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Dra. Claudia M Alvarado H. Abg. Maracaibo, 2016. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PRIVADA DR. RAFAEL BELLOSO CHACIN. ESCUELA DERECHO ASIGNATURA: DERECHO CIVIL I (PERSONAS)

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Dra. Claudia M Alvarado H. Abg.

Maracaibo, 2016.

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PRIVADA DR. RAFAEL BELLOSO CHACIN.

ESCUELA DERECHO

ASIGNATURA: DERECHO CIVIL I (PERSONAS)

UNIDAD II

SUJETOS DE DERECHO Y SU RÉGIMEN JURÍDICO

CAPACIDAD, INCAPACIDAD, ENMANCIPADOS

CAPACIDAD

Capacidad:

Es la medida de esa aptitud para ser titular de derechos o deberes jurídicos.

Es la medida de la aptitud de las personas en relación con los derechos y deberes jurídicos.

Capacidad Jurídica:

La Doctrina ha distinguido a la capacidad diferenciando entre la capacidad de ejercicio, disfrute

o de obrar, que consiste en la medida de la aptitud para producir plenos efectos jurídicos mediante actos

de la propia voluntad. Por otra parte, la capacidad jurídica, legal o de goce, que constituye la medida de la

aptitud para poder ejercer directamente o no los derechos de los que somos titulares.

La capacidad es una consecuencia de la personalidad jurídica de una persona. Ésta nos da la

aptitud de ser titular de derechos y de obligaciones, mientras que la capacidad jurídica y de ejercicio se

relacionan con la disposición de un derecho especifico de la personalidad jurídica, ya sea directamente o

con un representante.

INCAPACIDAD

La incapacidad de obrar se podría clasificar en incapacidad natural e incapacidad civil. La incapacidad

natural debe ser reconocida por la ley, como es el caso de la incapacidad del enajenado mental y la

incapacidad civil es la que establece la misma ley, tal como es el caso de la minoría de edad.

De lo anteriormente expuesto con relación a la clasificación de la capacidad, podemos afirmar que

existen: incapacidades de goce, las cuales se entienden como la falta de aptitud para ser titular de

ciertos derechos y deberes, e incapacidades de obrar, que consisten en la falta de aptitudes para

producir plenos efectos jurídicos mediante actos de la propia voluntad.

INCAPACIDAD

A este respecto, las incapacidades de goce afectan solamente a determinadas personas en relación a

determinados acontecimientos. A continuación, citaremos algunos:

1. En materia de sucesión ab-intestato:

2. Los no concebidos para el momento de la apertura de la sucesión (art. 809, C.C.).

3. Los que no hayan nacido vivos (art. 17, C.C.).

4. Los indignos de suceder, a menos que hayan sido rehabilitados (arts. 810, 811 y 813, C.C.).

5. En materia de sucesión testada:

6. Las iglesias de cualquier credo (art. 841, C.C.).

7. Los institutos de manos muertas (arts. 841 y 1.144, C.C.).

8. Los ordenados in sacris y los ministros de cualquier culto (art. 841, C.C.). En materia de donación.

9. En materia de adquisición de bienes inmuebles (arts. 525 al 528 y 531 al 534, C.C.).

10. En materia de compra-venta (arts. 1.481 y 1.482 C.C.).

11. En materia de tutela (arts. 370, 397 y 408, C.C.).

INCAPACIDAD

De acuerdo a Hung (2006:242), entre las incapacidades de obrar, podemos distinguir la incapacidad de

obrar en el campo negocial (que afecta a los menores, a los entredichos y a los inhabilitados, art. 1.144,

C.C.) y la incapacidad en materia delictual, la cual afecta a las personas privadas de discernimiento .

Desde el punto de vista de su finalidad, la incapacidad de obrar se subdivide en:

a. Incapacidades de protección, que son las establecidas en beneficio del incapaz, permitiendo una

protección en razón de su falta de desarrollo, del desarrollo anormal de sus facultades mentales o

de su inexperiencia. Ej. La incapacidad negocial que afecta a los menores de edad y a los

enfermos mentales.

b. Incapacidad de defensa social, la cual es establecida por necesidades colectivas (se persigue la

protección de la sociedad y no del incapaz). Ej. La incapacidad que afecta a los entredichos por

condena penal.

