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en lassumas de australes que corresponda pagar, sino hasta el da 1de abril de 1991, en que entra en vigencia laconvertibilidad del austral.Prima facie es posible distinguir aumentos de precios fundados en frmulas de indexacin de aquellos quese basan en otros motivos. La primera clase de aumentos se encuentra prohibida por el Art. 10 de la ley deconvertibilidadAhora bien, la actora no ha desarrollado argumento alguno para sostener que los incrementos de valores

    originados por el Art. 2del decreto 92/97 sean el resultado de una "indexacin de precios", su "actualizacinmonetaria", "variacin de costos" o "cualquier otra forma de repotenciacin de las tarifas de los servicios enla terminologa del Art. 10. Prodelco slo asever, al articular el amparo, esta escueta e infundadaproposicin: "El decreto contradice la expresa norma del Art. 10 de la Ley de Convertibilidad" .En consecuencia no resulta inequvoco que las modificaciones en la estructura general de tarifas,aprobadas por el Art. 2, violen al Art. 10 de la ley de convertibilidad con arbitrariedad o ilegalidadmanifiesta.Debe advertirse que esta decisin no importa abrir juicio sobre la legitimidad de la pretensin sustancial dela actora en orden a la defensa de los derechos que entiende le asisten; y que, si lo estima, podr hacervaler en la forma y por las vas pertinentes. Por el modo en que se decide este pleito, es innecesarioabordar el resto de los agravios de los apelantes.Por ello, se declaran admisibles los recursos extraordinarios; se revoca la sentencia apelada y se rechaza lademanda. Costas por su orden dado lo controvertido y complejo de las cuestiones planteadas. Notifquese y

    remtase. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI.

    Caso Youssefian

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    Caso AGERACorte Suprema de Justicia de la Nacin -19/08/1999"Asociacin de Grandes Usuarios de Energa Elctrica de la Repblica Argentina (AGUEERA)c/ Buenos Aires, Provincia de y otro s/ accin declarativa"Hechos y Acciones:La Asociacin de Grandes Usuarios de Energa Elctrica de la Repblica Argentina (AGUEERA) iniciademanda contra la Provincia de Buenos Aires para que se declare la inconstitucionalidad de los decretos-leyes 7290/67 y 9038/78, y del decreto 1160/92 por ser violatorios de la Constitucin Nacional, del ordennormativo federal (ley 24.065) y de las normas que lo reglamentan y complementan.Tras fundamentar su legitimacin para promover este juicio, expone las razones que justifican la vaprocesal utilizada, menciona los antecedentes del caso:- el Ente Provincial Regulador notific a CAMMESA la intimacin que efectu a cada generador de energaelctrica acerca de las obligaciones emergentes de su carcter de agentes de recepcin de los gravmenesestablecidos por los decretos-leyes 7290/67 y 9038/78 en los contratos celebrados con grandes usuarios dejurisdiccin provincial.En cada carta documento describe lo que constituye la base del rgimen tributario:

    El decreto-ley 7290/67 crea un impuesto a todo usuario de energa elctrica destinado al FondoEspecial de Desarrollo Elctrico Provincial fijado en el 20% para servicios comerciales y en el 13% paralos industriales, y el

    El decreto-ley 9038/78 fija un adicional del 5,5% sobre el total facturado a usuarios finales destinado alFondo de Grandes Obras provinciales.

    Por otro lado, un decreto provincial (1160/92) dispuso "eximir transitoriamente" del pago de losmencionados impuestos a los usuarios industriales y comerciales de la provincia sujetos a sujurisdiccin (abastecidos por ESEBA S.A. cooperativas elctricas, entes mixtos municipales yprestadoras privadas).

    Estas normas regulatorias son inconstitucionales por las siguientes razones: viola la igualdad por cuanto establece una situacin de discriminacin en favor de los usuarios

    industriales y comerciales vulnerando aquella garanta constitucional. stos se ven excluidos de ungravamen sumamente oneroso que deben sufragar los grandes usuarios, con los que se quiebra la

    esencia de un sistema que alienta la competitividad y el trato igualitario afecta el derecho de propiedad, interfiere y obstaculiza el trfico interprovincial y menoscaba el derecho

    de comerciar libremente vulnera el marco federal regulatorio elctrico, formado bsicamente por la ley 24.065, que fija la poltica

    nacional en materia de abastecimiento, transporte y distribucin de energa que tiende a "prevenirconductas anticompetitivas, monoplicas o discriminatorias entre los participantes de cada una de lasetapas de la industria, incluyendo a productores y usuarios", como las que generan las normasprovinciales cuestionadas.

