Derecho Del Mar[1]

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172 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO LÓPEZ-BASSOLS, Hermilo, Derecho Internacional Público Contemporáne rrúa, México 200 l. 0, Po ORTlZ AHLF, Loretta, :'?€recho 2 a ed., Escuela Libre i Derecho, ColeCClOn Textos Jundlcos UmversItanos, Oxford Un' ... ' l\er'll' Press, México, 2000. <- PASTOR RIDRUEJO, José Antonio, Curso de Derecho Internacional Público v O", nizaci011.es Internacionales, sa ed., Tecnos, Madrid, 2002. . RODRÍGUEZ CARRIÓN, Alejandro J., Lecciones de Derecho Internacional Público 4 a ed., Tecnos, Madrid, 2001. ., SAHOVIC, Milán y BISHOP, William W. Jr., "Autoridad del Estado: su alcanc relación con personas y lugares", Manual de Derecho Internacional editado por SORENSEN, Max, Fondo de Cultura Económica, México, 2000 SEARA VÁZQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público, Isa ed., Porrúa, Mé:,:. co, 2000. SHAW, Malcolm N., Internacional Law, 4 a ed., Cambridge University Press, Unjo ted Kingdom, 2001. CAPÍTULO 7 EL DERECHO DEL MAR 7.1. INTRODUCCIÓN Los antecedentes inmediatos de la Convención de las Naciones Uni- das sobre el Derecho del Mar suscrita en Montego Bay, Jamaica, en fQ82 (CONVEMAR 82), actualmente en vigor, fueron las cuatro Conven- ciones de Ginebra de 1958 sobre: a) el mar territorial y la zona conti- b) la alta mar, e) la plataforma continental y d) la pesca y la con- ;ervación de los recursos de alta mar. Antaüo, el Derecho Internacional clásico, fundamentalmente euro- peo, dividió el mar en sólo dos espacios: el mar territorial, espacio de soberanía del Estado ribereño; y el alta mar, espacio común a todos re- gido por el principio de la libertad de los mares. Veremos en los próxi- mos párrafos como diversos intereses de los Estados desarrollaron nue- vas divisiones de los espacios marítimos. Aproximadamente 120 Estados tienen costas en algún lugar del mundo y el mar ocupa las dos terceras partes de la superficie del plane- La. Méxi,co tiene diez mil kilómetros de costas en el Golfo de México, el Mar Caribe, el Golfo de California y el Océano Pacífico. d Podemos distinguir tres etapas en el desarrollo del Derecho del Mar, esde el inicio de la sociedad internacíonal moderna hasta el fin de la se- funda gUerra mundial; desde esa fecha hasta la mitad de la década de Os cuando están ya en vigor las Convenciones de Ginebra y lue- "0, Besde esos años, hasta 1982 en que se adopta la CONVEMAR 82. 214 ellO °Y nos parece lógico que la alta mar sea libre, no obstante .en la leca en que Inglaterra dominaba los mares con su poderosa flota de nos ros de guerra, surgieron doctrinas para la expansión de los impe- J('t el mar; así el inglés JOHN SELDEN en 1635, con base en la tala- . aCla qUe detentaba el Imperio Británico, apoyó las reclamaciones 2\4 V. PASTOR RIDRUEJO, José Antonio. Curso de Derecho Internacional Púbh:co y S OIJes Internacionales. 8" ed., Tecnos, 2001, Madrid. Capítulo VI. "El Estado", 16. cgunda, Las Competencias Estatales sobre los Espacios Marítimos, pp. 336 a 173

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172 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

LÓPEZ-BASSOLS, Hermilo, Derecho Internacional Público Contemporáne rrúa, México 200 l. 0, Po

ORTlZ AHLF, Loretta, :'?€recho Intern~~ional P~blico", 2a ed., Escuela Libre i

Derecho, ColeCClOn Textos Jundlcos UmversItanos, Oxford Un' ... ' l\er'll'Press, México, 2000. <­

PASTOR RIDRUEJO, José Antonio, Curso de Derecho Internacional Público v O", nizaci011.es Internacionales, sa ed., Tecnos, Madrid, 2002. . I~".

RODRÍGUEZ CARRIÓN, Alejandro J., Lecciones de Derecho Internacional Público 4a ed., Tecnos, Madrid, 2001. .,

SAHOVIC, Milán y BISHOP, William W. Jr., "Autoridad del Estado: su alcanc ~

relación con personas y lugares", Manual de Derecho Internacional Púb;i,.~.:'

editado por SORENSEN, Max, Fondo de Cultura Económica, México, 2000 SEARA VÁZQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público, Isa ed., Porrúa, Mé:,:.

co, 2000. SHAW, Malcolm N., Internacional Law, 4a ed., Cambridge University Press, Unjo

ted Kingdom, 2001.

CAPÍTULO 7

EL DERECHO DEL MAR

7.1. INTRODUCCIÓN

Los antecedentes inmediatos de la Convención de las Naciones Uni­das sobre el Derecho del Mar suscrita en Montego Bay, Jamaica, en fQ82 (CONVEMAR 82), actualmente en vigor, fueron las cuatro Conven­ciones de Ginebra de 1958 sobre: a) el mar territorial y la zona conti­~ua, b) la alta mar, e) la plataforma continental y d) la pesca y la con­;ervación de los recursos de alta mar.

Antaüo, el Derecho Internacional clásico, fundamentalmente euro­peo, dividió el mar en sólo dos espacios: el mar territorial, espacio de soberanía del Estado ribereño; y el alta mar, espacio común a todos re­gido por el principio de la libertad de los mares. Veremos en los próxi­mos párrafos como diversos intereses de los Estados desarrollaron nue­vas divisiones de los espacios marítimos.

Aproximadamente 120 Estados tienen costas en algún lugar del mundo y el mar ocupa las dos terceras partes de la superficie del plane­La. Méxi,co tiene diez mil kilómetros de costas en el Golfo de México, el Mar Caribe, el Golfo de California y el Océano Pacífico. d Podemos distinguir tres etapas en el desarrollo del Derecho del Mar, esde el inicio de la sociedad internacíonal moderna hasta el fin de la se­

funda gUerra mundial; desde esa fecha hasta la mitad de la década de Os ~senta cuando están ya en vigor las Convenciones de Ginebra y lue­"0, Besde esos años, hasta 1982 en que se adopta la CONVEMAR 82. 214

ellO °Y nos parece lógico que la alta mar sea libre, no obstante .en la leca en que Inglaterra dominaba los mares con su poderosa flota de

nos ros de guerra, surgieron doctrinas para la expansión de los impe­J('t e~ el mar; así el inglés JOHN SELDEN en 1635, con base en la tala­

. aCla qUe detentaba el Imperio Británico, apoyó las reclamaciones ~~-

2\4 V. ~ni~a~~sc PASTOR RIDRUEJO, José Antonio. Curso de Derecho Internacional Púbh:co y ~ti6n S OIJes Internacionales. 8" ed., Tecnos, 2001, Madrid. Capítulo VI. "El Estado", 16. cgunda, Las Competencias Estatales sobre los Espacios Marítimos, pp. 336 a

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de su país sobre los "mares británicos" con su doctrina del 111are el sumo La corriente opuesta, la de la libertad de los mares, fue exp QI¡.

por el jurista holandés HUGO GROCIO con su doctrina del mare lib llesto

En el siguiente siglo, en 1782, se calculó la soberanía del Estado :71~i:

el mar en tres millas náuticas, que era la distancia que alcanzabor, cañón en aquel entonces; ese criterio refleja que la preocupaciónél ~!'

hace nacer la expansión de la soberanía en el mar era una preocuq'Jt ción por la defensa. Así se dio la noción de mar territorial, pero la :7 de las tres millas, sostenida por muchos, no alcanzó la universaJici=d que aducían hasta fechas recientes algunos de sus sostenedores.1l.' a

En el año de 1967, el Representante Permanente de Malta en 1",

Naciones Unidas, Dr. ARVID PARDO, preguntó a la Asamblea General dl esa Organización ¿a quién pertenecen los fondos marinos y oceánicu, más allá de la jurisdicción nacional? y ¿cuál es el régimen jurídico d; esa zona submarina internacional? Al hacer esas preguntas. dicho Re. presentante sugirió que esos fondos marinos fueran declarados pam· monio común de la humanidad. Esa expresión adquirió carta de nalu· raleza y se incorporó en la CONVEMAR 82 para establecer la condición jurídica de esa zona. Los datos proporcionados por el Representante di' Malta, conocidos seguramente por un reducido grupo de oceanógrafo\ y geólogos, impresionó a la comunidad internacional: "los cálculos má, moderados indican que en los yacimientos de los fondos marinos se en· cuentran reservas de manganeso para cuatro mil años, seis mil de cobre. ciento cincuenta mil de níquel y doscientos mil de cobalto, de acuerdo con la tasa mundial de consumo de 1960".216

El primer problema que planteó la pregunta y propuesta del Replc, sentante de Malta fue la delimitación entre la platafonna continCllUlI sujeta a la jurisdicción nacional y la zona submarina internacional: .e'

decir, el fondo del mar fuera de la jurisdicción nacional. Los paíseg.': dustrializados, deseosos de obtener para esa zona un régimen tan ¡ ¡,

como fuere posible para la explotación, algo así como el régimen r~.. la alta mar, propusieron que las Naciones Unidas dirigieran ~LlS es U . cu zos exclusivamente a la delimitación entre esas dos áreas, slll P\e(J parse por el régimen jUrídi~~ ,de la zona ~ubmarina ~nternaci°r:s'Jd"

En contraste con la pOSlClOn de los paIses mdustnahzados, u,rJr gaciones de los países de África, América Latina y Asia, prop~~~ ¡]1

por el establecimiento de un régimen específico para el fondo lOr.·

más allá de la jurisdicción nacional, por la declaración de es~oo d, como patrimonio común de la humanidad, y bajo un fuerte lidera e

-íJie'" . . es Jn. 215 Véase SZÉKELY, Alberto, Derecho del Mar, Instítnto de InvestlgaClOn

Serie a) fu.entes, b) textos y estu.dl:os legislativos, Núm. 72, UNAM, 1991. 216 Véase SZÉKELY, obra citada, p. 22.