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA CAPACIDAD

Los principios que rigen la capacidad son:

1. No es posible que una persona carezca totalmente de capacidad jurídica legal o de goce, porque

en el Derecho Contemporáneo todos los individuos de la especie humana son personas.

2. La capacidad de obrar presupone la capacidad de goce, porque es necesario que la persona sea

titular de los derechos o deberes que ese acto está llamado a producir.

3. La capacidad de goce no presupone la capacidad de obrar, porque una persona puede ser titular

de derechos o deberes que pueden provenir de otras fuentes.

NORMAS QUE RIGEN LA CAPACIDAD

Las normas que rigen estas capacidades son diferentes, entre las cuales debe destacarse que:

1. No puede haber incapacidades generales de goce, mientras que sí existen incapacidades

generales de obrar.

2. El número de personas afectadas por incapacidades de obrar es mayor que el de personas

afectadas por incapacidades especiales de goce.

3. La capacidad es la regla y la incapacidad es la excepción, de donde se derivan tres consecuencias:

a. La incapacidad existe porque está establecida en un texto legal.

b. Las normas que establecen las incapacidades son de interpretación restrictiva.

c. Quien alega la incapacidad tiene la carga de probarla.

REGÍMEN DE INCAPACES

Si los niños y adolescentes, entredichos e inhabilitados, se encuentran afectados por incapacidades

negóciales, no es suficiente que la Ley los declare incapaces, sino que la misma debe establecer el

mecanismo para que ellos puedan realizar negocios jurídicos válidos que produzcan efectos respecto

de estas personas. Con la finalidad de producir dichos resultados, la Ley establece la intervención de

otras personas en la celebración de los negocios que afecten al incapaz, y su reglamentación es lo que

se conoce como régimen del incapaz.

Los regímenes del incapaz pueden reducirse a dos grupos: regímenes de representación y regímenes

de asistencia y autorización

REGÍMEN DE INCAPACES

CONCEPTO DESCRIPCIÓN

Regímenes de

Representación

Son aquellos en los que el incapaz es sustituido por

otra persona, de modo que los negocios jurídicos

son realizados en nombre del incapaz, razón por la

cual éste no interviene en la realización del negocio

jurídico.

Regímenes de asistencia

y autorización

Son aquellos en los cuales el incapaz no es

sustituido por la persona que interviene en la

celebración de sus negocios jurídicos, sino que éste

conserva la iniciativa y la voluntad en la realización

de dicho negocio.

REGÍMEN DE INCAPACES

Ahora bien, si para la validez de un acto se requiere la actuación conjunta del incapaz y la

persona que lo protege, se estaría asistiendo al primero. Por otra parte, si el protector sólo

cumple la función de aprobar o improbar los negocios jurídicos que pretende celebrar el

incapaz, en este caso solamente lo autorizaría y estaríamos en presencia del segundo.

Con la finalidad de remediar una incapacidad, se necesita de representación, se dice que la

incapacidad es plena, y que es limitada cuando es suficiente recurrir a la asistencia o

autorización.

Con relación a los menores, éstos también se encuentran sometidos a regímenes de

incapaces; los menores no emancipados están sujetos a regímenes de representación, sea

este la patria potestad o la tutela.

ENMANCIPACIÓN

En opinión de Colin, citado por La Roche (1984), “la emancipación es un acto

voluntario o solemne por el cual se beneficia la capacidad del menor, confiriéndole

una cierta facultad de obrar dentro de su personalidad jurídica, en lo atinente a su

personalidad jurídica”.

El régimen jurídico al cual está sometido el emancipado le confiere al menor de edad,

aún sin haber llegado a la mayoridad, una cierta capacidad que se traduce en: una

capacidad absoluta (de tipo personal) y una capacidad limitada (de tipo patrimonial).

El art. 382 y 131 ord. 3° establece de derecho la emancipación

ENMANCIPACIÓN

El art. 382 y 131 ord. 3° establece de derecho la emancipación- Al reformarse el Código

Civil en 1982, se declaró mayor de edad a todo aquel que hubiese cumplido 18 años (art.

18, C.C.), en consecuencia, se consideró que ya no era necesario mantener la

emancipación voluntaria y, en cambio, se mantuvo la emancipación legal.