    Este estado de cosas fue denunciado ante las autoridades nacionales y contrara la formacin del "MercadoElctrico Mayorista" que, permite liberar mercados en los que tradicionalmente han imperado el monopolioEl Pacto Federal, que en modo coherente con la ley 24.065 impone a las provincias la derogacin inmediatadel impuesto a la electricidad, salvo la utilizada con fines domiciliarios. Dicho Pacto posee "la finalidadcomn de crecimiento de la economa nacional y de reactivacin de las economas regionales", fueratificado por el gobierno nacional, y por la Provincia de Buenos Aires mediante la ley 11.463 y poseeefectos obligatorios y compromete jurdicamente a sus firmantes. Dentro de sus disposiciones, existenobligaciones asumidas por las provincias que tienen plazo para su cumplimiento, tambin contienedisposiciones programticas, y otras son de aplicacin inmediata, como la de derogar los impuestos quegravan la energa. En algunos casos la Provincia de Buenos Aires procedi a implementar los medios parala vigencia de lo acordado y as dict decretos de necesidad y urgencia para eximir a ciertos actos jurdicosdel impuesto de sellos y del impuesto a los ingresos brutos a numerosas actividades.En tales condiciones, la subsistencia de los impuestos establecidos por los decretos-leyes est en pugnacon el rgimen federal de la energa previsto en la ley 24.065 y con las disposiciones del Pacto.La Provincia de Buenos Aires no puede aducir que la derogacin de sus normas impositivas depende de unacto de impulsin legislativa pues su propia conducta discrecional no puede ser el fundamento de lainobservancia de obligaciones precisas y las disposiciones perentorias del Pacto Federal. Habra entoncesuna obligacin incumplida de medios: no propiciar la ley derogatoria ni emplear los mecanismos para que laderogacin acaezca.Se presenta el Estado Nacional citado como tercero y se adhiere a los trminos de la demanda.

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    Se presenta la provincia demandada y opone la falta de legitimacin pasiva de la actora y contesta lademanda sosteniendo que: el art. 75 inc. 18 de la CN Nacional otorga al Congreso la facultad de dictar la legislacin destinada a

    planificar, establecer las pautas generales y ordenar la poltica energtica nacional, las provinciasconservan las atribuciones necesarias para regular los aspectos inherentes al servicio pblico deelectricidad

    el marco regulatorio contenido en la ley 24.065 no rige en el mbito provincial mientras no est

    incorporado por una ley al derecho local y que la adhesin de la provincia lo fue en medida de "mnima",limitada a los principios tarifarios, razn por la cual continuaron vigentes en su territorio las normaslocales que regulan la organizacin y el funcionamiento del sector energtico.

    respecto del Pacto Federal para el Empleo, la Produccin y el Crecimiento, aclara que la ley 11.463dictada por el gobierno provincial no implic por s misma la derogacin de las normas de la materiavigentes en la provincia.

    las circunstancias que motivaron la creacin de los impuestos al consumo de energa elctrica, los quepermitieron ejecutar importantes obras, disminuir las diferencias de costos con los servicios dejurisdiccin nacional y posibilitar a sus habitantes el acceso a los servicios elctricos como claroprincipio de distribucin de la riqueza por medio del impuesto.

    Afirma que los decretos-leyes 7290 y 9038 y el decreto 1160/92, son constitucionales ya que el hechoimponible es el consumo de energa en territorio provincial, y sostiene que el nico cambio introducidopor la ley 24.065 es, a raz del proceso tcnico de la prestacin, "la desagregacin" del valor de laenerga. Y rechaza que la poltica de la provincia provoque los efectos de una aduana interior queobstaculice el comercio interprovincial si se considera que el impuesto no grava la transferencia ocirculacin de energa, sino su consumo por usuarios radicados en su territorio.