EL DERECHO DEL MAR

aíses de América Central y del Sur, que ya habían reivindica­algun~s~i1las marinas de mar territorial, preocupados ya no por la de­do 20 . o por la explotación de recursos; propusieron que la ONU revi­. sa slD ten do el Derecho del Mar, con la mira de convocar una conferencia sara to ional sobre la materia para codificar y desarrollar un nuevo ¡ntern~~ del Mar que resolviera las cuestiones que dejaron pendientesc Dere venciones de Ginebra de 1958 y que creara las nuevas institu­las COIl . J'urídicas requeridas por los tiempos modernos.

clOnes . b b 1 1 f . dLa Convención de Gme ra so re a P ata arma Contmental e 1958 había extendido la jurisdicción nacional para los efectos de la explora­,'ó y la explotación de los recursos naturales de esa plataforma hasta ~~:profundidad de 200 metros o hasta donde la tecnología permitierafa explotación. Con ese criterio no se estableció un límite preciso sino una línea divisoria que avanzaría hacia las profundidades marinas con­forme avanzaran las posibilidades de explotación profunda. Con el ade­lanto de la tecnología, surgió el temor de que la explotación llegara hasta las zonas abisales antes de que hubiera acuerdo sobre el régimen jurídico del fondo del mar.

La interrogante planteada por el Representante de Malta en la ONU sobre el estatuto jurídico del fondo del mar más allá de toda jurisdic­ción nacional fue un detonador de inquietudes no resueltas en 1958, que provocó la revisión del Derecho del Mar que, a diferencia de ejerci­cios anteriores, predominantemente europeos, contó con la participa­ción de prácticamente todos los países del mundo. Ese proceso de revi­sión se inició pues con el planteamiento del Representante de Malta en la ONU en 1967; siguió el establecimiento de una Comisión de los fon­dos marinos para estudiar la cuestión; luego la convocatoria de la Con­ferencia en 1973 y concluyó con la adopción y firma de la CONVEMAR ~~ 1.982; total, quince años. En las secciones que siguen, se resumen los IStintos capítulos de la CONVEMAR 82.

col Y~ para la década de los sesenta, muchos países que habían sidoODIas la d ' d '. f

sobe eca a antenor dlS rutaban de su nuevo estatuto de Estados ubdranos. Todas las colonias llegaron a la independencia padeciendo

jQ~ seesarrollo y los que llegaron a esa nueva situación en la década desenta l' '110s d ,a Incorporarse a la ONU, se retro alimentaron en los propó­e coop 'ó . en I d eraCl n para el desarrollo presentes en la Carta de la ONU :"11 ce~s ebates. El mar, explotado por países desarrollados en zonas larne~tn~ a sus Costas como lejanas de los países de los pescadores ro el De Industrializados, brindaba una oportunidad de desarrollo

erech d'f' ,ePend . o ca l lcado y desarrollado en Ginebra en 58, antes de la tas que~cI~ de muchos países, concedía una libertad de pesca en sus el Pro e eSlonaba sus intereses; además, ellos habían estado ausentes

ceso qUe llevó a la codificación del 58 y se negaban a aceptarla

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como Derecho Internacional vinculante para ellos. Así, la iniciativa . Representante de Malta, fue el impulso que provocó el rechazo del ge. recho del Mar vigente en aquel momento entre un número de p , e.

, ~~ que ya no eran mayona.

7.2. AGUAS INTERIORES

Para delimitar el mar territorial el Estado ribereño debe trazar l' neas de base que pueden ser norrnales o rectas, según los artículos 5 ~

Y 7 de la CONVEMAR 82. La línea de base normal es la línea de baja~a;

a 10 largo de la costa. Las líneas de base rectas son las que se Usan cuando la costa tiene profundas aberturas y escotaduras o cuando ha', una franja de islas a lo largo de la costa situada en su proximidad inmediata.

El sistema de líneas de base rectas fue usado por primera vez en Noruega en 1935, debido a la irregularidad de su costa por la abundan. cia de brazos de mar. Ese trazado fue impugnado en la Corte Interna­cional de Justicia por el Reino Unido en el caso de las pesquerías an· glo-noruegas. En 1951, la Corte sentenció que las líneas de base recIas trazadas por Noruega eran compatibles con el Derecho Internacional; ello influyó en la Convención de Ginebra de 1958 sobre el mar territo· rial y la zona contigua.m

Por otra parte, la CONVEMAR 82 define a las bahías como escotadu­ras bien determinadas con penetración tierra adentro que constituyen algo más que una simple inflexión de la costa. La CONVEMAR 82 esta­blece varios requisitos técnicos, siendo el más importante de ellos una distancia máxima de 24 millas marinas entre las líneas de bajamar de los puntos de entrada naturales de la bahía. Esos criterios se aplican únicamente a las bahías cuyas costas pertenecen a un sólo Estado. Es~t

sistema de medición para determinar cuándo una escotadura es ~~hla

no se aplica a las bahías llamadas históricas. Son bahías histofl~a5

, n]l1'aquellas que la práctica de los Estados reconoce como bah1~s, ~o lo dependencia de los criterios de medición antes descritos. Un eJeJ1l~~

de bahía histórica es la bahía de Hudson en Canadá (aun cuando E . no la reconoce como tal). "a.

Libia reivindicó el Golfo de Sidra como bahía histórica; EVA y ~c

rios Estados europeos rechazaron tal pretensión, aduciendo qlueoli. existe reconocimiento internacional y que la desembocadura de gdn;

. 1l rna .' es de casi 300 millas.2l8 Las aguas interiores también son a

217 Véase CIJ, Recueil, 1951, pp. 116 Y ss. . J99~

218 Véase SHAW, Malcolm, Internacional Law, 4a ed., Cambridge University Press

, p.398.

EL DERECHO DEL MAR

, S internas y son aquellas que quedan en la parte interior de las lí­J~u¡). de base rectas usadas c?mo ?ase para ~:dir el ~ar t~rr.itorial. ~as

nt:~las se consideran aguas mtenores; tambJen los nos, SI bien propla­I,a.h hablando, no son parte del mar. Los puertos y sus instalaciones mente . 'd' d ., . el estatuto Jun 1CO e aguas mtenores, llen~: Lev Federal del Mar del 18 de diciembre de 1985, prácticamen­, . prod~ce las disposiciones de la CONVEMAR 82; tiene la particula­

~'~dl:d de que establece como aguas interiores la parte Norte del Golfo Je California.

Las aguas interiores ~on parte del territorio nacional; el Estado ri­bereñO ejerce soberanía de conformidad con el Derecho Internacional, sobre ellas, su subsuelo y el espacio aéreo suprayacente; los buques de guerra y los de Estado, si estos últimos no llevan a cabo una actividad ~omercial, gozan de inmunidad respecto de la jurisdicción del Estado ribereño; normalmente la jurisdicción sobre los buques la ejerce el Estado del pabellón, a menos de que una actividad delictiva a bordo tenga consecuencias en el Estado ribereño; sea necesario ejercer esa ju­risdicción para controlar el narcotráfico, o bien que el Estado de pabe­llón solicite la intervención del Estado ribereño; el Estado ribereño controla la navegación (no hay libertad de navegación ni derecho de paso inocente) pero si el trazado de líneas de base rectas para medir la anchura del mar territorial deja como aguas interiores zonas que ante­riormente eran mar territorial, terceros Estados conservan el derecho de paso inocente; en las aguas interiores no hay libertad de sobrevuelo y ~I Estado ribereño controla la investigación científica marina y lo re­latIVO a la preservación del medio marino.219

7.3. MAR TERRITORIAL

. Según el artículo 2 de la CONVEMAR 82, "la soberanía del Estado nbereño se extiende más allá de su territorio v de sus aguas interiores ~" e~ el caso del Estado archipelágico, de sus ¡guas archipelágicas, a la ~anJa del mar adyacente designada con el nombre de mar territorial. csta soberanía se extiende al espacio aéreo sobre el mar territorial, así o~ al lecho y al subsuelo de ese mar".

Ce 1onforme a la CONVEMAR 82 todo Estado tiene derecho a estable­t 12 a'l~nchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de rec~l as marinas medidas a partir de las líneas de base normales o

s. Respecto de la anchura, hubo controversias no resueltas desde.--------. 219 E

n caso ~e 1968,. un. tribunal. penal del Reino Uuido se ~e~lar6 competen1e para conocer

:as, POr hOIlUc¡dlO cometido a bordo de un buque bnlamco. en aguas m1enorcs fran. Un Ciudadano de EUA. Véase SHAW, obra citada, p. 393.