ENMANCIPACIÓN

Nuestro Código Civil únicamente admite la emancipación como efecto del matrimonio del menor, la

cual está regulada en los artículos 382 al 386 del Código Civil vigente.

De acuerdo a Aguilar (2002), sólo el matrimonio produce, en nuestro Derecho vigente desde 1982, la

emancipación de los que no han alcanzado la mayoridad. En consecuencia:

1. La emancipación se produce de pleno derecho cuando el menor contrae matrimonio,

independientemente de su edad y aún contra la voluntad de cualquier persona o autoridad (art.

382, C.C.).

2. La emancipación es irreversible, no se extingue con la disolución del matrimonio (art.382),

tampoco se extingue por la muerte de uno de los cónyuges, ni en el caso de nulidad del

matrimonio si el emancipado lo contrajo de buena fe, pero la emancipación se extingue si lo

contrajo de mala fe.

ENMANCIPACIÓN

3. Si el menor contrae matrimonio sin el consentimiento de sus padres o del Juez en los casos

contemplados por la Ley, la emancipación se produce, aunque éste quedará hasta la mayoridad

privado de la administración de sus bienes (art. 131, ord. 3º C.C.).

EFECTOS DE LA ENMACIPACIÓN

1. Que una vez que el menor adquiere la condición de emancipado, deja de estar bajo

la potestad de otra persona y sale del régimen de representación al cual hubiere

estado sometido, sea que se encontrare bajo el régimen de patria potestad o de

tutela de menores, por lo tanto, adquiere la plena dirección y gobierno de su persona.

Es necesario aclarar que, con respecto a la terminología utilizada por la LOPNA, no

debería decirse “menor emancipado” sino hablar simplemente de emancipados, pero

la Constitución vigente utiliza tanto la terminología de la LOPNA como la tradicional,

de manera que se pueden utilizar indistintamente.

2. El menor emancipado adquiere el derecho de administrar su propio patrimonio, puede

realizar actos de simple administración sin necesidad de representación o asistencia.

EFECTOS DE LA ENMACIPACIÓN

3. El menor emancipado puede celebrar sobre sus bienes actos de disposición con la autorización

del Juez competente. Para ciertos actos, requiere la asistencia de uno de sus progenitores y, a

falta de éstos, la asistencia de un curador especial nombrado por el menor con autorización del

Juez (art. 383, C.C.).

4. En caso de conflicto de intereses entre el emancipado y la persona que deba asistirlo, el menor

nombrará un curador especial con la aprobación del Juez (art. 385, C.C.).

5. Si los actos son ejecutados sin el cumplimiento de las formalidades antes indicadas, los mismos

estarán afectados de nulidad relativa y la acción correspondiente puede ser opuesta por el

representante del menor, por éste o por sus herederos o causahabientes (art. 386, C.C.).

HABILITACIÓN DEL ENMANCIPADO

Según Aguilar (2002), los requisitos (de acuerdo con el Código de Comercio) varían en función de la

persona que está actuando como curador:

1. Si el emancipado tiene por curador a sus padres, basta con su autorización.

2. Si el curador es otra persona, además de la autorización del curador se requiere la aprobación del

Juez de Primera Instancia en lo Civil del domicilio del incapaz, quien lo acordará después de

tomar por escrito y bajo juramento los informes que creyese necesario (art. 11, encab. y ap. 1º C.

Com.). Tanto la autorización del curador como el auto de aprobación del Juez se registrarán en el

Registro Subalterno del registro del domicilio del habilitado y en el Registro de Comercio, y se

fijarán por seis (6) meses en la Sala de Audiencias del Tribunal competente (art. 11, ap. 2º

C.Com.).

HABILITACIÓN DEL ENMANCIPADO

3. Al ser autorizados para comerciar, se reputan como mayores en el uso que hagan de esa

autorización (art. 12, C.Com.). A este respecto, y en la esfera del Derecho Mercantil, la habilitación

para ejercer el comercio produce los efectos de una declaración de mayoridad, mientras que en

materia Civil coloca al incapaz en una condición intermedia entre el no emancipado y el mayor de

edad.

4. La autorización para comerciar puede ser revocada con aprobación del Juez competente. La

revocación se hará por documento público, que el curador hará registrar y publicar (art. 14, C.

Com.).