    Se declara la causa de puro derecho y es de la competencia originaria de la Corte SupremaLa cuestin debatida es sustancialmente anloga a la resuelta en la causa "Hidroelctrica El Chocn S.A."All se declar la inconstitucionalidad del rgimen mediante el cual la Provincia de Buenos Aires y el enteregulador provincial aplican y persiguen el cobro de los impuestos previstos en los decretos-leyes 7290/67 y9038/78 a quienes contrataban, en tanto se exima del cumplimiento de dichos tributos a los usuariosindustriales y comerciales.Si bien tal antecedente bastara para resolver el litigio, la peticin de la impone la necesidad de decidir sobrela validez constitucional de los gravmenes cuestionados en su integridad a la luz de su compatibilidad conlos alcances del Pacto Federal al que la provincia se adhiri por ley 11.463. Los gobernadores, entre ellos elde la Provincia de Buenos Aires han acordado la adopcin de polticas uniformes que armonicen yposibiliten el logro de la finalidad comn de crecimiento de la economa nacional y de reactivacin de laseconomas regionales. Las polticas acordadas se concretarn por los Poderes Ejecutivos Provinciales, unavez aprobado el presente Acuerdo por las Legislaturas en lo que es materia de su competencia segn lasconstituciones locales. Este recaudo se cumpli, respecto de la provincia demandada, mediante la ley11.463.El Pacto comporta por sus alcances y contenido la manifestacin positiva del llamado federalismo deconcertacin tendiente a establecer mediante la participacin concurrente del Estado Nacional y lasprovincias un programa, destinado a adoptar una poltica uniforme que armonice y posibilite "la finalidadcomn de crecimiento de la economa nacional y de reactivacin de las economas regionalesEse pacto configura el derecho intrafederal y se incorpora una vez ratificado por la legislatura al derechopblico interno de cada estado provincial aunque con la diversa jerarqua que le otorga su condicin de serexpresin de la voluntad comn de los rganos superiores de nuestra organizacin constitucional: nacin yProvincias y lo ubica un rango normativo especfico dentro del derecho federal.Habida cuenta de que al suscribirlo la provincia asumi la obligacin de derogar de manera inmediata losimpuestos provinciales especficos que graven la transferencia de energa elctrica. La subsistencia de losaqu impugnados entra en colisin con aquellas disposiciones, frustra el objeto y fin del tratado y devieneinconstitucional (art. 31 de la Constitucin Nacional).Por ello se decide: Hacer lugar a la demanda y, en consecuencia, declarar la inconstitucionalidad de losdecretos leyes 7290/67 y 9038/78, y del decreto 1160/92 de la Provincia de Buenos Aires.Notifquese y, oportunamente, archvese. JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR - AUGUSTO CESARBELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - ANTONIO BOGGIANO (segn su voto) - GUILLERMO A. F. LOPEZ - GUSTAVOA. BOSSERT - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.

    Caso BenghalensisCorte Suprema de Justicia de la Nacin - 1/06/2000Asociacin Benghalensis y otros c / Ministerio de Salud y Accin Social-Estado Nacionals/ amparo ley 16.986.Hechos:

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    La Asociacin Benghalensis y otras realiz una accin de amparo contra el Ministerio de Salud y AccinSocial para que ste diera asistencia y tratamiento a aquellos enfermos que padecen las consecuencias delvirus VIH/SIDA, tambin realizara el suministro de la medicacin -en forma regular, oportuna y continua.El Ministerio de Salud y Accin Social-Estado Nacional fue condenado en primera instancia y por la Sala Ide la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, que confirm el fallo deprimera instancia e hizo lugar a la accin de amparo.El Ministerio de Salud y Accin Social present un recurso extraordinario

    La Corte resolvi:Que las cuestiones debatidas en el recurso extraordinario presentado por el Ministerio de Salud y AccinSocial han sido adecuadamente resueltas en el dictamen del seor Procurador General de la Nacin, acuyos trminos corresponde remitirse por razones de brevedad.Por ello, se declara formalmente admisible el recurso extraordinario parcialmente y se confirma la sentenciaapelada. Con costas. Notifquese y devulvase. JULIO S. NAZARENO (en disidencia)- EDUARDO MOLINE OCONNOR(segn su voto)- CARLOS S. FAYT (en disidencia)- AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (endisidencia)- ANTONIO BOGGIANO (segn su voto)- GUILLERMO A. F. LOPEZ - GUSTAVO A. BOSSERT - ADOLFO ROBERTOVAZQUEZ (segn su voto).