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el siglo XVII, pero finalmente, con la CONVEMAR 82, surgió un a que podemos calificar de universal que acepta que el Estado cuerd(¡

' h d '11 . E Plledextender su soberama asta oce mI as mannas. stamos frent t

principio de Derecho Internacional válido erga omnes (frente a ~a\~n

manidad entera), lll·

Echemos un vistazo a la historia. Correspondió a dos jurista'> ha! deses reafirmar la soberanía del Estado en una franja del mar ter ~n.

ríal en el siglo XVII; RUGO GROCI? r~conoció ese derecho y CORl';E~~~'~

VAN BYNK.ERSHOEK propuso el entena del alcance de la artillería ele j,

época, lo cual determinó las reivindicaciones de tres millas náuticas d" mar territorial que anacrónicamente algunos Estados sostuvieron, sel1u~

ramente como estrategia durante la negociación de la eONVEMAR h Así, la institución del mar territorial surgió como una preocupación eL los Estados para la defensa de su territorio; la preocupación económic¡~

surgió posteriormente. Ya para el siglo XIX, los Estados ribereños tenían interés en el mar

territorial no sólo para defensa y seguridad nacional, sino también para la protección de sus recursos naturales, en particular de las pesquerías. Después surgieron reivindicaciones de seis y doce millas marinas. La Convención de Ginebra de 1958 no estableció regla alguna por falta de acuerdo sobre la anchura del mar territorial; en 1960 se celebró una Conferencia para delimitar esa anchura, pero no se logró acuerdo.

Cuando se convocó la eONVEMAR 82, las reivindicaciones sobre el mar territorial variaban de 3 a 200 millas marinas. Las reivindicacionc~

de 200 millas marinas fueron hechas inicialmente por países latinoam~' ricanos de América del Sur y de América Central bajo el liderazgo de los países del Pacífico Sur. Chile se unió al llamado club de las 200 mi'

llas, pero no reivindicó un mar territorial de esa dimensión sino un es' trecho mar territorial y un mar patrimonial adyacente hasta de 200 m~;

Has náuticas contadas desde las líneas de base usadas para rncdrr ,. mar territorial. en el cual ejercerla derechos exclusivos para la :x~.~:~:

C1ación y explotación de los recursos naturales y en el que recono 1 ,0 tad de navegación como en alta mar; ese mar patrimonial chileno P~l' ., . a ere ,1

a ser el pionero y el antecedente inmediato de la zona econom¡C . siva, establecida en la eONVEMAR 82. , ' de í~

La Declaración de Santiago de Chile sobre la zona mantnt;a'rue re' de agosto de 1952, de los Gobiernos de Chile, Ecuado: Y per~O rnjH~~

dactada para incluir tanto reivindicaciones de soberama en ~l debiO<' marinas como de jurisdicción especial respecto de recursos, e d~ente de a las diferencias entre los firmantes. Así, la parte correspon 1 ese documento expresa:

EL DERECHO DEL MAR

Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú proclaman como norma de su .Jos '1' ' l b { " d"6 l'.. 1" a l'nternaclOna marltima, a so eran.a y Juns ,lCCt n exc USlvas que a po meda uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus res­

ca , os países hasta una distancia mínima de 200 millas marinas, desde pectlV . . ' 220 las referidas costas,

R pecto del mar territorial y de otros espacios marítimos de juris­. .;: nacional, el Derecho consuetudinario se fue formando a base

jl~Cl ivindicaciones unilaterales de los Estados. Cuando esas reivindica­~ re _ unilaterales eran coincidentes en alguna región, por ejemplo enClone:>. ..

1 costas del Pacífico Sur de Estados latmoamencanos, se celebraron ~tados para consolidar esas reivindicaciones, pero esos tratados. váli­~os entre las partes contratantes, no tenían jurisdicción ergo omnes, de carácter universaL Desde luego, durante las conferencias sobre el Dere­cho del Mar, en particular en la tercera que culminó en la eONVEMAR 82, no faltaron Estados que pretendieran que las reivindicaciones na­cionales deberían tener validez universal, pero tal pretensión fue recha­zada por la mayoría. Ya en 1951, la en había declarado en la sentencia del asunto de pesquerías (Reino Unido vs. Noruega) que:

La delimitación de los espacios marítimos presenta siempre un aspecto in­ternacional; no podría depender simplemente de la voluntad del Estado ri­bereño de la misma forma en que la expresa en su derecho interno. Si bien es cierto que el acto de delimitación es necesariamente un acto unilateral. porque únicamente el Estado ribereño es competente para actuar de esta forma. por el contrario la validez de la delimitación respecto a tercer'os Estados depende del Derecho Internaciona1.221

. ~os países del club de las 200 millas, con excepción de Chile, rei­~Indlcaban soberanía sobre un mar territorial de esa dimensión, pero Uecían e.star dispuestos a reconocer libertad de navegación en 188 mi· as marinas y derecho de paso inocente en las doce millas adyacentes a

Sus COstas Alg " .., , 1 bllund . unos Junstas mS1stlan, con razon, en que e pro ema era a) ~men~a~mente terminológico, entre la tesis chilena (patrimonialis­al a relVmdicación del resto del club de las 200 millas (territorialis­onden ¿anto .que ,otros sostenían que había profundas diferencias de anrr::· b a sutl1 diferencia de fondo estaba en que los patrimonialistas patri~oa~ el derecho de terceros a la libertad de navegación en el- mar

(! esa 7~~1 de 188 millas, en tanto que los territorialistas estimaban ____1 ertad era una auto limitación hecha en el ejercicio de su so­

220 V '­• éase GON • .... Paz And . ZALEZ CAMPOS, Julio D., SÁNCHEZ RODRíGUEZ, Luis 1. y SÁENZ DE SANTA

es"Madrid 20rO , Matenales de prácticas de Derecho Internacional Público, 3a ed., Tee­

1<1 Véa' 2, pp. 612 Y 613. se CIJ. Recueil, 1951, p, 132.

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beranía sobre las 200 millas, con la consecuenda inadmisible 'b - d" , alInrl'no expresa, de que e1 Estado n ereno po la retIrar ese privileo" ,!.tI:

. d' ., . 1 0 10H b ar una poslclOn comun .U o mtentos para acor atinoamer' del Caribe antes de llegar a la Conferencia convocada por la ON~anc:,

los estrategas ~el club de las ~~? millas decidieron ~ue .cOnvenía 'Il~~r,

a la ConferencIa con una pOSICIon sobre el mar terntonal que el! . e~1

bían extrema y carente de posibilidades; ello con el fin de neo'ocl·a~sds,.

b .t. de esa posición. Los paí~e~ ribereños del M~~ Caribe sí logramos pon~::

nos de acuerdo y suscnblmos la DeclaraclOn de Santo Domingo 1:' proponía un mar territorial de doce millas y un mar patrimonial de {s~

(Ya en la CONVEMAR 82 se abandonó la terminología de la Declaraci6:, de Santo Domingo y adquirió carta de naturaleza la expresión zoo: económica exclusiva). Correspondió al Presidente Luis Echeverría pre. sentar por vez primera en la ONU una reivindicación mexicana de 20¡, millas, con las características del actual régimen para la zona económ; ca exclusiva que establece la CONVEMAR 82.

El mar territorial es parte integrante del territorio nacional y d Estado ribereño ejerce soberanía sobre sus aguas, suelo, subsuelo y so'

bre el espacio aéreo suprayacente. La principal limitación a la sobera· nía nacional es el deber de permitir a los buques de todos los Estado~

el derecho de paso inocente a través del mar territorial. Los articub 17 a 32 de la CONVEMAR 82 reglamentan los derechos y deberes de los Estados en el mar territorial.

La CONVEMAR 82 describe que el paso inocente por el mar territo· rial es el hecho de navegar para atravesar dicho mar sin penetrar en las aguas interiores ni hacer escala en una rada o instalación portuana

o bien la navegación hacia las aguas interiores o para salir de ella,s: hacer escala en una rada o instalación portuaria; el paso debe ser rapl' do y no interrumpido. El paso se considera inocente mientras n.o sea perjudicial para la paz, el buen orden, o la seguridad del Estado nbett

:

ño. Se considera que el paso de un buque extranjero es perjudicial par~

la paz, el buen orden o la seguridad de Estado ribereño si ese ~UC~ll:,

realiza, en el mar territorial, algunas de las actividades que se cItar " continuación:

• 1 i[1te~r:

a. Cualquier amenaza o uso de la fuerza contra la soberal1l~, a tle~d~

dad territorial o la independencia política del Estado ribereno ~ jqincO¡

cualquier otra forma viole los principios del Derecho InternaclOna

parados en la Carta de las Naciones Unidas. b. Cualquier ejercicio o práctica con armas de cualquier c~a:e'd la d," c. Cualquier acto destinado a obtener información en perJUlClO e

fensa o la seguridad del Estado ribereño. d~fe¡1sao

d. Cualquier acto de propaganda destinado a atentar contra la <­

la seguridad del Estado ribereño.