    Voto DEL DOCTOR EDUARDO MOLINE OCONNOR Y DEL DOCTOR ANTONIO BOGGIANO

    La Sala I de la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal confirm lasentencia de primera instancia, que al hacer lugar a la accin de amparo interpuesta por la Asociacin

    Benghalensis y otras entidades no gubernamentales que desarrollan actividades contra el virus del SIDA,conden al Estado Nacional -Ministerio de Salud y Accin Social- a dar acabado cumplimiento a suobligacin de asistencia, tratamiento y en especial suministro de medicamentos -en forma regular, oportunay continua a los enfermos de ese mal registrados en los hospitales pblicos y efectores sanitarios del pas.

    Para as decidir, juzg que los actores tenan legitimacin suficiente para interponer la presente accin confundamento en los Arts. 5 de la ley 16.986 y 43 de la Constitucin Nacional en cuanto establece que podrninterponer accin de amparo contra cualquier forma de discriminacin las asociaciones que propendan aesos fines y en la medida en que estn registradas y autorizadas para funcionar.Agreg que la ley 23.798, que declar de inters nacional la lucha contra el SIDA, dispuso que lasautoridades sanitarias deban desarrollar programas destinados a detectar, diagnosticar y tratar laenfermedad y gestionar los recursos necesarios para financiarlos, los cuales, seran solventados por laNacin y por los respectivos presupuestos de cada jurisdiccin.

    Entendi que el accionar del Estado de incumplir o cumplir mal con la obligacin de suministrarmedicamentos para el tratamiento de la enfermedad constitua una omisin que violaba los derechos a lavida y a la salud reconocidos por la Constitucin Nacional y por los tratados de derechos humanos (art. 75,inc. 22).Contra esta decisin, el demandado interpuso el recurso extraordinario que fue concedido parcialmente enlo relativo a la interpretacin de las disposiciones de la ley 23.798 y denegado respecto del planteamientode arbitrariedad de sentencia, lo cual dio lugar a la queja pertinente.El Ministerio de Salud y Accin Social se agravia por considerar que las asociaciones que dedujeron estaaccin de amparo carecen de legitimacin activa para interponerla. Adems afirma que el a quo interpretaerrneamente la ley 23.798 al condenar al Estado Nacional exclusivamente a proveer medicamentos,desconociendo de ese modo, lo dispuesto por los arts. 3 y 21 de la norma cuestionada que ponen tambin a cargo de las provincias la ejecucin y los gastos que demande el cumplimiento del programa de luchacontra el SIDA.

    Agrega que el sistema de salud tiene en nuestro pas una organizacin de tipo federal y compartida, y queexiste en esta materia una responsabilidad conjunta de la Nacin, las provincias y los municipios. Destacaque el Estado Nacional cumple acabadamente con las disposiciones de la ley dentro del presupuestoasignado. Seala que la cmara se inmiscuye en una cuestin que afecta el mbito de reserva del PoderEjecutivo, pues la ley autoriza a este ltimo a arbitrar las medidas que crea oportunas y convenientes paraimplementar el programa discutido en autos. En sntesis, sostiene que el a quo, al condenar nicamente aldemandado a proveer drogas a todos los enfermos inscriptos, desconoce la ley 23.798, que obliga a losefectores sanitarios a entregar los medicamentos; la ley 24.455 que impone la cobertura a las obras socialesy, por ltimo, la ley 24.754 que hace extensiva dicha obligacin a los sistemas de medicina prepagos.Finalmente, sostiene que el decisorio afecta la organizacin de la distribucin del crdito para la poltica desalud pblica asignado por el presupuesto que es un acto institucional no sujeto a control judicial.

    Cuando se encuentra en juego el alcance que cabe asignar a una norma de derecho federal, el Tribunal no

    se encuentra limitado en su decisin por los argumentos de las partes sino que le incumbe realizar unadeclaratoria sobre el punto en debate