EL DERECHO DEL MAR

El lanzamiento, rece.l:ción o embarque d~ aer~naves... e· L zamiento, reccpClOn o embarque de dISPOSItIVOS mIlrtares. ~ ~lJembarco o desembarco de cualquier producto, moneda o persona, c' ntraveneión de las leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de inmi­

elJ cO . diEstado n'bereno.­... o sanitanos eO'raC10f! d .. " . 1 ." h. Cualquier acto e contammaClOn mtenclOna y grave contrano a esta

convención. . . . Cualesquiera actIVIdades de pesca. ~. La realización de actividades de investigación o levantamientos hidro­.J.

gráficos.k. Cualquier acto dirigido a perturbar los sistemas de comunicaciones o

ualesquiera otros servicios o inst¡üaciones del Estado ribereño. c 1. Cualesquiera otras actividades que no estén directam~nte relacionadas

con el paso.

En el mar territorial los submarinos y otros vehículos sumergibles deberán navegar en la superficie y enarbolar su pabellón. Aún subsiste un debate teórico sobre si los buques de guerra tienen el mismo dere­cho al paso inocente que los buques mercantes. La tendencia es aceptar que, en tiempos de paz, los buques de guerra sí disfrutan de ese dere­cho. El 1989, EVA Y la antigua Unión Soviética acordaron una interpre­tación del Derecho Internacional que reconoce que los buques de gue­rra tienen derecho al paso inocente sin necesidad de previa notificación o autorización del Estado ribereño.m

La Ley Federal del Mar de 1985, sigue las disposiciones de la CONVEMAR 82. Respecto de los buques extranjeros de guerra, tanto la CONVEMAR 82 como la Ley Federal del Mar disponen que cuando tI.na de tales embarcaciones no cumpla con los reglamentos del Estado .1bereño, se le invitará para que los cumpla y, si no lo hace, el Estado ri­bereño le puede exigir que abandonen el mar territorial.

7.4. ZONA CONTIGUA

· La CONVEMAR 82 dedica un solo artículo, el 33, a la zona contigua.nIcho '1at1ICU o a la letra dice:

Artículo 33: Zona contigua. En Una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre de

zona Contigua, el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización nece .sanas para: a) Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos, aduaneros, fisca­

222 Véase SHAW, obra citada, p. 406,

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182 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

les, de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o mar territorial. en ,

b) Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cornetid su territorio o en su mar territorial. as

e) La zona contigua no podrá extenderse más allá de 24 millas m- . contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la a <lrl:

1:

" 1 nc 'lIrd 1 mar terntona 'e

En la zona contigua, la jurisdicción del Estado ribereño es limita: a las acciones mencionadas en los incisos a) y b) arriba tranSCr¡l~:

Para la zona contigua no están previstos derechos en materia de p -e,· querías, pero existe un empalme con la zona económica exclusiva qUt

empieza donde termina el mar territorial y donde empieza también j¡

zona contigua. En virtud de ese empalme, en la zona contigua existe L.

mismo régimen para la navegación de buques extranjeros; es decir, 1;.

bertad de navegación, con las únicas restricciones necesarias para ti

ejercicio por el Estado ribereño de las competencias específicas desm. tas en el artículo transcrito. La zona contigua dejó de se parte de la ah: mar, como lo era en las Convenciones de 58; según la CONVEMAR 82 la zona contigua es parte de la zona económica exclusiva.

Cabe aclarar que desde que surgió la institución del mar territo rial, éste se consideró como incorporado al Estado ribereño (dejando aparte el debate ya superado sobre su anchura); la zona contigua no ha tenido la misma suerte, pues se requiere, al menos según un autor la declaración expresa del Estado ribereño sobre su establecimiento; lú CONVEMAR 82, no establece ese requisito.m . I

La Ley Federal del Mar incorpora a la legislación mexIcana e. contenido normativo de la CONVEMAR 82 respecto de este espaClt) marítimo.

7,5, LA ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA

En las Convenciones de Ginebra de 1958 no se establecieron par,l

los Estados ribereños derechos especiales exclusivos sobre las pesll ~,.

rías más allá del mar territorial; la Convención de Ginebra de ese al~~

sobre la pesca y conservación de los recursos vivos de alta mar ap€l].-­nte, , reconoció el interés del Estado ribereño en las pesquerías adya

ce ce':;'

su mar territorial y el derecho de tomar medidas unilaterales ¡(\):, rias para su conservación; podemos considerar este últimO el como el embrión de la zona económica exclusiva. a,1~'

Los adelantos tecnológicos pesqueros transformaron la pc~ca '

223 Véase SHAW, Obra citada, p, 411.

EL DERECHO DEL MAR 183

na industria, amenazaron con una sobre-explotación y even-Oal en u 11' l' ' , .~3, ción de recursos pesqueros; e o provoco un egltlmo mteres ,d eX~~ados ribereúos en la explotación exclusiva y en la reglamenta­J~,lo~ ~a pesca dentro de un área cercana a sus costas. Esa circuns­.:Ion, e [ltribuvó a la separación de los intereses de los países altamen­

-La ca J

.l',l~t-d strializados de los de los países en desarrollo que, con el proceso d . 1 d as N' m'das,~ Jl1 Llcolonización que sIgmo a , , a fun aClOn. , de 1 aClOnes U

"l es taran su número hasta llegar a ser mayoría en la Organización, l~men l' d 1'. rtl'nente recordar que a mayona e os recursos pesqueros se en-Es pe . . . ntran en zonas cercanas a la costa, que es su habttat natural y no el ~~: mar, Y que hay una relación de dependencia biológica entre las 19uas poco profundas suprayacentes a la plataforma continental y las pes­

querías. d' . 'd" '11' d 1 t 't . 1Así surgieron lversas relVm 1caClOnes mas a a e mar ern ona , Por ejemplo, desde 1945 el presidente Truman de Estados Unidos de América declaró una jurisdicción especial para la conservación de re­cursos pesqueros en zonas de alta mar contiguas a las costas de ese país, El rechazo de EVA en la Conferencia que negoció la CONVEMAR 82 de las reivindicaciones de 200 millas de algunos Estados, fue perci­bida por muchos como incongruente con las reivindicaciones unilatera­les de ese país respecto de jurisdicciones pesqueras y derechos sobre la plataforma continental. Recordemos que fue hasta 1958 que se recono­ció el derecho de los Estados de adoptar medidas unilaterales para la conservación de los recursos naturales adyacentes a sus costas. . Ya vimos que otros países, sobre todo de América Central y de Amé­

nca del Sur, reivindicaron un mar territorial de 200 millas marinas en el q,~e reconocían la libertad de navegación, Por una evidente preocu­~ac~on por la preservación de sus recursos pesqueros: Chile, Ecuador y Ieru sUscribieron en 1952 la Declaración de Santiago; allí se proclamó a soberanía . . d' , , l' h d"" d'00 . . . y JunSlccwn exc USlvas asta una lstancla mmzma e - millas marinas.

Los paí 'b . d .ción de ses n er~nos el Mar Canbe adoptamos en .1972 la Decl~ra-tont d' ~anto Dommgo que consagró el mar patnmomal de 188 millas

s p:,as des~e el límite exterior del mar territorial. En el mismo año . e IS~S de Africa adoptaron las conclusiones del Seminario de Yaun­

(";1 l~nDas que proclamaron la zona económica exclusiva, que coincidió Es' eclaración de Santo Domingo, salvo en la terminología.m

i:ho In~Usto ~econocer que el impulso para el reconocimiento en Dere­~~lOnal de la zona económica exclusiva se debió a los países

224 V' "S ease CAST ' .. ..

Ccrelaria d' ANED~, Jorge, Obras completas JJ, Derecho del Mar, El ColegiO de Méxl­e RelaclOnes Exteriores, México. p. 40.

Page 7: Derecho Del Mar[1]

184 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO EL DERECHO DEL MAR 185

de América Latina, de África y de Asia; cuyos recursos pesquer d ribereño Ylos derechos y libertades de los demás Estados, se rigend C 'óEsta o . .

explotados en mayor o menor medida por extranjeros. En esos 0: er~ por 1,as disposicIOnes pertmentes e esta onvenCl n.

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la ~:o.s ,Artículo 56: .. , ". _

tura (FAO), publicó un mapa en el que se indicaban los volúm ene 11 Derechos, jurisdlcclOn y deberes del Estado nbereno en la zona econo­

pesca explotados por el Estado ribereño y los explotados por ~nes i '3 exclusiva

de terceros Estados; quedó claro que esa explotación no benefi .u~lIl. rn ~ En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:

.• Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,los países en desarrollo que ya habían asimilado el principio de l~:o~

ranía permanente de los Estados sobre sus recursos naturales. Lo' '~ conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos

como no vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y elses industrializados que practicaban la pesca a distancia en las eS ~,a.l'

subsuelo del mar, y con respecto a otras actividades con miras a lade países en desarrollo pretendieron que se les reconocieran dere~~"

' exploración y explotación económicas de la zona, tal como la pro­adquiridos; esa pretensión fue rechazada.

duccióu de ene¡'gía derivada del agua, de las corrientes y de los La disparidad de las reivindicaciones para ejercer control sobre 11

vientos.recursos pesqueros y de otra naturaleza provocó que en la CONVEM

• Jurisdicción. con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta 82 se estableciera una nueva institución del Derecho del Mar: fa ;01'

Convención con respecto a: económica exclusiva. Aún antes de que se adoptara la CONVEMAR &.