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    Los amparistas tienen legitimacin para interponer la presente accin pues, queda probado en autos, queexisten pacientes necesitados de los medicamentos cuya provisin se requiere y el objeto de la pretensin-suministro de medicamentos- queda comprendido dentro de los fines de sus estatutos. En talescondiciones, se configuran los requisitos sealados por el art. 43 de la Constitucin Nacional en cuantoreconoce legitimacin a sujetos potencialmente distintos de los directamente afectadosEl conflicto planteado constituye un "caso o controversia" en los trminos sealados por la jurisprudencia deesta Corte que requiere que se persiga en concreto la determinacin del derecho debatido entre partes

    adversasEl propsito preeminente que inspir el dictado de la ley 23.798 fue la proteccin de la salud pblica, laintencin del legislador fue claramente manifestada en ocasin del debate parlamentario el crecimiento delnmero de casos en relacin al tiempo, parece sealar para la Argentina el establecimiento de una epidemiade caractersticas similares a la de los pases del hemisferio norte...Por ello deben adoptarse medidasprofilcticas tendientes a controlar la expansin del mal en nuestro medio"

    Esta Corte desde sus inicios entendi que el Estado Nacional est obligado a "proteger la salud pblica",pues el derecho a la salud est comprendido dentro del derecho a la vida que es el primer derecho naturalde la persona humana preexistente a toda legislacin positiva que, obviamente, resulta reconocido ygarantizado por la Constitucin Nacional.". As entendi que en el Prembulo de la Constitucin Nacional "ya se encuentran expresiones referidas al bienestar general, objetivo preeminente en el que ha decomputarse con prioridad indiscutible, la preservacin de la salud"

    A partir de la reforma constitucional de 1994, el derecho a la salud se encuentra expresamente reconocidocon jerarqua constitucional en el art. 75 inc 22.(Declaracin Americana de los Derechos y Deberes delHombre establece que toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias ysociales, relativas a la alimentacin, el vestido, la vivienda y la asistencia mdica, correspondientes al nivelque permitan los recursos pblicos y los de la comunidad) (Declaracin Universal de Derechos Humanosdispone que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as como a su familia,la salud y el bienestar, y en especial la asistencia mdica y los servicios sociales necesarios). (El PactoInternacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales estableci que entre las medidas que losestados partes deberan adoptar a fin de asegurar la plena efectividad del derecho de toda persona aldisfrute del ms alto nivel posible de salud fsica y mental, deberan figurar la prevencin y el tratamiento delas enfermedades epidmicas, endmicas, profesionales y de otra ndole, y la lucha contra ellas (inc. c) y lacreacin de condiciones que aseguren a todos asistencia mdica y servicios mdicos en caso deenfermedad)

    En un reciente pronunciamiento, este Tribunal conden a la Ciudad Autnoma de Buenos Aires asuministrar a una menor el servicio de internacin en terapia intensiva -por un perodo superior alcontemplado en el contrato de adhesin suscripto con el servicio de medicina prepaga- en un nosocomiopblico. Juzg aplicable el art. 20 de la Constitucin de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires que garantizael derecho a la salud integral y que establece que el gasto pblico en salud es una inversin social prioritariaEn tales condiciones, se infiere que la proteccin del derecho a la salud, segn esta Corte, es unaobligacin impostergable del Estado Nacional de inversin prioritaria.

    En este contexto, y previo a interpretar cmo deben distribuirse las competencias entre el Estado Nacional ylas provincias a los fines de la aplicacin de la ley 23.798, es necesario analizar cul es el standard detratamiento que establece la norma cuestionada, pues mal puede atribuirse responsabilidad a aqullas sinantes establecer cul es el nivel exigible por dicho rgimen legal para cumplir apropiadamente con las

    personas afectadas por el sndrome de inmunodeficiencia adquirida.En este sentido la ley 23.798 se limita a disponer genricamente que las autoridades sanitarias de laNacin, aplicando mtodos que aseguren la mxima calidad y seguridad, deben desarrollar programasdestinados a la deteccin, investigacin, diagnstico, tratamiento, prevencin y rehabilitacin gestionandolos recursos para su financiacin y ejecucin. Adems establece el verdadero alcance de estostratamientos, al sealar que las personas infectadas tienen el derecho a "recibir asistencia adecuada".

    Es dable concluir razonablemente que para que el tratamiento sea adecuado debe suministrarse en formacontinua y regular, mxime si se tiene en cuenta los riesgos que comporta la interrupcin del suministro demedicamentos para la salud de los enfermos que padecen las consecuencias del virus VIH/SIDA.