• El establecimiento y la utilización de islas artíficiales, instalaciones

se generó en la Conferencia sobre el Derecho del Mar una opinio j/lr' v estructuras.

que, unida a las múltiples reivindicaciones nacionales, hizo de la ZOI" • La investigación científica marina.

económica exclusiva un Derecho Internacional consuetudinario, OPOII:' • La protección y preservación del medio marino.

ble a todos, erga omnes. Esa tesis fue confirmada por la Corte lnten¡¡;· • Otros derechos y deberes previstos en esta Convención.

cional de Justicia en la sentencia del 12 de octubre de 1984 en el ea.lll • En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes

en la zona económica exclusiva en virtud de esta Convención, elde la delimitación de la frontera marítima en la región del Golfo d.

Maine entre Canadá y Estados Unidos de América.m Estado ribereño tendrá debidamente en cuenta los derechos y debe­

res de los demás Estados y actuará de manera compatible con lasLas aguas interiores y el mar territorial son parte del territorio m.'

cional del Estado ribereño; en ambas zonas el Estado ejerce soberal1í~. disposiciones de esta Convención.

con las limitaciones que impone el Derecho Internacional; por el eC':l' • Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del

trario, la zona económica exclusiva, adyacente al mar territoriaL no .l'; mar y su subsuelo se ejercerán de conformidad con la parte VI [re­lativa a la plataforma continental].

parte del territorio nacional y el Estado ribereño no ejerce soberan;¡;

Como resultado de la negociación entre los Estados que reivindicaba:: ARTícULO 57

un mar territorial de 200 millas marinas y los que sólo pretendían l.L Anchura de la zona económica exclusiva

nas de exploración y explotación exclusivas, se acordó utilizar l~ e~p~t' La Zona económica exclusiva no se extenderá más allá de 200 millas

sión derechos de soberanía, la cual debe entenderse como tina 1/.1(151) llJarinas Contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la

ciÓYI especial para fines específicos y no como un reconocimien¡lO , anchura del mar territorial.. ' n e 111­

Lasoberanía como la que se ejerce en las aguas mtenores Y e 'p ..,. ch CONVEMAR 82 contiene una reglamentación detallada de los de­

territorial. naos y deberes de los Estados ribereños y de terceros Estados en la. ., eX'

Los artículos de la CONVEMAR 82 transcritos a contmuacwn, . l·~onómica exclusiva. Esa reglamentación tiene por fin garantizar

san el régimen jurídico de la zona económica exclusiva: \:i~o nades que el Derecho Internacional ha tradicionalmente reco­

ARTÍCULO 55 . iz en alta mar; recordemos que la zona económica exclusiva se

Régimen jurfdico específico de la zona económica e.yc!US¡V(I , n a en Un área anteriormente conocida como alta mar. Así se reco­

. . ,. 'w del mar'La zona económIca exclUSIVa es un area Situada mas a ,a " rableL iÓn a terceros Estados libertades tales como: la libertad de nave­

torial y adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico especlf¡c~ dl:5'cíÓCl

1 'IrIS 1(; 'lllo ~t Sobrevuelo, de tendido de cables y tuberías submarinos, así

en esta parte, de acuerdo con el cual los derechos y a JI ladr~s usos del mar internacionalmente legítimos, tales como los

'nos o~ a la operación de buques, aeronaves, cables y tuberías sub­

a CONVEMAR 82 también reconoce ju,risdicción especial del o

225 Véase CIJ, Recueíl, j 984. p. 294,

Page 8: Derecho Del Mar[1]

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186 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

Estado ribereño para construir, autorizar y reglamentar lo rel . islas artificiales y otras instalaciones y estructuras en la ZOna ec~~:(l,

ca exclusiva. Or1] .

Según el artículo 62 de la CONVEMAR 82, cuando el Estado r'b ño no tiene capacidad para explotar una pesquería determiuada

1 ~rL'

obligado a dar acceso a otros Estados al excedente de la captura p'. t ,L

sible. La determinación de los excedentes es facultad del Estado r'~t'

ño y, en caso de controversia, sólo está obligado a someter [a dif;t::~

a una conciliación no obligatoria en cuanto a los resultados dL L.

procedimiento. La CONVEMAR 82 reglamenta temas tales como: la conservació

los recursos vivos; la utilización de esos recursos; [as pesquerías qu(' encuentran en la zona económica exclusiva de dos o más Estados o .P

una zona económica exclusiva y la alta mar; especies altamente mio fJ

torias: mamíferos marinos; poblaciones anádromas; especies catádrll mas; especies sedentarias; derechos de los Estados sin litoral; derecoo de los Estados en situación geográfica desventajosa; restricciones e transferencia de derechos; ejecución de leyes y reglamentos del ESladr, ribereño; delimitación de la zona económica exclusiva entre Estados cm. costas adyacentes o situadas frente a frente, además de cartas y listas al coordenadas geográficas para delimitar la zona económica exc1usiu

Durante la Conferencia que negoció la CONVEMAR 82, los países al· tamente industrializados pretendieron caracterizar la zona econó111¡C~

exclusiva como una parte de la alta mar. La intención era clara, en ca." de duda o controversia, esa caracterización inclinaría al juez, árbirnJ conciliador, mediador o a toda persona llamada a promover la solucióJ: de una controversia, a pronunciarse por los derechos de terceros en p~r'

juicio de los del Estado ribereño. Tal pretensión fue rechazada y qLleJ. claro que la zona económica e.xclusiva no es parte de la alta mar, q.. es autónoma y sui generis, con naturaleza jurídica propia. I

La Ley Federal del Mar de 1985 contiene disposiciones tomadas (o,

los acuerdos logrados en la CONVEMAR 82.

7.6. PLATAFORMA CONTINENTAL

Ya en nuestra era, el descubrimiento de depósitos de hidrocarbtl~(~

en la plataforma continental y el desarrollo de la tecnología para .c"¡ tarlos hizo que los Estados reivindicaran derechos sobre esOS yacllll ' , una :-'" tos; así, EUA a través de la proclama Truman de 1945, provoco ,., ríe de reivindicaciones similares de otros Estados que, al SU~l:J;"

aunadas a la práctica de la explotación por los más industri~:~jc!ld¡

crearon un Derecho consuetudinario que posteriormente fue cO I

EL DERECHO DEL MAR 187

vención sobre la plataforma continental de Ginebra. 226 Cuan­',n la Cl~n conferencia que negoció. la CONYEMAR 82 la ~elegación de ",1 en. ochaba a los Estados latmoamencanos del PaCIfIco Sur sus

I~'..\. lrl~:ciones unilaterales de Ull mar ter.ritorial de 200 millas, era Ll\ 11 te la réplica sobre las proclamas umlaterales de Truman sobre

Muen . 1 1 ' L. 'sos de la plataforma contmenta y sobre as pesquenas adya­

, :-ecUI d '11' dI' . 1d ha las costas e EUA, mas a a e mar terntona e EVA que as­.,(.les s de la CONVEMAR 82 fue reivindicado con una extensión de tres

ante

'lilas. . 1 f' 1" AlLa plataforma contmenta es un enomeno geo OgICO. gunas ma­.' onlinentales continúan bajo el agua en el mar; primero descienden

,.\~ c . 1uego con b 'd a 1 ond ab'Isa es; 1. suave pendIente y rusca cal a os f os ~~:s masas continentales sumergidas reciben el nombre de plataforma

ILinental Y son de muy variadas dimensiones. La plataforma conti­ental suele iniciar el brusco descenso casi vertical cuando llega a una

¡Il"ofundidad de unos 200 metros. Esa caída se conoce con el nombre de dlld continental. Al pie del talud continental hay una zona considera­

úa como parte de la plataforma continental conocida como ernersión cUlltinelltal. La plataforma continental suele contener ricos yacimientos de petróleo y gas. Se sabe que la emersión continental puede contener ri­quezas. De un 7 a un 8% del mar cubre las plataformas continentales.m

Algunos países, por ejemplo los del Pacifico Sur, no cuentan con plataforma continental pues una caída casi vertical a las zonas abisales se localiza muy cerca de la costa. México cuenta con una extensa plata­fOlma continental en el Golfo de México y en el Caribe, pero no así en el Océano Pacífico.

El descubrimiento de yacimientos de petróleo y de gas en la plata­f~rma continental y el desarrollo de la tecnología provocó que Estados ~bereños reivindicaran soberanía o bien jurisdicciones especiales sobre ?s recursos de esa plataforma. La Convención sobre la plataforma con­Ilne1ntal de 1958 reconoció derechos de los Estados ribereños para la ~'\PI?r~Ción y explotación de dichos recursos, pero no pudo establecer n Itnlte preciso. Esa Convención reconoció los derechos del Estado ri­

~reñ.o. hasta 200 metros de profundidad o hasta donde la tecnología l!l~~ti~ra la explotación de sus recursos. Ese método de delimitación I~r ~~c~ que la jurisdicción del Estado ribereño, en teoría, podía avan­

CIa ra r las zonas abisales, en la medida en que la tecnología permi­a explotación. Muy pocos juristas sostuvieron la tesis de que ese

226 V· :QI)-¡Q~ase CARTER, Barry E. and TRIMBlE Phillip R., Interna/io/'Ial Law, The TrU'I7'Ia11

7·971. l'-'/'IS, 3' ed., Aspen Law & Bussines, Gaithersburg, New York, 1999, pp. Z27 V.

ease SHr\W, obra cilada, p. 432.

Page 9: Derecho Del Mar[1]

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186 187 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

Estado ribereño para construir, autorizar y reglamentar lo rel . islas artificiales y otras instalaciones y estructuras en la zona ' aln I

eCOl1ú, ca exclusiva. ·11.

Según el artículo 62 de la CONVEMAR 82, cuando el Estado '1 -' 'ddI' d n)eno no tIene capaCl a para exp otar una pesquena eterminad. obligado a dar acceso a otros Estados al excedente de la captura a, ­sible. La determinación de los excedentes es facultad del Estado ;'i~.

ño y, en caso de controversia, sólo está obligado a someter la difere ,1'

a una concil'iación no obligatoria en cuanto a los resultados den. procedimiento.

La CONVEMAR 82 reglamenta temas tales como: la conservación L los recursos vivos; la utilización de esos recursos; las pesquerías que . encuentran en la zona económica exclusiva de dos o más Estados o l'r, una zona económica exclusiva y la alta mar; especies altamente rnjl.!r~,.

torias: mamíferos marinos; poblaciones anádromas; especies catádru. mas; especies sedentarias; derechos de los Estados sin litoral; derecho, de los Estados en situación geográfica desventajosa; restricciones en transferencia de derechos; ~jecución de leyes y reglamentos del Estadn ribereño; delimitación de la zona económica exclusiva entre Estados COt,

costas adyacentes o situadas frente a frente, además de cartas y listas el. coordenadas geográficas para delimitar la zona económica excJusi\¡t.

Durante la Conferencia que negoció la CONVEMAR 82, los países al·

tamente industrializados pretendieron caracterizar la zona económ;clI exclus'iva como una parte de la alta mar. La intendón era clara, en ca~t!

de duda o controversia, esa caracterización inclinaría al juez, árbitl'l' conciliador, mediador o a toda persona llamada a promover la solucióJ; de una controversia, a pronunciarse por los derechos de terceros en pero juicio de los del Estado ribereño. Tal pretensión fue rechazada Yque claro que la zona económica exclusiva no es parte de la alta mar, q' es autónoma y sui generis, con naturaleza jurídica propia. .1

La Ley Federal del Mar de 1985 contiene disposiciones tomadas l t

los acuerdos logrados en la CONVEMAR 82.

7.6. PLATAFORMA CONTINENTAL

Ya en nuestra era, el descubrimiento de depósitos de hidrocarbll: en la plataforma continental y el desarrollo de la tecnología para .e~¡ ,. tados hizo que los Estados reivindicaran derechos sobre esOS yaClf\, una· "l

tos; así, EVA a través de la proclama Truman de 1945, provoco al~'

rie de reivindicaciones similares de otros Estados que, al .st;~1l3d.:

aunadas a la práctica de la explotación por los más in~ustnadl~íCll"

EL DERECHO DEL MAR

, I1venCÍón sobre la plataforma continental de Ginebra. 226 Cuan-la ~~) Conferencia que negoció la CONVEMAR 82 la delegación de

" en, a 'ochaba a los Estados 'latinoamericanos del Pacífico Sur sus L.~. ~~acioI1es unílaterales de un mar te~ritorial de 200 millas, era ll\ln te la réplica sobre las proclamas UnIlaterales de Truman sobre L 'uen 1 f . 1 y sob 1 'dya­.. . IrsOS de la pata orma contmenta re as pesquenas a . ree l . d '11' d 1 " 1d h . "a las costas e EUA, mas a a e mar terntona e EVA que as­.,.Ie· _de la CONVEMAR 82 fue reivindicado con una extensión de tres

1\te~

ilIas. . 1 f' 1" 1La plataforma contmenta es un enomeno geo OgICO. A gunas ma­" s continentales continúan bajo el agua en el mar; primero descienden '~n suave pendiente y luego con brusca caída a los fondos abisales; ~,as masas continentales sumergidas reciben el nombre de plataforma

,.¡tille/ital y son de muy variadas dimensiones. La plataforma conti­:ntal suele iniciar el brusco descenso casi vertical cuando llega a una

IlIo[undidad de unos 200 metros. Esa caída se conoce Con el nombre de alud continel'ltal. Al pie del taLud continentaL hay una zona considera­

da como parte de la plataforma continental conocida como emersión ,·ulltillental. La plataforma continental suele contener ricos yacimientos de petróleo y gas. Se sabe que la emersión cOl'ltinental puede contener ri­quezas. De un 7 a un 8% del mar cubre las plataformas continentales.m

Algunos paísos, por ejemplo los del Pacifico Sur, no cuentan con plataforma continental pues una caída casi vertical a las zonas abisales se localiza muy cerca de la costa. México cuenta con una extensa plata­forma continental en el Golfo de México y en el Caribe, pero no así en el Océano Pacífico. . El descubrimiento de yacimientos de petróleo y de gas en la plata­I~l'ma continental y el desarrollo de la tecnología provocó que Estados ~Ibereños reivindicaran soberanía o bien jurisdicciones especiales sobre .Os recnrsos de esa plataforma. La Convención sobre la plataforma con­It

ne¡ntal de 1958 reconoció derechos de los Estados ribereños para la ;~Pl or~ción y explotación de dichos recursos, pero no pudo establecer n ¡~l1te preciso. Esa Convención reconoció los derechos del Estado ri­creno h t 20 . ,[Icr '. as a O metros de profundldad o hasta donde la tecnologw ilnl~t¡:ra la explotación de sus recursos. Ese método de delimitación

!LIco qUe 1 . . d' . , d 1E d 'b - 'd''-al' h-' .a Juns ICClOn e sta o n creno, en teona, po la avan­liera ~cla las zonas abisales, en la medida en que la tecnología permi­

a explotación. Muy pocos juristas sostuvieron la tesis de que ese

ll, Vé lt1l1'1a;~sr: CARTER, Barry E. and TRIMBLE Phillip R., Interna.ciona.l Law. The T,'uman -971. ons, 3" ed .. Aspen Law & Bussines, Gaithersburg, New York, 1999, pp.

227 Vé crearon un Derecho consuetudinario que posteriormente fue co 1 ·a~e SHAW, obra cilada, p. 432.

Page 10: Derecho Del Mar[1]

188 189 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

método dividiría la totalidad del fondo del mar entre los Estados fib ños mediante el trazado de un línea media entre Estados, COntine ere. , 1 d' f' f ntes tlS as con costas lstantes rente a rente.

~uando se,planteó ~a cu~stión d~l ~ég~m~~ juríd,ico de los fondo< marmos y oceamcos mas alla de la Junsdlcclon nacIOnal, los Est, ti -. sintieron la necesidad de revisar la Convención sobre la plataf;~'

continental del 58, con la mira de acordar un límite más preciso; los n~.

tados industrializados se interesaron en el límite con la esperanza (1 que para el fondo del mar se aplicara la libertad de la alta mar', en t elano to que los países en desarrollo se interesaron en acordar para la 20n­

submarina internacional un régimen especial de exploración y explota~

ción que beneficiara con equidad a la humanidad entera. Como se men­cionó anteriormente, ese proceso provocó la revisión de todo el Dere. cho del Mar que culminó en la CONVEMAR 82.

En la CONVEMAR 82, artículo 76, se incorporó la siguiente defini. ción de la plataforma continental:

La plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho \' ," subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar: tt·

rritorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio has¡" el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia.

Nótese que en la definición transcrita hay dos criterios, uno para los Estados que tienen plataforma continental, si se usa una descripción geológica, y otro para los Estados que no cuentan con esa prolonga· ción natural de su territorio. La CONVEMAR 82 contiene varias dispo, siciones sobre la delimitación de la plataforma continental Y estabjec~

que el limite exterior no debe exceder de 350 millas marinas, conta~¡¡;

desde las líneas de base a partir de la cuales se mide la anchura I~

mar territorial, para el caso de los países que cuentan con extensas p ¡¡. . . 'n en'

taformas naturales o geológicas. Como resultado de la negoClaClO .' uenta"

tre los países que cuentan con grandes plataformas, los que no c ani'

con esa extensión territorial, los países sin litoral v los llamados geo~'l ­ficamente en desventaja (aquellos que por la configuración de la c~5 ~1I:

e ) cepto l.la proximidad de otras costas no cuentan con platalorma , se a, a~~'

más allá de las 200 millas marinas, los Estados ribereñOS harJa~ ~Jl~;!"

y contribuciones respecto de la explotación de la plataforma ,COnt{rde lo~

Las contribuciones se deben hacer a la Autoridad Internaclona do l~tal' 10

Fondos Marinos creada por la CONVEMAR 82 para reg1amen. al' laS relativo a los fondos marinos más allá de la jurisdicción naC1~l1er~s'

contribuciones o pagos en especie empiezan después de los prun

EL DERECHO DEL MAR

. de producción; se inician con 1% del valor o volumen de la pro­.11~s'6n v aumentan 1% cada año subsiguiente hasta el duodécimo año .. ¡CCl • d'., e se mantiene en un 7%. Un Esta o en desarrollo, importador'n ql1 .~ldO de un recurso prodUCIdo en su platafOl'ma, queda exento de pago y

tribuciones . ~on Respecto de la plataforma continental, la CONVEMAR 82 incorporó Jlsposiciones d~tal1adas sobre cables y tuberí~s submarino.s; isl,as artifi­-jales. instalaclOnes Y estructuras; perforaclOnes; dehmltaclOn entre Estados con costas adyacentes o situadas frente a frente; cartas y listas de coordenadas geográficas y excavación de túneles. Los artículos 77 y 78 de la CONVEMAR 82, que se transcriben a continuación, describen con precisión los derechos del Estado ribereño y la condición jurídica de las aguas suprayacentes:

ARTÍCULO 77

Derechos del Estado ribererío sobre la plataforma con.tinental

1. el Estado ribereño ejerce derechos de soberanía sobre la plataforma continental a los efectos de su exploración y de la explotación de sus recur­sos naturales,

2. los derechos a que se refiera el párrafo 1 son exclusivos en el sentido de que, si el Estado ribereño no explora la plataforma continental o no ex­plota los recursos naturales de ésta, nadie podrá emprender estas activida­des sin expreso consentimiento de dicho Estado.