    En tales condiciones, resulta fundado el reproche que el a quo imputa al Estado Nacional al sealar queincurri en una conducta omisiva, consistente precisamente en no dar acabado cumplimiento a su

    obligacin de asistencia, tratamiento y suministro de medicamentos -en forma regular, oportuna y continua-a aquellos enfermos que padecen las consecuencias de este mal que se encuentren registrados en loshospitales y efectores sanitarios del pas.

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    En este sentido, los agravios del apelante no logran desvirtuar la prueba informativa aportada en autos de lacual hicieron mrito los jueces de la causa y de la que surge que el recurrente incumpli con el deberimpuesto por la ley 23.798 de brindar un tratamiento adecuado.

    Respecto a si esta obligacin se encuentra exclusivamente a cargo del Estado Nacional o en concurrenciacon las provincias, este Tribunal comparte las argumentaciones sealadas en el dictamen del seorProcurador General de la Nacin al hacer mrito del art. 1 de la ley que declara de inters nacional la

    lucha contra el SIDA, que es el Estado Nacional en su carcter de autoridad de aplicacin de la ley (art. 3 )

    el responsable del cumplimiento de dicha norma en todo el territorio de la Repblica, sin perjuicio de que losgastos que demande tal cumplimiento sean solventados por la Nacin y los respectivos presupuestos decada jurisdiccinCarece de razonabilidad que el recurrente pretenda desligar su responsabilidad afirmando que lasprovincias imposibilitaban el cumplimiento del programa de lucha contra el SIDA, al no enviar en tiempo yforma la informacin necesaria para brindar adecuada atencin a los enfermos de ese mal, cuando es elEstado Nacional el encargado de velar para que la continuidad y regularidad del tratamiento mdico seaasegurada.

    An cuando se aceptara la tesis del recurrente, no demuestra de qu modo las obligaciones que lasentencia le impone exceden de aquellas a las cuales estara obligado si se interpretara la ley 23.798 en elsentido que propugna. En efecto, el recurrente no acredita que el pronunciamiento impugnado lo obligue a

    suministrar medicamentos en mayor cantidad o con ms frecuencia que las que la propia autoridad deaplicacin, en cumplimiento de las disposiciones de la ley y atenindose a las limitaciones presupuestariasha programado, ni que el criterio que propicia se traduzca en menores erogaciones para su parte.En el recurso extraordinario no refiere siquiera mnimamente qu cantidad de pacientes se hallaba entratamiento al momento de la interposicin de la demanda de amparo, cuntos de ellos prevea atender elMinisterio de Salud mediante sus programas, ni qu cantidad de enfermos se hallaba registrada en losdistintos efectores sanitarios de cada jurisdiccin.Cabe sealar que las crticas del recurrente respecto a que la sentencia recurrida desconoci lo dispuestopor las leyes 24.455 y 24.754, carecen de mnima fundamentacin pues del pronunciamiento apelado nosurge ni explcita, ni implcitamente que el demandado est obligado a hacerse cargo de las prestacionesque imponen dichas normas.Por ello, y lo concordantemente dictaminado por el seor Procurador General de la Nacin, se confirma lasentencia apelada. Con costas. Notifquese y devulvanse. EDUARDO MOLINE OCONNOR - ANTONIO BOGGIANO.