3. los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental son independientes de su ocupación real o ficticia. así como de toda declara­ción expresa.

4, los recursos naturales mencionados en esta Parte son los recursos mi­nerales y otros recursos no vivos del lecho del mar y sus subsuelo, así como los organismos vivos pertenecientes a especies sedentarias, es decir. aque­llos que en el periodo de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo o sólo pueden moverse en constante contacto físico con el lecho o el subsuelo.

ARTícULO 78

Con.dición jurídica de las aguas y del espacio aéreo suprayacentes y derechos y libertades de otros Estados

f 1. los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental no a.ectan a la condición jurídica de las aguas suprayacentes ni a la del espa-CiO a'· ' ereo situado sobre tales aguas,

2. el ejercicio de los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma~Ol1t~nental no deberá afectar a la navegación ni a otros derechos y liberta­s~~ ~ los de~ás Estados, previstos en esta Convención, ni tener como re­

a o Una ITIJerencia injustificada en ellos.

~cl~~ debe Confundirnos el empalme que se da en la zona económica lVa Con la plataforma continental. Tal vez hubiese sido mejor que

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EL DERECHO DEL MAR 191190 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

la zona económica exclusiva hubiera sido concebida y expresada ca una zona líquida, dejando lo relativo al suelo y al subsuelo de la mi Tl10 a los artículos relativos a la plataforma continental. Las negociaci~Tl1a

. . 1 1 11 1 d . . nesmternaClOna es sue en egar a resu ta os que no Slempre tienen la ej ..

ridad deseada. Teniendo presente la definición de la plataforma con:. nental y los derechos del Estado ribereño sobre la misma, recordem 1

que en la zona económica exclusiva el Estado ribereño tiene derech~;

sobre los recursos naturales de las aguas y del lecho y subsuelo dei mar; allí está el empalme. Por ejemplo, los derechos de nuestro país so' bre los recursos petroleros más allá del mar territorial encuentran base jurídica tanto en las disposiciones sobre la plataforma continental corno en los artículos sobre la zona económica exclusiva.

La Ley Federal del Mar contiene un Capítulo V titulado: De la pla­taforma continental o insular que coincide con las disposiciones de la CONVEMAR 82.

7.7. ALTA MAR

La alta mar es la zona en donde los Estados ribereños no tienen de­rechos de soberanía ni jurisdicciones especiales. La alta mar se encuen· tra más allá de toda jurisdicción territorial o especial de los Estados ri· bereños y empieza ahí donde termina la zona económica exclusiva. Atención, el alta mar sí es concebida como una zona líquida con un ré­gimen jurídico distinto del acordado para los fondos marinos, más allá de toda jurisdicción nacional.

Tradicionalmente se han reconocido en alta mar una serie de libero tades para todos los Estados, inclusive para aquellos que no cuentan con litoral marítimo. En el siglo XVI las Repúblicas de Venecia YGéno. va y los Reinos de España y Portugal pretendían conseguir por pres­cripción el dominio del mar. El jurista teólogo español FERNA~~O

VÁZQUEZ DE MENCHACA sostuvo que la prescripción es una instituClon de Derecho Civil, y que "tal Derecho Civil cesa cuando el asunto se ven­tila entre Príncipes o entre pueblos que en lo temporal na reconor~

superiores ... desde el origen del mundo hasta el día presente [el mar] ~j_

y ha sido siempre de dominio común".228 Ya mencionamos que en e¿ d" glo XVII, el holandés RUGO GROCIO sostuvo el principio de la Iibe1

1a •

los mares en su famoso Ubro De mare liberum. . le' . . 1 C enelO) ­La CONVEMAR 82 recogIÓ el Derecho eXIstente en as ?~v. ibertl'ld

de Ginebra al reconocer en alta mar la libertad de navegaclOn, 1

. liarr.rIP1/¡'

228 Véase VÁZQUEZ DE MENCHACA, Fernando, Controversiarw'J'l illusmum, <1

aste {recuentiwn (1563), citado por PASTOR RIDRUEJO. obra citada, p. 381.

. brevuelo; la libertad de tender cables y tuberías submarinos; Iíber­ded~~e construir i~las artificiales y otras instalaciones perm.it~das por el ta, 'cho Internacional; la hbertad de pesca, con las condICIones esta­Dt.r~das en la propia CONVEMAR 82 y la libertad de investigación cien­b,t~ también sujeta a las disposiciones de la CONVEMAR 82. Cabe IJ IC ;ionar que la libertad de pesca ha sido reglamentada por diversas me!1 . 1 d . d d 1 1 . , d . venciones internaClOna es, estll1a as a or enar a exp otaclOn e .on h d .. . 1 b' 1

!"Jcurso' se an crea o orgamzaclOnes reglOna es y su -reglOna es ese" , , bre la materia para tratar cuestiones diversas, tales como las relati­~o s a las especies migratorias o la explotación de pesquerías que se en­\a ,. l' d 1 1uentran en varias zonas economlcas exc USlvas y en partes e a a ta ~ar, Obviamente, la industrialización de la pesca trajo aparejada la ne­cesidad de acotar la libertad de pesca, que se mantiene como un princi­pio general sujeto a reglamentación.

La delimitación de la alta mar tuvo que ser objeto de moci.ificacio­nes respecto de los límites establecidos en la Convención de Ginebra de 1958. En 58 se entendía por alta mar la parte del mar no comprendida en el mar territorial yen las aguas interiores. En la CONVEMAR 82 (Art. 86) el alta mar "comprende todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o las aguas interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico".

La zona de la alta mar es ahora menos extensa; no es posible pre­decir con precisión el futuro, pero no podemos suponer que ya no se darán más reivindicaciones sobre la alta mar. No habían pasado diez años desde la aprobación de la CONVEMAR 82, cuando estados ribel'e­ños empezaron a legislar reglamentación más allá del límite exterior de la zona económica exclusiva. Ese fenómeno es explicable por las mis­mas razones que provocaron la zona económica exclusiva: el avance tecnológico pesquero y el hecho de que sólo el 8% de las pesquerías se encuentran en alta mar. b Si Estados Unidos de América se dio unilateralmente el control so Are las. pesquerías adyacentes a sus costas, otros Estados por ejemplo, ~ rgtntIna, Canadá y Chile han seguido el ejemplo. Ante esa situación, bn ~ ONU los Estados Miembros negociaron en 1995, un "Acuerdo so­~e. t aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones a ~l( as sobre el Derecho del Mar del 10 de diciembre de 1982 relativas

a conserv . , d . , d 1 b'\' las ~Clon y or enaClOn e as po laClones de peces traszonales tnér'tpO¡lacIones de peces altamente migratorias". El Acuerdo tiene el

1 o e poner orden al unilateralismo. 229

-----------~

Poj~~nsV~fse Mü:'-.:T,\z. D., Caceord relalive a la conservaLiun el él. la gesrion des sloe!CS de PAsTOR I~ l.eVCl/{(:h<llll el des grand rnigra/('urs, A.P.D.l.. 1955, pp. 676 Y ss, citado por

IDRIJEJO. obra citada, p. 388.

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192 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO EL DERECHO DEL MAR 193

Recordemos otros principios reconocidos en la CONVEMAR 82. o Ningún Estado puede pretender someter parte alguna de l· . l

a a (. mar a su soberanía. o

o Los buques de todos los Estados tienen el derecho de navegar ,,,. alta mar. .,

o En principio los buques, mientras se encuentran en la alta rn . están sometidos a la jurisdicción exclusiva del Estado del )). ba~,' a t·11on.

o Los buques deben tener un solo pabellón. o En la alta mar los buques de guerra y los utilizados para Un ser.

vicio oficial no comercial, gozan de completa inmunidad de ju. risdicción respecto de cualquier Estado, que no sea el de su pa­bellón.

La CONVEMAR 82 reglamenta los deberes del Estado del pabellón en materias tales como el registro de buques; tripulación; cuestione, administrativas y técnicas; condiciones de navegabilidad; comunicacio­nes; prevención de abordajes y accidentes; inspecciones, instrurnento~

de navegación; diplomas de los oficiales; prevención, reducción y con· trol de la contaminación marina, etc.