    Voto DEL DOCTOR DON ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ

    Previo a todo examen, es menester analizar la viabilidad de la accin de amparo en el sub lite y si lasasociaciones presentantes tienen legitimacin para deducirla.Resulta oportuno mencionar, que el amparo es el procedimiento judicial ms simple y breve para tutelar realy verdaderamente los derechos consagrados en la Carta Magna. En tal sentido, esta Corte ha dicho enreiteradas oportunidades que "tiene por objeto una efectiva proteccin de derechos"En la especie, el hecho denunciado (falta de provisin oportuna de la medicacin requerida por los enfermosde SIDA) no fue negado por el Ministerio de Salud, aunque s que esta omisin pudiera serle imputada.Cabe traer a la memoria, que los derechos que las asociaciones accionantes consideraron menoscabadosson: el derecho a la vida, a la dignidad, seguridad e integridad de las personas.Asimismo, el derecho a la salud contemplado en nuestra Carta Magna en virtud de la incorporacin de lostratados internacionales mencionados en el art. 75, inc. 22, Declaracin Americana de los Derechos yDeberes del Hombre, la Declaracin Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de DerechosEconmicos, Sociales y Culturales.Cuadra agregar a esta lista, la afectacin de la calidad de vida de la poblacin infectada por el virus VIH,dado que la falta de respeto del derecho a la salud (equilibrio fsico psquico y emocional) acarreainexorablemente esta consecuencia.De todo lo dicho, se extrae que la va del amparo aparece como apta para la tutela inmediata que se debedeparar.La legitimacin activa de las amparistas, es menester sealar que este Tribunal sostuvo que la ConstitucinNacional -arts. 42, 43 y 86-, reconoce legitimacin para promover la accin de amparo a sujetospotencialmente diferentes de los afectados en forma directa.En tal sentido, el 2do prrafo del art. 43 de la Constitucin Nacional -aadido en la reforma del ao 1994-,determina que "podrn interponer esta accin contra cualquier forma de discriminacin y en lo relativo a losderechos que protegen el ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, as como a los derechosde incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan aesos fines, registradas conforme a la ley, la que determinar los requisitos y formas de su organizacin".Resulta menester puntualizar, que los agravios a los que hace referencia el art. 43 de la ConstitucinNacional tienen un efecto expansivo, de ah que baste con que se conculquen o desconozcan ciertos

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    derechos de uno solo de los del grupo para que ello incida categricamente en el resto. Lo manifestado, noimplica negar capacidad procesal a cada uno de los enfermos, sino posibilitar -en atencin a la peculiarnaturaleza de los derechos afectados-, a una o varias asociaciones el ejercicio monoplico de la accin.En el sub lite, existe un grupo de personas inevitablemente ligadas al estar infectadas por el virus del VIH.La falta de medicacin en forma y tiempo oportuno, aparece como un agravio susceptible de lesionar sussentimientos ms profundos, convicciones etc., adems de implicar la violacin de derechos esenciales-depende del caso de cada enfermo- en forma mediata o inmediata.

    Teniendo en cuenta que an no se ha dictado ley alguna que determine los requisitos de registracin yformas de organizacin de las asociaciones, cuadra admitir a las demandantes para la promocin delamparo, dado que segn surge de los objetivos establecidos en sus estatutos y actas inscriptas ante laInspeccin General de Justicia de la Nacin, protegen a quienes padecen SIDA al resguardar derechostales como a la vida, la salud y a la dignidad, as como tambin la satisfaccin del bien comn.

    Corresponde sealar que la Constitucin Nacional encarga al gobierno federal proveer lo conducente a laprosperidad del pas, el adelanto y el bienestar de todas las provincias, en consonancia con el elevadopropsito contenido en el Prembulo de promover el bienestar general, encargo que est dado a la Nacin yque el legislador nacional puede dictar normas sobre aspectos de las actividades interiores de los estadosprovinciales con el objeto de fomentar el bienestar general por encima de esos lmites y en la medida en quea tales fines fuera necesario. Resulta relevante dado que el propsito preeminente que inspir el dictado dela ley 23.798 fue la proteccin de la salud pblica

    No hay que olvidar, que la problemtica del SIDA no se circunscribe a una provincia en particular o a variasde ellas sino que afecta a la vasta extensin territorial de nuestro pas.El ttulo de la normativa es: "Sndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (S.I.D.A.). Declaracin de intersnacional, la lucha contra el mismo".Se pone de manifiesto la intencin del legislador de dar a la lucha contra el VIH el carcter de orden pblicoas como tambin de resguardar ciertos valores bsicos para asegurar la solidaridad social.El art. 3 de la normativa en estudio, prescribe que "Las disposiciones de la presente ley sern de aplicacin en todo el territorio de la Repblica. La autoridad de aplicacin ser el Ministerio de Salud yAccin Social de la Nacin, a travs de la Subsecretara de Salud...". Cuadra indicar, que esta decisin dedejar en manos del Ministerio de Salud y Accin Social -en ejercicio del poder de polica- la fiscalizacin ycontrol de la aplicacin de la norma, recalca el objetivo que inspir su dictado, cual es afianzar la salubridaden todo el territorio nacional.Lo afirmado no implica desconocer que la ejecucin de la ley en cada jurisdiccin estar a cargo de las