La CONVEMAR 82 contiene detalladas disposiciones sobre: o casos de abordaje o cualquier otro incidente de navegación (por

abordaje se entiende el colisión entre embarcaciones); o deber de prestar auxilio; o prohibición de transporte de esclavos; • deber de cooperar en la represión de la piratería; • definición de la piratería; • piratería perpetrada por un buque de guerra, un buque de Estadl)

o un aereonave de Estado cuya tripulación se haya amotinado: • definición de buque o aereonave pirata; • conservación o pérdida de la nacionalidad de un buque o aerona­

ve pirata; o apresamiento de un buque o aeronave pirata; o responsabilidad por apresamiento sin motivo suficiente; o"

. . . 10S P . lcn• buques y aereonaves autonzados para realIzar apresam . causa de piratería; " .'

o trafico ilícito de estupefacientes y substancias psicotroplcas , o transmisiones no autorizadas desde la alta mar; o derecho de visita; • conservación de los recursos vivos de la alta mar. d

. acíanal e Australia y Nueva Zelanda adujeron en la Corte Intern a cabO

Justicia, en el caso de las pruebas de armas nuclear~s ~levad:sla libero por Francia en el Pacífico, que ese país violaba el pnnclplO d

de los mares; la Corte no decidió esa cuestión. Francia no es Parte T 'atado de 1963 que prohíbe la prueba de armas nucleares en alta

J...J .: en tierra, Y no parece haber reconocimiento universal que funda­ull te tal prohibición en el Derecho Internacional consuetudinario. No :~~nte, el artíc~lo 88 de la C~NVEMA~.82 dispone que la alta mar

.J. tlsada exclUSIvamente con fmes paCIfIcas; el problema es que las odes potencias consideran que prácticas militares no violan esa dis­

sición Y que Francia, obviamente, estimó que las pruebas de armas ;J~cJeares son compatibles con los fines pacíficos.230

n Curiosamente, a pesar de la gravedad del delito de tráfico de estu­pefacie~te~, l~ CONVE~AR 82 (Art. 108) no esta~lece ex~epción a~guna

I la junsdlCclón exclUSIva del Estado del pabellon, y deja lo relativo al combate de ese tráfico ilícito a la cooperación de los Estados. En nues­Ira opinión, el buque involucrado en narcotráfico merecería un trato si­milar al que se da al pirata, dejando a salvo la cuestión de la prueba de la responsabilidad de la empresa naviera o de la tripulación, que pudie­ran ser inocentes del mal uso dado a ese medio de transporte.

7.7.1. DERECHO DE PERSECUCIÓN EN ALTA MAR

O EN OTRAS ZONAS FUERA DE LA JURlSDICCIÓN

DEL ESTADO QUE LLEVA A CABO LA PERSECUCIÓN

El derecho de persecución mencionado en la enumeración anterior fue incorporado en el artículo 111 de la Convención; es un derecho que ha sido tradicionalmente reconocido. El Estado ribereño puede em­prender la persecución de un buque extranjero si tiene razones para creer que ese buque ha cometido una infracción de las leyes y regla­!lIentos de ese Estado aplicables y vigentes en las aguas interiores, las aguas archipelágicas, el mar territorial o la zona contigua de ese Esta­do. ~a persecución debe empezar en las aguas interiores, en las aguas archlpelágicas, en el mar territorial o en la zona contigua del Estado perseguidor y sólo puede continuar fuera del mar territorial o de la ZOna Contigua si la persecución no se ha interrumpido. El derecho de 6rs~Cución también puede ejercerse por infracciones en la zona eco­mica exclusiva o sobre la plataforma continental. El derecho de per­cUci6n t· d . .

¡al del ermma cuan o el buque persegUIdo entra en el mar ternto­pers.Est~~o d: su pabellón o en el de un tercer Estado. El derecho

Hit eCUClOn solo puede ser ejercido por buques de guerra, aeronaves .:Ie~~s. o por otros buques o aeronaves identificables como vehículos

E. ICIo del gobierno.

n la sentencia del 1 de julio de 1999, del Tribunal Internacional

b Véase <:­-------;)HAW. obra cilada. p. 419.

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194 DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO EL DERECHO DEL MAR 195

del Derecho del Mar, en el asunto SAlGA (San Vicente y las Granad' . vs. Guinea) e,se tl~ibu~al precisó ~lgunas cuestion~s relativas al der:;;­de perseCUClOn. El tnbunal aclaro que las condlclOnes para el ejerc " del derecho de persecución del artículo 111 de la CONVEMAR 82 tl·"i

C

~l1e'carácter acumulativo, cada una de ellas debe ser cumplida. En este C'

particular, el tribunal además de declarar que el SAlGA no había vio~~1j

do ley alguna de Guinea, confirmó que no se habían cumplido todas 1: condiciones exigidas en la CONVEMAR 82 para que la persecución fUer conforme a Derecho, entre ellas la de la "continuidad de la persecución' pues el buque patrulla de Guinea que había iniciado la persecución ha. bía recibido la orden de detenerse, interrumpiendose así la operación el tribunal declaró también que los requisitos de comunicación entre (:1

buque patrulla de Guinea y el SAlGA no se habían cumplid0 23 '

Respecto del derecho de las organizaciones internacionales para abanderar buques, la CONVEMAR 82 en su artículo 93 restringe esa fa· cultad a las Naciones Unidas, sus organismos especializados y al Orga. nismo Internacional de Energía Atómica.

La Ley Federal del Mar no reglamenta lo relativo a la alta mar, pues sus ámbitos de aplicación son las zonas marítimas mexicanas.

7.8. ESTRECHOS UTILIZADOS PARA LA NAVEGACIÓN INTERNACIONAL

En la Convención sobre el Mar Territorial de 1958 se estableció que no habría suspensión del paso inocente de buques extranjeros en los eS­trechos usados para la navegación internacional, entre una parte de la alta mar y otra parte de la alta mar o el mar territorial de un Estado extranjero. J'

Con el reconocimiento que hizo la CONVEMAR 82 del derecho l

establecer un mar territorial hasta de 12 millas, muchos EstadOS, sobl' todo las potencias marítimas y militares, sintieron la necesidad de rec~' . ocel" nacer en esos estrechos un derecho de tránsito distinto al pasO lD " Te te, Recordemos que la Convención de Ginebra de ] 958 sobre el JV~a,.; 1

rritarial no estableció, por falta ele acuerdo, un límite al mar terrIto~;;

Aún durante la negociación de la CONVEMAR 1982, algunos EstanOLl

.::. particularmente Estados Unidos de América, se negaban a reco

--- br3 dí;!' 23/ Véase GONZALEZ CAMPOS, SÁ'1C1iEZ RODRÍGUEZ V SÁENZ DE SANTA MARi,l, o

~,W·~3y~4. .

. territorial superior a 3 millas marinas. Obviamente, al aceptar­uO I1l~er~cho de los Estados ribereños de establecer nn mar territorial ,L el d 12 millas, muchos corredores de alta mar a través de estre­.!Sta ls:dos para la navegación internacional dejaron de existir como

.:hos .1 de libre navegación y pasaron a ser zonas de mar territorial en

'011<1:; el h d' '1 . . ue se tiene erec o e paso mocente, que ilene a gunas restncClO­'~' q la navegación que no existian en los corredores de alta mar. Si l<;~ :trechos son parte del mar territorial de los Estados ribereños, és­u~ ~ambién ejercen soberanía sobre el espacio aéreo suprayacente a los ~~~rechos. El problema más obvio fue de carácter estratégico militar. por un corredor de alta mar, a través de un estrecho, los submarinos odían transitar bajo la superficie sin necesidad de notificar a los Esta­

~os ribereños ni de mostrar su pabellón. Al cerrarse ese corredor de alta mar Y adquirir la condición jurídica de mar territorial, esos subma­finos quedaban obligados a navegar por la superficie y a mostrar el

pabellón. El Estado que más insistió en mantener la institución del paso ino­

cente en los estrechos usados para la navegación internacional fue España, obviamente interesada en no perder atribuciones en el estre­cho de Gibraltar. Es ilustrativo el siguiente párrafo tomado de un acta resumida de la Conferencia sobre el Derecho del Mar (sesión plenaria del 12 de julio ele 1974):

El Sr. Abaroa (España) expresa su sorpresa ante el hecho de que algunos Estados rechacen la noción de paso inocente. Son los Estados que han con­cebido la revisión del Derecho del Mar más desde el ángulo de sus objeti­vos estratégicos, que de los principios de cooperación pacífica, desarrollo y seguridad de todos los Estados. El régimen del paso inocente no les permi­te alcanzar sus objetivos militares, que se concentran en tres puntos: "el li­bre sobrevuelo por los estrechos", el "derecho de libre paso en inmersión" p~ra los submarinos nucleares, portadores de armamento nuclear y la eli­mmación de cualquier requisito de previa notificación o autorización para d paso de los buques de guerra de superficie, especialmente los que tram;­P~rtan las aeronaves que ejercerían el "libre sobrevuelo". Este es el conte­nIdo real del "derecho de libre navegación y sobrevuelo", un instrumento ~a:a el máximo despliegue del poder naval y aéreo por las zonas marítimas ra¡o .Ia soberanía de otros Estados, Sus partidarios, claro está, no se han ~dendo a estos aspectos, sino al incremento del tráfico mercante, las nece­

SI ades di'e os patses en desarrollo para el fomento de sus flotas e incluso on Un' 1 .Ot Vlrtua encarecImiento de los Detes, pero los objetivos reales son

ros, COmo he indicado,232

2.J2 V ----­éase documento NCONF.62/SR.40, pp. 4-6.