    respectivas autoridades sanitarias a cuyos fines podrn dictar las normas complementarias que considerennecesarias para el mejor cumplimiento de la misma y su reglamentacin". Criterio, que es reforzado por elart. 20, dado que all se faculta a todas las autoridades sanitarias provinciales para verificar su cumplimientoy el de sus disposiciones reglamentarias mediante inspecciones y/o pedidos de informes segn estimepertinente etc. y el art. 4, que les ordena desarrollar programas destinados a su cumplimiento, promover lacapacitacin de recursos humanos, propender al desarrollo de las actividades descriptas en el art. 1.Para comprender el rol asignado a las provincias por la ley 23.798, debe recordarse que el funcionamientoinstitucional de nuestro Estado federal requiere de una estructura orgnica (Estado central y estadosmiembros), los que en muchos casos tienen intereses comunes sobre un mismo tpico por lo que resultanecesaria una adecuada coordinacin de funciones.En tal sentido, esta Corte ha dicho que las provincias pueden sancionar leyes adjetivas que instrumenten lasfundamentales dictadas por la Nacin, as como tambin que frente a la forma federal adoptada por laConstitucin, la regla -y no la excepcin- es la existencia de jurisdicciones compartidas entre la Nacin y las

    provincias.Los Arts. de la ley 23.798 deben interpretarse teniendo en cuenta que concilie a todas las disposicionesentre s y las armonice con el resto del ordenamiento jurdicoCuadra concluir que los responsables directos y primarios en la adopcin de las medidas dispuestas en losarts. 3 , 4 y 20 (indispensables para que los enfermos de SIDA puedan recibir una atencin digna, lo cual implica la provisin oportuna de las drogas que necesitan), son los gobiernos locales. El Estado Nacionalpor su parte, si bien no asegur la erradicacin de la enfermedad -dado que cuando est en juego la cienciamdica el "resultado" tiene un valor relativo-, sent las bases para luchar contra ella y se comprometi aorganizar los esfuerzos para lograrlo. Es decir, que asumi una tarea de coordinacin en la implementacindel Programa Nacional de Lucha contra el SIDA.Se deduce en consecuencia, que en los casos en que exista un incumplimiento concreto y probado de losgobiernos locales (vgr. falta de entrega en tiempo y forma de la medicacin), el Gobierno Nacional deberesponder frente a los damnificados.

    Ahora bien, su obligacin en tales supuestos es subsidiaria de la que les compete a las provincias, por loque no existe bice alguno para que luego de cumplida les efecte el reclamo pertinente a stas.Esta Corte debi arrojar luz respecto a la normativa en juego y determinar el papel del Estado Nacional parael logro de fines tales como el afianzamiento de la salubridad en consonancia con los ms altos principios

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    fijados en la Carta Magna y los tratados internacionales. Tarea que no fue sencilla, pues la ley 23.798 versasobre una cuestin de mltiples aristas, que ofrece las ms variadas interpretaciones -entre otras razones-por la posibilidad de participacin directa y efectiva de los estados provinciales en las decisiones de alcancenacional en la materia.Los argumentos del Ministerio de Salud y Accin Social fueron el resultado de una hermenutica de lanorma que resultaba previsible, dada la amplitud de sus disposiciones y las variadas formas que puedepresentar el poder de polica cuando es ejercido de manera concurrente (arts. 104 y 107 de la CN)

    Lo expresado que no puede en principio afirmarse que los funcionarios del Estado Nacional hayan actuadocon dolo o culpa en el cumplimiento de sus funciones, vale decir con falta de preocupacin, descuido odesidia o bien intencionalidad delictiva ya que no prescindieron de la ley como si no existiera o retardaronindebidamente su cumplimiento, sino que la interpretaron de un modo -que es opinable pero no arbitrario oinfundado.Por ello, y lo dictaminado en sentido concordante por el seor Procurador General de la Nacin, se declaraadmisible el recurso extraordinario y se confirma la sentencia apelada con los alcances indicados. Concostas. Notifquese y, oportunamente, remtase.ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.

    En disidencia DOCTOR DON JULIO S. NAZARENO Y DOCTORES DON CARLOS S. FAYT Y ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHIEl recurso extraordinario, parcialmente concedido es inadmisible (art. 280 del Cdigo Procesal Civil yComercial de la Nacin). Por ello, odo el seor Procurador General, se lo desestima.

    Con costas. Notifquese y remtanse. JULIO S. NAZARENO -CARLOS S. FAYT - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI.

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